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El cadáver sigue muriendo

El cadáver sigue muriendo

Jorge Baca Campodónico
Linterna de Popa 312, Setiembre de 2021
Glosado por Lampadia

Los indicadores económicos apuntan a un deterioro generalizado

No han transcurrido ni dos meses de gestión y ya se sienten las consecuencias de la errada política económica que intenta implementar el nuevo gobierno.

  • El tipo de cambio se ha disparado,
  • la inflación ha superado largamente el rango meta del BCRP,
  • la agencia Moody’s ha rebajado la calificación de la deuda soberana y de los principales bancos del Perú, incluido el Banco de la Nación,
  • el desempleo se mantiene elevado y
  • la informalidad continúa creciendo.
  • La retracción de la inversión privada y la fuga de capitales se agudiza día a día.

A diferencia de otras crisis generadas por factores externos, la actual ha sido causada mayormente por errores de sucesivos gobiernos.  Desde Humala, pasando por Kuczynski, Vizcarra y Sagasti, se han venido cometiendo errores en materia económica, errores que la antitécnica cuarentena decretada por el gobierno de Vizcarra se encargó de desnudar y que este gobierno, en lugar de revertirlos, los viene agudizando.

Dos errores han sido gravitantes en el deterioro económico. El sesgo anti-inversión privada, especialmente minera, iniciada con Humala y el aumento desmedido del gasto público corriente y de la burocracia estatal, en desmedro de la inversión en educación, salud e infraestructura. Grandes obras faraónicas de dudosa rentabilidad como la nueva refinería de Talara y el gaseoducto del sur han contribuido a revertir los superávits fiscales, símbolos de la solidez financiera peruana, que se obtuvieron hasta el año 2013, en déficits crecientes que se tradujeron en incrementos de la deuda pública y que obligaron a cambiar los topes de la ley de transparencia y responsabilidad fiscal.

La situación económica del país, a pesar de la bonanza de los precios del cobre, se encuentra en una situación crítica, ya que no ha conseguido recuperar ni siquiera los niveles de actividad previos a la pandemia. El sector turismo continúa deprimido y la amenaza de una tercera ola a nivel mundial impedirá el restablecimiento del flujo de turistas en el corto plazo. La aparente recuperación de la recaudación tributaria es una quimera que se explica por los mayores precios de los minerales y los productos de importación y por la devaluación de la moneda. El verdadero problema de la economía peruana es el desempleo y la informalidad (que equivale a desempleo camuflado o subempleo) y que son las principales causas del incremento de los niveles de pobreza.

Los recientes mensajes del ministro de economía y del presidente se han centrado en anuncios de mayor gasto público a través de bonos, subsidios y empleo temporal. Sin embargo, poco o nada se ha anunciado para promover la inversión privada y el empleo formal permanente. Hasta la fecha no se ha definido la permanencia o no del presidente del BCRP ni se han anunciado los nuevos integrantes de su directorio. Mientras tanto se insiste con medidas populistas en los diferentes ministerios, que en su mayoría carecen de experiencia y capacidad técnica para integrar el esfuerzo coordinado que se requiere para implementar un programa coherente de reactivación económica.  

El indicador del nivel de actividad de la economía que se divulga con mayor prontitud es la demanda de electricidad que publica diariamente el Comité Ejecutivo del Sistema Interconectado (COES). Mientras los datos del PBI más recientes son los del mes de julio, se conoce la demanda de electricidad al 11 de septiembre. Estos datos revelan que la economía se encuentra estancada desde el segundo trimestre (ver Grafico 1). Es de esperar que esta tendencia continúe mientras no se despejen la incertidumbre y expectativas negativas sobre la Asamblea Constituyente y el directorio del BCRP, para permitir que se recupere la inversión privada y, con ella, el empleo productivo formal.

¿Por qué va a continuar el estancamiento económico? El mayor desempleo y la mayor informalidad se han traducido en una caída de más de 20% de la masa salarial, respecto a los niveles prepandemia. Los bonos y subsidios que viene entregando el gobierno para mitigar la pérdida de poder adquisitivo no son la solución porque son solo medidas temporales. Lo único que se logra con la entrega de bonos es aumentar el déficit fiscal y el nivel de deuda pública. La posibilidad de aumentar el salario mínimo tampoco es una solución porque solo lograría que se pierdan más empleos formales, se incremente el gasto estatal, se reduzca la recaudación fiscal y se incremente la informalidad. Es un error del gobierno creer que la actual crisis tiene su origen en la falta de demanda cuando el problema es de falta de inversión privada que genere mayor empleo formal y generación de riqueza.

Durante la crisis que se agudizó durante la pandemia el BCRP ha logrado contener la volatilidad del tipo de cambio y la inflación.  Sin embargo, la incertidumbre generada por el nuevo gobierno, que escapa al control del banco central, ha generado una elevación del tipo de cambio que ha podido ser mayor si no fuera por la intervención del ente emisor. La incertidumbre política, la elevación del tipo de cambio y el aumento de precios de materias primas y fletes a nivel mundial, que son factores que escapan al control del banco central, han motivado que la inflación salga del rango objetivo. En este contexto, no se entiende las razones del actual gobierno para seguir prorrogando la designación de las nuevas autoridades del ente emisor.

¿Qué medidas se requieren para restablecer el equilibrio en el precio del dólar y el aumento de la inversión privada? La medida obvia es aplicar “un shock de confianza” que cambie las expectativas de los agentes económicos. Este shock de confianza debe incluir la designación de un equipo solvente en el directorio del BCRP que de preferencia mantenga en la presidencia a Julio Velarde. La otra medida sería el cambio de ministros seriamente o, mejor aún, una renovación integral del gabinete y su sustitución por un gabinete de técnicos que garanticen la vigencia de la Constitución, en especial del capítulo económico.

Mientras el gobierno no promueva la inversión privada con medidas que eliminen la incertidumbre, difícilmente se generará nuevo empleo formal y mayor producción. Sin inversión privada la economía continuará deprimida. La inflación seguirá elevándose, alimentada por un tipo de cambio creciente que se traducirá en mayores pérdidas de poder adquisitivo del consumidor, forzando al gobierno a elevar el sueldo mínimo o a continuar otorgando bonos a la población más necesitada generándose un círculo vicioso difícil de revertir. Estamos avisados.

(El contenido de esta columna se puede consultar en http://www.prediceperu.com/).  

Lampadia




Propuesta para Aliviar el Problema del Desempleo

Propuesta para Aliviar el Problema del Desempleo

Jorge Baca Campodónico
Para Lampadia

El colapso del sector informal, el cierre de empresas y la desaparición de más de 7 millones de empleos, generados por la prolongada cuarentena, configuran un escenario que más se asemeja a la depresión económica de 1929 que a las recesiones de 1998 o de 2008.  El gobierno se equivoca al pensar que las políticas monetarias y fiscales anticíclicas, por más significativas que sean, serán suficientes para salir de la recesión en la que nos encontramos. Hemos entrado a un “agujero negro” que nos viene arrastrando a una depresión económica de imprevisibles consecuencias.

La reducción del empleo reduce el menor nivel de ingresos y, por ende, la demanda de los consumidores, lo que se traduce en menores ventas para las empresas. Tanto consumidores como empresas encuentran crecientes dificultades para pagar sus préstamos, obligando a los bancos a reducir su intermediación. La caída de la demanda agregada generará una nueva ola de cierre de empresas o despidos de trabajadores formales, iniciándose de esta manera un círculo vicioso, que como un agujero negro nos podría arrastrar a una depresión económica si no se toman las medidas correctivas a tiempo.

A diferencia de países desarrollados, el Perú no cuenta con un seguro de desempleo. Los programas Reactiva, los bonos distribuidos a raíz de esta crisis por el gobierno, juntamente con la liberación parcial de CTS y fondos individuales en las AFPs, son esquemas temporales y no cubren, ni por asomo, el ingreso mensual que percibían estos trabajadores antes de quedar desempleados. Este menor ingreso, juntamente con los menores ingresos por exportaciones y menor nivel de inversión del sector privado generará una caída en la demanda agregada que será similar a la caída inicial de la producción generada por la cuarentena.

¿Qué hacer en estas circunstancias? Lo que se necesita es una solución similar al “New Deal” de Franklin D. Roosevelt aplicada en EUA, no para cambiar el modelo económico sino para perfeccionarlo eliminando la falla de mercado que se viene dando en el área laboral. De otra manera corremos el riesgo de que la ola de populismo arrase con el modelo económico consagrado en la Constitución de 1993.

El 31 de diciembre de 1933 el economista John Maynard Keynes dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt poco tiempo antes de su primera investidura presidencial y en plena depresión económica, desatada por el desplome de la bolsa americana en 1929. En esa extensa carta de 2,600 palabras, el reconocido economista hizo una lista de recomendaciones de política monetaria, fiscal y cambiaria que reflejan el pensamiento del creador de la escuela “keynesiana” de economía y que años más tarde, en 1936, sería volcado en su libro “Teoría General del Empleo, Interés y el Dinero”.

¿Qué le recomendó Keynes a Roosevelt? “… Usted se enfrenta a una doble tarea, Recuperación y Reforma; recuperación de la depresión y la aprobación de las reformas económicas y sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho tiempo. Para la primera, la velocidad y los resultados rápidos son esenciales. Para la segunda, que también puede ser urgente, la prisa será perjudicial. Una solución sabia de largo plazo es más necesaria que el logro inmediato. Será a través de elevar el prestigio de su administración por el éxito en la recuperación de corto plazo, que tendrá la fuerza motriz necesaria para lograr la reforma de largo alcance. Por otro lado, incluso una reforma sabia y necesaria puede, en algunos aspectos, obstaculizar y complicar la recuperación. Porque alterará la confianza del mundo de los negocios y debilitará su motivación, antes de que haya tenido tiempo para la recuperación…”.

Refiriéndose a cómo lograr la recuperación, Keynes escribe: “El objetivo de la recuperación es aumentar la producción nacional y poner a más hombres a trabajar …  el volumen de producción depende de la cantidad de poder adquisitivo…  Por lo tanto, un aumento de la producción no puede ocurrir a menos que se den uno u otro de tres factores. Que las personas sean inducidas a gastar más de sus ingresos existentes; que los empresarios sean inducidos, ya sea por una mayor confianza en las perspectivas o por una tasa de interés más baja, a crear ingresos adicionales en manos de sus empleados, que es lo que sucede cuando se aumenta el capital fijo de un país o se contratan más trabajadores; o que el gobierno cree ingresos corrientes adicionales a través del gasto de dinero prestado o impreso. En los malos momentos no se puede esperar que el primer factor funcione a una escala suficiente. El segundo factor llegará cuando la segunda ola de ataque a la depresión se dé, una vez que la marea haya sido cambiada por los gastos del gobierno. Por lo tanto, sólo a partir del tercer factor podemos esperar el impulso mayor inicial. …  en una depresión económica el gasto gubernamental proveniente de préstamos es el único medio seguro de asegurar rápidamente un aumento de la producción… Es por eso que una guerra siempre ha causado una intensa actividad industrial. En el pasado, la teoría económica ortodoxa ha considerado una guerra como la única excusa legítima para crear empleo a través de gastos gubernamentales. Usted, señor presidente, después de desechar tales grilletes, será libre de utilizar, por el interés en la paz y la prosperidad, la técnica que hasta ahora sólo se ha permitido utilizar para los propósitos de la guerra…”.

¿Siguió Roosevelt los consejos de Keynes? Existe controversia sobre si Roosevelt siguió la receta keynesiana. Lo cierto es que Keynes y Roosevelt se reunieron en mayo de 1934. Roosevelt le dijo a su ministra de trabajo Frances Perkins, “Vi a tu amigo Keynes. Dejó un rollo entero de cuadros y gráficos. Debe ser un matemático más que un economista político”. Por su parte, Keynes repitió su admiración por las acciones que Roosevelt había tomado, pero dijo con cautela que había “supuesto que el presidente era más instruido, económicamente hablando”.

Keynes exageró su posición con afirmaciones como: “Sin dinero no hay economía”, “Se puede enterrar dinero y dejar que los trabajadores suden para encontrarlo”, “Lo importante es que el dinero debe estar disponible sin importar el cómo, o se tendrá disturbios y caos.”

Keynes no entendió las preocupaciones de Roosevelt. Para el presidente, si el dinero no se ganaba como producto del trabajo, no tenía valor. No generaba autoestima, y por lo tanto no podía ayudar a la economía. El presidente decidió que, en lugar de regalar dinero, como lo proponía Keynes, el gobierno directamente crearía puestos de trabajo productivo. Durante su periodo como gobernador de New York (1929 – 1932), previo a su elección como presidente de los EUA, como respuesta al aumento del desempleo, Roosevelt había iniciado el programa “Temporary Emergency Relief Administration” (TERA) para reforestar grandes áreas del estado de New York. Luego, como presidente, basado en su experiencia con el TERA, propuso al Congreso un programa a escala nacional al que denominó Civilian Conservation Corps (CCC).

El CCC fue un programa voluntario de empleo que operó entre 1933 y 1942 y dio trabajo a hombres desempleados y solteros de 17 a 25 años. A lo largo de sus nueve años de funcionamiento, 3 millones de jóvenes participaron en el CCC, obteniendo alojamiento, ropa y alimentos, además de un salario de US$ 30.00 (equivalente a US$ 590.00 a precios de 2019) por mes. El CCC fue el más popular de todos los programas de New Deal. Una encuesta de Gallup del 18 de abril de 1936 preguntó: ¿Estás a favor de los campamentos del CCC?; el 82% de los encuestados dijo que sí, incluyendo el 92% de los demócratas y el 67% de los republicanos.  Un objetivo implícito del CCC fue restaurar la moral de la población en una época en la que el desempleo superaba el 25% y con tasas mucho más altas para los adolescentes con poca educación.

La organización y administración de la CCC fue responsabilidad conjunta de cuatro ministerios: Trabajo, que reclutó a los jóvenes, Ejército, que operaba los campamentos, y Agricultura e Interior, que proponían, organizaban y supervisaban los proyectos de trabajo. Un Consejo Asesor del CCC estaba compuesto por un representante de cada uno de los departamentos supervisores. El general Douglas MacArthur fue puesto a cargo del programa para operar los campamentos y oficiales retirados del ejército estuvieron al mando de los campamentos.

La implementación del programa se produjo con bastante rapidez. Roosevelt presentó la legislación al Congreso el 21 de marzo de 1933 y el Congreso la aprobó, por unanimidad, el 31 de marzo. Roosevelt promulgó la ley el mismo día y emitió una orden ejecutiva el 5 de abril creando la agencia, nombrando a su director y asignando comandantes del Ejército para comenzar la inscripción. El primer trabajador inscrito en el CCC fue seleccionado el 8 de abril y las listas subsiguientes de hombres desempleados fueron suministradas por los organismos estatales y locales de bienestar y socorro, para su inscripción inmediata. El 17 de abril, se estableció el primer campamento, en el Parque Nacional George Washington en Virginia. El 18 de junio se inauguraron los primeros 161 campamentos de control de la erosión del suelo, en Alabama. Para el 1 de julio de 1933 había 1,463 campamentos de trabajo con 250,000 inscritos. 

¿Puede hacerse algo similar en el Perú en las actuales circunstancias? Por lo que se sabe, el gobierno ha propuesto el programa Arranca Perú, pero este programa es una simple reasignación de los presupuestos de mantenimiento de otros programas que se ha ensamblado a la ligera sin ningún tipo de planificación. Las responsabilidades estarán compartidas por una serie de autoridades de todo nivel (gobierno central, mi vivienda, alcaldes, gobernadores, ministerios, etc.) lo que implica una carencia de liderazgo y estructuración del programa.  Por su falta de planificación y estructuración, el programa Arranca Perú va en camino a ser un desastre como lo ha sido la Reconstrucción con Cambios.

Arranca Perú será un botadero de plata que será utilizado por los gobiernos locales para crear trabajo temporal en actividades poco productivas con fines electorales. Y lo peor es que este tipo de programas, por su naturaleza temporal, no nos sacará de la depresión económica a la que vamos encaminados por las continuas medidas populistas del Congreso y el Ejecutivo.

La clave para aplicar un programa similar al propuesto por Roosevelt consiste en reconocer que el principal problema de nuestra economía es la falta de empleo adecuado y su baja productividad. La informalidad es nada menos que desempleo camuflado, un desempleo oculto. Este problema viene antes de la pandemia. El COVID solo ha desnudado un problema estructural, agravado por la falta de flexibilidad laboral, adecuada legislación laboral y la falta de un adecuado sistema de salud y pensiones. El bajo nivel de la deuda pública y el elevado nivel de reservas internacionales está logrando encubrir el problema estructural temporalmente, pero eso será insostenible en el largo plazo.

La solución al problema entonces pasa por la generación de empleo formal productivo en forma masiva e inmediata. La población quiere trabajar, no recibir bonos o subsidios. Esto debe hacerse rápidamente. Los niveles de desempleo son tan elevados que un estallido social puede ocurrir en cualquier momento. Se ha producido una falla de mercado en el área laboral y, para restablecer el equilibrio, se requieren medidas no convencionales.

¿Existe una alternativa al programa Arranca Perú? Si existe. Basta hurgar en el pasado para saber que se hizo en circunstancias similares cuando países tuvieron que enfrentar una depresión económica y elevados niveles de desempleo. Lo que se tiene que hacer es lo que hizo Roosevelt con su programa Civil Conservation Corps durante el New Deal y adaptarlo a las circunstancias peruanas. Un programa estructurado con participación de toda la sociedad.  Por la urgencia de su puesta en marcha se requiere la ayuda de las fuerzas armadas y el apoyo de las universidades, Defensa Civil, iglesias y el sector privado.  Hay que reconocer que una gran parte de las constructoras se encuentran impedidas de contratar con el Estado y por lo tanto no están en condiciones de movilizar la capacidad necesaria para una obra de gran envergadura. En este momento las fuerzas armadas son las únicas que tienen la capacidad organizacional para movilizar un ejército de empleados de 2 millones de personas en el corto plazo.

Un aspecto clave en la implementación de este tipo de propuestas es la adecuada y oportuna planificación de cada una de las reformas para que la propuesta de la agencia de empleo voluntario funcione. El gobierno, desde ya, debería plantear una agenda legislativa para la aprobación de las reformas requeridas para la formación de la agencia de empleo mencionada. Lo importante es poder contar con una infraestructura legal y administrativa consensuada con todos los sectores de la población para que las elecciones que se avecinan sean el sello aprobatorio de la propuesta. De esta manera el nuevo gobierno podría dedicarse de lleno a su implementación.

El marco legal deberá ser acompañado de una reforma tributaria que priorice la generación de empleo formal. Los sectores de mayor absorción de empleo son el sector agrícola y el sector construcción. Para movilizar la creación de empleo formal, el gobierno, al igual que en el New Deal, debe crear una agencia gubernamental que fomente la creación de empleo formal en el ámbito rural y en el ámbito urbano.

Para el caso presente, se propone la creación de La Agencia Civil de Empleo para la Reactivación (ACER), se plantea que se organice tipo servicio militar voluntario por 4 años como se hizo en el New Deal. Las personas en forma voluntaria (de preferencia jóvenes entre 18 y 25) se presentan en su distrito en el que viven y las fuerzas armadas los organiza como si fuera un servicio militar voluntario. Los ubica en un campamento habilitado especialmente para este fin. Si no hay cuartel en el distrito, se hace un campamento provisional al mando de oficiales retirados de las fuerzas armadas.

Los empleados voluntarios vivirían en los campamentos para asegurar su sanidad y contagio contra el COVID. Tendrían salidas programas de visita a sus casas cada 3 meses. Su estadía en los campamentos serviría para entrenarlos en diferentes profesiones y para educarlos e inculcarles disciplina para asegurar su incorporación al mercado laboral formal al término de su contrato.

Los distintos cuerpos de las fuerzas armadas cubrirían la logística necesaria proporcionando uniformes, comida y lugar donde pernoctar. Los movilizados reciben un salario mínimo mensual con sus beneficios sociales (Esalud y previsión social ONP), es decir son empleos formales con un régimen laboral especial. Si son universitarios se paga dos salarios mínimos. La duración del contrato de trabajo sería 2 años renovables. Los campamentos serían además centros de formación profesional. Después de sus jornadas laborales, los jóvenes tendrían oportunidad en los campamentos de recibir entrenamiento en múltiples oficios que le permitirían al término de sus contratos ejercer sus habilidades adquiridas.

Los dos millones de personas que llegaría a tener el programa ACER serían incorporadas progresivamente, la idea sería tener un campamento en cada distrito, (dos mil cuarteles de mil personas cada uno) tomando en cuenta la capacidad logística de las fuerzas armadas.

ACER se estructuraría como una corporación independiente con directorio formado por miembros de las Fuerzas Armadas, Sector Privado, Gremios, Universidades, Defensa Civil, y Gobiernos Locales. Tendría dos áreas de actuación: (i) ámbito rural; y (ii) ámbito urbano.

En el ámbito rural las actividades a desarrollarse serían labores de forestación, construcción de reservorios, canales, riego tecnificado, siembra y cosecha de agua. Para su implementación se utilizaría la experiencia ganada con el esquema de Sierra Productiva, que es un programa privado pero que ha sido recogido parcialmente en el programa Haku Wiñay de Foncodes. Consiste en construir micro reservorios familiares para con ellos instalar riego por aspersión o tecnificado en las chacras incluso de minifundistas muy pequeños. En 400 o 500 m2 de pastos que sólo crecen 1 cm y están verdes sólo tres meses al año, se puede pasar a tener pastos cultivados que crecen 1 m y admiten cinco cortes al año. Es decir, se podría lograr incrementos de la productividad superiores al 500%. Esto permitiría que los beneficiados puedan pasar de tener una vaquita famélica que apenas produce unos litros de leche a tener dos o tres de mejor calidad que le permitan tener un mejor nivel de vida, demandar productos manufacturados que reactivarán la economía y estar en condiciones de formalizar sus actividades teniendo acceso al seguro de salud y al sistema de pensiones.

Lo más interesante de este tipo de programas en el ámbito rural, es su potencial de masificación que permitirían transformar la agricultura serrana, a través de un salto de productividad extraordinario que se podría concretar en muy poco tiempo. La ubicación de los campamentos de ACER en cada distrito de la sierra permitiría que el contingente de jóvenes de la misma zona realice las mejoras y de esta forma asegurar que los cambios tecnológicos sean permanentes.

La agencia ACER utilizaría la fuerza laboral de cada campamento para hacer contratos con comunidades, gobiernos locales o propietarios para realizar las obras de reforestación, construcción de reservorios y canales, siembra y cosecha de agua, riego tecnificado más adecuadas a la zona.

En el ámbito urbano, las actividades a desarrollarse serían labores asociadas a la reconstrucción de millones de viviendas precarias en el ámbito urbano, especialmente ciudades grandes, obras de agua y desagüe, postas de salud, escuelas y parques zonales.  Al igual que el ámbito rural, los campamentos se instalarían en los distritos donde se realizarían las obras asegurando de esta manera que el contingente de jóvenes movilizados pertenezca a la misma zona. La participación de Defensa Civil en el directorio de ACER permitiría asegurar que las obras de reconstrucción de las viviendas precarias se hagan de acuerdo con las normas técnicas necesarias para evitar una catástrofe en caso de un terremoto.  

Con una estructura organizacional como la de ACER, se evitarían los interminables procesos de licitación, contratación y ejecución de los proyectos y la corrupción asociada a ellos. Las obras se realizarían con contratos tipo Mi Vivienda para reconstrucción de viviendas precarias con los propietarios de los lotes a ser beneficiados. Las obras de agua y desagüe, postas de salud, escuelas y parques zonales se harían con contratos tipo Mi Vivienda con las autoridades locales de los distritos donde se realizan las obras.

¿Como se financiaría?, con un fondo tipo “Mi Vivienda” que daría préstamos a largo plazo, con bajas tasas de interés, a los agricultores beneficiados con los reservorios o forestación y a los moradores de las viviendas precarias. Con la participación de las fuerzas armadas se tendría no solo fuentes de trabajo sino una fuerza laboral disciplinada, apolítica y que aprendería oficios en los campamentos.

¿Qué se requiere para poner en marcha ACER? Una ley del Congreso que autorice la creación de la agencia civil ACER con su régimen laboral especial. Una reasignación presupuestal de diferentes ministerios encargados de programas similares para financiar las actividades logísticas de las fuerzas armadas para el mantenimiento de los campamentos, maquinaria necesaria para el desempeño de sus funciones y de la fuerza laboral de voluntarios. Los salarios de los jóvenes incorporados saldrían del financiamiento de las obras a ejecutar que serían otorgados como préstamos a los beneficiarios (propietarios de las tierras beneficiadas y lotes precarios a ser reconstruidos). Estos préstamos se otorgarían siguiendo esquemas similares a los de Mi Vivienda, con plazos de 30 años y con tasas de interés muy bajas.

En ambos casos, las agencias gubernamentales generarían puestos de trabajo productivo bajo esquemas similares a “Mi Vivienda” respaldado por los derechos de propiedad de las tierras en el caso de los proyectos rurales y de los lotes de vivienda en el caso de los proyectos urbanos. Lampadia




Riesgo de ‘bust-crediticio’ en el Perú

“Los datos muestran que el componente cíclico del crédito real desde el 2013 a la fecha ha entrado en una senda decreciente. Es preocupante notar que, de continuar esta trayectoria, Perú podría entrar en un período de bust crediticio”.
Liliana Rojas-Suárez

Con su habitual rigor analítico, Liliana Rojas-Suárez, PhD, brillante economista peruana, Investigadora principal y Directora de la Iniciativa Latinoamericana del Center for Global Development (Washington), afirma en su reciente artículo (que compartimos líneas abajo), que dada la actual desaceleración del crédito en el Perú (la tasa de crecimiento del crédito real ha disminuido de 16.43% en mayo del 2011 a 3.17% en marzo del 2017), podría estar enfrentando los límites de la efectividad de sus políticas macro-prudenciales y eventualmente, la posibilidad de generar un ‘bust-crediticio’.

El análisis de Rojas-Suárez se da en un contexto particularmente difícil de la economía peruana. Como sabemos, estamos sufriendo un conjunto de shocks desestabilizadores:

  • La inversión privada sigue parada
  • La inversión pública está colapsada
  • Varios proyectos de inversión vinculados al escándalo del Lava Jato están completa o parcialmente detenidos
  • Se han detenido los flujos de pago en proyectos relacionados al Lava Jato
  • El sistema financiero ha endurecido, en algunos casos drásticamente, el crédito al sector construcción
  • Varios gobiernos regionales han suspendido los pagos por obras públicas a empresas que tienen alguna vinculación, aunque sea indirecta,  con Lava Jato
  • Pérdida de capacidad productiva como consecuencia de los recientes desastres naturales que han mermado y anulado la oferta de muchos negocios en el norte del país

Todo esto configura el riesgo del corte de la ‘cadena de pagos’. Éste fenómeno se produce cuando los agentes económicos se quedan sin flujos de caja, ya sea por pérdida de ingresos, dificultades en el cobro de sus cuentas comerciales o por falta de acceso al crédito. Dicho ‘corte’ se manifiesta como una cadena de demoras, suspensiones o cortes de pagos que se va extendiendo paulatina e imparablemente por toda la economía. Se puede ver como una suerte de hongo atómico volteado, que una vez gatillado, se extiende sin control.

Fuente: Shutterstock

Los peruanos hemos sufrido un evento de esta naturaleza en 1998. Entonces, coincidieron los shocks de la caída del precio de los commodities, el fenómeno del Niño y las crisis Asiática y Rusa. Pero se efectivizó el 10 de octubre de 1998, a las 3pm en la reunión convocada por el ministro de economía, Jorge Baca Campodónico en el BCR, donde anunció y mantuvo tercamente, la decisión de dejar en suspenso el apoyo de liquidez del Banco Central al sistema financiero, a decisiones que se tomarían día a día. Obviamente, a los bancos, para evitar el riesgo de liquidez, no les quedó otra cosa que suspender el otorgamiento y renovación de créditos. Dado que los depósitos bancarios (en promedio) era a 90 días, el corte de la cadena de pagos se hizo evidente a los 45 días.

Este fue un error mayúsculo de política monetaria. El Perú no tenía obligaciones muy grandes con el exterior, teníamos reservas de divisas, y la crisis asiática se superó muy rápidamente, pero lamentablemente el Perú ya había perdido el control de los acontecimientos y la consiguiente recesión nos acompañó hasta entrado el nuevo siglo, por más de cuatro años.

Pues algo como ello no puede volver a ocurrir nunca. Ahora el MEF y el BCR deben dedicarse ha mantener un sistema financiero muy líquido, a propiciar el crecimiento del crédito, a evitar cortes sistémicos, como el caso del sector construcción y los proyectos vinculados al Lava Jato, y como todos reclaman estos días, el BCR debe bajar la tasa de interés de referencia. No es suficiente bajar los encajes.    

[Nota: El BCR bajó la tasa de interés de referencia en 0.25% (a 4%) el día de ayer, 11 de mayo.]

Liliana Rojas-Suárez, comenta además, que como producto del análisis de datos, las políticas  macro-prudenciales serían más efectivas para evitar riesgos de ‘booms crediticios’ que ‘busts crediticios’. Veamos:

Los Límites de las Políticas Macro-prudenciales
¿Está Enfrentándolos Perú?

LILIANA ROJAS-SUÁREZ
Foco Económico, Un Blog latinoamericano de economía y opolítica
5 MAYO, 2017

Perú, entre otros países de América Latina, viene implementando hace ya más de una década una serie de políticas y regulaciones que en el jergón económico se clasifican como macro-prudenciales. Como lo sugiere su nombre, el enfoque macro-prudencial tiene como propósito contener riesgos financieros sistémicos que podrían generar crisis financieras y/o contracciones severas del crédito real que, a su vez, impacten adversamente al crecimiento económico. Es decir, un objetivo central de este enfoque es suavizar desviaciones del crédito real con respecto a su tendencia de largo plazo, con el fin de evitar booms y busts crediticios. Las políticas y regulaciones contracíclicas, tales como los requerimientos de capital contracíclicos y las provisiones dinámicas, pertenecen a esta categoría; aunque la lista de regulaciones y políticas que pueden ser categorizadas como “macro-prudenciales” es bastante extensa. En base a la experiencia global reciente, un trabajo reciente de Bruno, Shim y Shin (2015) presenta, entre otras, dos conclusiones importantes: (a) las políticas macro-prudenciales tienden a ser más efectivas cuando son respaldadas por la política monetaria y (b) las políticas macro-prudenciales tienden a ser más eficientes en contener booms que en evitar severas contracciones crediticias.

Entre las políticas macro-prudenciales utilizadas en Perú se destacan las provisiones dinámicas (provisiones “contracíclicas”) y los requerimientos de encaje contracíclicos, ambas orientadas a evitar booms y busts crediticios. Dada la actual desaceleración del crédito en Perú, (la tasa de crecimiento del crédito real ha disminuido de 16.43% en mayo del 2011 a 3.17% en marzo del 2017), vale la pena preguntarse si el país estaría enfrentando los límites a la efectividad de sus políticas macro-prudenciales.

Para contestar esta pregunta, se presenta primero una aproximación al ciclo crediticio en Perú y luego se discute si existe complementariedad o conflicto entre las políticas macro-prudenciales y entre estas y la política monetaria del Banco Central.

El ciclo de crédito real en Perú: booms busts

El sistema financiero peruano tiene un alto componente de dolarización (a marzo del 2017, aproximadamente 29% de los créditos al sector privado están denominados en dólares). Por ello, para generar una serie de tiempo de crédito, es necesario tener en cuenta los efectos de variaciones en el tipo de cambio. En este ejercicio utilizamos la misma metodología del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP): la serie utilizada incluye el crédito total de todas las entidades financieras que captan depósitos (sociedades de depósitos) otorgado al sector privado y calculado a tipo de cambio constante[1]. Se utiliza una serie trimestral que cubre el período 1992Q1-2017Q1.

Como es común en la literatura, el ciclo de crédito real se define como la desviación del logaritmo del crédito real con respecto a su tendencia de largo plazo.[2] Siguiendo las recomendaciones del Comité de Basilea (2010), la descomposición del crédito real en su componente tendencial y en su componente cíclico se realiza utilizando el filtro Hodrick-Prescott (HP) en su versión one sided.[3] Para identificar períodos en los cuales se ha presentado un boom o un bust en el ciclo de crédito real, se utiliza la metodología de umbrales de Mendoza y Terrones (2012). Mediante esta metodología, se identifica un boom de crédito cuando el componente cíclico del crédito sobrepasa el umbral superior, y un bust de crédito cuando el componente cíclico del crédito se encuentra por debajo del umbral inferior.[4]

El gráfico 1 muestra la evolución del ciclo de crédito real en Perú. Valores por encima de cero, representan desviaciones por encima de la tendencia. Lo contrario ocurre para valores por debajo de cero.

Gráfico 1: Ciclo del logaritmo del crédito real al sector privado a tipo de cambio constante y sus umbrales superior e inferior

La metodología permite identificar (a) un período de bust crediticio que ocurrió entre fines de 1998 y comienzos del 2002. Este período corresponde a efectos provenientes de una caída pronunciada en el precio de las materias primas en 1998, el fenómeno del Niño en 1997-1998, la crisis Asiática en 1997 y la crisis Rusa en 1998 [agravada por el corte de la cadena de pagos luego de que el ministro de economía, Jorge Baca Campodónico, pusiera en duda el apoyo de liquidez al sistema financiero]; y (b) un período de boom de crédito durante el período previo a la crisis financiera global. Los efectos de esta última crisis sobre la economía peruana fueron de corta duración. Por ello, pese a la fuerte caída del crédito real en el 2009, los datos no muestran la presencia de un bust en el período post- crisis financiera global, sino más bien una recuperación parcial y, aunque con fluctuaciones, el crédito real se mantuvo alrededor de su tendencia de largo plazo hasta fines del 2012.

Los datos también muestran, sin embargo, que el componente cíclico del crédito real desde el 2013 a la fecha ha entrado en una senda decreciente. Es preocupante notar que, de continuar esta trayectoria, Perú podría entrar en un período de bust crediticio.

¿Cómo viene funcionando el uso de políticas macro-prudenciales contracíclicas?

Como se mencionó anteriormente, desde la crisis financiera global, Perú viene utilizando políticas macro-prudenciales contracíclicas para suavizar las fluctuaciones del crédito real y evitar el surgimiento de booms busts. Dado que desde esta crisis no se han detectado booms busts crediticios, ¿se podría concluir que las políticas macro-prudenciales han estado funcionando como se esperaba? Como se muestra a continuación, es difícil llegar a esa conclusión, por lo menos en el período más reciente.

Los siguientes dos gráficos muestran que tanto durante el período de crisis internacional como en el período de condiciones externas favorables que le siguió—precios altos de las materias primas de exportación y entradas fuertes de capitales (2010-comienzos del 2013)—, el comportamiento del crédito real fue consistente con la utilización de políticas macro-prudenciales contracíclicas (tasas de encajes y provisiones contracíclicas). Sin embargo, estos gráficos también muestran que esta consistencia se pierde desde el 2014 a la fecha.[5]

El gráfico 2 muestra la evolución del crecimiento del crédito real, y las tasas de encaje marginales sobre depósitos en moneda nacional y moneda extranjera.[6] El área sombreada muestra el período caracterizado por condiciones externas favorables.
Gráfico 2: Tasa de crecimiento del Crédito Real y Tasas de Encaje por moneda

Como se observa, el BCRP subió las tasas de encaje sobre depósitos en soles y dólares en el período previo a la crisis financiera global (aunque no pudo evitar el surgimiento del boom crediticio mostrado en el gráfico 1) y las bajó en el período inmediatamente posterior a la crisis para minimizar la caída del crecimiento del crédito real. La corta duración de los efectos de la crisis se manifiesta en la rápida recuperación del crecimiento del crédito a partir del 2010 (el crédito real vuelve a su tendencia de largo plazo; ver gráfico 1). Ante un contexto externo altamente favorable, el BCRP sube fuertemente las tasas de encaje (muy por encima de las tasas en el período previo a la crisis financiera global). En este nuevo episodio, el crecimiento del crédito es bastante menor al período pre-crisis financiera global y se evita el surgimiento de un boom.
 
La historia cambia dramáticamente en el primer semestre del 2013 cuando la Reserva Federal de los EE.UU. anuncia el comienzo del fin de su política monetaria híper-expansiva. Dado que el anuncio implicó incrementos en el costo de financiamiento internacional y el final del período de condiciones externas favorables (el precio del cobre también acelera su caída en el 2013)el BCRP actúa en forma contracíclica disminuyendo drástica y continuamente la tasa de encaje en soles. Salvo un período en el que el BCRP aumenta la tasa de encaje en dólares con el fin de intensificar el esfuerzo de desdolarizar el sistema financiero peruano, esta tasa también se baja a fines del 2016. A pesar de estas políticas, y como ya se mencionó anteriormente, el crecimiento del crédito real continúa decreciendo en la actualidad y el país corre el riesgo de caer en un bust crediticio.
 
Al mostrar el comportamiento de las provisiones contracíclicas, el gráfico 3 muestra el grado de complementariedad entre esta regulación y la política de encaje contracíclica en el período posterior a la crisis financiera global. Nuevamente, el área sombreada indica el período que se puede caracterizar como de buenos tiempos en el Perú dadas las condiciones externas favorables. La línea vertical punteada verde indica el momento en el cual se activa la regla de provisiones contracíclicas; es decir, se aumentan los requerimientos de provisiones con el fin de que estas reservas puedan ser utilizadas en tiempos malos. La línea vertical punteada azul muestra el período en el que se desactiva la regla contracíclica; es decir, se bajan los requerimientos de provisiones.
 
Gráfico 3: Tasa de crecimiento del Crédito Real y la Regla Contracíclica

De este gráfico se desprenden dos conclusiones. La primera es que el momento de activación de la regla de provisiones contracíclicas (octubre del 2010) es cercano al momento en el que el BCRP aumenta los encajes (febrero del 2010 para moneda local y julio del 2010 para moneda extranjera). Sin embargo, la desactivación de la regla contracíclica ocurre bastante después (noviembre del 2014) que la disminución del encaje en soles por parte del BCRP (agosto del 2013). Entre esas fechas no hay complementariedad entre ambos instrumentos macro-prudenciales; siendo la principal razón, en mi opinión, el diseño de la regla de provisiones contracíclicas (pero eso es tema de discusión para otro blog). La segunda conclusión es que, en los últimos dos años, cuando ambas herramientas macro-prudenciales se han movido en la misma dirección, éstas no han logrado el efecto deseado de disminuir la fuerte desaceleración del crédito que está enfrentando Perú.[7]

¿Qué rol ha jugado la política monetaria convencional?

Como se observa en el gráfico 4, la política monetaria convencional (cambios en la tasa de interés de referencia) se ha utilizado para anclar las expectativas de inflación y procurar que la inflación se encuentre dentro de su rango meta. Durante el período caracterizado por condiciones externas favorables, el BCRP subió la tasa de interés y la mantuvo alta durante todo el período. De esta forma, la política monetaria complementó el rol de las políticas macro-prudenciales: estas se movieron en la misma dirección. Sin embargo, durante el período más reciente, la subida de la tasa de interés (para anclar expectativas de inflación transitoria producto de los desastres ocurridos por el Fenómeno del Niño) no ha apoyado a las políticas macro-prudenciales en su rol contracíclico, pues se ha movido en dirección contraria a estas.

Gráfico 4: Inflación, rango meta y tasa de interés

¿Qué podemos concluir de estas reflexiones? Primero, que la experiencia de Perú corrobora los dos resultados más importantes de la literatura empírica: (a) las políticas macro-prudenciales tienden a ser más efectivas cuando estas y la política monetaria se mueven en la misma dirección y (b) la eficacia de las políticas macro-prudenciales tiende a ser mayor para controlar la emergencia de booms crediticios que para evitar busts. En el período 2010-comienzos del 2013, los encajes, las provisiones contracíclicas y la tasa de interés de referencia aumentaron. Como resultado, no se observó un boom de crédito a pesar del ambiente internacional tan favorable en el que se desempeñó la economía peruana. Del 2014 a la fecha, ha habido ciertas fallas de coordinación entre las políticas macro-prudenciales y la política monetaria.

Segundo, y muy importante para Perú, concluimos que, aunque no se puede predecir, tampoco se puede descartar que se produzca un bust de crédito en un futuro no muy lejano. Está en manos de las autoridades del BCRP y la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) del país el alinear la implementación de las políticas contracíclicas a su cargo y del BCRP el asegurarse que la política monetaria las complemente. Dada la transitoriedad del shock producido por el Fenómeno del Niño, esto último implica que es recomendable la disminución de la tasa de interés de referencia. Lampadia

Referencias

Bruno, Valentina; Shim, Ilhyock y Song Shin, Hyun (2015). “Comparative assessment of macroprudential policies,” BIS Working Papers, No 502, junio 2015.

Cerutti, Eugenio; Claessens, Stijn y Laeven, Luc (2015). “The Use and Effectiveness of Macroprudential Policies: New Evidence,” IMF Working Papers, WP/15/61, marzo 2015.

Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (2010). “Guidance for national authorities operating the countercyclical capital buffer,” Bank for International Settlements, diciembre 2010.

Mendoza, Enrique y Terrones, Marco (2012). “An Anatomy of Credit Booms and their Demise,” NBER Working Papers, No 18379, setiembre 2012.

[1] La variable de interés corresponde al código PN00508MM del BCRP. Sin embargo, dado que los datos para esta variable comienzan en el 2001, se reconstruyó la serie a partir de 1992 usando datos publicados en BCRPData.

[2] Alternativamente, se puede utilizar el ratio de crédito sobre PBI como variable de estudio. Los resultados presentados a continuación no cambian significativamente con esta variable alternativa.

[3] La utilización del filtro HP tiene la ventaja de dar mayor ponderación a las observaciones más recientes, lo cual permite una mejor interpretación de los datos en casos de que la serie presente quiebres estructurales. La versión one-sided de este filtro tiene la ventaja que, en el cálculo del valor de la tendencia en cada punto del tiempo, el filtro solo utiliza información disponible hasta dicho punto del tiempo. El parámetro lambda del filtro HP que se encarga del smoothing de la tendencia se fija en 1600, valor convencional para series de frecuencia trimestral.

[4] En cada período de tiempo ‘t’, el umbral superior se calcula como la multiplicación de la desviación estándar del componente cíclico calculado hasta el tiempo ‘t’ (es decir, aplicando el principio del filtro HP one-sided al cálculo de los umbrales) por un parámetro . El umbral inferior es el negativo del umbral superior. En ambos casos, se parametriza

[5] Aunque es necesario un ejercicio estadístico más estricto para llegar a conclusiones definitivas.

[6] Los resultados no cambian si se utiliza el ciclo crediticio en vez de la tasa de crecimiento del crédito real. La selección de esta última variable se debe a que permite una mayor claridad en la presentación gráfica.

[7] Esta última conclusión requiere de un mayor análisis estadístico para corroborarse.