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Debemos fortalecer la democracia y la gobernanza

Como dijimos el 11 de abril pasado, al día siguiente de la primera vuelta, los ciudadanos optaron por seguir ‘construyendo sobre lo avanzado’ (ver: en Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado).

Ese mandato implicaba que las fuerzas pro mercado (con un Estado sólido), pro crecimiento para el avance social y pro globalización con ciudadanos empoderados, debían entenderse para enfrentar los grandes retos que nos esperan. Como son el superar las brechas económicas y sociales que nos aquejan y enfrentar con éxito las oportunidades y riesgos de la ‘cuarta revolución industrial’ que asecha. Ver en Lampadia: Gobernabilidad con un gabinete multipartidario.

Lamentablemente, terminamos en un camino totalmente distinto: el de un enfrentamiento que estamos seguros, nadie podía haber imaginado. La batalla electoral ha sido innecesariamente sangrienta y de alguna manera anti democrática, pues socavó el respeto mutuo que se deben los contendores democráticos.

Normalmente, las heridas de las batallas políticas terminan con ella. Pero en esta ocasión parece que la campaña ha producido ‘spillovers’. Se ha derramado hacia las bases del nuevo gobierno.

Entre estos perniciosos procesos tenemos: la continuación del enfrentamiento entre los próximos ejecutivo y legislativo; la insistencia en descalificar moralmente a Fuerza Popular con acusaciones sin fundamento, y los ataques al futuro Ministro de Economía Alfredo Thorne, por parte de la izquierda tradicional, a la que se dio en la campaña, un espacio que los ciudadanos les habían negado.

Sobre estos temas, transcurrió la entrevista que hizo Alfonso Baella en Redes y Poder al Director de Lampadia el pasado 22 de junio, que reproducimos más abajo.

De estos temas, el más alarmante, y del cual no se han percatado los medios y los analistas políticos, es el de la acusación a Fuerza Popular de representar la posibilidad de un ‘Narco Estado’. Lo peor de esta indebida  imputación, es que ésta se sigue profiriendo todos los días en las redes sociales y, en los medios tradicionales por parte de muchos periodistas, especialmente en las radios y la televisión, que aparentemente siguen enganchados en la disputa electoral y, por parte de miembros de algunas cúpulas políticas opositoras de Fuerza Popular.

Lo dramático de esta acusación es que está corroyendo las bases de nuestra democracia. Se está pretendiendo quitar autoridad moral al partido político que controla el Parlamento y que representa al 50% de la votación popular y, que además, tiene una importante presencia en todas las regiones del país.

Esta injustificada acusación, no solo hace daño en el Perú. Tal vez lo peor es su impacto en el extranjero, donde este mensaje se ha difundido profusamente y donde no se tiene los elementos de juicio necesario para darle un contexto coyuntural. Este virus está asentándose en las estructuras de nuestra democracia y puede producir daños difíciles de estimar y de reparar.

Veamos la entrevista:

En nuestra opinión la acusación de ‘Narco Estado’ tiene que ser combatida y dejada de lado. Para ello se debe empezar por exigir a sus originadores, el Canal 4 y al propio Pedro Pablo Kuczynski, el próximo Presidente de la República, las disculpas del caso. PPK debe hacerlo antes de asumir su mandato popular, debe producir un mensaje que permita superar esta situación, que estamos seguros, que cuando ayudó a crearla, no salió de su alma.

Como ya pocas veces se dice: “NOBLEZA OBLIGA”.

 

Lampadia




Elecciones hacia fines del bicentenario republicano

Todos sabemos que en casi 200 años, nuestra vida republicana no ha logrado traer a los peruanos la riqueza y condiciones de vida que debimos alcanzar de haber aprovechado nuestras capacidades. En Lampadia esperábamos que el final del bicentenario, sus últimos cinco años, más allá de la definición del ganador, sirvieran para ponernos en un mejor predicamento para el inicio del ‘tricentenario’. (Ver: Lo que el Perú enfrentará los próximos cinco años).

Con los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, interpretamos que el mandato popular nos decía que ‘debíamos construir sobre lo avanzado’, rechazar los planteamientos refundacionales (cambios  de modelo y/o Constitución) y alejarnos de las ‘ideas muertas’ que han debilitado el filo y calidad de nuestras políticas públicas durante muchas  décadas.

Este enfoque político implicaba que los dos candidatos jugaran el partido de la segunda vuelta de la siguiente manera:

  • Reconociéndose más como socios que como enemigos.
  • Mostrando su coincidencia en las políticas públicas más importantes.
  • Explicando a los ciudadanos, cada uno con sus particularidades, dos cosas que pocas veces se llevan a la opinión pública: ¿Por qué debemos seguir esas políticas? Y ¿Cómo debemos ejecutarlas?
  • Poniendo al costado a los que confrontaban las ideas básicas que los electores abrazaron con su voto.

Lamentablemente, nada de esto apareció durante los últimos dos meses:

  • Se mostraron como enemigos irreconciliables.
  • Atacaron sus propuestas, desdibujándolas a los ojos de los ciudadanos, en vez de matizarlas.
  • En lugar de enfatizar la imperiosa necesidad de desarrollar ciertas acciones de gobierno y mostrar sus relaciones causa-efecto con el bienestar general, se fueron deslizando a temas más marginales y más cercanos a las ideas de los perdedores de la primera vuelta.
  • En cuanto a las dirigencias de los partidos políticos que quedaron excluidos de la segunda vuelta, en nuestra opinión PPK (desde el 11 de abril en que anunció su deseo de visitar a Gregorio Santos en la cárcel) cometió el error de invitarlos para obtener su apoyo en votos a cambio de ‘hipotecas políticas’ y, según el propio PPK, también de espacios en la maquinaria del gobierno. Hipotecas, como la expresada el 5 de junio por Guido Lombardi, que consideró que las adhesiones de la última semana (llámese Verónika Mendoza o Julio Guzmán) habían sido muy importantes en el resultado y, que esto tendría que reconocerse en el gobierno. – ¿VM, PF, JG, CA, al eventual gabinete de PPK?

El marco político dibujado por los candidatos en la segunda vuelta dio pie a otro desarrollo destructivo, un ‘vergonzoso’ carga montón mediático, intelectual y político a un candidato que obtuvo el 40% del voto nacional y 73 de 130 congresistas. A este se sumó también el gobierno en boca del Presidente de la República y su esposa.

Teniendo una agenda de reformas importantes, que para ejecutarse se  requiere concordancia entre el ejecutivo y el legislativo, la descalificación  de Fuerza Popular dificultará el éxito del gobierno. Además, siendo que, hoy por hoy, es el único partido político con una estructura sólida, presencia nacional y representación política,  su eventual debilitamiento, dejaría un vacío político que sería cubierto por la proterva colección de cúpulas de la izquierda tradicional, radical y anti sistema.

No queremos entrar en el detalle de los ataques mutuos de ambos  candidatos, que esperamos sean superados por el bien de todos. Es evidente que aparte de las hipotecas políticas indicadas líneas arriba, sobre PPK, referidas a la apertura del juego con la izquierda, ambos han desarrollado también, ‘hipotecas programáticas’ por sus ofertas populistas y oportunistas, que si bien, podían entenderse en el estilo en que se desarrolló la segunda vuelta, son muy perniciosas con respecto a la capacidad de desarrollar un gobierno exitoso con políticas legítimas que no contradigan las malas ofertas.

A estas alturas no sabemos quién ganará, pues entre actas observadas y no procesadas, quedan aún muchos votos por clasificar (lunes, 11a.m.). Más allá de la definición del próximo Presidente, esperamos que estas reflexiones, ayuden a ambos grupos a entender el contexto político desde el cual debemos proyectar los próximos cinco años, uno de convergencia, colaboración y de mucha consecuencia y responsabilidad.

Como están las cosas, pareciera que Peruanos Por el Kambio controlará el ejecutivo y Fuerza Popular el legislativo. Por lo tanto, ambos grupos políticos serán determinantes en la calidad del próximo gobierno.

Hasta hoy, nuestro análisis nos permite decir que la segunda vuelta ha sido ‘sub-óptima’, pero insistimos en esperar un gobierno que se acerque al óptimo, si queremos que nuestra tercera centuria vea finalmente el despegue del Perú hacia el bienestar general. 

Lampadia