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La región en la mira de las izquierdas

La región en la mira de las izquierdas

La arremetida de la izquierda socialista que amenaza con cernirse sobre el Perú con una eventual victoria del candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, sobre Keiko Fujimori en las elecciones del 6 de junio, no es exclusivo en nuestro país sino que se extiende en el resto de la región, salvo raras excepciones como Ecuador.

Chile fue abatido recientemente con la elección de una convención constituyente de dos tercios de sus miembros de tendencia de izquierda que reescribirá una carta magna que claramente favorecía las libertades económicas y civiles. Colombia sigue siendo víctima de terribles turbas que, a pesar de ceder a la derogación de una propuesta de reforma tributaria por parte del presidente Duque, han terminado condenando la represión de las fuerzas policiales y, en ciertos casos, hasta reclaman la salida del presidente. Argentina sigue desangrándose con las destructivas políticas kirchneristas de antaño, y que no pudieron ser reversadas con Macri. Bolivia, cuyas cuentas fiscales se han tornado deficitarias tras el boom del gas y cuyo crecimiento apenas y supera el 2% hasta el 2019, prevalece en las políticas estatistas heredadas por Evo Morales. Venezuela, Cuba y Nicaragua es una historia de crisis humanitaria, económica y social que ya todos conocemos.

Y por su parte, el gigante de la región, Brasil, tampoco se queda atrás. Un reciente artículo escrito por The Economist vislumbra que, ante la falta de reformas políticas y el mal manejo del presidente Bolsonaro de la crisis sanitaria, el otrora candidato de izquierda Lula tendría buenas posibilidades de ganar la elección el próximo año frente a su contendor.

Las experiencias de los países en la región en el plano económico y social pues deberían hacernos reflexionar sobre las políticas públicas conducentes al bienestar general. No son las propuestas intervencionistas de las izquierdas, las cuales han arrasado con las clases medias, las que han logrado el bienestar; sino aquellas donde se ha dado más libertad económica para prosperar y así mejorar las oportunidades en el grueso de sus poblaciones. Las propuestas del candidato Castillo, muchas de ellas importadas, de los modelos económicos implantados en Venezuela y Bolivia como la estatización/nacionalización de los recursos naturales, el proteccionismo y restricción a las importaciones y la imposición de tasas de impuestos a la renta irrisorias como el 70% a la minería, son más de lo mismo de estas izquierdas retrógradas que solo quieren hacernos retroceder a un modelo fallido de hace 40 años.

Esperemos pues que los peruanos tomen en cuenta esta advertencia en estas elecciones. Tenemos la oportunidad de avanzar y no de retroceder. Lampadia

Se necesita una reforma política

Brasilia está lleno de nuevos políticas y viejas ideas

The Economist
3 de junio, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Tabata Amaral quería ser astrofísico, no político. Se crio en las afueras de São Paulo y se graduó de Harvard en 2016. A su regreso, vio el lamentable estado de la educación en Brasil y decidió que solo un cambio de política lo mejoraría. Entonces lanzó una candidatura para el Congreso y se convirtió en diputada federal a los 24 años. En su primer día en Brasilia en 2019, aprendió por qué el cambio es tan difícil. El hijo de otro congresista estaba en cuclillas en su departamento estatal y se negó a irse. Los políticos obtienen muchas ventajas: un salario de 405,000 reales, 25 asesores de su elección, vivienda gratuita y foro privilegiado, lo que los hace difíciles de castigar. Los partidos reciben 2,000 millones de reales entre ellos para realizar campañas. Los distritos de tamaño estatal requieren grandes gastos, por lo que los clanes políticos ricos suelen ganar. A cambio de su apoyo, el presidente reparte puestos de trabajo y privilegios.

Algunos políticos jóvenes quieren un cambio. Después de Lava Jato, Amaral fundó Acredito (Yo creo), un movimiento que predica la “renovación de personas, prácticas y principios”. También se unió a Renova BR, un bootcamp de políticas públicas fundado por Eduardo Mufarej, un empresario, que capacitó a 117 candidatos antes de las elecciones de 2018, de los cuales 17 resultaron electos. Los miembros de Renova BR representan partidos de todo el espectro ideológico y no siempre obedecen las instrucciones del partido. Amaral estuvo a punto de ser expulsada del Partido Laborista Democrático de centro izquierda por votar a favor de la reforma de las pensiones.

“Cada político tiene que elegir si trabaja para adentro o para afuera”, dice. Amaral y otros dos congresistas redujeron costos compartiendo personal. Su “gabinete compartido” fue el primero en proponer un ingreso básico para los pobres durante la pandemia. Los políticos veteranos ahora usan las redes sociales. “Era como si el público no existiera y ahora existe”, dice Fernando Henrique Cardoso, ex presidente. Internet puede impulsar más cambios que las modestas reformas acordadas hasta ahora, como una ley de “expediente limpio” que prohíbe a los candidatos con condenas por corrupción durante ocho años y una “cláusula de cumplimiento” que niega fondos a los partidos con menos del 3% de los votos.

Las reformas más profundas podrían incluir distritos más pequeños, reglas de financiamiento de campañas más estrictas y la admisión de candidatos independientes. Pero ninguna parece probable. Aunque los votantes en 2018 eligieron un número récord de novatos, la mayoría eran “nuevos políticos con viejas ideas”, dice Joênia Wapixana, la primera congresista indígena. Los políticos respaldan el sistema que los puso en el poder. Eso quedó claro cuando se negaron a ceder privilegios en el presupuesto a pesar de que significaba recortes en la salud y la educación. Los diputados pueden incluso apoyar un proyecto de ley para aumentar sus mandatos de cuatro a cinco años y recuperar las donaciones de campañas corporativas.

Los votos de renovación de Bolsonaro también han resultado falsos. “En 2018 fue una decisión entre algo que sabíamos que había puesto al país de rodillas y algo que no sabíamos”, dice Mufarej. Eso fue un “error colectivo”. La desilusión aumentó cuando el presidente desperdició oportunidades de comprar vacunas. Un ejecutivo de Pfizer le dijo a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que Bolsonaro ignoró seis ofertas de la compañía. [Igual que Vizcarra en el Perú]. Su índice de aprobación cayó de más del 40% en agosto a menos del 30%. Pero el Congreso ha ignorado 111 peticiones de juicio político contra Bolsonaro. Antes de que Rousseff fuera acusada, enfrentó meses de protestas y su apoyo cayó al 9%.

CPI dará munición a los oponentes de Bolsonaro para las elecciones del próximo año. La batalla la librarán los políticos tradicionales. Su principal rival es Lula, que quiere recordar a los brasileños lo bien que estaban las cosas cuando él era presidente. “La gente pobre viajaba en aviones y se enorgullecía de comer carne los domingos”, le dice a The Economist. “Ahora están pasando hambre”. Sin embargo, las calificaciones negativas de Lula son casi tan altas como las de Bolsonaro. Muchos brasileños no lo han perdonado por el papel del PT en la corrupción. Sugiere que los fiscales de EEUU colaboraron con Lava Jato por “un interés en nuestra Petrobras”. Admite que el PT perdió en 2018 por “errores que cometimos”, pero dice que fueron económicos, no éticos. Con el crecimiento estancado del desempleo en aumento, “el papel del gobierno es poner dinero sobre la mesa”, dice.

Si las elecciones se celebraran hoy, el resultado más probable sería una segunda vuelta entre Lula y Bolsonaro. Algunos de los críticos de Lula se taponarían y votarían por él. “Al menos el PT está en el espectro democrático”, dice Cardoso, cuyo Partido de la Socialdemocracia brasileña fue durante mucho tiempo su mayor rival. Los partidos centristas luchan por encontrar una alternativa. “Lula y Bolsonaro ven el país por el espejo retrovisor”, dice Luciano Huck, un presentador de televisión que puede correr. Otras opciones incluyen a João Doria, gobernador de São Paulo, y Ciro Gomes, un exgobernador que quedó tercero en 2018. Pero si se postula más de uno, podrían dividir el voto centrista.

¿Problemas en el futuro?

Si Bolsonaro pierde, puede haber protestas. El exministro de Relaciones Exteriores llamó a quienes disputaron la pérdida de Trump “buenos ciudadanos”. En cualquier levantamiento bolsonarista, algunos policías brasileños podrían unirse. En cuanto al ejército, podría dividir las filas, dice un ex oficial. Eso es lo que sucedió en 1964. El golpe de estado contra João Goulart, un presidente populista, fue ampliamente apoyado por los brasileños que esperaban que la democracia regresara pronto. Los generales gobernaron durante 21 años.

Carlos Alberto Santos Cruz, exjefe de gabinete de Bolsonaro, insiste en que los generales de hoy están comprometidos con la democracia. Los que estaban en el gabinete se unieron como ciudadanos, no como soldados, dice. Aun así, admite que los más de 6,000 soldados en puestos gubernamentales dejan la impresión de “que los militares están participando”. Es posible que muchos quieran que Bolsonaro se quede, incluido Eduardo Pazuello, un exministro de salud bajo escrutinio del CPI por ignorar las súplicas de Manaos antes de que los hospitales se quedaran sin oxígeno en enero. El ejército desprecia al PT por su papel en la corrupción y por crear una comisión de la verdad para investigar los abusos a los derechos humanos durante la dictadura. En 2018, antes de que la Corte Suprema rechazara un recurso para salvar a Lula de la cárcel, el comandante del ejército tuiteó que su institución estaba “en alerta” y “comparte el deseo de todos los buenos ciudadanos de repudiar la impunidad”. Muchos lo percibieron como una advertencia.

Bolsonaro llama a las fuerzas armadas “mi ejército”. Dice que podría ordenarles que abran negocios que los gobernadores han cerrado debido a la pandemia. La reciente renuncia de altos mandos sugiere que podrían rechazar tales órdenes, pero Bolsonaro está tratando de hacerlos más leales, dice Antonio Ramalho, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Brasilia. Los soldados han tenido aumentos salariales y se han librado de los recortes de pensiones más profundos. En febrero, el presidente intentó sin éxito otorgarle a Pazuello una cuarta estrella. Cambiar las reglas de ascenso para que los oficiales más jóvenes puedan avanzar rápidamente es una táctica que funcionó bien para Hugo Chávez en Venezuela. “La gente subestimó a Bolsonaro”, dice Ramalho. “Está pensando en el futuro”. Lampadia




Diálogo de Conversos

Diálogo de Conversos

El reciente libro de los chilenos Roberto Ampuero y Mauricio Rojas: Diálogo de Conversos, sobre su desencanto con el marxismo, sus denuncias sobre los silencios cómplices, los dobles estándares, el mesianismo abusivo y antidemocrático y los riesgos refundacionales, desde una perspectiva chilena, parecen hechos a la medida de muchas reflexiones que los peruanos no terminamos aún de hacer.

Para acercar el contenido de este interesante libro a nuestros lectores, hemos seleccionado, para cada capítulo del libro, las frases y asertos que consideramos más relevantes, aprovechando de la experiencia de estos antiguos combatientes del comunismo chileno, para revisar nuestros criterios políticos sobre las implicancias del socialismo real en la vida de las personas. En nuestra selección no singularizamos a quién corresponde cada cita.

La caída del Muro de Berlín liberó a un pueblo enjaulado

La madurez política de un pueblo debe basarse en el análisis de la realidad. Lamentablemente, todo lo relacionado a la izquierda marxista en el mundo ha estado siempre distorsionado. Por ejemplo, desde cuando los intelectuales franceses, liderados por Sartre, ocultaron los crímenes del  estalinismo para resguardar una doctrina política podrida que se imponía a costo de la sangre de ciudadanos inocentes. Lo mismo sucedió con los crímenes de Mao en China y de los Castro en Cuba. Los intelectuales latinoamericanos se niegan hasta hoy a reconocer la realidad de estas ominosas dictaduras criminales.

Ver el artículo de Mario Vargas Llosa, en El País de España, sobre el libro de Ampuero y Rojas: 

http://elpais.com/elpais/2015/11/27/opinion/1448619354_505182.html

Ojalá que los pasajes de este importante libro sirvan para que los peruanos hagamos mejores balances políticos y para que los jóvenes interesados en terminar de construir el país en que desarrollarán sus vidas, puedan hacerse las preguntas necesarias para formar su propio criterio y logren ver detrás de las cortinas, aquellas nuevas caras que nos ofrecen refundar el país con los mismos materiales del socialismo que ya nos hizo pobres. Lampadia      

EN EL ORIGEN ESTABA LA PALABRA, Y LA PALABRA ERA REVOLUCIÓN

  • Ante la ofensiva socialista y el espíritu refundacional del gobierno de Bachelet, nuestros relatos de ex soñadores con el comunismo, se hacen relevantes para los jóvenes de ideas liberales que ven como resurge con fuerza una amenaza que parecía relegada a los museos.
  • En la Habana, decepcionado del rostro de la revolución cubana, me di cuenta de dos cosas: uno, el Mercurio de verdad mentía, la vida en Cuba era peor de lo que contaba ese diario; dos, los compañeros chilenos no comulgaban con lo que veían en Cuba, pero no criticaban por una gratitud mal entendida, oportunismo o hipocresía.
  • La idea de que la violencia es necesaria para arribar al fin glorioso de la historia, el carácter de su religión atea, es algo que los marxistas niegan con toda fuerza ya que evidencia la falsedad del postulado fundamental de su doctrina, que se trata de una visión absolutamente científica, despojada de todo acto de fe.
  • No podemos reinventarnos y transformarnos en seres angelicales, cuando lo intentamos terminamos ejerciendo la violencia más despiadada contra el ser humano.
  • En Alemania Oriental comprobé que los obreros se sentían igual de aburridos de su trabajo como los del capitalismo. (…) la vida seguía siendo como antes, o peor que antes, porque al otro lado, en Alemania Occidental, los obreros ganaban seis veces más y trabajaban menos, tenían más regalías y mejores ambientes de trabajo, y disfrutaban de más vacaciones y un nivel de consumo inalcanzable para los germano orientales.
  • Marx no pudo imaginar el nivel que alcanzaría la productividad del capitalismo del siglo xx, que pudo brindar a los obreros ‘explotados’ una calidad de vida inmensamente superior a la de los obreros ‘no explotados’ del socialismo.
  • En Alemania Oriental y en Cuba pude comprobar que como nadie era dueño de nada, nadie trabajaba en forma seria y responsable. Se bebía mucho alcohol, se conversaba, se sacaba la vuelta, se ‘tiraba, y los productos los desviaban al mercado negro.
  • Los mismos obreros de las empresas estatales estaban interesados en fomentar el mercado negro. Era un robo hormiga, pero organizado. Un dicho del socialismo: “Ellos simulan que nos pagan y nosotros simulamos que trabajamos”.
  • Con Allende aportamos a la destrucción de todo sentimiento de amistad cívica, ya no éramos una comunidad sino un país en guerra civil dispuesto a exterminarse mutuamente.
  • Allende es el marxista más burgués que haya conocido. Una especie de dandy revolucionario, amigo de los buenos whiskies y de los revolucionarios con mucha sangre en las manos. Era un gran gozador de los placeres de la vida en el capitalismo.
  • Allende vivió su hora de los mameyes solo y aislado; ninguno de sus dirigentes apareció, aunque hoy lo inscriben en sus banderas.
  • Nosotros estuvimos en la primera línea en la obra de la destrucción de la democracia chilena y luego vinieron los tanques y los generales para concluir lo que nosotros habíamos iniciado.
  • Si en algo nos especializamos fue en destruir, de hecho y de palabra, la república democrática de Chile.
  • Uno de los derechos que te da la moral revolucionaria es: el fin justifica los medios.
  • Mi crítica al Museo de la Memoria es por lo que no cuenta, por lo que calla. Cuenta una historia trágica que comienza abruptamente, sin hacer referencia al Chile que destruimos entre todos a comienzos de los años setenta. El museo no explica bajo que circunstancias estalló el horror que condenamos. Se trata de un montaje.
  • El 11 de setiembre Chile no era un cantón suizo donde de pronto caen las bombas sobre la Moneda. Hay que contar la historia completa, mientras no lo haga, para mí seguirá siendo ‘el museo de la mala memoria’.
  • Octavio Paz dice en un momento que no hay nadie más reaccionario que los intelectuales marxistas latinoamericanos, porque nunca los vio pedir disculpas ante la ciudadanía, y nunca admiten que se han equivocado.
  • Chile de entonces, que la izquierda odió, era uno de los países más democráticos de América Latina. Ese fue el Chile que arrojamos por la borda.
  • Lo que vemos hoy es un nuevo radicalismo. Por eso tenemos el deber de recordar y hablar en voz alta del Chile democrático que un día se perdió y por qué se perdió. (Pero hay algunos que dicen que nuestro deber es callar).
  • He visto que el actual gobierno se defiende de las críticas diciendo que se trata de una ‘campaña del terror’. Los que usan esa forma artera de confrontar una crítica muy legítima saben que es calificativo viene del tiempo de la Guerra Fría, cuando las cosas no se discutían y se pasaba directamente a la agresión.

EXILIO Y RUPTURA

  • Marx jamás trabajó en una fábrica y vivió de los aportes que le entregaba su amigo Federico Engels, que los recibía a la vez de su padre empresario.
  • A veces aparece la persona proverbial, el ángel. Para mí es persona fue el poeta disidente cubano Heberto Padilla.
  • El marxismo no se trata de una buena receta mal aplicada o con algunos ingredientes de más o de menos, ni tampoco de un designio histórico aun por cumplirse del cual los socialismos reales no serían más que abortos prematuros: no, se trataba de la profecía misma acerca del comunismo venidero, que es la esencia del marxismo.
  • La evolución ha desmentido de manera categórica cada una de las predicciones centrales de Marx.
  • “Atreverse es perder un instante, no atreverse es perderse para siempre”. Una buena frase vinculada a un refrán alemán: “Más vale un final de horror que un horror sin final”.
  • Marx nunca pudo imaginar el potencial económico, tecnológico y democrático que encerraba el capitalismo, el mercado, la libertad.
  • Estudiando las raíces filosófico-religiosas del marxismo, concluía que los genocidios comunistas tenían su origen y justificación en la visión grandiosa que tenía el marxismo de la construcción del paraíso en la Tierra. Era la bondad extrema de los fines que conducía al mal extremo de los medios. (Criminales políticos perfectos, como decía Albert Camus).
  • La solidaridad y admiración por regímenes como los de Cuba, Norcorea, la URSS o Rumanía es impresentable, y expresa un doble discurso que perjudica la consolidación de la democracia…
  • Lo ocurrido en el socialismo real, la barbarie leninista, estalinista o maoísta no era casual, sino que fluía de nuestros ideales, con su mundo nuevo y su hombre nuevo que llamaban al delirio revolucionario que terminaba en el Gulag o los Campos de la Muerte.
  • Lo que hay que entender no es como el mal produce el mal, sino como una voluntad desmedida por hacer el bien lleva al mal absoluto.
  • Se ha construido un doble estándar moral que permite darse besitos cariñosos con un dictador  comunista como Castro y pasearse por el mundo como heroína de la libertad, como hizo Camila Vallejo.
  • El cargo de conciencia que significa haber visto el criminal Muro de Berlín y simpatizar con quienes mantenían a un país como una prisión, no se supera fácilmente.
  • En el socialismo real fui perdiendo la fe en que aquellos sistemas que encerraban a su población, uno detrás de un muro y otro en una isla, fuesen democráticos y deseables para Chile.
  • La crítica más efectiva del socialismo la ejerce la porfiada realidad cotidiana del socialismo. Por eso, solo quién no ha vivido en el socialismo puede defenderlo en forma fanática, el que lo conoce sabe cuanto calza.
  • En Chile muchos te preguntan por qué dejaste de ser comunista, pero en países desarrollados te preguntan cómo se te ocurrió ser comunista en los sesenta o setenta, porque había ya suficiente información y documentación que probaban el carácter dictatorial y fracasado del sistema.
  • Lo que dijo la madre de la Presidenta Bachelet (Ángela Jeria) de la caída del Muro: “Me dio pena porque en primer lugar, se perdía un país que yo conocí y que dejó de existir. Fue un ensayo interesante de haber logrado una sociedad más justa y equitativa”.
  • La Presidenta Bachelet también guarda un silencio inaceptable frente a lo que fue la RDA. No se atreve a decir nada del país donde se formó.
  • El socialismo puede echar al mercado por la puerta, pero le entra de vuelta por la ventana del mercado negro. No, no hay forma de doblarle la mano al mercado, y eso lo demuestran especialmente los países socialistas.

CHILE HOY

  • Estamos en una etapa en la que todo tiene que ver con las expectativas y demandas de una población más empoderada, con mejor calidad de vida y más acceso al consumo, de mayor potestad y más autoridad.
  • En vez de una especie de nirvana agradecido, vino el descontento de muchos, en especial de la gente joven.
  • ¿Echamos abajo todo lo que hemos edificado para construir desde el Estado algo que promete ser perfecto y maravilloso o reconocemos las deficiencias que obviamente tiene el modelo y lo vamos reparando, ajustando y perfeccionando, eliminando lo que no funciona y renovando en lo que amerita ser conservado?
  • De pronto se ve el otro lado de la luna y se pasa del vaso medio lleno al vaso medio vacío.
  • Facetas del ‘malestar del éxito’.
  • La dialéctica de las expectativas crecientes ha golpeado a Chile con gran intensidad, sumándose sobre los cambios valóricos y el recambio generacional.
  • Las fuerzas marxistas-leninistas son hoy mínimas en Chile, pero el repertorio ideológico y retórico de las fuerzas revolucionarias o refundacionales se acumuló en un cajón de sastre multicolor, fragmentado y a menudo extraordinariamente contradictorio.
  • No creo que se haya escrito un panegírico al progreso que genera el capitalismo moderno comparable al ‘Manifiesto Comunista’.
  • La verdad es que la izquierda de hoy es más un ‘antialgo’ –el capitalismo, la globalización, el neoliberalismo, el materialismo, el comercialismo, etcétera- que un ‘por algo’.
  • La mayoría de la izquierda nombra a países como Suecia como su ideal, pero si conocieran ese país más de cerca -con su amplia colaboración público-privada, la aceptación del lucro en los servicios públicos y un sistema de ‘vouchers’ muy desarrollado- se enterarían de que está muy lejos de la imagen que tienen del ‘socialismo nórdico’.
  • Un estudio del Banco Mundial de 2013 estableció que Chile fue el país latinoamericano con más alta movilidad social y crecimiento de la clase media entre 1992 y 2009.
  • Hay una grandilocuencia que expresa un nuevo carácter, que tiene que ver con algunas cosas que efectivamente obedecen al éxito de Chile, a la existencia de un país de nuevos ricos, carente de modestia, a la aparición del ‘ugly chilean’.
  • Hay países que aprovecharán la globalización y otros no. Hay países que aprenden de sus errores e historia y otros no. Unos irán para arriba, otros para abajo y algunos tropezarán dos veces con la misma piedra.
  • Si el gasto público fuese la panacea social, un país como Brasil, que tiene un Estado elefantiásico, no debería tener pobreza.
  • La derecha estaba encantada con una izquierda sensata que administraba mejor que ella una sociedad básicamente liberal, mientras que la izquierda estaba encantada con administrar un país con fuerte crecimiento y reducción de la pobreza. Pero a pesar del encantamiento mutuo, aquí no había amor.
  • “El país carece de la quilla profunda para garantizar estabilidad en medio de la tormenta”.

¿Y AHORA QUÉ?

  • No se puede vivir en una fuga constante hacia delante o hacia atrás para evitar ese momento necesario de reflexión ante el espejo.
  • Falta un sueño para el sector que no se siente interpretado por la izquierda socialista.
  • Los peores enemigos del mercado y el capitalismo son los capitalistas, así como los peores enemigos del socialismo son los socialistas, en ambos se corrompe el sistema desde adentro.
  • Los empresarios y los políticos de centro y derecha tiene que recuperar credibilidad.
  • ¿Quién les dijo a los suecos que tiene que escuchar y hablar respetuosamente, y encontrar acuerdos? Eso no es una característica genética, sino fruto de la educación cívica la convivencia, la historia y la imitación social. Son respetuosos con lo que otro dice y son breves.
  • Los griegos llamaban, no sin razón, idiota a quien no participaba en los asuntos comunes de la polis.
  • Tenemos que estar a la altura del éxito que hemos alcanzado, y eso nos exige levantar la vista hacia nuevos horizontes, plantearnos nuevas preguntas y ser capaces de canalizar las inquietudes ciudadanas.

EPÍLOGO

  • Me preocupa que la democracia pueda ser usada contra la libertad, llevándonos a esa tiranía de la mayoría. Lo planteo a la luz de los recientes llamados a refundar la legalidad chilena por medio de una asamblea constituyente.
  • El peligro de un autoritarismo mayoritario que pase a llevar las libertades individuales fue una preocupación central de los Padres Fundadores de EEUU.
  • Su solución fue un sistema complejo de división del poder y ‘checks and balances’ (controles y contrapeses) entre las distintas instancias gubernativas, complementado por una carta de derechos individuales (Bill of Rights) de rango constitucional. Resguardado por la exigencia de altísimas mayorías calificadas para poder efectuar cambios constitucionales.
  • El desarrollo de Rusia de Putin o de Venezuela bajo el chavismo, muestra que la democracia ‘iliberal’ tiende a transformarse en una dictadura apenas encubierta por sistemas electorales cada vez más manipulados.
  • La forma más radical de este tipo de ideas es la propuesta de una asamblea constituyente, donde todo el poder estaría concentrado y Chile sería refundado de acuerdo a los humores de la mayoría que se diese en ese momento.
  • Hoy está de moda repudiar aquella democracia de los acuerdos que tan útil fue a Chile en los tiempos de la Concertación. La Nueva mayoría ha pasado del apretón de manos a la era de la mano empuñada. Lampadia