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Un programa económico auto saboteado

Un programa económico auto saboteado

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hay una diferencia entre el Perú actual y la Venezuela del momento en que llegó al poder Hugo Chávez: aquí hemos tenido un crecimiento económico sostenido en los últimos 30 años. En el terreno económico, el modelo ha funcionado pese a la ralentización de los últimos 8 años. Entonces no sería racional cambiar sus componentes esenciales, y menos aún por políticas que no funcionan.

Por eso, y para detener la fuerte fuga de capitales en curso ante la perspectiva de que se imponga lo irracional, Pedro Castillo parece haberle confiado a Pedro Francke, Oscar Dancourt y el equipo de Nuevo Perú, la formulación de la política económica. Cómo será el panorama para que Pedro Francke y compañía puedan ser vistos como esperanza de moderación económica.

Francke está intentando despejar los peores temores: no habrá estatizaciones ni confiscación de ahorros ni control de cambios ni afectación de la autonomía del BCR (aunque habría que ver a quién se nombra como su presidente). Lo que sí habría son mayores impuestos o regalías a la minería para captar parte de las “sobre ganancias”, y de ninguna manera saldrán Tía María ni Conga, entre algunas otras medidas.  

El problema acá es que el propio Francke plantea una contra medida económica, que anularía la potencia de su programa: el famoso referéndum para ir a una asamblea constitucional. Esa es la mejor receta para que fracase cualquier programa de recuperación y crecimiento económico. Es decir, para anular con una mano lo que se quiere construir con la otra.   

Porque es cierto que distribuyendo bonos familiares, créditos baratos y dinero a las municipalidades para pequeñas obras podría lograr una cierta reactivación de demanda, pero ese esfuerzo no será sostenible si no viene acompañado de una fuerte recuperación de la inversión privada, que no se producirá mientras exista incertidumbre y temor acerca de qué reglas de juego puedan salir de una nueva Constitución. Si en su contenido se aplica el mismo guion que se ha seguido para lanzarla, el resultado no tiene sorpresas.

Porque, como sabemos, ese es un guion internacional, bolivariano, que termina en constituciones reeleccionistas e intervencionistas, y que probablemente proveerá asesoría política y de inteligencia a un eventual gobierno de Castillo. El Perú, como sabemos, tiene una posición geopolítica estratégica y sus recursos son bocado apetitoso para países que hoy sufren las consecuencias económicas del propio modelo que han aplicado.

Lo que generaría un círculo vicioso porque si la recuperación no es sostenible por falta de inversión privada, se acentuarán las presiones para desplazar al equipo económico moderado y el gobierno caerá en la tentación de radicalizar las políticas para mantener niveles de popularidad. Allí ingresamos al círculo vicioso venezolano. Al populismo económico y político que a agravan mutuamente.

Será muy importante entonces, si se confirma el triunfo del candidato de Perú Libre, que la oposición y la opinión pública estén muy atentas a lograr que el presidente entrante se atenga realmente al juramento de la Proclama Ciudadana y encauce cualquier proyecto de modificación constitucional por las vías legales y constitucionales. Eso será clave. Lampadia




Desarrollo interruptus

Desarrollo interruptus

La ruptura de nuestro desarrollo que impidió la evolución del Perú hacia la unión y la prosperidad

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Después de la Guerra del Pacífico, el Perú inició un largo y continuo proceso de crecimiento económico, casi ininterrumpido, hasta que en 1968 un golpe militar instaló una dictadura de izquierdista estatista y nacionalista, que desbarató nuestro desarrollo hasta entrados los años 90.

En 1980, once años después, regresó la democracia, pero esta no supo corregir el descalabro social, económico e institucional producido por la dictadura.

Lo que es peor, tanto el gobierno de Belaunde, como el de García, mantuvieron la orientación estatista de la economía y se sumaron al pésimo manejo macroeconómico y fiscal que en los años 70 instaló la gran inflación peruana, que García llevó al extremo de 7,649% en un solo año.

Casi 30 años de malas políticas económicas provocaron ‘una ruptura tectónica de nuestro desarrollo’. Mirando el siguiente gráfico, reflexionemos un momento sobre lo que eso implica en la historia de un país.

Esta ruptura se manifestó dramáticamente desde 1973 hasta inicios de los años 90.

Una desgracia que sucedió en muy pocos países. Por cierto, no ocurrió en ninguno de nuestros vecinos. Por eso, nuestro desarrollo no es comparable con el de los otros países. Una ruptura de la vida nacional, de esa profundidad y duración, que malogró la vida de varias generaciones de peruanos, establece una carga, una cicatriz, que marca el futuro del país por mucho tiempo. Entre otros impactos, si ignoramos este trauma, podemos nublar nuestra capacidad de análisis político, social, económico e institucional sobre la realidad nacional.

Registremos algunos impactos originados por esta ruptura tectónica, que muchas veces no tenemos presente:

Caída de la inversión privada

La dictadura estatista militar, pretendió reemplazar la inversión de los peruanos en todas las actividades económicas. Se estatizaron todo tipo de empresas y se crearon monstruos burocráticos dilapidadores de recursos y creadores de corrupción.

Se destruyó la economía y todas las actividades productivas. El año 1990 estábamos todos empobrecidos, 60% de la población cayó en la pobreza; las empresas más grandes no facturaban más de US$ 600 millones anuales, mientras nuestros pares ecuatorianos vendían más de US$ 1,500 millones; y el Estado, que pretendió crecer y regular nuestra vida, el año 90 solo tuvo ingresos de 3.8% de un PBI diminuto. Hoy día nos quejamos de que los ingresos del Estado solo llegan al 14% del PBI, de un PBI S/ 546,000 millones, 3.6 veces mayor que el de 1990 (comparado en soles constantes del 2007).

Nótese que el 2011, cuando empezó el retroceso de nuestra economía de mercado, por las políticas populistas y nacionalistas, los ingresos del Estado llegaron al 21% del PBI.

Hiperinflación y destrucción de la clase media y de los servicios públicos

La hiperinflación destruyó los ingresos de la clase media tradicional, dependiente, cuyos ingresos eran fijos. Esa clase media desapareció, todos cayeron en la pobreza.

Además, tuvo efectos desastrosos en los servidores públicos, en los maestros, médicos, enfermeras y policías, gente que tenía ingresos fijos y que por lo tanto, sus fuentes de vida fueron licuadas, prácticamente desaparecidas por la inflación, sin que su efecto pudiera ser compensado por aumentos salariales.

Efectivamente, a partir de mediados de la década de 1970, la dictadura militar de Velasco y Morales Bermudez nos metió en una de las mayores inflaciones de la historia de la economía mundial. Una de las mayores en dos aspectos, por su incidencia y su duración. La hiperinflación peruana descalabró a nuestra sociedad por más de 20 años y en un solo año (1990), llegó a generar un aumento de precios de 7,482%.

Nuestros funcionarios públicos, entonces muy buenos y comprometidos en su gran mayoría, tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos, cachuelando de cualquier forma para mantener a sus familias. El propio Estado tuvo que recortar los horarios de trabajo de maestros, médicos, enfermeras y policías, para permitirles sobrevivir.

Así se destruyó la calidad de los servicios públicos. Los trabajadores perdieron su relación de exclusividad con sus labores públicas. En escencia, nos quedamos sin servidores públicos.

El caso de los maestros es muy significativo. Sin posibilidades de tener ingresos dignos en la labor magisterial, tuvieron que recurrir a la acción gremial para arrancarle, por la fuerza, algunos aumentos al Estado. Tuvieron que politizar su acción gremial y cayeron en manos de extremistas, tan es así que hasta hoy el Sutep (en sus estatutos), adscribe a la lucha de clases en vez de tener un compromiso educativo.

Destrucción de la clase política

Se dice que Fujimori destruyó a los partidos políticos. Pero en verdad, en los 80s, durante los diez años de democracia después de la dictadura militar, Acción Popular, el Apra y los demás partidos políticos, lo hicieron muy mal en lo económico, social y en seguridad, y llegaron muy desprestigiados al año 90, donde dos personajes ajenos a la política (MVLl y AFF) se disputaron la presidencia.

Fujimori desconoció la importancia de reconstruir los partidos y ayudó a profundizar su crisis, y ya en el siglo XXI arrancamos con Toledo, otro personaje ajeno a la tradición partidaria.

Confusión de académicos, periodistas y analistas

Como indicamos líneas arriba, si no tenemos presente esta ruptura de la vida nacional en nuestro análisis político, social, económico e institucional, podemos caer en el error del inmediatismo y de plantear atajos y saltos al vacío.

En general, no somos conscientes que nuestra historia, con esa brutal ruptura de nuestra vida ciudadana, nos marca y nos limita para ver nuestra situación con perspectiva histórica y en comparación con otros países. Recuperarse de 30 años de errores graves no es fácil.

Empezamos a hacerlo desde 1993, con la nueva Constitución:

  • Que permitió el regreso de la inversión privada.
  • Que permitió eliminar la inflación, ese horrible impuesto a los pobres. Hace años tenemos una inflación que no pasa de 3% anual.
  • Que ayudó a bajar la pobreza de 60% de la población el año 90 a 20% el 2019.
  • Que permitió que recuperáramos el crecimiento de la economía. Entre 1993 y 1997 crecimos 7.5% anual, proceso que lamentablemente se interrumpió en 1998 con el innecesario corte de la cadena de pagos y la consecuente recesión, que solo superamos hacia el 2004. Luego recuperamos el crecimiento alto y sostenido superando el 6.5% anual hasta que el 2011 empezamos nuevamente con el desaliento de la inversión privada. Llegando el 2019 a un paupérrimo crecimiento de 2.16%.

Sin embargo, hasta ahora no recuperamos la calidad de los servicios públicos. Nuestras instituciones dejan mucho que desear y nuestros indicadores sociales no llegan a los niveles de desarrollo que el Perú tiene capacidad de lograr por la abundancia de nuestros recursos naturales y capacidad de trabajo y creatividad de nuestra población, que ha mostrado altos niveles de longanimidad, o perseverancia y constancia de ánimo en situaciones de adversidad. La longanimidad, a diferencia de la resiliencia, que es un concepto de la física, conlleva benignidad, clemencia y generosidad.

¿Qué pasa con los académicos, periodistas y analistas que opinan sobre la situación del Perú?

Que en buena medida nos juzgan como si nunca hubiéramos interrumpido nuestro desarrollo. No se dan cuenta que tenemos que seguir con la gesta del desarrollo continuo para cerrar las brechas económicas, sociales e institucionales, que todavía no podemos superar. No se dan cuenta que recuperar nuestro potencial productivo y de generación de empleo toma mucho tiempo. Las inversiones importantes, las de largo aliento, toman mucho tiempo en consolidarse y en sacar al país de la economía especulativa y mercantilista que se desarrollo hasta 1990.

Por eso no sorprende que varios analistas pierdan la perspectiva y nos comparen con Colombia y Chile, que nunca tuvieron que empezar de nuevo su desarrollo.

Por eso molesta que no entiendan que tenemos procesos inconclusos y que tenemos que aprender a sumar. No podemos empezar de nuevo cada cierto tiempo, tenemos que corregir y avanzar.

Esta trampa de desconectar nuestros períodos históricos va más allá de los últimos 50 años. Permítanme invocar un mejor análisis, citando al historiador Mario Arce Espinoza, director de la Biblioteca Municipal de Arequipa, cuando dice de Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco: “Para Belaunde, el Perú es resultado de una continuidad, de un proceso que se ha gestado en el tiempo. En este territorio se han asentado culturas preincas, incaicas, sociedad colonial y la república. Todos esos sistemas de gobierno y culturas nos han enriquecido y formado la peruanidad”.

El Perú es muy grande, no nos equivoquemos con visiones parciales, y no caigamos en los mismos errores, una y otra vez. Lampadia




Para defender las ideas de la prosperidad

Para defender las ideas de la prosperidad

Desde hace siete años nos hemos mantenido tercos en nuestra Misión:

  • Defender la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad.
  • Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y la meritocracia para los funcionarios públicos.

Lamentablemente en los últimos diez años, el Perú viene retrocediendo en sus políticas de desarrollo y hemos descuidado el crecimiento de la economía y de la inversión, elementos fundamentales para la generación de empleo, solvencia fiscal y la mejora de los servicios públicos.

Además, se ha debilitado la imagen del sector privado y en especial del rol del empresario en la sociedad.

Hemos dejado que la incapacidad del Estado, responsable de la mala calidad de los servicios de salud y educación, se atribuyan al modelo económico, generando una perniciosa confusión en la opinión pública.

Por ello, además de nuestro esfuerzo editorial, hemos decidido proyectar nuestra misión a través de una campaña de comunicación que hemos denominado: DEFENSORES DE LA INVERSIÓN.

Ver todos los videos, informativos y testimoniales en el siguiente enlace: 

https://youtube.com/playlist?list=PLpTWOwJMwu3rFCzOpphyl5dMyo2W3A5UU

En los videos denunciamos como las malas políticas públicas desbarataron nuestro desarrollo. Mostrando, por ejemplo, el impacto de la hiperinflación en los ingresos de la clase media dependiente y de los servidores públicos, como con los maestros, enfermeras, médicos y policías entre otros, que tuvieron que buscar otros ingresos malogrando la calidad de los servicios públicos.

También explicamos cuales son los cambios que sí necesitamos y cuales no queremos. Ver en Lampadia: Apostemos por la prosperidad – El cambio que sí necesitamos.

Para desarrollar estos objetivos, estamos invitando a los ciudadanos que quieran acompañarnos en la gesta de poner las cosas en claro, de decir la verdad, de analizar la realidad con rigurosidad, de difundir análisis sin propósitos escondidos, y de invitar a los peruanos a pensar en grande, a suplir la debilidad de nuestros políticos, a explicarle a nuestros hijos que hemos nacido en un país maravilloso y que para convertirlo en realizaciones positivas y oportunidades para todos, solo tenemos que aprovechar lo que Dios y la Naturaleza nos dieron; a que nos brinden el aporte que esté en sus posibilidades.

Para efectivizar la relación con los Amigos de Lampadia, queremos recurrir a los símbolos de la magia de cuatro materiales que representan parte de nuestra riqueza nacional:

Oxígeno producido por nuestros ricos mares – Hasta US$ 1,000

Algodón con sus maravillosas fibras naturales – Hasta US$ 2,000

Madera con sus variedades, calidad y abundancia – Hasta US$ 3,000

Cobre por sus múltiples aplicaciones y su capacidad de crear riqueza para todos los peruanos – US$ 5,000 o más.

Para efectuar su aporte, sírvase abonarlo en el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia:

RUC: 20549170154

Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)

Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

y enviar copia del voucher o documento del abono a:

lampadia@lampadia.com

Para que podamos hacerle llegar el recibo por el aporte:

‘Comprobante de Recepción de Donaciones’

(SUNAT-R.G. N° 0230050257679, de fecha 14 de setiembre de 2018), sírvase indicar el nombre completo y número de DNI de la persona a la que deberemos extenderlo, así como la dirección de envío.

Lampadia




El cambio que sí necesitamos

El cambio que sí necesitamos

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En medio del desorden político y electoral que nos abruma, muchos hablan de cambiar todo. De cambiar la Constitución, de cambiar las leyes, el rol del Estado, las relaciones del Estado con el sector privado, etc. Pero no hay nada más torpe que hacer cambios equivocados.

En Lampadia estamos convencidos que sí necesitamos hacer cambios muy importantes. Veamos:

  • Tenemos que cortar la distancia de la clase empresarial con la cosa pública.
  • Tenemos que diseñar un sistema político que funcione.
  • Tenemos que lograr servicios públicos eficientes, una justicia proba y pronta, y aliviar el peso del Estado sobre los emprendimientos económicos.
  • Tenemos que desterrar la corrupción del ámbito estatal.

Ya antes hemos hecho cambios equivocados. Por ejemplo, desde la dictadura militar estatista hasta entrados los años 90, pasado por los gobiernos de Belaunde y García 1, alejamos la inversión privada y colapsamos el crecimiento, empobreciendo a todo el país, a los ciudadanos, a las empresas y al Estado.

Como puede verse en el siguiente gráfico de la ‘productividad total de factores’, que mide el uso eficiente de recursos físicos y humanos, a mediados de los años 70 paramos el desarrollo con un giro brutal hacia el estatismo que empobreció dramáticamente al Perú.

Después de 30 años de estatismo y populismo, hacia el año 90:

  • los ingresos anuales del Estado cayeron a 3.8% de un PBI diminuto;
  • las empresas más grandes no facturaban más de US$ 600 millones anuales, cuando las empresas ecuatorianas facturaban US$ 1,500 millones;
  • y la pobreza llegó al 58.7% de la población.  

No queremos esos cambios contra natura. El Perú tiene la capacidad para salir de la pobreza y ser un país en el cual toda su población pueda aspirar a la prosperidad. Nos sobran recursos naturales y humanos para abrazar el camino del bienestar general.

La misma ruptura del desarrollo y la consiguiente pérdida de oportunidad, se ve en el siguiente gráfico, que muestra la evolución del PBI per cápita, la base de los ingresos de los peruanos:

No queremos pues hacer cambios equivocados, y menos repetir los mismos errores del pasado. ‘Errar es humano y perdonar es divino, pero reincidir en el error es diabólico’.

Queremos un gran cambio, pero para mejorar, para traer la prosperidad del mundo desarrollado hacia el Perú, para que todos nuestros ciudadanos puedan ser ciudadanos del mundo desde el Perú.

Que nuestros jóvenes no tengan que emigrar a economías de mercado como EEUU, España, Italia, e inclusive Chile, para tener vidas dignas. Significativamente, nadie planea irse a Cuba o Venezuela. No importemos pues sus prácticas malsanas, no traigamos sus pobres realidades de miseria al Perú. Tenemos que traer lo mejor del mundo.

Aboquémonos más bien a los cambios que pueden hacernos prósperos. Para ello proponemos cuatro grandes cambios:

1. No dejemos la política en manos de los políticos.

La construcción de nuestro futuro es tarea de todos. Somos un país de emprendedores, pero no basta producir y crear empleo. Tenemos que soñar el espacio de vida que queremos para nuestros hijos y nietos. Tenemos que construirlo día a día, involucrándonos en el debate público y diciéndole a los políticos que queremos de ellos.

2. Hagamos, sin embargo, que los mejores deseen ingresar a los partidos políticos.

Para eso necesitamos partidos políticos reales y atractivos en los que haya centros de estudios de la realidad nacional, y reglas de juego funcionales en la relación entre poderes que permitan la gobernabilidad y el desarrollo del país.

3. Eliminemos el burocratismo y la ineficiencia.

El Estado, controlado por redes patrimonialistas, ha devenido en una maquinaria de ineficiencia, corrupción y ausencia. Hemos multiplicado la burocracia y hemos creado millones de normas anti propósito. Hemos asfixiado nuestras normas madre, desde la propia Constitución, que ya casi no puede respirar. Hemos establecido normas de control que paralizan la toma de decisiones creando un ambiente sub óptimo de servicios y de desarrollo de los proyectos de inversión. Tenemos una Justicia que juzga tarde, mal y nunca.

4. Combatamos la corrupción sin palabras vacías.

La organización política del país, con una descentralización fallida, ha entronizado una gestión patrimonialista, contraria a la meritocracia, que ha instalado espacios de corrupción en todos los niveles de gobierno, incluso en el gobierno central.

Hay que establecer una estricta meritocracia en el Estado y una gestión por resultados.

Tenemos que separar a los buenos funcionarios públicos de los sinvergüenzas. Para ello, como recomendó Fernando Cillóniz, hay que revisar los certificados de estudios y trabajo de todos los funcionarios.

El potencial de desarrollo del Perú es la envidia de muchos de nuestros vecinos. No nos contentemos con mantener ese potencial y seguir perdiendo oportunidades de crecimiento.

Menos debemos aceptar propuestas de cambio traicioneras para el bienestar de los ciudadanos. Cambios sí, pero no para detener el desarrollo. Es hora de apostar la prosperidad. Lampadia




Nuestro pequeño velero

Nuestro pequeño velero

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Ante la campaña electoral que hoy vive el Perú y la veintena de discursos políticos, de similar cantidad de candidatos, creo que viene muy a tono la publicación del flamante libro “Estrategias para reconstruir el país”. El título de este artículo, lo he tomado de la analogía que, nuestro Ministro de Economía y Finanzas, Waldo Mendoza, hace en este libro, pues es una forma muy clara y didáctica de describir la economía de un país y poder discutir, luego, sobre nuestra realidad económica.

Describe el libro que, para entender la marcha de la economía de un país, debemos pensar en la navegación y conducción de un velero, en el que; el “modelo económico” es el velero; su diseño, qué tan ligero o pesado es, qué tan maniobrable resulta, qué tan hidrodinámico y resistente es su casco y qué tan bien diseñadas y dimensionadas son sus velas. Por supuesto que este velero requiere, al igual que el país, de un Capitán y una tripulación que pueda optimizar su rendimiento, velocidad y oportuna llegada a destino, lo que dependerá de qué tan experta es su tripulación y el Capitán, qué tan bien enfrentan los vientos, maniobran las velas y sacan ventaja de estos factores y características de su embarcación, para ganar la regata. Y finalmente, como todo en la vida, el factor suerte, pues si hay buen viento y si estos le son favorables o no, depende de factores externos, que la dotación del velero no controla, pero que demandan el máximo de su conocimiento y experiencia, para reducir los efectos negativos y maximizar los factores favorables que se puedan dar.

Siguiendo la analogía anterior, vemos que, cuando se revisa los países más exitosos del mundo, uno encuentra algunos factores comunes que los llevaron a esa situación en un lapso de 40 años, plazo en el que muchos de ellos eran perfectamente comparables con el Perú, pero que adoptaron oportunamente decisiones correctas y estos factores críticos de éxito son:

  •  Un crecimiento constantemente alto del PBI per cápita.
  •  Un crecimiento constante de la inversión y alta tasa de inversión/PBI (entre 25% y 40%).
  • Crecimiento de las exportaciones, aprovechando los Tratados de Libre Comercio (TLC).
  • Un creciente coeficiente de apertura: (Importaciones + Exportaciones) /PBI.
  • Mejora de la calidad educativa del Capital Humano.
  • Mantener buenas instituciones políticas y económicas, esto es reglas claras y estables.
  • Imperio de la ley, que el Estado extiende a todo el territorio nacional.
  • Desarrollo de un adecuado nivel de industrialización y capacidades tecnológicas.
  • Avance en el nivel de complejidad económica (capacidad de producir mayor diversidad de productos y cada vez más sofisticados).
  • Alcanzar una distribución del ingreso socialmente aceptada.
  • Mantener unas finanzas públicas sanas.

En esencia, como resalta Waldo Mendoza, “un buen modelo de desarrollo es aquel que brinda un medio ambiente apropiado para la inversión privada”, con las características antes mencionadas.

El Perú en su constitución de 1993, diseñó un velero de muy buenas características,

  • abrió su economía al mundo, suscribió tratados de libre comercio con un alto porcentaje de economías del mundo, con lo que se dio la oportunidad de penetrar esos mercados.
  • Le dio autonomía al Banco Central de Reserva, fijándole la clara misión de controlar la inflación.
  • Creó las administradoras de fondos privados de pensiones, que permitieron a los trabajadores ahorrar libre y responsablemente, sabiendo que estas administradoras tenían la misión de maximizar los beneficios para sus fondos previsionales y así asegurar una pensión digna para la vejez, acorde a las capacidades de cada quien.
  • Abrió las oportunidades a los empresarios y emprendedores de todo tamaño, para que hagan empresa y se desarrollen dentro de una economía social de mercado.

Tan bueno fue el diseño, que se pudo atraer inversión y generar un impresionante crecimiento económico durante tres décadas, con ello, se redujo la población en situación de pobreza, de niveles cercanos al 60% de la población en los 90s, a cerca de 20% en el 2019, haciendo crecer vigorosamente la clase media, en base a pequeños y microempresarios. Pero lo mejor, es que no sólo se redujo la “pobreza monetaria”, como le gusta insistir a la izquierda, sino también y en mayor magnitud, se redujo la “pobreza multidimensional”, medida por el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y se redujo marcadamente, aunque no lo suficiente, los niveles de desigualdad, lo que se verifica, según el Banco Mundial, con una reducción del coeficiente de Gini, de 0.56 a fines de los 90s a menos de 0.43 en el 2018 y bajando ( 1 = máxima desigualdad, 0 es igualdad absoluta).

Lamentablemente, los cambios en la tripulación de este velero, han hecho que, durante el gobierno de Toledo, se ejecuten proyectos que, con la excepción de Camisea, se explican únicamente por la corrupción, mientras en paralelo e inopinadamente, se le lanzó un “torpedo” debajo de la línea de flotación, mediante una regionalización hecha a las locas, sin coherencia, adecuada definición de competencias, alineamiento de planes con el gobierno central y claras responsabilidades y controles.

Luego, el gobierno de García tuvo una buena tripulación, capaz de tomar ventaja de los vientos favorables, propios de la mejora de nuestros términos de intercambio y generó la confianza para atraer y promover la inversión, echando a andar la construcción de varios proyectos mineros de importancia y de infraestructura, que generaron la inercia positiva que le tocó disfrutar a Humala, a pesar de su “agua sí, oro no”, que destruyó el proyecto Conga tras haberse invertido US$1,500 millones, de los US$4,800 millones que tenía comprometido. No obstante, Las Bambas que ya había pasado su “punto de no retorno”, siguió adelante con una inversión de US$10,000 millones, pero el “Piloto automático”, inversiones absurdas como “la remodelación de la refinería de Talara” y otros, destruyeron la priorización de una buena carretera central, una buena infraestructura de redes de agua potable y desagüe, con buenas plantas de tratamiento de aguas residuales, que luego irriguen nuestros desiertos en lugar de botarlas al mar, iniciaron la desaceleración de nuestra economía. Las tasas de crecimiento de la inversión privada respecto al PBI de hasta 25%, logradas hasta el 2010, se derrumbaron en el año 2011 a la mitad, para convertirse en negativas en el 2015 y crecieron, pero a tasas muy reducidas hasta el 2019.

El gran deterioro de la clase política peruana de los últimos tiempos, desde alcaldes a presidentes de la república, pasando por gobernadores regionales y congresistas, ha impedido que el Perú adopte y sostenga la institucionalidad política y económica requeridas, burocratizando el Estado y haciendo, cada vez más agobiante, lograr los permisos para una inversión y operar en la legalidad. Gobernantes que permanentemente han permitido resquebrajar el principio de autoridad, no han defendido “el imperio de la ley” en todo el territorio nacional, tal como juraron al asumir sus funciones, han postergado y espantado inversiones, de toda naturaleza.

Hoy el Perú cuenta con un portafolio de proyectos mineros por cerca de US$60,000 millones, pero cuando se analizan, todos tienen alguna traba que impide su desarrollo, en muchos casos por resistencia social. Igualmente, contamos con un grupo de proyectos de infraestructura, como las irrigaciones; Chavimochic III, Majes-Siguas II, muy avanzadas, pero paralizadas durante varios años por actos de corrupción, que debieran reactivarse para mover la economía durante su finalización y de inmediato beneficiar a la agricultura con su operación, pero nada se mueve. La ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, cuya concesión empezó en el 2001 y que, si bien proyectaba contar con la segunda pista en operación para el 2011, aún no se empieza a construir. El avance en la construcción de las líneas 2 del metro, el ramal línea 4, durante los años 2017, 2018 y 2019, han fluctuado entre el 20.2% y el 30.2% de lo comprometido por año. Uno de los factores comunes en estos casos de proyectos de infraestructura, es el incumplimiento e incapacidad del propio Estado por entregar al contratista, los terrenos liberados para que puedan ejecutar la obra. Esto genera una postergación inaceptable, de hasta una década en muchos casos, para iniciar construcción, con los sobrecostos que la nación debe asumir.

Ahora, en pleno año 2021 y a dos meses de las elecciones, padeciendo los efectos negativos sanitarios y económicos, en que la incapacidad de nuestros gobernantes nos ha dejado, muchos candidatos prefieren hablar de cambios a la constitución, otros de justicia social y equidad, otros de aumento de remuneraciones y varios de repartir dinero vía bonos, pero no hemos escuchado a un solo candidato que esté haciendo propuestas concretas para manejar, de la forma más pronta y eficiente la vacunación de todos los peruanos, con plazos y metas concretas de cumplimiento. Tampoco hemos oído una palabra respecto a, qué proyectos privados y públicos impulsarán y cómo, para retomar la dinámica económica que el país requiere. Menos aún, respecto a sus planes de educación para mejorar nuestra productividad y competitividad. Nada sobre institucionalidad y defensa del imperio de la ley en todo el territorio nacional. Tampoco sobre la simplificación de la burocracia, para eliminar la destrucción de valor y pagos improductivos en el sector público, a gente que impide y posterga la inversión o que es incapaz de manejar soluciones concretas en salud y su infraestructura. Muchos hablan de lucha contra la corrupción, pero esconden sus prontuarios y, además, se ven rodeados de impresentables.

¡Debemos exigir que, con URGENCIA, nos contesten directamente y sin medias tintas estas preguntas y que dejen de lado el “floro barato”! Lampadia




Campañas de divulgación y política

Campañas de divulgación y política

CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia

Muy positiva la campaña que ha empezado Lampadia para demostrar con cifras y datos irrefutables los beneficios de la inversión privada y del libre mercado, que han impulsado como nunca antes el crecimiento de la economía y la disminución de la pobreza.

Ojalá que esta cruzada tenga continuidad en el tiempo.

Pero es necesario que sea complementada con un discurso político, que muchas veces los empresarios, por diversas razones, no pueden o no quieren enunciar.

Por ejemplo, para poner un caso paradigmático, el gas de Camisea, que hoy día todos aprovechamos y que nos parece lo más natural del mundo. Pero casi nadie recuerda ni conoce lo difícil que fue sacar adelante ese proyecto.

La empresa Shell, una de las más grandes e importantes del mundo, exploró en la selva y descubrió ese enorme yacimiento en la década de 1980, invirtiendo muchos millones de dólares con tal propósito. Y cuando estaba lista para explotarlo a fines de la década las izquierdas, que en aquel entonces tenían una muy importante representación parlamentaria –llegaron en segundo lugar en las elecciones de 1985- y fuerza política, desataron una feroz campaña contra la “explotación imperialista” del gas. El gobierno de Alan García, ya debilitado, cedió. Todo se paralizó y la Shell simplemente abandonó el proyecto y se fue del país.

Tuvieron que pasar 13 años para que, en el Gobierno de Alejandro Toledo, el 2001, gracias al empuje de los ministros Jaime Quijandría y Pedro Pablo Kuczynski, se retomara el proyecto. Se licitó y rápidamente se construyó la planta y el gasoducto para transportar el gas. Tres años después ya estaba funcionando. Gracias al gas de Camisea hubo energía abundante y barata para poder desarrollar el otro pilar del espectacular crecimiento de esos años, la minería.

Hoy día los peruanos disfrutamos del gas barato en nuestros hogares y vehículos, pero sobre todo tenemos electricidad a precios razonables, para la industria y para las familias. Todo eso a pesar de las izquierdas, que impidieron su desarrollo en 1988 y por fortuna no pudieron evitarlo el 2001.

Hoy día con el avance del populismo y las izquierdas ¿acaso el gobierno de Martín Vizcarra lo hubiera realizado? ¿Y Francisco Sagasti? Por supuesto que no.

Hay muchos otros ejemplos. ¿La población los conoce? ¿Alguien lo recuerda? ¿Alguien se encarga de explicarlo?

No obstante, ellos difunden su propaganda engañosa y falsa persistentemente. Si no se les refuta todos los días, si no se explica paciente e incesantemente la verdad de los hechos, ellos avanzan, frenan el desarrollo del país y pueden llevarnos a una catástrofe de consecuencias aterradoras. De hecho, ya han causado un daño colosal bloqueando proyectos mineros como Conga y Tía María o atacando a las exitosas empresas agroindustriales.

Hay que detenerlos ahora. Lampadia




DEFENSORES DE LA INVERSIÓN

DEFENSORES DE LA INVERSIÓN

Desde su nacimiento hace siete años, en Lampadia hemos compartido nuestro ideario con todos nuestros seguidores. Este se resume en nuestros objetivos, misión, retos y compromisos con la sociedad. Hoy día, en consecuencia con nuestro ideario y la situación del país, estamos desarrollando una campaña de comunicación que hemos denominado: DEFENSORES DE LA INVERSIÓN.

Veamos nuestro ideario:

Objetivo:

Lograr que los peruanos optemos por una Sociedad de Libre Mercado

Nuestra Misión:

  • Defender la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad.
  • Promover el Estado de Derecho, un sistema judicial eficiente y la meritocracia para los funcionarios públicos.

Nuestros Retos:

  • Propiciar un mayor compromiso de la clase dirigente con los grandes temas nacionales y con la política.
  • Proponer reformas para mejorar la calidad de nuestra democracia y de nuestras instituciones.
  • Empoderar a un millón de peruanos con análisis e información.
  • Promover una educación para el siglo XXI con las mejores prácticas internacionales.
  • Difundir los beneficios de una Sociedad de Libre Mercado.
  • Cuidar la estabilidad de nuestro modelo de desarrollo, destacando el rol de la inversión privada y la necesidad de lograr un Estado eficiente, efectivo y meritocrático.

Nuestro compromiso con la Sociedad:

Durante los últimos 25 años se ha producido una profunda transformación de la vida nacional en lo económico y social, aunque deficitaria en lo institucional. Lamentablemente, esta transformación no está acompañada por una adecuada conciencia social, debido fundamentalmente a la falta de liderazgo y comunicación de nuestra clase dirigente.

Hay una gran confusión sobre nuestra nueva realidad y mucha angustia e incertidumbre sobre el porvenir.

El Perú renació después de tres décadas (60s, 70s y 80s) de estancamiento económico, empobrecimiento, escasez de recursos, frustración, violencia y falta de esperanza en el futuro, a una nueva realidad marcada por el crecimiento, la inversión, la creación de riqueza, la disminución de la pobreza y la desigualdad, la abundancia de recursos, la paz, y por una nueva capacidad de soñar con un futuro de prosperidad.
Sin embargo, a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes que ya no proyectan sus vidas fuera del Perú, no se les ha explicado los condicionantes de la nueva realidad, no se han mostrado las relaciones causa-efecto que la han creado, no se discute sobre nuestras potencialidades, no tenemos claras las prioridades de acción colectiva ni las políticas públicas que puedan consolidar el bienestar general.
Así es que mientras la economía nacional se debilita y vuelve a flaquear nuestra confianza en el futuro, el entendimiento de nuestra realidad y perspectivas se hacen cada día más confusos. En la vida política y mediática se entrecruzan distintos lenguajes y distintas dimensiones de análisis, muchas veces producidas con propósitos específicos de manipulación y beneficio de parte.

En este contexto, Lampadia pretende, con veracidad y rigurosidad, aportar luces sobre nuestra realidad. Queremos comunicar y compartir información, cifras, hechos relevantes y opiniones sobre el Perú y el mundo de hoy y mañana para contribuir a la formación de una conciencia nacional más informada que propicie la convergencia de nuestras acciones para la construcción de un Perú de éxito y bienestar para todos.

° No tenemos Derechos Reservados – Información Libre °

El Perú tiene retos muy importantes en múltiples frentes, como los de mejorar sus instituciones políticas y alcanzar un mejor nivel de gobernanza. Hacer un salto cualitativo en los servicios de salud y educación. Mejorar notablemente la seguridad ciudadana. Y mantener un buen ritmo de creación de empleo formal, reducción de la pobreza y de la desigualdad.

Todo ello requiere un crecimiento de la economía entre 5% y 7% anual. Y por lo tanto debemos mantener un nivel de inversión mínimo de 25% del PBI.

Lamentablemente, desde el 2011 hemos debilitado crecientemente nuestras inversiones, las públicas y privadas, fuente directa de empleo de calidad y bienestar; y hemos deteriorado el crecimiento de la economía. Veamos:

Por otro lado, es notorio que, en la administración pública, desde el Ejecutivo hasta el Congreso, pasando por muchísimas autoridades regionales y locales, hasta muchos funcionarios públicos, se ha instalado un malsano alejamiento con el sector privado, que muestra ignorancia sobre su importancia para el desarrollo integral del país.

Dificultando la inversión y frenando los proyectos de inversión, estamos perdiendo las excelentes oportunidades que tenemos para crecer y reducir la pobreza y desigualdad.

Ante ello, y en consecuencia con nuestro ideario, hemos decidido lanzar el proyecto de: Defensores de la Inversión, para alertar a nuestros ciudadanos sobre nuestras capacidades de progreso y de la necesidad de comprometernos en apoyar el esfuerzo de inversión de todos los peruanos, tanto de la inversión pública como la privada.

Para apoyar esta campaña necesitamos la contribución económica de los amigos de Lampadia, tanto a nivel individual como institucional.

Los aportes se pueden hacer en las siguientes modalidades:

1. Abono en Cuenta:

Lampadia RUC: 20549170154
En el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia
Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)
Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

2. Autorización de Cargo en Cuenta:

Llenar formulario adjunto ‘Autorización de Cargo en Cuenta’, incluyendo:

  • Nombres Completos / Teléfono / Correo Electrónico / DNI
  • Precisar N° de Tarjeta o Cuenta en donde se realizará el cargo
  • Indicar importe en dólares o soles
  • Indicar el número de meses que se realizará el cargo
  • Firma (Igual al DNI)

Enviar copia del voucher de depósito o formulario debidamente lleno y copia de DNI a: lampadia@lampadia.com.pe

Para girar el recibo por el aporte: ‘Comprobante de Recepción de Donaciones’, (SUNAT-R.I. N° 0230050257679 del 14 de Setiembre del 2018), necesitamos nos indique el nombre o razón social, número de DNI o RUC, y dirección de envío del comprobante.

Muchas Gracias
Lampadia




Aporte a la economía peruana

Aporte a la economía peruana

Un proyecto que demoró 20 años en ver la luz, por la oposición ciega de nuestras izquierdas retrógradas, ha permitido grandes beneficios para el Perú. El mayor beneficio ha sido el contar con combustibles más económicos y de mejor calidad que los que lográbamos quemando petróleo residual y Diesel. Además, el desarrollo del proyecto ayudó a generar un crecimiento de tasas asiáticas en la región del Cusco, el mayor centro de oposición al proyecto.

Ver en Lampadia: Cajamarca tiene que aprender la lección de CamiseaCusco bate todos los records de crecimiento. Ver el crecimiento acumulado de Cusco entre el 2001 y 2013:

Los motivos del crecimiento de Cusco se deben principalmente a la inversión privada, el gas de Camisea y el turismo. Las proyecciones de crecimiento de la Cámara de Turismo del Cusco (CARTUC) para el 2014 señalan una cifra  aproximada de cuatro millones de turistas que ingresarán a la región; con lo cual se prevé que siga este extraordinario avance del sector.(Ver en Lampadia (L): Cusco, te busco).

La explotación del gas natural de Camisea ha sido decisiva en el extraordinario crecimiento de Cusco. Este proyecto, que debió iniciarse a mediados de los años 80, se postergó 20 años en entrar en producción por la absurda oposición  de la izquierda. En especial de los cusqueños liderados por el entonces alcalde, Daniel Estrada, quien recibió el respaldo de Alan García (primer gobierno). Sí el proyecto se hubiera realizado en esa época las condiciones sociales y económicas de la región serían inmensamente mejores a las de hoy.

El desarrollo del proyecto de Camisea, una de las inversiones más grandes de la historia del Perú, originó un cambio importante en la matriz energética del país, y generó grandes ahorros de costos operativos en distintos sectores.

  • La sustitución de combustibles, permitió que entre 2004 y 2019, los usuarios del gas natural ahorraran US$ 100,631 millones.
  • El sector más beneficiado fue el eléctrico. El 40% de la energía eléctrica se genera en base al gas natural de Camisea, que es 57% más económico que la gasolina y 50% más que el diésel.
  • El sector del transporte también tuvo importantes ventajas en la sustitución de diésel y gasolinas por Gas Natural Vehicular (GNV).

Ningún proyecto de inversión privada ha generado nunca, ahorros parecidos a los logrados con el desarrollo del proyecto de Camisea. Según Macroconsult, los ahorros generados por el uso del gas natural de Camisea fueron:

  • Ahorro en el sistema eléctrico

Entre 2004 y 2019, se estima que se generaron ahorros por más de US$ 77 mil millones.

  • Ahorro en transporte

Desde el 2004 el uso de GNV contribuyó a un ahorro de US$ 11,542 millones.

  • Industria y comercios medianos

El uso del gas contribuyó al ahorro de US$ 8,312 millones en industrias y comercios de tamaño mediano.

  • Grandes industrias

El ahorro en las grandes industrias manufactureras, especialmente en las de cemento y cerámica, fue de US$ 2,930 millones.

  • Clientes residenciales

En los últimos 15 años, el ahorro generado para clientes residenciales fue de US$ 419 millones de dólares.

Para mayor información sobre este importante proyecto, recomendamos ver el informe de Osinergmin a los diez años de Camisea:

https://www.osinergmin.gob.pe/seccion/centro_documental/Institucional/Estudios_Economicos/Libros/Anexos-industria-gasnatural-Peru.pdf




Nuestra economía de mercado bajo ataque

La confusión del debate político y económico de nuestros días, nos llama a republicar un análisis sobre la penetración de las ideas de las izquierdas anti mercado en los distintos estamentos de la sociedad.

Para ilustrar el tema, en julio de 2018, publicamos nuestro análisis del Manifiesto de Powell, presentado originalmente en 1971 en EEUU. Veamos su incidencia en el Perú:

Hace varios años que nuestra economía de mercado, nuestro modelo de desarrollo, viene siendo atacado desde varios frentes. Sin unidad de mando, ni coordinación entre las fuerzas contrarias a la inversión privada, todas convergen en la misma dirección, sin que los llamados a defender el modelo registren el problema y tomen acción.

Nuestra defensa del modelo no significa que nuestro desarrollo sea suficiente y que hayamos superado nuestras graves deficiencias institucionales, ni nuestras brechas sociales en educación y salud. No por ello, debemos caer en la relativización de nuestros avances, como lo han hechos varios ‘tontos útiles’, que al final solo coadyuvan a facilitar el camino de los enemigos declarados de nuestros muy importantes avances, como son, principalmente, todos los suscriptores del pos-extractivismo, y los grupos políticos radicales como, el Frente Amplio y Nuevo Perú.

El problema es que los ataques a nuestro modelo vienen, además, de varios frentes, que no tenemos en la mira, pero que han ido socavando la imagen de la economía de mercado, de la globalización, de las empresas y de la inversión privada.

Para ilustrar esta debilidad, vamos a recurrir al ‘Manifiesto de Powell’ del año 1971 en EEUU, en la que Lewis Powell explica con maestría, como entonces, “el sistema económico estadounidense, se encontraba sometido a fuertes ataques que variaban en alcance, en intensidad, en las técnicas empleadas y en el nivel de visibilidad”.

El Manifiesto de Powell “influyó o inspiró la creación del Heritage Foundation, Manhattan Institute, Cato Institute, Citizens for a Sound Economy, Accuracy in Academe y otras organizaciones poderosas”, que ayudaron a mejorar los balances ideológicos y los paradigmas de desarrollo en la sociedad estadounidense. Una tarea pendiente en el Perú.

Líneas abajo compartimos el enlace a nuestra publicación del ‘Manifiesto de Powell’.

Ahora queremos destacar que las llamadas de atención de Powell de 1971, parecen hechas para el Perú de nuestros días. Veamos algunos elementos del manifiesto:

i. Orígenes de los ataques

  • Algo muy inquietante es que las críticas proceden también de ‘elementos muy respetables de la sociedad’, como:
    • Los campus universitarios. La fuente más dinámica de generación de ideas anti sistema de mercado. Por ejemplo, en el Perú, el activismo de los (mediáticos) profesores de economía de la PUCP, y la multiplicación de consultorías de la PUCP en el Ministerio de Educación, para instalar su ideología en los programas escolares, entre otras.
  • Los púlpitos. Más allá de los representantes de la Iglesia Católica y de otros credos, comprometidos en el activismo político, como el ex cura Arana, ahora congresista, y el párroco piurano Daniel Turley Murphy que luchó contra el proyecto minero de Manhattan en Tambogrande, entre otros; muchos representantes de las iglesias creen que cuidando un corazón se salvaguarda el bienestar de toda la humanidad, o que la muy importante caridad, se puede universalizar como estrategia de desarrollo humano. Por ejemplo, el propio Papa Francisco critica la economía de mercado como el vehículo de las malas ambiciones de los seres humanos, y no reconoce que en las últimas décadas se duplicó la población mundial, se redujo sustancialmente la pobreza y mejoró la esperanza de vida, un indicador clarísimo de avance social. Incluso el hecho de que la gente pueda entretenerse en los online casinos indica el hecho de que la sociedad ha alcanzado un nuevo nivel de comodidad económica.
  • Los medios. Ya hemos explicado anteriormente, cómo en muchos medios se produce una prédica anti inversión privada. Esto es especialmente notorio en los radios de provincias, pero también, cada vez más, en algunos importantes medios nacionales, que sesgan muchos de sus programas.
  • Los políticos. La acción política anti economía de mercado es el pan de cada día en la difusión y formación de normas y propuestas.
  • El movimiento contra el sistema está formado sólo por minorías. Pero son las mejor articuladas, las más ruidosas y las más prolíficas en su hablar y escribir.
  • Muchos medios de comunicación o bien otorgan publicidad por voluntad propia a estos “atacantes” o, como mínimo, permiten que éstos utilicen los medios para sus propósitos. Esto es especialmente cierto en la televisión, que juega ahora un papel preponderante en la conformación del pensamiento, las actitudes y las emociones de nuestra gente.
  • “Una de las desconcertantes paradojas de nuestro tiempo es la amplitud con que nuestro sistema tolera, o incluso participa, en su propia destrucción”. Cambiar de actitud, hacia un activismo pro economía de mercado, no implica pretender suprimir las opiniones ni de los críticos, ni de los proponentes de ideas contrarias al libre mercado, sino más bien, estar en el debate y no perder por walkover.

ii. Énfasis en la apatía y ausencia del empresariado​

  • “La dolorosa y triste verdad es que, en gran medida, las empresas han respondido a menudo contemporizando con ineptitud e ignorando el problema”.
  • Los hombres de empresa no han sido capacitados o equipados para conducir guerras de guerrillas contra quienes realizan propaganda contra el sistema y buscan insidiosa y constantemente sabotearlo.
  • Pero han tenido poca voluntad de enfrentarse con sus críticos, y pocas habilidades para el debate intelectual y filosófico eficaz.

​iii. Responsabilidad de los ejecutivos de empresa

  • Es de necesidad primordial que los hombres de empresa se den cuenta de que el problema último es la propia supervivencia; supervivencia de lo que denominamos sistema de libre empresa.
  • Para que el sistema sobreviva, la alta dirección debe preocuparse también de proteger la sobrevivencia del sistema mismo.

iv. El rol de los gremios empresariales

  • La actividad independiente de cada empresa no es suficiente.
  • La fuerza reside en la organización, en la planificación, en la consistencia de acción a lo largo plazo, en la escala de los recursos disponibles, y en el poder político disponible a través de la unidad de acción y de las organizaciones nacionales.
  • El papel de los gremios es vital.

¿Qué debemos hacer en el Perú?

Defender el sistema. Esto implica, tomar una serie de acciones, entre las que podemos mencionar las siguientes:

  • Formar ‘think tanks’ que desarrollen investigaciones y propuestas de políticas públicas para fortalecer la economía de mercado y la democracia.
  • Promover la presencia de investigadores y profesores universitarios que crean en el sistema y puedan hacer publicaciones de textos académicos y presentaciones públicas.
  • Promover la presencia de voceros de la economía de mercado en los medios, especialmente en la televisión y las radios.
  • Monitorear los contenidos anti mercado de los medios y promover debates.
  • Hacer campañas informativas en los medios de comunicación para sensibilizar a los ciudadanos sobre temas de desarrollo, crecimiento, inversiones, mejora del bienestar y reducción de la pobreza.
  • El sistema de economía de mercado no puede preservarse defensivamente, se requiere promover una presencia activa y transparente, en los debates sobre temas nacionales, en la opinión pública.
  • Los gremios empresariales deben tener equipos de profesionales altamente competentes para producir elementos de juicio que defiendan el sistema de mercado, que tengan presencia mediática y buenas capacidades de comunicación.

Debería estar muy claro que, en todas las sociedades, las clases dirigentes deben mantener un compromiso de acción cívica y presencia en el debate nacional, pues la ideas hay que exponerlas y debatirlas con buenas armas, para empoderar a los ciudadanos de modo que tengan las mejores oportunidades de tomar decisiones sobre el destino de sus naciones.

En los últimos tiempos hemos visto como los descuidos de las élites, han permitido puntos de inflexión dañinos a sus sociedades. Por ejemplo, en el Reino Unido con el Brexit, en EEUU con la elección de Trump, en Chile con el retorno de Michelle Bachelet, en el Perú con la elección de Ollanta Humala, y en los últimos días con la elección de Manuel López Obrador en México. Todos estos desarrollos políticos debilitan el libre mercado y contrariamente a su verbo, más allá del corto plazo, terminan afectando negativamente a sus poblaciones más pobres.

¡A ponerse las pilas, a debatir y a invertir para defender nuestro sistema de vida! Lampadia

Ver en Lampadia: El Manifiesto de Powel

 (Publicado en nuestro portal el 23 de agosto de 2018)




El fracaso estatal del agua

El fracaso estatal del agua

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre el fracaso estatal del agua.

Participa como invitado Milton Von Hesse, y con declaraciones Juan Luis Camere, consultor hídrico, y Benjamín Cillóniz, gerente general de Agrícola SAFCO, junto con Gonzalo Prialé y Fernando Cillóniz.

Milton von Hesse:

Tenemos que institucionalizar y despolitizar el manejo del agua. Hay que fortalecer la ANA, darle autonomía, que esté fuera de uno de los sectores usuarios del agua, y darle neutralidad y blindarla de las presiones políticas. Sacarla del ámbito del ministerio de Agricultura.

La ANA debería implementar el enfoque del manejo de cuenca. La cuenca debe ser la base de la gestión del agua y sobre ellas establecer los consejos de cuenca.

Debería reforzarse técnicamente, su personal debería estar al margen de las presiones políticas.

Fernando Cillóniz afirma que la autonomía de la ANA debes ser de los ministerios, su modelo debe ser el del BCR, una autonomía absoluta.

Sobre el agua domiciliaria

Milton von Hesse:

La OTAS fue creada para propiciar el cambio en el modelo de gestión, para que las EPSs no sean feudos de los alcaldes y de sus partidarios temporales. La OTAS tenía que ver la eficiencia del manejo de las EPSs, como por ejemplo la pérdida del 50% del agua que muchas veces se produce por la desviación del agua a circuitos informales. Que puedan facturar el agua producida y cobrarla. Para eso se diseñó una metodología específica.

Efectivamente, de la evaluación que hizo la OTAS, de 50 EPSs, 49 salieron recontra jaladas. La idea era que la OTAS pudiera intervenir la EPS mientras se buscaba una administración profesional que en el largo plazo pudiera transformarse en una asociación público-privada.

Pero el anterior presidente [PPK] se comprometió con los sindicatos del agua y todo quedó en nada. Hoy la OTAS está haciendo ‘una salvajada’, repartirle plata a las EPSs para el mantenimiento de las tuberías.

Gonzalo Prialé:

Habría que armar EPSs de alcance regional. En el caso de Lima, Sedapal, si se lograse que se contrate gerencia de largo plazo con el sector privado, con compromiso de inversión y de metas de cobertura y de tarifas. Hay mucho espacio para hacer una gestión eficiente y reducir las pérdidas.

Hay que desideologizar el tema del agua y de considerar que la inversión privada en agua es un delito.




Reactivar con sentido de urgencia supone agilidad administrativa

Reactivar con sentido de urgencia supone agilidad administrativa

Víctor Gobitz
Presidente del IIMP
Para
Lampadia

Distintas entidades con solvencia en tópicos económicos, como el propio Ministerio de Economía y Finanzas, el Consejo Fiscal y el Banco Central de Reserva coinciden en que en este año 2020, experimentaremos la mayor caída del PBI de nuestros últimos 100 años; y recuperar el nivel de producción de bienes y servicios, en términos previos a la pandemia nos tomará, no menos de 3 años. Esta información en términos sencillos significa una crisis de desempleo sin precedentes.

Ante ello, deberíamos cuestionarnos acerca del curso de acción que podríamos adoptar para promover y agilizar las inversiones públicas y privadas; pero, sin variar, es decir, manteniendo las mismas regulaciones y estándares laborales, ambientales y tributarias.

La respuesta está en la agilidad administrativa, entendida por la adopción de una absoluta predictibilidad en los plazos de pronunciamiento u observación.

Esta predictibilidad administrativa férrea se conseguiría con la aplicación de la norma del silencio administrativo positivo; que a la fecha solo se aplica por excepción. La Autoridad tendría un plazo perentorio para pronunciarse y la entidad que promueve la inversión podría cautelar al Estado a través de una caución, lo cual le permitiría a la Autoridad, de manera ex-post; revisar y perfeccionar, pero no detener una inversión.

Este concepto que podría parecer innovador, no es tal; a la fecha la emplean las personas naturales y las empresas privadas para el pago anual del Impuesto a la Renta; pues mediante una Declaración Jurada proceden al pago respectivo y luego la Autoridad, en este caso particular la SUNAT, tiene hasta 4 años para fiscalizar, observar y eventualmente sancionar al contribuyente; si a su criterio, el cálculo del impuesto erró por defecto.

Lo cierto es que ante esta crisis sanitaria, social y económica excepcional y sin precedentes; tenemos que plantear soluciones audaces para atender de manera sostenible (léase sin subsidios), a nuestra población más vulnerable, lo cual supone generar empleo a través de inversiones públicas y privadas. Aún estamos a tiempo. Lampadia




Perspectivas de la economía

Perspectivas de la economía

Después de haber suspendido sus pronósticos en mayo pasado, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) acaba de presentar el Marco Macroeconómico Multianual 2020-2024, dando luces sobre el impacto de la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia del covid19.

Dadas las circunstancias, la visión del MEF es bastante positiva. Se afirma que las fortalezas de nuestra economía nos han permitido tener los recursos suficientes para contrarrestar la crisis y nos deben servir para recuperar la economía. Veamos algunos indicadores:

Según el MEF, el PBI del año no pasaría de una caída de 12%, menor a la prevista por otras fuentes de análisis que están más cerca de 15%. Y el 2021 tendríamos un crecimiento de 10%. Estos resultados serían bastante auspiciosos. Lo importante es ver si se pueden dar las condiciones necesarias para lograrlos, como activar un suficiente nivel de inversión privada.

El sector primario, ligado al sector externo, tendría una caída de 5.6%, mientras el sector no primario, el sector interno, caería 13.7%. Efectivamente, el sector externo ha mostrado signos de recuperación importantes, sobre todo en lo vinculado a los precios de nuestros minerales, cobre cerca de US$ 3 por libra y oro bordeando los US$ 2,000 por onza, más un precio de petróleo relativamente bajo.

Como puede verse en la lámina anterior, el Perú entró a la crisis con grandes fortalezas, como baja deuda pública, posición fiscal controlada, altas reservas internacionales y muy baja inflación. Todas ellas son producto del desarrollo del país con su modelo de economía de mercado establecido en la Constitución de 1993, que además de las fortalezas macroeconómicas, propició la caída de la pobreza de 60 a 20%, la disminución de la desigualdad, el crecimiento de la clase media, la caída de la mortalidad infantil de 75 a 18 por mil y el aumento de los ingresos de los peruanos.

Pero no es fácil que se den todas las condiciones que hagan posible la recuperación prevista por el MEF. La situación sanitaria está muy lejos de haberse superado, hay la posibilidad de un menor consumo de los ciudadanos y los riesgos políticos vinculados a las elecciones generales del 2021.

Pero llama la atención que el MEF no identifique el riesgo de que no logremos invertir lo suficiente. A nuestro entender, este es el mayor riesgo económico dada la incapacidad del Estado para promover la inversión privada, sobre todo en infraestructuras y en minería, que tienen el potencial de generar importantes impactos positivos.

Además, es imperioso incidir en la necesidad de flexibilizar la contratación de trabajadores para recuperar rápidamente el empleo.

Por lo tanto, tenemos que terminar nuestro comentario invocando al gobierno a tomarse muy en serio la necesidad de promover la inversión privada. Lampadia

Ver informe completo del MEF: https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/4c005-ppt-mmm-2021-2024-250820-3-pm.pdf