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La salud no fue abandonada, fue tomada por la corrupción

La salud no fue abandonada, fue tomada por la corrupción

Por: Jaime de Althaus, Periodista y antropólogo
El Comercio, 1 de mayo de 2020

No pasó mucho tiempo para que la pandemia se convirtiera en apetitoso botín ideológico para algunos, que ya empezaron a repartir culpas para cosechar seguramente en las elecciones. Sinesio López (“La República”) acusa a la “derecha neoliberal” de haber “construido un Estado en el que sus aparatos económicos (MEF, BCR, SBS, etc), al servicio del capital, recibieron todo el apoyo, mientras los aparatos sociales… fueron abandonados a su suerte… Se hizo perversamente que la salud pública y educación pública fueran un desastre para convertirlas en un negocio privado”.

Pero quien llevó al Estado social a su mínima expresión fue el socialismo intervencionista y estatista de los años 70 y 80, al punto que hacia la segunda mitad de los 80 los hospitales públicos carecían hasta de jeringas y los médicos cobraban por atender en clínicas privadas al interior de los hospitales: una verdadera privatización “fáctica”.

Más bien fue la relativa liberalización y privatización a partir de los 90 la que permitió reconstruir paulatinamente el Estado, y de una manera notable considerando los escombros en los que quedó luego del experimento socialista.

En los últimos 20 años el presupuesto del sector Salud ¡se ha multiplicado por 7 en soles constantes!, es decir, en términos reales (IPE). Y se ha multiplicado por 3 como porcentaje del PBI, y por 2 como porcentaje del presupuesto. Lo que significa que no solo ha tenido muchos más recursos, sino que ha recibido un tratamiento prioritario en el presupuesto nacional, a costa de otros sectores.

Entonces es un mito, una mentira escandalosa, lo de que la salud pública fue abandonada. La pregunta es qué se hizo en el sector con esos mucho mayores recursos que los tecnócratas “neoliberales” aprobaron y que los impuestos pagados por las empresas posibilitaron. La respuesta hay que pedírsela a un sistema de gestión patrimonialista dominado por la corrupción y los intereses particulares de sus distintos estamentos, donde los recursos se desvían a toda clase de beneficiarios menos a los pacientes.

No es falta de presupuesto, es exceso de corrupción, que sifonea medicamentos a farmacias privadas, malogra deliberadamente equipos para derivar pacientes a consultorios privados, e impide una gestión racional, meritocrática y por resultados.

Evidentemente no son los “neoliberales” quienes operan ese sistema patrimonialista. Entonces sería bueno que las fuerzas políticas y no políticas honestas –si cabe el término–, en lugar de enrostrarse culpas, se sentaran a discutir qué cambios introducir para alcanzar un sistema de salud eficiente. Pero eso requiere despojarse de intereses políticos y económicos y atenerse a los números. Sería condenable una “solidaridad de clase” en la corrupción.

Por eso, la iniciativa de Transparencia de convocar a un nuevo “Acuerdo Nacional”, no puede consistir, como el anterior, en ponerse de acuerdo en lo que todos estamos de acuerdo. Sino en plantear los problemas que tenemos que resolver y buscar acuerdos sobre qué hacer. Uno de ellos es la reforma del sistema de salud. En general, el gran tema es la incorporación de todos a la República, que tiene dos dimensiones: a la ley (formalización), y a servicios públicos de calidad (universalización). ¿Qué hacer para lograrlo? Esa debe ser la agenda.

¿Cómo se contagia el coronavirus?

Covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

¿Cómo prevenir la propagación del coronavirus?

  • Para reducir la probabilidad de contagio existen varias maneras. Las principales son:
  • Lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos y usar alcohol o gel desinfectante.
  • Mantenerse a una distancia mínima de 1 metro de cualquier persona.
  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, debido a que las manos al palpar muchos objetos y superficies pueden recoger el virus.
  • Mantener una buena higiene respiratoria: si tose o estornuda deberá cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel, que deberá desecharse de inmediato.
  • Permanecer en casa si no se encuentra bien. En caso tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y siga las instrucciones que le de personal de salud.



¡Oxígeno. . . Por favor!

¡Oxígeno. . . Por favor!

José Antonio Luna Bazo
Sociólogo y Periodista
Para Lampadia

Conforme trascurren los días de la segunda ola del coronavirus, los niveles del drama de la escasez de oxígeno medicinal adquieren ribetes que dan cuenta de la incapacidad del Estado para resolver, con decisiones inmediatas y pertinentes, las urgencias que la vida de las personas exige. Cientos de familiares continúan aguardando, en las zonas de expendio de oxígeno esperando ser atendidos. Pasan las noches en la vía pública aferrados a la esperanza de obtener uno o dos balones de oxígeno.  Mientras tanto, los pacientes agonizan por falta de este vital insumo.

Aun hay plantas que han sido donadas y que no funcionan. Otras contratadas a fabricantes no son entregadas y los plazos para cumplir se dilatan. Tampoco se ha resuelto la logística para trasladar el oxigeno de Chile a los puertos del Perú. Nuestras incapacidades son expresión de la improvisación en la que nos desenvolvemos, a lo que se suma la perniciosa burocracia, junto a la ineptitud de los tomadores de decisiones.

Hace varias décadas uno de nuestros profesores en la universidad afirmaba que la improvisación es característica de los países sub desarrollados. Seguimos siéndolo. Los hospitales están a su máxima capacidad y el oxígeno escasea en muchos de ellos. Algunos han anunciado reservas solo para las próximas 24 horas y en otros están agotadas. Nos preguntamos ¿Cuántos ciudadanos más tendrán que morir hasta que la escasez de oxígeno se resuelva?  

En el contexto de este drama humano, en un medio de comunicación masivo[i]  se anuncia, en llamativo aviso, la preventa de Concentradores de Oxigeno de 10 litros (Olive-modelo OLV10). El punto no es si puede o no un medio de comunicación vender estos concentradores. La pregunta que exige y amerita explicación es cómo una empresa, que no es droguería, puede importar y comercializar estos equipos, cuando está definido -por una absurda normatividad- que la DIGEMID[ii] es la única instancia que autoriza el ingreso de esos “dispositivos médicos”.

Veamos. La norma exige

  1. una receta médica, en la que se establezca el motivo o necesidad de uso del equipo y la marca de éste (¿?).
  2. La autorización excepcional es individual y se concreta en una resolución de la Digemid. Este trámite, entre la presentación de la receta y la emisión de la resolución, debe durar, en el mejor de los casos, 72 horas. En paralelo el importador ha identificado a su proveedor e iniciado el proceso de compra. Confirmada la disponibilidad y el transporte, presumiblemente vía aérea por la urgencia,
  3. el equipo es embarcado y trasladado al destino, proceso que puede durar 72 o 96 horas adicionales, con lo cual ya se tienen 144 o 168 horas, es decir estaríamos en el día 7. Confirmado el arribo de la importación,
  4. mínimo se requieren (3) tres días adicionales para el desaduanaje, con lo cual el proceso habría durado 10 días, siempre que no ocurra ningún contratiempo. 

Mientras todo este proceso corre por un curso de tiempos burocráticos e inseguros, los familiares siguen sumidos en la angustia y la desesperación y el paciente ruega por oxígeno. A la sazón, la Directora Ejecutiva de la Digemid anuncia que la entidad que lidera, otorgará autorizaciones excepcionales para la importación de Concentradores de Oxígeno. Lo que no se dice y se soslaya en la DIGEMID, es que el proceso de autorización requiere dos componentes, primero, Receta médica que se establezca la necesidad de uso del equipo y segundo que se otorga una autorización excepcional individual. 

No se trata sólo de flexibilizar el mercado de los Concentradores de Oxígeno, sino de liberalizarlo y hacerlo asequible a todos los ciudadanos y entidades privadas que lo requieran, de modo que no sea un bien escaso y altamente demandado que distorsione el mercado. El actual ministro de Salud, Oscar Ugarte Ubillus, en declaraciones a la prensa [iii] ha precisado, que la línea de trabajo que está impulsando el sector a su cargo se corresponde con “una estrategia que la vinculamos al primer nivel de atención como los centros de atención transitoria comunitario en torno a municipalidades e iglesias, que es una estrategia más directa”.

La más alta autoridad del Minsa ha abierto la puerta para destrabar el mercado y lo que corresponde, en esa misma lógica y sin mayor dilación, es derogar la normatividad que permite a la Digemid-Minsa continuar otorgando autorizaciones excepcionales. Lo que urge es dejar sin efecto la intervención innecesaria de la Digemid. Ugarte Ubillus ha ido más allá, al afirmar “para el registro (sanitario) de productos que llegan por importación lo hace y lo puede hacer rápidamente Digemid. Si hay empresas o empresarios que están en esa condición, que le presenten a Digemid nosotros garantizamos la autorización muy rápidamente”. Y a mayor compromiso, el ministro ha subrayado “las personas naturales también lo pueden hacer (importar concentradores para su uso), pero necesitan un registro (sanitario) o habilitación para esa función. Me comprometo a que eso cambie. Lo vamos a aplicar en todos los espacios que aparezca”.

Ministro Ugarte Ubillus, sus declaraciones merecen traducirse en la derogatoria de las normas que esgrime la Digemid para la importación de los Concentradores de Oxígeno, aun cuando ahora otorgue autorizaciones excepcionales. Lampadia

[i] La República, pag.14; 23 de febrero de 2021

[ii] Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas – Minsa.

[iii] Diario Gestión 21 de febrero 2021.




¿Por qué no hay oxígeno?

¿Por qué no hay oxígeno?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Las candidaturas presidenciales deberían diagnosticar bien lo que está pasando con el Estado en esta pandemia, para no ofrecer recetas contraproducentes.

  • ¿Qué es lo que hace que el Estado no pueda resolver la trágica falta de oxígeno en los hospitales y en el mercado, o que una ONG privada con recursos privados haya tenido que encargarse de traer el primer millón de vacunas, porque el Estado no atinaba a cómo hacerlo sin romper su profusión normativa?
  • ¿O que el MINSA nunca pudiera organizar una estrategia eficaz de testeo-aislamiento de contagiados y sus contactos, ni comprar pruebas moleculares?
  • ¿O que ni siquiera pudiera repartir bien canastas de alimentos en la primera cuarentena ni pueda hacerlo aun en esta segunda?

Y así sucesivamente. Solo los equipos de toma de pruebas y la Operación Tayta funcionan relativamente bien, pero con alcance limitado.

La explicación no es la falta de recursos, como piensa el flamante ministro Ugarte. Casi 900 millones de soles destinados a la lucha contra el COVID se dejaron de gastar el 2020. Ni siquiera existe una falta de recursos histórica en el sector: en los últimos 20 años el presupuesto de la salud pública se multiplicó por 7 en términos reales. Hubo recursos, pero gestionados de manera patrimonialista y corrupta.

Ese es el quid del asunto. Pongamos la lupa en el caso del oxígeno. Mucha gente se enferma y necesita oxígeno en sus casas. Pero ya no hay balones de oxígeno en el mercado y si Ud. encuentra uno se dará cuenta que pesa 100 kilos. La solución es un pequeño equipo concentrador de oxígeno doméstico. Resulta que solo las droguerías registradas en la DIGEMID están autorizadas a importarlos con una serie de requisitos, y deben pedir permiso cada vez. Hay empresas que han importado esos equipos y la DIGEMID no las autoriza a sacarlos del aeropuerto porque no son droguerías. Mientras tanto, la gente se muere por falta de oxígeno.  

Y este es el punto: una droguería está obligada a tener un químico farmacéutico regente, y éste debe estar al día en sus cotizaciones al Colegio de Químicos Farmacéuticos. Lo mismo ocurre con las farmacias. La DIGEMID es en la práctica una agencia de empleo de los químicos farmacéuticos. Esa entidad ha sido capturada por ese gremio, que la usa como si fuera de su propiedad. Es suya. Neo patrimonialismo puro.

No somos los ciudadanos peruanos los propietarios de Digemid que, se supone, trabaja por encargo nuestro y a nuestro servicio. Es un grupo profesional el dueño y los ciudadanos estamos a su servicio.

Ese gremio, muy organizado, consigue leyes y decretos que le otorgan cada vez más poder y control de las actividades relacionadas a la DIGEMID. Nada se mueve sin autorización de esa entidad. Productos muy sencillos requieren licencias y registros complicados. Es para darles poder, trabajo y oportunidades de cobros irregulares, por supuesto.

Es obvio que mientras no se libere la importación de oxígeno y de equipos de concentración, la gente se seguirá muriendo asfixiada.

Pero no es solo que no se deja al privado operar para atender las necesidades públicas y el mercado. La naturaleza neo patrimonialista de muchas entidades del Estado hace que tampoco puedan resolver ellas mismas los problemas. Están intrínsecamente incapacitadas para una gestión eficiente. Por dos razones: porque no están centradas en las necesidades de la gente, de los usuarios, sino en asegurar poder y beneficios para los grupos interesados. Es decir, no miran hacia afuera, sino hacia adentro. No operan por resultados, sino por intereses. No tienen entonces los reflejos ni las capacidades necesarias para resolver un problema externo, una crisis de cualquier tipo. Tampoco pueden planificar.

Y, en segundo lugar, porque la proliferación de requisitos, procedimientos y trabas que imponen a los usuarios funciona también hacia adentro. Entonces son entidades extremadamente lentas, internamente trabadas, aherrojadas.    

La escasez de oxígeno ya la habíamos vivido, y se pudo haber previsto. Por lo demás, importar ya no equipos de concentración, sino oxígeno medicinal, es fácil. Pero esa importación también está controlada por la DIGEMID, y además se requiere importar tanques para almacenar el oxígeno y CENARES se niega a hacerlo, seguramente por las razones estructurales mencionadas en los párrafos anteriores. Entonces tuvo que ser “Legado Panamericanos”, una entidad operativa creada sin burocracia para administrar las propiedades y recintos construidos por los Panamericanos -que el año pasado construyó rápidamente hospitales en varias ciudades-, la que ha tenido que ocuparse y ya está trabajando en la importación de Alemania de 20 de esos tanques para que el Perú pueda abastecerse de oxígeno Centro América y Chile, desde donde ya hay ofertas. Pero ha tenido que hacerlo con el aporte privado: la Sociedad Nacional de Industrias está recolectando el dinero para pagar el alquiler por seis meses de esos tanques y el Estado se haría cargo del transporte y compra de oxígeno, si es que logra organizarse para eso.

La solución a estos problemas pasa por una reforma profunda del Estado que incluya la eliminación de licencias, requisitos y trámites que frenan la actividad empresarial y recortan la libertad económica –es decir, por la eliminación de todas las normas que agregan más costos que beneficios-, y por la aplicación de la ley de servicio civil para implantar la gestión de desempeño o por resultados y una verdadera meritocracia en el Estado.   

Llama la atención, en ese sentido, que sean pocos los planes de gobierno de los candidatos presidenciales que pongan énfasis en estas medidas y más bien propongan otorgarle al Estado aún más funciones, atribuciones y poder. Será para acabar con el poco dinamismo que le queda a la economía, que lo que necesita es, más bien, de la máxima libertad para poder reconstituirse y volver a crecer a tasas altas. Lampadia




Urgente pasar a campaña masiva de testeo-aislamiento de contagiados

Urgente pasar a campaña masiva de testeo-aislamiento de contagiados

 

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La discrepancia pública entre la ministra de salud y el ministro de Economía acerca de si lo que estamos viendo es una segunda ola o solo un rebrote, es en el fondo una buena señal porque es un indicador de que en esta ocasión el MEF va a tener una posición más firme frente a las pretensiones del MINSA de restringir severamente actividades económicas, como ocurrió fallidamente en la ocasión anterior.

Como sabemos, para afrontar la primera ola lo que tuvimos fue una suerte de dictadura sanitaria a la que la ministra de Economía de entonces tuvo que someterse. La mencionada dictadura cerró la mayor parte de las actividades económicas, incluyendo absurdamente la minería, la pesquería y las grandes obras públicas, lo que no solo no sirvió para nada sino que produjo los peores resultados sanitarios del mundo junto con la caída económica más profunda del orbe.

Con ese aprendizaje en la cabeza, ahora el ministro de Economía se defiende diciendo que esto es un rebrote y no una ola, y trata de preservar la actividad económica, que de todos modos ha sido restringida en alguna medida con la reducción de diversos aforos y del transporte aéreo de carga.

El MINSA tiende a optar por lo más fácil: restringir actividades y, eventualmente, tratar de incrementar las camas UCI disponibles. Son estrategias defensivas, cuando lo que debería hacer es pasar a la ofensiva: ir en busca del virus para aislarlo e impedir que se reproduzca, sobre todo considerando que el grueso de las vacunas va a llegar recién a partir de abril o mayo. Es decir, atacar masivamente con pruebas moleculares las zonas que registran rebrotes, aislar a los contagiados y llevarles alimentos durante 14 días para que no salgan de sus casas.

El ministerio de Defensa hace eso en alguna medida con la Operación Tayta, que interviene la población vulnerable de algunos barrios de 16 distritos por semana. Pero esa operación había logrado identificar y aislar a 96,000 contagiados y sus familias hasta el 9 de diciembre, lo que equivale solo al 12% de todos los contagiados desde el 1 de junio en que la operación comenzó.

Su impacto, entonces, es claramente insuficiente. Se requiere un esfuerzo mucho más masivo. Es un asunto de decisión política, determinación y organización, aceptando de una vez por todas la participación de la logística privada para la distribución de medicamentos y alimentos y movilizando la organización social de los barrios –juntas vecinales, comedores, jóvenes- para que ayude a controlar que los aislados no salgan de sus casas. Y en cuanto al personal encargado de tomar las pruebas, se puede convocar a estudiantes de medicina y enfermería de últimos años, incluso como voluntariado. Es una cruzada, una movilización general, un esfuerzo colectivo en el que todos los sectores se unen. Llevarla a cabo aglultinaría al país y mejoraría el nivel de autoconfianza nacional. 

Habría ayudado mucho que las pruebas moleculares rápidas que está desarrollando el científico Edward Málaga Trillo en la Cayetano Heredia, estuvieran ya disponibles. Iban a estarlo a fines de diciembre, pero, como siempre, trabas burocráticas y normativas de diverso tipo demoraron el inicio de la validación de campo, que ya debe estar en curso. Esas pruebas pueden estar listas en las próximas dos o tres semanas y tienen la ventaja de que son más simples de aplicar porque no requieren hisopado.

Nada de esto fue siquiera mencionado de pasada en la conferencia de prensa presidencial de la semana pasada. El gobierno se concentra solo en medidas restrictivas y confía en que la vacuna resolverá todo. Pero la vacuna va a llegar en cantidades importantes solo recién a partir de abril o mayo. Carlos Neuhaus nos informa que de acá a marzo llegarán solo 1 millón de vacunas por mes y recién en abril llegarían 15.5 millones y en mayo17.5 millones, si es que se termina de cerrar el contrato a tiempo.

Entonces no queda sino pasar a la ofensiva con una estrategia masiva de testeo con moleculares-aislamiento-alimentación. Una gran movilización. Parece claro que para ello se requiere un recambio en la conducción de la estrategia sanitaria. Alguien que entre con nuevos bríos, con ideas claras. Ahora. No podemos esperar más.  Lampadia




¿Qué pasó con la vacuna?

¿Qué pasó con la vacuna?

Ing. Antonio Pratto
Miembro del Comando Vacuna
Para Lampadia

La semana pasada Rusia y Reino Unido iniciaron la vacunación masiva de sus ciudadanos con vacunas aprobadas por sus autoridades sanitarias. China ya lo había hecho con vacunas experimentales antes de su aprobación. En Estados Unidos se inició esta semana con mucho protocolo, solo comparable a la vacunación contra la polio en abril de 1955. En nuestro “vecindario”, los presidentes de Brasil, México, Argentina y Chile anunciaron que la vacunación empezaría antes de fin de año en sus respectivos países.

¿Qué pasó en el Perú? Nuestras autoridades, las que se fueron hace un mes, nos anunciaban que la vacuna estaba a la vuelta de la esquina. Según el portal del MINSA habían negociado con 20 laboratorios, habían firmado 13 acuerdos de confidencialidad y seguían negociando con 10 laboratorios.

A inicios de junio de este año, en las páginas de este mismo medio, mi amigo, el Ing. Raúl Delgado Sayán, en un sobrio y detallado artículo nos hizo conocer que las vacunas contra el Covid-19 ya existían, dando inicio, además, a un grupo de trabajo que la prensa bautizó como el Comando Vacuna. (VACUNACION COVID 19. En el mundo ya tiene fecha: Setiembre 2020. Y en el Perú (¿?)). Cuatro ciudadanos independientes que nos juntamos para tratar de poner en la agenda nacional el tema de las vacunas, al tener conocimiento de los avances del desarrollo de éstas en todo el mundo y la poca, o casi nada información que se tenía en el país. 

Desde esa fecha alertamos a la ciudadanía y a las autoridades encargadas de la gestión de la vacuna, que en diciembre tendríamos tres o cuatro vacunas listas para su uso y que era muy importante firmar acuerdos de compras por adelantado con varios laboratorios para, de esa forma, asegurar suficientes dosis de vacunas, ya que la demanda a nivel mundial aumentaba a una velocidad inusitada.

Es probable que las autoridades encargadas de esta gestión no creyeran en nuestro mensaje, pero lo cierto es que el tiempo, lamentablemente nos dio la razón, hoy estamos al final de la fila.

No solo alertamos al gobierno de la alta probabilidad que los laboratorios tuviesen lista una vacuna para diciembre, sino que también les ofrecimos, con la participación del sector privado, apoyo en la planificación logística. Sin embargo, inexplicablemente nunca tuvimos respuesta. Esto nos demostró su aversión a alguna eventual alianza público-privada tal como se dio en otros países, la Operación Ward Speed en los Estados Unidos o el CAVEI (Consejo Asesor de Vacunas e Inmunizaciones) en Chile, ambas alianzas público-privadas para acelerar el desarrollo, adquisición y logística de la vacuna. 

En nuestra opinión, la Comisión Multisectorial no se atrevió a firmar acuerdos de compra por adelantado por el riesgo que esto implicaba, a pesar de que se promulgó el Decreto de Urgencia 110 justamente para permitir que esto ocurra.  Pero el principal error fue que los “expertos” del MINSA estaban buscando la vacuna más eficaz y segura. ¿Como evaluar la mejor vacuna cuando ninguna había terminado la Fase 3 de investigación? La mejor vacuna se conocerá dentro de 2 o 3 años cuando se determine la eficacia y seguridad a largo plazo. Justamente los acuerdos de compra son a riesgo, si la vacuna no fuese aprobada por la autoridad regulatoria del país de origen, sencillamente esa vacuna no se compra. Obviamente esta probabilidad es mínima en la última Fase la investigación. Eso sencillamente no lo entendieron.

Las actuales autoridades trataron de seguir con el mismo discurso hasta que se dieron cuenta de la pobre gestión de la Comisión Multisectorial creada para gestionar las vacunas, que no fue capaz de lograr acuerdos de compra para asegurar cantidades suficientes de vacunas, como lo hicieron la mayoría de los países señalados en el cuadro anterior.

Haber podido tener acuerdos de compra firmados con varios laboratorios nos hubiera permitido iniciar la vacunación antes de fin de año, como lo van a hacer varios de nuestros vecinos. La vacunación va a ser la única solución para terminar definitivamente con esta pandemia y evitar más muertes de compatriotas e iniciar de una vez por todas la apertura de la economía, para salir de una de las peores crisis económica de la historia, que, a la larga, va a matar más personas que el propio virus.

El presidente Sagasti y la Primera Ministra han tomado el liderazgo del tema de la vacuna tratando de recomponer el desastre heredado, aunque van a tener que usar sus mejores armas para convencer a los pocos laboratorios que tengan disponibilidad de vacunas para el primer trimestre del próximo año, todavía estamos a tiempo, después sería demasiado tarde.

Por otro lado, se ha retomado el contacto con el sector privado para colaborar en el apoyo logístico del proceso de vacunación donde se incluirá:

  • Plan estratégico para determinar actividades, tiempos y responsables de todos los procesos desde la llegada de la vacuna hasta la inmunización.
  • Apoyar en la cadena de frío complementando la infraestructura con la que cuenta el MINSA y tomando las precauciones de evitar contaminaciones cruzadas.
  • Ofrecer un potente software de Geolocalización para la eficiente ubicación de la población en los sitios más alejados del país.

La pandemia desnudó la precariedad de nuestras instituciones, pero sería inmoral si no aprendemos de los errores cometidos. Hay que mirar hacia adelante y salir de esto lo mejor y más rápido posible, existe la voluntad de hacerlo. Pero está claro que esto no evitará que sintamos rabia e impotencia cuando dentro de pocas semanas se inicie la vacunación en países vecinos. Y el Perú, habiendo tenido la opción a hacerlo, tendrá que esperar varios meses más, debido a la incapacidad o peor aún, a la indolencia de nuestras autoridades. Terminaron con nuestras esperanzas de volver a la normalidad en el momento que debimos hacerlo. Lampadia




Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Cortar los rebrotes de raíz para que no se conviertan en segunda ola

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Como podemos ver en el gráfico, la pandemia ha cedido considerablemente en nuestro país, pero no ha desaparecido. Abraham Levy nos lo pone así: “El SINADEF muestra una curva de fallecimientos que induce a pensar que la inmunidad colectiva ha contenido a la pandemia. Al término de octubre el decrecimiento del excedente de fallecidos se muestra marginal y con tendencia asintótica”.

Eso significa que el número de fallecidos se reduce cada semana, pero la reducción es cada vez menor. En la última semana que terminó el 31 de octubre, hubo 54 muertos por Covid en promedio según la sala situacional del MINSA, pero Levy advierte que según los partes del Sinadef, hubo 88 defunciones asociadas al Covid en promedio en los últimos 15 días hasta el 28 de octubre.

Para Farid Matuk, “estamos convergiendo a una nueva estabilidad, ligeramente superior por las mejoras en cobertura de SINADEF, a las cifras pre-epidemia Lo que no sabemos es si la inmunidad adquirida en 2020 es transitoria o no; éste es el mayor riesgo para el 2021”.

Claro, esa es la pregunta. El economista Waldo Mendoza cree que no habrá segunda ola. Calcula que “existirían en el Perú 14.6 millones de infectados, 46% de la población total. Debe ser el porcentaje más alto del mundo. Si la COVID-19 inmuniza a los infectados, estamos muy cerca o ya hemos alcanzado la inmunidad de rebaño. En consecuencia, no veremos una segunda ola en el Perú”.

Levy considera que el porcentaje de infectados no es tan alto. Como fuere, consultamos al Dr. Dante Cerso de Essalud si los distritos de Lima en los que se había reportado incrementos del número de contagiados dos semanas atrás habían vuelto a tener un aumento la última semana, y nos informó que hay 4 distritos en los que eso ha ocurrido, como puede verse en el siguiente cuadro:

Hubo incremento de casos en la semana 42 respecto de la 41 y luego en la 43 respecto de la 42. El porcentaje de incremento es el que corresponde a la última semana. A nivel agregado en Lima, sin embargo, hubo una disminución de 11%.

¿Significa que en esos distritos hay un rebrote? Según el Dr. Cerso, aún no se puede inferir tal cosa. ¿Cuántas semanas de incremento continuo tendrían que pasar para que estemos ante un rebrote? La repuesta no es clara, pero sin duda no deberíamos esperar una respuesta teórica: este es un caso en el que habría que intervenir con pruebas moleculares masivas para identificar y aislar a los infectados y sus contactos y abastecerlos de alimentos y medicamentos en sus casas a fin de impedir que estos rebrotes se conviertan en una segunda ola.

De eso se trata. El gobierno no puede descansar en la esperanza de que llegue la vacuna, que no sabemos realmente cuándo llegará ni en qué cantidades. Tiene que estar preparado para actuar cortando de raíz los rebrotes, algo que, aunque parezca increíble, hasta ahora no ha aprendido a hacer. Recién la Diresa de Ancash ha diseñado y está aplicando un modelo de intervención de este tipo, que el MINSA ha empezado a mirar para ver si lo adopta.

Hay un instrumento muy interesante que puede ayudar mucho. Después de larga demoras burocráticas, el equipo de Edward Málaga de la UPCH está iniciando estos días la validación de campo de la prueba molecular rápida que ha diseñado, y que debería estar produciéndose y comercializándose a fines de diciembre, cuando según algunos podrían darse amagos de una segunda ola o multiplicarse los rebrotes. O sea que saldría justo a tiempo.

La ventaja de esa prueba es que es mucho más rápida -pues da el resultado en 42 minutos-, es fácil de aplicar pues es como como una tira de embarazo –no requiere hisopado-, y es bastante más barata: 25 dólares por prueba, frente a los 100 dólares o más que cuesta la molecular normal. Y el gobierno no tendría el pretexto de no tener acceso a ello. Según el Dr. Cabezas, jefe del INS, esa institución posee ahora 408 mil pruebas moleculares normales, pero se sigue usando pruebas rápidas. También se puede importar pruebas moleculares rápidas más baratas desde ahora.

Con mayor disponibilidad de pruebas moleculares –normales o rápidas-, se trata entonces simplemente de darle más orientación estratégica y capacidad logística a la operación Tayta, que ha mejorado, pero todavía está lejos de poder atender (testear-aislar-abastecer) todos los casos que se presentan diariamente. Solo ha podido hacerlo con el 12% de los contagios que se han presentado desde el 1º de junio. En el siguiente cuadro tenemos sus números:

89,370 casos positivos son el 12% del total de casos que se dieron desde el 1º de junio. El ministerio de Defensa, que ejecuta ese programa, incomprensiblemente se resiste a aprovechar la capacidad logística de empresas privadas como Backus, Ransa, Alicorp y otras que ha sido ofrecida por la Sociedad Nacional de Industrias. Esa reticencia ha tenido y sigue teniendo consecuencias mortales. Lampadia




Estrategia, método y disciplina

Estrategia, método y disciplina

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Ya nadie duda que, aún con los números preliminares del MINSA, el Perú ha alcanzado el lamentable primer puesto a nivel mundial de fallecidos por millón de habitantes por Covid-19, entre los 10 países con más fallecidos. En paralelo, también hemos pasado de ser el caso emblemático de solidez económica a nivel mundial, a convertirnos en el país más impactado en su economía, como producto de esta epidemia, con una caída estimada del PBI para este año de entre 12% y 14%, habiendo tenido meses de hasta -40% y una impresionante pérdida de empleos formales.

Tenemos pues entre manos un problema serio y complejo y me temo que no estamos debidamente entrenados para manejar estos problemas complejos, ni estamos usando las herramientas necesarias para su manejo. A riesgo de ser criticado por los políticos por darle un enfoque empresarial, quisiera que juntos rompamos ese mito y veamos, que para esta, como para cualquier otro “tipo de guerra”, se necesita: estrategia, método y disciplina.

Allá por el año 1990, Robert S. Kaplan y David P. Norton, comenzaron a diseñar lo que en 1992 lanzaron al mundo académico, empresarial y de entidades no lucrativas, con el nombre de “Balanced Scorecard” (BSC), que fue la herramienta preliminar para trabajar y hacer seguimiento al cumplimiento de metas y objetivos de cualquier organización, debidamente alineados al cumplimiento de una estrategia equilibrada o balanceada. En el tiempo, esta herramienta ha sido mejorada y ahora bajo el nombre de “BSC Focusplus”, se trabaja; el diseño de una adecuada Arquitectura Estratégica, el desarrollo del Plan Estratégico y el enfoque que se debe tener para el Gerenciamiento Estratégico usando la Hoja de Ruta correspondientes, para monitorear su ejecución y alcanzar los objetivos trazados, sin privilegiar, ni postergar algunas líneas de acción.

Menciono esto, porque de inmediato apareció la discusión de si de debía privilegiar lo sanitario o lo económico, una discusión bizantina, pues se trata de tener un manejo equilibrado de ambos dominios, ya que no se puede mejorar la salud sin manejar bien lo económico y viceversa.

En primer lugar, es esencial partir de data correcta y por eso se reclama tanto, transparentar los números de contagiados y la cantidad de fallecidos, sin aferrarse a concepciones restrictivas. Fallecidos por COVID-19, no son sólo los que tienen un certificado COVID-19 positivo, sino como explicaba una médica, ex-ministra de Salud, “si camina como pato, tiene plumas como pato, nada como pato y hace cua cua, es pato, aunque no tenga certificado de pato”. Sólo la data sincera, clara y transparente, permitirá un análisis serio y diseño de una estrategia que pueda dar resultados, que a la postre es lo que nos interesa.

Una información clara y descarnada del nivel de contagios, factor R y tasa de letalidad, sería un elemento altamente disuasivo para influir en la población, pues parte de este esfuerzo es contar con una sólida Estrategia de Comunicación. La única consecuencia del ocultamiento o edulcoramiento de la realidad, es generar una sensación de confianza absolutamente falsa, que conduce a bajar la guardia, cuando debiéramos estar en alerta absoluta.

Otro elemento fundamental, es generar condiciones que permitan la higiene necesaria, dando facilidades con instalaciones temporales de agua potable para quienes no lo tienen. Igualmente, replantearnos el transporte público de pasajeros, ampliando la oferta de ómnibus del Metropolitano y líneas alimentadoras, con tarifas subsidiadas, eliminándose la congestión en las estaciones o paraderos y sacando del mercado, por precios, a las “combis” y colectivos, puntos de alta transmisión y diseminación de la enfermedad.

Pensando en el manejo de la salud, la importancia de la data sanitaria mencionada radica en que, sólo contando con ella se puede calcular el real factor R (nivel de contagio) y tasa de Letalidad (porcentaje de fallecidos respecto a los infectados), elementos fundamentales para diseñar la estrategia sanitaria. Estos dos factores nos permiten a su vez, definir cómo actuar en una determinada demarcación territorial si el nivel de contagio es bajo, regular o alto y qué plan y objetivos definir. Del mismo modo, dependiendo del nivel, se determinaría el tipo de herramientas médico-sanitarias a usar; preventivas, procedimiento médico temprano (con medicación), aislamiento con monitoreo médico presencial, telemédico o facilidades UCI.

El manejo de este Plan Estratégico debe ser a tres niveles; una ruta estratégica Nacional conducida por un equipo del gobierno central, quien diseña la estrategia, su arquitectura y el tablero de control, siendo además el responsable de tomar las medidas correctivas ante las desviaciones de este “BSC Focusplus”. Este equipo del gobierno central, de la mano de los responsables de cada región, diseña la ruta estratégica Regional. Igualmente es el equipo regional quien monitorea y reporta el cumplimiento del plan y sus resultados, acorde a la Hoja de Ruta, coordina las acciones tácticas y operativas con el personal sanitario en campo e informa todo lo actuado al gobierno central. Este trabajo de monitoreo de sanos, contagiados y la evolución de la enfermedad de estos hasta su recuperación absoluta (alta médica), debe realizarse con apoyo de geomática usando la telefonía celular de la ciudadanía, capaces de enlazarse a las centrales regionales.

Respecto de la Arquitectura estratégica, se debe clasificar a cada provincia en función del Factor R y de la tasa de letalidad, clasificando si están dentro de los límites inferior o superior de cada categoría (rojo, ámbar o verde) y esta apreciación de las provincias, permitirá definir la situación de la Región y la estrategia a aplicar, tanto en lo sanitario, como en cuanto a la actividad económica.

Ciertamente, el levantamiento inicial data de contagios debe de hacerse con pruebas moleculares, haciendo también el seguimiento de la cadena de contactos, con pruebas moleculares a toda la cadena, poniendo en cuarentena a los contagiados (cerco sanitario). En las localidades donde no se haya desbordado el contagio, sería conveniente “ir a buscar el Covid-19” de casa en casa, tratando de identificar por examen clínico, seguido de prueba molecular confirmatoria y atendiendo estos casos con la medicación temprana conocida (Ivermectina, Azitromicina, Hidroxicloroquina, Paracetamol y Dexametasona), dando seguimiento telefónico de temperatura, presión y nivel de saturación de oxígeno, para apoyar con oxígeno ante una baja de dicho nivel de saturación. Con estos procedimientos del primer nivel médico, que perfectamente lo pueden monitorear; técnicos sanitarios, enfermeros, estudiantes de medicina o miembros capacitados de las fuerzas del orden, se evitaría, en un altísimo porcentaje, llegar a UCI e incluso, en muchísimos casos, el requerimiento de oxígeno.

La reactivación económica es la otra línea de este plan, que requiere también de un análisis cuidadoso. Si bien fue interesante la primera acción encaminada a dar sostenimiento financiero a las personas y empresas, que abruptamente perdieron sus ingresos por ventas o remuneraciones, esta llegó tarde y disminuida (se ha desembolsado un bono calibrado para una quincena, cuando ya llevamos cinco meses de cuarentena). En el caso de las empresas, impedirles romper la cadena de pagos fue una importante solución financiera de corto plazo, pero la “reactivación económica”, léase de activar producción y ventas, debió encararse y aún no se hace.

Para empezar, el MEF debería mostrarnos el impacto a la fecha del COVID-19 sobre; las cuentas nacionales, la caja fiscal, la balanza de pagos y el empleo formal e informal. Con esos datos a la mano, debiera compartir los escenarios de recuperación de esos indicadores y nuestras mejores opciones para realizarlo. No pueden decir, sin demostrarlo cuantitativamente, que con los empleos temporales del programa “Arranca Perú”, algunos proyectos de inversión pública y el financiamiento a las MYPES vamos a recomponer las exportaciones, recuperar la recaudación tributaria y los más de 4 millones de puestos de trabajo formal perdidos a nivel nacional.

Debió diseñarse esta reactivación, considerando lo que debemos calificar como actividades esenciales, sea por que nos proveen el sustento alimentario o porque siendo actividades de exportación, no están sufriendo el impacto negativo de demanda que soporta el mercado de consumo interno.

De la mano de estas actividades esenciales, debieran haberse activado los proveedores de bienes y servicios que, de acuerdo a la tabla insumo/producto de cada una de estas actividades, se requiere para una fluida producción, transporte y comercialización de estas actividades esenciales. El criterio de fases que se aplicó, no contemplaba el carácter sistémico de la actividad económica y por eso fue tan trabado.

El otro factor fundamental a tener en cuenta, es la capacidad de creación de renta, de empleo formal y de aporte tributario, de divisas y generación de estímulo de demanda a otras actividades, pues sin un estímulo a la demanda de consumo interno, las MYPES no tendrán opción de sostenerse.

Considero que si no se diseña una Estrategia, se aplica un Método adecuado y se monitorea con Disciplina, seguiremos siendo el país más golpeado del mundo, en lo sanitario y en lo económico. Lampadia




Estamos perdiendo la carrera de las vacunas por culpa del MINSA

Estamos perdiendo la carrera de las vacunas por culpa del MINSA

EDITORIAL DE LAMPADIA

Jaime de Althaus

En la carrera por las vacunas contra el COVID no estamos quedando atrasados por la desidia del MINSA.

Países grandes como Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, etc. han colocado desde hace meses órdenes de fabricación y compra adelantada de vacunas a varios laboratorios para garantizar su entrega inmediata cuando estén disponibles. Salieron a comprar antes incluso de que las vacunas estuvieran aprobadas, a todos los laboratorios, para que las comenzarán a producir.

Eso no lo podemos hacer nosotros. Lo que sí podemos hacer es lo que hacen países como los nuestros: ofrecer participar en los ensayos clínicos de la fase 3 (que se realiza con decenas de miles de voluntarios) en institutos de investigación locales (que si los tenemos) con monitoreo permanente para medir seguridad, reacciones o efectos secundarios, etc., y obtener como contraprestación una cantidad interesante de dosis garantizadas tan pronto se autoricen.

Brasil por ejemplo está trabajando con Aztra/Zeneca (Oxford) y con Sinovac (China); Chile también con Sinovac; Argentina con Pfizer (USA) y Biontech (Alemania); Panamá y México con Sinovac y se comenta que Venezuela y Cuba lo estarían haciendo con Rusia.

El Perú es un país atractivo para postular por la cantidad de infectados y la variedad de climas. Pero no concretamos. ¿Qué pasa? La Cancillería y el grupo privado que integra el “comando vacuno” sí se han reunido con representantes de los principales laboratorios que producen la vacuna, y hay mucho interés. Pero quien se demora es el Minsa, específicamente el Instituto Nacional de Salud (INS), que debe dar una doble autorización: la primera es para que laboratorios peruanos (San Marcos, Cayetano y varios privados) hagan los ensayos clínicos de la fase tres, con voluntarios. Y, la segunda, para negociar con varios laboratorios extranjeros cuántas vacunas nos van a dar a cambio de los ensayos clínicos que hacemos.

Pues la negociación y los convenios tienen que hacerse con varios laboratorios porque será difícil que uno solo nos venda las 36 millones de vacunas que necesitaremos para vacunar dos veces a 18 millones de peruanos.

Pues bien, hasta el momento de escribir esta nota, el INS no había dado ni siquiera el primer paso, pese a que es un tema que la Cancillería viene gestionando en el exterior hace buenas semanas. Aparentemente el ex ministro Zamora o la alta dirección del Ministerio no le dieron importancia al tema confiando en usar el canal de la OMS o de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que es sumamente lento y ofrecería vacunas para fines del 2021 en el mejor de los casos. El Perú podría tenerlas a fines de este año si hacemos sí experimentamos acá y negociamos directamente.

Hay que tener en cuenta que cuando el mundo esté vacunado y el Perú no lo esté, y sigamos sin poder controlar en número de infectados y fallecidos, el Perú no va a poder celebrar eventos internacionales ni se abrirán los vuelos internacionales y los turistas tampoco vendrían a nuestro país. Los peruanos tampoco serán bien recibidos en el exterior y probablemente serán impedidos de viajar sin un certificado de vacunación. Y, por supuesto., seguiremos muriendo.

¿Es hora que el Ministerio de salud se ponga las pilas! Una vez más. Lampadia




Holocausto 2020

Holocausto 2020

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para
Lampadia

La ciudadanía del Perú no alcanza a salir de su asombro ante las reiteradas mentiras del gobierno. Ya no se trata sólo del reporte de infectados del MINSA y su permanente “desfase”, respecto a los informes cotidianos de las Direcciones Regionales de Salud, ni del control de fallecidos por COVID-19 que, vergonzosamente, no merecen el crédito, ni el respeto de las organizaciones internacionales, por ser abiertamente discrepantes con la realidad y que, no nos quedará más que rectificar.

El caso de la falta de oxígeno a nivel nacional es emblemático.  Ante la notoria incapacidad del gobierno y sus funcionarios para solucionar el problema, las empresas privadas ofrecieron sus plantas de oxígeno en donación y otras donaron el suministro de oxígeno durante toda la pandemia. Southern Perú ofreció al Sr. Zevallos (entonces PCM) la donación inmediata del suministro de 20,000 litros semanales de oxígeno de muy alta calidad (al 98.5%) desde el 22 de mayo, no obstante, y a pesar de la emergencia sanitaria, no actuaron con la diligencia debida y transcurrieron más de dos meses sin dar curso a la aceptación y ejecución de la donación. Este es un caso de lenidad y delito flagrantes que, involucran al presidente del Consejo de Ministros, al Ministro de Salud y al Gobernador Regional de Arequipa.

Ya es historia conocida que el PCM derivó al CENARES, el ofrecimiento de tal donación y se pasearon de “Herodes a Pilatos” sin resolver. Recién después de dos meses, el Sr. Cateriano aceptó la donación. Lo grave es que, durante esos dos meses, han fallecido más de 1,000 ciudadanos en Arequipa por falta de oxígeno, por la increíble indolencia de las autoridades mencionadas. Pero ahora nos enteramos de la complicidad del Sr. Vizcarra, quien ha salido a la TV a “explicarnos” que no se recibió oportunamente la donación, por el alto nivel de humedad que contenía ese oxígeno. ¡Me indigna que nos mientan con tamaño descaro y nos traten como a ignorantes! Sí, sin justificarse exigían oxígeno al 99%, cuando la norma internacional acepta 93% (ahora después de dos meses y muchos muertos se adecuó “la norma”) y este oxígeno donado era al 98.5%, pero al señor Vizcarra, su aritmética  de ingeniero no le da para entender que, siendo falsa su afirmación encubridora, en el peor de los casos, máximo tendría 0.5% de humedad de exceso y el oxígeno se suministra previo paso por agua destilada para aumentar su nivel de humedad…  En este caso, el Sr. Zevallos ha contestado que; así son de lentos los procesos y que él no es responsable de las demoras incurridas para la aceptación de tal donación. ¿Para qué lo designaron Primer Ministro, si no era siquiera capaz de ocuparse de aceptar diligentemente la donación ofrecida, ante la imprevisión del gobierno y ocuparse de su pronta llegada a destino?

Casos como este se vienen replicando en Huánuco, Cajamarca y Puno entre otros.

Por eso hemos venido insistiendo en la necesidad de que se centralice la gestión de la salud y las compras del Estado, evitando así la corrupción. Ya el Congreso de la República que tanto critica el Sr. Vizcarra, remitió al ejecutivo en el mes de mayo, la autógrafa de la ley para autorizaba al gobierno central, tomar el control, gestión y el manejo presupuestal de la salud, en los gobiernos regionales que considere conveniente. En esas circunstancias, el ejecutivo prefirió ponerse de perfil, no asumir sus responsabilidades e insistió en seguir distribuyendo dinero a los gobiernos regionales y municipales, dejando la responsabilidad de la gestión y las compras para combatir el COVID-19 en esos niveles de gobierno. De más está decir que a Vizcarra le ha venido funcionando el juego de no asumir las responsabilidades, lo que le ha permitido culpar a todos y él salir indemne.

Tragicómico resulta que, ahora, el Sr. Vizcarra explique que la información de contaminados dada por las regiones no es confiable, “pues no se debe considerar las pruebas hechas por ellas, porque las regiones han comprado material médico y pruebas serológicas que no necesariamente pasan las certificaciones de calidad del gobierno central”. Si esto es así, ¿por qué estimuló esas compras? ¿estuvo el Sr. Vizcarra promoviendo la corrupción sin control?

Con lo dicho, ya nada debe sorprender, pero lo visto el domingo 19 de julio, fue surrealista. Una autoridad como el presidente de la República, no puede llegar en medio de una crisis a inspeccionar un hospital público y salir corriendo sin control. No apreció la situación, las condiciones en que se encontraban los pacientes y personal de salud, ni las razones por las que se sentían abandonados a su suerte. Si se trataba de la incapacidad del gobierno regional para gestionar, debió quedarse en Arequipa, convocar a las autoridades competentes y resolver el desastre que ahí había y, con sus ministros, tomar el control e impartir las directivas, además de denunciar al Gobernador Regional por los malos manejos.

¿Cómo es posible que en el almacén general de medicamentos e insumos de la Gerencia Regional de Salud de Arequipa se haya “descubierto” 43 toneladas de equipos,  material médico, equipo de protección personal (EPPs) para el personal de salud, donados por las empresas en solidaridad con el pueblo arequipeño y recién se den cuenta? ¿Cómo es posible que, por razones ideológicas, desinterés o corrupción manifiesta, no se haya recibido oportunamente el oxígeno donado?

El nivel de irrespeto que ha demostrado por los ciudadanos del Perú el Sr. Vizcarra es inaceptable y está claro que no tiene autoridad moral para hablar de lucha contra la corrupción. En nombre de esos miles de muertos anónimos, cuyos deudos se concentran en la imagen de la Sra. Celia Capira, no aceptamos que se sigan burlando de nuestra inteligencia y, por lo tanto, exigimos a la Fiscalía de la Nación inicie las acusaciones correspondientes por los delitos de lesa humanidad que han cometido los involucrados en este caso. Por otro lado, queda claro que el Sr. Vizcarra, no sólo ha resultado absolutamente incapaz de gestionar el país, sino que es el promotor de una corrupción masiva, vergonzante y que ha generado muertes por acción u omisión dolosa.

¡En el holocausto sacrificaron al pueblo judío en la cámara de gas, en Arequipa y varias regiones del Perú, vienen sacrificando al pueblo peruano negándole el oxígeno! Lampadia




Concesionar logística en el MINSA para que pacientes se lleven sus medicamentos gratis

Concesionar logística en el MINSA para que pacientes se lleven sus medicamentos gratis

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Un indicador clave para establecer la eficiencia de un sistema de salud pública y la medida en que proporciona bienestar, es el porcentaje de pacientes que se lleva todos sus medicamentos gratis.

  • Según la Encuesta Nacional de Satisfacción de Usuarios en Salud 2014, el 52% de los pacientes del SIS no encontraron los medicamentos recetados, sea porque no había en farmacia pese a que el SIS sí los cubre (35,1%), sea porque el SIS no los cubre (16,8%).
  • Según la encuesta de Susalud del 2016, solo un 60% de los pacientes recibió sus medicamentos completos en los establecimientos del MINSA.

La consecuencia es el elevado gasto de bolsillo de los peruanos en la compra de medicinas, que llega al 40% del mercado.

Pero esa elevada brecha de entrega de medicamentos contrasta con los números de Essalud en Lima, donde un 95% de los asegurados se lleva de manera gratuita todos los medicamentos que les recetan.[1]

¿Cuál fue el secreto de Essalud en Lima? Pues haber contratado con una Asociación Público Privada (APP), SALOG, que desde hace 10 años se encarga de la distribución de medicamentos en virtud de un contrato que establece 12 indicadores de funcionamiento y 166 puntos de penalidad. Es decir, si no cumple con las metas e indicadores establecidos, la empresa recibe penalidades económicas. Por ello alcanza altos niveles de satisfacción. Eso, por supuesto, no ocurre con CENARES, la unidad logística del Ministerio de salud encargada de adquirir y distribuir medicamentos. CENARES no recibe ninguna penalidad por incumplimiento de metas e indicadores, que tampoco existen.

Una evaluación externa[2] realizada por Videnza Consultores encontró altos niveles de abastecimiento en los almacenes y farmacias de los hospitales de tres redes de Essalud (ver siguiente cuadro). No se llega al 100% por falta de stock en el almacén central de Essalud, que es la que compra los medicamentos según la demanda señalada por la APP.

¿Alguna evaluación similar se ha hecho a CENARES? Por supuesto que no. La pregunta cae de madura: ¿por qué Essalud no aprovechó la reciente renovación del contrato con SALOG por 10 años más para extender el servicio a provincias? ¿Y por qué el MINSA se propone ahora potenciar CENARES en lugar de optar por una APP que garantice una logística de medicamentos óptima?

Fiorella Molinelli, presidenta de Essalud, me explicó que no se pudo extender el contrato para cubrir provincias “porque se requiere nuevo concurso, pues la concesión es por área geográfica. Mi meta es tener operador logístico para todo el país y allí nada impide que SALOG se presente. El problema es que ProInversión no avanza nada. Estamos viendo cómo podemos hacerlo directamente sin pasar por ellos”.

Hicimos la misma pregunta al ministro de salud, Víctor Zamora, y al viceministro Víctor Bocángel, pero no obtuvimos respuesta.

Las ventajas de una APP no estriban solo en la exigibilidad del servicio bajo pena de multas o rescisión del contrato. Sino en su capacidad tecnológica. Rogerio Marcondes, gerente de SALOG, nos explica que su APP maneja, por ejemplo, una plataforma digital para calzar la demanda con la oferta en tiempo real (“just in time” en lugar de “just in case”), conectando las prescripciones médicas con el consumo efectivo y el stock existente. Es un sistema que optimiza los recursos. A partir de un estudio hecho por la Universidad de Berkeley e Innovations for Poverty Action (IPA) para tres redes de Essalud en Lima,[3] se puede estimar un ahorro de 100 millones de soles de ahorro en medicamentos por año en Lima.

Marcondes nos informa que, además, en la pandemia SALOG ha tenido la capacidad de ampliar la cobertura de algunos servicios. Por ejemplo, darle impulso al programa de atención domiciliaria (PADOMI) llevándoles medicamentos a los asegurados a sus casas, pasando de 22 mil pacientes a 40 mil. Antes esas personas tenían que ir a una farmacia de Essalud, y en ocasiones no podían siquiera desplazarse. Y dado que, con la pandemia, muchos establecimientos de Essalud se cerraron, tuvieron que potenciar el programa Farmacias Vecinas, por el cual los pacientes con enfermedades crónicas que reciben su receta llaman a una central operada por SALOG, que les indica en qué farmacia privada cercana a su casa pueden recoger sus medicinas. SALOG lleva los medicamentos a la farmacia. En un año han pasado de 4 mil a 30 mil pacientes. Tienen 200 puntos de entrega (farmacias) en Lima.

Además “hemos enviado 400 toneladas de medicamentos a provincias, entregándolas debidamente certificadas y embaladas, en el Grupo 8, pese a que esas localidades están fuera de nuestra área de concesión”, indica Marcondes.  

Tenemos que adoptar lo que funciona bien y descartar lo que no funciona. En el tema de la logística de medicamentos, vital para la salud y el bienestar de los peruanos, no se puede improvisar ni insistir en esquemas que han probado su ineficiencia y su alta vulnerabilidad a la corrupción. El Ministerio de salud tiene que concesionar –no la compra de medicamentos- pero si la logística de distribución y entrega a los pacientes. Para que todos se salgan del establecimiento con la receta completa de medicamentos gratis. Lampadia

[1] Esto según la plataforma integrada de SALOG, la empresa encargada de la logística de medicamentos.
[2] Estimación del costo beneficio de la Asociación Pública privada de Salog con Essalud. Encargado por Salog, realizado por Videnza Consultores
[3] Intervención en la Gestión de Recursos en Salud: Evidencia en Políticas de la Cadena de Suministros en EsSalud, Marzo 2018, Perú Autores: UC Berkeley: Paul Gertler, Kevin Feeney1 e IPA: Juan Hernández-Agramonte, Jorge Tipisman




La realidad de la Epidemia

La realidad de la Epidemia

Sebastiao Mendonca Ferreira
Un trabajo del equipo del Centro Wiñaq
Para Lampadia

16 mil muertos sin explicación

Todos los días mueren personas en Perú. Morían en el 2019 y mueren ahora en el 2020. El problema es que, considerando sólo a las muertes no violentas, entre el 1º de abril y el 29 de mayo, de este año 2020, murieron 17,406 más personas que el año pasado. A esos muertos extra del 2020, los llamamos “Muertos Excedentes”.

Expliquemos un poco más. El año pasado, entre el 1º de abril y el 29 de mayo, fallecieron 16,136 personas por muerte no violenta, es decir, por problemas de salud como diabetes, tuberculosis, dengue, problemas cardíacos, desnutrición, etc. Este año, 2020, en el mismo intervalo de tiempo, murieron 33,542 personas por causas no-violentas. La diferencia entre los dos años son los 17,406 muertos excedentes. (Si hiciéramos la diferencia con el promedio de fallecidos de 2017, 2018 y 2019, los muertos excedentes se incrementarían en 611, una variación de solo 3.8%)

Según el informe oficial del MINSA (siempre en ese mismo intervalo), 4,230 personas fallecieron por COVID-19. Entonces nos queda 13,176 muertos excedentes sin explicación. Esta no es una pequeña cantidad, ni es un pequeño porcentaje. Es el 75.7% de los muertos excedentes que no son explicados por el reporte COVID-19 del MINSA.

Hablando en términos diarios, los muertos excedentes del día 29 de mayo fueron 850. Según el MINSA, los muertos por COVID-19 ese mismo día fueron 131. ¿De qué han muerto los 619 restantes? ¿Acaso hay alguna otra epidemia no identificada en Perú, que matando a muchos cientos adicionales de personas por día?

Creemos que, dejar sin explicación a ¾ de los muertos excedentes no es adecuado. Si queremos entender lo que está pasando con la epidemia, necesitamos considerar a los muertos excedentes y no solo al informe oficial de fallecidos por COVID-19 que nos brinda el MINSA. No es gratuito que equipos de investigadores de institutos de investigación de la más alta respetabilidad (London School of Hygiene & Tropical Medicine, London WC1E 7HT, UK (DAL, LS, CIJ); Max Planck Institute for Demographic Research, Rostock, Germany (VMS); Centre for Fertility and Health, Norwegian Institute of Public Health, Oslo, Norway (PM); and University of Economics, Prague, Czech Republic (MP)), y medios internacionales como The Economist y Financial Times, estén utilizando los muertos excedentes para monitorear la evolución de la epidemia. (https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30933-8/fulltext)

Cuando comparamos la composición de género (hombres y mujeres) de los muertos excedentes, encontramos que es muy similar a la composición de género de los muertos por COVID-19, reportados por el MINSA. Según los informes del MINSA, los muertos por COVID-19 son 28% mujeres y 72% hombres, y los muertos excedentes son muy próximos: 31% mujeres y 69% hombres. Sucede que, en tiempos normales, la proporción de muertos mujeres es 48% y de muertos hombres es 52%. ¿Cómo explicar que la distribución de género de los muertos excedentes sea tan similar a la del COVD-19 y que sea tan distinta del patrón normal de las muertes en el país? ¿Es que esa “otra epidemia” tiene el mismo patrón de género que el coronavirus, que golpea mas fuerte donde mas casos de COVID han sido reportados o será que el coronavirus es la explicación de la mayor parte de los muertos excedentes?

En los países desarrollados, que han sabido manejar la epidemia y registrar bien a los muertos, hay una alta coincidencia entre los muertos excedentes y los muertos por COVID-19. En el Reino Unido los muertos COVID-19 son el 72% de los muertos excedentes, en España son el 78%, en Francia son 93%, en Suecia son 92%, etc. En los países menos desarrollados ese registro ha sido deficiente y los muertos registrados por COVID-19 sólo representan una fracción de los muertos excedentes. En Indonesia los muertos COVID-19 oficiales son el 14% de los excedentes, y en Turquía son el 44%. El Perú, se ha quedado entre Indonesia y Turquía, pues los muertos COVID-19 oficiales representan 24% de los muertos excedentes. (https://www.economist.com/graphic-detail/2020/04/16/tracking-covid-19-excess-deaths-across-countries). Cuando las diferencias entre los muertos COVID-19 registrados y los muertos reales son pequeñas (10% o hasta 20%), el ajuste de las cifras puede esperar hasta que termine la epidemia, pero cuando el 76% de los muertos excedentes carecen de explicación, el ajuste de las cifras no debería postergarse.

Es muy probable que tradicionalmente exista un sub-registro del SINADEF. Es decir, que los muertos reales sean más de los reportados por SINADEF, especialmente en las provincias alejadas de Lima. De ser así, los muertos excedentes del 2020 serían aún más numerosos, pues es muy probable que ese sub-registro del SINADEF se haya agravado durante la epidemia (En Iquitos, el Hospital Regional ha registrado 800 muertos al 13 de mayo, bastante más que 500 muertos que el mismo SINADEF reportó hasta esa fecha.). Entonces, el sub-registro del SINADEF reforzaría el motivo de preocupación, pues se podría hablar de un excedente de fallecidos aún mayor a los 17,406 y el porcentaje de muertos sin explicación de la causa de su muerte sería aún mayor que 76%.

El estado de la epidemia

Si los muertos excedentes son, en su gran mayoría, causados por el COVID-19 y el registro oficial de los muertos COVID-19 es tan poco representativo (24%), entonces necesitamos monitorear a los muertos excedentes para saber qué pasa con la epidemia, como lo hicieron los institutos de investigación antes señalados. La observación de los muertos excedentes entre el 1º de abril y 29 de mayo nos indica que la epidemia sigue avanzando, aunque muestra una desaceleración. A esa fecha, el Perú (considerando solo la población de la costa y la selva), había llegado a 463 muertos excedentes por millón, un nivel comparable al de Francia, pero mucho menos que de España o Italia, aunque se trata de sociedades con promedios de edad más elevados que el peruano.

A pesar de la desaceleración en los fallecidos excedentes por día; no debería sorprendernos si esa desaceleración se revierte en las próximas semanas por el incremento de las actividades económicas y de las dinámicas de contagio, especialmente en los medios de transporte en Lima.

Para tener una imagen mas realista de la evolución de la epidemia es necesario indicar que en Perú hay dinámicas muy diferenciadas y la data agregada puede ocultar aspectos importantes.

  1. En Iquitos y Pucallpa la epidemia ya pasó el pico y va en bajada,
  2. En la sierra está aún en una fase incipiente (ver estudio sobre la menor agresividad del coronavirus en alturas superiores 2,500 metros: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7175867/),
  3. La costa norte (Chiclayo, Piura, Tumbes, etc.) presenta dinámicas poco claras, y
  4. En Lima-Callao la epidemia sigue creciendo, aunque a menor ritmo. Por su población y su conexión con todo el país, Lima-Callao comanda la dinámica nacional.

Dada las limitaciones que el Estado Peruano ha evidenciado para controlar la epidemia, el porcentaje de personas que fallecen fuera de los hospitales (39%, según SINADEF) y el alto porcentaje de la población informal (71%), el número de muertos de los próximos meses va depender principalmente de la letalidad real del virus. Si tomamos como referencia las estimaciones de letalidad hechas en otros países (New York: 0.86%, Francia: 0.5%, 1% Brasil etc.) y el mayor porcentaje de población joven del Perú, y la mala calidad de su sistema de salud podemos creer que esa letalidad es mucho menos que los 2.7% que publica el MINSA. (ver estudio del Imperial College sobre Brasil, un país con una estructura etaria y servicios de salud mas parecidos al Perú que los países europeos: https://www.imperial.ac.uk/mrc-global-infectious-disease-analysis/covid-19/report-21-brazil/)

Algunas conclusiones

  • Facilitar la información del SINADEF es una expresión de transparencia de parte del MINSA, pero la información que brinda sobre los muertos por COVID-19 es muy incompleta y no genera una base para analizar las dinámicas de la epidemia.
  • La modelización que están haciendo instituciones internacionales sobre el Perú es con la data del MINSA.  Si ellos dispusieran de una data más cercana a la realidad (como la que disponen de países desarrollados), sus resultados serían más realistas.
  • Es el número de muertos excedentes lo que indica las dinámicas de la epidemia y evidencia el costo real de vidas humanas que está teniendo, y ofrece indicadores más cercanos a la realidad.
  • El futuro de la epidemia dependerá de las diversas regiones, pero Lima y Callao serán los núcleos principales.
  • Lima se está desacelerando, pero puede re-acelerar de acá a dos semanas, por el aumento de la actividad económica.
  • Es probable que los muertos reales se acumulen en decenas de miles, y no en unos pocos miles, como se presenta hasta ahora en los informes oficiales.
  • Estudios de seroprevalencia ayudaría a monitorear con mejores evidencias el avance de la epidemia y conocer qué ciudades se acercan o no a una posible inmunidad de manada.

Lampadia




Salud pública… a empezar de cero

Salud pública… a empezar de cero

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 1 de mayo de 2020
Para Lampadia

Tuvo que ocurrir una pandemia – como la que estamos viviendo – para tomar conciencia del nivel de corrupción enquistada en el sistema nacional de salud pública. La inoperancia del Estado en cuanto a compras de insumos y equipos para el diagnóstico de pacientes sintomáticos, las idas y venidas en las compras de respiradores mecánicos, y las compras de mascarillas sobrevaloradas – y de pésima calidad – fueron la gota que derramó el vaso. La gente – con razón – dice… “el sistema de salud es una porquería”. Y agrega… “hay que reformarlo todo”.

De acuerdo, pero ¿cuál es la propuesta? Existe el Instituto Nacional de Salud. Pero no… el INS es un organismo del Ministerio de Salud. ¡He ahí el problema! El Ministerio de Salud es una institución inoperante, inestable, recontra burocrática… y muy corrupta.

Por ello, no solo el INS, sino la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD), el Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS), y – por supuesto – los hospitales y otros organismos del MINSA, no funcionan. En buena cuenta… la politiquería ha malogrado la salud pública en el país.

Los Gobiernos Regionales no debieran seguir al mando de los hospitales del MINSA. El tiempo lo ha demostrado… ¡no son capaces! Aunque lo mismo sucede en Lima. El MINSA tampoco ha sido capaz de administrar bien los hospitales de la capital.

Hay que crear una institución autónoma – de cero – que se encargue de la salud pública a nivel nacional. ¡No queda otra! Para ello habría que replicar el modelo del Banco Central de Reserva (BCR). Me refiero a su autonomía técnica y administrativa, y a su profesionalismo, meritocracia, independencia… y todo lo demás.

La idea sería blindar a la nueva institución de la politiquería. Hay que evitar que cuando cambien los Ministros de Salud – que dicho sea de paso, cambian a cada rato – los ministros entrantes pongan y saquen a su antojo a directores y funcionarios del ministerio… y de todos los organismos adscritos al MINSA. A eso se debe – en gran medida – el fracaso del sistema de salud en el país.

La institución a la que me refiero también debería de blindarse de la influencia de organismos como el Colegio Médico y la Federación Médica… entre otras.

A los hechos me remito. En Ica, el Colegio Médico y la Federación Médica eran parte de la mafia de la salud. Los médicos que abandonaban los hospitales en horarios de trabajo, y que derivaban a los pacientes a sus clínicas privadas, y que sustraían subrepticiamente medicamentos de las farmacias de los hospitales, eran – aunque usted no lo crea – directivos del Colegio Médico y de la Federación Médica.

Afortunadamente – como en todas las instituciones públicas – hay muy buena gente en el Estado. Hay excelentes profesionales de la salud… médicos, enfermeras, y técnicos. El problema es que están opacados por la corrupción enquistada en los cargos directivos de los hospitales públicos… y del MINSA.

Con ellos – con los excelentes médicos, enfermeras y técnicos – hay que rehacer el sistema nacional de salud. Pero – previamente – hay que salir de la podredumbre moral antes mencionada.

En Ica procedimos así y nos fue muy bien. Un excelente equipo de dirección en cada hospital hizo la diferencia entre el fracaso heredado y el éxito logrado. En nuestro caso, los equipos de dirección provinieron de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR)… una excelente fuente de gerentes públicos – íntegros e idóneos – ampliamente capacitados para mejorar los servicios hospitalarios de todo el país.

Está clarísimo. La política peruana – incapaz de diferenciarse de la politiquería clientelista y corrupta – es la causa principal de los males en nuestro sistema de salud pública.

Ergo, una institución nacional de salud autónoma, altamente profesional y meritocrática – tipo BCR – podría ser la solución. Lampadia