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Haciendo más consecuentes las inversiones éticas

Los estándares o criterios sociales, ambientales y de gobierno (por sus siglas en inglés ESG) han permitido articular a las empresas en torno a las tendencias y compromisos globales como el cuidado del medio ambiente o la promoción de la ética. Hoy en día, estos estándares están presentes en el ámbito de las inversiones a través de índices bursátiles como el índice universal MSCI de ESG o los índices de sostenibilidad del Dow Jones. Así, los rendimientos de estos índices son los principales referentes de la llamada “inversión ética”.

Al respecto, un reciente artículo de The Economist ha puesto en evidencia ciertas desventajas que estos índices otorgan a diversos países, en particular, a economías emergentes puesto que comprometen su atractivo de inversión y por ende, sus oportunidades de crecimiento. Peor aún, esto también genera que dichos países tampoco se desarrollen en los ámbitos ambiental, social y de gobierno, generándose un círculo vicioso.

Como bien señala el profesor Robertson, citado en el mencionado artículo, si bien la inversión ética permite prevenir que las inversiones se dirijan hacia países con tendencias autoritarias (como Arabia Saudita), genera “un sesgo de los flujos de capital hacia las partes más privilegiadas del mundo”. Ello porque los países emergentes tienen poco peso en los índices ESG, al ser relativamente menos éticos que países como Suecia o Finlandia. Esto finalmente compromete fuertemente el volumen de dinero involucrado en las inversiones hacia los países emergentes y por ende sus oportunidades de inversión y de crecimiento se ven perjudicadas.

Ante ello, el Prof. Robertson propone una medida más objetiva para la inversión ética, que permite otorgarle un mayor beneficio a los mercados emergentes más cercanos a niveles de institucionalidad adecuados u óptimos: el PBI per cápita.

En el caso del Perú por ejemplo, si solo usáramos una medida que resumiese los criterios ESG para evaluar su potencial de inversión, la precariedad institucional, que ha sido puesta en evidencia en los últimos años por los recientes escándalos de corrupción, sería suficiente para descalificarlo de las grandes ligas. Sin embargo, si complementáramos esta medida con el PBI per cápita probablemente tendría una calificación mucho más competitiva, dado el crecimiento sin precedentes que ha tenido en los últimos 25 años. Este mismo análisis podría aplicarse a muchos países en la misma situación, que por las faltas éticas de unos cuantos “inescrupulosos”, ven restringido el ingreso de flujos de capitales de largo plazo. Lampadia

Inversiones éticas
¿Las inversiones éticas alejan el capital de quienes más lo necesitan?

Los inversores éticos están empezando a tomar en cuenta el nivel de ingresos de un país

Edición impresa | Finanzas y economía
THE ECONOMIST, Oct 27 2018
Traducido y glosado por Lampadia

¿Qué quiere decir ESG? Para la mayoría de las personas se refiere a los estándares ambientales, sociales y de gobierno que guían a un número creciente de inversores éticos. Pero Charlie Robertson, de Renaissance Capital, un banco de inversión, indica que ESG corre el riesgo de convertirse en un código para otra cosa: una excusa para que los inversores depositen todo su dinero en Escandinavia.

Los paraísos prósperos tienen una alta calificación ESG, según los criterios que emplean los inversores. Por el contrario, las economías emergentes que le interesan al señor Robertson lo hacen mal. A menudo son sucias y corruptas, al menos en comparación con Suecia. Sus compañías más líquidas tienden a ser campeonas nacionales o conglomerados en expansión que descuidan a los accionistas minoritarios y se involucran de cualquier manera con sus gobiernos. A menudo, los mercados soberanos emergentes incumplen su deber de proteger los derechos humanos. Arabia Saudita, por ejemplo, ingresará en el índice MSCI de acciones de mercados emergentes en junio. Eso obligará a muchos inversionistas a invertir fondos en el reino, sin importar lo que piensen de sus gobernantes.

La inversión impulsada éticamente puede evitar tal desagrado. Pero una adhesión ciega a los criterios de ESG, argumenta Robertson, podría sesgar los flujos de capital hacia las partes más privilegiadas del mundo. Eso haría más difícil que las economías más pobres escapen de la pobreza, un fracaso que, a su vez, podría inhibir su progreso en asuntos verdes, de gobernanza y de justicia social.

¿Están justificados los temores del señor Robertson? Los mercados emergentes tienen menos peso en los índices bursátiles y de bonos que incorporan criterios éticos. El índice universal MSCI de ESG, por ejemplo, otorga a las acciones de los mercados emergentes solo un peso de 9%. Eso se compara con el 11% en el convencional índice global de capital. La brecha puede no sonar grande. Pero significa un 18% menos de dinero de cualquier inversor siguiendo el índice ético en lugar del amoral.

Robertson sostiene que, en cambio, los inversores éticos deberían adoptar un tipo de relativismo económico, juzgando a los países en relación a su PBI per cápita. Su equipo considera que Chile, Indonesia y Polonia son inusualmente virtuosos dada su etapa de desarrollo. (En contraste, Estados Unidos parece algo poco ético dada su riqueza). O los inversionistas podrían recompensar a las naciones más mejoradas en lugar de a las altamente calificadas. Eso favorecería a los mercados emergentes con espacio para mejorar sobre países más cercanos a la perfección moral.

El señor Robertson puede estar abriendo una puerta. Muchos inversores de ESG administran fondos que se dedican a mercados maduros o emergentes, en lugar de a ambos. Es decir, están juzgando implícitamente a los países y empresas en relación con sus pares. El índice MSCI también analiza la tendencia en los puntajes de ética, así como sus niveles.

El capital extranjero también puede ser sobrevalorado como fuente de crecimiento. Una investigación realizada por Ayhan Kose y Ashley Taylor del Banco Mundial y Eswar Prasad de la Universidad de Cornell sugiere que las economías emergentes se benefician de ello solo después de superar un cierto umbral de calidad institucional.

La mayoría de los grandes mercados emergentes, incluidos Brasil, Rusia, India y China, no alcanzan este umbral. Si los escrúpulos de los inversionistas privan a estas economías de dinero extranjero voluble, puede ser una bendición disfrazada. Lo único peor que una economía sucia, corrupta y mal administrada es una que también está profundamente endeudada con los extranjeros. Lampadia




La economía mundial no está preparada para la próxima recesión

A medida que los mercados financieros reaccionan a las estrictas medidas de la política monetaria estadounidense, se deja entrever que el mundo moderno no está preparado para la próxima recesión.

El año pasado el crecimiento se aceleró en todo el mundo, sin embargo, este año solo EEUU está en auge y recientemente se desplomaron los mercados de valores a nivel mundial ante la preocupación por la desaceleración de su crecimiento y los efectos que ha tenido su estricta política monetaria. La verdad es que a medida que varían las tasas de interés, a los mercados emergentes les resultará más difícil pagar las deudas en dólares, lo que podría tener consecuencias negativas en las economías avanzadas.

Según The Economist, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las economías avanzadas, poniendo en problemas a los mercados emergentes, dado que estos representan el 59% de la producción mundial.

Lo positivo de esta situación es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la última crisis. Si bien es poco probable que ocurra algo tan grave como la crisis del 2008, The Economist afirma que muchas economías “no están preparadas para enfrentar incluso una recesión leve. (…) Los bancos centrales no tienen mucho espacio para recortar las tasas de interés y los políticos pueden rechazar la política monetaria no convencional, el gasto deficitario o la acción internacional coordinada. El momento de prepararse es ahora.”

Ver líneas abajo el artículo de The Economist donde evalúa la capacidad de enfrentar otra recesión:

La próxima recesión
La economía mundial

Políticas tóxicas y bancos centrales restringidos podrían hacer difícil escapar de una próxima recesión

The Economist
11 de octubre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Hace apenas un año, el mundo disfrutaba de una aceleración económica sincronizada. En 2017, el crecimiento aumentó en todas las grandes economías avanzadas (excepto Gran Bretaña), y en la mayoría de las emergentes. El comercio global estaba en alza y EEUU estaba en auge; la caída de China en deflación había sido sofocada; incluso la zona euro estaba prosperando. En 2018 la historia es muy diferente. Esta semana, los mercados bursátiles se desplomaron en todo el mundo cuando los inversores se preocuparon, por segunda vez este año, por la desaceleración del crecimiento y los efectos de una política monetaria estadounidense más estricta. Esos temores están bien fundados.

El problema de la economía mundial en 2018 ha sido un impulso desigual. En EEUU, los recortes de impuestos del presidente Donald Trump han ayudado a elevar el crecimiento trimestral anualizado por encima del 4%. El desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde 1969. Sin embargo, el FMI cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las demás grandes economías avanzadas. Y los mercados emergentes están en problemas.

Esta divergencia entre Estados Unidos y el resto también implica políticas monetarias divergentes. La Reserva Federal ha elevado las tasas de interés ocho veces desde diciembre de 2015. El Banco Central Europeo (BCE) todavía está muy lejos de su primer aumento. En Japón las tasas son negativas. China, el principal objetivo de la guerra comercial de Trump, relajó la política monetaria esta semana en respuesta a un debilitamiento de la economía. Cuando las tasas de interés suben en Estados Unidos, pero en ninguna otra parte, el dólar se fortalece. Eso hace que sea más difícil para los mercados emergentes pagar sus deudas en dólares. Un dólar estadounidense en alza ya ha ayudado a impulsar a Argentina y Turquía a problemas; esta semana, Pakistán le solicitó al FMI un rescate.

Los mercados emergentes representan el 59% de la producción mundial (medida por el poder de compra), desde un 43% más de hace dos décadas, cuando se desató la crisis financiera asiática. Sus problemas pronto podrían volver a las costas de Estados Unidos, justo cuando el auge doméstico del Tío Sam comienza a desvanecerse. El resto del mundo también podría estar en peor estado para entonces, si las dificultades presupuestarias de Italia no disminuyen o China sufre una fuerte desaceleración.

Quitando el piso

La buena noticia es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la crisis. La posibilidad de una recesión tan severa como la que golpeó entonces es baja. Los mercados emergentes están causando pérdidas a los inversionistas, pero en general, sus economías reales parecen estar aguantando. La guerra comercial aún tiene que causar un daño grave, incluso en China. Si el auge de Estados Unidos da paso a una recesión superficial a medida que el estímulo fiscal disminuye y las tasas aumentan, eso no sería inusual después de una década de crecimiento.

Sin embargo, aquí es donde entran las malas noticias. El mundo rico en particular está mal preparado para enfrentar incluso una recesión leve. Esto se debe en parte a que el arsenal de políticas aún está agotado de la lucha contra la última desaceleración. En el último medio siglo, la Fed típicamente redujo las tasas de interés en aproximadamente cinco puntos porcentuales en una recesión. Hoy tiene menos de la mitad de esa capacidad antes de llegar a cero; la zona euro y Japón no tienen espacio en absoluto.

Los formuladores de políticas tienen otras opciones, por supuesto. Los bancos centrales podrían usar la política ahora familiar de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), la compra de valores con reservas de bancos centrales recién creadas. La eficacia de la QE se debate, pero si eso no funciona, podrían probar enfoques más radicales y no probados, como dar dinero directamente a las personas. Los gobiernos también pueden aumentar el gasto. Incluso los países con grandes cargas de deuda pueden beneficiarse del estímulo fiscal durante las recesiones.

La pregunta es si el uso de estas armas es políticamente aceptable. Los bancos centrales entrarán en la próxima recesión con balances que ya están hinchados por estándares históricos; la Fed vale el 20% del PIB. Los opositores de QE dicen que distorsiona los mercados e infla burbujas de activos, entre otras cosas. No importa que estos puntos de vista estén en gran parte equivocados; nuevos combates de QE atraerían un escrutinio aún más cercano que la última vez. Las restricciones son particularmente estrictas en la zona del euro, donde el BCE está limitado a comprar el 33% de la deuda pública de cualquier país.

Techo del gasto

El estímulo fiscal también atraería oposición política, independientemente de los argumentos económicos. La zona euro es de nuevo el caso más preocupante, aunque solo sea porque los alemanes y otros europeos del norte temen que se queden con deudas impagas si un país no cumple. Sus restricciones sobre los préstamos están diseñadas para restringir el despojo, pero también reducen el potencial de estímulo. América está más dispuesta a gastar, pero recientemente ha aumentado su déficit a más del 4% del PBI con una economía que ya está en alza. Si necesita ampliar aún más el déficit para contrarrestar una recesión, espere una pelea política.

La política es un obstáculo aún mayor para la acción internacional. Se necesitaba una cooperación transfronteriza sin precedentes para defenderse de la crisis en 2008. Pero el auge de los populistas complicará la tarea de trabajar juntos. Las líneas de canje de la Reserva Federal con otros bancos centrales, que les permiten pedir prestados dólares a Estados Unidos, podrían ser un punto crítico. Y la caída de las monedas puede alimentar las tensiones comerciales. Esta semana, Steve Mnuchin, el secretario del Tesoro, advirtió a China contra las “devaluaciones competitivas”. La creencia de Trump en el daño causado por los déficits comerciales se confunde cuando el crecimiento es fuerte. Pero cuando la demanda es corta, el proteccionismo es una forma más tentadora de estimular la economía.

Una acción oportuna podría evitar algunos de estos peligros. Los bancos centrales podrían tener nuevos objetivos que dificulten la oposición a la acción durante y después de una crisis. Si establecieron un compromiso con anticipación para recuperar el terreno perdido cuando baje la inflación o cuando el crecimiento sea decepcionante, las expectativas de un auge de recuperación podrían proporcionar un estímulo automático en cualquier recesión. Alternativamente, elevar la meta de inflación hoy podría con el tiempo elevar las tasas de interés, dando más espacio para los recortes de tasas. El estímulo fiscal futuro podría incorporarse ahora al aumentar la potencia de los “estabilizadores automáticos”, que se basan en el seguro de desempleo, por ejemplo, que aumenta a medida que las economías caen. La zona euro podría relajar sus reglas fiscales para permitir más estímulos.

La acción preventiva exige la iniciativa de los políticos, que está claramente ausente. La volatilidad del mercado de esta semana sugiere que el tiempo podría ser corto. El mundo debería comenzar a prepararse ahora para la próxima recesión, mientras aún pueda. Lampadia




El acero en la mira mundial

La industria del acero ha pasado últimamente, por altos y bajos. Actualmente, las perspectivas para la economía global son en su mayoría positivas. Los países y las empresas se vuelven cada vez más interdependientes a través del comercio, la inversión y los sistemas financieros en todo el mundo. Los factores específicos que están impulsando la globalización del sector siderúrgico incluyen la capacidad excedente, la consolidación en los segmentos de proveedores y clientes, el aumento de los flujos de comercio mundial, el cambio de las curvas de costos en las regiones, la volatilidad en la moneda, los precios de los productos básicos y los márgenes.

Algo de contexto

A pesar de que la industria siderúrgica alcanzó su punto máximo de demanda en 2013, la inercia de la inversión de capital hizo que se continúe incrementando la producción de acero hasta 2016, lo cual llevó a una sobreproducción de acero por parte de demasiadas plantas, coincidiendo con el debilitamiento de la demanda.

China ha venido produciendo más acero cada año. En consecuencia, casi la mitad del acero del mundo se fabrica ahora en China. Las altas tasas de sobreproducción, combinadas con los volátiles precios de las materias primas, se suman a la lucha de las siderúrgicas para obtener buenos márgenes de ganancia.

A nivel mundial, el exceso de capacidad de producción de acero alcanzó aproximadamente 375 millones de toneladas métricas por año (MTPA) en 2016. Sin embargo, la desaceleración en China tomó a la mayoría por sorpresa. China tomó acciones para reducir la sobreproducción que amenazaba la oferta y los precios mundiales, sin que se llegara a balancear el mercado.

Ahora se proyecta que el excedente descenderá a alrededor de 300 MTPA hacia el final de la década, con una capacidad de producción total que se estabilizaría en 2,200 millones de toneladas métricas para 2020.

Mejoras en el 2018

Las medidas de China han ayudado a que la expectativa de la demanda se recupere lentamente, un 0.8 % anual en promedio desde 2016 hasta 2025. Además, se espera que la utilización promedio de planta mejore gradualmente, pero se mantenga por debajo del 76 % (llegó a ser de 83 % hace 10 años).

La industria enfrenta una década volátil, pero con algunas mejoras. Con el creciente enfoque en las infraestructuras y el desarrollo, se espera que el uso mundial del acero aumente en los próximos años. Sin embargo, hay algunas incertidumbres en la tasa de crecimiento en las economías emergentes debido a problemas estructurales no resueltos, inestabilidad política y mercados financieros volátiles. La mayoría del aumento de la demanda se cubrirá con materias primas primarias (carbón y mineral de hierro). En los próximos años, el aumento de la urbanización en los mercados emergentes y la renovación de las infraestructuras en los mercados desarrollados deberían significar que el consumo de acero seguirá creciendo de manera constante. La gran pregunta para los fabricantes de acero es si podrían satisfacer la creciente demanda, especialmente de las economías emergentes en el largo plazo.

¿Cómo debe adaptarse esta industria?

Para sobrevivir, y de hecho prosperar, en un sector en constante transición, las siderúrgicas también necesitan transformarse. La globalización ya no es una cuestión de elección; el éxito a largo plazo de las empresas del acero depende de ello. Las empresas que se sumen a la próxima ola de crecimiento serán aquellas que comprendan las tendencias y refinen sus estrategias, modelos de negocios y carteras de acuerdo con una mentalidad verdaderamente global. Los productores de acero deben encontrar el equilibrio correcto entre la comoditización y especialización.

Si bien China maneja el exceso de capacidad, esta es la oportunidad perfecta para que las siderúrgicas de otras regiones que eliminen las ineficiencias y creen economías de escala a través de la consolidación. EEUU y Europa han intentado estar en sintonía con la demanda local. Los gobiernos pueden desempeñar un rol facilitador al alinear sus programas de seguridad social y aliviar el costo potencial del cierre de las capacidades.

Además, las siderúrgicas se están enfocando en estrategias innovadoras de crecimiento, explorando el acceso a áreas de mayor demanda, independientemente de la ubicación. Las siderúrgicas buscarán economías de escala, sinergias globales, carteras de productos más amplias y una mayor cadena de valor. Con sus sectores de uso final operando cada vez más desde plataformas globales, los proveedores de acero buscarán seguir a sus clientes con productos especializados para aprovechar la I + D y extender el ciclo de vida de los productos.

A medida que aumente la concentración del mercado, las siderúrgicas tendrán una mayor disciplina en la fijación de precios, una mejor utilización de capacidades y un poder de mercado mejorado; con clientes, proveedores y proveedores de capital, manteniéndose y creciendo de manera rentable.

Las siderúrgicas que se acomoden a la realidad de la globalización, mientras se equilibran con la especialización, emergerán como líderes sectoriales a largo plazo. Lampadia




El mundo nos ofrece otra oportunidad para crecer

El mundo nos ofrece otra oportunidad para crecer

El Perú fue uno de los países que mejor aprovechó el llamado ‘súper-ciclo de los commodities’, para alentar la inversión privada y el crecimiento económico. Esto se dio gracias a las reformas económicas de los años 90, particularmente, a la Constitución de 1993, que permitió el retorno de la inversión privada, después del apagón productivo de treinta años, iniciado por la dictadura militar estatista.

El aumento de la inversión privada, que junto con la inversión pública (20%), llegó a superar el 28% anual de inversión sobre el PBI (unos US$ 55,000 millones), generó un incuestionable ciclo virtuoso. Este incluyó una importantísima reducción de la pobreza, disminución de la desigualdad, crecimiento del empleo e ingresos en las regiones, mejora de los indicadores sociales, como mortalidad infantil, mejora de los ingresos rurales, mejora del riesgo país, aumento de la productividad, etc., etc.  Ver en Lampadia: Cifras de la Prosperidad. El reconocimiento de los avances económicos y sociales, no implica desconocer el déficit de avance institucional, que lamentablemente, no adquirió el mismo ritmo.

Desde los años 90 hasta el 2011, en que se produce un grave punto de inflexión, con la elección del gobierno del nacionalismo, el clima de inversión fue positivo y los proyectos de sucedían unos tras otros. No solo se desarrollaron grandes proyectos mineros, también se desarrollaron proyectos energéticos y de infraestructuras en puertos, aeropuertos, carreteras y comunicaciones. Se desarrolló la agricultura exportadora, llevando riqueza y formalidad al campo. Se recuperó el turismo. Las ciudades fueron transformadas con el desarrollo de múltiples centros comerciales e incontables proyectos inmobiliarios. Muy rápidamente, el Perú pasó de ser un ‘Estado Fallido’ (1990), a una suerte de ‘Estrella Internacional’.

El punto de inflexión del 2011 coincidió con la caída de los precios de los commodities, aunque no debió explicar la menor inversión, que respondió mayormente a ataques políticos, denominados comúnmente, como conflictos sociales.

Hoy, esta condición de menores precios de commodities, se está superando largamente. Ver en el siguiente gráfico, una estructura mágica, que muestra el incremento de los precios de nuestras exportaciones, de cobre, zinc y oro, al tiempo, que los precios de nuestras importaciones, se reducen o estabilizan. 

Además, de la mejora de nuestros términos de intercambio, la economía mundial se ha recuperado sustancialmente. Para este año, se espera que el mundo crezca en promedio, un 3.6%, y el conjunto de países emergentes, en 4.6%.

En consecuencia, las condiciones globales son muy buenas para que un país pueda multiplicar sus inversiones, crecer y reducir la pobreza.

Entonces, la pregunta de rigor es:

¿Está el Perú preparado para aprovechar las condiciones globales propicias para la inversión y el crecimiento?

Lamentablemente, parece que no:

  • El gobierno no ha logrado que la población tome conciencia sobre la necesidad de fomentar las inversiones productivas y en infraestructuras
  • No se desarrollado la estrategia adecuada para contrarrestar las actividades de los grupos anti inversión en general, y anti minería en particular
  • La tramitología sigue trabando las inversiones, sometiéndolas a períodos de gestación que las incapacitan
  • Se ha permitido la promulgación de una suerte de espada de Damocles contra la inversión minera, con la norma ‘Arana’ sobre las cabeceras de cuenca
  • El clima político de confrontación entre los partidos PPK y FP, regala la iniciativa a grupos anti inversión
  • El gobierno parece no q1uerer enfrentar decisiones difíciles, y está navegando a un permisivismo que impide se consolide un adecuado clima pro-inversión

Para ilustrar la oportunidad de dar otro gran salto hacia la prosperidad, publicamos a continuación, el despacho de The Economist, sobre los mercados emergentes.

Fuera de las trampas

Los mercados emergentes están funcionando

Después de pocos años, los mercados emergentes se han vuelto más maduros y resilientes, dice Simon Cox. Pero junto con el drama, también se fue parte de su dinamismo.

The Economist
5 de oct de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

 

EN 1875, el Imperio Otomano dejó de pagar la mitad de su deuda externa, víctima de la “primera gran crisis de la deuda del mundo en desarrollo”, según una de las crónicas. Sus acreedores, liderados por el Imperial Ottoman Bank, obligaron al gran visir del imperio a aceptar una solución humillante. En lugar de esperar a ser reembolsados ​​de los ingresos fiscales, ganaron el derecho de recaudar media docena de impuestos, incluidos los derechos de timbre (un impuesto esencialmente documental que se aplica sobre los documentos públicos y privados) y los impuestos sobre el alcohol. Después de 15 años de coleccionar impuestos, el Imperial Ottoman Bank se sintió lo suficientemente cómodo como para construir impresionantes nuevas oficinas centrales en Estambul, de estilo neo-orientalista por un lado y neoclásico por otro.

Desde mucho antes de que se inventara el término, los mercados emergentes, han proporcionado una rica fuente, tanto de riesgos como de ganancias. La crisis financiera en 1875 fue seguida por muchas otras, incluidasvarias en Turquía. Y al igual que el Imperial Ottoman Bank, los inversores con estómagos fuertes a menudo se han beneficiado más de los mercados emergentes en su peor momento. Los fondos de cobertura que compraron deuda argentina deteriorada por aproximadamente 20 centavos de dólar después de su incumplimiento en 2001 obtuvieron un buen arreglo de su nuevo gobierno el año pasado, tal vez diez veces más que lo que pagaron, según algunas estimaciones.

La historia más reciente de los mercados emergentes también ha sido puesta a prueba duramente. A los pocos días de la victoria electoral de Donald Trump, sus promesas populistas elevaron los rendimientos de los bonos estadounidenses y enviaron el precio de los activos de los mercados emergentes a la inversa. Los socios comerciales hicieron una mueca de dolor en sus tweets que amenazaban a las compañías estadounidenses que planeaban cambiar su producción al exterior. Este “berrinche de Trump” parecía ser el último de una sombría serie de contratiempos para los mercados emergentes. Siguió la precaria devaluación del yuan en 2015 en China, el colapso de los precios del petróleo y del mineral de hierro en 2014 y la “berrinche” de 2013, cuando se hablaba de una ralentización de las compras de activos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. El berrinche de Trump se dio además de los riesgos políticos que surgieron en los mercados emergentes, incluida la invasión rusa de Ucrania, la guerra contra las drogas en Filipinas, un golpe de estado exitoso en Tailandia en 2014 y el fracaso de uno en Turquía en 2016, la eliminación de un presidente impopular en Brasil por un delito fiscal menory la supervivencia de gobernantes asediados en Sudáfrica y Malasia.

Aunque parezca extraño, la presidencia de Trump, un opositor declarado del globalismo, ha coincidido con una recuperación de la globalización. En el primer semestre de este año, el volumen de las exportaciones de los mercados emergentes aumentó un 4.6% sobre el año anterior, el crecimiento más rápido desde 2011. La creciente demanda de chips y sensores de semiconductores elevó las exportaciones de productos electrónicos de Corea del Sur y Malasia; la recuperación del precio del petróleo reforzó a Rusia; y un cambio favorable en el clima benefició a la cosecha de soja y maíz de Brasil.

Las exportaciones más altas han ayudado a elevar el PBI. En el primer semestre de 2017, las cuatro mayores economías emergentes (Brasil, Rusia, India y China, conocidas como BRIC) crecieron simultáneamente por primera vez en tres años. El crecimiento de los mercados emergentes aún no puede igualar el de los años milagrosos de 2003-2006, pero es igualmente amplio. Hasta el momento, 21 de los 24 países del índice de mercados emergentes MSCI, han informado cifras deaumentos del PBI para el segundo trimestre de este año, con respecto al trimestre anterior. Desde 2009, el crecimiento ha sido positivo en todos los miembros que publican números trimestrales.

Esta mejora en el crecimiento de los mercados emergentes ha sido acompañada por un renovado entusiasmo por sus monedas, bonos y acciones (ver cuadro). En agosto, estos países registraron su noveno mes consecutivo de entradas de capital de inversores de cartera, la racha más larga desde 2014, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Un índice de tipos de cambio de mercados emergentes compilado por MSCI ha aumentado un 14% desde su punto máximo en enero de 2016. Ha disfrutado de sus mejores 18 meses desde 2011. Incluso las monedas menos favorecidas como el rublo ruso, el peso mexicano y el yuan chino desafiaron a sus escépticos, fortaleciéndose contra el dólar este año (ver el siguiente cuadro).

El precio de los bonos en dólares de “moneda dura” de los mercados emergentes aumentó en más del 6% en el primer semestre del año, según J.P. Morgan. Y los bonos denominados en sus propias monedas más duras, mejoraron aún más, aumentando en dos dígitos. Pero nada ha sido tan llamativo como sus bolsas de valores. El índice MSCI EM subió por encima de 1,000 en mayo desde menos de 700 en enero de 2016, una ganancia anualizada de alrededor del 33%.

La fuerza del rally pone nerviosas a muchas viejas manos. La historia de los mercados emergentes está llena de inversionistas imprudentes y de prestatarios improvisados. La desilusión de aquellos que se retiran con su dinero, coincide a menudo con la miopía de quienes lo despilfarran. En 1895, por ejemplo, un auge del mercado de valores provocó que un gran banco internacional casi triplique sus préstamos en dos años. El propio gerente del banco vendió acciones mineras sudafricanas como Transvaal Consolidated Land and Exploration Company. Cuando las acciones cayeron, el banco sufrió una corrida, recurriendo al gobierno y sus propietarios de Londres para un rescate. Esta imprudente institución financiera no era otra que el Imperial Ottoman Bank que se había enriquecido con la colección fiscal de unos años antes.

Los pesimistas pueden encontrar una serie de razones para preocuparse, algunas tradicionales, otras más novedosas. Las crisis clásicas de mercados emergentes a menudo comienzan en Washington, DC, cuando la FED eleva las tasas de interés o endurece la política monetaria de otras maneras. Los nervios aumentan si un repunte en la inflación estadounidense empuja a la FED a aumentar las tasas más rápido de lo que el mercado espera. Y para una nueva variación de este viejo tema, los inversionistas pueden preocuparse por la reciente decisión de la FED de comenzar a recortar los activos que compró después de la crisis financiera mundial.

El ciclo de commodities es otra fuente de inestabilidad probada en el tiempo. La reducción a la mitad de los precios del petróleo en el segundo semestre de 2014 causó un gran dolor a Rusia y a otros exportadores de crudo. Por el contrario, el costo del petróleo en los años anteriores a 2014 se sumó a los déficits comerciales crónicos y la subid de la inflación de países como India y Pakistán. La crisis de la deuda latinoamericana en 1982 fue causada por una combinación de un shock de commodities y un shock de la Fed. Los petrodólares ganados por los exportadores del Golfo durante los picos de los precios del petróleo de la década de 1970 fueron depositados en los bancos estadounidenses, que les prestó de manera incauta a los gobiernos latinoamericanos. Estos préstamos se volvieron imposibles de pagar cuando la FED subió las tasas de interés de manera pronunciada en 1979-81.

Los que no tienen

Los países que no están bendecidos con commodities tienen preocupaciones propias. El único recurso natural en muchos mercados emergentes es la mano de obra, pero el modelo de crecimiento basado en la manufactura intensiva en mano de obra ahora enfrenta dos amenazas. Una es la automatización. La creciente versatilidad y facilidad de uso de la tecnología robótica pueden estar erosionando las ventajas de la mano de obra barata, lo que resulta en lo que los economistas llaman “desindustrialización prematura”. Las áreas pobres post-industriales son comunes en economías ricas como EEUU. El temor es que las industrias emergentes se vuelvan obsoletas antes de que su gente se haga rica.

Otra amenaza es el proteccionismo. Las economías emergentes siempre han confiado en el acceso a los mercados más grandes del mundo para sus exportaciones. Pero la administración Trump está dispuesta a reducir los desequilibrios comerciales de Estados Unidos, y se ha vuelto más activa en la imposición de derechos antidumping y otros aranceles a los bienes que considera demasiado baratos. Hasta el momento, ha abierto investigaciones sobre 65 casos potenciales de productos objeto de dumping o subvencionados (desde productos básicos chinos hasta ácido cítrico colombiano), en comparación con 44 en el mismo período de 2016.

Como algunos países se preocupan por exportar al mercado estadounidense, otros se preocupan por importar su política. Tanto en Brasil como en México, los candidatos a las próximas elecciones presidenciales incluyen a vociferantes populistas que sacan fuerzas de la lucha con Trump o reflejan sus provocaciones. Los mercados emergentes tradicionalmente han tenido una fuerte ventaja comparativa en el populismo. Pero ese es otro desequilibrio que Trump parece dispuesto a corregir.

Del examen de cada uno de estos peligros, se puede argumentar que,en los últimos años, las economías emergentes se han vuelto más resilientes, aunque menos vigorosas, perdiendo algo de drama y algo de dinamismo. Eso debería permitir que continúe su recuperación, a pesar de las amenazas que enfrentan.

Muchos inversionistas de los mercados emergentes están “esperando una buena crisis de las antiguas”, dijo Mark Dow, un administrador de dinero y ex economista del FMI, en una entrevista de podcast a fines del año pasado. Según su experiencia, “siempre termina con una explosión… ha sucedido tantas veces que muchas de las viejas manos están condicionadas a creer que tiene que ser así otra vez”.

No es así, pero quedan muchos escépticos. En particular, el hecho de que los mercados emergentes no hayan abordado eficazmente choques anteriores (como el aumento de los precios del petróleo en la década de 1970, una política más restrictiva de la FED en 1979-81 y la gigantesca manufactura china de la década del 2000) han contribuido a que los países de medianos ingresos tengan más probabilidades de convertirse en “atrapados” a medida que se desarrollan, abandonados en algún lugar entre la pobreza y la prosperidad.

Si se descubriera que la “trampa de ingresos medios” es real, se plantearía un problema más grave que nunca. Los países en ese nivel intermedio de desarrollo representan una parte cada vez mayor del PBI mundial y de sus habitantes. La economía global no podría prosperar si una parte tan enorme de su población y su producción se enredaran así.Afortunadamente, como argumenta este artículo, la trampa es un mitoLampadia




Endeudamiento global llega a máximos históricos

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mundo está inmerso en un monto récord de deuda que llega al 225% del PBI global, 152 millones de millones de dólares (trillones en la nomenclatura de EEUU). Dos terceras partes del total, o unos US$ 100 MM (trillones), corresponde al endeudamiento del sector privado.

Fuente: Fiscal Monitor, 2016

La deuda global, tanto pública como privada, alcanzó el 225% de la producción económica global el año pasado, comparado con el 200% en el 2002, señaló el FMI en su nuevo reporte Monitor Fiscal (ver en Lampadia en la sección Documentos).

Aunque los perfiles de deuda varían entre países, el reporte indica que la magnitud del endeudamiento podría establecer el escenario para un desapalancamiento privado sin precedentes que podría frustrar una recuperación económica aún frágil. “El excesivo nivel de endeudamiento privado es un importante obstáculo para la recuperación global y un riesgo para la estabilidad financiera”, dijo en conferencia de prensa el director de asuntos fiscales del FMI, Vitor Gaspar. “Las recesiones de origen financiero son más largas y profundas que las recesiones normales”, agregó.

Fuente: Fiscal Monitor, 2016

El informe menciona que mientras Estados Unidos se ha desendeudado desde la crisis financiera 2008-2009, especialmente en el caso de las familias y de las empresas, el crecimiento de la deuda privada en China y Brasil es una preocupación importante, alimentada en parte por una larga época de tasas de interés bajas.

Además, el World Economic Outlook, otro informe publicado recientemente por el FMI, habla de las contradicciones económicas subyacentes que vienen alimentando toda una serie de crisis económicas. Estas incluyen la desaceleración del comercio mundial y el aumento de medidas proteccionistas, la disputa entre EEUU y la Unión Europea (UE) sobre el pago de impuestos por parte de Apple, la decisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos de imponer una multa de US$ 14 mil millones a Deutsche Bank, la ruptura de las conversaciones patrocinadas por EEUU en torno a la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (Transatlantic Trade and Investment Partnership), y las acusaciones de políticos en Berlín de que EEUU está peleando una “guerra económica”.

Fuente: Fiscal Monitor, 2016

Por su lado, la directora del FMI, Christine Lagarde, está exhortando a que los gobiernos de los  países que integran el organismo y tienen “espacio fiscal”, es decir la capacidad de prestar y gastar más de manera sostenible, lo hagan para apuntalar un crecimiento persistentemente débil.

El contexto actual presenta retos importantes para las finanzas públicas de las economías de la región, especialmente las exportadoras de materias primas. Ante ello, el FMI recomienda que estas economías continúen implementando ordenadamente la consolidación de sus cuentas fiscales de manera que les permita mantener niveles bajos de deuda y preservar los márgenes de maniobra fiscal ante choques externos adversos, sin comprometer los niveles de inversión pública. Agrega que, en las economías con niveles relativamente bajos de deuda, la prioridad de política debe centrarse en reconstituir el espacio fiscal gradualmente, mientras que para los países más endeudados sugiere profundizar la consolidación fiscal.

El caso del Perú

Cabe señalar que la situación fiscal de la economía peruana es similar a la de los países de la región. El Perú registrará uno de los menores niveles de deuda pública entre economías emergentes y economías con similar calificación crediticia. Nuestra deuda pública bruta se ubicará muy por debajo de la mediana de países con calificación crediticia BBB+/A3 (52.7% del PBI), y de nuestros socios de la Alianza del Pacífico (43.3% del PBI). Por su parte, la deuda neta del Perú (restando los activos financieros) será de 9.2% del PBI este año  y se estima que al 2019 alcanzará el 15% del PBI, lo que refleja la solidez de las finanzas públicas.

Fuente: MMM Revisado 2017-2019
Fuente: MMM Revisado 2017-2019

En el Perú, tenemos un manejo fiscal prudente pues la deuda pública no supere el 27.0% del PBI al 2021. Para el año 2016, la proyección de la deuda pública alcanzará el 25.6% del PBI y para el periodo 2017-2019, la proyección de la deuda pública se estabilizará en alrededor de 27% del PBI, según el MMM Revisado 2017-2019.

En general, hemos tenido por muchos años un manejo bastante prudente de las cuentas fiscales. Lo que debería preocuparnos, no es tanto el nivel actual de deuda, sino la tendencia de deterioro acelerado del déficit fiscal (durante el primer trimestre se ubicó en 2.9% del PBI, mayor al 2.1 % registrado en 2015) y que a junio pasado llegó a 3.2% reflejando parte de la irresponsable fiesta con la que terminó su gobierno el nacionalismo. A diferencia de lo que esperaba el nuevo gobierno, la restricción fiscal marcará los límites de manejo del MEF, que ya a tenido que establecer normas restrictivas que permitan llegar a un cierre de año con 3% de déficit. En Lampadia hemos hecho un análisis al respecto: El déficit fiscal y la deuda pública regresan al podio.

Fuente: BCRP  Elaboración: Lampadia

Más allá del desmanejo del último gobierno, nuestra reducida deuda se debe a los efectos virtuosos de la apertura económica y comercial, la disciplina fiscal, las reformas de primera de generación y el nuevo marco constitucional de 1993, que permitieron el regreso de la inversión privada a todas las áreas de la economía haciendo que nuestro PBI se multiplicara casi siete veces desde 1990, reduciendo así el peso de la deuda. Todo esto se tradujo también en la disminución del servicio de deuda, pasando de 22% al 8% del presupuesto público en los últimos diez años. (Ver: De desahuciados a vigorosos).

El sombrío panorama que presenta el FMI sobre el sobreendeudamiento global plantea un mayor riesgo de nuevas crisis y menor capacidad de enfrentarlas. En este contexto, es altamente relevante preguntarse: ¿qué tan fuerte se encuentra la economía peruana para resistir nuevos shocks internacionales? Según Liliana Rojas-Suarez, “la capacidad de una economía de resistir el impacto de un shock externo adverso (la primera dimensión de fortaleza) depende de su posición externa previa al shock… Perú se encuentra entre los países emergentes más fuertes para enfrentar shocks externos y podrá manejar nuevas turbulencias internacionales sin que se produzca una crisis económica o financiera. Sin embargo, su fortaleza ha venido disminuyendo en los últimos años debido a restricciones internas de la economía y esto debe considerarse como una señal de alerta para las autoridades peruanas.” Ver en Lampadia: La importancia y dificultades de crecer alto y sostenido.

Esto se debe a que, aunque el ratio de deuda externa (pública y privada) ha aumentado, las reservas internacionales vienen funcionando como una ‘muralla’ contra shocks externos. La solidez de la balanza de pagos ante eventos negativos en la economía mundial se puede evaluar considerando la posición de las reservas internacionales en relación al saldo de los adeudados externos de corto plazo o a la suma de estos pasivos con el déficit en cuenta corriente. En estos indicadores, la economía peruana cuenta con niveles de respaldo elevados a nivel de la región que se fueron construyendo de manera preventiva en el periodo de influjos de capitales y de altos precios de commodities. Esto significa que Perú puede satisfacer sus necesidades de financiamiento de corto plazo, aún en situación de crisis, lo que le da solidez a su calificación crediticia. 

Fuente: Reporte de Inflación, setiembre 2016
Fuente: Reporte de Inflación, setiembre 2016

Uno de los temas de debate es el referido a la utilización de las reservas fiscales para el impulso de la economía. El Perú tiene colchones fiscales muy importantes que llegan a unos 15 puntos porcentuales sobre el PBI. Además, nuestro nivel de deuda pública es de solo 25.6% del PBI, un nivel sustancialmente bajo en términos históricos y en relación a los indicadores internacionales. Debemos aprovechar este espacio fiscal que tenemos para apuntalar nuestro crecimiento y desarrollo para el beneficio de todos los peruanos, pero esto tiene que hacerse en un escenario de reducción del déficit fiscal y priorizando debidamente la inversión pública. Por ejemplo, es muy lamentable que hoy se tenga que concluir que estamos enganchados en la inversión en la refinería de Talara y que su costo llegará a US$ 6,000 millones (incluyendo IGV). Algo que nunca debió suceder, un proyecto que jamás debió acometerse.

Pero en este análisis no podemos dejar de mencionar que la cura a todas estas restricciones fiscales está en el crecimiento de la economía, que debiera ser la prioridad del gobierno, pues solo con un crecimiento de 7 a 8% anual podemos emprender la tarea de superar la pobreza y darle a nuestra población el estándar de vida que necesitan. Sin embargo, las señales del gobierno en el manejo de la crisis de Las Bambas, no muestran la claridad de objetivos, capacidad de comunicación y el liderazgo político que piden los tiempos y los albores de un gobierno que debería marcar un contraste notorio con la ensalada ideológica que paró la economía peruana en los últimos cinco años. Lampadia

Ver gráficos adicionales:

Fuente: McKinsey Global Institute
Fuente: McKinsey Global Institute



Estamos preparados para una subida de tasas de la FED

La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) prepara una posible subida de tasas. Las señales son cada día más claras y la gran pregunta es si esta vez los mercados emergentes están preparados para resistir el impacto. La última vez que la FED aumentó la tasa en diciembre de 2015, los flujos de capital hacia los mercados emergentes cayeron hasta 45%.

Ahora todas las señales indican que una nueva suba de tasas vendrá después de las elecciones presidenciales estadounidenses, cuando se tenga mayor certeza del panorama político.  ¿Qué ocurrirá entonces si Janet Yellen, presidente de la Reserva Federal, la lleva a un rango de 0.50% a 0.75%?

Fuente: www.activistpost.com

La respuesta parece clara: una subida en las tasas no dañaría a las economías de los mercados emergentes. A diferencia de hace unos años, ahora países emergentes como el Perú están bien preparados para las acciones de la FED, quienes además ya han digerido esta noticia y la ven venir hace varios meses.

El artículo del FMI que glosamos líneas abajo, indica que Tailandia tienen reservas equivalentes a tres veces su deuda externa de corto plazo. Pues el Perú tiene reservas de US$ 61,575 millones que equivalen a 32% del PBI y es 1.7 veces mayores a la deuda total (US$ 36,000 millones, 18% del PBI).

Uno de los miedos más fuertes de un fortalecimiento del dólar inducido por la FED es que causaría un debilitamiento de las divisas locales hace que el pago de la deuda en dólares sea mucho más caro. Pero el Perú ya se viene preparando para un escenario de alza de tasas de la Reserva Federal y, por consiguiente, de mayor volatilidad. Según Alfredo Thorne, “hemos reducido el costo en tasas de interés, hemos reducido el valor de la deuda y hemos tenido una demanda fenomenal, de cerca de S/24,000 millones, para un intercambio de S/10,250 millones”.

Además agregó que, “En intereses es cerca de S/120 millones y en capital, comparándolo con el valor presente neto de la deuda que canjeamos, llega a alrededor de S/80 millones. Hemos retirado US$600 millones de bonos globales [denominados] en dólares. Es una cosa muy difícil, nadie lo está haciendo. La proporción de soles en nuestro endeudamiento ha pasado de 45% a 47%. También hemos reducido los bonos de corto plazo, lo que nos ‘limpia’ la necesidad de amortizar en los próximos años.”

Al cambiar deuda pública en dólares a soles, se busca enfrentar de una manera más sólida una posible alza de tasas de interés en Estados Unidos. De esta manera se reduciría la concentración externa de obligaciones que tiene con organismos multilaterales.

Es importante resaltar que el Perú está en una situación muy especial en comparación al resto de los mercados emergentes. Casi no tenemos deuda, es de tan solo 25% del PBI, mientras que otros países como México o Colombia tienen alrededor del 50%. Además, Thorne recalcó algo esencial: “cuando Brasil perdió el grado de inversión, quedamos muy pocos emisores en la región con esa calificación y somos los que menos deuda tenemos ofertada en el mercado. Los inversionistas quieren que emitamos más, pero no tenemos ningún ánimo de endeudar más al país.”.

Esto nos defiende del otro gran miedo a la subida de las tasas: una fuga de capitales de las naciones emergentes buscando mayores rentabilidades. Sin embargo, desde una perspectiva macroeconómica, la subida de las tasas de interés si afectaría negativamente nuestro proceso de crecimiento, pues reduciría la inversión privada debido al mayor costo de financiamiento; y también al consumo privado, debido al mayor costo de la deuda. Pero al ser el Perú el país más atractivo para inversiones en  la región, podríamos evitar la mayor parte de las consecuencias negativas.

Por lo tanto, nuestra deuda es una de las más apreciadas en la región. Y la región en general se encuentra muy bien preparada para una subida de tasas. Lampadia

Los mercados emergentes están bien preparados para un aumento de la tasa de la FED, afirmaron los banqueros centrales durante el Panel de Discusión del FMI

Publicado por FMI

9 de octubre de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

De izquierda a derecha: el gobernador José Darío Uribe Escobar, el primer gobernador Ksenia Yudaeva, el gobernador Lesetja Kganyago, y el gobernador Veerathai Santiprabhob (Foto: FMI)

• Tailandia y otros han acumulado reservas de divisas

• La sólida economía de EEUU beneficia a los mercados emergentes

• Los tipos de cambio flexibles ayudan a absorber los choques externos

Las economías emergentes están bien preparadas para manejar cualquier consecuencia de un aumento en la tasa de interés de la Reserva Federal (FED), a diferencia de lo ocurrido en 2013, cuando fueron sorprendidos por la volatilidad de la moneda durante la llamada “taper tantrum” (amortiguamiento crónico), según los bancos centrales que participaron en un seminario del FMI.

Países como Tailandia han acumulado grandes reservas de divisas, lo que ayudará a absorber las salidas de capital que podría resultar de un endurecimiento de la política de la FED, señaló el gobernador del Banco Central de Tailandia, Veerathai Santiprabhob. En Tailandia, las reservas de divisas son tres veces más grandes que la deuda externa de corto plazo, dijo.

“Tenemos una reserva suficiente para hacer frente, los flujos de capital volátiles de  corto plazo “, señaló Santiprabhob, en una mesa redonda el 8 de octubre durante las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington DC.

Lo que es más, las proyecciones más recientes de la FED muestran que su objetivo para la tasa de fondos federales es poco probable que aumente mucho más de un rango de 0.25% a 0.5%, afirmó Santiprabhob.  “Creo que el mercado lo ha internalizado tan bien que no espera ver una interrupción importante en los flujos de capital”, dijo.

Una economía fuerte en EEUU

Lesetja Kganyago, el gobernador del Banco Central de Reserva de Sudáfrica, señaló que un aumento del tipo de interés de la FED podría ser positivo para los mercados emergentes, si es visto como un signo de fortaleza económica de Estados Unidos. “Una economía estadounidense fuerte es buena para la economía mundial, nos beneficiaríamos de eso”, señaló.

La llamada “rabieta cónica” del año 2013 se produjo cuando el entonces presidente de la FED, Ben Bernanke, señaló que el banco central estadounidense podría comenzar  pronto a reducir o disminuir sus adquisiciones de bonos, que se habían estado utilizando para parar las tasas de interés de largo plazo. Como resultado, los inversionistas retiraron dinero de los mercados emergentes y compraron activos estadounidenses ante las expectativas de mayores rendimientos, empujando el precio del dólar más arriba.

En la discusión del panel, los bancos centrales concordaron que la FED ha mejorado sus comunicaciones desde 2013, ayudando a preparar a los participantes del mercado sobre cambios en la política de las tasas, como la decisión tomada el pasado diciembre de elevar el objetivo de los fondos federales por primera vez desde 2006.

“En el período previo a la subida de tasas el año pasado, la comunicación era muy clara”, afirmó Kganyago. “Esta vez la comunicación también es muy clara”, agregó en referencia a las expectativas que la FED subirá su tasa de nuevo antes de que finalice el año.

Tipos de cambio flexibles

En términos más generales, los panelistas afirmaron que los bancos centrales de los mercados emergentes han adoptado políticas que han ayudado a sus países a absorber los choques externos, tales como la caída de los precios del petróleo y otras materias primas.

En Sudáfrica, cuando los precios internacionales de los metales extraídos en el país cayeron junto con otras materias primas, la consiguiente disminución en el valor del rand amortiguó el impacto cuando se midió en moneda local, dijo Maurice Obstfeld, Consejero Económico del FMI y Economista Jefe, quien moderó el panel.

La situación era similar en Rusia, que adoptó un tipo de cambio flotante a finales de 2014, dijo Ksenia Yudaeva, primer gobernador adjunto del Banco de Rusia. “Ayudó a que la economía se ajuste muy rápido a este choque”, agregó.

“En Colombia, el Banco Central ha permitido que la moneda flote libremente desde 1999, y se ha aprovechado de los períodos en que el peso se fortaleció para acumular reservas de divisas extranjeras”, dijo gobernador del Banco de la República de Colombia, José Darío Uribe Escobar. También argumentó que la volatilidad en sí mismo no era un problema, especialmente si se asocia con un limitado traspaso a la inflación y a bajas exposiciones en moneda extranjera por los hogares y empresas.

“Al igual que Tailandia, Sudáfrica empezó a acumular reservas de divisas, pero las utiliza para intervenir en los mercados de divisas sólo para suavizar la volatilidad y proporcionar liquidez para operaciones de gran envergadura, y no para dirigir el tipo de cambio”, dijo Kganyago.

Estas políticas han ayudado a los bancos centrales de mercados emergentes a lidiar con  cualquier eventualidad, tales como la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

“Los problemas pueden venir de cualquier dirección. Nuestro trabajo es identificar las perturbaciones potenciales y estar preparados para reaccionar ”, dijo Yudaeva. Lampadia




Caídas del cobre y petróleo superan expectativas

Caídas del cobre y petróleo superan expectativas

Según Larry Summers, ex Secretario del Tesoro de los EEUU y ex Rector de Harvard, “normalmente los mercados son más volátiles hacia finales de año, para calmarse luego, al inicio de un nuevo año. No este año. Los mercados de EEUU y Europa, cerraron de bajada el viernes, después de una semana muy dura, a pesar de un buen reporte del empleo en EEUU. La semana pasada vimos una caída dramática de la bolsa y moneda chinas. El petróleo bajo incluso a la luz de tensiones mayores entre Irán y Arabia Saudita”. Del Financial Times: Oil price to slide towards $20 a barrel, warns Morgan Stanley, Anjli Raval and David Sheppard in London, 11 de enero 2016. 

Pues ayer lunes el proceso se agravó aún más. El petróleo (WTI) bajó a US$ 31.13 por barril y, por diferentes razones, los bancos Morgan Stanley, Goldman Sachs, Citigroup y Bank of America Merrill Lynch, pronosticaron que el precio del petróleo podría bajar hasta US$ 20 por barril. Lo que es peor para el Perú, el cobre rompió la barrera de US$ 2.0 por libra, después de haber encontrado un buen nivel de resistencia a lo largo de las últimas semanas. Ver los siguientes gráficos del Financial Times para ambos commodities durante los últimos tres años: 

Financial Times: Una frenada en China, que lideró el crecimiento de la demanda de petróleo en la última década, ha añadido temores de un menor consumo y una sobre-oferta masiva, incluso después de una caída de su precio de 70% durante los últimos 18 meses. Esto puede llevar a otra ronda de debilidad de los commodities, dice Longson, del Morgan Stanley. “Fuertes temores de un aterrizaje duro de China y de otros mercados emergentes, han sido tomados en cuenta”, añadió Michael Wittner, analista de la Société, el banco francés.

Afortunadamente el oro todavía se resiste a romper la barrera de los US$ 1,000 la onza. Ver el siguiente gráfico del Financial Times de ayer:

Lawrence Summers, en el Financial Times, el 10 de enero 2016, asevera en su artículo: Heed the fears of the financial markets, que los mercados están más volátiles que los fundamentales que pretenden evaluar. “El economista Paul Samuelson dijo bromeando hace 50 años: ‘el mercado de valores ha predicho nueve de las últimas cinco recesiones”.

Agrega Summers: Los mejores ejecutivos manejan sus compañías con un ojo en la rentabilidad de largo plazo, no en el precio diario de sus acciones. Y los hacedores de políticas públicas lo hacen mejor cuando se concentran en fortalecer sus fundamentales económicos, en vez de hacerlo en función de las fluctuaciones diarias de los mercados.

Sin embargo, como los mercados evalúan permanentemente el futuro y agregan los puntos de vista de un inmenso número de participantes, muchas veces dan señales de alarma cuando cambian las condiciones. Los hacedores de políticas que descartan los movimientos del mercado como meras especulaciones, cometen errores graves. Si bien los mercados pueden dar falsas alarmas y no deben ser tomados sin criterio, esencialmente, la sabiduría convencional nunca reconoce la aproximación de tormentas.

Summers: “Las señales deben ser tomadas en serio cuando se mantienen y vienen de muchos mercados. Puede ser concebible que el desarrollo chino refleje sicología de los mercados y pobres reacciones de políticas y, que la respuesta de los mercados globales sea por contagio, pero lo dudo. La contribución de China a la demanda global de commodities bajará”.

“La experiencia sugiere que el mejor indicador de los prospectos futuros de la economía son las decisiones de sus ciudadanos acerca de mantener su capital en el país o exportarlo. La moneda china, el renminbi, está bajo presión porque los chinos estás deseosos de llevar su dinero al exterior. Si no fuera por el uso de reservas del gobierno chino, su moneda habría caído más”.

Dado el tamaño de China y su potencial volatilidad y el poco espacio para medidas monetarias convencionales, el riesgo global para la performance económica de EEUU, Europa y de muchos mercados emergentes, es tan alto como puedo recordar de algún otro momento. Los hacedores de políticas deben esperar lo mejor y planear para lo peor”.

En Lampadia estamos muy atentos a la evolución de los tres precios indicados líneas arriba, los del cobre, oro y petróleo, que configuran de manera muy importante el escenario económico global para el Perú, con largamente más impacto que los movimientos de tasas de interés de la FED (el banco central de EEUU).

Probablemente el impacto más dramático es la rotura de la barrera de los US$ 2.0 por libra del cobre. Lamentablemente, esto puede presagiar mayores dificultades, a las ya existentes para la recuperación de nuestros proyectos mineros. En un escenario más débil de precios, pronto tendremos que considerar, si somos racionales, una revisión completa de las trabas a las inversiones mineras y petroleras. La minería es y seguirá siendo nuestro más importante motor de crecimiento económico, crecimiento al que no podemos renunciar. No olvidemos que un 7% de China equivale a 3.2 veces el PBI anual del Perú y, que por lo tanto, más allá de la coyuntura, debemos apuntar a aprovechar nuestros recursos naturales y generar la alquimia del desarrollo integral. En los últimos años hemos perdido magníficas oportunidades de inversión en importantes proyectos que ahora debieran estar en su fase productiva, generando los recursos que tanta falta nos hacen. Es momento de señalar y denunciar los daños originados por los anti mineros, ya sean los de aquellos ideologizados, los de los acólitos del inconcebible pos-extractivismo o los de los oportunistas de la política barata; así como los de las ciegas y débiles comparsas de la política de turno.  Lampadia    

 

 

 




The Economist: Una mirada a la economía mundial

The Economist: Una mirada a la economía mundial

La última publicación de The Economist habla sobre una crisis de la deuda privada de los mercados emergentes, posiblemente como una ‘tercera etapa’ de las consecuencias de la crisis del 2009.

Brasil y Turquía tienen más probabilidades de encontrarse atrapados en una crisis de deuda, afirma The Economist. Esto se debe a que ambos países tienen una elevada deuda privada y dependen de los ingresos de capital, pero ahora los inversores se están alejando por el alza de las tasas de interés en los EE.UU. Otro mercado emergente es Malasia, el cual cuenta con un superávit de cuenta corriente, pero su deuda de los hogares es tan alta (181% del PBI) que probablemente tendrá el mismo problema. Otros mercados emergentes, como China, Corea del Sur o Singapur, estarían más preparados para afrontar sus deudas, por más altas que sean, ya que son economías fuertes y con un gran flujo de capital en inversiones.

En el caso del Perú, hemos tenido un manejo bastante prudente de las cuentas fiscales, manteniendo un superávit en los últimos años. Por otro lado, las empresas peruanas han empezado a endeudarse más, probablemente aprovechando la flexibilización cuantitativa de EEUU y al boom de inversiones de los últimos años (intentando ponernos al día con los demás países después del apagón productivo y de inversión” que nos “regalaron” nuestros gobiernos durante los años 60, 70 y 80). (Ver en Lampadia: ¡No nos confundamos sobre el crecimiento!)

Según el Banco Central de Reserva, la deuda externa privada es de 17.7% del PBI (la deuda pública neta es considerada “insignificante” por Roberto Abusada). Se viene informando escandalosamente en algunos medios que este monto ha crecido mucho en los últimos años (se ha duplicado en solo 6 años). Sin embargo, es importante aclarar que se mantiene en un monto bastante bajo en proporción al PBI, más aún si se considera que la deuda a corto plazo es de tan solo 2% a setiembre de este año. La ventaja de que la deuda sea mayormente de mediano y largo plazo es que no debería generar presiones sobre los balances de las empresas.

Como se puede observar en el cuadro superior, el total de la deuda privada es de 17.7% + 2.0% de corto plazo. Por lo tanto, no llegamos ni al 20% del PBI. Endeudarse es necesario para que las empresas puedan invertir y crecer. China, la economía emergente más fuerte del mundo, tiene una deuda privada de 200% y Singapur, un país-estado con un crecimiento económico estelar, tiene más de 250%.

Lo más importante para un país es la inversión privada. La inversión privada (entre 80-85% de la inversión total) ha sido uno de los principales motores de nuestro crecimiento de los últimos 15 años. Sus virtudes se expresan en la reducción de la pobreza, la desigualdad y la desnutrición infantil además de un crecimiento sostenido. El Perú tiene una gran reserva productiva en la que se tiene que invertir (y para eso debe endeudarse).

Reducir nuestra deuda, y por ende nuestra inversión, produciría una sensación de frustración y debilitaría la capacidad de disminuir la pobreza. Además, como ya hemos mencionado antes en Lampadia, el costo de oportunidad de reducir un punto el crecimiento es enorme en términos de generación de empleo, impuestos y bienestar. (Ver: Los costos de la desaceleración).

The Economist plantea la situación de una “tercera crisis de deuda” por los país que, contrariamente al Perú, no tienen una base solida y han entrado a una recesión (claro ejemplo es Brasil). Hasta Argentina, con todos sus problemas económicos, podrá evitar una crisis ahora que Mauricio Macri, un político pro-empresa y pro-inversión, ha entrado al poder.

La importancia de esta publicación es entender el estado actual de la coyuntura global y como algunos países sufrirán una crisis para la que no están preparados.

La economía mundial

El mundo está entrando en la tercera etapa de una crisis de deuda, esta vez centrada en los mercados emergentes

Publicado por The Economist el 14 de noviembre de 2015

Traducido y glosado por Lampadia

Cuando llega la tercera película de una franquicia, no sólo se inquieta el público; los propios personajes también suelen quejarse. Es su incapacidad para poner fin a los pecados de los guiones anteriores lo que le da a Al Pacino, Michael Corleone,  la línea más memorable en “El Padrino: Parte III”: ” Justo cuando pensé que estaba fuera… me jalan de nuevo.”

Al igual que con los anti-héroes en secuelas, sucede lo mismo en la crisis de la deuda en el mundo; aparentes conclusiones sólo sirven para establecer la narrativa en nuevas direcciones. Los jefes de familia en Estados Unidos han luchado durante años para pagar el exceso de endeudamiento que obtuvieron durante el auge mundial de los precios de viviendas en la década de 2000. Como consecuencia, la economía ha sufrido un déficit de gasto. Después de 2010, la economía mundial sufrió un segundo golpe cuando llegaron los efectos retardados del auge anterior en una crisis de deuda en la periferia de la zona del euro, la cual en varias instancias amenazó con destruir la unión monetaria.

América ha logrado sobrepasar esta crisis. El gasto de los consumidores está creciendo a un saludable 3% aproximadamente. Los salarios nominales están empezando a aumentar ligeramente en respuesta a un mercado de trabajo más ajustado, permitiéndole a la Reserva Federal poder aumentar las tasas de interés por primera vez desde 2006. Y la deuda familiar parece estar disolviéndose. Lo mismo está sucediendo en Gran Bretaña, que sufrió un boom y una ‘resaca’ bastante parecida a la de EEUU (ver cuadro 1).

Europa fue más lento en manejar su deuda y siempre tiende a quedarse atrás de EEUU y Gran Bretaña en su ciclo económico. No obstante, está teniendo su mejor año de crecimiento desde 2011. Es por estas razones, entre otras, que el FMI pronostica que el PBI mundial va a aumentar a un 3.6% el próximo año; no llega a los niveles vistos en la década de 2000, o cuando los mercados emergentes estaban en auge después de la crisis financiera, pero no está nada mal, teniendo en cuenta la desaceleración que ha comenzado hace unos años en el mundo en desarrollo.

Sin embargo, justo cuando el mundo rico parece sobrepasando su legado de endeudamiento, corre el riesgo de ser arrastrado de nuevo en el fango por una tercera etapa de la crisis de deuda. La deuda que acumularon los mercados emergentes después del boom estadounidense todavía está allí. Ha seguido creciendo aun cuando las economías se han desacelerado y ahora se encuentra ominosamente sobre ellos. En el pasado, el mundo rico tenía el poder para quitarse de encima este tipo de problemas en otros lugares. Pero los mercados emergentes ahora representan la mayor parte de la economía mundial (alrededor del 58%, si los tipos de cambio se miden en paridad de poder adquisitivo). Estos son muy capaces de hundir las recuperaciones del mundo rico, sobre todo si, como en Europa, ya se encuentran más frágiles. Teniendo plenamente en cuenta las consecuencias de la deuda de los mercados emergentes hace que la economía mundial se vea mucho menos segura.

Los pesos de las oportunidades pasadas

La acumulación de crédito en los mercados emergentes comenzó justo cuando el sistema financiero del mundo rico comenzaba a resquebrajarse en 2007. Según las cifras recopiladas por JP Morgan, la deuda del sector privado en los mercados emergentes aumentó de 73% del PBI al final de 2007 a 107% del PBI a finales del año pasado. Estas cifras incluyen los préstamos concedidos por los bancos y los bonos emitidos por las empresas. Incluyendo el crédito concedido por las instituciones financieras no bancarias (los llamados “shadow banks”) para el puñado de mercados emergentes donde dichas estimaciones disponibles marcan una subida más pronunciada y una carga total más alta: 127% del PBI.

El auge del crédito en los mercados emergentes fue en gran parte una respuesta al boom de crédito en el mundo rico. Ante el temor de una depresión en sus mercados de exportación más ricos, las autoridades en China provocaron un aumento masivo de crédito en 2009. Mientras tanto, una avalancha de capital por los bajos rendimientos en las economías desarrolladas empujó las tasas de interés a la baja en los países en vías de desarrollo. Esta búsqueda de rentabilidad de los inversionistas del mundo rico los llevó a lugares cada vez más exóticos. Un bono del gobierno en dólares emitido en 2012 por Zambia, un país rico en cobre con un PBI medio por persona de US$ 1,700 al año, ofrecía un interés de tan solo 5.4%; aun así, tuvo 24 solicitudes ya que los inversores del mundo rico clamaban por comprarla. Al año siguiente, una aventura de pesca de atún respaldada por el Estado en Mozambique, un país más pobre que Zambia, fue capaz de recaudar US$ 850 millones a una tasa de interés del 8.5%.

En contraste con los auges de crédito en EEUU y Europa, donde los hogares fueron los principales prestatarios, tres cuartas partes de la carga de la deuda privada en los mercados emergentes es asumida por las empresas: la deuda corporativa se ha disparado desde menos del 50% del PBI en 2008 a casi 75 % en 2014. La mayor parte de los préstamos se hizo en Asia, especialmente en China. Pero Turquía, Brasil y Chile también registraron aumentos sustanciales en la relación de la deuda de las empresas con el PBI (véase gráfico 2). Las empresas de construcción (en particular en China y América Latina) aumentaron mucho su influencia. La industria del petróleo y el gas también fue un participante muy importante, según el último Informe de Estabilidad Financiera Mundial del FMI. 

La creciente deuda en los mercados emergentes, no es algo de qué preocuparse por sí solo. Puede que los ahorros estén entrando en los mercados de capitales locales más eficazmente o que hay más y mejores oportunidades de inversión. Lamentablemente, esas posibilidades no parecen dar cuenta de lo que sucede ahora. Mientras que el apalancamiento de las empresas en los mercados emergentes ha estado subiendo, la rentabilidad empresarial se ha caído, dice el FMI. Hay muchas pruebas que sugieren que las acumulaciones rápidas de deuda son características de los períodos de los préstamos indiscriminados que eventualmente terminan en lágrimas.

David Mackie, de JP Morgan, ha analizado 52 episodios en los que la proporción de la deuda privada vs. el PBI aumentó en al menos 20 puntos porcentuales en cinco años. Él encontró que el crecimiento anual del PBI se reduce en casi tres puntos porcentuales en los tres años después de los picos de relación de la deuda. El impacto es menos grave en los países en los que el pico no está marcado por una crisis de algún tipo. Su conclusión está respaldada por la investigación académica. Un artículo de Alan Taylor y Oscar Jorda, de la Universidad de California, Davis, y Moritz Schularick, de la Universidad de Berlín, muestra que en el mundo de los ricos las recesiones mundiales precedidas por un inusualmente rápido crecimiento de créditos bancarios son seguidas por recuperaciones más débiles. En cuanto a la forma en que el crédito se mueve hacia arriba y hacia abajo, como proporción del PBI, se encontró que los mayores aumentos en el crédito en la fase de expansión se correlacionaron con las recesiones más profundas y recuperaciones más lentas.

De hecho, los auges de crédito son algunas de las señales más fiables que indican que se avecinan problemas. La investigación realizada por Pierre-Olivier Gourinchas de la Universidad de California, Berkeley, y Maurice Obstfeld, ahora el Jefe de Economía del FMI, concluye que los auges de crédito han sido uno de los dos mejores predictores de la crisis en los mercados emergentes (el otro es un cambio real apreciando rápidamente la tasa). El aumento de la relación crédito-PBI en nueve puntos porcentuales se asocia con mayores probabilidades de varias desgracias. En los siguientes tres años, la probabilidad de impago de la deuda soberana sube un 11.5%, la de una crisis monetaria se incrementa en un 9.4% y la de una crisis bancaria en un 6.4%.

Tomados en conjunto, estos estudios de las consecuencias del auge del crédito sugieren fuertemente que el crecimiento en los mercados emergentes será mucho más lento de lo que era en la década de 2000 y principios de los 2010s. Con las recesiones ya en marcha en Brasil y Rusia, esto debería moderar las expectativas de que el crecimiento en los mercados emergentes en su conjunto vaya a empujar hacia arriba al resto del mundo.

Hay razones para no exagerar la penumbra que se avecina. La evidencia sugiere que los derroches de los préstamos corporativos, que representan la mayor parte de lo que se está viendo en los mercados emergentes, son menos perjudiciales que las grandes acumulaciones de deuda de los consumidores en América en la década de 2000. Un artículo de Boris Cournède y Oliver Denk de la OCDE, un think-tank, concluye que los auges de la deuda corporativa sólo son la mitad de perjudiciales para el posterior crecimiento del PBI por persona que la elevación de la deuda del consumidor. La investigación de Atif Mian y Emil Verner de la Universidad de Princeton y Amir Sufi de la Universidad de Chicago también sugiere, aunque tentativamente, que el vínculo entre el aumento de la deuda y la caída del crecimiento del PBI es más débil cuando el préstamo es a las empresas y no los hogares. La disminución de precios de la vivienda podrían volver las caídas en los préstamos hipotecarios más perjudiciales que las crisis de la deuda corporativa, ya que deprimen la riqueza de todos los consumidores y no sólo los endeudados.

Cambios más amplios en la economía mundial se oponen a una repetición de las famosas crisis de los mercados emergentes en el final del siglo 20, como la “crisis del tequila” de México en 1994 o la crisis financiera asiática de finales de 1990. En el pasado, los bancos del mundo rico les prestaban a los países más pobres en dólares. Eso quería decir que cuando las cosas iban mal en la moneda local, la carga de la deuda era aún mayor. Esta vez, sin embargo, gran parte de la entrada de capital ha sido en bonos de moneda local, lo que significa que cuando las monedas se debiliten, algunas de las pérdidas se compartirán automáticamente con los inversionistas del mundo rico. Sigue siendo un golpe, pero distribuido de esta manera no tiene el mismo impacto. Lo que es más, los recuerdos de las crisis pasadas han llevado a los gobiernos de Asia, en particular, a aumentar sus reservas de divisas. Ahora son un baluarte contra una salida repentina de capital extranjero. Aún así, algunas empresas se enfrentarán a un desequilibrio entre sus ingresos (en moneda local) y sus deudas, y un arsenal de reservas no podrá ayudarlos. Después de todo, las reservas de divisas están en manos de los gobiernos, no empresas. “En una crisis, el dinero está en un solo lugar, pero los agujeros están en un lugar diferente”, dice Taylor.

Aun teniendo en cuenta las circunstancias atenuantes, el alcance de la última entrega de la saga de la deuda para hacer más daño está claro. Brasil y Rusia ya están sumidos en profundas recesiones. El FMI calcula que el PBI de Brasil se contraerá este año en torno al 3% y Rusia en un 4%. Sudáfrica, Turquía y Malasia han visto sus monedas caer en picada en los últimos dos años. Después de 2007, hubo una inundación de capital de los mercados ricos a los emergentes (véase el gráfico 3). Pero ahora está fluyendo hacia el otro lado. El aumento de las tasas de interés en Estados Unidos podría convertir esa inversión en una derrota.

Triage del Mercado

Esto hace que sea difícil ser optimista con los mercados emergentes en general. Sin embargo, “también es difícil pensar en quién podría caer”, dice George Papamarkakis del Norte Asset Management, un fondo de cobertura. Esto es en parte porque, como señala Manoj Pradhan, de Morgan Stanley, hay dos tipos de mercados emergentes, y los que tienen la deuda más grande no son en general del tipo más dispuestos a crisis agudas.

El tipo clásico de los mercados emergentes tiene un déficit de cuenta corriente y es propenso a la inflación. Su banco central tiene que prestar atención obsesivamente a la tasa de cambio: demasiado bajo y alimenta la inflación; demasiado alto y afecta a las exportaciones. El otro tipo, demasiado nuevo como para figurar en los libros de texto en las crisis de los mercados emergentes, tiene un superávit abundante en cuenta corriente, enormes reservas de divisas y finanzas públicas, pero decentes porciones de la deuda privada y un exceso de capacidad de producción de bienes, dejándolo propensos a la deflación.

Los mercados emergentes más altamente endeudados, como China, Corea del Sur, Singapur y Tailandia quizá, en su mayoría, caen en segunda categoría de Pradhan. Es poco probable que sufran un accidente brusco provocado por la fuga de capitales; la mayoría de ellos tienen formidables defensas contra una crisis de balanza de pagos. Pero esa estabilidad también significa que los problemas provocados por el exceso de deuda persistan por varios años. Con la inflación, las tasas de interés ausentes pueden mantenerse bajas; haciendo que el costo de la deuda sea manejable, al menos por un tiempo. Y los bancos fuertemente influenciados por los gobiernos pueden no estar dispuestos a hacer frente a la morosidad empresarial, porque van a dar lugar a cierres de fábricas. En cambio, la deuda pendiente se perpetúa como préstamos incobrables, creando empresas e industrias zombis. El exceso de capacidad empuja hacia abajo los precios de fábrica, lo que perjudica las ganancias y la inversión. El capital está atrapado en las empresas y sectores de bajo rendimiento, lo que debilita de manera constante crecimiento del PBI.

Un segundo grupo de países, entre ellos Brasil y Turquía, está en riesgo más inmediato. Estas son las economías emergentes del tipo más clásico. Vieron una acumulación de la deuda privada a partir de 2007, muchos de ellos en el sector empresarial. Sus grandes déficits por cuenta corriente los hacen dependientes de los préstamos extranjeros para sostener el crecimiento del PBI. A medida que la perspectiva de un aumento en las tasas de interés por parte la Reserva Federal atrae capital de regreso a Estados Unidos, estos países se vuelven más vulnerables a una mayor debilidad de sus monedas. Eso alimenta la inflación. Las mayores tasas de interés necesarias para frenar la inflación y para frenar la salida de capitales vuelven más costoso pagar la deuda. En tales circunstancias, la presión para abordar el problema de la deuda es mayor y el impacto en la economía es potencialmente más dramático; estos son los países que están en mayor riesgo de verdaderas crisis. No todos los países de este tipo de peligro tienen déficit por cuenta corriente. Malasia tiene un superávit, pero probablemente todavía pertenece en esta categoría debido a su alto endeudamiento del sector privado (181% del PBI), el debilitamiento de su moneda y sus fuertes lazos comerciales con la desacelerada economía de China.

Hay un tercer tipo de mercado emergente, sin embargo: las economías que están menos arruinadas por la deuda del sector privado o tienen otras razones para ser optimistas sobre el crecimiento. India está en esta sección. Como otros en Asia, la India vio un disparo del crédito corporativo después de 2007. Pero su auge de la inversión llegó a sus frenos antes que en otros lugares; la deuda total del sector privado era un (comparativamente modesto) 60% del PBI en 2014 (aunque esto también es en gran parte debido a que el mercado de deuda de los consumidores no está suficientemente desarrollado). El banco central ha ejercido presión sobre los bancos de propiedad estatal para que reconozcan las deudas incobrables y la legislación de bancarrota, para ayudar a aclarar el lío pendiente.

El FMI prevé que el PBI de la India aumente en un 7.3% en 2016, lo que hará que sea la economía de mayor crecimiento del mundo. Se ve menos afectada por la desaceleración en China que otras economías asiáticas y la reducción a la mitad del precio del petróleo que ha afectado a los productores asiáticos como Malasia ha sido una gran ayuda a la India, que importa el 80% del petróleo que consume. La cuenta corriente se ha acercado a un equilibrio, en parte debido a los bajos precios del petróleo, pero también debido a la pronta acción tomada después de las preocupaciones sobre una posible salida de capital de los mercados emergentes, lo cual desató una mini-crisis (llamada “rabieta taper”) en 2013 . La inflación, que estaba en dos dígitos en 2013, se redujo a 4.4% en septiembre; el precio del petróleo ha ayudado, pero también lo han hecho las medidas para frenar la inflación de los precios de alimentos. Las tasas de interés se han reducido de manera constante este año del 8% al 6.75% y hay posibilidades de que el banco central haga más recortes.

Destellos de esperanza

El problema en Brasil y Rusia y la volatilidad del mercado de valores de China, han hecho de la India un refugio cada vez más atractivo. Pero al mirar más de cerca, es posible encontrar otras economías en desarrollo más o menos grandes que no se ven afectadas por deudas corporativas. México, a pesar de ser un exportador de petróleo, sólo vio un modesto aumento en el crecimiento de la deuda después de 2007. Su carga de deuda privada ascendió a sólo el 35% del PBI a finales del año pasado. Está más estrechamente ligada a Estados Unidos, una economía que se está escapando de sus problemas de deuda privada, que a China, que todavía tiene que lidiar con ellos.

Pakistán, como la India, se beneficia de los bajos precios del petróleo y ha visto una dramática caída de la inflación y un repunte del crecimiento del PBI. Argentina casi no tiene ninguna deuda privada y podría deshacerse de su reputación por la mala gestión económica crónica con Mauricio Macri. Rusia, aunque todavía sumida en la recesión, podría volver a crecer antes de lo que muchos esperan en respuesta a una devaluación bastante brutal del rublo. “Es difícil para Rusia a bajar mucho más “, reconoce Pradhan. Su gobernadora del banco central, Elvira Nabiullina, está bien considerada. Y al igual que la India, Rusia tiene relativamente altas tasas de interés, lo que le da “un arsenal de la política monetaria” para soportarlo.

En el período inmediatamente posterior a 2007, la tasa de crecimiento de la economía mundial era una competencia entre los mercados emergentes, que presionan hacia adelante, y los obstáculos puestos en el camino del progreso por los males del mundo rico. Todo se ha volteado ahora, con una deuda a punto de exacerbar la crisis en algunas partes del mundo en desarrollo y de cortar perspectivas a largo plazo en otros.

La respuesta de los bancos centrales del mundo rico a las ansiedades que crea este cambio, ofrece pistas sobre cómo se verá afectada cada región. La Reserva Federal de Estados Unidos estaba a punto de subir las tasas de interés en septiembre, pero lo retrasó debido a las preocupaciones sobre China. Ahora parece que va en un aumento de la tarifa en diciembre. La sensación es que la recuperación de Estados Unidos es lo suficientemente robusta como para hacer caso omiso a los problemas de otros lugares.

La zona euro, por el contrario, se ve mucho menos sana. La zona de la moneda es más abierta al comercio de América. A Alemania en particular le ha ido bien fuera del boom de deudas corporativas en los mercados emergentes, que estimularon la demanda de los bienes de capital en los que se especializa. Así que la recuperación de Europa, siempre más frágil que la EEUU, está en mayor riesgo. Mario Draghi,  presidente del Banco Central Europeo, ha señalado que la flexibilización monetaria adicional, incluyendo una mayor flexibilización cuantitativa y un recorte en la tasa de depósitos del banco central, parece estar sobre la mesa.

Más flexibilización cuantitativa en Europa mientras que en EEUU se ajusta la política monetaria es una receta para un dólar más fuerte. Si el dólar sube lo suficiente, dañaría los ingresos por exportaciones de EEUU y eventualmente avanzaría a través de una inversión más débil y un menor crecimiento del PBI. Así, la FED podría encontrar que incluso un aumento gradual de las tasas de interés tendrá que ser interrumpida.

Algunas historias llegan a un final satisfactorio. Algunos, como la saga de El Padrino, han pasado su época de bienvenida. Las crónicas de la deuda parecen encajar firmemente en la segunda categoría. La ambición de Michael Corleone era resolver todos los negocios de la familia; pero nada se queda resuelto para siempre. L

 




KPMG: Consejos sobre las inversiones en infraestructuras

KPMG: Consejos sobre las inversiones en infraestructuras

Los 100 proyectos más innovadores e impactantes de infraestructura en el mundo se exhiben en el último reporte de ‘Infraestructuras 100: Informe Mundial de Mercados’ de KPMG. El informe se centra en la infraestructura de cuatro mercados clave: mercados internacionales maduros, las potencias económicas, los mercados más pequeños pero establecidos y los mercados emergentes.

Estos proyectos “transformacionales” como los llaman, tienen la capacidad de cambiar las naciones e impulsar el crecimiento económico, tienen un valor aproximado de US$ 1.73 millones de millones de dólares.

Richard Threlfall, jefe de Infraestructuras, edificación y construcción de KPMG en Gran Bretaña, afirma que: “Nuestro último escaparate de proyectos de todo el mundo resalta la visión, la determinación y la innovación necesaria para impulsar la prosperidad económica y el impacto social a través del desarrollo de infraestructuras”.

“Cada país tiene su propio enfoque para el desarrollo, pero el financiamiento para las infraestructuras es un reto que todos comparten: crear las condiciones adecuadas para atraer inversiones. Vemos la inversión en infraestructura como un conducto para mejorar la calidad de vida, crear oportunidades y conectar al mundo – llegando al objetivo de la creación de un mundo mejor”.

[En CADE 2015, el banquero internacional, peruano, Alberto Verme nos dijo que: “Para un buen proyecto siempre habrá financiamiento”].

El estudio identifica 10 tendencias que están definiendo el debate global en infraestructuras:

1. Las medidas de los gobiernos para destrabar proyectos en infraestructura

Según el informe, el debate ha migrado de simplemente hablar de infraestructuras y la elaboración de listas de proyectos necesarios a una fase de discutir cómo hacer las cosas. Esto ha llevado a algunos gobiernos a tomar un rol más importante en destrabar los proyectos propuestos[Algo que falta que entienda el Gobierno peruano].

Uno de los ejemplos de éxito que menciona es el mecanismo de garantía de US$ 60 mil millones del Reino Unido, en el que se garantiza este monto para asegurar que los proyectos prioritarios de infraestructurasobtengan la financiación que necesitan a pesar de las difíciles condiciones del mercado de crédito. Es un gran modelo de cómo los gobiernos han comenzado a adoptar un enfoque intervencionista para reforzar la capacidad bancaria de proyectos de infraestructura.

2. Los riesgos políticos y regulatorios manejan la agenda

La política es un rol importante en la infraestructura, ya que algunos proyectos a largo plazo no siempre corresponden con los ciclos electorales o expectativas de presupuesto y financiación a corto plazo.Los debates en las economías desarrolladas han comenzado a centrarse en cómo despolitizar la toma de decisiones de infraestructura y dar prioridad a la selección de los proyectos de infraestructura clave.

3. Las reformas de mercado: situación actual no es apta para el futuro

Los sistemas de regulación están luchando para mantenerse al día con la evolución del mundo y las tecnologías de punta.Los organismos reguladores y las nuevas leyes promulgadas tendrán que evolucionar para seguir el ritmo de estos cambios.

En primer lugar, ambos necesitan proporcionar seguridad a los inversores de que el régimen de regulación se mantendrá estable, consistente y apoyarán las inversiones en curso y en segundo lugar, un mecanismo que equilibre la necesidad de proteger a los consumidores con la necesidad de garantizar que los inversores reciban suficientes ingresos como para permitirles continuar invirtiendo en activos.

4. El cambiante rol de los organismos multilaterales y de los bancos de desarrollo

Los bancos multilaterales han sido los proveedores del financiamientode infraestructuras. Ahora el Banco Asiático de inversión es un ejemplo notorio de un nuevo banco multilateral.

Sin embargo, ha habido un cambio significativo en los modelos de funcionamiento y los objetivos de rendimiento de muchos de los bancos multilaterales y de desarrollo del mundo. Antes, para los organismos multilaterales, el éxito se medíaen la cantidad de dinero prestado. Ahora se trata de la medida en que ayudan a establecer la estrategia de proyectos para ayudar en las primeras etapas de desarrollo y atraer a otros inversores.

5. Complejidades impiden grandes proyectos

A medida que crecen las necesidades de infraestructura, los proyectos son cada vez más grandes y más complejos. Los proyectos tienen que lidiar no sólo con una multitud de actores con diferentes intereses, sino con distintos reglamentos y leyes locales e internacionales.

6. Lograr el equilibrio entre la oportunidad y necesidad

Se trata de balancear lo que podría percibirse como una solución a corto plazo para un problema en relación con lo que pueda necesitarsea largo plazo.Por ejemplo, con las carreteras y la congestión del tráfico, no se sabe si la tecnología automatizada será capaz de resolver los problemas de los próximos 20 años. Por lo tanto, existe la duda de si se está invirtiendo en la construcción de una gran cantidad de carreteras que serán redundante en los próximos años.

Otra gran pregunta es si se debe dar prioridad a la infraestructura física (como carreteras y puentes) o a la infraestructura social (como la formación de los ingenieros que construyan en el futuro).Encontrar el justo equilibrio entre la necesidad y oportunidad es crucial para la inversión de infraestructura mundial.

7. La lucha por un mejor desempeño de los activos

La infraestructura no se trata sólo de la construcción de nuevos proyectos sino en maximizar su retorno, optimizando el mantenimiento para dure más tiempo. Esta es una gran tendencia emergente, cómo sacar el máximo provecho de lo que ya tenemos.

Además, ya es ampliamente reconocido que los activos pueden obtener mejores resultados en términos de eficiencia, costo y experiencia para los clientes que sus contrapartes estatales. Los gobiernos también están muy interesados en la privatización de activos por razones financieras en parte debido a que la privatización significa que la inversión futura puede ser una carga menos para los libros públicos.

8. La escasez de recursos moviliza las inversiones

Energía, agua y seguridad son los recursos que siguen representando la mayor parte del gasto en infraestructura.Más de un tercio de los proyectos que figuran en el último informe se relacionan directamente aestos recursos.El desarrollo de nueva y más eficiente infraestructura será la clave para reducir el impacto de la escasez de recursos.

9. Los participantes en Infraestructura se globalizan

Cada vez son más los inversores,operadores y desarrolladores internacionales que buscan oportunidades en todo el mundo. Una vez que se desarrolla con éxito un sector de infraestructura en su propio país, es probable que este modelo se pueda replicaren otro lugar o, al menos, utilizar la misma experiencia.

Ya se han estado viendo ejemplos de esto durante la última década con el surgimiento de “desarrolladores globales” como las casas comerciales japonesas, firmaschinas o contratistas españoles obligados a buscar nuevas oportunidades fuera de su mercado nacional. Todos ellos han desplegado con éxito el capital y los recursos en docenas de proyectos fuera de su país de origen.

10. Las ciudades agudizan su enfoque en la movilidad urbana

El crecimiento de las zonas urbanas ha servido tradicionalmente como un centro del crecimiento económico en la mayoría de los países y algunos como China están tratando de hacer frente a las crecientes demandas de la rápidamente cambiantes demografía.

Más y más personas están viviendo vidas más prósperas y viven más tiempo. El hecho de que tengan vidas activas más largas crea más demanda de energía y transporte.Como resultado estamos viendo un creciente interés en los proyectos de movilidad urbana, particularmente prevalentes en una ola de proyectos ferroviarios de metro en todo el mundo.

La brecha de infraestructuras es una de las carencias que impiden que en el Perú tengamos una mejor calidad de vida y una economía más competitiva. Junto con las brechas de educación y salud, es una de nuestras necesidades más imperiosas. En Lampadia estamos siguiendo este tema lo más cercanamente posible. Ver nuestras publicaciones anteriores:

  1. Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones
  2. Estrategia para el financiamiento de las Infraestructuras

Reflexionemos sobre las tendencias que nos presenta KPMG, para privilegiar y dirigir las inversiones que necesitamos para cubrir la crecientebrecha de infraestructuras. No podemos quedarnos atrás, es hora de gobernar con sentido de propósito y seriedad. Lampadia




Las dificultades para el desarrollo de las infraestructuras

Las dificultades para el desarrollo de las infraestructuras

El Financial Times (FT) acaba de publicar un análisis integral sobre los problemas que inhiben la cobertura de las brechas de infraestructuras en todo el planeta, tanto en los países más desarrollados como en los emergentes. El déficit de infraestructuras es un problema global y las soluciones para enfrentarlos, como las que tenemos que superar los peruanos, deben hacer sentido para los actores globales como instituciones multilaterales, inversionistas y evaluadores de riesgos, tanto como para los actores locales, empezando por los ciudadanos, reguladores y políticos.

El informe del FT que presentamos líneas abajo, traducido y glosado por Lampadia, muestra los niveles de brechas no satisfechas en todo el mundo y hace una buena descripción de los principales problemas que hay que superar. De hecho establece que los gobiernos no tienen la capacidad financiera para superarlas y que es indispensable recurrir al sector privado. El mecanismo más adecuado resulta ser, como en el Perú, las APP (Asociaciones Público Privadas), pero este camino no está exento de dificultades.

De hecho subsisten limitaciones fiscales, dadas las necesidades de cofinanciamiento por el Estado, así como las dificultades de acceso a un financiamiento que tiene que comprometerse antes de que se genere ningún retorno, la fijación de los ingresos de los inversionistas, la fijación y aceptación de los pagos por servicios y/o peajes por parte de la población, la falta de estabilidad de reglas de juego (fundamental para inversiones de tan largo plazo) y la veleidad e irresponsabilidad de políticos populistas que pueden desequilibrar cualquier cometido de largo alcance.

Por estas dificultades es que en Lampadia, después de analizar un informe al respecto de The Economist: “The trillion dollar gap” (La brecha del trillón de dólares), de marzo del 2014, publicado en nuestro portal en abril 2014, propusimos una forma de enfrentar una buena parte de estos problemas, especialmente los de financiamiento, involucrando a las instituciones multilaterales para superar las limitaciones fiscales,  reducir los riesgos políticos y de imagen con la población. Ver: Sobre como financiar e invertir US$ 80,000 millones.  

En esta ocasión, después de haber reseñado hace pocos días, el importante Primer Congreso Internacional de Infraestructuras y Desarrollo, que recalculó nuestra brecha en US$ 160,000, es muy importante evaluar las experiencias internacionales y la identificación de las trabas más usuales (Ver en Lampadia: A ponernos al día en infraestructuras), presentamos el análisis del FT y nos comprometemos a convocar a un debate sobre las dificultades indicadas y sus eventuales soluciones, en el futuro inmediato para compartir sus conclusiones con nuestros lectores. Ver a continuación el análisis del FT:

 

Infraestructura: Cubriendo la brecha

Por John Authers, publicado en Financial Times el 9 de noviembre 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

¿Por qué existe todavía un déficit anual de US$ 1 millón de millones de inversión en proyectos del sector público?

Los políticos y los inversionistas están de acuerdo: existe una “brecha de infraestructuras”, es global y es cerca de US$ 1 millón de millones por año. Desde los EEUU y Europa hasta el mundo emergente, hay una acumulación de proyectos atrasados que se necesitan para impulsar el crecimiento, mientras que los inversionistas institucionales están desesperados por encontrar inversiones (como por ejemplo en infraestructuras) que les ofrezca un retorno que no esté relacionado con la volatilidad del mercado y los mercados de bonos.

Sin embargo, el déficit se mantiene. El Foro Económico Mundial estima una necesidad global de US$ 3.7 millones de millones en inversión en infraestructuras cada año, mientras que sólo se invierte US$ 2.7 mil millones, en su mayoría por los gobiernos. Según el Banco Mundial, la inversión en 2015 se mantendrá igual o disminuirá en comparación con 2014. La consultora McKinsey estima que en los próximos 15 años, la necesidad de los países del G-20 para proyectos de infraestructuras (de alrededor de US$ 60 millones de millones), no será cubierta en aproximadamente US$ 20 millones de millones. 

“Los desafíos son tanto del lado de los proyectos como de la oferta de capital”, dijo Bertrand Badré, director gerente del Banco Mundial, en su reunión anual en Lima el mes pasado. “Simplemente no hay suficientes proyectos viables.”

Para cualquiera que haya sufrido con cortes de energía, haya comprado botellas de agua de los vendedores ambulantes o haya luchado el estancamiento en las ciudades de mercados emergentes, la idea de que hay muy pocos proyectos es increíble. En los EEUU, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles estima que el envejecimiento y la infraestructura inadecuada (desde los problemas de energía hasta atascos en el tráfico) le costaría a cada familia americana US$ 28,000 en ingresos para el año 2020 si las tendencias de inversión permanecen iguales.

La infraestructura de Estados Unidos se remonta a los grandes programas de construcción de la década de 1930 y 1950 y muchos de ellos se encuentran en un estado vergonzosamente pobre. El año pasado, el vicepresidente estadounidense Joe Biden se quejó de que “si se le vendara los ojos a alguien caminando a través del aeropuerto de La Guardia en Nueva York, diría: ‘’Tengo que estar en algún país del tercer mundo. No estoy bromeando”. Las autoridades locales están tratando de recaudar dinero para una gran remodelación, incluyendo la demolición del edificio de la terminal central, a través de una asociación público-privada.

En el mundo emergente, el gasto en infraestructuras se ha convertido en una cuestión geopolítica, llevando a China a poner en marcha el Banco de Inversión en Infraestructura de Asia para competir en el financiamiento de proyectos. Para muchos países, los proyectos en materia de transporte, energía, agua, saneamiento y conectividad a Internet son vitales para el desarrollo. Incluso en Europa, donde la infraestructura pública tiende a estar en mejores condiciones, la inversión privada ha caído en los últimos 10 años, según Standard & Poors. La necesidad más obvia, sin embargo, no siempre se traduce en proyectos en los que el sector privado puede o va a invertir.

Incentivo a la inversión

“No hay absolutamente ninguna correlación entre la magnitud de las necesidades de infraestructuras y las oportunidades para el sector privado”, dice Jim Barry, director de infraestructuras de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, que comenzó a invertir en infraestructuras en 2012 y ahora tiene US$ 8 mil millones en el sector.

Los críticos dicen que los gobiernos a menudo vienen con una lista de proyectos, pero no hacen un buen trabajo para convencer a los inversionistas adversos al riesgo que el proyecto es necesario, o que será suficientemente rentable. Por lo tanto, el dinero permanece embotellado en las instituciones, los proyectos siguen sin construir y la brecha de infraestructuras se ensancha.

“Es realmente un obstáculo de las políticas públicas. Tienen que ser pagados y los gobiernos tienen que encontrar una fuente de ingresos”, dice Cherian George de FitchRatings. “Si hubiera un marco financiero y fiscal sostenible, los fondos y la deuda estarían allí en un día.” [Ver nuestro análisis original sobre el tema en el que proponíamos una solución fiscal que permitiera facilitar el flujo de los proyectos: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones].

“Los Fondos de Pensiones y de capital privado están diciendo ‘tenemos el dinero – dennos los proyectos”, dice Rohan Malik, director de Ernst & Young de mercados emergentes. “La pregunta es, ¿cómo podemos ayudar a que los gobiernos alisten los proyectos?”

Para los gobiernos, tratar con el sector privado presenta un dilema político fundamental – cobrarle al público por bienes que consideraban anteriormente como gratis es impopular.

La Costa de Marfil tomó la valiente decisión de elevar su gasto en infraestructuras de aproximadamente 2 a 6 % del PBI el año pasado. Esto vuelve más difícil pagar los programas redistributivos, pero en un país con una cobertura eléctrica de tan solo 43 % y donde sólo el 8 % de las carreteras están pavimentadas, el gobierno decidió que era esencial. Durante los próximos cuatro años, tiene el objetivo de poner en práctica 94 proyectos valorizados en US$ 25 mil millones, aunque sólo 14 de ellos son elegibles para APPs.

“Incluir al sector privado es importante, pero tenemos que ser capaces de cubrir el costo de estos proyectos con una buena estructura de precios”, dijo Nialé Kaba, la ministra de Economía y Finanzas de la Costa de Marfil. “En mi país, la infraestructura pública era gratuita. Hay muchos grupos de presión”.

Esto significa, dice, que el sector privado tiene que ser razonable en sus expectativas de ingresos y que los políticos tienen que vender sus proyectos a los votantes. “Si este diálogo no es lo suficientemente franco, el gobierno no va a ser capaz de establecer los precios adecuados. También tenemos que sensibilizar a la población local y decirle a la gente que estas APPs son necesarias”.

Ese peligro es más grave para los inversionistas en la era de las redes sociales como Twitter. “La presión transmitida a través de los medios sociales es la principal fuente de los gobiernos. . . [de] lo que la gente llama “riesgo político”, dijo Thierry Deau, de Meridiam Group, que maneja tres grandes fondos de infraestructuras para las instituciones. “La sociedad civil es activa y es importante que los gobiernos y el sector privado  participen.”

Hay muchos obstáculos potenciales. La manipulación de los precios de un proyecto puede dar lugar a un desastre financiero. Las autopistas construidas en México entre los años 1980 y 1990 con financiación privada terminaron quebrando ya que el público se resistió a los altos peajes y utilizó carreteras alternativas gratuitas que eran más lentas.

El sector público en general también tiene que recaudar algo de dinero antes de pedirle apoyo al sector privado, pero las necesidades de infraestructuras están aumentando al igual que el gasto público está frenado por la austeridad y los problemas de crédito. S&P, en un informe el mes pasado, encontró que entre 2003 y 2012, 16 países de la eurozona cortaron inversiones en transporte en medio de aumentos de la deuda del gobierno general y créditos del sector privado al gobierno como proporción del PBI. ‘Asequibilidad’ y ‘austeridad’ fueron las razones más citadas por el déficit de financiamiento. 

Luego está el problema político. Es probable que la vida útil de una pieza de infraestructura sea mucho más larga que la de un gobierno democrático. Así que para los funcionarios del Banco Mundial, puede ser más fácil vender la idea de proyectos de infraestructura cuando los inversores pueden estar seguros de que no va a haber un cambio de gobierno pronto.

Vientos en contra

Incluso sin obstáculos, existe el riesgo de que los políticos intenten reescribir los términos de un acuerdo. En Europa, España redujo de forma retroactiva los subsidios para los productores de energía solar, causando la ira de los fondos de pensiones, Francia trató de reducir los peajes de la Autoroute y Noruega cambió la normativa para el ingreso de oleoductos poco después de la recaudación de fondos de los inversionistas.

Pero los gobiernos tienen razón en temer los compromisos a largo plazo que exigen los inversionistas que vienen con grandes pagos a empresas privadas por muchos años después de que las instalaciones se hayan construido. La iniciativa de financiación privada del Reino Unido logro con éxito el financiamiento, pero afrontó un largo periodo de impopularidad política.

La demanda para invertir en las infraestructuras de instituciones es clara. Una encuesta realizada el mes pasado a grandes fondos de pensiones por la consultora Create en Londres encontró que el 38 % tenía la intención de aumentar su inversión en infraestructuras durante los siguientes tres años – volviéndolo más popular que el capital privado, fondos de cobertura o la mayoría de fondos. Las compañías de seguros por sí solas han dirigido una asignación de US$ 80 mil millones al año en infraestructuras.

Amin Rajan, quien elaboró el informe Create, dice que uno de los principales obstáculos para convertir la demanda en realidad es la tendencia de los gobiernos “de cambiar objetivos todo el tiempo”. Los fondos de pensiones no están preparados para asumir los complejos riesgos políticos involucrados, dice.

El riesgo no es tanto la agitación política sino la posibilidad de que los gobiernos tengan dudas sobre los contratos a largo plazo y traten de transferir los riesgos adicionales a los inversionistas que están interesados ​​principalmente en proyectos de infraestructuras de bajo riesgo.

“Las personas interesadas en las infraestructuras tienden a compararlo con la renta fija [tener un bajo riesgo y retorno], no con el capital privado”, dijo Gavin Wilson, jefe de la sección de gestión de activos de la Corporación Financiera Internacional. “Las personas no se impresionan por los altos retornos porque lo que realmente quieren es menor riesgo.”

Ese es un problema grave, especialmente en los mercados emergentes, donde un nuevo puerto o autopista es una oportunidad para conseguir un alto rendimiento, pero no es una inversión de bajo riesgo como un bono. Al mismo tiempo, las infraestructuras, con un ingreso que tiende a subir en línea con la actividad económica, es vista como una cobertura contra la inflación, lo que hace más difícil atraer a los inversionistas en situaciones que, como la de ahora, se avecina que los precios podrían permanecer bajos durante algún tiempo.

Otro problema es que los proyectos de infraestructuras necesitan prácticamente todos sus fondos por adelantado, mucho antes de cualquier pago de compensación, que puede tomar décadas. “Es una diferencia fundamental con otros negocios y servicios y completamente diferente a la salud o la educación. Todo el dinero tiene que llegar antes de que haya nada concreto”, dijo Wilson.

“Es menos sobre si hay financiamiento y más sobre la calidad de los proyectos”, dijo Dimitris Tsitsiragos, vice-presidente del IFC (el brazo financiero del Banco Mundial). “Hacer que el proyecto sea viable desde el inicio es fundamental, ya que es la condición que lo hará sostenible.”

Los bancos multilaterales de desarrollo desempeñan un papel clave en esta área. En lugar de ayudar con la estructuración de productos financieros, pueden asesorar sobre la creación de un “pipeline” de proyectos prioritarios, y asegurarse de que sea lo suficientemente fuerte como para ganar respaldo.

“Hay contratos [a menudo] muy complejos y se necesita una mayor estandarización”, dice Barry de BlackRock. “Eso no existe en los EE.UU. Hay cierto progreso, pero se necesita algún elemento de intervención federal para crear los elementos de estandarización y un marco legal”.

Ampliando

La estandarización es aún más importante en los mercados emergentes. Esto ha desatado una campaña para crear grandes fondos con suficientes proyectos para reducir el riesgo mediante la diversificación. Tanto el IFC como Meridiam están construyendo fondos que, eventualmente, podrían contener un máximo de 20 proyectos. Ellos ayudarán a diseñar los proyectos antes de buscar otros socios de inversión.

Una solución más radical está siendo fomentada por los fondos de pensiones canadienses, quienes están tratando de eliminar por completo al intermediario. Caisse de dépôt et placement du Québec, que administra más de US$ 250 mil millones en activos de fondos de pensiones, lanzó este año una filial para gestionar toda la preparación del proyecto en sí.

“El gobierno define la iniciativa de la política pública, como por ejemplo para algún tipo de infraestructura de transporte público”, dice Michael Sabia, presidente ejecutivo de CDPQ. “Luego escogemos uno y planificamos el proyecto y hacemos la ejecución. Financiamos el proyecto con los socios, somos propietarios y operamos la puesta en marcha”.

El objetivo, compartido por muchos, es que las infraestructuras evolucionen hacia una clase de activos reconocidos. “Si se reconoce como una inversión ajustada a un riesgo estable entonces el dinero fluirá en el tiempo”, dijo Badré, del Banco Mundial. “La falta de infraestructuras es aún más costosa. Solo hay que preguntarle a una familia sin agua potable o sin electricidad para iluminar su hogar.” L

 

 




La FED estaría a punto de cometer un gran error

La FED estaría a punto de cometer un gran error

Comentario de Lampadia:

El ajuste de las tasas de interés por parte de la FED está en el tablero desde hace más de un año y, en buena medida, los mercados vienen incorporando esta posibilidad. Sin embargo, dados los demás acontecimientos de la economía global, especialmente el reciente ajuste de la economía China, que está causando reacciones muy importantes en todos los mercados, ricos y emergentes, la reducción de los tipos de interés de la reserva estadounidense, podría terminar siendo gasolina en la hoguera.

El siguiente artículo de ayer de Larry Summers, uno de los economistas más informados de EEUU, pone el tema en perspectiva y alerta sobre los efectos negativos de seguir adelante con esta medida.

Por Lawrence Summers (profesor de la Universidad de Harvard y ex secretario del Tesoro de EEUU) 

Publicado en el Financial Times el 23 de agosto de 2015

Traducido por Lampadia

El aumento de las tasas de este año es una amenaza para todos los principales objetivos del banco central estadounidense.

En la reunión de la Reserva Federal (FED – Banco de Reserva de EEUU) de setiembre, ¿subirán por primera vez las tasas de interés desde 2006? Las autoridades han mantenido la posibilidad que si podría suceder y han sugerido que (salvo por algún acontecimiento imprevisto) probablemente se incrementen las tasas al final del año. Las condiciones podrían cambiar, por lo que la Fed ha tenido mucho cuidado de evitar compromisos firmes. Pero una evaluación razonable de las condiciones actuales sugiere que el aumento de las tasas en el futuro cercano sería un grave error que amenazaría los tres principales objetivos de la FED: la estabilidad de los precios, el pleno empleo y la estabilidad financiera.

Al igual que la mayoría de los grandes bancos centrales, la FED ha puesto su objetivo de estabilidad de precios a la práctica mediante la adopción de un objetivo de inflación del 2 por ciento. El mayor riesgo es que la inflación será menor que este, un riesgo que se vería agravado por el endurecimiento de la política. Más de la mitad de los componentes del índice de precios al consumo han disminuido en los últimos seis meses, la primera vez en más de una década. La inflación del IPC, que excluye los precios de energía y alimentos volátiles y vivienda que son difíciles de medir, es inferior al 1 por ciento. Las medidas basadas en el mercado de las expectativas sugieren que, en los próximos 10 años, la inflación estará muy por debajo del 2 por ciento. Si la moneda China y otros mercados emergentes se deprecian más, la inflación de Estados Unidos será aún más tenue.

La política de ajuste afectará negativamente los niveles de empleo, porque las tasas de interés más altas volverán más atractivo el aferrarse al dinero que invertirlo. Las mayores tasas de interés también aumentarán el valor del dólar, por lo que los productores estadounidenses serán menos competitivos y presionarán a las economías de nuestros socios comerciales.

Esto es especialmente preocupante en un momento de aumento de la desigualdad. Los estudios de los períodos de los mercados de trabajo difíciles, como a finales de los años 1990 y 1960, dejan claro que el mejor programa social para los trabajadores desfavorecidos es una economía donde los empleadores están luchando por llenar las vacantes.

Puede que haya habido un caso de estabilidad financiera para elevar las tasas hace seis o nueve meses, ya que las bajas tasas de interés alentaron a los inversores a tomar más riesgos y las empresas a pedir dinero prestado y participar en la ingeniería financiera. En ese momento, yo creía que los costos económicos de un aumento de tarifas superaban los beneficios de estabilidad financiera, pero había motivos de preocupación. Ese debate es ahora discutible. Con el crédito cada vez más caro, las perspectivas de la economía china nubladas en el mejor de los casos, los mercados emergentes en proceso de sumergirse, el mercado de valores de Estados Unidos en una corrección, una preocupación generalizada por la liquidez y una volatilidad aumentando a un ritmo casi récord, los mercados solos están apaciguando cualquier euforia o exceso de confianza. La FED no tiene que hacer el trabajo. En este momento de fragilidad, elevar las tasas arriesga el balance del sistema financiero en dirección hacia una crisis, con resultados impredecibles y peligrosos.

¿Por qué, entonces, tantos creen que es necesario un aumento de las tasas? Dudo de que si las tasas estuviesen ahora en 4 por ciento, no habría tanta presión para criarlos. Esa presión proviene de la sensación de que la economía se ha normalizado sustancialmente durante los seis años de recuperación, por lo que el extraordinario estímulo de tasas de interés cero debe ser retirado. Se ha hablado mucho de los “vientos en contra” que requieren bajas tasas de interés ahora, pero esto se va a abatir en poco tiempo, lo que permitirá un crecimiento normal y tasas de interés normales.

Cualquiera que sea el mérito de este punto de vista hace unos años, es mucho menos plausible ahora que nos acercamos al séptimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers. Ya no es fácil pensar en condiciones económicas que puedan ser vistas como vientos en contra temporales. El arrastre fiscal ha terminado. Los bancos están bien capitalizados. Las corporaciones tienen mucha liquidez. Los balances de los hogares se están reparando sustancialmente.

Mucho más plausible es la opinión de que, por razones arraigadas en el cambio tecnológico y demográfico (y reforzado por una mayor regulación del sector financiero), la economía mundial tiene dificultades para generar demanda de todo lo que se puede producir. Este es el diagnóstico de “estancamiento secular”, o la idea muy similar que Ben Bernanke, el ex presidente de la Fed, ha instado de un “exceso de ahorro”. Si es que se puede lograr un crecimiento satisfactorio, requeriría tasas de interés muy bajas, las cuales históricamente sólo hemos visto durante las crisis económicas. Es por esto que los mercados de bonos de largo plazo nos están diciendo que se espera que las tasas de interés reales estén cerca de cero en los países industrializados durante la próxima década.

Las nuevas condiciones requerirán nuevas políticas. Es mucho lo que se debe hacer, como medidas para promover la inversión pública y privada con el fin de elevar el nivel de las tasas de interés reales en consonancia con el pleno empleo. A menos que se implementen estas nuevas políticas, la inflación se acelere bruscamente o estalle la euforia en los mercados, no hay ningún motivo para que la Fed ajuste las tasas de interés.

 

 

 




Aventuras en la automatización industrial

Transcripción y traducción libre de Lampadia

La robótica le permite a las empresas automatizar los procesos manuales para que puedan fabricar productos de manera más eficiente y simplificar sus sistemas y procedimientos. Los principales beneficios para las empresas son: la capacidad de aumentar la producción rápidamente y reducir costos, racionalizar los procesos en toda la organización y mejorar la eficiencia.

¿Qué impacto está teniendo la robótica en las cadenas de suministro globales en la actualidad? ¿Y qué impacto tendrían las cadenas de suministros de los mercados emergentes en el futuro?

Estamos a puertas de un nuevo avance y las nuevas tecnologías en robótica están empezando a permitir un nuevo paradigma: robots y seres humanos trabajando juntos.

Por ejemplo: el robot puede concentrarse en tareas peligrosas, cargar piezas pesadas, realizar movimientos muy rápidos y los seres humanos pueden usar su inteligencia (única), su cuidado de los detalles y su propia destreza. Nosotros, los seres humanos, somos capaces de realizar tareas que los robots industriales no podrían o, al menos, no tan fácilmente. Si tenemos esta nueva combinación de robots y seres humanos, cada uno será capaz de compensar las debilidades del otro y podríamos tener un nuevo tipo de sistemas productivos.

El uso de la robótica está teniendo cada vez más influencia en las cadenas de suministros de los mercados emergentes en muchos aspectos, sobre todo en las industria automotriz, química y de plásticos. China ha sidoel proveedor de aproximadamente un 25% de los 227,000 robots industriales comprados en todo el mundo en 2014.

¿Qué otro efecto tiene la robótica en las cadenas de suministro en los mercados emergentes?

China es también el mayor consumidor de robots. Está superando muy rápidamente a Alemania, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, y se prevé que su oferta crezca aún más.

Los costos de producción en los mercados emergentes está creciendo aceleradamente, por lo tanto, la llegada de los robots ayudará en términos de competitividad, disminución de los riesgo y mejora de la calidad. Muchos de los grandes fabricantes, en particular en la industria electrónica, tienen mucha dificultad en encontrar una fuerza laboral calificada y estable en el tiempo. Es fácil imaginar los problemas que le causaría a estas grandes empresas que miles y miles de trabajadores no vuelvan después de las vacaciones un lunes después de Año Nuevo, ya que las plantas tienen que seguir produciendo. No es tan fácil estar a la altura de la creciente demanda del mercado de productos electrónicos.

En el futuro, los fabricantes probablemente dependerán de los robots para realizar las tareas de más bajo valor de las cadenas de suministros. Las empresas también pueden depender de robots para que produzcan bienes complejos, altamente personalizados y de alta calidad, que se tengan que entregar el mismo día.

¿Cuáles son las oportunidades de futuro y los retos de la utilización de la robótica en los mercados emergentes?

Hoy en día, se tienen alrededor de 30 robots por cada 10,000 empleados en China. Si miramos a algunos otros países vecinos, como Japón y Corea, ellos tienensolo unos diez robots, así que si se toman estos datos como un indicador, se venoportunidades de crecimiento muy sólidas.

Un robot está compuesto por motores eléctricos, engranajes, mecánica, electrónica, hardware y sensores que los países emergentes son muy capacesdeproducir en masa con una calidad razonable. Imaginemos, por ejemplo, la gran oportunidad que tiene la India en el campo del software para la fabricación de componentes para China.

Una cosa es tener robots, pero si se quiere producir o entregar una línea de producción completa.Se necesita una importante capacidadpara construir una línea de producción eficiente, y eso podría ser (a veces) un desafío a superar en los mercados emergentesLampadia