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Se cayeron todas las caretas

Se cayeron todas las caretas

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En la naturaleza humana está el borrar de la memoria los eventos traumáticos y también el relativizar o incluso desconocer, las amenazas a la tranquilidad personal generadas por elementos del entorno.

Así es como los peruanos hemos enterrado en el fondo de nuestros recuerdos la sevicia, la maldad extrema, con la que el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso, masacró a miles de inocentes en los pueblos de la serranía y la selva, para imponer su dictadura. Felizmente ahora, el diario Expreso viene publicando en formato de historieta, los relatos de varios de estos casos criminales que nos conmueven nuevamente. Ojalá lleguen estas historietas a los jóvenes que no vivieron esos tiempos de perversión.

Así también está sucediendo con una buena parte de los ciudadanos con respecto a la naturaleza y acciones del gobierno comunista de Castillo y Perú Libre.

  • Primero se asumió que su plan de gobierno y sus anuncios de campaña eran solo para el juego electoral.
  • Ya iniciado el gobierno, ante los anuncios de políticas de gobierno contra las inversiones privadas, contra la libertad de prensa y contra nuestras instituciones republicanas, se decía que las señales no estaban claras.
  • Cuando las cosas llegan a extremos en los que el presidente Castillo coquetea con el sector privado, pero, literalmente al día siguiente, su primera ministra se da el lujo de anunciar abusiva e ilegalmente el cierre de varias operaciones mineras y prohibir las exploraciones en las cabeceras de cuencas, y el presidente opta por el silencio; se le pide al mismo que defina el camino de su política de gobierno.

¿Qué más queremos constatar para asumir que lamentablemente, el gobierno de Castillo y Perú Libre va a dañar severamente nuestra democracia, nuestra libertad y nuestra economía de mercado? ¿Y que por lo tanto tenemos que enfrentarlo con la Constitución en la mano izquierda y la oferta de un Perú exitosos para todos en la mano derecha?

No podemos olvidar que la primera ministra ha trabajado contra la minería muchos años y ha propiciado el cierre de varias operaciones. Por otro lado, el Frente Amplio (que no es ni frente ni amplio), con Arana y Vázquez promovieron la legislación de las cabeceras de Cuenca, que la SNMPE no supo enfrentar y que quedó establecida como una espada de Damocles. En su momento, aprovechamos una carta de Raúl Benavides para denunciar ese contrabando. Ver en Lampadia: El pos-extractivismo hecho ley – PPK y FP legislan contra la minería.

En estos días también nos hemos enterado que varios proyectos de exploración han sufrido amenazas para qué paralicen sus labores hasta que hagan negociaciones con no se sabe quién, ni cuando, ni por qué.

Todo esto viene del pos-extractivismo que suscribieron TODAS LAS IZQUIERDAS en agosto del 2012. Estos grupos políticos demenciales pretenden que los peruanos produzcamos lo mínimo posible, solo lo indispensable para vivir en una suerte de feudo bucólico del ‘buen vivir’. El mínimo de madera, de minería, de pescados, que no exportemos alimentos, etc. Ver en Lampadia: La verdad sobre las izquierdas peruanas – Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’

El pos-extractivismo crearía un espacio donde, por supuesto, los líderes de esas izquierdas decimonónicas, reinarían sobre la miseria de toda la población. Alejados del mundo moderno que mejora la calidad de vida a pasos agigantados, con medicina preventiva y una educación diseñada para cada alumno. Ver en Lampadia: La gran condenaDejar a los pobres desconectados del mundo moderno.

Yo creo que el gobierno de Castillo y Perú Libre, ya empezó su plan agresivo de paralización de la economía peruana. Nos toca demostrar que el Perú puede crecer al 7% por año, puede reducir notoriamente la pobreza y puede bajar la desigualdad, dando mejores oportunidades a todos.

¡Nos toca explicarlo, explicarlo y explicarlo! Lampadia




Cultura pro mercado

Cultura pro mercado

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Líneas abajo presentamos un magnífico ensayo de Pablo Paniagua de la Fundación para el Progreso de Chile, quién explica la relación causal entre la mentalidad económica o la cultura pro mercado, y la prosperidad de largo plazo de un país.

“Los mercados libres y sus instituciones inclusivas se mantendrán en el largo plazo solo si se entiende a nivel cultural que estos producen resultados que son moralmente, no solo materialmente, virtuosos y compatibles con el florecimiento humano”.

Paniagua explica que en Chile se habría producido una ruptura entre sus instituciones de mercado y la mentalidad anti mercado de buena parte de la población, especialmente de los jóvenes. Felizmente, parece que últimamente están reaccionando con la intención de voto que muestran por Kast.

Este análisis político y sociológico nos lleva a preguntarnos si los peruanos tenemos, o no, una cultura pro mercado

Tras el último proceso electoral, muchos pensaron que los peruanos estábamos polarizados, con la mitad de la población abjurando de la economía social de mercado. En Lampadia dijimos lo contrario. Ver: La polarización fue coyunturalEl Perú no está partido en dos.

Ya hemos explicado varias veces que la aparente polarización de las elecciones fue producto del desastroso, y hasta criminal, manejo de la pandemia, en la que el gobierno de Vizcarra con sus socios de la izquierda, y luego Sagasti, destrozaron el Perú, quién sabe si adrede.

Tuvimos los peores resultados del mundo, con la mayor cantidad de muertos por millón, la peor caída de la economía y el menor regreso a las aulas. En el combate de la pandemia, estos infelices, rechazaron el apoyo del sector privado, de las iglesias y de las Fuerzas Armadas, insistieron en el uso de pruebas rápidas, rechazaron la donación del software para el seguimiento del virus, las donaciones de pruebas moleculares y de plantas de oxígeno, pararon toda la economía dejando sin ingresos a millones de ciudadanos, y no compraron las vacunas.

Nos llevaron a una situación de desesperanza que crispó nuestro criterio político.

Pero muy rápido después de las elecciones, las encuestas mostraron el verdadero sentir de los peruanos, destacando mensajes como:

  • Priorizar la reactivación de la economía y el sistema de salud, versus convocar a una asamblea constituyente.
  • El 73% considera positiva la apertura del comercio internacional.
  • El 83% cree que la inversión extranjera trae beneficios para los peruanos.
  • Los peruanos no queremos que nos desunan.
  • No queremos que se cree inestabilidad con el cambio de Constitución.
  • No queremos que se ahuyente la inversión privada que crea empleo.
  • El 90% desaprobaría el modelo venezolano para el Perú.
  • El 71% cree que lo que se necesita es una mejor gestión publica en educación y salud, en vez de estar pensando en cambiar la Constitución.
  • El 80% dice que el gobierno debe respetar plenamente la libertad de prensa.

Ver más información en las encuestas encargadas por Lampadia:

De las recientes encuestas resulta claro que los peruanos favorecen la apertura de la economía. Pero además, sabemos hace tiempo que el Perú es un país de emprendedores, de gente que confía en sus capacidades, aunque sean limitadas. Los peruanos quieren que se les deje trabajar.

Cuando, por la ausencia de inversión privada en las regiones, debido a los malos gobiernos de la dictadura militar, el segundo gobierno de Belaunde y el primer gobierno de García, y por el abandono político de las regiones, debido al terrorismo; los peruanos no se plegaron al terrorismo, no se volvieron delincuentes, no se volvieron ociosos; se fueron a las grandes ciudades de la costa a crear empleo y a forjar un espacio de desarrollo que devino en la nueva clase media peruana. Ver en Lampadia: El libro de la clase media peruana.

Los peruanos somos muy diferentes a los argentinos, chilenos colombianos y venezolanos. Las poblaciones de nuestros vecinos son, en general, dependientes en su trabajo, ya sea del Estado como en Argentina, o del sector privado como en Chile y Colombia.

Los peruanos somos independientes en una gran mayoría, eso nos hace más cercanos a los valores de la economía de mercado. Acaso los puneños, que controlan el comercio en todo el Perú, e incluso en algunas ciudades de Ecuador, ¿tienen una mentalidad de dependientes que le reclaman empleo al Estado?

Como dice Juan Carlos Tafur, solo falta que hagamos clic entre nuestra realidad social y la ideología.

El que no hayamos hecho esa conexión es responsabilidad de nuestra clase dirigente, que no mostró empatía e integración con la población; que no supo acompañar la gran recuperación del Perú desde la Constitución de 1993, que trajo de regreso la inversión privada con crecimiento, reducción de la pobreza y disminución de la desigualdad; con la exigencia al Estado del buen uso de los recursos fiscales que generamos, para mejorar la educación y la salud. Y tampoco supimos desarrollar y divulgar el verbo de la prosperidad, conectar la realidad social con la mentalidad pro mercado.

Increíblemente, hoy tenemos un gobierno que pretende cambiar nuestra realidad social y borrar toda huella de nuestra mentalidad pro mercado. Que agudiza los resentimientos por las diferencias sociales, promoviendo la lucha de clases. Estoy seguro que, a pesar de la deficiencia de la clase política, esta vez, la sociedad civil sabrá ponerse al frente a predicar los caminos del bienestar y a defender la prosperidad que pretenden terminar de apagar.

Mentalidad económica y la prosperidad de las naciones

Fundación para el Progreso – Chile
Pablo Paniagua
Publicado en El mostrador, 04.11.2021
Glosado por Lampadia

Desde que Adam Smith publicara su célebre libro La riqueza de las naciones, los economistas llevan 250 años reflexionando acerca del origen y los catalizadores de la riqueza de las naciones. En simple, llevan más de dos siglos preguntándose: ¿qué es lo que hace que un país sea rico y próspero? Y ¿qué elementos ayudan a sustentar dichos procesos de riqueza?

Aproximadamente, durante 1760-1780 el Reino Unido y los Países Bajos comenzaron a experimentar un proceso de desarrollo económico y riqueza acelerado y sostenido nunca visto en la humanidad. Si bien otros procesos de florecimiento humano, como el Renacimiento italiano, proporcionaron explosiones de riqueza y creatividad, dichos procesos fueron transitorios y luego involucionaron hacia procesos de pobreza y estancamiento. El proceso de prosperidad iniciado por la Revolución Industrial es único en la historia de la humanidad; proceso que el Premio Nobel de Economía Angus Deaton ha denominado El gran escape de la pobreza y la miseria.

A lo largo de la historia, distintos economistas han tratado de explicar el origen de nuestro gran escape. El enfoque clásico se ha concentrado –equivocadamente– en la simple acumulación de capital como elemento catalizador del gran escape. Recientemente, el trabajo del Premio Nobel de Economía Paul Romer se ha desmarcado de este enfoque en el capital, poniendo énfasis en el poder de las ideas y el avance tecnológico en generar progreso sostenido.

Siguiendo el camino de Romer, varios economistas están poniendo énfasis hoy en el rol fundamental de las ideas y el poder de la cultura y las creencias en determinar el progreso de las naciones. Esto es lo que consideramos en estas líneas como “la mentalidad económica” que determina la riqueza de las naciones. Así, existe un factor desestimado por la mayoría de los economistas: las actitudes e ideas económicas y las creencias o mitos económicos de la población.

El poder de la cultura y las ideas en transformar instituciones

Dos economistas han trabajado recientemente en dicha dirección trazada por Romer, dejando en evidencia el poder de las ideas y de la cultura en fomentar ciertas actitudes dentro de la población y un ambiente cultural amigable con las ideas de la libertad económica y el progreso.

  • Por una parte, Joel Mokyr, en su más reciente libro, A Culture of Growth, explica que la Revolución Industrial surge debido a la presencia de una cultura del crecimiento –específica de la Ilustración europea–, la cual sentó las bases ideológicas para los avances científicos y los inventos que instigarían la explosión en desarrollo.
  • Por otra parte, la economista Deirdre McCloskey ha evidenciado –en su potente trilogía de ensayos– que la gran explosión en desarrollo económico, que ocurrió en Holanda e Inglaterra a finales del siglo XVIII, es el producto no solo de buenas instituciones, sino que, en gran medida, de un ambiente cultural y de ideas propicio que le dé sustento.

El trabajo de Mokyr y McCloskey nos sugiere que el factor principal de la explosión en desarrollo y crecimiento fueron las ideas a favor de la libertad de emprender y de innovar: la legitimación cultural de aquellos comportamientos de creación científicos y de riqueza de los innovadores, comerciantes y comercializadores. En épocas anteriores a la Revolución Industrial, dichas personas eran vistas como detestables y consideradas parias, las que eran aborrecidas por la población, en lugar de ser respetadas y de tener un lugar meritorio en la sociedad. Mokyr y McCloskey señalan que fue realmente la actitud de innovación, de la mano de una cultura del progreso, y no el capital, lo que explicaría la prosperidad.

Mientras una gran cantidad de trabajo empírico e histórico muestra una clara asociación entre el crecimiento económico y la prosperidad humana, por un lado, y las instituciones inclusivas o pro libertad económica, por el otro (Acemoglu y Robinson, 2010; Olson, 1984; Powell, 2019; Sen, 1999), dichas instituciones pro libertad pueden ser bastante frágiles si la población en general no tiene una comprensión clara de lo que determina que un país sea próspero o menos. Esto nos recuerda que buenas instituciones son una condición necesaria, pero no suficiente, para poder sustentar un proceso de desarrollo económico de largo aliento. De hecho, el Premio Nobel de Economía Douglas North reconoció (North, 2005) el rol fundamental de las ideas y de los modelos mentales compartidos por la población en la creación y posterior sustentabilidad de buenas instituciones.

En última instancia, las buenas instituciones (aquellas inclusivas) se sustentan en la mentalidad compartida y en los modelos mentales que predominan en una sociedad específica. La evolución de las instituciones de una sociedad es sobre todo una función de aquellos cambios en el sistema de creencias dominante (Zweynert, 2009). De hecho, un examen cuantitativo del rol de “la cultura” ha contribuido a iluminar cómo esta afecta el desarrollo económico y la evolución de las instituciones (Alesina y Giuliano, 2015). Si la cultura y creencias de una población favorecen un sistema de mercado y pro libertad económica, esto tendrá fuertes efectos prácticos, ya que –como se ha señalado– la libertad económica y las instituciones inclusivas proporcionan las condiciones esenciales para el progreso en el largo plazo. Entonces, para crear y luego sostener dichas instituciones claves de libertad económica, se requiere de un sustrato cultural y de ciertas ideas que sean amigables con los mercados y con las nociones de progreso.

Las instituciones pro libertad económica, como un Banco Central autónomo, son sin duda importantes, pero estas no son una panacea que resuelven todo. Ya que, si no hay un sustrato cultural amigable y un conjunto de ideas y actitudes que las defiendan y las legitimen a nivel ideológico y práctico, entonces aquellas instituciones quedarán sostenidas en arenas movedizas.

El caso del auge y caída del proceso modernizador en Chile y de toda nuestra institucionalidad, son una clara señal de lo que sucede cuando las instituciones pro libertad económica se sustentan de facto en meras constituciones y en papeles, pero no en las ideas y en la cultura de las personas. El caso de Chile sería el polo opuesto de aquella historia de prosperidad: el reflejo de lo que sucede cuando buenas instituciones son erigidas con pies culturales de barro.

Chile y su mentalidad económica

Se ha creado el índice global de la mentalidad económica (Global Index of Economic Mentality, GIEM): el GIEM utiliza datos de la Encuesta Mundial de Valores para medir cómo los ciudadanos reaccionan y piensan sobre los mercados y el Gobierno, capturando así sus actitudes culturales hacia las ideas del progreso económico (para ver la metodología y la construcción del índice, consultar aquí).

El GIEM busca cuantificar el grado en que las personas priorizan la iniciativa privada, la libre competencia y la responsabilidad personal, en contraposición a una mayor intervención del Gobierno en sus vidas, la redistribución de ingresos y un Gobierno que cumpla un rol de mantenedor social.

Dicho índice es una forma de cuantificar la “Ventana de Overton” (Lehman, 2018): la idea de que existe un conjunto de alternativas políticas consideradas como “políticamente aceptables” dentro de una sociedad en un momento dado –en cuanto se relaciona con la ideología económica imperante de un país–. De esta forma, el índice GIEM busca mediar el apoyo cultural y popular hacia la libertad económica y las instituciones pro mercado (ver ranking en Tabla 1, abajo). El índice proporciona una clasificación de países de acuerdo con su mentalidad y cultura a favor de la libre empresa y los mercados.

Tabla 1: Ranking de Mentalidad Económica
Fuente: Czeglédi, Lips y Newland (2021).

Al ver dicho ranking, podemos advertir que Nueva Zelanda, la República Checa, Suecia y Estados Unidos encabezan la lista de los países que valoran más la iniciativa privada que la intervención estatal. Estos países son considerados por el ranking como “Market Leaders”, dado el gran apoyo cultural e ideológico que sus poblaciones otorgan a una economía de libre mercado. No es extraño, entonces, que estos mismos países disfruten de una alta productividad (reflejada en sus ingresos per cápita) y posean instituciones inclusivas que promueven la libertad económica y el progreso social. Asimismo, podemos ver que Chile se ubica dentro de los 12 peores países del ranking, con una mentalidad económica muy baja, es decir, con una actitud cultural negativa hacia la iniciativa privada y una actitud favorable hacia la expansión del Estado. Chile comparte una mentalidad económica similar a aquella de países como Irán, Egipto y Bangladesh, entre otros países que repudian la libertad económica y la iniciativa privada.

Investigaciones recientes (Alesina y Giuliano, 2015; McCloskey y Carden, 2020; Mokyr, 2018) han confirmado la conjetura de Douglas North de que las ideas importan en demasía: las ideas y creencias que se sostienen ampliamente en un país ayudarán a determinar las instituciones y, en consecuencia, el desarrollo económico en el largo plazo. Esta relación entre ideas pro libertad y progreso es lo que precisamente el índice GIEM nos ayuda a iluminar.

Visto que el GIEM captura las convicciones ideológicas y culturales respecto a la mentalidad económica de la población, se puede esperar que, al comparar dos países, el que tenga un puntaje más alto tenga, a su vez, instituciones que garanticen mercados más libres. Existe una correlación positiva entre el Índice de mentalidad económica (GIEM) y aquellas instituciones y políticas de libre mercado en una muestra representativa de países. Esto es precisamente lo que los autores del índice han encontrado (Czeglédi, Lips y Newland, 2021): una correlación positiva entre la mentalidad económica pro mercado de un país y sus instituciones que impulsan el progreso. El índice “está fuertemente asociado con la libertad económica y, de hecho, puede ser un predictor de ella” (Ibíd., p. 676).

Asimismo, los autores señalan que, al revisar dicha correlación positiva entre creencias e instituciones, salta a la luz el hecho de que existen seis países que serían outliers o casos atípicos: Zimbabue, Irán, Hong Kong, Etiopía, Vietnam y Chile. El caso de Chile, señalan los autores, es paradójico, pues la correlación señala que nuestro país posee una incongruencia atípica: posee instituciones de facto pro mercado y libre competencia, pero que estas no se relacionan para nada con nuestro nivel cultural e ideológico actual, que sería bastante antimercado y antilibertad económica (ver Tabla 1).

De esta forma, las instituciones actuales en Chile serían (hasta ahora) propicias para el desarrollo y el crecimiento económico (pro libertad económica), sin embargo, nuestra mentalidad económica y cultural no es favorable para con los mercados libres. Esto señala que dichas instituciones no tienen ni sustento ni arraigo cultural en el país, lo que ayudaría a explicar nuestro actual derrumbe institucional y las razones culturales por las cuales nuestra institucionalidad duró apenas 30 años. De hecho, el puntaje GIEM de Chile es uno de los más bajos de toda América Latina (símiles de aquellos de Argentina). Los autores señalan que nuestro país sería uno de aquellos casos únicos en el mundo, en donde la ideología antimercado actual y la cultura imperante serían negativas e incompatibles con las instituciones pro mercado de facto existentes (Ibíd., p. 677).

El estallido social y la actual revuelta contracultural profundamente antagonista de nuestra modernidad capitalista –iniciada con fervor por los adultos jóvenes en el país– puede ser entendida como el resultado de aquella asimetría o contradicción entre cultura popular antimercado e institucionalidad pro mercado evidenciada por este índice. Con todo, la situación paradójica de Chile, de la cual hoy estamos viendo sus consecuencias más agudas, sería el resultado del profundo fracaso cultural e ideológico, tanto de la Concertación como de la centroderecha chilena y del mundo empresarial, en ayudar a que nuestras instituciones pro libertad económica adquirieran finalmente un sustrato cultural e ideológico propicio para que estas hayan podido perdurar en el tiempo. La actual ruina institucional podría entenderse mejor a través del rol fundamental de las ideas y la cultura en sustentar o socavar el progreso y a las instituciones pro libertad en el largo plazo. Esta es una de las más grandes lecciones que debemos tener en consideración a la hora de reconstruir nuestro país para poder retomar una senda de progreso y libertad que sea sustentable en el tiempo.

Lecciones para el futuro cultural de Chile

Una primera conclusión es que los mercados libres y las instituciones que generan progreso no pueden sostenerse solo con argumentos empíricos sobre la eficiencia económica y la evidencia empírica que los avala (Williams, 1996). Los mercados libres y sus instituciones inclusivas se mantendrán en el largo plazo solo si se entiende a nivel cultural que estos producen resultados que son moralmente, no solo materialmente, virtuosos y compatibles con el florecimiento humano (Sen, 1999).

Segundo, el Índice de Mentalidad Económica también proporciona un mensaje de advertencia para todos aquellos que valoran la libertad económica y el progreso. Ya que, en varias de las naciones que alguna vez fueron favorables a los mercados (como lo fue Chile), las generaciones más jóvenes están perdiendo rápidamente la fe en estos, repudiándolos y sintiendo cólera contra ellos, buscando así siempre mayores niveles de intervención estatal y de soluciones coercitivas para orientar sus vidas. El avance fáctico de la retroexcavadora sería una consecuencia cultural de nuestro rotundo fracaso en cambiar la mentalidad económica en el país durante estos últimos 30 años.

En definitiva, Chile sería un caso digno de estudio, ya que era un país con un alto grado de libertad económica, consagrado en sus instituciones formales, pero en el que el sentimiento público no coincide para nada con dichas instituciones. Existe un desajuste cultural en el país, el cual nunca se ha subsanado y que imposibilitaría que Chile cree las condiciones necesarias para un proceso sustentable de progreso económico de largo aliento. Una combinación contradictoria entre instituciones y cultura es bastante frágil, algo que los economistas denominan un equilibrio institucional inestable, el que tiene dos conclusiones posibles: o se preservan las instituciones pro libertad económica y se cambia la cultura subyacente para sostenerlas, o se mantiene la cultura actual, con el riesgo de ir desmoronando las instituciones existentes. Pareciera que en estos últimos años el país ya tomó una decisión respecto a esta crucial pregunta. Lampadia




El infantilismo de las izquierdas

El infantilismo de las izquierdas

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Nosotros ya estamos con el comunismo en el gobierno. Chile, en cambio, está todavía en el proceso electoral, a días de la primera vuelta.

Supongo que nuestras experiencias con el gobierno de Castillo y Perú Libre, que se presenta como muy alejado de las mejores políticas y prácticas de gobierno, debidamente demostradas en todo el mundo, con sus vacíos y desenfoques, debe estar ayudando a los chilenos a reaccionar y a cuidarse de caer en manos del comunismo.

Seguramente, parte del notorio cambio en la intención de voto en Chile, con el repunte del candidato de su derecha moderna, José Antonio Kast, se debe a la constatación del nulo valor de gobernanza que muestran Pedro Castillo y todos sus socios en el Perú.

Volviendo al Perú, el proceso electoral chileno, donde los competidores están afilando sus propuestas, también nos trae lecciones que podemos aprovechar para compartir con nuestros ciudadanos.

Con ese propósito, líneas abajo compartimos con nuestros lectores la radiografía del último programa del candidato del comunismo en Chile, Gabriel Boric, calificado como ‘un programa infantil’ por el importante medio La Tercera.

Un programa infantil
La Tercera – Chile
8 NOV 2021

Hace un par de días fuimos espectadores de la presentación de un nuevo programa infantil, y no se trata del nuevo Cachureos, o Profesor Rossa o de otra Xuxa, sino del programa de Gobierno de Gabriel Boric.

Dejando de lado lo tardío de su presentación y sus errores, o inexactitudes como diría él, vamos a lo fundamental.

  • El gran problema de su programa, el problema que cruza todas sus reformas, es su visión infantil del mundo y del gobierno.
  • Boric olvida que los seres humanos funcionan con incentivos y no con buenas intenciones.
  • Boric olvida que para recaudar más se necesita producir más o generar crecimiento.
  • Boric olvida que para construir, hay que trabajar, y que el descanso es el derecho que recompensa una responsabilidad, y no un derecho en sí mismo.

Boric propone una reforma laboral con negociación por ramas y no por empresas, aumento salario mínimo a $500 mil, disminución de jornada laboral a 40 horas y participación de los trabajadores en los directorios. Si ustedes son dueños de una Pyme del sector comercio, les tocaría adoptar los acuerdos de salarios y beneficios que los grandes retail acuerdan con sus trabajadores, además de pagar las 5 horas extra (de la disminución de 45 a 40 horas semanales) a costo hora extra, más incrementar los salarios que se paguen a salario mínimo a una tasa de más de 13% real anual, por los 4 años del gobierno de Boric, además de permitir que un trabajador elegido por el resto de los trabajadores tome decisiones del futuro de tu pyme, sin participar de los riesgos de perder el capital invertido, sino sólo gozar de las posibles ganancias del crecimiento.

En el mundo real, esa pyme – y por tanto todas las pymes de nuestra economía, no tienen ninguna capacidad de sobrevivir, pues sólo la baja de la jornada laboral, o sólo el incremento en el salario mínimo se come toda la utilidad de la pyme, y el resto del programa de Boric, le tira la tierra encima del ataúd.

En minería Boric propone un royalty al ingreso de las mineras…, y no a sus utilidades, sin entender que no son los ingresos los que generan la riqueza, sino la relación entre los ingresos y los costos de explotar el mineral; y olvidando que toda inversión tiene sustitutos. Esto implica, que un inversionista no invierte en Chile porque es patriota, ni porque es bueno, lo hace porque la utilidad esperada de su inversión en Chile, ajustada por los riesgos del negocio, es mayor que la de hacer la misma inversión en Australia, Perú o cualquier otro país. Si suben los impuestos a la minería en Chile, por sobre los del resto de los países del mundo, baja la utilidad esperada por los inversionistas, quienes obviamente se van con sus nuevas inversiones a otro lugar. Los inversionistas siguen los incentivos llamados utilidades, si se las quitas, se cambian de lugar, así como cambiamos la marca de yogurt cuando el precio sube. No es un tema de bondad, es un tema práctico.

Boric propone recaudar un 1.5% del PIB con un nuevo impuesto a los súper ricos. Nuevamente Boric y su equipo suponen que el 1% más rico de Chile no va a hacer nada cuando cada año le cobren un impuesto que no pagaría en ninguna otra parte del mundo, y no va a cambiar su lugar de residencia ante este cambio. ¿Cuántos países estarán felices de recibir a nuestro 1% más rico y confiar en que con ellos lleguen con todas sus inversiones?, quizás el primer año, Boric pueda recaudar algo, después de eso va a ver como todos esos ricos cambian su lugar de residencia, sin siquiera tener que dejar de vivir en Chile. La propuesta supone que los cambios en las políticas no generan cambios en los comportamientos de las personas. De hecho, esta idea no se ha logrado implementar en ninguna parte del mundo, y Boric cree que podrá él si podrá hacerlo exitosamente. O le sobra ego, o le falta inteligencia.

Asimismo, Boric propone aumentar la recaudación en 1% del PIB a través de subir el impuesto a las gasolinas desde 6 UTM/m3 a 7 UTM/m3 y de subir el impuesto específico al diésel desde 1,5 UTM/m3 a 7 UTM/m3, además de eliminar todas las exenciones que hoy tienen los camioneros. Si subir el impuesto específico al diésel o eliminar las exenciones fuera fácil o posible, no creen que todos los gobiernos lo hubieran hecho. En efecto, todos los gobiernos lo han estudiado, pero ninguno lo ha logrado, porque en un país largo y angosto como Chile, los camioneros se cruzan en la carreta y cortan el país en dos. Nuevamente, ¿qué le hace creer a Boric, que él sí podrá hacer que los camioneros acepten un incremento en el impuesto específico, de más de 3 veces el que pagan hoy?

Todos estos ejemplos, que no son más que sentido común y aritmética básica, parecen no haber pasado por las cabezas de el o los creadores del programa. Porque es un programa de “queremos”, no de “podemos”, es un programa de niños que no le han trabajado un día a nadie y que no saben cuánto valen las cosas, igual que un niño en una juguetería, pidiendo todos lo juguetes sin mirar sus precios. El programa de Boric, es un programa de derechos, pero olvida que los derechos son caros y hay que financiarlos.

Chilenos de corazón, que no los engañen las buenas intenciones. Ciertamente nuestro país necesita cambios y mejorías, pero no podemos confiar en que ellas se llevaran a cabo como fruto de las buenas intenciones.

Para hacer cambios no basta con querer, es necesario poder, y el infantilismo poco aporta a generar una agenda seria.

Este experimento sólo hará crecer el ego del candidato, porque el resto de nuestro bienestar y crecimiento van a disminuir, y ciertamente podemos terminar todos mucho más pobres y con menos oportunidades de surgir en la vida.

Los chilenos, en especial los jóvenes idealistas, deben dejar de creer en las hadas madrinas de los cuentos infantiles, en la vida real no hay varitas mágicas, sólo hay esfuerzo, trabajo y recompensa. Los chilenos, en especial los jóvenes idealistas, deben dejar de creer en Boric, porque el resultado de su programa será – pese a sus buenas intenciones – más pobreza y peor distribución del ingreso. Lampadia




¿En quién se confía más en el Perú?

¿En quién se confía más en el Perú?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A diferencia de lo afirmado cotidianamente, los peruanos confían más en los líderes empresariales que en los políticos, según una encuesta global de Ipsos.

Ipsos Global Trustworthiness Index 2021 entrevistó a 19,570 participantes en 28 países, entre el 23 abril y el 7 de mayo, 2021. Participaron alternadamente: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, EEUU, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, India, Italia, Japón, Malasia, México, Perú, Polonia, Rumania, Rusia, Suecia, Sudáfrica, Turquía.

La confianza es la base del tejido social de un país. Lamentablemente, desde hace algo más de 10 años, en el Perú se ha venido perdiendo la confianza en el futuro y en los líderes de la gran mayoría de estamentos de la sociedad; tanto como producto de ausencias en el debate nacional, frivolidades, torpezas y corrupción, como por la siembra de narrativas negacionistas que oscurecieron nuestros logros.

En el siguiente cuadro se ve que las categorías de mayor confianza relativa son los líderes empresariales, los publicistas y los miembros de las Fuerzas Armadas.

Curiosamente, las categorías que generan más confianza en los países más desarrollados, los doctores, los científicos y los profesores, son los que generan menos confianza en el Perú.

Por otro lado, los ministros y los funcionarios públicos están muy abajo en el nivel de confianza.

Veamos el cuadro:

En el siguiente cuadro hemos comparado los niveles de confianza en los líderes empresariales y en los políticos.

  • En el caso de los empresarios, confía el 24% y desconfía el 25% de los encuestados.
  • Alarmantemente, solo el 6% confía en los políticos y el 73% desconfía.

El siguiente cuadro muesdtra los promedios de confianza en cada categoría del estudio.

Los siguientes cuadros muestran la ubicación del Perú en el ranking de confianza sobre: Doctores, científicos, profesores, miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, periodistas, funcionarios públicos, líderes empresariales, banqueros, ministros, publicistas y políticos.

En comparación con los demás países del estudio, en el Perú, los líderes empresariales son los que alcanzan mayores niveles de confianza.

Tal como indicado líneas arriba, los políticos peruanos son los que generan los peores niveles de confianza.

Lampadia




¿En quién se confía más en el Perú?

¿En quién se confía más en el Perú?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A diferencia de lo afirmado cotidianamente, los peruanos confían más en los líderes empresariales que en los políticos, según una encuesta global de Ipsos.

Ipsos Global Trustworthiness Index 2021 entrevistó a 19,570 participantes en 28 países, entre el 23 abril y el 7 de mayo, 2021. Participaron alternadamente: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, EEUU, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, India, Italia, Japón, Malasia, México, Perú, Polonia, Rumania, Rusia, Suecia, Sudáfrica, Turquía.

La confianza es la base del tejido social de un país. Lamentablemente, desde hace algo más de 10 años, en el Perú se ha venido perdiendo la confianza en el futuro y en los líderes de la gran mayoría de estamentos de la sociedad; tanto como producto de ausencias en el debate nacional, frivolidades, torpezas y corrupción, como por la siembra de narrativas negacionistas que oscurecieron nuestros logros.

En el siguiente cuadro se ve que las categorías de mayor confianza relativa son los líderes empresariales, los publicistas y los miembros de las Fuerzas Armadas.

Curiosamente, las categorías que generan más confianza en los países más desarrollados, los doctores, los científicos y los profesores, son los que generan menos confianza en el Perú.

Por otro lado, los ministros y los funcionarios públicos están muy abajo en el nivel de confianza.

Veamos el cuadro:

En el siguiente cuadro hemos comparado los niveles de confianza en los líderes empresariales y en los políticos.

  • En el caso de los empresarios, confía el 24% y desconfía el 25% de los encuestados.
  • Alarmantemente, solo el 6% confía en los políticos y el 73% desconfía.

El siguiente cuadro muesdtra los promedios de confianza en cada categoría del estudio.

Los siguientes cuadros muestran la ubicación del Perú en el ranking de confianza sobre: Doctores, científicos, profesores, miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, periodistas, funcionarios públicos, líderes empresariales, banqueros, ministros, publicistas y políticos.

En comparación con los demás países del estudio, en el Perú, los líderes empresariales son los que alcanzan mayores niveles de confianza.

Tal como indicado líneas arriba, los políticos peruanos son los que generan los peores niveles de confianza.

Lampadia




Liderazgo, designaciones y enfoque

Liderazgo, designaciones y enfoque

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Al presidente Castillo no le va muy bien. A tres meses de su investidura sigue mostrando deficiencias para el importante cargo que le toca desempeñar. Así se comprueba a través de todas las encuestas de opinión pública. Y por supuesto en las encuestas encargadas por Lampadia.

En esta ocasión hemos investigado con Ipsos, la performance del presidente en algunos atributos esenciales para el logro de un buen gobierno. Veamos:

1. El 64% opina que Pedro Castillo no tiene el liderazgo necesario para resolver los problemas del país.

2. Solo el 28% considera que el gobierno sabe qué hacer para reactivar la economía y está tomando las medidas necesarias para aumentar la inversión y recuperar el empleo.

3. El 70% de la población afirma que Pedro Castillo no sabe elegir personas capaces e intachables para ocupar cargos importantes. Esto se refleja en todos los NSE, rangos de edad, especialmente entre los jóvenes, y género, notoriamente entre mujeres.

4. Lo mismo se aprecia en cuanto al nombramiento del ministro de Educación, un cargo clave para el desarrollo integral del país.

5. Otro tema muy sensible sobre las cualidades del presidente Castillo se refiere a la opinión de la ciudadanía sobre si el presidente dice la verdad o no.

Solo el 19% cree que siempre dice la verdad y 45% que a veces dice la verdad.

6. Más bien con respecto a la hoja de coca, siendo que el 95% termina en el narcotráfico, sorprende que solo el 24% considera que se debe erradicar los cultivos de manera decidida.

7. Sobre la evolución de la popularidad del presidente, compartimos un cuadro de las encuestas de Datum de setiembre y octubre, que muestra una caída muy fuerte de apoyo en los sectores más cercanos a Castillo, el centro, el sur y el NSE E.

Ver la Encuesta de Ipsos en:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/0de1f-informe-encuesta-nacional-lampadia-27-de-octubre-2021-pr..pdf

Ver nuestras encuestas anteriores:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/images/025ea-estudio-de-opinion-publica-datum-setiembre-2021-lampadia.pdf

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/ba06a-actitudes-opinio-n-pu-blica-8-de-agosto-resultados-de-intere-s.pdf

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/0f977-informe-encuesta-nacional-lampadia-25-de-setiembre-2021-vf-sma.pdf

Lampadia




La Gran Condena

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Entrevista de ‘Conversación Inpecable’ (INPECABLE-TV), al director de Lampadia sobre la gran postergación de los pobres en el Perú, en el contexto de la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Mientras el mundo avanza en la nueva revolución industrial, el Perú retrocede con una visión pre-moderna de tintes autárquicos.

Ver la entrevista:

Ver: https://youtu.be/D783V4BMp7s

La entrevista se hizo sobre la base del artículo de Lampadia: Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno.




Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno

Dejar a los pobres desconectados del mundo moderno

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Mientras el mundo avanza en la nueva revolución industrial, el Perú retrocede con una visión pre-moderna de tintes autárquicos.

1. La revolución tecnológica y la mejora de vida en los países más ricos

El mundo ha entrado de lleno a la Cuarta Revolución Industrial, caracterizada por profundos cambios tecnológicos en todos los aspectos de la vida del hombre moderno. Hablamos de disrupciones que están afectando a los gobiernos, a las empresas y a las personas; con cambios tectónicos en los espacios del trabajo, la educación, la salud, las infraestructuras y el ocio.

La inteligencia artificial, Big Data, Blockchain, impresoras 3D, robótica, internet de las cosas, nanotecnologías, computación en la nube y realidad aumentada, entre otras; han tomado todos los espacios de la vida moderna, generando obsolescencias y aumentos brutales de productividad.

Se ha pasado de la producción en masa a la oferta de valor de uno a uno. Por ejemplo, esto conlleva cambios de paradigmas en educación y salud. En educación, implica la posibilidad de potenciar las capacidades de cada estudiante. Y en salud, representa pasar de una medicina enfocada en curar, a una capaz de prevenir las enfermedades y de monitorear la salud de cada ser humano.

Todo esto requiere mucha inversión y recursos económicos, tanto para investigación y desarrollo, como para la adopción de las nuevas tecnologías. Los países más ricos están luchando para asegurarse que esta revolución no deje detrás a partes importantes de su población.

2. El gran reto de los países menos prósperos

Para los países menos prósperos, como el Perú, el gran reto es crecer para engancharse en la revolución tecnológica, y no dejar a los ciudadanos sin acceso a los nuevos estándares de vida que gozarán las poblaciones de los países más ricos.

  • Ello conlleva necesariamente, promover la inversión -especialmente la inversión privada, que representa el 80% del total-, el crecimiento de la economía, y por supuesto, generar riqueza.
  • Conlleva también tener un sector privado innovador y desarrollista, que apueste por el futuro del país, generando empleo, capacitando a sus trabajadores, integrando cadenas productivas, aportando recursos públicos y participando activamente en la formación de políticas públicas.
  • También conlleva la presencia de un Estado que priorice la cobertura y calidad de servicios públicos de calidad, especialmente en educación, salud e infraestructuras.
  • Asimismo, se requiere de mucho mejor articulación entre el gobierno central y los sub-nacionales, promover la integración del sector público y privado, sujetar a los funcionarios públicos a los límites fijados por la Constitución y las leyes, una efectiva rendición de cuentas y mecanismos efectivos para la prevención de la corrupción.

Para facilitar la creación de riqueza, un país pobre como el Perú, tiene que apostar por una economía abierta, organizada como una economía social de mercado, debe promover agresivamente la inversión privada de peruanos y extranjeros y fomentar el crecimiento de nuestras exportaciones, aprovechando las múltiples y abundantes riquezas que están a nuestra disposición. Para el Perú, no hay otra forma de crear riqueza.

3. La gran condena a los pobres en el Perú

Lamentablemente, lo que está ocurriendo en el Perú, es todo lo contrario. Tenemos un gobierno en el que el partido de gobierno y sus aliados, están atrapados en estructuras mentales pre-modernas del izquierdismo decimonónico y empobrecedor de inspiración marxista, que no ha logrado el bienestar en ningún país del mundo, a lo largo de la historia.

Peor aún, todas nuestras izquierdas están influidas e inspiradas en el Pos-extractivismo, que postula producir lo menos posible de todo, consumir lo que produces, proteger a los productores locales desincentivando las importaciones y desalentando las exportaciones.

Además, promueven el llamado ‘buen vivir’, una visión bucólica de la vida rural en un país urbanizado. También llamado “‘Sumak kawsay’, un neologismo quechua creado en los años 90 como una propuesta política y cultural de organizaciones socialistas-indigenistas y adoptada posteriormente por los gobiernos del movimiento por el socialismo del siglo XXI en Ecuador y Bolivia” (Wikipedia).

Consecuencias de la gran condena

En pocas palabras podemos decir que mientras el mundo avanza en la nueva revolución industrial, el Perú retrocede con una visión pre-moderna de tintes autárquicos.

Rechazar la inversión privada, las tecnologías modernas y encomendar la cosa pública a los amigos y colegas políticos, en vez de convocar a los más capacitados, garantiza que los peruanos quedemos fuera del mundo moderno.

Pero los más perjudicados serán nuestros pobres, aquellos que las izquierdas dicen defender. Los ciudadanos más solventes podrán acceder a ese mundo tecnologizado, en educación y salud, por ejemplo. Les costará más que a un europeo o estadounidense, pero tendrán acceso a una mejor calidad de vida, o se irán al extranjero, pero sus hijos serán parte de ese nuevo mundo.

En cambio, nuestros pobres, en un país que no invierte, que no crece, que no crea riqueza, no tendrán acceso a una buena educación, o a la salud preventiva que garantiza una mejor calidad de vida, o a gozar de buenas infraestructuras.

Con las políticas que ofrecen Perú Libre y sus aliados, nuestros pobres serán condenados a vivir en los arrabales del mundo moderno.

Los peruanos que conocemos de este trance y del desenganche político del gobierno con el mundo de nuestros días, tenemos que contrastar sus ideas y comunicar a la opinión pública, que nada, excepto la torpeza o el juego político, justifican esta gran condena a la pobreza.

Con buenas políticas públicas, el Perú puede crecer al 7 u 8% por año y ser parte de la modernidad. Comprometámonos en la batalla de las ideas. Lampadia




Pretenden destruir una joya regada por millones de peruanos

Pretenden destruir una joya regada por millones de peruanos

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno pretende destruir algo de lo mejor que se ha desarrollado en el Perú, la agricultura moderna, que lleva frutas y hortalizas de primera calidad a los mercados más lejanos y sofisticados del mundo, creando empleo formal en el sector rural y transformando el campo, el espacio de mayor pobreza en un creciente emporio de prosperidad.

Así lo hemos denunciado hace pocos días. Ver en Lampadia: La finta de la 2da reforma agraria – Gobierno juega a la política con el sector agrario.

Hoy queremos compartir con nuestros lectores un magnífico artículo de Carlos Amat y León de junio de 2017: El gran cambio en el comercio exterior del agro – La Nueva Agricultura Peruana, en el que muestra la gran productividad de la agricultura peruana, que en 180,000 hectárias puede producir el mismo valor que otros países en 2’570,000 hectáreas.

La maniobra política del gobierno se ensaña con el sector que debe concentrar todos los esfuerzos para insertarlo en los mercados internacionales, que permite una transferencia de riqueza desde los consumidores más ricos del mundo, a los productores pobres del Perú.

El desarrollo de las agroexportaciones está a medio camino. Ya cubre gran parte de la costa, la vertiente oriental de los andes con el cacao y el café, y ya empieza a abrcar la sierra con la quinua, la tara, y la papa entre otros. El potencial de desarrollo en la sierra es inmenso, especialmente con los granos andinos y las raíces. Camino ya abierto en los mercados internacionales por la quinua.

Cortar este proceso es un crimen social, que debemos rechazar con toda nuestras fuerzas.

Veamos el artículo de Amat y León:
El gran cambio en el comercio exterior del agro
La Nueva Agricultura Peruana

Carlos Amat y León
Profesor  Emérito Universidad del Pacífico
Ex Ministro de Agricultura
Para 
Lampadia

En aquellos tiempos, hasta mediados del siglo pasado, reinaban los  “Barones del azúcar y del algodón”. La Sociedad Nacional Agraria ponía y deponía presidentes según las circunstancias, manejaban las mayorías parlamentarias, controlaban el Banco Central de Reserva y ejercían una gran influencia en los medios de comunicación. Por entonces, a fines de los años 50´,  los agro-exportadores generaban el 46 % de las divisas y la minería y el petróleo aportaban el resto. Es decir,  la Cerro de Pasco Corporation y la Internacional Petroleum Company. Sin duda, este grupo era la base moderna de la economía nacional y el motor del crecimiento del país. Los  protagonistas políticos de la época fueron el General Manuel Odría, quien derrocó al ilustre jurista José Luis Bustamante al atreverse controlar el tipo de cambio en 1948. Y, por supuesto, el presidente Dr. Manuel Prado (1956–1961) y su Ministro de Hacienda Pedro Beltran, propietario de la hacienda algodonera Montalván, en el valle de Cañete.

Sin embargo, durante las últimas seis décadas, hemos experimentado todo tipo de revoluciones y en todas las dimensiones de la vida nacional. Este orden económico y social ha sido transformado en sus fundamentos  productivos, en la composición y dinámica social y en sus articulaciones con la economía global. En este corto período de historia hemos vivido lo que en Europa ocurrió en seis siglos.

Efectivamente, nuestra más alucinada creatividad no hubiera imaginado en 1960 la metamorfosis de la revolución cubana hasta la Venezuela contemporánea,  la explosión demográfica urbana de  Lima Metropolitana y su transporte público, la reforma agraria y el éxodo campesino, la brutalidad de Sendero Luminoso simultánea con la demolición financiera  del sector público y la hiperinflación de Alan García, la estrangulación y mercantilización del Estado por Fujimori y Montesinos y la sistemática corrupción corporativa, pública y privada, durante los últimos 4 gobiernos, con la excepción de  la primavera cívica de Valentín Paniagua. Y tampoco hubiéramos previsto la masificación del celular y el uso generalizado de internet.

Sin embargo,  en los últimos veinte años, también hemos sido capaces de sostener un crecimiento económico acumulativo, con una tasa promedia anual de 6 %. Esta es una experiencia inédita en la historia de la república. Quizás esta sorprendente acumulación del capital productivo ha rebasado y, en muchos casos asfixiado, la capacidad institucional y la habilidad de las personas para gestionar una actividad económica más compleja y dinámica. Es un hecho que este crecimiento ha reducido notablemente el índice de pobreza a 21%, aunque se debe reconocer la persistente informalidad del 70 % de la economía y de la sociedad, a pesar de las sistemáticas reformas laborales y tributarias para superarla.

Pero en este artículo queremos llamar la atención sobre los cambios en el comercio exterior del agro y el surgimiento de un  nuevo empresariado – los agro-exportadores-, durante este último período. Ellos son uno de los protagonistas de la transformación del país y de la inserción de la actividad productiva en la economía global.

En el cuadro adjunto hemos organizado la información del Boletín Estadístico del Comercio Exterior Agrario del Perú del año 2016, (SIEA- Minagri), seleccionando en la columna de las exportaciones los productos agrícolas cuyo valor(FOB) de exportación se aproximan al valor (CIF) de los  productos importados más importantes.

Por ejemplo, con el valor de la exportación de uva de mesa  (US$ 646 millones) más el valor de los arándanos (US$ 237 millones), se obtiene US$ 883 millones. Con ese monto se puede financiar los US$ 885 millones que cuesta importar los productos derivados de la soya: granos, harinas, torta y aceites.  La cantidad importada equivalente en granos de soya es aproximadamente 2.1 millones de TM.

Lo interesante del cuadro son los términos de Intercambio de recursos. En este caso, el área cultivada que se utiliza en el Perú para exportar ese valor de  uva y arándanos son 30 mil hectáreas. El cultivo de esa área se intercambia con 1 millón de hectáreas que tienen que ser cultivadas por los otros países, para producir la soya que consumimos por un valor de US $ 885 millones. Si quisiéramos producir lo que consumimos (autosuficiencia alimentaria), tendríamos que utilizar algo más de un millón de hectáreas en nuestro país, ya que tenemos rendimientos menores en soya que USA, Brasil y Argentina. En resumen, en el caso de la soya,  la seguridad alimentaria para nuestro pueblo la conseguimos cultivando 28 mil hectáreas de uva de mesa y 2 mil hectáreas de arándanos y nos ahorramos el uso de 1 millón de hectáreas. 

Debemos advertir que este intercambio del uso de áreas cultivadas tiene mayores impactos, ya que también se intercambia el uso hídrico, fertilizantes, pesticidas, herbicidas y la energía para aplicarlas en los campos de cultivo. Además, en los países señalados, se cultiva la soya a escala continental, con un despliegue impresionante de vehículos, maquinaria y equipos para la siembra, cultivo y la cosecha. Adicionalmente al trabajo en el campo, se debe añadir el uso de edificios, instalaciones, almacenes y el transporte para llegar a los mercados. Para construir todo ello, se requiere extraer fierro, producir acero y fabricar la maquinaria, utilizando principalmente energía fósil: carbón y petróleo. Obviamente, la huella de carbono y el efecto invernadero de este millón de hectáreas es enorme.

También habría que hacer el balance entre el intercambio de mano de obra y el tipo de organización empresarial.  Se nos viene a la mente la comparación de la pequeña y mediana agricultura y su impacto en los centros poblados como Ica, Trujillo y Piura, con las empresas corporativas de gran escala en Estados Unidos, Brasil y Argentina.

Un balance similar se muestra con la suma del valor de la exportación del espárrago más el mango por un valor de US$ 850 millones. Esta cifra es muy similar a los  US$ 852 millones que se paga por la importación de trigo.  En términos de recursos, intercambiamos las 34 mil has de espárragos más las 22 mil has de mango que se cultivan en el Perú, con 1´100,000 has que tienen que cultivar los otros países para producir el trigo que nos venden.

En la exportación de palta más capsicums (páprica y pimiento piquillo), obtenemos un ingreso de US $ 526 millones, valor aproximado a los US $ 580 millones que requiere la importación de maíz amarillo. En términos del área utilizada, intercambiamos 52 mil hectáreas por las 390 mil hectáreas cultivadas en los países vendedores de maíz amarillo.

De igual manera se compara en la parte inferior, dos grupos de productos de menor intercambio. Primero se contrasta el valor de la exportación de mandarinas y maracuyá con el valor de la importación de azúcar; y, de otro lado, se compara el valor de la exportación de alcachofa más cebolla con el valor de la importación de arroz.

En síntesis, el 2016, la exportación de diez frutas y hortalizas generan las divisas necesarias para financiar  la importación de los principales alimentos industriales, como la soya, el trigo, maíz amarillo, azúcar y arroz. Y se muestra sobre todo, un extraordinario intercambio de recursos en el mercado internacional: en el Perú usamos 180 mil hectáreas de cultivo, a cambio de 2`570.000 hectáreas que cultivan en el resto del mundo, para abastecer nuestro mercado interno. Pero también es el  intercambio de la pequeña y mediana agricultura peruana con la agricultura internacional corporativa, de grandes extensiones, mecanizada y el uso intensivo de energía fósil.

Especial mención merece el café y el cacao. El primero es el principal producto de exportación con US$ 756 millones y se cultiva en 394 mil hectáreas. El segundo se cultiva en 131 mil hectáreas y se exporta por un valor de US$ 210 millones. Los actores empresariales  en estos casos son el pequeño y el mediano agricultor. Ambos son estratégicos para desarrollar la economía de la ceja de selva y la mejor alternativa para combatir el narcotráfico.

La agro-exportación no se reduce a estos productos. Se exporta 638 partidas arancelarias a 142 países e importamos alimentos de 106 países. Sin duda, nuestro posicionamiento en el mercado es global y creciente. Según ComexPerú, en el primer cuatrimestre de 2017, la agro-exportación se ha incrementado en 5% en un entorno de desaceleración de la economía nacional.

Ciertamente la sociedad y la economía de los “barones de la azúcar y el algodón” no es lo que el tiempo se llevó. Son los agro-exportadores peruanos los que están construyendo un nuevo país.

Se debe aprovechar los Tratados de Libre Comercio para ampliar, diversificar y profundizar la aceptación de nuestros productos en esos mercados, de manera creciente y sostenida.  Por otro lado, se debe reconocer que los procesos de comercialización de las frutas y hortalizas son más complejos y  los protocolos de cumplimiento de las  normas sanitarias, sociales y ambientales son más estrictas. Así mismo, los consumidores de estos productos en los países desarrollados son más exigentes en la certificación de la calidad e inocuidad de los mismos.

Perú ya se posicionó en estos mercados. Utilizando un reducido  número de hectáreas, ya ocupa en la actualidad los primeros puestos como exportador de espárragos, uvas, paltas y mango.  Duplicar o triplicar la superficie cultivada en estos productos no será fácil. Aunque no hay restricción de tierra, ni de agua, ni de energía, ni de tecnología. La tarea es desplazar de los mercados  la producción de los otros países competidores en base a la mejor calidad,  menor precio y oportunidad de venta de los productos.

El gran desafío será el de imprimir en la mente y en el corazón de los consumidores que nuestras frutas y hortalizas “valen un Perú”, al igual que la gastronomía. Pero también debemos garantizar el cumplimiento de nuestros contratos. Por lo tanto, la respuesta consistirá en construir la infraestructura que reduzca los costos de logística, organizar las plataformas institucionales regionales para ofrecer los servicios de gestión de segundo piso, instalar parques empresariales integrados con centros de innovación tecnológica y promover la red de centros de capacitación para formar el staff profesional y técnico calificado. Lampadia




Corrijan el rumbo

Corrijan el rumbo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Hoy presentamos una nueva encuesta que hemos encargado a Ipsos. Se han entrevistado presencialmente a 1,213 personas mayores de 18 años de todos los NSE en el ámbito nacional urbano-rural entre el 24 y 25 de septiembre del 2021.

Encontramos, tal como hemos visto en las encuestas anteriores, que Castillo-Cerrón-Bellido están gobernando para un país que solo está en sus designios políticos. Los peruanos no somos tontos. Hemos aprendido con mucho dolor, los impactos de la inflación, de la falta de inversión y empleo, de la escasez de alimentos y medicinas, y del abuso de los malos funcionarios públicos.

I. Veamos que quieren los peruanos del gobierno

  • Los peruanos no queremos que nos desunan.
  • Necesitamos un presidente que lidere.
  • No queremos que Cerrón tenga influencia en el gobierno.
  • No queremos que se cree inestabilidad con el cambio de Constitución.
  • No queremos que se ahuyente la inversión privada que crea empleo.
  • La prioridad del gobierno debe ser transmitir confianza.
  • También alejar a personas vinculadas al terrorismo.
  • Queremos que se nombre funcionarios capaces y honestos.

Los siguientes cuadros presentan los detalles de todos estos temas:

II. Otros mensajes importantes para el gobierno

  • El 83% considera que Cerrón es un sentenciado que debe alejarse del gobierno.
  • El 89% considera que Castillo no tiene suficiente fuerza para alejar a Cerrón del gobierno, o no rompe con el porque necesita sus votos en el Congreso, o son simplemente aliados, o Cerrón lo tiene amenazado con temas comprometedores.
  • El 65% rechaza la reunión de Castillo con el dictador Maduro.
  • El 90% desaprobaría el modelo venezolano para el Perú.
  • El 68% considera que los militantes de SL y Movadef, deben ser apartados del gobierno.

Veamos los detalles a continuación.

III. Educación, salud y libertad de prensa

  • El 71% cree que lo que se necesita es una mejor gestión publica en educación y salud, en vez de estar pensando en cambiar la Constitución.

Esto es unánime en todas las zonas del país, en todos los niveles socioeconómicos, géneros y edades.

  • El 80% dice que el gobierno debe respetar plenamente la libertad de prensa.

Veamos:

Pueden revisar la encuenta completa en el siguiente enlace: Opinión pública en el Perú

Esperamos que esta información ayude al gobierno a enmendar entuertos y a tomar el rumbo de la prosperidad. No se pueden hacer cambio improvisados, ni imponerlos. Los peruanos quieren más trabajo y la tranquilidad, que solo pueden lograrse con mayor confianza en el futuro y con mucha más inversión privada. Lampadia




Gobierno juega a la política con el sector agrario

Gobierno juega a la política con el sector agrario

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno de Castillo-Cerrón inicia su despliegue político para manipular el sector agrario convocando a múltiples burócratas estatales y asociaciones sindicales y anti empresa vinculadas al sector.

  • Se ha excluido expresamente a los representantes del sector privado que generaron la revolución de las agroexportaciones que llevaron el empleo formal al campo para unos 2 millones de trabajadores y alcanzaron exportaciones del orden de US$ 7,000 millones.

Esa exclusión podría explicarse por un enfoque equivocado, por una visión sindicalista del desarrollo del sector, pero que permite mantener una supuesta intención de favorecer a los trabajadores del sector.

  • Sin embargo, la exclusión de organizaciones como Sierra Productiva, que desarrollan la introducción de tecnologías que aumentan notoriamente la productividad y el acceso a los mercados, para los minifundios alto andinos, la zona de mayor pobreza del agro, desnuda las verdaderas intenciones de la llamada segunda reforma agraria: la captura del sector como rehén para los juegos de poder del partido de gobierno.

La primera reforma agraria, la de la dictadura izquierdista de Velasco ofreció: “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza”. Pero el resultado fue la miseria de los campesinos, que solo lograron algunas mejoras cuando se desprendieron del colectivismo que impuso la dictadura.

La segunda reforma agraria se hace sobre el marco de otra promesa: “No más pobres en un país rico”. Lamentablemente, con el desprecio y ataque al sector privado, y con su exclusión en este proceso, podemos ver que el resultado será “Más pobres en un país pobre”.

Desafortunadamente, no hay otra explicación. No podemos seguir calificando al gobierno por sus declaradas intenciones. Tenemos que juzgarlo por sus actos y los recursos humanos que pone detrás de sus programas.

Ver la convocatoria del gobierno: 

La Resolución Ministerial N° 0274-2021-MIDAGRI crea el Grupo de Trabajo Sectorial para el desarrollo del sector agrario y de riego en el marco de la Segunda Reforma Agraria. Este Grupo aprobará los lineamientos de la Segunda Reforma Agraria y la formulación del plan de acción para el desarrollo del sector.

Integrantes:

–              El Viceministro de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario, quién lo preside;

–              El Viceministro de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego;

–              El Director General de Políticas Agrarias;

–              El Director General de Gestión Territorial;

–              El Director General de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas;

–              El Director General de Saneamiento de la Propiedad Agraria y Catastro Rural;

–              El Director General de Desarrollo Agrícola y Agroecología;

–              El Director General de Desarrollo Ganadero;

–              El Director General de Asociatividad, Servicios Financieros y Seguros;

–              El Director General de Infraestructura Hidráulica y Riego;

–              El Director General de la Oficina General de Planeamiento y Presupuesto;

–              El Director Ejecutivo del Programa de Compensaciones para la Competitividad;

–              Un representante de CONVEAGRO;

–              Un representante de la Confederación Nacional Agraria – CNA;

–              Un representante de la Central Única de Rondas Campesinas – CUNAR;

–              Un representante de la Junta Nacional de Usuarios de los Sectores Hidráulicos de Riego
del Perú;

–              Un representante de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y
Amazónicas del Perú; y

–              Un representante de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas,
Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú.

El Grupo de Trabajo podría convocar a representantes del sector privado con derecho a voz, pero sin voto.

Hacemos nuestro el reclamo del comunicado que compartimos líneas abajo, donde varios gremios empresariales y asociaciones vinculadas al campo, exigen “la derogatoria de la Resolución Ministerial N°274-2021-MIDAGRI y solicitamos la inmediata conformación de una Mesa de Trabajo Multisectorial Vinculante con la participación de VOZ Y VOTO de todos los gremios agrarios y ministerios involucrados en la agenda agraria”.

Este comunicado está también firmado por la Confederación Campesina del Perú (CCP), que justamente dio a luz el desarrollo de Sierra Productiva.

Basta pues, de ideologías perversas, mentirosas y divisionistas. Los peruanos, todos los peruanos, queremos trabajo y libertad para integrarnos a los mercados más provechosos para traer riqueza. Lampadia




Las señales están muy claras

Las señales están muy claras

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Muchos analistas y comentaristas siguen indicando que las señales del gobierno no están claras y siguen esperando que alguien las aclare sin hacer el necesario balance.

En mi opinión, ¡LAS SEÑALES ESTÁN MUY CLARAS! Y así han estado durante buena parte de la campaña electoral. Eso, por supuesto afecta la confianza en el gobierno y la disposición para dinamizar la inversión privada, motor esencial de la economía, máxime ante la imperiosa necesidad de recuperar el crecimiento y el empleo, muy afectados por el mal manejo de la pandemia. El BCR ya hizo el balance y ha anunciado que el próximo año, la inversión privada crecerá cero (0%).

Quién sabe si la única virtud de Perú Libre ha sido, sorprendentemente, la transparencia con la que se presentó, cosa que ha refrescado constantemente, tanto en palabras, juntas y actos.

  • Palabras: Perú Libre (PL) dijo desde el primer día que ellos estaban inspirados por el marxismo, leninismo, maoísmo y mariateguismo. Y que se basarían en la lucha de clases.
  • Juntas: PL no ocultó su cercanía con el Conare, con el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, con el régimen cubano, con el chavismo venezolano, con los países que profesan el socialismo del siglo xxi en América Latina, con Evo Morales, con el Foro de Sao Paulo y con el Grupo de Puebla.
  • Actos: La formación de su gabinete, ver en Lampadia: Mal desde el primer día – Castillo y su gabinete de guerra; los nombramientos de funcionarios públicos en ministerios, embajadas y agencias del Estado; los ataques permanentes a la prensa; el juego infantil sobre la designación del presidente y directores del BCR; las maniobras para fomentar la lucha de clases, acusando a la oposición y a las empresas de complotar contra los pobres subiendo el precio del dólar y de los bienes básicos; nos confirman que no pretenden gobernar para el bien común, sino para implantar su agenda política.

Todo esto se ratifica con la insistencia de PL por imponer una asamblea constitucional fuera del marco de la Constitución, y antidemocrática, pues quieren nombrar a dedo al 50% de sus miembros. PL ya presentó un proyecto de Ley con este propósito al Congreso, y están recogiendo firmas, haciendo uso de mecanismos ilegales desde el gobierno, como promoverlo en actos oficiales y vincularlo al reparto de bonos.

Todo apunta pues a la consolidación de un gobierno súper autoritario, que desprecia y amenaza a quienes no comparten sus ideas, y que está fundamentalmente dirigido a capturar el poder absoluto, inspirado en ideologías ajenas al Perú.

Además, similarmente a lo sucedido recientemente en Chile, PL, la expresión peruana del radicalismo político extremo, ha capturado y destruido al centro izquierda, que tenía enfoques más moderados y democráticos.

A estas alturas debería quedarnos claro a todos los que creemos en la democracia y la economía social de mercado, que Perú Libre tiene una agenda autoritaria, de orientación continental, que va más allá del período de gobierno de cinco años, que no está dirigida a mejorar la calidad de vida de los peruanos, que no pretende promover la inversión privada, y que no va a reparar en la Constitución y las leyes para enmarcar su acción política.

No puedo dejar de criticar a quienes, sabiendo lo que representaba PL, le facilitaron el acceso al poder, ya sea por odio al fujimorismo, por falsas ínfulas de dignidad, por pretender acercarse al gobierno para capturar espacios de poder, por malos cálculos políticos que los llevaban a asumir que era fácil controlar los eventuales actos de gobierno, y por pura y dura torpeza e irresponsabilidad.

Ahora tenemos que ponernos al frente, tenemos que frenar y diluir los impactos negativos del gobierno de PL en el corto y largo plazo.

A diferencia de muchos ciudadanos angustiados que van perdiendo la fe y critican a todos sin generar propuestas y sin actuar, creo que debemos asumir que, en el corto plazo, todo sirve para comunicar al conjunto de la población, los elementos que configuran la acción de un gobierno destructivo. Sirven las marchas, sirven los comunicados, los plantones, las encuestas y los intercambios en las redes.

Sin embargo, no es suficiente oponerse a la asamblea constituyente, a la segunda reforma agraria, al manoseo del comercio internacional, al debilitamiento de la lucha contra el narcotráfico y a los malos nombramientos, también se necesitan propuestas concretas sobre las políticas públicas necesarias para recuperar el crecimiento de la economía y bajar el nivel de pobreza, para promover las inversiones privadas, el empleo, las reformas de la salud y la educación públicas, y para recuperar nuestra fortaleza macroeconómica y fiscal, esenciales para dar tranquilidad a todos los peruanos.

Tenemos que rebelarnos ante un manejo de gobierno que nos está llevando a un miserable crecimiento de 3.4% del PBI para el próximo año (a pesar de contar con condiciones favorables), tal como ha debido anunciar el BCR. Con un buen gobierno, el Perú puede crecer entre 6% y 8% anual, y podemos transformar nuestras riquezas en bienestar general.

Pero al mismo tiempo, no debemos olvidarnos de cuidar el largo plazo. De la evolución política de Chile, y de la toma del poder de un partido marxista-leninista-maoísta-mariateguista en el Perú, tenemos que concluir que una sociedad civil responsable, no puede desentenderse de la cosa pública. Por ejemplo, no podemos dejar que el gobierno central y los gobiernos sub nacionales mantengan pésimos servicios públicos en educación y salud, máxime si el sector privado genera los recursos que han venido desperdiciándose con obras absurdas, con ineficiencias, corrupción y muchas veces, sin utilizarse.

La situación actual tiene que ser el acicate que nos lleve a un compromiso permanente con el bienestar de todos los peruanos. No dejemos que nuestros hijos y nietos cometan el mismo error de las generaciones mayores, de gozar del producto de su esfuerzo personal, sin ocuparse del conjunto de la sociedad.

Hoy no hay dudas sobre el gobierno de PL, solo hay certezas, así como las hay sobre la agenda que nos toca enfrentar. Lampadia