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Alianza del Pacífico: El gigante de Latinoamérica

Alianza del Pacífico: El gigante de Latinoamérica

Las declaraciones de Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), acerca de que los países de la Alianza del Pacífico (Perú, Chile, Colombia y México) lideraran el crecimiento en América Latina confirman una constante de nuestro proceso político, económico y social: mientras algunos dentro del país se dedican a bajarle la llanta y a lanzar piedras en contra de este acuerdo comercial que fortalece nuestro modelo económico, desde afuera, solo nos llegan elogios y reconocimientos. Los detractores de la Alianza del Pacífico (AP) le han inventado todo tipo de fantasmas: desde que es una conspiración de Estados Unidos hasta que este acuerdo económico busca debilitar Unasur, Mercosur y el Pacto Andino. Sin embargo, las cifras y los resultados nos van indicando que una cosa es la integración política, los discursos ideológicos, y otra diferente la integración económica.

Lagarde, una de las más altas autoridades en el ámbito económico mundial, ha precisado que se espera un crecimiento para Latinoamérica de 3.1% el próximo año (para el 2013 el crecimiento sería de solo 2.7%), que estará liderado nuevamente por los países de la Alianza del Pacífico. Según las estimaciones del FMI para el 2014, Perú, Chile, Colombia y México, crecerán 5.7%, 4.5%, 4.2% y 3%, respectivamente. Es decir, el Perú liderará a los líderes.

Pero eso no es todo. Según las proyecciones del FMI, el PBI de la Alianza del Pacífico tendrá un avance de 34.6% en los próximos 5 años. En el 2018 se constituirá en el tercer bloque económico del planeta, solo superado por los países que integran el acuerdo Asia- Pacífico (Asean) y los llamados  Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Hoy la AP representa la sexta economía del mundo por encima de Rusia y Brasil y para el 2018 será la quinta por encima de la propia Alemania. ¿Cómo entender, pues, las críticas de algunos contra la Alianza del Pacífico? ¿Cómo negarle al país la posibilidad de integrar el bloque económico que ya es el nuevo gigante de Latinoamérica? A veces la ideología enceguece tanto que se puede ir contra los intereses nacionales.

La Alianza del Pacifico acumula tantas buenas noticias que, en ocasiones, olvidamos resaltar hechos de enorme trascendencia. Por ejemplo, el 2 de noviembre pasado se admitió, nada más y nada menos, que a Alemania, Italia Holanda, Reino Unido y Suiza como nuevas naciones observadores del mecanismo de integración. Vale anotar que, en calidad de observadores, también están Uruguay, Canadá, Guatemala, Panamá, Paraguay, Honduras, El Salvador, Estados Unidos, República Dominicana, España, Francia, Portugal, Turquía, Japón, China, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

La oposición en contra de Alianza del Pacífico de las minorías radicalizadas del Perú nace del prejuicio ideológico y de la negación de la economía de mercado que, en la última década, ha reducido la pobreza y la desigualdad sin precedentes en la historia. Estos sectores saben que la AP construye un orden económico y social en el que la libre iniciativa florece y los países integrantes avanzan hacia el desarrollo. Y cuando eso pasa, todas las aventuras estatistas y bolivarianas están descartadas.




Ceplan se pronuncia contra la Alianza del Pacífico

Ceplan se pronuncia contra la Alianza del Pacífico

Cuando el Presidente Ollanta Humala entregaba la presidencia pro-tempore de Unasur en Surinam ratificó la posición del Perú de no contraponer bloques políticos y comerciales como Unasur, Mercosur, el Pacto Andino con la Alianza del Pacífico y cuando la semana pasada se anunciaba el cierre de las negociaciones comerciales de la misma Alianza del Pacífico con la liberalización del 92% de partidas arancelarias a partir del 2014, en el Perú, se desató una campaña mediática contra la Alianza, coronada por el Ceplan (Centro Nacional de Planeamiento Estratégico), que le echó un balde de agua fría al optimismo que nos despierta el acuerdo comercial entre Chile, Colombia, México y Perú.

Los supuestos “riesgos de la Alianza del Pacífico para el Perú”, según el Ceplan, radicarían en que no se ha tomado en cuenta “las diferencias relativas entre los miembros; los intereses de promoción de cada uno de los países y qué tanto se pueden profundizar los términos de inversión intrarregional y encadenamiento productivo”. En otras palabras, para el Ceplan un acuerdo comercial solo es válido cuando no existen “diferencias relativas”. Es decir, cuando los países tienen una misma estructura productiva. Con ese argumento no debiéramos haber celebrado ningún acuerdo de integración comercial con EEUU, Europa, Corea del Sur, China, etc., que han traído tantos beneficios a los peruanos. Curiosos argumento de la época en que por estas tierras se enseñoreaban las paralizantes ideas de la  teoría de la dependencia.

Los ataques contra la Alianza del Pacífico han provenido, inicialmente, de los llamados países del Alba– encabezados por Venezuela-, opuestos frontalmente al libre comercio y embarcados en la exclusiva integración política de sesgo autoritario en contra del mercado. ¿Cómo entender entonces la posición del Ceplan? ¿Una entidad del Estado puede contravenir abiertamente nuestras políticas de Estado? ¿Los planteamientos del propio Presidente de la República, de los ministros y de la Cancillería? Nadie lo entiende.

Pero, ¿cómo se puede dudar de los beneficios para el Perú de la Alianza del Pacífico? Como ya hemos informado dicha alianza representa un mercado de 200 millones de personas, un producto bruto interno cercano a los 2 millones de millones de dólares (35% de toda Latam) y las exportaciones totales de este bloque suman casi el 50% del total latinoamericano. ¿Cómo se puede dudar si Costa Rica acaba de incorporarse al acuerdo mientras Panamá, Canadá y España pugnan por participar en el proceso?

Las dudas entonces podrían originarse en criterios ideológicos contra el libre mercado, pero como ya sabemos sin ningún asidero en la realidad. En nuestro artículo No al club de pobres hemos destacado la potencia desde nuestras políticas de apertura comercial iniciadas en  los noventa: En 1990, cuando los aranceles eran del orden del 66%, aparte de las prohibiciones de importación, nuestras exportaciones totales eran US$ 3,200 millones. Hoy que los aranceles están en un promedio efectivo menor de 2%, nuestras exportaciones superan los US$ 45 mil millones. Algo más: En 1990 el comercio exterior representaba el 20.8% del PBI; hoy representa el 47.1% del PBI. Gran crecimiento, pero lejos aún de los indicadores de integración de los países más exitosos.

Durante el 2011, del total de $45,900 millones que exportamos, US$ 29,800  millones correspondieron a los países con los que ya tenemos tratados de libre comercio. Si tomamos el volumen comercial con los países que estamos negociando acuerdos similares y la CAN, más del 90% de nuestro comercio internacional está respaldado y a salvo del proteccionismo, por acuerdos comerciales

El pronunciamiento del Ceplan, sin haber demostrado la inconveniencia del libre comercio, es pues un pronunciamiento contra el interés general de los peruanos que se han beneficiado de una impresionante reducción de la pobreza y la desigualdad por el modelo económico que tiene una columna estratégica en el libre comercio. Pero también es un pronunciamiento contra una política de Estado que encabeza el presidente Ollanta Humala y la mayoría de partidos políticos que ratificaron en el Congreso el Acuerdo Marco de la Alianza del Pacífico.




Medias verdades y grandes mentiras

Medias verdades y grandes mentiras

La izquierda tradicional ha comenzado a disparar artillería pesada en contra del portal Lampadia por defender la participación del Perú en la Alianza del Pacífico -que reúne a México, Chile, Colombia y Perú, un bloque comercial que agrupa a las economías más abiertas de América Latina y que comercian con los mercados más grandes del mundo. En la medida que hemos sostenido que Unasur, el Mercosur y el Celac son, sobre todo, bloques políticos y no comerciales, La otra mirada acaba de publicar El círculo de la locura, un artículo en que se nos acusa de todo y se usan medias verdades para construir grandes mentiras.

Para despejar las dudas, volvemos a reproducir las declaraciones del Vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Lineras (ver artículo ¿Leninismo detrás del Alba, Mercosur y Celac?).

“…(a)hora estoy en mi etapa leninista” dijo con ironía, antes de afirmar que “el curso general de la Revolución ha confirmado de una manera admirable, una de las tesis de Marx: cuando la Revolución avanza, obliga al enemigo a recurrir a métodos de defensa cada vez más extrema. El ALBA, la Unasur, la CELAC son parte del proceso revolucionario de esta etapa, son alternativas distintas que surgen de la diversidad. Pero esta autonomía que generan frente a EE.UU.,desencadena una contraofensiva del Imperio. En el actual momento, la punta de lanza de esta reacción, se llama Alianza del Pacífico. Se han alineado allí los gobiernos más conservadores del continente, comandados por EEUU, quien los reúne y articula, fijando una estrategia de contrainsurgencia continental, no para acabar con guerrillas sino para avanzar sobre Estados y gobiernos”. http://alainet.org/active/65228

Tal como dice el refrán popular, “a confesión de parte, relevo de prueba”. Más claro no canta el gallo. Pocos imaginaron tal extremo de politización e ideologización.

En La Otra mirada se pretende desmerecer el libre comercio sosteniendo que los países que integran la Alianza del Pacífico y los del Mercosur crecieron a la misma velocidad impulsados “por el súper ciclo de las materias primas”. Es verdad que el Mercosur creció en promedio, entre el 2002 y el 2012, 4.2% en términos reales, mientras que la Alianza del Pacífico tuvo un promedio de 3% (Colombia 4.5%, Chile 4.5%, México 2.3% y Perú 6.4%), según cifras del FMI. La otra mirada señala 5.3% y 4.61%, respectivamente (sin citar ninguna fuente referencial).

Aquí estamos frente a una verdad a medias si no se explica que, entre tanto, los integrantes del Mercosur han deteriorado gravemente sus economías: su crecimiento ha colapsado, la deuda pública de Brasil representa el 68.5% de su PBI y la de Argentina el 45%, mientras que los países de la Alianza del Pacífico, en promedio, solo llegan a 26.8%. En cuanto a inflación, Brasil ha volado en sus proyecciones con 7% en el primer semestre, Argentina sobrepasa el 25%, en tanto que el promedio de los países de la alianza es de 3.5%. En cuanto a  déficit público, Brasil tiene 2.8% de su PBI, Argentina 4.9%, mientras que el promedio de los miembros de la  Alianza del Pacífico es de solo un 0.2% del PBI. Es decir, una cosa es crecer en salud y otra incapacitando tus fuentes de desarrollo futuro.

Pero la verdad a medias se convierte en una gran mentira cuando se olvida el frenazo de las economías del Mercosur del 2012: Brasil 0.9%, Argentina 1.9% frente al 5.6% de Chile, 6.3% de Perú, 4% de Colombia y 3.9% de México. Es decir, disminuyen los precios de los commodities y las economías del Mercosur se desploman. ¿Acaso no se trata de la “maldición de los recursos naturales” que tanto pregona la izquierda? ¿No es evidente, pues, que el proteccionismo ha impedido una mayor diversificación de la economía en Brasil y Argentina? ¿Por qué se ignora los resultados del 2012 y las proyecciones para estos países en el 2013 y el 2014?

Otra perla del artículo que analizamos. Se argumenta que la deuda pública durante el gobierno de Menen llegó a representar el 168% del PBI en tanto que ahora solo ha llegado a 45%. El cinismo convertido en argumento. ¿Cómo se ha llegado a ese monto de deuda pública en Argentina que es enorme en sí? ¿Honrando los compromisos? De ninguna manera. El gobierno se robó los ahorros privados de los pensionistas, les hizo el “perro muerto” a los acreedores externos, dejando de pagar, a la mala, y se apropió de la renta agraria mediante impuestos leoninos. El tema de la deuda argentina es tan grave, que en octubre del 2012 fue detenido el buque escuela Fragata Libertad por un pedido de embargo de US$ 370 millones y estuvo estacionado casi dos meses. Asimismo, en marzo pasado, Cristina Fernández, en vuelo a Roma, para el saludo al Papa, tuvo que dejar el avión presidencial en Marruecos y tomar un vuelo comercial hasta Roma, para evitar otro embargo. Así cualquiera, más bien el 45% de PBI en deuda es una barbaridad con tanto robo.

¡Pretender comparar el crecimiento de Perú con el de Argentina es un crimen! El crecimiento gaucho se explica por un preocupante aumento de su gasto público que representa el 44.6% del PBI en el 2012, frente al 30.9% del 2006. En tanto, sus reservas internacionales netas, desde el 2010, han caído en US$ 15,895 millones y hoy solo representan el 8% de su PBI. Perú tiene un gasto de 19.6% del PBI y un creciente nivel de reservas que llega al 34% del PBI, el doble que Argentina en cifras absolutas.

La otra mirada también quiere defender la producción de trigo en Argentina, en Lampadia preferimos adjuntar la información oficial de AAPROTRIGO (Asociación Argentina Protrigo) que muestra la caída de la producción de trigo, tanto en toneladas, cómo en hectáreas.

La manipulación de las cifras en Argentina es tan escandalosa que mientras el gobierno señala que la pobreza sólo representa el 5.4% de la población y la indigencia el 1.5%, los analistas independientes la calculan en 24.5% (2012) y el nivel de indigencia en 4.9% (ver artículo del diario El País, La estadística oculta las cifras reales de pobreza en Argentina). La manipulación es tan vulgar, que en febrero del 2012, The Economist anunció que suprimía su seguimiento de la economía argentina, pues las cifras oficiales no servían.

Como se aprecia, las diferencias entre las economías de los países del Mercosur y los de la Alianza del Pacífico son absolutamente favorables a los países que promueven el libre-comercio. Estas son las diferencias entre economías sanas y, otras enfermas, sin embargo parece que para apreciarlas diferencias se requiere una mejor mirada.




Anochecen el Alba y sus mentores

Anochecen el Alba y sus mentores

Argentina, Brasil y Venezuela se caracterizan por ser economías que tienen una abrumadora presencia del estado; un excesivo gasto fiscal para sostener las planillas y el asistencialismo social o clientelaje político, y un creciente proteccionismo comercial. Esta orientación de la gestión pública, los ha llevado hoy a tener que asumir las facturas de la inflación, del déficit fiscal y la deuda pública, así como una preocupante reducción de sus reservas internacionales netas. A continuación presentamos un análisis más detallado de la situación de cada país.

La economía argentina atraviesa por un momento muy difícil. Ante la caída de la producción agrícola, las estatizaciones, el control de cambios y la fuga de capitales, para obtener divisas, decretaron el inmoral plan de blanqueo de capitales no declarados. Esto también fracasó en el primer mes de su aplicación pues solo ha logrado captar menos del 1% de los US$ 4,000 millones proyectados. El excesivo gasto fiscal se está reflejando en los crecientes niveles de deuda pública (45% de su PBI) y en el aumento de la inflación de 25% anual, pese a la represión utilizada para controlarlos precios. El pan se ha encarecido en lo que va de año un 50%, más del doble que la inflación extraoficial y cinco veces superior a la oficial. Las reservas internacionales siguen su tendencia decreciente y hoy representan solo el 11% de su PBI. Han tenido que prohibir la exportación de trigo, cuya producción ha caído a niveles de 1899, de 15 millones de toneladas anuales a solo 9.

En los primeros tres meses del 2013, Venezuela apenas creció un 0.7% y, para el segundo trimestre, la mayoría de los economistas sostienen que podría ser igual a cero o incluso negativa, con lo cual ya se estaría hablando de un proceso recesivo con alta inflación. Por su parte, el FMI (Fondo Monetario Internacional) en su reporte de abril 2013 prevé que este año Venezuela crecerá solo 0.1%. Capital Economics asegura que la economía venezolana ya ha entrado en recesión, y pronostica que el PBI se contraerá un 1% este año. La inflación también se ha salido de control, en los últimos doce meses aumentó 39.6% según el mismo BCV (Banco Central de Venezuela) y los analistas prevén que pueda alcanzar el 100% al cierre del año. El tipo de cambio oficial está en 6.3 bolívares por dólar y el paralelo en 33.4 bolívares por dólar y están haciendo devaluaciones escondidas a través de subastas de divisas. La escasez de productos de primera necesidad se ha constituido en un trauma popular.

En Brasil, el Banco Central evalúa elevar nuevamente la tasa de interés de referencia de 8% a 8.5% para frenar el ritmo inflacionario que al cierre de junio alcanzó el 7% anual, superando la meta anual de 6.5% para el 2013. Tal es la preocupación del gobierno de Dilma Rousseff, que se ha visto obligada a congelar otros US$ 4,480 millones en gasto presupuestal para este año, adicionales a los US$ 9,000 millones reducidos en un inicio. Tras dos años de gastos agresivos, la presidenta, intenta convencer a los inversionistas de que gobierno se apegará a estrictas normas fiscales. En cuanto al crecimiento, los analistas del mercado financiero han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía en el 2013, que han situado en un 2.3%, frente al 2.8% que esperaban a inicios de año, informó el Banco Central. Es muy probable que una de las explicaciones más sensatas de los recientes disturbios sociales, se deba al cambio de ritmo, de la samba al blues, que está ya afectando a la economía en su conjunto y a las expectativas sobre el futuro inmediato, muy distantes del hasta hace poco optimismo eufórico de los brasileños.

Sorprende, o tal vez no debiera sorprender, que en el Perú haya todavía gente, como los del “La Otra Mirada” de Salomón Lerner, que nos quieran acercar a una mayor convivencia con los países del Mercosur, el Alba y el politizado Unasur, en vez de apoyar la estrategia peruana de integración comercial con la mayoría de países del globo y en especial con la Alianza del Pacífico.

A fin de ilustrar las diferencias entre los países regimentados por estados avasalladores y las economías libres de la región, como son los países de la Alianza del Pacífico, mostramos a continuación, los mismos indicadores revisados más arriba:

Lo invitamos a descargar la nota completa en PDF: http://www.lampadia.com/archivos/alba23072013.pdf




“La Alianza del Pacífico es un concepto muy interesante”

“La Alianza del Pacífico es un concepto muy interesante”

En la siguiente entrevista realizada por Augusto Townsend Klinge para el diario El Comercio, la máxima autoridad de la City of London, el clúster financiero más importante del mundo, estuvo de visita en Lima y elogió a la Alianza del Pacífico, bloque al que el Perú pertenece.

–– ¿Qué impresión le ha dejado esta visita al Perú?

Vine por primera vez hace 40 años y desde entonces ha habido un gran cambio, sobre todo en los últimos 8 años. Lo ve uno en la infraestructura, en los edificios, pero también en el profesionalismo que se aprecia en las personas.

–– ¿Cuáles indicadores ya captan la atención de los inversionistas británicos?

Las tasas de crecimiento son, por supuesto, muy importantes. Vemos que todos los países de la Alianza del Pacífico están creciendo de manera robusta. De hecho, la Alianza del Pacífico es un concepto muy interesante, junto con el MILA (Mercado Integrado Latinoamericano) y los TLC que han firmado sus integrantes. Para los inversionistas, libre comercio suena a oportunidad. Con la reducción de aranceles, las ventajas naturales que tiene el Perú se potencian.

–– ¿Para una gran empresa basada en Londres, es más lógico pensar en la Alianza del Pacífico como un todo o se identifican diferencias entre sus integrantes?

Lo uno y lo otro. Indudablemente, los países son distintos. La mejor comparación que podría hacer es con los países nórdicos en Europa. Son diferentes pero tienen también un ethos y una institucionalidad compartida. Veo un ánimo de integración similar en la Alianza del Pacífico. No hay un interés inmediato de establecer una moneda única, pero sí lo hay en términos de libre comercio, cooperación, sinergias y políticas económicas sensatas.

–– Tony Blair estuvo aquí hace algún tiempo y dijo que podría haber mucha colaboración con el Reino Unido en educación, asociaciones público-privadas (APP) y finanzas. ¿Dónde ve usted las oportunidades?

Donde acaba de mencionar. En infraestructura, por ejemplo, las compañías británicas son excelentes, particularmente en planeamiento, diseño, estructuración y gestión de proyectos. El Perú tiene buena experiencia en APP, así que en esto podríamos colaborar mucho. Por otrolado, respecto del potencial minero, las grandes compañías están ya muy conscientes de él. En agricultura y pesquería creo que hay claras oportunidades también. Dicho esto, también hay grandes empresas peruanas que pueden mirar hacia Europa para expandir sus operaciones, lo que puede incluir listados en la Bolsa de Valores de Londres (LSE por sus siglas en inglés) como un punto de entrada a la región.

–– ¿Esa colaboración ya se está dando?

Por cierto. El Reino Unido ya es el segundo mayor inversionista en el Perú, y vemos un creciente número de empresas peruanas que llegan a Londres.

–– ¿Durante esta visita ha podido cerrar algún acuerdo con el Gobierno?

No hemos cerrado acuerdos aún, pero hemos tenido discusiones muy productivas con el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, por ejemplo, sobre financiamiento de infraestructura para desarrollo urbano y tratamiento de agua y desagües. También hemos conversado con el Gobierno sobre cómo conservar el patrimonio cultural y cómo convertir el Centro de Lima en una zona con los mejores servicios.

–– ¿Conoce de más empresas peruanas que vayan a listar en LSE?

No he preguntado concretamente sobre esto, pero sí debo destacar el acuerdo que LSE ha firmado con la Bolsa de Valores de Lima para compartir tecnología en cuanto a su plataforma de negociación. Eso sin duda captará la atención de más compañías británicas.

–– ¿Cuáles diría que son las razones por las cuales Londres sigue siendo la capital financiera del mundo, pese a la mayor competencia?

Mientras más abierta a la competencia sea una plaza, más inversionistas llegarán. En Londres tenemos al Chicago Mercantile Exchange, a NYSE, a la Bolsa de Singapur y a LSE, todas compitiendo por negocios en la ciudad. Hemos tenido éxito, al igual que Hong Kong, Singapur y Nueva York, no a costa de ellos, sino junto a ellos. Lo mismo pasa con Luxemburgo.

–– ¿Está usted a favor de una mayor regulación en el sector financiero?

Estoy a favor de una mejor regulación, que no necesariamente significa más. Algunas áreas de la banca minorista necesitan más regulación, pero en la banca mayorista la situación es la opuesta. El problema con la banca es que engloba entre 25 y 30 negocios totalmente distintos que justifican regulaciones diferentes. Es como en la medicina: un cirujano de corazón no debería operarme el cerebro.

–– Se ha propuesto ponerle topes a los salarios de los ejecutivos y compartimentar esos negocios para aislar sus riesgos. ¿Qué opina usted al respecto?

Los topes a los salarios ya se están dando por decisión del Parlamento Europeo. Es un poco irritante, porque ya habíamos hecho bastantes cambios en materia de políticas remunerativas. Para algunos ejecutivos que manejan riesgos elevados, se aplicarán estos topes, que posiblemente no tengan efecto alguno y solo restrinjan la lógica del mercado. Pero, bueno, ya se dio. Sobre la segregación de los negocios, creo que ello tiene mucho valor y estoy de acuerdo con que los depósitos minoristas deben tener un estándar de seguridad mayor. En las últimas crisis, estos siempre han estado protegidos, usualmente a expensas del Gobierno. Sin embargo, a pesar de que deban protegerse, no creo que debiera limitarse la posibilidad de que esos depósitos sean utilizados en otros negocios.

Publicado por El Comercio, 19 de julio del 2013




¿Leninismo detrás del Alba, Mercosur y Celac?

¿Leninismo detrás del Alba, Mercosur y Celac?

En las últimas semanas hemos publicando varios artículos contrastando las diversas opciones del Perú en cuanto a política internacional, precisando, por ejemplo, que Unasur y el Mercosur eran procesos de integración política antes que  comercial, en tanto que la Alianza del Pacífico era un camino de integración económica, comercial y social que era fundamental para continuar con el crecimiento del país. (Ver lista de publicaciones)

¿Desarrollo o juego político?

¿Agenda Comercial paralizada?

Alianza del Pacífico: dirección correcta

Una mucho mejor Mirada

 

Más allá de cualquier argumentación, nunca nos imaginamos el extremo de politización e ideologización que existía detrás del Alba, Mercosur y Celac, tal como se revela, en las recientes declaraciones del Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera (glosadas en un reciente artículo del embajador Eduardo Ponce), que reproducimos a continuación:

“…(a)hora estoy en mi etapa leninista” dijo con ironía, antes de afirmar que “el curso general de la Revolución ha confirmado de una manera admirable, una de las tesis de Marx: cuando la Revolución avanza, obliga al enemigo a recurrir a métodos de defensa cada vez más extrema. El ALBA, la Unasur, la CELAC son parte del proceso revolucionario de esta etapa, son alternativas distintas que surgen de la diversidad. Pero esta autonomía que generan frente a EEUU, desencadena una contraofensiva del Imperio. En el actual momento, la punta de lanza de esta reacción, se llama Alianza del Pacífico. Se han alineado allí los gobiernos más conservadores del continente, comandados por EEUU, quien los reúne y articula, fijando una estrategia de contrainsurgencia continental, no para acabar con guerrillas sino para avanzar sobre Estados y gobiernos”. http://alainet.org/active/65228

Por considerar de sumo interés publicamos a continuación el artículo completo del embajador Eduardo Ponce.

Sudamérica: Una mayoría prepotente

Embajador J. Eduardo Ponce Vivanco

En un consumado acto de fariseísmo, Chávez y el ALBA manipularon a MERCOSUR y UNASUR para que suspendieran al Paraguay (junio del 2012). Fue una cínica exhibición de prepotencia para presentar como ilegítima la legítima decisión del Congreso paraguayo, destituyendo de la Presidencia a un prolífico exobispo “progresista”. Pero el verdadero objetivo chavista -compartido con Brasil, Argentina y Uruguay- era incorporar a Venezuela al MERCOSUR circunvalando la resistencia de Paraguay, un país aguerrido y rodeado de gigantes que siempre han necesitado coaligarse para doblegarlo. Lo suspendieron violentando las normas de su cláusula democrática y su carta constitutiva (Tratado de Asunción).

UNASUR superó el guión. Suspendió al Paraguay sin una cláusula democrática vigente y con un Tratado Constitutivo que no estipula el derecho de sancionar a los miembros. El Perú fue parte de ese consenso deplorable y arrebató la presidencia pro témpore al Paraguay en una Cumbre, donde los presidentes adoptaron “… la decisión política basada en el tratado constitutivo de Unasur (falso), de suspender a la República del Paraguay de participar en los órganos e instancias de la Unión, hasta tanto este Consejo revoque la suspensión” (Declaración de Mendoza, artículo 2º, 28.6.2012).

Una nota de prensa de Cancillería (9.7.13) informa que la Canciller del Perú recibió el “Informe Final de la Misión de Seguimiento Electoral (…) en el que se detalla las acciones realizadas como parte de las elecciones generales celebradas en Paraguay en abril último”. Se recuerda que fueron ocho los países que integraron la Misión presidida por el expremier Lerner, la misma que “formuló algunas recomendaciones técnicas para futuros comicios en ese país.” (no obstante lo impecable que fueron sus elecciones).

Estas arbitrariedades fueron cínicamente justificadas por el presidente uruguayo Mujica. Son decisiones “políticas”, dijo, implicando que la política y la voluntad presidencial están por encima del Estado de Derecho. Reafirmando la tendencia, MERCOSUR acaba de entregar su presidencia a Venezuela, a pesar de que Paraguay había solicitado que se le restituya en esa función, de la que fue despojado cuando lo suspendieron. Los paraguayos han respondido con dignidad y sujeción al Derecho: no se reincorporarán al MERCOSUR.

¿Cuál es el origen de estas barbaridades? En una reciente disertación en el Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires (1.7. 2013), el vicepresidente boliviano García Linera ha iluminado el oscuro camino que transitamos como borregos:

“…(a)hora estoy en mi etapa leninista” dijo con ironía, antes de afirmar que “el curso general de la Revolución ha confirmado de una manera admirable, una de las tesis de Marx: cuando la Revolución avanza, obliga al enemigo a recurrir a métodos de defensa cada vez más extrema. El ALBA, la Unasur, la CELAC son parte del proceso revolucionario de esta etapa, son alternativas distintas que surgen de la diversidad. Pero esta autonomía que generan frente a EEUU, desencadena una contraofensiva del Imperio. En el actual momento, la punta de lanza de esta reacción, se llama Alianza del Pacífico. Se han alineado allí los gobiernos más conservadores del continente, comandados por EEUU, quien los reúne y articula, fijando una estrategia de contrainsurgencia continental, no para acabar con guerrillas sino para avanzar sobre Estados y gobiernos”. http://alainet.org/active/65228

Colofón: Guyana, Surinam y Nicaragua se asocian al MERCOSUR, del que Bolivia es miembro pleno desde el 7.1.2012. A pesar de ello, La Paz se mantiene en la Comunidad Andina, donde -además- ha tomado la Secretaría General, sumándola a la que tiene en la CAF hace 22 años. ¿Alguien negocia por el Perú?

Publicado en el diario Correo, 14 de junio del 2013




Una mucho mejor Mirada

Una mucho mejor Mirada

En la publicación de la Otra Mirada N° 25 de junio del 2013, presidida por el ex premier Salomón Lerner Ghitis, promotor de Ciudadanos por el Cambio y el recientemente lanzado FRENAIZ, se plantea una supuesta disyuntiva para nuestra  política exterior: la definición por Unasur o por la Alianza del Pacífico, proponiendo que optemos por los muchachos del barrio, así sean unos malandrines y no sepan crear riqueza. (Ver Desarrollo o juego político).

 

Sin embargo, ya que hablamos de miradas, una primera nos indica que se trata de dos organizaciones de naturaleza distinta. Unasur es una confluencia política de países promovida por el “eje bolivariano”y sus padrinos, Cuba y Brasil, que busca “distanciarse” de la influencia de Estados Unidos en la región, devaluando a la OEA y todos sus instrumentos, como la Carta Democrática, dejada de lado para las recientes elecciones venezolanas.

La Alianza del Pacífico, por el contrario, es un proceso de integración comercial que agrupa a México, Colombia, Chile y Perú, los países con las economías más abiertas en América Latina y que cuentan con tratados comerciales con todos los grandes mercados del planeta (Estados Unidos, Europa, China y países asiáticos) y que mantienen políticas económicas que promueven el mercado y la inversión privada. ¿Cuál sería entonces la encrucijada para la política exterior peruana?

En realidad, de lo que se trata, esde acabar con el modelo económico de mercado que en el Perú nos ha permitido reducir la pobreza y la desigualdad a un ritmo sin precedentes, para, en cambio, implementar las políticas proteccionistas de los países del Alba y el Mercosur. Estos últimos acuerdos han terminado enfocándose en construir barreras comunes para “defender” a sus miembros de la supuesta voracidad de los países más desarrollados.

Como ya hemos informado en el artículo Alianza del Pacífico: dirección correcta, esta alianza pretende potenciar las capacidades de sus miembros en su relación con el mundo global. El éxito de este bloque es tan evidente que otras naciones han mostrado interés en participar como observadores (Canadá, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Honduras, Paraguay, Panamá, Portugal, Uruguay, Australia, Japón, Nueva Zelanda y República Dominicana). Costa Rica ya ha sido aceptada como miembro pleno y Guatemala y Panamá han anunciado también su interés en incorporarse. ¿Cómo se entendería entonces la eventual idea de salirse de la Alianza del Pacífico? ¡Suena a locura!

Peor aún cuando el Mercosur se tambalea y empieza a hundirse, la Otra Mirada nos proponer cambiar de rumbo. Recordemos que el vicepresidente de Uruguay (parte del Mercosur), Danilo Astori, manifestó días atrás que “al mercado común nunca llegamos; la unión aduanera está destrozada y la zona de libre comercio no funciona porque no hay libre tránsito de bienes ni de servicios”. Asimismo, la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) solicitó la necesidad de liberar a Brasil del “chaleco de fuerza” del Mercosur. En el mismo sentido, la Confederación Nacional de Industrias de Brasil ha pedido “entrar totalmente en el juego mundial de buscar nuevas sociedades en el comercio mundial” y citó, como ejemplo, a la Alianza del Pacífico.

El presidente del Consejo de Comercio Exterior de la Federación de Empresarios de San Pablo (Fiesp), Rubens Barbosa, acusó al gobierno argentino de herir de muerte al Mercosur y sostuvo que el bloque dejó de lado lo comercial para ser un instrumento de política regional. Según el empresario “el Mercosur hoy, como instrumento de política comercial terminó, no vale nada para la apertura de comercio, ahora se transformó en un foro político”.

Hay pues que saber entender el porqué de la propuesta de la Otra Mirada, que el Perú abandone un bloque comercial exitoso y que se case con otro más bien político, que se empobrece y consume por el proteccionismo y orientación anti globalización (anti histórica) de sus miembros. Esta es otra maniobra edulcorada de la izquierda regresiva peruana, que no atina a salir de las trampas ideológicas que la anclan al mundo de la guerra fría.

La Otra Mirada nos quiere llevar al “Club de Pobres” latinoamericano, a militar con los países que privilegian la política antes que el desarrollo, a seguir el juego del tradicional realismo mágico. En cambio la Alianza del Pacífico nos permiteacceder amayores inversiones y comercio, posibilita que nuestros trabajadores compartan parte de la riqueza de los ciudadanos de esos países. El comercio con los países más prósperos es como si se instalara un sifón, que después del envío de nuestros productos y servicios, trae parte de su riqueza. Los peruanos ya elegimos, los resultados son buenos, ¡que tanto ruido, si el suelo está parejo!




Alianza del Pacífico: dirección correcta

Alianza del Pacífico: dirección correcta

El Congreso peruano acaba de ratificar el acuerdo de la Alianza del Pacífico, en el que México, Chile, Colombia y Perú, se integran entre sí, estando ya integrados al mundo global y teniendo orientaciones políticas y económicas similares. Este nuevo bloque supone la eliminación de todas las barreras, pues establece la libertad de movimiento de productos, servicios, capitales y personas de los países miembros de este importante espacio económico.

A diferencia de las experiencias anteriores, que se inspiraban en la búsqueda de la protección comercial de sus miembros del resto de países del planeta, la Alianza del Pacífico se orienta a potenciar las capacidades comerciales de sus miembros, de cara al espacio global. La alianza ha avanzado con más rapidez que las experiencias previas que fracasaron en el intento, como los bloques de la Comunidad Andina de Naciones – CAN  y Mercosur que se caracterizaron más por su excesiva retórica política y muy pocos avances comerciales y económicos.

La Alianza del Pacífico reúne a países cuyas economías siguen creciendo a un buen ritmo a pesar del difícil contexto internacional, tienen menor inflación, deuda pública y déficit fiscal, en comparación con los países del Mercosur.

Las perspectivas de éxito de este bloque son tan auspiciosas que otras naciones han mostrado interés en participar como observadores (Canadá, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Honduras, Paraguay, Panamá, Portugal, Uruguay, Australia, Japón, Nueva Zelanda y República Dominicana). Costa Rica ya ha sido aceptada como miembro pleno y Guatemala y Panamá han anunciado también su interés de incorporarse al bloque.

Roberto Abusada, uno de los principales impulsores de la apertura comercial peruana y de la propia Alianza del Pacífico, sostiene que la gran ventaja de este bloque es que tiene acuerdos comerciales con los países más industrializados del planeta y sus exportaciones e importaciones alcanzan el 60% de sus PBI, nivel superior incluso, al 51% de APEC. “Esto significa que no tienen costos económicos ni políticos con los vecinos que han conformado la alianza”, subraya.

Todo lo contrario, indica, sucede con el Mercosur (formado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela a punto de incorporarse), en el que cada país  maneja políticas económicas y comerciales dispares, políticas que se modifican o afectan de acuerdo a las recurrentes crisis económicas de sus integrantes. Abusada recordó que, cada vez que Brasil devalúa su moneda, la economía argentina se ve afectada y las autoridades gauchas reaccionan prohibiendo la importación de vehículos brasileños.

 

El gerente general de COMEX y ex ministro de Comercio Exterior, Eduardo Ferreyros, resalta que la Alianza del Pacífico es más que un TLC. Es un proceso de integración “vivo” que tiene entre sus objetivos unir las bolsas de valores, la homologación de las regulaciones, compras estatalese incluso acuerdos de doble tributación.

Ferreyros señala que la gran diferencia es que el Mercosur es un grupo de países que buscan una “´integración´ para cerrar sus fronteras al mundo”. “Tenemos un acuerdo de libre comercio con ese bloque. En el papel casi todos los productos peruanos están libres para entrar Brasil o Argentina, pero en la práctica existen una serie de barreras, autorizaciones y certificaciones, que hacen muy difícil el ingreso a esos mercados. Es muy diferente a lo que ocurre con los socios de la Alianza”, apunta.

Como se aprecia, mientras que el Acuerdo del Pacífico avanza viento en popa, el Mercosur parece tambalearse. El vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori, manifestó días atrás (ver diario El País de España: Astori apuesta por la Alianza del Pacífico y denuncia “inacción” del Mercosur) que “al mercado común nunca llegamos; la unión aduanera está destrozada y la zona de libre comercio no funciona porque no hay libre tránsito de bienes y de servicios”.

A su vez El País de Uruguay, informó en su nota Industrias de Brasil piden más TLC ante Alianza del Pacífico, que la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) solicitó la necesidad de liberar a Brasil del “chaleco de fuerza” del Mercosur. En el mismo sentido, la Confederación Nacional de Industrias de Brasil ha pedido “entrar totalmente en el juego mundial de buscar nuevas sociedades en el comercio mundial” y citó, como ejemplo, a la Alianza del Pacífico, al señalar que “reúne el 35% del PBI latinoamericano y más del 3% del comercio mundial”.

Como se observa las diferencias entre uno y otro bloque son abismales. Crecimiento económico, apertura comercial e inversión privada en la Alianza del Pacífico; trabas comerciales, proteccionismo e ineficiencias burocráticas en el Mercosur. La apertura comercial peruana es probablemente una de las reformas económicas más importantes de nuestra historia, entre otros muchos beneficios, permitió que el empeño y la creatividad de los peruanos lleve sus productos y servicios a competir con éxito en los mercados más exigentes del planeta, creando, al mismo tiempo, nuevas fuentes de riqueza. La Alianza del Pacífico ayuda a consolidar nuestra exitosa política comercial, no dejemos de resaltarlo y promoverlo entre todos nuestros ciudadanos. 




¿Desarrollo o juego político?

¿Desarrollo o juego político?

Uno no deja así nomás de jugar fulbito con sus patas del barrio, o de tomarse una chelita de vez en cuando en el bar de la esquina, por más que algunos de ellos sean medio ociosos o malandrines. Pero si se trata de la chamba, uno no puede dejar de hacerla de la mejor manera para llevar los frejoles a los hijos y darles la mejor educación posible. Con los países vecinos, es igual, no te debes pelear con los vecinos irresponsables sabiendo que estas condenado a vivir al lado, pero tampoco puedes seguir su mal ejemplo, porque ello supondría amenazar el futuro de tus hijos. El realismo-político nos impone hoy asumir una actitud, valga la redundancia, realista, en nuestras relaciones con los países vecinos, pero nunca debemos confundir la “política del barrio” con nuestros objetivos de desarrollo.

¿A qué viene esto? Durante sus presentaciones internacionales, el presidente Ollanta Humala le ha hecho guiños al estatismo y al libre-comercio, a los países de Unasur-Mercosur-Alba, y también a los de la Alianza del Pacífico, cuyos presidentes de  Chile, México Colombia y Perú se reunirán en Cali para eliminar el 90% de los aranceles de su comercio y avanzar en una integración esencialmente económica, dirigida a fortalecernos en nuestras relaciones con el mundo global.

Durante el Foro Económico Mundial  en abril del 2013 en Lima, por ejemplo, el presidente Humala señaló que “de una experiencia fuertemente pública en la actividad económica en la década del 70, pasamos al otro extremo, al de reducir al Estado a su mínima expresión”. Luego agregó: “Hoy venimos construyendo una actitud más equilibrada…venimos trabajando para que nuestro país se encuentre consigo mismo”.  Un claro piropo al estatismo.

En noviembre del 2011 en Paraguay, Humala dijo que defender el papel del Estado “era un pecado, porque iba en contra de la corriente neoliberal y de una ideología en que las personas se convierten en mercancía”. Además cuestionó a las grandes corporaciones que entablan demandas contra los estados. Otro piropo a los países del Alba.

Posteriormente, días después, durante la reunión de APEC en Hawaii, el presidente Humala se preguntó: ¿Por qué invertiría yo en el Perú? Primero, porque las condiciones macro económicas están dadas, hay estabilidad macro económica, vamos a acabar el año con un superávit fiscal, tenemos aproximadamente 50 mil millones de dólares en Reservas Internacionales y tenemos una política de seguridad jurídica basada en lo que firmamos, lo respetamos. Un pronunciamiento claro a favor del libre comercio que practican los países de APEC y los de la Alianza del Pacífico.

Sin embargo  durante las exequias de Hugo Chávez cambió de dirección. Sostuvo que “hablar del presidente Chávez es hablar del futuro porque seguía el sueño de la unidad latinoamericana” e, inclusive, cuando una periodista le consultó si Chávez era “un ejemplo a seguir para el mundo”, Humala Tasso respondió que sí lo era.

Luego vino la frustrada compra de La Pampilla y quedaron muchas interrogantes: Aparentemente, el jefe de Estado se siente más cómodo con Unasur-Alba-Mercosur, que en la Alianza del Pacífico, pero no nos olvidemos que una cosa es jugar fulbito y otra muy distinta, producir riqueza.

Alianza del Pacífico versus Alba y Mercosur

La Alianza del Pacífico reúne a México, Colombia, Chile y Perú sobre la base del libre comercio. Representa un mercado de 200 millones de personas y un producto bruto interno cercano a los 2 millones de millones de dólares, el 35% del total latinoamericano. En el 2012 exportaron casi el 50% de las exportaciones regionales y si constituyeran una sola nación sería la novena economía del planeta. Costa Rica y Panamá hacen cola para ingresar a la Alianza,y Canadá y España asistirán como observadores a la reunión de Cali.

La mayoría de los países del Mercosur y del Alba tienen economías sobreprotegidas, Venezuela y Argentina encabezan los rankings de déficit fiscal e inflación en la región. El proteccionismo es tan acendrado que, por ejemplo, Mercosur solo ha firmado acuerdos comerciales con Israel, Egipto y la Autoridad Palestina.

Si bien el realismo político nos obliga a mantener una política de buena vecindad con todos, no podemos dudar sobre de con qué políticas superaremos la pobreza y llevaremos a nuestros hijos al bienestar general. Fulbito con los patas, ok, ¿pero chamba?…, con los socios.