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ONP: Inclusión o Exclusión

ONP: Inclusión o Exclusión

Presentación de Pablo Bustamante Pardo, Director de Lampadia, en el evento: “Hacia un Sistema de Pensiones Inclusivo”, organizado por la y UPC, el lunes pasado.

El Perú fue uno de los primeros países en el mundo, en adoptar un sistema previsional de capitalización individual, que permite superar la trampa de los quiebres de financiamiento que han perseguido a todos los países desde la instauración de los sistemas de pensiones estatales en 1883, por iniciativa de Otto von Bismark, el ‘Canciller de Hierro’ de Prusia y unificador de Alemania.

En 1980, José Piñera ideó un sistema de pensiones contributivo de capitalización individual. Desde entonces, el Sistema Privado de Pensiones (SPP) ha sido adoptado por muchos países, que han encontrado en él, la posibilidad de ofrecer pensiones sostenibles que no absorban parte importante de los siempre escasos recursos públicos.

Como toda creación humana, este sistema tiene que irse adaptando en el tiempo a cambios estructurales, como, por ejemplo, el incremento de la esperanza de vida. Una realidad demográfica que afecta todos los esquemas pensionarios, que eventualmente debería llevar a incrementar los años de trabajo. Sin embargo, las políticas populistas propician jubilaciones más tempranas.

Más allá de las necesidades de hacer ajustes, el SPP es una clara expresión de capitalismo popular, que liberó a los jubilados del Estado, de su condición de rehenes de la politiquería de las izquierdas de las ‘ideas muertas’. Razón por la cual, el sistema fue víctima de largas campañas de desprestigio y formación de mitos, que, en el caso del Perú, terminaron por desdibujarlo ante la opinión pública.

Veamos donde estamos:

En el Perú, el talón de Aquiles de los sistemas pensionarios, tanto del SPP, como del Sistema Nacional de Pensiones (SNP), administrado por la ONP, es que su cobertura solo alcanza a los trabajadores del sector formal. Esto deja fuera de los beneficios previsionales al 75% de la PEA.  

Una buena solución a esta deficiencia es el canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP. Veamos:

Propuesta para el canje de IGV por aportes individuales

En enero del 2014 Lampadia propuso usar parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores. Ver en LampadiaEl IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
  • Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados. También será necesario ver como se establece una pensión mínima que podría lograrse mediante aportes complementarios del Estado, adicionales a lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

Lamentablemente, esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. El gobierno de PPK tampoco se allanó a analizar la propuesta. Ver en Lampadia: Agarremos el toro por las astas – Sobre formalización, pensiones e IGV. (Julio, 2016).

Pero, además de la gran exclusión, se generó una dolorosa discriminación con quienes se propició se mantuvieran en un sistema contributivo de reparto estatal, el SNP, que los castigó con una serie de maleficios. Veamos:

Uno de los castigos más importantes a los afiliados de la ONP es el requerimiento de mantener aportes de más de 20 años para poder recibir una pensión, que como veremos más adelante, afecta a muchos trabajadores.

Desde un punto de vista social y económico, el SNP, es cada vez más insostenible, pues con el aumento de la esperanza de vida de nuestra población, habría que cubrir pensiones durante más años, con un sistema que ya arrastra un importante déficit de financiamiento. Ello determina que un país pobre como el Perú, con mil necesidades insatisfechas, con brechas económicas y sociales que no alcanzamos a cubrir (en educación, salud, e infraestructuras, entre otras), tenga que dedicar recursos fiscales crecientes para sustentar el pago de pensiones. Algo que, de no corregirse, incapacitará al Estado para solventar sus necesidades y determinará continuos retrasos en los ajustes de los montos de pensiones, o, en otras palabras, menores pensiones.

Otro castigo del sistema de reparto del Estado, es que genera menor rentabilidad con los aportes de sus afiliados, en comparación con la que obtiene el SPP, que duplica el rendimiento de sus inversiones.

A julio del presente año, las pensiones de jubilación, de invalidez y de sobrevivencia que ofrece el sistema privado son también, claramente mejores de las que aporta el sistema estatal.

Como indicamos líneas arriba, si un afiliado al sistema estatal no acumula 20 años de aportes, no solo se queda sin pensión, además, pierde todos los fondos que haya aportado. No se le devuelve ni un Sol. Según el IPE, dos tercios de los afiliados a la ONP, no recibirán pensiones y perderán todo lo aportado. Algo abusivo e inaceptable, que se sigue fomentando, al promover las afiliaciones al SNP de la ONP.

Pero, por otro lado, la situación actual, de debilidad de la imagen del SPP, de pensiones, no es gratuita. En ello han confluido varios elementos: 

  • Falta de cobertura

75% de la PEA, los trabajadores que no son parte de la formalidad, están excluidos de ambos sistemas pensionarios, y eso determina una falla estructural.

Como se explica líneas arriba, una buena solución a esta deficiencia es el canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP.

  • La publicidad de las AFPs y su relacionamiento con los afiliados

Es muy lamentable que los operadores del sistema, hayan privilegiado una competencia de atributos patrimoniales, accionarios, y hasta inmobiliarios, antes que difundir los beneficios del sistema de capitalización individual.

  • Falta de transparencia

No se logró tangibilizar y hacer más cercano a los afiliados, el SPP.

  • Políticos irresponsables

Lamentablemente, las debilidades y falencias del sistema, como la insuficiente cobertura, fueron aprovechadas por políticos irresponsables, que se permitieron jugar partidos de conveniencia política individuales de corto plazo, a costa de los beneficios de largo plazo del conjunto de la sociedad.

La aprobación del retiro del 95.5%, contó con la anuencia de Keiko Fujimori, por un cálculo político muy equivocado. Así mismo, más allá de los impulsores de la norma, retratados en la imagen anterior, debe singularizarse la vergonzosa actuación del entonces presidente del Congreso de la República,  Luis Iberico, que promulgó la ley por insistencia, sin haber buscado previamente, espacios serios de debate.  

Pero, el puntillazo al SPP fue la absurda norma promulgada durante el gobierno del nacionalismo, que permite que los pensionistas de SPP, al cumplir 65 años, puedan retirar hasta el 95.5% de su fondo individual. Algo, que tal como se advirtió, dejará sin acceso a pensiones a la gran mayoría de afiliados del sistema, pues, como ya se ha comprobado desde la incepción de la ley, los fondos que se retiran (por la gran mayoría de afiliados), no se reservan para sustentos pensionarios.

Factualmente, se puede afirmar, que, con esta medida, el 75% de los peruanos no está cubierto por los sistemas pensionarios (SPP y SNP), y los afiliados al SPP, en más de 90%, tampoco tendrán pensiones. Esto genera una tremenda amenaza para la salud fiscal del Estado, pues, ante la carencia de pensiones y el consiguiente drama social que se generaría, el Estado se verá, eventualmente, compelido a universalizar algún sistema, como Pensión 65, a todos los peruanos. Algo inmanejable desde el punto de vista fiscal, y que condenaría a los peruanos a tener pensiones miserables.

Los argumentos de los políticos populistas que forzaron el tema del 95.5%, se caen por su inconsistencia. Ver en Lampadia: La reforma de las pensiones. Uno muy llamativo es el caso de los jubilados viudos en Japón, que prefieren ir a la cárcel, que vivir con sus pensiones de reparto. Ver: Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones.

En resumen:

  • El SNP es una suerte de estafa a los peruanos que se ha propiciado, se mantengan en el sistema de reparto estatal, y se debe propiciar su traslado al SPP.
  • El SPP debe ser reparado de inmediato para corregir los perniciosos impactos del retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad.
  • Debe desecharse el absurdo (y secreto) proyecto del gobierno de PPK, basado en la creación de un monopolio estatal para manejar buena parte del sistema de pensiones.
  • El SPP debe ser universalizado, cambiando la base de contribuciones de todos los ciudadanos, a un mecanismo de canje parcial de pagos por IGV, por aportes individuales al SPP.  

Lampadia

 




Desarrollar una gran alianza con el pueblo

Desarrollar una gran alianza con el pueblo

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

Si el nuevo gabinete que preside Mercedes Araoz quiere afianzar la gobernabilidad y realizar las reformas que el país necesita para salir de la trampa de los ingresos medios, tiene que empezar por acercarse a los sectores menos conectados al mercado y al mundo de la formalidad. Tiene que establecer puentes con los sectores menos integrados, con el pueblo. Tiene que cambiar el signo del gobierno y a percepción que existe acerca de él.

Fuente: martarepupilli.com

En el campo

Desarrollo rural integral, Sierra Productiva y reconversión de Juntos

Lo primero es enganchar con el vasto número de familias campesinas andinas, para apoyar decididamente sus esfuerzos de incorporación económica y cerrar de una vez por todas la vieja herida colonial. Para ello necesitamos una política de desarrollo rural integral agresiva. Eso significa:

  • Masificar los reservorios familiares
  • Multiplicar el riego por aspersión
  • Desarrollar pastos cultivados
  • Y otras tecnologías de Sierra Productiva en las familias campesinas (comenzando con 100 mil familias)
  • Reconvertir Juntos de manera gradual en un programa productivo para que las familias pasen de recibir dinero a generarlo -elevando su dignidad
  • Integrar estas políticas con las de vivienda y saneamiento rural, con los programas de lucha contra la desnutrición y la anemia, con la transformación de las escuelas rurales en escuelas productivas y con los Institutos Viales Provinciales.

Todo esto articulado desde la PCM como programa integral prioritario.

Titulación

Al mismo tiempo, empoderar a las comunidades y familias con la titulación de la propiedad comunal y también individual o familiar al interior de las comunidades que lo pidan, para ponerlas en igualdad jurídica con el resto de la nación, permitirlesuna relación más horizontal con las empresas mineras y que puedan firmar contratos para la siembra de plantaciones forestales maderables en sus tierras, con empresas forestales modernas. Esto mismo en la Selva, donde, además, hay 300 mil familias que producen 450 mil has. de café que podrían triplicar sus rendimientos si hubiese una política de mejora de la productividad.

Alianza con los pequeños mineros

Cesar el acoso legal contra los mineros informales derogando los decretos legislativos que establecen requisitos que no se pueden cumplir, y pasar a una política de formalización y de apoyo tecnológico a los pequeños mineros a partir de la fiscalización de las plantas procesadoras.

En las ciudades

Incorporación masiva a Essalud y pensiones

En las ciudades el gobierno podría avanzar rápidamente con la incorporación de la gran cantidad de independientes e informales a Essalud y al sistema de pensiones permitiendo que parte del IGV que pagan en las compras que hacen puedan aportarlo a esas instituciones, tal como lo ha propuesto Lampadia. Esto, de paso, ayudará a la formalización y a una mayor recaudación, facilitadas también por la masificación de los comprobantes de pago electrónicos que podrían ser emitidos desde cualquier celular. El ministerio de la Producción deberá convertirse en una gran agencia de desarrollo de los pequeños negocios. 

CLAS en postas y escuelas

Lo ideal sería restablecer los Comités Locales de Administración de salud (Clas), donde las comunidades locales conforman un directorio que gestiona las postas médicas. Y hacer lo mismo con los colegios, devolviéndoles autonomía, y transferir los mejores colegios a sus profesores dentro de un sistema de vouchers o cupones, como propuso en su momento Pablo Bustamante.

Simplificación y anti corrupción

La presidenta del Consejo de Ministros debería, además, desplegar un liderazgo activo en las políticas de simplificación administrativa, eliminación de procedimientos que no pasen el análisis de calidad regulatoria, la aplicación de tupas estandarizados y la digitalización del Estado, haciendo ver como eso facilita la vida al ciudadano y al empresario.

Estas reformas deben venir acompañadas de una fuerte campaña contra la corrupción movilizando denuncias de la gente. Hay que generar una cruzada anti corrupción.Y exigir el ISO Anti-soborno a todos los estudios de abogados y empresas constructoras que contraten con el Estado.

Meritocracia

Pero un Estado al servicio de la gente supone un Estado profesional y meritocrático. La meritocracia debe convertirse en una gran causa. Al respecto, lo primero es ponerle voluntad política a la implementación del régimen de la ley de Servicio Civil, que no parece estar en el radar del gobierno, en todo el Estado, incluyendo los gobiernos sub nacionales donde el patrimonialismo cunde. Complementariamente, la PCM podría crear una comisión para diseñar la reforma de la descentralización, a fin de recuperar la eficiencia de la gestión estatal.

Atención primaria de la justicia penal

Además, en las ciudades es necesario atacar de manera efectiva la inseguridad y la impunidad, que afectan más a los que menos tienen. Se trata de ponerle más fuerza a las políticas basadas en la colaboración municipal-policial y al programa de Barrio Seguro, yendo a una policía comunitaria. Pero, para frenar la desalentadora sensación de impunidad que se manifiesta cuando se libera a pequeños delincuentes y raqueteros, es necesario juntar en locales municipales a la Policía, un fiscal, un juez y una carceleta, de modo de poder condenar a penas de días o semanas a dichos pequeños delincuentes, juzgándolos en flagrancia de ser posible. Es decir, establecer una política de atención primaria de la justicia penal. El Acuerdo Nacional por la Justicia debería servir para coordinar y expandir esta política, que contaría con la facilidad de que los locales serían proporcionados por las municipalidades distritales.

La gran inclusión laboral

Una vez que el gobierno ha establecido una alianza clara con los sectores populares rurales y urbanos a través de estas distintas políticas y programas, entonces puede plantearse buscar un diálogo profundo con la CGTP, la CTP y las fuerzas políticas para buscar una legislación laboral inclusiva, que permita que esos mismos sectores populares, que no tienen derechos laborales, empiecen a tenerlos. Esta sería la revolución inclusiva más importante de las últimas décadas. Lampadia

 




La reforma de las pensiones

La reforma de las pensiones

El gobierno dice que está trabajando en el diseño de una reforma integral de la protección social, cuyo objetivo sería que las personas estén amparadas  cuando se enfermen, cuando pierdan el empleo y cuando dejen de trabajar en la madurez. La manera clásica, bismarckiana, de acceder a esos beneficios ha sido por medio del empleo formal, que es el que permite acceder a un seguro social de salud, a una pensión de jubilación y a una indemnización o seguro por despido.

Pero en el Perú el empleo es mayoritariamente informal. Por lo tanto, una reforma integral debe comenzar por facilitar la formalización del empleo, es decir, por la reforma laboral, pero debe complementariamente buscar formas de aseguramiento o protección que no dependan únicamente de las relaciones laborales formales y que cubran a los trabajadores independientes, carencia que ha sido el Talón de Aquiles del Sistema Privado de Pensiones (SPP), dando pie una serie de ataques populistas.

Pues en nuestro país ni siquiera el empleo formal asegura una protección social efectiva. Por ejemplo, la atención de Essalud es muy deficiente. Muchos días para conseguir una cita y meses para obtener turno para una intervención quirúrgica. Esto se debe fundamentalmente a problemas de gestión, pues en los dos hospitales concesionados mediante APPs de ‘bata blanca’, el nivel de servicio es muy bueno y al mismo costo de las atenciones directas. Pero también se debe al reducido número de aportantes debido a la alta informalidad. Es un círculo vicioso. Pero un factor importante es el populismo legislativo, que eliminó las aportaciones correspondientes a las gratificaciones. Y, mucho más grave aún, eliminó en buena cuenta las  pensiones del SPP con la ley que permite retirar el 95.5% de los aportes realizados al momento de la jubilación.

El resultado de esta ‘iluminada’ ley promovida por los peores congresistas de la historia peruana, ha sido que coincidentemente el 95% de las personas que se jubilan en el SPP retiran de manera inmediata todo el fondo que han acumulado. Es decir, renuncian a recibir una pensión mensual por el resto de sus vidas. Algo absolutamente previsible, dada la naturaleza de los seres humanos, advertido a los legisladores e ignorado con desfachatez por todos ellos.

En efecto, esta ley se aprobó en los estertores del gobierno anterior, en abril del 2016 y, según información brindada por la Asociación de AFPs, ya desde el mes siguiente, mayo de ese año, solo el 1% de las personas que se jubilaron decidieron convertir su fondo en una pensión hasta el final de sus días. El 95% optó por retirar el 95.5% de su ahorro pensionario y alrededor de un 4% decidió alguna combinación de ambas opciones.

Lo más probable es que esta ley termine siendo un boomerang contra el fisco, porque no es que los que retiraron su fondo lo hayan invertido en algo mejor. A partir de los datos existentes, la Asociación de AFP concluye que probablemente el 60% de los fondos retirados se fueron a alguna forma de consumo. El monto de dinero retirado por las personas supera el 1% del PBI del 2016, pero “los depósitos realizados por las personas naturales a diciembre 2016 en el sistema financiero, ascienden a un total de S/107,976,790, solo mayor en S/2 mil millones a lo registrado en el 2015; este incremento representa el 40% de lo que los afiliados al SPP retiraron de sus fondos de pensiones (S/5,836 millones)”, precisa la nota.

Lo que queda claro es que en el Perú el empleo formal ya no asegura una pensión. El resultado de esta irresponsable ley es que el porcentaje de personas con pensión en el Perú, que era apenas de 30%, ¡se reducirá a 10%! ¿Qué vamos a hacer dentro de 20 o 30 años? ¿Todos pasaremos a pensión 65? ¿Cómo se sostiene eso?

Es evidente, entonces, que una parte fundamental de la reforma de la protección social debe contemplar la derogatoria de la ley del 95.5%, quizá permitiendo retirar del fondo propio solo aquello que esté por encima de una pensión mensual básica a determinarse.

El sistema de pensiones como tal requiere una reforma que permita integrar el sistema público y privado dentro de un esquema de capitalización individual. El gobierno estaría pensando en centralizar la gestión  administrativa de las pensiones en una entidad (pública o privada) que maneje las cuentas y las relaciones con los clientes, de modo que las AFP se concentren solo en el manejo de las inversiones. Otro disparate, pues se crearía un monstruo administrador con capacidades monopólicas y sin lugar a dudas, con una muy mala calidad de servicio.

Algo que deberíamos tener claro a estas alturas, es que los mejores sistemas de pensiones existentes, son los basados en capitalizaciones individuales. El que el gobierno no se pronuncie hasta ahora sobre esto, es solo producto de la cobardía de los funcionarios que temen las reacciones políticas de los enemigos del sistema privado de acumulación individual y que prefieren  sorprender al país con un nuevo esquema que se aprobaría entre gallos y media noche.

El reto más importante del sistema de pensiones es que cubra adecuadamente a los trabajadores independientes e informales. Para ello se hace necesario poner en práctica mecanismos que incentiven el ahorro pensionario de los independientes, de aquellos que no tienen una relación laboral formal. En Lampadia hemos propuesto repetidas veces que las personas puedan destinar una parte del IGV que pagan cuando compran algo, a su cuenta individual en una AFP. Lo que, de paso, ayudaría a formalizar las empresas vía el pedido de facturas a los comerciantes y proveedores. Una alternativa, pobre, que se estaría estudiando es establecer aportes automáticos y obligatorios en los recibos de agua, luz y telefonía.

Por otro lado, según los trascendidos, el equipo del gobierno que está diseñando el nuevo esquema, habría adoptado la filosofía del consultor del BID, Santiago Levi, que propone dejar los impuestos directos como el de la renta, para basar los aportes en los impuestos indirectos como el IGV. Una idea positiva en cuanto a la ampliación de la cobertura del sistema, pero con una gran falla, pues postula que la recaudación vaya a un gran pozo para crear un sistema de reparto, con pensiones igualitarias.

La propuesta de Lampadia, de enero 2014, consiste en usar parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción. Ver: Sobre formalización, pensiones e IGV.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que conlleva, así como Pensión 65 (¿?)
  • Se podría ir eliminando las exoneraciones e inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que junto con el ahorro generado al cerrar el déficit de la ONP, podría compensar (total o parcialmente) los puntos que se usen en los canjes individuales.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados.

También será necesario que se establezca una pensión mínima que podría lograrse mediante aportes del Estado que complementen lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

No vaya a ser que el gobierno nos sorprenda con un sistema equivocado o mediocre, que no haya podido ser debatido en la sociedad civil. El congreso anterior, bajo la presidencia del irresponsable Luis Iberico, puede haber apurado,  en su undécima hora, barbaridades, pero hoy, estos temas deben ser cuidadosamente analizados por todos los estamentos que tengan la capacidad de aportar. Lampadia  




Islandia recupera la salud

En una reciente conferencia de prensa, el gobierno islandés anunció que levantará casi todos los controles de capital, permitiendo a sus ciudadanos, corporaciones y fondos de pensiones acceso completo a los mercados mundiales de capitales. Esta medida pone fin a una lucha por la recuperación después de ocho años de crisis financiera, desde el 2008, en que se desencadenó la peor recesión en más de seis décadas de su historia.

Fuente: Testedich

El primer ministro Bjarni Benediktsson dijo que este paso final “creará más confianza en la economía islandesa”, y la medida más significativa es la eliminación del requisito de que las empresas devuelvan divisas. “Eso facilitará la inversión extranjera directa”, dijo en una entrevista después de la conferencia de prensa.

Para entender mejor la situación actual de Islandia, es importante recordar que en 2008 el país sufrió una enorme crisis bancaria. Tres grandes bancos (Landsbanki, Kaupthing y Glitnir) habían acumulado activos 14 veces más grandes que la producción anual de toda la economía islandesa. Entonces, cuando el masivo sector bancario de Islandia cayó, el gobierno tuvo que absorber las pérdidas e imponer controles de capital.

Fuente: JustGiving

¿Por qué? En los años previos a la crisis, los inversionistas habían acumulado activos islandeses, y los islandeses mismos habían sacado una gran cantidad de deuda en moneda extranjera (porque esa deuda denominada en el extranjero tenía tasas de interés inferiores a las de la moneda islandesa). Cuando golpeó la crisis bancaria, el valor de la krona cayó en picada.

Los controles de capital protegieron a Islandia de varias maneras: desaceleraron la fuga de capitales; los inversionistas que habían acumulado grandes posiciones en activos islandeses no pudieron venderlos. También limitaron la medida en que los inversores que poseían activos denominados en krona en el extranjero podían obtener un rendimiento en divisas. Evitaron que esos activos fueran devueltos a Islandia y vendidos por kronas, que entonces podrían haber sido intercambiados fácilmente por otras monedas. Estos límites impidieron que la krona se depreciara tanto como lo hubiera hecho de otro modo.

Fuente: TravelRoach

El año pasado, el Gobierno comenzó a eliminar los controles de capital, al relajar las restricciones para los residentes del pequeño país. La semana pasada se eliminaron los últimos controles de capital. Además, en los últimos años, la recuperación económica de Islandia se ha visto reforzada por un auge turístico. En 2016, aproximadamente 1.8 millones de personas visitaron el país, según la Oficina de Turismo de Islandia, que representó un aumento del 40% respecto al año anterior. La tasa de crecimiento económico de Islandia aumentó en el último año, impulsado por el turismo, a un 7.2%.

La moneda del país se disparó un 18 por ciento frente al euro en el último año, mientras los operadores observaban las relativamente altas tasas de interés de Islandia.

Admirablemente, tomaron medidas extremas y con gran disciplina recuperaron la salud. No cayeron en la tentación de perennizarlas y hoy han podido normalizar su situación. Islandia espera que la medida abra el camino para que los fondos de pensiones islandeses inviertan en el exterior y mejoren las perspectivas para la inversión extranjera en el país. Lampadia

El final de una saga

Islandia levanta su control de capitales

Finalmente, el país marca una recuperación simbólica de su crisis financiera
Fuente: Alamy

The Economist
16 de marzo de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

Islandia fue una de las víctimas más afectadas por la crisis financiera de 2007-08, pero esta semana el país tomó medidas que simbolizan su recuperación. Levantaron los últimos controles sobre salidas de capitales, permitiendo que los fondos de pensiones e inversiones inviertan en el exterior. Y el banco central llegó a otro acuerdo con titulares extranjeros de activos congelados denominados en kronas, readquiriéndolos con un descuento.

La experiencia de crisis de este país fue una historia cautelosa de un sector financiero exuberante. Tres de sus bancos, con activos valorizados en 14 veces su PBI, se desplomaron en una semana; la krona se redujo en un 70% en un año; Islandia fue el primer país rico que necesitó un rescate del FMI desde Gran Bretaña en 1976.

Para frenar las salidas de capital y caídas adicionales de la krona, en 2008 el gobierno impuso restricciones al el dinero que salía del país. Las medidas también congelaron las explotaciones en alta mar de activos denominados en kronas, que en ese momento ascendían al 40% del PBI. Incluso el FMI, generalmente a favor de políticas de libre mercado más ortodoxas, apoyó los cambios. No obstante, el país experimentó una grave recesión, con un PBI que disminuyó en más de 10% ese año.

Ocho años después, las cosas parecen estar mejorando. El préstamo del FMI fue pagado rápidamente, en 2015. El PBI aumentó un 7.2% en 2016, impulsado por una explosión en el turismo: se espera que el número de turistas supere los 2 millones este año, siete veces la población. A medida que la economía se ha recuperado, las restricciones de capital se han relajado. Se espera que la última liberalización enfríe un poco la economía, dice Jon Danielsson del London School of Economics. Al detener la inversión en el exterior, los controles de capital pueden haber inflado los precios de los activos domésticos; los precios de la vivienda han subido alrededor de un 16% en un año. Las salidas también deberían reducir la presión sobre la krona, que subió un 16% frente al euro en 2016, pero ha caído un 3.5% desde el anuncio.

El problema de Islandia es que su ciclo económico no está en sintonía con los de otros países ricos, dice Fridrik Mar Baldursson, de la Universidad de Reykjavik. Antes de la crisis, los inversionistas buscaron beneficiarse de la brecha entre los altos tipos de interés islandeses y las tasas más bajas en otros lugares, endeudándose en el extranjero para invertir en Islandia. Con la tasa de interés de la krona ahora en 5%, el “carry trade” ha resurgido. El banco central está desvirtuado: si disminuye las tasas para disuadir al dinero extranjero, corre el riesgo de aumentar aún más la economía nacional.

Por lo tanto, aunque los controles sobre las salidas de capital se levantaron esta semana, se ajustaron los de entradas. Intentan atenuar la atracción de invertir en Islandia al hacer que los inversionistas mantengan el 40% de su dinero en cuentas que no devengan intereses durante al menos un año. Danielsson teme que especuladores insistentes encuentren una manera de entrar, pero la medida es al menos un paso en la dirección correcta para evitar la reanudación de la saga de 2008. Lampadia




Informalidad, contabilidad y matices de gris

La siguiente reflexión de Peter Sanguineti, que presentamos líneas abajo sobre como tratar el deseable paso entre la informalidad y la formalidad, nos revela una serie de elementos de la realidad de la mayoría de esos peruanos trabajadores a los que no les dimos otra oportunidad de vida.

La idea llevarlos al mundo de la formalidad es hoy día muy necesaria, pero esto debe hacerse rescatando sus capacidades y sus sustentos de vida, sin destruir una realidad que, tal como está definida nuestra profusa y ciega normativa, puede ser incompatible con ella.

Formalización Intituto continental

Fuente: Instituto Continental

El tema de la formalización es crucial para el desarrollo futuro del país. En Lampadia hemos presentado anteriormente esta realidad en: La Realidad del Perú Informal y el retorno a la miopía. Más recientemente, hemos propuesto ligar este objetivo de formalizar al tratamiento del IGV y el de las pensiones, ver: Sobre formalización, pensiones e IGV

Peter Sanguineti

Para Lampadia

Lo que hace décadas era un tema tabú deliberadamente soslayado en los planes de gobierno, se ha convertido finalmente en una fuente de preocupación ineludible y no es para menos. Se hace indispensable incorporar la economía informal a la formalidad.  Es evidente por tanto que una de las tareas fundamentales del presente gobierno consista en dictar las políticas necesarias para enfrentar este problema del que depende la viabilidad del Perú como nación.

En su habitual columna dominical Richard Webb (Un debate informal) se ha referido a la informalidad desde otro enfoque, haciéndonos notar el error de declarar una guerra contra la informalidad al mirarla desde la perspectiva del blanco puro y el negro puro como si en esta realidad no existiera un sinfín de gradaciones de gris.  

A mi juicio la informalidad no es todo lo malo que los economistas, académicos y politólogos nos quieren pintar. Se trata más bien de la respuesta creativa y pujante de una inmensa mayoría de la población peruana en edad de trabajar que por diversas razones se ha visto marginada por la economía formal. No creo que exista una expresión más cabal de la preferencia de la población peruana por la economía de mercado que la demostrada por los empresarios informales.

Fuente: gestionpyme.com

Sucede que nuestra realidad formal, la oficial, ha optado por mirar a la realidad informal como a un enemigo al que hay que combatir y eliminar. Pero las armas que utiliza para ello consiguen el efecto contrario. Falta inteligencia y empatía. Una manera de comprender uno de los muchos matices de gris de este fenómeno es verlo desde la óptica del empresario informal. En el discurso académico y oficial se lo suele ver como a un delincuente que evade impuestos, infringe las leyes laborales y perturba a la sociedad y por ende hay que castigarlo, reprimirlo y sancionarlo. En este discurso hay cierta tendencia a imaginarlo torpe y menospreciarlo por no acogerse a los evidentes beneficios de la formalidad.  

Pero las aplastantes estadísticas indican que algo no anda bien en el diagnóstico de los que solo ven entre el blanco puro y el negro puro. La propuesta de PPK de rebajar los niveles del IGV para motivar a los informales a dejar la informalidad toca uno de esos matices de gris. Puede ayudar no cabe duda. Pero hay otros matices de gris en mi concepto no menos importantes de observar que separan al empresario formal del informal. Uno de ellos es la excesiva tramitología resultante de un marco regulatorio desproporcionado que bloquea al informal y promueve la corrupción. Urge implantar una auténtica y cabal simplificación administrativa a todo nivel.

Otro de esos matices generalmente ignorado por los analistas y al que me voy a referir es la Contabilidad. La expresión cabal de la formalización es llevar una contabilidad en orden. ¿Qué significa la contabilidad para el empresario informal?

Este empresario sobrevive en base a su esfuerzo e ingenio creativo, a su perseverancia y su instintiva capacidad de hacerse productivo en un medio hostil. Para crecer y desarrollarse contrata al personal que le es indispensable, muchas veces reclutado entre los miembros de su propia familia. Siendo informal, no necesita de la contabilidad tradicional, le basta con un minucioso seguimiento de sus ingresos y gastos. Sin embargo sabe que si algún día se le ocurriese formalizarse necesitará de un contador, el que será su nexo con la formalidad, representada por la SUNAT. Esa condición es un disuasivo para formalizarse ya que si esa vinculación no es positiva el contador será una carga ingrata de sostener. Normalmente las pequeñas empresas informales por su volumen de operaciones no pueden contratar a un contador full time, ergo para formalizarse lo contratará por horas.

Del contador dependerá la presentación oportuna y exacta de las declaraciones mensuales ante SUNAT y eso es algo que el empresario informal rehúye por intuición. Todos los que tienen alguna experiencia empresarial saben de los errores de los que son capaces los contadores. Esos errores se convierten en multas a veces impagables impuestas por la SUNAT y quien paga esos errores no es el contador sino el empresario, que da la cara ante SUNAT.

Es cierto que hay un régimen simplificado (RUS) que exonera a quien allí se inscribe de llevar libros y registros contables, pero no les permite emitir facturas y por ende sus clientes no pueden deducir el IGV. Las personas jurídicas sí deben llevar contabilidad completa aunque la obligación de presentar libros es parcial para los de menores ingresos. Lo cierto es que luego de varios años de la aplicación del RUS la informalidad continúa rampante.

La necesidad de un contador público resulta ineludible para el informal que busca formalizarse. La tramitología engorrosa y la necesidad de conocer de Windows, manejo del internet, Office, Excel y dominio de computadoras y conocimientos de la contabilidad por partida doble (libros Diario, Mayor etc.) le impide resolver este requisito formal por sí mismo. Su tiempo está dedicado a producir, a ver no solo el hoy, sino el futuro; el contador se dedica a ver el pasado, a registrar los hechos contables ocurridos en su empresa. El empresario informal tiene demasiadas otras cosas de las que ocuparse.

Hace poco vimos en un programa dominical un caso que grafica esto y que lamentablemente no es una excepción sino la regla. Un modesto ganadero informal de Cajamarca es empujado por la empresa lechera que le compra a formalizarse a fin de descontar el IGV de sus facturas. Contrata a un Contador, quien para mala suerte comete un error en una de sus declaraciones ante la SUNAT la que le impone una multa de S/. 80,000.00 que para él, con una venta bruta mensual de no más de S/.10,000 resultó descomunal e impagable. Trató de razonar con la SUNAT, quien le dijo que como requisito previo para revisar su caso, debía primero pagar la multa.

Asombrado por esta absurda lógica (pero infortunadamente usual) de la implacable SUNAT, acude al poder judicial de Cajamarca donde le dan la razón, pero la SUNAT, con todo el poder que tiene, apela ante varias instancias en un proceso que por lo difundido en ese reportaje televisivo lleva más de 9 años mientras le ha congelado sus cuentas e hipotecado su casa. Angustiado y con su vida familiar rota el reportaje televisivo daba cuenta de que ahora la multa era de S/. 200,000 por los intereses acumulados.

La experiencia de este humilde empresario es expresión de una cruda realidad. Fue manifiesta su indignación cuando resaltó la injusticia de su caso frente a empresas multinacionales que deberían miles de millones al fisco y no son tocadas por la SUNAT debido a su enorme peso específico en la sociedad y su capacidad de defenderse con poderosos estudios de abogados. Desigualdad inaceptable ante la ley.

Mientras un informal que se formaliza sea tratado como un delincuente será un ejemplo para todos los informales de lo hipócrita de un sistema que busca formalizarlos para someterlos a un sistema de recaudación injusto y prepotente. Un cambio de visión estratégica frente a este problema es urgente. El empresario informal debiera merecer todo el respeto posible porque tiene la grandeza de procurar empleo al 70% de la población peruana, siendo que en la práctica constituye un colchón que asegura la paz y la tranquilidad en un país por ahora incapaz de ofrecer puestos de trabajo formales a toda su población.

Se necesita una nueva cultura que valore la recaudación pero simultáneamente reconozca el valor del empresario informal en nuestra economía. Una idea sería invitarlo a formalizarse pero desde una perspectiva de genuina empatía con su situación, que sienta que se le toma en cuenta con respeto. Ello sería un paso fundamental para incorporarlo sin trampas ni emboscadas propias de un sistema punitivo y abusivo.

Una medida práctica seria permitirle deducir el IGV en sus operaciones.  Semejante respetuosa invitación supone un esfuerzo de dos vías, tanto de la formalidad como del lado de la informalidad. Tal vez para ello se deba crear una SUNAT 2, una filial o subsidiaria de la SUNAT 1 a crearse con la finalidad de acoger transitoriamente a los informales en un entorno tributario menos severo y con una filosofía de transición –más tolerante– mientras se le educa y capacita en sus obligaciones tributarias y contables.

Con este aprendizaje en dos vías, por un lado, el gobierno que honra la palabra empeñada e invierte en infraestructura física y social y, del otro, el informal que ingresa a la formalidad, se logrará una relación win-win en la que el informal, al ver que su esfuerzo se traduce en mejoras concretas en su nivel de vida, se sentirá más comprometido moral y socialmente en contribuir con sus tributos al gobierno. Este es tan solo uno de los aspectos de gris en este complicado fenómeno de la informalidad pero que merece una mirada particular si se desean resultados concretos.

Lampadia 




¡Cuando te jubiles, yo ya no estaré por acá!

Ya todos sabemos que en el Perú, el anterior Congreso de la República, presidido por Luis Iberico, empezó la demolición del Sistema Privado de Pensiones (SPP) permitiendo el retiro de los fondos a la edad de 65 años y adelantos del 25% para equis fines. Todo esto se respaldó por supuesto en propuestas populistas que se apoyaron en la natural propensión del ser humano a preferir dinero en el corto plazo antes que en el largo. Además, las irresponsables normas fueron aderezadas por gran parte de los medios de comunicación, algunos por purismo liberal y otros por ignorancia y oportunismo.

Contrario a lo que pronosticaban los promotores de las nuevas normas, incluyendo economistas como Mendoza de la UP, la tendencia al retiro de los fondos es masiva. Por ejemplo, Jorge Ramos, CEO de SURA (AFP Integra), hizo los siguientes comentarios en Gestión (ver en Lampadia):

  • Las estadísticas demuestran que ahora solo el 1% de las personas que se jubilan destinan el 100% de su ahorro previsional para una pensión.
  • Un 8% retira una parte de su fondo, en promedio dos tercios de su ahorro. Estos, en promedio, tienen un fondo de S/ 350,000.
  • Pero estos retiros se vuelven una fiesta para los que tienen fondos más pequeños, de S/ 80,000 a S/ 90,000. Ellos retiran todo. En este segmento, el efecto riqueza se vuelve más potente, es decir, la gran mayoría de personas que tiene en su cuenta hasta S/ 100,000 jamás han tenido acceso a ese monto de dinero; es como si ganaran un premio.
  • El 50% usa los fondos que retira para poner un negocio propio, 20% lo destina a inversiones y el 30% a consumo.
  • Lo más riesgoso de todo es el 50% de jubilados que retiran su fondo para abrir un negocio propio, porque en el Perú solo uno de cada ocho emprendimientos tiene éxito.
  • Lo peor de todo es que casi la mitad de las personas que solicitan retirar el 95.5% de sus fondos tiene menos de 65 años. Por la jubilación anticipada por desempleo, quienes tienen 50 o 55 años, dependiendo de si son mujeres u hombres, pueden retirar todo su fondo. Lo cual es más grave aún, porque pueden quedarse sin nada a los 60 años.

Queda pues muy claro que muchos peruanos que pudieron llegar a tener un respaldo previsional, lo están perdiendo. En consecuencia, además de no haber logrado incorporar al sistema a los trabajadores independientes, estamos sembrando el desamparo en la vejez de más peruanos.

Por increíble que pueda parecer, ahora en Chile (el país que creó el sistema de capitalización individual), se ha desatado una campaña callejera, para desbaratar el sistema privado y el gobierno de Bachelet ha planteado una serie de reformas regresivas (ver en Lampadia: “Para mejorar las pensiones, todos deben esforzarse”). Sin embargo, no debiera sorprendernos que Bachelet pretenda también arrasar con el sistema privado de pensiones, tal como está haciendo con prácticamente todos los espectaculares avances de los últimos 40 años. Como dijo el historiador británico Niall Ferguson en Santiago, “Chile que ha sido el país más inteligente de la región, está ahora ejerciendo su derecho a ser estúpido”.

Lamentablemente, temas tan importantes como las pensiones, están expuestas al quehacer de los políticos cortoplacistas que aprovechan cualquier oportunidad para obtener réditos políticos a costa de desarrollos de largo plazo, cuyos resultados finales no podrán evidenciarse durante sus mandatos de servicio público.

Ahora queremos compartir con nuestros lectores una entrevista en profundidad a José Piñera, el diseñador de las AFP en Chile y difusor del modelo en todo el mundo, donde 35 países lo han adoptado con más o menos los mismos ingredientes. La entrevista a Piñera se hizo el 3 de agosto pasado, en el contexto del proceso de reclamos y reformas en curso. La entrevistadora, Soledad Onetto de ‘Ahora Noticias, Edición Central de MEGA’ (la Sol Carreño de Chile), se muestra malcriada, desinformada y agresiva.

El diálogo dura unos 20 minutos, a diferencia de los que usualmente publicamos en Lampadia, es posible que muchos no puedan verlo integramente, pero, las personas vinculadas al tema pensionario, no pueden dejar de hacerlo. Piñera nos dice:

  • El sistema tiene 35 años y muestra dos indicadores de éxito claro:
    – Nunca ha habido una pérdida, nadie ha tocado un peso de los fondos de los trabajadores.

– De los fondos acumulados, el 70% corresponde a la rentabilidad y solo el 30% a los aportes.

  • Nunca hubo una promesa sobre el nivel de las pensiones, éstas dependen del volumen de ahorro, la rentabilidad y la expectativa de vida.
  • Si no se ahorra suficiente, no habrán buenas pensiones.
  • Una de las AFP chilenas, Habitat, ha publicado un informe en el que afirma que los trabajadores que han aportado 30 o más años, tienen una pensión promedio de 650,000 pesos al mes (US$ 1,005 mensuales).
  • Desde que nació el sistema, se estableció un pilar solidario.
  • Con el aumento de la expectativa de vida hay que ajustar algunos parámetros como, aumentar la tasa de las cotizaciones e igualar la edad de jubilación de hombres y mujeres.

Ver la importante entrevista a Piñera: 

En el Perú tenemos que volver a analizar el tema de las pensiones. El gobierno apuesta por reducir sustancialmente la informalidad laboral y además bajar la tasa del IGV.

Según Lampadia, estos tres temas se intersectan y por lo tanto deberían tratarse los tres juntos, sin apurar decisiones independientes sobre cada uno. (Ver: Sobre formalización, pensiones e IGV). Lamentablemente, no hemos tenido oportunidad de sustentar estas ideas con los miembros del nuevo gobierno.

Nuestra propuesta básica es que para la formalización laboral, la incorporación de los independientes a los sistemas de pensiones y, el mejor destino del IGV; habría que cambiar la fuente de fondos para la formación de los ahorros pensionarios, usando una fracción de los pagos de IGV. De esa manera, todos los ciudadanos, podrían acumular fondos desde los 18 años. En la publicación indicada mostramos que un aporte de S/. 10, hecho a los 18 años, se convierte en un monto de S/. 240 a los 65 años.   

Reiteramos nuestra propuesta al gobierno de PPK, para que los tres temas sean tratados en conjunto en diferentes instancias técnicas y políticas, para lograr profundidad de análisis, consensos e incentivos que permitan un positivo avance social de todos los peruanos

Lampadia             




Sobre formalización, pensiones e IGV

Sobre formalización, pensiones e IGV

Estos tres temas, la formalización del empleo, las pensiones de jubilación y el manejo futuro del IGV han terminado, curiosamente, en una intersección que puede ser una ayudadita del Ángel de la Guarda, después de tanto mamarracho que hemos hecho, por separado, con los tres temas.

El Caballo de Troya, ejemplo clásico de un disparate (folly en ingles)

La informalidad laboral es una trampa de la que aún no logramos salir. Esta se originó desde las primeras migraciones de la sierra a Lima, hasta la formación de la nueva clase media con la emergencia de nuestra incipiente economía de mercado. Una clara expresión de resiliencia social que permitió, de alguna manera, convertir la tragedia del abandono y el desempleo en una bullente propagación del emprendedurismo. Ver: La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado.

En cuanto a las pensiones hemos producido una suerte de ‘suicidio social previsional’ al haber desbaratado el Sistema Privado de Pensiones con las normas que permiten el retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad y, con el retiro optativo del 25% del mismo para el financiamiento de vivienda. Ambas medidas se sacaron apuradamente en uno de los peores Congresos de nuestra historia (sino el peor a secas). Toda la sociedad fue manipulada o acobardada por unos cuantos activistas que ante el vacío de buena parte de la clase dirigente, llenaron los titulares de los periódicos y las preguntas de las encuestas de opinión.

En este tema se llegó al colmo de tener a un diretor de maestría en economía de una importante universidad, haciendo una campaña mediática para promover la absurda legislación. El mismo afirmaba que la gente que retirara su dinero, lo iba a cuidar para mantener el sustento en la vejez. 

Sintomáticamente, en Lampadia publicamos un informe sobre como los jubilados de uno de los países más ricos del mundo, Japón, robaban en las tiendas de departamentos para ser arrestados, pues vivían mejor en la cárcel por la calidad de la comida, alojamiento y cuidado de la salud, en comparación con lo que podían lograr con sus pensiones.

En el resto del sistema pensionario, la ONP, que paga pensiones de miseria apropiándose de los aportes de un 65% de sus afiliados que no llegan a acumular 20 años de aportaciones. Un sistema quebrado, que representa un forado de la caja fiscal que nos acompañará muchos años. Finalmente, tenemos también Pensión 65, un programa social del gobierno de Humala, basado en la filosofía del fracasado asistencialismo de Chávez en Venezuela y Lula en Brasil.

Por el lado del IGV tenemos la propuesta del gobierno de PPK para reducirlo el IGV hasta en tres puntos. Su aplicación sería paulatina, empezando con un 1% y graduándose según la respuesta fiscal.

¿Cuál es la intersección? ¿Cómo conectamos los tres temas?

Usando parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores.

Esta idea fue propuesta por Lampadia en enero del 2014, ver El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo. Esta es diferente a la de Santiago Levi del BID que concibió que los aportes fueran a un pozo común para pensiones de reparto.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
  • Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados. 

También será necesario ver como se establece un objetivo de pensión mínima que podría lograrse mediante aportes del Estado que complementen lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

Esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. En Lampadia hemos defendido el sistema privado y no a las AFPs.

A diefrencia de las AFPs, nuestra propuesta ha sido recogida por importantes analistas económicos y políticos independientes como:

  • Elmer Cuba[1]
  • Eduardo Ferreyros[2]
  • Pablo Secada[3] (confundiendo la propuesta con la de Levi) 
  • Farik Matuk[4]
  • Luis Galarreta[5]

Con el mayor de los respetos, invocamos al gobierno del Partido de Peruanos por el Kambio y a su futuro Ministro de Economía, Alfredo Thorne, a convocar un debate técnico sobre estos tres temas antes de proceder a ejecutar decisiones parciales que puedan debilitar la eventual acción conjunta sobre los mismos. Esperamos, de igual manera, que la bancada de Fuerza Popular se sume a este debate.

Nuestra propuesta puede sonar disruptiva para algunos, pero no debemos olvidar que muchas veces los problemas que no tienen solución, como la persistente informalidad, la falta de acceso a un sistema de pensiones de los trabajadores independientes y, el alto nivel de evasión del IGV, solo pueden enfrentarse ‘saliendo del cuadrado’.

Por el lado de Lampadia hemos tenido que multiplicar nuestra publicaciones sobre el tema, para compartir nuestras ideas y también para llenar el vacío que debió ser llenado por gremios empresariales, analistas, académicos y en general, líderes de opinión, que prefirieron pasar al lado de los observadores. Ver nuestras publicaciones:

¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Legisladores parecer ir más allá de la razón

AFPs: La voz del gremio

Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones

¡Juguemos a la Ronda! Todos a Pensión 65

Futuro de los jubilados en la picota

Réquiem por las pensiones decentes y seguras

En el país de los mitos, los falsarios son reyes

Una pensión para todos como se debe

Propuestas para mejorar el sistema

Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema

Enfoquemos adecuadamente el debate 

Lampadia

 

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[1] Gestión, 12 de mayo de 2016

[2] Perú21, 15 de marzo de 2016

[3] Entrevistas con Jaime de Althaus

[4] La República, 30 de junio de 2016

[5] La República, 17 de noviembre de 2015




No paremos la reducción de la pobreza

No paremos la reducción de la pobreza

En una reciente visita al Perú, el economista principal para América Latina y el Caribe del PNUD, George Gray, nos dio algunos consejos sobre cómo mejorar la situación de la clase media vulnerable e impedir que algunos de ellos regresen a una situación de pobreza.

Estos consejos son especialmente importantes en la situación actual de nuestro país, luego de haber parado el motor de crecimiento más importante, la minería, y haber ralentizado la disminución de la pobreza.  

Como afirma Gray, nuestra reducción de la pobreza (total y extrema) ha sido “una de las más altas de América Latina”, habiendo bajado de 55.6% en 2005 a 21.8% en 2015. Las tres razones que da el economista del PNUD son: “los mayores ingresos de las personas en la base de la pirámide, el efecto de transferencias sociales y pensiones y, la inserción de jóvenes y de mujeres al mercado laboral.”

Queda claro que crecimiento económico fue el principal impulsor de la reducción de la pobreza y la desigualdad a través de un mejorado ingreso laboral más que por medio de políticas de redistribución, que solo explican 15% de la reducción de la pobreza. A su vez, el ritmo de inversión fue una de las principales razones detrás de crecimiento continuo de Perú. La inversión privada, liderada por la minería, ha permitido un crecimiento sostenido del PBI, multiplicando por 4 el PBI per cápita, reduciendo la pobreza, la desigualdad, la desnutrición y mortalidad infantil. Además de la estabilidad macroeconómica, la inversión, el empleo y el incremento de los ingresos fueron superiores fuera de Lima, llegando a los más pobres y ayudando a disminuir la pobreza en el país. Esto también se viene diciendo hace mucho en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento y Perú: Crecimiento disminuye la Desigualdad.

Más bien, se han subvalorado los logros de reducción de pobreza gracias al crecimiento. Como muestra la tabla inferior, según un reciente informe del PNUD, hemos logrado superar 15 de los 27 indicadores analizados por la institución. Las razones de nuestro gran desempeño son tres: la urbanización, el crecimiento del sector servicios y la feminización de la fuerza laboral. 

PNUD

Además del crecimiento de la economía en el Perú, que ha llevado a los ingresos medios en Lima a subir un 60% desde el año 2005, también hay que destacar la aparición de la nueva clase media.  

Sin embargo, este proceso virtuoso ha venido disminuyendo durante el gobierno de la ‘inclusión’. El último año, la pobreza en el Perú disminuyó tan solo un punto porcentual, pasando de 22.8 % en 2014 a 21.8 % en 2015 (un equivalente a 221 mil personas) y la pobreza extrema se habría reducido solamente 0.2 % respecto al 2014, llegando a 4.1 % en 2015. Ver nuestro análisis en Lampadia: La pobreza se reduce más lentamente.

Cada vez nos será más difícil continuar con esta reducción, especialmente para los más pobres, quienes son considerados los ‘vulnerables’, la parte más sensible de la nueva clase media. George Gray nos trae consejos para evitar que parte de ellos pueda regresionar: “Nosotros proponemos una canasta de resiliencia: la protección social (programas sociales), sistema de cuidados y tenencia de activos físicos y financieros. Estos factores generan un ‘colchón’ en caso de un shock.” (Líneas abajo compartimos la entrevista completa de el Diario Gestión a George Gray).

Esta ‘canasta de resiliencia’ está dirigida específicamente a la clase más vulnerable del país. ¿Qué es la ‘clase’ vulnerable? Ya no son pobres, pero aún no se les considera de clase media consolidada. Se calcula que un hogar de América Latina no tienen más de un 10% de probabilidades de recaer en la pobreza durante un período de cinco años requiere un ingreso de al menos US$ 10 por persona por día (PPP 2005). El Banco Mundial llama a aquellos con un ingreso diario de entre US$ 4 y US$ 10, “los más vulnerables” o la “clase media baja”. Ver en Lampadia: Cada vez menos vulnerables y más clase media consolidada.

Gray recalca que en la actualidad, 12.6 millones de personas son vulnerables, de los cuales 1.2 millones son “particularmente vulnerable porque no tiene sistemas de cuidados, no tiene protección social o activos y podrían volver a la pobreza”. La actual desaceleración del crecimiento  y la caída de la inversión privada ponen en situación de riesgo los ingresos de muchos los hogares más vulnerables (ver gráfico inferior sobre la situación en América Latina). En los últimos años se han mantenido alejados de la línea de pobreza, lo cual les ha brindado un margen para amortiguar el cambio. 

Este es un tema muy importante para nuestra sociedad y en ese sentido aplaudimos la nota del diario Gestión, que reproduce correctamente la información proporcionada por Gray. Ver la reproducción (su transcripción está al final de esta nota):

Sin embargo, nos encontramos con que otro diario, La República, no solo reprodujo incorrectamente la información dada por Gray, publicó un titular falso y escandaloso con propósitos que no deseamos imaginar. Ver el escaneo de la publicación de La República: 

Lo último que debemos hacer es negar nuestras realizaciones o poner en tela de juicio nuestros avances y, menos, se puede dar información distorsionada que lleve a los peruanos a dudar de todo lo que hacemos. Menos en momentos de cambio de gobierno.

Para que el Perú mejore y continúe reduciendo la pobreza y la desigualdad, es necesario liberar al sector privado e las amarras y limitaciones burocráticas con las que se ha venido parando la economía y poner en marcha el shock productivo que estamos en capacidad de emprender en muchos sectores de nuestra economía. Ver en Lampadia: Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales.

Nos esperan años especialmente difíciles al tener que remontar grandes brechas económicas y sociales, que además han sido exacerbadas políticamente durante la última campaña y, al mismo tiempo, prepararnos para enfrentar el mundo nuevo que está siendo moldeado por la cuarta revolución industrial. Este, por lo tanto, es un momento en que no tenemos espacio para actitudes irresponsables, ni de políticos, ni de los medios. Necesitamos que los peruanos de buena voluntad se pongan al frente con lucidez y valentía. Lampadia

“En Perú, 1.2 millones de personas podrían volver a la pobreza”

Entrevista a George Gray, Economista principal para América Latina y el Caribe del PNUD

Por Whitney Miñán Cabeza

Gestión, 21 de junio de 2016

Glosada por Lampadia

El próximo gobierno deberá velar porque quienes ya dejaron de ser pobres, no ingresen nuevamente a este nivel. En esa línea, George Gray, realizó un análisis sobre la situación del país, en el marco del informe del “Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso”.

¿Cómo ha avanzado en el Perú la reducción de la pobreza?

La reducción de la pobreza y pobreza extrema en Perú ha sido masiva y es una de las más altas en América Latina. Desde 1997, la reducción ha sido al menos 30 puntos porcentuales, reduciéndose aproximadamente de 50% a 20%. Del 2003 a 2013 se dio el periodo de mayor reducción.

¿Cuál fue el rol del mercado laboral en esta reducción?

En todos los trabajos econométricos encontramos tres factores importantes. Primero, están los mayores ingresos de las personas en la base de la pirámide. Segundo, el efecto de transferencias sociales y pensiones. Y tercero, es la inserción de jóvenes y de mujeres al mercado laboral. Perú tiene la combinación de los tres, en distinta medida, pero el factor más importante, que explica cerca del 60% del cambio, es el aumento de ingresos.

Sobre la reducción de la pobreza extrema, los esfuerzos se tornarían más arduos…

A nivel de la pobreza extrema, uno tiene que empezar a mirar indicadores multidimensionales porque entran en un zoom mucho más preciso acerca de la carencia, vivienda, educación y protección social. Cuando solo lo medimos como nivel de ingreso, lo miramos como si fuera solo una brecha a subsanar, de US$ 1.25 a US$ 4. Aun cuando han salido muchas personas de la pobreza, tenemos una estimación, que hay 12.6 millones de personas que son vulnerables, y de ellos, un grupo de 1.2 millones es particularmente vulnerable porque no tiene sistemas de cuidados, no tiene protección social o activos y podría volver a la pobreza. ¿Dónde están ubicados la mayor parte de ellos?, en áreas rurales.

¿Qué hacer para que estos 1.2 millones de peruanos no regresen a la pobreza?

Nosotros proponemos una canasta de resiliencia que justamente aborda lo que mencionaba: la protección social (programas sociales), sistema de cuidados y tenencia de activos físicos y financieros. Es que estos factores generan un ‘colchón’ en caso de un shock.

¿Cómo está Perú en esos tres factores?

Nosotros vemos mayor tenencia de activos y acceso financiero en el Perú que en otros países, pero menos en sistemas de cuidado y casi en el promedio latinoamericano sobre protección social. En los últimos años ha habido un enfoque del ciclo de vida en el Perú, que ha tenido un efecto interesante de cómo se alinea la política pública. Del lado de sistemas de cuidado, ese es uno de los retos más importantes, es el talón de Aquiles actual del país. Tiene que ver con el rol de la mujer tanto en el campo laboral como en la economía del cuidado (dentro del hogar), totalmente desigual con el rol del varón en estos ámbitos.

¿Cuáles han sido los avances en ingresos en el país?

Sí ha habido un incremento de ingresos, más en la gente que fue pobre y pasó a ser vulnerable. Pero mucho del ingreso laboral es generado por sectores informales.

¿Qué Perú recibirá el próximo gobierno?

Recibe un Perú que ha tenido una transformación en 15 años, una transformación de la pirámide social, con reducción importante en la pobreza, con reducción de la desigualdad, pero, segundo, también recibe una coyuntura económica global frágil. Este no es un tema interno, sino externo, y que amenaza algunos de los logros de Perú. Por eso habrá que poner mucha atención a la pobreza multidimensional extrema, como a esos vulnerables que podrían recaer.

La siguiente columna complementaria de la entrevista muestra, en nuestra opinión a alguien afectado por mitos y falacias que lo llevan a decir algunas barbaridades que en Lampadia hemos explicado hasta el cansancio. En esta ocasión, solo vamos a destacarlas.

“El futuro es el proceso de diversificación”

Si bien el aún ministro de la Producción, Piero Ghezzi, inició el Plan de Diversificación Productiva en este gobierno, quedará en manos del próximo fortalecerlo. En esa línea, el economista principal del PNUD hizo hincapié que será vital dejar atrás el envío de productos primarios si se quiere una economía más sólida.

“En el mediano plazo, las inversiones tienen que recaer en una agenda ‘pos-extractivista’ que tiene que ver con salir del patrón de recursos naturales primarios. Esta es una agenda de mediano plazo para Perú, que tiene un posicionamiento en el sector extractivo”, indicó.

Agregó que ese es el futuro, considerando los dos últimos años de desaceleración económica.

“Por ejemplo, China va demandando nuevos tipos de productos y ya no son primarios. Eso significa que van a demandar bienes de consumo o intermedios, generados por la industria o también servicios, por ejemplo, el sector turismo. El futuro será el proceso gradual de la diversificación económica que va generando luego un equilibrio mayor para el mercado laboral peruano”, explicó.

Como decía Alonso Polar Campos: “en todas partes se cuecen habas, pero en el Perú, solo se cuecen habas”. 

Lampadia




Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Caso real: Los ciudadanos mejor educados no ahorran para vejez y el segundo país más rico del mundo no puede ofrecerles buenas pensiones

Ayer publicamos un nuevo artículo sobre los intentos del Congreso de desbaratar el Sistema Privado de Pensiones (SPP): ¿Quieres que tu papá tenga una pensión?. Al cierre de la edición, nos dimos con una publicación del Financial Times (FT) sobre un desarrollo muy sorprendente y dramático: resulta que en Japón, los ancianos jubilados pensionados por el Estado, prefieren terminar sus días en las cárceles en vez de vivir de sus pobres pensiones, pues en la cárcel acceden gratuitamente a alojamiento, alimentación y servicios de salud adecuados.

EVERETT KENNEDY BROWN /EFE

En el Perú, estamos a punto de destruir el SPP (ver numerosas publicaciones al respecto en Lampadia). En la mayoría de estas, hemos criticado mayormente a los políticos populistas y medios despistados por su promoción facilista o apoyo a la norma que, en la práctica, destruiría el sistema y nos llevaría de regreso a algún pobre sistema de apoyo estatal.

No hemos enfatizado suficientemente, las posiciones más intelectuales de personajes de pensamiento liberal, que con sus opciones puristas, consideran que el sustento de los ciudadanos mayores es un asunto personal, que el Estado no debe obligar a ahorrar para las pensiones y que, por último, para eso están los activos que puedan haber acumulado y los hijos de los ciudadanos mayores.

En nuestro artículo de ayer, ya le preguntamos a los jóvenes si desean que sus padres tengan buenas pensiones. Nos parece que las respuestas son claras.

Hoy día (ver líneas abajo), queremos profundizar algunas ideas alrededor de la triste realidad que se ha comprobado en el Japón con la creciente tendencia, por parte de sus jubilados,  de buscar ser encarcelados, como una opción para tener ‘una mejor calidad de vida’. Tal como se lee, la cárcel proporciona, a los ojos de los ancianos japoneses, mejores condiciones de vida que la soledad de la vejez con una pobre pensión en el bolsillo. Ver nuestras conclusiones después de las glosas del artículo del FT.

Ancianos japoneses recurren al crimen para aliviar su costo de vida

Leo Lewis, Tokio
Financial Times
27 de marzo 2016
Traducido y glosado por Lampadia

Adultos mayores prisioneros en Japón. (El 35% de robos en tiendas los hacen los mayores de 60 años). © Bloomberg

El sistema penitenciario de Japón va hacia una crisis presupuestaria por la demografía, el déficit de bienestar y una nueva especie de villanos perniciosos: Los jubilados reincidentes. Los ladrones de cabellos de plata, dicen los académicos, están desesperados por estar tras las rejas.

Las estadísticas del crimen muestran que alrededor del 35% de los delitos de hurto en tiendas, son cometidos por personas mayores de 60 años. 40% de ellos han reincidido en el mismo delito, más de seis veces.

Hay una buena razón para ello, concluye un informe, la ola de hurtos en las tiendas es un intento (voluntario), de terminar en la cárcel, una institución que ofrece comida, alojamiento y cuidado de la salud, gratuitos.

Los cálculos que sustentan esta triste realidad, son convincentes. Pues con una dieta frugal y un alojamiento muy barato, un jubilado japonés que vive solo, con ahorros mínimos, tiene un costo de vida 25% mayor a la pensión estatal básica, de unos magros US$ 6,900 anuales (780,000 yenes), según un estudio sobre la economía de los delitos de edad avanzada, de Michael Newman, del Centro de Investigación de Productos Personalizados de Tokio.

Incluso el robo de un sándwich 200 yenes, puede generar una sentencia de dos años de prisión, a un costo para el Estado de 8,400 yenes diarios que equivalen a 3’066,000 yenes por año, según los académicos.

La ola de crímenes geriátricos se está acelerando. El sistema penitenciario japonés, recientemente ampliado, tiene un nivel de ocupación de 70%. Entre 1991 y 2013, el número de internos de edad avanzada que repiten el mismo delito en seis ocasiones, ha subido 460%.

Estas crecientes tasas de delincuencia ocultan una tendencia más oscura que el mero desprecio por la ley, dicen economistas y criminólogos, el crimen de jubilados está aumentando más rápidamente que el cambio demográfico de mayores que va a llevar al 40% de la población japonesa a tener más de 65 años para el 2060.

Akio Doteuchi, investigador de desarrollo social del Instituto de Investigación NLI de Tokio, afirma que “la situación social en Japón ha llevado a los ancianos a la necesidad de cometer  crímenes. Alrededor del 40 por ciento de los ancianos viven solos. Es un círculo vicioso. Ellos salen de prisión, no tienen dinero o familia, de modo que de inmediato vuelven a delinquir”.

Las cifras del crimen, añade, exponen los cálculos del gasto social del gobierno, mientras se envejece la segunda mayor economía mundo. La prisión, no importa cómo se hagan los cálculos, es una manera completamente ineficaz de dirigir el gasto social del gobierno a los que más lo necesitan.

Los intentos de liberar a los presos de edad avanzada, han encontrado problemas legales insalvables, dice Doteuchi, y el sistema penitenciario en su conjunto, será  eventualmente, sobrepasado por los internos de edad avanzada.

Nuestras conclusiones:

  • El segundo país más rico del mundo, no es capaz de proveer pensiones decentes a sus jubilados.
  • Ante situaciones difíciles, las personas saben hacer relaciones de costo-beneficio, como representa el optar por la cárcel para tener mejor sustento de vida.
  • Sin embargo, dada la falencia de sustento vital de muchos japoneses mayores, se hace evidente, que en temas de largo plazo, como ahorrar para la vejez, los ciudadanos más sofisticados, no supieron hacer las provisiones necesarias.
  • El remedio es más costoso que la enfermedad. Tanto para los jubilados japoneses que optan por la cárcel, como para el Estado, el resultado final es muy malo: de pérdida de la libertad para los ciudadanos y mayor costo para el Estado, pues la cárcel es más costosa que las pobres pensiones que otorga.

Basta pues de tanta irresponsabilidad. Hagámoslo mejor que los japoneses. ¡A debatir el tema con seriedad y sin prisas! Lampadia




¡Fora Dilma!

¡Fora Dilma!

Varios millones de brasileños marchan casi todos los días exigiendo la renuncia o destitución de su presidenta, Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores (PT) del, ahora devaluado semi Dios, Lula da Silva.

SEBASTIÃO MOREIRA /EFE

En los últimos 20 años Brasil ha vivido por un proceso dramático. Primero, bajo la conducción de Fernando Henrique Cardoso, adoptó políticas económicas ortodoxas y recuperó la posibilidad de optar por el desarrollo sostenido. Luego de Cardoso, que deja el gobierno el 2002, entra el PT con Lula y se encuentra con una economía bien ajustada y con los impactos positivos del súper ciclo de crecimiento de principios del nuevo siglo. Efectivamente Lula, a pesar de su aislacionismo comercial, en una época de integración, puede gozar de un importante crecimiento y capacidades fiscales que le permiten reducir la pobreza de manera importante, mediante programas masivos de apoyo social.

Lamentablemente, el PT con Lula y Dilma, se enrosca en políticas aislacionistas y proteccionistas, promueve el mercantilismo del sector empresarial, coopta las disidencias con recursos fiscales, multiplica y profundiza los programas asistencialistas y se zambulle en niveles de corrupción desbordados. A pesar de todo esto, Brasil se convierte en una estrella del Olimpo y despega como parte de los BRIC hacia un desarrollo ‘imparable’.

Pero cuando se acabaron las condiciones externas que permitían tener los hornos produciendo energía a todo vapor, perseveran en el error, y viene el colapso paulatino e imparable hacia la peor crisis desde 1930. Brasil pierde así, de la mano de su muy soberbia izquierda, su gran oportunidad de desarrollo. Hoy es solo un recuerdo, una frustración y una crisis que no termina de tocar fondo, que por supuesto, se agrava por la pérdida de confianza generalizada y los destapes de corrupción en lo más alto del mundo político y empresarial.

Al mismo tiempo, surge la acción de un sistema judicial que, dadas las condiciones suficientes, se avoca a perseguir la corrupción en lo más alto del establishmnet político y empresarial del país. Un proceso encomiable, que habrá que estudiar más adelante, que pone como protagonistas de la sociedad, a un grupo de jóvenes jueces que podrían sentar las bases para el nacimiento de un nuevo Brasil, más humilde, menos corrupto y más realista.

Pero para que todo esto se asiente debidamente, así como se han encarcelado a las cúpulas empresariales corruptas, es necesario cortar de raíz las estructuras políticas incapaces y corruptas, empezando por la propia presidenta de la República, Dilma Rousseff, como lo plantea la muy seria publicación internacional, The Economist, ojalá mediante la renuncia y no a través de procesos políticos complejos de expulsión. Veamos algunas líneas argumentales de The Economist al respecto:

La crisis política de Brasil: hora de irse

La empañada presidenta debería renunciar ahora

26 de marzo, el 2016

The Economist

Traducido y glosado por Lampadia

Las dificultades de Dilma Rousseff se vienen agravando durante meses. El masivo escándalo que rodea a Petrobras, implica a varias de las personas más cercanas a ella. La economía de Brasil sufre su peor recesión desde la década de 1930, en gran parte debido a los errores de su primer mandato. Su debilidad política ha hecho que el gobierno sea casi impotente frente al aumento del desempleo y la caída de los niveles de vida. Sus índices de aprobación son apenas de dos dígitos y millones de brasileños han salido a las calles para cantar “¡Fora Dilma!” (“Fuera Dilma)”.

Ahora ha perdido todos los vestigios de credibilidad, pues el 16 de marzo pasado, Rousseff tomó la ‘extraordinaria’ decisión de nombrar a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, como su jefe de gabinete. Ella interpretó esto como una movida astuta. Lula, se pensó, es un operador político sagaz que podía ayudar al presidente a sobrevivir el intento del Congreso para destituirla y tal vez incluso, estabilizar la economía. Sin embargo, sólo unos días antes, Lula había sido detenido brevemente para ser interrogado por orden de Sergio Moro, el juez federal a cargo de la investigación de Petrobras (Lava Jato), por sospechas de que el ex mandatario se habría beneficiado del esquema de sobornos. Los fiscales en el estado de Sao Paulo acusaron a Lula de ocultar su condición de propietario de un condominio frente a la playa. Él niega estos cargos. Al adquirir el rango de ministro del gobierno, Lula tendría inmunidad parcial: sólo el Tribunal Supremo del país [afín al gobierno] podría continuar la investigación. Sin embargo, otro juez suspendió cautelarmente el nombramiento de ministro.

[The Economist] ha sostenido durante mucho tiempo que, o bien el sistema judicial o los votantes, no los políticos que están tratando de impugnarla, deben decidir el destino del presidente. Pero la contratación de Lula parece un intento burdo de frustrar la acción de la justicia, incluso si eso no era su intención, sería su efecto. Este fue el momento en que el presidente optó por los estrechos intereses de su tribu política sobre el estado de derecho. Por lo tanto, ella se ha presentado a sí misma incapaz de continuar  en la presidencia.

Es muy importante cómo sale de Planalto. Las democracias representativas no deben regirse por las protestas y los sondeos de opinión.

Hay tres maneras de eliminar Rousseff que descansan sobre bases más legítimas. La forma más rápida y mejor para que Rousseff salga de Planalto sería que renuncie antes de ser destituida.

Su partida ofrecería al Brasil la oportunidad de un nuevo comienzo. Pero la renuncia del presidente no resolvería por sí misma los problemas de Brasil.

Sacar a Brasil de su desastre, requiere un cambio mayor: el control del gasto público, en particular sobre las pensiones; revisar las leyes fiscales y laborales que destruyen el crecimiento; y la reforma de un sistema político que fomenta la corrupción y debilita a los partidos políticos.

Esto ya no se puede aplazar. Aquellos que cantan “¡Fora Dilma!” en las calles reclamarán la victoria si se le expulsa. Sin embargo, para la victoria del propio Brasil, esto sería sólo el primer paso. Lampadia

 

 




¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

La Comisión de Economía del Congreso acaba de aprobar la insistencia del absurdo proyecto para que los afiliados al Sistema Privado de Pensiones (SPP) puedan retirar el 95.5% de sus fondos privados a la edad de jubilación (65 años).

Lamentablemente, los políticos, encuestas y medios han caído en una trampa, se limitan a preguntar e imaginar cuál es el deseo de los afiliados sobre la posibilidad de retirar sus fondos a los 65 años. Como debiéramos saber, la propensión natural del hombre es preferir el corto plazo. Es pues fácil considerar que un adulto mayor prefiera tener la disponibilidad de sus fondos: ya sea para hacer un negocio, con sus naturales riesgos, o para irse de viaje o para complementar su gasto en el corto plazo.

Pero siendo las pensiones un asunto de largo plazo, debiéramos más bien preguntarle a los jóvenes si ellos consideran necesario que sus padres tengan una pensión. Seguramente los jóvenes, interpretando las necesidades de largo plazo de sus padres, contentarán que sí. ¡Qué ojalá sus padres puedan gozar de una buena pensión!

Navidad 2014: jubilados hacen colas para cobrar aguinaldo de S/. 300 (popular.pe)

Esta respuesta no se basaría únicamente en la angustia de los jóvenes por tener que, eventualmente, apoyar a sus padres en su edad adulta, también estaría basada en su amor por ellos, puesto que todos los hijos desean el bienestar de sus padres.

Esta forma de preguntarnos sobre la prevalencia del Sistema Privado de Pensiones (SPP), aún sin hacer la pregunta, nos permite entender el tema en su debida perspectiva.

Es sin embargo evidente, que los congresistas que promueven la norma de marras no hacen más que responder a impulsos populistas que crearían una aceptación cortoplacista. Por otro lado, sus promotores mediáticos, algunos por ignorancia, otros jugar al rating y otros por exquisiteces de liberalismo, que creen que el Estado no debe obligar a los trabajadores a ahorrar para sus pensiones, sino que ese debe ser un espacio de decisión personal, está jugando con fuego. El Perú no puede quedarse sin un buen sistema de pensiones.

Sabemos por experiencia, que dada la norma, pronto se haría desaparecer el SPP, pues sin el origen previsional de su creación, no tendría sentido alguno que se mantenga el ahorro privado.

Ante ello, sabemos también que el Estado terminaría recreando un modelo público, Pensión 65 o cualquier otro que no podría ser diferente al de los sistemas de pensiones públicos quebrados que acechan la falencia social y/o la situación fiscal de los países que no han tenido el privilegio de contar con un sistema privado de ahorro pensionario.

Esto no quiere decir que el SPP es una maravilla y no hay que mejorarlo sustancialmente. Como hemos propuesto 20 veces en Lampadia, es indispensable incorporar a los trabajadores independientes al sistema, mientras no lo hagamos seremos presas de los cantos de sirenas del populismo, aventureros, así como de intelectuales radicales.

Nuestra propuesta, como la ha explicado Eduardo Ferreyros en un artículo reciente, permite que mediante el canje de parte de los pagos de IGV, se puedan hacer aportes individuales que además de incorporar a los independientes al sistema, podría reducir sustancialmente la informalidad laboral. Ver el artículo de Ferreyros:

Enfrentar la informalidad con beneficios

Por: Eduardo Ferreyros

Perú21, 15 de marzo de 2016

Las encuestas de opinión pública muestran como los principales problemas del país a la inseguridad ciudadana y la corrupción, ya no al desempleo, como décadas atrás. Pero hay un grave problema que casi no aparece en las encuestas y que los candidatos tratan de solucionar: la informalidad.

Normalmente los candidatos proponen enfrentar el problema reduciendo impuestos en distintos mecanismos. Regímenes especiales para pequeñas empresas, exoneraciones temporales y otros, que de alguna forma ya existen y no vienen dando los resultados esperados.

Pablo Bustamante, director de Lampadia, propone algo novedoso que todos deberíamos evaluar. La propuesta consiste en que parte del IGVque pagamos todos los peruanos en nuestras compras de productos o servicios sea reembolsado por la Sunat, para formar parte del fondo de pensiones individual de cada contribuyente.

Con esto, los peruanos tendríamos una razón fuerte para exigir comprobantes de pago al comprar, y todos así promoveríamos la formalidad, porque parte de ese pago luego nos sería devuelto como pensión. Habría menos evasión de impuestos y se promovería la afiliación universal al sistema pensionario. En pocos años, todos tendríamos un fondo de pensiones.

El porcentaje a reembolsar debe ser analizado técnicamente (se habla de un 5%) y la Sunat debería implementar un sistema de aplicación eficiente para facilidad del usuario. Los peruanos pagamos 18% de IGV al comprar, y no tenemos cómo recuperar nada de eso como crédito contra los impuestos que debamos pagar, a diferencia de las empresas.

Esta propuesta, que parecería generar menor recaudación por IGV, si es bien administrada, resultaría, más bien, en una mayor recaudación de impuestos al aumentar la emisión de comprobantes de pago, porque todos exigiríamos uno.

Propuesta interesante que podría matar varios pájaros de un tiro.

Esperamos pues, que el pleno del Congreso se avenga a iniciar el debate público que debió convocar antes de seguir adelante con una norma perniciosa para el conjunto de la sociedad. Lampadia

Última noticia: Curiosa y descriptiva sobre la naturaleza humana

(Publicado por el Financial Times, 27 de marzo, 2016, 9:24 am – GMT)

Varios japoneses mayores de edad, están optando por cometer delitos para ser encarcelados en las prisiones de Japón y poder así, tener sustento diario.

Pues resulta que ni los japoneses ahorran para su vejez y el sistema de pensiones nipón no les permite vivir dignamente, prefieren la cárcel.

En el Perú: ¿Necesitamos destruir lo que tenemos en vez de mejorarlo? Señores congresistas, se necesita más análisis.




¿Cuál será la edad de jubilación en el futuro?

¿Cuál será la edad de jubilación en el futuro?

Líneas abajo glosamos un artículo de Alvin Powell sobre la edad de jubilación en el futuro. Las mejoras en la salud de la población global, la mayor esperanza de vida y la disminución del índice de fertilidad, están cambiando el perfil etario de la población y alargando el potencial de vidas productivas.

Típicamente, “el retiro era considerado un taburete de tres patas apoyado por la Seguridad Social, los ahorros y las pensiones privadas. Pero las pensiones en especial, se han tambaleado en las últimas tres décadas”, dijo Debra Whitman, directora de políticas públicas de AARP (Asociación estadounidense de jubilados). Efectivamente, dados estos cambios, la mayoría de los sistemas de pensiones están desfinanciados y representan un lastre económico inmenso para muchas economías, y afectan la calidad de vida del conjunto de sus poblaciones.

Entonces, los sistemas públicos tradicionales de pensiones se ven debilitados por dos lados, más años de vida con demanda de más fondos y mecanismos de pensiones desfinanciados, insostenibles en muchos casos.

Este proceso fue previsto hace años por José Piñera en Chile, el creador de las AFPs y fue adoptado por varios países que pudieron superar las típicas limitaciones prospectivas de las administraciones públicas. El Perú fue uno de ellos.

Como hemos comentado anteriormente, nuestro Sistema Privado de Pensiones (SPP), requiere mejorarse y sobre todo ampliar su cobertura, pero lo último que debemos hacer es regresionar hacia los sistemas tradicionales (quebrados) que solo aportan pensiones miserables y no reconocen el aporte individual a la sociedad de los trabajadores más productivos, como plantea el proyecto congresal para liberar el retiro de los fondos individuales a los 65 años.

Afortunadamente, hace pocos días, un grupo importante de congresistas se ha opuesto a una votación acelerada para que el Congreso insista en su proyecto, observado por el ejecutivo. Estos congresistas, a los que hay que felicitar, consideraron que el período electoral no es el mejor momento para tratar un tema de esta profundidad. Lo que propusimos en Lampadia en varias ocasiones.

Mientras tanto, sigamos analizando el tema, agregando factores como el de la edad de jubilación, presentado más abajo. 

¿Habrá una edad de jubilación en el futuro?

Escrito por Alvin Powell

Publicado por el WEF en colaboración con el Harvard Gazette

17 de febrero de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

Ahora que el número de ancianos ha empezado a superar a los jóvenes de todo el mundo, los trabajadores, los empleadores y los políticos están reconsiderando la jubilación – ¿qué trabajo realizamos, cuándo parar y cómo vivir nuestros últimos años?

La transición demográfica mundial, descrita este jueves en un panel de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, está ligada a la rápida expansión de la esperanza de vida y la disminución de las tasas de natalidad. Si bien es más avanzada en los países desarrollados no se queda atrás en los países emergentes.

“Las sociedades están experimentando una transición demográfica que el mundo nunca ha visto,” dijo Lisa Berkman, profesora de la Escuela Thomas D. Cabot de Política Pública, Epidemiología y Salud Global y Población en Harvard y directora de la Escuela Chan del Centro Harvard para Estudios de Población y Desarrollo. “Nunca antes en la historia de la humanidad hemos tenido sociedades que envejecen. Y por sociedades que envejecen nos referimos a que hay más personas mayores de 60 años que menores de 5 años”.

Es probable que el impacto más grande se produzca en la intersección de trabajo y jubilación, dijo Berkman.

El aumento en los años de jubilación ya está empezando a afectar la Seguridad Social, que se creó cuando la mayoría de gente vivía solo uno o dos años después de recibir beneficios y muchos entre las poblaciones desfavorecidas no vivían lo suficiente como para recibirlos.

La idea de que las personas mayores que sigan trabajando tomarán los puestos de trabajo de las personas más jóvenes es una falacia, dijo Berkman, porque las personas que siguen trabajando impulsan nuevos empleos, creando suficientes puestos para todos.

Whitman, afirma que los estudios de AARP muestran que la mayoría espera trabajar en sus 60s y 70s. Esta es una buena noticia desde el punto de vista de la salud, dijo, porque el trabajo mejora la salud cognitiva, retrasa el deterioro mental y disminuye el aislamiento. También es una buena noticia para la economía, porque la generación ‘Baby Boomer’ es la mejor educada y con más experiencia de la historia.

El retiro era considerado un taburete de tres patas apoyado por la Seguridad Social, los ahorros y las pensiones privadas. Pero las pensiones en especial, se han tambaleado en las últimas tres décadas, dijo Whitman

Los panelistas dijeron que es importante que los empleadores entiendan que la diversidad en el lugar de trabajo, que mejora la productividad y la innovación, incluye tener empleados de diferentes edades que trabajen juntos. “Pensar en [el trabajo] de manera más amplia podría ser crucial en las próximas décadas”, dijo Berkman.

Ser capaz de trabajar, por supuesto, depende del mantenimiento de la salud en la vejez. Los cambios en la dieta y el estilo de vida pueden hacer una gran diferencia, dijeron Grodstein, incluso si no se hacen hasta la edad mediana o más.

“Nunca es demasiado temprano para empezar y nunca es demasiado tarde para empezar.”

Lampadia