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La educación peruana pospandemia

Por: Maite Vizcarra
El Comercio, 23 de Marzo del 2023

“Hoy todos, por efecto de la tecnología, estamos obligados a ver la educación como un proceso continuado, en donde la capacidad de seguir aprendiendo es mandatoria”.

Navegando en YouTube encontré una entrevista de Moisés Naím a uno de los innovadores más disruptivos del momento, Scott Galloway, quien llama la atención por considerar que Estados Unidos está empezando a dejar de ser ‘una sociedad relevante’.

¿Qué es una sociedad relevante? Galloway explica que una nación es relevante en la medida en que satisface las expectativas de vida de sus ciudadanos y, de esa forma, permite que en conjunto el grupo humano se convierta en un referente global. Agrega que su país ya no es relevante porque la educación ha entrado en un serio proceso de deterioro.

Seguramente usted está pensando que este ‘entrepreneur’ está exagerando, pero no es así. Un hecho destacado en el análisis es que en Estados Unidos los niveles de ingreso a centros de educación superior han decrecido enormemente –por ejemplo, hace 30 años ingresaba a la Universidad de California el 76% de aspirantes, hoy tan solo lo hace el 11%–, y en cuanto al acceso a centros de formación técnica, si se compara con Alemania, solo el 5% de personas tiene algún tipo de certificación técnica en comparación con el 50% del país europeo.

Pero lo más dramático es que, como consecuencia de lo antes explicado, la educación básica de Estados Unidos no tiene buenos maestros.

Volviendo al Perú, en el programa “Diálogo abierto” tuve la oportunidad de entrevistar a tres expertos en temas educativos que coincidieron en que la educación básica en el mundo ya no es la misma a consecuencia de la pandemia del COVID-19.

Esa educación pospandemia afectó no solo a los estudiantes, sino también a los maestros –de acuerdo con Paul Neyra, uno de los expertos invitados–, y todo indica que para bien. Los estudiantes peruanos han logrado niveles de autonomía en sus aprendizajes gracias a la irrupción abrupta de la digitalización, lo que implica que el papel del maestro ya no puede ser más el de aquellos personajes que tenían la verdad revelada en sus manos. Las clases maestras deben extinguirse lo más pronto posible.

A su vez, los maestros lograron construir algunas capacidades básicas muy intuitivas respecto de su relación con lo digital. Durante el confinamiento por la pandemia se generaron miles de grupos de práctica y conocimiento en WhatsApp, en los que los maestros peruanos compartían sus experiencias en el desarrollo de sus clases virtuales, sus temores y, también, sus buenas prácticas.

La pandemia nos trajo la presencia de miles de recurseros digitales en la escuela. Hasta aquí las buenas noticias. Ahora pongamos las señales de alerta en algo que preocupa, y es que los maestros –esos mismos que compartían conocimiento en grupos de práctica digitales– han vuelto a temer a la tecnología y a los espacios digitales para volver a las clases a la antigua (‘old school’), según comentaba la exviceministra Killa Miranda en aquella charla televisiva.

Esta semana empezó el período escolar 2023, aunque de manera progresiva debido a los desastres naturales recientes. Este es, además, el segundo año de educación presencial, y es por ello crítico volver a definir qué tipo de educación se merecen los peruanos para que sea relevante para su propia vida. Y tal vez la piedra de toque sea cómo hacer para tener un nuevo perfil de docentes, acorde con los nuevos tiempos. O, mejor dicho, cómo hacer para no perder todo lo que nuestros docentes aprendieron en la pandemia.

Una probable solución a esa demanda tal vez se encuentre en un hecho fáctico que el exministro Jaime Saavedra –uno de esos tres expertos mencionados– comentaba: la educación hoy ya no es una meta que se alcanza y que culmina. Hoy todos, por efecto de la tecnología, estamos obligados a ver la educación como un proceso continuado, en donde la capacidad de seguir aprendiendo es mandatoria. Ojalá que sea más mandatoria si se trata de quienes cultivan el futuro de nuestro país: los maestros.




América Latina: pérdida de aprendizajes llega a casi 80% tras la pandemia

Por: Pablo Lavado
El Comercio, 6 de Noviembre del 2022

“Se trata del aumento más alto del mundo. La principal razón es el largo período de cierre de las escuelas”, afirma el vicedecano del Departamento Académico de Economía de la Universidad del Pacífico (UP).

La semana que pasó, la Universidad del Pacífico tuvo el privilegio de albergar la conferencia más grande de economistas de América Latina y el Caribe (Lacea). Ha sido una experiencia muy enriquecedora el poder compartir conocimiento, investigación y buenas prácticas de todos los colegas y amigos de América Latina. En esta oportunidad, se desarrollaron distintos temas como política fiscal, política monetaria, inflación, desarrollo y pobreza, salud, capital humano, entre otros.

Una de las sesiones más interesantes que hemos tenido fue la que describió las pérdidas del aprendizaje como consecuencia del cierre de las escuelas, donde una de las conclusiones fue que el impacto del COVID-19 en los niños sería irreversible y duradero (incrementos en mortalidad, salud mental, desarrollo, habilidades socioemocionales, maltrato y violencia escolar y pérdida de ingresos). Estimados de la pérdida por cierre de jardines y centros escolares representarían para América Latina y el Caribe de aproximadamente 2% del PBI. Asimismo, estimaciones en Uruguay y Chile muestran un impacto negativo en comportamiento, lenguaje y desarrollo infantil, y los más afectados son los niños de menos recursos. De igual manera, en Sao Paulo, Colombia, Jamaica y Barbados, encontraron pérdidas de aprendizajes en niños de educación primaria.

Otro aspecto que aprendimos fue la importancia de la transición a la educación remota para mitigar el impacto negativo de los cierres de las escuelas. Sin embargo, la desigualdad en la educación digital, así como en el acceso a la conectividad, redujo la efectividad de la educación remota. Asimismo, se observó que aun cuando los niños estaban matriculados, estos no estaban vinculados con la escuela: “Matriculados pero desvinculados”. Y la misma historia se aprecia con los propios profesores. En este sentido, los resultados muestran que la mejor política para mitigar el impacto en la pérdida de aprendizaje fue el retorno a la escuela.

Un indicador que mide el nivel de aprendizaje de los niños en un país es el de pobreza de aprendizajes, definido como el porcentaje de niños de 10 años que no leen ni comprenden un texto adecuado para su edad. Es sorprendente saber que entre el 2015 y el 2019 la pobreza de aprendizajes en el mundo aumentó de 53% a 57%. Después de la pandemia, se estima que la pobreza de aprendizajes aumentó a 70%. En particular, en América Latina, la pobreza de aprendizajes aumentó de 50% a casi 80%, el más alto incremento del mundo. La principal razón de esto es el largo período de cierre de las escuelas. Estas pérdidas en el mundo significan 21 trillones de dólares de ingresos que esta generación dejaría de percibir si no se remedia este impacto.

Además de este incremento, se observan incrementos en desnutrición infantil, deserción escolar, sobre todo en mujeres, embarazo adolescente, e incrementos en depresión y ansiedad. No obstante, otro efecto importante de la pandemia es que no solo se ha incrementado la pobreza de aprendizajes, sino también la desigualdad del aprendizaje. Este es el caso de Brasil, en el que se compararon alumnos antes y después de la pandemia y se observa que el GINI de aprendizaje (medida de desigualdad) aumentó en casi 80%. ¿A quién afectó más? A familias de los hogares más vulnerables (beneficiarios de los programas sociales), mujeres y en zonas rurales. Otro aspecto que llama muchísimo la atención es que la atención que el periodismo dio a las pérdidas de aprendizajes. Se observa que América Latina le dio siete veces menos atención a este tema en comparación con Estados Unidos. Finalmente, es una sorpresa ver que en América Latina se observa que, a mayor pérdida del aprendizaje, hay una mejor percepción de las familias acerca de la calidad de su educación. Aun cuando esto es una simple correlación, llama la atención que, al parecer, las familias no han interiorizado el impacto negativo que ha tenido la pandemia en el aprendizaje de sus hijos.

¿Qué se puede hacer? Primero, monitorear las pérdidas de aprendizajes, así como la recuperación de este. Segundo, el desarrollo socioemocional tiene que estar al centro de las políticas de infancia. Tercero, es importante garantizar el bienestar infantil, alrededor de la salud, nutrición, salud mental y violencia doméstica. Cuarto, utilizar herramientas digitales y tutoría remota. Finalmente, el compromiso político y social es importante para la recuperación de los aprendizajes.

Para la Universidad del Pacífico, fue un honor albergar a la academia de América Latina y el Caribe. Podemos aprender mucho y, lo que es más importante, diseñar políticas públicas eficientes que realmente impacten positivamente en los más vulnerables.




El objetivo de las vacunas contra el covid-19 es evitar muertes

Por: Emer Cooke (EMA)
El Comercio, 26 de Octubre del 2022

La directora de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Emer Cooke, advirtió que el objetivo inicial de las vacunas contra el COVID-19 cuando fueron desarrolladas era “evitar muertes y casos graves”, y no necesariamente reducir contagios, ya que en sí es un objetivo difícil de establecer ante el surgimiento de nuevas variantes.

Cooke dijo que, durante los primeros meses de la pandemia, no se pidió a las farmacéuticas que priorizaran “específicamente el efecto [de las potenciales vacunas] en la transmisión como primer paquete para la autorización”, pero sí se les instó a “considerarlo como parte de las medidas de seguimiento” de las vacunas aprobadas, lo que en términos de efectividad es algo que se aprende una vez que estos preparados se usan en grandes poblaciones.

“Quiero ser clara y recordar dónde estábamos cuando empezamos a buscar qué necesitamos de las vacunas y tratamiento. No teníamos nada, la gente se moría en la calle. Tengo esta imagen en mi mente de camillas y cadáveres en Italia, y cuando pienso en la pandemia, vuelve a mí […] Pedimos a las farmacéuticas que priorizaran la prevención de enfermedades graves y muertes”, dijo.

No obstante, sí se observó un efecto en la reducción de los contagios en las vacunas autorizadas inicialmente, pero las “variantes cambiantes y el aumento de la transmisibilidad” hacen más complicado entender cuál es la situación real, según agregó Cooke durante una audiencia en Bruselas ante la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública.

Cooke recordó que la EMA también inspecciona las instalaciones de las compañías para asegurarse “no solo de que están haciendo lo que dicen que están haciendo, sino también de que tienen todos los registros, que está todo documentado, y que podamos confiar en el procedimiento”. Subrayó la importancia de seguir brindando apoyo a la EMA.




“La cuarta dosis de la vacuna contra el COVID es importantísima”

Entrevista a: Oswaldo Castañeda
Perú21, 19 de Octubre del 2022
Por: Mijail Palacios Yábar

Ha tratado más de 7 mil pacientes con COVID, y con ningún deceso. Representó al Perú en el primer Congreso Mundial de COVID, en Italia. Perú21 entrevistó al doctor Oswaldo Castañeda, especialista en inmunología y reumatología.

¿Un médico se jubila? Oswaldo Castañeda, con 71 años de edad, es médico desde 1978. “Dejaré de ver pacientes cuando termine mi vida”, sentencia el especialista en inmunología y reumatología que ha tratado más de 7 mil pacientes con COVID, y con ningún deceso, que lo llevó a ser uno de los dos peruanos invitados al primer Congreso Mundial de COVID, realizado en Italia, en 2021.

Recuerda y subraya el refrán que dice el diablo sabe más por viejo que por diablo. “Y eso en medicina es importantísimo. Cuanto más viejo, puedes transmitir y ayudar más porque hay más experiencia. El médico no debería retirarse”, reitera el doctor que hasta ahora no ha sufrido COVID. Maestro de la Reumatología Panamericana y Gran Maestro Iberoamericano.

En las paredes de su consultorio tiene colgadas diversas diplomas y certificaciones, pero resalta una en especial. La que dice “Harvard”, donde siguió estudios sobre cómo enseñar. “No solo es trabajar y ver pacientes, es transmitir lo que sabes”, dice el profesor universitario, que a continuación nos dicta cátedra.

-¿Qué sostiene a un profesional de la medicina que batalla con la muerte?

Cuando uno estudia Medicina, es porque quieres ayudar. Ser médico no es solo una profesión, es una responsabilidad. Cuando lo tienes bien metido en tu conciencia y corazón, uno se dedica. Yo sigo entusiasmado en seguir aprendiendo.

-Por duro que sea, ¿la pandemia ha representado el reto esperado por todo médico?

Mi especialidad es inmunología y reumatología. La primera es muy poco extendida entre los médicos, inmunólogos hay muy pocos en el mundo entero. La inmunología es una ciencia que estudia el sistema inmune. En la universidad aprendemos los lineamientos básicos y nada más, y cuando estamos como profesionales, no conocemos ni entendemos la mayor parte de las cosas de la inmunología. Además, las enfermedades reumáticas (lupus, artritis), las más serias, son autoinmunes. Autoinmunidad significa que tu sistema inmune te ataca a ti mismo. Entonces, el conocimiento de la inmunología es muy importante. Cuando empezó la pandemia, en febrero de 2020 ya se hizo una gran difusión sobre la tormenta de citoquinas. Y el COVID es una infección en la que un virus se mete a tu cuerpo y a los pocos días el sistema inmune, en su afán de destruir al virus, se desespera y despliega toda su potencia para destruirlo, pero destruye todo lo que está a su paso. En febrero eso ya se había difundido. Los virus no son seres vivos, son partículas, pero no siendo seres vivos son más inteligentes que los humanos, porque saben que cuando entran a una célula si esta se destruye o se daña, ellos mueren. Los virus cuando entran a la célula bloquean el mecanismo de suicidio que tienen las células y bloquean el mecanismo de la célula que manda un mensaje de alerta hacia el exterior.

-Es un submundo.

Es increíble. Entonces, el virus dentro de la célula y sin dañarla usa los mecanismos que tiene la célula para reproducirse. Hasta ese momento el sistema inmune no se ha dado cuenta. Luego los virus salen de la célula para invadir otras, y ahí es cuando los mecanismos de detección del sistema inmune los detectan, y comienza a desplegar su ataque. Destruye a los virus que están circulando, pero también a las células que tienen a los virus adentro. Cuando es muy grande la cantidad de virus que tiene la persona, hace que el sistema inmune desarrolle un ataque súper agresivo, y eso es lo que lleva a la tormenta de citoquinas. El ataque del sistema inmune es lo que causa la inflamación. Entonces, el entendimiento de que el COVID es un virus que desencadena un cuadro autoinmune es el que permite tratar bien a los pacientes. Lamentablemente, en el mundo entero hubo muchos intereses escondidos y malignos y se dejó de lado lo que tenía que haberse hecho. Se debió enseñar a los médicos lo que te acabo de explicar y cómo tratar la inflamación desde que comienza. Otra cosa fatal fue el absurdo de que “no hay tratamiento”. El médico que dice “no hay tratamiento”, que cuelgue su título y se vaya. Encima, este SARS-CoV-2 es el séptimo virus de una familia de coronavirus que hace años existe. No era un virus de marte, era solo una nueva variante.

-Si ese conocimiento existía, ¿por qué no lo usamos?

Porque en el mundo entero hasta ahora no se ha difundido.

-¿Cómo explicar que el sistema inmune desarrolla sus defensas?

Cuando te infectas y sobrevives, el sistema inmune aprendió a detectar al virus y a eliminarlo. Esa es una defensa. Y cuando te ponen una vacuna, igual: el virus entra, el sistema ataca, aprende y se le queda en la memoria. Y justamente porque el sistema inmune ataca, es que te da molestias una vacuna. Las vacunas no hacen daño, lo que hace daño es la ignorancia. Pero siempre digo que a la gente que no se quiere vacunar no se le puede tildar con adjetivos, hay que explicarle.

-Estamos en la cuarta dosis de las vacunas. ¿Serán necesarias más?

Sí. El virus tiene diferentes partes. Cuantas más partículas tu sistema inmune detecte y aprenda, mayor protección. La cuarta dosis es importantísima, hay que reforzar el entrenamiento del sistema inmune.

-¿Se podría pensar que el mundo empieza a sacudirse del COVID?

En China ha habido un rebrote, en Alemania hay una nueva ola y acá seguimos con contagios, sobre todo en los que tienen dos vacunas o ninguna. Y una sola persona que se muera es una tragedia. Hay que insistir en que la gente se siga cuidando. Y hay que educar a médicos, personal de salud y a la población.

AUTOFICHA:
– “Tengo 71 años. Nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Medicina en la Universidad Cayetano Heredia. Me especialicé en inmunología y reumatología. Uno se dedica a lo que más le interesa y en lo que más puedes ayudar; en mi caso ha sido lupus y ese tipo de enfermedades”.

– “Soy médico desde 1978, son 44 años. He tenido una trayectoria larga de cargos. En el 95 fui presidente de la Sociedad Peruana de Reumatología, luego en el 2017 he sido presidente de la Sociedad Iberoamericana de Osteología y Metabolismo Mineral”.

– “En el 96 fui presidente de la Asociación Centroamericana Caribe y Andina de Reumatología y en 2017 director de la International Federation of Musculoskeletal Research Societes. Fui profesor en Cayetano Heredia desde el año 79. Hoy enseño en la UPC y atiendo en la Clínica Anglo Americana desde 1985″.




Dramático golpe a la calidad educativa

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El NYT acaba de publicar una nota que alerta sobre un impacto muy negativo de la pandemia para los escolares de 9 años en EEUU, como producto del cierre de las escuelas, afirmando que en matemáticas y lectura se han borrado dos décadas de progreso.

“La investigación ha documentado el profundo efecto que tuvo el cierre de escuelas en los estudiantes de bajos ingresos y en los estudiantes afroamericanos e hispanos, en parte porque era más probable que sus escuelas continuaran con el aprendizaje remoto durante períodos más largos”.

“Borró el progreso y exacerbó la desigualdad”.

“Los resultados deberían ser un “grito de guerra” para enfocarse en hacer que los estudiantes vuelvan a encarrilarse, dijo Janice K. Jackson, quien dirigió las Escuelas Públicas de Chicago hasta el año pasado y ahora es miembro de la junta de Chiefs for Change, que representa la educación estatal y la escuela. Llamó al gobierno federal a dar un paso al frente con grandes ideas, invocando el Plan Marshall, la iniciativa estadounidense para ayudar a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial”.

Así de dramático es el problema.

¿Cómo será el daño a nuestros niños en el Perú, donde mantuvimos las escuelas cerradas largamente más allá de lo razonable?

Otro crimen social perpetrado por la terca y grave irresponsabilidad del gobierno de Vizcarra primero, y luego de Sagasti y Castillo.

Desde estas páginas no hacemos un llamado a un ‘Plan Marshall’, pero si a una movilización nacional para reemplazar a todas las autoridades del sector educación, convocando de emergencia, a nuestros mejores recursos humanos, tanto del sector público como privado.

Veamos si los voceros del sector, se avienen a impulsar el llamado a la acción para frenar el daño al futuro de millones de peruanos.

En matemáticas y lectura

La pandemia borró dos décadas de progreso

Los resultados de una prueba nacional mostraron cuán devastadores han sido los últimos dos años para los escolares de 9 años, especialmente para los más vulnerables.

Las disminuciones en los puntajes de las pruebas nacionales abarcaron casi todas las razas y niveles de ingresos y fueron marcadamente peores para los estudiantes con el desempeño más bajo. Crédito: Jim Wilson/The New York Times

NYT
Sarah Mervosh
Reportera nacional del NYT que cubre educación. Anteriormente cubrió la pandemia de coronavirus y las últimas noticias.
1 de septiembre de 2022

Los resultados de las pruebas nacionales publicados el jueves mostraron en términos crudos los efectos devastadores de la pandemia en los escolares estadounidenses, con el rendimiento de los niños de 9 años en matemáticas y lectura cayendo a los niveles de hace dos décadas.

Este año, por primera vez desde que las pruebas de Evaluación Nacional del Progreso Educativo comenzaron a rastrear el rendimiento de los estudiantes en la década de 1970, los niños de 9 años perdieron terreno en matemáticas y las calificaciones en lectura cayeron por el mayor margen en más de 30 años.

Los descensos abarcaron casi todas las razas y niveles de ingresos y fueron marcadamente peores para los estudiantes con el rendimiento más bajo. Mientras que los mejores en el percentil 90 mostraron una caída modesta, tres puntos en matemáticas, los estudiantes en el percentil 10 inferior cayeron 12 puntos en matemáticas, cuatro veces el impacto.

“Me sorprendió el alcance y la magnitud de la disminución”, dijo Peggy G. Carr, comisionada del Centro Nacional de Estadísticas Educativas, la agencia federal que administró el examen a principios de este año. Las pruebas se administraron a una muestra nacional de 14;800 niños de 9 años y se compararon con los resultados de las pruebas realizadas por el mismo grupo de edad a principios de 2020, justo antes de que la pandemia se apoderara de los Estados Unidos.

Los estudiantes de alto y bajo rendimiento divergieron incluso antes de la pandemia, pero ahora, “los estudiantes que están en la parte inferior están cayendo más rápido”, dijo el Dr. Carr.

En matemáticas, los estudiantes negros perdieron 13 puntos, en comparación con cinco puntos entre los estudiantes blancos, ampliando la brecha entre los dos grupos. La investigación ha documentado el profundo efecto que tuvo el cierre de escuelas en los estudiantes de bajos ingresos y en los estudiantes afroamericanos e hispanos, en parte porque era más probable que sus escuelas continuaran con el aprendizaje remoto durante períodos más largos.

Las disminuciones en los puntajes de las pruebas significan que, si bien muchos niños de 9 años pueden demostrar una comprensión parcial de lo que están leyendo, menos pueden inferir los sentimientos de un personaje a partir de lo que han leído. En matemáticas, los estudiantes pueden saber operaciones aritméticas simples, pero menos pueden sumar fracciones con denominadores comunes.

Los contratiempos podrían tener poderosas consecuencias para una generación de niños que deben ir más allá de lo básico en la escuela primaria para prosperar más adelante.

“Los puntajes de los exámenes de los estudiantes, incluso a partir de primero, segundo y tercer grado, son realmente muy predictivos de su éxito más adelante en la escuela y de sus trayectorias educativas en general”, dijo Susanna Loeb, directora del Instituto Annenberg de la Universidad de Brown, que se enfoca en desigualdad educativa.

“La principal razón para preocuparse es el menor rendimiento de los niños con menor rendimiento”, agregó. Estar tan atrasados, dijo, podría conducir a la desconexión en la escuela, lo que haría menos probable que se gradúen de la escuela secundaria o asistan a la universidad.

La Evaluación Nacional del Progreso Educativo se considera un estándar de oro en las pruebas. A diferencia de las pruebas estatales, está estandarizado en todo el país, se ha mantenido constante a lo largo del tiempo y no intenta responsabilizar a las escuelas individuales por los resultados, lo que, según los expertos, lo hace más confiable.

Los resultados de la prueba ofrecieron una instantánea para solo un grupo de edad: niños de 9 años, que generalmente están en tercer o cuarto grado. (Más resultados, para los estudiantes de cuarto y octavo grado, se publicarán a finales de este otoño a nivel de estado por estado).

“Esta es una prueba que puede hablar descaradamente a los líderes federales y estatales de una manera clara sobre cuánto trabajo tenemos que hacer”, dijo Andrew Ho, profesor de educación en Harvard y experto en pruebas educativas que anteriormente se desempeñó en la junta. que supervisa el examen.

Con el tiempo, los puntajes en lectura, y especialmente en matemáticas, generalmente han tenido una tendencia al alza o se han mantenido constantes desde que se administró la prueba por primera vez a principios de la década de 1970. Eso incluyó un período de fuerte progreso desde finales de la década de 1990 hasta mediados de la década de 2000.

Pero durante la última década más o menos, los puntajes de los estudiantes se estabilizaron en lugar de aumentar, mientras que las brechas se ampliaron entre los estudiantes de bajo y alto rendimiento.

Luego vino la pandemia, que cerró escuelas en todo el país casi de la noche a la mañana. Los maestros impartieron lecciones a través de Zoom y los estudiantes se sentaron en casa, luchando por aprender en línea.

En algunas partes del país, la peor de las interrupciones fue de corta duración y las escuelas reabrieron ese otoño. Pero en otras áreas, particularmente en las grandes ciudades con grandes poblaciones de estudiantes de bajos ingresos y estudiantes de color, las escuelas permanecieron cerradas durante muchos meses y algunas no reabrieron por completo hasta el año pasado.

Las pruebas nacionales, dijo el Dr. Ho, cuentan la historia de una “década de progreso”, seguida de una “década de desigualdad” y luego el “shock” de la pandemia, que vino con un doble golpe.

“Borró el progreso y exacerbó la desigualdad”, dijo el Dr. Ho. “Ahora tenemos nuestro trabajo por delante”.

Calculó que perder un punto en el examen nacional se traducía aproximadamente en unas tres semanas de aprendizaje. Eso significa que un estudiante de alto rendimiento que perdió tres puntos en matemáticas podría ponerse al día en tan solo nueve semanas, mientras que un estudiante de bajo rendimiento que perdió 12 puntos necesitaría 36 semanas, o casi nueve meses, para recuperar terreno, y todavía estar significativamente detrás de sus pares más avanzados.

Hay indicios de que los estudiantes, que han regresado por completo a la escuela, han comenzado a aprender a un ritmo normal una vez más, pero los expertos dicen que se necesitará más que un día escolar típico para compensar las brechas creadas por la pandemia.

Los resultados deberían ser un “grito de guerra” para enfocarse en hacer que los estudiantes vuelvan a encarrilarse, dijo Janice K. Jackson, quien dirigió las Escuelas Públicas de Chicago hasta el año pasado y ahora es miembro de la junta de Chiefs for Change, que representa la educación estatal y la escuela. Llamó al gobierno federal a dar un paso al frente con grandes ideas, invocando el Plan Marshall, la iniciativa estadounidense para ayudar a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

“Así de dramático es para mí”, dijo, y agregó que los políticos, los líderes escolares, los sindicatos de maestros y los padres tendrían que dejar de lado los muchos desacuerdos que surgieron durante la pandemia y unirse para ayudar a los estudiantes a recuperarse.

“Se acabaron los argumentos, el tira y afloja y el vitriolo y las acusaciones”, dijo. “Todos deberían tratar esto como la crisis que es”.

Pero las soluciones pueden ser bastante básicas, aunque difíciles de llevar a cabo. Martin West, profesor de la Escuela de Graduados en Educación de Harvard y miembro de la Junta de Gobierno de Evaluación Nacional que supervisa la prueba, dijo que los estudiantes de bajo rendimiento simplemente necesitaban pasar más tiempo aprendiendo, ya sea en forma de tutoría, días de escuela o escuela de verano.

El gobierno federal ha presupuestado $122 mil millones para ayudar a los estudiantes a recuperarse, la mayor inversión individual en las escuelas estadounidenses, y al menos el 20 por ciento de ese dinero debe gastarse en recuperación académica. Sin embargo, algunas escuelas han tenido dificultades para contratar maestros, y mucho menos tutores, y otras pueden necesitar gastar mucho más del 20 por ciento de su dinero para cerrar grandes brechas.

“No veo una bala de plata”, dijo el Dr. West, “más allá de encontrar una manera de aumentar el tiempo de instrucción”. Lampadia




Cuarentenas equivocadas

Cuarentenas equivocadas

Las cuarentenas deben rechazarse de plano como un instrumento de política pandémica.

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Ante la aparición del COVID-19, casi todos los países de la tierra establecieron cuarentenas, paralizando las actividades económicas, las escuelas y los viajes internacionales. Como demuestra el siguiente ‘meta-análisis’ del Global Health, and the Study of Business Enterprise, de Johns Hopkins Institute for Applied Economics, las cuarentenas no solo han sido inútiles para detener la propagación del virus, han causado daños económicos y sociales que superaron largamente los beneficios de las paralizaciones.

El Perú, bajo la conducción del desastroso gobierno de Martín Vizcarra, llevó estas medidas a niveles absurdos y extremos, causando un clamoroso daño en todos los planos de la vida nacional. Tuvimos mucho más muertos por millón que todos los países del mundo; tuvimos una caída de la economía y de los ingresos de la población que también superó las caídas de los demás países; y mantuvimos cerradas las escuelas, más tiempo que ningún otro país (algo que mantuvieron, absurdamente, los gobiernos de Sagasti y Castillo).

Lamentablemente, la pandemia coincidió en el Perú, con algunos de los peores gobiernos de nuestra historia (Vizcarra, Sagasti y Castillo), que privilegiaron enfoques ideológicos antes que el cuidado del bienestar de la población.

Ver en Lampadia:

Perú encabeza exceso de muertes por millón — El desastre de Vizcarra

Perú entre los peores países frente al covid 19 — The New York Times

La última línea no miente — Impacto económico de la cuarentena

Hoy compartimos el estudio indicado para que los ciudadanos tomemos nota de las implicancias de las cuarentenas y no permitamos que se vuelvan a aplicar tan alegremente. Veamos el estudio:

Una revisión de la literatura y un meta-análisis de los efectos de los confinamientos en la mortalidad por COVID-19

Por Jonas Herby, Lars Jonung y Steve H. Hanke
Johns Hopkins Institute for Applied Economics,
Global Health, and the Study of Business Enterprise
Enero, 2022
JEL Classification: I18; I38; D19
Glosado por Lampadia

Palabras Clave: COVID-19, confinamientos, NPI (intervenciones no-farmacéuticas), mortalidad, revisión sistemática, meta-análisis.

 

Resumen

Esta revisión sistemática y meta-análisis están diseñados para determinar si existe evidencia empírica que respalde la creencia de que los “bloqueos o confinamientos” reducen la mortalidad por COVID-19.

Los confinamientos se definen como la imposición de al menos una intervención no farmacéutica (NPI) obligatoria. Las NPI son cualquier mandato gubernamental que restringe directamente las posibilidades de las personas, como las políticas que limitan el movimiento interno, cierran escuelas y negocios y prohíben los viajes internacionales.

Este estudio empleó un procedimiento sistemático de búsqueda y cribado en el que se identificaron 18,590 estudios que potencialmente podrían abordar la creencia planteada. Después de tres niveles de selección, 34 estudios finalmente calificaron. De esos 34 estudios elegibles, 24 calificaron para su inclusión en el meta-análisis. Se separaron en tres grupos: estudios de índice de rigor de bloqueo, estudios de orden de refugio en el lugar (SIPO) y estudios específicos de NPI. Un análisis de cada uno de estos tres grupos respalda la conclusión de que los bloqueos han tenido poco o ningún efecto sobre la mortalidad por COVID-19. Más específicamente, los estudios del índice de rigurosidad encuentran que los bloqueos en Europa y los Estados Unidos solo redujeron la mortalidad por COVID-19 en un 0.2% en promedio. Los SIPO también fueron ineficaces, ya que solo redujeron la mortalidad por COVID-19 en un 2.9% en promedio. Los estudios específicos del NPI tampoco encuentran evidencia amplia de efectos notables en la mortalidad por COVID-19.

Si bien este meta-análisis concluye que los bloqueos han tenido poco o ningún efecto en la salud pública, han impuesto enormes costos económicos y sociales donde se han adoptado. En consecuencia, las políticas de confinamiento están mal fundamentadas y deben rechazarse como un instrumento de política pandémica.

Introducción

La reacción política global a la pandemia de COVID-19 es evidente. Las intervenciones no farmacéuticas (NPI, por sus siglas en inglés) obligatorias, comúnmente conocidas como “cierres o confinamientos” (políticas que restringen el movimiento interno, cierran escuelas y negocios y prohíben los viajes internacionales) se han impuesto de una forma u otra en casi todos los países.

Las primeras NPI se implementaron en China. A partir de ahí, la pandemia y las NPI se propagaron primero a Italia y luego a prácticamente todos los demás países, véase la Figura 1. De los 186 países cubiertos por el Rastreador de Respuesta Gubernamental COVID-19 de Oxford (OxCGRT), solo Comoras, un país insular en el Océano Índico, no impuso al menos un NPI antes de finales de marzo de 2020.

Comentario: La figura muestra la proporción de países en los que el índice de rigurosidad OxCGRT en una fecha determinada superó el índice 65, 70 y 75 respectivamente. Solo se incluyen los países con más de un millón de ciudadanos (153 países en total). El índice de rigor OxCGRT registra el rigor de las políticas de NPI que restringen el comportamiento de las personas. Se calcula utilizando todos los indicadores ordinales de política de contención y cierre (es decir, el grado de cierre de escuelas y negocios, etc.), más un indicador que registra campañas de información pública.

Fuente: Our World in Data

(…)

Observaciones finales

Los expertos en salud pública y los políticos, según los pronósticos de estudios epidemiológicos como el del Imperial College London (Ferguson et al. (2020), han adoptado los cierres obligatorios como un método efectivo para detener la pandemia. Pero, ¿han sido efectivas estas políticas de cierre en ¿Cómo frenar la mortalidad por COVID-19? Esta es la pregunta principal que responde nuestro meta-análisis.

Al adoptar una búsqueda sistemática y una evaluación basada en títulos, identificamos 1,048 estudios publicados hasta el 1 de julio de 2020, que potencialmente analizan el efecto de los bloqueos en las tasas de mortalidad. Para responder a nuestra pregunta, nos enfocamos en estudios que examinan el impacto real de los bloqueos en las tasas de mortalidad de COVID-19 en función de los datos de mortalidad transversal registrados y un enfoque de diferencia en diferencia contrafactual. De los 1,048 estudios, 34 cumplieron con los criterios de elegibilidad.

Conclusiones

En general, nuestro meta-análisis no logra confirmar que los bloqueos hayan tenido un efecto grande y significativo en las tasas de mortalidad. Los estudios que examinan la relación entre el rigor del confinamiento (basado en el índice de rigor OxCGRT) encuentran que el confinamiento promedio en Europa y Estados Unidos solo redujo la mortalidad por COVID-19 en un 0.2 % en comparación con una política de COVID-19 basada únicamente en recomendaciones. Las órdenes de refugio en el lugar (SIPO, por sus siglas en inglés) tampoco fueron efectivas. Solo redujeron la mortalidad por COVID-19 en un 2.9%.

Los estudios que analizan NPI específicos (bloqueo versus no bloqueo, máscaras faciales, cierre de negocios no esenciales, cierre de fronteras, cierre de escuelas y limitación de reuniones) tampoco encuentran evidencia amplia de efectos notables en la mortalidad de COVID-19.

  • Sin embargo, el cierre de negocios no esenciales parece haber tenido algún efecto (reduciendo la mortalidad por COVID-19 en un 10.6%), lo que probablemente esté relacionado con el cierre de bares.
  • Además, las máscaras pueden reducir la mortalidad por COVID-19, pero solo hay un estudio que examina los mandatos universales de máscaras.
  • El efecto del cierre de fronteras, el cierre de escuelas y la limitación de reuniones en la mortalidad por COVID-19 arroja estimaciones ponderadas de precisión de -0.1 %, -4.4 % y 1.6 %, respectivamente.
  • Los bloqueos (en comparación con ningún bloqueo) tampoco reducen la mortalidad por COVID-19.

Discusión

En general, concluimos que los bloqueos no son una forma efectiva de reducir las tasas de mortalidad durante una pandemia, al menos no durante la primera ola de la pandemia de COVID-19. Nuestros resultados están en línea con el Grupo de Redacción de la Organización Mundial de la Salud (2006), quien afirma: “Los informes de la pandemia de influenza de 1918 indican que las medidas de distanciamiento social no detuvieron o parecieron reducir drásticamente la transmisión […] En Edmonton, Canadá, el aislamiento y se instituyó la cuarentena; se prohibieron las reuniones públicas; se cerraron escuelas, iglesias, colegios, teatros y otros lugares de reunión pública; y el horario comercial se restringió sin un impacto evidente en la epidemia”. Nuestros hallazgos también están en línea con la conclusión de Allen (2021): “La investigación más reciente ha demostrado que los bloqueos han tenido, en el mejor de los casos, un efecto marginal en la cantidad de muertes por Covid19”. Poeschl y Larsen (2021) concluyen que “las intervenciones son generalmente efectivas para mitigar la propagación de COVID-19”. Sin embargo, 9 de los 43 (21 %) resultados que revisaron encontraron una “asociación incierta o nula” entre los cierres y la propagación de la COVID-19, lo que sugiere que la evidencia de ese propio estudio contradice su conclusión.

Los hallazgos contenidos en Johanna et al. (2020) contrastan con los nuestros. Concluyen que “para el confinamiento, diez estudios mostraron consistentemente que redujo con éxito la incidencia, la transmisión posterior y la tasa de mortalidad de COVID-19”. El conductor de la diferencia es triple. En primer lugar, Johanna et al. incluyen estudios de modelado (10 de un total de 14 estudios), que hemos excluido explícitamente. En segundo lugar, incluyeron estudios de series de tiempo interrumpido (3 de 14 estudios), que también excluimos. En tercer lugar, el único estudio que utiliza un enfoque de diferencias en diferencias (como lo hemos hecho nosotros) se basa en datos recopilados antes del 1 de mayo de 2020. Debemos mencionar que nuestros resultados indican que los primeros estudios encuentran efectos relativamente mayores en comparación con estudios posteriores.

Nuestra conclusión principal invita a discutir algunos temas. Nuestra revisión no señala por qué los bloqueos no tuvieron el efecto prometido por los modelos epidemiológicos del Imperial College London (Ferguson et al. (2020). Proponemos cuatro factores que podrían explicar la diferencia entre nuestra conclusión y la visión adoptada por algunos epidemiólogos.

En primer lugar, la gente responde a los peligros fuera de su puerta. Cuando se desata una pandemia, la gente cree en el distanciamiento social independientemente de lo que ordene el gobierno. Entonces, creemos que Allen (2021) tiene razón cuando concluye: “La ineficacia [de los confinamientos] provino de cambios individuales en el comportamiento: ya sea incumplimiento o comportamiento que imitaba los confinamientos”. En términos económicos, se puede decir que la demanda de costosos esfuerzos de prevención de enfermedades, como el distanciamiento social y un mayor enfoque en la higiene, es alta cuando las tasas de infección son altas. Por el contrario, cuando las tasas de infección son bajas, la demanda es baja e incluso puede ser moral y económicamente racional no cumplir con mandatos como los SIPO, que son difíciles de hacer cumplir. Herby (2021) revisa estudios que distinguen entre cambios de comportamiento obligatorios y voluntarios. Encuentra que, en promedio, los cambios de comportamiento voluntarios son 10 veces más importantes que los cambios de comportamiento obligatorios en la lucha contra el COVID-19. Si las personas ajustan voluntariamente su comportamiento al riesgo de la pandemia, el cierre de negocios no esenciales puede simplemente reasignar las visitas de los consumidores de los negocios “no esenciales” a los “esenciales”, como lo muestran Goolsbee y Syverson (2021), con un impacto limitado en el número total de contactos. Esto también puede explicar por qué las simulaciones de modelos epidemiológicos como Ferguson et al. (2020), que no modelan el comportamiento de manera endógena, no logran pronosticar el efecto de los bloqueos.

En segundo lugar, los mandatos solo regulan una fracción de nuestros posibles contactos contagiosos y difícilmente pueden regular o hacer cumplir el lavado de manos, la etiqueta al toser, el distanciamiento en los supermercados, etc. Países como Dinamarca, Finlandia y Noruega que tuvieron éxito en mantener las tasas de mortalidad de COVID-19 relativamente bajas personas para ir a trabajar, usar el transporte público y reunirse en privado en casa durante el primer confinamiento. En estos países, hubo amplias oportunidades para reunirse legalmente con otros. En términos económicos, los confinamientos son sustitutos, no complementos, de cambios de comportamiento voluntarios.

En tercer lugar, incluso si los bloqueos tienen éxito en la reducción inicial de la propagación de COVID-19, la respuesta conductual puede contrarrestar el efecto por completo, ya que las personas responden al menor riesgo cambiando el comportamiento. Como señala Atkeson (2021), la intuición económica es sencilla. Si el cierre de bares y restaurantes hace que la prevalencia de la enfermedad caiga a cero, la demanda de costosos esfuerzos de prevención de enfermedades como el distanciamiento social y un mayor enfoque en la higiene también cae a cero, y la enfermedad regresará.

En cuarto lugar, las consecuencias no deseadas pueden desempeñar un papel más importante de lo reconocido. Ya señalamos la posible consecuencia no deseada de los SIPO, que pueden aislar a una persona infectada en el hogar con su familia, donde corre el riesgo de infectar a los miembros de la familia con una carga viral más alta, causando una enfermedad más grave. Pero a menudo, los cierres han limitado el acceso de las personas a lugares seguros (al aire libre) como playas, parques y zoológicos, o han incluido mandatos de uso de máscaras al aire libre o restricciones estrictas de reunión al aire libre, lo que empuja a las personas a reunirse en lugares menos seguros (interiores). De hecho, encontramos alguna evidencia de que limitar las reuniones fue contraproducente y aumentó la mortalidad por COVID-19. Una objeción a nuestras conclusiones puede ser que no consideramos el papel del tiempo. Si el tiempo es muy importante, las diferencias en el tiempo pueden anular empíricamente cualquier diferencia en los bloqueos. Hacemos notar que esta objeción no está necesariamente en contraste con nuestros resultados. Si el tiempo es muy importante en relación con el rigor, esto sugiere que los bloqueos oportunos, pero muy leves, deberían funcionar tan bien o mejor que los bloqueos menos oportunos pero estrictos. Esto no contrasta con nuestra conclusión, ya que los estudios que revisamos analizan el efecto de los bloqueos en comparación con hacer muy poco. Sin embargo, hay poca evidencia sólida que respalde la tesis del tiempo, porque es intrínsecamente difícil de analizar. Además, incluso si se puede afirmar empíricamente que un bloqueo oportuno es efectivo para combatir una pandemia, es dudoso que esta información alguna vez sea útil desde una perspectiva política. Pero, ¿qué explica las diferencias entre países, si no las diferencias en las políticas de confinamiento? Las diferencias en la edad y salud de la población, la calidad del sector de la salud y similares son factores obvios. Pero varios estudios apuntan a factores menos obvios, como la cultura, la comunicación y las coincidencias. Por ejemplo,

  • Frey et al. (2020) muestran que, con el mismo rigor político, los países con rasgos culturales más obedientes y colectivistas experimentaron mayores disminuciones en la movilidad geográfica en relación con su contraparte más individualista.
  • Los datos de Alemania Laliotis y Minos (2020) muestran que la propagación de COVID-19 y las muertes resultantes en regiones predominantemente católicas con lazos sociales y familiares más fuertes fueron mucho más altas en comparación con las no católicas en el nivel NUTS 3 local.
  • La comunicación gubernamental también puede haber jugado un papel importante. En comparación con sus vecinos escandinavos, la comunicación de las autoridades sanitarias suecas fue mucho más moderada y adoptó la idea de las compensaciones entre la salud pública y la economía. Esto puede explicar por qué Helsingen et al, (2020), encontraron, según los datos del cuestionario recopilados desde mediados de marzo hasta mediados de abril de 2020, que aunque la tasa de mortalidad diaria de COVID-19 era más de cuatro veces mayor en Suecia que en Noruega, los suecos tenían menos probabilidades que los noruegos no reunirse con amigos (55 % frente a 87 %), evitar el transporte público (72 % frente a 82 %) y quedarse en casa durante el tiempo libre (71 % frente a 87 %). Es decir, a pesar de una pandemia más severa, los suecos se vieron menos afectados en sus actividades diarias (legales en ambos países) que los noruegos.

Muchos otros factores pueden ser relevantes y no debemos subestimar la importancia de las coincidencias.

Nuestro estudio no logra demostrar efectos positivos significativos de los cambios de comportamiento obligatorios (bloqueos). Esto debería llamar nuestra atención sobre el papel de los cambios de comportamiento voluntarios. Aquí, se necesita más investigación para determinar cómo se pueden apoyar los cambios de comportamiento voluntarios. Pero debe quedar claro que una función importante de las autoridades gubernamentales es brindar información para que los ciudadanos puedan responder voluntariamente a la pandemia de una manera que mitigue su exposición.

Finalmente, permítanos ampliar nuestra perspectiva después de presentar nuestro meta-análisis que se centra en la siguiente pregunta: “¿Qué nos dice la evidencia sobre los efectos de los confinamientos en la mortalidad?”

Brindamos una respuesta firme a esta pregunta: la evidencia no confirma que los bloqueos tengan un efecto significativo en la reducción de la mortalidad por COVID-19. El efecto es poco o nada.

El uso de bloqueos es una característica única de la pandemia de COVID-19. Los bloqueos no se han utilizado en gran medida durante ninguna de las pandemias del siglo pasado. Sin embargo, los bloqueos durante la fase inicial de la pandemia de COVID-19 han tenido efectos devastadores. Han contribuido a reducir la actividad económica, aumentar el desempleo, reducir la escolarización, provocar disturbios políticos, contribuir a la violencia doméstica y socavar la democracia liberal.

Estos costos para la sociedad deben compararse con los beneficios de los bloqueos, que nuestro meta-análisis ha demostrado que son marginales en el mejor de los casos. Tal cálculo estándar de costo-beneficio lleva a una conclusión sólida: las cuarentenas deben rechazarse de plano como un instrumento de política pandémica.

Ver en Lampadia:

Una revisión de la literatura y un meta-análisis de los efectos de los confinamientos en la mortalidad por COVID-19




PRELUDIO DE MAS OLAS O EL INICIO DE LAS POST PANDEMIA

PRELUDIO DE MAS OLAS O EL INICIO DE LAS POST PANDEMIA

Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Miembro Fundador Comando Vacuna
Para
Lampadia

No quisiera con este título estimado lector generar la sensación de que pudiéramos dejar de lado o ser menos estrictos en el respeto de los protocolos y de medidas que con mucha sabiduría han sido recomendadas por los expertos en salud pública para los picos de la Pandemia y en las etapas del desasosiego, al ver como este invisible enemigo amenazaba nuestras vidas y se llevará consigo a tantas personas muy queridas de nuestro entorno familiar, amical y laboral, que aún hubieran tenido muchos años de vida por delante. Tampoco por cierto generar decepción para quienes pensaron erróneamente y con gran entusiasmo que con la vacuna el COVID 19 el virus iba a ser erradicado en corto tiempo luego de la primera vacunación con las dos dosis iniciales. Ni lo uno ni lo otro.

Esta es sin duda una gran batalla entre el virus y la humanidad, que a través de la Ciencia luchamos sin descanso para derrotarla. La principal arma es sin duda la vacuna para prevenirla y los medicamentos, que ya empiezan a aparecer, para controlarla cuando invada el cuerpo de los contagiados. El arma del virus son las variantes y eventuales nuevas cepas para mantenerse vigente que ellas mismas autogeneran desde los laboratorios ambulantes que son principalmente quienes se resisten a vacunarse y que todavía son un número muy considerable. Merced a ello ya han aparecido a lo largo del tiempo muchas variantes de cuidado, desde la inicial denominada Alfa hasta la más reciente Omicron. Las iniciales no han variado demasiado en sus características, ni en el grado de severidad, letalidad y velocidad de contagio, lo cual ha hecho que las vacunas, particularmente aquellas de las plataformas de mayor avanzada como las ARNm, mantuvieran un muy alto nivel de protección, salvo el caso de la variante Delta que si fue de mayor preocupación por su agresividad. 

La evolución de las cifras de infectados demostraron que las vacunas fueron bastante mas efectivas de lo que inicialmente se esperaba y las cifras en todos los países que las aplicaron con mucha intensidad inicialmente fueron realmente impresionantes, al punto que en muchos de ellos hubo un relajo muy notorio respecto de las medidas de protección sanitarias y ello aunado a la cantidad de personas que aun no se vacunaba, hizo renacer la alta cantidad de infectados y con ello las llamadas segunda y tercera ola, llegándose a pensar que probablemente se iban a tener varias olas mas. 

Los fabricantes de vacunas, que nunca afirmaron que las vacunas duraran por siempre, ya recomendaron tomar una tercera dosis adicional, en periodos inicialmente de 6 meses, que luego algunos comenzaron a bajar hacia 5 y 3 meses respectivamente. Las estadísticas de infectados; hospitalizados; pacientes en UCI y fallecidos mostraban mas allá de cantidades de vacunados, que estas cifras concentran mayormente a pacientes no vacunados o con vacunación incompleta en altas proporciones y muy menor las cantidades de infectados con vacunación completa, quienes por lo general si contraían la enfermedad, lo hacían con cuadros leves.

OMICRON ES UN “GAME CHANGER”

Lo antes expresado, que era casi un común denominador para todas las variantes, ha sido posteriormente modificado de manera muy importante por esta variante OMICRON. Se originó en el sur de África, que es el continente que registra las más bajas cifras porcentuales de vacunación y causó mucho terror por la velocidad de diseminación en todos los países, porque tenía una estructura molecular con mayores diferencias respecto de las anteriores. Los primeros estudios de laboratorio indicaron que prácticamente todas las vacunas disminuían sustancialmente sus anticuerpos neutralizantes respecto de esta variante incluyendo también las de diseño más avanzado de plataforma ARNm, aunque en estas volvían a crecer de manera importante, aunque sin llegar a las mismas cifras anteriores, con una tercera dosis de refuerzo.

Ahora bien, dentro de ello la buena noticia es que siendo tan agresiva en lo que se refiere al contagio, felizmente no parece serlo en lo relativo a desarrollar infección severa en la población vacunada, particularmente en población menor a 50 años sin comorbilidades notables. Si bien es cierto para población mayor de 75 años vacunada contra el COVID 19 sin Omicron el riesgo de fallecimiento entre los infectados era de 1 cada 220, los estudios realizados hasta el momento para Omicron demuestran que causa una enfermedad menor en intensidad que la de versiones anteriores del virus. La preocupación entonces que se muestra en el crecimiento de infectados es que por la rapidez y facilidad de infectar a las personas, muchas de ellas que no contrajeron el COVID 19 con variantes anteriores, ahora si pueden resultar infectadas y por consiguiente desarrollar una necesidad de servicios de atención hospitalaria superiores a las de versiones anteriores. Eso es lo que hay que evitar y por consiguiente se debe realizar ya una verdadera e intensiva campaña para aumentar las cifras de vacunación en la población mundial, aun cuando se tomen medidas que resulten ingratas para quienes no desean ser vacunados. 

MENSAJE PARA LOS PRINCIPALES FABRICANTES DE VACUNAS:

OMICRON puede ser un indicativo adicional muy importante en el sentido de que aunque tengamos una variante de más rápido contagio, pero de mucho menor letalidad, estemos el comienzo del final del túnel y que las nuevas variantes se asemejen en comportamiento más a las de la influenza y por consiguiente ya nos quedemos en un campo de batalla más transitado y que ya conocemos. 

Para ello necesitamos que pongan en funcionamiento la gran ventaja que tenemos con esta nueva plataforma desarrollada en humanos para esta enfermedad y que es la plataforma ARNm, que puedes producir vacunas con mensaje genético incorporado muy flexibles para un fin determinado y con mayor rapidez de fabricación que las de las otras plataformas. Para esta etapa que se le puede denominar “post pandemia” lo que necesitamos no son más vacunas de lo mismo como refuerzos denominados “booster”, sino que en lugar de ello nos ofrezcan de manera muy pronta vacunas que dentro de su mensaje genético incorporen las variantes más predominantes, en suma muy similar a lo que  se hace con las vacunas de influenza que conjuga anualmente las principales cepas de los hemisferios norte y sur respectivamente y nos dan una versión mejorada cada año antes del invierno. Si eso se realiza todos los años con la plataforma de vector viral, con mucha más razón se puede hacer y más rápido con la plataforma del ARNm, ya que ello es una de las características más importantes que esta plataforma nos ofrece. De esta manera no solo estaremos mejor protegidos, sino que hará posible el que cada vez podamos recuperar los más altos valores de eficiencia que ya fueron logrados con sus primeras vacunas para el virus COVID 19 original. Lampadia

 



El presente virtual

El presente virtual

Mientras todo sucede
Milagros Leiva
Para Lampadia

Acabo de asistir a la graduación de mi sobrino Francesco vía YouTube en vivo. Las autoridades de Toronto daban la bienvenida a todos los alumnos que terminaron sus maestrías y que estaban enlazados a través de la plataforma mientras hablaban en un auditorio cuyos asientos vacíos nos hablaban de la espantosa situación que vivimos por culpa del Covid-19. Ese mismo día también acababa de exponer en un webinar y veía con sorpresa como en el mismo momento 2,500 participantes me escuchaban que hay que creer para crecer. La pandemia nos ha quitado la posibilidad de celebrar en grupo, de conectar nuestras energías en persona, pero la virtualidad nos ha devuelto a todos la enorme oportunidad de seguir creciendo y creyendo en nuestros sueños al margen incluso de los encierros.

No sé qué pasará en los siguientes meses con tantos alumnos que han perdido aprendizaje efectivo por no poder regresar a las aulas. ¿Cómo procesarán los nuevos conceptos sin hacer prácticas guiadas y sin poder intercambiar en persona las dudas y las interrogantes que surgen cuando algo nos sorprende? No lo sé. Creo que hemos perdido mucho en todo este tiempo. Yo creo en el contacto personal, en el apoyo de las miradas. En el festejo físico. ¿Volveremos a ser los mismos?

Sí me queda claro que nada podrá reemplazar un encuentro en vivo y en directo, pero tampoco hay que tener miedo de tomar los riesgos que la virtualidad nos impone. Ser flexibles a los cambios es una de las principales lecciones de este presente. Las reuniones de trabajo vía zoom, por ejemplo, han hecho más efectivo el manejo del tiempo; el trabajo a distancia ha demostrado que muchas cosas se podían hacer sin necesidad de requerir la presencia para echar a andar un proyecto.

Pero es en el campo de la salud donde las cosas se tornan más dramáticas y es en el adiós donde un FaceTime jamás podrá reemplazar el efecto de un abrazo. Durante esta pandemia he vivido uno de los episodios más dolorosos de mi vida. Mi hermana menor murió víctima del Covid-19 y no pude ir a su entierro. Prohibidos los peruanos de ingresar a Europa, tuve que usar las plataformas virtuales para despedirla por última vez. Confieso que sentí impotencia. Habría dado todo lo que tengo por abrazarla, besarla y despedirme. Me habría consolado más sujetando las manos de mis sobrinos, sus hijos. Pero nada pudo ser salvo ver su entierro a través de una pantalla. Muy pronto viajaré a Alemania para visitar su tumba, para rezarle en persona, para decirle cuánto la extraño, para abrazar a mis sobrinos, para recorrer sus calles, sus parques, sus objetos, sus recuerdos más íntimos en persona. Será un viaje duro, pero necesario. Puedes decirle a una persona cuánto lo sientes a través de una llamada o de un mensaje de texto, pero ni una sola palabra tiene el efecto de un abrazo presente en cuerpo y alma. Las palabras sobran cuando dos personas se funden en un abrazo, cuando las miradas se encuentran. Cuando dos almas enlazan sus energías no hay virtualidad que valga. Eso lo sé. Lampadia




El empleo vuelve a caer luego de recuperarse parcialmente

El empleo vuelve a caer luego de recuperarse parcialmente

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La situación del empleo y los ingresos ha empezado a desmejorar nuevamente desde que empezara a mejorar como consecuencia del rebote luego de la pandemia. Lo que estamos viendo en el último trimestre móvil es que la población adecuadamente empleada, que venía recuperándose, ha vuelto a caer comparando con el mismo trimestre del 2019. Lo podemos ver en el cuadro siguiente: 

Al mismo tiempo, la población subempleada se ha vuelto a incrementar, de 23.9% a 29.8%. Los subempleados son los que ganan menos que el salario mínimo o trabajan menos que 8 horas. Y, correspondientemente, el ingreso promedio ha vuelto a retroceder.  

Por eso es que la proporción del empleo informal no cede y ha llegado al 78.2%, un porcentaje altísimo, como podemos ver en el siguiente gráfico:

 

Pero lo que hay que notar es que esto ocurre al mismo tiempo que la economía ya ha rebotado por encima de los niveles del 2019. Es decir, la economía se ha recuperado, pero el empleo adecuado y formal no se recupera. Y la razón es la misma por la que tenemos una proporción de informalidad laboral por lo menos 20 puntos más alta de lo que deberíamos considerando nuestro nivel de desarrollo: el altísimo costo de la formalidad, una legislación que impone unas cargas que solo la gran empresa puede soportar.

Puede sonar iluso plantear este tema en un gobierno como este, cuya Agenda 19 no hace sino agravar la exclusión del pueblo informal. Pero ha convocado al Consejo Nacional del Trabajo. Ese espacio podría cumplir un papel revolucionario en favor del empleo y de la inclusión del pueblo emergente si se diera un diálogo sincero y honesto en el que participen representantes no solo de las empresas grandes sino de las mypes, que requieren a gritos una normatividad laboral posibilitante. La ministra de Trabajo, Betssy Chávez pasaría a la historia si se llevara a trabajadores y empresarios a un retiro de modo que no salgan hasta que no hayan llegado a un acuerdo. Pero eso es soñar. Lampadia




El silencio de los inocentes

El silencio de los inocentes

Mientras todo sucede
Milagros Leiva
Para Lampadia

Pronto serán dos años y siguen sin ir a la escuela. De hecho, ya se cumplieron 600 días, pero de eso ningún poderoso quiere hablar. Ni siquiera el presidente que dice tener palabra de maestro. ¿Es justo que los pequeños de la casa estén encerrados sin poder ir a la escuela porque al ministro Gallardo, sí, al poderoso de Educación le interesa más el aspecto sindical de su sector que declarar prioridad uno abrir las escuelas? Dirán los ayayeros de turno que estoy mintiendo, que algunos colegios ya comenzaron con la asistencia por horas y que por algo se comienza. Migajas. Migajas oficiales para contener el lamento y la indignación de los padres frente a un camino sin retorno. 

El especialista en Educación Paul Neira ya lo dijo. No se podrán recuperar los dos años perdidos, los chicos no están aprendiendo ni siquiera el 50% de lo previsto frente a la virtualidad, pero hoy mejor se habla de nombrar a los maestros contratados renunciando a la evaluación continua en lugar de curar la herida. Somos conscientes de que lo ocurrido es una herida abierta y sangrante, ¿verdad? Nadie (ni siquiera usted con sus más infinitos temores) podrá justificar ante los menores de edad que fue la desidia del Estado lo que impidió el retorno. Estamos en la cola, pero no importa. Tenemos a un ministro de Educación que más despacha con su hija, pero eso tampoco importa. El daño es irreversible porque el tiempo ya se perdió.

  • ¿Se han dado cuenta de que se ha normalizado no ver a los niños con sus mochilas y loncheras en las calles? 

  • ¿Se han dado cuenta como los pocos parques que existen en el Perú se han convertido en academias donde los chicos estudian lo que pueden?

No vemos a los pequeños uniformados, pero sabemos que están en sus casas. Están encerrados, entre cuatro paredes, estudiando frente a una pantalla que no termina de reemplazar la enorme experiencia del aula. Encerrados en espacios pequeños, sin jugar con los amigos, sin hacer deporte, sin levantar la mano y aprender incluso a ruborizarse delante de los demás. En la mayoría de casos sin supervisión porque sus padres trabajan. 

Seamos sinceros. ¿No es acaso un abuso y una vulneración absoluta a sus derechos todo lo que está sucediendo? Los niños no cierran carreteras, no votan, no paralizan una ciudad. Por eso estamos abusando.

Basta de subestimarlos. Basta de pensar que como son menores se contagiarán en el recreo. Los chicos saben usar las mascarillas y saben cuidarse. Solo hagan un ejercicio. Pregunten a sus hijos o sobrinos: ¿prefieres ponerte la mascarilla, lavarte siempre las manos y guardar distancia o mejor sigues en la casa sin ir a la escuela como estos casi dos años? La respuesta la estoy imaginando y usted también. Unámonos por ellos, levantemos la voz por los menores de edad. Es hora de que regresen al colegio, pero el retorno es para ayer, no para el 2022 como la mediocridad del Minedu lo anuncia sin espantarse.

La prioridad son los alumnos, no la cuota de poder en el magisterio. De nosotros depende convertir el silencio de los inocentes en un grito de absoluta defensa del derecho a la Educación.  Lampadia




Coronavirus y megasismo: el enemigo intermedio y el enorme enemigo

Coronavirus y megasismo: el enemigo intermedio y el enorme enemigo

¿CÓMO LOS CONTROLAMOS?
Dr. Ing. Raúl Delgado Sayán
Para Lampadia

Cuando en el año 2015 Bill Gates predijo, en pleno brote del Ebola, que la próxima catástrofe mundial sería una pandemia en la cual el virus haría que una persona se sienta inicialmente bien como para subirse en un avión o en cualquier medio de transporte o ir al supermercado, ello haría que fácilmente se extienda por todo el mundo, de una manera muy rápida y por tanto cause un enorme perjuicio a la humanidad. Nadie le creyó y cinco años después ello ocurrió sin que la humanidad estuviera preparada para afrontarla.

Al momento de escribir este artículo, cuando la pandemia del COVID 19 aún no está controlada a nivel mundial, las estadísticas revelan que ya se han producido unos 250 millones de casos detectados, que han causado 5 millones de fallecimientos, según cifras oficiales, lo cual implica a nivel global una letalidad del 2%.  El Perú tiene 2.2 millones de casos oficiales con un total de fallecimientos cercano a los 200,000; lo cual significa una letalidad del 11% [fallecidos entre casos] considerada lamentablemente como la más alta a nivel mundial.

Aun cuando este enemigo invisible se presentó súbitamente, la comunidad científica internacional se unió en esta lucha global realizando todos los esfuerzos posibles y desarrollando nuevas tecnologías a través de las vacunas para hacerle frente y mantenerlo controlado, así como a través de nuevas plataformas biológicas estar mucho mejor preparados para prevenir y actuar en futuros casos similares.

Ya en el caso específico del Perú, motiva el presente artículo hacer llegar la enorme preocupación por otro enemigo invisible, mucho más letal que el COVID 19, al cual estamos definitivamente expuestos y que  tanto la ciencia y tecnología mundial como la del Perú nos han alertado sobre el riesgo extremo en que nos encontramos y que implica un inevitable megasismo y tsunami que repita lo ocurrido el 18.10.1746, hace 275 años, y que según el Instituto Geofísico del Perú, con el respaldo de otras instituciones, ha expresado que sería de cuando menos un sismo magnitud 8.8 Mw a 35 Kms de profundidad y que liberará una energía aproximadamente de cuando menos 239 millones de toneladas de dinamita (TNT) y/o 16,000 bombas atómicas de Hiroshima.

Los daños ocurridos por un fenómeno natural de esta magnitud sobre: la vida, propiedades materiales y servicios básicos de la ciudad tienen que ver directamente con 5 factores:

  1. Magnitud de energía liberada (Mw)
  2. Profundidad desde donde se produce la liberación de energía (hipocentro)
  3. Duración del sismo
  4. Características de los suelos
  5. Número de réplicas asociados al sismo principal y que ocurrirán de inmediato como consecuencia de la liberación de esta energía en una zona de aproximadamente 450km de longitud.

El megasismo ocurrirá en la costa de Lima y Callao y de allí se irradiará hacia las demás localidades del país: Norte, Sur y Centro principalmente.

Comparando los daños que pudieran ocurrir como consecuencia de ambos eventos, para comprender la magnitud de ello y como golpeará directamente al Perú, es menester mencionar que, con la ocurrencia de este sismo, con o sin tsunami asociado a él, tendríamos en apenas 2 minutos de manera instantánea y según estimados oficiales, toda la cantidad de fallecidos que hemos tenido en un año y 7 meses de COVID 19.  Sí, el Coronavirus nos mostró la enorme debilidad en el sistema sanitario del país, imaginémonos la tragedia que implicaría el atender 2 millones de heridos de inmediato con un sistema sanitario deficiente e incluso reducido a más de la mitad por colapsos estructurales y de equipamiento de los principales centros hospitalarios.

Siendo Lima la ciudad No. 34 en población mundial y 23 en densidad poblacional, a lo cual se le agrega la gran informalidad en construcción de viviendas en zonas de alta vulnerabilidad, es también lógico imaginarnos la inmensa destrucción que ocurrirá en toda nuestra ciudad de 109 Kms de longitud de área urbana y semiurbana desde Ancón a Pucusana.

En cuanto a pérdidas materiales y económicas, debemos considerara que el Coronavirus ocasionó en el 2020 una caída muy fuerte del PBI  superior al 11% y la pérdida de más de 3 millones de puestos de trabajo que aún no se recuperan, pero sin embargo no la destruyó en la capacidad de producción y en proporcionar servicios básicos a la ciudad y a su población, lo cual permitió comenzar prontamente una recuperación económica progresiva tan pronto pudimos vacunarnos y regresar a nuestras actividades, con los cuidados y restricciones sanitarias correspondientes.

La opción antes descrita, lamentablemente no ocurrirá de esta forma como consecuencia del megasismo, puesto que más allá de la pérdida de vidas y de los cuantiosos daños, la destrucción de nuestro aparato productivo y de servicios sería inmensa y la experiencia pasada nos ha demostrado que no nos encontramos por cierto institucionalmente fuertes a nivel Estado como para rehabilitarnos aceleradamente luego del desastre como consecuencia de un fenómeno natural extremo.

El estudio realizado por el sistema reasegurador mundial Lloyds de Londres y encargado a la Universidad de Cambridge para un horizonte 2015-2025, señala a la ciudad de Lima como la de mayor riesgo mundial sísmico en términos de su PBI, con una probable pérdida material de US$ 36,000 millones sin considerar el probable tsunami.  Vale la pena tener también presente que el conjunto urbanístico de Lima y Callao, conformado por más de 10 millones de habitantes significan cerca del 50% del PBI total del Perú y 32% de la PEA y es donde físicamente se recauda alrededor del 87% de impuestos por ingresos ordinarios más otros ingresos, constituyéndose además en el principal motor y centro laboral de producción y consumo del país.

Estas cifras conservadoras de US$ 36,000 millones, representan seis veces más que todo el presupuesto para la reconstrucción de Niño Costero del Norte del país, ocurrido en marzo de 2017, del cual, luego de transcurrido 4.5 años, todavía nos encontramos lejos de cumplir con los objetivos de reconstrucción de este programa. Lampadia




La funesta incapacidad moral

La funesta incapacidad moral

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Muchas personas culpan a la pandemia de todos los males que viene padeciendo el mundo. Por eso creen que pronto todo volverá a la normalidad. La verdad es que esta afirmación está lejos de la realidad, porque el mundo ya se encontraba enfermo antes de que apareciera el Covid para agravar su situación.

La infección ya existía y era de un antiguo mal, que al parecer no tiene cura, pero que en los últimos tiempos se ha venido expandiendo peligrosa y rápidamente. Me estoy refiriendo a la madre de todos los males: LA CRISIS MORAL.

La falta de ética y valores viene tomado al mundo por asalto y lo está destruyendo. Es una enfermedad crónica mucho más peligrosa que cualquier pandemia, ya que no solo afecta al frente sanitario, sino a todos los demás, especialmente al social, al político y al económico. 

Su agresivo avance está lesionando severamente a las personas, instituciones y países del mundo. La desmedida corrupción, el fraude, el abuso del poder, el narcotráfico, el lavado de activos, la compra de voluntades, el contrabando y el crimen organizado vienen arrasando todo lo que encuentran en su camino. Y lo mas grave es que esto se está convirtiendo en la nueva y nefasta normalidad.

Este mal se expande mucho más rápido en los países menos desarrollados y con mayores índices de pobreza, como los de nuestra región. En ellos, estas prácticas son implementadas por la vía política y por personajes que tienen una tremenda incapacidad moral.

Para lograr sus infames planes, penetran todas las instancias del estado con el objetivo de perpetuarse en el poder, apoderarse de las riquezas de los países y convertirlos en viles dictaduras o, peor aún, en narco estados.

Sus tácticas incluyen la mentira descarada, el divisionismo de clases, la compra de voluntades, el fraude electoral, la confusión y el caos y las utilizan aprovechándose de la pobreza e ingenuidad de la población mas vulnerable. No le faltaba razón a Maquiavelo cuando afirmaba que ¨La política no tiene ninguna relación con la moral¨.

En varios países la estrategia está muy avanzada y ya se encuentran completamente sometidos a regímenes totalitarios. Los demás están en diferentes grados de avance. En estos todavía existen algunas alternativas defensivas basadas en la legalidad y en el derecho ciudadano de la voz, la insurrección y el voto.

Sin embargo, el éxito de estos esfuerzos dependerá del nivel de penetración que alcancen los incapaces morales, para lo cual utilizan la táctica de la confusión y el adormecimiento, mientras avanzan subterráneamente con su plan. Las poblaciones tienen que estar muy alertas y defender firmemente sus libertades a como de lugar.

A nivel mundial, los pocos países que se salvan de esta funesta crisis de moral tienen al menos tres factores en común:

  • EDUCACIÓN: Es la primera prioridad y sus índices PISA son muy altos.
  • MORAL: La población practica altos estándares de ética, civismo, disciplina y respeto.
  • PROPÓSITO: Sus gobiernos están enfocados en ¨Bienestar para la población y progreso para el país¨.

Como se puede apreciar, el sistema político y económico utilizado no es uno de los factores claves de éxito. Lo fundamental es quien lo ejecuta. Como apuntó el General francés Charles De Gaulle, ¨La política es un asunto muy serio como para dejarla sólo en manos de los políticos¨.

En pocas palabras, es necesario tener un buen plan estratégico, pero es más importante aún, contar con un equipo probo y profesional para que lo ejecute correcta, oportuna y transparentemente. Por este motivo la capacidad moral es la clave del éxito y lo contrario es el fracaso seguro.

En cuanto al modelo económico, el capitalismo es el que mejores resultados ha tenido en las últimas décadas. Sin embargo, en casi todos los países en que se implementó, se hizo de manera incompleta. Se enfocó en el crecimiento y el desarrollo, pero prácticamente se dejó de lado el complemento social y la sostenibilidad. Un gran error que se tendrá que revisar y reparar en el futuro.

En el otro frente, el sistema económico socialista/comunista ha fracasado rotundamente, sin excepción alguna, en todos los países en que se implementó o que se intentó hacerlo. En ellos, solo se generó mas pobreza, caos y destrucción.

Aquí se aplica perfectamente la famosa frase de Sir Winston Churchill, ¨El capitalismo distribuye desigualmente la prosperidad, mientras que el comunismo distribuye equitativamente la miseria¨

El caso de China, cuna del maoísmo, la doctrina tan amada y predicada por algunos políticos de nuestra región, es un claro reconocimiento del fracaso de su sistema económico. Actualmente mantienen el sistema político comunista, pero es uno de los países más agresivos en el uso del sistema económico capitalista. Esto los ha convertido en la segunda potencia económica del mundo.

Entonces, se hace muy difícil entender porque en nuestra región, los miembros del foro de Sao Paulo insisten en implementar un sistema económico fracasado que hasta uno de sus países símbolo lo han dejado de lado.

¿No será porque quieren conseguir el resultado que han conseguido los miembros de las cúpulas políticas de países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua? Por eso no le falta razón al escritor brasileño Paulo Coelho, quien dice ¨Cuando un comunista dice que acabará con la pobreza, se refiere a la suya¨.

Concluyo con una reflexión que viene muy al caso y que sirve para aclarar de manera contundente el tema de la incapacidad moral:

¨Quien no tiene educación, incurre en incapacidad intelectual. Quien tiene problemas psiquiátricos, incurre en incapacidad mental. Quien tiene problemas serios de salud, incurre en incapacidad física. Pero quien no tiene ética, ni valores, incurre en incapacidad moral¨. Lampadia