1

¡Cuanta falta haces Bacon!

¡Cuanta falta haces Bacon!

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Vivimos un tiempo donde las personas han optado por deducir la realidad de sus prejuicios e ideas preconcebidas. Los preconceptos definen la naturaleza. La verdad nace directamente de la autoridad, sea que ésta emane del poder o de los medios. Hay muchos ídolos que limitan el pensamiento humano normalmente débil. El discurso gira en torno a un grupo de conocimientos y la discusión sólo busca reafirmarlos, al margen de la naturaleza y la experiencia. La disputa verbal caracteriza nuestro tiempo.

Como consecuencia de todo esto (qué duda cabe en medio de esta crisis global), el ser humano no ha sido ni será capaz de tener “el dominio sobre la naturaleza” [1]en base a la ciencia.

Veamos lo que está sucediendo:

  • Las personas no opinan sobre datos, cifras, estadísticas o evidencias que perfilan, dibujan o definen en cierta medida la realidad. Simplemente la deducen de sus ideas preconcebidas, de sus prejuicios, así estos sólo se hayan construido con 120 caracteres. La realidad termina siendo entonces un constructo intelectual y no un conjunto de evidencias.
  • La naturaleza no es explicada por la experiencia, el experimento, la investigación, la prueba y el error. Es una mera deducción del concepto de cada uno.
  • La verdad es aquello que la autoridad define como tal y que los medios repiten, por encargo, hasta que tenga esa característica. Quienes opinan distinto, por lo tanto, no son escépticos sino disidentes o traidores.
  • Las personas no se forman una opinión. Retuitean, comparten, dan like o trolean la de sus ídolos o de aquellos que no los consideran como tal. El pensamiento no arriba a conclusiones, sino a repeticiones.
  • Desde un caso, por inducción, sin progresión, sin cautela y sin siquiera repetición o enumeración se generaliza, se sentencia y se condena a instituciones, personas, ideas, empresas, políticos o naciones.
  • La discusión solo sirve para decir que mi punto de vista es correcto. Es circular, retorna al mismo punto. Reafirma lo que pienso. Si para ello debo negar la data, no importa, en estos tiempos de pandemia se ha adquirido una inmunidad peor: la inmunidad a la data.
  • La discrepancia, la disputa son los signos del tiempo en Perú, en Europa o en el mundo.

Parece que no hubieran trascurrido 4 siglos desde que en 1620, Francis Bacon[2], ante un escenario similar, le planteara al mundo los “Nuevos Instrumentos de la Ciencia” (NOVUM ORGANUM SCIENTIARUM), para superar la esterilidad de la discusión y lograr que la ciencia sea una técnica capaz de otorgar al ser humano el dominio de la naturaleza.

Bacon, contraponiéndose al método aristotélico del ORGANUM, sentó las bases del método científico moderno con nociones como estas:

  • La observación detallada y controlada del hombre y su entorno, realizando generalizaciones cautelosas.
  • La inducción progresiva y cuidadosa en lugar de la inducción por enumeración o la mera deducción.
  • La experimentación y la necesidad de la evidencia empírica
  • La superación de prejuicios, preconceptos
  • La destrucción de ídolos que nublan el razonamiento humano

En base a este método, que la humanidad entera parece haber olvidado, en un folio titulado Magnalia Naturae,

que seguía a la primera edición de La Nueva Atlántida (New Atlantis) de 1627, decía Francis Bacon que los fines de la ciencia eran, entre otros: “La prolongación de la vida, la restitución de la juventud en algún grado, la curación de las enfermedades consideradas incurables, la mitigación del dolor, modos de purgarse más fáciles y menos desagradables, el incremento de la fuerza y de la actividad, el incremento de la habilidad para sufrir tortura y dolor, la alteración de la complexión, de la gordura y la delgadez; la modificación de la estatura, la modificación de las características físicas, el acrecentamiento y la exaltación de las capacidades intelectuales, el trasplante de cuerpos dentro de otros cuerpos, la creación de especies nuevas, el trasplante de una especie dentro de otra especie, la creación de instrumentos de destrucción, así como de guerra y venenos; la aceleración del tiempo de maduración […]; aceleración del tiempo de la germinación” (W., V., pp. 415-416. Supresiones son mía”[3]

El mundo no ha llegado todavía a cumplir varios de los fines que la ciencia podía haber alcanzado según la extraordinaria visión de Bacon, 4 siglos atrás. Mucho menos lo logrará si retorna a un estadio pre científico donde nos perdemos en discusiones estériles, en deducciones desde preconceptos, en peligrosas generalizaciones sobre hechos aislados y aceptando la verdad como producto de la autoridad y no de la ciencia y la experiencia.

En medio de esta crisis, donde se ha hecho más evidente que nunca que el “ser humano” no es capaz de tener el dominio de la naturaleza, es claro que tenemos que volver la mirada 400 años atrás y pensar: ¡Cuanta falta haces Bacon! Lampadia

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Novum_organum
[2] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bacon_filosofo.htm
[3] DAMIAN PACHON SOTO, Tesis doctoral en Filosofía. Francis Bacon: de la reforma del saber al imperio humano sobre el universo. Universidad Santo Tomas. 2017.
https://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/3868/Pachondamian2017.pdf?sequence=1&isAllowed=y




Seis pilares que trajeron al desarrollo a Occidente

Seis pilares que trajeron al desarrollo a Occidente

Ahora que nuestra economía se desacelera y, por ende, nuestro camino hacia el desarrollo se complica, parece pertinente repasar que condiciones llevaron a las naciones al progreso. El 2012, el historiador británico Niall Ferguson dio inicio a un enorme revuelo y a acalorados debates tras publicar “Civilización: Occidente y el resto”. Ferguson, en una prueba de erudición y enorme capacidad narrativa, efectúa en esta obra un repaso por la historia de los últimos cinco siglos con el propósito de  responder la siguiente pregunta: “¿Qué tenía la civilización de Europa occidental a partir del siglo XV que le permitió triunfar sobre los imperios en ‘apariencia’ superiores de Oriente?” Es decir, ¿que llevó a la que él denomina “civilización occidental” a alcanzar la hegemonía global cuando en el 1500 era más atrasada y caótica que los poderosos imperios chino, otomano y mongol? 

 

Ferguson inicia su amplia disquisición definiendo el término “civilización”. El historiador, aleja a este concepto de los aspectos culturales, artísticos y de refinamiento a los que se le suele vincular y lo aterriza en elementos más básicos de la vida y condición humana. “Una civilización es la mayor unidad de organización humana… Las civilizaciones son en parte una respuesta práctica de las poblaciones humanas a su entorno –a las necesidades de comer, beber, abrigarse y defenderse-, pero tienen también un carácter cultural; a menudo aunque no siempre religioso; y a menudo aunque no siempre de comunidad lingüística”, señala.

La civilización occidental tal y como la conocemos hoy se forjo en la Europa del siglo XV, fue allí que se gestaron seis condiciones que la llevaron a obtener la supremacía mundial hasta el presente siglo, en la que como señala Ferguson, empieza a ser desplazada por la civilización asiática. Occidente estaría perdiendo el monopolio de sus  “resortes de poder”, mientras el Oriente crece sobre nuevas fortalezas. 

 

 

Estas seis “complejas instituciones” fueron la clave. “Para utilizar el lenguaje del informatizado y sincronizado mundo de hoy, podríamos decir que estas fueron seis aplicaciones asesinas (lo que en inglés se conoce como killers apps), las que permitieron a una minoría de la humanidad originaria del extremo occidental de Euroasia, dominar al mundo durante casi medio milenio”. “Killer App” se usa en el mundo de las aplicaciones (Apps) para denominar aquellas que al adoptarse eliminan el uso de otras. Por ejemplo, el correo electrónico desplazó al correo tradicional. Así estas nuevas instituciones fueron adoptadas de tal forma que eliminaron antiguos comportamientos y conductas.

  1. Competencia: una descentralización tanto de la vida política como económica, que sirvió de trampolín tanto a los estados-nación como al capitalismo”. La fragmentación política de la Europa de entonces llevó a una competencia por buscar la supremacía, que permitió el surgimiento de instituciones políticas y económicas más modernas y versátiles.
  2. Ciencia: un modo de estudiar, comprender y, en última instancia transformar el mundo natural, que dio a Occidente (entre otras cosas) una importante ventaja militar sobre el resto del mundo”. El método científico permitió el desarrollo. 
  3. Derechos de propiedad: El imperio de la Ley como medio de protección para los propietarios privados y para resolver pacíficamente las disputas entre ellos, constituyó una base más estable para la formación de gobiernos representativos”. Los ciudadanos-propietarios forman y defienden a los estados democráticos. Son la base sobre la que se construyen las repúblicas.
  4. “Medicina: una rama de la ciencia que permitió una importante mejora de la salud y la esperanza de vida, y que se inició en las sociedades occidentales, pero también en sus colonias”.
  5. “La sociedad de consumo: una forma de vida material en la que la producción y la compra de ropa y otros bienes de consumo desempeñan un papel económico central, sin la que la Revolución industrial habría sido insostenible”.
  6. “La ética del trabajo: un marco moral y un modo de actividad derivado (entre otras fuentes) del cristianismo protestante, que proporciona el pegamento que mantiene unida la sociedad dinámica y potencialmente inestable creada por las aplicaciones”.

Aunque se puede discutir sobre estas condiciones y si son enteramente occidentales o no. Lo que es cierto es que la construcciones de los modelos políticos occidentales, la forma en que se organizaron los Estados de hoy, surgieron en Europa. Su aplicación ha servido para que, incluso las naciones asiáticas salten al desarrollo.

Todos los estados del siglo XX adoptaron el funcionamiento del Estado occidental, lo imitaron y siguieron los tres modelos que surgieron en Occidente: el capitalismo liberal, el nacionalsocialismo o fachismo y el comunismo. Luego de 1945, el segundo fue descartado y entre 1989 y 1991, tras el derrumbe del imperio soviético el último entró en desuso.

Así, ni la crisis del 2008 ha generado que se adopten otros modelos, aunque del Asia aparezcan construcciones políticas que por eficiencia amenacen a la democracia liberal como la hemos concebido hasta hoy (Ver en Lampadia (L): Bienestar y buenas instituciones, fundamentales, para la democracia) . No así, el manejo económico, el sistema de libre mercado adoptado en Asia y en especial en China, luego del comunismo maoísta, ha probado con creces su capacidad para combatir la pobreza y llevar al desarrollo a las naciones (Ver en L: ¿Crisis china? ¡Miremos al monstruo sin soponcios! e Instalemos un Estado Meritocrático en el Perú).

Lo que viene está aún por definirse, como advierte Ferguson, no hay futuro, sino futuros posibles. Predecir hacia dónde va la humanidad es difícil, pero todo apunta a que Oriente recuperará la supremacía que perdió hace quinientos años.

Por ende, los peruanos haríamos bien en reflexionar en cómo nos moveremos en ese nuevo escenario global. Recordemos las palabras de Ferguson en Chile hace unos meses: “Están ejerciendo su derecho a ser estúpidos”. Definamos si estamos dispuestos a para dar un gran salto adelante: fortaleciendo nuestra economía de mercado, reformando nuestras instituciones e implantando la meritocracia y la Gobernanza en el Estado, combinando algunos de los pilares de occidente con las nuevas fortalezas públicas de oriente, como la meritocracia en el Estado. Lampadia