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Vayamos a un acuerdo político de coincidencias básicas

Vayamos a un acuerdo político de coincidencias básicas

Muchas veces hemos insistido en clavar puyas a nuestra clase dirigente, que no se caracteriza precisamente por su presencia en el debate nacional. Hoy día nos da mucha satisfacción compartir con nuestros lectores, un artículo preparado por tres cusqueños que representan a una de las pocas ‘reservas de ciudadanos con vocación y compromiso cívico’, que tenemos en el país.

El artículo de los ínclitos, Carlos Milla Vidal, Fernando Ruiz Caro y Fausto Salinas Lovón, hace un llamado, aún oportuno, como lo califican ellos, a la sensatez política, para juntar esfuerzos entre quienes tenemos una misma visión del país. Lampadia hace suyo este  planteamiento que viene desde el corazón del Perú. 

Carlos Milla Vidal
Fernando Ruiz Caro
Fausto Salinas Lovón
Cusco, 26 de abril de 2017
Para Lampadia

Un año atrás,  en este mismo medio, planteamos la conveniencia de evitarle al país una segunda vuelta electoral. Mencionamos que la confrontación de una segunda vuelta iba a dar protagonismo o por lo menos cabida a los planteamientos (de la izquierda)  que el país mayoritariamente rechazó y que se “mediatizaría la victoria de la economía de mercado y la sociedad libre”. Ver en Lampadia: El Perú no necesita una segunda vuelta

Advertimos que “se alimentaría inevitablemente la confrontación y la violencia y daría espacio para que el violentismo y el extremismo izquierdista radical que ya asomó en esta elección vuelva a tener protagonismo. Los peruanos no necesitamos más confrontación, necesitamos reconciliación

Señalamos que resultaba “innecesario explotar las divergencias en una segunda vuelta electoral cuando lo que conviene al país es desarrollar las coincidencias y sinergias” y exigimos madurez a nuestra clase política.

Propusimos, por todo esto, que se avance a  “un acuerdo de coincidencias básicas entre PPK y FP” que permita “hacer realidad las mejoras, reformas y ajustes que los ciudadanos esperan en el Estado, la economía y la política nacional”. Un acuerdo que establezca  “una agenda política inmediata y dar garantías suficientes al pueblo peruano de respeto a la institucionalidad democrática, a la alternancia en el poder y de que se combatirá la corrupción”.

Señalamos que un acuerdo de este tipo permite “garantizar la continuidad de políticas de Estado y dar muestras de gobernabilidad y madurez política superiores, que se traducirían inmediatamente en buenas señales para los mercados, la inversión y la generación de empleo y riqueza, únicas fuentes para derrotar la pobreza y avanzar en el desarrollo humano”.

Ahora, un año después, cuando las diferencias políticas entre FP y PPK han paralizado el país, han detenido la economía cuyas proyecciones de crecimiento ya están por debajo del 3%, y luego de que el norte de nuestro territorio ha sido gravemente afectado por desastres naturales, es momento de insistir en un acuerdo de este tipo, donde se establezcan las coincidencias básicas entre las dos principales fuerzas políticas del país y se busque el bien del Perú ante todo.

Para este acuerdo de coincidencias básicas sugerimos algunos puntos de acuerdo inmediato e imprescindible:

  • Posición unitaria, firme y activa de Ejecutivo y Parlamento para que la diplomacia peruana, en representación de la Nación Peruana asuma el liderazgo  internacional en la campaña para restablecer el orden democrático en Venezuela y  el respeto de los derechos humanos, la autonomía de la Asamblea Legislativa y las libertades políticas en esa Nación, mediante la exigencia de la intervención efectiva de la OEA a través de la Carta Democrática Interamericana, la condena de todos los países latinoamericanos  y el retiro de la legación diplomática venezolana de nuestro país. Una posición de este tipo permitirá conocer el grado de compromiso democrático de FP.
  • Consenso para adoptar medidas concertadas que permitan recuperar el crecimiento económico por encima del 5% anual, incluyendo medidas para otorgar un verdadero fast track para los grandes proyectos de inversión pública  y una reducción radical de las licencias y los permisos que traban las iniciativas privadas, todo lo cual hará posible recuperar el dinamismo de la economía y la generación de miles de empleos para nuestros compatriotas que cada días incrementan la lista de desempleados.

  • Acuerdo por la educación que permita una verdadera reforma magisterial y una educación de calidad. Sin consenso y con disputas como las vistas el 2016, el fanatismo comunista del SUTEP y sus intereses continuarán destruyendo el futuro de nuestros hijos.

  • Revisión de la descentralización y mejora de la eficiencia en la gestión de los recursos descentralizados, mediante la priorización de las inversiones regionales en las líneas de acción nacional en materia de infraestructura, salud y educación, a fin de evitar el uso dispendioso, ineficiente y corrupto de los recursos en las Regiones y Municipalidades.

  • Reforma y reducción del Estado, irresponsablemente acrecentado por las administraciones anteriores y en particular por el Gobierno Humala, poniendo topes a la contratación pública, racionalización de personal, evaluación de gestión,  ratios de eficiencia, entre otros indicadores que eviten que los gobiernos descentralizados sean una coladera de recursos públicos.

Estas y otras urgencias de nuestro país son mayores que hace un año, por lo tanto, la necesidad de un acuerdo político es imperativa. Hemos perdido un año, pero no es demasiado tarde para que las principales fuerzas políticas antepongan a sus intereses electorales el único objetivo válido en nuestra política: el bienestar de los peruanos.

No faltarán quienes desde otras fuerzas políticas tiren piedras a esta posibilidad. No faltarán aquellos que desde dentro petardeen el acercamiento. No faltarán quienes desde su tribuna alienten el conflicto. Sin embargo, nada de eso debe detener la posibilidad de un acuerdo de coincidencias básicas que otorgue estabilidad política al país, dinamismo a la gestión pública, confianza a los mercados y ciudadanos y que relance la economía para evitar que millones de compatriotas que salieron de la pobreza en los últimos 20 años regresen a ella en los siguientes meses.

Nuestra clase política y en particular FP y PPK debe estar a la altura de esta responsabilidad y debe adoptar con firmeza las medidas que hagan posible este y otras coincidencias básicas,  por encima del cálculo electoral. De lo contrario, el país les recordará su incapacidad de poner por encima de todo, los intereses del Perú. Lampadia