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La Máxima (mentira) no está sola

La Máxima (mentira) no está sola

La utilización del caso Máxima Acuña como mecanismo de hostilización a la gran inversión minera se mantiene con el beneplácito de gran parte de la prensa nacional que -en el mejor de los casos- ejercen el papel de tontos útiles de ONGs anti-mineras que han armado una farsa[i] alrededor de un caso fundamentado en mentiras fragantes y medias verdades. Ahora han dado rebote mediático a la campaña “Máxima No está Sola” desplegada por Amnistía Internacional[ii].

Lamentablemente varios medios de comunicación y líderes de opinión que han tratado el tema se han comportado de dos maneras. Por un lado están aquellos que divulgan la versión del caso Máxima, planteando que los anti-mineros creen que están defendiendo a una mujer víctima de abusos, pero que no han realizado el más mínimo esfuerzo por verificar si aquello es verdadero o es una farsa. Estos medios están renunciando a la aplicación de las buenas prácticas periodísticas y en especial al principio de escuchar a ambas partes[iii]. En este grupo se incluyen a periodistas que no comparten la ideología Pos-extractivista pero deciden quién es la “victima” y quien el “victimario” en función a las quienes son los protagonistas. El caso se presenta como el de una gran empresa minera trasnacional (Yanacocha) contra una mujer campesina (Maxima Acuña). Tan apegados están al guión que les resulta irrelevante que las evidencias estén del lado de la empresa, y que la mujer campesina resulte diciendo mentiras  sistemáticamente. Para estos líderes de opinión las identidades de las partes enfrentadas determinan quien tiene la razón y la realidad no es algo a constatar. Están tan convencidos que la empresa minera es, por definición un ente malvado, que no consideran necesario conocer su versión, es sorprendente que tampoco les interese comunicarse con los campesinos de la zona, que conocen muy bien quién es la señora Máxima Acuña y de qué vive, para saber cuánto hay de verdad y cuánto hay de mentira en la historia que están propalando.

Por otro lado están quienes apoyan la campaña “Maxima no Está Sola” a sabiendas de que se trata de una gran mentira. En este grupo se encuentran aquellos que están involucrados en el tema por razones ideológicas. Dadas las sólidas evidencias de que el caso Chaupe es un fraude, es muy difícil que alguien que investigue el caso no se dé cuenta de que se trata de un montaje. Este grupo, que incorpora a ONGs que se definen como “defensoras de los derechos humanos y el medio ambiente” y su entorno, impulsa el caso Máxima Chaupe en la medida en la que el mismo les permita avanzar en el logro de sus intereses ideológicos y económicos.

En su esquema ideológico consideran que el propagar el caso Máxima es un mecanismo de “visibilización” ante el gran público, de los “ejes de injusticia” que consideran intrínsecos al desarrollo capitalista. Ideas como: abusos del patriarcado, el extractivismo, el colonialismo eurocéntrico y el capitalismo transnacional pueden comunicarse al público en una manera simple entendible y emocionalmente efectiva a un amplio público, con la figura de una persona. Para estos grupos el caso Máxima es una efectiva herramienta para la lucha política en contra del modelo económico de libre mercado. Para ellos sacrificar la verdad es un precio menor que se justifica frente al “bien mayor” de impulsar las transformaciones sociales deseadas, una especie de maquiavelismo mediático.

A los grupos ideologizados, ligados al pos-extractivismo, no se les puede demandar que dejen de ser cómplices de la mentira. Ellos son “mercaderes de la moralidad” y la invención de mitos es parte importante de su negocio. Dejar de hacerlo implicaría renunciar a su razón de ser, sacrificar su imagen, alejarse de sus redes sociales, abandonar su posicionamiento social e incluso su bienestar económico. Sin embargo, la propagación de mentiras perniciosas como las de Máxima Acuña, también depende de quienes, siendo parte de los medios de comunicación, no practican los principios del periodismo independiente para beneficiarse con el facilismo de historias del abuso del grande versus el pequeño. Sorprendentemente, no les importa que de ellos, termine dependiendo la campaña de deslegitimación de un modelo de desarrollo que  impacta favorablemente en el bienestar de la población, reduciendo la pobreza y la desigualdad, y abriendo nuevas posibilidades de futuro para el Perú. Lampadia

[i] Un análisis de las múltiples mentiras vertidas en el caso Maxima está disponible en: http://www.lampadia.com/analisis/mineria/otra-maxima-mentira-chaupe-grufides-vs-mineria/

[iii] El siguiente video en el que se explica la posición de Yanacocha en el caso Chaupe muestra las sólidas evidencias que dejan en claro las permanentes mentiras vertidas en este caso: https://www.youtube.com/watch?v=d9Mftfy_f_I&index=3&list=PL6b4i1vppQ78XJb7WRd5cXXtBIYfpUGOt