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Aprendamos a ser equipo

Aprendamos a ser equipo

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

En febrero de este año planteaba la necesidad de desarrollar en el Perú un equipo de funcionarios de Estado, que tengan la posibilidad de ser formados con altas calificaciones, valores y tradiciones, a quienes se les dé la oportunidad de desarrollar una carrera pública.

En mi opinión, es muy importante contar con un cuerpo técnico, no político, estable en el tiempo y que perdure por varios gobiernos. En esa lógica, sólo los ministros y los viceministros serían figuras políticas, parte del gobierno de turno. La “planta estable” serían los Directores Generales y Directores que llegarían a estas posiciones por méritos a lo largo de tal carrera pública. Son los que conocen el aparato y sus normas reglamentarias, aquellos que trabajan permanentemente en la mejora continua de la cosa pública y que cuentan con el conocimiento que le permita advertir a ministros y viceministros de las normas y los márgenes dentro de los que el poder político se puede mover.

El Perú no ha hecho el más mínimo esfuerzo por desarrollar este esquema que, ciertamente, sí funciona en la cancillería, en el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y en la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), con muy buenos resultados. Valga resaltar que profesionales calificados y preparados por el BCRP han sido la cantera que ha nutrido al Estado de muchos técnicos y especialistas para cubrir posiciones relevantes en organismos públicos.

Como lo antes mencionado no ha sido una doctrina en el aparato público, nos hemos visto obligados a convocar a profesionales debidamente calificados para ser incorporados como asesores y altos ejecutivos de los distintos ministerios y organismos reguladores y supervisores. Resulta a estas alturas una mezquindad negar los grandes aportes de profesionales jóvenes al Estado, los que llevaron consigo no sólo su profesionalismo, sino toda la experiencia acumulada en el sector privado y comprensión de la actividad empresarial privada, para volcarla luego en favor del aparato público, tanto en lo normativo como en la actividad regulatoria y de supervisión. Cuanto quisiera que, también en lo concerniente a la gestión y gerencia de las actividades del Estado se hubiese hecho el mismo esfuerzo y aplicado la misma receta; si fuera así, no hubiéramos tenido los fracasos que venimos afrontando en el manejo de las actividades para controlar el COVID-19 y la conducción de los programas de bonos, distribución de alimentos, facilidades de agua a poblaciones vulnerables, compras centralizadas y eficientes, solución rápida de instalaciones y facilidades médicas, así como la logística integral de esta crisis y las anteriores. Hubiéramos sido capaces de aplicar soluciones de sistemas de información, geomática, aprovechamiento de bases de datos, conectividad a sistemas de banca telefónica, etc. Y por supuesto, no nos encontraríamos a cada paso con actitudes reactivas y de desconfianza de los funcionarios respecto a propuestas de; sistemas y procesos ya desarrollados en el sector privado, que, han recibido como respuesta, “vamos a desarrollar nuestro propio sistema”. Por Dios, ¿en pleno zafarrancho querer inventar la rueda que ya está disponible en el mercado?

En este marco y hasta que formemos con “Servir”, probablemente, a los gerentes requeridos para una gestión eficiente del aparato estatal, tenemos una legislación que impide a los funcionarios del Estado incorporarse a la actividad privada en empresas que actúan en el mismo sector por un lapso de 1 año y cuando estos vienen del sector privado,  deben abstenerse de participar en temas en los que pueda haber información privilegiada o conflicto de intereses. Lo dicho está normado en el artículo 97 del texto único ordenado de la ley 27444, ley del procedimiento administrativo general, debidamente reglamentada. Obviamente, si incumplen la ley se debe aplicar las sanciones correspondientes.

Pero ahora resulta que un congresista ha planteado un proyecto de Ley para impedir que se produzcan las “puertas giratorias” entre el sector público y privado, impidiendo que se pueda incorporar a los niveles más altos de la gestión pública a quienes hayan actuado, en un plazo previo de menos de 10 años como gerentes, directores o accionistas de empresas relacionadas al sector, así como, impedir que, al cese de tales funciones públicas pueda retornar a la actividad privada por 10 o 5 años (a ser definido por reglamento del ejecutivo) según el caso.

Lo primero que quiero resaltar es que, para poder normar, regular y supervisar una actividad se requiere un profundo conocimiento de tal actividad y experiencia en ella. En segundo lugar, ya hemos mencionado que no hemos formado gerentes ni directores que hayan logrado la excelencia profesional requerida para estas funciones a nivel del Estado. En tercer lugar, es un hecho conocido que hay una gran diferencia económica entre las compensaciones del sector público y privado, por lo que si no hay una adecuada carrera pública (caso BCRP y SBS), será muy difícil atraer y retener profesionales jóvenes y de altas calificaciones en el Estado y si a eso queremos agregarle el impedimento de poder trabajar en el sector privado sino hasta pasados 10 años de haber ejercido función pública, estaremos haciendo más difícil aún la captación de profesionales del más alto conocimiento y experiencia.

Finalmente, pero no menos importante, quien promueve este proyecto es egresado de la universidad de su papi (no licenciada por cierto y altamente cuestionada), con altas sospechas de corrupción, muy ligado al escándalo de “Los cuellos blancos del puerto” (según la prensa 500 llamadas a los “personajes” involucrados directamente y 159 a los ex miembros del Consejo Nacional de la Magistratura). Debo agregar que su experiencia profesional ha sido siempre de Gerente General de las entidades educativas de su papi y con acusación de apropiación ilícita de dineros de sus trabajadores, pues retuvo el 10% de la remuneración de estos para aporte a las AFP, pero no las pagó.

Nunca mejor aplicada la expresión: El ladrón cree que todos son de su condición.

Ya es tiempo de dejar de fomentar esta, no sólo desconfianza sino animadversión del sector público por el sector privado. Creo que debemos aprender unos de otros y que, en beneficio del Perú juntemos esfuerzos y aprovechemos las fortalezas y capacidades de ambas partes. Aprendamos a ser equipo. Lampadia




Despotismo – y tiranía – de Estado

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 8 de febrero de 2019
Para Lampadia

Podría parecer exagerado… pero no. Según la Real Academia Española (RAE) “Despotismo” significa “abuso de superioridad, poder o fuerza en el trato con las demás personas”. Y “déspota” significa “persona que trata con dureza a sus subordinados y abusa de su poder o autoridad”.

De la misma manera “tirano” significa “persona que abusa de su poder, superioridad o fuerza”. O sea, déspota o tirano… son la misma cosa.

Con esas definiciones en mente, vayamos a nuestra realidad… y preguntémonos. ¿Cómo se les debería llamar a aquellos funcionarios públicos que – abusando de su poder – maltratan a los ciudadanos? ¿Acaso – de acuerdo con la RAE – no son unos déspotas o tiranos? ¡Claro que sí!

En realidad… déspotas y tiranos existieron toda la vida. Recordemos la tiranía que vivió Jesús de Nazaret en los tiempos del Rey Herodes y Poncio Pilato.

Jesús estuvo en contra de la tiranía de los romanos. Sin embargo, también estuvo en contra de los abusos y maltratos de las autoridades políticas del mismo pueblo de Israel.

Efectivamente, muchas autoridades judías imponían cargas pesadas a sus propios conciudadanos… “desasistiéndolos y arrojándolos a la pobreza, impotencia y desesperanza”. A esos funcionarios abusivos – Jesús – los llamó “ladrones y bandidos asalariados”.

Entonces, volvamos a preguntarnos.

  • ¿Acaso el Estado peruano – el de nuestro tiempo – no está lleno de “ladrones y bandidos asalariados”?
  • ¿Acaso no hay médicos que abandonan los hospitales y “desasisten” a sus pacientes?
  • ¿Cuántos funcionarios maltratan a los ciudadanos “arrojándolos a la pobreza, impotencia y desesperanza”?
  • ¿Cómo llamar a los coimeros que trafican con los brevetes?
  • ¿Y los que venden cargos públicos como si fueran de su propiedad?
  • ¿Cómo calificar a los que ingresan a trabajar en el Estado con certificados de estudios falsos?
  • ¿Cómo llamar a los “diezmeros” que negocian con las obras públicas?
  • ¿Y los que rinden cuentas de viáticos con facturas falsas?

¿Acaso no son – todos – unos reverendos “ladrones y bandidos asalariados”?

Sí pues… estamos llenos de déspotas y tiranos. ¿Qué preconizaba Jesús a ese respecto? “Ningún funcionario público está para ser servido, sino para servir”. Eso decía Jesús. En ese sentido – valgan verdades – hay autoridades honestas y serviciales que merecen nuestro reconocimiento y gratitud. Pero no me estoy refiriendo a ellos. Me estoy refiriendo a los “ladrones y bandidos asalariados”. Aquellos – como los de Ica –que vociferan ser “purito corazón” pero que – en realidad – son “purita corrupción”. Esos que dicen “estamos para servir, y no para ser servidos” pero coimean a diestra y siniestra para recuperar sus gastos de campaña… y – ¿cuándo no? – para embolsicarse unos cuantos milloncitos más. Aquellos que dicen ser “un gobierno con rostro humano”, pero que – en la práctica – son “un gobierno con rostro de los aportantes del partido”.

¡Cuidado con esos lobos disfrazados de cucufatos! Felizmente – en ese sentido – las cosas están cambiando. La ciudadanía empoderada – con la destacada participación de cierta prensa valiente y responsable – está poniendo en su sitio a los peces gordos de la corrupción en nuestro país… presidentes, ministros, jueces, fiscales, congresistas, empresarios, y otros más.

Ahora falta que funcionarios corruptos – de menor jerarquía – reciban también su merecido. No serán los peces gordos que salen en primeras planas… pero – igual – son unas lacras.

¡No a la tiranía – o despotismo – de Estado! ¡No a la corrupción! ¡Fuera los “ladrones y bandidos asalariados”! Lampadia




La maldición de la Costra del 5° Nivel

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 4 de mayo de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

El 1° Nivel – digamos… el Presidente de la República – quiere mejorar el bienestar de los peruanos. Yo le creo. El presidente Vizcarra está mortificado por la corrupción y la lentitud en las instituciones públicas. Ha pasado más de un año y la reconstrucción de la infraestructura dañada por El Niño Costero avanza a paso de tortuga. En Ica, todos los puentes dañados siguen tal cual quedaron después del desastre.

El 2° Nivel – el Consejo de Ministros – piensa igual. Ellos acogen – y comparten – la política del presidente. Todos los ministros pretenden ser más expeditivos en sus respectivos sectores. Pero no. Nada camina como debiera… no solo la reconstrucción. Nada fluye con normalidad. Ni las obras, ni los servicios públicos.

Los Vice Ministros – el 3° Nivel – reciben mucha presión de sus ministros. Incluso, del propio presidente. Pero tampoco son capaces de desatar el nudo. Ordenan, exigen, invocan, y – hasta – amenazan a sus Directores Generales… pero nada. Las colas y los maltratos están a la orden del día. La reconstrucción no avanza. Incluso, muchas obras ni siquiera han empezado.

Los Directores Generales – el 4° Nivel – se sienten impotentes. Ellos ocupan cargos de alto rango – cargos de confianza como los Ministros y Vice Ministros – pero en la práctica no logran que los servidores del 5° Nivel – y menos los que le siguen – respondan a las expectativas de la ciudadanía.

¡He ahí el problema! A partir del 5° Nivel todo se traba. Ahí hay muchos servidores públicos – millones – que llevan años vegetando en el Estado. Muchos entraron a trabajar – tiempo atrás – por recomendación de algún padrino político… congresista, ministro, gobernador, alcalde, etc. Peor aún. Muchos “compraron” sus puestos coimeando a funcionarios encargados de la contratación de personal. Y otros tantos “ganaron” concursos de trabajo engañando al Estado con certificados de estudios y/o de experiencia laboral… falsos. ¡Todo bamba! Esa gente no tiene – ni nunca tuvo – mérito alguno para estar donde están. No obstante… ahí están.

Ahí – en la Costra del 5° Nivel – está la corrupción generalizada que sangra – de sol en sol – a los ciudadanos de a pie. Ahí está la resistencia boicoteadora, cuya máxima aspiración es el fracaso del Estado. Ahí están los funcionarios que – sin piedad – maltratan a los peruanos. Ahí están los indolentes que no se inmutan ante el dolor de la gente pobre. Ahí están los ineptos cuyo único mérito es ser allegado de algún padrino político. Ahí están los que por miedo – o sabe Dios porqué – no firman nada, y por ende lo traban todo. Por último, ahí están los ociosos que se la pasan leyendo periódicos faranduleros o chismeando a través de las redes sociales. Así es la Costra del 5° Nivel.

OTROSÍ: Hamlet – el personaje máximo del genial William Shakespeare – dijo “ser o no ser, ésa es la cuestión” mientras libraba una lucha entre la vida y la muerte, dentro de sí. Pues bien, yo creo que el Estado peruano – nuestro Estado – está frente a una disyuntiva igual de dramática que el dilema hamletiano.

“Ser buen servidor público o no ser servidor público, ésa es la cuestión”. Muchos servidores públicos de nuestro país – yo diría… la mitad – NO merecen estar donde están. Es patético… por ese cardumen burocrático nuestro Estado se debate entre la vida y la muerte.

Claro que tenemos buenos servidores públicos. Repito. La mitad de nuestra burocracia estatal es excelente. Inteligentes, serviciales, puro punche, y honestos. Con ellos basta y sobra para gestionar bien el Estado. El problema es la otra mitad.

¡Disolver! El problema de la Costra del 5° Nivel se resuelve disolviéndola. Los peruanos NO merecemos esa lacra burocrática. Nos están matando poco a poco. Tienen que salir de donde están. La ley nos ampara. “Ser buen servidor público o no ser servidor público, ésa es la cuestión”. Lampadia




Necesitamos un Acuerdo Político además de un nuevo Gabinete Ministerial

Fausto Salinas Lovón
Cusco, 03 de abril de 2018
Para Lampadia

Quienes crean que la crisis política se superará con un nuevo Gabinete Ministerial y designando ministros que “salgan a la calle”, que “no sean de San Isidro” o que “tengan mejor comunicación política”, se equivocan y parecen no haber entendido lo que sucede hace dos años en el Perú.

La caída de PPK no es atribuible únicamente a sus antiguos conflictos de intereses durante el Gobierno de Toledo y a sus graves errores políticos.  Es la obvia y advertida consecuencia de la incapacidad de los vencedores de las elecciones del 2016 (Fuerza Popular y Peruanos por el Cambio) de arribar a un punto de encuentro político y, haber permitido que la estupidez política de uno y otro lado agudice el conflicto y los dañe a ambos, en distinta medida.

LAMPADIA ha sido el medio más definido en favor de un acuerdo político por el Perú y quien escribe este artículo ha abogado junto con otros peruanos por la necesidad del mismo para dar sentido a los resultados electorales del 2016, donde el país optó por la economía de mercado y el modelo de crecimiento económico que el señor Humala estancó (El Perú no necesita una segunda vuelta – 14.04.2016, ¿Acabará la estupidez política peruana? – 15.12.2016, Vayamos a un acuerdo político de coincidencias básicas – 27.04.2017, No basta el diálogo, se requiere un acuerdo político inmediato – 06.07.2017).

Ni el claro mandato electoral del 2016, ni las lecciones de la historia política peruana que mostraban que ningún gobierno constitucional sin mayoría parlamentaria concluyó su mandato democráticamente (Bustamante 1948, Belaunde 1968 y Fujimori 1992), fueron suficientes. Los intereses domésticos de ambas fuerzas políticas hicieron que la lección de la historia no se tome en cuenta, impidieron el acuerdo (más allá de que la responsabilidad de unos sea mayor que la de los otros) y nos llevaron a la crisis pasada, cuya factura para el país es incalculable.

Felizmente, el Presidente Vizcarra, en su discurso inaugural ha dado a entender que tiene una mejor lectura de lo que sucede y ha hablado de la necesidad de poner un “punto final a la política de odio y confrontación que ha causado daño a paísy ha propuesto a todas las fuerzas políticas “un pacto social”.  

Sin embargo, bastará que el nuevo Presidente comprenda el problema y la necesidad del Acuerdo Político? ¿Será suficiente que Fuerza Popular entienda también esta necesidad por su propia supervivencia y a pesar de los intereses subalternos y menores de algunos de sus miembros?

Me temo que no.

Hay demasiados “radicales libres” o actores sueltos en la política nacional que no entienden la necesidad de este consenso político mínimo o no lo desean por sus intereses particulares o porque apuestan por el ‘reset’ político, que incluye nuevas censuras ministeriales, investigaciones, vacancias y como no, nuevas elecciones. Y estos actores sueltos se hallan en uno y otro bando y en todos los sectores políticos y pueden echarse abajo el Gabinete Villanueva, en menos de lo que todos deseamos. Por ello, lo que menos importa hoy día es saber si los nuevos ministros, muchos de ellos respetables e idóneos, saldrán a las calles a gobernar o comunicarán mejor su gestión. Lo que importa es que haya un acuerdo político que garantice la gobernabilidad y viabilidad de la segunda etapa de este gobierno.

Para algunos este acuerdo debe existir, pero puede ser tácito. Para otros, entre quienes me cuento, debería ser explícito y quienes llevaron al país al borde de la ingobernabilidad, debieran asumir la tarea de co-gobernar, como necesaria expiación política que demuestre que no solo obstruyen sino también edifican y que su mayoría parlamentaria no sólo está conformada por Bienvenidos, Mamanis o Becerriles, sino también por personas capaces de poner el hombre para reconstruir el país.  El acuerdo tácito puede crear la coartada de que no se asumirá el obvio desgaste político de todo gobierno; pero a mi juicio será insuficiente para reconstruir un caudal político destruido por acto propio. Sólo la redención de una buena gestión gubernativa compartida puede hacer que el Fujimorismo purgue los pecados cometidos y tenga alguna viabilidad futura. Asimismo, es necesario que Mercedes Aráoz, Juan Sheput y los izquierdistas más responsables, aplaquen sus dolores y dejen de jugar a la desestabilización del nuevo gobierno. 

¿En este acuerdo político hay lugar para otros sectores políticos? Yo creo que sí.

Todos aquellos que quieran sumar a la gobernabilidad y el desarrollo deben ser bienvenidos, en la medida en que respeten el claro mandato de las ánforas de abril del 2016, que son las que mandan, antes que los gritos en la calle de algunos profesionales del desorden o los alaridos anónimos e inorgánicos de otros en las redes sociales.

Por ello, no debemos creer que baste un nuevo Gabinete Ministerial. Es imprescindible un Acuerdo Político que evite mayores desgracias a nuestro país. Lampadia




Un SIS rediseñado para la salud de los más pobres

En el Perú son muy pocas las veces en que unos suman sobre lo que otros hicieron antes. Lo común es agarrar una ‘idea genial’ y arrancar de cero. Esto es especialmente grave en la administración pública, en la que la rotación de ministros y otros es altísima. Además, tenemos dos agravantes, no hay una base profesional debajo de los cargos políticos que den continuidad a las políticas públicas, y en el caso de los ministerios, cada ministro ingresa a ver que hace, los partidos de gobierno carecen de un plan de trabajo detallado que se alcance a cada nuevo ministro.

Nunca hemos entendido que en la gran mayoría de los casos se deben mejorar los procesos. Hace décadas, los japoneses enseñaron al mundo como ser más eficientes y efectivos, mejorando productos y procesos. Kaizen (改善), mejora o ‘cambio bueno’ en japonés, traducido habitualmente como ‘mejora continua’, es el nombre de un método exitoso de gestión de la calidad, (de Wikipedia).

La educación y la salud, son las dos debilidades más importantes en nuestra sociedad. Y los ministerios encargados de su gestión tienen un nivel de rotación que hace imposible mantener una dirección y mejorar los resultados. En el caso de educación, desde Lampadia, y luego en el último CADE, propusimos celebrar un ‘Pacto Social por la Educación’, que marcara una línea de mejora sostenible para el esfuerzo de todos los involucrados.

El caso de salud es aún más clamoroso, pues la deficiencia de su servicio malogra la calidad de vida de los peruanos, y muchas veces determina el fallecimiento innecesario de muchos ciudadanos. Peor aún, teniendo niveles muy malos de servicio, cometemos el crimen de no mantener e imitar los buenos desarrollos. Este es el caso, por ejemplo, de los hospitales de Essalud desarrollados mediante Asociaciones Público Privadas (APPs) de ‘bata blanca’, Alberto Leopoldo Barton Thompson y Guillermo Kaelin de la Fuente. En vez de repetir el modelo, se le critica malamente, por intereses de parte, y hasta se les sabotea. La salud no importa, primero están las exigencias de los servidores de salud.

Todos hemos sido testigos de las dificultades que se presentaron en el Seguro Integral de Salud (SIS), hace algunos meses. Pues, hoy, podemos decir que a diferencia de nuestras malas costumbres, se ha hecho una reingeniería del SIS, que permite esperar un sistema adecuado y operativo en todo el país para fines de año.

El siguiente artículo de Moisés Rosas, Ex Jefe Institucional del SIS, describe el proceso. Curiosamente, después de rediseñar el SIS, ya puesto en práctica en 12 regiones, Moisés Rosas fue defenestrado por el ministro Abel Salinas. ¿Qué pasará con el último cambio de ministro? ¿Se hará otra reingeniería? Estaremos atentos. Lampadia

Un Nuevo SIS para diciembre 2018

Moisés Rosas, Ex Jefe Institucional del SIS
Para Lampadia

¿Es posible tener un SIS que financie un modelo de atención primaria, descongestionando los hospitales, fortaleciendo el primer nivel de atención, y garantizando que todos los asegurados reciban las medicinas y tratamientos sin pagar de su bolsillo, para diciembre de este mismo año? La respuesta es SI.

Desde sus inicios en 1997, con el nombre de Seguro Escolar Gratuito (SEG), el sistema de aseguramiento público subsidiado, ahora llamado Seguro Integral de Salud (SIS), ha saturado gradualmente los hospitales públicos y ha atrofiado los establecimientos del primer nivel de atención, en un proceso que ha durado casi 20 años. La crisis hospitalaria, por un lado, y la pauperización del primer nivel, por otro, son manifestaciones de la misma enfermedad: la impericia del estado en usar el SIS como un modelador efectivo de la oferta de salud.

Y es que, debido a la metodología con la que el SIS pagaba las atenciones que brindaban los establecimientos de salud, el propio SIS generó fuertes incentivos financieros para que sus asegurados terminasen referidos hacia los hospitales, sobrecargándolos, saturándolos y aumentando sus requerimientos de financiamiento sin que ello se haya traducido en mejor atención, lo que, a su vez, restaba recursos que deberían haber sido destinados al primer nivel de atención.

Por otro lado, la metodología que empleaba para controlar y auditar las atenciones desfinanciaba y perjudicaba a los establecimientos, ya que les imponía –de manera innecesaria– fuerte carga financiera y operativa: cuando miles de atenciones eran auditadas y observadas electrónicamente, los establecimientos debían subsanarlas presentando reconsideraciones documentarias (físicas), lo que generaba enormes cuellos de botella, excediendo a su vez la capacidad de revisión de los expedientes por el propio SIS, con pagos (“deudas”) que podían demorar años, desfinanciando los hospitales y generando malestar y frustración porque afectaba sus procesos logísticos y la propia atención de los pacientes. Ello también llevaba a tercerizar servicios hacia el sector privado a pesar que existía oferta en el sector público, lo que a su vez generaba deudas en todo lado, y corrupción.

Pero hablamos en tiempo pasado porque, luego de un proceso de reingeniería efectuado con perfil bajo entre junio y diciembre 2017, sobre la base de los resultados extraordinarios de una experiencia piloto previa que duró un año, el SIS ha rediseñado completamente los procesos de administración de riesgo financiero, invirtiendo los incentivos perversos del modelo previo, para que, gradualmente, el primer nivel de atención se fortalezca, los hospitales se descongestionen, la atención sea integral y los pagos de bolsillo sean cada vez menos frecuentes. Por otro lado, también se han rediseñado los procesos de administración de riesgo operativo, de manera que el control y auditoría de las prestaciones sean simples, pero eficientes y poderosos, sin sobrecargar a los hospitales, combatiendo desde el diseño la corrupción en diferentes niveles. Todo ello les dará la estabilidad financiera que necesitan, independientemente de si hay incrementos presupuestales. Por supuesto, ello también le dará estabilidad financiera al propio SIS, que con ello ha comenzado a funcionar como una administradora de riesgo, algo que el país necesitaba hace años.

Esta importante reforma, denominada “Reingeniería del SIS”, simplifica los procesos y brinda a los prestadores mayor cantidad de recursos y flexibilidad en su uso, siempre que cumplan con 2 requerimientos simples pero concretos: no les cobren a los asegurados, y que usen el financiamiento del SIS principalmente para fortalecer la oferta pública. Además, ofrece recursos adicionales a las regiones que logren metas graduales de eficiencia.

La Reingeniería del SIS, que ya está vigente en 12 regiones ―incluidas Lima y Callao― desde el 01 enero 2018, y que entrará en vigencia en otras 16 regiones a partir de 01 abril 2018, ha significado un esfuerzo institucional sin precedentes, que se ha efectuado lejos de la prensa, por tratarse de un tema extremadamente complejo y técnico. Cambiar el paradigma que se mantuvo por 16 años no ha sido fácil, y se han discutido los aspectos técnicos del nuevo modelo –en más de 40 reuniones técnicas– con los prestadores de todo el país. Luego de las vacilaciones propias de cuando se comienza algo nuevo, se ha llegado al consenso que esta integración de los modelos de financiamiento, atención y control prestacional es el camino correcto, y se ha logrado la aceptación y firma de gobernadores, directores regionales y de hospitales, redes y microrredes, luego de incorporar diversas observaciones, aportes y comentarios.

Una condición fundamental solicitada por las regiones participantes ha sido que el SIS transfiera todas las obligaciones pendientes de pago antes de firmar los nuevos convenios. Por ello, en febrero de 2018, el SIS transfirió a todos los establecimientos del país los pagos pendientes desde 2009 a diciembre 2017, y adicionalmente, les adelantó recursos financieros para 3 a 4 meses para que compren medicamentos e insumos, y puedan normalizar gradualmente su abastecimiento. En cuanto a las transferencias pendientes por reconsideraciones, estas se efectuarán en cuanto se cuente con los resultados de auditoría.

Tal como explicamos en nuestra presentación ante la Comisión de Salud del Congreso de la República el 23 de agosto de 2017, un aspecto fundamental de la Reingeniería del SIS, es que el SIS ahora contrata y paga redes integradas de establecimientos ―ya no establecimientos individuales. En el nuevo modelo que ya está en operación, las redes son responsables de manera conjunta por la atención de los asegurados. Ello hace que la atención y el financiamiento no se fragmenten aún más, y, por el contrario, se integren gradualmente. Sin embargo, el proceso de deterioro de la oferta pública que ha tomado 20 años en acentuarse no puede arreglarse completamente de la noche a la mañana, y se estima que los primeros resultados serán percibidos por la población en 6 meses, con resultados claros sobre la satisfacción pública este fin de año.

Todo un nuevo SIS para diciembre 2018. Sin embargo, para que ello se dé, es indispensable que se sigan los procesos de acuerdo con lo previsto en la reingeniería y se gestionen de manera correcta muchos cambios que se avecinan. La gestión del nuevo modelo será un reto tan grande como el haber diseñado e implementado la Reingeniería del SIS. Lampadia




Fuerza Popular no se ha dado cuenta de que puede ser gobierno

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El Congreso ha dado una ley para protegerse a sí mismo, alterando el equilibrio de poderes establecido en la Constitución. La resolución legislativa aprobada para limitar la facultad presidencial de disolver el Congreso cuando éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros, introduce limitaciones a dicha facultad que la Constitución no precisa y que contravienen la costumbre constitucional establecida en nuestro país.

En efecto, el artículo 133° de la Carta Magna dice, a la letra: “El Presidente del Consejo de Ministros puede plantear ante el Congreso una cuestión de confianza a nombre del Consejo. Si la confianza le es rehusada, o si es censurado, o si renuncia o es removido por el Presidente de la República, se produce la crisis total del gabinete”.

La costumbre constitucional

En nuestro país, cada vez que el presidente del Consejo de Ministros ha renunciado o ha sido removido por el presidente de la República, o ha sido censurado, se ha producido, como dice el citado artículo 133°, “la crisis total del gabinete”. Y esa “crisis total” en ningún caso ha significado el cambio de todos los ministros. Siempre dejaron el cargo el Premier junto con algunos ministros, pero no todos.

Esa ha sido la costumbre constitucional. No se la puede modificar sin modificar la propia Carta Magna. Y eso no ha ocurrido. La resolución legislativa que modifica el artículo 84 del reglamento es en realidad un cambio constitucional, y debió seguir el procedimiento que corresponde a toda enmienda de ese nivel. Ni siquiera fue analizado el proyecto por la Comisión de Constitución. Fue aprobado furtivamente, casi como si se tratara de un asalto a la Constitución.

Y esa costumbre constitucional tenía sentido. Un nuevo Premier supone un nuevo enfoque de gobierno, algún cambio en el énfasis o en las prioridades. Por eso, el artículo 130° de la Constitución señala que “Dentro de los treinta días de haber asumido sus funciones, el Presidente del Consejo concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión. Plantea al efecto cuestión de confianza”. Si debe asistir a exponer la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión, es porque su gestión pretende imprimir algún cambio respecto de la anterior. Pero para efectivizar ese cambio de énfasis o de prioridades o de capacidad de gestión, no necesita cambiar a todos los ministros, sino a los que tengan que ver con ese cambio de orientación.

Ley con nombre propio

La resolución legislativa aprobada por el Congreso es, en realidad, una ley con nombre propio. Y ese nombre propio no es una persona, sino el Congreso mismo. Viola, entonces, el artículo 103° de la Constitución que dice: “Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no por razón de las diferencias de las personas”. Ha dado la ley para prevenir una eventual cuestión de confianza futura o para que la cuestión de confianza negada al gabinete Zavala no cuente como válida para una eventual disolución del Congreso. Y no se puede legislar con nombre propio ni es correcto hacerlo a partir de una circunstancia específica, menos aun si es para defender un interés particular o crear una situación de relativo privilegio.

¿No han pensado que pueden llegar a ser gobierno?

Los partidos actualmente en el Congreso parecen no haberse percatado de  que pueden llegar a ser gobierno y que lo que hoy legislan para protegerse, mañana, si están en el Ejecutivo, los perjudicará. La resolución legislativa que acaban de aprobar los condenaría a la parálisis. Han legislado como si su situación actual en el Congreso fuera a perpetuarse. No han visto más allá de tres años. Ni siquiera se les ha ocurrido que pueden ganar una elección presidencial.

Si no se resuelven los problemas de diseño constitucional que vamos a explicar, pueden terminar en la situación inversa a la que se encuentran ahora: con un congreso opositor que no les deje gobernar. Porque otra consecuencia de esta resolución legislativa, es que altera el equilibrio de poderes previsto en la Constitución. La posibilidad de disolver el Congreso a la segunda censura de un gabinete es un contrapeso ante un Parlamento eventualmente dominado por una mayoría opositora obstruccionista. Limitar esa facultad debilita aún más a cualquier Ejecutivo que carezca de mayoría en el Congreso: otra razón, además, para que un cambio como éste solo pueda proceder vía reforma constitucional.

Cambios deberían ser al revés

En realidad, los cambios que requiere el ordenamiento constitucional y legal en el tema de la relación entre poderes, deberían ir más bien en el sentido contrario: posibilitar la disolución del Congreso a la primera y sin expresión de causa, cuando una situación de entrampamiento o de continua censura de ministros paraliza al Ejecutivo. La disolución del Congreso buscaría que el pueblo elija una nueva mayoría que le de gobernabilidad al Ejecutivo. En su defecto, si la oposición vuelve a triunfar, ella tendría que poner al Premier, como en la cohabitación francesa. Lo que no se puede mantener es una situación permanente de enfrentamiento estéril.

Pero, más importante aún, junto con esa reforma constitucional habría que dar otra que disponga la elección del Congreso al mismo tiempo o después de la segunda vuelta, para que la posibilidad de que el Presidente tenga mayoría en el Congreso sea mucho mayor o que el elector decida conscientemente si le quiere dar mayoría al Presidente para que pueda gobernar.  

Esa es la ventaja de los sistemas parlamentarios, de donde viene la institución de la disolución del Congreso. En ellos el Ejecutivo tiene mayoría por definición porque el Ejecutivo nace del Congreso y por lo tanto el líder de la mayoría se convierte en el Premier. Una mayoría opositora es imposible: si llega a darse, el congreso es disuelto, precisamente. El conflicto de poderes no dura, se resuelve rápidamente. El resultado es que se consigue democracias más funcionales, más efectivas. Que es lo que necesitan nuestros países.

Pero si no vamos a ir a un sistema parlamentario, por lo menos introduzcamos las reformas constitucionales que favorezcan la elección de un Presidente de la República con mayoría parlamentaria, y que en el caso de que, pese a ello, dicha mayoría no se dé y/o se presente una situación de entrampamiento que ate de manos al gobierno, el Ejecutivo pueda resolverla disolviendo el Congreso sin expresión de causa, en los términos que hemos explicado.

Si Fuerza Popular, el APRA y los demás partidos que han apoyado este despropósito tuvieran voluntad de triunfo electoral el 2021, ya se habrían dado cuenta de la necesidad de realizar estos cambios constitucionales en lugar de agravar las condiciones de gobernabilidad. 




El gabinete de la no-reconciliación

El gabinete de la no-reconciliación

Todavía estamos en los coletazos de una crisis política que nunca imaginamos atravesar. Entre las acusaciones de groseras irregularidades del presidente PPK, sus evidentes mentiras, el agitado proceso de vacancia, el condimentado indulto, y las dificultades para formar un nuevo gabinete, el Perú recibió el peor regalo posible, por las fiestas de año nuevo.

Después del anuncio del presidente de formar un gabinete de reconciliación, y después de tomarse largos días para hacerlo, PPK no ha sido capaz de formar un nuevo gabinete que oxigenara la situación política, y que efectivamente, nos haga esperar un ambiente de distensión y reconciliación.

El nuevo gabinete estaba obligado a reconciliar, más allá de su denominación, y, además, debía estar dirigido por una personalidad que compensara la debilidad política del Presidente de la República.

Pero PPK no pudo decirle a Mercedes Araoz, que la situación política de la República, demandaba agradecerle por los servicios prestados, y que, desde su posición de segunda vicepresidente, ayudara en la tarea de convocar a un Primer Ministro independiente, que tenga el ascendiente moral suficiente para convocar al gobierno un gabinete programático, que corte la inercia de una política marcada por incendiarios y bomberos.

Mercedes Araoz, ha jugado, desde la campaña electoral, y con énfasis durante la reciente crisis, un rol disociador y conflictivo y, por lo tanto, no debía ser quién presidiera el gabinete de reconciliación.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar que se ha incorporado al gabinete, a algunos personajes serios y decentes, que representan un cambio cualitativo en sus carteras, como son José Arista en Agricultura y Jorge Kisic en Defensa. Pero también, se ha incorporado a un aprista, que terminó como réprobo, como es el caso de Javier Barreda en Trabajo; alguien que difícilmente podrá liderar la indispensable reforma laboral, que debe igualar el terreno de protección social a todos los trabajadores.

También queremos destacar la permanencia en el gabinete de Bruno Giuffra y Claudia Cooper, y criticar la presencia de Cayetana Aljovín en la Cancillería, donde no hay nada que justifique, obviar a un diplomático de carrera para la conducción de las relaciones internacionales, máxime ahora que enfrentamos una importante crisis interna. Igualmente, es criticable la presencia de un partidario del gobierno, Jorge Meléndez, en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, en un año de elecciones regionales y locales.  

Pero, hay que hacer de tripas corazón. Tenemos que salir adelante con lo que tenemos. Esperemos pues, que pese a todo lo anterior, la Premier pueda ponerse de acuerdo con Fuerza Popular, la principal oposición del Congreso, en un conjunto mínimo de reformas, leyes y proyectos de inversión productivos y de infraestructuras, que den la señal de que el país sigue adelante con un rumbo claro hacia el crecimiento. En esto también hay que pedirle responsabilidad a Fuerza Popular, porque no podemos cometer el crimen de desaprovechar las mejores condiciones de la economía mundial. Lampadia 




Una historia de éxito en salud pública… y sus detractores

Una historia de éxito en salud pública… y sus detractores

Fernando Cillóniz B. 
Gobernador Regional de Ica
8 de diciembre de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

Los hospitales de Ica están dando qué hablar… y para bien. La eliminación de las terribles colas de nuestros hospitales públicos es el tema más comentado. Presidente, Ministros, Gobernadores Regionales, funcionarios del BID, periodistas de RPP, Exitosa, Radio Nacional, Panamericana TV, Lampadia, y muchas personalidades más han comentado acerca del éxito logrado en los hospitales públicos de Ica. Se refieren – ciertamente – al mejoramiento del servicio a nuestros pacientes.

La semana pasada, la ex Ministra de Salud Midori de Habich vino a Ica – precisamente – para conocer in situ los pormenores del caso. Y calificó como “Historia de Éxito” lo observado en nuestros hospitales. Constató cómo la gran cantidad de pacientes – que acuden a nuestros hospitales todos los días – estaban siendo atendidos de manera rápida y cordial.

¿Qué declaró a la prensa local la Señora de Habich? Pues qué había visto hospitales ordenados y limpios. Habló de la amabilidad de nuestros médicos, enfermeras, y personal en general. Y – lo más importante – constató la satisfacción de los pacientes. Modestia aparte… valoró el liderazgo político del Gobernador Regional, pero – sobre todo – destacó el profesionalismo y compromiso de nuestros directores y funcionarios. ¿La verdad?… todos nos sentimos muy complacidos por los elogios y reconocimientos de tan destacada visitante.

“Esto hay que documentarlo” propuso la ex ministra al final de la jornada. “Ica es la única región – a nivel nacional – que ha logrado tan alto nivel de servicio en salud pública”. Y agregó “hay que divulgar esta historia de éxito en el ámbito académico… a nivel nacional e internacional. Hay que dar a conocer este gran logro iqueño a nuestros compatriotas de otras partes del país”. Todo eso dijo la Señora de Habich.

Lo destacable de este caso es que ha sido hecho por nuestra propia gente, y con nuestro propio presupuesto. El Sistema Digital de Gestión Hospitalaria – SISGALENPLUS – estaba disponible en el Ministerio de Salud – sin costo alguno – para todos los hospitales públicos del país. Era cuestión de decisión… y punto. [Ver en Lampadia, Manual del SISGALENPLUS].

Primero implementamos el sistema en el Hospital de Nasca… como para probar. ¡Un éxito! Luego decidimos meternos en “la candela”. O sea, en el Hospital del Socorro y en el Hospital Regional. Los dos más grandes hospitales de nuestra región. ¡Éxito total!

Pero ahí no quedó el progreso. Implementamos el sistema en el Hospital de Pisco. Ahora lo estamos instalando en Chincha, donde estará operativo antes de fin de año. El Hospital de Palpa quedará implementado inmediatamente después. Así, nuestros seis hospitales regionales estarán expeditos para brindar la mejor atención de salud pública… a nivel nacional.

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. La corrupción en nuestra institución – a pesar de estar golpeada – todavía subsiste… y tiene sus aliados. A ese respecto, reitero el descaro de algunos periodistas, congresistas y consejeros regionales, quienes respaldan – mafiosamente – a la corrupción. En realidad… son la misma pandilla.

Pero lo más patético del caso es que el consejo local del Colegio Médico del Perú – a punta de leguleyadas inverosímiles – pretende sancionar a la actual Directora del Hospital Regional e inhabilitarla para el ejercicio de su profesión… y su cargo.

Pero ¿quienes ejercen la dirección del Colegio Médico en Ica? Precisamente… los mismos médicos del Hospital Regional que cuestionan el orden y disciplina impuesta por nuestra directora. Está muy claro… a estos médicos indolentes, el progreso de la salud pública no les importa para nada.

¿Qué dijo el gran Basadre respecto a la corrupción? “Los Podridos han prostituido y prostituyen palabras, conceptos, hechos, e instituciones al servicio exclusivo de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y sus apasionamientos…”

“Entonces, la clave de nuestro futuro está allí: que Ica se escape del peligro de caer en manos podridas… Que Ica no se pierda por obra o inacción de nosotros mismos”.

¡Gracias Maestro!
Lampadia

 

 

 




En busca del tiempo perdido

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




No demos otro cheque en blanco

Hace un año, una vez elegido como Presidente de la República, PPK recibió un amplio apoyo de los analistas económicos, de los representantes del mundo empresarial y de los medios de comunicación de Lima, configurándose la promesa de un gran gobierno.


Fuente: Peru21

Lamentablemente, la dura prueba de la realidad, nos trajo un año de muchos problemas y frustraciones. Ahora, después del discurso del Presidente en el Congreso, se ve otra vez, una tendencia a dar un cheque en blanco al gobierno, cuando lo que debiéramos hacer es comprometernos con una mayor acción cívica, planteando soluciones y criticando desaciertos, como lo ha pedido el propio Presidente: “Confiemos en nuestro futuro. No dejemos de criticar las limitaciones del presente, pero hagámoslo con espíritu constructivo y siempre con propuestas”.

Ese es y siempre ha sido el espíritu de Lampadia. Llámennos la atención, cuando no lo hagamos así.

Nuestra visión del 2016

Entre los temas de mayor impacto tenemos:

  • La ‘mala lectura del gobierno de Humala’ o pésimo diagnóstico de la situación del Perú, después de cinco años del nacionalismo expresado en un proceso de transferencia irresponsable, conducido por Mercedes Araoz, segundo vicepresidente del país. Algo que solo  ahora, a un año de la toma de mando, se reconoce en boca del mismo PPK. La consecuencia más grave de ello, es el haber perdido la oportunidad de explicar a los ciudadanos los errores cometidos y sus consecuencias.
  • El ‘niño costero’, un shock externo, que no fue resultado de una acción del gobierno, que nos trajo terribles desgracias personales e inmensos costos económicos.
  • El escándalo del ‘Lava Jato´; qué si bien apareció como un huracán con las denuncias de corrupción económica y penetración política en la región, por parte de Lula da Silva y sus brazos empresariales (Odebrecht et al); el manejo del tema por parte del gobierno, sin saber cómo reaccionar, ni qué medidas tomar, determinó la parálisis de innumerables proyectos de inversión, empresas y el riesgo de la ruptura de la cadena de pagos en la economía. (Ver en Lampadia: A grandes males, grandes remedios (sin matar al paciente)).
  • El ‘Friaje de Thorne’, de entera responsabilidad del gobierno, como acaba de reconocer Fernando Zavala, “El último trimestre del año pasado, el MEF hizo un ajuste que, viéndolo hacia atrás hoy, no se debió hacer”. Pero que, sin embargo, no reconoce el presidente PPK, como lo expresó con claridad, días antes del discurso del 28. Este recorte fiscal, al inicio de un gobierno, con una economía débil, fue  un error mayúsculo que hizo colapsar la demanda interna.
  • El ‘enfrentamiento político’ entre el Ejecutivo y el Congreso propiciado por el presidente PPK desde el inicio de su gobierno: “Les pido que hagamos una alianza [con los gobiernos regionales y municipales]. Una alianza cuyo eco llegue hasta al Parlamento. Esto por supuesto, originó una reacción equivalente y muchas veces negativa desde el Congreso controlado por Fuerza Popular.

Además de estos sucesos, el primer año de gobierno de PPK estuvo signado por una falta de liderazgo y capacidad de propuestas para enmendar tantos desaciertos acumulados durante los últimos años.

Lo positivo del discurso de PPK

Aspectos que debemos destacar:

  • El homenaje a los sacrificados y efectivos funcionarios del Estado que dieron todo de ellos para paliar la desgracia que nos trajo el ‘niño costero’, y el reconocimiento del apoyo del sector privado. Hace algunos días, describiendo el esfuerzo desplegado en la crisis, el Comandante General de Operaciones del Pacífico, Vice-Almirante de la Marina de Guerra, Fernando Cerdán, dijo: “Por algún tiempo fuimos una Gran Nación”.
  • Las disculpas del presidente por haber subestimado los esfuerzos para superar los problemas que tuvimos que enfrentar.
  • La oferta de promover los proyectos de inversión.
  • Los proyectos de ley para la Autoridad de Transporte, el CNM, obtención de predios para los proyectos, tratamiento de aguas y desechos, etc.
  • El planteamiento de una legislación laboral pro-empleo.
  • El reconocimiento de que en los últimos años “perdimos el camino al progreso”.
  • La explicación de lo que podemos aprender de Canadá, Singapur, Australia y Nueva Zelanda, recientemente invitados como asociados de la Alianza del Pacífico.
  • La contundente condena al régimen chavista de Venezuela y el compromiso del Perú con los venezolanos.
  • La apertura de acciones hacia el Bicentenario.
  • El compromiso con mantener abierto el diálogo político.

Es evidente que en los discursos de Fiestas Patrias no se pueden tocar todos los temas, pero en este caso llama poderosamente la atención, que no se hayan mencionado los conflictos socio-políticos vinculados a la minería y el turismo, ni los desmanes de los huelguistas, hechos en nombre de los maestros y los médicos. Reiteramos nuestra crítica al Ministro del Interior, que ha dejado avanzar la violencia sindical más allá de los límites aceptables.

A pesar del mal primer año de gobierno y de algunas observaciones sobre su enfoque, persistimos en nuestra visión positiva del Perú, que en esencia es prácticamente infinito en posibilidades de desarrollo para todos los peruanos. Lampadia

 




Necesitamos un buen Contralor y no un Abusador

Necesitamos un buen Contralor y no un Abusador

En Lampadia cuestionamos el nombramiento del defenestrado contralor desde el mismo momento de su nombramiento. Un regalito, sin papel celofán, del Congreso anterior, que sorprendentemente recibió también, una suerte de bendición de PPK como Presidente Electo, luego de una conversación de media hora en su casa. Ver: Para un Estado efectivo y probo, requerimos otro Contralor y El primer escándalo mediático del nuevo Contralor

Para analizar el problema de la Contraloría, debemos recordar que desde sus primeros días, el nuevo gobierno, en el Ejecutivo y el Legislativo, fomentó el fortalecimiento y multiplicación de funcionarios con capacidades inapropiadas, otorgando autonomías peligrosas. Estos errores se hicieron evidentes muy pronto, tanto en relación al Contralor como a los Procuradores. Se les advirtió, pero la soberbia de los primeros días había cerrado los oídos de los gobernantes. Ver en Lampadia: La ‘balcanización’ del EstadoDiálogo sobre el Procurador, el Contralor y el Defensor y Un Sistema de Control va más allá de la Contraloría


Biblioteca técnica nacional (Národní technická knihovna), Technická 6/2710,
Praha 6 – Dejvice, 160 00,  República Checa
Web: http://www.techlib.cz, e-mail: info@techlib.cz tel.: +420 232 002 111, +420 232 002 535

Después de muchos problemas con los Procuradores (guardados por ahora debajo de la alfombra), y de situaciones dramáticas con el Contralor, absurdamente empoderado por el vicepresidente Martín Vizcarra al más alto nivel de decisión en el gobierno (Chinchero), y ahora adecuadamente cesado por el Congreso de la República, debemos reflexionar sobre la naturaleza de la Controlaría que necesita el país.

Antes de anunciar al nuevo Contralor, el gobierno debería anunciar algunas ideas fuerza que definan lo que esperamos lograr en el futuro. Este anuncio a los ciudadanos y medios de comunicación, se constituiría en una suerte de ‘contrato social’ del nuevo Contralor con la ciudadanía. Así no nos pasaría que el nuevo funcionario, que cuenta con autonomía constitucional, se vaya por la libre, como ha pasado tantas veces.

Se necesita comprometer públicamente al nuevo Contralor con una agenda de reforma de la institución, traer e incorporar desde el exterior, las mejores prácticas de control, y revisar el Sistema de Control desde las regulaciones a las que están sometidas las entidades del Estado sujetas a los procesos de control, por ejemplo, implantando mecanismos sólidos que aseguren la transparencia de los procesos de adquisiciones y contratación. Esta reforma requiere normas de excepción para poder dotar a la Contraloría del personal adecuado para una tarea tan importante, como instalar en la vida del Estado, procesos limpios de gestión.

La nueva Contraloría debe dejar de ser una suerte de inquisición abusiva que pueda repartir acusaciones, hasta de carácter penal, sin probarlas. Los funcionarios del Estado, que en su gran mayoría son gente proba, y deben  estar debidamente protegidos de los abusos que hemos visto en muchos casos, lo que ha devenido en una nefasta parálisis de decisiones al interior del Estado.

La primera acción de control debe plantearse en la vía administrativa. Una vez probada la responsabilidad individual del funcionario, al que debe darse la capacidad de defenderse, se puede proceder a la vía penal.

Algo que el país debe rechazar con mucha fuerza es el enfermizo Proyecto de Ley, promovido por la propia Contraloría, que impediría que los funcionarios del Estado cuenten con respaldo legal para los procesos de control que tengan que enfrentar. Más bien se debe establecer por ley lo contrario, la obligación de las entidades del Estado, de prestar apoyo legal a sus funcionarios.

El mejor Sistema de Control es aquel que se basa en propiciar en todas las entidades estatales, procesos que lleven al auto control con mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, y no pretender que los representantes de la Contraloría se repartan por todas partes, como se ha estado haciendo desde una visión de control muy pobre, inhibidora y finalmente inefectiva.

Otro tema muy importante es el referido a la capacidad de decisión de los funcionarios del Estado. En la vida de las personas e instituciones, en el sector privado y público, se deben tomar decisiones con criterio, en función de los elementos que se tienen disponibles. Estas decisiones pueden resultar adecuadas o no, dependiendo de muchas circunstancias. Si una decisión en particular deviene en un resultado negativo, no necesariamente se configura un delito. No se puede juzgar una decisión sobre la base de los elementos disponibles después de ‘terminada la guerra’. Estas deben juzgarse en su espacio y tiempo, evaluando la transparencia con la que se dieron y los elementos que la sustentaron.

De la experiencia reciente con el nefasto contralor Alarcón, también debemos evitar que el Contralor pueda opinar sobre cualquier tema, como asuntos especializados y técnicos. Su labor debe ceñirse a los elementos de probidad y cumplimiento de las normas.

En cuanto a las características del Contralor, además de las capacidades profesionales y cívicas adecuadas, debe buscarse a alguien que tenga independencia de criterio y carácter para ejercer sus funciones sin caer en marcos de acción políticos ni presiones mediáticas.

Lamentablemente, el gobierno ya anunció su candidato para el cargo sin dar el marco de referencia para la gestión futura de la Contraloría. Siendo así, por lo menos pedimos que el gobierno lo defina en las líneas comentadas más arriba antes de la eventual juramentación del nuevo ContralorLampadia

 

 

 

 




Tenemos que ayudar a PPK

Tenemos que ayudar a PPK

EDITORIAL

Keiko Fujimori rompe el ‘standoff’ (impase) político y solicita reunirse con PPK en compañía del ínclito Luis Bedoya Reyes. El Presidente acepta la reunión desechando la presencia del venerable ‘Tucán’ y plantea llevar lo que se converse al ‘Acuerdo Nacional’.

Fuente: expreso.com.pe

Sin embargo, parecería que el Presidente PPK sigue bailando al son de sus asesores busca pleitos. Es urgente que gente más sensata se acerque al Presidente y lo ayude a asumir la actitud del estadista que nos ofreció y que todos deseamos ver en él.

Veamos los eventos políticos de ayer:

1. En horas de la mañana, desde Jauja, PPK mando un mensaje a los políticos: “Déjennos trabajar, no hagan intrigas, no se bajen a ministros cada dos semanas, porque así no podemos trabajar. Hagan su trabajo y déjennos hacer nuestro trabajo. Ese es el mensaje que hay que mandar a Lima”. (Perú21, página 7, 4 de julio).

2. Juan José Garrido comenta hoy, en su columna editorial, que ayer por la mañana, pocas horas antes de hacerse pública la solicitud [de KF], el mandatario se quejaba públicamente de los “escandaletes de quinta” que, en su opinión, distraen a los peruanos.

3. Por la tarde Keiko Fujimori toma la iniciativa de dirigirse al Presidente en los siguientes términos:

4. El Presidente de la República contesta a KF mediante la siguiente carta:

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5. Aparentemente, el Presidente, sorprendido por la acción de KF, se ve forzado a aceptar la reunión, pero se prepara el terreno para malograr el encuentro:

  • PPK descarta la presencia de Luis Bedoya Reyes, que podría ser un factor muy positivo para generar un ambiente constructivo en esa reunión tan importante.
  • Además, PPK plantea llevar al ‘Acuerdo Nacional’ (AN), lo que se converse. Esto, por supuesto, suena bien en las tribunas, ‘hay que hablar con todos’. Pero, el AN, donde las decisiones se toman por consenso, terminaría evidentemente, diluyendo cualquier iniciativa política importante, que ya no determinaría acuerdos de gobierno entre el Ejecutivo y el Legislativo.

6. Rápidamente, la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz desconoció la iniciativa de KF:

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Así, empezó a malograrse una nueva oportunidad de convergencia entre los estamentos de gobierno, en una situación en que efectivamente, como dice KF en su carta, “a la desaceleración evidente de la economía peruana, se suma un ambiente político de creciente crispación…”.

Todo el país venía pidiendo una reunión entre PPK y KF, excepto, por supuesto, los halcones de ambos lados. Aparentemente, Keiko Fujimori, durante un descuido de los suyos, le dirige una carta muy oportuna al Presidente Kuczynski, pero los halcones de PPK no se descuidan nunca. Una pena.

Sin embargo, más allá de los acontecimientos de ayer, con la reunión pactada para el martes 11, hay mucho tiempo para corregir entuertos. Pero para ello, debemos dejar de subsidiar al Presidente aceptando ‘facevalue’ todas sus acciones, y de vez en cuando, ayudarlo a asumir una actitud más constructivaLampadia