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Se cierne la amenaza nuclear

Se cierne la amenaza nuclear

A propósito de la reciente extensión por 5 años más del tratado de desarme nuclear New Start III entre EEUU y Rusia, The Economist publicó un reciente artículo – que compartimos a continuación – sobre los peligros que enfrenta el mundo frente al creciente empecinamiento por diversos países autoritarios por el desarrollo de armas nucleares tanto en Medio Oriente como en Asia.

La visión de The Economist es que el tratado New Start III, si bien necesario, es insuficiente puesto que urge retomar otros tratados y relaciones que abarcan estos otros territorios, que fueron denostados por la administración Trump directamente con, por ejemplo el retiro de EEUU del tratado nuclear con Irán (ver Lampadia: ¿Hacia una guerra con Irán?), o indirectamente con su alejamiento como aliado con países como Corea del Sur o Japón.

Ya hemos mostrado anteriormente nuestra preocupación sobre la posibilidad de un inminente conflicto bélico que escale a nivel global, ante el incremento a niveles récord del gasto militar en varias potencias económicas (ver Lampadia: El gasto militar en niveles record históricos), incluido EEUU y China, que también se ve reflejado en esta proliferación de armamento nuclear. El escenario de desglobalización que surgió con la guerra comercial y tecnológica entre EEUU y China también había estado alimentando nuestros miedos.

Ahora que Trump ha dejado el poder en EEUU, Biden debe retomar con fuerza esta agenda y proyectar la imagen del aliado demócrata occidental que vela por la paz global, en este complejo escenario. Esperamos que su administración esté a la altura de este reto, de manera que el mundo tenga mayor tranquilidad. Lampadia

Control de armas
El mundo se enfrenta a un aumento de la proliferación nuclear

Para detenerlo, las potencias nucleares deben actuar

The Economist
30 de enero, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Treinta y un países, desde Brasil hasta Suecia, han coqueteado con las armas nucleares en un momento u otro. Diecisiete lanzaron un programa formal de armas. Solo diez produjeron una bomba entregable. Hoy, nueve estados poseen armas nucleares, no hace más de un cuarto de siglo. Sin embargo, la larga lucha para detener la propagación de las armas más mortíferas del mundo está a punto de volverse más difícil.

En los últimos 20 años, la mayoría de los países con ambiciones nucleares han sido pececillos geopolíticos, como Libia y Siria. En la próxima década, es probable que la amenaza incluya pesos pesados económicos y diplomáticos cuyas ambiciones serían más difíciles de contener. El creciente dominio regional de China y el creciente arsenal nuclear de Corea del Norte persiguen a Corea del Sur y Japón, dos de las mayores potencias de Asia. La beligerancia de Irán y su programa nuclear se ciernen sobre países como Arabia Saudita y Turquía. La proliferación no es una reacción en cadena, pero es contagiosa. Una vez que las restricciones comienzan a debilitarse, pueden fallar rápidamente.

Los presagios nucleares son malos. El control de armas entre EEUU y Rusia, que vio recortes de 38,000 ojivas, una caída del 79%, en 1991-2010, ha disminuido. El 26 de enero, los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin acordaron extender el último pacto restante, el tratado New Start, por cinco años. Eso es bienvenido, pero las perspectivas de un seguimiento son escasas. China, India, Corea del Norte y Pakistán están expandiendo y modernizando sus fuerzas nucleares. Hay un progreso lamentable hacia el desarme global, el objetivo último del Tratado de No Proliferación (TNP), la piedra angular del orden nuclear. Un nuevo tratado de prohibición de la bomba, firmado por 86 países y que entró en vigor el 22 de enero, canaliza la frustración entre los que no tienen armas nucleares. Logra poco más.

Si las armas nucleares no desaparecen y las amenazas a la seguridad empeoran, algunos estados se verán tentados a buscar una bomba propia. En décadas pasadas, EEUU mantuvo a raya a los aspirantes nucleares, amenazando con retirar las garantías de seguridad a amigos errantes, como Taiwán, y utilizando sanciones y fuerza militar para disuadir a enemigos, como Irak. Sin embargo, la moneda del poder estadounidense es hoy más débil. El tempestuoso mandato de Donald Trump ha sembrado dudas sobre el apetito de EEUU por defender a los aliados y hacer cumplir las reglas. Se demorarán, por mucho que Biden busque restaurar una política exterior ortodoxa.

Considere el paraguas nuclear que EEUU extiende sobre los aliados asiáticos. Equivale a una promesa de que, si Corea del Norte o China atacan Seúl o Tokio, EEUU tomaría represalias contra Pyongyang o Beijing. Durante décadas, EEUU pudo emitir esa amenaza con la confianza de que sus propias ciudades estaban fuera del alcance de los misiles norcoreanos. Ahora no lo son. Un ataque estadounidense a Pyongyang pondría en peligro a San Francisco. Eso puede hacer que Biden se muestre reacio a actuar, un cálculo que podría animar a Kim Jong Un a atacar Seúl. No es de extrañar que, particularmente en tiempos de crisis, la mayoría de los surcoreanos digan que les gustaría ver un regreso de las armas nucleares tácticas estadounidenses retiradas de su suelo en 1991 o, en su defecto, una bomba surcoreana autóctona.

En democracias como Corea del Sur, Japón y Taiwán, las ambiciones nucleares se ven atenuadas por la realidad política. Oriente Medio es diferente. El acuerdo nuclear que restringe el programa nuclear de Irán está colapsando. Incluso si Biden lo revive, muchas de sus disposiciones expiran en una década. Si Irán en algún momento parece que está contemplando la posibilidad de convertirse en nuclear, Arabia Saudita no querrá quedarse atrás. Muhammad bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita, tiene pocos controles internos sobre su autoridad y planes ambiciosos para la tecnología nuclear. Turquía bien podría seguirlo.

Si el orden nuclear comienza a desmoronarse, será casi imposible detenerlo. De ahí la importancia de actuar hoy. EEUU, China, Europa y Rusia comparten el interés de detener la proliferación. Rusia no quiere un Irán nuclear más que EEUU. La perspectiva de un Japón con armas nucleares estaría entre las peores pesadillas de China. El acuerdo nuclear iraní de 2015 demostró que los rivales pueden dar una respuesta a la proliferación.

Los estados nucleares deberían comenzar con lo básico. EEUU y Rusia todavía tienen el 90% de las ojivas nucleares del mundo, por lo que cualquier esfuerzo comienza con ellas. Ahora que se extenderá New Start, deberían comenzar a trabajar en un sucesor que incluiría otras armas, como planeadores hipersónicos y ojivas de menor rendimiento, que Rusia tiene en abundancia. También deberían discutirse ideas más radicales. EEUU opera una tríada de fuerzas nucleares: silos en tierra, submarinos en el mar y bombarderos en el aire. Retirar los misiles terrestres demostraría un progreso genuino hacia el desarme, sin erosionar la disuasión.

El control de armas entre EEUU y Rusia podría persuadir a China de que su arsenal existente podría sobrevivir a un ataque, ayudando a evitar un aumento desestabilizador de sus fuerzas. La moderación china, a su vez, tranquilizaría a India y Pakistán.

El papel más importante de EEUU para calmar los nervios sobre Corea del Norte e Irán sigue siendo su valor como aliado, y aquí Biden ya prometió reparar los lazos. Incluso si una presidencia no es suficiente para restaurar la confianza por completo, Biden debería comenzar reafirmando y fortaleciendo el paraguas nuclear de EEUU sobre Japón y Corea del Sur. Eso incluye el papel de las tropas estadounidenses en el terreno, que sirven no solo como una línea de defensa sino también como una garantía para los aliados y una advertencia a los enemigos de que EEUU no puede quedarse fuera de un conflicto.

Detener la proliferación también requiere detectarla. Es comprensible que las agencias de inteligencia se hayan centrado en la galería familiar de pícaros, como Irán. Su mirada debería ampliarse para incluir una alerta temprana de cambios en la tecnología nuclear, la opinión pública y las intenciones políticas en lugares como Corea del Sur o Turquía. El Organismo Internacional de Energía Atómica, el organismo de control nuclear del mundo, hace un trabajo encomiable al monitorear los sitios nucleares civiles y vigilar el programa de Irán con el régimen de inspecciones más fuerte jamás instituido. Sin embargo, la agencia está sobrecargada y con fondos insuficientes, y necesita mantenerse al día con el cambio tecnológico.

Presta atención al despertador del fin del mundo

El mundo tiene mucho en mente. Aun así, no puede permitirse el lujo de restar importancia a los peligros de la proliferación nuclear. La diplomacia nuclear actual puede parecer un trabajo laborioso, pero no es nada comparado con las letales inestabilidades que surgen cuando los rivales regionales con armas nucleares se enfrentan entre sí. No hay tiempo que perder. Lampadia




Siria: Situación límite

El pasado viernes por la noche, Estados Unidos, junto con Gran Bretaña y Francia, bombardearon Siria. La decisión de atacar se produjo una semana después de que el presidente sirio Bashar al-Assad usara armas químicas contra civiles fuera de Damasco, matando al menos a 42 adultos y niños. Una acusación hecha por los tres países y por diversos medios, pero aún no probada fehacientemente. Después del ataque, el presidente Donald Trump prometió imponer un “gran costo” al régimen de Assad. Y el domingo, defendió el ataque, describiéndolo como “misión cumplida”.

Ya en Lampadia anunciamos el jueves pasado  que la situación internacional se estaba agravando dramáticamente, (El mundo pasa a una fase confrontacional). Efectivamente, el anuncio de Trump sobre su ausencia en la Cumbre de las Américas, estaba vinculada a las operaciones bélicas, que deben haber sido planeadas meticulosamente.

Las acusaciones sobre el uso de armas químicas en Siria tienen larga data. Hace ocho años, Barack Obama, entonces presidente de EEUU, amenazó a Siria con atacar si se probaba el uso de armas químicas. Se probó según EEUU, pero Vladimir Putin le advirtió a Obama que no se corra el riesgo de intervenir y este se replegó a EEUU, perdiendo cara y presencia en el mundo.

Esta vez, sin embargo, el agresivo presidente de EEUU advirtió y cumplió. Después del denunciado uso de armas químicas en Damasco, Estados Unidos y sus aliados Francia y el Reino Unido, deliberaron durante una semana sobre cómo responder. Para luego, el viernes por la noche, atacar tres objetivos, incluido uno en las afueras de Damasco, todos relacionados con el programa de armas químicas de Siria: un centro de investigación, una instalación de almacenamiento y una instalación de equipos y un puesto de mando.

Probablemente, este ataque debió darse hace ocho años. Hoy tenemos que lamentar la muerte de cientos de miles de sirios, las desgracias de millones de migrantes, y el fortalecimiento de Rusia y Putin, su mayor soporte, junto con Irán.

Compartimos un mapa de Siria que explica lo que está sucediendo y los últimos movimientos de las fuerzas extranjeras y las bases militares:

Los ataques golpearon el “corazón” del programa de armas químicas de Siria y le causaron un “golpe serio”, dijo el portavoz del Pentágono, teniente general Kenneth McKenzie, a los periodistas. McKenzie también señaló que Siria podría reconstituir su programa y que los ataques no eliminaron todas las instalaciones de armas químicas de Siria.

Por su lado, Rusia ha advertido de “consecuencias” después de los ataques y el presidente ruso Vladimir Putin calificó los ataques como un “acto de agresión” que podría “tener un efecto destructivo en todo el sistema de relaciones internacionales”. Pero, a diferencia de los temores expresados por muchos, Putin reaccionó con bastante cuidado afirmando que si esto vuelve a suceder “inevitablemente llevará al caos de las relaciones internacionales”. Por otro lado, no nos olvidemos que en un par de meses debe desarrollarse el campeonato mundial de futbol en Rusia, un evento en el que no participará EEUU, pero que Rusia debe cuidar con mucho esmero.

Todavía hay preocupaciones más importantes. Es posible que los aliados de Assad, principalmente Rusia e Irán, tomen represalias contra los aproximadamente 2,000 soldados estadounidenses en Siria, y se escale el conflicto.

¿Cómo llegamos a esta situación en Siria?

El ataque liderado por EEUU busca castigar a Assad, pero probablemente no alterará el equilibrio de poder en Siria, donde la guerra civil ya dura 8 años y no muestra signos de superarse. El conflicto que comenzó como un levantamiento pacífico contra el régimen de Assad escaló hasta convertirse en una guerra civil a gran escala, y ahora es una de las más mortíferas de este siglo. En el camino, el conflicto sirio permitió que los extremistas del ISIS se multiplicaran, la peor crisis de refugiados del mundo desde la Segunda Guerra Mundial, que ha cambiado Europa para siempre, y exacerbó una lucha de poder internacional.

Recordemos que la guerra civil comenzó por problemas económicos y la falta de libertad en Siria, que causaron resentimiento hacia el gobierno autoritario de Assad, quien atacó y mató a cientos de manifestantes en 2011, encarcelando a muchos más, ya que se estaban produciendo otros levantamientos en todo el Medio Oriente, a favor de la democracia en un proceso conocido como la Primavera Árabe.

A medida que la indignación y la furia de la población se intensificaba, el creciente caos atraía a combatientes extremistas en toda la región, incluidos los remanentes de al-Qaeda en Iraq y una rama que se convirtió en el Estado Islámico, o ISIS. Eventualmente, se armó una rebelión siria completa contra el régimen de Assad. Algunos de estos grupos rebeldes comenzaron a luchar entre sí, así como con las fuerzas militares de Assad debido a las divisiones sectarias, complicando la situación.

Según las Naciones Unidas, 400,000 sirios han sido asesinados y más de la mitad de los 20 millones de habitantes de Siria antes de la guerra, han sido desplazados. Alrededor de 5.5 millones de sirios han huido al extranjero causando una grave crisis migratoria en Europa.

La pobre gobernanza global

Esta no es la primera vez en que nuestras instituciones globales y los países más poderosos, se muestran incapaces de influir en terribles enfrentamientos relativamente recientes, y de evitar que escalen hasta llegar a proporciones de tragedia. La misma incapacidad se vio en la guerra de los Balcanes en la antigua Yugoeslavia a mediados de los años 90, en la que murieron más de 200,000 personas y se desplazaron millones de pobladores.

La situación de Venezuela va en la misma dirección, una crisis humanitaria abusiva, digitada por un régimen corrupto y la satrapía cubana de los Castro; que la sufrida población no puede remediar, y el resto de la humanidad no acierta a frenar. Ojalá, en Venezuela, no tengamos que lamentar otra gran tragedia. Ver en Lampadia: Venezuela Hora Cero

¿Qué pasará ahora?

A lo largo de los años, se han llevado a cabo varios intentos de paz y resoluciones de las Naciones Unidas en las que se pide el cese del fuego para permitir que la ayuda llegue a las zonas donde los civiles están atrapados. Sin embargo, la mayoría de las conversaciones de paz han sido obstaculizadas por un tema importante: Assad y sus padrinos en Rusia e Irán.

La pregunta más importante ahora es si al Assad dejará de usar armas químicas. Seguro lo pensará dos veces antes de lanzar un nuevo ataque químico. Solo queda esperar a ver cuáles serán las reacciones internacionales. El tiempo y la comunidad internacional lo dirán.

Los peligros que genera Trump

Es importante notar que la decisión de Trump de bombardear Siria, arriesgando una reacción complicada de Putin, coincide con la ‘guerra comercial’ desatada hace un par de semanas por EEUU contra China, y la exacerbación de los enfrentamientos con México en relación al clamoroso muro fronterizo. A esto debemos sumar la creciente ola de despidos violentos de oficiales estadounidenses del más alto rango, por parte de Trump.

En suma, una escalada de acciones agresivas y extremas, que hacen temer la posibilidad de que, en cualquier momento, las cosas puedan complicarse más allá de lo controlable.

Debiera sernos claro, que la humanidad carece de los frenos necesarios para evitar tragedias humanas que destruyen la vida de millones de personas. Además, en el mundo globalizado, ningún acontecimiento de proporciones escapa de influir y afectar a todos. Más vale pues, estar bien informado y, en lo posible, influir en la formación de una mejor gobernanza global. Lampadia




Últimas especulaciones sobre el gobierno de Trump

La elección de Trump en EEUU sigue produciendo gran incertidumbre en todo el mundo. Por un lado por supuesto, están sus ofertas-exabruptos de la campaña, sus aprontes con Putin y por otro sus juntas, especialmente luego de la elección, que lo muestra como un representante tradicional de Wall Street y del mundo de lobistas de Washington, mundo en el que se desenvolvió previamente como empresario.

Líneas abajo, compartimos con nuestros lectores la presentación y enlace de un artículo de hoy del Financial Times. Una lista calificada de posibles nombramientos y el artículo (glosado) de Nouriel Roubini de Project Syndicate, en el que plantea como más probable el acomodo de Trump con Wall Street y Washington. Veamos:

Según publicación de Quartz, del 11 de noviembre pasado (traducida por Lampadia), Trump está armando un equipo de lobistas a pesar de sus repetidas promesas de “drenar el pantano” si era elegido. Veamos:

  • Economía:

Departamento del Tesoro, David Malpass, trabajó para Ronald Reagan y George H.W. Bush antes de trabajar 15 años con Bear Stearns. (Principal economista del banco antes de su colapso y salvataje en 2008).

Secretario del Tesoro Steven Mnuchin, 17 años en Goldman Sachs.

  • Telecomunicaciones

Jeffrey Eisenach, antiguo enemigo de la regulación federal de tecnología.

  • Relaciones laborales

Departamento de Trabajo, J. Steven Hart, conocido lobista de Washington,  trabajó con Reagan, Coca-Cola y Pfizer.

  • Política alimentaria

El conocido lobista del Capitolio, Michael K. Torrey.

  • Medio ambiente

Myron Ebell, actual directora de las políticas de energía y calentamiento global del CEI (Instituto Empresarial Competitivo), es un think tank libertario que se opone a la mayoría de las políticas de Obama y “cuestiona el alarmismo del calentamiento global”. “También se opone a las políticas de racionamiento de energía, incluyendo el Protocolo de Kioto, la legislación de límites y comercio y la regulación de las emisiones de gases de efecto invernadero por la EPA (Agencia de Protección Ambiental, por sus siglas en inglés)”, así como “todos los mandatos gubernamentales y subsidios para tecnologías energéticas convencionales y alternativas”.

  • Energía

Mike McKenna, un lobista de su propia empresa, MWR Strategies, donde en 2016 recibió al menos US$ 390,000 abogando en nombre de compañías como Dow Chemical y Koch Industries.

  • Comercio

Ex-CEO de Nucor Steel, Dan DiMicco, para manejar la captación de personal para la oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos. Conocido crítico de la política comercial de Estados Unidos, particularmente con China.

Trump domesticado

Nouriel Roubini
Project Syndicate
11 de noviembre de 2016
Traducción de Esteban Flamini
Glosado por Lampadia

Ahora que contra todos los pronósticos Donald Trump ganó la presidencia de los Estados Unidos, la duda es si gobernará según el populismo radical de su campaña o adoptará un enfoque pragmático de centro.

Si Trump gobierna en sintonía con la campaña que le valió la elección, podemos esperar agitación en los mercados y perjuicios económicos potencialmente serios. Pero hay buenas razones para esperar que su gobierno será muy diferente.

Los planes de un Trump populista radical incluirían descartar el Acuerdo Transpacífico (ATP), derogar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y aplicar altos aranceles a las importaciones chinas. También construir el prometido muro en la frontera con México; deportar a millones de trabajadores indocumentados; restringir la concesión de visas H1B para trabajadores cualificados, necesarios en el sector tecnológico; y derogar la Ley de Atención Médica Accesible (Obamacare), dejando a millones de personas sin seguro médico.

En términos generales, un programa radical llevaría a un importante aumento del déficit estadounidense y las rebajas impositivas para los ricos reducirían la recaudación unos nueve billones de dólares a lo largo de una década.

Finalmente, una política exterior radical desestabilizaría las alianzas de Estados Unidos y aumentaría las tensiones con los rivales. Su postura proteccionista podría generar una guerra comercial global, y su insistencia en que los aliados se hagan cargo de sus gastos de defensa podría llevar a una peligrosa proliferación nuclear y restar liderazgo internacional a Estados Unidos.

Pero en realidad es más probable que Trump aplique políticas pragmáticas de centro. Para empezar, es un hombre de negocios adepto al “arte del acuerdo”, así que por definición es más un pragmático que un ideólogo con anteojeras. Su decisión de hacer una campaña populista fue táctica y no refleja necesariamente convicciones arraigadas.

Trump es un acaudalado magnate inmobiliario que se pasó la vida entera rodeado de otros empresarios ricos. En cuanto asuma, Trump hará algunos gestos simbólicos para complacer a sus simpatizantes, pero volverá a las tradicionales políticas económicas de derrame orientadas a la oferta que los republicanos han favorecido por décadas. El elegido de Trump para la vicepresidencia, Mike Pence, representa al establishment republicano, y los asesores económicos de la campaña de Trump fueron empresarios ricos, financistas, constructores y economistas ofertistas. Además se dice que analiza designar un gabinete de figuras ortodoxas del partido, entre ellos Newt Gingrich (ex presidente de la Cámara de Representantes), Bob Corker (senador por Tennessee), Jess Sessions (senador por Alabama) y Steven Mnuchin (ex ejecutivo de Goldman Sachs y también asesor durante la campaña).

De modo que los colaboradores probables de Trump (republicanos tradicionales y dirigentes empresariales) definirán sus políticas. Y la inexperiencia de Trump lo volverá mucho más dependiente de sus asesores.

Otro factor que empujará a Trump al centro será el Congreso, con el que deberá negociar cada ley que quiera aprobar.

Trump también estará controlado por la separación de poderes del sistema político estadounidense, la relativa independencia de organismos públicos como la Reserva Federal y una prensa libre y muy activa.

Pero la mayor restricción para Trump será el mercado. Si intenta aplicar políticas radicales populistas, el castigo no se hará esperar: se derrumbarán las acciones, caerá el dólar, los inversores se refugiarán en los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, el precio del oro se disparará, etcétera. Pero si Trump mezcla políticas populistas más moderadas con medidas convencionales promercado, no enfrentará consecuencias negativas en los mercados. Ahora que ya ganó la elección, no tiene razones para preferir el populismo a la seguridad.

Los efectos de una presidencia pragmática de Trump serán mucho más limitados que en el supuesto radical. Lo de descartar el ATP se mantiene (pero Hillary Clinton también lo hubiera hecho). Trump prometió derogar el NAFTA, pero es más probable que trate de hacerle modificaciones como un gesto dirigido a los trabajadores fabriles estadounidenses. E incluso si un Trump pragmático quisiera limitar las importaciones chinas, sus opciones estarían limitadas por un reciente dictamen de la Organización Mundial del Comercio contra la aplicación de aranceles por “dumping selectivo” a productos chinos. Los candidatos extrasistema suelen hablar pestes de China durante la campaña, pero una vez en el cargo comprenden pronto las ventajas de cooperar.

Es probable que Trump construya el muro en la frontera con México (a pesar de que el ingreso de inmigrantes se redujo). Pero en relación con los indocumentados, lo más probable es que sólo caiga sobre los que cometan delitos violentos, en vez de tratar de deportar a entre cinco y diez millones de personas. Y es posible que limite las visas para trabajadores cualificados, lo que puede restar dinamismo al sector tecnológico.

Un Trump pragmático también generará un déficit, aunque menor al del supuesto radical. Por ejemplo, si sigue el plan impositivo propuesto por los congresistas republicanos, la recaudación sólo se reducirá dos billones de dólares a lo largo de una década.

Es verdad que el programa político de un Trump pragmático será ideológicamente incoherente y moderadamente perjudicial para el crecimiento. Pero será mucho más aceptable para los inversores (y para el mundo) que la agenda radical que prometió a sus votantes.

Lampadia

 




La nueva realidad europea después de la ola migratoria

La nueva realidad europea después de la ola migratoria

Comentario de Lampadia

Es importante tomar nota de los grandes cambios y tendencias que empiezan a rediseñar el mundo global. Entre ellos tenemos la cuarta revolución industrial, el peso de los países emergentes, la reducción de la pobreza global y el crecimiento de las nuevas clases medias, el caos geopolítico que va asentándose, el ajuste de China y la caída de los precios de los commodities y, por supuesto, la migración masiva hacia Europa.

En el siguiente artículo de Gideon Rachman se explica este último fenómeno con una buena perspectiva histórica. Hace unas semanas publicamos un artículo al respecto de Arturo Pérez Reverte: Los godos del emperador Valente, que presenta una visión bastante cruda de las migraciones masivas, pero que, lamentablemente, es menester aquilatar.

Vivimos tiempos nuevos y en Lampadia consideramos, en sintonía con nuestro objetivo de empoderar a los ciudadanos con análisis e información que también es necesario seguir este tema.  

La migración masiva hacia Europa es imparable

Gideon Rachman

11 de enero 2016

Del Financial Times

Traducido y glosado por Lampadia

 

La presión demográfica en África y el Medio Oriente impulsará la inmigración en el futuro

En los siglos 18 y 19, los europeos poblaron el mundo. Ahora el mundo está poblando Europa. Más allá del furor sobre el impacto de los refugiados -1m más que llegaron a Alemania en 2015- están grandes tendencias demográficas. La crisis actual de la migración está impulsada por las guerras en el Medio Oriente. Pero también hay fuerzas más grandes en juego que aseguran que la inmigración a Europa siga siendo un enojoso tema, aún después de que la guerra de Siria haya terminado.

Europa es un continente rico y viejo cuya población está estancada. Por el contrario las poblaciones de África, Oriente Medio y Asia del Sur son más jóvenes, más pobres y en rápido aumento. En el apogeo de la época imperial, en 1900, los países europeos representaban alrededor del 25 por ciento de la población mundial.

Hoy en día, la Unión Europea (UE) tiene alrededor de 500 millones de personas que representan un 7% de la población mundial. En contraste, en África hay más de 1,000 millones de personas y, según la ONU, habrán 2,500 millones para el 2050.

La población de Egipto se ha duplicado desde 1975 a más de 80 millones. La población de Nigeria en 1960 era de 50 millones, ahora es más de 180 millones y es probable que sea 400 millones para el 2050.

La migración de africanos, árabes y asiáticos a Europa representa la reversión de la tendencia histórica. En la época colonial Europa practicó una suerte de imperialismo demográfico, con los europeos blancos emigrando a los cuatro rincones del mundo. En América del Norte y Australasia, las poblaciones indígenas fueron sometidas y a menudo asesinadas – y continentes enteros se convirtieron en vástagos europeos. Los países europeos también establecieron colonias en todo el mundo y los inmigrantes se establecieron en ellas, mientras al mismo tiempo, varios millones fueron forzados a migrar involuntariamente como esclavos, desde el África al Nuevo Mundo.

Cuando los europeos poblaron el mundo, a menudo lo hicieron a través de “migraciones en cadena”. Un miembro de la familia se establecía en un nuevo país como Argentina o los EEUU, enviaban noticias y dinero a casa y, en poco tiempo, otros seguían.

Ahora las cadenas de migración van en la otra dirección: desde Siria hasta Alemania, desde Marruecos hasta los Países Bajos, desde Pakistán a Gran Bretaña. Pero en estos días, no es una cuestión de una carta a casa seguida de un largo viaje por mar. En la era de Facebook y el teléfono inteligente, Europa se siente cerca incluso si usted está en Karachi o Lagos.

Países como Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos se han convertido en mucho más multirraciales en los últimos 40 años. Los gobiernos que prometen restringir la migración, como la actual administración británica, encuentran que es muy difícil  cumplir sus promesas.

La posición de la UE es que mientras que los refugiados puedan solicitar asilo, los “migrantes económicos” ilegales deben regresar a sus casas. Pero es poco probable que esta política pueda detener el flujo de población, por varias razones.

En primer lugar, el número de países que están afectados por la guerra o el fracaso de sus Estados, puede aumentar. Por ejemplo, las preocupaciones sobre la estabilidad de Argelia están aumentando.

En segundo lugar, la mayoría de los considerados “inmigrantes económicos”, en realidad nunca dejan Europa. En Alemania sólo el 30 por ciento de los solicitantes de asilo rechazados salen del país voluntariamente o son deportados.

En tercer lugar, una vez que se establecen grandes poblaciones migrantes, el derecho de “reagrupación familiar” asegurará un flujo continuo. Así que es probable que Europa siga siendo un destino atractivo y asequible para los pobres y ambiciosos de todo el mundo.

Una posible reacción para Europa sería aceptar que la migración desde el resto del mundo es inevitable – y abrazarla de todo corazón. Las economías endeudadas de Europa necesitan una inyección de juventud y dinamismo. ¿Quiénes van a servir en  sus antiguas casas y construir sus obras, si no son inmigrantes del resto del mundo?

Pero incluso aquellos europeos que entienden la migración argumentan que, por supuesto, que todos los recién llegados al continente deben aceptar los “valores europeos”. Eso puede ser poco realista, en parte porque muchos de estos valores son de relativamente cosechas recientes.

En las últimas décadas, el feminismo ha hecho grandes avances en Europa y las actitudes hacia los derechos de los homosexuales se han transformado. Muchos inmigrantes procedentes de Oriente Medio y África traen con ellos actitudes mucho más conservadoras y sexistas. Tomará más de unas pocas clases de educación cívica, cambiar eso.

Los europeos están profundamente confundidos acerca de cómo responder a estos nuevos desafíos. En la época del imperialismo, justificaron asentarse en tierras foráneas con la creencia de que levaban los beneficios de la civilización a las partes más atrasadas del mundo.

Pero la Europa pos-imperial, pos-Holocausto es mucho más cuidadosa con la afirmación de la superioridad de su cultura. Ha reemplazado la creencia en su misión civilizadora y la Biblia con énfasis en los valores universales, los derechos individuales y los tratados internacionales.

La gran pregunta para las décadas venideras es cómo la fe de Europa en los valores liberales universales resistirá el impacto de la inmigración masiva. Una batalla entre los nativistas y los liberales está empezando a dar forma a la política.

A la larga, espero que los nativistas pierdan, no porque sus demandas sean impopulares, sino porque son inaplicables. Puede ser que una nación-isla, rodeada por el Océano Pacífico, como Japón o Australia, pueda mantener un control estricto sobre la inmigración. Pero, será casi imposible hacerlo para la UE que es parte de la masa de tierra de Eurasia y que está separada del África solamente por pasos estrechos del Mediterráneo. Lampadia

 

 

 




Cuando la acción y la omisión se asocian

Cuando la acción y la omisión se asocian

Los execrables actos de violencia ocurridos la semana pasada en Paris y anteriormente en Egipto y en Medio Oriente por la mano del mal llamado Estado Islámico, que denominaremos ISIS, más las migraciones masivas hacia Europa, están generando y seguirán generando una serie de reacciones y propuestas que es menester poner en perspectiva.

Nuestro primer comentario tiene que ser de absoluto rechazo a la violencia asesina de ISIS y la solidaridad con las víctimas inocentes de semejantes sucesos, incluyendo a las poblaciones pacíficas de origen árabe y/o musulmán, que sufrirán cada día peores condiciones de vida en muchas partes del mundo.

En segundo lugar, queremos plantear que más allá de las ominosas responsabilidades de este manipulador movimiento islamista, que además origina la tragedia doble de la migración masiva (doble por el sufrimiento de los migrantes y por los problemas que acarrean a los países receptores) están las acciones y omisiones, los actos fallidos, de dos actores fundamentales: Rusia bajo la dirección absolutista de Putin y occidente, incluyendo a la OTAN, Europa Occidental y los EEUU bajo la influencia de Obama.

Si bien el origen de todos estos acontecimientos se puede establecer hace algunos años por el mal manejo de las cosas por parte de EEUU y sus aliados que no supieron dar una justificación correcta para la Segunda Guerra del Golfo, que una vez dada no supieron manejar sus derivaciones y, que una vez cometidos una serie de errores, no pudieron hacer nada más que retirarse en derrota, dejando atrás un polvorín que no tardó en desestabilizar toda la región.

Todo eso estaba dado cuando se hacen evidentes los actos genocidas de Bashar Al-Assad en Siria. Obama, con más cautela que Bush hijo, amenazó intervenir solo si se probaba contundentemente el uso de armas químicas por parte del gobierno Sirio. Cosa que quedó establecida y estaba gatillando la intervención de EEUU, hasta que Putin le puso el paralé a Obama, que se retractó. Poco tiempo después se produjo la emergencia de ISIS en Siria e Irak.

Pero ¿qué inspira a los principales personajes de la geopolítica global, Putin y Obama?

En cuanto a Putin es suficiente recordar lo comentado por el historiador Timothy Garton Ash en su artículo ‘La doctrina del resentimiento’, publicado en Lampadia en julio del 2014. “En 1994, estaba quedándome medio dormido en una mesa redonda que se celebraba en San Petersburgo, Rusia, cuando un hombre fornido y de baja estatura, con cara de ratón, que parecía ser la mano derecha del alcalde, empezó a hablar. Dijo que Rusia había entregado de forma voluntaria ‘inmensos territorios’ a las antiguas repúblicas soviéticas, entre ellas zonas ‘que históricamente han pertenecido siempre a Rusia’. Se refería ‘no solo a Crimea y el norte de Kazajstán, sino también, por ejemplo, al área de Kaliningrado’. Rusia no podía abandonar a su suerte a esos ‘25 millones de rusos’ que habían pasado a vivir en el extranjero. El mundo debía respetar los intereses del Estado ruso ‘y del pueblo ruso como gran nación’. Aquel hombretón irritante se llamaba –como habrán supuesto– Vladímir V. Putin”.

Este personaje que después tomo el poder absoluto en Rusia, se anexó Crimea, a desatado el estado de guerra en Ucrania del Este y defiende al genocida sirio, está obviamente inspirado por un afán imperialista de liderazgo global, muy alejado de las formas democráticas y muy cerca de círculos de corrupción.

Por su lado, Obama parece estar inspirado en las buenas intenciones de los inocentes, que no entienden además, que tienen responsabilidades que pueden ir más allá de sus anhelos de paz.

Así es que EEUU va retrocediendo en muchos aspectos de incidencia global, regresando a una casa, que así, se hace menos segura. Y sin lugar a dudas, tarde o temprano o más tarde que temprano, tendrá que enfrentar en mayor debilidad.

Sobre los acontecimientos más recientes, como la guerra civil de Siria, el advenimiento de ISIS y la migración masiva hacia Europa, podemos decir que ambos errores, los de acción y omisión, son igualmente pernisiosos.

Como dice Arturo Pérez-Reverte, en occidente se ha instalado “demasiada transigencia social, demasiados paños calientes, demasiados complejos… . Ver: Sobre idiotas, velos e imanes de Arturo Pérez-Reverte.

Además, ver el artículo de Juan Goytisolo: Cómo poner fin a la barbarie, en el País de España.

Afortunadamente todavía quedan algunos vestigios de la presencia positiva de EEUU en el mundo, como en su actuación contra la corrupción de la FIFA, la persecución de los barones de la droga y las denuncias contra las estafas de la VolksWagen.

Pero en lo político, EEUU está de retroceso y junto con la parálisis tradicional de Europa Occidental, están dejando que muchos aspectos de la vida global los definan los audaces y aventureros como Putin y que avancen los criminales como ISIS. Ambos han tomado demasiados espacios. Lampadia

 

 

   

 




El nuevo juego de la geopolítica global

El nuevo juego de la geopolítica global

Lampadia: Importante análisis del nuevo mundo político de The Economist

El dominio estadounidense está siendo desafiado

Publicado en The Economist el 17 de octubre del 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

Un continente separa los campos de batalla ensangrentados de Siria de los arrecifes y bancos de arena del mar del sur de China. De alguna manera, sin embargo, ambos lugares presencian el cambio en las relaciones entre las grandes potencias más significativo desde el colapso de la Unión Soviética.

En Siria, por primera vez desde la Guerra Fría, Rusia ha desplegado sus fuerzas lejos de casa para sofocar una revolución y apoyar a un régimen cliente. En las aguas entre Vietnam y Filipinas, América pronto indicará que no reconoce las reivindicaciones territoriales de China a través de una serie de afloramientos y arrecifes ejerciendo su derecho a navegar dentro del límite de las 12 millas marítimas que controla el estado soberano.

Durante los últimos 25 años, América ha dominado por completo la política de las grandes potencias. Ahora, cada vez más, vive en un mundo contestatario. El nuevo juego con Rusia y China que se está desarrollando en Siria y en el Mar del Sur de China, es una muestra de la lucha que viene.

Como siempre, esa lucha se libra parcialmente en términos de poder puro. Vladimir Putin ha intervenido en Siria para aplacar el yihadismo y para reforzar su propia posición en Rusia. Pero también intenta demostrar que, a diferencia de Estados Unidos, se puede confiar en que Rusia pueda resolver las cosas en el Medio Oriente y ganar amigos, por ejemplo, ofreciéndole a Irak una alternativa a los Estados Unidos.

La lucha es también sobre legitimidad. Putin quiere desacreditar a Estados Unidos en el cuidado del orden internacional. América sostiene que el descontento popular y los abusos de los derechos humanos del régimen sirio descalifican al presidente, Bashar al-Assad, para ejercer el poder. Putin quiere restarle importancia a los derechos humanos, que él ve como una licencia del Occidente para interferir en países soberanos, incluyendo a la propia Rusia.

El poder y la legitimidad no son objetivos menos importantes en el Mar del Sur de China, una vía por la que pasa gran parte del comercio marítimo mundial. Muchas de sus islas, arrecifes y bancos de arena son objeto de reclamaciones superpuestas. Sin embargo, China insiste en que su caso debe prevalecer y está imponiendo su propio ‘derecho’ mediante el uso de vertederos y colocando pistas de aterrizaje y guarniciones.

Esto es en parte del rápido crecimiento de la fuerza naval de China: está creando islas, solo porque puede. El ocuparlas encaja con su estrategia de dominar los mares más allá de sus costas. Hace veinte años, buques de guerra estadounidenses navegaron hasta allí en total impunidad; hoy se encuentran en aguas potencialmente hostiles. Sin embargo, también hay un principio en juego. América no tiene una opinión sobre quién es dueño de las islas, pero sí insiste en que China debe establecer sus derechos a través de negociaciones o arbitraje internacional. China está afirmando que en su región, ya sea en las disputas de la isla como en otras cosas, las reglas las ponen ellos.

[No olvidemos lo que comentó Kissinger en su último libro, ver en Lampadia: ‘El Orden Mundial de Henry Kissinger‘ el mandato histórico de China: “Que esta a cargo de todo lo que está debajo del Cielo”.]

No debería extrañarle a nadie que la preeminencia de Estados Unidos esté siendo disputada. Después del colapso soviético, la supremacía mundial absoluta de los Estados Unidos empezó a parecer normal. De hecho, su dominio alcanzó tal nivel sólo porque Rusia tambaleaba y China todavía estaba emergiendo del caos y depredaciones que tanto la habían afectado en el siglo 20. Incluso hoy en día, Estados Unidos sigue siendo el único país capaz de proyectar poder en todo el mundo. (Como hemos [The Economist] argumentado recientemente, su influencia sobre el sistema financiero sigue creciendo.) [Ver en Lampadia: El dólar como moneda de reserva se debilita sin sustiituos].

No obstante, existen razones para preocuparse. La reafirmación del poder ruso se traduce en problemas. Ya ha llevado a la anexión de Crimea y a la invasión del este de Ucrania – ambas infracciones del mismo derecho internacional que Putin dice sostener en Siria. Barack Obama, presidente de Estados Unidos, se consuela con la debilidad de la economía rusa y la emigración de algunos de sus mejores personas. Pero una ex superpotencia cargada de armas nucleares puede causar mucho daño.

Las relaciones entre China y Estados Unidos son más importantes y aún más difíciles de manejar. Por el bien de la paz y la prosperidad, los dos deben ser capaces de trabajar juntos. Y sin embargo, sus relaciones están, inevitablemente, plagadas de rivalidad y desconfianza. Debido a que cada transacción tiene un riesgo de convertirse en una prueba para ver quién manda, el antagonismo siempre está a flor de piel.

La política exterior estadounidense aún no se ha adaptado a este mundo. Durante los últimos tres presidentes, la política ha consistido principalmente la exportación de los valores estadounidenses, aunque, a los países receptores, a veces se siente como una imposición. La idea era que los países inevitablemente gravitarían hacia la democracia, los mercados y los derechos humanos. Los optimistas pensaban que incluso China se encaminaría en esa dirección.

Esa noción ha sufrido, por primera vez en Irak y Afganistán y ahora en el Medio Oriente. La liberación no ha traído estabilidad. La democracia no ha echado raíces. Parece que Obama ha llegado a la conclusión de que Estados Unidos debería retirarse. En Libia, dirigió desde atrás; en Siria se ha mantenido fuera del conflicto. Como resultado, ha cedido la iniciativa a Rusia en Oriente Medio por primera vez desde la década de 1970.

Todos aquellos que, como esta revista [The Economist], ven la democracia y los mercados como el camino a la paz y la prosperidad esperan que Estados Unidos esté más dispuesto a liderar. El deseo de Obama de que otros países compartan la responsabilidad del sistema de derecho internacional y los derechos humanos se desarrollará sólo si su país establece la agenda y toma la iniciativa, como lo hizo con el programa nuclear de Irán. El nuevo juego implicará una diplomacia dura y la aplicación ocasional de la fuerza.

Estados Unidos aún tiene recursos que carecen otras potencias. La más importante es su red de alianzas, incluida la OTAN. Mientras que Obama a veces se comporta como si las alianzas fueran transaccionales, éstas necesitan bases sólidas. El poder militar de Estados Unidos no tiene rival, pero se ve obstaculizado por la política que busca congraciarse con el electorado y los recortes automáticos establecidos por el Congreso. Estos surgen del mayor freno al liderazgo estadounidense: las políticas disfuncionales en Washington. Eso no es sólo una mala publicidad para la democracia; sino que también obstaculiza el interés de Estados Unidos. En el nuevo juego esto es algo que los Estados Unidos y el mundo no pueden permitirse. L

 

 




Obama duda, Putin se atreve y el mundo observa

Obama duda, Putin se atreve y el mundo observa

La anexión de Crimea a Rusia, el paralé que le puso a Obama en Siria a pesar de la comprobación del hallazgo de armas químicas y la última agresiva intervención militar rusa en Siria para apuntalar al gobierno genocida de Bashar Al-Assad con la disculpa del Estado Islámico (EI), ha puesto en jaque la presencia política de EEUU en el mundo y la capacidad de Barack Obama para acomodarse a la nueva realidad global. El conflicto generado por el EI es uno de los más brutales de la historia y Obama está conduciendo una suerte de ‘retirada a casa’ en muchos aspectos de los temas internacionales, dejando vacíos que crean mucha incertidumbre.

 

En lo militar, las tácticas de Putin, primero en Ucrania y ahora en Siria, son completamente inversas a las de Obama. El nuevo Zar ruso es rápido y decidido, mientras que las acciones del presidente de EEUU han sido débiles y tardías.

La situación actual es que Rusia afirma luchar contra el Estado Islámico (EI) o ISIS, cuando en realidad ataca a los enemigos de su cliente y socio, el dictador sirio Bashar Al-Assad, mientras que los EEUU bombardean a ISIS en Siria y tratan el conflicto como derivado y anexo al conflicto principal, el del vecino país de Irak.

Sin embargo, el 30 de octubre, la Casa Blanca habría cambiado de rumbo al declarar que “el presidente Obama está ordenando al Pentágono que envíen fuerzas especiales (terrestres) a Siria para ‘asesorar’ a la oposición en su lucha contra ISIS”. Esto tras haber declarado múltiples veces que Obama estaba en contra de tomar un rol más protagónico en el conflicto sirio y de haber afirmado que las acciones de Rusia son un error estratégico (y llamaba a esta conducta “paciencia estratégica”, una suerte del ‘appeasement’ de Chamberlain antes de la Segunda Guerra Mundial).

¿Qué motivó al líder americano a cambiar de opinión? Probablemente, las acciones de su contraparte, Vladimir Putin. Obama estaba perdiendo tanto relevancia como influencia en temas estratégicos como en la sangrienta guerra civil siria o la interminable lucha contra el Estado Islámico.

Pero a pesar de haber tomado un paso en la dirección correcta, ha rechazado todas las propuestas del Pentágono. No va a crear una zona de exclusión aérea en Siria para proteger a los refugiados y a los rebeldes anti-Assad (probablemente porque corre el riesgo de enfadar a Rusia y a su base doméstica en la zona) y no va a desplegar helicópteros Apache de ataque para ayudar a las fuerzas terrestres de la coalición (porque iría muy en contra de sus antiguas afirmaciones con las que acabó la guerra de Irak).

Increíblemente, su propuesta es enviar a 50 soldados estadounidenses de las fuerzas especiales para ayudar a las tropas kurdas que se encuentran luchando contra el Estado Islámico. No está claro cuál será su misión o en qué parte de Siria estarán, pero una fuerza tan pequeña es mucho más vulnerable a ser asesinada o capturada por las fuerzas del EI. El despliegue más parece ser un intento de la Casa Blanca de responder a su humillación frente a las acciones de Rusia, mostrando que al menos están haciendo algo en contra del Estado Islámico. Pero no parece tener la fuerza que debería.

En realidad, la Casa Blanca parece estar apostando a que Rusia cometa algún error en Siria. Pero si Putin tiene éxito, y aprovecha las ganancias del campo de batalla en su estrategia política, entonces “tendrá una influencia mucho mayor en el Medio Oriente, que se traducirá en una Rusia mucho más envalentonada en Asia y Ucrania”, dijo Vali Nasr, un ex alto funcionario del Departamento de Estado en el gobierno de Obama y ahora decano del departamento de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

El objetivo de Rusia “es apuntalar a Assad y consolidar su posición en la parte occidental del país y lograr una posición ventajosa en cualquier proceso internacional para resolver el conflicto”, dijo Stephen Hadley, quien se desempeñó como asesor de seguridad nacional durante el segundo mandato del presidente George Bush. “Creo que Rusia ya está en camino para lograr ese objetivo.” Como tan elocuentemente lo describió The Economist, “como judoka, Putin sabe el arte de explotar la debilidad de un rival: cuando Estados Unidos da un paso atrás, él empuja hacia adelante.”

No se puede negar el eventual beneficio personal de Putin si tiene éxito en Siria. En palabras de The Economist, “Aún más importante para Putin es su permanencia en el poder en su país y Siria puede ser de utilidad. El bombardeo ofrece un nuevo espectáculo y uno muy necesario en un momento en que la guerra en Ucrania, que dominó los medios por un tiempo, está empezando a congelarse y la euforia por la anexión de Crimea se está desvaneciendo. Además, la economía rusa, afectada por las sanciones y la caída de los precios del petróleo, se ha ido contrayendo rápidamente. Durante sus dos primeros mandatos presidenciales, Putin pudo jactarse de los crecientes ingresos. En su tercer mandato, parece confiar más en el teatro de la guerra y en un falso orgullo [nacionalista] fabricado para desafiar a EEUU. Siria ofrece una distracción útil de Ucrania, pero estratégicamente se trata de Estados Unidos.”

No se puede negar que se está haciendo un esfuerzo para lograr una solución o tomar mayores acciones con respecto al conflicto de Siria. Cuando diplomáticos de diecisiete países se sientan juntos por primera vez y tienen “un debate franco y constructivo” durante más de siete horas para emitir una declaración conjunta explicando en nueve puntos su “comprensión mutua” sobre Siria, significa que hay un encomiable esfuerzo, aunque tal vez tardío.

Sin embargo, la declaración conjunta elude, estratégicamente, la controvertida cuestión del futuro del presidente Bashar Al-Assad y se centra en la búsqueda de un acuerdo para la lucha contra el terrorismo. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon afirmó que “el futuro de Siria o el futuro de todas estas conversaciones de paz y negociaciones no deben centrarse en el futuro de un solo hombre. Básicamente, creo que depende del pueblo sirio, ellos tienen que decidir el futuro del presidente Assad”.

Según un reciente artículo de The Economis (ver enlace más abajo) “En Siria, el titubeo de Obama significa que sus opciones se vuelven cada vez más difíciles y más arriesgadas. Putin defiende descaradamente a un tirano y está profundizando una división entre los sunitas y chiítas de la región. Estados Unidos debe mantenerse firme en que Assad no permanezca en el poder y establecer una visión de qué debería hacerse. Se necesita hacer más para proteger a la población mayoritariamente sunita: crear zonas protegidas; imponer zonas de exclusión aérea para detener el bombardeo de Assad y promover una fuerza sunita moderada. Esto bien puede significar forzar a que los aviones rusos no vuelen.”

Parece que el enfoque general de la administración de Obama está en una difícil disyuntiva sobre Siria tras la intervención militar rusa. Está claro que Obama está intentando ver cómo proceder y no está seguro de las posibles consecuencias de las operaciones militares rusas. La gran pregunta es, ¿qué harán ahora? El tiempo pasa y cada vez la decisión se torna más difícil. Lampadia

Ver en Lampadia los siguientes enlaces: Putin se atreve, Obama titubea y Un nuevo espectáculo para las masas

 




La crisis migratoria y humanitaria más grande de la historia

La crisis migratoria y humanitaria más grande de la historia

En estos últimos meses estamos siendo testigos de una terrible crisis humanitaria producto de un tsunami migratorio hacia Europa desatado por la violencia que afecta a muchos países de África y el Medio Oriente principalmente. Esta crisis se origina en buena medida por la acción criminal del mal llamado Estado Islámico (EI), la degeneración política de Putin, el dictador ruso y la falta de liderazgo de Obama junto con la proverbial lenidad de muchos países europeos.

La ola migratoria seintensifica todos los días y, parece que es necesario que se publiquen dolorosísimas imágenes de la triste realidad que sufren miles de personas para que el mundo reaccione. Aún así, todavía no se ve un comportamiento que augure una pronta solución a esta tragedia humanitaria.

Se estima que al menos 225,000 refugiados emigrantes han llegado a Europa por mar desde comienzos de 2015. Alrededor de 124,000 llegaron a Grecia hasta finales de julio pasado, un aumento de 750% comparado al mismo periodo de 2014. Tan solo en julio habrían llegado 50,000 personas, cerca de 70% de ellos de Siria.

 

La cifra de más de 1,200 inmigrantes muertos en una serie de naufragios ocurridos a mediados de abril 2015, un camión lleno de cadáveres en Austria y la tragedia de una pequeña e inocente criatura en Turquía han provocado un aumento en la atención mediática y un clamor  a solucionar una de las crisis migratorias más grandes de la historia.

Además, hemos tenido que presenciar espantosos asesinatos, persecuciones étnicas y religiosas, así como la destrucción del patrimonio cultural de la humanidad por la insania del mal llamado EI.

Un grupo de 300 africanos subsaharianos sentados a bordo del buque Di Bartolo de la Policía de Italia el 14 de mayo de 2015. Alrededor de 1,100 inmigrantes fueron rescatados en la costa de Sicilia. Fuente: The Atlantic

Aunque las migración de refugiados no es un fenómeno nuevo, el número de inmigrantes africanos subsaharianos y de Oriente Medio que se aventuran a través del Mar Mediterráneo para llegar a Europa, junto con el número de muertes asociadas, no tiene precedentes. La complejidad de estos flujos migratorios es actualmente un gran reto para la humanidad y Europa está luchando para desarrollar un sistema integral que equilibre los esfuerzos para ayudar a las personas necesitadas junto con mayores esfuerzos para asegurar sus fronteras.

El mapa inferior muestra las principales rutas de migración hacia Europa, principalmente desde África y el Medio Oriente. Los cruces fronterizos ilegales más comunes son varias rutas principales que atraviesan las fronteras del sur y del este de Europa. El pasaje central del Mediterráneo, en Italia, sirve como el principal punto de entrada a Europa y es el más frecuentado de los migrantes y solicitantes de asilo procedentes de Siria, Irak, Eritrea, Egipto y Somalia. El deterioro de la seguridad en Libia, la República Centroafricana y Sudán del Sur también son vistos como factores que contribuyen a la afluencia de migrantes.

La agitación política en Oriente Medio y en África está transformando las tendencias migratorias en Europa. La oleada más reciente de migrantes a lo largo de las fronteras marítimas de la UE se ha atribuido al creciente número de refugiados sirios y eritreos.

El mal llamado Estado Islámico (EI), uno de los mayores criminales del mundo moderno, se aprovechó del conflicto armado en Siria para iniciar sus ‘operaciones’ desplazar a los activistas rebeldes y aumentar su presencia en los países más convulsionados por la desintegración del aparato estatal de países como Libia y Afganistán.

La polarización del conflicto entre regímenes barbáricos como el de Al Assad y el EI ha povocado un creciente rechazo de la población, que no ha tenido más opción que optar por irse. Este fenómeno se ha visto agravado por la destrucción de la economía y la falta de esperanza de una acción más asertiva por parte de las potencias globales.

Esta crisis migratoria ya ha llegado a niveles exorbitantes. Como se puede observar en el gráfico inferior, las fatalidades continúan aumentando de manera constante, llegando a un total de 2,643 muertes este año (ya sobrepasó al del 2014), y recién empieza setiembre. ¿Cuándo va a parar?

Los migrantes viajan a Europa a través del Mediterráneo y gran parte de ellos arriban a los dos países peor equipados para ayudarles: Grecia e Italia, los cuales están luchando con un alto desempleo y economías frágiles. La isla griega de Kos, situada cerca de Turquía, desde donde muchos migrantes viajan a la UE, está rebalsando de gente, a tal punto que el gobierno griego se ha visto obligado a estacionar un crucero para llevarlos a tierra firme para ser amparados.

Al igual que con la crisis de la deuda soberana, los intereses nacionales están superando a los problemas de la eurozona en materia de migración y asilo. Nuevas barreras aparecen en todas partes. Grandes cantidades de migrantes llegan a Hungría desde Serbia y el gobierno húngaro ha respondido construyendo una valla doble (una de alambre de púas y un alto muro de 12 pies) a lo largo de la frontera de 110 millas entre los dos países y creando campos de refugiados que más parecen nuevos ‘campos de concentración’. Los británicos también han puesto vallas para evitar el ingreso de los miles de migrantes que se encuentran acampando en trenes o camiones cerca de la entrada de Calais. A principios de esta semana, los ministros del Interior de Francia y Gran Bretaña anunciaron medidas de control conjuntas en Calais (Francia).

Los europeos no son los únicos que están intentando ignorar la crisis migratoria. Los Estados Unidos, históricamente un país de migrantes, parece ahora haber olvidado sus raíces. Los republicanos, influenciados por el inefable Donald Trump (que debería ser declarado ‘Persona non-grata a la humanidad’), son una mayoría considerable y creen que los inmigrantes son una “carga” para el país. Incluso muchos demócratas dudan de qué hacer, mientras su presidente Barack Obama, sigue retrocediendo de sus responsabilidades con el mundo fuera de los EEUU.

Recientemente, el ex embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas, John Bolton, escribió en su columna de FoxNews:

“Esta difusión anarquica deriva, en gran parte, de una política deliberada de Barack Obama de ‘liderar desde atrás’, mediante la cual Estados Unidos ha reducido su atención y participación en la región. Cuando la presencia de Estados Unidos disminuye en cualquier parte del mundo, sea cual sea el orden y la estabilidad mínima que exista allí puede evaporarse rápidamente. (…) La lección para Estados Unidos es que la reducción de nuestra influencia global no aumenta la paz y la seguridad internacional. Todo lo contrario. El retiro de Obama en el Medio Oriente, ya sea a raíz de Libia, de su desinterés en el continuo aumento  del Estado Islámico o su entrega al programa de armas nucleares de Irán, son todos parte de un patrón mayor. El problema de la inmigración ilegal en Europa también es nuestro problema”.

Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos tienen una fuerte cuota de responsabilidad. Han permitido que el EI avance demasiado y ahora, que se encuentra fuera de control, las principales potencias actúan débilmente para no repetir un “nuevo Irak”. Mientras tanto, el EI sigue creciendo, asesinando y ahuyentando a más gente inocente que lucha por sobrevivir.

Según Edward Luce, columnista del Financial Times (6 de setiembre 2015), Barack Obama tendrá una nota negra en su historial, por el tema de Siria. “Hace cuatro años Obama exigió la expulsión de al-Assad, pero no hizo casi nada para lograrlo y lo poco que hizo lo afirmó en el poder”. [Debilidad de Obama ante la impronta de Putin].

“Luego de más de 200,000 muertes y 4 millones de refugiados, es difícil distinguir la respuesta americana de la de otras democracias occidentales. Con la única excepción de Alemania y Suecia, occidente ha negado socorro. Alemania ha avergonzado a sus vecinos al ofrecer apoyar a 800,000 refugiados, un múltiplo de lo ofrecido por todos los demás. Desde el inicio de esta desgracia, EEUU ha tomado solo 1,434. Siria no será una nota al pie de página de un respetable legado diplomático [de Obama], será una acusación”.

Los líderes europeos continúan tratando de encontrar una solución para responder a ésta crisis. La financiación de la operación Triton (operación de seguridad en la frontera de la Unión Europea liderada por Frontex, la agencia de control de las fronteras de Europa, con el objetivo de mantener controladas las fronteras en el mar Mediterráneo) se incrementó tras el desastre del naufragio de abril y se están planteando diversas propuestas, como la redistribución de los solicitantes de asilo en todos los países europeos.

“No vamos a regresar, abran el camino”.

Es probable que cerrar las fronteras de Europa vaya en contra de dos pilares fundamentales detrás de la ideología de la Unión Europea: la libertad de circulación y el respeto de los principios humanitarios internacionales. La opción de la apertura de las fronteras a aceptar solicitantes de asilo (y percibir esta inmigración como una crisis humanitaria) probablemente intensificará preocupaciones sobre la estabilidad económica europea y la seguridad en el empleo.

Lo que es evidente es que este tema requiere un enfoque global y multilateral fuerte y que es responsabilidad de todos ayudar a las personas que actualmente están sufriendo una de las peores crisis humanitarias de la historia. Lampadia




El Orden Mundial de Henry Kissinger

El Orden Mundial de Henry Kissinger

El último libro de Henry Kissinger, “Orden Mundial”, es un análisis integral de la formación de las estructuras internacionales desde la creación del Estado-Nación hasta nuestros días.

Dada la importancia actual de China, dedica una buena parte del libro a describir sus fuentes geopolíticas y su posicionamiento. El siguiente pasaje del libro (traducido por Lampadia) es particularmente interesante:

“Desde la unificación de China como una entidad política el año 221 a.c., su posición al medio del orden mundial estaba tan impregnada en el pensamiento de sus élites, que ni siquiera había una palabra para ello. Solo posteriormente los estudiosos definieron el sistema ‘sinicéntrico’. En este concepto tradicional, China se consideraba a si mismo el único gobernante del planeta y su emperador era tratado como una figura de dimensiones cósmicas, entre lo divino y lo humano. Su esfera de influencia no era la de un estado soberano a cargo de los territorios bajo su dominio, era más bien vista como: ‘A cargo de todo lo que está debajo del Cielo’, del cual China (el ‘Reino Medio’) era la parte civilizada que inspiraba y mejoraba al resto de la humanidad”.

Líneas abajo compartimos el artículo de Federico Gaon sobre el análisis de Kissinger sobre el Medio Oriente:

 

El Medio Oriente según Henry Kissinger

Artículo de Federico Gaon, internacionalista por la Universidad de Palermo, Argentina, y especialista en temas del Medio Oriente. Publicado en Foreign Affairs Latinoamérica,  8 de abril 2015. Glosado por Lampadia.

En su reciente libro World Order, el influyente exsecretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger presenta sus reflexiones y su visión acerca del curso de las cosas en el mundo. Además, lleva al lector a un recorrido histórico por las distintas nociones de orden internacional concebidas por el hombre.

Desde sus primeros escritos, Kissinger se ha interesado profundamente por estudiar la distribución internacional del poder y la configuración sistémica que lo organiza entre las potencias. En World Order, quien fuera uno de los principales articuladores de la realpolitik en el escenario mundial, enuncia una magistral lección en el realismo que debería ser tomado en consideración por quienes tienen en sus riendas la conducción de la humanidad. Por lo pronto, el autor reconoce que cada región o grupo con correspondencia geopolítica, sea de Occidente, de Asia o del Medio Oriente, ha consagrado en algún momento de su historia un zeitgeist [visión cultural del espíritu del tiempo de un país] propio sobre el mundo.

Kissinger insiste que las diferencias culturales pueden y deben ser salvadas para dar forma a un orden mundial consensuado, aceptable por todas las partes.

Kissinger señala que “en ningún lugar es el desafío de orden internacional más complejo, en términos de organizar el orden regional como de asegurar la compatibilidad de dicho orden con la paz y la estabilidad en el resto del mundo”, como en el Medio Oriente. La gran pregunta que el autor se limita a responder escuetamente es cómo reconciliar el concepto de orden prevalente en el Islam con un concepto de orden mundial todavía no definitivo del todo.

A diferencia de Occidente, que desarrolló un compromiso hacia la idea de que el mundo era externo al observador, el mundo islámico concibió la idea contraria al entender que el mundo se comprende por medio de la experiencia religiosa (interna) del creyente.

El rápido avance del Islam por tres continentes proveyó a sus creyentes la prueba irrefutable de que su religión era un sistema completo y rector, con instrucciones infalibles para cada aspecto de la escena pública y privada.

Europa, para el siglo XVII dio forma a una idea de orden basado en la noción de “balance de poder”, al predicar como una necesidad estratégica para prevenir que un gran hegemón pudiera desbancar la estabilidad. A la larga se convirtió en una característica definitoria de la diplomacia occidental. Conceptualmente, el balance de poder no es un cálculo que responde a consideraciones morales, pero es un instrumento de la estrategia para prevenir el conflicto, conformando un sistema ecuánime donde cada Estado goza de soberanía o protección por una tercera parte.

El concepto de orden islámico virtualmente presume lo contrario. El cálculo no es estratégico sino moral y se instruye a partir de la noción de que el Islam per se es una religión y un Estado mundial multiétnico a la vez. El Islam constituye su propio orden mundial: en vez de un balance de poder, adopta una noción que polariza al mundo entre Dar al-Islam (la casa del Islam), donde se encuentran las entidades gobernadas por la ley islámica, y Dar al-Harb (la casa de la guerra), que reúne a todas las demás entidades gobernadas por no musulmanes.

The Sunday Times Laurent Gillieron

Los musulmanes tenían prohibido asentarse en territorios no musulmanes donde no podrían cumplir la práctica de los preceptos religiosos. Los gobernantes, si bien podían hacer tratos con los Estados “infieles” (y de hecho lo hacían), debían siempre partir de la premisa que los acuerdos debían ser abrogados más adelante, justamente para esparcir el Islam. Todo orden que escape de la soberanía islámica queda automáticamente reducido al carácter de una aberración ilegítima. Los musulmanes no pueden estimar como iguales a los no musulmanes.

De regreso al viejo continente, como ninguna fuerza podía imponer su voluntad sobre otra de forma continua y decisiva, Kissinger asienta que el arte del gobierno del príncipe europeo deriva de la valoración del equilibrio y de la resistencia a las proclamaciones de gobernanza universal. Las conflagraciones religiosas intracristianas dejaron al Estado mejor posicionado frente al poder de la Iglesia. Desde entonces, luego de la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en 1648, cada Estado comenzó a reclamar para sí, en consenso con los demás, soberanía para determinar su propia religión. Acordaron entonces que ninguna entidad podría entrometerse en los asuntos internos de terceros Estados. En resumen, este arreglo formó la base del orden moderno, también llamado westfaliano, que pronto se difundió con el impulso del colonialismo europeo —no sin resistencia— por el resto del mundo.

El fenómeno del islamismo representa una inversión total del sistema westfaliano. Los Estados son seculares y por tanto ilegítimos. En el mejor de los casos, los Estados pueden ser tolerados siempre y cuando se piensen no como un fin en sí mismo, sino como un instrumento provisional creado para imponer una entidad religiosa en una escala más amplia. Esto queda reflejado por la máxima yihadista: “Amamos la muerte tanto como ustedes aman la vida”. O bien, como expresa Kissinger, en que “la puridad, y no la estabilidad, es el principio ordenador de esta concepción [islámica] de orden mundial”.

Por otra parte, Kissinger observa, como hacen también otros analistas, que la Primavera Árabe ha expuesto las contradicciones internas del mundo islámico. A la luz de este argumento se debate una síntesis entre el concepto de orden basado en la primacía del Estado moderno y entre otro basado en la tradición autóctona derivada de la religión.

El conflicto árabe-israelí ilustra a la perfección esta situación. Israel es por definición —dice Kissinger— un Estado westfaliano. A la par de los Estados árabes miran al orden internacional en mayor o menor medida conforme lo prescrito por el legado del Islam. Esta diferencia fundamental es la razón del conflicto. El conflicto no es explícitamente territorial, porque lo que está en juego son miradas antagónicas de orden. Por esta razón, una solución a largo plazo debe necesariamente contemplar la posibilidad de una coexistencia entre la construcción westfaliana (moderna) y la concepción islámica.

Yaquique

En miras a encontrar un acuerdo, Kissinger señala que Israel va un paso más allá del Tratado de Westfalia al pedir que sea reconocido como un Estado judío, ya que se está metiendo en un campo que afecta directamente las sensibilidades de los musulmanes. Al postular su vieja receta práctica, Kissinger deja en claro que lo que importa no son las etiquetas, sino los pasos concretos que conducen a aceptar la realidad de Israel mediante el resguardo de su seguridad. Para el estratega, este es el punto de partida indispensable para llegar a un arreglo.

Irán es otro punto focalizado en World Order. Desde la revolución islámica en 1979, Irán pasó a ser una entidad posicionada en un cruce entre dos concepciones de orden mundial. Por un lado, su gobierno llama abiertamente a la destitución del sistema westfaliano, pero irónicamente al mismo tiempo se sostiene sobre la base del sistema que quiere destruir. Aunque el movimiento islamista en el poder añora un orden islámico, Irán no renunció a los derechos y privilegios del Estado moderno.

ParadójicamenteKissinger advierte sobre los riesgos de que los propios occidentales emprendan campañas idealistas para proselitizar la democracia por el mundo.

De acuerdo con el ex secretario de Estado, la actitud de Estados Unidos hacia Irán y hacia otros países comandados religiosamente, como Arabia Saudita, no puede basarse en un simple cálculo de balance de poder o en una agenda de democratización. La agenda debe ser armada tomando en cuenta los valores, la tradición y la experiencia de estos países.

Kissinger recuerda que el enfoque de realpolitik adquiere precedencia para abordar los desafíos del siglo XXI. A pesar de haber apoyado la invasión a Irak en 2003, en vista de los acontecimientos en el mundo árabe, este prominente pensador realista le habla a los neoconservadores en Washington y les dice que deben dejar de ilusionarse con el prospecto de que las masas cansadas y abusadas de los países islámicos congenien gobiernos con principios occidentales. Sin embargo, dado que no se puede volver atrás, Kissinger critica a Barack Obama por tirar a la basura la faceta del proyecto de la era George W. Bush que apuntaba a estabilizar a Irak. Además, critica la falta de énfasis del gobierno actual en rellenar el vacío de poder que dejó la caída de Saddam Hussein e indica que antes de una “estrategia de salida”, lo que se necesita es una estrategia puntual a secas.

En realidad, lo que se requiere es un cambio de tácticas para llegar esencialmente a los mismos resultados. World Order insiste en que las democracias occidentales deberían acomodarse a las realidades y desde allí trabajar cuidadosamente, siempre en consideración de la concepción de orden de sus contrapartes no liberales. Si se lee el texto entrelineas, esto no implica obligatoriamente conciliar a la usanza occidental, mediante la diplomacia de la sucesiva presentación de propuestas y contraofertas para resolver una disputa. Como bien lo justifica Kissinger, en las culturas orientales este camino es interpretado como debilidad. Lo que realmente está discutiendo, es que la consecución de un orden mundial dependerá del grado de flexibilidad que las regiones o países con cosmovisiones características puedan articular para encontrar puntos medios entre sus diferencias.

Kissinger propone revisar el concepto de balance de poder, partiendo del hecho básico de que los arreglos entre las fuerzas nunca son estáticos, pues siempre están en continuo movimiento. Esta mítica figura de la Guerra Fría concede a Estados Unidos el papel de garante de este balance de poder. Para él, la configuración sistémica propuesta, si es respaldada consistentemente por la política exterior estadounidense, conducirá eventualmente a la aparición de líderes con visión de paz.

Finalmente, Kissinger postula que para alcanzar un orden mundial genuino, sus componentes deben adquirir una segunda cultura mundial que pueda coexistir con sus propios valores. Esta nueva cultura debe ser estructural y debe esbozar un concepto jurídico de orden que trascienda las perspectivas e ideales de una sola región o país. “En este momento en la historia —agrega— esto sería una modernización del sistema westfaliano de acuerdo a las realidades contemporáneas.” El objetivo de nuestra era, concluye, “debe ser alcanzar dicho equilibrio, restringiendo mientras tanto a los perros de la guerra”. L

 




“Fuera de control en términos de las fuerzas desplegadas”

“Fuera de control en términos de las fuerzas desplegadas”

En el mundo existe una gran necesidad de gobernanza global, de una convergencia de poderes y apoyo entre países sin polarizaciones ni discriminación de ningún tipo. Solo con un fuerte liderazgo global se podrá llevar a un mundo tan dinámico y multipolar hacia la convergencia la prosperidad y la paz.

Ese es el mensaje que debemos llevarnos de la entrevista a la ex Secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, quien está muy enterada de los temas de Grecia, Putin y el espionaje en el escenario mundial. Su frase: la gente está hablando con sus gobiernos con tecnología del siglo 21; los gobiernos escuchan en la tecnología del siglo 20 y proporcionan respuestas del siglo 19”, puede aplicarse en muchos escenarios, como por ejemplo a las relaciones del sector privado, el gobierno y los políticos en el Perú.

Esto muestra el gran problema de nuestros tiempos: la desconexión entre sociedad y Estado. El problema se arraiga desde las instituciones globales con las que contamos, las cuales fueron creadas para otros tiempos y hoy están desfasadas. Les falta capacidad para ejercer autoridad, hacer cumplir los acuerdos internacionales y tomar las acciones necesarias para solucionar problemas actuales. El creciente poder económico y político de China, el desarrollo de la India, los embates de Putin y la emergencia de ISIS, entre otros, significan una multiplicación de los actores, que, como dice Albright, no necesariamente se conducen por reglas racionales y en los mismos lenguajes. (Ver en Lampadia: WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar?)

Además, el mundo tiene que adaptarse a la tecnología. Este es otro tema importante que menciona Albight. No se puede seguir luchando contra los medios sociales, los avances tecnológicos y los avances que brinda la tecnología. Es un mundo que sigue cambiando constantemente y las rígidas y antiguas reglas no se adaptan a él.

Este desfase entre lo económico-social e institucional a nivel global puede, tarde o temprano, terminar destruyendo los avances de la humanidad. Es como en el Perú, el divorcio de la política y la economía hace precario lo avanzado. (Ver en Lampadia: El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo XXI).

El creciente suicidio colectivo en que está empeñada la clase política peruana, muestra que no hay límites ni reglas que nos protejan del abismo. No hay ‘arrepentimiento ni propósito de enmienda’. La conducta del oficialismo y la oposición nos demuestra que en nuestro sistema político nadie está dispuesto a arriar banderas en función del bien colectivo. En Lampadia demandamos una vez más: Unidad y Liderazgo).

Ver entrevista de Christiane Amanpour (CNN) a Madeleine Albright, ex Secretaria de Estado de EEUU en Berlín el 25 de junio 2015.

Canal de Lampadia:

Transcrita, traducida y glosada por Lampadia:

Madeleine Albright sobre los grandes temas del día

Soy Christiane Amanpour (CA) en Berlín. Es un momento de desafío sin precedentes para Europa.

En este momento de crisis global sin precedentes, he estado hablando con la ex Secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright (MA), quien está muy enterada de los temas de Grecia, los juegos de Putin y el espionaje en el escenario mundial.

CA: El gobernante de facto de la UE, el líder de la UE, la canciller Merkel, está tratando de lidiar con Grecia. El subsecretario general estadounidense de la OTAN dijo que están muy preocupados, ya que podrían haber malas consecuencias si hay un “Grexit” y no sólo repercusiones económicas. ¿Qué piensas sobre eso? ¿Crees que toda la cuestión de Grecia es preocupante?

MA: Creo que es muy preocupante debido a la ubicación de Grecia, el tema de cómo funciona la Unión Europea, la relación entre la Unión Europea y la OTAN y todas las cosas que están sucediendo en los países vecinos y la zona del Mediterráneo, en el Medio Oriente. (…) desde una perspectiva estadounidense, creo que es muy preocupante.

CA: En 1947 que los estadounidenses se fueron por la borda para mantener a Grecia en Europa y no dejarlo ir a la esfera soviética.

MA: Por supuesto. Es algo por lo cual el presidente Truman trabajó muchísimo. Fue el inicio de una política exterior de asistencia de Estados Unidos, de tratar de encontrar la manera de asegurarse de que no se fuera al comunismo y que se mantuviera como parte de Europa,  reconoció no sólo la importancia de Grecia en sí, sino lo que realmente representaba como símbolo. Y, por eso, creo que es muy preocupante.

CA: El primer ministro Tsipras parece estar comunicándose mucho con el presidente Putin y el está disfrutando este juego como lo ha hecho en los últimos años. ¿Existe la preocupación de que Rusia reciba a Grecia con los brazos abiertos o que Grecia se incline más en esa dirección?

MA: Creo que es muy difícil adivinar cuál es el plan de Putin excepto por una cosa: Creo que lo que quiere hacer es dividir la alianza occidental. Y creo que eso es parte de su juego. Y creo que es lamentable ver que los griegos parecen estar cayendo en el juego. Pero lo principal es: si necesitan dinero, los rusos no tienen dinero. Entonces, ¿de qué se trata esto? ¿Por qué está sucediendo?

Lo que también me pone nerviosa es que… yo se que así son las negociaciones, pero parece muy de “cuerda floja” en un momento en que es tan importante. La OTAN está cumpliendo y la Unión Europea, los ministros de finanzas, todo el mundo está en esto. Pero sí creo que los rusos piensan que pueden obtener una ventaja y espero que los griegos no se las den.

CA: El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha llegado a sugerir que la OTAN podría reforzar su fuerza de disuasión nuclear en la región porque Putin ha estado hablando mucho sobre el fortalecimiento de las armas nucleares y sobre la opción nuclear. ¿Cómo se lee lo que está haciendo? Después de todos estos años, después de la caída del muro y todo el resto… ¿esta idea nuclear entre Rusia y la OTAN?

MA: Bueno, en parte, creo que todo es un intento de Putin para hacer frente a lo que creo que es una crisis de identidad que tienen los rusos. No es fácil haber sido una superpotencia y, de repente, no serlo. Y Putin ha prometido de tantas maneras que él va a regresar a Rusia a su grandeza. Lo que se olvida, o nunca ha conocido, es que el futuro de Rusia está en tener una buena relación con Europa, no por ser sólo una suerte de amenaza. Y pase lo que pase, siempre, cada vez que la ecuación nuclear entra en vigor, es un ejemplo de que las fuerzas convencionales no son lo suficientemente fuertes. Esa ha sido la clase de la historia a lo largo de la Guerra Fría. Creo que es peligroso. Pero yo creo que lo que tenemos que recordar es que lo que la OTAN está haciendo es una práctica de disuasión. La OTAN no comenzó esto. Putin comenzó haciendo algo completamente ilegal desde el final de la Segunda Guerra Mundial, de ir a un país y apoderarse de su territorio. Así que, y solía decir esto generalmente sobre Saddam Hussein, ¿cómo empezó la guerra? Todo comenzó cuando, como él dijo, “cuando el otro chico me golpeó de vuelta”. Así que yo creo que tenemos que tener mucho cuidado, pero hay que recordar que lo que la OTAN está haciendo es la disuasión.

CA: Usted ha dicho recientemente que el mundo está en un gran desorden, que es más inflamable que nunca en su vida o en las últimas décadas. ¿Qué tan grave es?

MA: Ya hablamos un poco acerca de Rusia, claramente, durante la Guerra Fría era peligroso. Los misiles nucleares estaba uno enfrente del otro pero, de una manera extraña, habían ciertas reglas de juego. Escribimos diversos tratados. Había actores racionales que tenían discusiones y debates. Hubo reuniones. Lo que ha pasado ahora es que hay más jugadores (que no son lo que llamamos “los actores no estatales”), que no son parte del sistema. No sabemos exactamente cómo tratar con ellos. Muchas de las instituciones nacionales no funcionan muy bien. Y la estructura internacional, ya sea que estés hablando de la Unión Europea o las Naciones Unidas, estamos un poco sorprendidos y fuera de control en términos de las fuerzas que se han desplegado. Por lo tanto, creo que estamos en una era muy diferente. Tenemos que encontrar la manera de tener la gobernanza nacional e internacional y, he robado esta declaración de alguien pero funciona tan bien, sobre lo que está pasando (teniendo en cuenta lo que está sucediendo en la tecnología) la gente está hablando con sus gobiernos con tecnología del siglo 21; los gobiernos los escuchan en la tecnología del siglo 20 y están proporcionando respuestas del siglo 19. Por lo tanto no hay confianza en las instituciones existentes, ya sea en los gobiernos de los países, en sus personas o en que el sistema internacional pueda llegar a un acuerdo en una verdadera variedad de temas, ya sean sociales, económicos, políticos o ambientales.

CA: El gobierno francés acaba de llamar al embajador americano en París a quejarse en voz muy alta que WikiLeaks informa que el actual presidente francés y sus dos predecesores fueron espiados regularmente por los Estados Unidos, incluyendo sus teléfonos celulares personales. Quiero decir, ¿realmente? ¿Realmente necesita EE.UU. estar haciendo eso? Y, por supuesto, tenemos todo el escándalo de Angela Merkel y que está siendo espiada.

MA: Creo que tengo un problema real con este tema en particular porque, la verdad del asunto es que todo el mundo está espiando a todo el mundo. Y hay una gran cantidad de hipocresía en todo esto. Creo que hay una necesidad de compartir información, especialmente sobre las diversas amenazas que están ahí fuera. Pero me parece extraño que algunos de estos países entre en tal alboroto sobre las cosas que ellos mismos hacen.

CA: ¿Incluso los teléfonos móviles personales de los líderes? Quiero decir, ¿te imaginas que el presidente Obama sea espiado? ¿Fue espiado el presidente Clinton?

MA: No tengo ni idea. Pero creo que la conclusión es que sucede. Creo que la gente hace cosas que desearíamos que no hicieran. Creo que todo el mundo espía a todo el mundo. Y el fondo del asunto es que se está tratando de averiguar a qué nivel sucede y por qué. Una de las partes más difíciles que encuentro en este momento Christiane, es que se basa mucho en lo que la gente dice y hay mucha ambigüedad en todo. La gente comparte una increíble cantidad de información sobre ellos mismos y luego están preocupados cuando la gente sabe algo al respecto. O bien, si algún acontecimiento terrible sucede, como un ataque terrorista, luego dicen: ¿por qué su gobierno no sabe de esto? Por lo tanto, creo que tenemos muy poco clara la privacidad, el secreto, la capacidad, quién hace qué a quién y creo que tenemos que desarrollar algunas reglas nuevas, pero yo creo que hay una gran cantidad de hipocresía.

CA: ¿No descubriste tú que estabas siendo espiada cuando eras secretaria de Estado?

MA: Lo que encontraron fue que una habitación en el séptimo piso del Departamento de Estado, cerca de la oficina de la secretaria de Estado, estaba siendo espiada por los rusos. Había un hombre ruso sentado afuera, y sabía exactamente lo que estaba diciendo.

CA: ¿Sentado afuera dónde?

MA: En algún lugar en el exterior del Departamento de Estado. Lo encontraron. Luego hicimos lo que normalmente haces cuando encuentras algo como eso, una gestión y decirle a Moscú que no debes hacer eso. Pero creo que sabes que tengo mi pin de diplomática. Así que la siguiente vez que me reuní con los rusos, llevaba puesto un gran broche de “insecto” y ellos supieron exactamente lo que estaba diciendo.

CA: ¿Y se detuvo?

MA: Es de suponer.

Hahahahahahaha.

CA: Secretaria Albright, muchas gracias de verdad.

MA: Muchas gracias.

 




Derechos de la Mujer: Arabia Saudita y más allá

Derechos de la Mujer: Arabia Saudita y más allá

Arabia Saudita es la economía número catorce en términos de PBI (al 2014, según el FMI), tiene una economía basada en el petróleo con fuertes controles gubernamentales, posee cerca de 17% de las reservas petroleras del mundo, siendo el mayor exportador de crudo, y desempeña un determinante liderazgo en la OPEP. Este sector representa, aproximadamente,  el 80% de los ingresos, el 45% del PBI y el 90% de las exportaciones.

A pesar de la creciente incertidumbre política en los países árabes, Arabia Saudita se sigue beneficiando del petróleo. Por otra parte, su situación fiscal protege al país de una eventual desaceleración económica. Se espera que la economía crezca 2.5% en 2015. Para el 2016, se prevée un crecimiento del 2.6%. Su ministro de Petróleo, Ali Al-Naimi, asegura que entre el  2040 y el 2050,Arabia Saudita será exportador deelectricidad producida con energía solar, ver en Lampadia. Energía infinita y gratuita: Promesa de un futuro cercano.

Sin embargo, el ritmo de modernización ha sido muy injusto y disparejo, especialmente en el aspecto social con los Derechos de la Mujer, al igual que en la mayoría de países islámicos.

Arabia Saudita tiene un pésimo historial de derechos humanos, en particular en lo que respecta al trato a las mujeres. Aunque en los últimos años los derechos de las mujeres se han ampliado parcialmente (ahora se les permite votar en las elecciones locales, por ejemplo) su situación sigue siendo básicamente la misma. 

Por ejemplo, no hay ninguna ley oficial que les prohíba conducir, pero sus prácticas religiosas sí lo prohíben, con clérigos saudíes argumentando que las conductoras femeninas “socavan los valores sociales”. Las razones dadas por ellos son:

  • Implica el descubrimiento de la cara.
  • Puede llevarlas a que salgan de la casa con más frecuencia.
  • Puede dejar que tengan mayor interacción con los hombres.
  • Crearía mayor tráfico en las calles y podría privar a los hombres de la oportunidad de conducir.
  • Sería el primer paso en una erosión de los valores tradicionales, como la segregación de género.

También se espera que las mujeres mantengan sus cabezas cubiertas con pañuelos y usen ropa suelta, como una ‘abaya’, cuando estén en público. Además, las mujeres adultas deben tener el permiso de un “tutor masculino” para trabajar o ir de viaje, una severa restricción a su libertad.

Todas las mujeres deben tener un tutor masculino, el cual el responsable y se le tiene que pedir permiso para poder casarse, viajar, recibir educación superior, trabajar y hasta tener una cuenta bancaria.

Las mujeres deben limitar su interacción con los hombres con los que no estén relacionadas. La mayoría de las oficinas, bancos y universidades tienen entradas separadas para hombres y mujeres. El transporte público y los parques  también están segregados. Asimismo están totalmente prohibidas de practicar deportes. De hecho, son el único país sin una selección femenina en las Olimpiadas. En el sector educación, han sido desalentadas de estudiar carreras como ingeniería, farmacéutica, arquitectura y derecho.

La segregación de género se ha visto muy afectada por la tecnología de comunicaciones, sobre todo cuando es anónima. Los saudíes fueron los primeros en adoptar la tecnología Bluetooth, mediante el cual los hombres y mujeres podían comunicarse en secreto. Además, las mujeres saudíes utilizan las redes sociales como una forma de compartir ideas que no podrían decir públicamente. Por ejemplo, una mujer afirmó que:

“En Arabia Saudita vivimos más una vida virtual que una vida real. Conozco a personas que están involucradas en romances en línea con gente que no conocen en la vida real … Y muchas de nosotras usamos Facebook para otras cosas, como hablar de los derechos humanos y los derechos de las mujeres. Podemos protestar en Facebook sobre el encarcelamiento de una persona, algo que no podríamos hacer en las calles.”

Algunos clérigos conservadores han pedido que Facebook esté prohibido porque causa mezcla de géneros. Un clérigo lo llamó una “puerta a la lujuria” y la causa de la “lucha social”. 

Debido a todos estos factores, los organismos internacionales luchan constantemente contra Arabia Saudita en materia de igualdad de género. En 2014, el World Economic Forum clasificó al país en el puesto 130 de 142 en su informe anual sobre igualdad de género. Pero practicamente todos los países de la tierra se tapan un ojo y se abstienen de poner el tema en agenda por la importancia de Arabia Saudita en el mundo económico y su posición más racional que la de la mayoría de miembros de la OPEP en cuanto al uso político del ‘oro negro’.

Esta terrible realidad debería ser calificada como un “Apartheid” contra las mujeres y debería merecer las mismas acciones internacionales que tuvieron que desarrollarse contra la Sudáfrica segregacionista pre Mandela.

Sin embargo, el mundo se está modernizando, y la tecnología de Internety la globalización permiten una mayor democratización que no debiera tardar en asentarse en esas tierras. Aproximadamente la mitad de la población tiene menos de 25 años y cada vez más sauditas van a la universidad, trabajan y usan las redes sociales.

Las sonadas protestas del 2011, mostrando a decenas de mujeres manejando  y compartiendo vídeos e imágenes de su desobediencia civil, no han logrado el impacto de brindarles más derechos al volante. Pero “lo que está cambiando ahora en Arabia Saudita es que incluso el ciudadano saudí simple, promedio, la mujer sencilla, ama de casa, es ahora consciente de sus derechos civiles”, afirma una activista (anónima) de los derechos de la mujer. Un ‘momemtum’ que debiera traer un cambio en la política internacional.

El mundo está cambiando a pasos agigantados. Y si Arabia Saudita quiere seguir participando de la globalización y del mundo moderno, va a tener que adaptarse. Lampadia




Señales de vida en la zona euro

Señales de vida en la zona euro

Por Nouriel Roubini, Project Syndicate, 31 de marzo 2015

Traducido por Lampadia

Los últimos datos económicos de la zona euro sugieren que su recuperación puede estar a la vista. ¿Qué la está impulsando? ¿A qué obstáculos se enfrenta? ¿Y qué se puede hacer para sostenerla?

Las causas inmediatas de la recuperación no son difíciles de discernir. El año pasado, la eurozona estaba al borde de una recesión del tipo de una doble caída (W). Cuando  recientemente entró técnicamente en deflación, finalmente, el Banco Central Europeo (BCE) soltó un programa de flexibilización agresivo y puso en marcha una combinación de flexibilización cuantitativa (quantitative easing), que incluye la compra de bonos soberanos y tasas de interés negativas.

El impacto financiero no se hizo esperar: en previsión a la flexibilización monetaria, y después de su inicio, el euro cayó con fuerza, los rendimientos de los bonos en el núcleo de la eurozona y la periferia cayeron a niveles muy bajos, y los mercados de valores comenzaron a subir con firmeza. Esto, unido a la fuerte caída de los precios del petróleo, logró impulsar el esperado  crecimiento económico.

También están contribuyendo otros factores. La flexibilización del crédito del BCE está subsidiando de manera efectiva los préstamos bancarios. El freno producido por la  austeridad fiscal será menor este año, dada la mayor indulgencia de la Comisión Europea. El inicio de una unión bancaria también ayuda; tras las últimas pruebas de resistencia y calidad de los activos, los bancos tienen mayor liquidez y más capital para prestar al sector privado.

Como resultado de estos factores, el crecimiento de la zona se está reanudando, y la renta variable ha superado recientemente a la de EEUU. El debilitamiento del euro y las medidas agresivas del BCE pueden incluso detener la presión deflacionaria hacia finales de este año.

Sin embargo, una recuperación más robusta y sostenida aún enfrenta muchos desafíos. Para empezar, los riesgos políticos podrían descarrilar el progreso. Grecia, esperamos, permanecerá en la zona euro. Pero las difíciles negociaciones entre el gobierno liderado por Syriza y la “troika” (el BCE, la Comisión Europea y el FMI) podrían causar un accidente involuntario – lo llaman un “Grexident” – si no se llega a un acuerdo sobre la refinanciación de dicho país en las próximas semanas.

Por otra parte, Podemos, un partido de izquierda del mismo molde de Syriza, podría llegar al poder en España. Partidos populistas anti-euro de derecha e izquierda están desafiando al primer ministro italiano Matteo Renzi. Y Marine Le Pen, del partido ultraderechista Frente Nacional, ya figura adelante en los sondeos pre-electorales para las presidenciales francesas de 2017.

La creación de empleo y un lento aumento de ingresos pueden seguir alimentando la reacción populista contra la austeridad y las reformas. Incluso el BCE estima que la tasa de desempleo de la zona euro seguirá siendo un 9.9% en 2017 – muy por encima de la media de 7.2% pre- crisis financiera mundial hace siete años [largamente por encima del nivel de desempleo en EEUU]. La austeridad y la fatiga de las reformas en la periferia de la eurozona han sido igualadas por el cansancio de los rescates en el núcleo europeo, permitiendo el apoyo a una serie de partidos anti-euro en Alemania, los Países Bajos y Finlandia.

Un segundo obstáculo para la recuperación sostenida es la mala vecindad de la zona euro. Rusia está cada vez más firme y agresiva en Ucrania, los países bálticos, y hasta los Balcanes (mientras que las sanciones contra Rusia han herido a muchas economías europeas). A la vuelta de la esquina, el Medio Oriente arde en llamas: los recientes ataques terroristas en París y Copenhague, y en contra de los turistas extranjeros en Túnez, le recuerdan a Europa que cientos de yihadistas locales podrían regresar de los combates en Siria, Irak, o en otro lugar y lanzar nuevos ataques.

En tercer lugar, mientras que las políticas del BCE mantienen los costos de endeudamiento más bajos, la deuda privada y pública en los países de la periferia, como proporción del PBI, es alta y seguirá creciendo, porque el denominador del ratio de deuda – PBI nominal – apenas está en aumento. Por lo tanto, la sostenibilidad de la deuda seguirá siendo un problema de mediano plazo.

Cuarto, la política fiscal sigue siendo contractiva, porque Alemania sigue rechazando al creciente coro de consejos para que debería emprenda estímulos de corto plazo. Por lo tanto, un mayor gasto alemán no compensaría el impacto de la austeridad adicional en la periferia o el importante déficit esperado para el plan de inversión de € 300 mil millones (US$ 325 mil millones) en un período de tres años presentado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Quinto, las reformas estructurales aún se están produciendo a un ritmo muy lento, frenando el potencial crecimiento. Mientras que las reformas estructurales son necesarias, algunas medidas – por ejemplo, la liberalización del mercado laboral y reparaciones de pensiones – pueden aumentar la tasa de ahorro de la zona euro y por lo tanto debilitar aún más la demanda agregada (como ocurrió en Alemania después de sus reformas estructurales hace una década).

Por último, la unión monetaria de Europa sigue siendo incompleta. Su viabilidad a largo plazo requiere del desarrollo de una completa unión bancaria, unión fiscal, unión económica y, con el tiempo, unión política. Pero el proceso de mayor integración europea se ha estancado.

Si la tasa de desempleo sigue siendo muy elevada a finales de 2016, la inflación anual se mantiene muy por debajo del 2% del objetivo del BCE, y las políticas fiscales y las reformas estructurales ejercen un lastre a corto plazo sobre el crecimiento económico, se tendría que continuar con la flexibilización cuantitativa. Pero la continua debilidad del euro – alimentado por estas políticas – sigue incentivando el crecimiento del superávit de cuenta corriente de la zona euro.

De hecho, mientras se debilita el euro, las cuentas externas de los países de la periferia han oscilado de déficit a equilibrio y, cada vez más, a los excedentes. Alemania y el núcleo de la eurozona ya acumulaban grandes excedentes; y en ausencia de políticas para impulsar la demanda interna, esos excedentes simplemente han aumentado aún más. Por lo tanto, la política monetaria del BCE tendrá que asumir a un elenco de vecinos cada vez más empobrecidos, lo que creará tensiones en el comercio y con el tipo de cambio con los Estados Unidos y otros socios comerciales.

Para evitar este resultado, Alemania debe adoptar políticas – de estímulo fiscal, un mayor gasto en infraestructura e inversión pública y un aumento más rápido de los salarios, los cuales  impulsarían el gasto interno y reducirían el superávit externo del país. A menos que, y hasta que, Alemania se mueva en esta dirección, nadie debería apostar por una recuperación más sólida y sostenida de la zona euro.