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El gabinete de la no-reconciliación

El gabinete de la no-reconciliación

Todavía estamos en los coletazos de una crisis política que nunca imaginamos atravesar. Entre las acusaciones de groseras irregularidades del presidente PPK, sus evidentes mentiras, el agitado proceso de vacancia, el condimentado indulto, y las dificultades para formar un nuevo gabinete, el Perú recibió el peor regalo posible, por las fiestas de año nuevo.

Después del anuncio del presidente de formar un gabinete de reconciliación, y después de tomarse largos días para hacerlo, PPK no ha sido capaz de formar un nuevo gabinete que oxigenara la situación política, y que efectivamente, nos haga esperar un ambiente de distensión y reconciliación.

El nuevo gabinete estaba obligado a reconciliar, más allá de su denominación, y, además, debía estar dirigido por una personalidad que compensara la debilidad política del Presidente de la República.

Pero PPK no pudo decirle a Mercedes Araoz, que la situación política de la República, demandaba agradecerle por los servicios prestados, y que, desde su posición de segunda vicepresidente, ayudara en la tarea de convocar a un Primer Ministro independiente, que tenga el ascendiente moral suficiente para convocar al gobierno un gabinete programático, que corte la inercia de una política marcada por incendiarios y bomberos.

Mercedes Araoz, ha jugado, desde la campaña electoral, y con énfasis durante la reciente crisis, un rol disociador y conflictivo y, por lo tanto, no debía ser quién presidiera el gabinete de reconciliación.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar que se ha incorporado al gabinete, a algunos personajes serios y decentes, que representan un cambio cualitativo en sus carteras, como son José Arista en Agricultura y Jorge Kisic en Defensa. Pero también, se ha incorporado a un aprista, que terminó como réprobo, como es el caso de Javier Barreda en Trabajo; alguien que difícilmente podrá liderar la indispensable reforma laboral, que debe igualar el terreno de protección social a todos los trabajadores.

También queremos destacar la permanencia en el gabinete de Bruno Giuffra y Claudia Cooper, y criticar la presencia de Cayetana Aljovín en la Cancillería, donde no hay nada que justifique, obviar a un diplomático de carrera para la conducción de las relaciones internacionales, máxime ahora que enfrentamos una importante crisis interna. Igualmente, es criticable la presencia de un partidario del gobierno, Jorge Meléndez, en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, en un año de elecciones regionales y locales.  

Pero, hay que hacer de tripas corazón. Tenemos que salir adelante con lo que tenemos. Esperemos pues, que pese a todo lo anterior, la Premier pueda ponerse de acuerdo con Fuerza Popular, la principal oposición del Congreso, en un conjunto mínimo de reformas, leyes y proyectos de inversión productivos y de infraestructuras, que den la señal de que el país sigue adelante con un rumbo claro hacia el crecimiento. En esto también hay que pedirle responsabilidad a Fuerza Popular, porque no podemos cometer el crimen de desaprovechar las mejores condiciones de la economía mundial. Lampadia