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Una silenciosa tragedia latinoamericana

Una silenciosa tragedia latinoamericana

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En promedio la región latinoamericana ha tenido impactos muy negativos por la pandemia del Coronavirus.

  • 30% de las muertes con el 8% de la población global
  • 7% de contracción de la economía, mayor a la del resto del mundo
  • Las escuelas han permanecido cerradas más tiempo que en el resto de regiones

Ver líneas abajo el artículo de The Economist sobre la tragedia de las aulas vacías.

El caso del Perú es incluso peor que el de nuestra región, tenemos la mayor cantidad de muertes por millón en el mundo, la mayor caída del producto y nuestras escuelas siguen cerradas.

Peor aún, el año 2020, el incompetente gobierno de Vizcarra y sus aliados de las izquierdas, no fueron capaces de conseguir, habilitar y distribuir tabletas electrónicas y dar acceso a internet para una gran parte de los estudiantes del sector público. Los resultados de este año también son largamente insatisfactorios.

Las escuelas siguen cerradas y el ver como abrirlas está muy lejos de la preocupación del gobierno. No se ha priorizado la vacunación a los profesores y no se han diseñado protocolos que permitan, por lo menos, aperturas parciales. Por otro lado, la sociedad civil y los medios de comunicación, no muestran ninguna preocupación al respecto.

La cobertura de internet ha sido propiciada por maniobras políticas de distintos gobiernos, que han impedido el desarrollo de una mayor oferta de servicio.

Además, desde el inicio de la pandemia, se ha acentuado la guerra de guerrillas del sector público contra las escuelas privadas, a las que se ha debilitado y regulado de maneras incapacitantes. En vez de haber hecho una alianza para diseñar estrategias que permitan desarrollar un esfuerzo conjunto que favorezca a la mayor cantidad posible de estudiantes, buscando inclusive, que alumnos del sector público puedan acceder a las facilidades de las escuelas privadas, que cuentan con mucho mejor infraestructura.

Lamentablemente, al igual que en el desastroso manejo de la salud pública, que también abrió brechas y distancias con el sector privado, impidiendo soluciones colaborativas ad-hoc a la crisis, el gobierno privilegió la búsqueda de victorias ideológicas pírricas para debilitar el prestigio de la educación privada a los ojos de la opinión pública. Esto a pesar de que en el último estudio PISA, quedó probado que la educación privada ofrecía mejor calidad. Ver en Lampadia: A propósito de PISAPúblicos y privados aliados por la educación.

Como en todos los temas sociales, para nuestros últimos gobiernos, la ideología ha estado antes que la calidad de vida de los ciudadanos. Por ello se mantienen servicios públicos de muy mala calidad y hasta abusivos con los peruanos más pobres.

Se privilegia el control estatal de los servicios de agua y desagüe, antes que mejorar su cobertura, castigando, además, a los más pobres a gastar en agua, más que los pobladores de mejores ingresos.

Durante la pandemia se ha impedido el apoyo del sector privado en servicios de salud, y se ha llagado hasta a rechazar donaciones de plantas de oxígeno, servicios de testeo y softwares especializados para el seguimiento del virus, con tal de afirmar el rol (patético) del Estado.

Se miente y hasta se sabotea, la educación privada, que ofrece mejor calidad, para mantener un servicio público deficiente, que no puede siquiera nutrirse de las mejores prácticas de las escuelas privadas, que hacen todo tipo de esfuerzos para brindar servicios que se acerquen a los estándares internacionales.

Por todo esto es que, con toda razón, la población está insatisfecha con la calidad de vida que se le brinda en el Perú.

Los cierres prolongados de escuelas están causando un daño duradero a una generación

The Economist
19 de junio, 2021
Glosado y traducido por Lampadia

Por primera vez en más de un año, este mes pequeños grupos de niños con sus mochilas y charlando han entrado en algunas escuelas de la Ciudad de México. Es una reapertura cautelosa. Depende de las escuelas si abren o no, y solo una minoría ha optado por hacerlo. Solo una parte de la clase asiste cada día. Lo mismo ocurre con 18 de los otros 31 estados de México; en los demás, todas las escuelas permanecen cerradas. Con la pandemia lejos de terminar, la precaución puede ser comprensible. Pero entre los vivos, los niños continúan siendo sus principales víctimas, en México y en toda América Latina.

La región se ha visto especialmente afectada por el covid-19 de tres formas. Con el 8% de la población mundial, ha sufrido alrededor de un tercio de las muertes registradas oficialmente por covid-19 (y muchas más no registradas). Sus economías se contrajeron en un promedio de 7% el año pasado, peor que el mundo en su conjunto. Mucho menos discutido es que las escuelas de América Latina han permanecido cerradas por más tiempo que las de cualquier otra región. Los efectos se sentirán mucho después de que la pandemia haya terminado y las economías se hayan recuperado.

Las escuelas cerraron en casi todas partes de la región en marzo de 2020 y muchas han permanecido cerradas desde entonces. Están completamente abiertos solo en seis países más pequeños. Algunos países, como Argentina y Colombia, comenzaron a abrir sus escuelas a principios de este año solo para cerrarlas nuevamente debido a que sufrieron una segunda ola de la pandemia.

La pérdida prolongada de aprendizaje empeorará los pésimos estándares educativos. Las pruebas internacionales de pisa de jóvenes de 15 años en 2018 encontraron que, en lectura, matemáticas y ciencias, los participantes latinoamericanos estaban en promedio tres años por detrás de sus pares en el grupo de la OCDE de países principalmente ricos. Con las escuelas cerradas durante 13 meses, el Banco Mundial calcula que alrededor del 77% de los estudiantes estarían por debajo del rendimiento mínimo para su edad, frente al 55% en 2018. Esto tiene efectos a largo plazo. Incluso si solo se pierden diez meses de clases, el banco calcula que el estudiante promedio podría perder el equivalente a $ 24,000 en ganancias a lo largo de su vida. Los más pobres, los de las zonas rurales y las niñas son los más afectados por el cierre de las escuelas, lo que agrava las ya amplias desigualdades en América Latina.

Muchos países latinoamericanos han realizado grandes esfuerzos para organizar el aprendizaje a distancia durante la pandemia. Pero una minoría considerable de escuelas carece de acceso a Internet con fines educativos. Mientras que el 98% de la quinta parte más rica de los estudiantes de la región tiene Internet en casa, solo el 45% de los más pobres la tiene. En Brasil, los teléfonos móviles ofrecen el único acceso a Internet para más del 60% de los estudiantes negros e indígenas. Muchos gobiernos utilizan canales tradicionales, como televisión, radio y material impreso. México ha ofrecido educación a distancia por estos medios para 25 millones de alumnos.

Esto no sustituye a la enseñanza presencial. “No todos los estudiantes aprenden al mismo ritmo”, dice Marco Fernández, especialista en educación de la Universidad Tecnológica de Monterrey en México. “No pueden hacer preguntas ni recibir comentarios como lo harían en el aula”. Más allá de la pérdida de aprendizaje, los cierres de escuelas han traído costos emocionales y un gran aumento en el número de abandonos.

Las escuelas en muchos países de otras regiones reabrieron hace meses, con distanciamiento social, pruebas y limpieza a fondo. Aparte de la gravedad de la pandemia, hay varias razones por las que esto no ha sucedido en América Latina. Por lo general, los padres no se han mostrado interesados. En México, hasta que la mayoría de las personas se vacunen “pensamos que lamentablemente no existen las condiciones para un regreso masivo a la escuela”, argumenta Luis Solís de la Unión Nacional de Padres, un grupo voluntario. Los sindicatos de docentes también se han mostrado reacios. En Argentina, cuando el alcalde de Buenos Aires intentó reabrir las escuelas en marzo, recibió la oposición tanto del sindicato como del gobierno nacional, su aliado. “No hay presión” sobre los gobiernos para que reabran, lamenta Fernández.

Los gobiernos podrían hacer mucho más para promover una reapertura segura mediante la información y la consulta. “A estas alturas, todos los países deberían haber hecho al menos un esfuerzo sustancial para abrir escuelas”, dice Emanuela Di Gropello del Banco Mundial. “No estamos donde deberíamos estar”. Ponerse al día será un desafío formidable. Las escuelas necesitan evaluar rápidamente el nivel de cada alumno, organizar la enseñanza de recuperación y recuperar el tiempo perdido con clases los sábados y períodos más largos. Esto requerirá tanto dinero como esfuerzo. Muchos gobiernos han gastado más en atención médica y ayuda de emergencia a familias y empresas durante la pandemia. La educación debería tener la misma prioridad si América Latina no quiere fallar a toda una generación. Lampadia




Ni fundamentalismo de mercado ni populismo

El populismo ha sido una de las mayores plagas de la política latinoamericana durante casi cien años. En Lampadia ya lo hemos denominado ‘una alianza entre la mentira y la esperanza’. La mentira, porque el político populista sabe que no va a cumplir con lo que ofrece, solo lo hace para conseguir votos de los más necesitados y carentes de alternativas. La esperanza, porque resulta ser como el último pedazo de madera del cual uno se puede agarrar en medio del mar, después de haber llegado a creer que ya nada puede darle algo que lo ayude a mejorar su situación.

Esta tendencia populista empezó recientemente a propagarse por todo el mundo más desarrollado. Donald Trump fomentó una ola de populismo que lo llevó a la Casa Blanca. Lo mismo sucedió en el Reino Unido, donde los populistas lograron el voto por el Brexit. Felizmente, la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales de Francia no ha sido solo una buena noticia para Francia, sino para el mundo, ya que denota un quiebre en la tendencia populista.

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Al escoger con una contundente votación a Emmanuel Macron como su nuevo presidente, Francia ha seleccionado a un carismático nuevo líder para la gran batalla política entre el globalismo y el nacionalismo que empieza a darse en las democracias occidentales. Macron, defensor de la globalización, de la política centrista y de la Unión Europea, se erigió como un bastión contra las fuerzas no convencionales y disruptivas que han alterado la política mundial desarrollada durante el último año. Ver en Lampadia el nacimiento de Macron y su significado para la política francesa: Establishment francés creó a Macron para evitar giro político

Sin embargo, algo interesante de Macron es que, como afirma Anatole Kaletsky  en su artículo ‘A “Macroeconomic” Revolution?’ (Project Syndicate, 19 de julio), basó su campaña electoral en una “síntesis de las reformas laborales “derechistas” y un alivio “izquierdista” de las condiciones fiscales y monetarias, y sus ideas están ganando apoyo en Alemania y entre los políticos de la Unión Europea”.

Este economista anti-establishment, Anatole Kaletsky, un fuerte crítico del llamado fundamentalismo de mercado, califica como una suerte de revolución macroeconómica,  el eventual éxito de la política centrista de Macron, y estaríamos viendo algo que llama “una revolución macron-económica, el intento de combinar las políticas estructurales conservadoras con la macroeconomía progresista- que logra reemplazar al fundamentalismo de mercado que fracasó en 2007, la década perdida del estancamiento económico podría pronto estar terminada -al menos para Europa”.

Lamentablemente, en el capitalismo de hoy, en EEUU y Europa, después de haberse hecho evidente un proceso negativo de distribución del ingreso y de mayor desigualdad, carece de una dirección clara y, de alguna manera, sus poblaciones están perdiendo la confianza en los mercados abiertos, la globalización y el comercio internacional. Además de perder el respeto por la política y el establishment, que sienten que les han fallado e interrumpido sus expectativas de lograr mejores condiciones de vida que las que ahora visualizan.

Como hemos explicado anteriormente, este proceso no es representativo de la suerte del mundo en su conjunto pues, a nivel global, precisamente durante los años cuestionados, la pobreza mundial se ha reducido sustancialmente a menos de mil millones de habitantes, así como la desigualdad. Sorprendentemente, el análisis académico de los países más ricos se abstrae de considerar en sus ecuaciones a los países emergentes, algo que invalida sus conclusiones. Sin embargo, sí es cierto que los gobiernos de los países más avanzados, no han sabido detectar sus propios problemas y dejaron de desarrollar compensaciones para las poblaciones más afectadas por la mayor desigualdad en sus países, producida en paralelo a la reducción de la desigualdad en los países emergentes. Tampoco se puede dejar de considerar el impacto (responsabilidad de los países ricos) de la revolución tecnológica, que en sus primeras etapas afecta el empleo y los ingresos.

Volviendo a Kalentsky, nos dice: “Supongamos, por otra parte, que la economía “progresista” del pleno empleo y la redistribución podrían combinarse con la economía “conservadora” del libre comercio y la liberalización del mercado de trabajo. Las políticas macroeconómicas y estructurales serían entonces más fáciles de justificar políticamente y tendrían mucho más posibilidades de éxito.”

La incertidumbre sobre el vacío de liderazgo global de la potencia más importante del mundo, iniciado por Obama, y exacerbado por las políticas aislacionistas de Trump, traerá, con seguridad, costos altísimos a todo el planeta. Un ‘orden global caótico’, como ya ha sido calificado.

Justamente, uno de los defectos más profundos de la economía populista es la imprudencia. El mayor proteccionismo y el discurso populista son justamente los causantes de parte del freno al crecimiento mundial, como afirmó el Centro para la Investigación de Política Económica, el cual estima que sólo durante los primeros ocho meses de 2016, los gobiernos del G-20 implementaron casi 350 medidas que afectaban los intereses extranjeros. “Los saltos en el proteccionismo del G-20 en 2015 y 2016 coinciden ominosamente con el freno en el crecimiento de los volúmenes de crecimiento del comercio global”, afirmó el centro europeo (al que los europeos no hacen caso). Ver en Lampadia: Es importante defender el libre comercio (y …).

El libre comercio, la más clara expresión de la globalización económica de las últimas décadas, produjo los grandes avances de la humanidad en términos de reducción de la pobreza y de la desigualdad globales, la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, la emergencia de una clase media global y el crecimiento de la población mundial al doble de lo que fue hace pocas décadas, con mejor calidad de vida, salud e ingresos. Ver en Lampadia: El libre comercio benefició a los países emergentes.

Actualmente existen complejos problemas económicos y políticos para los cuales el populismo ofrece soluciones sencillamente fantasiosas. Aquellos que se oponen a la cura populista tendremos que encontrar alternativas igualmente llamativas, al estilo de MacronLampadia




El Futuro del Saber

El Futuro del Saber

Hace 20 días tuvimos en Lima a Fabio Gandour, el Jefe de Investigación de IBM en Brasil, de uno de doce laboratorios de investigación de la empresa en el mundo. En el CADE por la Educación 2016, el investigador nos habló del saber, de la acumulación de conocimiento en el futuro, de cómo se va a generar, de cómo serán las máquinas, por primera vez en la historia, las que asuman esta tarea.

Gandour nos describió un nuevo verbo creado por él para describir la generación de conocimiento por las máquinas:

Cognir

Verbo transitivo, regular, en la tercera conjugación, que expresa la acción de producir conocimiento, acción originalmente reservada al ser humano por naturaleza, ‘entrenable’ en algunos animales superiores, que empieza ahora a ser ejecutada por las máquinas, capaces de capturar datos, ponerlos en formatos ordenados y útiles para producir información sobre la cual se genera dicho conocimiento. A esto se llama Computación Cognitiva.

“Hoy las máquinas empiezan a cognir. ¡Hay qué miedo!”

Gandour nos comentó que en enero del año 2000, el más notable físico del planeta, Steven Hawkins, explicó en una conferencia en Londres que pensaba que el mundo en el siglo XXI sería el ‘siglo de la complejidad’.

Las máquinas participarían de forma determinante en la formación del saber.

Estas serían necesarias y capaces de procesar y aprovechar el crecimiento exponencial de datos no estructurados, como los que se producen en las redes sociales.

Según Gandour, el mundo no es determinístico, es probabilístico. En éste debemos tener capacidad de improvisar para crear el ecosistema del saber.

El reto es pasar de los datos a la información, y de esta al conocimiento, a la cognición.

¿Será mejor el futuro? Se preguntó Gandour:

“Para que sea mejor hay cosas que tenemos que hacer hoy. La única certeza que tenemos sobre el futuro es que vamos para allá. No hay como volver atrás”.

En nuestras palabras, este dictum equivale a aquel que define al optimista: El optimista no es el que cree que las cosas saldrán bien por acción de los Dioses, sino el que está dispuesto a la acción.

Así es, no podemos dejar las cosas en manos de los Dioses ni de los demás, gobernantes o comunes, tenemos que involucrarnos en la creación de nuestro futuro, empezando en ver que educación debemos dar a nuestros hijos para que tengan la capacidad de moldear su propio futuro. Lampadia

Ver la conferencia de Fabio Gandour en el CADE por la Educación: