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The Economist Espresso: Sobre Ucrania e India

The Economist Espresso: Sobre Ucrania e India

Publicado en The Economist Espresso el 02 de febrero del 2014. Traducido por Lampadia.

Divide y conquistarás: Merkel, Obama y Putin

Angela Merkel se reunirá hoy en Washington con Barack Obama, en medio de una semana de urgente diplomacia que puede determinar el futuro de Ucrania. Los delegados a la Conferencia de Seguridad de Munich del fin de semana se rieron abiertamente de Sergei Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, mientras que el insistía vehementemente que Rusia no había invadido a su vecino y que el Occidente diseñó el “golpe de Estado” en Kiev el año pasado. El miércoles, Angela Merkel y François Hollande, presidente de Francia, se reunirán a discutir un nuevo plan de paz con Vladimir Putin y Petro Poroshenko, de Ucrania, en Minsk. Hoy, Obama y ella debatirán sobre el posible suministro de armamento al gobierno del Presidente Poroshenko – una idea que Merkel rechaza pero que los políticos estadounidenses de alto nivel apoyan. Los ucranianos temen que la apropiación de tierras del Kremlin sea ratificado por un apresurado acuerdo internacional. Los líderes europeos temen una conflagración más amplia; mientras que algunos estadounidenses creen que se podría llegar a un apaciguamiento. Dado que la división del Oeste es uno de los objetivos estratégicos de Putin, sin duda ve tal desacuerdo como una victoria en sí misma.

La economía de la India: arreglando el velocímetro

India ha sido una luz entre los mercados emergentes; las cifras del PBI publicados hoy darán una idea de cuan brillante. India importa el 80% del petróleo que utiliza y, por lo tanto, se ha visto beneficiada por los precios más bajos. Su gobierno pro-reforma tiene un mandato saludable. Los extranjeros siguen siendo compradores entusiastas de sus activos: el mercado de valores de la India y su moneda han superado a sus pares. El FMI prevé que la economía de la India pronto estará creciendo más rápido que la de China. Sin embargo, nadie está muy seguro de cuán rápido está creciendo ahora. La oficina nacional de estadística ha actualizado recientemente el año de referencia con el cual se calcula el PBI y se actualizó el crecimiento para 2013-14 (de abril a marzo) de 5.1% a 6.9%, un número que se encuentra en desacuerdo con otros indicadores más débiles. Hoy se dio a conocer una estimación para 2014-15: los meteorólogos habían previsto un crecimiento de alrededor del 5.5%, pero las revisiones de los datos del año pasado sugieren que ahora la cifra podría ser aún mayor.




Los mercados emergentes luchan por frenar el declive de sus monedas

Los mercados emergentes luchan por frenar el declive de sus monedas

Los bancos centrales desde Indonesia a Brasil están intensificando sus esfuerzos por combatir las precipitadas caídas en sus monedas y proteger sus vulnerables economías, conforme los inversionistas retiran dinero de los mercados emergentes.

El creciente papel que las autoridades de políticas monetarias están ejerciendo en el mercado cambiario aumenta la incertidumbre en los mercados financieros, que ya están teniendo dificultades para asimilar un crecimiento económico volátil y el posible fin de las políticas de estímulo de la Reserva Federal.

El jueves, el banco central de Turquía subastó US$350 millones de sus reservas, cumpliendo así su promesa de realizar ventas diarias para apuntalar la lira. El banco central de Brasil dijo que subastaría US$500 millones en swaps cuatro días a la semana hasta fin de año. Se prevé que el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, anuncie hoy un “paquete de medidas” para estabilizar la economía.

De estos tres, sólo Brasil ha frenado la depreciación de su moneda, y el real cotiza 0,6% al alza, en 2,4359 frente al dólar, saliendo así de un mínimo de cuatro años. La rupia indonesia se disparó por encima de 11.000 por dólar por primera vez en cuatro años, mientras que la lira turca cayó a un mínimo de 1,9972 frente al dólar, cerrando 0,7% a la baja el jueves.

Las rápidas devaluaciones de estas y otras monedas son síntomas de una retirada generalizada de los mercados emergentes, que ha provocado un colapso de los precios de las acciones y los bonos en todo el mundo en desarrollo. Los inversionistas se están desprendiendo de activos que impulsaron los mercados desde la crisis financiera, a medida que las economías desarrolladas repuntan y la expansión de muchas economías emergentes se estanca. Se espera que este giro llegue a un punto crítico tan pronto como septiembre, cuando la Reserva Federal de EE.UU. podría dictaminar que la economía estadounidense se encuentra suficientemente saludable para comenzar a reducir el programa de ayuda que ha inyectado dinero barato al sistema global financiero durante cuatro años.

La publicación el miércoles de las minutas de la última reunión de la Fed no logró cambiar mucho las expectativas de los inversionistas. Las acciones de los mercados emergentes volvieron a hundirse el jueves. El índice compuesto PSE de Filipinas descendió 6% después de que los mercados abrieron por primera vez desde el pasado viernes. La bolsa de Indonesia cayó 9% esta semana y la de Turquía 8%.

Conforme el dinero vuelve a fluir hacia las economías ricas, los países en desarrollo enfrentan la interrogante de cómo seguir financiando su crecimiento económico y pagar sus deudas. Una moneda más débil puede ayudar en ese frente, al estimular las exportaciones. Pero también puede provocar inflación, que ya es considerada demasiado alta en países como Brasil e India.

Algunos países ya han quemado muchas de sus reservas en moneda extranjera con pocos resultados. Turquía ha gastado 15% de sus reservas este año, mientras que las de Indonesia han caído 24% desde su punto máximo. Las reservas en 21 economías emergentes monitoreadas por Nomura han disminuido en US$153.000 millones desde su cúspide del segundo trimestre, lo que implica un nivel de gasto que no se había visto desde 2008, señaló el banco.

Los inversionistas dicen que los bancos centrales han tenido más éxito moderando las grandes oscilaciones de las divisas que intentando lograr un determinado tipo de cambio. “No todos los bancos centrales están intentando defender y fortalecer sus monedas activamente”, apuntó Yacov Arnopolin, un gestor de portafolio de deuda de mercados emergentes en Goldman Sachs GS -0.70% Asset Management, que gestiona US$849.000 millones. “Hay bancos centrales que quieren reducir la volatilidad”.

Arnopolin está apostando que el dólar se fortalecerá frente a la mayoría de las monedas en mercados emergentes.

Los bancos centrales aún tienen algunas herramientas disponibles, indican los inversionistas. El de Turquía es uno de los pocos que elevó las tasas de interés esta semana y la mayoría ha evitado imponer controles de capital, restricciones que hacen que sea más difícil sacar efectivo del país.

Ambas medidas tienen sus desventajas. Los controles de capital pueden causar enormes fugas cuando son levantados. Las alzas en las tasas de interés pueden poner trabas al crecimiento. Pero la mera amenaza de cualquiera de estas medidas puede ser eficaz, señalaron los inversionistas.

Algunos gestores de fondos ven la oportunidad de volver a invertir en activos de mercados emergentes, que han experimentando muchas ventas, con lo que apuestan que las autoridades monetarias tendrán más éxito cuando se estabilicen los mercados.

Aun así, los expertos dicen que, mientras la Fed no dé el siguiente paso, la trayectoria para la mayoría de las divisas de los mercados emergentes es aún más baja, independientemente de lo que intenten hacer los bancos centrales.

—Katie Martin, Jake Lee y Chiara Albanese contribuyeron a este artículo.

Publicado por The Wall Street Journal, El Comercio, 23 de agosto del 2013




Las fuerzas que azotan a los países emergentes

Las fuerzas que azotan a los países emergentes

Países desde Turquía hasta Brasil y China acusan los golpes asestados por una combinación brutal de acontecimientos: la desaceleración de sus economías, la salida de capitales, un derrumbe en los precios de las materias primas y manifestaciones políticas. Todo esto sirve como recordatorio de que no siempre es fácil ganar dinero en los mercados emergentes.

El retiro de fondos de los mercados emergentes se ha acelerado en el último mes, en medio de las expectativas de algunos inversionistas de que los días del crédito fácil a nivel global están llegando a su fin conforme la economía de EE.UU. se recupera.

A su vez, una escasez de liquidez orquestada por el banco central chino se ha sumado a las preocupaciones de una mayor desaceleración de la segunda economía del mundo, lo que ha repercutido en otros países. Por si esto fuera poco, las débiles cifras de producción industrial difundidas el lunes acentuaron las dudas acerca del desempeño de China.

Los inversionistas han retirado US$12.000 millones de los US$100.000 millones en activos de fondos mutuos dedicados a los bonos de los mercados emergentes en las últimas cinco semanas, la mayor salida ininterrumpida de capitales desde 2009, según el proveedor de datos EPFR. “En abril, los mercados emergentes eran lo mejor que había ocurrido desde la invención de las rebanadas de pan. Hace dos semanas eran tóxicos”, dice Jan Dehn, director de estudios de Ashmore Investment Management, una firma de inversiones especializada en países emergentes que gestiona unos US$77.700 millones en activos.

El giro no podría ser más pronunciado para estos países, cuyo crecimiento ayudó a compensar la debilidad de Estados Unidos y Europa durante la crisis financiera. En su búsqueda por obtener retornos más altos, los inversionistas privilegiaron las economías emergentes en los últimos cuatro años.

Los ingresos de capitales privados a los mercados emergentes ascendieron a US$4,2 billones (millones de millones) entre 2009 a 2012, más que todo el dinero invertido en la Bolsa de Valores de Tokio, según el Instituto de Finanzas Internacionales, un grupo que representa a la banca.

Aunque las salidas de capital no han alcanzado los niveles vistos durante la crisis financiera de 2008, se prevé que continúen conforme el ánimo se deteriora.

“Todos los mercados, todo cayó”, señaló el sábado Aliko Dangote, el magnate nigeriano del cemento y el empresario más acaudalado de África, mientras esperaba un discurso de Barack Obama en Soweto, en las afueras de Johannesburgo. “En estos momentos, el dinero no tiene fronteras”.

La ola de ventas en los mercados emergentes ha evocado otros episodios de pánico en los mercados, cuando un alza en las tasas de interés estadounidenses tuvo serias repercusiones en otros países. La crisis mexicana de 1994 y la crisis asiática que se inició en 1997 son dos ejemplos.

En todo caso, pocos predicen que los actuales problemas se transformarán en una nueva crisis global. Los mercados emergentes están, con pocas excepciones, en mejor pie para soportar los embates económicos. Cuentan con amplias reservas a su disposición y tienen menos deuda denominada en moneda extranjera, un ingrediente clave que agravó la crisis asiática.

Aunque los niveles de endeudamiento han aumentado en los últimos años, especialmente en Asia, los bancos de los mercados emergentes están bien capitalizados y los gobiernos tienen deudas manejables, lo que les otorga la capacidad de aumentar el gasto fiscal para estimular sus economías en caso de ser necesario.

Las economías emergentes crecerán en torno a 4% en el segundo trimestre, su menor nivel desde 2009 y una cifra muy inferior a la expansión promedio de 7% de la última década, según la consultora londinense Capital Economics.

China, que había impulsado el crecimiento en muchas de estas economías, ahora se ha vuelto una carga.

El banco central emprendió una campaña para erradicar lo que considera como préstamos peligrosos en semanas recientes. La ofensiva elevó las tasas de interés a corto plazo, lo que apunta a una mayor desaceleración del crecimiento. La Bolsa de Valores de Shanghái alcanzó su nivel más bajo desde 2009.

Economistas como Hongbin Qu,de HSBC, que en su momento fueron optimistas, ahora estiman que China podría crecer apenas 7,4% este año y el próximo, un cambio significativo frente a la última década, cuando el país a menudo crecía 10% o más.

El enfriamiento de China ha tenido repercusiones globales, afectando tanto a compañías de equipos mineros como a proveedores de materias primas, como productores de cobre en Chile y mineros del carbón en Indonesia.

China, por ejemplo, es el mayor socio comercial de Brasil y las caídas en los precios del mineral de hierro y el petróleo han contribuido al crecimiento anémico de la mayor economía de América Latina. La bolsa de valores brasileña acumula un descenso de 22% este año, que se ha visto exacerbado por un declive de casi 10% en el valor del real. Los brasileños han salido a las calles en semanas recientes para protestar contra el alza de los costos en una economía débil.

Mientras tanto, la desaceleración de la economía de India coincide con el estancamiento de las reformas. Un brote inflacionario y un creciente déficit de cuenta corriente han obstaculizado el crecimiento. La moneda del país, la rupia, alcanzó en junio un mínimo histórico frente al dólar.

En Turquía, que se ha visto afectada por la debilidad de la economía europea, los mercados fueron duramente golpeados por los temores de que la FED pondrá fin pronto a sus programas de estímulo. A ello hay que añadir los disturbios políticos que se produjeron a raíz de un polémico plan para demoler un parque ubicado en el centro de Estambul. La Bolsa de Estambul descendió 11% en el primer trimestre, mientras que el dólar se fortaleció 9% contra la lira durante el mismo lapso.

En tanto, Sudáfrica está sufriendo las consecuencias de huelgas y la debilidad en los precios del oro. El rand ha perdido 20% de su valor frente al dólar este año, alimentando un problema de inflación y perjudicando la capacidad del banco central para recortar las tasas de interés.

—Mathew Cowley, en São Paulo, y Prabha Natarajan, en Nueva York, contribuyeron a este artículo.

Publicado por The Wall Street Journal Americas, El Comercio, 3 de julio de 2013