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Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Desde la campaña electoral del 2011, algunos peruanos, especialmente los políticos siguen ‘escupiendo al Cielo’. La transición del Perú de los años 80 al incontrastable proceso de crecimiento con impactos muy positivos en el plano social, que se dio hasta el 2011, no fue un cambio menor y mucho menos un deterioro, sino, mas bien, una suerte de milagro, pues nuestros logros se dieron sin que nadie los vislumbrara.  

En esencia, después del acta de renacimiento estipulada por la Constitución de 1993, que permitió el regreso de la inversión privada y que liberó a los peruanos y sus empresas de las amarras regulatorias ideadas por la dictadura militar, nuestro país floreció como el desierto de Sechura luego de unos días de lluvia.

Lo que el milagro no trajo, la pata rota de nuestro desarrollo, fue la mejora de nuestros espacios institucionales. La única institución que se desarrolló fue el MERCADO, con letras mayúsculas, junto con algunos ministerios y organismos reguladores modernos y profesionales.

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Desde el nacimiento de Lampadia, hemos destacado los avances del Perú, y los hemos defendido de los ataques de los negacionistas que buscaban una plataforma para acceder al poder, de los mentirosos por sus frustraciones y su vocación ‘incendiaria’ y, de los complacientes que no entendieron que, conociendo la realidad, estaban obligados a difundirla y defenderla.

En noviembre del 2013, publicamos una serie de indicadores sobre los avances económicos y sociales del Perú: Las Cifras de la Prosperidad. Estas cifras demuestran la evolución positiva del crecimiento, la pobreza, la desigualdad y de múltiples indicadores sociales y económicos, que confirman el volteretazo socio-económico de un país por el que nadie daba un medio.

Hoy tenemos que destacar otro desarrollo extraordinario de nuestra patria:

  • El porcentaje de NINIS en el Perú es la mitad de América Latina e igual al de los países más ricos de la OCDE (NINIS: Jóvenes que no trabajan ni estudian).

El sustento de este indicador se muestra en un reciente estudio del Banco Mundial, publicado en febrero pasado: NINIS en América Latina – 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, desarrollado por Rafael Hoyos, Halsey Rogers y Miguel Székely.

Sorprendentemente, uno de los autores, Halsey Rogers, ha sido entrevistado por el diario La República (Carlos Bessombes, Página 20, del 20 de marzo 2016). Los siguientes pasajes corresponden literalmente a la publicación de La República:

En el Perú lo que descubrimos es que tiene la tasa más baja de NINIS en toda la región. Es del 10%, eso es igual a la tasa que se encuentra en los países más ricos de la OCDE. Eso es muy interesante porque se trata de la mitad de la tasa en toda la región, que es de 20%. Lo que encontramos es que había una tasa más alta hasta el año 2000, pero desde ese año se vio una tendencia bastante rápida hacia la baja.

Parece que los jóvenes en el Perú sí se beneficiaron más del rápido crecimiento económico

Con esta información podemos afirmar que hasta el 2011, en que se da el punto de inflexión hacia la parálisis de la economía, el desarrollo fue integral; el llamado ‘modelo peruano’ funcionó, pues el crecimiento fue pro-pobre y pro-clase media; llegó a todas las regiones, incluyendo la sierra rural (Webb) y abarcó a los jóvenes que tuvieron una mejor situación que los del resto de América Latina.

Lo logrado fue extraordinario, pero no es suficiente, falta mucho en desarrollo económico y social, y mucho más aún en desarrollo institucional.

Sin embargo: Para cubrir las brechas que debemos cerrar, no podemos retroceder a las políticas que nos hicieron pobres. Para emprender las agendas de mejoras, no podemos negar los avances. Para alcanzar el poder, no se puede desorientar a la población, diluyendo las relaciones causa-efecto de nuestros avances.

Producto de la complacencia de los que entendieron la realidad, pero no la defendieron, tenemos que una buena parte de los candidatos a las elecciones presidenciales, fluctúan entre los negacionistas y los mentirosos. Entre ellos han destacado con todos los honores: Guzmán, el candidato que fue incapaz de manejar los trámites electorales. Mendoza, que representa a la izquierda tradicional que sigue nublada por las vendas de ‘la gran transformación’, el rentismo de la anti-minería, la admiración del chavismo y la veneración al ominoso ‘Foro de Sao Paulo’ de Lula. Y, por último, pero no en menor grado, Barnechea, que después de haber cortejado y convivido con todas las élites y de representar a varias grandes empresas, ahora se presenta como una suerte de reformista de la base de la pirámide.

Felizmente, los peruanos no son negacionistas, mentirosos ni complacientes. Ahora tienen a sus hijos en el Perú, han formado una gran clase media y saben como mejoraron sus vidas y sus esperanzas desde la gran reforma de los años 90. Juegan con los políticos y la política, pero al final deciden lo mejor para sus hijos. Lampadia

 

 




La economía 2016 – 2021 según la Cámara de Comercio de Lima

La economía 2016 – 2021 según la Cámara de Comercio de Lima

Tenemos que felicitar a la Cámara de Comercio de Lima (CCL) por cumplir su rol, como parte de la clase dirigente peruana, al publicar sus propuestas sobre las necesarias políticas públicas que debiera adoptar el próximo gobierno. Esto distingue a esta institución del paulatino, pero constante, alejamiento del debate nacional de gran parte de la clase dirigente, ya sea que corresponda al ámbito empresarial, sindical, académico o intelectual.

Como hemos dicho anteriormente, “el Perú es un país en construcción y todos debemos poner ladrillos”. Si a esto agregamos el signo de los tiempos, la ‘cuarta revolución industrial’, pues tendríamos que profundizar nuestra participación en el debate nacional. Sin embargo, durante los últimos años, en paralelo a la recuperación de nuestra economía, muchos se están desentendiendo de sus responsabilidades de liderazgo. No se trata de que los líderes institucionales se avoquen a recorrer los medios de comunicación, de lo que se trata es que promuevan el intercambio de ideas, que se formen ‘think tanks’, que se refuercen los partidos políticos, que se vuelquen a las regiones a llevar más información y conocimiento del mundo de nuestros días. En fin, no perdamos las esperanzas. Mientras tanto, revisemos el valioso documento de la CCL.   

El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la CCL presentó hace pocos días el libro “Perú Programa Económico 2016 – 2021”, que  propone una serie de medidas para reducir la pobreza e incrementar el empleo en el próximo quinquenio, para recuperar el tiempo perdido en los últimos años.

El objetivo de este libro (y su presentación publicada en Lampadia: Programa económico 2016 – 2021) es permitirle al Perú alcanzar y sostener tasas altas de crecimiento y enrumbar al Perú hacia el logro de estándares de vida y bienestar propios de los países del primer mundo.

La CCL afirma que si el Perú creciera alrededor de 4% o más anualmente durante los próximos cinco años (el periodo de 2016-2021) se podrían reducir los altos índices de informalidad, subempleo y pobreza en el país

En la presentación del libro, César Peñaranda, Director Ejecutivo de la CCL, indicó que, con una tasa de crecimiento de casi 5%, el PBI per cápita mejoraría de US$13,563 (con un crecimiento promedio de 3%) a US$15,518, lo cual llevaría a un aumento en el empleo y se reduciría la pobreza a 15.4%. Lo que queda claro es que debemos retomar nuestra senda de crecimiento ya que, una tasa de crecimiento de 3.26%, como la del 2015, no ha ayudado a enfrentar estos tres problemas claves.

“La pobreza es un problema de ingresos pues las personas en este nivel socioeconómico no generan los ingresos suficientes para mantener un nivel de vida aceptable”, explicó Peñaranda.

En Lampadia hemos insistido que nuestro crecimiento mínimo debiera ser de 5.5% anual, basados en las proyecciones del HSBC. Ver: The World in 2050 – From the Top 30 to the Top 100.

Peñaranda agregó que para mejorar la competitividad, aumentar la inversión privada e incrementar las exportaciones, con lo cual se tendría un mejor nivel de empleo, el próximo mandatario deberá, en los primeros años de gobierno, consolidar los fundamentos macroeconómicos y fortalecer las instituciones del Estado, las mismas que hoy en día representan un enorme costo económico por su actual debilidad.

Para establecer lo que él llama los “cimientos del crecimiento”, es necesario mantener la estabilidad macroeconómica garantizando la sostenibilidad fiscal y externa mediante 4 pilares: inflación, deuda externa privada, balance fiscal y balance de cuentas corrientes. Esto demanda racionalizar los gastos tributarios (eliminar exenciones y subsidios), focalizar el gasto social y mejorar su administración, a la par con aumentar la eficiencia y eficacia de la inversión pública. Propone impulsar los motores de crecimiento: inversión, productividad y exportaciones.

Entre las propuestas presentadas destacan la reducción de la inflación, del déficit fiscal y de la deuda privada en dólares, así como retomar la dinámica de las inversiones, sobre todo la privada, mejorando el ambiente de negocios, además de impulsar las exportaciones y la productividad.

Como dice Peñaranda, “en el Perú sobran los proyectos y lo que falta es generar certidumbre y confianza”. Efectivamente, nosotros hemos propuesto desarrollar ‘un shock productivo’ para poner en valor nuestros recursos naturales y generar empleo de calidad para todos los peruanos. (Ver: Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales).

Nuestro potencial de crecimiento se encuentra aún intacto. Tenemos que aprovechar al máximo posible los próximos cinco años, no solo para recuperar el crecimiento, que es el camino al desarrollo integral, también, y con mayor sentido de urgencia, para tratar de nivelar hacia arriba el piso de nuestros pobres, para no alejarnos de la prosperidad que traerán las nuevas tecnologías a los países más desarrollados. El momento de actuar es ahora. La decisión está en nuestras manos, no dejemos de poner ladrillos. Lampadia




Desatemos el gran potencial de los Millennials

Desatemos el gran potencial de los Millennials

En un informe especial de The Economist, afirma que los millennials son  la generación con más conocimientos y mejor preparada de la historia. Sin embargo, sus mayores les están impidiendo alcanzar su plenopotencial, especialmente con regulaciones laborales que los dejan sin empleo y otras que encarecen su costo de vida (viviendas), así como por la migración global.

El mayor daño que se está haciendo a esta generación es dejarlos sin empleo. Esto es especialmente notorio en la vieja Europa, sobreregulada y llena de normas que producen el efecto contrario al que buscan. Por ejemplo en Francia (como veremos más adelante) el gobierno socialista ha tenido que presentar una reforma radical para disminuir la rigidez laboral. Esta ya tiene una fuerte  oposición por parte de los jóvenes franceses (“Los jóvenes declaran la guerra a la reforma laboral de Hollande”, El País de España, 10 de marzo). Lo mismo sucedió el año pasado en el Perú con la llamada Ley Pulpín, lo que determinó que los jóvenes se quedaran sin ninguna protección laboral en el mundo de la informalidad.

De esta reacción podemos colegir, que si bien los mayores tienen la responsabilidad sobre las normas existentes, los jóvenes, al oponerse a las reformas, están volviéndose cómplices de su propia tragedia, la de un mundo sin empleo para la generación más preparada de la historia. Debemos preocuparnos por el bienestar y el futuro de esta generación, ya que serán nuestros futuros líderes. Nacidos entre 1982 y 1993, hay más de 80 millones de ellos, son la generación más numerosa en la historia. Son conocedores de la tecnología, abiertos a la diversidad, conectados y activistas de derechos personales. Ver en Lampadia: Millennials: ¿Otros paradigmas o solo otra generación?

Como afirma The Economist, “Ellos son la generación mejor preparada de la historia. Gracias a todos sus conocimientos y a una mejor nutrición, son más inteligentes que sus mayores. Si son mujeres u homosexuales, disfrutan de una mayor libertad en más países que sus predecesores habrían creído posible. Y pueden esperar mejoras en la tecnología que, por ejemplo, les permita a vivir mucho más allá de los 100 años.”

Encuesta Deloitte 2015 – Generación del Milenio

¿Entonces, que sucede con esta generación? Se les está obstaculizando su progreso, principalmente en su educación, empleabilidad, su sentido empresarial (con las startups) y vivienda. Un análisis reciente pone la brecha generacional en términos más concretos.

En resumen, el informe de The Economist afirma que los mayores obstáculos de los millennials “pueden atribuirse a políticas que favorecen la edad sobre los jóvenes”. El ejemplo más claro son las barreras laborales que limitan la empleabilidad. En muchos países, las leyes laborales exigen a las empresas ofrecer una gran cantidad de beneficios y dificultan el despido de empleados. Esto es una traba para que las empresas contraten nuevo personal, por lo que los perdedores son los jóvenes. Los empleadores están temerosos de crear puestos de trabajo permanentes por la incertidumbre y los altos costos de despido. Contratan sólo a corto plazo. Según la OIT, son al menos dos veces más propensos que los mayores a estar desempleados.

Por ejemplo, en Francia, más del 80% de las nuevas contrataciones son a tres meses o menos. Nuestras regulaciones laborales y sus impactos en el mercado de trabajo son muy similares a las de Francia. El mayor problema de la legislación laboral en el Perú es la estabilidad laboral que se ha ido reimplantando. Somos uno de los países de mayor rigidez laboral en el mundo. Ver en Lampadia: Por décadas, nos equivocamos siguiendo a los franceses y Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad.

De acuerdo a un informe del MINTRA, en el Perú solo el 29.5% de las casi 16 millones de personas que conforman la PEA ocupada tiene un empleo formal. Es decir un 70% se halla en la  informalidad. Son justamente las regulaciones y la escasa flexibilidad laboral lo que abruma a los millennials y les impiden insertarse en el mercado laboral. Los inconvenientes radican en los costos de despido, en el regreso de la estabilidad laboral que incluye reposiciones destructivas de la productividad y hasta de instituciones como la policía, que tiene que reponer a delincuentes separados de sus filas, por órdenes judiciales.

Ya pasó casi una década desde la crisis financiera, sin embargo, según la OIT, el desempleo juvenil mundial se mantiene alrededor del 13 %. Lejos de exigirle a los empleadores que se ajusten a sus necesidades (como muchos han afirmado), muchos jóvenes han hecho lo imposible en persuadir a empresas para que les brinden oportunidades en el mercado laboral.

Por ejemplo, en los EE.UU., la proporción de graduados universitarios que trabajan en puestos de trabajo no titulados se elevó a 44% después de la recesión. En la zona euro, alrededor del 40 % de los trabajadores de entre 15 y 29 están desempeñando trabajos temporales que suelen ofrecer poca formación o línea de carrera.

 Encuesta Deloitte 2015 – Generación del Milenio

Además, los rápidos cambios en la tecnología, en los patrones de trabajo y la relación de trabajo, así como nuevas formas de empresas “start-ups”, requieren una adaptación constante por parte del sector privado y del gobierno a las nuevas condiciones y a los desajustes del mercado laboral. Esto no se puede dar a menos que exista una flexibilización laboral que le permita al mercado adaptarse a la gran disrupción de la tecnología y la venidera cuarta revolución industrial.

Encuesta Deloitte 2015 – Generación del Milenio

En cuanto a los ingresos relativos, pinta un panorama aún más desolador. De acuerdo con un informe de The Guardian, los jóvenes de entre 20 a 24 años en los Estados Unidos tienen 31 % menos ingresos disponibles cuando se ajusta por inflación en relación con el mismo grupo de edad en 1979. Al mismo tiempo, los ingresos disponibles de los adultos de 50 a 54 en realidad han aumentado en más de un 32 %. Dicho de otra manera, el grupo de 20 a 24 años ha visto caer su renta disponible por US$ 3,389 en términos reales, mientras que el grupo de 50 a 54 años ha visto la suya aumentar en US$ 5,176 con respecto a 1979. Las desventajas de los millennials son válidas en relación con otros grupos de edad y con la media nacional.

Los millennials han sido víctimas de una “traición económica de los últimos 30 años. “El informe describe la situación de los millennials como “una combinación de deuda, falta de trabajo, globalización, demografía y encarecimiento de la vivienda está deprimiendo los ingresos y perspectivas de millones de jóvenes en todo el mundo, lo que resulta en una desigualdad sin precedentes entre generaciones.”

Utilizando una gran cantidad de data de distintas instituciones, The Guardian aclara las desventajas económicas de la generación del milenio, haciendo énfasis en el problema de vivienda. Son más propensos a alquilar que poseer una casa propia y un porcentaje mucho mayor de los millennials viven en sus casas con respecto a las generaciones anteriores. A nivel global, poco más del 25% de los millennials actualmente viven en casa, incluyendo el 10% de los hombres de edades entre 30 a 34 años. En 1999, menos del 20 % de los jóvenes de entre 20 a 34 años vivían en sus casas. Y los hitos importantes de la vida como la propiedad de vivienda, el matrimonio y la maternidad están siendo retrasados por razones económicas.

Los resultados de un informe del New York Fed explican con más detalle las circunstancias económicas que han afectado la vida de los millennials. Los investigadores señalan cómo la relación entre los precios de la vivienda, las deudas estudiantiles y el crecimiento económico local explican por qué más millennials están viviendo juntos en vez de independizándose. La causa más clara es el exceso de regulación, el cual ha duplicado el costo de una casa. Los alquileres y los precios de la vivienda no están de acuerdo con los ingresos, todo esto debido a los sobrecostos causados por un exceso de regulación en el mercado inmobiliario.

Debemos proporcionarle a los jóvenes la mejor oportunidad para que se inserten al mercado laboral, lo que requiere invertir en educación y formación de la más alta calidad posible, proporcionando a los jóvenes las habilidades que corresponden a las demandas del mercado laboral. Ellos cuentan con habilidades únicas para llevar a nuestro mundo hacia una senda de crecimiento económico mediante la tecnología con una visión futurista única.

La sobreregulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto es urgente realizar cambios que no sólo nos hagan más competitivos. Para ello, el gobierno debe crear una formalidad más accesible, explicar a empleadores y a la población los beneficios de un sistema más flexible y establecer procesos de transición no punitivos.

La verdadera preocupación sobre los millennials no es que ellos se atribuyan derechos de más, sino que no tienen suficientes oportunidades. Lampadia




El Sistema Privado de Pensiones (SPP) es para los pobres

El Sistema Privado de Pensiones (SPP) es para los pobres

Hace un par de semanas logramos conseguir los datos necesarios para publicar una simulación de la pensión de alguien que durante toda su vida gane solo el salario mínimo vital S/. 750.00 (constantes) a lo largo de 40 años, que debería ser el período normal de trabajo. Ver en Lampadia: ¿Iniciando un indispensable debate nacional? AFPs: La voz del gremio.

El resultado muestra que con un aporte constante de S/. 750.00 se puede obtener una pensión de S/. 1,371. En otras palabras, 1.83 veces el salario mínimo. Ver cuadro siguiente:

Nadie ha cuestionado esta cifras. Y si alguien lo hiciera, se podrían hacer muchos ajustes y sin lugar a dudas, se llegaría a un resultado muy positivo.

De esto podemos sacar una primera conclusión:

1. El SPP es para los pobres

Como es fácil de entender, los que más necesitan tener una pensión decente son los ciudadanos de menores recursos. Pues a mayores niveles de ingresos y activos, es más fácil tener sustento económico en los años del retiro. Esto nos permite hacer una segunda conclusión:

2. El SPP no es tan importante para los ciudadanos de mayores recursos

Hasta acá la música es magnífica, sin embargo, como todos sabemos, el sistema tiene una gran limitación, no ha logrado afiliar a los trabajadores independientes, formales e informales, lo que determina una falencia previsional para lo más importante de la población trabajadora. Esto nos lleva a una tercera conclusión:

3. Es indispensable afiliar a los trabajadores independientes al SPP

El gobierno y el sistema de pensiones privado han sido incapaces de proponer, implantar y hacer efectivo un mecanismo adecuado para afiliar a los trabajadores independientes. Lo que es más, hay hasta cierta resistencia a debatir propuestas que sí podría lograr ese importante objetivo, tanto por parte del gobierno como del gremio pensionario. Una cuarta conclusión:

4. No podemos esperar que el gobierno o el gremio pensionario logren ampliar la cobertura

Pues nosotros insistimos tercamente en que se debata nuestra propuesta de permitir el canje de parte de los pagos por IGV que hacen todos los ciudadanos como aportes a cuentas individuales. No a un pozo común, como propuso un funcionario del BID.

Ver: Una pensión para todos como se debeEl IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo 

Lo que es más, como es evidente, y como declaró el economista del IPE, Pablo Secada, hace unos meses en entrevista con de Althaus, este mecanismo serviría también para formalizar el empleo, uno de los grandes problemas sociales y económicos del país. Una quinta conclusión:

5. El canje de parte de los pagos de IGV por aportes individuales al SPP incorporaría a la gran masa de trabajadores al sistema y formalizaría el empleo

Si logramos avanzar en esta dirección dejaríamos sin piso a los políticos populistas, a todos los que manifiestan un extraño odio al sistema y a los que hacen campañas personales pregonando que el vacío pensionario que planteó el Congreso hace unos meses, sería mejor.

Unas preguntas: ¿Mejor para quién? ¿Acaso para los pobres? O es que nivelando el piso con los trabajadores independientes que no tienen acceso a ninguna pensión, lo que puede ser una plataforma política, ¿se estaría buscando el bien común?

Basta de irresponsabilidades. ¿Podemos negar una pensión de S/. 1,371 a un trabajador que solo reciba el salario mínimo toda su vida? Lampadia

 




Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

El peruano Alberto Verme, banquero internacional que vive en Londres como Chairman of Institutional Clients Group del Citigroup, nos encandiló en el CADE con una sentida y emotiva presentación sobre su visión del Perú, recogida a lo largo y ancho del mundo que transita.

“Lo que nos hace falta es liderazgo pero del responsable”

A continuación compartiremos con nuestros lectores los comentarios más impactantes que hemos podido recoger:

  • En sus recorridos por el mundo recoge una y otra vez los mismos comentarios sobre el Perú:

– Tienes un lindo país

– Con gente muy agradable

– Comida fantástica

– Arqueología espectacular

– Cultura extraordinaria

– Todos quieren volver al Perú

  • Pero también le dicen:

– Que nos falta ambición

– Que somos algo auto destructivos

– Que tenemos miedo al éxito

  • Verme nos dice que lo que falta es un liderazgo responsable y humilde
  • Destacó algunos de nuestros logros. Por ejemplo:

– Hemos logrado diversificar nuestro comercio. Un 25% de nuestras exportaciones van a EEUU, y otro tanto a Europa, Asia y Latino América.

– Hemos pasado de un Estado que asfixiaba la economía a uno donde el sector privado (vía privatizaciones) aporta la parte esencial del PBI.

– Tenemos financiamiento de buen nivel con grado de inversión.

– Hemos crecido con inversión que produjo empleo, ingresos y servicios.

  • Tenemos inmensas ventajas competitivas en:

– Agro exportaciones

– Minería

– Turismo

  • Nos falta mejor educación e infraestructuras.
  • Tenemos que ser más ambiciosos.
  • ¿Por qué no podemos hacer del nuevo aeropuerto del Cusco el mejor de la región?
  • ¿Por qué no podemos tener uno de los mejores puertos del mundo en El Callao?
  • La especialización es fundamental.
  • ¿Por qué no podemos tener una de las mejores Bolsas de Valores de la región, especializada en el financiamiento de las PYMES?
  • Necesitamos ambición y liderazgo.
  • La humildad es símbolo de grandeza.
  • El único cambio verdadero nace de uno mismo.
  • Necesitamos y AMBICIÓN Y OPTIMISMO.
  • Para el buen proyecto siempre habrá financiamiento.
  • Solo tenemos tres millones de turistas por año. ¿Por qué no podemos tener el doble? En turismo la oferta genera su demanda.

Necesitamos que estos peruanos que aman el Perú, pero viven lejos, estén más cerca de nosotros. Lampadia

 

 

 

 




¿Minería o Agricultura, cuál genera más empleo por hectárea?

¿Minería o Agricultura, cuál genera más empleo por hectárea?

“La minería no genera mucho empleo en el Perú. Vamos a definir dónde minería, dónde agricultura, priorizando las actividades productivas que generan más empleo”. Verónika Mendoza, candidata del Frente Amplio.[1]

Las corrientes anti-mineras tienen una visión ideologizada de la minería y de como se relaciona con el resto de los sectores económicos. Para ellos, la minería sería un sector de enclave poco conectado con el resto de la economía, y con una capacidad muy limitada de generación de empleo. Creen además que la minería es antagónica a la agricultura y por ello consideran la necesidad de excluir geográficamente a la actividad minera, vía Ordenamiento Territorial, de algunas zonas y de priorizar la agricultura que, según ellos, generarían más empleo por hectárea utilizada.

Esta visión se encuentra extendida en amplios sectores de la sociedad y es políticamente funcional a aquellos proyectos políticos que consideran que el Perú tiene un modelo económico “primario exportador” que requiere ser combatido. Si se cree que el sector minero genera poco trabajo y que su expansión se hace a costa de la agricultura, entonces el obstaculizarlo implica un bajo costo social, y comparado con la generación de empleos agrícola podría hasta ser económicamente positivo.

Sin embargo, esta visión no condice con la realidad. La minería es uno de los sectores más dinamizadores de la economía y del empleo en el país. El Estudio del IPE “Efecto de la minería sobre el empleo, el producto y la recaudación en el Perú” [2] nos demuestra, aplicando la matriz insumo producto de la economía peruana, que los empleos directos generado en minería tienen un efecto multiplicador en otros sectores económicos. Lo que ocurre es que esos empleos son menos visibles en las operaciones mineras, porque en su mayor parte están en otros sectores. Un trabajador minero gasta su salario, de los más altos del país, en un conjunto de bienes y servicios; las empresas mineras realizan compras de insumos en el mercado nacional, requieren de servicios del sector construcción, del sector metal mecánico, del sector de las industrias químicas, etc. Todos ese consumo, ligada a las actividades mineras, desencadena una dinámica económica y una gran cantidad de empleo fuera del sector estrictamente minero.

El IPE estima que cada empleo directo en el sector minero genera nueve empleos en otros sectores. En cambio la agricultura, una actividad, que lamentablemente, en promedio es de muy bajo nivel tecnológico y productivo, que en gran medida es de autoconsumo, está asociado a tan solo un sexto de puestos de trabajo indirectos en otros sectores. Es decir, se necesitan 6 empleos directos en el sector agrícola para generar un solo puesto de trabajo adicional en otro sector. Los efectos dinamizadores sobre el empleo en otros sectores de un trabajador minero son 54 veces los efectos los de un trabajador agrícola.

Por este efecto multiplicador de la minería, en el año 2009 un total de 2,5 millones de peruanos tuvieran su sustento basado en la minería.[3]

Un ejemplo de cómo la minería desencadena crecimiento y genera empleo en otros sectores nos da el caso de la industria metal mecánica para la cual la minería ha sido uno de sus principales dinamizadores y que en la actualidad genera 50 mil empleos directos. Otra forma de visualizar la generación de empleo por la minería puede ser la caída dramática del empleo urbano en Cajamarca resultado de la paralización de Conga y de la reducción de las operaciones de Minera Yanacocha.

El atribuido antagonismo entre minería y agricultura es uno de los pilares de esta visión ideológica. Este antagonismo le visualiza claramente en el mensaje “Agro sí, Mina no” que fue la consigna más repetida por los manifestantes durante el conflicto Tía María. Obras como el reservorio Chailhuagón, construido por Yanacocha en Cajamarca, que brinda agua a los campesinos inclusive en la estación seca; o la planta de tratamiento de agua de mar que la Southern Copper Corporation (empresa Mejicana) planea construir para sus operaciones, demuestran que el antagonismo entre la minería y la agricultura es una falacia, y que los recursos generados por la minería pueden ser direccionados hacia un aumento del acceso de la población al agua, contribuyendo así a mejorar la productividad en la agricultura y al bienestar de la población local.

No se puede negar que para realizar sus actividades, la minería necesita utilizar superficie de tierra, y que esta superficie podría ser utilizada con fines agrícolas. Comparemos entonces los efectos relativos de la minería y la agricultura en la generación de empleo. Es decir, cuál actividad genera más empleo por hectárea?. Combinando los datos del INEI y el estudio del IPE encontramos que la minería hace uso de 891 mil hectáreas de territorio nacional y genera 2.2 empleos directos e indirectos por hectárea,[4] mientras que las actividades agropecuarias hacen uso del 3,089 miles de hectáreas y generan 1.4 empleos directos e indirectos por hectárea.[5] Es decir, la minería genera 57% más empleo por hectárea que la agricultura. Hay que agregar que las actividades mineras se encuentran normalmente en zonas alto andinas de baja o nula productividad agrícola, por lo que este cálculo posiblemente esté sesgado en favor de la agricultura.

Por el lado de la productividad vemos que la minería es mucho más productiva que la agricultura. En cada hectárea dedicada al agro se genera, en promedio, una producción de 7,334 soles mientras en que en una hectárea dedicada a la minería se generan una producción de 57,363 soles, casi 8 veces la productividad de la agricultura, generando un empleo de calidad muy superior al empleo agrícola [6].

La evidencia nos señala que la minería, además de la renta, genera altos niveles de empleo. No se encuentra un antagonismo intrínseco entre minería y agricultura. Inclusive en los casos en los que en efecto se desplazara la actividad agrícola por una expansión de la minería, el efecto neto sobre la producción y el empleo sería positivo, generando mayores beneficios para la comunidad del área de influencia. La gente de la zona lo sabe, y es por esto que se dan manifestaciones de apoyo como se puede ver en el siguiente artículo: Comuneros de Sorocucho y Huasmín: ¡CONGA VA! Las declaraciones de la candidata de los grupos anti-mineros parten de una visión ideológica y no condicen con la realidad. 

Si fuera coherente con el texto de sus declaraciones, “priorizando las actividades productivas que generan más empleo”, la Sra. Mendoza tendría que promover a la minería. Pero su ideología es contraria a esa actividad. Entonces la candidata de los antimineros va tener que ser incoherente con esta parte de su discurso, pues la realidad muestra que rechazar minería en nombre de la agricultura (obedeciendo a un antagonismo ficticio) es un retroceso en la generación de empleo y un gran retroceso en los ingresos de la población. La información sobre empleos, superficie y productividad muestra que la promoción de la minería aumenta el empleo, los ingresos, y las oportunidades para la superación de la pobreza. Lampadia

 


[3] Del libro: Minería Peruana:Contribución al DesarrolloEconómico y Social Disponible en: 

http://www.minem.gob.pe/minem/archivos/file/Mineria/PUBLICACIONES/LIBROS/CONTRIBUCION2.pdf

[4] Fuente MINEM

[5] Este cálculo se realiza de a partir de dividir el número total de empleos directos e indirectos, aplicando los multiplicadores del IPE a las cifras del INEI, generados tanto por la agricultura como la minería, siendo estos 4.49 y 2 millones respectivamente, hacia el 2014. A estas cifras se le dividió respectivamente por el número de  hectáreas dedicadas tanto a la minería como a la agricultura.

[6] En soles de 1994 fuentes INEI y BCRP. 




Perú: País de Propietarios y Emprendedores

Perú: País de Propietarios y Emprendedores

El libro ‘Poor Economics’ (La economía de los pobres), de Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo plantea soluciones prácticas para la superación de la pobreza. (Seguir enlace a la página web del libro: http://www.pooreconomics.com/about-book). Los párrafos siguientes corresponden a la presentación del libro (traducido por Lampadia).

Repensando la manera de superar la pobreza

¿Por qué un hombre que vive en Moroco, que no tiene suficiente para comer compra un televisor? ¿Por qué es tan difícil para un niño en zonas de pobreza aprender incluso si va a la escuela? ¿Por qué los más pobres del estado indio de Maharashtra gastan el 7% de sus ingresos comprando azúcar? ¿Tener muchos hijos te hace realmente más pobre?

Por más de quince años, Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, han trabajado con los pobres en docenas de países (en los cinco continentes), tratando de entender los problemas específicos que vienen con la pobreza para encontrar soluciones probadas. Su libro Poor Economics es una forma revolucionaria de repensar la economía de los pobres y totalmente práctico en cuanto a las sugerencias que ofrece. A través de un cuidadoso análisis de un conjunto muy rico de evidencias, incluyendo cientos de controles y experiencias aleatorias que los autores han diseñado, muestran porqué los pobres, a pesar de tener los mismos deseos y habilidades que cualquiera otro, terminan teniendo vidas completamente diferentes.

En su trabajo Banerjee y Duflo miran algunos de las más sorprendentes facetas de la pobreza: ¿por qué los pobres necesitan crédito para ahorrar?, ¿por qué desaprovechan inmunizaciones que salvan vidas, pero pagan por medicamentos que no necesitan?, ¿por qué inician una serie de negocios, pero no crecen?, y muchos otros enigmáticos hechos acerca de vivir con menos de US$ 0.99 por día.  

‘Poor Economics’ plantea que muchas de las políticas anti-pobreza han fallado a lo largo de los años por un inadecuado entendimiento de la pobreza. La batalla contra la pobreza puede ser ganada, pero requiere paciencia, pensamiento cuidadosos y la disposición para aprender de la evidencia. Banerjee y Esther Duflo son visionarios prácticos, cuyo meticuloso trabajo ofrece un potencial transformativo para los pobres en cualquier lugar, y es una guía vital para los hacedores de políticas, filántropos, activistas y cualquier otro que se preocupe sobre la construcción de un mundo sin pobreza.

Según hemos publicado anteriormente en Lampadia en un primer análisis del libro  (ver: Economía del desarrollo aplicada – Una visión práctica para la superación de la pobreza), las propuestas de los autores están basadas en investigaciones rigurosas en distintos escenarios y a lo largo de muchos años. Para expresar su propuestas, los autores recurren a extensos levantamientos de información y entre sus hallazgos está el impacto en la generación de ingresos de los pobres que tiene acceso a activos productivos (junto con capacitación e ingresos complementarios que eviten la eventual venta del activo producto de la asistencia).

Otro hallazgo se refiere a que los pobres no gastan todos sus ingresos en alimentos, aun cuando consuman menos calorías que las teóricamente necesarias.

En cuanto al título de este artículo, ‘Perú: País de Propietarios’, los autores muestran que los pobres son propietarios de sus tierras en porcentajes notoriamente altos. Este es justamente el caso del Perú: con títulos o sin ellos las familias peruanas son propietarias de sus casas en los centros urbanos y una gran mayoría de agricultores en el campo.  Ver la siguiente tabla resumen y los cuadros de los autores para familias de ingresos menores, desde US$ 1 por día y por persona, hasta aquellas que tienen ingresos de entre 6 a 10 dólares diarios:

Queda claro que los peruanos, incluyendo a los más pobres, somos propietarios. Lamentablemente no se ha avanzado lo suficiente en la formalización y titulación de los predios urbanos y rurales. Sin embargo, sociológicamente, en el país se debiera fomentar una mayor conciencia con el hecho de ser propietarios, que conllevaría una auto percepción de una base económica positiva para el bienestar.

Además, como sabemos todos, otra característica socioeconómica de nuestros pobladores es la naturaleza emprendedora de nuestra gente. En este aspecto, otra vez, estamos muy lejos de lograr una mayor formalidad de los oficios y empresas de nuestros pobres. (Ver en Lampadia: La Realidad del Perú Informal y el retorno a la miopía).

Sin embargo, a pesar de estas importantes características de nuestra población: “Propietarios y Emprendedores”, los gobiernos del país y, especialmente el actual, parecen desconocer esta realidad y están empeñados en, supuestamente, superar la pobreza a través de programas asistencialistas que se multiplican y profundizan todos los días en vez de dirigirse, como lo plantean los autores del libro reseñado, a apoyar las capacidades productivas de los pobres.

Este enfoque de las políticas públicas hace dudar sobre cual es el verdadero propósito del asistencialismo: ¿Es efectivamente un propósito de asistencia o más bien de clientelismo?.

Como hemos manifestado muchas veces, a diferencia del asistencialismo, el apoyo productivo no solo permite la superación sostenible de la pobreza, también genera un sentimiento de dignidad, como lo prueban las 60,000 familias que han podido acceder a programas productivos como los de ‘Sierra Productiva’ que no ha merecido el apoyo de ningún gobierno y, hasta ha sido pasible de oposición y cortapisas desde el MEF hasta el MINDES.

Los peruanos somos propietarios, emprendedores y nuestros pobres claman por acceder a la “modernidad”. Ya es hora de desarrollar un buen diagnóstico de nuestra realidad y de actuar en consecuencia. Lampadia




El enorme Potencial Productivo del Perú

El enorme Potencial Productivo del Perú

Después de haber parado la economía por obra y gracia de nuestra clase dirigente, los peruanos estamos ‘groguis’.En poco tiempo (25 años), pasamos de la pobreza más abyecta y la falta de futuro a la abundancia de recursos (2011 – “lo que sobra es plata”) y gran optimismo sobre nuestro desarrollo, para recalar ahora en una nueva ola de restricciones, pérdida de confianza más carencia de liderazgo y rumbo.

En términos del futuro de la economía, nos quieren hacer creer que se acabó la posibilidad de crecer con inversión privada y el aprovechamiento de nuestros recursos naturales. En este artículo mostraremos que la realidad es todo lo contrario. ¡El Perú es Infinito! Tenemos más recursos de los que los 30 millones de peruanos podemos trabajar. Veamos:

Perú tiene un gran potencial productivo. Cuenta con claras ventajas para generar industrias sostenibles en torno a la minería, el sector forestal, la transformación petroquímica, la pesca, las agroindustrias, la energía y el turismo.Es un país muy rico en recursos naturales, con unagran diversidad agrícola, buenas zonas de pesca, grandes y variados yacimientos de minerales y metales, entre otros. Estáclasificado internacionalmente como un país megadiverso.

 

 

La economía peruana se basa históricamente en sus condiciones geográficas; las diferentes zonas climáticas facilitan la agricultura; los Andes, ricos en recursos naturales, permiten la minería y el Océano Pacífico, con sus corrientes marinas, hacen posible la pesca comercial. 

Actualmente, el crecimiento económico continúa siendo impulsado principalmente por las exportaciones de nuestros recursos naturales, en especial los mineros. Además, la liberalización de los mercados, la apertura del comercio a través de múltiples acuerdos comerciales internacionales, la inversión extranjera directa y la maximización de los ingresos resultantes de sus ricos recursos naturales han brindado un gran impulso a los mercados, con un crecimiento del consumo interno y un mayor desarrollo en el sector financiero del país.

Nos vimos beneficiados por un aumento de los precios mundiales de los commodities justo cuando habíamos permitido el regreso de la inversión privada al conjunto de la economía. Además, con políticas de mercado beneficiosas para la inversión y estrategias agresivas de libre comercio Perú, llegamos aser una de las economías de más rápido crecimiento del mundo. En la década pasada, la economía creció a un promedio anual de 6.1%, llegando a un crecimiento de 8.4%  entre el 2006 y 2010 (en ambos casos sin considerar el año 2009 por la crisis internacional) y,al cierre del 2014, las cifras oficiales (según el INEI) indican que la tasas de pobreza alcanzaron un mínimo histórico de 23 % y la extrema pobreza 4.3%.

Entre los años 2001 y 2012 ,las exportaciones pasaron de US$ 7,000 millones a US$ 47,400 millones, multiplicándose por 6.7. Estas cifras incluyen las exportaciones tradicionales como los minerales (principalmente oro, cobre, zinc), pero además se aumentó en textiles, productos químicos, productos agrícolas, harina de pescado, servicios y energía.

Sin embargo, desde el 2011, este crecimiento se ha reducido a un promedio anual de 5.1% (2.4% en el 2014) principalmente por el apagón de los motores del crecimiento. Además las disputas políticas y protestas contra la inversión en grandes proyectos están impidiendo el desarrollo de algunos relacionados con la extracción de recursos naturales en distintas regiones.

La disminución de ingresos por exportaciones que se ha venido registrando en los últimos años por la disminución del nivel de los precios de los commodities podría haber sido compensada por un mayor volumen de producción. Esto se habría logrado si desarrollábamos nuestros recursos con el propósito de acercarnos a nuestro verdadero potencial, seguramente, en términos generales, el triple de nuestra producción actual. (Ver en Lampadia: El reto de los economistas peruanos ante el bicentenario).

 

 

La Minería

La minería representa una importante fuente de divisas y la principal fuente de crecimiento del país. El Perú cuenta con una amplia variedad de yacimientos de clase mundial. Es considerado como uno de los países con una gran cantidad, variedad y calidad de recursos minerales del mundo. Es el tercer mayor productor mundial de cobre, zinc y estaño, el segundo mayor productor de plata y el quinto mayor productor de oro. Además, tiene una excelente ubicación geográfica, en el centro de América del Sur, con fácil acceso a los mercados de Asia y América del Norte. 

Pero lo más importante es que este sector tiene un verdadero potencial para crecimiento y expansión. Contiene muchas oportunidades para la inversión, principalmente porque aún no se ha explorado gran parte del territorio, dejando un inmenso potencial para el desarrollo futuro. Esto se debe a que Perú está dotado de grandes depósitos de una variedad de recursos minerales. Según un estudio de EY, se estima que sólo el 0.32% del territorio total del país ha sido explorado en el año 2013 (0.29% en 2012). Del mismo modo, están siendo explotados sólo un pequeño porcentaje de las reservas minerales del Perú. Se estima que en 2013 sólo el 0.9% de su territorio se encontraba bajo explotación (0.8% en 2012).

Básicamente, las tasas de producción de Perú son mínimas en relación con el potencial del país. Hoy, a través de técnicas y equipos modernos, un vasto potencial de los diversos minerales comercializables se encuentran cada vez más disponibles en regiones que antes eran inaccesibles.

Esto es importante ya que, según el estudio “El impacto macroeconómico de la minería” las inversiones mineras tiene un beneficioso impacto en la vida de todos los peruanos. Afirma que, “no parece haber otra actividad económica con un aporte macroeconómico potencial tan positivo como la minería”.  Además, “de concretarse todos los programas de inversión, la producción de cobre podría incrementarse en 140% para el 2024, equivalente a un ritmo de crecimiento promedio anual de 28%. Aproximadamente el 64% de la nueva producción de cobre se ubicaría en el sur del país”.

En cuanto a empleo, la minería tiene un muy importante aporte, pues por cada puesto directo que crea, genera nueve puestos adicionales en el resto de la economía (indirecto e inducidos, según el estudio del IPE).

Sin embargo, la inversión en minería ya se está contrayendo. En el 2014 llegó a US$ 8,700, que significaría 11% menos a las cifras récord del 2013 (US$ 9,700). Además, según el Presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Carlos Gálvez Pinillos, las proyecciones de nuevas inversiones mineras son preocupantes: Para el 2018, no habría inversión minera. Y, si no sale Tía María, las cifras del 2017 también se reducirían sustancialmente. Sin una mayor inversión en esta industria, no podremos retomar la senda de crecimiento que tuvimos hasta el 2013. (Ver en Lampadia: Hay que prender el motor de la inversión privada).

Según el informe de los efectos de la minería del IPE (Instituto Peruano de Economía), si desarrolláramos la cartera de proyectos mineros, que suma US$57,500 millones, muchos de los cuales se encuentran paralizados, se generarían 2.37 millones de empleos estables, el PBI crecería adicionalmente en US$44 mil millones, las exportaciones en más de US$30 mil millones anuales y los ingresos fiscales en S/.25 mil millones cada año. Es evidente que con estos recursos podríamos construir muchos hospitales, postas, escuelas y  carreteras, así como aumentar las remuneraciones de los servidores públicos.

Pesca

La pesca es una actividad productiva muy significativa para el Perú y un sector importante de exportación. El clima estable durante la mayor parte del año y la diversidad de cuerpos de agua continentales proveen condiciones óptimas para el desarrollo de la actividad acuícola. Con cerca de 2,500 kilómetros de costa, la fría corriente de Humboldt es el hogar de una gran diversidad de especies de peces, moluscos, crustáceos, equinodermos y algas. Por el momento sólo alrededor de una quinta parte de los recursos son explotados. Es una verdadera potencia pesquera.

El Perú es el primer exportador de harina y aceite de pescado en el mundo. Se trata de productos que se distribuyen a más de 100 países en los cinco continentes, entre los que destacan China, Alemania, Japón y Chile.

Entre los años 2003 y 2013 el valor de las exportaciones pesqueras se incrementó en 165%,  alcanzando los 2,724 millones de dólares; de los cuales el 62% correspondió a productos para el segmento de CHI (consumo humano indirecto) y el 38% restante al segmento de CHD (consumo humano directo).

En el período 2003-2012, los desembarques pesqueros fueron en promedio de 7 millones de TM anuales. En 2012, el 75% del desembarque se destinó a CHI: harina y aceite de pescado. El 25% restante, se destinó a CHD: productos congelados, enlatados y curados.

El sector acuícola viene aprovechando las ventajas de disponibilidad de la materia prima de diversas especies, con un nivel de producción de recursos hidrobiológicos congelados que alcanza un crecimiento promedio de 34% para el periodo 2009-2013. Se destacan 4 especies: truchas, conchas de abanico, langostinos, tilapias y paiche en la selva.

Según Luis Salazar, “si hacemos crecer la pesca para consumo humano hay una oportunidad muy grande, la acuicultura en la mayoría de los países está por lo menos al 50% de lo que es la pesca tradicional, pero en el Perú es una porción muy pequeña.”

Sin embargo, como hemos informado ampliamente, en lugar de avanzar en el desarrollo de este sector, el actual gobierno lo ha debilitado desde la promulgación de D.S. 005-Produce y la falta de control de la pesca ilegal y depredadora de pesqueros extranjeros alrededor de los límites de las 200 millas de nuestro mar.

Agricultura

La gran biodiversidad que existe en el Perú y su clima que produce una suerte de invernadero natural, permiten el desarrollo de diversos cultivos agrícolas autóctonos interesantes para el mercado internacional, muchos de los cuales ya han logrado posicionarse y constituyen nichos para potenciales inversiones.El Perú es el primer exportador mundial de espárragos, café, cacao y banano orgánico. En los Andes, se producen cereales diversos como la quinua, la kiwicha, el tarwi y la cañihua, entre otros, que pueden ser aprovechados por sus características altamente proteicas y sus cualidades nutricionales.

Asimismo, existe un mercado potencial para legumbres como habas y maíces, y para la papa, cuya diversidad llega a tres mil variedades; la gran mayoría poco conocidas fuera del país. Otro segmento de gran potencial es el de las hierbas aromáticas y plantas nativas con usos medicinales o de alto contenido nutricional. En su mayoría, las mismas provienen de las alturas de los Andes y de la Selva Amazónica. En la zona de Selva también se pueden encontrar frutas exóticas como la cocona, la guanábana, el aguaje y el camu-camu, de creciente consumo en los países asiáticos.

Siendo el tercer país más grande de Sudamérica, el Perú cuenta con 7.6 millones de hectáreas con potencial agrícola, de las cuales todavía quedan por desarrollar 4 millones según la FAO. El Perú posee 84 de las 117 zonas de vida conocidas en el mundo y 11 eco-regiones naturales, lo cual hace posible producir una cartera diversificada de alimentos, con posibilidades de producción a lo largo de todo el año.

Además, debemos aprovechar nuestras ventajas comparativas. La ubicación estratégica del Perú en el hemisferio sur permite colocar productos en contra estación, y antes que nuestros competidores directos, en los mercados europeos, norteamericanos y asiáticos.

Según Luis Salazar (SNI), “cuando miramos las posibilidades por sector, la agricultura está muy atrasada y puede crecer fácilmente a un crecimiento de 10%, simplemente por ganancia de productividad y mejora en condiciones de infraestructura”.

Un aumento de la producción de este sector crearía una gran cantidad de empleos. La Asociación de Gremios de Productores Agrarios (AGAP) informó que según Apoyo Consultoría, el empleo directo formal [rural] generado por la agricultura moderna creció a un ritmo promedio anual de 6.6% entre los años 2004 y 2014. Además, la próxima década se generarían 780,000 puestos de trabajo formales directos adicionales en el agro moderno.

Forestal

El Perú todavía tiene que aprovechar el 50% de la superficie terrestre del país cubierta por bosques. Somos el segundo país Latinoamericano con esta riqueza y décimo primero a nivel mundial. A pesar de ello, hemos despreciado este inmenso potencial como se ve expresado en que nuestras exportaciones (US$ 267 millones) no llegan ni al uno por ciento de la demanda global por recursos forestalesHoy en día los productos forestales. incluyen la madera de balsa, goma balata, caucho y una variedad de plantas medicinales. Entre estos últimos es importante considerar la planta de cinchona, de la cual se deriva la quinina (medicamento contra la malaria).

El potencial de desarrollo del sector forestal en el Perú es del orden de cinco veces el de Chile, y constituye un buen ejemplo de la una magnífica oportunidad que se está desperdiciando para generar una producción forestal de más de US$ 30,000 millones anuales, dando empleo de calidad a toda la población de la selva y a buena parte de la sierra.(Solo en la sierra tenemos 7’000,000 millones de hectáreas deforestadas).Ver en Lampadia: ¿Cómo impulsar el desarrollo en la selva? .

Conclusión

Por lo tanto, no nos dejemos embaucar por falsos mitos de la maldición de nuestros recursos naturales. Para el Perú son, más bien, una bendición y debemos aprovecharla para volvernos un país sin pobreza que con la base de nuestros recursos naturales pueda crecer y potenciar las grandes capacidades de nuestros creativos y trabajadores ciudadanos.Lampadia




Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico

Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico

Por John G. Messerly, publicado en “Reason and Meaning” el 27 de mayo 2015

Traducido y comentado por Lampadia

John G. Messerly es un Académico Afiliado del ‘Institute for Ethics and Emerging Technologies’ (IEET). Recibió su doctorado en filosofía en la Universidad de St. Louis en 1992.

Comentario de Lampadia:

Recientemente, estamos siguiendo de cerca la llamada ‘tercera revolución industrial’ que está basada en un salto tecnológico exponencial. Esta tendrá muchísimos impactos en la vida de los seres humanos. Uno de los más angustiantes es el del empleo y otro, poco analizado aún, es el de los aspectos éticos.

En este artículo de Messerly, encontramos una excelente contribución a estos temas, que mientras más pronto podamos conocer, más pronto podremos prepararnos, y ojalá, ser parte del diseño del futuro que empieza a desenvolverse.

En Lampadia vamos a crear pronto un nuevo repositorio sobre la revolución tecnológica, sus impactos y nuestras capacidades para superarlos.

 

Aristóteles, robot esclavos, y un nuevo sistema económico – Messerly

El libro de Jaron Lanier “¿Quién posee el futuro?”, trata sobre el papel que juega la tecnología tanto en la eliminación de puestos de trabajo y el aumento de desigualdad de ingresos. Al inicio del libro, Lanier cita el libro ‘Política’ de Aristóteles:

“Si cada instrumento pudiera realizar su propio trabajo, obedeciendo o anticipándose a la voluntad de otros, como las estatuas de Dédalo, o los trípodes de Hefesto, que, dice el poeta, por su propio acuerdo entraron en la asamblea de los dioses; Si, de igual manera, el aparato tejiera y el plectro tocara la lira sin una mano que los guíe, los jefes de los obreros no querrían siervos, ni los amos esclavos.”

 

 

Aristóteles vio que la condición humana depende en gran medida de lo que las máquinas pueden y no pueden hacer; por otra parte, podemos imaginar que las máquinas van a hacer mucho más.

Si las máquinas hicieran más de nuestro trabajo, todo el mundo, incluso los esclavos, serían más libres. Entonces, ¿cómo respondería Aristóteles a la tecnología actual? ¿Abogaría por un nuevo sistema económico que responda a las necesidades básicas de todos, incluidos los que ya no tienen que trabajar; o trataría de eliminar a aquellos que no poseen las máquinas que dirigen la sociedad?

Seguramente esta pregunta es relevante en el mundo moderno. Si, como sugiere Lanier, sólo aquellos cerca de los equipos que ejecutan la sociedad tienen buenos ingresos, entonces que ocurre con el resto de nosotros? ¿Qué pasa con los trabajadores de la fábrica de acero y las fábricas de automóviles, los carniceros y cajeros de los bancos, y cada vez más, los contadores, profesores, abogados, ingenieros y médicos cuando la inteligencia artificial mejora? (Lanier analiza cómo va a suceder en su libro.)

A Lanier le preocupa que los autómatas, especialmente la Inteligencia Artificial (IA) y la robótica, crearan una situación en la que no tenemos que pagarles a otros. ¿Por qué pagar por un servicio de limpieza si se tiene una sirvienta robótica, o a los ingenieros de software si los equipos son auto-programables? Aristóteles utiliza la música para ilustrar su punto. Dijo que fue terrible esclavizar a la gente para que hagan música (tocar instrumentos en su tiempo era indeseable e involucraba mucha mano de obra), pero necesitamos la música, así que alguien debe ser esclavizado. Si tuviéramos máquinas para hacer música o pudiéramos vivir sin ella, eso sería mejor. La música es una opción interesante, porque en la actualidad muchos quieren utilizarla para ganarse la vida, pero casi nadie hace dinero por su música a través de la publicidad de Internet. Las personas pueden ser seguidas en línea por su música o su blog, pero rara vez se les paga por ello.

Así que, ¿qué hacemos? ¿Tenemos que eliminar a las personas aparentemente innecesarias, para ya no tener que lidiar con ellas? (Recuerde que casi todos nosotros serremos innecesarios en un futuro cercano) ¿Tendrán que retirarse del país o de la comunidad cerrada donde nuestra aparente seguridad es comprada por puestos militares del imperio y sus mercenarios pagados de todo el mundo? ¿Cuando las primeras víctimas de la sociedad duermen en las calles, pueblan nuestras prisiones, sufren desempleo, o involuntariamente se ven forzadas a unirse a nuestros ejércitos voluntarios? (Recuerde esto ustedes contadores, abogados, profesores e ingenieros de software, ¡que este mundo está viniendo para ustedes también!) ¿O deberíamos reconocer cómo nos beneficiamos de los demás, de nuestros diversos temperamentos y talentos, desde la seguridad y el sustento que logramos en números?

 

 

Así que la pregunta a la que nos enfrentamos ahora es la siguiente: ¿qué sucede con las personas ‘extra’, casi todos nosotros, cuando la tecnología hace todo el trabajo o uno es remunerado solo por el trabajo que las máquinas no pueden hacer? ¿Al resto de nosotros nos eliminan o morimos de hambre lentamente? Sorprendentemente Lanier piensa que estas preguntas están fuera de lugar. Después de todo, la inteligencia humana y los datos humanos son los que impulsan las máquinas. Más bien, la cuestión es cómo pensamos sobre la labor que las máquinas no pueden hacer.

Creo que Lanier está en lo cierto. Podemos pensar en el trabajo no automatizado desde algo escencial hasta algo frívolo. Si pensamos en ello como frívolo, entonces también lo son las personas que lo producen. Si no nos preocupamos por la expresión humana en el arte, la literatura, la música, el deporte o la filosofía, entonces ¿por qué preocuparnos por las personas que lo producen?

Pero incluso si las máquinas escriben mejor música o poesía o blogs sobre el significado de la vida, aún podríamos valorar el esfuerzo humano. Incluso si las máquinas hicieran todo el trabajo de la sociedad aún podríamos compartir la riqueza con la gente que quiere pensar y escribir y tocar música. Tal vez la gente simplemente quiere disfrutar de estas actividades. Ningún ser humano juega al ajedrez tan bien como las mejores supercomputadoras, pero la gente todavía disfruta jugando al ajedrez; yo no juego al golf tan bien como Tiger Woods, pero igual lo disfruto.

Voy a ir más lejos. Supongamos que alguien quiere sentarse en la playa, surfear, esquiar, jugar golf, fumar marihuana, ver la televisión, o coleccionar monedas. ¿Y a mí que me importa? Tal vez una sociedad compuesta por personas satisfechas haciendo lo que quieren es mejor que una informada por la ética protestante del trabajo. Una sociedad de fumones, que miran televisión, esquían, juegan golf y surfean, probablemente sería más feliz que en la que vivimos ahora. (La evidencia muestra que los países más felices son los que tienen las redes más fuertes de protección social, los que tienen las vacaciones pagadas y más generosas licencia políticas; los países europeos y escandinavos occidentales.) La gente todavía escribe música y libros, levantar pesas, hace voluntariado, y visita a sus nietos. ¡No necesariamente se convertirán en adictos a las drogas!

Esto es lo que yo imagino. Una sociedad donde las máquinas hacen todo el trabajo que los humanos no quieren hacer; y los seres humanos se expresarán de la manera que quieran, sin perjudicar a los demás. Una sociedad mucho más como Dinamarca y Noruega, y mucho menos como Alabama y Mississippi. Sí creo que todas las personas tienen el derecho, sí derecho, de vivir con la cantidad mínima que se necesita para vivir una vida humana decente. Todos nosotros nos beneficiaríamos de esta disposición, ya que todos tenemos mucho que aportarnos el uno al otro. Les dejo con algunas palabras inspiradoras del joven californiano auto-didáctico, Eliezer Yudkowsky:

No existe ningún mal que tenga que aceptar porque “no hay nada que pueda hacer al respecto”. No hay niño maltratado, ningún campesino oprimido, ningún mendigo hambriento, ningún joven adicto al crack, ningún paciente de cáncer, literalmente, no hay uno al que no pueda mirar a los ojos. Estoy trabajando para salvar a todo el mundo, sanar el planeta, resolver todos los problemas del mundo.

 




El Estado no controla al Estado

El Estado no controla al Estado

Las autoridades de nuestro país suelen medir con diferente vara a las empresas (e instituciones) estatales y privadas. Un ejemplo de ello ocurrió hace unos días, nada menos que con la Municipalidad de San Isidro luego de que se produjera una fuga de gas. El alcalde  Manuel Velarde anunció que denunciará penalmente a la empresa Cálidda por exposición al peligro de más de 3 mil vecinos al producirse una fuga de gas la noche del martes 14 de abril en la cuadra tres de la avenida Las Flores. La razón de esta determinación se debería a que la mencionada empresa habría demorado casi seis horas en controlar el siniestro, lo que obligó a que se evacuaran a un gran número de residentes del lugar, al corte de la energía eléctrica y un embotellamiento del tráfico en hora punta.

Velarde señaló que exigirá que la empresa Cálidda pague una reparación civil a los vecinos afectados y que para ello iniciará un proceso legal que obligue a la empresa a hacerse responsable por no haber reparado la fuga de manera inmediata. “Vamos a iniciar un proceso de empadronamiento para que los vecinos puedan recibir una compensación económica por los gastos innecesarios que ocasionó la fuga.El evento pudo haberse evitado en media hora pero la empresa puso en la balanza sus intereses versus los del distrito y eso no puede ser admitido”, señaló a RPP.

La actitud de Velarde sería válida si es que efectivamente la responsabilidad de la fuga fuera de Cálidda y la actitud de la empresa reflejara las imputaciones del “valiente” alcalde, pero el incidente se debió a que un contratista de Sedapal que hacía trabajos en la zona rompió las tuberías de gas. No solo eso, los operarios huyeron dejando la maquinaria obstruyendo el lugar, lo que dificultó enormemente las tareas de refacción. A pesar, de ello, el alcalde no culpa a Sedapal (el contratante) por lo ocurrido, sino a la empresa de gas.

La autoridad edil solo declaró que se ha multado a la empresa contratista de Sedapal con una UIT (3,800 soles) porque, al romper la pista para realizar trabajos de reparación impactó en el ducto de gas natural produciendo la fuga.

Lo increíble es que las obras se efectuaron sin que se le pidiera a Cálidda los planos de sus tuberías y, obviamente, sin que se tomaran las precauciones del caso. Una negligencia gravísima que pudo haber producido un percance mayor o, como ha ocurrido en otros siniestros parecidos, dejar sin luz a varias cuadras al cortar la electricidad “involuntariamente”.

¿Por qué no se responsabiliza públicamente a Sedapal? Aunque, aparentemente, la Municipalidad estaría ahora analizando denunciar a esta empresa, en los medios de prensa solo se ha señalado a Cálidda, una compañía privada, como la responsable del incidente, supuestamente por demorarse en controlar la emisión de gas y no seguir los protocolos establecidos.

Lo cierto es que las demoras se debieron a que los operarios de Sedapal huyeron el lugar y no se podía retirar la maquinaria, como se señaló líneas arriba, y que dentro de los protocolos de este tipo de incidentes no se contempla cortar el servicio eléctrico ni evacuar a los vecinos. Estas medidas se tomaron por indicaciones expresas del alcalde cuando la unidad especializada de los bomberos y la empresa del gas ya estaban en la zona controlando el tema. Se debe recordar que el gas natural es un elemento seguro pues se disipa rápidamente en el aire al ser más liviano.

Aún así, sin tomar en cuenta todos estos considerandos, la Alcaldía prefirió responsabilizar a una empresa privada antes que a una estatal. ¿Por qué? Porque al Estado le cuesta, no puede o no le interesa fiscalizar al Estado. Difícilmente el Municipio (Estado) podrá sacarle un Sol a Sedapal (Empresa del Estado), pero si puede exprimir a una empresa privada. En este caso además, haciéndose el muy riguroso (¿para lucimiento personal?). El Estado prefiere siempre demonizar y culpar al privado.

En otras palabras, el Estado no controla al Estado. Por esa simple razón es que ninguna empresa debiera ser propiedad del Estado. De lo contrario, los ciudadanos, que son el fin último de cualquier empresa (como) consumidores, estarán desguarnecidos o engañados.

Esto acaba de suceder en el distrito más culto del país, no decimos rico, porque Echarate lo supera largamente en ingresos. En San Isidro se espera el mejor nivel posible de la acción del Estado, el mejor ejemplo, y también, el mejor entendimiento por parte de los ciudadanos y medios. Aprovechemos este incidente para volver a discutir sobre el rol del Estado y del sector privado en nuestra sociedad. Lampadia




Los Centros Comerciales: Una historia de inclusión y modernidad

Los Centros Comerciales: Una historia de inclusión y modernidad

Una de las muestras más palpables del desarrollo del país en las últimas décadas es la multiplicación de Centros Comerciales (CC) o “malls”. Demonizados y atacados por algunos trasnochados que los ven como una manifestación negativa del consumismo, en realidad los CC son una demostración del surgimiento y el éxito de una clase media cada día más grande y pujante.

En el 2000, apenas existían 8 centros comerciales en el Perú, todos concentrados en Lima. Hoy, superan los 70 y se ubican en 13 regiones del país (La Libertad, Ancash, Lambayeque, Piura, Cajamarca, Huánuco, Ucayali, Huancayo, Lima, Ica, Arequipa, Cusco y Puno). 

En este mismo periodo de tiempo, como hemos demostrado reiteradamente en Lampadia, la clase media peruana tuvo un vertiginoso crecimiento causado por la aplicación de políticas de mercado implantadas desde la década de los noventa (Ver en Lampadia (L): El libro blanco de la clase media).

Como ha señalado el Banco Mundial, la clase media (consolidada y emergente) en el Perú tuvo un crecimiento sorprendente en los últimos diez años y bordea el 67% de la población, muy superior al promedio de América Latina que llegó al 50%. Por su lado, el HSBC asegura que para el 2030, el 70% de la población nacional tendrá ingresos medios y altos (entre US$ 3,000 y US$ 15,000). Hace unos días, durante la presentación en el Congreso de Retail 2015, el jefe de análisis sectorial de Apoyo Consultoría, Víctor Albuquerque, aseguró que en el 2021 el 52% de hogares peruanos urbanos pertenecería a la clase media [consolidada]. Es precisamente el ensanchamiento de la base de este grupo, lo que a su vez genera el crecimiento del negocio del retail moderno y, por ende, de los malls. 

Como señala el historiador Juan Luis Orrego, “cuando nos referimos a un centro comercial, plaza comercial o mall, hablamos de uno o varios edificios, por lo general de gran tamaño, que alberga locales y oficinas comerciales, cuyo fin es aglutinarlos en un espacio determinado para así reducir espacio y tener mayor cantidad de clientes potenciales. Se diferencia de los hipermercados o tiendas por departamentos, porque está pensado como un espacio público con distintas tiendas, además de incluir lugares [de facilitación de gestiones], esparcimiento y diversión, como cines o ferias de comidas dentro del recinto”.

Eso son exactamente, un especio de esparcimiento para las familias, las que no solo van a comprar sino resolver sus trámites y a disfrutar de diversas actividades, muchas de ellas culturales como el cine, teatro, exposiciones, conciertos, ferias de libros y otras. No son, pues, simples templos del consumo, sino lugares de encuentro familar y de diversión dentro de espacios cómodos y seguros. Allí los padres pueden dejar circular libremente a adolescentes y jóvenes con tranquilidad. Los CC son, además, atractivos turísticos, algunos de ellos de gran significación, como Larcomar, que por ejemplo es el segundo destino turístico del Perú, después de Machu Picchu.

Los malls son parte del paisaje urbano desde los 60. Como señala Orrego, “la primera generación de centros comerciales en Lima apareció en 1960, con la apertura de Risso y “Todos” en San Isidro. La segunda generación, ya más modernos fueron Higuereta (1976), Plaza San Miguel (1976), Arenales (1979) y Camino Real (1980); los “epígonos” [representativos] de este segundo grupo fueron Plaza Camacho y Molicentro y, en cierta medida, Caminos del Inca y El Polo, imitadores del “modelo Camino Real”. Pero el impulso a esta nueva ola se produce con la construcción del Jockey Plaza en 1997, con Plaza San Miguel que llegó a tener un movimiento comercial impresionante y Mega Plaza, que abre la trocha en las zonas emergentes.

“El Jockey Plaza impuso un gran cambio, porque con ellos las tiendas del centro comercial ya no se vendían, solo se alquilaban”, señala Ernesto Aramburú, experto en el diseño de malls.

Larcomar, en Miraflores. Foto de Larcomar

 

Luego se construyó  Larcomar en Miraflores en medio de una gran y obtusa oposición de los vecinos del distrito. ¿Hoy, alguien puede concebir este distrito sin los atractivos de este mall levantado en uno de los lugares más bellos de la capital, la bahía de Lima? Fue un desarrollo de peruanos, hoy es propiedad de la compañía chilena Parque Arauco, pero llamativamente, esta es propiedad de un arequipeño, Don José Said.

Sin duda, el cambio más importante experimentado en esta industria fue el desarrollo del Megaplaza en Lima Norte, luego de un revolucionario estudio de Arellano que  determinó que los habitantes de los conos contaban con los recursos suficientes para hacer viable este tipo de inversiones (justamente, el éxito de Plaza San Miguel era por la afluencia de clientes desde Lima Norte). El éxito económico de esta apuesta, fue el disparador de la expansión a provincias, que empezó con la inauguración del Real Plaza en Huancayo el 2008 para que siete años después, 13 regiones cuenten con centros comerciales.

El nivel de ventas también se ha incrementado, de US$ 1,300 millones una década atrás a casi US$ 7,000 millones en la actualidad. La progresión es enorme, en los próximos años llegaremos a 100 malls y se calcula que para el 2018 se duplicarían las ventas.

Como vemos el desarrollo de esta industria es una verdadera historia de inclusión económica y social. Poco a poco, la oferta de los CC fue cubriendo buena parte del país. Hoy se han igualado los niveles de servicio entre la zonas tradicionales y las emergentes. Como en muchos otros aspectos, la geografía socio-económica del país es irreconocible con la que teníamos a principios de los 90. Hoy todos los peruanos aspiran al mismo nivel de servicio, seguridad y modernidad que las poblaciones de los países más desrrollados. Esta revolución de realizaciones y aspiraciones es el cambio más importante del Perú, y nuestra población no está dispuesta a retroceder. Lampadia




Dependencia incómoda

Dependencia incómoda

Algunos países exportadores de materias primas están afrontando mejor que otros la caída de los precios de esos productos.

Por The Economist

(Gestión, 13 de Enero de 2015)

Las materias primas (commodities) son como las sirenas: seductoras pero peligrosas. Cuando sus precios están elevados, los políticos en los países que las exportan se regocijan, pues los ingresos de la venta de petróleo, gas y metales llenan las arcas estatales, el dinero foráneo arriba en grandes volúmenes y se crean empleos bien remunerados.

A menudo, tales gobiernos ignoran otros sectores económicos bajo la creencia de que esos buenos tiempos nunca terminarán, pero siempre llegan a su fin. Y ahora que los precios están en picada, muchos países están aprendiendo lo que sucede cuando una economía depende demasiado de sus recursos naturales.

Venezuela, que posee las mayores reservas petroleras, está al borde del colapso. Brasil y Noruega, otros dos grandes exportadores de petróleo, han reducido sus proyecciones de crecimiento y el presidente ruso, Vladimir Putin, verá que el PBI de su país se encogerá 5% este año, de acuerdo con los estimados de su banco central. Es probable que la deuda de su gobierno sea reclasificada al estatus de “basura”.

Cuando los precios de los commodities comenzaron a caer en el 2014, los economistas temieron lo peor para sus exportadores, pero hasta ahora muchos han salido bien librados. Solo un puñado de países latinoamericanos —Argentina, Venezuela y posiblemente Brasil— caerá en recesión este año y otros han recortado sus proyecciones de expansión, pero siguen bien.

Chile, exportador de cobre que antes fue cautivo de las fuerzas del mercado, crecerá 3% y Perú, que depende enormemente de sus ventas de metales, 5%. El PBI de América Latina se incrementará 2%.

No se espera que ningún exportador de petróleo de Medio Oriente sufra una recesión este año (aunque medir el crecimiento en países azotados por la guerra es casi imposible). Arabia Saudita está utilizando sus grandes reservas de divisas para impulsar el gasto gubernamental y se expandirá 4.5%.

Algunos países africanos están siendo afectados. Nigeria, que apenas cuenta con exportaciones no petroleras, sufrió una pérdida de 13% en el valor de su moneda en el 2014; Zambia, exportador de cobre, solicitó la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) en junio.

No obstante, comparadas con periodos previos de declive de los precios de commodities, las monedas han estado bastante fuertes. Solamente los países atacados por el ébola y la creptocrática Guinea Ecuatorial verán sus economías reducirse este año. Se espera que África Subsahariana se expanda 5%.

Dos factores explican por qué algunos exportadores de commodities están afrontando mejor que otros la situación. Primero, muchos gobiernos han convertido a sus países en amistosos con el sector privado. Según el Banco Mundial, en años recientes África Subsahariana ha sido la principal zona en mejorar su entorno para los negocios. Ruanda, que hace 20 años estuvo sumida en una guerra civil, es hoy un mejor lugar para hacer negocios que Italia.

Los entornos benignos para las empresas impulsan la inversión extranjera directa (IED). En los últimos años, se ha mantenido bien en África a pesar de los traspiés globales. El dinero foráneo está ayudando a las economías africanas a diversificarse. El reciente y fuerte incremento del PBI nigeriano no se explica por su sector petrolero — que se ha estancado—, sino por las finanzas y otros servicios. Incluso Chad, que ha sido objeto de escarnio por su economía basada en un único sector, ha visto la participación de sus ingresos por petróleo reducirse progresivamente.

Pero Rusia no ha podido hacerse menos dependiente del petróleo y diversificar su economía es hoy más complicado que antes para Putin, debido a la caída de la IED que sufrió el país el año pasado.

Segundo, algunos gobiernos están gastando su dinero más sensatamente. Antes de la década pasada, casi todos lo derrocharon cuando los precios de los commodities estaban elevados y los ingresos por impuestos abundaban, y luego recortaban el gasto cuando los precios se hundían. Rusia todavía hace esto y no cuenta con dinero para impulsar la demanda doméstica, sino que está reduciendo su gasto, con lo cual inflige más daño.

Algunos países latinoamericanos y africanos, como Zambia y Chile, ahora aplican políticas fiscales “anticíclicas”: ahorran durante las bonanzas y gastan en los malos tiempos. Hace una década, el presupuesto de Angola dependía casi en su totalidad del petróleo, pero ahora un tercio proviene de otras fuentes.

Chile, donde el cobre explica el 60% de las exportaciones, antes era conocido por el errático manejo de sus ingresos por la venta del metal, pero hoy un panel independiente revisa que el Gobierno los utilice responsablemente.

Algunos exportadores de commodities enfrentan un sombrío 2015, pero otros pueden sentirse optimistas. África, que por décadas fue sinónimo de dependencia en los recursos naturales, será una de las regiones de mayor crecimiento, pues ya no está condenada a los abruptos vaivenes de los commodities. Si hace una década Putin hubiese intentado desmontar la estructura de la economía rusa, su país no estaría por vivir un año tan difícil.