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Alarguemos el horizonte temporal de la discusión

Alarguemos el horizonte temporal de la discusión

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Lo que sigue con gráficos, y respectivos comentarios, que he generado a partir de data compilada por la universidad John Hopkins. Esto nos muestran tres cosas:

1. La cuarentena en Hubei, epicentro de la pandemia del COVID-19, parece haber resultado en una estabilización de casos reportados luego de unas 3 a 4 semanas. Si extrapolamos, podríamos ver algo similar en el Perú en una o dos semanas. Esto concuerda con estimaciones del Minsa que apuntan a una estabilización en 1,200 – 1,400 casos para esas fechas. En Italia, es posible que ya estemos entrando a la fase estabilización esta semana. Pero ojo, la cuarentena en Hubei no fue levantada sino hasta un mes después de que los casos reportados empezaran a estabilizarse.

2. Aun en los países que fueron exitosos en contener la pandemia rápidamente (Hong Kong y varios países asiáticos) empieza a haber un rebrote, al no estar aun inmunizada la población, y facilitados por el flujo de ciudadanos retornando del extranjero.

3. La estabilización en China se habría dado más rápido fuera de Hubei, a pesar de que las medidas tomadas en otras provincias fueron heterogéneas y en muchos casos menos severas. Es algo que no deja de llamar la atención y contribuye a las dudas sobre la confiabilidad de esta data.  

Comentario:

1- Es poco probable que el gobierno peruano haya realmente creído a mediados de marzo, a más de 50 días de empezada la cuarentena de Hubei, que dos semanas de aislamiento social iban a ser suficientes. Más parece que no se quiso alarmar a la población en ese momento sobre el esfuerzo que se le iba a demandar, pero no es ideal ni parece sostenible.

2- Queda cada vez más claro que esta situación se va a prolongar. Digamos que al 13 de abril hayamos llegado al punto de inflexión. ¿Es suficiente para salir de la cuarentena o tendremos que seguir un mes más post-estabilización, como en China? Todo dependerá de la capacidad de testear masivamente, identificar todos los casos y aislarlos. Suena razonable pensar que sólo se podrá ir levantando las restricciones de manera progresiva, e incluso regresar a cuarentena si hay un rebrote.

3- Vizcarra admitió el martes en conferencia de prensa que el retorno al statu quo ante no sería inmediato. Fue más allá incluso, puntualizando que había un “antes” y un “después”. Seria bueno que ahora si, se comunique con claridad sobre medidas posibles utilizando un horizonte más largo que 2 o 3 semanas, tanto sobre las medidas coyunturales como de las políticas públicas que subsistan después de la crisis, motivo de preocupación algún mayor potencialmente. Lampadia




¿Y después del mes de cuarentena qué hacemos?

¿Y después del mes de cuarentena qué hacemos?

Carlos Gálvez Pinillos
Ex presidente de la SNMPE
Para Lampadia

Esta pandemia nos está llevando a situaciones límite, tanto al sector público como al privado. Como hemos podido observar, el gobierno tuvo el coraje de asumir la decisión de una cuarentena que, si bien se planteó por dos semanas, era de suponer que tomaría cuando menos cuatro semanas.

No es el momento de criticar los errores cometidos por impericia o improvisación, lo que seguro discutiremos en el momento oportuno. Lo importante ahora, es ver cómo resolvemos el problema que enfrenta el país y todos los ciudadanos desde el punto de vista económico. No es necesario insistir que un mes de paralización de actividades destruye muchas fuentes de trabajo para mucha gente y quiebra a muchas empresas, las que al quedarse sin oportunidad de producir, vender y cobrar, rompen la cadena de pagos.

Hay sectores altamente sensibles a este fenómeno y cuyas posibilidades de retomar su actividad comercial a niveles adecuados, tomará por lo menos un mes adicional al de la cuarentena. Nadie irá, por auto-protección, a un restaurante o un cine al día siguiente del levantamiento de la cuarentena. A los hoteles y servicios de transporte aéreo y terrestre les tomará mucho recuperarse, lo mismo que a profesionales y trabajadores independientes, entre otros.

Recordemos que, si bien se logró en los últimos 15 años sacar de la pobreza al 30% de nuestra población, estos se mantenían bien mientras “pedaleaban”, pero cuando se para la actividad económica y se les impide trabajar por tanto tiempo, inmediatamente regresan a la condición de pobreza de la que salieron gradualmente a base de un gran y perseverante esfuerzo.

Ha sido muy importante que desde el Estado se otorgue un bono en efectivo para aproximadamente 3,2 millones de pobres, pero la población que debemos atender es a 12 millones de personas que se han quedado en la miseria de súbito y que tendrán que “capear el temporal” durante entre 30 y 60 días, en la medida que sus empleadores o contratantes se repongan y tengan posibilidad de reiniciar sus actividades regulares y generar la liquidez que les permita cumplir con los pagos a trabajadores, proveedores y tributos.

Es cierto que el ahorro con que cuenta el Estado peruano, producto de un manejo responsable de las finanzas públicas durante tres décadas, nos da hoy el respaldo para atender esta emergencia. Pero el Perú tiene que reponerse de esta caída lo más rápidamente posible y retomar un crecimiento vigoroso para reponer sus reservas de seguridad.

En estas circunstancias críticas, debemos también diseñar un plan que permita recuperar el paso que hemos perdido. Debemos dejarnos de improvisar y plantearnos la activación inmediata de los proyectos y operaciones que nos permita, en el más corto plazo, generar puestos de trabajo e ingresos personales y fiscales.

Lo antes dicho requiere tomar decisiones y asumir las responsabilidades con mucho más coraje que el aplicado para decretar la cuarentena. Debemos priorizar en base a nuestras posibilidades técnicas y económicas la ejecución de los proyectos mineros que tenemos en cartera, pues si las empresas ya resolvieron sus ingenierías y cuentan con los recursos financieros para asumir sus riesgos y ejecutarlos, debemos darles prioridad y no permitir que trámites burocráticos nos paralicen.

Debemos también alinear la construcción de infraestructura que sirva de apoyo a estos proyectos.

Estamos en la obligación legal y moral de generar rápidamente las máximas posibilidades de trabajo directas, indirectas e inducidas, en base a las oportunidades que nuestro país puede aprovechar. En el corto plazo no encontraremos una opción más eficaz que el inicio de la construcción de proyectos mineros e infraestructura, con lo que podríamos reactivar la economía del Perú.

Repito, debemos poner CORAJE para tomar las decisiones que se requiere y eliminar las trabas que ciertas circunstancias nos han impuesto a lo largo de los años si efectivamente pensamos en que debemos poner “EL PERÚ PRIMERO”. Lampadia




El Perú enfrenta la crisis económica

El Perú enfrenta la crisis económica

EDITORIAL DE LAMPADIA

Más allá del tema sanitario, el gran riesgo de la pandemia del coronavirus es que, ante la cuarentena, se corte la cadena de pagos, dejando sin sustento a millones de peruanos. Esta no es una crisis económica, es una crisis social.

Pues, como se ha venido solicitando por parte de los más renombrados economistas del país, y como se solicitó en Lampadia, el Estado está poniendo la carne en el asador.

Julio Velarde, el presidente del BCRP ha anunciado anoche que el banco central está lanzando un programa de apoyo financiero inédito en el Perú por 30,000 millones de soles (4% del PBI) en el que participarán el BCR, los bancos y el MEF.

En este programa el BCR proveerá liquidez a los bancos con la garantía de carteras de crédito y los bancos lo utilizan para apoyar a las empresas con nuevos créditos contra garantizados por el MEF. La idea es apoyar el pago de planillas al 100% hasta cierto límite y luego el 90 y 95% de las mismas. Con esto se evitará que se rompa la cadena de pagos y se pierdan muchos puestos de trabajo. El BCR y del MEF han decidido “hacer lo que sea necesario” para evitar una crisis económica, financiera y social sin precedentes.

Por su lado la ministra de economía, María Antonieta Alva, ha explicado que los otros programas de apoyo sumarían un esfuerzo total del orden de 90,000 millones de soles, 12% del PBI. Además, se está solicitando una línea de crédito de emergencia a las multilaterales por 18,000 millones de dólares.

Aún no tenemos mayores detalles de estos programas, pero debemos saludar la visión, decisión y coraje con el que se está empezando a contrarrestar esta tremenda crisis.

Así mismo, el presidente del BCRP explicó los daños que ocasionaría el retiro del 25% de los fondos del Sistema Privado de Pensiones, según lo propuesto por varias bancadas en el Parlamento. Sería malbaratar los ahorros causando más daño que bien. Dadas las medidas que se están anunciando, esto no tendría justificación.

Este es el momento de apostar nuestros recursos y ahorros, logrados gracias a un modelo económico exitoso de 25 años, en combatir una crisis profunda pero pasajera. Otros países no lo pueden hacer, el Perú sí. Lampadia




Soluciones sencillas para que todos tengamos agua

Soluciones sencillas para que todos tengamos agua

Carlos Paredes Gonzales
Coordinador Nacional
Sierra Productiva
Para Lampadia

La pandemia del coronavirus que azota a 183 países del mundo, ha puesto el tema del agua en un lugar de extrema prioridad. Transcribo de La Gaceta de Salamanca, “Un grupo de expertos de Naciones Unidas ha avisado este lunes (23 marzo) de que la pandemia global del coronavirus no podrá pararse si no se proporciona agua a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Dado que lavarse las manos con jabón y agua limpia es vital en la lucha contra el Covid-19, los gobiernos de todo el mundo deben proporcionar un acceso continuo y suficiente agua a las poblaciones que viven en las condiciones más vulnerables, han solicitado los expertos de la ONU. La lucha mundial contra la pandemia tiene pocas posibilidades de éxito si la higiene personal, la principal medida para prevenir el contagio, no está al alcance de los 2 mil 200 millones de personas que no tienen acceso a servicios de agua potable”, han agregado.

Naciones Unidas realiza una medición que le denomina Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Los datos del 2018 ubican al Perú como el sexto peor país de América Latina, detrás de Nicaragua, Honduras, Bolivia, Guatemala y Haití. Andamos muy mal calificados en la combinación de factores como son dotación de alimentos, calidad nutricional, ingresos, agua y saneamiento, calidad de vivienda, educación, salud y conectividad.

En Lima más de un millón de personas no tiene conexiones de agua de flujo continuo. El agua que poseen les es distribuida mediante camiones cisternas llamados aguateros que almacenan en bidones y cilindros. Esta carencia se mantiene así por décadas. Candidatos y toda nueva autoridad promete resolver y nadie cumple. Este sistema se extiende a gran parte de las zonas marginales de las grandes ciudades del país.

En zonas rurales del Perú, no existe agua potable. Donde hay red de conexión domiciliaria, esencialmente capitales de distritos y centros poblados (alrededor de 2 mil), es solamente agua entubada, de dudosa calidad. No hay plantas potabilizadoras. En los tanques donde se almacena agua para ser distribuida, le ponen, irregularmente, dosis de cloro. Esta agua, de mala calidad, abastece hogares e instituciones educativas.

El Perú rural tiene 2 millones 300 mil unidades productivas cuyo 97% son de agricultura familiar. Cada unidad productiva es un hogar que es distante el uno del otro. El Perú tiene 126 mil centros poblados. El 55% se encuentra entre los 3,500 y 5,000 metros de altitud. Una minoría de hogares tiene instalaciones de agua corriente, que es agua entubada de dudosa calidad, sin tratamiento alguno. La inmensa mayoría acarrea agua día a día de algún manantial u otra fuente.

Alternativas de solución.

1. Area rural

a. Reservorio unifamiliar con 3 conexiones

En Sierra Productiva existe propuesta y experiencia de manejo integral del agua. Consiste en captar agua de una fuente permanente, principalmente manantiales, para almacenarla en un reservorio unifamiliar. Se colocan 3 conexiones:

  • La primera conduce el agua a un tanque elevado cercano a la vivienda, y de allí se hace una línea de distribución para cocina, baño y lavabo. Se instala un nano filtro que permite purificar el agua al 100% de pureza.
  • La segunda conexión es para riego tecnificado por aspersión y goteo, con lo cual la unidad productiva familiar asegura dar un salto al progreso porque podrá cultivar los 365 días del año, ampliar diversidad de cultivos y tener crianzas tecnificadas, lo cual asegura buena alimentación, elevación de la productividad, mejora sustantiva de los ingresos y abastecimiento de mercados locales y regionales.
  • La tercera conexión sirve para conducir agua a bebederos de crianzas mayores y menores.

Destaquemos que la innovación productiva en base al riego tecnificado de pequeña envergadura, hará que la chacra provea ingresos no monetarios expresados en alimentos abundantes y diversificados a todos los integrantes de cada familia, equivalente a 500 soles por mes, e ingresos monetarios de mil soles al mes por venta de excedentes, durante el primer año, lo que se incrementará en años siguientes.

Cuán desamparados estamos que ante la pandemia del coronavirus que el Estado hace ingentes esfuerzos financieros para dar 380 soles por familia por una sola vez, cuando con opciones innovadoras podemos lograr una solución integral, sostenible y generadora de nuevo valor para beneficio de los consumidores del Perú y el mundo.

b. Eco-baño

Al mismo tiempo, la totalidad de hogares de las 2 millones 300 mil unidades productivas deberán tener un desagüe óptimo a través de instalación de eco-baño que permite que la habitación de baño se ubique dentro de la vivienda y que desde una taza de baño, con arrastre hidráulico conduzca esas y las otras aguas de uso doméstico a un tanque donde se realiza una purificación anaeróbica y esas aguas ya tratadas van a un campo secundario para segunda purificación esta vez aeróbica y de allí se recogen aguas cristalinas que permiten ser utilizadas en el riego. No se contaminan aguas superficiales ni del subsuelo.

El eco baño tiene dos opciones. Por vivienda individual o por grupo de viviendas.

A lo anterior hay que agregar la dotación de agua de calidad y baño ecológico en instituciones educativas que en Perú rural son 51,594.

2. Centros poblados, capitales de distritos y capitales de consejos menores:

Si ya se cuenta con agua domiciliaria entubada, colocar en cada hogar el dispositivo de nano filtro para permitir que el agua de dudosa calidad pueda pasar a tener 100% de pureza. Es tecnología no convencional muy sencilla de instalar. Si acaso el agua tuviese contaminación de metales pesados, se agrega en cada hogar la instalación de filtros que eliminan esos agentes dañinos y garantizan agua purificada.

3. Perú urbano

En Lima principalmente y en todas las grandes ciudades que están en la costa, la situación es compleja, pero todo tiene solución.

Casi todas las viviendas sin agua fluida se ubican en zonas altas de la periferia de los distritos. Se requiere ubicar un punto donde se pueda captar agua. Hacer reservorios tipo los que tienen los edificios. Bombear hasta las partes altas. Así ocurre con edificios modernos de hasta 20 pisos o más. ¿Acaso esa tecnología no puede ser replicada para atender la urgencia de agua domiciliaria para familias pobres? Imaginemos centros de bombeo ubicados en batería cada 1,000 metros, para elevar el agua hasta la cumbre de los cerros. Colocar tanques elevados de gran capacidad en 3 ó 4 andenes de modo que sirvan para distribuir agua a todas las viviendas que estén debajo de cada andén y a su vez, desde allí re bombear para seguir elevando el agua hasta llegar a la cumbre de todos los cerros.

En Sierra Productiva, con innovación artesanal, en distritos como Huáncano y Humay en Pisco, en Carabamba en Julcán y en Tayacaja, hemos bombeado agua a 300 y 600 metros de altitud, con varios re bombeos, con una bomba eléctrica de medio caballo de fuerza. La bombita costó 150 soles y en Juliaca las fabrican por 50 soles. Esa experiencia, con mejor tecnología es perfectamente aplicable.

En el mismo ámbito, es perfectamente posible implementar la solución tecnológica denominada “desaladora de agua de mar”.[1] En el mundo existen 15 mil de estas plantas. Los países que más las utilizan son Emiratos Árabes, España y EEUU. Israel, en Ashkelon, tiene la planta más grande del mundo que produce 165 mil m3 por día.

En Perú tenemos una extraordinaria experiencia. Está cerca de Lima. En Chincha. La implementó la minera Milpo hoy llamada Nexa.[2] Transporta el agua de mar luego de que un proceso de ósmosis inversa la convierte en agua dulce, a una distancia de 60 Km que no son llanos porque se elevan hasta 3 mil metros de altitud para llegar al asiento minero Cerro Lindo. Nexa no capta ni un solo litro de las escasas aguas del distrito Chavín y por tanto no perjudica a hogares comuneros ni al uso agropecuario.

En Chile existe una planta en Atacama, en una zona llamada Caldera.[3] Capta agua del mar, le quita la sal por ósmosis inversa y distribuye agua dulce a tres destinos. A Caldera, que se ubica a 93.7 Km de distancia. Luego a Copiapó que está a 76.8 Km y finalmente a Tierra Amarilla que dista 90.3 Km. En suma, distribuye a una red cuya distancia suma 260.8 Km.

El mar en Perú está a muy poca distancia de las grandes ciudades que carecen de agua potable de alta calidad y la cumbre de los cerros donde existen viviendas es máximo la tercera parte de la que Nexa tiene en la mina Cerro Lindo.

¿Qué se requiere para concretar las soluciones planteadas?

  • Voluntad política firme.
  • Reingeniería de normativas tecnocráticas y burocráticas.
  • Reflexión profunda de las lecciones que nos plantea la terrible pandemia que el mundo padece estas semanas que tiene en el agua y el aseo frecuente lavándose las manos con jabón, la principal medida para romper la cadena de contagio del coronavirus.

Si se hiciera lo que aquí se plantea, resolveríamos de paso la anemia y la desnutrición, que tienen en el agua de pésima calidad el principal agente que causa infecciones estomacales agudas provocando entre 2 y 6 diarreas por año, con lo cual se pierden bruscamente micronutrientes que toma largo tiempo recuperarlos y a cada episodio se va mellando la capacidad inmunológica, debilitando a los seres humanos ante epidemias o pandemias como las que ahora ataca a la humanidad entera.

Estas soluciones debieran también ser puestas en prioridad para reactivar la economía, que sufrirá un bajón considerable.

Aunque somos muy escépticos por cómo el Gobierno y el Estado cierran puertas a Sierra Productiva, sería deseable que recojan experiencias validadas y abran las puertas a quienes tienen experiencia por haberlo hecho y saber hacerlo, que son los Yachachiq de Sierra Productiva, que pueden ser protagonistas de este cambio sustancial. El Estado, sus autoridades, sus tecnócratas y burócratas ¿tendrán altura de miras para disponerse a aprender de los que ya demuestran? Gigante reto en tiempos de coronavirus. Lampadia

[1] Desalación de agua de mar: así es como lo hacemos
https://www.youtube.com/watch?v=n8t9nU7wzLw

[2] Planta Desalinizadora de Cerro Lindo
https://www.youtube.com/watch?v=qH_MIPid33w

[3] Planta desalinizadora de agua de mar Atacama
https://www.youtube.com/watch?v=NrEbJqPOAk8




La factura del corona virus la pagamos todos

La factura del corona virus la pagamos todos

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

1.- CUARENTENA. Es necesaria en la realidad peruana, a pesar de sus efectos socio económicos colaterales, pero no es suficiente. Solo es un mecanismo de contención, no de solución. Si no va de la mano con otras medidas adicionales, una vez que cese tendremos un nuevo pico de crecimiento de la infestación que ni la economía, ni la moral nacional podrán resistir.

2.- MEDIDAS ADICIONALES. Tienen que venir de las experiencias mundiales más efectivas: Japón, Taiwán, Singapur, Corea del Sur y la propia China. No vienen del relajo social italiano (cuya cifra de casos está superando en este momento a la de China), ni de la irresponsabilidad política española (que carga 4,858 ataúdes en los hombres del PSOE-PODEMOS a este instante), ni de la inacción anglo americana que ha colocado a USA en el primer lugar de la lista y ha desatado los contagios en Gran Bretaña, mucho menos de la experiencia mejicana que provoca al contagio. Los países del Asia se han enfocado en la identificación, seguimiento y gestión de los datos de contagio para contener la infestación y sus resultados saltan a la vista en el life track coronavirus. En el caso de China, sus medidas permiten mantener los casos en 81,000 hace varios días.

3.- GESTIÓN DE DATOS Y FOCALIZACIÓN DE LA GESTIÓN. Por allí va la cosa. No serán suficientes mascarillas, desinfectantes, kits de pruebas, ventiladores mecánicos, contratar más médicos y profesionales de la salud. Se necesita procesamiento de datos, estadísticas, tecnología de la información y uso y gestión de esa información. Necesitamos programadores, matemáticos y analistas en tanta o mayor cantidad que profesionales de la salud para que, al igual que en el Asia, cada contagiado no sea solamente un número más dentro de la estadística, sino la punta del ovillo que ayude a desenredar este problema.

4.- FRONTERAS CERRADAS.  Parece inevitable tener que mantener cerradas las fronteras una vez concluida la cuarentena hasta que se dispongan de pruebas rápidas de descarte a cada viajero que permitan evitar nuevos contagios de fuente externa. Esta medida obviamente agravará la crisis del turismo, la hotelería, el transporte, la artesanía, la restauración y los servicios conexos, que habrá que asumir, afrontar y mitigar. Habrá quiebras, despidos y deudas impagas, hay que decirlo y no dorar las píldoras. Sólo de la objetividad y franqueza del diagnóstico puede venir la comprensión de la magnitud del problema y la necesidad de medidas adecuadas.

5.- LA FACTURA DEL CORONA VIRUS LA PAGAMOS TODOS. No hay forma de creer que esta factura sólo la pagarán algunos o el Estado. La tenemos que pagar todos. Si sólo la paga el Estado, luego nos la cobra en déficit, más impuestos y menos obras. Si sólo la pagan las empresas, habrá quiebras, menos inversión y a la postre menos empleo. Si sólo le pasamos la cuenta a los trabajadores formales, habrá hambre, desesperación, menos consumo y deudas impagas. Si dejamos que sólo la paguen los que no son parte de la PEA formal y viven del día a día, solo es cuestión de tiempo para ver un estallido social de magnitudes impensadas. La carga se debe distribuir entre todos, con inteligencia y sin demagogia. Todos debemos sentir que estamos cargando esta cruz. La sensación de que sólo unos la cargan puede ser explosiva.

6.- LA MACROECONOMÍA PERMITE ALGUNAS LICENCIAS. Las reservas nacionales obtenidas de 30 años de sensatez económica, los fondos de contingencia obtenidos de impuestos, canon, sobre canon y años de inversión privada y la estabilidad macroeconómica permiten algunas licencias de excepción para afrontar esta crisis. No enfrentamos esta crisis con la economía de 1990 devastada por el populismo económico. Hay espacio entonces para un poco más de audacia en la mitigación de los efectos en los sectores marginales de nuestra población, incluidos nuestros hermanos venezolanos quienes también viven de ingresos de subsistencia, a cuyos médicos, radiólogos, enfermeras hemos marginalizado en lugar de poner en la primera línea de la acción sanitaria del Estado en los lugares más remotos del país.

CIERRE DE LAS FRONTERAS

En el caso peruano, una vez concluida la cuarentena al haberse detenido o por lo menos controlado la infestación, no quedará otro remedio que mantener cerradas las fronteras hasta que se dispongan de pruebas rápidas de descarte a cada viajero que permitan evitar nuevos contagios de fuente externa. Esta medida es inevitable por la incapacidad de nuestro precario sistema sanitario de enfrentar una nueva infestación, no tengamos miedo, es inevitable hacerlo. Controlada la infestación, si abrimos las fronteras, tendremos nuevos brotes que nos obligarán a retroceder y eso el país no lo soportara. Lampadia




La Corona y el martillo

La Corona y el martillo

Las emergencias no deben ser ocasión para agrandar al Estado, sino para agilizarlo

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

Antes de los extraordinarios acontecimientos de las últimas semanas, se perfilaba ya con fuerza en la región un movimiento en favor del “más Estado”, impulsado en particular por enardecidas turbas en nuestro vecino del sur. Ahora, con el reto del coronavirus, los estatistas de todas las banderas sienten que tienen un argumento adicional. Existe también el riesgo de una creciente complacencia hacia el autoritarismo. Estas son concepciones y tentaciones a las que debemos resistir con fuerza.

1 – “Más Estado” no es la respuesta a la necesidad de prevenir o combatir una pandemia.

¿Cuáles son los países que hasta ahora han combatido más exitosamente la pandemia? Aquellos que reaccionaron con celeridad en la fase inicial de expansión del virus – Taiwán, Hong Kong, Singapur, Japón, en buena medida también Corea del Sur y probablemente Rusia – que testearon masivamente, aislaron los casos, y restringieron sus accesos fronterizos. Estos representan un amplio espectro en términos de ratio de gasto público / PIB – de 15% a 42% (los tres primeros, entre 15% y 18%).

Mientras tanto, entre los países que más sufren figuran algunos con altísimos niveles de gasto / PIB (España 41%, Italia 48%, Francia 56%). Y es que toda la estupenda infraestructura hospitalaria de estos países sería incapaz de lidiar con necesidades que en los casos de infección viral tienden a crecer a un ritmo geométrico – de ahí la necesidad de “aplanar la curva”. El mayor caso de éxito en Europa, Alemania, con un alto número de infectados, pero mortalidad de solo 0.3%, tiene una infraestructura hospitalaria comparable a la de Francia. En cambio, cuenta con una red de laboratorios que le permiten hoy realizar 160,000 tests a la semana y eso les da una ventaja considerable.  

Es decir, aunque sería beneficioso contar con un mayor número de camas de hospital y de UCI, por ejemplo, el factor determinante en una pandemia es la contención rápida, la cual se logra con más agilidad de decisión, y una mayor capacidad de acceder a recursos de contención que pueden estar en el sector privado como en el público. En Estados Unidos, empresas privadas tenían kits de prueba contra el virus, pero fueron detenidos por la burocracia y reglas alambicadas de la agencia a cargo de la certificación, la FDA.

2 – “Más Estado” tampoco es la respuesta adecuada para contrarrestar los efectos económicos de las medidas de cuarentena.

El aislamiento social forzado y diversas medidas menos extremas como el cierre de establecimientos públicos están teniendo un efecto devastador sobre las economías de los países desarrollados, y sin duda lo tendrán en nuestro país si esta situación se prolonga. En Estados Unidos, por ejemplo, Goldman Sachs prevé una disminución de -24% del PIB en el segundo trimestre, algo jamás antes visto.

Para contrarrestar esto, se requiere, sin duda, la intervención del Estado. Revisando las medidas propuestas inicialmente aquí, así como en Europa o Estados Unidos, sin embargo, es notorio que estas no requieren una estructura costosa en términos de gasto corriente. Distribuir ingresos de supervivencia a la población, aplazar fechas de declaración y pago de impuestos, relajar normas bancarias para aumentar la liquidez en el sistema para evitar que se rompa la cadena de pagos no requieren de un estado grande. Incluso si hubiera que hacer préstamos directos a las empresas en la eventualidad de que el sistema financiero decidiera no asumir riesgos, el impacto sobre gastos de estructura no sería dramático. Todas estas medidas sí requieren, en cambio, funcionarios competentes, y un amplio margen fiscal, el cual solo es posible si anteriormente ha habido disciplina presupuestal y una economía dinámica que generaba ingresos fiscales. Es una ventaja que tenemos hoy en el Perú.

Luego, cuando tengamos que reactivar la economía, ¿qué ruta seguiremos? ¿Más gasto público aún? Más eficaz será relajar normas laborales, reducir el número de fiscalizaciones al sector informal, y permitir moratorios en contribuciones a las AFP o CTS, por ejemplo, para darles a las empresas un respiro y permitir mayores contrataciones. Asimismo, destrabar proyectos de concesiones es vital, y facilitar la creación de nuevos negocios. Es decir, además de inyectar fondos públicos, es clave para la recuperación que destrabemos, desregulemos y generemos mayor seguridad jurídica.

Es más, luego del estímulo, tendrá que venir el ajuste presupuestal, si queremos tener la flexibilidad de reaccionar a la próxima pandemia. Para ello tendremos que usar herramientas tales como el presupuesto base cero, sobre el cual hemos hablado en otra ocasión.

3 – El desequilibrio de poderes y la falta de cuestionamiento civil son un remedio perverso

Aunque el gobierno se ha ganado la confianza de la población al “no pensarlo demasiado” y haber tomado acciones drásticas que en principio deberían frenar el avance del virus – evitando así que los servicios de salud se vean desbordados – el que no se le cuestione nada es preocupante. El rol del parlamento ha sido nulo (salvo para proponer medidas absurdas como la posibilidad de retirar dinero de las AFP) y la prensa, de facto, no es más que un vehículo de comunicación del gobierno. En realidad, es importante que en casos como este se dé un cuestionamiento. ¿De cuándo a esta parte hemos venido a creer en la infalibilidad gubernamental?

De un punto de vista práctico, en primer lugar, hay mucho que preguntar. Por ejemplo ¿Las medidas tenían que ser tan severas o se podría haber aplanado la curva lo suficiente dejando operar a más sectores? ¿Los 15 días de aislamiento social obligatorio son suficientes? En principio ese es el tiempo que, como en Hubei, toma determinar si las medidas tienen efecto, pero ¿se pueden luego relajar las medidas sin que haya rebrote, sabiendo que, por haber estado aislada, la población no ha desarrollado inmunidad de grupo? ¿O para entonces ya habremos testeado y aislado todos los casos, sabiendo que hay más de los que se reporta? ¿O ya tendremos la infraestructura suficiente para aguantar el rebrote? ¿Y si no se ha cumplido con esas condiciones, volveremos a la cuarentena?

De un punto de vista filosófico, en segundo lugar, el que se prive a la gente de su libertad, que se les impida ir a ganarse la vida, sin que el gobierno no esté bajo constante presión de justificar cada acción con números, estadísticas, discusión detallada sobre por qué tal solución y no tal otra, etc., llama la atención. Como lo recordaba recientemente Yuval Noah Harari en un editorial del Financial Times, cuidado, ya que las situaciones temporales tienen tendencia a volverse permanentes. Siempre habrá una segunda o tercera derivada de esta pandemia, o circunstancias diferentes, en las que también se requerirá acatamiento sin cuestionamientos, y eso es peligroso.

En suma, recordemos: una crisis como esta siempre requerirá intervención estatal. Sin embargo, esta debe ser vista como un conjunto de medidas temporales que deben darse rápidamente. Es necesario, entonces, estructuras flexibles y holgura fiscal conseguida con disciplina presupuestal y una economía dinámica. Y, también, es indispensable más debate. Por ello el legado de esta crisis debería ser, hasta cierto punto, lo contrario de lo que los devotos del Dios Estado contemplan. Lampadia




Perú, empresas, trabajadores: Post Coronavirus

Perú, empresas, trabajadores: Post Coronavirus

Ing. Raúl Delgado Sayán
Para Lampadia

Uno de los problemas más graves del Perú, de su economía, nivel de tributación, ingresó fiscal, entre muchas otras, es el altísimo nivel de informalidad que llega al 70%. El sentido común recomienda que uno de los mejores tesoros que debe guardar es precisamente que el 30% de empresas y trabajadores formales no quiebren y colapsen, porque una vez superada la pandemia y se promueva la reactivación, esas serán las primeras que estarán en capacidad de reaccionar -y si ya no están- la reactivación será tremendamente penosa y difícil.

Según el economista Waldo Mendoza: “si las empresas formales no están vendiendo y además tienen que pagar salarios y otras obligaciones y cargas sociales, no hay duda que van a quebrar. La solución de corto plazo es que el Estado deje de cobrar todas las obligaciones a las empresas por uno o dos trimestres”.

La recomendación es buena, pero no suficiente. Las empresas están paralizadas, no pueden siquiera facturar lo que le deben porque los clientes están igual paralizados y por tanto tampoco cobrar; no podrán cobrar en el futuro los bienes o servicios que han dejado de brindar en estos tiempos de paro total, con lo cual tampoco tendrán ingresos en los primeros meses de reingreso cuando ocurra; y por tanto las empresas necesitan inyección directa porque no es que como dicen: “la cadena de pagos se va a romper “… la cadena de pagos ya se rompió. Esto no es difícil de hacer, porque el Estado si conoce los montos netos de las planillas de las empresas formales.

Es absurdo señalar que los trabajadores de esas empresas tienen el problema resuelto con simplemente decir que el DS reconoce: “Licencia con goce de haber “… y de donde sale el Haber (?). Si no hay un auxilio directo las empresas formales quebrarán sin duda y por tanto los trabajadores serán desempleados instantáneos; y la informalidad crecerá a niveles superlativos, los ingresos fiscales al suelo; y la capacidad de recuperación económica -luego de la pandemia- será lentísima; el nivel de consumo caerá al mínimo, porque la gente ahorrará y no consumirá nada.

Respecto al Sector Construcción, en principio el Estado debería obligarse de inmediato a pagar todo lo que debe a proveedores, contratistas de obra y de Ingeniería y Supervisión; entre otros, que tiene aguantado hace años y que incluso algunos de arbitrajes han sido validados por el Poder Judicial, pero no quieren pagarlos y dicen: “no hay dinero”. Primero que nada, pagar de inmediato todo lo que deben.

En segundo lugar, devolver costosas cartas fianzas que mantienen innecesariamente en su poder a quienes ni siquiera tienen que ver y son terceros en arbitrajes en giro durante años. La nueva Ley de Contrataciones lo permite, pero no lo quieren hacer para contratos anteriores a esta modificación porque dicen: “no es retroactiva”. Esto es discriminatorio y un verdadero abuso, porque además de los costos disminuye innecesariamente las líneas de crédito de las empresas.

Otras Cartas Fianzas de obras paralizadas, trabadas o que ya no se van a hacer, también la burocracia las retiene.  Algunas son retenidas por trabajos terminados y en uso de hace 5 años, y otras por trabajos que están trabados más de 3 años.

Y en tercer lugar, para el término de este aislamiento y de la pandemia -que esperamos sea pronto-, los sectores y el Gobierno deberían estar pensando en un serio shock de inversiones públicas y por Emergencia destrabar todo lo trabado. Todos los países ya están en eso, e incluso en Europa están llamando a un nuevo Plan Marshall. En el Perú tenemos un Plan de Infraestructura con 52 proyectos identificados, porque no echarlo a andar ahora con velocidad de crucero. Lampadia




El mundo está parado

El mundo está parado

Las medidas de contención frente al avance del coronavirus acometidas por el presente gobierno, a destacar, la cuarentena masiva por 15 días que entró en vigencia el pasado lunes 16 de marzo, son acertadas a la luz de la experiencia de China que parece haber parado en seco el incremento de los casos de contagio. Como comentamos en Lampadia: Podrían morir 125 mil peruanos, si bien los contagios han seguido incrementándose en nuestro país a pesar de la cuarentena, recién a partir de esta semana se podrá ver la efectividad de esta medida dado el tiempo de incubación del virus.

Sin embargo, también es menester señalar que cantar victoria y levantar los estados de emergencia, aún en el gigante asiático, es muy precipitado dada la incertidumbre que puede surgir si se concreta un segundo brote de la enfermedad, no solo producto del contacto que las personas podrían tener con el mundo exterior, sino por el riesgo de que los actualmente recuperados puedan sufrir una recaída (ver Lampadia: La resiliencia de China frente al coronavirus). Esta predisposición de los que ya han sido receptores del virus aún no está comprobada por las investigaciones por lo que aún es una posibilidad latente.

Para ahondar en esta discusión compartimos un reciente artículo de The Economist, que resume un fresco estudio de la prestigiosa universidad Imperial College de Londres que trata sobre la efectividad y los costos de las denominadas políticas de mitigación y supresión, de la cual la cuarentena es parte, implementadas por los países en contra del coronavirus en los últimos días. The Economist destaca además el impacto económico de las medidas tomadas para combatir la pandemia.

“Ha quedado claro que la economía está sufriendo un golpe mucho peor de lo que los analistas esperaban. Los datos de enero y febrero muestran que la producción industrial en China, que se había pronosticado una caída del 3% en comparación con el año anterior, disminuyó un 13,5%. Las ventas minoristas no fueron un 4% más bajas, sino un 20,5%. La inversión en activos fijos, que mide el gasto en cosas como maquinaria e infraestructura, disminuyó un 24%, seis veces más de lo previsto. Eso ha enviado a los pronosticadores económicos al mundo a correr para revisar sus predicciones. Enfrentados a la recesión más brutal en la memoria viva, los gobiernos están estableciendo paquetes de rescate en una escala que excede incluso la crisis financiera de 2007-09”.

Como último punto y probablemente el más importante a destacar del artículo es que los gobiernos deben dar cuenta que las restricciones no pueden ser levantadas permanentemente, ya que, como comentamos al inicio de este artículo, un segundo brote siempre puede ser una posibilidad. Para ello es necesario que se siga haciendo seguimiento en tiempo real de la curva de contagio aun cuando se presume que se haya llegado a un punto de inflexión.

Esperemos que el presente gobierno tome nota de estas recomendaciones por el bien del país de cara a los próximos meses en su batalla con la pandemia del covid-19. Lampadia

Cerrado por el covid-19
Pagando para detener la pandemia

Es probable que la lucha por salvar vidas y la economía presenten opciones agonizantes

The Economist
19 de marzo, 2020
Traducido y comentado por Lampadia

El planeta Tierra se está cerrando. En la lucha por controlar al covid-19, un país tras otro exige que sus ciudadanos eviten a la sociedad. A medida que las economías se tambalean, los gobiernos desesperados están tratando de controlar a las empresas y los consumidores entregando trillones de dólares en ayuda y garantías de préstamos. Nadie puede estar seguro de qué tan bien funcionarán estos rescates.

Pero hay algo peor. Nuevos hallazgos preocupantes sugieren que detener la pandemia podría requerir paradas repetidas. Y, sin embargo, ahora también está claro que tal estrategia condenaría a la economía mundial a un daño grave, tal vez intolerable. Algunas opciones muy difíciles están por venir.

Apenas 12 semanas después de los primeros informes de personas misteriosamente enfermas en Wuhan, en el centro de China, el mundo está comenzando a comprender el verdadero costo humano y económico de la pandemia. Hasta el 18 de marzo, SARS-COV-2, el virus detrás de covid-19, había registrado 134,000 infecciones fuera de China en 155 países y territorios. En solo siete días, eso representa un aumento de casi 90,000 casos y 43 países y territorios. Se cree que el número real de casos es al menos un orden de magnitud mayor.

Asustados, los gobiernos se apresuran a imponer controles que habrían sido inimaginables hace solo unas semanas. Decenas de países, incluidos muchos en África y América Latina, han prohibido a los viajeros los lugares donde abunda el virus. Times Square está desierto, la ciudad de Londres está oscura y en Francia, Italia y España los cafés, bares y restaurantes han cerrado sus puertas. En todas partes, los estadios vacíos hacen eco a las multitudes ausentes.

Ha quedado claro que la economía está sufriendo un golpe mucho peor de lo que los analistas esperaban. Los datos de enero y febrero muestran que la producción industrial en China, que se había pronosticado una caída del 3% en comparación con el año anterior, disminuyó un 13,5%. Las ventas minoristas no fueron un 4% más bajas, sino un 20,5%. La inversión en activos fijos, que mide el gasto en cosas como maquinaria e infraestructura, disminuyó un 24%, seis veces más de lo previsto. Eso ha enviado a los pronosticadores económicos al mundo a correr para revisar sus predicciones. Enfrentados a la recesión más brutal en la memoria viva, los gobiernos están estableciendo paquetes de rescate en una escala que excede incluso la crisis financiera de 2007-09.

Este es el telón de fondo para las elecciones fundamentales sobre cómo manejar la enfermedad. Utilizando un modelo epidemiológico, un grupo del Imperial College de Londres estableció esta semana un marco para ayudar a los responsables políticos a pensar en lo que les espera. Es sombrío.

Un enfoque es la mitigación, “aplanar la curva” para hacer que la pandemia sea menos intensa, por ejemplo, aislando casos y poniendo en cuarentena a los hogares infectados. El otro es suprimirlo con una gama más amplia de medidas, que incluyen encerrar a todos, excepto a aquellos que no pueden trabajar desde casa, y cerrar escuelas y universidades. La mitigación frena la pandemia, la supresión tiene como objetivo detenerla en seco.

Los modelistas descubrieron que, si el virus se extendiera, causaría alrededor de 2.2 millones de muertes en EEUU y 500,000 en Gran Bretaña a fines del verano. Concluyeron que en las economías avanzadas, tres meses de aplanamiento de la curva, incluidas las cuarentenas de hogares infectados durante dos semanas, en el mejor de los casos evitarían solo la mitad de estos. Además, la demanda máxima de cuidados intensivos seguiría siendo ocho veces la capacidad de aumento del Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña, lo que llevaría a muchas más muertes que el modelo no intentó calcular. Si ese patrón se mantiene en otras partes de Europa, incluso sus sistemas de salud con mejores recursos, incluido el de Alemania, se verían abrumados.

No es de extrañar que los gobiernos opten por los controles más estrictos necesarios para suprimir la pandemia. La supresión tiene la ventaja de que ha funcionado en China. El 18 de marzo, Italia agregó 4,207 casos nuevos, mientras que Wuhan no contó ninguno. China ha registrado un total de poco más de 80,000 casos en una población de 1,400 millones de personas. A modo de comparación, el grupo imperial estimó que el virus dejado solo infectaría a más del 80% de la población en Gran Bretaña y EEUU.

Pero es por eso que la supresión tiene un aguijón en la cola. Al mantener las tasas de infección relativamente bajas, deja a muchas personas susceptibles al virus. Y dado que el covid-19 ahora está tan extendido, dentro de los países y en todo el mundo, el modelo del Imperial London College sugiere que las epidemias regresarían a las pocas semanas de que se levantaran las restricciones. Para evitar esto, los países deben suprimir la enfermedad cada vez que reaparece, pasando al menos la mitad de su tiempo encerrado. Este ciclo de encendido y apagado debe repetirse hasta que la enfermedad haya funcionado en la población o haya una vacuna que podría tardar meses, si es que funciona.

Esto es solo un modelo, y los modelos son solo conjeturas educadas basadas en la mejor evidencia. De ahí la importancia de observar a China para ver si la vida allí puede volver a la normalidad sin que la enfermedad vuelva a estallar. La esperanza es que los equipos de epidemiólogos puedan realizar pruebas a gran escala para detectar nuevos casos de manera temprana, rastrear sus contactos y ponerlos en cuarentena sin poner de cabeza a la sociedad. Quizás serán ayudados por nuevos medicamentos, como un compuesto antiviral japonés que China dijo esta semana que era prometedor.

Pero esto es solo una esperanza, y la esperanza no es una política. La amarga verdad es que la mitigación cuesta demasiadas vidas y la represión puede ser económicamente insostenible. Después de algunas iteraciones, los gobiernos podrían no tener la capacidad de transportar empresas y consumidores. La gente común podría no tolerar la agitación. El costo del aislamiento repetido, medido por el bienestar mental y la salud a largo plazo del resto de la población, podría no justificarlo.

En el mundo real hay trade-offs entre las dos estrategias, aunque los gobiernos pueden hacer que ambas sean más eficientes. Corea del Sur, China e Italia han demostrado que esto comienza con pruebas masivas. Cuanto más claramente pueda identificar quién tiene la enfermedad, menos dependerá de las restricciones indiscriminadas. Las pruebas para detectar anticuerpos contra el virus, para detectar quién ha sido infectado y recuperado, son necesarias para complementar las pruebas actuales que solo son válidas justo antes y durante la enfermedad. Eso permitirá que las personas inmunes hagan sus negocios sabiendo que no pueden ser una fuente de infecciones adicionales.

Una segunda línea de ataque es usar tecnología para administrar cuarentenas y distanciamiento social. China está utilizando aplicaciones para certificar quién está libre de la enfermedad y quién no. Tanto este país como Corea del Sur están utilizando big data y redes sociales para rastrear infecciones, alertar a las personas sobre puntos calientes y reunir contactos. Corea del Sur cambió la ley para permitir que el estado obtenga acceso a los registros médicos y los comparta sin una orden judicial. En tiempos normales, muchas democracias pueden encontrar eso demasiado intrusivo. Los tiempos no son normales.

Por último, los gobiernos deberían invertir en atención médica, incluso si sus esfuerzos tardan meses en dar sus frutos y tal vez nunca sean necesarios. Deben aumentar la capacidad de aumento de los cuidados intensivos. Países como Gran Bretaña y EEUU carecen desesperadamente de camas, especialistas y ventiladores. Deben definir los mejores protocolos de tratamiento, desarrollar vacunas y probar nuevos medicamentos terapéuticos. Todo esto haría que la mitigación fuera menos letal y la represión más barata.

No se haga ilusiones. Es posible que tales medidas aún no eviten que la pandemia extraiga un alto costo. Hoy los gobiernos parecen estar comprometidos con la represión, sea cual sea el costo. Pero si la enfermedad no se vence rápidamente, se acercarán a la mitigación, incluso si eso provocara muchas más muertes. Es comprensible que justo ahora eso no sea un trade-off que cualquier gobierno esté dispuesto a contemplar. Es posible que pronto no tengan otra opción. Lampadia




Liderar la crisis actuando por los demás y el rol que nos toca a todos

Liderar la crisis actuando por los demás y el rol que nos toca a todos

Por: Sergio Bolívar, Catedrático en Comunicación, Reputación y Negociación de la UPC, consultor en Reputación y Marketing, Gerente General de la consultora estratégica Andina Consultando SAC.
Para Lampadia

A más de 80 días de la aparición del virus en el mundo, aún necesitamos tiempo para conocerlo bien y controlarlo. Desde unos días, lo que más preocupa es el pronóstico para Alemania de la canciller Merkel, de que el 70% de su población terminaría contagiada (más de 50 millones personas) en uno o dos años, mientras prepara un financiamiento de más de 150 mil millones de euros para detener las consecuencias económicas.

La crisis del coronavirus amenaza con sumergirnos en una recesión económica mundial porque se aplican controles fronterizos, cierres masivos de ciudades y cuarentenas para contener el virus. Estas medidas drásticas han logrado detener en la primera fase de propagación del virus en Singapur, Taiwán y Hong Kong, y han sido replicadas en muchos países.

Como en tiempos de guerra, Francia ha decidido dedicar 300 mil millones de euros para salvar las empresas, asumiendo los créditos y suspendiendo el pago de alquileres, impuestos y recibos de luz, gas y agua. Alemania, China y EEUU están probando la primera vacuna contra el virus en humanos, pero no la tendrían lista antes de un año.

La empatía para comunicar medidas

El Perú ha buscado actuar con medidas fuertes similares a las orientales, las que han generado la percepción en América Latina de que han sido oportunas. Sin embargo, el pánico y la ansiedad han estado presentes, muestra de ello son los estantes de limpieza en los supermercados y las numerosas dudas en las redes para interpretar el mensaje.

Ahora muchas empresas están discutiendo con sus abogados sobre las zonas grises de las medidas en lo laboral y productivo. El aplazamiento tributario es vital porque el 31 de marzo la pequeña y mediana empresa requiere recursos para afrontar el pago de las remuneraciones de sus trabajadores y cash para sus operaciones. La velocidad de las medidas es buena y se espera una mayor articulación con el sector privado, especialmente con el bancario para el financiamiento bajo la rectoría de la SBS y el MEF.

El 95% de empresas son MYPEs que sustentan a la mayoría de peruanos que viven al día para comer y en condiciones sanitarias en las que el jabón líquido no existe y si se encuentra en un lugar público, desaparece rápidamente. A los más vulnerables se les otorga un bono de 380 soles en compensación por los 15 días de paralización, que serían bancarizados. Lo que no tiene en consideración esta medida del Gobierno es que este grupo nunca usa la banca en línea desde casa y no tiene una cuenta abierta.

Según el Presidente de la República estamos en una fase 3, es decir, en una fase de contagio que eleva el número de infectados como consecuencia de la ‘propagación comunitaria’, local o vecinal, como se inició en Italia, España y China. Debemos centrarnos en el bien común con medidas efectivas para fortalecer la sanidad y la limpieza con una comunicación clara sobre la responsabilidad de las personas en el cambio de hábitos y costumbres, mantenerse limpio, difundir normas de higiene y los graves riesgos de no aislarse.

En Singapur, el Primer Ministro Lee dio un discurso a la nación en los tres idiomas oficiales, al ver el pánico que generó el primer brote, entendiendo que la calma llega combatiendo la ansiedad social y psicológica con mensajes abiertos, honestos y transparentes. “Quiero hablar con ustedes directamente, para explicarles dónde estamos y qué puede ocurrir a futuro”, así dio inicio a una comunicación que ganó aplausos porque el pueblo entiende que su rol es seguir las medidas guardando la serenidad. Por otro lado, en Corea del Sur lograron cambiar, a raíz del virus, la creencia profunda llamada “noonchi” que significaba que ninguna enfermedad podía mantener al empleado alejado de su trabajo.

Como peruanos nos hemos enorgullecido por los Juegos Panamericanos, la gastronomía y muchos otros logros. Debemos ser optimistas en nuestra meta de poder cambiar las costumbres con un buen liderazgo y siendo creativos en la comunicación para llegar a todos los peruanos, incluidos a los que están zonas más alejadas en idioma quechua y aymara. También, usar nuestro talento creativo, por ejemplo, buscando prácticas asépticas con el uso del plástico o generando gel casero. En las crisis se generan oportunidades, y muchos países como Corea del Sur las vieron, nosotros también podemos.

Acciones para enfrentar la crisis en las organizaciones públicas y privadas.

Cuando se afronta situaciones rápidas e inciertas, debemos dejar de hablar de sugerencias para pasar a las acciones que nos permitan enfrentar las crisis. Seamos honestos y busquemos ponernos en el lugar de los demás peruanos que sienten ansiedad porque sus bolsillos están vacíos desde los primeros días del aislamiento. Las organizaciones serán valoradas si son lideradas con comunicación transparente y manejo de la crisis acertado. Las acciones son las siguientes:

  1. Un comité de crisis centralizado. En emergencias se necesita un equipo de respuesta a la crisis en todos los niveles.
    El jueves pasado, el presidente Vizcarra nos presentó un Comisión Multisectorial para combatir al virus. La tarea es compleja y las medidas se están haciendo sobre la marcha.
    El domingo 15, el sector empresarial formó un grupo de trabajado que incluye a los principales gremios de comercio, importación y exportación con el objeto de garantizar la cadena de suministro. Empresas vinculadas a los servicios y bienes esenciales que operan con normalidad cuentan con grupos especiales para contribuir en la atención de las necesidades de trabajo. Empresas vinculadas a servicios legales, consultoría, tecnología y otras, se encuentran adaptadas al teletrabajo, con lo cual se mantienen activas, sin embargo con pocas posibilidades de que esto les genere ingresos.
    Las organizaciones necesitan conformar equipos reducidos de cuatro a seis personas para liderar las crisis que enfrentan. Normalmente estos equipos suelen ser dirigidos por la alta dirección, e integran a los responsables de la producción, finanzas, recursos humanos, legal y comunicaciones. Si hay otras áreas de interés, se incorporan a otros ejecutivos para monitorear la evolución de la situación. Este comité se convierte en la fuente principal de información sobre la crisis. Debe ser lo más transparente y sucinto al momento de comunicar con el propósito de evitar la confusión.
  2. Tome contacto con sus empleados y exprese tranquilidad para transmitir esperanza.
    Los empleados es el grupo más importante. Esto lo tiene claro EsSalud, porque por ejemplo, ha organizado a sus equipos para el tamizaje (detección) de la enfermedad con medidas preventivas dirigidas a los adultos mayores. Cuando recién golpeo el coronavirus, la Presidencia de EsSalud dio un mensaje claro sobre todo de impacto al interior de la entidad. A medida que los empleados entienden lo que sucede, las comunicaciones fluyen mejor y se puede desmitificar diversas situaciones, tranquilizar a todos, dando esperanza para el futuro. Intentemos proporcionar información oportuna en lugar de esperar hasta saber todas las respuestas.
    Por el contrario, luego del mensaje del estado de emergencia, circula por las redes casos de la suspensión del vínculo laboral de trabajadores. Esta información genera ansiedad y resulta altamente peligrosa en momentos que debemos generar tranquilidad. Los medios juegan un rol importante y hay quienes hacen cacería irresponsable para generar rating sin investigar la facultad de la organización de operar según la norma de emergencia, como ha sido el caso de instituciones financieras.
    Algunas empresas en esta difícil coyuntura están encontrando el espacio para introducir la transformación cultural en sus procesos internos a fin de mejorar su comunicación en el espacio virtual con el uso de conferencias abiertas al público, sea por Linkedin, Facebook y webmeeting.
  3. Centrarse en la comunicación clave con los clientes sobre las medidas durante la crisis y soluciones propuestas.
    La comunicación con el cliente tiene una perspectiva distinta a la que realizamos con los empleados. Por ejemplo, Supermercados Peruanos envío una nota a los clientes indicando que Plaza Vea, Hiper y Vivanda incrementarán las cajas preferenciales para adultos mayores por ser el principal grupo de riesgo. Wong por su parte indicó que sólo se podrá comprar 2 artículos de primera necesidad por familia.
    El BBVA ha creado una línea de crédito especial para pymes por S/.2,500 millones para atender las necesidades de capital de trabajo en medio de los impactos directos e indirectos de la pandemia. Estas medidas sirven para atraer a clientes actuales y nuevos. Centrarse en la empatía en vez de tratar de crear oportunidades de venta, nos abre el espacio para volver a pensar nuestras estrategias institucionales de comunicación, publicidad y promoción.
  4. Comunicación responsable al accionista de los impactos y desafíos de la organización frente a la crisis.
    En la opinión de muchos expertos estamos frente a una inevitable recesión mundial lo que genera la necesidad de comunicar a los accionistas responsablemente el impacto del virus en las operaciones. Las relaciones con los inversionistas es un tema delicado y las decisiones complejas no son agradables para los accionistas.
    Es muy importante comunicar lo que se viene haciendo para afrontar el problema a corto plazo proyectando el fortalecimiento de la misión de las organizaciones a largo plazo.
  5. Mejora las relaciones con la comunidad apoyando en todo momento y brindando información a los medios, sobre todo con transparencia respecto a lo que está sucediendo en la organización.
    Las comunidades son aliados estratégicos de la organización y la crisis es el mejor momento para demostrarlo. La empresa norteamericana Headspace, que cuenta con técnicas de meditación y terapias del sueño, ha donado suscripciones a todos los profesionales de la salud que vienen sufriendo una inmensa presión y ansiedad con el brote del COVID-19.
    Ante la sensación de incertidumbre, los líderes deben mirar a la comunicación como el necesario acercamiento a las comunidades digitales. De otra parte, la información que pueden proporcionar las empresas mineras y de hidrocarburos es muy importante para evitar el brote en zonas alejadas.

Conclusiones

“Esta es una crisis de la economía y el mundo real, de la biología, y no de las complejidades financieras…cuando lo peor de la epidemia haya pasado, la gente volverá a la normalidad”, indica Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington. Dicha normalidad, se refiere a una nueva realidad en la cual los mercados seguirán funcionando con deudas, algunas quiebras y precios de activos ajustados.

Las organizaciones públicas y privadas deben actuar conjuntamente para salir de la crisis. Es una oportunidad de unión para cambiar costumbres. Debemos apoyar al Gobierno porque esta situación sólo se puede abordar de manera colectiva con alineamiento. En el libro “El costo de los derechos”, Holmes y Sustein nos dicen algo innegable: “El Gobierno sigue siendo el instrumento más eficaz disponible para que una sociedad políticamente organizada pueda perseguir sus objetivos comunes, incluido el objetivo de asegurar la protección de los derechos legales de todos”.

Esta crisis nos demuestra que no estábamos preparados como humanidad para emergencias de efectos globales. Una lección aprendida una vez derrotada la pandemia, será la importancia de que el mundo cuente con un gobierno global que pueda organizar eficazmente a los países en casos de pandemia, con órganos internacionales de mayor poder legítimo que respondan al suministro de pruebas fáciles, medidas uniformes de contención para los estados, apoyo financiero y comunicación social efectiva con protocolos inmediatos de crisis para actuar a favor de los demás. Lampadia




Más Estado y más libertad económica

Más Estado y más libertad económica

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hugo Neira ha hecho notar que la lucha contra el coronavirus ha restablecido el Estado, la autoridad. Los gobiernos -algunos- han vuelto a gobernar, con toda la dificultad que ello entraña en país de alta informalidad como el nuestro. Las medidas que se adoptan para paliar la crisis suponen mayor intervención estatal.

Pero a esa lúcida observación hay que agregar otra: que la recuperación de la economía luego de que quede devastada por la reclusión generalizada, exigirá restablecer mayores grados de libertad económica de los que teníamos hasta la declaratoria de inmovilidad.

Más Estado y más libertad económica a la vez.

No son contradictorios. El Estado ha reaparecido precisamente para defender la vida de los ciudadanos frente a un enemigo común. El Estado existe para garantizar la vida, la seguridad y la libertad de los ciudadanos. Un acuerdo de mutua protección. Si suprime temporalmente algunas libertades, es para asegurar la vida. El problema ocurre cuando suprime o interfiere ciertas libertades -la económica entre ellas- de manera permanente. Allí contradice su razón de ser. Se vuelve enemigo.

Desde el punto económico, la cuarentena no es otra cosa que la supresión temporal absoluta de la libertad económica. Simplemente se ordena la parálisis de la actividad, salvo en sectores esenciales. Se detiene la producción, se interrumpe el intercambio. Lo mismo ocurre a nivel internacional.

Terminada la cuarentena, o los periodos de cuarentena que haya, se restablece el normal funcionamiento de la actividad económica. Los bienes y servicios vuelven a producirse y circular. Pero si queremos que la economía se recupere más rápidamente y se mantenga creciendo luego a tasas altas, se tendría que restablecer no el status anterior, sino un grado de libertad económica mucho más avanzado.

Fibrosis económica

Porque, sin necesidad de virus, gobiernos y congresos sucesivos han ido recortando la libertad económica en nuestro país. Nuestra economía ha estado infestada por otra clase de virus, el de la sobreregulación, que terminó produciendo algo muy cercano a la fibrosis económica, en algunos sectores más que en otros. Y la altísima informalidad no ha sido sino la reacción inmunológica ante ese virus: los anticuerpos que nuestra sociedad desarrolla ante la inundación asfixiante de normas y regulaciones.

Restablecer la libertad económica permitirá crecer y permitirá reducir la informalidad.

La sobreregulación es la razón por la que tenemos una miríada de micro y pequeñas empresas mayormente informales, impotentes frente a las exigencias de la formalidad, aplastadas por regulaciones que no las dejan crecer, y por eso es que tenemos relativamente muy pocas empresas medianas. Tenemos casi tres veces mas trabajadores en las empresas grandes que en las medianas. Lo que debería ser una pirámide, como en cualquier país del mundo, es un reloj de arena. Y eso se debe a que las empresas pequeñas mueren cuando llegan a un tamaño mediano, porque no pueden cargar con el peso de las regulaciones laborales, de salud y seguridad, ambientales, sectoriales, municipales y tributarias que las asfixian. Necesitan dedicar una proporción muy grande de empleados a lidiar con su cumplimiento, algo que no pueden pagar. Nadie puede cumplir con 1,400 páginas de normas laborales, por ejemplo.

Se nota en este momento, cuando se requiere precisamente celeridad en las adquisiciones esenciales para combatir la epidemia. El IPE reporta que la producción de alcohol y las importaciones de algunos productos relacionados están trabadas en el registro sanitario que emite Digemid, prototipo de sobre regulación (INFORME IPE, Impacto del coronavirus en la economía peruana MARZO 2020).

Es un milagro como las empresas industriales pueden competir con los pies amarrados contra importaciones de productos asiáticos. En algunos casos no pueden y deben cerrar. La producción industrial está en crisis desde hace algunos años, y no por la apertura económica que, al contrario, la reestructuró y la relanzó, la hizo crecer a tasas altas durante muchos años, y la volvió parcialmente exportadora, sino por la maraña regulatoria que le consume crecientemente demasiados recursos.

Si queremos desarrollar y devolverle dinamismo a nuestra industria, debemos comenzar por liberarla de ataduras y permitirle operar con niveles de libertad económica mucho mayores, para bien del país, de la generación de empleo formal y bien remunerado para los peruanos, y para incrementar los ingresos fiscales.

El caso de la minería es pasmoso. En los últimos 15 años ha visto aumentar el número de normas en nada menos que 22 veces según información del BCRP, y debe tramitar permisos y licencias ya no solo ante el ministerio de Energía y Minas como era antes, sino en el MINAM, el MINAGRI, PRODUCE, MINCUL, ANA, SERFOR, SERNAMP y otras dependencias. Cualquier proyecto debe pasar cuatro consultas previas, la primera de ellas para explorar, antes de saber siquiera si hay mineral y por algo que no causa impacto alguno. El resultado es la caída en las exploraciones y en la inversión futura y una pérdida de 10 puestos en el ranking del Instituto Fraser.

La minería puede ser la gran palanca del desarrollo nacional y regional e incluso de la diversificación productiva, sobre todo si se impulsara el cluster minero-industrial apoyado por la CAF en el sur del país. Sería clave para la una recuperación acelerada luego de la emergencia. Pero eso requiere aliviar la carga regulatoria en ese sector, más aún cuando los precios de los minerales vienen cayendo como consecuencia de la pandemia y de la crisis china. El precio del cobre se ha desplomado un 21% en apenas dos meses y medio, desde comienzos de año.

Para no hablar de los hidrocarburos, un sector con mucho potencial, frenado por contribuciones y regulaciones absurdas.

No es casualidad el exitoso crecimiento acelerado y sostenido del sector agroexportador. Goza de regulaciones laborales y tributarias mucho mas flexibles y menos onerosas, sin dejar de reconocer derechos laborales a los trabajadores. Es el único sector donde la economía nacional ha logrado formalizar a un contingente muy numeroso de trabajadores. Ese es un ejemplo para el resto de la economía.

La recuperación nacional luego del pozo económico en el que vamos a caer luego de las cuarentenas que tengamos que sufrir, requerirá tomar decisiones que permitan salir de la pobreza en la que habremos recaído lo más rápidamente posible, para inaugurar una nueva era de crecimiento. Pero para ello la palabra mágica es libertad económica. Lampadia




¿Salud pública sin agua y con calles inmundas?

¿Salud pública sin agua y con calles inmundas?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 13 de marzo de 2020
Para Lampadia

El Coronavirus es ya un problema mundial. Como se advirtió en su momento, el virus iba a salir de China y se propagaría en otras partes del mundo. Incluso en nuestro país. Pues bien, eso es exactamente lo que ha sucedido.

No obstante, algunos especialistas sostienen que el Coronavirus no es tan grave como se dice. Como que hay personas infectadas que lo confunden con un simple resfrío. Incluso, algunos portadores son asintomáticos. O sea, ni siquiera sienten malestar alguno. El porcentaje de mortalidad es bajo… 1 a 3%. Pero la prensa y la política – salvo honrosas excepciones – han magnificado el problema. ¿Qué se traerán bajo la manga?

El hecho es que – frente al Coronavirus – la acción preventiva más recomendada es el lavado de manos. Nada de tratamientos hospitalarios complejos, ni cosas por el estilo.

– Muy sencillo – se podría decir. – Lavémonos las manos, quedémonos en casa… y santo remedio –. Pero no. Resulta que muchos peruanos no tienen agua en sus domicilios ni para lavarse las manos. Peor aún… los servicios higiénicos de muchas escuelas y hospitales públicos tampoco tienen agua. Incluso, están inmundos. Lo mismo sucede en muchos mercados donde concurren grandes multitudes. Entonces – tanto o más grave que el Coronavirus – nuestro problema es la falta de agua para lavarnos las manos.

Ahora bien ¿quiénes son los responsables de suministrar agua a la población? Respuesta: las empresas municipales de agua y saneamiento. O sea, las municipalidades del país.

¡He ahí el problema! La gran mayoría de municipalidades provinciales y distritales NO están capacitadas para brindar un servicio tan vital como el agua potable y el alcantarillado. Tampoco están capacitadas para recoger la basura de nuestras calles, o para ordenar el tráfico vehicular en nuestras ciudades. Entonces ¿qué podemos esperar de nuestras empresas municipales en materia de agua y saneamiento? Ciertamente… NADA. Repito… ¡he ahí el problema! ¡No tenemos agua!

Dicho sea de paso, la epidemia del Dengue – que en opinión de muchos es tanto o más grave que la epidemia del Coronavirus – también se está propagando por falta de agua. Efectivamente, como el suministro de agua domiciliaria no es continua, la gente recurre a baldes o cilindros caseros para almacenar el agua, y disponer de ella en los momentos en que se corta el servicio. Pero ¿dónde y cómo se propagan los zancudos portadores del virus del Dengue? Precisamente, en el agua de los recipientes en cuestión, donde los zancudos ponen sus huevos. ¡Cómo que las municipalidades no están íntimamente ligadas a la salud de la población!

De allí la propuesta de quitarle a las municipalidades fallidas las funciones de suministro de agua y desagüe, recojo de basura y tratamiento de residuos sólidos, y ordenamiento del tráfico vehicular. Básicamente, porque han fracasado. No sirven. La idea es constituir instituciones estatales autónomas – tipo BCR – altamente especializadas, las cuales se encargarían de dichos servicios, sin que la politiquería meta su cuchara… y lo eche todo a perder.

REFLEXIÓN FINAL: Tenemos Dengue porque no tenemos agua continua en nuestras casas. Tenemos Coronavirus – entre otras razones – porque no tenemos agua para lavarnos las manos. Pero no tenemos agua – y estamos rodeados de basura – porque tenemos municipalidades que no sirven para nada.

¿SOLUCIÓN? Se reciben sugerencias. Lampadia




La resiliencia de China frente el coronavirus

La resiliencia de China frente el coronavirus

A continuación, compartimos un reciente artículo publicado por The Economist en el que se analiza el impacto económico que tiene y sigue teniendo la propagación del coronavirus en China, a través de diversas variables de la industria manufacturera, en la que el gigante asiático ostenta una ventaja comparativa con respecto a varios países en los mercados internacionales.

De estas reflexiones se puede visualizar cómo China, a pesar del embate de la mencionada pandemia y en parte gracias a una reestructuración de su estrategia de salud pública para combatirla, ha ido reabriendo sus fábricas de a poco, pero con visos a futuro aún inciertos dadas las tasas de crecimiento económico trimestrales proyectadas para los próximos meses, situadas en niveles mínimos históricos.

Este sentimiento de incertidumbre además se alimenta del estado de varios países que aún se encuentran en plena formulación de políticas públicas, sin planes concretos, para hacer frente a este inesperado virus (ver Lampadia: La batalla mundial contra el coronavirus) y cuya demanda innegablemente afectarán el performance de China de cara a sus principales mercados de exportación.

Consideramos que estas advertencias de ninguna manera pueden ser ignoradas por nuestras autoridades fiscales y monetarias, siendo China nuestro principal socio comercial. Urge diseñar un plan de reactivación económica que permita paliar la caída futura de nuestras exportaciones hacia este país, que ya se ha venido reflejando el año pasado con la guerra comercial EEUU-China, pero que, con la mencionada pandemia, podría desestabilizar aún más nuestro ciclo de crecimiento.

Al respecto la reactivación de los grandes proyectos mineros, que permitan mitigar estas caídas en los términos de intercambio, e impulsar los arraigados a la infraestructura productiva debería constituir nuestro principal frente a acometer en los próximos meses para mover la inversión y exhibir tasas de crecimiento mayores. Lampadia

Covid-19 y la economía de China
Con la desaceleración de su epidemia, China intenta volver a trabajar

Los funcionarios cambian su enfoque a revivir el crecimiento. Pero eso no es fácil

The Economist
27 de febrero, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Si China es la fábrica del mundo, Yiwu International Trade City es su sala de exposición. Es el mercado mayorista más grande del mundo, lo suficientemente espacioso como para albergar 770 campos de fútbol, con puestos que venden de todo, desde carteras de cuero hasta silenciadores para motocicletas. El 24 de febrero, como es costumbre para su reapertura después del año nuevo lunar, los artistas sostuvieron largos dragones de tela en los postes y bailaron al ritmo de los tambores, con la esperanza de traer fortuna a los 200,000 comerciantes y compradores que normalmente abarrotan el mercado cada día. Pero estos no son tiempos normales. La reapertura se retrasó dos semanas debido al virus covid-19, la multitud era escasa y los bailarines de dragones, como todos los demás, se pusieron máscaras blancas para protegerse. Terminada la ceremonia, comenzaron los negocios. Todos los que ingresaron al mercado tuvieron que pasar controles de salud y se les dijo que permanecieran en silencio durante las pausas para comer, para que no transmitieran gérmenes al hablar.

El reinicio silencioso del mercado de Yiwu se parece al de la economía china en general. El gobierno ha decidido que la epidemia está bajo control hasta el punto de que gran parte del país puede volver a trabajar. Eso está lejos de ser simple. Más de 100 millones de trabajadores migrantes permanecen en sus pueblos de origen, y los funcionarios están tratando de transportarlos a las fábricas y tiendas que los necesitan. Yiwu ha alquilado trenes y autobuses para traer trabajadores de todo el país. También quiere atraer a compradores de todo el mundo: se ha ofrecido a pagar sus vuelos y alojamiento si llegan antes del 29 de febrero.

El mercado se está ocupando poco a poco. Pero los comerciantes tienen un gran desafío en el cumplimiento de los pedidos. Wang Meixiao, que vende joyas de plástico, dice que sus fábricas aún no tienen suficientes trabajadores para operar. Muchos no están dispuestos a recorrer el país solo para soportar cuarentenas de 14 días en sus destinos. “Les digo a mis clientes que solo tienen que esperar un par de semanas más, pero eso es una suposición”, dice ella.

Desde el brote del virus, economistas e inversores han tratado de comprender los conceptos básicos de la epidemiología, analizando cuestiones como el posible período de incubación de la enfermedad. Recientemente, han regresado a un terreno más familiar, siguiendo el estado de la economía. Para evaluar si la producción se reanuda, los economistas han estado examinando una serie de cifras diarias, que incluyen el consumo de carbón, la congestión del tráfico y las ventas de propiedades. Todos han comenzado a aumentar, pero permanecen muy por debajo de los niveles saludables. Un indicador ha sido mucho más optimista, de manera poco realista. La bolsa de valores de China cayó más de un 10% después de que el coronavirus se extendió a fines de enero, pero desde entonces ha recuperado ese terreno, en parte por la creencia de que el gobierno desatará un gran estímulo para impulsar el crecimiento. Hasta ahora, sin embargo, solo ha ofrecido apoyo específico: extensiones de préstamos, recortes de impuestos y alquileres subsidiados.

Sin embargo, China sin duda ha cambiado su enfoque, como se subrayó el 23 de febrero cuando el presidente Xi Jinping habló por teleconferencia a 170,000 cuadros en todo el país. En áreas donde el virus ya no es un gran peligro, es hora de que las compañías reanuden sus operaciones, dijo. Entonces, junto con informar el número de nuevas infecciones todos los días, los funcionarios ahora informan sobre el número de negocios reabiertos. La provincia de Zhejiang, un centro de fabricación y hogar de Yiwu, lidera el país, con el 90% de sus grandes empresas industriales que se han reiniciado. Pero muchos de estos funcionan a baja capacidad. “El gobierno, las empresas, los trabajadores, todos están haciendo una apuesta para reiniciar”, dice Jason Wang, ejecutivo de una empresa que vende abrigos de invierno.

Al igual que los gerentes de fábricas en todo el país, Wang está tomando precauciones. Los trabajadores tienen sus temperaturas monitoreadas durante todo el día. Están obligados a mantener asientos vacíos entre ellos en la cantina. Dentro de la fábrica, siempre deben usar máscaras. Pero la presión es intensa. El gobierno ha dicho a las compañías que si alguno de sus trabajadores se infecta, puede verse obligada a cerrar.

En general, muchos analistas piensan que las empresas de China volverán a su capacidad total a fines de marzo. Los economistas de los grandes bancos pronostican que esta reanudación podría permitir que el crecimiento del primer trimestre alcance aproximadamente el 4%, año tras año. Ese sería el más débil desde que comenzaron los registros trimestrales, pero cualquier cosa por encima de cero inevitablemente generará dudas sobre la credibilidad de los datos. Los riesgos también están cambiando a medida que el virus afecta a otros países. China ahora enfrenta la posibilidad de una demanda mundial mucho más débil y el peligro de que la epidemia, controlada dentro de sus fronteras, vuelva a entrar desde el extranjero.

Incluso si el mundo puede frenar la propagación del virus, Yiwu es testimonio de algunas de las formas en que las personas sentirán sus efectos económicos en todas partes. Agnes Taiwo, una empresaria de Lagos, llegó a China justo cuando el gobierno comenzó su lucha contra la epidemia. Ella esperaba hacer una compra a granel de zapatos para niños y regresar a Nigeria a principios de febrero. Casi un mes después, no ha podido completar su pedido. Y su regreso a Nigeria ha sido complicado porque EgyptAir, la aerolínea en la que viajó, ha cancelado todos los vuelos a China. “Esto es serio”, dice ella. Es un sentimiento que muchos otros en todo el mundo están comenzando a compartir. Lampadia