1

Las dos únicas destrezas que necesitarás para el resto de tu vida según Yuval Noah Harari

Las dos únicas destrezas que necesitarás para el resto de tu vida según Yuval Noah Harari

El historiador y filósofo autor de “Sapiens: De animales a dioses” advirtió que la revolución tecnológica no será un evento, sino una serie constante, y dos habilidades principales marcarán la diferencia entre sobrevivir y sucumbir a las perturbaciones sucesivas en el trabajo, las relaciones y la política

Infobae
27 de Setiembre de 2020

“La gente imagina la revolución de la inteligencia artificial y la automatización como un evento único,
pero vamos a enfrentar una cadena de revoluciones”, advirtió Yuval Noah Harari

La revolución tecnológica es el tema indiscutible del siglo XXI: aun en un mundo polarizado como el contemporáneo, al menos sobre eso existe un acuerdo. Sin embargo, y paradójicamente, es quizá el tema que peor se comprende, observó Yuval Noah Harari.

Tanto para los optimistas como para los pesimistas, la revolución tecnológica parecería ser un acontecimiento que ponga al mundo de cabeza, tan concreto como la Revolución Francesa. Hasta podría tener una fecha. “Pero ese escenario es altamente improbable”, objetó el historiador y filósofo israelí.

“La revolución de la inteligencia artificial y la automatización no será un evento único, sino una cadena de revoluciones cada vez mayores. Así que la verdadera gran pregunta —argumentó— es psicológica: como seres humanos, ¿tenemos la estabilidad mental y la inteligencia emocional para reinventarnos repetidamente?

Si se piensa en la rigurosa educación formal del siglo XX, con sus distintos niveles académicos de gran costo y exigencia, estas dos destrezas, que ni siquiera se enseñan, parecen poca cosa. Sin embargo, insistió Harari, en diálogo con Tom Bilyeu, marcarán la diferencia entre los que se adaptan y los que sucumben al escenario de variabilidad constante que presenta el siglo XXI.

Tanto para los que juegan en el equipo de Los Supersónicos —quienes siempre soñaron con un porvenir radiante de máquinas— como para los que advirtieron sobre un destino más similar a 1984 y otras distopías futuristas, la fantasía de la Gran Revolución presenta una crisis, un período de reajuste y una nueva armonía. “Todos los conductores de camiones, los taxistas, los médicos, lo que sea, se quedan sin trabajo en 2025”, puso como ejemplo Harari; pasamos unos años difíciles, hasta que nos acostumbramos y finalmente llegamos a un mundo feliz de inteligencia artificial, con un nuevo equilibrio”.

Final. Dichoso o amargo, pero final.

Difícilmente suceda de ese modo, argumentó el autor de Sapiens: De animales a dioses, de Homo Deus: Breve historia del mañana y de 21 lecciones para el siglo XXI, tres volúmenes sobre la evolución de la humanidad “que se leen como una trilogía”, elogió Bilyeu, orador motivacional y cofundador y CEO de Impact Theory University. Porque “no estamos siquiera cerca del potencial máximo de la inteligencia artificial”.

“La velocidad a la que se desarrolla solo se va a acelerar, probablemente. Así que lo que realmente vamos a enfrentar es una sucesión de revoluciones en el mercado laboral, en las relaciones, en la política y en otros ámbitos de la vida”. Una serie: “Tendremos una gran perturbación en 2025, sí. Y tendremos una mayor en 2035, y tendremos una aun mayor en 2045. Y así”.

Harari —uno de los pensadores más originales, a la vez que accesibles, del presente: sus libros superaron los 27,5 millones de ejemplares en 60 idiomas— cree que los individuos y los Gobiernos ignoran cuestiones cruciales como esta y ha asumido, como su misión, “traer más claridad a la conversación pública sobre lo que sucede en el mundo”, explicó a Bilyeu para un episodio de Impact Theory que ya vieron 1,5 millones de personas.

“Creo que demasiado de nuestra conversación pública se aboca a los temas equivocados o es en extremo confusa y opaca“, siguió. “Nos inunda una cantidad enorme de información y no sabemos cómo entenderla. Para mí es importante orientar la atención de la gente hacia las preguntas principales. Trato de brindar algunas respuestas, también, pero no me importa mucho si no concuerdan conmigo en lo que respecta a las soluciones. Lo que importa es que estemos de acuerdo en las preguntas”.

El historiador y filósofo israelí tiene la singularidad de ser uno de los pensadores más originales
y respetados del presente y a la vez uno de los más accesibles y populares

Entre ellas se destacan las macrohistóricas, porque este profesor de la Universidad de Jerusalén es, por su formación original, un historiador: la relación que hay entre el desarrollo de la humanidad y la biología del hombre; la diferencia entre el Homo sapiens y otros animales; el vínculo entre la tecnología, la cultura y la naturaleza; la deriva de la historia y la realización del individuo; los desafíos de la sociedad contemporánea, sobre todo la guerra nuclear, el cambio climático y las perturbaciones sociales que causan los saltos tecnológicos.

En esta conversación de 40 minutos destacó cinco asuntos que son, en su opinión, las claves del porvenir inmediato de la humanidad.

1) Nadie sabe cómo será el trabajo en 2040

Cuando Bilyeu le preguntó por el futuro del mercado laboral en esas circunstancias, Harari ironizó que si alguien se las da de gurú y asegura que será de tal manera y hay que prepararse haciendo determinada cosa, conviene aplicar un poco de sano escepticismo. “Lo primero que tenemos que comprender es que nadie sabe realmente cómo va a ser el mercado laboral en 2040”, dijo.

“Tú eras un conductor de camiones y ya no eres necesario —siguió—, pero se creó una nueva demanda de instructores de yoga”. Y así el camionero de 40 años se reinventa, aplica los saberes que le puedan servir de su experiencia antigua y adquiere nuevos conocimientos. “Es muy difícil, pero de algún modo lo logras”, agregó. “Entonces, 10 años más tarde, ya no hacen falta instructores de yoga”.

En efecto, en la “cadena de revoluciones cada vez mayores” que se avecinan, es muy difícil no pensar que surgirá una aplicación perfecta, conectada al cuerpo mediante sensores biométricos que controlan la actividad completa del organismo en la secuencia de poses de una práctica de yoga. “Ningún instructor humano de yoga puede competir con eso. Te quedas sin trabajo”, imaginó el escenario más probable.

Te tienes que reinventar otra vez, como diseñador de juegos virtuales. Y de algún modo lo logras. Pero 10 años más tarde… también esto se ha automatizado. Te tienes que volver a reinventar”.

2) La casa de bloques de piedra vs. la carpa

Bilyeu quiso saber, dado que es imposible estimar qué demandará el mercado de trabajo en apenas 20 años, qué puede hacer una persona para prepararse. Pero Harari reorientó su inquietud: ya no existe, como a comienzos del siglo XX, una opción segura de profesión. Se sabrá sobre la marcha, aventuró; mientras tanto, la mejor inversión no es en —por ejemplo— una carrera determinada, sino “en inteligencia emocional y en equilibrio mental, y en esta clase de habilidades sobre cómo continuar cambiando, como seguir aprendiendo”.

“No estamos siquiera cerca del potencial máximo de la inteligencia artificial”, dijo Harari. “Lo que realmente vamos a
enfrentar es una sucesión de revoluciones en el mercado laboral, en las relaciones, en la política” (Nicolás Stulberg)

¿Y eso cómo se adquiere? En principio, no se estudia: “No tenemos una universidad de flexibilidad mental”. Son herramientas para cultivar curse uno derecho o ballet: “Hay que tener presente que mucho de lo que hoy aprendemos podría dejar de ser relevante en 20 o 30 años, así que, sea lo que sea aquello que uno haga, también tendría que invertir en el desarrollo de la inteligencia emocional, el equilibrio mental y la capacidad de mantenerse cambiando y aprendiendo y reinventándose a lo largo de la vida”.

Ofreció una imagen como comparación: “Si en el pasado la educación se parecía a construir una casa de materiales sólidos, como la piedra, y con cimientos profundos, ahora se parece más a construir una carpa que se pueda doblar y llevar a otro lugar con rapidez y sencillez”.

3) El ser humano ya es un sistema hackeable

Harari destacó que otra gran consecuencia de la aceleración tecnológica es que el ser humano se ha convertido en “un animal hackeable”. Es algo que ningún sistema totalitario del siglo XX logró: “Aun si el KGB o la Gestapo te seguían 24 horas por día, escuchando cada conversación que tenías, observando a cada persona con la que te encontrabas, no tenían el conocimiento biológico suficiente para comprender qué sucedía dentro de ti. Y por cierto no tenían el poder de computación necesario para entender siquiera los datos que sí lograban obtener”.

 

Hoy, en cambio, existe la tecnología que permite descifrar a los humanos como sistema, “saber qué pensamos para anticipar nuestras elecciones, para manipular nuestros deseos humanos de maneras que nunca antes fueron posibles”, sintetizó.

¿Qué hace falta para hackear a un ser humano? Solamente dos cosas, aunque son dos cosas complejas: “Un montón de datos, en particular datos biométricos, no solo sobre dónde vamos y qué compramos, sino qué sucede dentro de nuestros cuerpos y dentro de nuestras mentes, y mucho poder de computación para comprender todos esos datos”, enumeró.

“Esto nunca antes fue posible en la historia”, subrayó. Pero aquello que el KGB o la Gestapo no lograron, que fue entender de verdad a una persona, al punto de predecir sus elecciones y manipular sus deseos, hoy es posible. “Lo que el KGB no pudo hacer, hoy las corporaciones y los Gobiernos comienzan a poder hacerlo”, argumentó.

“Lo primero que tenemos que comprender es que nadie sabe realmente cómo va a ser el mercado laboral en 2040”,
dijo Harari, por lo cual la flexibilidad es una característica clave a cultivar

“Esto se debe a la fusión entre la revolución en biotecnología (por la que cada vez somos mejores a la hora de entender lo que sucede dentro de nosotros, en el cuerpo y en el cerebro) y la revolución simultánea en tecnología informática (que nos da el poder de computación necesario). Cuando sumamos las dos cosas, logramos la capacidad de crear algoritmos que me entienden mejor de lo que yo me comprendo a mí mismo. Estos algoritmos no solo pueden predecir mis elecciones: también pueden manipular mis deseos y, básicamente, venderme cualquier cosa, ya sea un producto o un político”.

4) Conócete a ti mismo (porque el algoritmo ya te conoce bien)

A diferencia de la mente humana, que “es una máquina que produce relatos constantemente” —y sobre todo un relato muy importante, que es la identidad—, la tecnología recoge datos del sistema humano. Eso hace que, más temprano que tarde, los algoritmos puedan conocer a una persona mucho más de lo que ella se conoce a sí misma, algo que tampoco había sucedido nunca antes en la historia, subrayó.

El yo es un relato, no es algo real”, resumió. “Si tomamos el perfil que la gente crea sobre sí misma en Facebook o Instagram, debería ser obvio: no refleja su existencia real. Por ejemplo, el porcentaje de tiempo que uno aparece sonriendo en la cuenta de Instagram es mucho mayor al porcentaje de tiempo que uno sonríe en la vida real”.

En esa forma de “tercerización del cerebro”, como describió a la mejora en la capacidad de construir relatos que ofrecen las plataformas sociales, se produce una separación significativa: allí donde los algoritmos solo ven datos, el ser humano “tiende a cometer un error fundamental”, calificó, que es pensar que él realmente es ese relato que ha construido.

Aquello que el KGB o la Gestapo no lograron, que es hackear a una persona, hoy es posible.
“Hoy las corporaciones y los Gobiernos comienzan a poder hacerlo”, argumentó Harari

“Una de las cosas más importantes de mi vida, y creo que más importantes de mi carrera científica, fue comprender de lo poco que sé sobre mí mismo”, puso como ejemplo. “Yo tenía 21 años cuando finalmente comprendí que era gay, y cuando lo pienso me resulta completamente asombroso, porque tendría que haber sido algo obvio a los 16 años, a los 15 años, y un algoritmo lo habría advertido rápidamente”. Y hoy se podría crear un algoritmo como ese, que —por ejemplo— siga el movimiento ocular cuando una persona ve a otras, y sistematice dónde va su mirada, en quién se concentra. “Debería ser muy sencillo. Un algoritmo así podría haber dicho, cuando yo tenía 15 años, que yo era gay”, agregó.

Las implicaciones de eso son extraordinarias. Y no son solamente positivas, ni remotamente de dirección única. “Realmente depende de dónde vive uno y qué se hace con esa información. En algunos países, uno puede meterse en problemas con la policía y con el Gobierno”, señaló por caso. Y en otros, quizá una persona no sabe que es gay pero las corporaciones sí, “y lo quieren entender porque necesitan saber qué clase de publicidades mostrarle”.

Ante esos costados negativos, ante las consecuencias múltiples de la pérdida de privacidad —y hasta de intimidad de pensamientos y emociones de profundidad extrema—, ¿por qué querría la gente continuar con este progreso tecnológico?

5) Nuevos enemigos: la salud y la privacidad

La respuesta es simple, arrojó Harari como un golpe de realidad: “Porque tiene un lado bueno, mejorar el cuidado de la salud”. Que es lo más parecido que puede haber a la inmortalidad: comprar años de vida y de calidad de vida.

“Hoy es posible crear algoritmos que me entienden mejor de lo que yo me comprendo a mí mismo”,
alertó Harari. “Pueden predecir mis elecciones y manipular mis deseos” (Nicolás Stulberg)

“Es tremendamente tentador —desarrolló— porque la tecnología nos puede brindar el mejor cuidado de la salud de la historia, algo que va realmente mucho más allá de cualquier cosa que hayamos visto hasta ahora. Esto puede significar que quizá en 30 años la persona más pobre del planeta puede obtener mejor atención médica en su teléfono celular que la persona más rica de hoy obtiene en los mejores hospitales y con los mejores médicos”.

Dio el ejemplo de la detección temprana del cáncer.

“El proceso usual sucede por medio de la mente, no se lo pueda tercerizar. En la mayoría de los casos hay un momento crucial, cuando uno siente que algo en su cuerpo está mal, y va aun médico y a otro, y hace un estudio y otro hasta que finalmente se descubre que tiene cáncer. Como se basa en nuestros propios sentimientos —en este caso, de dolor— con mucha frecuencia cuando comenzamos a percibirlo es tarde, el cáncer se ha expandido. Y acaso no es demasiado tarde, pero tratarlo va a ser costoso y doloroso y complejo”.

“En 30 años la persona más pobre del planeta puede obtener mejor atención médica en su teléfono celular
que la persona más rica de hoy obtiene en los mejores hospitales y con los mejores médicos”, ilustró Harari

¿Qué pasaría si se pudiera tercerizar esa percepción, emplear un algoritmo que controle la salud 24/7 mediante sensores biométricos? “Podría descubrir este cáncer cuando es apenas un puñado de células que comienzan a dividirse y proliferar”, postuló Harari. “Y es mucho más fácil, y barato e indoloro, ocuparse en esa instancia que de dos años más tarde, cuando ya es un gran problema. Creo que todo el mundo aceptaría esto”.

Y en eso, cree, radica la gran tentación, aunque tenga un reverso oscuro. “Una de las grandes batallas del siglo XXI se va a librar entre la privacidad y la salud”, aseguró. “Y creo que la salud va a ganar. La mayoría de la gente va a estar dispuesta a renunciar a una importante cantidad de privacidad a cambio de un mejor cuidado de la salud”.

Y allí, arriesgó, es donde el sapiens vuelve a intervenir con las herramientas de la historia, que lo distinguen: “Necesitamos tratar de disfrutar de ambas cosas, de crear un sistema que nos dé gran cuidado de la salud pero sin poner en peligro nuestra privacidad”. Y Harari concluye, como es característico de su pensamiento, con un interrogante: “Que podamos, o no, lograr ese equilibrio, es una pregunta política enorme”. Lampadia




La estrategia digital de la UE

La estrategia digital de la UE

Líneas abajo compartimos un reciente artículo publicado por The Economist en el que se brindan algunos alcances sobre lo que sería la política regulatoria europea en el sector tecnológico, a propósito de la presentación del primer borrador de “estrategia digital” de la Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, en un evento que tuvo lugar en Bruselas el pasado 19 de febrero.

En resumen, las intenciones de la UE es extrapolar lo que fue en su momento en el ámbito comercial su mercado único aduanero al terreno digital, creando una suerte “mercado único de datos europeo”. Con ello, buscaría levantar todas las regulaciones impuestas en torno al compartimiento de datos entre las empresas europeas, potenciando así el uso de la inteligencia artificial que usa como principal input esta información. Este documento junto al Reglamento general de Protección de Datos (GDPR), configuraría el tratamiento general que se darían a los libres flujos de datos en el bloque europeo, salvaguardando como es de esperarse, los derechos de privacidad de los usuarios.

En una anterior oportunidad ya habíamos comentado sobre esta innovadora doctrina (ver Lampadia: ¿Una solución de mercado a la alta concentración en la industria tecnológica?) y consideramos positivas estas iniciativas en tanto permitían al consumidor acceder a toda la información con respecto al servicio o producto brindado, a la vez que brindaba igualdad de condiciones entre empresas competidoras, ambas condiciones necesarias para generar un sistema de libre mercado.

Sin embargo, como también enfatiza el popular medio británico, debe estarse alerta frente al segundo borrador que presentará la UE en el resto del año, relacionado a las políticas de competencia de los servicios digitales. El riesgo de imponer reglas excesivas en torno a la posición de dominio de las empresas tecnológicas estadounidenses frente a las europeas, puede transformar este enfoque hacia el proteccionismo, inclinando la balanza mundial hacia un escenario negativo en este tipo de regulaciones.

Imponer excesivas regulaciones al sector tecnológico resulta ser un contrasentido, al ser este de naturaleza disruptiva e innovadora. Peor aún puede trabar el ingreso de empresas tecnológicas no europeas al bloque único, perjudicando a los mismos consumidores con más altos precios y menor calidad.

Esperemos que este segundo borrador sopese estas reflexiones y ahonde en proveer mayor competencia a los más de 500 millones de usuarios digitales europeos, un mercado cuya demanda sigue presta a explorarse. Lampadia

La UE quiere establecer las reglas para el mundo de la tecnología

Sobre protección de datos, inteligencia artificial, competencia y más

The Economist
20 de febrero, 2020
Traducido y comentado por Lampadia

Puede que a Mark Ζuckerberg no le haya gustado todo lo que escuchó, pero el jefe de Facebook acertó en el momento adecuado para una visita reciente a Bruselas. Fue uno de los primeros extraños en enterarse de los ambiciosos planes de la Unión Europea para mantener la industria de la tecnología bajo control, resumidos en una serie de documentos que se hicieron públicos unos días después, el 19 de febrero. Su visita es una admisión de que la parálisis política en Washington, DC, le ha dado a la UE la oportunidad de convertirse en la fuente más importante de regulación tecnológica del mundo.

Europa es pequeña y gigante en el mundo tecnológico. El continente tiene una gran cantidad de tecnología de punta, pero casi ninguna plataforma digital significativa. Representa menos del 4% de la capitalización de mercado de las 70 plataformas más grandes del mundo (EEUU cuenta con el 73% y China el 18%). Al mismo tiempo, la UE es un mercado enorme, con una población de más de 500 millones, que ningún titán tecnológico puede ignorar. Aporta aproximadamente una cuarta parte de los ingresos de Facebook y Google.

Esta combinación ha dado lugar a lo que Anu Bradford de la Facultad de Derecho de Columbia llama, en un nuevo libro del mismo nombre, el “Efecto Bruselas”. Los servicios digitales son, en sus palabras, a menudo “indivisibles”. Sería demasiado costoso para las grandes empresas tecnológicas ofrecer servicios sustancialmente diferentes fuera de la UE. Como resultado, la mayoría ha adoptado el Reglamento general de Protección de Datos (GDPR), la estricta ley de privacidad de Europa, como estándar global. Los gobiernos también han tomado más de una página del libro de protección de datos de la UE. Alrededor de 120 países han aprobado leyes de privacidad, la mayoría de las cuales se parecen al GDPR y sus predecesores.

La Comisión Europea quiere repetir el truco en otras áreas. El documento principal presentado esta semana, un libro blanco sobre inteligencia artificial, es una bolsa de medidas para fomentar el uso de la IA en Europa y limitar sus peligros percibidos. La comisión también lanzó una “estrategia” para promover el uso de datos, el aporte más importante para las aplicaciones de la IA. La idea es crear un “espacio único de datos europeo” en el que la información digital fluya de forma libre y segura. Para que eso suceda, la comisión desea, entre otras cosas, eliminar las barreras legales que impiden que las empresas compartan datos, así como la inversión en servicios en la nube que facilitan el intercambio.

Ambos documentos son parte de la “estrategia digital” general de la UE, que también se presentó. Más adelante este año, la comisión presentará un borrador de una “Ley de Servicios Digitales”. Las empresas tecnológicas dominantes deben esperar reglas más estrictas no solo sobre cómo vigilan el contenido que generan los usuarios, sino hasta qué punto pueden discriminar a los rivales que usan sus servicios. Todo esto se completa con una revisión de la política de competencia. Los detalles son escasos, pero la legislación propuesta en Alemania indica la dirección del viaje: los datos serán mucho más importantes para determinar si una empresa es dominante y si ha abusado de su poder de mercado.

Hay indicios de que el ‘Efecto Bruselas’ volverá a hacer magia. Facebook no es el único gigante tecnológico que acepta a Europa como la principal fuente mundial de regulación tecnológica en el futuro. Sundar Pichai, el jefe de Alphabet, padre de Google, recientemente visitó la capital belga. Pidió una “regulación sensata” de IA. Brad Smith, presidente de Microsoft, es un invitado habitual. Los titanes tecnológicos de EEUU también utilizan cada vez más la UE para influir en el debate en casa. Ahorra algo de presión allí, si pueden ayudar a dar forma a las regulaciones ampliamente adoptadas que emanan de Europa.

Pero el ‘Efecto Bruselas’ puede ser menos efectivo que en el pasado. El terreno sobre el que se llevó a cabo el debate sobre la legislación de privacidad se estableció hace mucho tiempo antes del GDPR, pero la regulación en IA es incipiente. Los expertos aún discuten sobre cuestiones tan básicas como qué es realmente la IA. Y la UE, donde los políticos tienden a favorecer una regulación más estricta, puede exagerar. Esto podría empujar a los gigantes tecnológicos a diferenciar sus ofertas regionales después de todo (y obstaculizar las nuevas empresas de Europa). Peor aún, la estrategia de datos podría convertirse fácilmente en proteccionista.

Si los planes digitales de la UE se convirtieran en una política restrictiva impulsada por el proteccionismo, eso limitaría la capacidad de Europa de establecer reglas globales que podrían ayudar a dar a sus empresas una ventaja muy necesaria. También haría mucho más difícil para la UE establecer lo que el mundo digital necesitará urgentemente, en caso de que la regulación de la tecnología permanezca estancada en EEUU incluso después de las elecciones presidenciales. Está en riesgo el papel de Europa como una tercera “tecnoesfera”, una que no está controlada por un puñado de titanes tecnológicos, como lo es en EEUU o el estado chino. Lampadia




Visiones de la humanidad en 100 años

Visiones de la humanidad en 100 años

Yuval Noah Harari nunca deja de sorprendernos con sus visiones acerca del futuro de la humanidad (ver Lampadia: Lecciones con miras al 2050). En una reciente entrevista realizada por la revista española XLSemanal – que compartimos líneas abajo – destaca cómo el avance de la denominada “biometría del comportamiento” le otorgará un rol preponderante a ciertas tecnologías provistas por la Cuarta Revolución Industrial (4IR); en particular, el big data y la inteligencia artificial, de manera conjunta, podrían terminar tomando decisiones por nosotros en nuestro día a día. Inclusive deslinda la posibilidad de que podamos ser reemplazados por una nueva especie mixta entre máquinas y seres humanos en la siguiente centuria, así como otrora fuimos reemplazados por el homo sapiens o antecesores a esta fase evolutiva.

Independientemente de si pudiéramos estar o no de acuerdo con sus proyecciones – que podrían considerarse hasta cierto punto apocalípticas – estas deben llevarnos a la reflexión sobre cómo esta nueva era tecnológica ya se encuentra cambiando el mundo tal y como lo conocemos.

Si el Perú no nivela pronto el nivel de vida de nuestros pobres al resto de la humanidad, se les estaría condenando a quedar atrapados en los arrabales de la globalización. Esto debe fomentar un cambio de política en los gobernantes de nuestro país, el cual sigue lejos de estar a la altura de esta nueva era por sus falencias en ámbitos que no solo incluyen los tecnológicos y de innovación, sino también de capital humano e infraestructura.Lampadia

Yuval Noah Harari: “Es muy probable que en cien años seamos sustituidos por otras entidades”

Carlos Manuel Sánchez 
XLSemanal
Glosado por Lampadia

Es el pensador de moda. Sus libros ‘Sapiens’ y ‘Homo deus’ se han convertido en superventas mundiales por su talento para condensar la historia de la Humanidad y adentrarnos en el mundo del mañana. Hablamos con Yuval Harari de nuestro futuro… y del de los que vengan después.

Se ha convertido en un oráculo aclamado por Bill Gates. El historiador israelí Yuval Noah Harari (Haifa, 1976) es un experto en la Edad Media que escribe sobre el futuro.

Se doctoró en Oxford y es catedrático por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Sus dos ensayos (publicados en España por Debate) se han convertido en superventas mundiales. Primero, Sapiens, de animales a dioses, y Homo deus, breve historia del mañana.

Yuval Noah Harari. Sí, ya hay toda una serie de máquinas que está recopilando constantemente datos sobre sus usuarios. Y el Kindle es una más. Amazon ya sabe qué libros ha comprado usted antes. Y ahora también monitoriza qué partes lee usted despacio, cuáles se salta, cuáles anota… El siguiente paso será dotarlo de un software de reconocimiento facial y sensores biométricos para saber cómo influye cada frase en su ritmo cardiaco y su presión sanguínea. Sabrá qué le hizo reír, qué le puso triste; conocerá exactamente cuáles son sus gustos y los comparará con los de millones de usuarios…

XL. Y qué implica que estas máquinas sepan tanto de mí?

Y.N.H. De momento, le recomendará otros libros.

XL. Parece lógico. Si acierta y me gustan, es bueno para el negocio y bueno para mí.

Y.N.H. Es que ahí no queda la cosa. Poco a poco le daremos al algoritmo la autoridad para tomar las decisiones más importantes de nuestras vidas.

XL. Primero, dígame qué es un algoritmo.

Y.N.H. Es un conjunto de reglas para resolver problemas. Introduces información, el algoritmo sigue unos pasos y da unas respuestas.

XL. Ya, como el de Google. Metes palabras en el buscador y te salen resultados.

Y.N.H. Sí. Pero todos somos algoritmos. Las máquinas y los seres vivos. Los humanos somos algoritmos orgánicos. Con la información que tenemos, actuamos. Los sentimientos y las emociones son mecanismos bioquímicos que los animales usan para tomar decisiones. Es un cálculo veloz de probabilidades que nos ayuda a sobrevivir. Cuando vemos un tigre, aparece el miedo porque un algoritmo bioquímico calcula que la probabilidad de morir es grande. La química sexual aparece cuando tenemos posibilidades de aparearnos con alguien. Son algoritmos que se han ido perfeccionando a lo largo de cientos de miles de años. Si el algoritmo se equivocaba, morías. Y tus genes no pasaban a la siguiente generación.

XL. Pero el algoritmo de una máquina también se puede equivocar.

Y.N.H. Sí, pero no hace falta que sea perfecto. Solo tiene que ser mejor que nosotros. Piense en Google Maps, ya no hace falta que usted tenga un conocimiento de la ciudad. Basta con que siga las instrucciones. La autoridad va de la humanidad al algoritmo. Y esto mismo está pasando en muchas facetas de la vida. En la salud, por ejemplo. Si una pulsera tipo Fitbit te monitoriza las 24 horas, acabará detectando si estás enfermo o no antes que tu médico.

XL. Nos enamorábamos. Le hacíamos caso al corazón…

Y.N.H. Exacto. Pero en una sociedad basada en el big data le preguntaremos a Google. Y Google, que nos conoce mejor que nosotros mismos, nos aconsejará. Y no hace falta que acierte siempre. Basta con que sea mejor que nosotros. Además, la mayoría de la gente no se conoce a sí misma muy bien. Y mete la pata en algunas de las decisiones más importantes de sus vidas. Piensan, por ejemplo, que son buenos escritores. Y no lo son. Pero Google o Amazon te siguen a todas partes, saben cuáles son tus talentos. Saben si quieres ser rico o ser feliz.

XL. Y esta tendencia se generalizará?

Y.N.H. Sí. Y poco a poco perderás la capacidad de tomar decisiones por ti mismo. Porque para tomar decisiones necesitas un entrenamiento. Necesitas cometer errores. Si confías solo en Google Maps, nunca desarrollarás tu propio sentido de la orientación o tu instinto. Confías en los que tienen todos los datos y el poder computacional para procesarlos.

XL. Viniendo a nuestra cita, he pasado por el puente de Westminster. Todavía hay flores y velas que recuerdan a las víctimas… Eso también da miedo.

Y.N.H. En Europa, la probabilidad de que alguien muera en un atentado es menor que la de que le parta un rayo. Desde el año 2000 han muerto menos de cien personas en atentados en el Reino Unido. La obesidad ha matado a medio millón en ese tiempo. Hay un desfase entre la realidad y nuestra percepción de la realidad.

XL. Pero el Estado Islámico es una amenaza real.

Y.N.H. Sí, pero ni el Estado Islámico ni nadie ofrecen una alternativa seria al sistema liberal, porque no tienen respuestas para las grandes preguntas de nuestra era.

XL. Y cuáles son esas preguntas?

Y.N.H. ¿Qué va a pasar con el mercado de trabajo cuando la inteligencia artificial supere a los humanos en la mayoría de las tareas? ¿Qué vamos a hacer con esa nueva clase formada por cientos de millones de personas sin empleo que van a ser económicamente irrelevantes?

XL. Y qué va a pasar?

Y.N.H. ¡No lo sé! Antes había luchas ideológicas. Si perdías la fe en el capitalismo, te volvías comunista. Este momento es único en la historia porque no hay alternativa. Ni el fundamentalismo ni los nacionalismos son alternativas. La gente mira al pasado porque ha perdido las referencias, porque está perdida. Pero es un espejismo.

XL. La tecnología traerá nuevos empleos…

Y.N.H. Sí, pero serán suficientes para reemplazar los que se pierdan? No necesitaremos conductores ni traductores… Dígale usted a una cajera de supermercado o a un agente de seguros que se hagan ingenieros de realidad virtual. Habrá trabajos en empleos creativos, pero incluso esas tareas las terminarán haciendo mejor los robots. Escribirán música mejor que nosotros.

XL. Pues vaya panorama…

Y.N.H. Antes, la vida se dividía en dos periodos. el del aprendizaje y el de la madurez, cuando te ponías a trabajar. Pero hoy lo que aprenden los niños en el colegio no valdrá para nada cuando tengan 40 años. A las máquinas no les cuesta tanto trabajo como a nosotros reinventarse. ¿Qué nos queda a los humanos? ¿Las drogas y los videojuegos?

XL. No sé, dígamelo usted.

Y.N.H. Nadie tiene ni idea de cómo será la vida dentro de 50 años. Y los políticos menos que nadie. Mire el Reino Unido, se va a pasar una década dándole vueltas al brexit, distraído de los problemas de verdad. O mire a Donald Trump, culpando a los chinos y a los mexicanos de que los norteamericanos se quedan sin trabajo, cuando lo que les va a quitar el trabajo es la inteligencia artificial.

XL. ¿Y qué me dice de los gurús de Silicon Valley? ¿Tampoco tienen respuestas?

Y.N.H. Por lo menos ellos tienen una visión. Miran hacia delante, no hacia atrás. No digo que Elon Musk o Mark Zuckerberg estén haciendo lo correcto. O que sean conscientes de las consecuencias de sus decisiones. La verdad es que tengo una relación complicada con la gente de Silicon Valley. Soy muy crítico con ellos y veo los peligros, pero por otra parte son los únicos que se toman en serio los grandes desafíos del siglo. Si comparas a Elon Musk con Putin o Trump, no hay color. Las decisiones más importantes ya no se toman en Bruselas, el Kremlin o la Casa Blanca; las toman ingenieros de software, científicos, empresarios…

XL. También practica la meditación…

Y.N.H. Sí, dos horas al día hago meditación Vipassana. Para limpiar la mente. Igual que te duchas para limpiar tu cuerpo. La hago porque busco la verdad. la verdad sobre la vida, sobre lo que pasa, sobre por qué hay tanto sufrimiento en el mundo. Cuando intentamos responder estas preguntas, con frecuencia nos contamos historias.

XL. ¿Y qué es lo que ve ahora?

Y.N.H. Desilusión. Millones de personas están perdiendo la fe en el sistema. Estamos en un momento de crisis, de pérdida de fe en el sistema liberal. La paradoja es que la situación es mejor que en cualquier otro periodo de la historia. Hay menos hambre, menos enfermedades, menos guerras que en cualquier época anterior.

XL. ¿La democracia es uno de los pilares del sistema, también está en crisis?

Y.N.H. En 50 o 100 años, todos los sistemas políticos que hemos conocido serán irrelevantes. Democracia, comunismo, dictaduras… Si tenemos estos sensores biométricos en nuestro cuerpo y un algoritmo que te monitoriza todo el día y sabe cómo te sientes y lo que quieres y lo que necesitas, ya no se votará. La simple idea de celebrar unas elecciones nos sonará ridícula. Votar cada cuatro años, y quizá ese día te duele el estómago y cambias tu voto. Es tan primitivo. Pero también nos parecerá una locura la idea de tener un dictador.

XL. Predice que los muy ricos se fundirán con las máquinas y superarán al Homo sapiens, como una especie de semidioses.

Y.N.H. Es un escenario posible.

XL. ¿Somos los últimos Homo sapiens sobre la faz de la Tierra?

Y.N.H. No los últimos, pero sí una de las últimas generaciones. Es muy probable que en 100 años hayamos sido sustituidos por otra clase de entidades. Y en dos o tres siglos es muy muy difícil que sigamos dominando el planeta.

XL. ¿Como lo que pasó con los neandertales?

Y.N.H. Sí, pero no creo que vayamos a ser exterminados. Habrá una versión mejorada. Cíborgs. Pero no desapareceremos del todo. Todavía queda un cuatro por ciento de neandertal en nuestro ADN, quizá quede un cuatro por ciento de Homo sapiens en esa nueva especie.

XL. ¿Y qué opina del Homo sapiens?

Y.N.H. Algunos de mis amigos son Homo sapiens [ríe]. Somos una especie problemática. Insatisfecha. Trabajamos duro para conseguir algo y entonces queremos otra cosa. Siento compasión. Y causamos mucha destrucción y sufrimiento. No somos malos, pero nos sentimos miserables. Y nunca nos guardamos la miseria para nosotros, la proyectamos a los demás. Lampadia




La economía de la inteligencia artificial (IA)

La economía de la inteligencia artificial (IA)

Hemos dedicado numerosos artículos para abordar las implicancias que tiene el uso de la inteligencia artificial (en adelante, IA) en una serie de tópicos que van desde el mercado laboral (ver Lampadia: La revolución de la IA en el trabajo), hasta la misma ética empresarial (ver Lampadia: La ética en la inteligencia artificial (IA)); así como sus impresionantes prospectos futuros que podrán ser posibles gracias a la robótica (ver Lampadia: Visiones de un experto robotista hacia el 2069).

Sin embargo, aún no hemos ahondado lo suficiente en los mecanismos, a través de los cuales, las empresas y los modelos de negocios pueden ir introduciendo esta nueva tecnología en sus procesos productivos, de manera que generen enormes ganancias de productividad.

En esta línea, queremos compartir una excelente entrevista realizada por Mckinsey a Ajay Agrawal – profesor de la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto y uno de los autores del reciente libro “Máquinas de Predicción: La Economía Simple de la Inteligencia Artificial” publicado en octubre del año pasado – en la que señala, de manera simple y didáctica, la forma en que la IA actúa en la economía, particularmente, a través de los costos de predicción (ver artículo líneas abajo).

Asimismo, provee de una guía muy útil hacia los líderes de las organizaciones para facilitar la búsqueda de espacios y áreas de la empresa en donde esta tecnología pueda ser implementada satisfactoriamente, así como de tips para aprovechar su potencial al máximo.

Es importante destacar que la tesis central del profesor Agrawal indica que conforme la IA recopila mayor información del comportamiento humano, va reduciendo cada vez más los costos de predicción de las actividades económicas que intenta replicar. Esto último genera que el precio de bienes sustitutos como la predicción humana se reduzca, y de bienes complementarios como la data, el juicio humano y la acción empresarial aumente.

Así, las posibilidades que tiene esta tecnología para seguir generando transformaciones en los modelos de negocio son ilimitadas en tanto los problemas que antes consideraban los empresarios como ajenos a la predicción – por los altos costos arraigados en este proceso -,con dicho avances, ahora pueden ser tratados como tales. Este es el caso pues de los automóviles autónomos o de la predicción de compras por e-commerce.

Esperamos que conforme el uso de la IA se masifique en el ámbito empresarial de los países de Occidente, esta pueda penetrar con mayor facilidad en los negocios de los países emergentes como el Perú, los cuales se muestran ávidos por incrementar su productividad, a través de la innovación disruptiva provista por la IA. Lampadia

La economía de la inteligencia artificial

Ajay Agrawal,  profesor del Rotman School of Management, explica cómo la IA cambia el costo de la predicción y lo que esto significa para los negocios.

McKinsey Quarterly
abril, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Con tantas perspectivas sobre el impacto de la inteligencia artificial (IA) que inunda la prensa de los negocios, cada vez es más raro encontrar una que sea verdaderamente original. Entonces, cuando el profesor de estrategia Ajay Agrawal compartió su brillante y simple visión sobre la inteligencia artificial, nos levantamos y lo notamos. Agrawal, que enseña en la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto y trabaja con empresas emergentes de IA en el Creative Destruction Lab (Laboratorio de Destrucción Creativa), que él fundó, postula que la IA cumple un único objetivo económico, pero potencialmente transformador: reduce significativamente el costo de predicción.

El presente comentario es una adaptación de una reciente entrevista con Rik Kirkland de McKinsey, resume la tesis de Agrawal. Considérelo como una guía del CEO para analizar y priorizar las oportunidades de IA.

Efectos de la caída de los costos

Cuando observamos la inteligencia artificial desde la perspectiva de la economía, nos hacemos la misma pregunta que hacemos con cualquier tecnología: ¿Qué reduce el costo? La respuesta revela por qué la inteligencia artificial es tan importante en relación con muchas otras tecnologías interesantes. La inteligencia artificial puede ser refundida, lo que provoca una caída en el costo de un insumo de primer orden en muchas actividades en los negocios y en nuestras vidas: predicción.

Podemos ver el ejemplo de otra tecnología, los semiconductores, para comprender los profundos cambios que se producen cuando la tecnología reduce el costo de un insumo útil. Los semiconductores redujeron el costo de la aritmética y, al hacerlo, sucedieron tres cosas:

  • Primero, comenzamos a usar más aritmética para aplicaciones que ya aprovechaban la aritmética como insumo. En los años 60, estas fueron en gran parte aplicaciones gubernamentales y militares. Más tarde, comenzamos a hacer más cálculos para funciones como la previsión de demanda porque estos cálculos ahora eran más fáciles y más baratos.
  • Segundo, comenzamos a utilizar esta aritmética más barata para resolver problemas que tradicionalmente no se habían enmarcado como problemas aritméticos. Por ejemplo, solíamos resolver la creación de imágenes fotográficas empleando química (fotografía basada en películas). Luego, a medida que la aritmética se hacía más barata, comenzamos a utilizar soluciones basadas en aritmética en el diseño de cámaras y la reproducción de imágenes (cámaras digitales).
  • Lo tercero que sucedió al disminuir el costo de la aritmética fue que cambió el valor de otras cosas: el valor de los complementos aritméticos aumentó y el valor de sus sustitutos disminuyó. Entonces, en el caso de la fotografía, los complementos fueron el software y el hardware utilizado en las cámaras digitales. El valor de estos aumentó porque usamos más, mientras que el valor de los sustitutos, los componentes de las cámaras basadas en películas, disminuyó porque comenzamos a usar cada vez menos.

Expandiendo nuestros poderes de predicción

A medida que el costo de la predicción continúe bajando, lo usaremos más para los problemas de predicción tradicionales, como la administración de inventario, porque podemos predecir más rápido, más barato y mejor. Al mismo tiempo, comenzaremos a usar la predicción para resolver problemas que históricamente no hemos considerado como problemas de predicción.

Por ejemplo, nunca pensamos en la conducción autónoma como un problema de predicción. Tradicionalmente, los ingenieros programaban un vehículo autónomo para moverse en un entorno controlado, como una fábrica o un almacén, diciéndole qué hacer en ciertas situaciones, si un humano camina delante del vehículo (luego se detiene) o si un estante está vacío (luego pasar al siguiente estante). Pero nunca podríamos poner esos vehículos en una calle de la ciudad porque hay demasiados “si”, si está oscuro, si está lloviendo, si un niño corre a la calle, si un vehículo que se aproxima tiene su luz intermitente encendida. No importa cuántas líneas de código escribamos, no podríamos cubrir todos los posibles “si”.

Hoy podemos replantear la conducción autónoma como un problema de predicción. Entonces, una IA simplemente necesita predecir la respuesta a una pregunta: ¿Qué haría un buen conductor humano? Hay un conjunto limitado de acciones que podemos tomar al conducir (“thens”). Podemos girar a la derecha o a la izquierda, frenar o acelerar, eso es todo. Entonces, para enseñar a una IA a conducir, ponemos a un humano en un vehículo y le decimos que maneje mientras la IA está figurativamente sentada junto al humano observando.  La IA toma los datos de entrada a medida que entran a través de sus “ojos” y mira al humano y trata de predecir, “¿Qué hará el humano a continuación?”

La IA comete muchos errores al principio. Pero aprende de sus errores y actualiza su modelo cada vez que predice incorrectamente una acción que el humano tomará. Sus predicciones comienzan a mejorar cada vez más hasta que se vuelve tan bueno en la predicción de lo que haría un humano que ya no necesitamos que el humano lo haga. La IA puede realizar la acción misma.

La creciente importancia de los datos, el juicio y la acción

Como en el caso de la aritmética, cuando el precio de la predicción cae, el valor de sus sustitutos disminuirá y el valor de sus complementos aumentará. El principal sustituto para la predicción de la máquina es la predicción humana. Como seres humanos, hacemos todo tipo de predicciones en nuestro negocio y en nuestra vida diaria. Sin embargo, somos pensadores bastante ruidosos y tenemos todo tipo de sesgos cognitivos bien documentados, por lo que somos bastante malos en la predicción. La IA se convertirá en un predictor mucho mejor que los humanos, y a medida que la calidad de la predicción de la IA aumenta, el valor de la predicción humana disminuirá.

Pero, al mismo tiempo, el valor de los complementos de predicción aumentará. El complemento que más se ha cubierto en la prensa son los datos, y las personas usan frases como “los datos son el nuevo petróleo”. Eso es absolutamente cierto: los datos son un complemento importante para la predicción, por lo que si el costo de la predicción disminuye, el valor de los datos de la empresa aumentan.

Pero hay otros complementos a la predicción que se han discutido con mucha menos frecuencia. Uno es el juicio humano. Utilizamos tanto la predicción como el juicio para tomar decisiones. En realidad, nunca antes hemos desagregado esos aspectos de la toma de decisiones; por lo general, consideramos la toma de decisiones humanas como un solo paso. Ahora estamos desagregando la toma de decisiones. La máquina está haciendo la predicción, lo que hace que el papel distintivo del juicio en la toma de decisiones sea más claro. Por lo tanto, a medida que el valor de la predicción humana disminuye, el valor del juicio humano aumenta porque la IA no hace juicios, solo puede hacer predicciones y luego entregarlas a un humano para que use su juicio y determine qué hacer con ellas.

Otro complemento a la predicción es la acción. Las predicciones son valiosas solo en el contexto de alguna acción a la que llevan.

Un experimento mental para el mejor equipo

Un enfoque para identificar maneras de utilizar la IA en los negocios es revisar los flujos de trabajo organizacionales, los procesos de conversión de entradas en salidas, y desglosarlos en tareas. Luego, busque las tareas que tienen un componente de predicción significativo que se beneficiaría de una máquina de predicción. A continuación, determine el retorno de la inversión para construir una máquina de predicción para realizar cada tarea, y simplemente clasifique esas tareas en orden de arriba a abajo.

Muchas de las IA creadas a partir de este ejercicio serán herramientas de mejora de la eficiencia que le darán a la empresa cierto impulso, posiblemente un aumento del 1 a 10 por ciento en el EBITDA o alguna otra medida de la productividad.

Sin embargo, para anticipar qué herramientas de IA irán más allá de aumentar la eficiencia y, en cambio, conducirán a la transformación, empleamos un ejercicio llamado “ciencia ficción”. Tomamos cada herramienta de la IA e imaginamos que es una perilla de volumen de radio, y al girar la perilla, más bien en lugar de subir el volumen, está aumentando la precisión de predicción de la IA.

Para ver cómo funciona esto, imagine aplicar el ejercicio al motor de recomendaciones de Amazon. Hemos encontrado que su herramienta tiene una precisión de alrededor del 5 por ciento, lo que significa que de cada 20 cosas que recomienda, compramos una de ellas y no la otra 19. Esa precisión suena mal, pero cuando se considera que la herramienta extrae 20 artículos del catálogo de millones de artículos de Amazon y de esos 20 compramos uno, no es tan malo.

Al hacer solo una cosa, al girar el botón de precisión de predicción, el cambio realizado por IA va de uno que es incremental (que ofrece recomendaciones en el sitio web) a uno que es transformador: todo el modelo de negocio cambia de compras y luego se envía a envío y luego compras.

Cinco imperativos para aprovechar el poder de la predicción de bajo costo

Hay varias cosas que los líderes pueden hacer para posicionar a sus organizaciones para maximizar los beneficios de las máquinas de predicción.

1. Desarrollar una tesis a tiempo para el impacto de la IA

La pregunta más importante que los ejecutivos de cada industria deben formularse es: ¿Qué tan rápido creo que girará el mando para una aplicación de IA particularmente valiosa en mi sector? Si cree que tomará 20 años para convertir esa perilla en el punto de transformación, entonces hará un conjunto de inversiones muy diferente hoy que si cree que tomará tres años.

Mirar las inversiones que varias compañías ya están haciendo puede darle una idea de su tesis sobre qué tan pronto la perilla llegará al punto de transformación.

2. Reconocer que el progreso de la IA probablemente será exponencial

A medida que los ejecutivos desarrollan su tesis sobre el tiempo, es importante reconocer que el progreso en la IA en muchos casos será exponencial en lugar de lineal. Ya el progreso en una amplia gama de aplicaciones (por ejemplo, visión, lenguaje natural, control de movimiento) en los últimos 12 meses fue más rápido que en los 12 meses anteriores. El nivel de inversión está aumentando rápidamente. El costo de los sensores ajustado a la calidad está cayendo de manera exponencial. Y la cantidad de datos que se generan está aumentando exponencialmente.

3. Confiar en las máquinas

En la mayoría de los casos, cuando las IA están diseñadas y desplegadas adecuadamente, son mejores predictores que los humanos. Y, sin embargo, a menudo todavía somos reacios a entregar las riendas de la predicción a las máquinas.

4. Saber lo que quiere predecir

Las organizaciones que se beneficiarán más de la IA serán las que puedan especificar sus objetivos de manera más clara y precisa. Veremos que muchas de las declaraciones de misión difusas se vuelven mucho más claras. Las empresas que más pueden mejorar sus visiones obtendrán los mayores beneficios de la inteligencia artificial. Debido a los métodos utilizados para entrenar a las IA, la efectividad de la IA está directamente relacionada con la claridad de la especificación del objetivo.

5. Gestionar el bucle de aprendizaje.

Lo que hace a la IA tan poderosa es su habilidad para aprender. Normalmente, pensamos que el trabajo es ser aprendices y que el capital es fijo. Ahora, con la IA, tenemos capital que aprende. Las empresas deben asegurarse de que la información fluya hacia las decisiones, siguen las decisiones hacia un resultado, y luego aprenden del resultado y devuelven ese aprendizaje al sistema. Gestionar el ciclo de aprendizaje será más valioso que nunca. Lampadia

Ajay Agrawal es profesor de gestión empresarial y estratégica en la Rotman School of Management de la Universidad de Toronto.




El enfoque de enseñanza de Khan Academy

El enfoque de enseñanza de Khan Academy

En Lampadia, siempre hemos insistido en el rol protagónico que tiene la educación, en el crecimiento económico – a través de la acumulación de capital humano de calidad – y en la movilidad social, ya que impulsa los salarios, reduciendo la pobreza y mejorando las oportunidades de quienes acceden a ella.

Sin embargo, es menester señalar que, como hemos escrito previamente en Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades, urge un rediseño del modelo educativo tradicional que impera en el mundo – incluido el peruano – , particularmente en los niveles de la educación secundaria y superior, de manera que los jóvenes puedan enfrentar satisfactoriamente las nuevas demandas del mercado laboral, ante el creciente avance de la automatización y la inteligencia artificial (IA).

En aras de difundir las buenas prácticas que puedan servir de insumo para una correcta reformulación de nuestro sistema educativo, queremos compartir la experiencia de Khan Academy, una organización sin fines de lucro fundada por el americano Sal Khan en 2006, que ofrece educación escolar gratuita a nivel mundial para cualquier persona en cualquier lugar.

En una reciente entrevista ofrecida por Khan a McKinsey Global Institute (ver artículo líneas abajo), él explica que la base de la innovadora estrategia de enseñanza introducida por Khan Academy – la cual ya cuenta en la actualidad con más de 4,300 videos con contenidos educativos que van desde las ciencias naturales (física, química, entre otras) hasta la economía y finanzas- es que permite dejar aprender al alumno a su ritmo y no lo evalúa en función a sus rendimientos académicos, a través de una calificación cualitativa o cuantitativa, sino en función de sus competencias adquiridas a partir de las asignaturas  dictadas. El servicio de enseñanza es gratuito y se da a través de un portal en internet, lo cual permite democratizar su sistema a nivel mundial, gracias al uso de smartphones, laptops o computadoras.

Kahn explica cómo se pasó de una educación personalizada y elitista, en la época de los príncipes; a una educación generalizada y masiva, con la revolución industrial, que daba cobertura sin alcanzar una formación adecuada para todos los alumnos. Pero, con los avances tecnológicos de la Cuarta Revolución Industrial, se puede dar educación personalizada a cada alumno. Ver en Lampadia: Reflexiones sobre la educación para el futuroEn CADE 2017.

Como Khan deja entrever en esta entrevista, su esquema de enseñanza rompe con el esquema educativo tradicional posterior a la Revolución Industrial, basado en la formación de profesionales a un ritmo fijo, y en el que quienes se quedan atrás se veían obligados a  nivelarse “repitiendo” asignaturas. Si bien este modelo generó y sigue generando enormes ganancias al sistema de libre empresa, consideramos que el enfoque de Khan Academy es el adecuado de cara al proceso de automatización que está viviendo actualmente, con mayor notoriedad,  el mundo occidental.

Ello porque consideramos que permite desarrollar las habilidades que, según los expertos en el tema, serán requeridas por el mercado laboral del futuro. Estas son las llamadas habilidades blandas como la creatividad, el pensamiento crítico, y la comunicación.

Bien haría nuestro Ministerio de Educación en poner en práctica algunos de los métodos de enseñanza de Khan Academy, en vez de seguir condenando a nuestros niños a sufrir modelos obsoletos y poco efectivos para su educación. Lampadia

Más allá del modelo educativo de la Revolución Industrial: Sal Khan sobre la capacitación y las habilidades en el siglo XXI

El fundador de Khan Academy, organización sin fines de lucro y aprendizaje en línea, comparte lo que significa una era de automatización e inteligencia artificial para la educación

McKinsey Global Institute
Enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

El aprendizaje en línea promete llevar la educación a cualquier persona con una conexión a Internet. Al mismo tiempo, la adopción de tecnologías de automatización e inteligencia artificial (IA) transformará el trabajo a medida que las personas interactúan cada vez más con máquinas cada vez más inteligentes. Las habilidades que los estudiantes aprenden hoy pueden no ser útiles en el lugar de trabajo del futuro.

En una era donde los estudiantes aprenden a través de sus dispositivos, ¿qué papel juegan las escuelas? ¿Cómo tendrá que cambiar la educación para mantenerse al día con las nuevas demandas de trabajo? McKinsey habló con Sal Khan, fundador de Khan Academy, para escuchar cómo la educación está cambiando hacia un nuevo modelo dinámico.

¿Qué es la Khan Academy?

Mi nombre es Sal Khan. Soy el fundador de Khan Academy, que es una organización sin fines de lucro con la misión de proporcionar una educación gratuita de nivel mundial para cualquier persona, en cualquier lugar.

En un modelo tradicional, todos se mueven juntos. Algunos niños lo entienden, otros niños no. Obtienen brechas, esas brechas se vuelven debilitantes y chocan contra una pared. Piensan: “Nunca seré un ingeniero” o “Nunca seré un investigador del cáncer”.

Al darles herramientas en línea, estamos permitiendo que los estudiantes aprendan a su propio ritmo y tiempo y luego remedien cuando sea necesario. Esencialmente, es un tutor personal gratuito para todos. Además, les damos a los maestros la información de, por ejemplo, cuándo deben realizar una intervención más práctica.

Desde el punto de vista de un profesor, somos casi como un asistente de profesor. Khan Academy proporciona herramientas virtuales que pueden habilitar a ese alumno individual que no tenga acceso a una escuela. En el contexto de la escuela, empoderamos a los educadores del aula.

¿Cuál es el objetivo de Khan Academy?

Todo el punto es nivelar el campo de juego. ¿Cómo democratizamos la educación? El SAT (Suite of Assessments, o Conjunto de Evaluaciones, en español) es un buen ejemplo de eso. Durante décadas, ha habido al menos una percepción, y probablemente una realidad, de que es injusto. La crítica es que si alguien puede pagar una costosa preparación para el examen, o si alguien puede pagar un tutor privado, es posible que tenga una ventaja.

Ahora nos hemos asociado con el SAT, el College Board, para crear lo que llamamos la mejor preparación de exámenes del mundo. Está hecho en colaboración con los fabricantes de pruebas y ha sido examinado por los fabricantes de pruebas. No estamos tratando de enseñarte a jugar el examen. Sí, hacemos algunas estrategias para tomar exámenes y estamos familiarizados, pero se trata principalmente de cómo remediar si los estudiantes tienen problemas con una pregunta para asegurarse de que aprendan ese concepto. La mejor manera de actuar en el SAT es aprender realmente el material. Y, por cierto, también es más probable que se desempeñen bien en la universidad si lo hacen.

¿Cuál es el futuro de la educación?

Para entender el futuro de la educación, es interesante pensar un poco sobre el pasado de la educación. Si tuvieras que volver 500 años atrás, muy pocas personas obtuvieron una educación. Pero aquellos que lo hicieron, digamos un príncipe, un miembro de la nobleza, tendían a obtener una buena educación.

Tendrían un tutor personal o muchas veces un ejército de tutores personales. Y se adaptarían al príncipe. Si el príncipe está teniendo problemas con un concepto, los tutores no dirían: “Bueno, el plan de estudios dice que tenemos que seguir adelante”. Ellos dicen: “Bien, asegurémonos de que realmente comprendes eso, porque vas a ser rey un día Asegurémonos de que realmente han dominado estas ideas “.

A medida que se adentra en los finales del siglo XVIII y principios del XIX, la Revolución Industrial está ocurriendo. Un grupo de países dijo: “Oye, tenemos que pensar en educar a más personas”. Fue una revolución masiva y muy positiva. Países como los Estados Unidos, Alemania, Japón y el Reino Unido preguntaban cómo podían proporcionar educación pública masiva gratuita. Esta fue una nueva idea. Y dijeron: “Bueno, no podemos pagar tutores personales. No podemos darles la educación que recibió el hijo del duque. Pero, ¿y si utilizamos algunos de los principios de la Revolución Industrial?

Principios como, aplicamos proceso; Movemos a las personas a un ritmo fijo a través de él. Algunos de los “productos”, que serían los estudiantes, terminarán listos para ser médicos, abogados o ingenieros. Algunos de ellos podrían hacer este tipo de trabajos. Y, necesitamos mucho trabajo en las fábricas. La gente necesita saber cómo leer manuales y cualquier otra cosa.

Como resultado, vimos grandes ganancias. Pasamos de tasas de alfabetización bajas a tasas de alfabetización casi universales en gran parte del mundo desarrollado. No es casualidad que estos fueran los primeros países en desarrollarse.

Eso estuvo bien para la Revolución Industrial. Pero ahora, todavía tenemos ese mismo modelo de educación. La estructura de la fuerza laboral está cambiando fundamentalmente debido a la automatización, la inteligencia artificial y esas tecnologías. No necesitarás tanto trabajo físico. Ni siquiera necesitará este tipo de procesamiento de información de cuello blanco que llena estos rascacielos en este momento. Todo eso va a ser automatizado.

Por lo tanto, el mundo al que nos dirigimos debe ser un mundo basado en el dominio, donde los estudiantes deben poder contar con la agencia para llenar esas lagunas de conocimiento según sea necesario. Lo que sucede en las universidades hoy en día es que si te sientas en esa silla tres horas a la semana, obtienes tres horas de crédito y pasas a la siguiente clase.

En lugar de recompensar el tiempo de asiento, debemos preguntar: ¿Ya lo sabe el estudiante? Si lo sabes, aquí tienes tu prueba. Muéstrale eso al mundo. Y obtendrás empleos e irás a la escuela de posgrado. Si aún no lo sabe, no significa que no sea inteligente; sigue trabajando en ello, y quizás lo sepas con el tiempo. Este tipo de aprendizaje no se detendrá cuando tengas 18 o 21 años. Será un proceso continuo.

¿Dónde encaja Khan Academy en el futuro de la educación?

Una gran parte de la razón por la que existe Khan Academy es tratar de resolver este problema de proporcionar a las personas una manera de aprender las habilidades que necesitan para ser ciudadanos felices y productivos. Y luego conecte las habilidades para trabajar, para que haya oportunidades para ellos.

Uno de los problemas es que de alguna manera hemos confundido el tiempo con saber realmente las cosas. Y creo que tenemos que alejarnos de eso. Siempre hablamos del costo de la educación en términos de dólares, pero no hablamos del costo de la educación en términos de tiempo perdido y potencial. Gran parte de la discusión sobre entrenamiento y habilidades gira en torno a habilidades muy específicas. Por ejemplo, algunas personas necesitan aprender a convertirse en científicos de datos, y eso es genial. Puedes obtener un muy buen trabajo si eres un científico de datos. Pero la realidad de la mayoría de los trabajos, incluidos muchos de los trabajos del siglo XXI, requerirán más de las habilidades básicas, como la necesidad de comunicarse bien. Tienes que tener buenas habilidades interpersonales. Tienes que tener buenas habilidades analíticas, de pensamiento crítico.

Estamos bien posicionados para resolver esa necesidad. Ya tenemos millones de personas aprendiendo en Khan Academy. ¿Cómo les permitimos que le demuestren al mundo que conocen ese material? ¿Cómo tomamos esa prueba y permitimos que sea una señal para la educación superior y los empleadores, para que digan: “Sí, esta es una persona que querría contratar”.

No estamos tratando de crear un sistema completamente paralelo. Estamos tratando de determinar cómo podemos jugar bien con el sistema existente. Durante cinco o diez años, habrá rutas alternativas que podrían mezclarse y combinarse entre lo nuevo y lo antiguo.

¿Cómo está Khan Academy innovando la educación?

Siempre he soñado con comenzar una escuela física incluso antes de Khan Academy. Y hace unos cinco años, dijimos: “Oye, mira, Khan Academy está ahí fuera. Esperamos llegar a cientos de millones o miles de millones de estudiantes, permitiéndoles aprender a su propio ritmo y ayudando a potenciar el aula de clases”. Pero, incluso en ese escenario muy positivo, es posible que no cambie fundamentalmente lo que sucede en la mayoría de las aulas. ¿No sería fantástico si pudiéramos mostrar lo que sucedería si, desde los primeros principios, pudiera crear un aula que asumiera un mundo en el que los estudiantes puedan aprender conceptos a su propio tiempo y ritmo?

Como resultado, comenzamos una escuela de laboratorio. Ahora es para las edades de cinco a 16 años. Vamos a tener nuestros primeros graduados en un par de años. El progreso de los estudiantes en sus estudios académicos es a su propio tiempo y ritmo. Es independiente de su independencia, donde desarrollan sus habilidades de movimiento social, su regulación y su capacidad para colaborar.

Su credencial, su transcripción de graduación, no va a decir que este estudiante tiene un promedio de calificaciones (GPA) de 3.4 y muestra sus clases. Va a mostrar sus competencias. Estas son cosas en las que demostró dominio, como lo demuestra este trabajo que hizo. Aquí está su cartera de cosas creativas que ha hecho. Ya sea por su escritura, tal vez fueron los discursos que pronunció sobre una aplicación que escribió. Mostrará lo que sus compañeros piensan de ella y lo que los maestros piensan de ella. Estamos tratando de ser pioneros en eso, y queremos abrir todo lo que hace esta escuela. Lampadia




La ética en la inteligencia artificial (IA)

La ética en la inteligencia artificial (IA)

¿Es necesario tener consideraciones éticas en la implementación de la inteligencia artificial (en adelante, IA) dentro de la industria? O, son más bien estas mismas consideraciones éticas, una traba para explotar todos los beneficios que nos podría brindar esta tecnología, de cara al empresariado.

Estas interrogantes son tratadas en un reciente artículo escrito por Dharmesh Syal, Director de Tecnología BCG Digital Ventures, en el blog del Foro Económico Mundial (ver artículo líneas abajo). En él, Syal señala que, a la velocidad que van las empresas hoy en día en la adopción de nuevas tecnologías, es hasta cierto punto, poco competitivo discutir sobre si se debe implementar IA en algunas industrias, aún cuando existan implicancias éticas de por medio.

No olvidemos que Isaac Asimov propuso en 1950, en su libro: Yo Robot, las Tres Leyes de la Robótica:

  1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

Syal es enfático también en señalar que Las áreas en las que la IA nos beneficia más también tienen el mayor potencial de dañarnos”. Cuestiones que tienen que ver con el límite legal de las acciones de las máquinas y/o robots programados con IA en el ámbito de la salud por ejemplo, hasta el peligro de que pueda haber equivocaciones de esta tecnología en el uso de armas de guerra, son algunos de los ejemplos que propone el autor al respecto.

Ante ello, él considera que tales preocupaciones relacionadas al comportamiento “ético” de la IA pueden ser superadas basándose en 3 estrategias:

  • Codificar las prácticas éticas en los metadatos de la IA para impulsar a largo plazo el “factor humano” en la toma de decisiones de las máquinas y/o robots programados con esta tecnología.
  • Implementar medidas de seguridad en las redes, de manera que se asegure que no se viole la confianza de los consumidores, en particular, sus datos personales.
  • Crear un código de ética que esté acorde a lo dictado por la forma en que las empresas usan IA. Esto es fundamental, en tanto el CEO  tome en serio dichos estándares e irradie esta actitud hacia los demás trabajadores de menor jerarquía.

Se debe relevar que, desde Lampadia creemos que, como toda tecnología introducida por la 4ta Revolución Industrial (4IR), la IA permitirá volver más eficientes los procesos de mercado lo que, a la larga, mejorará la calidad de vida de la población mundial como lo hizo en su momento y lo sigue haciendo, la digitalización.

Sin embargo, considerando la propia naturaleza de la IA, la cual pretende a la larga, replicar las acciones del hombre en una serie de actividades económicas, sociales y hasta de índole militar, consideramos que las propuestas de Syal son sensatas, sobretodo porque, de ser correctamente implementadas, pueden aplacar la creciente preocupación que está generando esta nueva tecnología en torno a la ética. No puede descartarse el uso de la IA, dado que aún no ha mostrado todo su potencial. Lampadia

Es hora de dejar de hablar de ética en la IA y comenzar a tenerla

La carrera para construir el primer vehículo totalmente autónomo ha planteado cuestiones
éticas en primer plano. Imagen: REUTERS/Amir Cohen

Dharmesh Syal
Director de Tecnología
BCG Digital Ventures
Foro Económico Mundial
17 de Enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Todos, desde Stephen Hawking a Bill Gates y Elon Musk, han discutido la filosofía de la inteligencia artificial (IA). Ahora que las compañías de todo el mundo están creando productos de IA a un ritmo increíble, es cada vez más urgente que dejemos de hablar sobre cómo implementar salvaguardas éticas en IA y comenzar a hacerla.

La carrera para construir el primer vehículo totalmente autónomo (AV) ha llevado este tema al frente y al centro. La muerte de un peatón en marzo ha generado preocupación no solo por la seguridad de los AV, sino también por sus implicaciones éticas. ¿Cómo enseñar a una máquina a “pensar” éticamente? ¿Y quién decide quién vive y quién muere? Si bien este es un ejemplo obvio (e inminente), las preguntas éticas sobre la IA están a nuestro alrededor.

¿Por qué la ética es tan importante?

Las áreas en las que la IA nos beneficia más, también tienen el mayor potencial de daños. Tomemos la atención médica, una industria donde las decisiones no siempre son en blanco y negro. La IA está lejos de poder realizar diagnósticos complejos o replicar los “sentimientos viscerales” de un humano. Incluso si pudiera, ¿son éticos los médicos de IA? ¿Se podría capacitar a la IA para aumentar las ganancias a expensas del paciente? Y en el caso de negligencia profesional, ¿a quién demandaría el paciente? ¿El robot?

Se ha proyectado que la IA gestionará $ 1 trillón en activos para 2020. Al igual que en la atención médica, no todas las decisiones financieras se pueden tomar solo con lógica. Las variables que intervienen en la gestión de una cartera son complejas y un movimiento en falso podría llevar a millones en pérdidas. ¿Podría utilizarse la IA para explotar el comportamiento y los datos de los clientes? ¿Qué pasa con la piratería? ¿Confiarías en una máquina para administrar tu dinero?

Se ha proyectado que la IA gestionará $ 1 trillón en activos para 2020.

La guerra de la IA levanta las banderas éticas más preocupantes. “Entidades móviles inteligentes” totalmente autónomas están llegando y prometen cambiar la guerra como la conocemos. ¿Qué sucede cuando un misil de la IA comete un error? ¿Cuántos errores son “aceptables”?

Estas son las preguntas que me mantienen despierto por la noche. La buena noticia es que no es demasiado tarde; Solo hemos visto un atisbo de lo que es capaz de hacer la IA. La única manera de asegurarnos de que no creamos un monstruo que pueda volverse contra nosotros es incorporar salvaguardas éticas en la arquitectura de la IA que estamos creando hoy.

Aquí hay tres estrategias que cualquiera que actualmente construya IA debería considerar:

1. Traer a un humano a escenarios sensibles

En todos los escenarios anteriores, la pregunta sigue siendo: ¿cuándo y en qué medida traemos a un ser humano? Si bien no hay una respuesta definitiva, la IA que emplea un sistema de “human-in-the-loop” (HITL), donde las máquinas realizan el trabajo y los humanos asisten solo cuando hay incertidumbre, produce algoritmos más precisos. Si una máquina encuentra un conjunto de metadatos engañoso, podría aprender lecciones que un humano razonable evitaría.

El establecimiento de prácticas éticas en torno a los metadatos dará estructura al escenario HITL y posiblemente automatizará el “factor humano” a lo largo del tiempo. La conciencia humana y el código moral también deben codificarse como parte de los metadatos de la IA que impulsan las interacciones y, en ocasiones, las decisiones.

2. Coloque protecciones para que las máquinas puedan autocorregirse

Todos hemos leído sobre el problema de las falsas noticias de Facebook, pero el gigante de la tecnología ha sido atacado nuevamente una vez más, lo que lo ha llevado a eliminar más de 5,000 opciones de segmentación en su plataforma de anuncios que podrían usarse para discriminar a ciertas etnias y grupos religiosos. Este tipo de características éticas deberían integrarse idealmente a medida que se construye el producto, pero es mejor tarde que nunca.

Tuve la oportunidad de hacer esto de primera mano cuando BCG, BCG Digital Ventures y una compañía de Fortune 100 se asociaron para construir Formation, una plataforma de IA para experiencias personalizadas. Durante la creación del producto, implementamos medidas de seguridad en tres puntos de control para asegurarnos de que no violamos la confianza de los usuarios.

3. Crear un código de ética

Esto puede parecer obvio, pero te sorprenderán las pocas compañías que están haciendo esto. Ya sea sobre la privacidad de los datos, la personalización o el aprendizaje profundo, cada organización debe tener un conjunto de estándares con los que opera. Según el CEO de Apple, Tim Cook, “la mejor regulación es la autorregulación”. Para Apple, esto significa examinar cuidadosamente cada aplicación en su plataforma para asegurarse de que no estén violando la privacidad de los usuarios.

Esta no es una solución de talla única; el código ético que promulgues debe ser dictado por la forma en que usas IA. Si su empresa rompe (o se aproxima) a un estándar, se debe alentar a los empleados a levantar la bandera y usted, como su líder, es responsable de tomar en serio estas preocupaciones.

Aquí hay algunas recomendaciones para crear un código de ética:

⦁ Cuando los datos personales están en juego, nos comprometemos a agregarlos y anonimizarlos lo mejor que podamos, tratando los datos de los consumidores como lo haríamos con los nuestros.

⦁ Nos comprometemos a aplicar salvaguardas a múltiples intervalos en el proceso para garantizar que la máquina no tome decisiones perjudiciales.

⦁ Nos comprometemos a volver a capacitar a todos los empleados que han sido desplazados por la IA en una función relacionada.

Como los arquitectos del futuro, tenemos la responsabilidad de construir tecnologías que mejoren las vidas humanas, no que las lastimen. Ahora tenemos la oportunidad de dar un paso atrás y entender realmente cómo estas decisiones de productos pueden afectar las vidas humanas. Al hacerlo, podemos convertirnos colectivamente en administradores de un futuro ético. Lampadia




Automatización demandará nuevos empleos y habilidades

Automatización demandará nuevos empleos y habilidades

La Cuarta Revolución Industrial (4RI) ha generado y sigue generando enormes beneficios a la humanidad, sobre todo en lo concerniente a la productividad y, en general, a la eficiencia en el uso de los recursos empresariales.

Uno de sus principales aportes es pues, la automatización de tareas repetitivas u operativas en una gran cantidad de ocupaciones existentes, lo cual ha motivado una reducción del empleo en el corto plazo, sobre todo en países donde el uso de la inteligencia artificial y los algoritmos matemáticos por parte de las empresas ya es un hecho del día a día.

En este contexto, ha surgido una creciente preocupación entre los jóvenes a nivel mundial que están ingresando al mercado laboral, quienes perciben que, en un futuro no muy lejano, las máquinas “reemplazarán” totalmente al capital humano de las empresas.

Lo que los jóvenes no logran visualizar es que en el mediano y largo plazo, la automatización hará a la industria más dependiente de las habilidades humanas, pero no tanto de las habilidades duras, sino más bien de las habilidades blandas, relacionadas a la creatividad, el pensamiento crítico, y la comunicación.

En esta línea, Dave McKay, presidente y director ejecutivo de Royal Bank of Canada, plantea en el blog del World Economic Forum (ver artículo líneas abajo), que este proceso en su firma ya está tomando la forma de una mayor demanda por empleos con habilidades poco convencionales, como diseñadores y economistas del comportamiento. Asimismo, cita un reciente estudio de su misma firma en el que, a partir del análisis de más de 300 ocupaciones del mercado laboral canadiense, encuentra que la tecnología, más que erradicar el empleo, “actuará como un soporte e integrador, haciendo que la fluidez digital sea tan importante como la alfabetización y la capacidad numérica en el futuro”.

Sin embargo, no podemos quedarnos con los brazos cruzados. Creemos al igual que Dave McKay que es necesario preparar tanto a las nuevas generaciones que están próximas a trabajar así como las que ya se encuentran ocupadas, para lo que él denomina la nueva ‘economía de las habilidades’. Mckay plantea que esto puede lograrse si se trabaja desde tres frentes: la escuela, el gobierno y la empresa.

  • Desde la escuela, los educadores deben implementar programas de aprendizaje remunerado e integrado en el trabajo, así como  programas reentrenamiento y aprendizaje permanente para la fuerza laboral existente.
  • Desde el gobierno, los tomadores de política deben crear una plataforma de talento, que conecte mejor las empresas con los estudiantes en todos los sectores y disciplinas y priorizar aquellos sectores productivos en donde haya una mayor necesidad como país.
  • Desde las empresas, los empleadores deben repensar la forma en que contratan, capacitan y moldean sus fuerzas de trabajo, de tal manera que se potencien los talentos y la innovación. Lampadia

Se necesitan seres humanos
¿Por qué la automatización no acabará con tu trabajo?

¿Cómo podemos educar, emplear y capacitar a los ciudadanos para la nueva ‘economía de habilidades’?

Dave McKay
Presidente y CEO
Royal Bank of Canada
World Economic Forum
15 de Enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Se acerca un quantum de cambio. A medida que la era de la automatización se afianza, tanto los jóvenes que ingresan en la fuerza laboral como los que ya están establecidos en sus carreras están preocupados por el aumento de las máquinas.

Pero mientras las máquinas serán más poderosas, los humanos serán más esenciales.

Este es el mensaje claro que he escuchado al hablar con clientes de Canadá, Estados Unidos y el extranjero. A pesar de la volatilidad del mercado en los últimos meses, desde los productores lecheros hasta las compañías petroleras y tecnológicas, los líderes empresariales y los empresarios están luchando contra una enorme escasez de mano de obra.

Dentro de nuestro propio negocio, buscamos cada vez más incorporar nuevas habilidades al Royal Bank of Canada (RBC) en áreas que se podría esperar, como machine learning y blockchain, pero también en áreas que no, como diseñadores y economistas del comportamiento. Consideramos este cambio secular como una oportunidad para rediseñar el banco desde el cliente.

Está claro que la tecnología no reemplazará muchas de las habilidades necesarias para los trabajos del futuro. Simplemente actuará como un soporte e integrador, haciendo que la fluidez digital sea tan importante como la alfabetización y la capacidad numérica en el futuro.

Y este fue un hallazgo clave en un informe reciente de RBC sobre el mercado laboral canadiense llamado Humans Wanted (se necesitan seres humanos), que examinó más de 300 ocupaciones y las habilidades necesarias para hacerlas.

Si bien el informe concluyó que la mitad de todos los empleos en Canadá corren el riesgo de una interrupción significativa de la tecnología durante los años 2020, también sugiere que la era de la automatización no tiene que ser una amenaza.

A pesar de la interrupción, se prevé que se crearán o se abrirán 2.5 millones de empleos en la economía canadiense en los próximos cuatro años, una cifra significativa para una nación con 18.5 millones de empleos en la actualidad. Esta fuerza de trabajo necesitará habilidades básicas para prepararse para varios trabajos y roles diferentes, en lugar de una única carrera.

Esto está configurando una crisis silenciosa en todo Canadá, y en prácticamente todas las naciones del mundo, con trabajadores futuros, jóvenes y establecidos, que no están preparados para lo que demanden los trabajos del futuro, y mucho menos las habilidades necesarias para hacerlos.

La realidad es que los niños de hoy crecerán para trabajar en empleos habilitados por la tecnología que probablemente aún no existen. Para planificar esa realidad, no se trata solo de codificar, se trata de ser humano y adquirir competencias que ofrezcan más movilidad de habilidades, como el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación y la resolución de problemas complejos.

El informe de Humans Wanted mostró claramente que la movilidad de las habilidades será esencial en una economía futura donde los empleos aumentan y disminuyen con cada nueva ola de tecnología. Pero, ¿cómo pueden los líderes del sector privado, los educadores y los responsables de las políticas cambiar la manera en que educamos, empleamos y capacitamos a los ciudadanos para que los capaciten en esta nueva ‘economía de habilidades’?

Aquí es donde podríamos empezar:

1. Educadores

Si bien el ritmo de la disrupción continúa aumentando, los baby boomers están acercándose cada vez más a la jubilación. Esto presiona a la próxima generación de jóvenes que buscan adquirir la combinación de habilidades que necesitarán para prosperar en el nuevo mundo del trabajo.

Para fomentar estas habilidades, necesitamos conectar mejor los campus y los centros de trabajo postsecundarios a través de programas de aprendizaje remunerado e integrado en el trabajo, tales como cooperativas, aprendizajes y pasantías. Cada estudiante de educación superior debe tener acceso a una experiencia laboral significativa y práctica relacionada con su campo de estudio al momento de graduarse.

El modelo post-secundario que prosperó a lo largo del siglo XX ya no es adaptable a las nuevas necesidades de los países, empresas y comunidades. Necesitamos capacitar a los jóvenes de diferentes maneras, además de construir una infraestructura que ayude a respaldar los esfuerzos de reentrenamiento y aprendizaje permanente para la fuerza laboral existente.

2. Tomadores de política

Para garantizar que los programas de aprendizaje integrados en el trabajo se vuelvan omnipresentes, los gobiernos de todos los niveles deben trabajar juntos y financiar iniciativas que faciliten la participación de los empleadores y las instituciones educativas.

Las naciones deben abordar este desafío desde una nueva perspectiva. En lugar de buscar un canal de talento, deberían cambiar hacia la construcción de una plataforma de talento, una que conecte mejor las empresas con los estudiantes en todos los sectores y disciplinas.

Para ayudar a poner esto en acción, los gobiernos deben decidir en qué quieren centrarse y hacia dónde quieren que fluyan el talento y el capital. Esto significa hacer que las habilidades y la juventud sean centrales para las grandes apuestas de una nación. Por ejemplo, en Canadá, eso es sobre agricultura, océanos, datos, inteligencia artificial y fabricación avanzada.

3. Empleadores

Por último, los empleadores de todos los tamaños deben comenzar a reconocer el cambio de la economía del empleo a la ‘economía de las habilidades’. Necesitamos repensar la forma en que contratamos, capacitamos y moldeamos nuestras fuerzas de trabajo, y eso requiere pensar más allá de los títulos y certificados.

Encontrar y retener talento constantemente se ubica como la principal prioridad para los CEOs globales. Debería ser un imperativo comercial integrarse mejor con los educadores y ofrecer un trabajo con más experiencia y oportunidades de aprendizaje para los estudiantes. No se trata simplemente de proporcionar a los jóvenes, puestos de trabajo, sino más bien de aprovechar sus talentos y aprovechar sus ideas innovadoras.

Como ejemplo, el verano pasado, los estudiantes que participaron en nuestro programa RBC Amplify, una campaña en la que les brindamos a los estudiantes cooperativos algunos de nuestros problemas comerciales más difíciles de resolver, colaboraron para presentar 15 patentes para el banco. Trabajaron en proyectos para mejorar nuestras capacidades de análisis predictivo, políticas de gestión de datos y medidas de ciberseguridad. Ninguno de estos estudiantes había trabajado en un banco antes.

Todos los empleadores deben ver el aprendizaje integrado en el trabajo no solo como una inversión en la economía de las habilidades del mañana, sino también como una inversión en su propio futuro.

Inversión colectiva en habilidades

La conclusión es: los empleos permanecerán, pero requerirán un nuevo conjunto de habilidades para realizarlos. Las nuevas tecnologías harán obsoletos algunos trabajos; sin embargo, también reducirán los costos e impulsarán las expansiones que conducirán al crecimiento del empleo en nuevas áreas.

La respuesta a la disrupción de las tecnologías radica en nuestra capacidad para aplicar la humanidad al desafío.

Durante la próxima década, nuestro mundo tendrá la tarea de resolver algunos de los problemas más apremiantes que haya enfrentado, incluidos el cambio climático, las brechas de riqueza y los costos de salud en las sociedades que envejecen rápidamente.

Solo a través de la construcción de una base sólida para la nueva ‘economía de habilidades’, invirtiendo en nuestros jóvenes y apoyando los programas de aprendizaje permanente para nuestras fuerzas de trabajo con talento existentes, podemos garantizar que nuestras naciones y nuestra gente estén preparadas para enfrentar un mañana turbulento. Lampadia




EY: Las 10 megatendencias que transformarán el futuro

EY: Las 10 megatendencias que transformarán el futuro

Vivimos en un mundo en constante movimiento y la innovación tecnológica reescribirá todas las industrias. En la mayoría de los sectores, las empresas se enfrentan actualmente a la necesidad urgente de transformarse, adaptarse y anticiparse a los cambios y disrupciones que caracterizan nuestra época actual.

Un nuevo estudio realizado por EY Perú (Ernst & Young), titulado ‘¿Qué nos traerá el futuro? Megatendencias, más allá de la disrupción’ en América Latina identifica las fuerzas primarias que lideran las megatendencias: la mejora humana (tecnología), el populismo (globalización) y el envejecimiento (demografía). Combinadas, estas dinámicas han generado lo que en EY se han identificado como las 10 nuevas ‘megatendencias’ que están dando forma a nuestro mundo y a la región.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

Estas megatendencias muestran cómo la potencialización de la tecnología, mediante la Cuarta Revolución Industrial con avances como la inteligencia artificial, Big Data y la robótica “reinventarán la forma en la que trabajamos, cambiarán nuestro comportamiento como consumidores y determinarán cómo se regula nuestro mundo”.

En total, EY plantea 10 megatendecias:

1. Industria redefinida: las barreras entre industrias y segmentos están desapareciendo con la innovación digital y otras fuerzas. La clasificación no será tan rígida, se incrementará la compra de empresas para ingresar a nuevos segmentos con el fin de abordar nuevos mercados, desarrollar nuevos modelos y expandir sus capacidades; así como generar alianzas entre sí.

2. Futuro del trabajo: los robots y la inteligencia artificial han llegado a permear el ámbito laboral. El análisis contempla los aspectos tecnológicos, demográficos, contratos sociales y sector público, liderazgo, aprendizaje y educación.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

3. Súper consumidor: el empoderamiento del súper consumidor es distinto, las personas se vuelven pasivas porque las computadoras toman decisiones por ellos. Se comunicarán con los mercados, las empresas y los gobiernos en un entorno distinto al de hoy mediante asistentes virtuales digitales.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

4. Diseño del comportamiento: los humanos estamos predispuestos a ser reacios a las nuevas tecnologías porque generan riesgos, sin embargo, existen sesgos cognitivos que nos llevan a sobreestimar sus amenazas.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

5. Regulación adaptativa: posiblemente nunca se llegará a un punto en el que la inteligencia artificial pueda redactar o modificar regulaciones de manera autónoma, pero si es posible imaginar algoritmos que analicen datos e identifiquen algunos insights. Este proceso debe darse de manera abierta, en tiempo real y ser dinámico.

6. Reasignando la urbanización: las ciudades están siendo rediseñadas por los desafíos de la sostenibilidad y los cambios en el transporte. Resulta vital tener en cuenta a futuro la sostenibilidad ambiental y el transporte con plataformas de viajes compartidos, vehículos autónomos y eléctricos.

7. Comunidades innovadoras: las ciudades tienen límites tales como las malas condiciones climáticas, escasez de recursos, contaminación y altos costos en bienes raíces. Esto provoca que los jóvenes y empresas opten por buscar lugares más baratos y así reducir la presión sobre las mega ciudades.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

8. Salud reinventada: el envejecimiento de las poblaciones y los estilos de vida cada vez más sedentarios han puesto los costos en una trayectoria complicada, por lo que se deberá proporcionar atención personalizada y de bajo costo a gran escala.

9. Comida a la medida: la industria alimentaria está experimentando las corrientes de la disrupción, enfocándose en desarrollar proteínas diseñadas, utilizando la biotecnología y digitalmente manejando granjas inteligentes y verticales, que sean sostenibles y generen mayor rendimiento en menor espacio.

10. Economía molecular: nuestra capacidad para manipular lo que queremos que suceda está incrementando. La investigación integrada, a través de disciplinas que abarcan la biología, informática, electrónica, matemáticas, física y química señalan que la nanotecnología está ingresando en su fase disruptiva.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

Mientars que algunas tendencias ya han sido mencionadas en informes anteriores (Futuro del trabajo, Industria redefinida y Salud reinventada), las otras siete son completamente nuevas, dejando claro que la disrupción genera continuamente nuevas tendencias y un ritmo cada vez más rápido de cambios.

Para poder aprovechar estas megatendencias, necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una mejor educación y salud, instituciones muy superiores e infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, inversión privada y sin darles la oportunidad a todos los peruanos de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes. Lampadia




Las peores predicciones tecnológicas

Las peores predicciones tecnológicas

¿Podemos saber qué va a pasar en el futuro? Existe una larga tradición entre científicos, ingenieros e industriales de cada año nuevo, hacer predicciones sobre un futuro. La verdad es que cada vez la tecnología avanza a pasos más agigantados parece más difícil que nunca desentrañar el futuro.

Por ejemplo, ¿será el blockchain una tecnología disruptiva, o un fracaso como dice Nouriel Roubini? ¿Será este finalmente el año en que la realidad virtual tome vuelo? ¿Las máquinas con inteligencia artificial llegarán a reemplazarnos?

La tecnología ha demostrado ser extraordinariamente sorprendente durante el siglo pasado. A pesar de la vasta información que los expertos de la industria han tenido al alcance de la mano, han hecho algunos pronósticos terribles a lo largo de los años.

Las predicciones que más recuerda la historia son aquellas que demuestran un juicio erróneo espectacular, un malentendido, una hipérbole demasiado optimista, el autoengaño o un buen pensamiento ilusorio.

A continuación queremos compartir un artículo que ha enumerado las peores predicciones, que muestran cómo incluso los titanes de la industria no siempre saben de qué están hablando. Ya sean predicciones sobre el progreso tecnológico, las tasas de adopción o el potencial del mercado, todos podemos estar de acuerdo en que estas predicciones fueron totalmente erróneas. Lampadia

15 peores predicciones tecnológicas de todos los tiempos

Forbes
Robert J. Szczerba
Contribuyente
Traducido y glosado por Lampadia

Hay un viejo dicho que dice: “Predecir el futuro es fácil… acertar es la parte difícil”. Como le damos la bienvenida al comienzo de otro año, nos recibe un suministro casi ilimitado de aspirantes a Nostradamus que intentan predecir cómo el futuro de la tecnología se cumplirá. Lo interesante se produce cuando uno mira hacia atrás las predicciones pasadas para ver quiénes dieron en el blanco y quiénes no.

Para casi todas las predicciones de tecnología, existe el debate habitual sobre la redacción real o el contexto de la predicción o incluso si la atribución es correcta. A veces el debate resulta más divertido que la propia predicción.

Y luego hay predicciones que se vuelven famosas simplemente por lo equivocadas que resultaron ser, como la famosa cita de 1943 del presidente de IBM, Thomas Watson, de que “…hay un mercado mundial para tal vez cinco computadoras”.

A continuación, se encuentran mis 15 predicciones de tecnología favoritas, que abarcan los últimos 150 años, que no se desarrollaron como se esperaba.

1876: “Los estadounidenses necesitan el teléfono, pero nosotros no. Tenemos muchos mensajeros”. – William Preece, la oficina de correos británica.

1876: “Este ‘teléfono’ tiene demasiadas deficiencias para ser considerado seriamente como un medio de comunicación”. – William Orton, presidente de Western Union.

1889: “Engañarse con la corriente alterna (CA) es solo una pérdida de tiempo. Nadie lo usará, nunca”. – Thomas Edison.

1903: “El caballo está aquí para quedarse, pero el automóvil es solo una novedad, una moda”. El presidente del Michigan Savings Bank aconsejó al abogado de Henry Ford, Horace Rackham, que no invirtiera en la Ford Motor Company.

Las primeras predicciones fueron que el carro sin caballos de Henry Ford era simplemente una “moda”.
(Fuente de la imagen: T. Whalebone a través de Wikipedia)

1921: “La caja de música inalámbrica no tiene un valor comercial imaginable. ¿Quién pagaría por un mensaje enviado a nadie en particular?

1946: “La televisión no podrá mantenerse en ningún mercado que capture después de los primeros seis meses. La gente pronto se cansará de mirar una caja de madera todas las noches”. – Darryl Zanuck, 20th Century Fox.

1955: “Las aspiradoras nucleares probablemente serán una realidad dentro de 10 años”. – Alex Lewyt, presidente de la compañía de aspiradoras Lewyt.

1959: “Antes de que el hombre llegue a la luna, su correo será entregado en cuestión de horas desde Nueva York a Australia por misiles guiados. Estamos en el umbral del correo de cohetes”. – Arthur Summerfield, Director General de Correos de los Estados Unidos.

1961: “No hay prácticamente ninguna posibilidad de que los satélites espaciales de comunicaciones se utilicen para proporcionar un mejor servicio de teléfono, telégrafo, televisión o radio dentro de los Estados Unidos”. – T.A.M. Craven, comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).

1966: “Las compras remotas, aunque son totalmente factibles, fracasarán”. – Time Magazine.

1981: “Los teléfonos celulares no reemplazarán absolutamente los sistemas de cableado locales”. – Marty Cooper, inventor.

1995: “Predigo que Internet pronto se convertirá en una supernova espectacular y en 1996 colapsará catastróficamente”. – Robert Metcalfe, fundador de 3Com.

2005: “Simplemente no hay tantos videos que quiero ver”. – Steve Chen, CTO y cofundador de YouTube expresando preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de su compañía.

2006: “Todos siempre me preguntan cuándo saldrá Apple con un teléfono celular. Mi respuesta es: ‘Probablemente nunca'”. – David Pogue, The New York Times.

2007: “No hay ninguna posibilidad de que el iPhone obtenga una participación de mercado significativa”. – Steve Ballmer, CEO de Microsoft.

Entonces, ¿cuáles son sus predicciones de tecnología para el Año Nuevo?

Como CEO de X Tech Ventures, me enfoco en aplicar tecnologías que cambian el juego de múltiples y diversos dominios para revolucionar la atención médica. Anteriormente, fui Senior Emmeritus y Director Corporativo de Global Healthcare and Life Sciences en Lockheed Martin.

Robert J. Szczerba, CEO de X Tech Ventures, es un reconocido líder en tecnología, innovación y emprendimiento social.




Inteligencia emocional artificial: el futuro de la IA

Inteligencia emocional artificial: el futuro de la IA

Hoy en día, aproximadamente el 52% de los consumidores en todo el mundo utilizan tecnología impulsada por IA. Sin embargo, incluso las tecnologías de inteligencia artificial más sofisticadas carecen de factores esenciales como la inteligencia emocional y la capacidad de contextualizar información como seres humanos. Esta es la única razón por la que IA no ha logrado hacerse cargo de un aspecto importante de nuestras carreras y vidas.

Al integrar la inteligencia emocional con la inteligencia artificial existente, la IA podría dar un paso en la dirección correcta para convertirse en una tecnología transformadora. Por lo tanto, infundir emociones, empatía y moralidad en la IA es el siguiente hito que los tecnólogos desean lograr y se está poniendo una gran cantidad de esfuerzo en el proceso.

Pero, ¿qué es la inteligencia emocional artificial? Es una combinación de inteligencia emocional y artificial. La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones de uno mismo y de los demás, la capacidad de regular y distinguir varios sentimientos y una guía de nuestro proceso de pensamiento y comportamiento. Es el factor más esencial que nos hace verdaderamente humanos. La inteligencia artificial, aunque es una tecnología creada para ayudar a los humanos y ayudarlos a realizar mejor las tareas, todavía carece de un cierto cociente cognitivo.

La IA, en varios aspectos de nuestras vidas, ha hecho nuestras tareas mucho más fáciles y sencillas. Las máquinas y los robots ya se están utilizando en fábricas y en la producción de varias empresas. Sin embargo, la integración de la Inteligencia Emocional con la IA haría que se pueda utilizar en temas de ventas y servicio al cliente de las empresas.

Debido a que los requisitos de los clientes cambian contentamente, sería muy útil que los ‘chatbox’ y las apps móviles puedan reconocer y responder de manera efectiva a las respuestas emocionales de personas como la ira, la frustración y la irritación, lo que mejora la experiencia del cliente.

En los próximos cinco años, se proyecta que la inteligencia emocional artificial se convierta en una industria multimillonaria, que transforme por completo las industrias, la investigación de mercado, la innovación y el desarrollo de nuevos productos. En un intento por aprovechar el aspecto humano de IA, Amazon, Microsoft y Google ya están en el proceso de contratar comediantes y guionistas para incorporar personalidad y empatía a sus tecnologías.

Los beneficios serán incalculables. Sin embargo, todavía estamos un poco lejos de lograrlo. Por eso, compartimos con nuestros lectores un artículo líneas abajo sobre los beneficios y obstáculos de incorporar la inteligencia emocional en el futuro de la Inteligencia Artificial:

Los límites de la inteligencia artificial emocional

Mar 31, 2017
Leigh Alexander
Medium

Escribo sobre la intersección de la tecnología, la cultura popular y las vidas que hemos vivido dentro de las máquinas. ¡También soy un diseñador narrativo!

Imagen Crédito: Darren Garret

Me han dicho que debo prepararme para el día que una inteligencia artificial tome mi trabajo. Esto me dejará bien indigente y desarraigada o abrumada por una plenitud de tiempo y terror existencial, dependiendo de a quién pidas. Al parecer, es hora de considerar qué tipo de trabajo sólo pueden hacer los humanos, y desesperadamente reorientarnos hacia esos roles, para que no nos quedemos de pie indefensos, como al final de algún juego de sillas musicales robóticas.

El trabajo emocional es una forma de ocupación que se considera con menos frecuencia en estas proyecciones futuras automatizadas. Tal vez esto se debe a que el trabajo que se necesita para sonreír a un cliente grosero o para manejar su angustia es intangible, difícil de cuantificar y monetizar. En no menor medida, los actos de apoyo pasan desapercibidos de la misma manera que una gran cantidad del “trabajo de mujeres” lo hace -aunque en los últimos años se habla que los costos ocultos han ganado ímpetu, en conversaciones sobre la desigualdad laboral.

Gracias a las maravillosas herramientas de la sociedad digital, teóricamente somos capaces de dar y recibir más apoyo que nunca. Las plataformas de medios sociales nos permiten aprender más acerca de uno al otro y mantenernos en contacto constante, por lo que tendemos a asumir que este conocimiento promueve la empatía y la conexión. Nos sentimos más educados sobre los problemas estructurales de desigualdad y sobre las cuestiones humanitarias mundiales. Sin embargo, ¿quién está haciendo el trabajo real de enseñanza?

Para muchas personas, yo incluida, la tecnología moderna y la infraestructura de los medios sociales en realidad no ha hecho la vida más fácil. De hecho, se ha facilitado la demanda de más trabajo emocional sin ningún dinero extra en nuestros cheques de pago. Y como es el caso de casi todo el trabajo, termina siendo la gente menos privilegiada que está haciendo el levantamiento pesado. En Twitter, es sobre todo las mujeres de color, arriesgando el acoso cada vez que hablan, quienes están ofreciendo regularmente lecciones sobre raza, interseccionalidad, o Política. Si te has “despertado” como resultado de pasar tiempo en los medios sociales, fue debido a la labor desagradecida de los voluntarios que servían este contenido, usualmente bajo estrés (y para el beneficio de las plataformas que usan).

Yo también trato de hacer este trabajo, cuando es apropiado. Pero el trabajo emocional también puede ser íntimo, abarcando la energía que las mujeres socializan desproporcionadamente para mejorar los conflictos interpersonales. En la era de Facebook, los desafíos diarios de todas las vidas de mis amigos siempre están justo delante de mí. Se hace difícil fingir que no he visto una llamada de ayuda o apoyo, incluso varias, en el medio de mi día de trabajo real, cuyos límites están comenzando a disolverse. De alguna manera puedo perder horas en diálogo de apoyo con alguien que no es un amigo particularmente íntimo, o en argumentos de Internet para defender mis valores contra extraños que nunca conoceré.

“Paso demasiado tiempo en los medios sociales” es una queja privilegiada en el gran esquema, para estar seguro. Pero en general, mis amigos y yo estamos terminando cada vez más nuestros días conectados y ansiosos, cansado como si hubiéramos trabajado por dinero, pero sintiéndonos más vacío. El porcentaje de mujeres que optan por omitir la maternidad se ha duplicado desde la década de 1970, y aunque hay todo tipo de factores generacionales y económicos involucrados, me pregunto: ¿Qué pasa si las mujeres de hoy sólo sienten que estamos todos sin amor?

En los años sesenta, Joseph Weizenbaum creó un Chatbot terapeutica llamado Eliza en el laboratorio de inteligencia artificial del MIT. Aunque nunca quiso diseñar un terapeuta de inteligencia artificial (IA) “real”, Weizenbaum se sorprendió al ver a su secretaria cada vez mas pegada a Eliza voluntariamente porque la IA ofrecía a los “pacientes” indicaciones suaves sobre sus condiciones, o repetía sus respuestas de nuevo. Lo que se había previsto como una sátira del humo y los espejos detrás de este simulacro de empatía (y, en cierta medida, ciertas técnicas terapéuticas) se convirtió en una carretera de investigación en la psique humana.

Weizenbaum no podría haber predicho que tanta gente mantendría un interés en Eliza, que sentirían un vínculo con ella, que pasarían las próximas décadas escribiendo sus secretos en una pantalla brillante. Ese apego inesperado proporciona una pista importante acerca de nuestras esperanzas para la IA — que queremos mucho, recurrir a ella para el trabajo emocional, y que estamos dispuestos a hacerlo sin importar cuán mal te corresponda.

Durante mucho tiempo hemos estado pensando en cómo la IA podría ser capaz de apoderarse de parte de este trabajo, ya sea atendiendo a los misterios del corazón humano o a las cargas existenciales diarias de una sociedad injusta. Los terapeutas robots, mayordomos, sirvientas, enfermeras y muñecas sexuales son componentes familiares de la fantasía tecno-utópica del futuro, donde las máquinas obedientes realizan todas nuestras tareas indeseables, mientras disfrutamos de vidas de ocio. Pero estas dinámicas familiares en realidad pueden ser sobre la crianza y el cuidado tanto, y tal vez incluso más, de lo que son sobre el servicio o la mano de obra.

En 1985 vi mi primer juguete robótico. Era un osito de peluche llamado Teddy. Ruxpin, que leía en voz alta a los niños gracias a los libros sobre cassettes insertados en su vientre. En los anuncios televisivos, Teddy salía con los niños después de la escuela, mientras que sus padres, presumiblemente, subían las escaleras y los rascacielos de la época; o les leía amorosamente o les cantaba para dormir por la noche, su mandíbula borrosa cliqueando en el tiempo. En ese mismo año, presentada la cuarta película Rocky, en la que el boxeador Sylvester Stallone -ahora rico- infamemente regala a su viejo amigo Paulie un mayordomo robot parlante. Era en los 1980s, esta idea que la plenitud económica podría crear una escalera directamente al futuro de la tecnología y el ocio. El robot real que apareció en la película, Sico, fue creado para ayudar a los niños autistas con la comunicación antes de que cayera presa de la atracción de Hollywood. En la película, Paulie de alguna manera readapta la funcionalmente compleja voz masculina del siervo de en un compañero social de voz femenina, de la que finalmente se encariña (”She Loves Me”, exclama).

Tal vez para el cuidado de los niños, un oso de juguete suave en overoles, puede no tener género. Cuando se trata del mundo de los adultos, seguimos por defecto a la hora de ver tanto el servicio como la crianza como áreas predominantemente femeninas. El porqué la IA de hoy con frecuencia emplea la voz de una mujer es el tema de muchas investigaciones, discusiones y especulación. Se ha dicho que asociamos servicio o sumisión con las mujeres, que un consumidor de tecnología predominantemente masculino consume productos de lujo con el sexo, o que todo el mundo supuestamente sólo responde mejor al sonido de una voz que considera de una mujer. Azuma Hikari, “La respuesta de Japón a Alexa, “es un asistente virtual que le dice a su amo que lo extraña cuando se ha ido, que no puede esperar a que llegue a casa. Ese tipo de cosas no sólo se enredan incómodamente con el sexo y la sumisión, sino también con el compañerismo, el cuidado y el goteo de las interacciones diarias que constituyen el trabajo emocional en la era digital. Queremos que nuestros robots sean mujeres porque ya esperamos conseguir nuestro trabajo emocional de las mujeres.

Me imagino a alguien que se centra en desmantelar el patriarcado y todo eso, pero incluso me siento un poco defraudada cuando sigo el absurdo impulso de decir “gracias” a Alexa, y ella no responde. Por supuesto, Alexa sólo escucha mi voz cuando me oye decir su “palabra de despertar”, de lo contrario podría estar también husmeando todo el tiempo. Pero la interacción todavía se siente estéril sin ese florecimiento extra de trabajo diseñado para tranquilizarme que no he sido una imposición, que mis necesidades son normales. No sólo quiero que toque una canción o me diga el tiempo; quiero que me haga sentir bien por preguntar, también.

Este impulso particular podría no ser propicio para una sociedad sana. En un artículo titulado “El peligro de externalizar el trabajo emocional a los robots, “Christine Rosen cita la investigación de la advertencia de las formas en que dejar que los seres artificiales mantengan nuestras zonas de confort puede homogeneizar el vocabulario de la atención -en otras palabras, si un robot puede sonreír cortésmente al mando, ¿dejamos de apreciar lo que a veces cuesta a un ser humano hacer lo mismo? Todos los Outsourcing arriesgan una devaluación de la mano de obra local — podemos solidarizarnos aún menos, ver nuestra inteligencia emocional regresar, o crear nuevos mensajes sociales extraños sobre quién merece (o puede permitirse) cuidar. Si nuestros asistentes virtuales y obreros emocionales están resultando ser calmantes, mujeres-voz con IA, ¿cerrará ciertas brechas para las mujeres humanas? ¿o las ratificará?

Complicando estas preguntas es el hecho de que los robots, los asistentes virtuales, el software de productividad, los tonos de correo electrónico, los algoritmos de cálculo de datos, y cualquier cosa similar bajo el sol están ahora siendo arados en masa bajo la marquesina de “IA”, cuando muchos son sólo algoritmos crudos o software de coincidencia de patrones. Google espera que un bot pueda ayudar a identificar los comentarios tóxicos de Internet, mientras Facebook está probando una IA que puede detectar a los usuarios que pueden ser suicidas y ofrecer opciones para intervenir. Como Ian Bogost dice que cuando escribe sobre la insignificancia del término IA, estas soluciones son violentamente imperfectas y fácilmente abusadas, artificiales, pero no particularmente inteligentes.

Sin embargo, hay áreas clave de la vida online donde la IA (o software, o algoritmos) muestran un gran potencial para intervenir. El desarrollador creativo de tecnología basado en Portland, Feal Train colaboró con el notable activista de Black Lives Matter,mDeray McKesson en un bot de Twitter llamado @staywokebot, que está diseñado para ofrecer mensajes de apoyo a los activistas negros y sostener parte de la tensión de hacer frente al ruido de los medios de comunicación social; eventualmente tiene como objetivo actuar como una línea frontal para preguntas a nivel de 101 como “¿por qué no importan todas las vidas?”. El bot ya puede decirle a la gente cómo ponerse en contacto con sus representantes locales, y un objetivo para el futuro se ve proporcionando respuestas a preguntas complejas pero comunes sobre la justicia, aliviando a los activistas de las demandas de participar continuamente en esas conversaciones ellos mismos.

Luego está el horror distópico que los moderadores de contenidos enfrentan en plataformas como Facebook, crónicas en detalles especialmente espantosos en este 2014 Wiredarticle. Puede que no se vea como un trabajo agotador o hábil, pero vadear a través de una marcha constante de los genitales, la pornografía infantil, y las decapitaciones sin duda toma su peaje. Actualmente, los algoritmos sólo pueden hacer conjeturas contundentes sobre el tono o el contexto de una broma, una frase o una imagen, por lo que la intuición humana aún importa mucho. El problema, entonces, es que una persona real tiene que mirar cada pedacito que potencialmente viola el contenido, pesando el mérito de cada uno, día tras día. Aquí, una máquina inteligente podría formar al menos una primera defensa, por lo que los moderadores humanos tal vez sólo tendrían que estudiar situaciones más sutiles y más matizadas.

Mitu Khandaker-Kokoris es el director creativo de Spirit AI en Londres, Reino Unido, una compañía de software enfocada en usar la tecnología de IA para desarrollar interacciones de carácter más humanas y plausibles, tanto dentro de mundos de videojuegos como fuera de ellos, en el área tensa de gestión comunitaria. Las comunidades de juego son uno de los muchos espacios complicados donde la gente quiere probar los límites tanto como quieren encontrar lugares culturales en que se sientan seguros. Le alcancé a hablar sobre una de las herramientas de su empresa, Ally, que pretende hacer que todo tipo de plataformas sociales se sientan más seguras y más inclusivas para todos.

“¿Cómo lidiamos con el abuso emocional que la gente dirige uno a otro, y cómo intervenimos en él? En la actualidad es difícil para los moderadores, y es difícil para las personas que son víctimas, tener que esperar a que se resuelva una situación”, dice Khandaker-Kokoris.

Ally propone reconocer algunos de los signos de una interacción potencialmente problemática — no sólo cuando se trata de hablar o de contacto directo, sino también de comportamientos como el acoso o el hostigamiento. A partir de ahí, un personaje de IA, sus parámetros formados por los propietarios del producto en el que vive, le pedirá al objetivo de la conducta si están bien, y si cualquier acción es necesaria.

Este enfoque permite a los usuarios definir sus propios límites individuales, y a la IA aprender de sus interacciones con ellos acerca de cuándo intervenir y para quién. “los límites son súper complejos”, Khandaker-Kokoris dice. “Estamos bien con ciertas cosas en ciertos momentos y no otros, y podría incluso depender del estado de ánimo en el que estás. Así este personaje de IA y sus interacciones con ellos puede ser utilizado como un mediador para sus interacciones con el resto de la comunidad. Creo que es un caso claro en el que podemos reducir la carga emocional tanto en las víctimas como en los moderadores.”

Mientras Khandaker-Kokoris comparte algunas de las dudas que muchos sienten acerca de la externalización del trabajo emocional a la automatización, en general ella y yo coincidimos en que el sector tecnológico necesita seguir trabajando para entender mejor el trabajo emocional con el fin de de-construirlo y, quizás, delegarlo de manera significativa. Hablar con ella me hizo sentir esperanzada de que la intervención selectiva, considerada por la inteligencia artificial podría algún día ayudarme a curar mejores límites personales en un ambiente que es más agotador que nunca, más abrumador y exigente, especialmente para las mujeres y la gente de color.

Mientras tanto, es probable que la industria de la tecnología continúe utilizando las voces de las mujeres para sus productos, pero en verdad no nos escuchan en la vida real, al igual que una nueva ola de asistentes virtuales más inteligentes, seguramente viene hacia nosotros. Para calmarnos y recompensarnos; para nutrirnos del interior de nuestros Smartphones, casas inteligentes, y coches inteligentes.

Por ahora, sin embargo, para aquellos que ya están demasiado cansados de la vida online, la inteligencia emocional de nuestra tecnología todavía se siente como un sueño lejano. Lampadia




Los impactos del cambio tecnológico

Los impactos del cambio tecnológico

Entrevista a José Ramón López Portillo
Autor del libro “La Gran Transición: Retos y Oportunidades del cambio Tecnológico Exponencial”, FCE
Entrevista de Jaime de Althaus y Pablo Bustamante

Lampadia

Un tema crucial de cuyo manejo en nuestro país dependerá si avanzamos hacia un nuevo mundo o nos hundimos en el atraso sin esperanza.

Todas las actividades humanas van a ser sustituidas por las máquinas

“¿Quién paga el ingreso básico universal? ¿Lo paga el Estado de cada país o lo paga una especie de caja de la totalidad de los países? ¿Las compañías norteamericanas van a pagar también el ingreso de los peruanos o los mexicanos?”

“La idea que tienen algunos es “Vamos a extraer de los grandes poseedores de tecnología, de los que se están beneficiando, una proporción cada vez menor y con eso sería suficiente para sacar al resto de la humanidad de la pobreza”. El problema es cómo organizamos tal cosa”.

“…entonces el proceso de industrialización para insertarnos en la economía mundial es cada vez menos significativo, estamos siendo irrelevantes”.

“Si cambiamos nuestra metodología y nuestras acciones y vamos a una política pública que oriente los esfuerzos y los recursos hacia la innovación, con objetivos claros, cuantificados, para hacer ciertas cosas que sean en beneficio de nuestras sociedades, podemos dar saltos cuánticos adelante”.

“…bastaría una proporción cada vez menor de esa riqueza generada para levantar a la totalidad de la humanidad de la pobreza y sacarla de la postración y ofrecer igualdad de oportunidades y de seguridades”.

“…países como China que dicen “Sí, yo podría ser un Estado autoritario digital, pero te voy a garantizar 2 cosas: te voy a garantizar un aumento en tu bienestar, te voy a garantizar paz, seguridad, educación, salud, etc., solo que tú vas a ser un ciudadano modelo”. Y el ciudadano modelo dice: “Sí, mejor lo soy porque ahí está el gran hermano, el big brother viéndome y no tiene sentido”

“Los cursos abiertos masivos en línea, que le permitían a cualquier persona capacitarse utilizando los programas digitales del Internet, vienen ahora acompañados de inteligencia artificial. Lo que hacen es que ven a cada estudiante como una persona a la cual van a adaptar la educación. Ahora, con los nuevos programas, la propia inteligencia artificial te va estimulando”.

– Lo que llamas el cambio tecnológico exponencial va a sustituir muchos empleos, pero va a generar nuevos. Ahora, no hay manera de predecir cómo se va a resolver esa ecuación, si finalmente va a desplazar mucho más de lo que va a generar o se van a generar más empleos.

– En primer lugar, quiero explicar que digo exponencial porque eso da la idea de que el cambio tecnológico crece cada vez más rápido, y muchos advierten que las fuerzas de la economía capitalista y también las del capitalismo de Estado, están generando las condiciones para un proceso de automatización creciente de actividades, no necesariamente de empleos, pero de actividades. Esto significa que, por ejemplo, si su ocupación es la contaduría, una parte del tiempo que dedica a sacar fotocopias o hacer cálculos que son predictivos, todo eso lo pueden hacer las máquinas; el resto del tiempo, digamos 60% del tiempo, no es todavía automatizable y, por tanto, no va a ser desplazado por las máquinas. Es así como tiene uno que concebir la automatización y el desplazamiento del empleo. Ahora, si me refiero a otros casos, como el electricista o el plomero o el agente legal o el agente literario o el que redacta o narra eventos deportivos, cada caso es distinto y la automatización ataca esas actividades de manera distinta.

– ¿Qué tipo de actividades serán afectadas?

Todo tipo de actividades. Hay 2 grandes tendencias. La primera es a la automatización o sustitución de las habilidades en la medida en que sean predecibles, repetitivas o peligrosas. ¿Por qué? Porque los robots, como sabemos, pueden soldar una pieza de un automóvil que se encuentra exactamente en tal posición, con una intensidad y efectividad mayor que ningún soldador. La segunda se refiere al contenido de valor de actividad de cada quien: uno puede ser un obrero de construcción que tenderá a ser automatizado, pero si el obrero posee capacidades especiales para hacer, por ejemplo, las cornisas, las esquinas, que son difíciles para los robots, uno va a preferir esa tarea más artesanal. O simplemente porque tiene un valor para nosotros de seguridad o no. Los aviones pueden volar completamente automatizados, pero yo preferiría que hubiera un piloto humano al mando que por lo menos pueda tomar el control. Entonces, depende de estas dos grandes variables.

– Ahora, todas aquellas esas actividades profesionales que puedan ser llevadas a cabo por inteligencia artificial, también van a ser reemplazadas: los médicos, los economistas en muchos casos…

Así es. Yo he leído lo que producen los expertos en la materia, utilizan grandes datos y llegan a conclusiones y lo que veo es que las conclusiones están disparatadas; unos dicen que el desempleo va a ser muy grande, otros dicen que va a ser menor, unos dicen que va a ser en ciertas áreas, otros dicen que van a ser en otras áreas.

– La gran mayoría dice que va a ser muy grande, ¿no?

La gran mayoría dice que va a ser muy grande, pero es un problema de tiempo, ¿cuándo? Porque esto es un tsunami que va elevando su nivel aceleradamente. El tsunami no acaba, no es una ola, y, por lo tanto, eventualmente en equis años -20, 50, 100-, no importa, eventualmente todos los trabajos, todas las actividades humanas van a ser sustituidas por las máquinas si continúa el tipo de economía en la que vivimos.

– ¿Y qué tipo de empleos se van a generar? Es decir, ¿qué nuevos empleos van a aparecer?

Cuando uno ve el tipo de nuevos empleos, están casi todos relacionados a actividades creativas y a altas habilidades. Puede ser un electricista y puede ser igualmente un artista, pero en la media en que haya creatividad, esas van a perdurar más tiempo; en la medida en que haya interacción humana, y eso no pueda ser reproducido por los robots, esos trabajos van a perdurar.

Pero se habla hasta de composiciones de música por inteligencia artificial, o pintura; en verdad no hay límite a la imaginación…

No hay límite a la automatización, no.

– Inclusive se ha tomado tan en serio este proceso de desplazamiento del trabajo tradicional y no tradicional, que se empieza a hablar de este bono ciudadano universal para remunerar a la gente que se quede sin trabajo…

Sí, el ingreso básico universal…

– …que es una propuesta un poco complicada porque es resignarse a vivir del subsidio toda tu vida, pero que tus hijos y tus nietos lo hagan igual, con lo cual la dignidad humana sufriría un tremendo shock. ¿Qué piensas sobre esas cosas?

Completamente de acuerdo. La preocupación es que, si eventualmente las máquinas van a automatizar la totalidad o prácticamente la totalidad de nuestras ocupaciones, nosotros perderemos necesariamente nuestros trabajos, y aun si no los perdemos completamente, nuestros ingresos tenderán a ser menores porque estaremos compitiendo con un enorme número de gente que va a querer hacer lo mismo. Entonces el efecto de esto es que se eleva la productividad para algunos, pero el resto de la gente no ve elevar su productividad. Se concentra el ingreso, la riqueza, el poder económico y político en cada vez menos manos y se está viendo ya que las empresas de alta tecnología están ocupando los primeros lugares en el rango de las más poderosas del mundo. Si comparas las 10 más importantes de hace 10 años con las 10 más importantes de ahora, antes eran petroleras, etc., ahora son básicamente las digitales. Lo que muchos han pensado es en un ingreso básico universal o en un bono ciudadano, el problema que tiene esto –y eso algo que precisamente Noah Yuyal Harari mencionó, junto con muchos otros- es que el ingreso básico universal tiene tres componentes: el ingreso, el básico y el universal. El ingreso está muy bien y es un estipendio que se le da a alguien por existir, por ser ciudadano, por lo que sea, pero el básico y el universal tienen dos características que son muy difíciles de ponderar. La primera, lo básico implica que puedes satisfacer las necesidades básicas…

– ¿Cuáles son?

…cuáles son esas necesidades y cómo se definen, en dónde se definen, en qué país, región, etc.; y la otra es la universalidad, que se refiere a quién lo paga. ¿Lo paga el Estado de cada país o lo paga una especie de caja de la totalidad de los países? ¿Las compañías norteamericanas van a pagar también el ingreso de los peruanos o los mexicanos?

– Por ejemplo, un país como Singapur o Finlandia puede establecer un impuesto a la alta productividad para repartir el impuesto básico universal, pero ¿quién va a generar el ingreso básico universal de los pobres de la India, de África o de América Latina? Es alarmante.

Exacto. Es alarmante porque si tenemos una dinámica de desigualdad creciente y acelerada, y si la economía está siendo cada vez más rica, entonces la idea que tienen algunos es “Vamos a extraer de los grandes poseedores de tecnología, de los que se están beneficiando, una proporción cada vez menor y con eso sería suficiente para sacar al resto de la humanidad de la pobreza”. El problema es cómo organizamos tal cosa.

– Además la automatización, la robotización, va a hacer posible que muchas fábricas que se han trasladado de los países desarrollados a los países emergentes, regresen a sus países de origen porque ya no hay el problema de la mano de obra barata, porque van a trabajar con robots precisamente. Entonces, probablemente los países emergentes van a perder sus ventajas competitivas y podrían al margen de la división mundial del trabajo…

Así es, usted lo describió perfectamente bien. El proceso de inserción de nuestros países al comercio internacional ha consistido en que no queremos ser nada más que proveedores de mano de obra barata y de recursos naturales simples, sino que queremos dar valor agregado a lo que generamos. Entendamos que las nuevas tecnologías desplazan y desechan ya esta contribución también, entonces el proceso de industrialización para insertarnos en la economía mundial es cada vez menos significativo, estamos siendo irrelevantes.

– Es una proposición obsoleta.

Es una proposición ya obsoleta, exactamente. Si uno ve en las cadenas globales de valor cuánto valor aporta qué clase de actividad, uno ve que las anteriores y las posteriores a la manufactura han cobrado cada vez más fuerza y, por tanto, la manufactura en esos países es cada vez menos importante. Esto significa que tenemos que modificar la manera en que debemos orientar nuestras economías. Y tiene razón, uno de los procesos de la automatización y de la aplicación de sistemas de inteligencia artificial y de cosas como energía solar, impresoras 3D, etc., es el reshoring, que es la reincorporación, como lo dijo usted, de la manufactura a los países de origen. Por ejemplo, recientemente Nike, que producía medio millón de zapatos, decidió cerrar una serie de fábricas y en vez de tener a miles de empleados, 160 van a producir medio millón ahora en Alemania, ya no más en otras partes.

– Inclusive en cosas como agro-exportación.

O la agro-exportación.

– Se habla, por ejemplo, de la producción de carne por reproducción celular, que es indispensable para evitar el metano, por ejemplo, o el requerimiento de tierras y agua, que no hay, para 9 mil millones de personas en los próximos años.

Así es.

– O se habla de la posibilidad de tener fábricas verticales en Nueva York o Chicago, de alcachofas y cebollas.

Exacto.

– Entonces en el largo plazo se vienen posibilidades que desplazan a los países en desarrollo de la división de trabajo o, mucho más que eso, de participar del mundo tecnologizado.

Correcto, completamente de acuerdo, el problema entonces está en nosotros. Eso va a ocurrir si nosotros insistimos en la forma de insertarnos en las cadenas de valor internacionales. Si cambiamos nuestra metodología y nuestras acciones y vamos a una política pública que oriente los esfuerzos y los recursos hacia la innovación, con objetivos claros, cuantificados, para hacer ciertas cosas que sean en beneficio de nuestras sociedades, podemos dar saltos cuánticos adelante. Y es lo que yo propongo un poco en este libro.

– Ahora, estas tecnologías nuevas van a permitir que las familias, las comunidades locales, puedan producir la mayor parte de cosas que necesitan. Con impresoras 3D voy a poder fabricar todo lo que quiera; entonces vamos a regresar a un paleolítico ultra-tecnificado, en el sentido de la autarquía de las unidades sociales. El comercio internacional se va a deprimir, porque todas las comunidades locales podrían ser eventualmente autosuficientes. Entonces, ¿cuál podría ser la ventaja competitiva de un país como Perú o como México? ¿O tendremos que desarrollar todas esas tecnologías para ser autosuficientes? ¿En qué va a consistir la globalización?

Exacto, eventualmente, es cierto, podemos regresar no al paleolítico, pero sí a un sistema de alto beneficio generalizado sin dejar a nadie atrás, lo que pensadores de izquierda y derecha llaman “los comunes colaborativos”. Es decir, no piensan como los marxistas, piensan en algo mucho más dinámico; la gente se organiza para cultivar en casa, producir sus satisfactores en casa, generar sus alimentos en casa…

…la energía.

…la energía solar, etc., eso es un poco la tendencia. Entonces, nomás para conectar la idea del ingreso básico universal con esto, en vez de dar un ingreso básico universal se puede generar un estipendio, como sugieren algunos pensadores, un estipendio para…

– ¿Generar capacidades?

Exacto, para generar las capacidades y para trabajar en las comunidades y para ayudar a los viejos, a los jóvenes, a educar, etc. Eso sería mucho más útil, la gente se sentiría también útil en ese sentido.

– Aunque por el momento las materias primas se convierten en un recurso estratégico para que los desarrollados puedan rehacerlas en sus productos de alta tecnología que nosotros todavía estamos lejos de poder hacer.

Sí. Por ejemplo, Perú ha exportado entre otras cosas cobre y ahora acaba de encontrar grandes cantidades de litio de alta calidad; ahora, el litio es un elemento cada vez más importante en baterías y en otros tipos de sistemas electrónicos, además de los medicinales y sicotrópicos, etc. Ustedes van a exportar litio seguramente de manera muy importante en los próximos años porque es conveniente.

– Por otro lado, si en Nueva York ofrecen una cebolla hecha en una fábrica vertical en Nueva York o una cebolla hecha en Ica, en Perú, la de Ica, en Perú, va a valer mucho más.

Por supuesto, exacto.

– Pero el cobre podría ser sustituido por el grafeno…

Es posible…

– … o la minería terrestre puede ser sustituida por la submarina o de meteoritos; están abiertos todos esos pasos.

Todas esas posibilidades están abiertas y el libro se llama “La gran transición” porque podemos llegar a un futuro o a otro. El futuro no existe, el futuro, cualquiera que lo pueda imaginar de una u otra manera, es simplemente eso: una imaginación. El futuro depende de nosotros y de lo que hagamos, y la gran transición es justamente este proceso, descubrir lo que viene, adecuar nuestras acciones para eliminar los futuros que no queremos e invertirle todo al futuro que sí queremos. Y eso lo podemos hacer nuestros países, porque podemos saltos cuánticos.

– ¿Cómo? ¿Qué deben hacer nuestros países? ¿Cómo se deben organizar para manejar este proceso y que no terminemos barridos por esta ola? Partimos con brechas, entonces, ¿el primer proceso es cerrar las brechas? ¿Generar riqueza aceleradamente?

Bueno, efectivamente, estamos trabajando inclusive en Oxford en un modelo sobre eso: ¿qué es mejor, apostarle a la igualdad ahora o apostarle a la igualdad o al mejoramiento de la vida más adelante? Aparentemente, la forma más rápida de que todos eleven su nivel de vida es un sistema en el que se genera tanta riqueza en el mundo, tan rápidamente, que bastaría una proporción cada vez menor de esa riqueza generada para levantar a la totalidad de la humanidad de la pobreza y sacarla de la postración y ofrecer igualdad de oportunidades y de seguridades. Esa es una visión.

– ¿Eso están pensando en Oxford?

No, es un modelo. El otro es que no podemos llegar allá sin fortalecer nuestro mercado interno; países como Perú, países como México, tienen un mercado interno muy desigual.

– Pero más que el mercado, ciudadanos que tienen niveles de educación muy bajos, niveles de salud muy bajos, accesos a infraestructura muy limitadas y eso es lo que habría que darles.

Sí, efectivamente. Entonces, en lugar de pensar en igualdad económica, hay que pensar en igualdad de oportunidades y de seguridades, y esto es lo que todo el mundo dice, de enseñarle a pescar a la gente en lugar de pescar. Pero, ¿cómo se puede hacer esto? Bueno, hay sistemas de educación, hay sistemas de capacitación, etc., que se pueden hacer cada vez más baratos y más accesibles a través de Internet, generalizar la capacidad de uso del Internet, digitalizar nuestras economías, la totalidad de nuestras economías…

– Sin celulares jamás hubiera habido la penetración de teléfonos que hay hoy día en el mundo, y no requieren cables de cobre.

Claro, y que tantos campesinos puedan conocer qué fertilizantes utilizar o qué cosechar el año siguiente. En fin, todo esto potencia las posibilidades creativas de toda la sociedad. Entonces, igualdad de seguridades, igual de oportunidades y orientar la economía hacia misiones de innovación, esto requiere una nueva gobernanza y marcos regulatorios. Es decir, adecuar la forma en que el Estado interactúa con el sector privado, con la academia, con la sociedad civil y con la comunidad internacional para generar el bien social.

– Como dices en el libro, las Naciones Unidas omitió en sus nuevos objetivos del desarrollo considerar el tema del salto tecnológico.

Es increíble, pero así es y yo luché por eso y México tomó la delantera, junto con otros países, como el Perú, de apoyar una resolución que introdujera estos temas en la Agenda 2030, porque lo cruza. Se tiene que hacer un mapa de ruta aquí, una hoja de ruta.

– Ahora, estos avances –el Internet, las redes- son ambivalentes. Por un lado, el desarrollo de las redes fomenta la desaparición de la intermediación política, de la intermediación periodística, fomenta el mundo de la pos-verdad, de las mentiras, del populismo, la democracia directa versus la democracia representativa, ¿no es cierto?

Correcto.

– Pero, por otro lado, todo lo que es digitalización, transparencia, estaría facilitando más bien un mundo cada más racional, decisiones cada vez más informadas basadas en inteligencia artificial, por ejemplo…

Pero mira la cultura: los idiomas que están desapareciendo dejarían de desaparecer, porque habría los traductores orales y escritos a cualquier lengua, por más que haya pocos habitantes que lo hablen.

– Mi pregunta iba a cómo esta transición tecnológica va a afectar a la política o va a afectar a la organización del Estado, a la relación entre Estado y sociedad. Por un lado, tenemos esta tendencia al populismo y, por otro lado, a decisiones cada vez más racionales, informadas. ¿Cómo ves eso?

Absolutamente, esa es la gran pregunta. Yo por eso escribí el libro en español, porque hay muy poco escrito o investigado sobre países hispanoparlantes y, en general, sobre países en desarrollo. Nuestros países tenemos los elementos y las instituciones suficientes para organizarnos y colaborar. Está la CEPAL, está también la Alianza del Pacífico y hay muchas otras organizaciones subregionales y regionales en donde nos podemos montar para hacer un trabajo colaborativo. Por ejemplo, en materia de digitalización creo que hay cierta tendencia que deja una luz de que vamos a poder hacer algo conjuntamente.

– ¿Cómo ves lo que está haciendo el Perú al respecto? ¿Es muy primitivo todavía?

Efectivamente, en el caso de Perú, la proporción de inversión en investigación y desarrollo respecto del PIB es muy baja, es de menos 0.25 %. En el mundo se ubica en un 1.6 o 7 % del producto interno bruto. En México, que la Ley de Ciencia y Tecnología decía 1 %, no hemos llegado allá, nos mantenemos en 0.55 %; Brasil tiene 1.1 % de su PIB. Toda nuestra región está por debajo de los niveles mundiales de investigación, de desarrollo y de innovación, y eso no deja muy mal capacitados para adaptar esta tecnología y traducirla a programas de bienestar social. Y esto da lugar, junto con lo que han dicho ustedes respecto de nuestra inserción en el comercio internacional, a que las clases medias que ya estaban logrando salir adelante, se vean otra vez rebasadas por los hechos y esto genera incertidumbre social y una reacción. Esto puede llevar a regímenes populistas que los vemos por todo el mundo. ¿Por qué está sucediendo en Estados Unidos, en Hungría, en Austria, en Polonia, en Italia? ¿Por qué está surgiendo el populismo en estos? Porque las clases medias han perdido su sustento y el populismo, asociado con los grandes poderes, tiende a autorizar sistemas autoritarios.

– Ahora, en nuestros países las empresas privadas han adaptado tecnologías de los países desarrollados, y eso no está computado en los indicadores de tecnología y ciencia.

No.

– Si no se computa, ¿no nos están haciendo equivocar en fomentar procesos de investigación y desarrollo a través de los Estados, cuando los Estados están más asociados a investigación básica y más bien necesitamos tecnología, que sea el sector privado el que lo absorba?

Exacto, yo estoy de acuerdo, pero hay que fomentar que el sector privado lo pueda hacer. Prácticamente ninguno de nuestros países ha respondido positivamente para tomar el riesgo de la innovación y de la investigación en desarrollo de tecnología; no encuentran financiamiento, no encuentran estímulos fiscales, no encuentran apoyo estratégico, no encuentran información, no encuentran mejores prácticas y no pueden hacerlo ellos solos. El papel del Estado tiene que modificarse. No puede ser el mercado el que dicta la política industrial, tiene que ser el Estado. Porque la alternativa es generar fuerzas hacia un autoritarismo digital. ¿Qué significa esto? Significa que se utilicen las herramientas que ya existen para monitorear a la población.

– Claro, el “ciber-Leviatán” como lo llama José María Lassalle.

Y ya existe, tiene razón. China lo hace. Acabo de estar con José María Lassalle: estamos formando una alianza para luchar contra eso. Hay países como China que dicen “Sí, yo podría ser un Estado autoritario digital, pero te voy a garantizar dos cosas: te voy a garantizar un aumento en tu bienestar, te voy a garantizar paz, seguridad, educación, salud, etc., solo que tú vas a ser un ciudadano modelo”. Y el ciudadano modelo dice: “Sí, mejor lo soy porque ahí está el gran hermano, el big brother viéndome y no tiene sentido”. El crimen en China ha colapsado como resultado de los 200 millones de cámaras que tiene una sociedad de inteligencia artificial.

– Increíble…

Y entonces me dirán, bueno, que quizás algunos Estados pensarán “Nos toca hacer lo mismo”, pero por las razones equivocadas, porque ellos van a querer controlar sin dar las garantías de mayor bienestar.

– Las regulaciones económicas, las regulaciones laborales, ¿cómo deberían ser? ¿Deberían ser lo más flexibles posibles para facilitar el desarrollo de estas cosas?

Yo creo que sí, creo que no hay que interferir con el cálculo que hace el mercado, sino que hay que interferir en el apoyo de las cosas que queremos. Por ejemplo, en el caso de los trabajadores, muy bien que ellos busquen su trabajo, pero hay que apoyarles en ser capacitados, que se puedan reinsertar al mercado laboral.

– En el Perú la informalidad es altísima. Es un obstáculo para la incorporación tecnológica…

Exacto.

– Corremos el riesgo de que todo ese sector quede al margen. ¿O no?

Por supuesto.

– ¿Qué hay que hacer?

Hay 2 grandes procesos, uno, ocuparnos de la niñez, aprender a aprender, darle a la gente los instrumentos para adaptarse, para ser absolutamente cambiante, versátil ante un futuro que es incierto. En El Salvador, por ejemplo, una comunidad que redujo el crimen y se organizó mejor, elevó su nivel de vida y contagió a otras comunidades a hacer lo mismo. Lo otro es capacitarlos en lo básico y lo básico es acceso a Internet, manejo del Internet, mayor conectividad, programas sociales de apoyo…

– ¿Cómo se puede revolucionar la educación aprovechando las nuevas tecnologías?

Los cursos abiertos masivos en línea, que le permitían a cualquier persona capacitarse utilizando los programas digitales del Internet, vienen ahora acompañados de inteligencia artificial. Lo que hacen es que ven a cada estudiante como una persona a la cual van a adaptar la educación. Ahora, con los nuevos programas, la propia inteligencia artificial te va estimulando. Esos ya existen, están ahí y se pueden adaptar…

– El regreso a la educación 1 a 1, como era en la época de los griegos.

Exactamente, educación 1 a 1 y mejor todavía, porque te va a dar ejemplos visuales físicos de mil tipos y asociativos también con otras personas, porque la enseñanza…

– …en lo que te interesa.

En lo que te interesa, porque la enseñanza básica formal está caduca, hay que readaptar completamente los currículos de las universidades y de las escuelas; y existen los instrumentos, hay cientos de programas digitales para la enseñanza. Y estos programas son tan efectivos que los estudiantes, cuando terminan, salen suficientemente preparados, de tal suerte que no requieren de un certificado para presentarse y tener un empleo.

– Pero esta metodología basada en la inteligencia artificial, en la que es one to one y todo eso, ¿cómo hacer para que el Ministerio de Educación incorpore eso? ¿Qué hace, una licitación internacional?

Estoy terminando un estudio para el gobierno de México sobre estos temas y uno de los capítulos es justamente de la hoja de ruta tecnológica, qué tecnologías existen y qué compañías las tienen, las están auspiciando para hacer qué cosas. Y hay una cadena de empresas sobre educación. Pero el secreto no es “Ah, esta empresa hace tal cosa, qué bien” y traerla, no; lo más importante es innovar para adaptar lo que hacen esas empresas y esas tecnologías para lo que uno quiere. Los niños peruanos y los profesionales peruanos necesitan de un tipo de capacitación apropiada a su país, a su cultura, a sus necesidades, a sus comunidades, etc.; y nuestra inteligencia y nuestra creatividad están en adaptar esas tecnologías a ellos. Que ahí están, sí están allí. Lampadia




Lecciones con miras al 2050

Lecciones con miras al 2050

Nadie sabe qué nos guarda hacia mitad del siglo. La Cuarta Revolución Industrial, la cual está relacionada con la robótica, la inteligencia artificial y Big Data, entre otras muchas tecnologías disruptivas, jugará un papel trascendental en la vida de los ciudadanos, empresas y naciones en los próximos años. Sin embargo, las revoluciones industriales traen consigo una disrupción económica, política y social y muchos temen o no quieren cambiar su status quo, el cual los frena de aprovechar los grandes beneficios de la revolución en la educación.

Yuval Noah Harari, el famoso historiador y escritor israelí que destaca por sus afiladas teorías sobre lo que nos espera en el futuro, sostiene que “gran parte de lo que los niños aprenden hoy probablemente sea irrelevante para 2050”. El autor publicó un capítulo de su más reciente libro en ‘Medium’ donde analiza cómo se debería educar a los niños de hoy para el futuro.

El primero de los cambios critica la tendencia generalizada de la educación que los obliga a memorizar una gran cantidad de datos. “En un mundo así lo último que un profesor necesita dar a sus alumnos es más información. Ya tienen demasiada. En cambio, las personas necesitan la capacidad de dar sentido a esa información, distinguir entre lo que es relevante y lo que no y, sobre todo, relacionarlas para conseguir una amplia imagen del mundo”.

Harari destaca que ahora se propone un método educativo llamado “las cuatro C”:

  1. Pensamiento Crítico
  2. Comunicación
  3. Colaboración
  4. Creatividad

Lo más importante, según ellos, será “lidiar con el cambio, aprender cosas nuevas y preservar el equilibrio mental en situaciones desconocidas”. Sobre todo, “reinventarse una y otra vez”.

En Lampadia hemos insistido en la necesidad de emprender una verdadera revolución educativa si queremos nivelarnos con los estándares educativos de los países más avanzados y enfrentar los retos que traerá la Cuarta Revolución Industrial a nuestros pobres. Ver en Lampadia: La educación está en crisis y nosotros estamos de fiesta, Tenemos que emprender una revolución educativa y Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años.

Si no emprendemos cuanto antes una verdadera revolución educativa, corremos el riesgo de que las brechas que separen a nuestra población más pobre de los ciudadanos del nuevo mundo de la ‘cuarta revolución industrial, los dejen para siempre en la marginalidad social, como lo afirma el historiador israelita, Yuval Noah Harari. Ver también en artículo Enderecemos el 2018 donde afirmamos que tenemos que nivelar a nuestros pobres con la población global y evitar que el nuevo mundo de la robótica y la inteligencia artificial los deje en los arrabales de la globalización. Lampadia

Lo que los niños necesitan aprender para triunfar en 2050

El arte de la reinvención será la habilidad más crítica de este siglo

Yuval Noah Harari

Medium
Del libro ’21 Lessons for the 21st Century’, Yuval Noah Harari (capítulo: Educación)
13 de setiembre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

La humanidad se enfrenta a revoluciones sin precedentes, todas nuestras viejas historias se están desmoronando, y hasta ahora no ha surgido ninguna nueva historia que las reemplace. ¿Cómo podemos prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de transformaciones sin precedentes e incertidumbres radicales? Un bebé nacido hoy tendrá treinta y tantos años en 2050. Si todo va bien, ese bebé seguirá existiendo en 2100 e incluso podría ser un ciudadano activo del siglo 22. ¿Qué debemos enseñarle a ese bebé que les ayudará a sobrevivir y prosperar en el mundo de 2050 o el siglo 22? ¿Qué tipo de habilidades necesitarán para conseguir un trabajo, entender lo que sucede a su alrededor y navegar el laberinto de la vida?

Desafortunadamente, dado que nadie sabe cómo será el mundo en 2050, por no hablar de 2100, no sabemos la respuesta a estas preguntas. Por supuesto, los humanos nunca han sido capaces de predecir el futuro con exactitud. Pero hoy es más difícil que nunca porque una vez que la tecnología nos permite diseñar cuerpos, cerebros y mentes, ya no podremos estar seguros de nada, incluidas las cosas que antes parecían fijas y eternas.

Hace mil años, en 1018, había muchas cosas que las personas no sabían sobre el futuro, pero estaban convencidas de que las características básicas de la sociedad humana no iban a cambiar. Si vivías en China en 1018, sabías que para 1050 el Imperio Song podría colapsar, los Khitans podrían invadir desde el norte y las plagas matarían a millones. Sin embargo, le quedó claro que incluso en 1050 la mayoría de las personas seguirían trabajando como agricultores y tejedores, los gobernantes seguirían dependiendo de los humanos para formar sus ejércitos y burocracias, los hombres todavía dominarían a las mujeres, la esperanza de vida seguiría siendo de unos 40, y el cuerpo humano seguiría siendo exactamente el mismo. Por esa razón, en 1018 los padres chinos pobres enseñaron a sus hijos a plantar arroz o tejer seda; los padres más adinerados les enseñaron a sus hijos a leer los clásicos de Confucio, escribir caligrafía o pelear a caballo, y les enseñaron a sus niñas a ser amas de casa modestas y obedientes. Era obvio que estas habilidades aún serían necesarias en 1050.

Para mantenerse al día con el mundo de 2050, se tendrá que hacer más que simplemente inventar nuevas ideas y productos, pero sobre todo, reinventarte una y otra vez.

En contraste, hoy no tenemos idea de cómo se verá China o el resto del mundo en 2050. No sabemos qué hará la gente para ganarse la vida, no sabemos cómo funcionarán los ejércitos o las burocracias, y no sabemos cómo serán las relaciones de género. Algunas personas probablemente vivirán mucho más tiempo que hoy, y el propio cuerpo humano podría sufrir una revolución sin precedentes, gracias a la bioingeniería y las interfaces directas entre el cerebro y la computadora. Mucho de lo que los niños aprenden hoy probablemente será irrelevante para el 2050.

En la actualidad, demasiadas escuelas se enfocan en acumular información en el cerebro de los niños. En el pasado, esto tenía sentido, porque la información era escasa e incluso el lento goteo de información existente era bloqueado repetidamente por la censura. Si vivías, por ejemplo, en una pequeña ciudad de provincia en México en 1800, era difícil para ti saber mucho sobre el mundo en general. No había radio, televisión, diario o biblioteca pública. Incluso si usted sabía leer y escribir y tenía acceso a una biblioteca privada, no había mucho más que leer aparte de novelas y tratados religiosos. El imperio español censuró en gran medida todos los textos impresos localmente y permitió que solo se importara desde el exterior un gran número de publicaciones revisadas. Lo mismo era cierto si vivías en alguna ciudad provincial en Rusia, India, Turquía o China. Cuando llegaron las escuelas modernas, enseñando a cada niño a leer y escribir e impartiendo los datos básicos de la geografía, la historia y la biología, representaron una mejora inmensa.

En contraste, en el siglo XXI, estamos inundados de enormes cantidades de información, y los censores ni siquiera intentan bloquearla. Más bien están ocupados difundiendo información errónea o distrayéndonos con irrelevancias. Si vives en una ciudad provincial de México y tienes un teléfono inteligente, puedes pasar muchas vidas leyendo Wikipedia, viendo TED Talks y tomando cursos gratuitos en línea. Ningún gobierno puede esperar ocultar toda la información que no le gusta. Por otro lado, es alarmantemente fácil inundar al público con informes contradictorios y pistas falsas. La gente de todo el mundo está a solo un clic de los últimos informes sobre el bombardeo de Alepo o las capas de hielo que se derriten en el Ártico, pero hay tantos informes contradictorios que es difícil saber qué creer. Además, muchas otras cosas están a solo un clic de distancia, lo que dificulta la concentración, y cuando la política o la ciencia parecen demasiado complicadas, es tentador cambiar a videos divertidos sobre gatos, chismes de celebridades o pornografía.

En un mundo así, lo último que un profesor necesita darle a sus alumnos es más información. Ya tienen demasiado de eso. En cambio, las personas necesitan la capacidad de dar sentido a la información, de distinguir la diferencia entre lo que es importante y lo que no lo es, y, sobre todo, combinar muchos bits de información en una imagen amplia del mundo.

En verdad, este ha sido el ideal de la educación liberal occidental durante siglos, pero hasta ahora, incluso muchas escuelas occidentales han sido un tanto flojas en su cumplimiento. Los maestros se permitieron enfocarse en impartir datos mientras alentaban a los estudiantes a “pensar por sí mismos”. Debido a su temor al autoritarismo, las escuelas liberales han tenido un horror particular hacia las grandes narrativas. Han asumido que mientras les demos a los estudiantes muchos datos y un mínimo de libertad, los estudiantes crearán su propia imagen del mundo, e incluso si esta generación no sintetiza todos los datos en una historia coherente y significativa sobre el mundo, habrá un montón de tiempo para construir una mejor síntesis en el futuro.

Ya nos hemos quedado sin tiempo. Las decisiones que tomemos en las próximas décadas darán forma al futuro de la vida en sí misma, y ​​podemos tomar estas decisiones basadas solo en nuestra cosmovisión actual. Si esta generación carece de una visión integral del cosmos, el futuro de la vida se decidirá al azar.

Prendiendo el motor

Además de la información, la mayoría de las escuelas también se enfocan demasiado en brindarles a los estudiantes un conjunto de habilidades predeterminadas, como resolver ecuaciones diferenciales, escribir códigos de computadora en C ++, identificar sustancias químicas en un tubo de ensayo o conversar en chino. Sin embargo, como no tenemos idea de cómo será el mundo y el mercado laboral en 2050, no sabemos realmente qué habilidades particulares necesitarán las personas. Podríamos invertir mucho esfuerzo enseñando a los niños a escribir en C ++ o hablar chino, solo para descubrir que para 2050, la inteligencia artificial puede codificar el software mucho mejor que los humanos y una nueva aplicación de Google Translate le permitirá realizar una conversación casi sin fallas en Mandarín, Cantonés o Hakka, a pesar de que solo sepas decir “Ni hao”.

Entonces, ¿qué deberíamos estar enseñando? Muchos expertos pedagógicos argumentan que las escuelas deberían cambiar a la enseñanza de “las cuatro C”: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad. Creen que, en términos más generales, las escuelas deberían minimizar las habilidades técnicas y enfatizar las habilidades [blandas] de propósito general para la vida. Lo más importante de todo será la capacidad de lidiar con el cambio, aprender cosas nuevas y preservar su equilibrio mental en situaciones desconocidas. Para mantenerse al día con el mundo de 2050, tendrá que hacer más que simplemente inventar nuevas ideas y productos, pero sobre todo, reinventarte una y otra vez.

Si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y no suena como ciencia ficción, es ciertamente falso.

Porque a medida que aumenta el ritmo del cambio, no solo la economía, sino el significado mismo de “ser humano” probablemente mute. Ya en 1848, el Manifiesto comunista declaró que “todo lo que es sólido se derrite en el aire”. Sin embargo, Marx y Engels estaban pensando principalmente en las estructuras sociales y económicas. Para 2048, las estructuras físicas y cognitivas también se fundirán en el aire o en una nube de bits de datos.

En 1848, millones de personas estaban perdiendo sus empleos en las granjas de las aldeas e iban a las grandes ciudades para trabajar en fábricas. Pero al llegar a la gran ciudad, era poco probable que cambiaran su género o agregaran un sexto sentido. Y si encuentraban trabajo en alguna fábrica textil, podían esperar permanecer en esa profesión por el resto de sus vidas laborales.

Para 2048, las personas podrían tener que hacer frente a las migraciones al ciberespacio, las identidades de género fluidas y las nuevas experiencias sensoriales generadas por los implantes de computadora. Si encuentran trabajo y significado en el diseño de modas actualizadas para un juego de realidad virtual en 3D, dentro de una década, no solo esta profesión en particular, sino todos los trabajos que exigen este nivel de creación artística pueden ser asumidos por A.I. Entonces, a los 25 años, podría presentarse en un sitio de citas como “una mujer heterosexual de 25 años que vive en Londres y trabaja en una tienda de moda”. A los 35 años, podría decir que es “una persona no específica de género”. sometidos a ajustes de edad, cuya actividad neocortical se lleva a cabo principalmente en el mundo virtual de NewCosmos, y cuya misión en la vida es ir a donde ningún diseñador de moda haya ido antes “. Simplemente espere a que un algoritmo encuentre (o cree) la combinación perfecta para usted. En cuanto a los significados del arte del diseño de modas, los algoritmos te superan de manera irrevocable, ya que ver tus logros más importantes de la década anterior te llena de vergüenza y no de orgullo. Y todavía tienes muchas décadas de cambio radical por delante.

Por favor, no tome este escenario literalmente. Nadie puede predecir los cambios específicos que presenciaremos en el futuro. Es probable que cualquier escenario particular esté lejos de la verdad. Si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y suena a ciencia ficción, probablemente sea falso. Pero, de nuevo, si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y no suena como ciencia ficción, es ciertamente falso. No podemos estar seguros de los detalles; el cambio en sí mismo es la única certeza.

Un cambio tan profundo bien puede transformar la estructura básica de la vida, haciendo de la discontinuidad su característica más destacada. Desde tiempos inmemoriales, la vida se dividió en dos partes complementarias: un período de aprendizaje seguido de un período de trabajo. En la primera parte de la vida, acumuló información, desarrolló habilidades, construyó una cosmovisión y construyó una identidad estable. Incluso si a los 15 pasabas la mayor parte del día trabajando en el campo de arroz de tu familia (en lugar de en una escuela formal), lo más importante que estabas haciendo era aprender: cómo cultivar arroz, cómo realizar negociaciones con los comerciantes de arroz codiciosos de la gran ciudad, y cómo resolver conflictos con la tierra y el agua con los otros aldeanos. En la segunda parte de la vida, usted confiaba en sus habilidades acumuladas para navegar por el mundo, ganarse la vida y contribuir a la sociedad. Por supuesto, incluso a los 50 años, continuaste aprendiendo cosas nuevas sobre el arroz, los comerciantes y los conflictos, pero estos eran solo pequeños ajustes a tus habilidades bien afiladas.

A mediados del siglo XXI, el cambio acelerado y la vida útil más larga harán que este modelo tradicional quede obsoleto. La vida se deshará en las costuras, y habrá cada vez menos continuidad entre los diferentes períodos de la vida. “¿Quién soy yo?” Será una pregunta más urgente y complicada que nunca.

Es probable que esto implique inmensos niveles de estrés. El cambio es casi siempre estresante y, después de cierta edad, a la mayoría de las personas no les gusta hacerlo. Cuando tienes 15 años, toda tu vida es cambio. Tu cuerpo está creciendo, tu mente se está desarrollando, tus relaciones se están profundizando. Todo está en flujo, y todo es nuevo. Estás ocupado inventándote. La mayoría de los adolescentes lo encuentran aterrador, pero al mismo tiempo, también es emocionante. Nuevas perspectivas se abren ante ti, y tienes todo un mundo por conquistar.

Cuando tengas 50 años, no querrás el cambio, y la mayoría de las personas han renunciado a conquistar el mundo. He estado allí, hecho eso, tengo la camiseta. Prefieres la estabilidad. Has invertido tanto en tus habilidades, tu carrera, tu identidad y tu cosmovisión que no quieres volver a empezar. Cuanto más duro hayas trabajado en la construcción de algo, más difícil será dejarlo y dejar espacio para algo nuevo. Es posible que aún aprecies nuevas experiencias y pequeños ajustes, pero la mayoría de las personas de 50 años no están preparadas para revisar las estructuras profundas de su identidad y personalidad.

Hay razones neurológicas para esto. Aunque el cerebro adulto es más flexible y volátil de lo que se pensaba, todavía es menos maleable que el cerebro adolescente. Reconectar las neuronas y reconfigurar las sinapsis es un trabajo duro. Pero en el siglo XXI, no puedes permitirte la estabilidad. Si tratas de aferrarte a una identidad, un trabajo o una cosmovisión estable, te arriesgas a que te dejen atrás ya que el mundo vuela contigo con un zumbido. Dado que es probable que aumente la esperanza de vida, es posible que posteriormente tenga que pasar muchas décadas como un fósil despistado. Para mantener la relevancia, no solo económicamente sino sobre todo socialmente, necesitarás la capacidad de aprender y reinventarte constantemente, ciertamente a una edad temprana como los 50 años.

El mejor consejo que puedo darle a un joven de 15 años es: no confíes demasiado en los adultos. La mayoría de ellos tienen buenas intenciones, pero simplemente no entienden el mundo.

A medida que la extrañeza se convierte en la nueva normalidad, tus experiencias pasadas, así como las experiencias pasadas de toda la humanidad, serán guías menos confiables. Los seres humanos como individuos y la humanidad en general tendrán que lidiar cada vez más con cosas que nadie había visto antes, como máquinas súper inteligentes, cuerpos diseñados, algoritmos que pueden manipular emociones con una precisión asombrosa, cataclismos rápidos provocados por el hombre y la necesidad de cambiar tu profesión cada década. ¿Qué es lo correcto que se debe hacer cuando se enfrenta una situación completamente sin precedentes? ¿Cómo debe actuar cuando se ve inundado por enormes cantidades de información y no hay absolutamente ninguna manera de que pueda absorberlo y analizarlo todo? ¿Cómo vives en un mundo donde la profunda incertidumbre no es un error sino una característica?

Para sobrevivir y florecer en un mundo así, necesitarás mucha flexibilidad mental y grandes reservas de equilibrio emocional. Tendrá que dejar de lado varias veces lo que mejor conoce y aprender a sentirse como en casa con lo desconocido. Desafortunadamente, enseñar a los niños a abrazar lo desconocido mientras se mantiene el equilibrio mental es mucho más difícil que enseñarles una ecuación en física o las causas de la Primera Guerra Mundial. No puedes aprender resiliencia leyendo un libro o escuchando una conferencia. Los propios maestros generalmente carecen de la flexibilidad mental que exige el siglo XXI, ya que ellos mismos son el producto del antiguo sistema educativo.

La Revolución Industrial nos ha legado la teoría de la línea de producción de la educación. En el centro de la ciudad, hay un gran edificio de concreto dividido en muchas habitaciones idénticas, cada una equipada con filas de escritorios y sillas. Al sonar una campana, vas a una de estas habitaciones junto con otros 30 niños que nacieron el mismo año que tú. Cada hora, un adulto diferente entra y comienza a hablar. Todos los adultos están pagados por el gobierno. Uno de ellos le dice acerca de la forma de la tierra, otro le dice acerca del pasado humano, y un tercero le dice acerca del cuerpo humano. Es fácil reírse de este modelo, y casi todos están de acuerdo en que, sin importar sus logros pasados, ahora está en bancarrota. Pero hasta ahora no hemos creado una alternativa viable. Ciertamente, no una alternativa escalable que se pueda implementar en las zonas rurales de México en lugar de hacerlo solo en los suburbios ricos de California.

Hackeando a humanos

Entonces, el mejor consejo que puedo dar a un chico de 15 años atrapado en una escuela obsoleta en algún lugar de México, India o Alabama es: no confíes demasiado en los adultos. La mayoría de ellos tienen buenas intenciones, pero simplemente no entienden el mundo. En el pasado, era una apuesta relativamente segura seguir a los adultos, porque conocían el mundo bastante bien y el mundo cambiaba lentamente. Pero el siglo XXI va a ser diferente. Debido al ritmo cada vez mayor del cambio, nunca puede estar seguro de si lo que los adultos le están diciendo es sabiduría intemporal o sesgo anticuado.

Entonces, ¿en qué puedes confiar? ¿Quizás en tecnología? Esa es una apuesta aún más arriesgada. La tecnología puede ayudarlo mucho, pero si la tecnología gana demasiado poder sobre su vida, podría convertirse en un rehén de su agenda. Hace miles de años, los humanos inventaron la agricultura, pero esta tecnología enriqueció solo a una pequeña élite mientras esclavizaba a la mayoría de los humanos. La mayoría de las personas se encontraban trabajando desde el amanecer hasta el atardecer arrancando malezas, cargando cubos de agua y cosechando maíz bajo un sol abrasador. Te podría pasar a ti también.

La tecnología no es mala. Si sabes lo que quieres en la vida, la tecnología puede ayudarte a conseguirlo. Pero si no sabe lo que quiere en la vida, será muy fácil para la tecnología configurar sus objetivos para usted y tomar el control de su vida. Especialmente a medida que la tecnología mejora su comprensión de los seres humanos, es posible que cada vez te encuentres más sirviéndola, en lugar de que te sirva a ti. ¿Has visto a esos zombies que deambulan por las calles pegados a sus teléfonos inteligentes? ¿Crees que controlan la tecnología, o la tecnología los controla?

¿Deberías confiar en ti mismo, entonces? Eso suena genial en Sesame Street o en una película de Disney pasada de moda, pero en la vida real, no funciona tan bien. Incluso Disney se está dando cuenta. Al igual que Riley Andersen, la mayoría de las personas apenas se conocen a sí mismas, y cuando intentan “escucharse a sí mismas” fácilmente se convierten en presa de manipulaciones externas. La voz que escuchamos dentro de nuestras cabezas nunca es confiable porque siempre refleja propaganda estatal, lavado de cerebro ideológico y anuncios comerciales, por no mencionar los errores bioquímicos.

A medida que la biotecnología y el aprendizaje automático mejoren, será más fácil manipular las emociones y los deseos más profundos de las personas, y se volverá más peligroso que nunca seguir tu corazón. Cuando Coca-Cola, Amazon, Baidu o el gobierno sepan cómo tirar de las cuerdas de su corazón y presionar los botones de su cerebro, ¿todavía podrán distinguir la diferencia entre usted y sus expertos en marketing?

Si no sabes lo que quieres en la vida, será muy fácil para la tecnología crearte objetivos y tomar el control de tu vida.

Para tener éxito en una tarea tan desalentadora, tendrás que trabajar muy duro para conocer mejor su sistema operativo, para saber qué eres y qué quieres de la vida. Este es, por supuesto, el consejo más antiguo del libro: conócete a ti mismo. Durante miles de años, los filósofos y profetas han instado a las personas a conocerse a sí mismas. Pero este consejo nunca fue más urgente que en el siglo XXI, porque a diferencia de los días de Laozi o Sócrates, ahora tienes una competencia seria. Coca-Cola, Amazon, Baidu y el gobierno están todos corriendo para hackearte. No es tu teléfono inteligente, ni tu computadora, ni tu cuenta bancaria; están en una carrera para hackearte a ti y a tu sistema operativo orgánico. Es posible que hayas escuchado que vivimos en la era de hackear computadoras, pero eso no es ni la mitad de la verdad. De hecho, estamos viviendo en la era de hackear a los humanos.

Los algoritmos te están observando ahora mismo. Están observando a dónde vas, qué compras, con quién te encuentras. Pronto controlarán todos tus pasos, todas tus respiraciones, todos los latidos de tu corazón. Confían en Big Data y en el aprendizaje automático para conocerte mejor y mejor. Y una vez que estos algoritmos te conozcan mejor que tú mismo, pueden controlarte y manipularte, y no podrás hacer mucho al respecto. Vivirás en la matriz, o en The Truman Show. Al final, es un asunto empírico simple: si los algoritmos comprenden realmente lo que está sucediendo dentro de ti mejor de lo que tú mismo entiendes, la autoridad cambiará hacia ellos.

Por supuesto, puedes ser perfectamente feliz si cede toda la autoridad a los algoritmos y confías en que ellos decidan las cosas por usted y por el resto del mundo. Si es así, simplemente relájate y disfruta del paseo. No necesitas hacer nada al respecto. Los algoritmos se encargarán de todo. Sin embargo, si desea conservar algo de control sobre su existencia personal y el futuro de la vida, tiene que correr más rápido que los algoritmos, más rápido que Amazon y el gobierno, y conocerlo antes de que lo hagan. Para correr rápido, no lleve mucho equipaje con usted. Deja todas tus ilusiones atrás. Son muy pesados. Lampadia