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“Alan García no era un personaje al que ibas a ver derrotado”

Entrevista a Federico Dantón García Cheesman
Perú21, 16 de Abril del 2023
Por: Jaime Bedoya

En abril de 2019, el expresidente Alan García acababa con su vida por propia mano. Cuatro años después, su hijo menor, Federico Dantón, llega a la mayoría de edad y habla de su padre.

Al hijo del expresidente obtener su DNI le tomó tres días de colas inmóviles y gestiones circulares. Lo mismo que a cualquier hijo de vecino. Nadie reconoció su apellido, común entre comunes, ni sus nombres. Él hizo lo posible para que desde su metro noventa y dos de estatura no lo identificaran como el hijo de Alan García.

Con el DNI en su haber, podrá votar por primera vez. Lo hará por el Partido Aprista, al que firmó su afiliación sobre el ataúd de su padre. Dentro de algunos años podría postular a un cargo público. O no. Al morir Alan, quiso estudiar Derecho y prepararse para una vida política. Ahora siente curiosidad por la banca de inversión. Sabe, como le dijo el secretario privado de su padre Ricardo Pinedo, que algún día tendrá que elegir entre ser Federico o ser Dantón.

Su padre, para algunos, fue el mejor presidente de la historia y es una tragedia que no esté presente ahora, en esta ominosa ausencia de liderazgo. Para otros, García fue la corrupción encarnada, el cinismo político llevado a su máxima expresión, e hizo lo que hizo como una brutal admisión de culpa. Para Federico Dantón García, antes que cualquiera de esos personajes polarizantes, el expresidente ausente es su padre ausente. Y quiere hablar de él en una calurosa mañana de un verano que no quiere irse.

¿Qué sabes de tu abuelo Carlos García, el hombre que nunca hablaba de sí mismo?

Un hombre de muy pocas palabras. Por eso le decían Fray Cartujo. Vivió entre la clandestinidad y el exilio. Por ello tuvo una relación complicada con mi padre. Él conoce a mi abuelo recién a los cuatro años, justo cuando acababa de salir de la cárcel. Así ha sido la vida de muchos hijos de apristas.

 ¿Cómo sale un hijo orador de un padre tan silencioso?

Por su abuela Celia. Ella era como es mi hermana Carla ahora, solo que en otra época. Alan García, el gran orador, fue formado por su abuela.

El día en que Haya de la Torre conoció a tu padre se emocionó al saber de quién era hijo. ¿Te sucede algo parecido?

Obviamente en el partido hay un peso del apellido. Me parece que la gente, cuando me ve, de alguna manera u otra ve la imagen de mi papá.

¿Ven el futuro del partido?

Bueno, ya hablaremos.

Pausa en un evento político, 2009. (Archivo familiar)

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de tu padre?

Estar en Palacio de Gobierno con él. Yo vivía ahí con él y, al mismo tiempo, en casa de mi abuela materna. Me acuerdo haber estado en la procesión del Señor de los Milagros. Me levantaron y me presentaron ante el Señor. No lo puedo olvidar.

¿Cómo era tu relación con Pilar Nores?

Siempre me trató muy bien cuando coincidimos en Palacio.

Entiendo que tú, pequeño y hambriento, le pedías tallarines a gritos…

A gritos, claro, ¡tallarines! Ella también me hizo probar las milanesas.

¿Pero gritabas ‘¡Pilar, tallarines!’?

Sí, tallarines. De Argentina trajeron dulce de leche. Me quería bastante la señora.

¿Tu padre te hacía notar que eras hijo de un presidente?

No lo veía tanto como Alan García, sino como mi papá. Lo acompañaba a los mítines y se me ponían los pelos de punta. Pero 30 minutos después estábamos en mi casa y estaba con mi papá. A él yo lo he tenido mayor, he tenido la suerte de tener a Alan García con tiempo libre. No como mis hermanos. Y con este tiempo libre mi papá creo que no sabía mucho qué hacer porque se pasaba muy pendiente de lo que hacía yo y conversábamos todo el día.

EL MITIN Y LO DOMÉSTICO. “Iba a los mítines y se me ponían los pelos de punta. Pero volvíamos a casa y era mi papá”. (Foto: Javier Zapata)

Vivieron fuera también.

Llegué a España a los diez años. Estuvimos tres años allá. En esos años, mi papá me mostró todo lo que pudo. A la ciudad que iba él tenía un mapa en su cabeza. No necesitábamos ver ningún Waze, nada. Estabas con Alan García y no sé cómo, pero se manejaba como si fueran sus propias ciudades. Yo era hincha del Real Madrid, él disfrutaba del fútbol como espectáculo. Fuimos varias veces al Bernabéu. Pero, cada vez que íbamos juntos, el Real empataba con el Eibar o perdíamos contra el Betis o el Alavés. En un punto le tuve que decir ‘papá, mira, yo te quiero, pero no podemos venir juntos’. Dejé de ir con él y empezamos a ganar.

¿Qué sucede cuando estalla Lava Jato?

Yo era chico. No le presté mucha atención. Seguíamos en España y mi padre, hacia el final de su vida, no veía periódicos ni noticias. Te imaginarás por qué. Nunca ese ambiente llegó a nosotros y mucho menos a mí. Él se ocupaba en educarme, culturizarme. Yo tenía una infancia feliz y creo que todo eso me ha blindado.

SEGUNDO PISO

Federico Dantón se queda en Lima en la casa de su padre, aquella en la que García se quitó la vida. Quedan pocos cuadros y fotos, ya repartidos entre los hermanos. En el primer piso aún se encuentra el pequeño sauna donde el expresidente sostenía con su hijo calurosas conversaciones sobre el mundo.

¿Tu padre se despidió de ti por teléfono?

Se despide a través de mi madre. Le pide a ella que me cuide. Pero sí, él se despide de mí y hay algo que quiero decir, que es algo que dice Carla también: la gente cree que lo que hizo mi papá fue un acto repentino, de desesperación. Ustedes, la gente que conoce a Alan García, me imagino que saben que no fue algo repentino.

Lo tenía pensado…

Alan García no era un personaje que se iba a morir por vejez. No lo ibas a ver con 80 años postrado en una cama. No era un personaje al que ibas a ver derrotado. Creo que ese acto es su huella en la historia.

Ante las señales previas, ¿no hubo un intento por disuadirlo?

Bueno, no es que hayamos hablado de un tema tan sensible. Especialmente conmigo. Yo tenía 13 años. Estamos hablando de Alan García. No es una persona común y corriente. Tú sabes lo convincente que podía ser mi padre. Si Alan García quería hacer algo, era muy difícil o imposible que tú lo hubieras hecho cambiar de parecer.

En el velorio te hiciste aprista y expulsaste a Ollanta Humala.

He sido aprista toda mi vida. Y lo de Humala, pues sí, me tocaba. Creo que no todo el mundo tiene el derecho de reivindicarse con mi padre. Él, y lo que significa para el Perú, está más allá de ser un instrumento político para alguien como Ollanta Humala.

Lectura filial de las memorias de una vida, 2019 (Foto: Javier Zapata)

¿Guardas resentimiento?

Algo que he aprendido de mi padre es que no se puede vivir odiando. Mucho menos en un país como el Perú. Un país en el que las cosas dan tantas vueltas. Mi padre vuelve del exilio y no tuvo rencor con nadie. Esa es una gran lección de vida que también me dio.

¿Ni siquiera con la gente del propio partido, muy cercana a él, que acabó acusándolo?

Bueno, ya eso es otra cosa, ¿no? Pero esa es gente a la que no…

¿No se le menciona?

La verdad que no. ¿Para qué? No gasto oxígeno en esos personajes. Al final, el tiempo pone todo en su lugar.

¿Te han increpado por ser su hijo?

La verdad es que no. Nunca me he peleado por mi papá. Nunca, nunca alguien me ha dicho nada a la cara. Ahora hay gente que dice ‘cómo no está, ojalá estuviera vivo, nos hace falta’. La verdad es que yo pensé que le iban a extrañar más rápido.

EN LA CASA DEL PUEBLO. Federico en el velorio de su padre. Ahí se afilió como aprista. (Foto: Archivo familiar)

En los funerales de tu padre tomaste la palabra. Salió la vena política.

Eso es algo que me gusta escuchar. Cuando se muere mi padre, empiezo a ir bastante al partido e ir a eventos. Había una especie de hueco. Yo sentía que tenía que llenarlo apoyando al partido. Sentía que había una especie de obligación moral de recordarle a la gente quién fue Alan García.

“Se lo debo”, dijiste ese día.

Exacto, se lo debo. O sea, no involucrarme directamente en la política, pero el estar acá… Porque, como te digo, siento que en mí hay, de alguna forma u otra, su presencia.

Tú podrías ser candidato al Congreso en 2030. Y a la Presidencia en 2040.

Has hecho las matemáticas. No es algo que tengo en mente ahora. Ahora estoy concentrado en mis estudios.

El partido se ha reinscrito…

Me da mucha felicidad. Me dan ganas de estar acá también. Me da gusto saber todo lo que ha hecho Carla por el partido.

Ella es una protagonista política.

Carla es una persona que tiene mucha voz y creo que sería muy eficiente para el partido, para el Perú, estando en el Congreso. Dicen Federico 2040, pero dime tú si Carla no tiene ese fuego, si no tiene ese ímpetu, esa voz, esa presencia. Creo que todos los García han desarrollado esa parte de mi papá en aspectos diferentes.

Vas a votar en las próximas elecciones por primera vez.

Voy a votar por el Apra. Pero todavía no sé si el Apra sabe quién será su candidato.

LA HABITACION PRESIDENCIAL PATERNA

Federico Dantón duerme en la habitación de su padre. La ropa del padre está intacta, así como las lecturas históricas y políticas apiladas en diversas torres. Hay una guitarra con la que Alan entonaba lo que él llamaba “el acorde García”. Para Federico, ese acorde sigue siendo un misterio.

En el arco donde solía jugar con el padre, 2023. (Javier Zapata)

Acabas de ser ciudadano y militas en un partido. ¿Por qué es importante que los jóvenes incursionen en política?

Si los jóvenes se dejan llevar por las pasiones y no por lo racional, suceden cosas como el tener un presidente como Pedro Castillo. Son cosas que golpean a un país. Votos incentivados por el odio u otros factores distorsionan.

El voto suele ser más emocional que racional.

Pero hasta cierto punto, ¿no? Hay límites. Y estos fijan la diferencia entre el odio y lo irracional. Si como joven no estás involucrado en lo que sucede en tu país, no te quejes después por los resultados.

Los partidos han puesto de su parte para generar ese rechazo también, ¿no?

Sí, claro, pero, hablando como aprista y del Apra, me duele ver este odio a las instituciones políticas. Somos un partido que lleva 99 años luchando por la democracia.

¿El peor cáncer de un partido es la corrupción?

La corrupción, la corrupción, la corrupción. Puede llegar a ser tan profunda como lo hemos visto en el Apra. Hay gente que no está con las mejores intenciones en un partido y eso es algo horrible. Es lo que más duele en el Partido Aprista. Es un partido en el que tenemos tantos mártires y tanta historia. Es un partido en el que hasta mi padre fue mártir.

Tu padre dejó como tuits fijados las declaraciones de Barata que decían: ´Yo no he hablado con García de esto´, etc. ¿Conversaste con él sobre las imputaciones en su contra?

La verdad que no.

¿Qué opinas al respecto?

¿De qué? ¿De lo que dijo Barata? No hay mucho que opinar, ¿verdad? Yo estoy seguro de que a mi padre lo querían meter en prisión preventiva, que no iba a terminar siendo así porque todos sabemos que Barata no iba a tener nada que decir. No tuvo nada que decir. No hasta después de muerto. Los fiscales fueron a tratar de ponerle la palabra en la boca, ¿no? Barata siempre dijo que no hubo nada. Hasta en un momento dijo: “Si yo le llevaba un maletín a Alan García, me botaba de Palacio de Gobierno”. Cuando sucedió todo, mi madre le escribió a Barata, porque él pudo haber prevenido esto hablando antes.

¿Qué respondió?

Nos pidió perdón, nos pedía perdón, nos pide perdón. No hay mucho que opinar acerca de Barata.

El dulce recuerdo de la infancia. Federico con su padre, 2018. (Foto: Archivo familiar)

¿Te has cruzado alguna vez con algún fiscal?

No, nunca. Ni quiero tener ningún contacto por aquello de…

¿El rencor?

No, no soy muy rencoroso, pero es lo que dicen del odio… es un veneno que uno se toma pensando que le hace efecto al otro. Yo no gasto tiempo en pensar en gente que ha perseguido a mi padre tanto tiempo y que aparte, creo yo, lo hace con un incentivo que no es el de la justicia.

Política ficción. A tu padre lo detenían ese día. Pasaban seis meses y era liberado.

¿Quién te asegura que eran seis meses? No creo que él hubiera querido eso, la verdad. Después de tantas injurias, tantas calumnias, toda una vida de persecución que al final llega afectándonos a todos, a su familia. Mi papá perdonó, pero no hubiera perdonado siempre.

¿La prisión no era parte de la cuota del sacrificio partidario?

Sí, pero, como un aprista que ha estado exiliado nueve años, como un aprista que ha dejado dos gobiernos al Perú, uno de ellos espectacular, dijo ya basta. Después de un gobierno como el segundo gobierno de mi papá, ¿qué más tenía que hacer Alan García para que ya no lo persiguieran? Mi papá sabía que eventualmente vendría otra persecución. Es que entiende: a mi papá lo arrinconaron. Pero mi papá siempre iba a hacer algo.

Pequeño habitante de Palacio, 2009 (Foto: Javier Zapata)

¿Te toca perdonarle por cómo terminó su vida?

No hay que perdonar, hay que agradecerle. Me dio una lección de vida que empezó antes de hacer eso. La importancia de la dignidad y de dejar tu huella en la historia. Dentro de 70 años la gente va a seguir hablando de Alan García. Dentro de 150 años la gente va a seguir hablando de Alan García. Eso que él llamaba la llama sagrada de la historia. Fue el final que mi padre hubiera querido. Muestra su libertad. Muestra su personalidad. Lo que él fue. Ese es el sello de Alan García. Muestra el último acto de libertad de mi padre.

¿Qué recuerdos físicos tienes de tu papá?

Mi padre era una persona que bromeaba bastante y teníamos bromas que solo los dos entendíamos. Desde chico él me decía “t´gye”, que nunca entendí qué era. Era una especie de ruido que le hacía pensar en mí. No sé. A mí desde chico me gustaba oírlo. Él lo escribió una vez en un papel y lo pegó en la pared del cuarto. Ese papelito hace poco yo me lo llevé a Miami. Lo tengo en mi cuarto. Cuando llegan mis amigos, ven ese papel y se preguntan ‘¿qué es esto?, ¿qué idioma es ese?’. Cuando me despierto y lo veo, es como estar en el cuarto de mi papá.

“Mi papá recién descubrió la comodidad a los 60″

“Mi padre hacía remo en La Punta. Los hacían correr a las 5 a.m. y mi padre tuvo la desgracia de tener los pies planos. Corrían todos, él al final. Entonces lo hacían nadar. Nadar y nadar. Disfrutaba mucho nadar. Se iba solo a Los Yuyos con su perro.

Él recién conoció la comodidad a los 60 años. No dejaba de usar sus zapatillas, las Crocs y el Fitbit. Hacerle un regalo era muy difícil, le gustaba lo simple, lo que significaba que mi madre sufría en su cumpleaños. Una profesora mía me dijo que tenía algo que solo podía ser para él. Se trataba de lo siguiente: una vez Haya de la Torre, emocionado en Acho ante la faena del torero peruano Alejando Montani, se sacó un anillo y lo lanzo al ruedo. Un anillo con su nombre. Mi profesora era su hija. Mi mamá le compró el anillo y se lo dio en una cajita en su cumpleaños. Él puso cara de ‘¿para qué?’, nosotros no nos regalamos joyas… Pero abrió la caja y era el anillo de Víctor Raúl. Ahora lo tengo yo en Estados Unidos.




Vargas Llosa: El inmortal efímero

Por: Rolando Arellano 
El Comercio, 13 de Febrero del 2023

“Y siendo muy cosmopolita, es quizás el más peruano de los escritores”.

Bienvenido al grupo de los inmortales efímeros, le dice Daniel Rondeau, miembro de la Academia Francesa, al incorporar a la institución rectora del idioma galo a Mario Vargas Llosa. Con ese oxímoron (una eternidad breve o un fuego frío) mostraba que tal vez lo más estable en la vida del poeta de “La ciudad y los perros” han sido sus grandes cambios y contradicciones.

Cambios en su estilo, pues, siendo parte del ‘boom’ de la literatura latinoamericana, solo rozó el realismo mágico (ese de las estatuas que lloran, el mal de ojo y las mariposas amarillas), que identificaba al movimiento. Más bien, mientras otros, García Márquez en especial, se ciñeron solo a este, Vargas Llosa trascendió en estilo y continuó vigente hasta hoy.

Contradicción en su posición política, pues si otros intelectuales latinos defendieron toda la vida al Fidel de su juventud, el escribidor siguió la más usual evolución del homo sapiens, la del joven izquierdista que quiere repartir porque nada le ha costado, al adulto conservador que quiere defender el fruto de su trabajo. Ser castrista de joven y marqués monárquico de viejo le permitió conectar por más tiempo con la mayoría de sus coetáneos.

Contradictoria, efímera y permanente fue también su vocación política, que lo llevó a postular a la presidencia del Perú; al no ser elegido por una mayoría ciudadana a la que nunca entendió, declaró que dejaría esa “abyecta” carrera. A pesar de ello, continuó haciendo activismo, generándose más antipatías que amores con sus permanentes escritos y declaraciones sobre la política peruana.

Y, siendo muy cosmopolita, es quizás el más peruano de los escritores. Nadie ha escrito sobre temas tan variados del país, la Lima miraflorina, la política de los 60, la mangachería piurana, la sierra de Mayta, la selva del caucho o la vida de Flora Tristán en el siglo XIX. Y hasta en sus obras sobre Brasil o República Dominicana se sienten imágenes de aquí. Si en su discurso insinuó que en París había superado los límites de su peruanidad, los comentarios en la academia le recordaban insistentemente sus colores rojo y blanco.

Y entre otros contrastes, como ser un francófilo nacionalizado español y un muy serio académico ‘habitué’ de las revistas de chismes sociales, ¿qué mayor contraste, casi oxímoron, que ser proclamado un grande de la lengua francesa, nunca habiendo escrito en ese idioma?

Discutido, sí. Controversial, ciertamente. No siempre simpático, quizás. Pero, sin ninguna duda, este peruano remarcable y hoy reconocido de manera tan especial en Francia es un orgullo para el país

Pensándolo bien, más que su estilo de escritura, quizás su vida sea, ella sí, un caso claro de realismo mágico. Que tengan una gran semana.




AL CHINO

Jaime Spak
Para Lampadia

Cuando empiecen a leer este articulo pensaran que estoy escribiendo sobre un expresidente.

Los artículos que he escrito, más del 95% son referidos a la política peruana y en estos momentos de incertidumbre y necesidad de energía en las decisiones gubernamentales, alguno añore la época que con una férrea decisión política se decidió poner fin a la época de terror que vivimos por más de 12 años en nuestro país.

Sobre todo, ahora que vemos una pasividad que ya linda con la dejadez, de no poder solucionar los problemas de bloqueos de diferentes lugares del Perú.

No hay que ser ingenuos, para pensar que los infiltrados lo hacen por un deseo de reivindicación.

Son financiados por el exterior y la policía no puede desbloquear las carreteras porque no hay decisión política.

Regresando al título de este artículo, estoy escribiendo sobre una persona muy especial a quien los amigos más cercanos le llamamos cariñosamente “CHINO”.

El Chino Jorge Deustua, compañero de la UNI, nuestra alma mater a la cual ingresamos hace 55 años, a pesar de haberse recibido de ingeniero, desde que salió de la UNI se dedicó a su pasión que es la fotografía.

No me equivoco si les digo que el chino Deustua es uno de los fotógrafos más importantes del Perú.

Jorge muy joven, emigro a Europa en busca de su musa, tanto del arte, como de su corazón.

Allí se codeo con toda la intelectualidad y fue muy amigo de Julio Ramon Ribeyro, con quien seguro pasaron horas y horas de tertulia.

El chino es un gran conversador y siempre tendrá alguna anécdota que contarte.

Profesor admirado por sus alumnos de la Universidad de Lima, hincha incondicional del Echa Muni, hace unos años emigro a Australia en busca de la felicidad en la tercera edad.

Fue profesor en la universidad de Brisbane y en estos días ha vuelto a su terruño.

Espero que, al leer este artículo, se decida a publicar el libro que ha escrito hace más de 15 años y sigue durmiendo el sueño de los justos.

Esta semana que paso, nos invitó a una exhibición de fotos de la muestra Ignus Fatus que hizo en Australia y que la pueden apreciar en el Bar Ole, ubicado en el Olivar junto al Tanta.

La trayectoria de Jorge Deustua como fotógrafo es muy amplia, las fotos que pueden apreciar son las que exhibió hace 7 años en la municipalidad de Miraflores.

De lo publicado por Jorge quiero destacar dos obras que me impresionaron.

Un libro de fotografía que les recomiendo: “En busca del héroe anónimo”.

Les voy a copiar un comentario sobre este libro, que dicho sea de paso hay fotos de los jugadores de futbol que clasificaron a México 70, extraordinarios.

Sobre este libro se ha escrito:

“La mayor virtud de esta fotografía poderosa es algo que podría definir la naturaleza entera de su obra: la forma precisa en la que puede capturar las más desgarradoras (o tiernas o incomprensibles) sensaciones humanas y devolverlas al espectador en su más sobrecogedora desnudez, como si al mirarlas algo invisible y profundamente hondo brotara de ese intercambio visual y, enfrentándonos, se instalara en nosotros. Ese hombre podría ser yo. El dolor de ese hombre podría pertenecernos a todos los peruanos. Es necesario observar las heridas frente al espejo para sanarlas. “

Pero una de sus mejores obras se llama justamente “Serie de la Guerra y pueblo de Sarhua- Ayacucho”, en donde pudo reproducir el extraordinario trabajo de los habitantes de ese pueblo de Ayacucho, que pintaron en unas tablas especiales todos los horrores que vivieron durante los años del terrorismo.

Y lo que iban pintando lo colocaban en la parte superior de las puertas de entrada de cada casa, para perennizar el horror de lo vivido.

Acá les dejo con otro comentario sobre su obra.

“Deustua retrató a las familias que habían migrado a Lima desde Sarhua, pueblo de Ayacucho, huyendo de la violencia política desencadenada por Sendero Luminoso. Posteriormente viajó a dicha localidad, en donde documentó el carácter de sus habitantes y las tablas pintadas que estos producían. Para entonces, solo un artista continuaba la tradición, y la labor de Deustua permitió la valoración de ese tipo de producción artística. Pero en un sentido más amplio, pudo dar cuenta de la vida y la violencia cotidianas en dicha región.” 

Por ello creo que en medio de esta crisis política y social que vivimos es importante un oasis de cultura y que mejor que ensalzando a intelectuales y artistas que merecen un lugar privilegiado en nuestra sociedad.

Salud, querido Chino y Echa Muni toda la vida. Lampadia




El arma secreta de los Estados Unidos según Bill Gates

El arma secreta de los Estados Unidos según Bill Gates

Por BILL GATES

GatesNotes

Publicación original de Reuters News Agency

18 de abril de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

Esta elección presidencial ha cautivado al país. Como muchos comentaristas han señalado, las elecciones primarias están más centradas en las personalidades que en la política. Si bien los partidos se centran en quién va a representarlos en el otoño, quiero explicar algo que espero que todos los candidatos estén de acuerdo en noviembre: la capacidad sin precedentes de Estados Unidos para la innovación. Cuando EEUU invierte en innovación, crea empresas y puestos de trabajo en casa, hace que los estadounidenses sean más saludables y seguros, salven vidas y luchen contra la pobreza en los países más pobres del mundo. Esto le ofrece al próximo presidente una gran oportunidad para ayudar a personas en EEUU y en todo el mundo.

Por supuesto, la capacidad de innovación de EEUU no es nada nuevo. Hemos estado inventando desde hace más de dos siglos: pensemos en Benjamin Franklin, Margaret Knight y  Thomas Edison. Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los EEUU lideró el mundo en las industrias de automóviles, aeroespacial, electrónica, medicina y otras áreas. Tampoco es complicada la fórmula para el éxito: La financiación gubernamental para nuestras instituciones de investigación produce las nuevas tecnologías que los empresarios estadounidenses llevan al mercado.

Lo que es nuevo es que cada vez más países están compitiendo por el liderazgo global y conocen el valor de la innovación. Desde el año 2000, el gasto en investigación y desarrollo de Corea del Sur (medido como porcentaje del PBI) ha subido un 90 por ciento. El de China se ha duplicado. Esencialmente, EEUU se ha mantenido igual. Es muy bueno que el resto del mundo esté invirtiendo más en innovación, pero si EEUU quiere mantener su rol de líder, es necesario que se esfuerce más.

He visto de primera mano el impacto que este tipo de investigación puede tener. Tuve la suerte de ser un estudiante cuando llegaron las computadoras a lo largo de la década de 1960. Al principio eran muy caras, así que era difícil obtener acceso a ellas. Pero la revolución del microchip, hecha posible por la investigación del gobierno de EEUU, cambió eso completamente. Entre otras cosas, permitió a Microsoft, la empresa que cofundé, escribir software que hizo de las computadoras una herramienta invaluable para la productividad. Más tarde, la Internet – otro producto de la investigación federal – de nuevo cambió el juego. No es casualidad que hoy en día la mayoría de las mejores empresas de tecnología todavía se basen en los EEUU y sus avances tendrán un enorme impacto en todas las áreas de la actividad humana. 

Mi ejemplo favorito es la salud. La inversión de EEUU en esta área crea puestos de trabajo bien remunerados en las universidades, las empresas de biotecnología y laboratorios del gobierno. Conduce a nuevos tratamientos para enfermedades, tales como terapias contra el cáncer. Se ayuda a contener las epidemias mortales como el Ébola y Zika. Y salva vidas en los países pobres. Desde 1990, la fracción de los niños que mueren antes de los 5 años se ha reducido en más de la mitad. Creo que esa es la mejor estadística de todos los tiempos y EEUU merece mucho crédito por hacerlo posible.

Los próximos años podrían traer aún más progreso. Con un poco de suerte, podríamos erradicar la polio, una meta que está a nuestro alcance gracias a las vacunas desarrolladas por científicos estadounidenses. (Polio sería la segunda enfermedad erradicada, después de la viruela en 1979, en el que EEUU también jugó un papel insustituible). También hay un emocionante progreso en la malaria: El número de muertes se redujo más del 40 por ciento del 2000 a 2012, como resultado del apoyo de EEUU, que brindó herramientas innovadoras como medicinas y mosquiteros. Sin embargo, para aprovechar al máximo estas oportunidades, necesitamos invertir más en investigación básica de salud y en áreas específicas como las vacunas. 

La energía es otro gran ejemplo. La investigación financiada por EEUU define el gran nivel de desarrollo de la producción de energía. Los primeros avances en la tecnología eólica y solar fueron desarrollados con fondos federales. Y esta investigación ofrece un buen retorno de la inversión. Entre 1978 y 2000, el Departamento de Energía gastó US$ 17.5 mil millones (en dólares de hoy) en la investigación de los combustibles fósiles y de eficiencia, produciendo US$ 41 mil millones en beneficios económicos. Sin embargo, hasta este año, el presupuesto de investigación del DOE no ha visto un incremento real desde la administración de Reagan.

Si aumentamos estas inversiones, podemos crear nuevos puestos de trabajo en el sector de la energía y el desarrollo de las tecnologías que le brindarán energía al mundo – y al mismo tiempo luchar contra el cambio climático, la promoción de la independencia energética y el suministro de energía asequible para los 1.3 millones de personas pobres que no lo tienen hoy en día. Algunas de las áreas más prometedoras incluyen la fabricación de combustible a partir de la energía solar, de la misma forma en que lo hacen las plantas; hacer que la energía nuclear sea más segura y asequible; capturar y almacenar carbono y la creación de nuevas formas de almacenar la energía que nos permitirá aprovechar la producción de energías  renovables.

En este momento hay un gran impulso de la investigación de energías limpias. El año pasado, los líderes de 20 países, incluyendo EEUU, se comprometieron a duplicar las inversiones federales en esta área. Como complemento a este importante esfuerzo, ayudé a lanzar la Breakthrough Energy Coalition, un grupo de inversores privados que apoyarán a prometedoras empresas de energía limpia. (Ver: Inversiones de alto riesgo en energías limpias). El próximo presidente tendrá la oportunidad de acelerar este impulso.

La inversión en I + D no significa que el gobierno seleccione ganadores y perdedores. Los mercados van a hacer eso. Se trata de hacer lo que sabemos que funciona: realizar inversiones limitadas y dirigidas a sentar las bases para los empresarios de EEUU. Este enfoque ha sido fundamental para el liderazgo de décadas de EEUU y se volverá más importante en los próximos años.

A finales de este verano, los partidos políticos habrán elegido a sus líderes y comenzarán a mirar hacia las elecciones de noviembre. Los candidatos expondrán su visión para EEUU y su agenda para lograrlo. Estas visiones probablemente tendrán más diferencias que similitudes. Pero espero que todos estemos de acuerdo que, sin importar cómo veamos el futuro de EEUU, siempre habrá un rol esencial para la innovación. Lampadia