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Bloomberg, la desigualdad y algunas propuestas para reducirla

Bloomberg, la desigualdad y algunas propuestas para reducirla

Camilo Carrillo
Consejo Privado de Competitividad
Para Lampadia

Hace una semana causó gran controversia un gráfico de Bloomberg que mostraba al Perú como el país en donde el 1% más rico concentraba la mayor proporción de riqueza nacional (42%). Si bien esa cifra se trataba de un error —por lo que fue corregida a 24% (ver Gráfico 1)—, no deja de ser una proporción muy grande para la realidad nacional, sobretodo si nos comparamos con el resto de países de Latinoamérica.

Gráfico 1. Comparación de la desigualdad de ingresos a nivel mundial, 2019

 

Fuente: Bloomberg, 2019.

Por otro lado, el gráfico también mostraba otro dato que pasó desapercibido: en el Perú ese 1% más rico había mantenido prácticamente inalterada su participación en la riqueza en los últimos 20 años, mientras que en países como Brasil y México claramente se incrementó la participación de este grupo. Entonces, si dicha participación se mantuvo inalterada en nuestro país, ¿es eso sinónimo del estancamiento de la desigualdad? Mejores conclusiones podríamos obtener de utilizar un indicador útil para medir las desigualdades sociales, como es el índice de Gini. El valor de este para el Perú se ha ido reduciendo (mayor valor muestra un país más desigual) desde 53.7 en 1997 hasta 42.8 en el 2018 (ver Gráfico 2); es decir, se han reducido las desigualdades entre los distintos deciles de ingresos.

Gráfico 2. Índice de Gini – Alianza del Pacífico, 1997-2018

Fuente: Banco Mundial, 2018[1].

De hecho, en los últimos 10 años, el Perú ha mejorado su nivel de equidad en la distribución de ingresos comparado con sus pares regionales. Esto se encuentra correlacionado con la reducción de la pobreza que ha venido sucediendo desde el 2010. Así, si en el 2007 la pobreza llegaba al 42.4% de la población, para el 2019 (pre COVID-19) dicha cifra estaba alrededor de 20.2%. Sin embargo, este análisis numérico —frio por excelencia— ha sufrido un cambio de tendencia muy fuerte debido a la crisis económica generada por el COVID-19. Los primeros datos del 2020 nos dicen que la caída del PBI anual de 11.1% nos ha hecho retroceder casi 9 años en reducción de la pobreza (aumentando la misma hasta el 27%), golpeando directamente los indicadores sociales que venían mejorando durante toda la última década. Este crecimiento de la pobreza (situación que compartimos con países como Colombia, la cual ha aumentado aun más dicho indicador) nos lleva a pensar que el crecimiento económico y la mayor provisión de servicios aún mantenía a una proporción importante de la población en situación de vulnerabilidad, de ahí que ante la crisis que generó la pérdida de empleos o menores ingresos disponibles una parte importante de la misma ha retornado a la condición de pobre. Dada esta realidad, cabe preguntarnos qué es lo que debemos hacer con el fin de reducir esta fragilidad en el crecimiento económico, para que esa reducción de la pobreza realmente vaya acompañada de una menor informalidad, y sobretodo de mejores condiciones de vida de las personas.

Si bien el abanico de posibilidades de intervención exige una combinación de acciones, que van desde lo laboral hasta la mejora en la eficiencia del estado para proveer de mejores servicios públicos a la sociedad, desde el Consejo Privado de Competitividad (CPC) apostamos a que uno de los motores de la recuperación —y por ende de una (sostenible) reducción de la pobreza y la vulnerabilidad— es la inversión en infraestructura. En este sentido, la literatura es bastante clara: US$ 1.000 millones de inversión en infraestructura se asocian a la generación de 35 mil empleos directos en América Latina y el Caribe[2], además de que dicha inversión es la que tiene mayor impacto para estimular el crecimiento económico (un aumento de 10% en la inversión en infraestructura genera un impacto de 1.3% de crecimiento del PBI[3]). Así, el CPC en su Informe de Competitividad 2021 (https://www.compite.pe/wp-content/uploads/2021/01/Informe-de-Competitividad-2021-CPC.pdf) plantea una serie de medidas que el Gobierno debería establecer para reactivar las obras de infraestructura que desde hace años sufren una constante demora y caída en sus niveles de ejecución, tanto en el mecanismo de obra pública tradicional como en el de Asociaciones Público-Privadas. Tras el mayor ritmo de crecimiento de inversiones durante la década pasada hasta llegar a casi US$ 17,000 millones de inversión público-privada en el 2014, hace cinco años que no solo no superamos dicho umbral, sino que hemos retrocedido hasta menos de US$ 10,000 millones al año, principalmente por la ahora casi inexistente adjudicación de nuevas APP. Entre las medidas que propone el CPC para las obras regulares se encuentra el mejorar los procedimientos estándar de contratación para acercarlos a lo que hoy en día utiliza la Agencia para la Reconstrucción con Cambios-ARCC y que le ha permitido incrementar sus adjudicaciones: el procedimiento especial de contratación aprobado mediante Decreto Supremo N° 071-2018-PCM, y para las grandes obras de infraestructura o los paquetes de proyectos usar los acuerdos Gobierno a Gobierno (GaG), mecanismo que nos ha mostrado su eficiencia en la ejecución de grandes obras. Con respecto a este último, tanto la ARCC como el MTC están apostando por este mecanismo que entre sus principales ventajas permite utilizar contratos de uso estándar internacional que cambian totalmente la forma de relacionarse con las empresas constructoras: de una relación conflictiva basada en la desconfianza y el castigo por cualquier eventualidad contractual, a una relación “colaborativa” en la cual se incentiva a las partes a terminar las obras a tiempo y a solucionar los problemas a la interna (Junta de Resolución de disputas) en vez de enfrascarse en litigios sin fin. Así, proyectos como las obras del Aeropuerto de Chinchero, los Hospitales Lorena (Cusco) y Bernales (Lima), los paquetes de proyectos de colegios y centros de salud ya licitados por la ARCC y los que se avecinan (podrían ser los proyectos de la nueva Carretera Central y las Líneas de Metro 3 y 4) significarían un cambio radical en la velocidad de cerrar brechas de infraestructura y en la ejecución de cerca de S/ 17,000 millones disponibles en el presupuesto inicial que el Estado deja de ejecutar cada año con el mecanismo tradicional. Como las obras no aparecen solas, esto debiera ir acompañado de medidas que mejoren la gestión del Estado, el cual hoy día se encuentra casi paralizado por los cambios en las planas gerenciales de los ministerios (e.g. los Directores Generales en el MTC solo duran 7 meses en promedio) así como a la forma en que los sistemas de control maltratan al funcionario sin respetar su toma de decisiones.  Medidas como la posibilidad de contratar directivos y servidores públicos en puestos clave mediante procesos meritocráticos y con nombramiento regulado no sujeto a cambios ministeriales es una propuesta a ser considerada.

Además, esto debe ir acompañado con una revisión del ejercicio sancionatorio de la Contraloría, sobretodo para respetar la “discrecionalidad” del funcionario, una cualidad inherente a todo puesto público que se enfrenta a decisiones de naturaleza técnica.

Estas medidas solo son algunas dentro de las múltiples intervenciones necesarias para reactivar las obras públicas, pero pienso que son claves para cerrar brechas de provisión de servicios de manera acelerada. Como verán, si queremos realmente reducir las desigualdades no solamente se trata de comparar cuánto gana el porcentaje más rico en la población ni cómo se ha reducido la pobreza en números fríos, hace falta generar propuestas que impulsen la competitividad del país y así gozar de los beneficios de crecer con un rumbo claro. Esto solo se logrará mejorando la provisión de servicios públicos que no es otra cosa que ejecutar proyectos orientados a mejorar la calidad de vida de la gente. Lampadia

[3] Infraestructuras y crecimiento: un ejercicio de meta-análisis. Víctor Adame García, Javier Alonso Meseguer, Luisa Pérez Ortiz, David Tuesta. https://www.bbvaresearch.com/wp-content/uploads/2017/04/WP_Infraestructura.pdf




Círculos virtuosos y círculos viciosos

Círculos virtuosos y círculos viciosos

 

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Entre las cosas que los seres humanos aprendemos con los años, está que, en la vida de las personas, las organizaciones y los países, se generan los llamados círculos virtuosos y círculos viciosos.

Desde niños, si en el colegio te juntas con los más disciplinados, deportistas y estudiosos, lo más probable es que tiendas a destacar en el deporte y los estudios, se incentive el deseo de cooperar entre los compañeros y se genere un sano deseo de competencia. El producto de ese ejercicio permanente, repercutirá en el aprecio dentro del grupo de tus compañeros, tu equipo de fútbol, básquet, natación u otros. El aprecio de los profesores quienes, viendo el potencial de sus alumnos, los incentivarán a seguir trabajando, a esforzarse y a superar a equipos deportivos o de estudios de otros colegios y comunidades. Esos resultados repercuten en la satisfacción de los padres y grupos familiares, los que, a su vez, se traducen en el orgullo de amigos, la comunidad de alumnos y exalumnos del colegio, el reconocimiento del barrio. No faltará quien publique en las redes sociales estos hechos y que la información llegue a periódicos, revistas, radio o televisión.

Esta superación, por supuesto, genera una dinámica positiva, que hará que los clubes deportivos se interesen en ellos, las universidades los acojan tras los exámenes de admisión y toda esa trayectoria, será de máximo provecho el día que aspiren a un puesto de trabajo. No cabe la menor duda que, aplicando esa disciplina y herramientas adquiridas durante la infancia y juventud, el éxito será la constante durante su vida personal, familiar y profesional y es a esto a lo que llamamos un “círculo virtuoso”.

En el caso de niños que siguen el camino cómodo, se juntan con los más indisciplinados, no hacen deporte, no estudian y no forjan lazos familiares de cariño, ni amicales positivos, lo más probable, es que sean parte de un grupo no aceptado, los profesores les prestarán atención sólo por temas disciplinarios. Seguro que generarán conflictos entre sus compañeros de clase y grupos del barrio, al igual que podrían generar conflictos y problemas a nivel familiar. Ojalá, Dios quiera, que no caigan en vicios de drogas y alcohol. Podemos estar seguros que no destacarán en nada positivo en el colegio, los profesores no tendrán incentivo para ayudarlos a desarrollarse y más adelante, los clubes deportivos no se interesarán en ellos, ni las universidades los admitirán. Prontamente, por su inadecuada actitud, les será muy difícil conseguir un trabajo acorde a sus expectativas, no habrán forjado un perfil personal, ni profesional que los conduzca al éxito personal, familiar y profesional. A este fenómeno se le conoce como “círculo vicioso”.

A los países les ocurre exactamente lo mismo. Si sus pueblos no les cierran el paso a los corruptos, eligen por gobernantes a delincuentes e irresponsables. Luego, los políticos y gobernantes no plantean ni hacen lo correcto, no inculcan ni forjan una cultura de honestidad, no respetan la constitución y las leyes, no defienden la institucionalidad, no hacen respetar el principio de autoridad y, de otro lado, mientras son candidatos ofrecen (sabiéndolo) cosas que no se pueden cumplir razonablemente, no trazan un plan adecuado para satisfacer las necesidades básicas, no inculcan el orgullo por el estudio y el trabajo duro y noble, el respeto al prójimo, a los mayores, a los acuerdos entre personas, grupos de interés y con los países y empresas con los que nos relacionamos, pasando en cambio mensajes populistas, que van en contra de la institucionalidad. Si no generan las condiciones propicias para la libre competencia, para atraer la inversión, creando más y mejores oportunidades de trabajo, educación, salud y seguridad, estaremos entrando en un “círculo vicioso”.

En estos últimos días, a pesar de las grandes reservas internacionales del BCR, los mensajes inadecuados e irresponsables de gente (candidatos) que nunca ha hecho empresa, jamás ha pagado una planilla, ni ha arriesgado su patrimonio en una empresa, pero que pretenden llegar a la presidencia de la república en estas elecciones, lograron generar nerviosismo entre los inversionistas, al punto que, en sólo una semana, los Fondos de Inversión vendieron sus bonos de tesorería peruanos y retiraron cerca de 2,500 millones de dólares, haciendo subir el tipo de cambio a más de S/.3.70/dólar.

¿Podemos imaginarnos qué podría pasar ante el afianzamiento de alguna de esas candidaturas, que quieren una asamblea constituyente para “cambiarlo todo”?  Sabemos que eso es como echar los naipes de un castillo por los aires, sin saber siquiera quiénes serían los autores de esa nueva constitución.  En esas condiciones, las leyes, reglamentos, acuerdos y contratos, quedarían también en el aire, pues las reglas del juego podrían cambiar radicalmente.

Lo dicho, suspendería todas las inversiones, la calificación de riesgo de la deuda peruana se vería castigada, los capitales se retirarían del país para ponerse a buen recaudo hasta que las cosas se aclaren (no menos de tres a cuatro años), la caída del PBI sería importante, el precio de los productos importados subiría por efecto devaluación y el Estado, como producto de esta menor actividad económica, reduciría la recaudación de impuestos, justo después del debilitamiento de la caja fiscal, resultado de la pandemia y su pésimo manejo.

Los peruanos tenemos el deber de generar nuestro “círculo virtuoso” y para eso, debemos observar a los países exitosos, imaginar qué futuro queremos, analizar qué estrategias siguieron, qué buenas practicas adoptaron y qué malas prácticas desterraron, pues sólo así podríamos soñar con un mejor futuro para las nuevas generaciones.

¡Dios ilumine a nuestros conciudadanos en estas elecciones, para no hundir a nuestro Perú! Lampadia




El valor de una renuncia

El valor de una renuncia

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

En la primera vuelta de las últimas elecciones generales, el 67% de los votantes apostó por la derecha, por el modelo constitucional y el mercado. Quería despegue económico, no cambio de modelo.  Si agregamos el 11% de votos centristas, tenemos que el 78% no estaba a favor de los cambios constitucionales y de modelo económico propuestos por la izquierda, que el país ya experimentó con los desastres de Velasco en los 70´s y con Alan García en los 80´S.  Sólo el 22% quería eso y lo busca hasta ahora.

PPK y Keiko Fujimori desperdiciaron ese nítido mandato de las urnas y, lejos de unirse como algunos lo sugerimos en abril de 2016, se enfrentaron hasta destruirse, en la mayor estupidez política que se haya visto en la historia política reciente del Perú, azuzados por la izquierda y la mafia caviar que gobierna el país enquistada en ministerios, vice ministerios, secretarias generales, direcciones generales y consultorías. Al final, PPK y Keiko Fujimori terminaron presos y el felón Vizcarra concentró el poder, desbordándolo en una fanfarria intervencionista que en el último año ha destruido el PBI y no ha podido contener la pandemia.

PPK y Keiko Fujimori no se han destruido solos. Sus cortes los han acompañado en este despropósito. La “gran prensa” ha auspiciado, muy bien pauteada, este desangre. La historia los juzgará.

Hoy, PPK y Keiko Fujimori son dos cuadros de tristeza arrimados a alguna de las paredes de la escena política peruana. El primero es un cadáver político y la segunda es la candidata que perdería en segunda vuelta hasta con la candidata de Maduro. La mayoría de peruanos preferirían ver al Perú convertido en Venezuela antes que votar por ella.

Los errores políticos se pagan.

¿Podrían hacer algo para enmendar su grave error y la deuda con el mandato popular que hoy busca alternativas?

PPK está sólo, su corte lo ha abandonado, carece de partido y de futuro. Podría reconocer la estupidez, tal vez eso le otorgue un mejor sitio en la historia que el rincón que se ha ganado.

Keiko Fujimori podría renunciar. Declinar su postulación presidencial para dar paso a una candidatura viable como la de Hernando de Soto y conservar o inclusive acrecentar su caudal parlamentario, para aportarlo a una alianza de gobierno de derecha o centro derecha que nos saque del hoyo. De Soto necesitará ciertamente una base política en el Congreso que no puede conseguirla con su movimiento y que no debería tomarla prestada de la izquierda. Mantenerse en la liza electoral sería un error más que termine de pintar de oscuro el color de su epitafio político. Una renuncia en cambio, a su edad, puede inclusive darle la oportunidad de liderar una bancada que construye, que aprende de sus errores y que se lava la cara.

Las mezquindades y egoísmos de los dos líderes de la derecha pintaron el quinquenio que termina. Nuevamente esas mezquindades y egoísmos de los líderes de turno nos pueden poner en una paradoja peor, ya advertida en ¿Es tiempo del Otro Sendero? Lampadia 05.03.21.

No se puede cometer el error otra vez. No hay derecho a dejar que el 22% de los peruanos, ahora representados por Lescano y Mendoza, le impongan a la mayoría de los peruanos, su visión y sus despropósitos.

Ha llegado la hora de Keiko. No la hora que ella espera. Ha llegado la hora de mostrar el valor de una renuncia oportuna. Veremos si está a la altura del desafío. Lampadia




Para defender las ideas de la prosperidad

Para defender las ideas de la prosperidad

Desde hace siete años nos hemos mantenido tercos en nuestra Misión:

  • Defender la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad.
  • Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y la meritocracia para los funcionarios públicos.

Lamentablemente en los últimos diez años, el Perú viene retrocediendo en sus políticas de desarrollo y hemos descuidado el crecimiento de la economía y de la inversión, elementos fundamentales para la generación de empleo, solvencia fiscal y la mejora de los servicios públicos.

Además, se ha debilitado la imagen del sector privado y en especial del rol del empresario en la sociedad.

Hemos dejado que la incapacidad del Estado, responsable de la mala calidad de los servicios de salud y educación, se atribuyan al modelo económico, generando una perniciosa confusión en la opinión pública.

Por ello, además de nuestro esfuerzo editorial, hemos decidido proyectar nuestra misión a través de una campaña de comunicación que hemos denominado: DEFENSORES DE LA INVERSIÓN.

Ver todos los videos, informativos y testimoniales en el siguiente enlace: 

https://youtube.com/playlist?list=PLpTWOwJMwu3rFCzOpphyl5dMyo2W3A5UU

En los videos denunciamos como las malas políticas públicas desbarataron nuestro desarrollo. Mostrando, por ejemplo, el impacto de la hiperinflación en los ingresos de la clase media dependiente y de los servidores públicos, como con los maestros, enfermeras, médicos y policías entre otros, que tuvieron que buscar otros ingresos malogrando la calidad de los servicios públicos.

También explicamos cuales son los cambios que sí necesitamos y cuales no queremos. Ver en Lampadia: Apostemos por la prosperidad – El cambio que sí necesitamos.

Para desarrollar estos objetivos, estamos invitando a los ciudadanos que quieran acompañarnos en la gesta de poner las cosas en claro, de decir la verdad, de analizar la realidad con rigurosidad, de difundir análisis sin propósitos escondidos, y de invitar a los peruanos a pensar en grande, a suplir la debilidad de nuestros políticos, a explicarle a nuestros hijos que hemos nacido en un país maravilloso y que para convertirlo en realizaciones positivas y oportunidades para todos, solo tenemos que aprovechar lo que Dios y la Naturaleza nos dieron; a que nos brinden el aporte que esté en sus posibilidades.

Para efectivizar la relación con los Amigos de Lampadia, queremos recurrir a los símbolos de la magia de cuatro materiales que representan parte de nuestra riqueza nacional:

Oxígeno producido por nuestros ricos mares – Hasta US$ 1,000

Algodón con sus maravillosas fibras naturales – Hasta US$ 2,000

Madera con sus variedades, calidad y abundancia – Hasta US$ 3,000

Cobre por sus múltiples aplicaciones y su capacidad de crear riqueza para todos los peruanos – US$ 5,000 o más.

Para efectuar su aporte, sírvase abonarlo en el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia:

RUC: 20549170154

Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)

Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

y enviar copia del voucher o documento del abono a:

lampadia@lampadia.com

Para que podamos hacerle llegar el recibo por el aporte:

‘Comprobante de Recepción de Donaciones’

(SUNAT-R.G. N° 0230050257679, de fecha 14 de setiembre de 2018), sírvase indicar el nombre completo y número de DNI de la persona a la que deberemos extenderlo, así como la dirección de envío.

Lampadia




El cambio que sí necesitamos

El cambio que sí necesitamos

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En medio del desorden político y electoral que nos abruma, muchos hablan de cambiar todo. De cambiar la Constitución, de cambiar las leyes, el rol del Estado, las relaciones del Estado con el sector privado, etc. Pero no hay nada más torpe que hacer cambios equivocados.

En Lampadia estamos convencidos que sí necesitamos hacer cambios muy importantes. Veamos:

  • Tenemos que cortar la distancia de la clase empresarial con la cosa pública.
  • Tenemos que diseñar un sistema político que funcione.
  • Tenemos que lograr servicios públicos eficientes, una justicia proba y pronta, y aliviar el peso del Estado sobre los emprendimientos económicos.
  • Tenemos que desterrar la corrupción del ámbito estatal.

Ya antes hemos hecho cambios equivocados. Por ejemplo, desde la dictadura militar estatista hasta entrados los años 90, pasado por los gobiernos de Belaunde y García 1, alejamos la inversión privada y colapsamos el crecimiento, empobreciendo a todo el país, a los ciudadanos, a las empresas y al Estado.

Como puede verse en el siguiente gráfico de la ‘productividad total de factores’, que mide el uso eficiente de recursos físicos y humanos, a mediados de los años 70 paramos el desarrollo con un giro brutal hacia el estatismo que empobreció dramáticamente al Perú.

Después de 30 años de estatismo y populismo, hacia el año 90:

  • los ingresos anuales del Estado cayeron a 3.8% de un PBI diminuto;
  • las empresas más grandes no facturaban más de US$ 600 millones anuales, cuando las empresas ecuatorianas facturaban US$ 1,500 millones;
  • y la pobreza llegó al 58.7% de la población.  

No queremos esos cambios contra natura. El Perú tiene la capacidad para salir de la pobreza y ser un país en el cual toda su población pueda aspirar a la prosperidad. Nos sobran recursos naturales y humanos para abrazar el camino del bienestar general.

La misma ruptura del desarrollo y la consiguiente pérdida de oportunidad, se ve en el siguiente gráfico, que muestra la evolución del PBI per cápita, la base de los ingresos de los peruanos:

No queremos pues hacer cambios equivocados, y menos repetir los mismos errores del pasado. ‘Errar es humano y perdonar es divino, pero reincidir en el error es diabólico’.

Queremos un gran cambio, pero para mejorar, para traer la prosperidad del mundo desarrollado hacia el Perú, para que todos nuestros ciudadanos puedan ser ciudadanos del mundo desde el Perú.

Que nuestros jóvenes no tengan que emigrar a economías de mercado como EEUU, España, Italia, e inclusive Chile, para tener vidas dignas. Significativamente, nadie planea irse a Cuba o Venezuela. No importemos pues sus prácticas malsanas, no traigamos sus pobres realidades de miseria al Perú. Tenemos que traer lo mejor del mundo.

Aboquémonos más bien a los cambios que pueden hacernos prósperos. Para ello proponemos cuatro grandes cambios:

1. No dejemos la política en manos de los políticos.

La construcción de nuestro futuro es tarea de todos. Somos un país de emprendedores, pero no basta producir y crear empleo. Tenemos que soñar el espacio de vida que queremos para nuestros hijos y nietos. Tenemos que construirlo día a día, involucrándonos en el debate público y diciéndole a los políticos que queremos de ellos.

2. Hagamos, sin embargo, que los mejores deseen ingresar a los partidos políticos.

Para eso necesitamos partidos políticos reales y atractivos en los que haya centros de estudios de la realidad nacional, y reglas de juego funcionales en la relación entre poderes que permitan la gobernabilidad y el desarrollo del país.

3. Eliminemos el burocratismo y la ineficiencia.

El Estado, controlado por redes patrimonialistas, ha devenido en una maquinaria de ineficiencia, corrupción y ausencia. Hemos multiplicado la burocracia y hemos creado millones de normas anti propósito. Hemos asfixiado nuestras normas madre, desde la propia Constitución, que ya casi no puede respirar. Hemos establecido normas de control que paralizan la toma de decisiones creando un ambiente sub óptimo de servicios y de desarrollo de los proyectos de inversión. Tenemos una Justicia que juzga tarde, mal y nunca.

4. Combatamos la corrupción sin palabras vacías.

La organización política del país, con una descentralización fallida, ha entronizado una gestión patrimonialista, contraria a la meritocracia, que ha instalado espacios de corrupción en todos los niveles de gobierno, incluso en el gobierno central.

Hay que establecer una estricta meritocracia en el Estado y una gestión por resultados.

Tenemos que separar a los buenos funcionarios públicos de los sinvergüenzas. Para ello, como recomendó Fernando Cillóniz, hay que revisar los certificados de estudios y trabajo de todos los funcionarios.

El potencial de desarrollo del Perú es la envidia de muchos de nuestros vecinos. No nos contentemos con mantener ese potencial y seguir perdiendo oportunidades de crecimiento.

Menos debemos aceptar propuestas de cambio traicioneras para el bienestar de los ciudadanos. Cambios sí, pero no para detener el desarrollo. Es hora de apostar la prosperidad. Lampadia




La salud no fue abandonada, fue tomada por la corrupción

La salud no fue abandonada, fue tomada por la corrupción

Por: Jaime de Althaus, Periodista y antropólogo
El Comercio, 1 de mayo de 2020

No pasó mucho tiempo para que la pandemia se convirtiera en apetitoso botín ideológico para algunos, que ya empezaron a repartir culpas para cosechar seguramente en las elecciones. Sinesio López (“La República”) acusa a la “derecha neoliberal” de haber “construido un Estado en el que sus aparatos económicos (MEF, BCR, SBS, etc), al servicio del capital, recibieron todo el apoyo, mientras los aparatos sociales… fueron abandonados a su suerte… Se hizo perversamente que la salud pública y educación pública fueran un desastre para convertirlas en un negocio privado”.

Pero quien llevó al Estado social a su mínima expresión fue el socialismo intervencionista y estatista de los años 70 y 80, al punto que hacia la segunda mitad de los 80 los hospitales públicos carecían hasta de jeringas y los médicos cobraban por atender en clínicas privadas al interior de los hospitales: una verdadera privatización “fáctica”.

Más bien fue la relativa liberalización y privatización a partir de los 90 la que permitió reconstruir paulatinamente el Estado, y de una manera notable considerando los escombros en los que quedó luego del experimento socialista.

En los últimos 20 años el presupuesto del sector Salud ¡se ha multiplicado por 7 en soles constantes!, es decir, en términos reales (IPE). Y se ha multiplicado por 3 como porcentaje del PBI, y por 2 como porcentaje del presupuesto. Lo que significa que no solo ha tenido muchos más recursos, sino que ha recibido un tratamiento prioritario en el presupuesto nacional, a costa de otros sectores.

Entonces es un mito, una mentira escandalosa, lo de que la salud pública fue abandonada. La pregunta es qué se hizo en el sector con esos mucho mayores recursos que los tecnócratas “neoliberales” aprobaron y que los impuestos pagados por las empresas posibilitaron. La respuesta hay que pedírsela a un sistema de gestión patrimonialista dominado por la corrupción y los intereses particulares de sus distintos estamentos, donde los recursos se desvían a toda clase de beneficiarios menos a los pacientes.

No es falta de presupuesto, es exceso de corrupción, que sifonea medicamentos a farmacias privadas, malogra deliberadamente equipos para derivar pacientes a consultorios privados, e impide una gestión racional, meritocrática y por resultados.

Evidentemente no son los “neoliberales” quienes operan ese sistema patrimonialista. Entonces sería bueno que las fuerzas políticas y no políticas honestas –si cabe el término–, en lugar de enrostrarse culpas, se sentaran a discutir qué cambios introducir para alcanzar un sistema de salud eficiente. Pero eso requiere despojarse de intereses políticos y económicos y atenerse a los números. Sería condenable una “solidaridad de clase” en la corrupción.

Por eso, la iniciativa de Transparencia de convocar a un nuevo “Acuerdo Nacional”, no puede consistir, como el anterior, en ponerse de acuerdo en lo que todos estamos de acuerdo. Sino en plantear los problemas que tenemos que resolver y buscar acuerdos sobre qué hacer. Uno de ellos es la reforma del sistema de salud. En general, el gran tema es la incorporación de todos a la República, que tiene dos dimensiones: a la ley (formalización), y a servicios públicos de calidad (universalización). ¿Qué hacer para lograrlo? Esa debe ser la agenda.

¿Cómo se contagia el coronavirus?

Covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

¿Cómo prevenir la propagación del coronavirus?

  • Para reducir la probabilidad de contagio existen varias maneras. Las principales son:
  • Lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos y usar alcohol o gel desinfectante.
  • Mantenerse a una distancia mínima de 1 metro de cualquier persona.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, debido a que las manos al palpar muchos objetos y superficies pueden recoger el virus.
  • Mantener una buena higiene respiratoria: si tose o estornuda deberá cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel, que deberá desecharse de inmediato.
  • Permanecer en casa si no se encuentra bien. En caso tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y siga las instrucciones que le de personal de salud.



Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

ComexPerú
Febrero 18, 2021

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción nacional creció en diciembre apenas un 0.5%, tras haber registrado resultados negativos durante nueve meses consecutivos. Esto ocasionó que la economía peruana acumulara un retroceso del 11.1% el año pasado, una caída mayor a la esperada para la región, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería del 7.4%. De esta manera, nuestro país se posicionó como uno de los más afectados en América Latina tras contraerse más que México (-8.5%), Colombia (-6.8%), Chile (-6%) y Brasil (-4.4%).

En particular, el desempeño peruano se explicó por la severidad de las restricciones implementadas para la contención de la COVID-19, las cuales también sobresalieron en la región (ver Semanario 1052). Esto afectó a sectores importantes para el país, como el de minería e hidrocarburos, que al tercer trimestre del año pasado contribuyó con el 12.6% del PBI nacional, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), pero acumuló una contracción del 13.6% con respecto a 2019, explicada por la paralización de actividades, aunque también por la menor disponibilidad de fuerza laboral por contagios o restricciones de movilización, según el INEI. Por su parte, la manufactura y el comercio decrecieron un 13.4% y un 11.8%, con lo que acumulan una participación del 11.8% y el 10.1%, respectivamente, que se explica por la menor demanda interna debido a los perjuicios de la crisis económica.

AMENAZANDO LA RECUPERACIÓN

Desafortunadamente, si bien la influencia de la pandemia en los sectores económicos comenzará a disiparse conforme se restablezcan las actividades y progrese el proceso de vacunación, asegurar el crecimiento estimado en enero por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para este año del 10% dependerá de la calidad de las políticas por implementarse. Por ello, resultan preocupantes ciertas propuestas electorales que, contrariamente a sus promesas, únicamente perjudicarían el desarrollo. En particular, tanto el BCRP como el MEF enfatizan en el riesgo que supone una mayor inestabilidad política y la necesidad de mayor inversión privada, pues esta representó un 14.7% del PBI el año pasado, en contraste con la pública, que apenas ascendió al 4.2%, según estimaciones del BCRP.

No obstante, la propuesta de cambiar la Constitución ha sido planteada por varios candidatos a la presidencia, apelando a que ello permitirá incrementar el desarrollo, entre otros aspectos. Lamentablemente, varios de los cambios que se aspira a realizar omiten sus consecuencias, pues la carta magna determina las normas del país y la falta de consistencia de estas amenaza la confianza de los inversionistas privados. Peor aún, inclusive algunos planes de Gobierno recogen propuestas que con certeza atentarían contra ella, como la eliminación de contratos ley que en la práctica operan como garantías de que el Estado no modificará de manera arbitraria los acuerdos establecidos, lo cual también fue propuesto recientemente por el actual Congreso (ver Semanario 1058).

Otra de las propuestas que genera mucha preocupación es la de establecer restricciones al comercio internacional en busca de favorecer a determinados sectores. En particular, el proteccionismo en nuestro país ha demostrado ser inservible, como se aprecia en la industria de calzados que desde hace más de 25 años goza de impuestos a las importaciones provenientes de China, el principal país de origen de dichos productos, y, a pesar de ello, el valor de la producción nacional se mantuvo prácticamente constante entre 2007 y 2018 (ver Semanario 1045), con excepción de la contracción de los dos últimos años, según el INEI. Asimismo, también se considera extender las medidas de protección a sectores como el agrícola o el textil, cuando en realidad estas únicamente se encuentran permitidas por la Organización Mundial del Comercio en caso se determine al menos una amenaza de daño sustancial a las industrias, pero para el primero se registran intenciones de favorecerlo desde hace varios años (ver Semanario 1054) y el segundo no es ajeno a investigaciones para imponer medidas de protección comercial (ver Semanario 1059), ambas sin sustento técnico alguno. 

Inclusive, algunos partidos políticos proponen revisar y modificar todos los tratados de libre comercio de acuerdo con los intereses nacionales para el término de sus mandatos. Ello omitiría que estos se caracterizan por resultar de una negociación entre países o agrupaciones de estos, donde se busca favorecer el desarrollo del comercio de los bienes con mayor potencial de desarrollo en los nuevos socios comerciales y que, además, han permitido un desarrollo considerable de nuestras exportaciones durante la última década, las cuales pasaron de los US$ 35,849 millones a US$ 46,446 millones entre 2010 y 2019, un crecimiento del 29.6% durante dicho periodo. Además, estos beneficios contribuyeron también al progreso de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que incrementaron sus exportaciones en un 14.8%, 14.1% y 42.5% durante el mismo periodo, un desempeño considerable que, si bien podría mejorarse mediante políticas que faciliten el acceso al comercio internacional y cuyo dinamismo resultó perjudicado el año pasado por la presente pandemia, facilitaron su crecimiento y una mayor generación de empleo.

Evidentemente, ningún plan de gobierno será perfecto, pero no por ello deben omitir un análisis técnico en las propuestas que incluyen, sobre todo en un contexto que requiere una gestión ejemplar para recuperarnos de una de las crisis más severas de los últimos años. Por ello, desde ComexPerú, reiteramos nuestra preocupación por la insistencia en políticas que ya han demostrado en el pasado perjudicar el desarrollo de la economía y, con ello, el progreso de la sociedad.




EL VERDADERO “OLÓN”

EL VERDADERO “OLÓN”

Rafael Venegas, Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Los políticos guiados por ideologías socialistas son muy efectivos haciendo oposición a todo y demandando soluciones populistas sin sustento económico. Sin embargo, en las pocas oportunidades que han ganado una elección y han tenido que gobernar, han sido un tremendo fracaso debido a su incapacidad y a una total falta de experiencia y conocimientos para gestionar.

¿Recuerdan el irrisorio caso del proyecto de remodelación de la playa La Herradura, en el que la alcaldesa Villarán culpo a un “olón” de su prontísima destrucción? Ridícula explicación para una triste gestión.

Pues bien, ahora si estamos ante la presencia de un verdadero “olón” debido a la pobrísima gestión del gobierno en el manejo de la pandemia. Esto se ha dado debido a la necedad de los funcionarios públicos, que han preferido la improvisación antes de considerar el apoyo de expertos y de recursos del sector privado. Típica actitud estatista de la ideología actual en el poder.

En marzo del año pasado el Covid-19 nos sorprendió, como también al resto del mundo. Sin embargo, el Perú gracias a la incapacidad y falta de gestión del gobierno, tuvo el tristemente célebre ‘honor’ de ubicarse como el líder mundial en número de muertes en relación con su población, así como tener la caída mas grande del mundo en PBI. ¡Todo un record!

Esto podría explicarse porque nos agarró desprevenidos, pero la verdad es que hubo razones de mucho mayor peso. Entre ellas, la lamentable situación en que se encontraba la salud pública, a pesar de que su presupuesto se ha multiplicado por casi siete veces en los últimos 20 años. Es decir, si había recursos, pero inexplicablemente la ejecución era sólo parcial, además se invirtió mal y peor aún, se malversó a través de una enquistada corrupción.

A esto se le deben sumar las pésimas decisiones que se tomaron, como la implementación de una cuarentena radical y sin estrategia que no solo falló rotundamente en el frente de salud, sino que afectó fuertemente a nuestra economía.

En el Perú mas del 70% de la economía es informal y por ende no se puede aplicar una cuarentena radical, como la que se intentó aplicar erróneamente. Se debió diseñar e implementar una estrategia ad-hoc para esta realidad.

También está el tema de la mezquindad frente a la oferta de apoyo del sector privado, la inhumana corrupción en la logística del equipamiento y suministros, la falta de firmeza para el control de muchedumbres que no acataban las normas, el fallido método de pruebas rápidas, el despelote en el pago de bonos y la incapacidad para negociar la compra de las vacunas.

El resultado de esta suma de errores del gobierno fue la terrible ‘primera ola’ que ha ocasionado mas de 80 mil muertes de peruanos (el % mas alto a nivel mundial con relación a la población). Algunos de estos casos fueron causados directamente por el virus, pero muchos otros se han debido a la pésima y terca gestión de los funcionarios públicos responsables, que sin duda merecen una ejemplar sanción.

“CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCADA”

El Covid-19 fue caracterizado por la OMS como pandemia a inicios de marzo del 2020. Sin embargo, la enfermedad y los contagios se habían iniciado en China en los últimos meses del 2019 y en enero del 2020 ya se había propagado a varios países de Europa. El primer caso en el Perú se dio recién el 6 de marzo, por lo tanto el Perú tenía como ventaja el poder aprovechar de las experiencias de los países que nos llevaban la delantera.

Sin embargo, no supimos aprovecharla y como siempre quisimos ‘inventar la pólvora’ a nuestra manera, lo que nos llevó al tremendo fracaso de la primera ola que comentamos líneas arriba.

En agosto la curva de la primera ola comenzó a ceder y la administración de manera triunfalista e irresponsable no tuvo mejor idea que frenar las inversiones de nuevas unidades UCI y comenzar a desmantelar la infraestructura de emergencia que con mucho esfuerzo había llegado a 1800 camas en agosto. Según la OMS el índice recomendado es de 10 camas UCI por cada 100,000 habitantes. Perú debería tener mínimo 3,200.

Esta pésima decisión se tomó a pesar de que los países en que la pandemia estaba mas avanzada daban muy claras señales que se iniciaba una segunda ola de contagios y que esta sería mas fuerte, ya que conllevaría mutaciones del virus y nuevas cepas provenientes de diferentes países.

La historia también nos indicaba que las pandemias generalmente recrudecen con mayor fuerza luego de una primera ola. Esto sucedió hace poco mas de un siglo en el caso de la pandemia de la gripe española. En este caso luego de una primera ola en la que murieron miles de personas, vino una segunda mucho peor en donde murieron millones de personas (“El jinete pálido” de Laura Spinney).

A esta irresponsable medida se suma otra pésima decisión que sin duda es la principal causa de la generación de la segunda ola de contagios. No se enfrentó con responsabilidad, inteligencia y firmeza, tres claros focos de contagio que se tuvieron en las últimas semanas del año 2020:

  1. Las protestas callejeras y los cierres de carreteras, donde participaron muchedumbres entre protestantes, vándalos y perjudicados. Estos infames eventos duraron varios días, ya que las fuerzas del orden fueron inhabilitadas de ejercer su autoridad con firmeza ante claros delitos contra el orden público, como se hace en cualquier parte del mundo. Solo se les permitió hacerlo con ¨guantes de seda¨.
    ¡Gran error!
  2. Las muchedumbres en los grandes mercados informales haciendo compras navideñas las dos semanas previas a las fiestas. Tremendos focos de infección ante la pasividad de la autoridad.
    ¡Gran error!
  3. Las reuniones familiares y fiestas clandestinas que irresponsablemente se llevaron a cabo, a pesar de las débiles demandas del gobierno. ¡Gran error!

Cero perspicacia, cero estrategia, cero gestión, cero firmeza, cero autoridad. Mucha improvisación, mucha ingenuidad, mucha necedad ideológica, mucha irresponsabilidad. Resultado: El segundo “olón”.

La reacción del gobierno fue tardía como siempre. Recién a mediados de enero se dieron cuenta que, por no tomar las precauciones debidas en estos tres focos, los contagios comenzaron a incrementarse fuertemente y el oxigeno y las camas UCI volvieron a faltar. Otra vez el via-crucis y otra vez las muertes indebidas.

Fue entonces que tuvieron la brillante idea de volver a aplicar una cuarentena, como si no se hubieran enterado del infame fracaso que significó su implementación el año pasado. Ante fuertes protestas cedieron en algunos temas, convirtiendo la medida en un mamarracho que no servirá para nada como el primero y que además nos costará mas de S/ 2,500 millones en bonos adicionales.

En resumen, se debió ser mas perspicaz y aprender de lo que sucedía en los países mas adelantados en el proceso. No se debió actuar de manera triunfalista y frenar la inversión en equipos de emergencia. Vizcarra ofreció 5 mil camas para el 2021 y no tenemos ni 2 mil. Debimos seguir hasta cumplir el índice recomendado por la OMS (3,200 camas UCI).

Por último, sabiendo que era inminente una segunda ola, se debió actuar con autoridad y firmeza para evitar los tres grandes focos de contagio de diciembre. Si los principios ideológicos no les permitían ordenar a las fuerzas del orden que actuaran con la firmeza y autoridad debida, hubieran implementado la cuarentena en diciembre para evitar estos tremendos focos de contagio y no en febrero cuando el ¨olón¨ ya está encima nuestro.

Señores gobernantes de turno no sigan siendo irresponsables, improvisados y necios. Actúen con inteligencia y patriotismo y permitan que profesionales expertos y empresas del sector privado participen, con su experiencia y sus recursos, para el bien del país y de los peruanos.

Sean mas amplios y prácticos en el plan de vacunación nacional. Permitan que las empresas se encarguen de la vacunación de sus empleados y sus familias. Permitan que los laboratorios, las compañías de seguros, las clínicas privadas, etc. vacunen a sus clientes. De esta manera, el estado tendrá mas disponibilidad y recursos para atender a los mas necesitados.

Permitan que expertos en planeamiento y organización se encarguen de diseñar e implementar los procesos mas rápidos y eficientes para vacunar a la mayor cantidad de público, en el menor tiempo posible. De esta manera se podrá lograr la ansiada inmunidad lo mas pronto posible y ustedes podrán borrar en alguna medida su hasta ahora nefasta gestión.

¡Háganlo por el Perú y por los peruanos!




Cambiar la Constitución no resuelve nada

Cambiar la Constitución no resuelve nada

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre cambiar la Constitución no resuelve nada.

Participa como invitado Carlos Oliva, presidente del Consejo Fiscal, junto con Gonzalo Prialé, Fernando Cillóniz y Rodrigo Acha, asociados de IIG.

Reflexiones de Carlos Oliva

Las proyecciones del MEF delinean una senda de recuperación fiscal. Pero parecen ser más una aspiración que un pronóstico realista. Tiene dos grandes supuestos:

  • que vamos a crecer más del 4% a partir del año 2022, hasta el año 2030.
  • Que vamos a conseguir 0.7% de PBI en ingresos tributarios permanentes

Si se dan estos supuestos, podríamos llegar a un nivel de deuda de 36% de acá a 5, 6 años.

Pero estos supuestos son muy grandes.

En el tema tributario hay muchas cosas que se pueden hacer sin subir tasas. Quizás la única tasa que se puede subir es la del IGV. Un punto del IGV no causaría mucho daño.

En la lucha contra la evasión se puede tratar de regresar al nivel de evasión de 2014. Nos puede dar casi un punto de mayor recaudación. Bajar la tasa de evasión del IGV de 33% a 28%, y en el impuesto a la renta bajar 4 o 5 puntos.

Hay pues un camino trazado. La gran pregunta es si el próximo gobierno será capaz de materializar esto.

Sobre la Constitución, se puede decir que gran parte de las ganancias económicas y parcialmente sociales, se deben a lo establecido en la Constitución.

La autonomía del banco central es angular. La iniciativa de gasto en el Congreso es una medida indispensable en nuestro país, aunque recientemente vulnerada. La autonomía de la SBS. El rol subsidiario del Estado es clave.

Yo no veo la necesidad de hacer un cambio en ese capítulo (el económico). Quizás otros temas sí, como establecer dos cámaras en el Congreso.

En el ámbito económico no veo la necesidad de hacer ningún cambio. ¿Por qué?. Porque los resultados están a la vista.

  • Se ha aumentado el PBI
  • La tasa de crecimiento de los últimos 20 años ha sido en promedio casi 5%
  • El PBI percápita en dólares, se ha triplicado
  • La pobreza ha disminuído
  • La desigualdad también ha disminuído en 3 o 4 puntos.

Por otro lado la Constitución establece donde sí debe estar el Estado. Promoción del empleo, educación, salud, seguridad ciudadana, servicios públicos, etc. Y justamente en esto es que hemos avanzado menos.

Claramente, el tema es mejorar la eficiencia del Estado. No es darle más responsabilidades. Ni siquiera con lo que está en la Constitución puede, entonces como le quieres dar una mayor preponderancia en el capítulo económico.

  • Promoción del empleo: informalidad 70%
  • Educación: últimos en la prueba Pisa
  • Salud: anemia 42%
  • Seguridad ciudadana: tasa de victimización 60%
  • Servicios básicos: gente sin agua potable

Donde miremos, lo que es responsabilidad del Estado, no lo estamos cumpliendo.

Por lo tanto, el análisis para mejorar tendría que ser al revés. Pásale a otros lo que no puedes hacer.




El Congreso ha incrementado el gasto público en 6% del PBI

El Congreso ha incrementado el gasto público en 6% del PBI

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Insistimos en que los candidatos presidenciales no parecen haber tomado conciencia de que si llegan al poder no podrán manejar un Estado que se habrá vuelto inviable debido a las leyes que ha aprobado este congreso, que lo han vuelto estructuralmente desfinanciado.

En el siguiente cuadro hemos valorizado el costo de dichas leyes. Como vemos, asciende a casi 6% del PBI de gasto permanente, sin contar la ley de devolución de fondos de la ONP, en la esperanza de que sea declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional y considerando que se trataría de un gasto por una sola vez. Pero si agregamos ese costo, estaríamos hablando de 8.27% del PBI,

Un incremento del gasto público del orden del 6% del PBI equivale a poco menos de la mitad de la recaudación anual. El déficit fiscal sería como mínimo de ese tamaño. En realidad sería mayor, porque ya tenemos un déficit y más aún porque, del lado de los ingresos, se han aprobado leyes que los reducirán, porque afectan el crecimiento de la economía. Estamos hablando de la reciente ley agraria que frenará el crecimiento de las agroexportaciones, de la ley de topes a las tasas de interés que dejará sin crédito a millones de micro y pequeños empresarios, anulando esa fuente de crecimiento, y de las leyes que merman los fondos privados de pensiones, que reducen el ahorro nacional disponible para financiar proyectos públicos y privados. 

Con bastante más gasto de un lado, y con menos ingresos de otro, nuestro Estado colapsa. Se vuelve inviable. Queda estructuralmente desfinanciado. El próximo presidente no podrá gobernar. El malestar social alcanzará límites intolerables. Lampadia




¿Será el 2021 mejor que el 2020?

¿Será el 2021 mejor que el 2020?

Rafael Venegas, Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

¡Por fin se fue el terrible 2020!
¡Feliz y próspero año nuevo 2021!
La pregunta del millón:
¿Será el 2021 mejor que el 2020?

La verdad que es muy difícil no ser pesimista cuando todo nos dice que las pestes que nos han atacado el año pasado, siguen aún vigentes y no van a desaparecer por arte de magia.

El 2021 es el año del Bicentenario de nuestra independencia y es muy lamentable que nos encuentre en esta infame situación. El 2020 fue un año muy malo no solo para el Perú, sino para todo el mundo. La crisis por la pandemia del Coronavirus y los problemas económicos y de desempleo que esta generó, fueron causas de un importante deterioro global.

Infelizmente el Perú no pasó desapercibido ya que ha tenido el triste honor de tener uno de los peores indicadores a nivel mundial, tanto en el manejo de la pandemia, como en el impacto en el PBI.

Perú ocupó por varios meses, el primer lugar a nivel mundial en cantidad de muertes como porcentaje de la población y hemos terminado el año siendo el peor de la región. Este vergonzoso resultado fue causado por una pésima gestión del sistema nacional de salud que enfrentó la emergencia de manera informal e improvisada.

Este mal manejo por parte del gobierno también incluye la falta de autoridad para hacer cumplir la cuarentena en zonas de alto tráfico, las indecisiones en los protocolos, la mezquindad de no aceptar el apoyo del sector privado, la criminal corrupción en la logística y el sospechoso uso de pruebas rápidas de muy baja efectividad. A esto se suma la incapacidad del gobierno para firmar los contratos para tener las vacunas oportunamente.

Esta pésima gestión ha causado la pérdida de muchas vidas humanas innecesariamente lo cual sin duda merece una sanción ejemplar.

En el frente económico y gracias a la solidez macro gestionada en forma impecable por el BCR, el Perú destacó por ser el país que destinó la mayor ayuda a la población como porcentaje del PBI de la región. Sin embargo, a pesar de este esfuerzo, será el país de la región con la mayor caída del PBI en el 2020 (entre 12% y el 14%). Esto debido a la pésima ¨estrategia¨ de cuarentena implementada por el indeciso e incapaz gobierno y que afectó fuertemente a muchos negocios generando la pérdida de mas de dos millones y medio de empleos.

A pesar de la ¨segunda ola¨, para la mayoría de los países del mundo el 2021 seguramente será un año de recuperación. Esto porque ya están aplicando las vacunas y por que gestionaron de una manera mucho mas eficaz el ¨lockdown¨. Mientras tanto en nuestro país será muy diferente porque aún no sabemos cuando tendremos vacunas disponibles y porque aparte de estas crisis tenemos otras dos al mismo tiempo: La política y la social.

A continuación, presento una lista de hechos de importancia relacionados a cada una de la crisis, para que los podamos tomar como base para contestar a la pregunta: ¿El 2021 será mejor que el 2020?

CRISIS DE SALUD

  • Tema base de cualquier país, junto con la educación, la justicia y orden público y la infraestructura.
  • En nuestro país todas están en mal estado y la salud no es excepción.
  • La pandemia ha desnudado la precariedad del sistema nacional de salud que incluye una pésima gestión, falta de integración, una tremenda corrupción, infraestructura y equipamiento insuficiente y escases de profesionales calificados.
  • La solución para este tema es de mediano y largo plazo.
  • La pandemia recién nos dará un respiro en el 2022, ya que recién en la segunda parte del año podríamos iniciar el complicado proceso de vacunación que tomará varios meses.
  • En el 2021 solo podremos aspirar a que el nuevo gobierno lance un agresivo plan de mediano/largo plazo para la reconstrucción y modernización de la salud, mientras que para el corto plazo solo podrá aplicar parches de emergencia.
  • El panorama para el 2021 es sombrío ya que las soluciones son de mediano y largo plazo.

CRISIS ECONOMICA

  • Felizmente el Régimen Económico de la Constitución del 93, basado en la economía de mercado, la propiedad privada y la autonomía del BCR, nos permitió crecer ininterrumpidamente por 20 años y consolidarnos como la economía mas sólida de la región.
  • Debido a esta solidez macro y al manejo profesional y autónomo del BCR, el Perú está aguantando a pie firme las crisis.
  • También debido a lo mismo y en plena crisis, se consiguió emitir bonos a tasas y plazos impensables.
  • Sin embargo, la irresponsabilidad del peor congreso de la historia no ha cesado de emitir normas populistas por cuenta propia y también en respuesta a las protestas vandálicas y delincuenciales.
  • Este tema seguramente se extenderá hasta el cambio de gobierno, ya que el actual no hace respetar el principio de autoridad ni la ley.
  • Estos hechos vienen drenando peligrosamente nuestra solidez macro, que cada vez se hace mas débil.
  • El efecto en cascada de estas absurdas medidas impactará en mayor medida a las personas de menores recursos, aumentando los índices de informalidad (ya casi en el 80%), morosidad, desempleo y pobreza (ya en 30%).
  • Menor consumo, menor tributación, menor ingreso para el estado.
  • Año eleccionario = Freno a las inversiones y a la toma de decisiones empresariales.
  • En el 2021 la economía peruana tendrá grandes dificultades para recuperar el PBI que perdió en el 2020 y solo podrá recuperar cerca de la mitad (entre el 5% y 7%).

CRISIS POLÍTICA

  • El impresentable congreso seguirá haciendo de las suyas por una legislatura mas hasta el 28 de Julio. Sabe Dios que otras barbaridades harán.
  • En abril se realizarán las elecciones presidenciales y congresales.
  • Sin duda tendremos segunda vuelta, congreso atomizado y ganador en segunda vuelta que estará obligado a pactar para poder gobernar.
  • Volveremos a tener el mismo escenario que originó la crisis en la que nos encontramos.
  • Lo único que nos podría salvar es que la población vote bien informada y con inteligencia por los pocos candidatos idóneos y probos que se presentan.
  • Si esto se da y se genera un pacto patriótico, ambos poderes podrían trabajar en beneficio del país y de los peruanos y no en el de sus intereses particulares como hoy.
  • Panorama complicado, pero con alguna esperanza.

CRISIS SOCIAL

  • El coronavirus, la pésima gestión de las crisis y las irresponsables decisiones del congreso han generado muerte, quiebra de empresas, mayor informalidad, desempleo masivo y mayor pobreza.
  • La ciudadanía harta y frustrada del circo político se organizó y realizó una exitosa protesta callejera que terminó con la renuncia del presidente ¨usurpador¨. La clase política ya tomo nota de este poder.
  • Los mercenarios del caos se han aprovechado de esto para generar una seguidilla de actividades vedadas y penadas por ley. Todo esto para su cosecha política e ideológica y sin importarles en lo mas mínimo el Perú y los peruanos. Esto lamentablemente continuará durante la mayor parte del 2021 dada la pasividad del gobierno actual.
  • Haciendo eco de esto, el irresponsable congreso viene aprobando rápidamente una serie de normas populistas, que sin duda seguirán en el primer semestre del 2021.
  • Esto podría incluir llamar a referéndum para elegir a una asamblea para cambiar la constitución. Esto sería un error muy lamentable.
  • Las nuevas normas populistas aprobadas y que parecerían estar a favor de los trabajadores, al final son en su contra, ya que generarán quiebras, mayor desempleo y mayor pobreza.
  • Panorama negativo y peligroso.    

Como lamentablemente podemos ver en los cuatro frentes el panorama no es alentador por decir lo menos y mucho tendrá que ver que sucede en las elecciones, aunque no se vislumbra nada positivo.

Entonces, como contestarían ustedes la pregunta: ¿Será el 2021 mejor que el 2020? Yo lamentablemente creo que será igual de malo o peor. ¡Ojalá me equivoque! Lampadia




DEFENSORES DE LA INVERSIÓN

DEFENSORES DE LA INVERSIÓN

Desde su nacimiento hace siete años, en Lampadia hemos compartido nuestro ideario con todos nuestros seguidores. Este se resume en nuestros objetivos, misión, retos y compromisos con la sociedad. Hoy día, en consecuencia con nuestro ideario y la situación del país, estamos desarrollando una campaña de comunicación que hemos denominado: DEFENSORES DE LA INVERSIÓN.

Veamos nuestro ideario:

Objetivo:

Lograr que los peruanos optemos por una Sociedad de Libre Mercado

Nuestra Misión:

  • Defender la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad.
  • Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y la meritocracia para los funcionarios públicos.

Nuestros Retos:

  • Propiciar un mayor compromiso de la clase dirigente con los grandes temas nacionales y con la política.
  • Proponer reformas para mejorar la calidad de nuestra democracia y de nuestras instituciones.
  • Empoderar a un millón de peruanos con análisis e información.
  • Promover una educación para el siglo XXI con las mejores prácticas internacionales.
  • Difundir los beneficios de una Sociedad de Libre Mercado.
  • Cuidar la estabilidad de nuestro modelo de desarrollo, destacando el rol de la inversión privada y la necesidad de lograr un Estado eficiente, efectivo y meritocrático.

Nuestro compromiso con la Sociedad:

Durante los últimos 25 años se ha producido una profunda transformación de la vida nacional en lo económico y social, aunque deficitaria en lo institucional. Lamentablemente, esta transformación no está acompañada por una adecuada conciencia social, debido fundamentalmente a la falta de liderazgo y comunicación de nuestra clase dirigente.

Hay una gran confusión sobre nuestra nueva realidad y mucha angustia e incertidumbre sobre el porvenir.

El Perú renació después de tres décadas (60s, 70s y 80s) de estancamiento económico, empobrecimiento, escasez de recursos, frustración, violencia y falta de esperanza en el futuro, a una nueva realidad marcada por el crecimiento, la inversión, la creación de riqueza, la disminución de la pobreza y la desigualdad, la abundancia de recursos, la paz, y por una nueva capacidad de soñar con un futuro de prosperidad.
Sin embargo, a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes que ya no proyectan sus vidas fuera del Perú, no se les ha explicado los condicionantes de la nueva realidad, no se han mostrado las relaciones causa-efecto que la han creado, no se discute sobre nuestras potencialidades, no tenemos claras las prioridades de acción colectiva ni las políticas públicas que puedan consolidar el bienestar general.
Así es que mientras la economía nacional se debilita y vuelve a flaquear nuestra confianza en el futuro, el entendimiento de nuestra realidad y perspectivas se hacen cada día más confusos. En la vida política y mediática se entrecruzan distintos lenguajes y distintas dimensiones de análisis, muchas veces producidas con propósitos específicos de manipulación y beneficio de parte.

En este contexto, Lampadia pretende, con veracidad y rigurosidad, aportar luces sobre nuestra realidad. Queremos comunicar y compartir información, cifras, hechos relevantes y opiniones sobre el Perú y el mundo de hoy y mañana para contribuir a la formación de una conciencia nacional más informada que propicie la convergencia de nuestras acciones para la construcción de un Perú de éxito y bienestar para todos.

° No tenemos Derechos Reservados – Información Libre °

El Perú tiene retos muy importantes en múltiples frentes, como los de mejorar sus instituciones políticas y alcanzar un mejor nivel de gobernanza. Hacer un salto cualitativo en los servicios de salud y educación. Mejorar notablemente la seguridad ciudadana. Y mantener un buen ritmo de creación de empleo formal, reducción de la pobreza y de la desigualdad.

Todo ello requiere un crecimiento de la economía entre 5% y 7% anual. Y por lo tanto debemos mantener un nivel de inversión mínimo de 25% del PBI.

Lamentablemente, desde el 2011 hemos debilitado crecientemente nuestras inversiones, las públicas y privadas, fuente directa de empleo de calidad y bienestar; y hemos deteriorado el crecimiento de la economía. Veamos:

Por otro lado, es notorio que, en la administración pública, desde el Ejecutivo hasta el Congreso, pasando por muchísimas autoridades regionales y locales, hasta muchos funcionarios públicos, se ha instalado un malsano alejamiento con el sector privado, que muestra ignorancia sobre su importancia para el desarrollo integral del país.

Dificultando la inversión y frenando los proyectos de inversión, estamos perdiendo las excelentes oportunidades que tenemos para crecer y reducir la pobreza y desigualdad.

Ante ello, y en consecuencia con nuestro ideario, hemos decidido lanzar el proyecto de: Defensores de la Inversión, para alertar a nuestros ciudadanos sobre nuestras capacidades de progreso y de la necesidad de comprometernos en apoyar el esfuerzo de inversión de todos los peruanos, tanto de la inversión pública como la privada.

Para apoyar esta campaña necesitamos la contribución económica de los amigos de Lampadia, tanto a nivel individual como institucional.

Los aportes se pueden hacer en las siguientes modalidades:

1. Abono en Cuenta:

Lampadia RUC: 20549170154
En el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia
Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)
Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

2. Autorización de Cargo en Cuenta:

Llenar formulario adjunto ‘Autorización de Cargo en Cuenta’, incluyendo:

  • Nombres Completos / Teléfono / Correo Electrónico / DNI
  • Precisar N° de Tarjeta o Cuenta en donde se realizará el cargo
  • Indicar importe en dólares o soles
  • Indicar el número de meses que se realizará el cargo
  • Firma (Igual al DNI)

Enviar copia del voucher de depósito o formulario debidamente lleno y copia de DNI a: lampadia@lampadia.com.pe

Para girar el recibo por el aporte: ‘Comprobante de Recepción de Donaciones’, (SUNAT-R.I. N° 0230050257679 del 14 de Setiembre del 2018), necesitamos nos indique el nombre o razón social, número de DNI o RUC, y dirección de envío del comprobante.

Muchas Gracias
Lampadia