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La crisis chilena

La crisis chilena

A raíz de los acontecimientos de los últimos días en Chile, se han multiplicado una serie de comentarios, tanto en Chile como en el Perú, que están muy lejos de reflejar la realidad.

Empecemos por relatar un comentario casi anecdótico de Juliana Oxenford el lunes en radio Exitosa: Lo que pasa en Chile es que, desde Pinochet, prácticamente ha desaparecido la clase media en Chile. Hoy solo hay ricos y pobres, los ricos cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres. Increíble comentario sobre un país que solo tiene 8% de pobres y tiene la clase media más grande de América Latina. ¡En fin!

Muchos otros comentarios inciden sobre el supuesto fracaso del modelo de economía de mercado. Sin embargo, como dice Ian Vásquez (ver en Lampadia: Chile en la mira):

“Respecto a casi cualquier indicador de desarrollo humano, Chile ha achicado la brecha entre ricos y pobres más que otros países latinoamericanos. (…) según la CEPAL, la desigualdad ha venido cayendo desde el 2002 y está por debajo del promedio regional. Según un estudio reciente de la OCDE, Chile es el país con la más alta movilidad social de esa organización.

Estudios del destacado economista Claudio Sapelli confirman estas tendencias. La desigualdad dentro de las generaciones chilenas más jóvenes es mucho más baja que la de las generaciones mayores. A medida que avance el tiempo, la desigualdad general seguirá cayendo. Así, Sapelli documenta una alta movilidad social intrageneracional (la movilidad existente dentro de la misma generación) e intergeneracional (el estatus social de una generación respecto de la siguiente) que es comparable o mayor a las de los países más avanzados.

Tales resultados no nos deberían sorprender. El ingreso per cápita chileno se ha cuadruplicado desde que empezaron las reformas sociales y económicas en 1975. Eso permitió que la pobreza se redujera de alrededor del 50% al 8%, que la cantidad de estudiantes en instituciones de educación superior se multiplicase por diez, además de la mejora en un sinfín de otros indicadores de progreso.

(…) El sociólogo Carlos Peña agrega que los jóvenes que han iniciado tanta violencia forman parte de una generación que están convencidos de que “la intensidad de sus creencias […] valida cualquier conducta que las promueva”. “La mera subjetividad es garantía suficiente de la verdad””.

En otras palabras, más allá de las imágenes y pos-verdades, el modelo chileno es sumamente exitoso.

Por su lado, Axel Káiser, de la Fundación para el Progreso de Chile, explica las bondades del modelo y contradice buena parte de los comentarios más despistados o antojadizos. Veamos su presentación:

Crisis política y orden social https://www.youtube.com/watch?v=xxUZVK_9C8E.

Para el pensador chileno de izquierda, Fernando Villegas (Insurrección en Chile https://www.youtube.com/watch?v=Ya6l85Ce-Lk), no es casualidad que, en un solo día, casi al mismo tiempo, se hayan incendiado decenas de estaciones del Metro. Eso requiere una estrecha coordinación y preparación. Para él, más allá de los problemas reales de la sociedad chilena, existentes, por cierto, está la presencia de “un comité central de la insurrección”.

No caigamos pues en simplismos y menos extrapolemos los acontecimientos a otros espacios-tiempo. Lampadia