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Obama-Modi: Buena química para una alianza estratégica

Obama-Modi: Buena química para una alianza estratégica

La reciente visita del Presidente Norteamericano, Barack Obama, a la India, es una prueba de la importancia que esta tiene actualmente para la política exterior de los EEUU. Este es el segundo viaje de Obama a India y, también, la segunda vez que se reúne en persona con el nuevo Primer Ministro, el gran reformador Narendra Modi, en menos de cuatro meses. Algo absolutamente inusual.

El hecho de que Obama haya reservado más de dos horas de su tiempo para asistir a una parada militar por el aniversario de la independencia de la India es una muestra adicional de lo estratégico que es para los EEUU estrechar sus relaciones con el segundo país más poblado del globoyla decimoprimera economía mundial.

Sin duda la excelente química que parece haberse entablado entre los mandatarios ha facilitado un acercamiento entre dos naciones que tradicionalmente han recelado el uno del otro. Modi aseguró a la prensa que “las relaciones entre dos países se basan menos en puntos y comas y más en la relación entre los líderes, en la química que hay entre ambos (…). De hecho, lejos de la cámara, cuando hablamos, nos acercamos más el uno al otro (…) Barack y yo compartimos una gran amistad, incluso bromeamos y compartimos opiniones sobre muchos asuntos”. Además, señaló que ahora existe una “energía renovada” y que las relaciones bilaterales han escalado “a un nuevo nivel”.

Obama, por su parte, solo tuvo elogios para Modi, al que llamó un “amigo personal”. Según The Economist, “contóque Modi fue tratado como una “estrella de Bollywood”, cuando visitó Nueva York en septiembre. Además, indicó que estaba entusiasmado con la energía del primer ministro y su ambición, alabando su programa de reforma económica.

A Modi se le conoce como Modi-fy, por su gran empuje reformador de un país que últimamente había bajado la guardia en su imperiosa necesidad de desburocratizarse y promover la inversión privada. Modi inició su gobierno poniendo en práctica su lema:“No red tape, only red carpet for investors”. (Ver en Lampadia: El cambio de timón promercado en la India).

El presidente estadounidense, señaló que se debe tener  paciencia, ya que una “nueva alianza” no se creará en una noche. Pero ambos líderes indicaron que esta relación se está dando naturalmente porque las dos naciones comparten los mismos valores: “[somos] las dos democracias más grandes del mundo (…), donde la gente cree en la libertad y la dignidad”, resaltó el mandatario norteamericano, en una clara alusión a China, el otro gigante asiático.

De hecho, la diplomacia estadounidense, busca ahora estrechar sus lazos con India para equilibrar el peso de China en el Pacífico. La ascensión de la República Popular no es solo económica, es también militar y ha empezado a dejar sentir su fuerza política. De hecho, los recientes sucesos en Hong Kong (donde los estudiantes tomaron las calles exigiendo más libertades), han sido una desilusión sobre la evolución de la China y han sido seguidos con cautela y preocupación por los gobiernos democráticos.

La India ha sido el aliado estratégico más importante de Rusia, por décadas. De hecho durante el desfile militar al que asistió Obama, prácticamente todo el material bélico exhibido era de fabricación soviética. Ambos países tienen aún una estrecha colaboración en este campo. No es casual que el presidente norteamericano haya criticado y amenazado con nuevas sanciones a Putin por su accionar en Ucrania desde Nueva Delhi. Estados Unidos espera que Modi vaya acercándose más a occidente y apartándose de la nueva Rusia imperialista.

En Moscú, la visita de Obama se ha seguido con enorme recelo. Otro país en el que ha causado escozor es Pakistán. Aliado clave de EEUU en la lucha contra el terrorismo, pero que mantiene un serio diferendo territorial con la India (por Cachemira), por ello, Obama fue firme pero vago en sus declaraciones sobre el combate al terrorismo.

Aunque no hubo grandes anuncios y la visita de Obama debió acortarse por la muerte del Rey Abdullahde Arabia Saudita, si ha quedado claro, que la “buena química” demostrada, permitirá que el comercio y los negocios entre estas dos potencias fluya.Las inversiones se incrementarán. Las reformas que impulsa Modi facilitarán enormemente este proceso. Se esperaque el comercioentre ambos se multiplique por cinco.

Para acelerar el intercambio, EEUU prometió invertir más de 15,000 millones de dólares en la infraestructura india durante los próximos cinco años, desarrollar un proyecto de Ciudades Inteligentes y apoyarla captación de inversiones privadas. Además deuna mayor cooperación militar,incluyendo la referida a energía nuclear para usos civiles. Una alianza que va por el camino correcto. Lampadia




El Perú y los cien años del Canal de Panamá

El Perú y los cien años del Canal de Panamá

El 15 de agosto último se cumplieron los cien años de que se abriera oficialmente el Canal de Panamá. Aquel día un buque estadounidense llamado Ancón atravesó por primera vez esta extraordinaria obra del ingenio humano. El acontecimiento ha pasado casi inadvertido en el Perú, lo que llama la atención debido a la enorme importancia económica, histórica y social que tuvo y tiene esta obra en el destino del país. 

Hasta su construcción, el Perú era uno de los países más aislados del mundo (occidental). La historia de occidente está basada para muchos en el control de los océanos. Primero el mediterráneo en la era antigua y el Medioevo y, con la edad Moderna el comercio por el Atlántico fue clave para el desarrollo de las naciones. Los grandes imperios se construyeron y perdieron en función del control que ejercían sobre los mares.

Al tener su única salida al mar por el Pacífico, el Perú estaba completamente alejado del tráfico marítimo y por tanto del lugar dónde se regía el mundo. De una forma u otra esta situación geográfica condicionó el desarrollo del país y las migraciones europeas. Por eso la apertura del Canal de Panamá fue un anhelo largamente esperado en el país.

Hoy el Perú es el sétimo país en el mundo en utilizar este canal con un flujo de carga con 15.1 millones de toneladas. El primero es Estados Unidos que transporta por esta vía 136.7 millones de toneladas, le sigue China con 46.4 millones de toneladas. Chile es el tercero 29 millones de toneladas y Colombia el cuarto con 17.6 millones de toneladas.

Nuestro comercio con Europa y la costa este de Estados Unidos sería sumamente onerosa si es que no existiera el canal de Panamá. Tampoco nos podríamos abastecer de insumos básicos como petróleo (que llegan de Venezuela, África y el medio oriente) si es que el canal no existiera.

Desde el Virreinato se ambicionó con contar con un canal que acercara a los dos mares. La idea de un canal se proyectó desde el siglo XVI. Durante el reinado de Felipe II, un informe de José de Acosta en 1590 describía: “Algunas personas han hablado de excavar este terreno de seis leguas (una legua son 4.19 kl.), y unir un mar con el otro (…). Eso sería inundar la tierra porque un mar está más bajo que el otro”.

Por ello, los barcos que salían del Callao llegaban a la hoy ciudad de Panamá, dejaban sus cargas (plata, oro y diversos productos), lo que hoy llamaríamos transporte multimodal, y por el camino real cruzaban las selvas del Istmo hasta llegar al Atlántico desde dónde se embarcaban en la flota de Galeones para surcar el Atlántico y llegar a Sevilla esquivando a los piratas y las tempestades.

Tras construirse el canal. Una empresa que iniciaron los franceses y culminaron los norteamericanos (costó de US$375 millones de entonces), éste quedó bajo administración norteamericana. Es por ello que muchos movimientos, entre ellos el APRA solicitaron su internacionalización. Finalmente, con los tratados Torrijos-Carter de fines de los 70, se estableció que el canal pasaría a manos panameñas en 1999. Desde entonces una autoridad autónoma administra esta crucial vía para el comercio y el transporte internacional.

Cada año 14 mil naves atraviesan los 80 kilómetros y 88 compuertas que tiene el canal generando ingresos que representan el 5% del presupuesto de Panamá. Desde el 2000 ha generado más de ocho mil 500 millones de dólares. Desde el 2007, el Canal busca expandirse con la construcción de un gigantesco proyecto para ampliarlo con un tercer juego de esclusas para que puedan cruzar por ellas los barcos denominados post panamax. El proyecto, tiene un costo de US$5 mil 250 millones.

El éxito económico del canal y los beneficios que le deja a Panamá ha llevado a que otros países propongas proyectos similares. Sin duda el más avanzado, quizá sea el proyecto que planea pasar por Nicaragua, el cual sería financiado por el empresario chino Wang Ying, a un costo de US$ 40 mil millones. Pero todo indica que este proyecto está más en el espacio de los buenos deseos.

Las nuevas necesidades del comercio mundial requieren inversiones de esta naturaleza. En el Perú se han modernizado los puertos. La más importante es, sin duda, la de los muelles norte y sur del Callao. En ambos el calado se ha incrementado a 16 mil toneladas para poder recibir a los buques súper post panamax. La modernas grúas pórtico permiten descargar los contendores a gran velocidad y su capacidad, tanto del muelle norte como del sur es de 1 millón seiscientos mil contenedores al año.

En el caso peruano, lo paradójico es que una vez abierto el Canal de Panamá y luego los vuelos trasatlánticos, unos años después el Perú regresó a un cierto aislamiento con el resto del planeta cuando optó por el llamado desarrollo endógeno, o hacia adentro, que alejó al país de la inversión extranjera y de una mayor participación en los acontecimientos internacionales. Posteriormente, hace menos de un lustro, los peruanos fuimos sorprendidos por un nuevo intento de alejarnos del mundo con otro proyecto de desarrollo endógeno, como fue la base política del fracasado proyecto de La Gran Transformación, que tuvo que esconderse para que el Partido Nacionalista llegara al poder de la mano de una Hoja de Ruta auspiciada por Vargas Llosa y Toledo, pero nuestra izquierda tradicional sigue insistiendo en él, como lo refleja el  denominado “Pensamiento FRENAIZ” (Ver en Lampadia: El pensamiento Frenaiz-Listos para frenar el país).

El Perú no puede volver a apartarse del mundo. La prosperidad está en una mayor apertura, como se ha probado durante los últimos años, en que la realidad nos premió, derrotando a todos los demonios con los que nos amenazaron los predicadores de “las ideas muertas” durante los debates previos a la firma del TLC con los EEUU, que consolidó nuestro camino final a la integración comercial y a la atracción de inversiones. Lampadia