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¿Se están Agotando los Recursos Naturales?

¿Se están Agotando los Recursos Naturales?

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

En 1968 Paul Ehrlich publicó “The Population Bomb” (La bomba de la población). Este libro marco un hito en el movimiento ambientalista. El texto fue un bestseller con amplias repercusiones. En el mismo se alertaba sobre las consecuencias de del crecimiento poblacional sobre la sostenibilidad ecológica y económica de la humanidad. Se especulaba que la humanidad se dirigiría en pocas décadas, hacia una época de mayor tasa de mortalidad, hambrunas y escases generalizada de materias primas.

Posteriormente, en 1972, se publicó “Los Limites del Crecimiento”, escrito por un equipo multidisciplinario de académicos de MIT y bajo los auspicios del Club de Roma.  Este estudio hace un uso de ‘system dynamics’ (dinámica industrial), para elaborar ecuaciones matemáticas y modelar la relación entre el crecimiento económico, uso de materias primas y polución ambiental. El libro indicaba que el crecimiento económico global era insostenible, y que solo un cambio en los paradigmas de progreso de la humanidad podría evitar la crisis. Este libro también fue un bestseller, llegando a venderse diez millones de copias y dio un aire cientificista a los ataques contra el crecimiento económico como ideal social.

Ambos textos se convirtieron en pilares del actual ecologismo ideologizado. Bridaron apariencia científica a una potente narrativa en la que el actual sistema económico y sus patrones de consumo nos llevarían inevitablemente a una crisis civilizatoria. Frente a ello, solo cambiando de manera radical el sistema económico de libre mercado y valores sociales, se podría evitar la terrible crisis. El pos-extractivismo, ideología que inspira a los anti-mineros locales se alimenta discursivamente de estas ideas surgidas en los años 60 y 70s. Las críticas de Robert Solow[i], premio Nobel de economía, y el fracaso ya evidente de las predicciones del estudio no ha afectado, en lo más mínimo, su uso por el pos-extractivismo.

La cadena lógica detrás de la idea de “crisis civilizatoria” se parece bastante al sentido común. El crecimiento económico requiere de recursos naturales, los recursos son finitos, por lo tanto, el crecimiento continuado llevará al agotamiento de los recursos naturales. Un cálculo comúnmente presentado consistía en señalar los años que en los cuales se agotarían determinadas materias primas al actual ritmo de consumo. En función de ello se especula que nos encontramos en los inicios de una catástrofe global.

La tabla que exhibimos líneas abajo[ii], muestra que al ritmo actual de consumo las actuales reservas de cobre representan 39 años de consumo y en caso se diera un crecimiento de 2% anual – un supuesto bastante conservador – del consumo, estas reservas serian equivalentes a 23 años de consumo. La tabla, delaño 2011, según el razonamiento mencionadoanteriormente,  lleva a asumir que para el año 2034 habríamos consumido la totalidad de las reservas mundiales de cobre, plata, estaño y zinc. De la misma manera en los años 60s y 70s se asumía que se habrían agotado los principales recursos minerales globales lo que llevaría, a pobreza, hambruna y a inevitables conflictos armados por el control de materias primas que serían cada vez más escasas. En estos conflictos, se especulaba los países desarrollados tecnológica y militarmente superiores, despojarían a los países subdesarrollados, de sus recursos naturales.

En “The Limits of Growth” se estimaba que para el año 1992 se habrían agotado las reservas de zinc, oro, gas natural, petróleo y cobre. Esta estimación se daba en función a los modelos matemáticos en los que se introducían variables tales como crecimiento económico y poblacional, reservas de materias primas y polución. Sin embargo, la realidad no coincidió con los pronósticos y se tienen más reservas de materias primas que nunca antes en la historia a pesar que el consumo de las mismas, nunca ha sido tan alto.

Contrariamente a estos estudios, las reservas conocidas de esos minerales no paran de crecer, a pesar de la profundización de la revolución industrial y de la globalización. Como se puede observar en la tabla siguiente[iii] las reservas globales de aluminio, cobre, plomo y zinc aumentan año tras año, a pesar de la creciente extracción de dichos minerales. ¿Cómo puede suceder algo así?

Para entender plenamente lo ocurrido y el profundo error al interior de las profecías catastrofistas, es necesario definir con claridad a que nos referimos por “reservas” de un determinado mineral. Las reservas de los minerales indicados, consisten de volúmenes de materiales, cuya extracción es económicamente factible, a un determinado nivel de precios. Esto es algo muy diferente de la cantidad de un determinado mineral presente en la superficie terrestre. Para que se identifique la presencia de minerales es necesario que se realice de manera previa un complejo y costoso esfuerzo de exploración. Esa inversión en prospección solo se hace si los precios la justifican.

Para que un yacimiento sea económicamente factible de explotación, es necesario que los precios del mineral sean lo suficientemente altos y que la tecnología genere una estructura de costos que permita operar rentablemente. Como se ve, las “reservas” no son tanto una realidad geológica, como consecuencias de variables económicas y tecnológicas, que cambian en el tiempo. El subsuelo de Europa y Norte América no es más rico que el de África. La diferencia estriba en que la superior calidad institucional de los miembros de la OCDE fomenta una mayor inversión en exploración, y con ello se descubren más reservas.

Las reservas disponibles se incrementan con una mayor inversión en exploración, precios internacionales más altos que hacen rentables explotar más yacimientos, y mejoras en la tecnología minera, que permite explotar yacimientos de menores leyes o incluso, materiales antes considerados como inertes. Se podría argumentar que el crecimiento continuo depende de una carrera entre la tecnología y el consumo, una carrera que, por ahora, está ganando la tecnología.

La siguiente grafica[v] nos señala la manera en que ha fluctuado el Índice Dow Jones – AIG de materias primas, entre 1934 y 2013. La caída de precios de las materias primas muestra que la tecnología está ganando la batalla. Ello ha sucedido a pesar de que en esos 79 años la población mundial pasó de 2 mil a 7 mil millones de habitantes y la economía creció aún más.

El crecimiento económico y poblacional no llevó a una escasez de materias primas. Por el contrario, la tendencia de largo plazo ha sido una expansión dela disponibilidad de materias primas. Una tendencia que se sustenta por tanto tiempo, no puede deberse a la suerte. Ello refleja un conjunto de factores estructurales respecto a cómo funciona el libre mercado y la globalización. La tecnología está superando el riesgo de la escasez.

Se hace necesario entender que fue lo que impidió que se cumplieran las profecías catastrofistas del ecologismo radical. Ciertamente si se hubiera mantenido constante el acceso a materias primas de los años 60s y 70s hasta actualidad difícilmente se hubiera podido sustentar el actual proceso de globalización bajo formas relativamente pacíficas, como ha ocurrido en las últimas décadas. En múltiples ocasiones, la historia nos ha enseñado que los episodios de severas restricciones en recursos naturales llevan a colapsos civilizatorios. El excelente libro “Colapso” de Jared Diamond brinda varios ejemplos históricos de sociedades que han implosionado bajo la presión generada por el agotamiento de los recursos naturales.

Sin embargo, el colapso no se dio gracias al poder de la innovación, producto del esfuerzo de miles de ingenieros, agrónomos y geólogos. Las mejoras incrementales en los procesos mineros han permitido el acceso yacimientos con leyes no sustentables económicamente en el pasado. Con alta tecnología, es posible hacer minería de oro obteniendo un gramo de metal en dos toneladas de tierra. En el caso del cobre, los límites de aprovechamiento también están siendo superados todos los días. Los avances en geología, minería y metalurgia, permiten que la exploración y la explotación de minerales sea mucho más eficiente que en el pasado, y que, por lo tanto, las reservas económicas sigan creciendo. Además, el continuo mejor aprovechamiento de los minerales, se hace con mayor y mejor cuidado ambiental.

La “Revolución Verde” incremento la productividad agrícola por encima del crecimiento poblacional. El ‘drive’ (impulso) de la economía de mercado, la innovación y la tecnología, han salvado a la sociedad global de seguir el camino de los mayas, de la Groenlandia Escandinava y de Rapa Nui (Isla de Pascua). Los efectos de esta permanente innovación, se pueden observar en la gráfica superior[vi] en la que se muestra que las reservas de cobre no dejan de aumentar y que el supuesto agotamiento del cobre se posterga permanentemente alrededor de cuarenta años hacia el futuro.

Hacia delante en el tiempo, hay motivos fundados para sostener el optimismo, la biotecnología, las permanentes mejoras en las tecnologías de extracción de minerales, la explotación de fondos submarinos y asteroides, los sistemas de reciclaje y el enorme potencial de generación de energía solar, hidroeléctrica y nuclear, nos señalan que el patrón de crecimiento económico es sostenible en el largo plazo.




Una joven peruana en la NASA

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




¿Cómo se le enseña la moral a un robot?

¿Cómo se le enseña la moral a un robot?

El mundo está cambiando y cada vez dependemos más de la tecnología, que  avanza a pasos agigantados. La inteligencia artificiales una de las áreas más importantes del desarrollo tecnológico, pero traen amenazas que deben preveerse. Stephen Hawking, Elon Musk y Simon Parkin (autor del artículo que compartimos líneas abajo), plantean importantes cuestionamientos al respecto.

El uso de máquinas que están programadas para pensar y actuar con un cierto nivel de inteligencia “humana” y autonomía se conoce como inteligencia artificial (AI). Nuestras vidas están cambiando radicalmente por esta tecnología, y ya se utiliza en una amplia gama de servicios cotidianos. Muchas aplicaciones en computadoras, celulares y retailers son diseñadas para buscar patrones en el comportamiento del usuario y luego reaccionar a ellos. También están programadas para utilizar la información almacenada en sus bases de datos para mejorar la reacción a los comandos y predecir ciertas conductas.

Fuente: 1843magazine.com

Como dice Parkin, “La mayoría de los avances en los campos de la genética, la nanotecnología y la neurofarmacología, si se consideran aisladamente, parecen no tener una dimensión moral, y mucho menos social. Sin embargo, cuando las tecnologías resultantes se mezclan y son administradas por AIs, el peligro es que descubrimos que nuestro progreso tecnológico ha superado nuestra preparación moral.”

Una manera de controlar la AI fue propuesta por Isaac Asimov (en 1942) en sus Tres Leyes de la Robótica:

1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser
humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas
órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no
entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.

Otro enfoque, actual, es el motivacional: con el diseño de un sistema que aprenda a través del tiempo al igual que los seres humanos y adquieran valores a medida que maduran. El problema es que los científicos no saben realmente cómo funciona esto en los seres humanos.

La humanidad está a punto de dar nuevos saltos en su calidad de vida por los avances tecnológicos que están empezando a masificarse. (Ver en Lampadia: Robots ingresan a la fuerza laboral). Esto nos lleva a debatir seriamente los aspectos éticos del uso de las nuevas tecnologías y su posible amenaza. Aunque ya podríamos estar un poco tarde.

Más allá de los miedos tradicionales al cambio, la reacción estratégica debiera ser la de prepararse para adaptar las nuevas tecnologías a procesos que limiten posibles consecuencias indeseadas de su desarrollo. Debemos empezar a prepararnos, y analizar posibles alternativas para el control esta gran tecnología, que promete increíbles oportunidades para el futuro.

La Revolución Tecnológica, con la robótica, la inteligencia artificial, Big Data, algoritmos, realidad virtual y realidad aumentada, tiene la capacidad potencial de producir procesos imposibles de ser controlados por los seres humanos. Por lo tanto, es menester que, sin perder más tiempo, nos aboquemos a establecer paradigmas y mecanismos que den cierta seguridad para evitar desarrollos que más tarde no podamos controlar. Lampadia

Enseñándole a los robots la diferencia entre lo bueno y lo malo

La inteligencia artificial está superando a la clase humana en una gama de campos cada vez mayor; pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que se comporte de manera moral? Simon Parkin conversa con las personas que están intentando enseñarle ética a las computadoras.


Fuente: 1843magazine.com

Revista 1843 – The Economist
Simon Parkin
Junio/julio, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Hace más de 400 años, de acuerdo a las leyendas, un rabino se arrodilló junto a las orillas del río Vltava en lo que ahora se conoce como la República Checa. Sacó unos puñados de arcilla del agua y cuidadosamente los acomodó en la forma de un hombre. Los judíos de Praga, falsamente acusados ​​de usar la sangre de los cristianos en sus rituales, estaban siendo atacados. El rabino, Judah Loew ben Bezalel, decidió que su comunidad necesitaba un protector más fuerte que cualquier humano. Inscribió la palabra hebrea para “verdad”, emet, en la frente de su creación y colocó en su boca una cápsula inscrita con una fórmula cabalística. La criatura saltó a la vida.

El Golem patrulló el ghetto, protegiendo a sus ciudadanos y realizando trabajos útiles: barrer las calles, transportar agua y cortar leña. Todo fue armonioso hasta el día en que el rabino olvidó inhabilitar el Golem para el Sabbath, como era requerido, y la criatura se volvió en un asesino. El rabino se vio obligado a borrar la letra inicial de la palabra en la frente del Golem para volverla ‘met’, la palabra hebrea para “muerte”. La vida se deslizó del Golem y se volvió polvo.

Este cuento, que muestra los riesgos de construir un sirviente mecánico a la imagen del hombre, ha ganado popularidad en la edad de la inteligencia artificial. Legiones de robots ahora llevan a cabo nuestras instrucciones irreflexivamente. ¿Cómo nos aseguramos de que estas criaturas, sin importar si están construidas de arcilla o silicio, funcionen siempre en nuestro mejor interés? ¿Debemos enseñarles a pensar por sí mismas? Y, si es así, ¿cómo vamos a enseñarles lo correcto y lo incorrecto?

En 2017, estas son preguntas urgentes. Los automóviles sin conductor han acumulado millones de millas en nuestras carreteras mientras toman decisiones autónomas que podrían afectar la seguridad de otros usuarios humanos. La robótica en Japón, Europa y Estados Unidos está desarrollando robots para proporcionar atención a adultos  mayores y discapacitados. Uno de estos robots de servicio, que fue lanzado en 2015, se llamó Robear (tenía la cara de un cachorro de oso polar), es lo suficientemente fuerte como para levantar a los pacientes frágiles de sus camas; y, si puede hacer eso, también puede, posiblemente, aplastarlos. Desde el año 2000, el ejército estadounidense ha desplegado miles de robots equipados con ametralladoras, cada uno capaz de localizar objetivos y apuntarlos sin la necesidad de implicación humana (sin embargo, no se les permite tirar del gatillo sin supervisión).

Algunas figuras públicas también han alimentado la sensación de temor que rodea la idea de máquinas autónomas. Elon Musk, un empresario de tecnología, afirmó que la inteligencia artificial (IA) es la mayor amenaza existencial para la humanidad. El verano pasado, la Casa Blanca encargó cuatro talleres para que los expertos discutieran esta dimensión moral de la robótica. Como dice Rosalind Picard, directora del Grupo de Computación Afectiva del MIT: “Cuanto mayor sea la libertad de una máquina, más necesitará estándares morales”.

En un futurista complejo de oficinas en el serpenteante río Vltava, cerca de donde el rabino esculpió su Golem, se escucha el zumbido de un banco de computadoras. Son unos extraños profesores, pero son tan dedicados como cualquier humano a la noble tarea de la educación. Sus estudiantes no se sientan delante de la pantalla de cada computadora, sino más bien en sus discos duros. Esta escuela virtual, que lleva el nombre de GoodAI [de good (buena) artificial inteligence], se especializa en la educación de inteligencias artificiales (IAs): enseñándoles a pensar, razonar y actuar. La visión global de GoodAI es entrenar inteligencias artificiales en el arte de la ética. “Esto no significa que la pre-programación de AI siga un conjunto de reglas prescritas donde les decimos qué hacer y qué no hacer en cada situación posible”, dice Marek Rosa, un exitoso diseñador de videojuegos eslovaco y fundador de GoodAI, quien ha invertido 10 millones de dólares en la compañía. “Más bien, la idea es capacitarlos para aplicar sus conocimientos a situaciones que nunca han vivido”.

Los expertos coinciden en que el enfoque de Rosa es razonable. “Intentar preprogramar cada situación que una máquina ética pueda encontrar no es trivial”, explica Gary Marcus, un científico cognitivo de NYU y CEO y fundador de Geometric Intelligence. “¿Cómo, por ejemplo, se programa en una noción como ‘equidad’ o ‘daño’? Ni tampoco, señala, este enfoque de codificación explica los cambios en las creencias y actitudes. “Imagínese si los fundadores estadounidenses hubieran congelado sus valores, permitiendo la esclavitud, menos derechos para las mujeres y así sucesivamente. En última instancia, queremos una máquina capaz de aprender por sí misma.”

Rosa ve a la IA como un niño, una pizarra en blanco sobre la cual se pueden inscribir los valores básicos y que, con el tiempo, podrá aplicar esos principios en escenarios imprevistos. La lógica es buena. Los seres humanos adquieren una sensación intuitiva de lo que es éticamente aceptable observando cómo se comportan los demás (aunque con el peligro de que podamos aprender un mal comportamiento cuando se nos presenta con modelos erróneos).

GoodAI monitorea la adquisición de valores proporcionando un mentor digital, y luego lentamente aumenta la complejidad de las situaciones en las que la IA debe tomar decisiones. Los padres no dejan que sus hijos crucen una autopista, sostiene Rosa. En su lugar, les enseñan primero a cruzar una calle. “De la misma manera, exponemos a la IA a entornos cada vez más complejos donde puede basarse en conocimientos previamente aprendidos y recibir retroalimentación de nuestro equipo”.

GoodAI es sólo una de varias instituciones dedicadas a comprender la dimensión ética de la robótica que ha surgido en todo el mundo en los últimos años. Muchas de estas instituciones gozan de títulos grandiosos y premonitorios: El Instituto del Futuro de la Vida, el Grupo de Robótica Responsable y la Iniciativa Global sobre Sistemas Éticos Autónomos. Hay una serie de ideas en circulación sobre la mejor manera de enseñar moralidad a las máquinas. Rosa tiene una, Ron Arkin otra.

Arkin es un robo-eticista calvo de aproximadamente 60 años, con grandes ojos detrás de enormes lentes. Él enseña Ética de la Computadora en Georgia Tech en Atlanta, pero su trabajo no se limita al aula. La investigación de Arkin ha sido financiada por una variedad de fuentes, incluyendo el Ejército de los Estados Unidos y la Oficina de Investigación Naval. En 2006 recibió fondos para desarrollar hardware y software que harán que las máquinas de combate robóticas sean capaces de seguir los estándares éticos de la guerra. Ha argumentado que los soldados robots pueden ser éticamente superiores a los humanos. Después de todo, no pueden violar, saquear o quemar un pueblo por motivos de cólera o ira.

Enseñar a los robots cómo comportarse en el campo de batalla puede parecer sencillo, ya que las naciones crean reglas de compromiso siguiendo las leyes acordadas internacionalmente. Pero no todos los escenarios posibles en el campo de batalla pueden ser previstos por un ingeniero, al igual que no todas las situaciones éticamente ambiguas están cubiertas por, digamos, los Diez Mandamientos. ¿Debe un robot, por ejemplo, disparar contra una casa en la que un objetivo de alto valor está compartiendo una comida con civiles? ¿Debería prestar apoyo a un grupo de cinco reclutas de bajo rango en un lado de una ciudad asediada, o un oficial de alto rango en el otro? ¿Debería tomarse la decisión sobre una base táctica o moral?

Para ayudar a los robots y sus creadores a navegar por estas cuestiones en el campo de batalla, Arkin ha estado trabajando en un modelo que difiere del de GoodAI. El “adaptador ético”, como se le conoce, busca simular las emociones humanas, en lugar de emular el comportamiento humano, para ayudar a los robots a aprender de sus errores. Su sistema permite que un robot experimente algo similar a la culpa humana. “La culpa es un mecanismo que nos desalienta de repetir un comportamiento particular”, explica. Es, por lo tanto, una herramienta de aprendizaje útil, no sólo en humanos, sino también en robots.

“Imagina que un agente está en el campo y realiza una evaluación de daños de combate antes y después de disparar un arma”, explica Arkin. “Si el daño de la batalla ha sido excedido por una proporción significativa, el agente experimenta algo análogo a la culpabilidad.” Por ejemplo, el sentimiento de culpa aumenta cada vez, si hay más daño colateral de lo que se esperaba. “En cierto umbral el agente dejará de usar un sistema de armas particular. Pero, más allá de eso, dejará de usar las armas por completo. “Mientras que la culpa que un robot podría sentir se simula, los modelos son, sin embargo, tomados de la naturaleza y, al igual que en los seres humanos, tienen una estructura tripartita: La creencia de que una norma ha sido violada, preocupación por las acciones de uno mismo, y un deseo de volver al estado anterior.

Es una solución ingeniosa, pero no una sin problemas. Por un lado, el modelo de culpabilidad requiere que las cosas salgan mal antes de que el robot pueda modificar su comportamiento. Eso podría ser aceptable en el caos de la batalla, donde el daño colateral no es totalmente inesperado. Pero en los hogares y hospitales civiles, o en las carreteras, la tolerancia del público por errores mortales robóticos es mucho menor. Es más probable que un robot asesino sea desensamblado a que se le ofrezca la oportunidad de aprender de sus errores.

Desde las aulas virtuales hasta la culpa simulada, los enfoques para enseñar la moral del robot son variados, embrionarios y, en cada caso, vienen acompañados de distintos problemas. En Georgia Tech, Mark Riedl, director del EntertainmentIntelligenceLab, está probando un método que encuentra su inspiración no en el aula sino en la biblioteca.

Al leer miles de historias de IAs, y permitirles elaborar un conjunto de reglas para el comportamiento basado en lo que encuentran, Riedl cree que podemos comenzar a enseñar a los robots cómo comportarse en una gama de escenarios, desde una cena hasta durante el robo de un banco. Una gama de organizaciones y compañías como DARPA, la agencia de I + D del Departamento de Defensa de EE.UU., el Ejército de Estados Unidos, Google y Disney financian el trabajo del equipo.

Cuando nos reunimos en un restaurante cerca de su laboratorio, Riedl comentó que está de acuerdo con la filosofía básica de GoodAI. “Es cierto: la respuesta a todo esto es criar a los robots como niños”, dice. “Pero no tengo 20 años para criar un robot. Es un proceso que consume mucho tiempo y es costoso. Criar a un úniconiño es todo lo que puedo manejar. Mi idea era usar las historias como una forma de acortar este proceso de aprendizaje”.

Riedl llegó a esta idea mientras investigaba cómo se podrían utilizar las historias para enseñarle a las IA las reglas de las situaciones sociales humanas. “Si Superman se viste como Clark Kent y se reúne con alguien para cenar, tienes esta pequeña demostración de lo que la gente hace cuando entra en un restaurante”, dice Riedl. Toman un asiento. Pedimos sus bebidas antes de la comida. Estos son los valores sociales, en términos del orden en que nos gusta hacer las cosas. Ahora, por lo general no hay dilema ético en términos de restaurantes. Pero hay señales, tales como: “¿Por qué no fueron a la cocina y buscaron la comida?” No podría decirle a una IA por qué no, pero puedo demostrar que eso no es lo que se supone que debes hacer”.

Riedl consigue una multitud de fuentes de historias en Amazon’s Mechanical Turk. “Instruimos a los trabajadores de Amazon a describir una historia típica sobre un tema dado, como ir a un restaurante”, explica Riedl. Los participantes a veces reciben un personaje y, usando un formato, deben llenar campos en blanco con fragmentos de la historia (por ejemplo, “Mary entró en el restaurante.” “Mary esperó para sentarse.” “Mary se quitó el abrigo y ordenó una bebida”. Los algoritmos de procesamiento del lenguaje natural buscan frases de diferentes historias que son similares entre sí y, a partir de esa información, empiezan a sacar conclusiones sobre reglas y normas sociales.

Una IA que lee cien historias sobre robar versus no robar puede examinar las consecuencias de estas historias, entender las reglas y resultados, y comenzar a formular un marco moral basado en la sabiduría de las multitudes. “Tenemos estas reglas implícitas que son difíciles de anotar, pero los protagonistas de los libros, la televisión y las películas ejemplifican los valores de la realidad. Comienzas con historias sencillas y luego progresas a historias de jóvenes adultos. En cada una de estas situaciones se observan situaciones morales cada vez más complejas”.

Aunque difiere conceptualmente de los GoodAI’s, el enfoque de Riedl cae en la disciplina del aprendizaje automático. “Piense en esto como la identificación de patrones, que es lo que se trata gran parte del aprendizaje de las máquinas”, dice. “La idea es que le pidamos a la IA que mire a mil diferentes protagonistas que están experimentando maso menos el mismo dilema. Entonces, la máquina puede calcular la media de las respuestas y formular valores que coincidan con lo que la mayoría de la gente diría que es la manera “correcta” de actuar.

Hay una cierta simetría poética para la solución: del Golem al monstruo de Frankenstein y más allá, los seres humanos siempre han recurrido a historias al imaginar el impacto monstruoso de sus creaciones. Al igual que hay conclusiones sombrías en estas historias, también hay una preocupación de que, si se alimenta a la IA sólo con enseñanzas oscuras, podría terminar entrenándolo para ser malo. “La única manera de corromper la IA sería limitar las historias en las que el típico comportamiento sucede de alguna manera”, dice Riedl. “Podría recoger las historias de antihéroes o aquellas en las que los malos ganan todo el tiempo. Pero si el agente se ve forzado a leer todas las historias, se vuelve muy, muy difícil para cualquier individuo corromper la IA”.

El enfoque parece estar resultando notablemente eficaz. “Sabemos que el sistema está aprendiendo de las historias de dos maneras”, dice Riedl. “En primer lugar, realizamos una evaluación y pedimos a la gente que juzgue las reglas que aprendió el sistema. Las reglas son cosas como ‘cuando vas a un restaurante, pedir bebidas viene antes de pedir comida. Segundo, el sistema puede generar historias, y estas historias pueden ser juzgadas por los humanos”.

En su mayor parte, el equipo ha encontrado que el conocimiento aprendido por el sistema es típicamente de sentido común. Pero ha habido algunas sorpresas. “Cuando entrenamos nuestro sistema sobre ir en una cita al cine, el sistema aprendió que besar era una parte importante del esquema. No esperábamos eso, pero en retrospectiva no es sorprendente”.

Para los ingenieros de Audi, que construyen automóviles sin conductor, o los técnicos de BAE Systems que construyen armas autónomas, enseñarle a las IAs cuando es socialmente apropiado besar o hacer cola puede no parecer directamente relevante para su trabajo. La mayoría de los avances en los campos de la genética, la nanotecnología y la neurofarmacología, si se consideran aisladamente, parecen no tener una dimensión moral, y mucho menos social. Sin embargo, cuando las tecnologías resultantes se mezclan y son administradas por AIs, el peligro es que descubrimos que nuestro progreso tecnológico ha superado nuestra preparación moral.

Riedl afirma que estamos en un momento crucial de la historia y, como sociedad, nos enfrentamos a una simple elección. “Podemos decir que nunca podremos tener un robot perfecto, y porque hay algún tipo de peligro nunca debemos hacer nada”, dice. “O podemos decir: ‘Hagamos nuestro mejor esfuerzo y tratemos de mitigar el resultado.’ Nunca vamos a tener un auto perfecto. Van a haber accidentes. Pero se tendrán menos accidentes que los humanos. Así que… nuestro objetivo debe ser no ser peor que los humanos. Sólo tal vez, podría ser posible ser mejor que los humanos. “

Fuente: 1843magazine.com

En la ciencia ficción, el momento en que un robot gana la sentiencia (capacidad de adquirir sentimientos) suele ser el momento en que creemos que tenemos obligaciones éticas hacia nuestras creaciones. Un iPhone o un portátil puede ser muy complejo en comparación con un martillo o una pala, pero cada objeto pertenece a la misma categoría: herramientas. Y sin embargo, a medida que los robots empiezan a adquirir la apariencia de emociones, a medida que comienzan a comportarse como seres humanos, y aprenden y adoptan nuestros valores culturales y sociales, tal vez necesitan revisarse las viejas historiasPor lo menos, tenemos la obligación moral de averiguar qué enseñar a nuestras máquinas sobre la mejor manera de vivir en el mundo. Una vez que lo hayamos hecho, podremos sentirnos obligados a reconsiderar cómo los tratamos. Lampadia

Nota: Simon Parkinis es escritor y periodista británico, y autor de “Deathby Video Game” Ilustraciones de Brett Ryder




La reforma laboral que los peruanos necesitan

La reforma laboral que los peruanos necesitan

(Shhh, ¡Cuidado, de eso no se debe hablar!)

Uno de los temas principales en la agenda pendiente del Perú, para promover el empleo de calidad y superar la informalidad, que condena al 70% de los trabajadores, a vivir sin derechos laborales efectivos, es la normativa laboral. Nuestras regulaciones laborales inhiben la formalización del trabajo y, contrariamente, a los considerandos con que se fue creando, solo favorece a los pocos que tienen trabajo formal y, de facto, es elitista y está representada por cúpulas sindicales, como la CGTP, que solo pueden hablar en nombre de una ínfima proporción de trabajadores.

El arreglo de esta situación conlleva el tener que enfrentar una reforma laboral  que despercuda nuestras normas de sus estipulaciones fariseas e hipócritas. La manipulación populista de este tema ha llegado a tal nivel de penetración, que durante la reciente campaña electoral, ninguno de los candidatos se atrevió a tocar el tema por miedo a recibir un ‘bullying’ político y mediático.

Esta situación de inconsecuencia llega a tal nivel, que en el pasado mes de abril, cuando el gobierno socialista francés planteo una reforma laboral modernizante, la noticia no fue difundida por los medios nacionales, con excepción de Lampadia (ver: Reforma laboral francesa: flexibilidad o más desempleo). Solo cuando las protestas de los jóvenes franceses tomó cuerpo, algunos medios reportaron los desmanes.

Todo esto ejemplifica, una vez más, la debilidad de nuestra clase dirigente y la falta de líderes visionarios que muestren tercamente el camino de la prosperidad.

Según el World Economic Forum, por las normas de contratación y despido, el Perú es uno de los países con mayor rigidez laboral en el mundo; ocupamos el puesto 14 de 144 (donde el primero es el de mayor rigidez). Como afirmó Iván Alonso en La reforma laboral (Comentado por Lampadia): “¿Qué aspiración al desarrollo podemos contemplar si nuestro sistema laboral es más rígido y menos propicio para la creación del empleo formal que en todos los países desarrollados que integran la OECD? ¿Qué Alianza del Pacífico queremos forjar si el Perú tiene los costos no salariales y costos para el despido mucho mayores que en Chile, Colombia y México?”

Una reciente publicación de EY titulada Guía de Negocios e Inversión en el Perú (publicada en nuestra sección documentos), describe en una de sus secciones los principales elementos de nuestra legislación laboral, los cuales analizamos líneas abajo.

Contratación

Se da mayormente mediante contratos a plazo indefinido, y otorga al trabajador todos los derechos y beneficios laborales creados por la profusa normativa (ver líneas abajo).

Además de regímenes especializados para ciertos sectores, existen otros dos tipos de contratos: a plazo fijo y a tiempo parcial. El primero es por un periodo en particular y también cuenta con todos los beneficios, mientras que el segundo es de a lo mucho cuatro horas a la semana en promedio y no cuenta con el beneficio de indemnización por despido arbitrario ni compensación por tiempo de servicios (CTS) y solo cuenta con 6 días laborables de vacaciones anuales.

En el caso de los extranjeros, se dan las mismas opciones, pero, adicionalmente se requiere que sus contratos sean aprobados por el MTPE con la estipulación de ‘calidad migratoria habilitante’. Esto podría ser más complicado de lo que parece. Por ejemplo, gracias a la Ley Universitaria (Mora – Saavedra), para ser profesor universitario, es obligatorio tener una maestría con 48 créditos y haber culminado con una tesis.  El problema es que en el extranjero, muchas maestrías solo tienen 24 créditos y no necesariamente requieren de tesis. Ergo: un escondido mecanismo de protección para evitar la competencia de extranjeros que perjudica al objetivo del sistema educativo: el estudiante. (Una maestría de la Universidad Alas Peruanas permite la docencia, pero una del MIT, Yale o Harvard, no).

Beneficios Laborales

Estos beneficios son un gran dilema para la formalización del empleo. El exceso de beneficios y la obligación de que se apliquen uniformemente, sin tomar en cuenta diferencias de tamaño y productividad de las empresas, inhibe su aplicación en el llamado sector informal. El conjunto de estos derechos laborales crea grandes sobrecostos. Según Alonso, “sumando las gratificaciones, CTS y otros beneficios, y dividiendo entre los 12 sueldos por año, se llega a la conclusión de que hay unos sobrecostos del orden del 50% o 60%”.

Despido

El mayor inconveniente de las regulaciones radica en el costo de despido, que en teoría es de 1.5 remuneraciones por año trabajado hasta un tope de 12 remuneraciones.

Pero, más allá del costo monetario, está la ‘suerte de estabilidad laboral absoluta’ que se ha ido generando como producto de fallos de la Corte Suprema y del Tribunal de Garantías Constitucionales. Éstos llevan a tener que hacer reposiciones que desconocen la realidad económica de las empresas, destruyen la productividad y hasta, en instituciones como la Policía Nacional, por orden judicial, se obliga a reponer a elementos separados por actos delincuenciales. En este caso, se ha llegado a judicializar la disciplina en las Fuerzas Policiales.

Tributos y aportes que gravan las remuneraciones

El empleador asume la responsabilidad de retener y pagar el impuesto a la renta de sus trabajadores, monto que dependerá del ingreso anual del mismo. Además, el empleador asume el pago de los siguientes elementos:

El ‘Valle de la Muerte’

Tal vez el mayor escollo para la formalización, mayor al tributario, es el laboral, pues los fiscalizadores laborales pueden exigir compensaciones y multas hasta por los diez años anteriores. El resultado de esta eventual carga es de tal proporción, que de aplicarse efectivamente ‘quiebra’ a la empresa es lo que Pedro Olaechea ha llamado “el valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a una categorías de mayor tamaño y formalización). Ver en Lampadia: Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad.

Por eso es que el Perú no tiene muchas empresas medianas. Las que se atreven a hacer la transición mueren y, las demás se inhiben de formalizarse.

Como hemos reseñado líneas arriba, el Perú es uno de los países de mayor rigidez laboral del mundo. Lo que es más, durante los últimos 15 años hemos transitado de regreso a la estabilidad laboral absoluta, uno de los grandes frenos a la creación de empleo formal y de calidad. Una afrenta injustificable e hipócrita que afecta a los trabajadores más humildes y más necesitados de una protección laboral adecuada y efectiva.

¿Quién le va a poner el cascabel al gato?

La reforma laboral ha devenido en ser un acto de justicia social y por lo tanto debiera ser afrontada con realismo y responsabilidad, tal como ha tenido que plantear el gobierno francés, otrora modelo de políticas populistas que solo generaron a los galos, desempleo y pérdida de competitividad. Esperamos que el nuevo gobierno esté a la altura de las verdaderas demandas sociales. Lampadia




Llegan los Cobots a la fuerza laboral

Llegan los Cobots a la fuerza laboral

(Los robots de colaboración)

En Lampadia venimos explicando la llegada de los robots a la fuerza laboral desde ya hace algún tiempo. Ver: El futuro del empleo con Robots e ‘Inteligencia Artificial’ y El inexorable ascenso de los robots . Ahora tenemos que hablar de una nueva generación de robots: los cobots (robots de colaboración). Están diseñados para trabajar junto a los trabajadores humanos, ayudándolos con una variedad de tareas. Las pequeñas y medianas empresas ya están dispuestas a adoptar esta tecnología y algunos analistas esperan que este nuevo proceso  tenga un crecimiento masivo en los próximos años.

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Fuente: revistadigital.inesem.es

En una reciente edición especial del Financial Times, se les dio un protagonismo único para explicar detalladamente su gran importancia en la disrupción del empleo en distintos sectores, especialmente en la manufactura. Se explica que las mayores razones para la propagación del uso de cobots es que pueden ser colocados junto a los humanos en puestos de trabajo de montaje de  maquinarias y electrónica, son rápidos en maniobras rutinarias y se les puede programar fácilmente sin necesidad de codificación, además de ser perfectos para manejar rutinas repetitivas, trabajos aburridos y tareas desafiantes ergonómicamente. Además, los cobots están ganando popularidad debido a sus reducidos costos, principalmente porque los sensores y la potencia de las computadoras han bajado sus precios y por lo tanto son más asequibles para empresas de todos los tamaños.

Además, un estudio llevado a cabo por investigadores del MIT en una fábrica de BMW demostró que los equipos compuestos de seres humanos y robots que colaboran pueden ser más productivos que los equipos compuestos de seres humanos o robots solos. El proceso cooperativo reduce el tiempo de inactividad humana en 85%.

En la actualidad, las ventas de robots de colaboración representan el 5% del mercado global de robots pero existen fuertes expectativas de crecimiento para el futuro. De hecho, se espera que la aceptación de los cobots y también de drones en el mercado cause un significativo crecimiento en la robótica no industrial.  El sector de la robótica colaborativa aumentará más o menos diez veces entre 2015 y 2020, pasando de más de US $ 1 mil millones en 2014 a US$ 95 millones en 2020. Algunos analistas sugieren un crecimiento más rápido: los cobots se convertirán en el producto más vendido en la industria en unos dos años. TechNavio, una firma de investigación de mercado británica, pronostica que el mercado mundial de los cobots crecerá a una tasa anual de 50% al 2019.

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Fuente: www.autoalliance.org

Mientras que industrias enteras se ajustan a estos cambios, la mayoría de los empleos están experimentando una transformación fundamental. Algunos trabajos se ven amenazados por ser redundantes, otros crecen rápidamente y muchos de los empleos existentes también están pasando por un cambio en las habilidades necesarias para hacerlos. (Ver en Lampadia: Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)). El debate sobre estas transformaciones es a menudo polarizado entre los que prevén ilimitadas nuevas oportunidades y los que prevén la dislocación masiva de puestos de trabajo. (Ver: El futuro del empleo con Robots e Inteligencia Artificial (II)).

Por ejemplo, Citi Group estima que con las nuevas transformaciones  al sector de la banca, los bancos estadounidenses y europeos podrían eliminar casi 2 millones de puestos de trabajo en la próxima década. (Ver gráfico inferior)

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Entonces, la pregunta ahora es cómo las empresas, el gobierno y los individuos reaccionarán a estos desarrollos y transformaciones. Para evitar un caso extremo negativo (cambios tecnológicos acompañados de escasez de talentos, desempleo masivo y una creciente desigualdad), lo primordial será la constante actualización de conocimientos y la mejora de las habilidades de los trabajadores actuales.

Aunque mucho se ha dicho acerca de la necesidad de una reforma en la educación básica en el  futuro, simplemente no es posible detener la actual revolución tecnológica para esperar a la fuerza laboral de la próxima generación. En lugar de ello, es fundamental que las empresas tomen un papel activo en el apoyo a sus empleados actuales a través de re-entrenamiento y que los individuos adopten un enfoque proactivo para su propio aprendizaje durante toda sus vida, además de que los gobiernos creen un ambiente propicio para incentivar estos esfuerzos.

En palabras de Klaus Schwab, “la revolución tecnológica actual no tiene por qué convertirse en una carrera entre los humanos y las máquinas, sino más bien debería ser una oportunidad para que el trabajo sea verdaderamente un canal a través del cual la gente reconoce su potencial. Para asegurar que logremos esta visión, debemos ser más específicos y mucho más rápidos en comprender los cambios en curso y ser conscientes de nuestra responsabilidad colectiva para dirigir nuestros negocios y comunidades a través de este momento de transformación.” Ver en Lampadia: Los retos de la Cuarta Revolución Industrial

Líneas abajo compartimos un artículo del Financial Times que ilustra un poco más la participación de los cobots en el mundo laboral.

Conoce a los ‘Cobots’: los seres humanos y robots juntos trabajando en fábricas

Escrito por Peggy Hollinger, editora

Financial Times

05 de mayo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

Mechanical engineer Jesse Rochelle works with a Robot called Baxter which automates production at the Stenner Pumps factory Thursday April 21, 2016 in Jacksonville, Florida.

Dándole una mano: ingeniero mecánico Jesse Rochelle trabaja con Baxter en la fábrica Stenner Pumps en Jacksonville, Florida

Recorrer la fábrica de SEW en Baden-Württemberg es como pasar a través de un túnel del tiempo. Por un lado, la luz es tenue y los trabajadores permanecen de pie en largas cadenas de montaje repitiendo la misma tarea una y otra vez. Por otro, una flota de camiones de robots se transporta alrededor de la planta de producción, abasteciendo las rediseñadas estaciones de trabajo.

En estas pequeñas células, un empleado solo, ayudado por una mesa de trabajo robótica, monta un sistema de propulsión prácticamente completo que se utiliza para energizar la producción de todo, desde automóviles hasta Coca Cola. En otra parte, un brazo robótico llamado Carmen ayuda a los trabajadores a cargar las máquinas o recoger los componentes de contenedores.

Acá, la luz es más brillante, y los trabajadores dicen ser más felices. “Todo está justo donde lo necesito. No tengo que levantar las piezas pesadas “, dice Jürgen Heidemann, que ha trabajado en SEW durante 40 años, desde que tenía 18. “Esto es más satisfactorio porque yo estoy haciendo todo el sistema. Sólo lo hice una parte del proceso a la antigua”.

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Heidemann es uno de una nueva generación de empleados industriales, aprendiendo a trabajar lado a lado con la última generación de sistemas robóticos. Tradicionalmente, los robots industriales han permanecido detrás de las jaulas, principalmente porque su gran peso y movimientos rápidos los hacen peligrosos para la interacción humana. Han requerido programadores altamente capacitados para establecer sus tareas y, una vez instalado, rara vez se mueven.

Ahora, con un peso más ligero y una versión móvil, están llegando a las fábricas para colaborar de manera segura con los trabajadores humanos gracias a los avances en la tecnología de sensores y visión, y potencia de cálculo. Si te interpones en su camino, se detendrán.

Se pueden programar con una tableta o simplemente moviendo sus brazos en el patrón requerido; no es necesario una codificación. Y si se necesita el robot en una parte diferente de la fábrica – a diferencia de los pesados brazos robóticos ​​que pueblan las fábricas de automóviles del mundo y están atornillados al suelo – se pueden mover fácilmente.

Los Cobots, el nombre de las máquinas de colaboración, son tan nuevos que representan sólo una fracción de las ventas mundiales de robots industriales: menos del 5 por ciento de los 240,000 vendidos el año pasado.

Pero los fabricantes dicen que estos flexibles robots – a un precio promedio de $ 24,000 cada uno, según Barclays – tienen el potencial de revolucionar la producción, en particular para las pequeñas empresas que representan el 70 por ciento de la fabricación mundial.

La mayoría de las empresas han tenido dificultades para automatizarse dado el alto costo asociado con la robótica tradicional. Sin embargo, si consideramos que el sueldo promedio de un  trabajador de fábrica en los EEUU es de US$ 11.80 por hora y £ 7.40  en el Reino Unido (de acuerdo con el sitio web de comparación de salarios PayScale), una recuperación de la inversión en estos niveles de precios más bajos puede ser una cuestión de meses. James Stettler, analista de Barclays Capital, estima que el mercado de Cobots podría crecer de poco más de US$ 100 millones el año pasado a US$ 3 mil millones para el año 2020. 

“Muchas personas han estado esperando este tipo de avance”, dice Jesse Rochelle, ingeniero de fabricación en Stenner Pump, una empresa con sede en Florida que emplea a 90 personas. Stenner adquirió Baxter, un COBOT de dos brazos hecho por Rethink Robotics con sede en Boston, hace 18 meses.

El nuevo trabajador de la compañía está siendo utilizado para colocar las piezas directamente de la fabricación al embalaje, reduciendo la manipulación humana en un 75 por ciento. Como Baxter no tiene que trabajar detrás de una cerca o detenerse cada vez que un ser humano está cerca, los empleados de Stenner pueden continuar con otros trabajos. “Hemos reducido significativamente el tiempo de ciclo desde la materia prima hasta el producto terminado”, dice.

Rochelle añade que los robots de colaboración de bajo costo son una gran ayuda para las pequeñas y medianas empresas, tales como Stenner, que tienen que competir con rivales de mercados de bajo costo. “El uso de cobots en pequeñas empresas permite que… como mínimo los trabajos sean de carácter local “, dice.

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Sin embargo, no se puede escapar al temor de que la llegada de los robots vuelva redundante la fuerza de trabajo de grandes sectores. Los economistas Carl Frey y Michael Osborne, de la Universidad de Oxford, han estimado que cerca de la mitad de los empleos en Estados Unidos podrían estar en riesgo de automatización.

La aparición de robots altamente adaptables podría aumentar el riesgo. Los avances en la tecnología ‘de agarre’, la máquina de aprendizaje y la inteligencia artificial, inevitablemente, ayudarán a corregir algunas de las debilidades de los cobots de hoy en día. La manipulación de cables, textiles o el cambio de tareas sigue siendo un reto para los robots industriales. Un estudio encontró que un robot tardó 20 minutos para doblar una toalla, por ejemplo.

Las compañías niegan que los cobots reemplazarán a los trabajadores, más bien los describen como ayudantes de los puestos de trabajos “aburridos, sucios y peligrosos” que los seres humanos no les gusta o están mal equipados para realizar. Sin embargo, muchos son reacios a mostrar sus trabajadores robóticos, tal vez por temor de la publicidad adversa a medida que exploran las formas en que esta nueva fuerza de trabajo puede ser utilizada. Varios denegaron la solicitud del Financial Times para verlos en acción.

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Muchos sindicatos ni siquiera han empezado a considerar las implicancias de la colaboración entre humanos y robots. “Va a pasar y las pérdidas de empleo podrían ser terribles en algunas áreas”, dice Tony Burke, secretario general adjunto del sindicato Unite. “Pero el problema es que nadie realmente sabe.”

Joe Shelton, un gerente de la planta automotriz de Nissan en Tennessee, dice que los manipuladores de materiales estaban ansiosos cuando se introdujeron los vehículos guiados autónomas en la fábrica. “Sentían como que estaban tomando sus puestos de trabajo”, dice. Ahora, sin embargo, ” son muy receptivos a ellas. Trabajan de la mano”. Nadie fue despedido, insiste, más bien la vida laboral de 30 años de la fábrica se ha fortalecido. El tiempo necesario para volver a configurar un nuevo modelo se ha reducido de más de un año a cuestión de días gracias al sistema logístico robótico más flexible, dice.

En Airbus, el fabricante europeo de aviones, un robot móvil atado a un lado de un fuselaje realiza decenas de miles de agujeros necesarios para sostener un avión de pasajeros, mientras que los seres humanos trabajan junto a él.

Stéphane Maillard, quien durante 13 años ha trabajado en el montaje de aviones, dice que el robot no ha sustituido su trabajo. “Se ha cambiado la forma de trabajar”, dice “Antes era muy manual. Ahora se trata más de pilotar el robot. El 100 por ciento de nuestros operadores nunca volvería.”

El grupo está probando un robot sobre ruedas que se mueve por el interior de la aeronave para etiquetar donde tienen los trabajadores que instalar los soportes – una posición que debe tener una precisión al milímetro.

Los seres humanos pueden sentirse tranquilos por la reciente decisión de Mercedes-Benz de sustituir a los robots con humanos en algunas funciones. Las máquinas no eran lo suficientemente ágiles como para seguir el ritmo de la creciente demanda de productos personalizados, mientras que los seres humanos pueden “reprogramarse” a sí mismos en una fracción de segundo. “Nos estamos alejando de tratar de maximizar la automatización, con personas que de nuevo toman un papel más importante en los procesos industriales “, dice Markus Schaefer, jefe de planificación de la producción de automóviles. “Cuando las personas y las máquinas cooperan, como cuando una persona guía a un robot automático, somos mucho más flexibles y podemos fabricar muchos más productos en una línea de producción. La variedad es demasiado para las máquinas”.

Los científicos del MIT han demostrado la veracidad de la experiencia de Mercedes-Benz. Trabajando con otro fabricante alemán de automóviles, BMW, los investigadores encontraron que los equipos robot-humanos eran aproximadamente 85 por ciento más productivos que cualquiera de los dos solos.

De vuelta en Baden-Württemberg, Heidemann confía en que su humanidad garantizará su propio puesto de trabajo – no importa lo inteligentes que se conviertan las máquinas. La tarea de montar un motor de engranajes es más delicada de lo que parece. “Se necesita destreza, se necesita sentir. Un robot podría dañarlo “, dice.

Por otra parte, el futuro a largo plazo no es realmente su preocupación. “Me retiro en seis años”, dice con una amplia sonrisa. “En esos seis años no va a pasar.” Lampadia




Una ciudad inteligente necesita nuevas ideas

Una ciudad inteligente necesita nuevas ideas

Teléfonos inteligentes, autos inteligentes, ciudades inteligentes… la etiqueta de “smart” (“inteligente”) se ve en una gama cada vez más amplia de la vida contemporánea. Esta es la tendencia a futuro que denotará qué países mejorarán y cuáles se quedarán atrapados en el pasado. Singapur busca innovar y ser disruptivo constantemente a pesar de ser uno de los países más exitosos del planeta. Ahora está en busca de algo totalmente nuevo para sus segundos 50 años de vida: ser la “nación inteligente”.

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Singapur es probablemente uno de los mejores ejemplos del mundo en desarrollo urbano. Es una nación pequeña, densa, tecnológica y, lo más importante, cuenta con un claro compromiso por parte del gobierno.

Lee Kuan Yew, su fundador, siempre instó a tomar más riesgos, un componente vital de los tres atributos de su competitividad global: el espíritu empresarial, la innovación y la gestión. “La economía de EEUU ha tenido tanto éxito debido a la cultura de la empresa y la voluntad de arriesgarse”, dijo Lee en una entrevista con el New York Times en 2001. “Creo que cambiar la mentalidad (de Singapur) va a ser una trabajo muy arduo”.

Pues, logró cambiar la mentalidad a un país por el que nadie daba medio. Hoy Singapur es una estrella, uno de los países más desarrollados del mundo. Veamos más de Singapur, aprendamos de ellos y sigamos sus pasos para lograr un mejor futuro.

Para esto, compartimos un artículo del libro “SG100? Leading thinkers envision Singapore in 2065”(Singapur – 100 años), en el que los autores abordan el futuro de la nación y las posibles tendencias a futuro. Lampadia

Personas inteligentes, Nación inteligente y un Singapur inteligente

Por Carlo Ratti y Mateo Claudel

Publicado en el libro ‘SG100? Leading thinkers envision Singapore in 2065’

Traducido y glosado por Lampadia

Carlo Ratti es un arquitecto e ingeniero basado en Cambridge, Turín, Singapur y Londres. Dirige el Laboratorio ‘Senseable City’ en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y encabeza el Consejo de la Agenda Global del Foro Económico Mundial sobre el futuro de las ciudades.

Mateo Claudel, con sede en Cambridge, Massachusetts, es investigador en el Laboratorio ‘Senseable City’. Durante los últimos cinco años, ha sido parte de la Alianza Singapur-MIT para la iniciativa de Investigación y Tecnología, en la que trabaja dentro del comité ‘Futuro de la Movilidad Urbana’.

“En 50 años, ¿cómo ven la evolución de las ciudades?” empezó diciendo el correo electrónico. “¿Puedo pedirles que se pongan sus gafas futurísticas o de inmersión en 3D, sus lentes de cinco sentidos?

Con estas preguntas, nuestra editora de The Straits Times nos invitó a predecir el futuro de Singapur. Su correo continuó con las investigaciones más puntuales sobre la intersección de la tecnología y el espacio urbano – las llamadas “ciudades inteligentes”.

Las preguntas (o sugerencias, más bien) sugieren transformaciones profundas en la isla, desde energías renovables hasta aviones no tripulados, desde el transporte hasta la política. “¿Habrá incluso ciudades como la conocemos, o simplemente ciudades ‘Biopolis’ dentro de domos gigantes, con un clima controlado artificialmente? ¿O es que las ciudades polarizadas por la desigualdad serán divididas en biosferas separadas?”

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Ciudades del Futuro, por 3D Perspectives

Sin duda son preguntas importantes, ya que estamos entrando en una nueva era de transformación urbana basada en la tecnología digital. Por lo tanto, nos pusimos nuestras gafas futuristas y las ajustamos al 2065. Para entonces, las grandes revoluciones en la convergencia del mundo digital y físico – revoluciones que ya han comenzado – podrían ser una realidad.

Esto podría impulsar a  transformaciones en todo, desde la movilidad a la energía, el agua para la gestión de los residuos y el compromiso cívico.

Avanzando en autos sin conductor

Entre la gran cantidad de posibilidades, queremos destacar tres. La primera es en el ámbito de la movilidad.

Singapur tiene una larga historia de innovación en el campo del transporte. Fue pionero en la tarificación vial, cuando en la década de 1970 se impuso un área de concesión de licencias sobre los vehículos que entran a la ciudad. En 1998, se introdujo el Electronic Road Pricing (ERP), que utiliza tecnología avanzada para escanear a los autos y cobrarle a los conductores una tarifa basada en el tiempo y la demanda de tráfico total.

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ERP tuvo un impacto dramático en la congestión de las carreteras, esquemas similares han sido utilizados como inspiración en todo el mundo, desde Estocolmo hasta Londres y Milán.

Desde entonces, Singapur se ha centrado en los últimos avances en la movilidad, especialmente en automóviles de auto-conducción (o autónomos). En 2014, el Gobierno convocó a un comité de alto nivel llamado el‘Committee for Autonomous Road Transport’de Singapur, conocido como CARS (por sus siglas en inglés) – algo que podemos predecir con certeza es que el Singapur de 2065 no será menos proclive a los comités y acrónimos.

Mientras escribimos esto, a mediados de 2015, la tecnología de conducción autónoma ya ha madurado hasta un punto donde puede ser probada e implementada de manera viable en espacios urbanos reales.

En lugar de ser un “auto por familia”, un vehículo podría ser compartido por la gente de un barrio, un clúster de oficinas o incluso una comunidad de redes sociales.

Dos estudios recientes realizados por el equipo de Movilidad de Futuro Inteligente del Instituto de Tecnología de Massachusetts (del MIT) trataron de modelar y probar este futuro de compartir vehículos. Muestran que (en teoría) la demanda de transporte de una gran ciudad como Londres, Nueva York o Singapur podría satisfacerse con sólo una quinta parte de la cantidad de automóviles que se encuentran en uso hoy en día. Si los autos sin conductor compartidos se convierten en una realidad, para 2065, las ciudades de todo el planeta serán capaces de recuperar gran parte del espacio que está actualmente utilizado en estacionamientos. Las calles pueden ser alineadas con los espacios públicos, mini-jardines o parques de energía renovables.

ANÁLISIS DE RESIDUOS

Otra área de la transformación en las ciudades podría ser la de los residuos y gestión de residuos.

Hoy en día, la cadena de suministro global se ha vuelto muy sofisticada –la fabricación y el montaje globalizado significa que los productos y componentes viajan a través de la faz de la tierra, a menudo por separado, antes de ser ensamblarlas y, finalmente, llegan a las manos de un consumidor.

Mientras que ahora las empresas le hacen un seguimiento a los componentes antes de ensamblarlos, no se tienen mucho conocimiento de lo que ocurre con la basura – lo que podría llamarse la “cadena de eliminación”.

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Tecnología para la óptima gestión de los residuos, por Urbiotica

Inspirado por el reciente proyecto Trash Track del MIT, podemos imaginar un futuro cercano en el que cada objeto está etiquetado y se le hace un seguimiento en línea. Los productos pueden ser rastreados a través de todo su ciclo de vida. Piense en su teléfono móvil – si se etiquetan sus componentes, puede ser desmontado después de ser cambiadopor un nuevo modelo, y cada componente podría entonces ser reciclado o dado una segunda vida en un aparato diferente.

El reciclaje podría llegar a ser casi omnipresente, ya que los elementos individuales son procesados ​​y reutilizados por separado.

Además, los dispositivos digital-biológicos nos pueden dar una gran comprensión de la salud en zonas urbanas enteras. Otro proyecto del MIT llamado “Underworlds”, por ejemplo, está probando la integración de los monitores inteligentes en un lugar inesperado – las alcantarillas.

La “plataforma inteligente de aguas residuales” recoge y analiza la información bioquímica de las aguas residuales. En las aguas residuales de una ciudad se refleja una amplia gama de actividades humanas y puede surgir toda una serie de aplicaciones de toma de muestras de aguas residuales y secuenciación.

Una aplicación temprana podría ser la predicción de brotes infecciosos antes de que surjan los síntomas. Las alertas tempranas en los centros urbanos pueden reducir significativamente los costos médicos de una comunidad, salvar vidas y ayudar a prevenir las pandemias. Los investigadores pueden estudiar la forma en que se desarrollan las enfermedades no transmisibles, ya que los biomarcadores para enfermedades como la obesidad y la diabetes pueden ser medidos y seguidos.

PAREDES FLUIDAS

Incluso la arquitectura de Singapur puede comenzar a cobrar vida en el futuro. Los edificios actuales operan por aproximación, satisfaciendo el pico de la demanda en lugar de la necesidad real, ya sea con la iluminación o la temperatura o el espacio.

Por ejemplo, si una persona está en una habitación, todo estará iluminado y con temperatura controlada. Una pequeña clase de nueve estudiantes usarán la misma habitación que una clase de 30. A medida que nuestros edificios se vuelven cada vez más digitales, serán capaces de responder mejor a nuestro comportamiento.

Para lograr esto, la arquitectura será físicamente más flexible: Piensen en paredes y techos y tabiques plegables y desplegables. Los edificios son una especie de “tercera piel” – después de nuestra piel biológica y nuestra ropa –que ha sido rígida toda su vida.

Con mejor data, el entorno construido podrá adaptarse a nosotros:una arquitectura viva que se adapta a la medida de sus habitantes. La arquitectura podría envolverse alrededor de nosotros, en base a nuestras necesidades. Los sistemas de control de clima futuro, por ejemplo, van a percibir la ubicación de las personas y crear zonas térmicas personales de comodidad.

Los espacios dinámicos podrían cambiar de tamaño y configuración para adaptarse a las necesidades de las personas, convirtiéndose en una cafetería, una oficina o una sala de cine en diferentes momentos del día.

Para una ciudad con espacio limitado, como Singapur, borrar la rigidez de los espacios arquitectónicos permitirá que se derive un mayor valor por la misma superficie.

El espacio construido no sólo será responsivo, sino que también reunirá data. Esto será especialmente relevante en Singapur, donde la población está envejeciendo rápidamente.

Con monitores que siempre estarán prendidos y vinculados directamente a un hospital, los pacientes pueden ser más libres, vivir cómodamente en casa, mientras que un médico a distancia está constante en servicio.

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Una posible ciudad del futuro, Gizmodo

Autos sin conductor compartidos. Basura que tiene un seguimiento y revela el movimiento de las enfermedades. Paredes y edificios que se adaptan alrededor de nuestras necesidades.

Estas son todas las visiones de futuro de la vida urbana, ¿pero, sucederán? La respuesta honesta es no, probablemente no. Nuestro escenario del futuro en este ensayo no se basa en la predicción, sino en la extrapolación – escuchar las débiles señales de la vanguardia de la tecnología actual y proyectar la forma en que podrían desarrollarse en el futuro, sobre todo a medida que interactúan entre sí.

Los autos sin conductor, por ejemplo, se están probando en Singapur, al igual que los sensores de basura y la arquitectura fluida está progresando.

Tomamos en cuenta la dirección del progreso actual, como un vector de orientación para nuestras ideas acerca de Singapur en 50 años. Esto nos da una dirección, pero eso no quiere decir que estas ideas llegarán a suceder.

En el año 1900, el periódico Boston Globe publicó un artículo titulado ‘Boston al final del siglo 20’, un retrato brillante de la futura ciudad. El autor, Thomas Anderson, imaginó dirigibles flotando suavemente sobre aceras móviles y un correo neumático que despachaba de todo, desde periódicos hasta los alimentos – no se hizo realidad.

Las gafas futuristas se ven empañadas por un simple hecho: Las innovaciones más importantes tienden a pasar por una disrupción – ideas tan radicales que oscurecen la línea de visión de las tendencias y la extrapolación. Nadie podría haber predicho el descubrimiento del Internet y su impacto en nuestra sociedad, por ejemplo. No importa cómo nos imaginamos la ciudad del futuro, sin duda va a tener un aspecto diferente.

Para el Singapur de 2065, leyendo los archivos de The Straits Times, ¿pareceremos tan tontos como Thomas Anderson? Tal vez, pero este esfuerzo no es ciertamente inútil. Extrapolando e imaginando un futuro urbano, podemos trabajar de forma colectiva en una discusión sobre cómo debe desarrollarse nuestra ciudad. Una Nación inteligente – para utilizar el lema acuñado el año pasado por el Gobierno – es tan inteligente como sus residentes.

Juntos, podemos decidir lo que es o no es deseable – explorando posibles escenarios que nos ayudarán a transformar el presente.

Si el axioma de Alan Kay es cierto – “la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo” – entonces es importante involucrar a la mayor cantidad de puntos de vista e ideas y voces que podamos. Este artículo podría ser completamente ridículo, pero parte de la discusión provocada por The Straits Times de hecho podría ser un paso importante hacia la invención de la Singapur de 2065.




“UTEC puede convertirse en la mejor universidad de ingeniería del mundo”

“UTEC puede convertirse en la mejor universidad de ingeniería del mundo”

Con dos años de funcionamiento en el país, la UTEC tiene alianzas con universidades top del mundo como Harvard, el MIT y Purdue. Asimismo, ha repatriado a catedráticos peruanos con el más alto grado académico.

Entrevista a Eduardo Hochschild. Fundador de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC)

Por Silvia Mendoza y Abraham Taipe

(El Comercio – Portafolio, 19 de Diciembre del 2014)

El próximo lunes 29, la UTEC inaugurará su campus en Barranco. Eso le permitirá entrar a su tercer año de funcionamiento con una mejor infraestructura para atraer alumnos del Perú y el extranjero. Eduardo Hochschild cuenta en esta entrevista los avances que ha alcanzado la institución y las perspectivas que tienen de convertirse en una de las mejores universidades de ingeniería del planeta.

¿Cómo nace la idea de crear una universidad como UTEC?

Todo comenzó con mi papá [Luis Hochschild], quien hace 30 años creó Tecsup. Cuando fallece ya estaba a medias la sede de Arequipa y ahora ya estamos en el norte. Por eso consideraba que todavía había energías para una segunda etapa: la universidad. Así que hace unos años, con la ayuda de mi esposa, nos lanzamos. Desde entonces no dejo de hablar de UTEC.

¿Apostar por la ingeniería tiene que ver con las propias carencias que han visto en el sector?

Sin lugar a dudas. Una universidad de ingeniería es lo más difícil de hacer, es caro. Es más sencillo tener un auditorio con 100 estudiantes de Derecho que un laboratorio con 10 alumnos de Ingeniería. Pero es lo que más necesitamos en el país y en esas estamos.

¿La inversión a cuánto ascendió?

Casi a US$100 millones.

¿Además del grupo Hochschild, qué otras empresas apoyan este proyecto?

En el directorio de la universidad están Roque Benavides, Dionisio Romero, Carlos Rodríguez-Pastor, José Graña, Ricardo Rizo Patrón, Óscar Gonzales Rocha, Mario Testino, entre otros, quienes han ayudado de una u otra manera.

En el 2015 la UTEC entrará a su tercer año de funcionamiento. ¿Qué avances han tenido?

Ya tenemos 400 alumnos y hemos repatriado a profesores peruanos de universidades de EE.UU., Europa y Brasil. Todos tienen doctorado o están estudiándolo. En el caso de los alumnos hemos tratado de atraer talento, con Carlos Heeren, gerente general de UTEC, hemos ido a los colegios Fe y Alegría y el Colegio Mayor. También a la sierra y la selva para becar a los talentos.

¿Qué porcentaje de esos 400 alumnos está becado?

La gran mayoría. Por eso, con los ingresantes del 2015 queremos llegar a un equilibrio y tener un total de 1.000 alumnos. También buscamos atraer a alumnos del extranjero. Eso sí, seguiremos becando a los jóvenes con talento o dándoles préstamos para que puedan estudiar. Si en Tecsup un egresado gana unos US$2.000, en UTEC podrá ganar hasta US$10.000, eso les permitirá pagar sus estudios.

¿Cuán complicado fue repatriar a talentos peruanos?

Tuvimos que ir a buscarlos. A los primeros había que contarles toda la historia de este sueño, pero hoy como ya somos conocidos se comienzan a pasar la voz y acceden. Todos están instalados en el país con sus familias.

También tienen alianzas con universidades extranjeras y peruanas.

Hemos firmado alianzas con el MIT, que nos toma como su campus en América Latina para atraer talento. También con Harvard, que en su última reunión de ingeniería nos dijo que no hay ningún motivo para que la UTEC no logre ser la universidad más creativa y la mejor de ingeniería del mundo. Con estas dos universidades tenemos convenios para intercambio de profesores y realizar investigaciones en conjunto. Con la Purdue University tenemos un acuerdo para una titulación doble. En el caso del Perú estamos con la Universidad del Pacífico y la Universidad Ruiz de Montoya, la primera nos ayuda con los temas de economía y derecho; y la segunda con las humanidades.

¿Qué significa que el MIT los tome como su campus en América Latina?

Que el Perú se convierte en un polo de atracción. Ya están mandando a chilenos a estudiar aquí. Es decir, captan talentos, los traen aquí (UTEC) y luego se los llevan. El decano del MIT nos decía que se jalará a un alumno de la UTEC, y eso está bien, porque si se lleva uno, vendrán dos más. Se está comenzando a crear un flujo de tecnología, el MIT ya está viendo trabajar proyectos de investigación con empresas peruanas. Por nuestro lado, cada vez que vienen alumnos del extranjero los llevamos a las empresas peruanas para que observen, intercambien ideas y nos ayuden a resolver problemas puntuales. Es todo un flujo de conocimiento.

¿Cuál es el déficit de innovación en investigación en el país?

Los países se desarrollan en base a tecnología e innovación. Eso sucedió con EE.UU., Japón, países de Europa y recientemente con China. Por eso necesitamos investigadores, desarrolladores de tecnologías.

¿Y de qué manera ustedes apoyan este camino?

La UTEC ya está presentando ‘papers’ científicos y solicitando patentes de sus inventos. Y recién tenemos dos años de funcionamiento. Pero queremos más. También tenemos una desarrolladora de start-ups tecnológicas [UTEC Ventures].

¿Esta labor debe complementarse con la UNI, la otra universidad de ingeniería del país?

Las dos estamos empujando en el mismo camino y bienvenido que venga una tercera más.

Hoy cuentan con cinco carreras profesionales. ¿Qué otras carreras piensan en crear?

Por ejemplo con el Colorado School of Mine pensamos en una carrera ligada a la minería, con la Cleveland Clinic de EE.UU. una especialidad ligada a la medicina y la ingeniería. Asimismo, LAN Chile tienen interés en una carrera relacionada con la reparación de motores aéreos. Vamos ir viendo lo que requiere la sociedad.

Entonces su enfoque no va por las carreras tradicionales.

No. Lo marketero no es nuestro enfoque, no estamos para ganar plata sino para que el alumno estudie algo que sí le va a servir. En Tecsup el 97% de nuestros egresados tiene trabajo y eso lo queremos reflejar en UTEC.

El proyecto es loable. ¿Pero en qué período podrá ser autosostenible?

Las universidades sin fines de lucro ganan plata para desarrollarse y desarrollar a sus alumnos. Harvard reinvierte la plata que gana. Ahora UTEC y Tecsup son solo uno, pero en los próximos cinco años debería alcanzarse un equilibrio.

En una entrevista indicó que la UTEC no sería una universidad masiva y tendría hasta 2.000 alumnos. ¿Sigue pensando así?

No, el mundo está cambiando. Hoy los cursos ya se encuentran en Internet. Ahora se puede aumentar la cantidad de alumnos sin atiborrar el campus, el MIT lo está haciendo. En nuestro caso serán varios miles de alumnos, pero no todos estarán en el campus. Un semestre podrán estudiar desde su casa y el otro en el campus.

Eso quiere decir que no pasará lo mismo que con Tecsup, que empezó en Lima y hoy está en el sur y norte del país.

Tecsup se ha descentralizado, tiene tres campus principales en Lima, Trujillo y Arequipa, pero también sedes complementarias. Con UTEC vamos a mantener una sede principal y trabajar más con Internet la educación online. Obviamente, si es necesario crecer, nos ayudaremos con la infraestructura de Tecsup.

El próximo año tendrán un encuentro de gran importancia en el país

Sí, Harvard ha decidido realizar su reunión anual de ingeniería en el Perú, en la que participarán también las universidades de Stanford, Philadelphia y Toronto. Será a mitad de año y durará varios días. Habrá una tormenta de ideas sobre el futuro de la ingeniería, con charlas y exposiciones de expertos. Tenemos la idea de sumar también a universidades peruanas.




La Abundancia es nuestro Futuro

La Abundancia es nuestro Futuro

Como se explica en la presentación de Peter Diamandis, hecha en TED el año 2012, todos los días recibimos malas noticias en los medios, a tal punto que la mayoría de nosotros pensamos que el mundo funciona mal, que las cosas están empeorando.

Sin embargo, Diamandis, al igual que otros notables personajes de la humanidad, como Hans Rosling, Xavier Sala-i-Martín y Bill Gates, nos muestran los espectaculares avances de la humanidad, que muchas veces desconocemos o no queremos mirar (ver en Lampadia: Hans Rosling y Ola Rosling: Como no ser ignorantes del mundo, El Capitalismo Reduce la Pobreza en el Mundo y Bill Gates y Hans Rosling debaten el fin de la pobreza extrema). Además, nos explica como la tecnología está produciendo desarrollos que mejorarán la vida y oportunidades de todos los habitantes del planeta y, como esos avances tecnológicos crecen exponencialmente con la Ley de Moore. 

Recomendamos ver el video (subtitulado en español) o la transcripción que adjuntamos a continuación:

Peter Diamandis, es griego-americano, ingeniero, físico y entrepreneur, conocido por fundar y dirigir la Fundación X PRIZE, cofundador y director Singularity University y coautor del bestseller del New York Times,  “Abundance: The Future Is Better Than You Think” (Abundancia: El futuro es mejor de lo que te imaginas). La Fundación X Prize ofrece importantes incentivos monetarios a los inventores que puedan resolver los grandes retos de los vuelos espaciales, diagnósticos médicos de bajo costo con teléfonos móviles y la limpieza de derrames de petróleo. En Singularity University, enseña a ejecutivos y estudiantes de posgrado, tecnologías de crecimiento exponencial.

Transcripción en español:

Muertes. Desastres. Oh, mi Dios.

Estos son sólo algunos de los clips que recogí durante los últimos seis meses –podría haber sido fácilmente los últimos seis días o los últimos seis años. El punto es que los medios de comunicación, preferentemente nos alimentan de historias negativas, porque eso es a lo nuestras mentes prestan atención. Y hay una muy buena razón para ello. Cada segundo de cada día, nuestros sentidos reciben demasiados datos que nosotros procesamos en nuestros cerebros.

¿Y porque no hay nada más importante para nosotros que la supervivencia? La primera parada de todos los datos es en una antigua franja del lóbulo temporal llamada la Amígdala. La Amígdala es nuestro detector de alerta temprana, nuestro detector de peligro. Ordena y recorre a través de toda la información en busca de algo en el ambiente que nos podría hacer daño. Así que dada una docena de historias de noticias, vamos a mirar con preferencia a las noticias negativas. Ese viejo dicho del periodismo que dice: “Si sangra vende”, es muy cierto. Así, con todos nuestros dispositivos digitales que están trayendo las noticias negativas, que nos dan los siete días de la semana, 24 horas al día, no es de extrañar que seamos pesimistas. No es de extrañar que la gente piense que el mundo es cada vez peor.

Pero tal vez eso no es el caso. Tal vez en su lugar, son las distorsiones traídas a nosotros de lo que realmente está pasando. Tal vez el tremendo progreso que hemos hecho en el último siglo por una serie de fuerzas, son un hecho que se está acelerando a tal punto, que nos dan el potencial de las próximas tres décadas para crear un mundo de abundancia. Ahora, no estoy diciendo que no tenemos un conjunto de problemas – crisis del clima, la extinción de especies, el agua y la escasez de energía – que seguramente conocemos. Y como los seres humanos, que son muy buenos para ver los problemas de antemano, también somos buenos para, última instancia, superarlos.

Así que echemos un vistazo a lo que este último siglo ha sido para ver a dónde vamos. Durante los últimos cien años, la esperanza de vida humana, es en  promedio más del doble, el ingreso medio per cápita ajustado por inflación por todo el mundo se ha triplicado. La mortalidad infantil se ha reducido en un factor de 10. A esto se añade que el costo de los alimentos, la electricidad, el transporte y las comunicaciones se ha reducido de 10 a 1,000 veces. Steve Pinker nos ha demostrado que, de hecho, estamos viviendo en la época más pacífica de la historia humana. Y Charles Kenny, que la alfabetización mundial ha pasado del 25 por ciento a más del 80 por ciento en los últimos 130 años. Nosotros realmente estamos viviendo en un tiempo extraordinario. Y mucha gente se olvida esto.

Y seguimos estableciendo nuestras expectativas cada vez más altas. De hecho, redefinimos lo que significa la pobreza. Piense en esto, en los Estados Unidos hoy en día, la mayoría de las personas que están bajo la línea de pobreza, tienen electricidad, agua, baños, refrigeradores, televisores, teléfonos móviles, aire acondicionado y autos. Los barones más ricos del siglo pasado, los emperadores de este planeta, nunca podrían haber soñado con tales lujos.

Lo que apuntala gran parte de esto es la tecnología, y en los últimos tiempos, crece exponencialmente. Mi buen amigo Ray Kurzweil mostró que cualquier herramienta que se convierte en una tecnología de la información salta a esta curva, por la Ley de Moore, y experimenta un comportamiento de sus capacidades que se duplica cada 12 a 24 meses. Eso es el por qué el teléfono móvil que tienen en el bolsillo es, literalmente, un millón de veces más barato y mil veces más rápido que una supercomputadora de los años 70. Ahora mira esta curva. Esta es la Ley de Moore durante los últimos cien años. Quiero que se den cuenta dos cosas. Número uno, lo suave que es – a través del buen tiempo y el mal tiempo, en tiempo de guerra y tiempo de paz, recesiones, la depresión y el auge. Este es el resultado de un equipo más rápido que se utiliza para construir otro equipo más rápido. No lento, para cualquiera de nuestros grandes desafíos. Y también, a pesar de que está trazada en una curva, el registro a la izquierda, se está curvando hacia arriba. La velocidad a la que la tecnología avanza es cada vez más rápida, es en sí misma cada vez más rápida.

Y en esta curva, en el lomo de la ley de Moore, está un conjunto de tecnologías extraordinariamente poderosas a disposición de todos nosotros. La computación en nube, lo que mis amigos llaman computación infinita  Autodesk: sensores y redes, robótica impresión 3D, que es la capacidad de democratizar y distribuir la producción personalizada en todo el planeta, la biología sintética; combustibles, las vacunas y los alimentos, la medicina digital; los nanomateriales, y quiero decir, ¿cuántos de ustedes vieron la conquista de Jeopardy por Watson de IBM? Quiero decir, eso fue épica. De hecho, vi las noticias que buscan el mejor titular en un periódico. Y me encanta este: “Watson vence a oponentes humanos”.  Jeopardy no es un juego fácil. Se trata de los matices del lenguaje humano. Imaginar si lo haría de AI como este en la nube a disposición de toda persona con un teléfono celular.

Hace cuatro años aquí en TED, Ray Kurzweil y yo comenzamos una nueva universidad llamada Singularity University. Y les enseñamos a nuestros estudiantes todas estas tecnologías, y en particular la forma en que se pueden utilizar para resolver los grandes retos de la humanidad. Cada año les pedimos que empiecen una empresa o un producto o un servicio que pueda afectar positivamente las vidas de mil millones de personas en una  década. Piensen en eso, el hecho de que, literalmente, un grupo de estudiantes pueda tocar las vidas de millones de personas hoy en día.  Hace 30 años habría sonado ridículo. Hoy podemos apuntar a decenas de empresas que han hecho precisamente eso.

Cuando pienso en la creación de abundancia, no se trata de la creación de una vida de lujo para todo el mundo en este planeta; se trata de crear una vida de posibilidades. Se trata de tornar lo que era escasez por lo que es  abundancia. Usted ve, la escasez es contextual, la tecnología es una fuerza liberadora de recursos. Déjeme darle un ejemplo.

Esta es una historia de Napoleón III a mediados de la década de 1800. Él es el tipo de la izquierda. Él invitó a cenar el rey de Siam. Todas las tropas de Napoleón fueron alimentadas con utensilios de plata, Napoleón a sí mismo con los utensilios de oro. Pero al Rey de Siam, le dieron de comer con utensilios de aluminio. Vea usted, el aluminio era el metal más valioso del planeta, valía más que el oro y el platino. Esa es la razón por la que la punta del monumento a Washington es de aluminio. Vea, a pesar de que de aluminio es de 8,3 por ciento de la Tierra en masa, que no viene como un metal puro, está vinculado por el oxígeno y silicatos. Pero entonces la tecnología de electrólisis llegó y literalmente hizo del aluminio algo tan barato que lo usamos con desechable.

Vamos a proyectar esta analogía en el futuro. Pensemos en la escasez de energía. Señoras y señores, estamos en un planeta que está bañado con 5,000 veces más energía que la que usamos en un año. 16 teravatios de energía golpean la superficie de la Tierra cada 88 minutos. No se trata de escasez, se trata de la accesibilidad. Y hay una buena noticia aquí. Por primera vez, este año el costo de la electricidad solar es el 50 por ciento del de la electricidad generada por diesel en la India -8.8 rupias frente a 17 rupias. El costo de la energía solar se redujo 50 por ciento el año pasado. El mes pasado, el MIT llevó  a cabo un estudio que muestra que a finales de esta década, en las partes soleadas de los Estados Unidos, la electricidad solar costará seis centavos de dólar por kilovatio hora en comparación con 15 centavos de la media nacional.

Si tenemos energía abundante, también tenemos agua abundante. Ahora se habla de guerras por el agua. ¿Te acuerdas cuando Carl Sagan volvió la nave Voyager de nuevo hacia la Tierra, en 1990, después de que acaba de pasar por Saturno? Él tomó una foto famosa. ¿Cómo se llamaba? “Un pálido punto azul”, debido a que vivimos en un planeta de agua. Vivimos en un planeta cubierto por el agua en 70 por ciento. Sí, el 97.5 por ciento es agua salada, el dos por ciento es hielo, y hay que luchar por medio por ciento del agua, pero aquí también hay esperanza. Y no es la tecnología que viene en línea, en 10, 20 años, no, a partir de ahora, en este momento. Hay nanotecnología que se acerca, los nanomateriales.

La conversación que tuve con Dean Kamen esta mañana, uno de los grandes innovadores de bricolaje, que me gustaría compartir con ustedes – me dio permiso para hacerlo – su tecnología llamada Slingshot que muchos de ustedes pueden haber oído hablar, es del tamaño de un refrigerador pequeño de  dormitorio, es capaz de generar mil litros de agua potable al día de cualquier fuente – agua salada, agua contaminada, de letrinas, con menos de dos centavos de dólar por litro. El presidente de Coca-Cola ha accedido a hacer una prueba importante de cientos de unidades de este equipo en el mundo en desarrollo. Si eso sale bien, y tengo plena confianza en que lo hará, Coca-Cola a nivel mundial, la desplegará a 206 países de todo el planeta. Este es el tipo de innovación, el poder de esta tecnología que ya existe en la actualidad.

Hemos visto esto en los teléfonos celulares. Dios mío, vamos a lograr un 70 por ciento de penetración de teléfonos móviles en el mundo en desarrollo para el final del 2013. Piense en ello, que un guerrero Masai con un teléfono celular en el centro de Kenia, tiene mejor comunicación móvil que el presidente Reagan tenía hace 25 años. Y si están en un teléfono inteligente en Google, tienen acceso a más conocimientos e información que el presidente Clinton lo hizo hace 15 años. Están viviendo en un mundo de información y abundancia de comunicación que nadie podría haber predicho jamás. Mejor que eso, las cosas que usted y yo hemos gastado, decenas y cientos de miles de dólares para -GPS, vídeo de alta definición e imágenes fijas, las bibliotecas de libros y la música, la tecnología de diagnóstico médico – están ahora, literalmente, desmaterializándose y desmonetizándose en su teléfono celular.

Probablemente la mejor parte de ello es lo que viene pronto al mercado en materia de salud. El mes pasado, tuve el placer de anunciar con la Fundación Qualcomm algo llamado el Premio Qualcomm X: US$ 10´000,000  Tricorder. Estamos desafiando a los equipos de todo el mundo que, básicamente, combinen estas tecnologías en un dispositivo móvil en que se pueda hablar, que tenga Inteligencia Artificial, que se pueda toser en él, que pueda hacer un pinchazo de sangre del dedo. Para ganar, tiene que ser capaz de diagnosticar mejor que un equipo de médicos certificados por la Junta. Así que, literalmente, imaginemos este dispositivo en la mitad del mundo en desarrollo, donde no hay médicos, el 25 por ciento de la carga de morbilidad y el 1.3 por ciento de los trabajadores de la salud. Cuando este dispositivo pueda secuenciar un virus de ARN que el ADN no reconozca, llama a la CDC y evita que ocurra el inicio de una pandemia.

Aquí está la mayor fuerza para lograr un mundo de abundancia. Yo lo llamo el aumento de millones de dólares. Así que las líneas blancas aquí son población. Nos acabamos de pasar la marca de siete mil millones en la Tierra. Y, por cierto, la mayor protección contra una explosión de la población, estará haciendo un mundo educado y saludable. En el año 2010, teníamos poco menos de dos mil millones de personas en línea, conectados. Para el año 2020, irá desde dos mil millones hasta cinco mil millones de usuarios de Internet. Tres mil millones de nuevas mentes que nunca se han escuchado  conectas a la conversación global. ¿Qué harán estas personas, que  querrán? ¿Qué van a consumir? ¿Qué van a desear? Y en lugar de tener un problema económico, estamos a punto de recibir la inyección económica más grande que nunca. Estas personas representan decenas de billones de dólares inyectados en la economía mundial. Y van a estar más saludables mediante el uso de la Tricorder, y ellos llegar a ser mejor educados a través de la Academia Khan, y, literalmente, serán capaces de utilizar la impresión en 3D y la computación infinita convertida en algo más productivo que nunca.

Entonces, ¿qué podrán hacer tres mil millones de personas educadas, miembros sanos y productivos de la humanidad? ¿Qué nos traen? Un conjunto de voces que nunca se han oído antes. De lo que se trata es dar a los oprimidos, dondequiera que estén, la posibilidad que su voz sea escuchada y que actué por primera vez en la historia. ¿Qué van a traer estos tres mil millones de personas? ¿Qué pasa con sus contribuciones que ni siquiera podemos predecir? La única cosa que he aprendido en el Premio X es que los equipos pequeños, impulsados ??por su pasión, con un claro enfoque, pueden hacer cosas extraordinarias, cosas que las grandes corporaciones y los gobiernos sólo podían hacer en el pasado.

Permítanme compartir con ustedes y cerrar con una historia que realmente me entusiasmó. Hay un programa del que algunos de ustedes habrán oído hablar. Es un juego llamado Foldit. Salió en la Universidad de Washington en Seattle. Este es un juego donde las personas pueden realmente tomar una secuencia de aminoácidos y averiguar cómo la proteína se va a doblar. Y cómo se pliega su estructura y su funcionalidad. Esto es muy importante para la investigación en medicina. Y hasta ahora, ha sido un problema de superordenadores.

Este juego ha sido jugado por profesores universitarios y demás. Literalmente, cientos de miles de personas lo vinieron en línea y comenzaron a jugar. El demostró que, de hecho, hoy en día, la maquinaria de reconocimiento de patrones humanos es mejor para plegar proteínas que los mejores equipos. Y cuando estas personas se fueron y miraron de quién era la mejor carpeta de proteínas en el mundo, que no era un profesor del MIT, no, fue de un estudiante de CalTech, que era una persona de Inglaterra, de Manchester, una mujer que, durante el día, era una asistente ejecutiva en una clínica de rehabilitación y, por la noche, era trabajaba en la mejor carpeta de proteínas  del mundo.

Señoras y señores, lo que me da una enorme confianza en el futuro es el hecho de que ahora estamos más fortalecidos como individuos para asumir los grandes retos de este planeta. Tenemos las herramientas con esta tecnología exponencial. Tenemos la pasión del innovador. Tenemos el capital del tecno-filántropo. Y tenemos tres mil millones de nuevas mentes que entrarán en funcionamiento a trabajar con nosotros para resolver los grandes retos, a hacer lo que tenemos que hacer. Estaremos viviendo en adelante, en décadas extraordinarias. Gracias.




“Estoy a favor de reglas fuertes de contratación solo en ciertas industrias”

“Estoy a favor de reglas fuertes de contratación solo en ciertas industrias”

Gestión, 24 de octubre del 2014

ENTREVISTA: Richard Baldwin, profesor de Economía Internacional del MIT

Por: Luis Fernando Alegría

El gurú explicó que la regulación laboral debe apuntar a reducir las asimetrías de poder entre empleados y empresas. Remarcó su recomendación de desarrollar clúster de servicios mineros en Perú.

Hace un año visitó Lima y dijo que tenemos potencial para desarrollar un clúster de servicios alrededor de la minería. ¿Todavía lo ve así?

La idea de un clúster de servicios alrededor de la minería es casi impecable. Lo que debes preguntarte es si va a haber empleo para las personas que saben cómo manejar la industria minera, mercadearla, financiarla, los ingenieros, infraestructura, logística, etcétera.

La respuesta es que sí, porque al final tenemos siete mil millones de personas en el mundo y la próxima generación va a haber más gente con riqueza. Eso significa que van a necesitar más commodities de alguno u otro tipo. Alguien tiene que sacarlos del suelo y va a haber un gran negocio relacionado a eso: extraerlos, enviarlos, financiarlos, etcétera. No creo que esa lógica vaya a cambiar.

¿La oferta minera podrá seguir al ritmo de la demanda?

También, la actividad minera se va a volver más difícil. No hay duda de que ya extrajimos lo más accesible, y eso aumenta la demanda por gente con habilidades técnicas que pueda hacer todo el proceso. De todas maneras, no veo que la industria minera deje de ser fuente de empleo en los próximos 20 o 30 años.

Usted también se ha referido a la importancia de la geografía en las cadenas globales de valor. ¿Cree que América Latina (y el Perú) puede formar un clúster de ese tipo?

No tendría muchas esperanzas en eso por la geografía peruana. No solo es un país relativamente pequeño, sino que está alejado incluso de los países vecinos, que también son pequeños. No podrías pensar en Santiago, Lima, Quito y la costa oeste de Colombia. Están demasiado alejados, así que no lo veo como clúster.

Creo que tienen que adaptar su estrategia industrial al hecho de que nunca van a estar tan cerca de 100 millones de consumidores, como pasa en Asia o Europa Central. Es una realidad que va a cambiar los tipos de productos en los que pueden ser competitivos. Por eso, creo que participar en agregar valor en los servicios dentro de las cadenas globales de valor es una buena idea, porque la distancia no es un factor preponderante.

¿Cómo debe ser el mercado laboral que acompañe un cambio de este tipo?

Cuando tienes ciertos tipos de empresa, donde hay gran asimetría entre el poder del trabajador y la firma, el sistema político reacciona creando protección para el empleado, para rebalancear el poder. Eso puede ser bueno en ciertas industrias, donde el Gobierno es el empleador, por ejemplo, o en la industria minera donde tienes pocas y enormes empresas; y los trabajadores requieren cierto tipo de protección.

Cuando extiendes eso al resto de la economía (hoteles, restaurantes, bancos, etc.), donde no hay esta asimetría de poderes, entonces tienes contratos que no son apropiados para ellos. Estoy a favor de las reglas fuertes de contratación en ciertas industrias, en ciertos sectores, pero no son buenas para la economía en su conjunto.

¿Hacia dónde debe apuntar la legislación laboral?

Creo que hay una diferencia entre proteger el trabajo y a los trabajadores. En el sur de Europa suelen proteger el empleo y al norte protegen a los trabajadores. Estoy de acuerdo con que el objetivo de la economía es ayudar a la gente, pero ¿cómo hacerlo?

Creo que no se debe proteger los empleos mientras puedas proteger al trabajador. Mi idea es que se debe proteger a los trabajadores, no puestos de trabajo específicos. La idea es que, si pierdes tu empleo, el Estado te ayude a recapacitarte y reinsertarte; para transitar a los empleos que el sector privado esté creando.

¿Percibe sobrerregulación laboral en el Perú?

Ustedes están en una situación en la que la gente con contratos rígidos son una minoría. Probablemente, sea importante que no se metan en una situación de dos tipos de contratos, que se enganchan. Creo que la clave es que si la regulación es alta o baja está bien. La diferencia es la que crea dos sistemas paralelos, lo que es especialmente nocivo para las personas jóvenes.

“No hay primer jugador en servicios offshore en español”

Todavía hay sectores productivos que, a nivel mundial, no han sido explotados y ofrecen una ventaja importante para quien emprenda en ellos. Esa es la percepción de Richard Baldwin, profesor de Economía Internacional en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo de Ginebra.

El gurú, en su visita a Lima, sostuvo que hoy en día no hay un primer jugador en el sector de servicios offshore ofrecidos en español. “Uno se da cuenta de que India ha hecho esto con los servicios en inglés, pero nadie lo ha hecho en español”, dijo a Gestión.

¿Por qué es tan importante hacer el primer movimiento? Desde la óptica de Baldwin, quien da el primer paso tiene una ventaja clave debido a que ‘activa’ y pone en marcha todo un clúster alrededor de la actividad.

¿Esto puede ser una oportunidad para Perú? El experto opinó que sí. La razón -explicó- es que el español es nuestra lengua materna y, cuando se trata de servicios, las distancias físicas no son relevantes.