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Una salida a la crisis social de Francia

Una salida a la crisis social de Francia

Emmanuel Macron, presidente electo de Francia desde mayo del 2017, actualmente se encuentra en una encrucijada impuesta por el movimiento político descentralizado “los chalecos amarillos”.

Lo que está en juego en Francia es mucho más que un aumento de tarifas. Lo más trascendente de esta situación es el debilitamiento de un líder que recogió las banderas del libre comercio y de la globalización en Europa. Es el único político europeo, después de la salida de Merkel, que puede defender el ecosistema global favorable a los países emergentes como el Perú.

Aún cuando el gobierno francés recientemente canceló el alza del impuesto al diesel, que fue motivo por el cual se acrecentaron las protestas masivas y la quema de numerosos activos en las calles de París, el descontento parece cada vez peor e inclusive está tomando vidas humanas.

Un reciente artículo de The Economist hace un breve análisis de la problemática que enfrenta Macron a la luz de las políticas públicas emprendidas en su gobierno y de la imagen proyectada de su persona. Como se verá, este análisis puede dar mayores luces acerca de cómo podría ser una posible salida de la crisis social que enfrenta Francia hoy en día.

Un primer aspecto a tener en cuenta es que el presidente Macron adolece de un problema que muchos políticos liberales de derecha no han podido solucionar: el calar en el pensamiento de la gente, sin caer en el populismo. Gran parte del discurso de esta clase política está enfrascado en el economicismo y no incorpora un componente moral y de justicia que podría resultar más atractivo hacia la sociedad.

El caso de Macron es particular ya que, como indica The Economist, “Macron olvidó que un presidente francés no es ni un dios ni un monarca, sino simplemente un político en una democracia que requiere la forja constante del consentimiento. Su altanería ha conducido a una serie de errores pequeños individualmente pero acumulativamente destructivos”. De ahí que haya sido tildado como “presidente de los ricos”. En este sentido,  es necesario que proyecte una personalidad de paciencia, persuasión y humildad hacia los franceses, de tal manera que pueda mejorar esta mella en su imagen.

Un segundo aspecto tiene que ver con la falta de comunicación de las reformas emprendidas. Si bien Macron tiene poco más de 1 año y medio en el poder, las políticas que ha llevado a cabo en este corto tiempo han sido formidables. Estas incluyen una reforma laboral que otorga una mayor flexibilidad a los mercados de trabajo, en particular, hacia los jóvenes quienes ahora tienen una mayor probabilidad de optar por contratos de más largo plazo por parte de las empresas.

Asimismo, ha emprendido una reforma educativa que ha permitido aumentar la cobertura de las clases en áreas pobres, que eran inaccesibles en años pasados. Y por si fuera poco, ha mantenido un correcto manejo de las cuentas fiscales, alcanzando un límite del déficit fiscal de 3% del PBI por primera vez desde 2007.

Lamentablemente, no ha sabido comunicar estos hechos, y en ese sentido, no ha podido capitalizarlos a su favor. De haberlo hecho, probablemente “los chalecos amarillos” no tendrían el aval del 75% de los franceses.

Finalmente, un tercer punto que señala The Economist tiene que ver con el aspecto coyuntural, en el sentido de la falta de una política de corto plazo relacionada al ingreso laboral que permita sopesar el descontento desproporcionado que ha invadido a este grupo de manifestantes. Al respecto, ya hay un avance puesto que el día de ayer, Macron hizo un anuncio de un aumento del salario mínimo de 100 euros acompañado de una reducción de impuestos a los trabajadores y pensionistas.

Dadas estas recomendaciones, reconfirmamos nuestra posición de defender las políticas del gobierno de Emmanuel Macron, quien rompió la política tradicional anti-globalización francesa y alzó las banderas del libre comercio, esenciales para el Perú, en un contexto global de mayor proteccionismo y antiinmigración. Lampadia

Solo humano, después de todo
Los problemas de Emmanuel Macron son más de presentación que de política

Pero aún puede salvar su presidencia

The Economist
Dec 8th 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Está muy lejos del Monte Olimpo. El año pasado, Emmanuel Macron llegó al poder con el mandato de reformar Francia. Esta semana Francia lució irreformable. Las calles de París están llenas de autos quemados y vidrios de escaparates destrozados. Algunas partes del campo están paralizadas, ya que los manifestantes con chaquetas amarillas de alta visibilidad obstruyen las carreteras y bloquean los depósitos de combustible. Los cambios de sentido en la política están haciendo que Macron se vea tan débil como todos sus antecesores recientes que intentaron cambiar a esta nación tan obstinada. El hombre que una vez prometió una presidencia “jupiteriana” parece decididamente mortal.

La elección de Macron en mayo de 2017 parecía anunciar un nuevo optimismo sobre Francia, Europa y el mundo. Joven, inteligente y lleno de ideas para hacer que Francia sea más abierta, dinámica y fiscalmente sobria, dio una respuesta elocuente a la nostalgia del puente levadizo del Brexit, Donald Trump en Estados Unidos y las autocracias de Europa del Este. La esperanza de una amplia renovación del centro radical se posó sobre sus hombros.

Cuando este nuevo partido, una banda de recién llegados políticos impulsados por las redes sociales, ganó una abrumadora mayoría parlamentaria, la revolución de Macron parecía imparable. Pasó rápidamente las reformas necesarias para que el mercado laboral fuera más flexible, trabajara con sindicatos moderados y enfrentara a los obstaculizados. Sus reformas educativas ofrecieron clases más pequeñas en áreas pobres y un mayor control de los ciudadanos sobre la capacitación. El presupuesto se puso en forma y alcanzó el límite de déficit de Maastricht del 3% del PBI por primera vez desde 2007.

Sin embargo, a lo largo del camino, Macron olvidó que un presidente francés no es ni un dios ni un monarca, sino simplemente un político en una democracia que requiere la forja constante del consentimiento. Su altanería ha conducido a una serie de errores pequeños individualmente pero acumulativamente destructivos: regañar a un adolescente por llamarlo “Manu” en lugar de “Monsieur le Président”, convocar al parlamento para que le diera una conferencia en el Palacio de Versalles, hablando de “personas que no son nada”.

Macron también parece haber olvidado que, en la primera ronda de las elecciones del año pasado, el 48% de los votantes estaban tan descontentos que respaldaron a los extremistas: Marine Le Pen en la derecha nacionalista, Jean-Luc Mélenchon en la izquierda y la mitad, una docena de radicales menos carismáticos. Esos votantes no se han ido. Por lo tanto, no era prudente que el nuevo presidente antagonizara con negligencia a los que quedaban atrás. Uno de sus primeros movimientos fue reducir los impuestos sobre la riqueza. El antiguo impuesto a la riqueza era ineficiente, agotaba los incentivos y a menudo se evitaba. Pero su eliminación debería haber ido de la mano con más ayuda para los más débiles. Del mismo modo, sus aumentos de impuestos sobre el diesel son una política ecológica sólida, pero debería haber prestado más atención a las personas a las que más perjudican: las personas rurales que luchan y necesitan ir al trabajo. La etiqueta más dañina que se le ha pegado al ex banquero es que él es “el presidente de los ricos”.

Muchos franceses creen esto, tal vez por eso alrededor del 75% dice que apoya a los manifestantes de los chalecos amarillos. Al igual que la campaña electoral de Macron, los manifestantes se organizan a través de las redes sociales. A diferencia de ellos, no tienen líderes y carecen de una agenda coherente, por lo que son casi imposibles de negociar. Los choques ya parecen ser los peores desde los años de 1968.

Macron ahora estará convencido de que su decisión, el 5 de diciembre, de cancelar el aumento del impuesto al diesel “para el año 2019”, eliminará el conflicto. Esto parece improbable; para empezar, las protestas en parte ahora han sido secuestradas por extremistas matones con interés en el violento derrocamiento del capitalismo. Muchos de los chalecos amarillos moderados están exigiendo la renuncia de Macron, o un nuevo parlamento. Y un aumento de impuestos anterior al diesel que entró en vigencia en enero pasado, aún no se ha revertido.

Solo humano después de todo

La reacción del gobierno podría ser horriblemente contraproducente. Puede que no sea suficiente para sacar el aguijón de las protestas. Pero, al ceder terreno, pueden mostrar que las turbas en las calles pueden derrocar a Macron, lo que anima a que se formen más turbas. Hay presión sobre Macron para recuperar el impuesto a la riqueza; y más reformas ahora parecen mucho menos probables que antes. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer; el próximo proyecto atrasado que Macron planea abordar es el imposible sistema de pensiones de Francia.

¿Significa todo esto que debe triunfar el populismo y que los reformadores siempre se verán frustrados? Es deprimentemente fácil concluir así. Trump ha ganado el apoyo de su base ofreciendo recortes de impuestos a los estadounidenses que no son asequibles a largo plazo. En Italia, la coalición gobernante, completamente populista, promete reducir la edad de jubilación que un predecesor más prudente planteó, al tiempo que ofrecía profundos recortes de impuestos. Incluso Vladimir Putin no tuvo el coraje de enfrentar a los jubilados rusos este año.

No todo está perdido para Macron. Él podría ayudarse a sí mismo de varias maneras. Primero, debe demostrar dónde están sus prioridades. Será costoso, pero se necesita algún tipo de crédito tributario por ingreso del trabajo: un subsidio salarial adecuado para el salario bajo que aumenta su incentivo para trabajar, en lugar de cobrar el sueldo. (Ya existe uno, pero es demasiado pequeño. Macron ha prometido reforzarlo, pero solo lentamente). Eso debería haber ido de la mano con la eliminación del impuesto a la riqueza. En segundo lugar, él y su gobierno deben hacer más para promover y explicar las cosas buenas que ya han hecho, pero que son poco apreciadas, como la inversión en aprendizajes o los movimientos que harán más probable que las empresas contraten a jóvenes por mucho tiempo. Contratos a largo plazo. La tasa de desempleo ha bajado medio punto porcentual, aunque todavía es demasiado alta, con un 9.1%.

Y tercero, el propio Macron necesita cambiar. Su idea de que los franceses quieren que su presidente sea distante y Jupiteriano está equivocada. Como lo muestra el gráfico, el presidente francés más popular de los últimos tiempos fue el menos lejano: Jacques Chirac, un bebedor cerveza y fumador con un brillo en sus ojos. En una época en la que los populistas harán y dirán cualquier cosa, un político que no puede persuadir a la gente común de que él o ella los entiende, les gustan y quieren ayudarlos luchará por hacer algo. No se necesitarán poderes sobrehumanos para reformar Francia, solo los muy humanos de paciencia, persuasión y humildad. Lampadia




Macron asume liderazgo global y reforma laboral

El nuevo presidente de Francia pasa de las ofertas electorales y de las palabras en los medios, a la acción, dando un extraordinario ejemplo de liderazgo. A pesar de que en los últimos días registró una fuerte caída de popularidad en las encuestas, reunió a todos sus embajadores para aleccionarlos sobre el nuevo rol de Francia en el mundo y un par de días después presentó su ‘revolución’ laboral.

Los dos anuncios representan cambios revolucionarios.

  • Que Francia se comprometa con el mundialismo, que se anuncie su intención de refundar un orden global estable y justo, ocupando, de algún modo, el espacio político abandonado por el EEUU de Trump y el espacio de políticas públicas abandonado por el Reino Unido, representa un hecho verdaderamente extraordinario.
  • Que Francia, la de las regulaciones laborales ‘pro-trabajador, pero sin-empleo’, que el adalid del socialismo europeo, liberalice su mercado laboral, ha requerido dos condiciones, llegar al fondo del pozo con altísimas tasas de desempleo, y de la emergencia de un líder con visión, sentido de misión y coraje.

Líneas más abajo glosamos dos notas de El País de España, para reseñar ambos hechos. Esperamos que nuestros académicos, políticos y periodistas, tan apegados a las políticas tradicionales de la Francia conservadora, cerrada y estatista, tomen nota de esta ‘nueva revolución francesa’ y se den un baño de modernidadLampadia

Macron se propone “refundar” un orden global “estable y justo”

El presidente fija ante los embajadores franceses la lucha contra el “terrorismo islamista” como prioridad

El País de España
Marc Bassets
París 
30 de agosto, 2017
Glosado por
Lampadia

El presidente Emmanuel Macron habla a los embajadores franceses reunidos en París.

YOAN VALAT (AFP) / VÍDEO: REUTERS-QUALITY

El presidente francés, Emmanuel Macron, se rebela contra la lenta decadencia internacional que los apóstoles del declive atribuyen a Francia. No se resigna. En su primer discurso en la reunión anual de los embajadores franceses en el extranjero, Macron les instó a proyectar a su país como una potencia que debe “mantener su rango en un orden mundial que se tambalea profundamente” y estar en condiciones de impulsar una “refundación” de este orden. En Europa, en Próximo Oriente entre suníes y chiíes o entre israelíes y palestinos, y en África, sobre todo, pero también en Asia y en América, la Francia de Macron quiere contar. La prioridad: la lucha contra el “terrorismo islamista”.

Podría denominarse la doctrina Macron, la visión geopolítica del nuevo presidente francés, su idea del papel de Francia en el mundo. ¿La receta? Un poco de poder militar y mucha diplomacia. Europeísmo y multilateralismo, pero, al mismo tiempo, una reafirmación de la independencia de su país y de su posición central en la mayoría de conflictos. Continuismo respecto a sus antecesores en la V República, pero con un estilo personal —la audacia del novato, en parte— que le lleva a romper inercias. Finalmente, la aspiración a presentar Francia como potencia única, con una misión particular.

“Hoy tenemos el deber de refundar un orden colectivo, estable y justo, con nuestros aliados y todos nuestros socios”, dijo Macron a los embajadores.

Pocos líderes europeos mundiales podrían o querrían pronunciar una frase similar. No la canciller Angela Merkel, cuyo país perdió toda vocación universalista. Ni el Reino Unido, enredado en la madeja del Brexit. Estados Unidos, como Francia, cree que sus valores fundacionales son un mensaje para toda la humanidad, pero con Donald Trump esta idea ha quedado aparcada. Hay un vacío, una ausencia de visiones globales, y Macron está dispuesto a ocuparlo.

Desde su elección en mayo, Macron ha sido hiperactivo en el exterior.

En el discurso ante los embajadores, el presidente fijó como prioridad de su presidencia la lucha contra el “terrorismo islamista”, un término que otros gobernantes, como Barack Obama, evitaban. “Nada sería más absurdo que negar el vínculo entre los actos terroristas que vivimos y una lectura a la vez fundamentalista y política de un cierto islam”, justificó.

La idea de fondo: el orden global está averiado y Francia puede ayudar a repararlo. A Macron le gustaría que su país fuese como los EEUU de los años noventa: ‘la nación indispensable’, en palabras de Bill Clinton. No es el primero en proponer una refundación del sistema internacional. Nicolas Sarkozy propugnó la “refundación del capitalismo”, sin éxito.

Macron explicó a los embajadores que el orden que él pretende reformar “está fundado en la mundialización, que se ha convertido en ultraliberal, y en la hiper-potencia de un solo Estado”. La suya es una diplomacia arraigada en la tradición francesa e inspirada en de Gaulle y Mitterrand, presidentes que buscaron resaltar la autonomía francesa.

Con unos índices de popularidad menguantes, Macron se siente cómodo en la política exterior. Pero sabe que, como decía el político estadounidense Tip O’Neill, “toda política es local”. El jueves su Gobierno presentó su reforma laboral. Es su primera prueba.

Y salió el nuevo Código Laboral

Macron flexibilizará el despido y la contratación para reducir el paro

Ayer, Macron presentó una reforma laboral que flexibilizará la contratación y el despido con el objetivo de atraer nuevas inversiones y reducir un desempleo crónico.

Llega el momento de la verdad: la hora de la reforma, palabra fetiche en un país que, como decía el filósofo Raymond Aron, “de vez en cuando hace una revolución pero nunca reformas”. Quizá por eso Macron dijo hace unos días que “los franceses odian las reformas”, y tituló su libro programático Revolución.

Se fija un techo para las indemnizaciones por despido ‘improcedente’:

  • Hasta diez años de trabajo: un mes de salario por año trabajado
  • De diez a treinta años: un mes y medio por año trabajado (tope de veinte meses)
  • Las indemnizaciones por despido legal, no improcedentes, aumenta un 25%

“Nuestro objetivo es simple: favorecer la creación de empleo aportando mucha más seguridad y visibilidad a los jefes de empresa en la decisión de contratar, y más garantías a los asalariados”, dijo el primer ministro ÉdouardPhilippe.

Este sería el primer capítulo de una serie de reformas, que incluirán el seguro de desempleo y la formación profesional.

El País de España, Marc Bassets, París 31 de agosto, 2017

Lampadia

 




Punto de inflexión en el desarrollo de energías renovables

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




COP21: Una primera descripción del acuerdo por el clima global

COP21: Una primera descripción del acuerdo por el clima global

Después de haber acumulado varios fracasos, finalmente, con el esfuerzo de varios años de negociaciones sobre el calentamiento global se concretó de un acuerdo considerado positivo en París este sábado (12/12/15) por la noche, cuando el presidente de la COP21, el canciller de Francia y presidente de la conferencia, Laurent Fabius, dio el martillazo simbólico sobre la mesa y dijo: “el acuerdo de París por el clima es aceptado”.

Los participantes asisten a un panel de ” Presentación de la Ciencia en una esfera ” en la COP21, 
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Le Bourget, al norte de París. (Fuente: AP foto)

El acuerdo de 31 páginas firmado en París, que entrará en vigencia en 2020, pasó por varios borradores antes de ser aceptado. Acá una pequeña explicación de los principales temas:

Objetivo a largo plazo:

El objetivo a largo plazo del acuerdo es hacer que el calentamiento global se mantenga “muy por debajo” de los 2 grados centígrados y para “seguir con los esfuerzos” de limitar el aumento de temperatura de 1.5 grados centígrados. Las temperaturas ya han aumentado en cerca de 1 grado Celsius desde los tiempos pre-industriales. Para lograr ese objetivo, los gobiernos se han comprometido a detener el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor “tan pronto como sea posible.” En algún momento después de 2050, dice el acuerdo, las emisiones de origen humano deben reducirse a un nivel que los bosques y los océanos puedan absorber.

Objetivos de emisiones

Con el fin de alcanzar el objetivo de largo plazo, los países acordaron establecer objetivos de reducción de emisiones nacionales cada cinco años. Más de 180 países ya han presentado objetivos para el primer ciclo que comienza en el año 2020. Se espera que sólo los países desarrollados recorten sus emisiones en términos absolutos; las naciones en desarrollo son “incentivadas” a hacerlo ya que sus capacidades evolucionarán con el tiempo. Hasta entonces, se espera sólo frenen el crecimiento de sus emisiones a medida que sus economías se desarrollan.

Revisión de los objetivos

Los objetivos iniciales no serán suficientes para encaminar al mundo para alcanzar la meta de temperatura a largo plazo. Así que el acuerdo pide a los gobiernos revisar sus objetivos en los próximos cuatro años y ver si pueden ser “actualizados”. Eso no requiere que los gobiernos profundicen sus recortes de emisiones, pero la esperanza es que lo hagan a medida que las fuentes de energía renovables se vuelvan más asequibles y eficaces.

Transparencia

No existe penalidad para los países que no cumplan con sus objetivos de emisiones. Pero el acuerdo tiene normas de transparencia para ayudar a alentar a los países a hacer realidad sus promesas. Esa fue una de las piezas más difíciles de acordar, con China pidiendo requisitos más suaves para los países en desarrollo. El acuerdo dice que todos los países deben informar sobre sus emisiones y sus esfuerzos para reducirlas. Pero permite cierta “flexibilidad” para los países en desarrollo ya que “lo necesitan.”

Apoyo financiero

El acuerdo dice que los países ricos deben seguir ofreciendo apoyo financiero para ayudar a los países pobres a reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático. También alienta a otros países a apoyar en forma voluntaria. Esto allana el camino para que las economías emergentes como China contribuyan, a pesar de que no es obligatorio que lo hagan.

No se ha acordado un monto fijo de apoyo financiero, pero los países ricos ya se habían comprometido previamente en proporcionar US$ 100 mil millones al año en el financiamiento climático para el año 2020.

Estas son hermosas promesas. Sin embargo, queda mucho trabajo que por hacer. Algunos analistas describen el pacto de París tanto como un milagro y un desastre. Entre sus debilidades más significativas está el hecho de que las emisiones de la aviación y el transporte marítimo están excluidos del acuerdo, las promesas nacionales de los países para reducir las emisiones son tan sólo de carácter voluntario y que la ayuda financiera para que los países en desarrollo migren a economías bajas en carbono puede ser pequeña y tardía.

“París es sólo el pistoletazo de partida en la carrera hacia un futuro bajo en carbono”, dijo el presidente ejecutivo de WWF (World Wild Fund), David Nussbaum. “Este acuerdo por sí solo no nos va a sacar del agujero en el que nos hemos metido”, dijo el director ejecutivo de Greenpeace, Kumi Naidoo, “pero hace que la caída sea menos pronunciada”.

Muchos en el Perú ven el acuerdo de Paris como muy lejano a Perú, ya que América Latina solo es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero muchas zonas del continente son vulnerables en un mundo que se calienta. Significa mucho, por ejemplo, que el acuerdo de París señale que los países deben hacer su mejor esfuerzo para evitar que el aumento de la temperatura global supere los 1.5 grados centígrados, aunque el límite haya sido establecido “muy por debajo” de los dos grados centígrados.

Tal vez el cambio más significativo que afecte a América Latina en el futuro será el cambio a la economía sin el uso de fuentes de energía fósiles. Los observadores dicen que el objetivo del acuerdo es alcanzar un techo mundial de las emisiones de gases de efecto tan pronto como sea posible y que eso implica una dirección clara para evitar el uso del petróleo, gas y carbón y el traslado de las economías a la dependencia de las energías renovables. América Latina es considerada una región bastante atractiva para la inversión en energía limpia y este acuerdo podría ayudar al ímpetu de los inversionistas para que se interesen en las energías renovables.

Un último tema relevante para Perú es el de la Selva Amazónica. Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil y Perú, tienen un tercio des selvas tropicales y millones de pobladores en ellas. Muchos países del continente dependen de reducir la deforestación con el ánimo de alcanzar sus objetivos en la reducción de emisión de gases. Las movilizaciones en París reclamaron a los presidentes latinoamericanos un alto a la deforestación de bosques para construir carreteras y exploración petrolera.

El presidente de la COP21, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, fue explícito en afirmar que el acuerdo va a ayudar a los países latinoamericanos en sus intentos de reforestación y protección de la enorme selva amazónica. El pacto de París también reconoce la importancia de proveer “adecuados y previsibles” fondos para ayudar a los gobiernos para reducir la deforestación. Esto significa el incremento de dinero para los países que tienen parte de la Amazonía, en tanto puedan alcanzar los requerimientos para asegurar la reducción de la deforestación de una forma confiable. En el caso del Perú, una agenda ofensiva consecuente con nuestra realidad, de un país que tiene mucho por crecer, debería basarse en compromisos de reforestación (ver en Lampadia: El Perú tiene que abordar la COP20 con sus cinco sentidos bien puestos) y en la limpieza de nuestras aguas (en el mar, ríos y cochas).

Por lo tanto, hay sentimientos encontrados sobre el resultado de la reunión de Paris, ya que tiene puntos fuertes y débiles. La situación actual de la COP21 puede ser resumida en las palabras de la Ministra sudafricana Edna Molewa en una de las conferencias en Paris, en las que canalizó el espíritu de Nelson Mandela, citando: “He recorrido el largo camino hacia la libertad. He tratado de no fallar, he tenido errores en el camino. Pero he descubierto que el secreto después de escalar una gran colina, es que uno sólo encuentra muchas más colinas que subir. Me he tomado un momento para descansar, para robar una vista de la gloriosa visión que me rodea, para mirar hacia atrás y ver desde donde vengo. Pero sólo puedo descansar por un momento, ya que con la libertad viene la responsabilidad, y no me atrevo a quedarme, mi larga caminata no ha terminado”. Lampadia

Líneas abajo compartimos algunas imágenes ilustrativas y las cifras más relevantes presentadas en la COP21:

HOLANDA: 1er gobierno en ser declarado culpable de no proteger a sus ciudadanos del cambio climático en julio de 2015

La Contaminación del Agua: Se estima que hay 1.75 mil millones de piezas de plástico flotando en el medio del Océano Atlántico 

 Hay 6 gases de efecto invernadero enumerados en el marco del Protocolo de Kyoto

 La contaminación del aire: 57% del metano producido en Francia cada año proviene de los animales de granja

 Carros Eléctricos: 33% de los nuevos autos registrados en Noruega en 2015 fueron eléctricos, 

volviendo al país en el líder mundial de carros eléctricos

 Los recursos renovables fueron la única fuente de electricidad en Costa Rica por 75 días en 2015

 Agua: 250 mil millones de galones de agua fueron utilizados por empresas energéticas de EEUU para el gas de esquisto entre 2005 y 2014

Energía: Los Emiratos Árabes Unidos se han comprometido a invertir $ 35 mil millones en 2025 

para reducir su dependencia del gas natural 

 La Contaminación del Aire: Letonia es el país que menos contamina de la UE, liberando tan sólo 3.8 toneladas de CO2 por persona al año

Cambio Climático: 8% de las especies están en peligro de extinción  si la temperatura global se eleva en 3°C al 2100

Reforestación: Una cifra récord de 100,450 árboles fueron plantados en una hora en Perth, Australia en Julio de 2014 

Calentamiento Global: La Tierra será 2.7°C más cálida a finales del siglo si los gobiernos 

no hacen recortes de emisiones de carbono 

Desastres Naturales: Las empresas de seguros pierden $50 mil millones cada año por desastres naturales 

relacionados a cambios climáticos

Energía: 46,150 paneles solares proveen toda la electricidad que necesita el Aeropuerto Internacional Cochin de la India 

Cambio Climático: Julio de 2015 fue el mes más cálido registrado en la historia por el NOAA, con una temperatura promedio de 16.61°C 

Cambio Climático: Se impuso un feriado obligatorio de 4 días en Iraq por las olas de calor de Julio de 2015 

Cambio Climático: El aumento anual de los niveles del mar es de 3.2mm desde 1993

Ahorro de Energía: El 100% del alumbrado de las calles en la isla francesa de L’île de Sein provienen de luces LED

-25% del CO2 de bosques son el resultado de los esfuerzos de preservación entre 2001 y 2015 

Deforestación: Se pierde 1Km cuadrado de bosque en el mundo cada segundo 

Cambio Climático: Hubo 91 huracanes en 2014, un récord mundial 

Cambio Climático: Tener hasta 80 días de nieve al año en Suecia será historia al 2100 

Objetivo: 40% del total de la producción eléctrica en Francia vendrá de fuentes de energía renovable al 2030 

Cada búsqueda en Google produce 7 gramos de CO2  

La Contaminación del Aire: China, el país que más contamina en el mundo, liberó 8.1 mil millones de toneladas 

de CO2 a la atmósfera en 2013 

Calentamiento Global: Los países desarrollados se han comprometido a invertir $57 mil millones 

La Capa de Ozono: 2 millones de casos de cancer a la piel serán prevenidos al 2030 

gracias a los esfuerzos de reparar la Capa de Ozono de la Tierra

 




Cuando la acción y la omisión se asocian

Cuando la acción y la omisión se asocian

Los execrables actos de violencia ocurridos la semana pasada en Paris y anteriormente en Egipto y en Medio Oriente por la mano del mal llamado Estado Islámico, que denominaremos ISIS, más las migraciones masivas hacia Europa, están generando y seguirán generando una serie de reacciones y propuestas que es menester poner en perspectiva.

Nuestro primer comentario tiene que ser de absoluto rechazo a la violencia asesina de ISIS y la solidaridad con las víctimas inocentes de semejantes sucesos, incluyendo a las poblaciones pacíficas de origen árabe y/o musulmán, que sufrirán cada día peores condiciones de vida en muchas partes del mundo.

En segundo lugar, queremos plantear que más allá de las ominosas responsabilidades de este manipulador movimiento islamista, que además origina la tragedia doble de la migración masiva (doble por el sufrimiento de los migrantes y por los problemas que acarrean a los países receptores) están las acciones y omisiones, los actos fallidos, de dos actores fundamentales: Rusia bajo la dirección absolutista de Putin y occidente, incluyendo a la OTAN, Europa Occidental y los EEUU bajo la influencia de Obama.

Si bien el origen de todos estos acontecimientos se puede establecer hace algunos años por el mal manejo de las cosas por parte de EEUU y sus aliados que no supieron dar una justificación correcta para la Segunda Guerra del Golfo, que una vez dada no supieron manejar sus derivaciones y, que una vez cometidos una serie de errores, no pudieron hacer nada más que retirarse en derrota, dejando atrás un polvorín que no tardó en desestabilizar toda la región.

Todo eso estaba dado cuando se hacen evidentes los actos genocidas de Bashar Al-Assad en Siria. Obama, con más cautela que Bush hijo, amenazó intervenir solo si se probaba contundentemente el uso de armas químicas por parte del gobierno Sirio. Cosa que quedó establecida y estaba gatillando la intervención de EEUU, hasta que Putin le puso el paralé a Obama, que se retractó. Poco tiempo después se produjo la emergencia de ISIS en Siria e Irak.

Pero ¿qué inspira a los principales personajes de la geopolítica global, Putin y Obama?

En cuanto a Putin es suficiente recordar lo comentado por el historiador Timothy Garton Ash en su artículo ‘La doctrina del resentimiento’, publicado en Lampadia en julio del 2014. “En 1994, estaba quedándome medio dormido en una mesa redonda que se celebraba en San Petersburgo, Rusia, cuando un hombre fornido y de baja estatura, con cara de ratón, que parecía ser la mano derecha del alcalde, empezó a hablar. Dijo que Rusia había entregado de forma voluntaria ‘inmensos territorios’ a las antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas zonas ‘que históricamente han pertenecido siempre a Rusia’. Se refería ‘no solo a Crimea y el norte de Kazajstán, sino también, por ejemplo, al área de Kaliningrado’. Rusia no podía abandonar a su suerte a esos ‘25 millones de rusos’ que habían pasado a vivir en el extranjero. El mundo debía respetar los intereses del Estado ruso ‘y del pueblo ruso como gran nación’. Aquel hombretón irritante se llamaba –como habrán supuesto– Vladímir V. Putin”.

Este personaje que después tomo el poder absoluto en Rusia, se anexó Crimea, a desatado el estado de guerra en Ucrania del Este y defiende al genocida sirio, está obviamente inspirado por un afán imperialista de liderazgo global, muy alejado de las formas democráticas y muy cerca de círculos de corrupción.

Por su lado, Obama parece estar inspirado en las buenas intenciones de los inocentes, que no entienden además, que tienen responsabilidades que pueden ir más allá de sus anhelos de paz.

Así es que EEUU va retrocediendo en muchos aspectos de incidencia global, regresando a una casa, que así, se hace menos segura. Y sin lugar a dudas, tarde o temprano o más tarde que temprano, tendrá que enfrentar en mayor debilidad.

Sobre los acontecimientos más recientes, como la guerra civil de Siria, el advenimiento de ISIS y la migración masiva hacia Europa, podemos decir que ambos errores, los de acción y omisión, son igualmente pernisiosos.

Como dice Arturo Pérez-Reverte, en occidente se ha instalado “demasiada transigencia social, demasiados paños calientes, demasiados complejos… . Ver: Sobre idiotas, velos e imanes de Arturo Pérez-Reverte.

Además, ver el artículo de Juan Goytisolo: Cómo poner fin a la barbarie, en el País de España.

Afortunadamente todavía quedan algunos vestigios de la presencia positiva de EEUU en el mundo, como en su actuación contra la corrupción de la FIFA, la persecución de los barones de la droga y las denuncias contra las estafas de la VolksWagen.

Pero en lo político, EEUU está de retroceso y junto con la parálisis tradicional de Europa Occidental, están dejando que muchos aspectos de la vida global los definan los audaces y aventureros como Putin y que avancen los criminales como ISIS. Ambos han tomado demasiados espacios. Lampadia

 

 

   

 




Una nueva imagen para el Perú

Una nueva imagen para el Perú

Alain Ducasse es el cocinero más idolatrado de Francia y, sin la menor duda, uno de los más admirados del mundo. Repartidos por las ciudades más importantes del planeta, sus restaurantes, cargados de estrellas Michelin, son poderosas embajadas de la excelencia francesa contemporánea, así como la demostración de que la cultura culinaria francesa, si bien no es más hegemónica, sigue brillando e inspirando a la gastronomía mundial. Por ello, como peruano, se imaginarán mi emoción al descubrir que este gran cocinero anunciaba el año pasado que uno de sus más exitosos restaurantes parisinos incluiría una barra de cebiches, inspirada en las cebicherías y cebiches del Perú.

Inmediatamente el anuncio me transportó a aquel sueño que tuvimos diez años atrás, cuando imaginábamos que un día el cebiche del Perú podría convertirse en una tendencia de consumo global presente en todas las mesas del mundo. Pero, sobre todo, me transportó 20 años atrás, cuando era un estudiante peruano que aprendía a ser cocinero en París. En aquel entonces, la cocina peruana no tenía ni la imagen ni la presencia que hoy tiene. Por ello, los aspirantes a cocineros que veníamos de Sudamérica teníamos que hacer un esfuerzo mucho mayor para poder ganarnos la confianza de los cocineros que nos abrían las puertas de sus restaurantes. No éramos aprendices venidos de la gran tradición culinaria japonés o italiana. No. Éramos del lejano y desconocido Perú, del cual, al menos culinariamente, jamás habían oído hablar. Nos levantábamos muy temprano para llegar al restaurante antes que nadie.

Y nos íbamos siempre al último, llegada la medianoche, para llegar a nuestros minúsculos cuartos de baño compartido en un octavo piso sin ascensor, a leer los libros y revistas de cocina que comprábamos durante el fin de semana con aquello que podíamos ahorrar de nuestro limitadísimo presupuesto. Y es que, a diferencia de hoy, cuando gracias a Internet uno puede acceder a millones de recetas y videos culinarios con solo una tecla, en aquellos días nuestro tiempo libre lo dedicábamos a buscar recetas en librerías, mirar vitrinas y menús caminando la ciudad, viviendo y bebiendo cada segundo la oportunidad irrepetible y privilegiada de aprender a ser cocineros en la capital gastronómica del mundo.

Han pasado 20 años desde aquellos días y muchas cosas han sucedido en el camino. Hoy, los jóvenes del Perú que llegan a París a estudiar la cocina son recibidos con respeto y curiosidad por ser hijos de esa tradición culinaria peruana de la que tanto se escucha, y, lo que es más hermoso, hoy jóvenes de todos los rincones del mundo vienen al Perú a querer aprender de su cocina y su cultura como parte esencial de su formación. Sin embargo, lo más importante es que hoy el cebiche es un plato que inspira al mundo. La apuesta de Alain Ducasse por nuestra insignia culinaria fue solo el comienzo de lo que hoy conocen los parisinos como el ‘plato vedette’ de estos tiempos. Si uno recorre el París de hoy, se sorprenderá al descubrir en los menús de los grandes restaurantes franceses un cebiche inspirado en nuestra tierra y se emocionará al encontrarse en el camino con cebicherías hechas por parisinos en las que la canchita, la leche de tigre, el chilcano y el pisco sour son productos que parecieran haber estado allí siempre, dentro de la oferta cotidiana local. Hoy, esto que ocurre en París sucede en todo el mundo. El cebiche avanza con paso firme en sus objetivos de ir mostrándole al mundo la nueva imagen del Perú y es por ello que es importante. Porque eso es lo que hemos venido buscando lograr desde hace mucho tiempo. Una nueva imagen del Perú en la que no solo el cebiche, sino todo aquello que forme parte de nuestra cultura y nuestra creatividad se sume a ese arsenal irresistible de historias, productos y experiencias peruanas capaces de seducir y conquistar a todos en este mundo global.

Soy cocinero peruano, miembro de la pandilla de la leche de tigre, y nuestra misión en los próximos meses es ir a las veinte ciudades más importantes del mundo llevando el mensaje y la bandera de nuestro país a través del cebiche. Nuestras armas son solo nuestros ajíes y limones. Nuestro objetivo, conquistar corazones, arrancar sonrisas, animar a quien se encuentre con nosotros a que visite el Perú y se enamore de lo nuestro. Veinte años atrás, esto hubiera sido una misión suicida. Hoy, la victoria puede ser nuestra.