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Esta es la izquierda

Esta es la izquierda

Unida en un solo puño para destruir el país

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

La división de la izquierda era proverbial. Su espíritu de facción le impidió tener relevancia en la Constituyente de 1979, la redujo en el Congreso de 1980, le obligó a renunciar a la segunda vuelta en las elecciones de 1985 y los obligó a servir de tontos útiles de Fujimori para derrotar a Vargas Llosa en 1990, a cambio de dos fajines y algunos puestos que perdieron muy pronto. Barrantes ganó la Alcaldía de Lima, pero su llegada a Palacio fue impedida, ante todo, por la propia izquierda.

En la década del 90, luego de la caída del muro de Berlín, que significó la mayor derrota del comunismo real en la historia, a su división se unió su intrascendencia. Se tuvo que refugiar en regiones, alcaldías, sindicatos, frentes de defensa y comenzó su nueva estrategia: infiltrar partidos, instituciones y medios. En este tiempo y en los primeros años de los 2000, tuvo que buscar vientres de alquiler para figurar políticamente. Javier Diez Canseco, su máximo referente, tuvo que ponerse bajo la sombra de Javier Pérez de Cuellar para llegar al Congreso en el 2001 y luego, se cuadró, sin despeinarse, ante las pocas luces del comandante Humala que ensayó la nueva y exitosa forma de acción política de la izquierda: el camuflaje. Henry Pease, también se tuvo que poner bajo la sombra de Pérez de Cuellar para llegar al Congreso en 1995 y se puso a las órdenes de Alejandro Toledo en el 2001, con el mismo objetivo.

Entre el 2006 y el 2016 el camuflaje fue el nacionalismo. A este se subieron, sin ningún remordimiento, todos los camaradas, carnívoros y vegetarianos[i]. El antifujimorismo sumó a más acólitos: caviares, académicos, presupuestívoros, antimineros y otros. Sin embargo, ni siquiera en ese tiempo de “borrachera de poder”[ii]estuvieron unidos. La Veró, secretaria de no se qué en el partido y fiel compañera en los viajes a Caracas, se desembarcó muy rápido cuando Humala aceptó, presionado por Vargas Llosa y Toledo, jugar en la cancha democrática y no llevarnos al desvarío chavista para el cual había sido concebido. Los Movadef, los proseguir, los cerrones, los santos y la otra izquierda y el ala dura nunca lo vieron con buenos ojos:  los desvaríos burgueses de su consorte eran incompatibles con el “actuar revolucionario”.

En el 2016, intentaron unirse para pasar a la segunda vuelta. No lo lograron. Sin embargo, lograron algo mejor: gobernar gracias a la candidez otoñal de PPK y sus funcionarios de lujo, la complicidad de Vizcarra, el actuar hepático de Keiko y la complicidad manifiesta del ex rehén que pedía autógrafos, el segundo Caballo de Troya con el cual terminó de desembarcar la izquierda este año. La más grande estupidez política que la historia política peruana haya visto es que un país, que en un 80% voto por las libertades económicas, la propiedad, la empresa, le terminó regalando el poder a la izquierda.

En la primera vuelta de las elecciones de 2021, la división los siguió marcando. Había izquierda para todos los gustos. Desde Lezcano, el marxista infiltrado en el partido de FBT hasta Castillo y Ciro Gálvez, a quienes el Oráculo de la izquierda había calificado como “representantes del folklorismo de izquierda que la derecha necesita”[iii], la “izquierda aldeana, ensimismada, telúrica, que se mueve sólo para arrancar algunos aplausos condescendientes en el periodismo tradicional”[iv].

Sin embargo, la segunda vuelta de las elecciones de 2021 hizo la magia que no hubo en 42 años, desde 1979. La proverbial división se acabó. Se unieron. Hasta el Oráculo, que muchos tontos de la derecha comparten en sus posts, consintió que los “aldeanos”, “telúricos”, “folklóricos” tomen el poder. Hoy, están todos en él poder. Los Movadef, los proseguir, los Cerrón, los “telúricos”, la Vero, los nacionalistas, los susanistas, el cura Arana, los camaradas dinosaurio activos en entrevistas y desde el Facebook y ya no desde las relaciones exteriores, todos, unidos, en un solo puño, para destruir el país. Los caviares, sus primos pitucos, quieren tomar distancia al no recibir su pedazo de pastel, pero ahí estuvieron, haciendo posible lo que estamos viviendo.

¿Esta es la izquierda, unida como nunca, que les parece?

Hago este recuento antes de que el barco se hunda o nos lleve a aguas tormentosas, para que en el momento en que empiecen a huir o haya que asumir consecuencias, como siempre sucede en la política, no nos digan: yo no fui y se asilen en algún otro partido. Ahora están todos, como nunca antes, unidos, destruyendo el país.  Compartiendo el poder, porque gobierno no existe. Tomemos nota. Lampadia

[i] Como los clasificaron Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa en el Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano.

[ii] Frase atribuida a Isaac Humala sobre su yerna, la primera dama Nadine.

[iii] César Hildebrandt dixit.

[iv] César Hildebrandt dixit.




Las protestas de los artistas cubanos

Las protestas de los artistas cubanos

Recientemente se ha hecho visible un movimiento reaccionario a la dictadura cubana, cuyo epicentro se desarrolla en San Isidro, un barrio pobre de La Habana, y que comprende básicamente a artistas. Músicos, entre otras personas, que realizan actividades de alguna índole cultural.

Como muestra The Economist en un artículo que compartimos líneas abajo, resulta interesante que a pesar de no contar con una multitudinaria comitiva, sus reclamos han hecho mella en el régimen castrista, al punto de reversar parcialmente las censuras contra este grupo y generar diálogos activos con ellos. Por supuesto también se destaca el hecho que personas asociadas a las artes reclamen directamente hacia una dictadura de izquierda, cuando usualmente lo que se ha observado en nuestra región es normalmente son funcionales tanto a las ideológicas progresistas como a movimientos radicales.

Y es que ya no se puede permitir que la dictadura castrista siga controlando hasta el contenido en la difusión de las artes, algo que se suma a otras libertades coartadas desde el inicio de la tiranía castrista, como la libertad de expresión y las libertades económicas, las cuales han sumido a los cubanos en la miseria y la mendicidad. Prácticamente toda la población sufre de la escasez de bienes básicos y se debate en la pobreza extrema. Todo ello debe llamar a los cubanos a extender este tipo de protestas para finalmente derrocar un régimen que ya está enquistado por más de 70 años con desastrosas consecuencias en todos los ámbitos de su sociedad.

Así como sucedió en Bolivia con Evo, cuyo sorpresivo derrocamiento se dio por un levantamiento popular contra el fraude electoral, ya es hora de que pase algo parecido también en Cuba y por qué no, en Venezuela. Esperamos que no tengan que transcurrir más años para que ello suceda y que el “Movimiento San Isidro” sirva de punto de apoyo de todas las manifestaciones políticas que estén cansadas de la represión sistemática de las libertades por parte del régimen cubano.

Veamos el artículo de The Economist sobre el MSI. Lampadia

El arte de la disensión
El Movimiento San Isidro desafía al régimen cubano

El gobierno ha respondido con represión. Pero el movimiento de los disidentes ve señales de progreso

The Economist
5 de diciembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

La puerta de entrada de Damas 855, un edificio destartalado en San Isidro, un barrio pobre de La Habana, se partió como una espoleta cuando agentes de seguridad la atravesaron la noche del 26 de noviembre. El candado y la cadena cayeron al suelo. Los agentes, vestidos con batas médicas, detuvieron a 14 personas (su pretexto era que uno de los vecinos había violado un protocolo de prueba del covid-19). Se habían encerrado durante ocho días para protestar por la detención de Denis Solís, un joven rapero que había sido acusado de irrespeto a la autoridad y condenado a ocho meses de prisión. Algunos de los habitantes de Damas 855 estaban en huelga de hambre y sed. Los coches de la policía se llevaron a los detenidos. Facebook, YouTube e Instagram cayeron en la mayor parte de la isla durante aproximadamente una hora. Las conexiones han sido irregulares desde entonces.

Para los defensores de la revolución cubana de 62 años, los partidarios del Movimiento San Isidro (MSI) son réprobos. En Twitter, el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, lo calificó como un “espectáculo imperial para destruir nuestra identidad y volver a subyugarnos”. Una foto del presidente Donald Trump acompañó al tuit. Los medios estatales se hicieron eco del mensaje.

Algunos cubanos tienen una visión más amable del movimiento, que incluye artistas, académicos, periodistas, raperos, poetas y científicos que abogan por una expresión más libre y más democracia de la que permite el régimen comunista. Sus líderes son Luis Manuel Otero, artista de performance, y Maykel “El Osorbo” Castillo, un músico que se cosió los labios en la cárcel en agosto. Se reúnen en una parte de La Habana Vieja donde los residentes principalmente negros viven en viviendas destartaladas a la sombra de hoteles de lujo. Cuando un balcón se derrumbó en enero y mató a tres niñas, Otero usó un casco durante nueve días para honrarlas. Ha sido arrestado más de 20 veces en los últimos dos años. Su huelga de hambre lo llevó al hospital.

El movimiento se inició en septiembre de 2018 en respuesta al Decreto 349, que proponía restringir la actividad cultural no autorizada por el Ministerio de Cultura. Después de una protesta ese mes fuera de la legislatura cubana, el gobierno suspendió la aplicación del decreto. Eso no le ha impedido silenciar las voces que no le gustan.

El MSI no es comparable al movimiento de masas de Bielorrusia para derrocar una dictadura. Cuba no tiene ese movimiento, aunque los activistas a favor de la democracia se encuentran entre las 1,800 personas que han sido arrestadas arbitrariamente en los primeros ocho meses de 2020, según Human Rights Watch. El MSI tiene más en común con otras protestas locales recientes que le han arrancado pequeñas concesiones al régimen.

En agosto de 2017, los cuentapropistas (empresarios) propusieron reformas, como el derecho a incorporarse, al Ministerio de Trabajo. Inicialmente fueron rechazados. El gobierno forzó la cancelación de eventos destinados a ayudar a los empresarios en ciernes. Cuando en 2018 amenazó con restringir a cada empresario a una sola línea de negocio, los cuentapropistas, que dirigen gran parte de la industria turística económicamente vital, dijeron que harían huelga. Se suavizaron las reglas.

Un choque entre los jugadores que improvisaron SNET, una intranet privada y el ministerio de Comunicaciones, se desarrolló de manera similar, aunque el gobierno rindió menos. En una isla con conectividad deficiente y costosa, la red era una forma para que los jugadores jugaran entre sí, a menudo juegos que habían creado. Cuando el gobierno restringió el uso de tales redes y amenazó con confiscar el equipo en mayo de 2019, los usuarios de SNET quedaron devastados. Varias decenas se reunieron en el ministerio para protestar. Los coches de policía los rodearon rápidamente. El gobierno finalmente decidió que se permitiría SNET y su hardware, pero bajo la supervisión de los clubes de informática juvenil estatales.

Al igual que los cuentapropistas y los jugadores de SNET, el MSI comenzó en respuesta a una amenaza a las actividades privadas de sus miembros. Pero tiene más potencial para crecer. Al día siguiente de la redada de Damas 855, cerca de 300 personas, muchas de ellas simpatizantes de otros movimientos, se reunieron fuera del Ministerio de Cultura y se negaron a irse hasta que el viceministro, Fernando Rojas, accediera a reunirse con ellos. Las fuerzas de seguridad y los “grupos de respuesta rápida”, entrenados para gritar consignas comunistas a los escépticos, inundaron la zona. Agentes vestidos de civiles tomaron fotos y grabaron videos.

Rojas se reunió con unos 30 activistas durante casi cinco horas del 27 al 28 de noviembre y prometió más diálogo. Pero el gobierno luego lanzó una campaña mediática contra el MSI. La policía persiguió a Otero después de su alta del hospital.

Aun así, el movimiento cree que ha avanzado. El encuentro fuera del Ministerio de Cultura es un signo de una “discordancia colectiva” emergente, dice Carlos Manuel Álvarez, uno de los detenidos de Damas 855 y cofundador de “El Estornudo”, una revista en línea independiente. Él ve eso como una amenaza directa a la cultura de sumisión exigida por el régimen. Su acuerdo para reunirse con los participantes en una protesta tan grande “no tuvo precedentes”, dice Camila Ramírez Lobón, una artista visual que se unió al encuentro con Rojas. Artistas que son populares y aceptables para el régimen, como Fernando Pérez, director de cine, y Leoni Torres, músico, han respaldado públicamente al MSI.

Internet, por poco fiable que sea, hace que estos movimientos sean más difíciles de controlar. Más del 60% de los cubanos tienen acceso a una conexión. Eso ha llevado a “una explosión de activismo cívico” entre grupos que abogan por causas como el feminismo, los derechos de los homosexuales y los derechos de los animales, dice José Jasán Nieves, editor de El Toque (“The Touch”), una publicación en línea independiente. Algunos estaban en la protesta del ministerio de cultura. Si unen fuerzas con más frecuencia, podrían desafiar al gobierno de manera más efectiva.

El gobernante Partido Comunista de Cuba, dividido entre la línea dura que recuerda la revolución y los funcionarios más jóvenes que son un poco más liberales, no está a punto de ceder. El 1 de diciembre, el gobierno liberó a Silverio Portal Contreras, un prominente preso político (y partidario de Trump, que ha impuesto sanciones al régimen cubano). Eso probablemente no sea una señal de que el régimen se esté volviendo tolerante con la disidencia. Lo más probable es que fuera una forma de calmar la ira por la redada de San Isidro.

La mayoría de los cubanos, que hacen cola durante horas para conseguir huevos o gallinas, a menudo para volver a casa con las manos vacías, tienen poco interés en las acciones de agitadores como los de MSI. Su sufrimiento ha empeorado desde que la pandemia cerró el turismo. Pero una vacuna, y quizás una suavización de las sanciones estadounidenses por parte de la administración entrante de Biden, podría eventualmente aliviar la escasez. Más cubanos podrían preguntarse entonces por qué tienen tan poca libertad. Lampadia




El Perú post-crisis política

El Perú post-crisis política

Tras haber sido víctimas de una terrible crisis política, que amenazaba con vacar al presidente y, como consecuencia, sufrir un probable cambio total del gabinete en plena crisis sanitaria y recesión económica, The Economist nos presenta sus principales reflexiones en torno a la situación de nuestro país de cara al desempeño en el futuro inmediato del gobierno, así como los retos que le depararían al próximo a elegirse las elecciones del 2021.

El balance que hace el popular medio británico es sombrío. En primer lugar porque, como bien destaca, Vizcarra no solo ya arrastra desastrosos resultados en materia económica y sanitaria a nivel mundial – ver Lampadia: El Perú lidera crisis económica mundial, Perú entre los peores países frente al covid 19– sino porque ha agudizado la confrontación con el Congreso y su vinculación en supuestos delitos de encubrimiento y obstrucción a la justicia por el caso Richard Swing, lo ha debilitado aún más lo cual inhibe tener buenos prospectos en los próximos meses en todos los frentes.

Este escenario descrito refuerza nuestra tesis de que la única manera que tiene Vizcarra y el Ejecutivo de poder salir de este entrampamiento político es gestar una agenda conjunta de propuestas audaces con el Legislativo que apuntalen las libertades económicas en el corto plazo, permitiendo la recuperación que necesitamos (ver Lampadia: Un populismo de las libertades económicas). Aquí caben resaltar medidas que apunten a eximir temporalmente a las pymes – que son las más afectadas por la crisis – de cargas tributarias, laborales y municipales a fin de que puedan recuperarse y contratar personal rápidamente. Acomodar a un buen premier que represente los mejores valores de los peruanos y tenga capacidad política para mejorar las relaciones con el Legislativo también ayudaría a este cometido de construcción de propuestas (ver Lampadia: Pero esta crisis requiere equilibrios).

Por otra parte, cabe también mencionar las preocupaciones de The Economist respecto a lo que pasará el próximo año en 2021, con las elecciones presidenciales y congresales. Releva el hecho que a la fecha tengamos pocos partidos fuertes – que si quiera hayan determinado sus candidatos presidenciales – además de un prácticamente nulo atractivo por parte de la población hacia líderes concretos con las capacidades que necesita nuestro país para relanzarlo en el período de reconstrucción post-pandemia.

A este problema queremos agregar otro que es que no existe un mecanismo que permita que el Congreso se elija con el presidente, con lo cual se sientan las bases para no lograr una gobernabilidad adecuada y persistir en estos conflictos entre Ejecutivo-Legislativo que tanto nos han golpeado en los últimos 2-3 años. En ese sentido, reafirmamos nuestra propuesta de aprobación de la elección del Congreso junto con la segunda vuelta. Asimismo, el canje del voto preferencial por un sistema de elección basado en distritos electorales pequeños, uni o binominales (ver Lampadia: Elegir el Congreso junto con la segunda vuelta), lo cual puede ayudar a minimizar la multiplicidad de propuestas al interior de los partidos, fortaleciéndolos e incentivando a una mejor deliberación por parte de la población sobre los planes de gobierno.

Que las reflexiones que hacen los buenos medios internacionales en el plano político y económico acerca de nuestro país nos ayuden a darnos cuenta de qué es lo que hay que hacer en el plazo inmediato. A continuación, presentamos el análisis de The Economist. Lampadia

Cojeando en Lima
Martín Vizcarra sobrevive a una votación de juicio político

Pero la política de Perú seguirá siendo caótica

The Economist
24 de setiembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

LIMA. A primera vista, la votación de juicio político del 18 de septiembre parecía una gran victoria para el presidente de Perú, Martín Vizcarra. Solo 32 de 130 congresistas votaron a favor de removerlo bajo sospecha de que había obstruido una investigación de corrupción. Pero el presidente debe su supervivencia a la incompetencia de sus enemigos más que a la fuerza o el entusiasmo de sus partidarios. Un congresista, Daniel Urresti, lo describió como el “muerto viviente” antes de abstenerse.

Perú necesita un presidente vigoroso más de lo habitual. El país tiene el mayor número de muertes registradas por covid-19 como porcentaje de su población. El gobierno espera que la economía se contraiga un 12% este año, lo que sería la contracción más severa en América Latina. Pero los peruanos tendrán que esperar meses para un gobierno en pleno funcionamiento y es posible que ni siquiera entonces lo consigan. El país debe celebrar elecciones generales en abril y tomar posesión de un nuevo presidente en julio. La saga de la acusación sugiere que el sistema político bien puede fallar en producir estabilidad.

Hasta hace poco, el país ha prosperado a pesar de su política caótica. El crecimiento anual del PBI promedió el 4.5% en la década a partir de 2009, entre los más rápidos de la región. El Banco Central ha mantenido baja la inflación y el Ministerio de Economía y Finanzas ha controlado los déficits presupuestarios. La tasa oficial de pobreza se redujo del 42% en 2007 al 20% el año pasado.

Pero la pandemia está demostrando que la política importa. Una de las razones del alto número de casos es que muchos peruanos tienen trabajos informales mal remunerados; si no trabajan, no comen. Muchos también viven apiñados. Muchos desconfían de los políticos que les dicen que cierren y, por lo tanto, ignoran las reglas. Alonso Segura, exministro de Economía, duda de la predicción del gobierno de que la economía crecerá un 10% el próximo año, recuperando gran parte de sus pérdidas. “No solo faltan las condiciones para las reformas favorables al crecimiento, sino que el sistema político se ha convertido en una fuente de perturbaciones y contrarreformas”, dice Segura.

El inesperado ascenso de Vizcarra a la presidencia en marzo de 2018 fue consecuencia de una crisis que comenzó hace 30 años, con el ascenso al poder de Alberto Fujimori. Era un líder eficaz, pero despótico y corrupto. Está cumpliendo una sentencia de prisión por abuso de derechos humanos y corrupción. Dos de sus sucesores están bajo arresto domiciliario. Otro pronto será juzgado. Un cuarto, Alan García, se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado. Vizcarra reemplazó a Pedro Pablo Kuczynski, uno de los ex presidentes confinados en casa, que renunció para evitar un juicio político por acusaciones de corrupción, perjurio y compra de votos en el Congreso.

Vizcarra prometió limpiar la corrupción, por ejemplo, eliminando la inmunidad de los legisladores frente al enjuiciamiento. Pero su mandato ha sido más notable por su grandilocuencia que por su reforma. Al principio se enfrentó con el Congreso, que estaba dominado por el partido Fuerza Popular, dirigido por la hija de Fujimori, Keiko. Intentó sacar a Vizcarra. Contraatacó proponiendo celebrar unas elecciones generales un año antes, en abril de 2020, en las que no se presentaría. Cuando el Congreso lo rechazó, lo cerró y convocó una nueva elección solo para la legislatura, que se celebró en enero de este año.

La pandemia golpeó poco después de que el nuevo Congreso asumiera el cargo. Al principio, Vizcarra ganó elogios y popularidad al imponer un bloqueo rápido y estricto y al brindar apoyo a los ingresos de las personas por valor del 12% del PBI. Pero el gobierno tuvo problemas para entregar efectivo a las personas que lo necesitaban (en parte porque carece de información sobre ellos) y perjudicó la economía al cerrar las minas. Los índices de aprobación de Vizcarra siguen siendo altos. Pero chocó con el nuevo Congreso, a pesar de que la molesta Fuerza Popular es una presencia muy disminuida.

Ahora está envuelto en un escándalo. En mayo surgió la noticia de que el Ministerio de Cultura había pagado desde 2018 US$ 51,000 a un extravagante cantante de folk que se hace llamar Richard Swing para dar charlas motivacionales a los trabajadores del gobierno. Swing había hecho campaña a favor de Vizcarra cuando era candidato a vicepresidente en 2016. Los enemigos congresistas de Vizcarra sugirieron que el presidente o sus principales asesores habían iniciado los pagos a Swing como una recompensa tardía. El 10 de septiembre de este año, el congresista que lidera la investigación dijo que tenía una grabación de Vizcarra planeando estrategias con sus ayudantes sobre cómo manejarlo. Luego, el Congreso programó una votación de acusación.

Vizcarra admitió que la grabación, hecha en secreto por una secretaria, era genuina y se disculpó, pero dijo que no había cometido ningún delito. Las torpezas de los líderes del Congreso lo ayudaron. El portavoz, Manuel Merino, llamó a los principales generales de las fuerzas armadas sobre el juicio político, para “tranquilizarlos”, dijo. La administración afirmó que estaba tramando un golpe. El 12 de septiembre apareció el primer ministro, flanqueado por los generales, para denunciar a Merino. Muchos legisladores decidieron que deshacerse del presidente en un momento de crisis haría al país más daño que bien.

Hay pocas razones para esperar que la calidad del gobierno mejore después de las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año. Ninguno de los 24 partidos registrados ha elegido candidato presidencial. (Los candidatos deben unirse a uno para fines de septiembre). El único candidato con un apoyo de dos dígitos hasta ahora es George Forsyth, un ex portero de fútbol que ahora es el alcalde de La Victoria, un distrito animoso de Lima. Su competidor más cercano es “ninguno de los anteriores”. Está coqueteando con Restauración Nacional, un partido evangélico que nunca ha gobernado.

En Perú eso no es obstáculo para ganar altos cargos. García es el único presidente desde 1990 que ganó como candidato de un partido que había gobernado antes. Sin el respaldo de partidos fuertes, los presidentes carecen de apoyo en el Congreso y de diputados talentosos para dirigir sus administraciones. Las elecciones de enero hicieron poco por fortalecer el sistema de partidos. Produjo un Congreso fragmentado, con nueve partidos, a pesar de un umbral de entrada del 5% de los votos. Aunque Acción Popular, un partido de centro derecha, es el más grande del Congreso, solo el 6% de los peruanos lo respalda, según una encuesta de Ipsos. Más del 60% de los votantes se autodenominan independientes. Restauración Nacional no se encontraba entre los 11 partidos por los que preguntó la encuestadora.

El próximo presidente de Perú tendrá escasos recursos para hacer frente a una economía aún herida por la pandemia y el aumento de la pobreza. Las reservas de divisas se han agotado por el costo de las medidas para limitar el declive de la economía. La deuda pública pasará del 27% del PBI el año pasado al 35% en 2020, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Perú necesita reformas económicas, como reglas más claras para fomentar la inversión en obras públicas e industrias tan vitales como la minería. Es poco probable que Vizcarra avance mucho en el poco tiempo que le queda. La preocupación es que su sucesor no logre mucho más. Lampadia




Hong Kong en la recta final

Hong Kong en la recta final

Beijing atesta un nuevo golpe a Hong Kong que podría ser el definitivo para terminar de reprimir las libertades civiles de sus ciudadanos: la aprobación de un proyecto de ley que tipifica a cualquier acción de protesta contra el régimen como terrorista, con la consecuente pena de cadena perpetua. Lo que es peor, de considerarse pertinente, las cortes chinas pueden proseguir con la extradición a territorio chino con la posibilidad latente de ejecución.

Como advertimos a fines del año pasado en Lampadia: Persiste la lucha por la democracia en Hong Kong, los hongkoneses venían pidiendo la emancipación de su país del yugo chino por los evidentes excesos contra la libertad de expresión, de culto y de adherencia ideológica que venía acometiendo el régimen, los cuales se expandían inclusive a Taiwán. Una vez aflorada la pandemia a inicios de este año, esta le sirvió como excusa perfecta al gobierno chino para prohibir las protestas; pero ante el anuncio de una imposición futura de la hoy promulgada ley, el descontento retorno con fuerza a las calles. Y hoy que el mencionado proyecto de ley empieza a tener vigencia, se puede decir con total certeza que, a pesar de haber sido históricamente el principal canal sobre el cual fluían los grandes capitales extranjeros a China – a consecuencia de sus amplias libertades económicas – el gobierno chino no escatima en ponderar con mayor importancia la proyección de su modelo político autoritario. Ello también elimina toda posibilidad del acceso a la democracia de Hong Kong, otras de sus tan ansiadas demandas.

Cabe resaltar que, si bien existe la iniciativa del Reino Unido de acoger 3 millones de hongkoneses a su territorio en pos de apoyo, no hay nada formal al respecto, además que el mismo mal manejo de la pandemia por parte de Boris Johnson en su país merma las ya pocas posibilidades de ayuda al respecto. La suerte de Hong Kong entonces parece estar echada. Probablemente quedará como uno de los últimos bastiones que defendieron el liberalismo en todas sus formas frente a los movimientos autoritarios que tanto han empezado a asolar nuestro mundo – alzando las banderas del nacionalismo – desde que la globalización empezó a perder fuerza la década pasada.

Que lo que está sucediendo en Hong Kong sirva de lección en nuestro país para desechar este tipo de movimientos que al final siempre terminan por imponerse a la fuerza, sin respetar las libertades democráticas. Lampadia

Un nuevo proyecto de ley de seguridad nacional para intimidar a Hong Kong

Más duro que las predicciones más sombrías

The Economist
2 de julio, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Un funcionario chino de Asenior lo llamó un “regalo de cumpleaños” para Hong Kong. Fue una elección escalofriante para el mayor golpe a las libertades del territorio desde que Gran Bretaña se lo devolvió a China en 1997. Cerca de la medianoche del 30 de junio, en vísperas de las celebraciones oficiales del aniversario de la entrega, China impuso un draconiano proyecto de ley de seguridad nacional en Hong Kong. Le da al gobierno de Beijing un poder absoluto para aplastar a los disidentes en el territorio utilizando su propia policía secreta e incluso sus propios tribunales.

La nueva ley se refiere a crímenes que involucran secesión, subversión, terrorismo y colusión con fuerzas extranjeras. La constitución posterior a la entrega de Hong Kong, la Ley Básica, había requerido que el territorio aprobara su propia legislación sobre tales delitos. Pero la oposición local había obstaculizado los esfuerzos del gobierno para hacerlo. Los disturbios durante el año pasado, que los funcionarios chinos llaman un intento de “revolución de color”, causaron que el Partido Comunista perdiera la paciencia. En mayo anunció que haría el trabajo por sí mismo.

La ley fue redactada en secreto por los legisladores de Beijing, ni siquiera el gobierno de Hong Kong mostró su contenido hasta que fue aprobado por el parlamento de China. Afortunadamente, no se puede usar para cobrar a las personas por cosas que hicieron antes del 30 de junio, o eso dicen los funcionarios. Pero por lo demás, es aún más intimidante de lo que la mayoría de la gente en Hong Kong había esperado.

El proyecto de ley podría dar lugar a cargos mucho más serios contra los manifestantes si participan en actividades que fueron comunes durante la reciente agitación.

  • Vandalizar el transporte público ahora podría tratarse como terrorismo.
  • Irrumpir en la legislatura o arrojar huevos a la oficina de enlace del gobierno central, como lo hicieron los manifestantes el año pasado, podría considerarse subversivo.
  • Solicitar la independencia de Hong Kong, como lo han hecho algunos manifestantes, podría invocar un cargo de secesión.
  • Alentar a los países extranjeros a imponer sanciones a China podría resultar en enjuiciamiento por colusión.

La sentencia máxima para las cuatro categorías de delitos es la vida en prisión.

Para supervisar la represión, el gobierno central abrirá una nueva “Oficina para salvaguardar la seguridad nacional”. Será la primera operación abierta en Hong Kong que involucrará a las fuerzas de seguridad civil del continente. También se creará un “Comité para la salvaguardia de la seguridad nacional” de formulación de políticas, dirigido por la directora ejecutiva del territorio, Carrie Lam. Incluirá un “asesor” designado por el gobierno central. Los juicios relacionados con la nueva ley serán presididos por jueces cuidadosamente seleccionados por el gobierno. El secretario de justicia puede permitirles prescindir de jurados y escuchar casos en secreto.

Lam dijo que la nueva ley apuntaría solo a “una minoría extremadamente pequeña de personas”. Para muchos hongkoneses, eso no es un consuelo. En casos “complejos” o “graves”, el proyecto de ley permite que las agencias de seguridad de China continental se hagan cargo. No estarán sujetos a la ley de Hong Kong. Incluso pueden llevar a los sospechosos a tierra firme para su juicio. Allí podrían enfrentar la ejecución.

No es solo el gran número de jóvenes manifestantes vestidos de negro a la vanguardia de los recientes disturbios los que deben preocuparse. La ley podría aplicarse a una amplia gama de actividades pacíficas. Por ejemplo, tomar parte en algo “ilegal” destinado a socavar el sistema comunista de China podría considerarse subversivo. Eso podría interpretarse como una manifestación antigubernamental que se lleva a cabo sin el permiso de la policía. Una persona que “conspira” con alguien en el extranjero para provocar “odio” en Hong Kong hacia el gobierno local o central podría ser acusada de colusión. El poder de interpretar estos términos recaerá en la legislatura de China. La ley puede afectar una amplia gama de otras libertades. Pide una “regulación” más fuerte de las escuelas, las universidades, las organizaciones sociales, los medios de comunicación e Internet.

También se aplicará a personas en el extranjero. Eso puede significar que, si se los considera sospechosos de cualquiera de estos delitos, podrían ser arrestados, en caso de que visiten Hong Kong. El proyecto de ley implica que las empresas extranjeras en Hong Kong podrían ser castigadas si ayudan a un país a aplicar sanciones contra China. EEUU está reflexionando sobre algunos. El 1 de julio, su Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que exige sanciones contra los bancos que hacen negocios con funcionarios chinos considerados responsables de abusos contra los derechos humanos en Hong Kong. Es probable que la legislación se presente al Senado dentro de unos días.

Hong Kong ya siente el frío. Justo antes de que se aprobara la ley, Joshua Wong disolvió su partido, Demosisto, que había apoyado la autodeterminación para Hong Kong. Los cafés “amarillos” favorecidos por los manifestantes comenzaron a eliminar los mensajes prodemocráticos de sus ventanas. Algunos activistas cerraron sus cuentas de Twitter.

A pesar de la prohibición policial de protestas el 1 de julio y el riesgo de violar la nueva ley, miles de personas aún se reunieron para protestar. Las mujeres mayores entregaron carteles que decían “El cielo destruirá” al Partido Comunista. Pero el número de manifestantes fue mucho menor que en muchas de las protestas del año pasado. La policía arrestó a 370 participantes. Al menos diez fueron acusados de violar la ley de seguridad, incluido un hombre atrapado con una bandera independentista.

China tratará de asegurarse de que Hong Kong continúe prosperando, en particular impulsando su mercado de valores. Cerradas de las bolsas de valores estadounidenses en medio de las tensiones chino-estadounidenses, las empresas chinas recurren cada vez más al intercambio de Hong Kong a la lista. El índice de acciones subió más de 2.8% el 2 de julio, el primer día de negociación después de la publicación de la ley. Pero el futuro político del territorio es sombrío. El gobierno local dice que ha gastado US$ 6.29 millones para retener una compañía de relaciones públicas para ayudar a una campaña de “Relanzamiento de Hong Kong”. Su elección fue Consulum, una empresa que ha intentado ayudar a Arabia Saudita a mejorar su imagen autoritaria. Tendrá su trabajo cortado en Hong Kong. Lampadia




Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los miedos infundados por las nuevas tecnologías

Los temores acerca de los posibles impactos negativos futuros de las tecnologías nacidas en el seno de la 4ta Revolución Industrial (4IR) siguen emergiendo entre los opinólogos alrededor del mundo desarrollado. El argumento más citado que tiene ver con el desempleo masivo que se producirían en los sectores primarios y secundarios de la economía producto de los avances de la inteligencia artificial y la robótica no solo no se condice con la evidencia, sino que se alimentan del desconocimiento de la naturaleza de tales tecnologías y de la creación de nuevas ocupaciones que están suscitando en los sectores terciarios (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades). Pero también se debe a un factor de incertidumbre acerca de la evolución que podría desencadenarse al interior de ellas.

Por otra parte, lo que no discuten dichos opinólogos es que este patrón de pesimismo frente al avance de las tecnologías ya se ha repetido innumerables veces en la historia. Esto lo resume muy bien un reciente artículo publicado por The Economist, y que compartimos líneas abajo, en el que se hace un breve recuento de cómo dicho pesimismo surgió en su momento también en la Revolución Industrial con el surgimiento de las máquinas y posteriormente en la edad contemporánea con la creación de los automóviles, por mencionar las tecnologías más representativas. Todos estos sucesos fueron precedidos por una preocupación de la sociedad tal cual hoy, pero con el pasar del tiempo dio paso a debates que produjeron soluciones conjuntas que inhibieron cualquier intento de que dichas tecnologías “pisotearan” la dignidad de las personas como usualmente se pretende hacer creer.

En ese sentido, creemos, como deja entrever The Economist en el presente artículo, que esta misma sucesión de hechos podría pasar también con las tecnologías de la 4IR, lo cual debería levantar de una vez por todas las preocupaciones infundadas, pero sobretodo satanizaciones que muchas veces se hacen de estas tecnología que eventualmente pueden conllevar a que se hagan políticas públicas que atentan contra las libertades económicas, ya sea regulando la creación de bienes o imponiendo cargas absurdas y sin ningún sustento técnico. Lampadia

Tecnología y sociedad
Pesimismo vs progreso

Las preocupaciones contemporáneas sobre el impacto de la tecnología son parte de un patrón histórico
18 de diciembre, 2019
The Economist
Traducido y comentado por
Lampadia

Más rápido, más barato, mejor: la tecnología es un campo en el que muchas personas confían para ofrecer una visión de un futuro mejor. Pero a medida que comienza la década de 2020, el optimismo es escaso. Las nuevas tecnologías que dominaron la última década parecen empeorar las cosas. Se suponía que las redes sociales unirían a las personas. En la primavera árabe de 2011 fueron aclamadas como una fuerza liberadora. Hoy son más conocidos por invadir la privacidad, difundir propaganda y socavar la democracia. El comercio electrónico, el transporte y la economía de los conciertos pueden ser convenientes, pero están acusados de pagar menos a los trabajadores, exacerbar la desigualdad y obstruir las calles con vehículos. A los padres les preocupa que los teléfonos inteligentes hayan convertido a sus hijos en zombis adictos a la pantalla.

Las tecnologías que se espera dominen la nueva década también parecen arrojar una sombra oscura. La inteligencia artificial (en adelante, IA) puede afianzar prejuicios, amenazar su trabajo y apuntalar a gobernantes autoritarios. El 5G está en el corazón de la guerra comercial sino-estadounidense. Los autos autónomos todavía no funcionan, pero logran matar a las personas de todos modos. Las encuestas muestran que las empresas de Internet ahora son menos confiables que la industria bancaria. En el momento en que los bancos se esfuerzan por renombrarse como empresas tecnológicas, los gigantes del Internet se han convertido en los nuevos bancos, transformándose de imanes de talento a parias. Incluso sus empleados están en revuelta.

El New York Times resume la oscuridad invasora. “Un ambiente de pesimismo”, escribe, ha desplazado “la idea del progreso inevitable nacido en las revoluciones científicas e industriales”. Excepto que esas palabras son de un artículo publicado en 1979. En aquel entonces, el periódico se preocupó que la ansiedad fuera “alimentada por crecientes dudas sobre la capacidad de la sociedad para controlar las fuerzas aparentemente desbocadas de la tecnología “.

El ánimo sombrío de hoy se centra en los teléfonos inteligentes y las redes sociales, que despegaron hace una década. Sin embargo, antes ha surgido la preocupación de que la humanidad haya dado un giro tecnológico erróneo o de que determinadas tecnologías puedan estar haciendo más daño que bien. En la década de 1970, el desánimo fue provocado por las preocupaciones sobre la sobrepoblación, el daño ambiental y la perspectiva de la inmolación nuclear. La década de 1920 fue testigo de una reacción violenta contra los automóviles, que anteriormente se había visto como una respuesta milagrosa a la aflicción de los vehículos tirados por caballos, que llenaron las calles de ruido y estiércol, y causaron congestión y accidentes. Y la plaga de la industrialización fue denunciada en el siglo XIX por los luditas, los románticos y los socialistas, quienes se preocuparon (con buena razón) por el desplazamiento de artesanos calificados, el despojo del campo y el sufrimiento de las manos de las fábricas que trabajaban en las fábricas de humo.

Aléjese, y en cada uno de estos casos históricos, la decepción surgió de una mezcla de esperanzas no realizadas y consecuencias imprevistas. La tecnología desata las fuerzas de la destrucción creativa, por lo que es natural que conduzca a la ansiedad; para cualquier tecnología, sus inconvenientes a veces parecen ser mayores que sus beneficios. Cuando esto sucede con varias tecnologías a la vez, como hoy, el resultado es un sentido más amplio de tecnopesimismo.

Sin embargo, ese pesimismo puede ser exagerado. Con demasiada frecuencia, las personas se centran en los inconvenientes de una nueva tecnología y dan por sentado sus beneficios. Las preocupaciones sobre el tiempo frente a la pantalla deben compararse con los beneficios mucho más sustanciales de la comunicación ubicua y el acceso instantáneo a la información y el entretenimiento que los teléfonos inteligentes hacen posible. Otro peligro es que los esfuerzos de el ludita para evitar los costos a corto plazo asociados con una nueva tecnología terminarán negando el acceso a sus beneficios a largo plazo, algo que Carl Benedikt Frey, un académico de Oxford, llama una “trampa tecnológica”. El temor de que los robots roben los trabajos de las personas puede llevar a los políticos a grabarlos, por ejemplo, para desalentar su uso. Sin embargo, a la larga, los países que deseen mantener su nivel de vida a medida que su fuerza laboral envejezca y se reduzca necesitarán más robots, no menos.

Eso apunta a otra lección, que es que el remedio a los problemas relacionados con la tecnología a menudo involucra más tecnología. Las bolsas de aire y otras mejoras en las características de seguridad, por ejemplo, significan que en EEUU las muertes en accidentes automovilísticos por cada mil millones de millas recorridas han disminuido de alrededor de 240 en la década de 1920 a alrededor de 12 en la actualidad. La IA se está aplicando como parte del esfuerzo para detener el flujo de material extremista en las redes sociales. El último ejemplo es el cambio climático. Es difícil imaginar una solución que no dependa en parte de las innovaciones en energía limpia, captura de carbono y almacenamiento de energía.

La lección más importante es sobre la tecnología misma. Cualquier tecnología poderosa puede usarse para bien o para mal. Internet difunde la comprensión, pero también es donde los videos de personas decapitadas se vuelven virales. La biotecnología puede aumentar el rendimiento de los cultivos y curar enfermedades, pero igualmente podría conducir a armas mortales.

La tecnología en sí misma no tiene agencia: son las elecciones que las personas hacen al respecto las que dan forma al mundo. Por lo tanto, el techlash es un paso necesario en la adopción de nuevas tecnologías importantes. En el mejor de los casos, ayuda a enmarcar cómo la sociedad acepta las innovaciones e impone reglas y políticas que limitan su potencial destructivo (cinturones de seguridad, convertidores catalíticos y regulaciones de tráfico), acomoda el cambio (escolarización universal como respuesta a la industrialización) o inicia un trade-off (entre la conveniencia del transporte y la protección de los trabajadores). Un escepticismo saludable significa que estas preguntas se resuelven mediante un amplio debate, no por una camarilla de tecnólogos.

Enciende el motor moral

Quizás la verdadera fuente de ansiedad no sea la tecnología en sí misma, sino las crecientes dudas sobre la capacidad de las sociedades para mantener este debate y encontrar buenas respuestas. En ese sentido, el tecnopesimismo es un síntoma del pesimismo político. Sin embargo, hay algo perversamente tranquilizador sobre esto: un debate sombrío es mucho mejor que ningún debate. Y la historia todavía defiende, en general, el optimismo. La transformación tecnológica desde la Revolución Industrial ha ayudado a frenar los males antiguos, desde la mortalidad infantil hasta el hambre y la ignorancia. Sí, el planeta se está calentando y la resistencia a los antibióticos se está extendiendo. Pero la solución a tales problemas requiere el despliegue de más tecnología, no menos. Entonces, a medida que transcurre la década, deje a un lado la penumbra por un momento. Estar vivo en la década de 2020 obsesionada por la tecnología es estar entre las personas más afortunadas que jamás hayan vivido. Lampadia




Libertad económica, clave para salir de la pobreza

Siempre hay que repetir los conceptos básicos que permiten ir construyendo un sentido común ciudadano basado en información y pensamiento crítico. Para ello se debe difundir información y análisis que permitan que a cada individuo preocupado con el futuro de su sociedad, aplicar su criterio para internalizar esos conceptos.

Esto es muy importante, tomando en cuenta que los grupos de interés político hacen lo mismo, pero con información equivocada y maliciosa.

Líneas abajo compartimos con nuestros lectores, el excelente análisis de la colombiana, Vanesa Vallejo sobre el informe de libertad económica del Fraser Institute.

Quienes luchan por aumentar el tamaño del Estado, así como las regulaciones y las barreras arancelarias, seguramente (quieren) terminar como Venezuela o República del Congo.

Vanesa Vallejo

30 junio, 2016

Publicado por Panam Post, Noticias y Análisis sobre América

Colombia

Glosado por Lampadia

No es casualidad que los países con mayores libertades económicas sean más prósperos que aquellos en donde no se respeta la propiedad privada y los inversionistas no pueden defender sus intereses propios. La inversión y la generación de valor es fundamental para el bienestar de las sociedades, y el grado de libertad económica de un país es un factor determinante a la hora de hacer negocios. Es por eso que aquellos lugares con mayores libertades ofrecen un mejor nivel de vida a sus ciudadanos.

Las libertades económicas son indispensables para aumentar la inversión y acelerar el crecimiento de un país. La incertidumbre legal, los altos impuestos, la precariedad de derechos de propiedad, y la excesiva regulación en los mercados financieros y de trabajo, tienen costos enormes en la vida de las personas ya que debilitan la confianza inversionista y, por lo tanto, aumentan el desempleo y la pobreza.

Sin embargo, parece que aún no se entiende la importancia de la libertad económica. En Colombia, como en otros países,  son muchos los que piden cada vez mayor regulación. La gente celebra, por ejemplo, que se aumenten los impuestos a las empresas, porque creen que quitarles a los ricos para darles a los pobres es la solución. No caen en cuenta de que lo que piden es matar a la gallinita de los huevos de oro.

También vemos, con bastante frecuencia, grandes grupos de interés apoyados por personas incautas y de buena fe protestando para que aumenten las barreras arancelarias, bajo la falsa idea de que así se protege a la economía nacional. Y de igual manera, miles de colombianos piden aumentos en los subsidios, más empresas públicas y un Estado más grande, con la esperanza de que estas medidas mejoren la situación de todos. Ignoran que tales luchas son precisamente la causa de nuestras desgracias.

El Fraser Intitute, entendiendo la importancia de las libertades económicas para la inversión y, principalmente, para el bienestar de las sociedades, desde 1996 calcula el “Índice de Libertad Económica” para 157 países del mundo. Este indicador se construye utilizando cinco grandes variables que se describen en la siguiente tabla:

Áreas y componentes del índice de libertad económica elaborado por el Fraser Institute

Fuente: Elaboración propia. Información tomada del Índice de Libertad Económica en el Mundo, Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Cada uno de los cinco elementos se califica en una escala de uno a diez, para obtener así la puntuación global de cada país. Colombia, según el  Informe Anual 2015 del Fraser Institute, se ubica en la posición 106, un lugar bastante preocupante. En tamaño del Estado ocupa el puesto 105. Sistema jurídico y garantía de los derechos de propiedad, puesto 127. Solidez monetaria puesto 88. Puesto 76 en libertad de comercio internacional, y 74 en cuanto a regulación. [Ver en la siguiente tabla, los datos para los cuatro países de la Alianza del Pacífico] 

Fuente: Fraser

Los puestos que ocupan otros países de la región, se resumen en el siguiente gráfico. Resaltando que Venezuela ocupa el último lugar de toda la lista:

Fuente: Elaboración propia. Información tomada del Índice de Libertad Económica en el Mundo, Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Desde 1996, cuando se publicó por primera vez este índice, se han realizado numerosos estudios que pretenden establecer la relación entre las libertades económicas de un país y el bienestar de su sociedad.  Y lo que se encuentra es que, casi sin excepción, los países con mayor libertad económica tienen un crecimiento económico más acelerado, altos niveles de inversión, mayores  ingresos y menor pobreza que la que presentan países con poca libertad económica.

Observe por ejemplo este gráfico en el que se muestra que el ingreso del 10% más pobre de la población es mucho mejor en los países con mayor grado de libertades económicas.

Ingresos del 10% más pobre vs. libertad económica

Fuente: Índice de Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2015. Fraser Institute.

O esta, en la que se evidencia cómo los países con más alto grado de libertad económica tienen mejores ingresos per cápita.

Libertad económica vs. Ingreso per cápita

Fuente: Índice de Libertad Económica en el Mundo: Informe Anual 2015. Fraser Institute.

Lo triste es que a pesar de que las libertades económicas son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza, muchos siguen empeñándose en obstaculizar cualquier intento de creación de valor, creyendo que la clave es aumentar impuestos y asfixiar a los empresarios.

Quienes luchan por aumentar el tamaño del Estado, así como las regulaciones y las barreras arancelarias, seguramente quieren terminar como Venezuela o República del Congo, países que hacen todo eso y están sumidos en la pobreza. Es sorprendente que, contra toda evidencia, en América Latina sigamos queriendo mayor regulación estatal. Contrario a pedir cada vez más dosis de la fórmula que ha llevado tantos países más a la miseria, debemos reconocer el triunfo de las economías orientadas al mercado y la derrota de aquellas en las que hay una fuerte planificación estatal.

Incremento en subsidios, salarios mínimos, mayor regulación laboral, barreras al comercio exterior, aumento del gasto público e incremento del número de empresas estatales. Estas, y otras más, son las propuestas que cada año pedimos y que por desgracia siempre se traducen en peores condiciones de vida para todos. La verdadera clave para disminuir la pobreza y aumentar el bienestar es incrementar la libertad económica, luchar por reducirla es ir en contra de toda prueba y condenarnos a la miseria.

Lampadia




Sumémonos a la lucha contra el populismo en Latinoamérica

Sumémonos a la lucha contra el populismo en Latinoamérica

Comentario de Lampadia

El populismo ha sido una de la mayores plagas de la política latinoamericana durante casi cien años. Es interesante, por ejemplo, recordar una carta de uno de sus grandes propulsores y, todavía hoy, uno de sus principales inspiradores, Juan Domingo Perón al General Carlos Ibáñez, recién elegido presidente de Chile: “Mi querido amigo: dele al pueblo, especialmente a los trabajadores, todo lo que pueda. Cuando le parezca que ya les está dando demasiado, deles más. Verá los resultados. Todos tratarán de asustarlo con el espectro de un colapso económico. Pero todo eso es una mentira. No hay nada más elástico que la economía, a la que todos temen tanto porque nadie la entiende” (Publicado por Sebastián Edwards en su libro “Populismo o mercados, el dilema de América Latina”).

El populismo es una alianza entre la mentira y la esperanza.

La mentira, porque el político populista sabe que no va a cumplir con lo que ofrece, solo lo hace para conseguir votos de los más necesitados y carentes de alternativas.

La esperanza, porque resulta ser como el último pedazo de madera del cual uno se puede agarrar en medio del mar, después de haber llegado a creer que ya nada puede darle algo que lo ayude a mejorar su situación.

El populismo tiene todos los colores, todos los tonos y ropajes. Debe ser denunciado cada vez que sea adoptado por un candidato y combatido con propuestas sustentadas en la realidad, pero que se orienten a mejorar la vida de los ciudadanos. Todos saben que no hay lonche gratis, las cosas buenas cuestan, la mejora de la vida de los ciudadanos requiere el esfuerzo de todos, nunca será regalada, a no ser que sea el espejismo que se desvanece tan pronto querramos alcanzarlo.

Gloria Álvarez, una joven guatemalteca ha tomado la bandera de la lucha contra el populismo en nuestra región. En Lampadia creemos que todos debemos apoyarla, difundiendo sus mensajes, compartiendo ejemplos de los fracasos de los políticos sinverguenzas que durante las últimas largas décadas engañaron a sus poblaciones. Hagamos una lista de los políticos latinoamericanos populistas y un concurso, un ranking de los peores. Esperamos sus contribuciones y mientras tanto seguiremos a Gloria Álvarez y trataremos de ver que se le invite al Perú para que comparta su pasión para curarnos de esta enfermedad social.

 

‘Aquellos con tecnología deben tener una ideología definida’ 

El Comercio de Quito, Ecuador, 2 de mayo 2015

 

Entrevista a Gloria Álvarez, politóloga y activista guatemalteca cree que hay que trabajar en el mismo método que el Foro de Sao Paulo, que estableció la agenda para el Socialismo del siglo XXI. A través de la tecnología, armar foros para recuperar la institucionalidad republicana.

SU VIDA: Es una activista y politóloga guatemalteca. Luego de su participación en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud, en Zaragoza, tuvo una gran repercusión. Forma parte del Movimiento Cívico Nacional de Guatemala.

Ver en Lampadia su presentación en Zaragoza:  No queremos más populistas.

 

 

Usted es una detractora del populismo. Pero, ¿cómo lo define?

Lo identifico como un mecanismo de manipulación que es utilizado por políticos para conseguir votos de una forma fácil y sencilla de poblaciones que económicamente han sido marginadas y que han sido siempre excluidas del sistema jurídico. El populismo resurge con la caída del muro de Berlín, el desplome de la Unión Soviética, cuando la izquierda latinoamericana, las guerrillas marxistas y los partidos comunistas se ven sin financiamiento del gran gigante. En ese momento se estructura para saber cómo llegar al poder. Van al foro de Sao Paulo, a principios de los 90 y delimitan la agenda de lo que se conoce como el Socialismo del siglo XXI.

¿Esa agenda llega al poder?

Lo estamos viendo en mayor o menor medida. También es debido al descontento ante los gobiernos de derecha a principios de los años 90. Se había pensado que el capitalismo y el libre mercado habían triunfado, pero dejó un mal sabor. Los presidentes de la época no fueron capaces de liberar el mercado; privatizaron industrias pero las convirtieron en oligopolios y monopolios que beneficiaron a su círculo cercano y la población latinoamericana fue rezagada otra vez de la política.

¿Y nos llegó el populismo?

Ahí fue donde el populismo y el Socialismo del siglo XXI propuso una nueva vía: la transferencia de la riqueza. Llevamos más de 15 años de verlo implementado y solo hemos visto más postergación de la pobreza, un desmantelamiento de las instituciones. Y esto ha hecho que la derecha también se vuelva populista porque ve que funciona a la izquierda.

 ¿América Latina tiene una vocación populista?

Cada vez que hay una crisis, el latinoamericano no ha tenido reparos en seguir a este superhombre en forma de caudillo, cacique, dictador militar y ahora del populista electo democráticamente. En la historia se ha mantenido a la población psicológicamente aplastada y aún piensa que un superhombre la puede salvar. Yo, apuesto por la institucionalidad sobre todo del organismo judicial.

¿Cómo armar la transición hacia la república?

La república concibe el equilibrio y autonomía de los tres poderes. La ingeniería constitucional por la que caímos en el hiperpresidencialismo hace que debamos cuestionarnos la elección de magistrados y legisladores porque responden más al presidente que a sus representados. También, cree en la meritocracia, que las mejores personas lleguen al poder. No sé si habrá que implementar alguna evaluación de inteligencia emocional, de aptitudes académicas para determinar un cierto estándar y no que cualquiera pueda legar al poder solo porque tiene la habilidad para manipular.

 ¿Y el rol del ciudadano?

El ciudadano sí se puede parar por sí mismo y que en el uso de sus tres derechos fundamentales (vida, libertades y propiedad privada) trace el camino de su vida. Necesitamos ciudadanos cuestionadores. La república no se hizo para adiestrar una masa de borregos sino para que administre seguridad y justicia.

¿Cuál sería la estrategia?

La tecnología. Abarata los costos de educación y permite extender puentes para darnos cuenta que somos víctimas de los mismos males y hacer lo mismo que en el foro de Sao Paulo: una agenda para rescatar nuestras repúblicas. La izquierda dirá que es una proclama de la derecha y que tampoco es creíble… 
 Anular algo solo porque quien lo dice nos cae mal es una falacia. Las cosas hay que evaluarlas por el peso que tiene en el examen de realidad. Me rehúso a pensar en el pobre como una boca que alimentar. Hay mucha gente en situación de pobreza que busca oportunidades. Quiero dejar en claro que con la derecha también tengo conflictos.

¿Cuáles?

No soy conservadora religiosa ni homofóbica. No tengo problemas con que la droga se legalice. Con la izquierda estoy de acuerdo con las libertades civiles y que cada quien tiene derecho a vivir bajo sus propios principios morales, pero no con que el Estado transfiera riqueza. Tomo las libertades económicas de derecha y las libertades individuales de izquierda para formar mi propia escala de principios que se acogen en una ideología que se llama “libertarianismo”.

¿Qué hacer con las personas en tal grado de exclusión que no tienen esas posibilidades de crecimiento?

Primero, hay que empezar a educar a aquellas personas que ya tiene acceso a la Internet, pero que no la están usando para ningún beneficio personal. Está comprobado que cuando se usa la tecnología como un instrumento de empoderamiento, surgen movimientos de diferentes tipos. Aquellos que sí tienen acceso a la tecnología que tengan una ideología definida. Los jóvenes deben definirse ideológicamente, que lean de capitalismo, de comunismo, de anarquismo y lleguen a sus propias conclusiones porque sino cualquiera los puede venir a babosear. La juventud quiere salir a protestar pero si no tiene ideas claras de cuál es el gobierno o el país que quiere, de nada sirve.

Pero ¿cómo hacer para que el Estado no sea asistencialista, pero sí permita que haya esa oportunidad de crecimiento de los postergados?

La forma más rápida de acabar con la pobreza es acabar con las fronteras migratorias y con los obstáculos comerciales: abajo aranceles, abajo impuestos, arriba la libertad económica absoluta. No estoy hablando de empresas que se refugian en las faldas del gobierno, sino que un peruano, si está muriéndose de hambre en una favela de Quito, pueda hacer negocios con otro que esté en alguna favela de México y así ver nuevas oportunidades. Si un país no puede dárselas, tal vez varios países en conjunto sí. No es fácil. Es una tarea de empoderamiento individual. Lo que pasa es que se culpa al gobierno pero quiere que resuelva sus problemas. Yo no. Yo creo que si el problema es el gobierno, no puede ser la solución. La economía tiene que trabajar completamente independiente de los intereses lucrativos que han llevado a personas inescrupulosas al poder.

 

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO de Ecuador en la siguiente dirección:

http://www.elcomercio.com/actualidad/entrevista-gloriaalvarez-socialismo-populismo-tecnologia.html.