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Se consolida la nueva industria azucarera peruana

Se consolida la nueva industria azucarera peruana

Una de las peores consecuencias de la reforma agraria de la dictadura militar fue la desaparición de la industria azucarera peruana. No solo colapsó la producción y se malograron los campos e ingenios, sino que sus trabajadores también pasaron a una situación de miseria, con salarios nominales que nunca se pagaban y niños desnutridos.

Los daños llegaron incluso al fútbol nacional, pues perdimos generaciones de jóvenes fuertes y bien alimentados, acostumbrados a correr en los arenales, como los que otrora se lidiaban de igual a igual con los jóvenes del resto del mundo y nos dieron tantas satisfacciones.

Con el regreso de la inversión privada al campo y, en este caso a los ingenios azucareros del norte, hemos retomado la senda de crecimiento, mayor productividad y mejores condiciones de trabajo y vida para miles de nuestros peruanos en el pujante ‘sólido norte’. Veamos el artículo del desarrollo de Coazucar:

Coazucar arranca ingenio en Olmos

Recuperando el liderazgo en la producción azucarera

John Carty
Vicepresidente de Coazucar
Grupo Gloria
Para
Lampadia

La Corporación Azucarera del Perú (Coazucar) – Holding Agroindustrial del Grupo Gloria, busca posicionarse como la productora de azúcar de menor costo en el mundo. Siendo el azúcar un commodity cuyos precios los fija el mercado internacional, solo se puede ser competitivo buscando eficiencia productiva.

Coazucar maneja en el Perú los ingenios azucareros: Casa Grande, Cartavio, San Jacinto, AgroAurora y su nuevo desarrollo en Olmos; en el exterior maneja los ingenios San Isidro en Argentina y La Troncal en Ecuador. Cuando la operación de Lambayeque llegue a plena capacidad en una primera etapa, estaremos moliendo más de 1.8 millones de toneladas de caña al año, generando alrededor de 450 puestos de trabajo calificados y produciendo más de 190 mil toneladas anuales de azúcar.

En AgrOlmos hemos invertido aproximadamente US$ 320 millones, que cubre la adquisición de tierras, implementación del cultivo y la construcción del ingenio azucarero. La operación abarca 18,600 hectáreas. En una primera etapa tendremos alrededor de 13,500 hectáreas sembradas con caña de azúcar, una capacidad de molienda de 6,000 toneladas diarias y produciremos más de 600 toneladas de azúcar rubia  destinada al mercado interno y exportaciones. En una segunda etapa, la capacidad de molienda alcanzaría las 10,000 toneladas diarias de caña de azúcar y produciríamos más de 1,000 toneladas de azúcar por día.

En el Perú la mayor parte de las importaciones son de azúcar blanca y refinada, que hoy bordea unas 370,000 toneladas anuales. AgrOlmos planea cubrir, en una primera etapa, alrededor del 50% de las importaciones.

En el proyecto de Olmos se compraron 38,000 hectáreas por parte de unas 20 empresas, entre ellas nosotros. En total se han invertido unos US$ 536 millones en infraestructura y, las empresas que adquirieron las tierras, están invirtiendo alrededor de US$ 1,000 millones adicionales, constituyendo una importante inversión de US$ 1,500 millones, de los que el Estado financió únicamente unos US$ 256 millones, lo que demuestra que la inversión privada es clave en un proyecto como este ya que el estado como gestor, al invertir 256 millones genera inversión privada por más de U$ 1,200 millones, lo cual es un buen resultado.

A la fecha, se están generando unos 5,500 puestos de trabajo directos y 5,000 indirectos.  

Una vez terminadas las inversiones se espera generar 25,000 puestos de trabajo directos y 60,000 indirectos.

En el caso del Grupo Gloria, además del desarrollo azucarero, estamos evaluando diversificar nuestras agro-exportaciones con la eventual producción de mangos, paltos y uvas en los valles donde se ubican los otros ingenios azucareros del grupo.

Nuestro desarrollo agrícola está dirigido a posicionar la producción azucarera peruana, a la vanguardia del mundo. Liderazgo que se viene recuperando con un gran esfuerzo empresarial y el apoyo de miles de trabajadores del ‘sólido norte’. Lampadia

 

 




No malogremos nuestro potencial agrícola

El Perú se ha convertido en una de los diez primeros países proveedores de alimentos en el mundo. La agricultura moderna creció a una tasa anual de 6.6% entre el 1990 y 2014 y la tradicional creció en 2.2% en el mismo periodo. En promedio, entre el 2000 y el 2014, la agricultura creció en 5%. Este sector se ha convertido en una de las principales actividades económicas que impulsan el desarrollo del Perú, acompañando a la minería en la generación de empleo formal rural y divisas para nuestro país. Ver en Lampadia: Agroexportación: Una industria de clase mundial.

Este gran desarrollo significa una importante diversificación de nuestras exportaciones y la creación de pleno empleo en varias regiones. Empleo formal, con seguro de salud y demás beneficios laborales en el sector rural. Es por eso que consideramos interesantes las palabras del nuevo ministro de Agricultura, José Manuel Hernández, en una entrevista publicada en el diario “Gestión”, en cuanto a que buscará “convertir al agro en la locomotora del desarrollo nacional. Necesitamos apoyar a los pequeños agricultores”. Las agro exportaciones pueden efectivamente ser uno de los motores de la economía, pero el enfoque correcto en cuanto a los pequeños agricultores es ‘traerlos a la economía de mercado, promoviendo programas productivos como el de Sierra Productiva’.

Así está cambiando el desierto de Lambayeque con el proyecto de Olmos. Fuente: El Comercio

Para lograrlo, plantea crear “el banco de germoplasma del mundo. El Perú debe ser el primer banco de germoplasma del mundo para darle valor a nuestra biodiversidad. No debemos permitir que se lleven el algodón de colores y que hagan un proceso derivado y lo patenten, o que se llevan la maca y la patenten, o que se lleven la uña de gato y hagan lo mismo.”

Hace algunos meses, publicamos en Lampadia una interesante noticia que 750 variedades de papa peruana fueron depositadas en el “Arca de Noé” (la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, Noruega) para formar parte de un proyecto que salvaguarda la biodiversidad genética de muchas especies de cultivos alimenticios, ante la eventualidad de alguna catástrofe mundial. Ver en Lampadia: El Perú sube al Arca de Noé.

Diseño de la bóveda

Nosotros lamentamos que sólo se haya escogido la papa para formar parte de este importante proyecto. Nuestro país cuenta con una gran diversidad de productos agrícolas nativos, entre ellos la papa, el tomate, el camote, el maíz, la quinua, la kiwicha, el tarwi, el yacón, la chirimoya, la maca y muchos otros. Este proyecto de crear un banco de germoplasma podría lograr un objetivo complementario al del “Arca de Noé”, si se orienta a potenciar las capacidades productivas de nuestras especies nativas.

Lamentablemente, solo líneas más tarde, mostrando cierto nivel de confusión, el ministro la ‘malogra’ diciendo que piensan tomar medidas para regular la concentración de la propiedad de la tierra, afirmando que “hay un grupo que tiene demasiada concentración. Y no es por la propiedad en sí. Si recordamos, el recurso más escaso que tenemos en el país es el agua. Entonces, el tamaño de propiedad te da una capacidad de dominio muy peligrosa y eso es lo que hay que evitar, la posición de dominio.” Para empezar agua nos sobra. Que no hayamos sabido cultivarla y canalizarla, no significa que haya que restringir el desarrollo de la agricultura moderna. Todo lo contrario, hay que promover su crecimiento y por supuesto aprovechar el agua que seguimos perdiendo todos los años. Por otro lado, no es verdad que en el Perú está concentrada la tierra.

Sin embargo, en otra entrevista del mismo día pero en el diario La República, afirma que “El 80% de los conductores de fincas en el país tienen menos de cinco hectáreas, es decir, son pequeños agricultores, ellos no pueden llegar al mercado de manera individual, no tienen las competencias para hacerlo, hay agricultores que tienen 1 o 2 hectáreas y no llenan ni un camión para llevar al mercado, por lo tanto caen en manos de los intermediarios, que pagan bajo por los productos y se encargan de llevar al mercado a precios cinco o seis veces más altos. Los agricultores ya han entendido que solos no harán nada y la única forma de cambiar eso es asociándose y construyendo cadenas productivas que les permitan llegar lo más cerca posible al mercado, algunos llegarán a exportar, otros venderán en Lima o de manera más organizada, eso pasa por el desarrollo empresarial.” Nuevamente, la asociatividad no es la ‘única forma de cambiar eso’. También es con apoyo de técnicas de riego y otras como lo ha probado Sierra Productiva con más de 60,000 familias minifundistas.

¿Entonces, en qué quedamos? Ambas declaraciones se contradicen. La verdad es que a pesar de que la izquierda peruana continúa afirmando que en el agro peruano el existe concentración de la tierra, los censos agrarios dan resultados interesantes sobre el sector: Un importante crecimiento del área agrícola y del volumen y diversificación de la producción, no están aumentando los minifundios, los propios minifundios no se empequeñecen y, por supuesto, no existe un proceso de concentración de la tierra. Ver en Lampadia: La verdad sobre la concentración de la tierra.  

La realidad es que Perú es un país que se caracteriza por la fragmentación de la propiedad de la tierra. El 6% de la superficie total del Perú (7.1 millones de hectáreas) corresponde a tierras con capacidad para cultivos agrícolas, de las cuales sólo el 58% se encuentra cultivado (4.1 millones de hectáreas). Desde 1994 al 2012, período en el que se permitió el regreso de la inversión privada al campo, la superficie agrícola se incrementó en 30%. Además es importante destacar que el crecimiento de la agroexportación, con los nuevos sembríos de espárragos, paltas, uvas y otros, se dio en áreas eriazas.

Un editorial de El Comercio, hizo hincapié en esta contradicción, afirmando que “Las alarmas del ministro se sostienen en el mito de que, en el país, va aumentando la concentración de tierras con potencial agrícola. No obstante, según el último Censo Nacional Agropecuario, publicado por el INEI en el 2012, el número de productores agropecuarios que laboran en pequeñas unidades de tierra (menos de cinco hectáreas) se ha incrementado en un 40,3% desde 1994; mientras que, por el contrario, los medianos y grandes propietarios se han reducido en 15,5% y 11,5%, respectivamente.”

Por lo tanto, la verdad es que los minifundios no continúan empequeñeciéndose, por lo que, en realidad, no existe un proceso de concentración de la tierra. En vez, se pueden observar notorios avances en el tamaño del área agrícola y en los niveles productivos del país.

Por otro lado, cabe recalcar, que parte del avance en la agroexportación se debe a que el Perú continúa expandiendo su frontera agrícola. Hay tres grandes proyectos con el potencial de generar 150,000 hectáreas adicionales en la producción agrícola: Majes-Siguas II en Arequipa, Chavimochic en La Libertad y la tercera etapa de Olmos, en Lambayeque.

Sobre este último proyecto, Olmos, el ministro de agricultura afirma que “No queremos cometer el error de Olmos. De las 38,000 hectáreas, 15,000 hectáreas se fueron a un solo propietario. Ese error no lo vamos a cometer nosotros. Nosotros queremos que haya una partición de lotes de menor tamaño para que participen pequeños y medianos agricultores, pero organizados.”

De nuevo, ¿qué error? ¡Ya quisiéramos que continúen los proyectos de Olmos en todo el país!  La realidad es que gracias a Olmos, cerca de 40 mil hectáreas desérticas tienen ahora acceso a agua presurizada, lo que significa 40 mil hectáreas más de tierras de cultivo. En ellas se hará la mejor agricultura del mundo. De buenas a primeras, Lambayeque pasará a ser una de las principales regiones agroindustriales del país. No solo eso, Olmos será un polo de desarrollo económico, una ciudad que traerá empleos y desarrollo a los lambayecanos. Según Fernando Cillóniz, “Lo mejor está por venir. Muchísimos peruanos migrarán a Olmos para vivir y trabajar en la irrigación. Muchos profesionales trabajarán en las empresas agroindustriales que han empezado a operar en Olmos. Miles de nuevas empresas se formarán para abastecer la gran demanda que se generará a partir de este gran proyecto norteño.” La verdad es que el proyecto de Olmos se logró desarrollar gracias a la apuesta de nuestra agricultura moderna.

Entonces, dejemos las cosas claras. El proyecto del banco de germoplasma es un gran objetivo, pero no ensuciemos este loable sueño alimentando los mitos de la agricultura peruana. Este es el momento de llevar a cabo un re-potenciamiento del sector agrícola, con un doble proceso: el crecimiento de la agroexportación y la incorporación de los campesinos alto andinos a la economía de mercado con programas productivos del tipo de Sierra Productiva

Lampadia




Antonio Brack: adiós al maestro de la tierra

Antonio Brack: adiós al maestro de la tierra

La muerte de Antonio Brack Egg, primer ministro del Ambiente del Perú, deja un gran vacío. Nos quedan sus enseñanzas.

Por Enrique Ortiz. Biólogo

(El Comercio, 06 de Enero de 2015)

Conocí al doctor Antonio Brack desde mis tiempos escolares cuando yo era voluntario en una de las primeras ONG conservacionistas del Perú: Pro Defensa de la Naturaleza (Prodena), establecida por Felipe Benavides Barreda. Eso fue hace varias décadas.

Nunca fui formalmente alumno de Antonio, pues soy sanmarquino, pero fue mi mejor maestro y el ideal del profesional que yo deseaba ser. A mis 19 años –a finales de los setenta– me dio mi primer trabajo como biólogo para estudiar la pava aliblanca, redescubierta en 1977 de la extinción por Gustavo del Solar, en Olmos, Lambayeque.

Antonio Brack logró un alto nivel académico en ecología. Fue autor de numerosos artículos científicos y ordenó nuestro entendimiento del Perú natural. Fue, además, un gran comunicador y maestro: su libro “El ambiente en que vivimos” (1977) se convirtió en texto escolar obligatorio que enseñó a ser peruanos conocedores del ambiente que nos rodea. Tuvo siempre los pies sobre la tierra y se preocupó del bienestar de la gente.

Enseñó de manera ilustrada y simple cómo puede vivirse de lo que la naturaleza nos brinda, como lo hizo en su programa “La buena tierra”. Pero más allá de todo esto, Antonio fue admirable por su calidad humana, honestidad y gran sentido del humor.

La combinación de sus cualidades académicas y humanas, sumadas a su sentido político, lo hicieron un gran –y primer– ministro del Ambiente. Su coraje y su determinación en la lucha contra la minería ilegal colocaron ese mal social y ambiental en los ojos del mundo. Pese a la seriedad del problema, nunca perdió el humor.

Recuerdo haberle llevado un panfleto de los mineros ilegales que lo incluía en la lista de los 10 enemigos de los mineros de Madre de Dios. Con su habitual humor, se molestó no por integrarla, sino por ser el número 10 y no el primero.

Brack contribuyó a salvar a la vicuña de la extinción, y a crear varias de nuestras áreas protegidas. La cumbre de su carrera fue establecer las bases sólidas para el funcionamiento de una autoridad ambiental: el Ministerio del Ambiente, cuya relevancia mundial ha sido vista en última COP en Lima.

El mundo académico de las ciencias naturales y quienes nos preocupamos por la degradación de nuestro medio ambiente le debemos mucho al doctor Brack. Este maestro fue responsable de que nuestra sociedad entienda que el futuro del Perú tiene que estar ligado a la responsabilidad ambiental. El legado de este hijo notable de Oxapampa es inmenso. Adiós, querido amigo. Adiós, maestro.

Antonio autor

El doctor Antonio Brack Egg (1940-2014) ha legado 15 libros de lectura obligada para la mejor comprensión de la asombrosa biodiversidad peruana y para todos quienes quieren sumergirse en el conocimiento del país en que vivimos. Varios de ellos están agotados y merecen nueva edición.

Nacido en Oxapampa, Pasco, fue un hombre que creció en contacto con la naturaleza y junto a los nativos yaneshas de esa zona. Su vocación fue siempre la docencia y la conservación. En Lima se graduó como profesor y luego en Alemania abrazaría las Ciencias Naturales para graduarse en biología y ecología. Sus investigaciones se centraron en la diversidad biológica amazónica. De incansable pluma, escribió más de 200 artículos relacionados con el tema.

Ejerció la docencia universitaria y fue consultor de la FAO, Usaid, BID, PNUD, entre otras entidades. El presidente Alan García tuvo la visión de nombrarlo como el primer ministro del Ambiente del Perú, y fue uno de los impulsores de que nuestro país sea un territorio libre de cultivos transgénicos.

Entre sus libros más destacados figuran: “El ambiente en que vivimos”, “Diccionario de frutas y frutos del Perú”, “Perú, país de bosques”, “Perú diez mil años de domesticación”, “Ecología del Perú”, entre otros. (MMMQ)




Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)

Segunda parte

En la primera parte de este artículo explicamos que la tercera revolución industrial  tendrá efectos disruptivos en la vida de la humanidad, especialmente en el empleo, favoreciendo a los más preparados y ampliando la brecha con los países de menos ingresos. Señalamos que el paradigma de desarrollo basado en la industrialización y exportación de bienes físicos, estaría llegando a su fin. “La pérdida de industria a bajos niveles de ingresos, pone un tope a la contribución que esta puede hacer a los estándares domésticos de vida. Según Arvind Subramanian, asesor económico principal del nuevo gobierno hindú: “Este no es un problema pequeño, no hay una estrategia alternativa obvia, para convertir a los países pobres en ricos”. Ver en Lampadia (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (I).

Enfatizamos que el principal objetivo de la economía es que se generen suficientes empleos adecuados o de calidad para toda la población en edad de trabajar. La nueva realidad tecnológica lo hará difícil con los cánones tradicionales. En esta segunda parte,  trataremos de evaluar las implicancias de esta tendencia en el Perú, así como las posibles acciones que deberemos emprender para superar este reto con éxito. 

  • Implicancias de la “Tercera Revolución Industrial” para el empleo en el Perú

Como muchos países del mundo, en el Perú se asume que la estrategia de desarrollo pasa por la industrialización (manufactura), dándole las espaldas a nuestros recursos naturales (RN). Esto ha llegado a tal punto que muchos académicos, economistas, políticos y periodistas, así como varias ONGs de países desarrollados, han venido sembrando un sentimiento negativos sobre la explotación de dichos recursos.

El caso más notorio es el de la minería, que se ha pretendido equipararla con la exportación de piedras, o con la explotación del guano y del caucho. Lo mismo ha sucedido con el petróleo y las hidroeléctricas. Bajo esta falaz prédica, base del programa original del actual gobierno y durante el premierato de Salomón Lerner, el gobierno oficializó el lenguaje anti-minero y, fundamentalmente, paró la mayoría de proyectos en marcha. Ver más información en Lampadia (L): Del gobierno al radicalismo subversivo – Siomi sin careta en Caretas y Perder Cajamarca es el fracaso de nuestra clase dirigente.

Hoy nuestra economía está frenada, dejando de crear empleo y de reducir la pobreza. Hace un año, el gobierno anunció un “Plan Nacional de Industrialización”. Luego, con el cambio del Ministro de la Producción, este se reenfocó con el “Plan Nacional de Diversificación Productiva” (PNDP), que enfatizó, su primer eje, el de la diversificación, manifestando que se había terminado el ciclo de exportación de bienes primarios, que teníamos que encontrar nuevos motores de crecimiento e insertarnos en las cadenas de valor agregado internacionales, como la estrategia básica para lograr un desarrollo de largo plazo.

Felizmente, el Ministro Piero Ghezzi, ha ido flexibilizando su mensaje. En CADE 2014, no  habló de cadenas internacionales de valor de productos industriales, explicó cómo se podía potenciar el sector maderero (primario inicialmente) y el proyecto de Olmos, facilitando mejoras portuarias y otras. Pero la prédica original, que llovió sobre mojado, sigue fijada en el imaginario nacional.

Por otro lado, nuestro nivel educativo es clamoroso, y por lo tanto, nuestros ciudadanos podrían quedar en el último escalón de la división del empleo.

Del análisis de la primera parte de este artículo, que muestra que la estrategia de industrialización manufacturera ya no podrá ser el camino para que un país pobre se desarrolle, tenemos que concluir que, hoy por hoy, los peruanos estamos apuntando al pasado, pensando que este es el camino del futuro. Si persistimos en buscar nuevos motores de desarrollo alejados de nuestros sectores primarios, o seguimos parando el desarrollo de los proyectos mineros, petroleros y energéticos, entre otros: ¡Nunca podremos ser un país desarrollado!

  • ¿Cómo podemos generar empleo adecuado en la tercera revolución industrial?

Cualquier propuesta sobre las estrategias para crear empleo para los próximos 20 años  tiene que engarzarse en una visión amplia del futuro y una perspectiva correcta de nuestra realidad, (ver en (L): El Perú no es igual a ningún otro país).

Por ejemplo: ¿En cuántos países la élite de su juventud universitaria dice, en un 93%, que quieren ser empresarios en no más de cinco años? ¿En qué país se apagaron las luces por tres décadas (60, 70 y 80s), se impidió la inversión privada en recursos naturales y se interrumpió el desarrollo económico y social? ¿Dónde se empobreció un país al grado de que sus maestros tengan ingresos reales (2014) equivalentes a un tercio de lo que tuvieron en los años 60? ¿Dónde se destruyeron las instituciones públicas y se devaluaron sus partidos políticos? ¿En qué país hubo que luchar en paralelo contra el  terrorismo y contra una de las más largas y altas hiperinflaciones de la historia mundial?

Estos acontecimientos determinaron atrasos y brechas anormales. De no haber tenido que vivir semejantes situaciones, seguramente, seríamos hoy, un país mucho más desarrollado, rico e institucionalizado, como Chile o más.

El reto de ponernos al día y, de prepararnos para un futuro tan exigente como el que se nos viene, debe incluir un conjunto de agendas que deben ser enfrentadas simultáneamente. En CADE 2014, IPAE revisó su propuesta de visión de futuro, ejercicio en el que se identificaron tres agendas: de gobierno, social y productiva. Ver el siguiente esquema:

Sobre la base de un buen liderazgo y sentimiento de ciudadanía y pertenencia, debemos trabajar en los tres frentes indicados en los triángulos externos. Todos están interconectados y dependen mutuamente.

Es obvio que necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una muy mejor educación y salud, instituciones muy superiores e, infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, sin inversión privada, sin multiplicar los ingresos de nuestra gente y sin darles la oportunidad de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes del globo.

En cuanto a la mejora educativa, si queremos ser parte del nuevo mundo, no podemos eludir la necesidad de hacer una verdadera revolución o “Big Bang”. Ver en (L): Tenemos que emprender una revolución educativa.

Si tenemos que descartar la opción de desarrollarnos a través de la manufactura, debería estar muy claro que el Perú, “sub-explotado”, “con inmensos potenciales productivos dormidos”, puede lograr un aumento sustancial de su producción y su riqueza, multiplicando varias veces nuestros sectores: agroindustrial, minero, acuícola, energético, forestal, turístico y los que se basen en nuestra biodiversidad.

En minería, por cada empleo directo se crean nueve indirectos e inducidos (IPE), en la explotación racional de bosques y reforestación, podríamos crear empleos bien remunerados para todos los habitantes de la selva y buena parte de los de la vertiente oriental de los andes (Antonio Brack Egg). El creciente mundo emergente necesitará cada vez más alimentos, como los que podemos exportar.

Infinitas oportunidades que, dada la nueva realidad industrial del mundo, nos tienen que llevar a revalorar nuestros sectores naturales como la mejor base posible para un crecimiento duradero, que financie la agenda social y de gobierno y, que genere buen empleo y buenos ingresos para todos los peruanos.

Cada día será más difícil remontar nuestras brechas de desarrollo. ¡Es hora de adoptar la visión correcta, despolitizada y con un enfoque estratégico dirigido al desarrollo integral, sostenible y duradero, que hemos debido lograr hace rato! Lampadia