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La destructiva política de identidad

La destructiva política de identidad

Tras haberse registrado una tasa de participación de votantes récord en EEUU –la más alta de los últimos 120 años – reflejada además en un resultado apretado entre facciones republicanas y demócratas en varios estado clave que redundó en varias impugnaciones por parte del presidente Trump contra la legalidad del mismo proceso electoral, cabe realizar algunas reflexiones sobre los niveles de conflictividad a los que fue llevado la sociedad estadounidense los últimos días y cómo esto no ha sido exclusivo en este país en los últimos años.

Ello está atado a lo que comentamos hace algún tiempo respecto a la deformación que han sufrido las derechas en los últimos años en el mundo occidental y parte del oriental (ver Lampadia: El cinismo del populismo, El nuevo conservadurismo, Crisis democrática en la India) hacia el nacionalismo populista, con EEUU, Gran Bretaña y la India por ejemplo, lo cual ha llevado a una suerte de constante conflicto entre las clases políticas, así como el desprecio hacia las instituciones que constituyen las bases de una democracia (Poder Legislativo, Judicial, entre otros)  por parte de los líderes que actualmente se encuentran haciendo gobierno.

Un reciente artículo publicado por The Economist agrega que este fenómeno ya no es exclusivo de la derecha porque también se ha venido replicando con las izquierdas como el caso de AMLO en México y hasta hace poco con Morales en Bolivia, cuyo sucesor, Luis Arce, seguiría la misma línea. Así The Economist la ha denominado como la “política de  identidad”, una suerte de ideología, cuyo único fin es exacerbar prejuicios culturales entre los votantes para generar conflicto en sus representantes, obstruyendo los compromisos necesarios para que la sociedad avance en las reformas que necesita.

De ahí que referirse a problemas que inclusive son de sentido común como lucha contra el calentamiento global o la prevención de la misma pandemia, a través del distanciamiento social o el uso de mascarillas, sea acusado directamente como algo afín a cierta posición política.

Sin duda consideramos que este problema es gravísimo y se está tornando estructural en las democracias más desarrolladas, pero coincidimos con The Economist que hay esperanzas para pensar que podría hacérsele frente. En todo caso uno debe estar atento a futuros embates por parte de partidos políticos que tomen esta bandera en nuestro país porque ya sabemos hacia dónde van sus objetivos. Veamos el análisis de The Economist al respecto. Lampadia

La resiliencia de la democracia
La democracia contiene las semillas de su propia recuperación

Una recesión democrática global no tiene por qué durar para siempre

The Economist
26 de noviembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

A pesar de todos los esfuerzos de Donald Trump por revertir las elecciones de este mes, la democracia estadounidense nunca pareció ceder después del día de las elecciones. Efectivamente, el 23 de noviembre, incluso cuando el presidente una vez más condenó “la elección más corrupta en la historia de EEUU”, acordó que el gobierno federal debería darle a Joe Biden los recursos que necesita para prepararse para el cargo.

Trump todavía ha hecho daño, al igual que los líderes republicanos que lo complacieron. Dado que cuatro de cada cinco votantes republicanos dicen que el voto fue “robado”, la confianza en la imparcialidad de las elecciones se ha visto sacudida y Biden ha sido injustamente socavado desde el principio. De ahora en adelante, en las votaciones reñidas, trabajos rutinarios como contar y certificar votos correrán el riesgo de ser parte del campo de batalla. Eso no es una amenaza para la existencia de la república, pero marca un mayor deterioro partidista en la democracia estadounidense.

También es parte de una recesión democrática global. El colapso de la Unión Soviética llevó a un florecimiento en el número y la calidad de las democracias liberales, pero ahora la tendencia se ha invertido. Hungría y Polonia están bloqueando el presupuesto de la Unión Europea porque sus gobiernos se niegan a someterse al estado de derecho. Nuestro informe describe cómo en la democracia más grande del mundo el Partido Bharatiya Janata (BJP) bajo Narendra Modi está capturando instituciones, incluidos los tribunales, la policía y ahora, se teme, la comisión electoral. The Economist Intelligence Unit (EIU), nuestra organización hermana, ha estado compilando un índice de democracia desde 2006. El puntaje del año pasado fue el peor de todos. El covid-19 ha acelerado el declive.

La amenaza no proviene de golpes militares sino de gobiernos en el poder. Con el tiempo, los líderes sin escrúpulos pueden vaciar la democracia por completo. Hace dos décadas, Venezuela celebró elecciones significativas; hoy está a punto de eliminar el último núcleo de oposición. Pero incluso en países donde tal calamidad es impensable, la erosión de normas e instituciones conduce a un peor gobierno. Para revertir esto, debe comprender qué salió mal.

Ya sea que los apoye o no, Trump y sus compañeros populistas llegaron al poder como respuesta a las fallas de los gobiernos democráticos. En los países ricos, los votantes de la clase trabajadora llegaron a creer que los políticos no se preocupaban por ellos, después de que sus niveles de vida se estancaron y se preocuparon por la inmigración. En Europa central y oriental, los gobiernos que buscaban unirse a la UE prestaron más atención a Bruselas que a sus propios votantes. En los países en desarrollo, la corrupción envió el mensaje de que las clases dominantes estaban interesadas principalmente en sus propias cuentas bancarias.

Los políticos emprendedores respondieron a estos sentimientos elevando la identidad muy por encima de la política para mostrar a los votantes que sus quejas son importantes. Tal fue la agitación que algunos viejos partidos fueron barridos: en Francia en 2017 ganaron solo una cuarta parte de los votos entre ellos. Polonia había prosperado bajo un gobierno centrista, pero Law and Justice les dijo a los votantes que sus valores católicos estaban siendo atacados desde Bruselas. En Brasil, Jair Bolsonaro respaldó el desprecio de los votantes por la clase política. Tan implacable es el enfoque de Trump en la identidad de su base que ni siquiera propuso un programa para su segundo mandato.

La política de identidad, impulsada por las redes sociales y la televisión y la radio partidistas, ha vuelto a involucrar a los votantes. La participación es el único componente del índice de democracia de la EIU que ha mejorado desde 2006. Biden y Trump obtuvieron más votos que cualquier candidato presidencial en la historia. Pero al resolver uno de los problemas de la democracia, la política de identidad ha creado otros.

Esto se debe a que una política que refuerza identidades inmutables aleja la tolerancia y la paciencia que necesita una democracia para resolver los conflictos sociales. En las discusiones sobre quién obtiene qué, la gente puede dividir la diferencia y sentirse satisfecha. En las discusiones sobre quiénes son, por ejemplo, sobre religión, raza y anti-elitismo, el compromiso puede parecer una traición. Cuando están en juego formas de vida, los demás no solo están equivocados, sino que son peligrosos. Al no haber importado lo suficiente, las elecciones ahora importan demasiado.

En algunos países, los líderes mayoritarios han explotado esta lealtad tribal para hacer noble a las instituciones que se suponía que debían controlarlos. En Turquía, Recep Tayyip Erdogan gobierna como si el poder democrático fuera absoluto y condena a quienes lo bloquean como enemigos de la república. En México, Andrés Manuel López Obrador elude poderes enteros del gobierno, que supuestamente han sido capturados por las élites, y apela directamente a sus partidarios en referendos. En India, cuando la comisión electoral persiguió a los candidatos del BJP con menos escrúpulos que a sus oponentes, uno de los tres principales comisionados se opuso, solo para encontrar a su familia investigada por evasión fiscal.

Las instituciones estadounidenses están protegidas por el profesionalismo de sus jueces y funcionarios. Muchos de ellos se sienten atados por las normas establecidas por quienes les precedieron. Cuando Trump trató de subvertir las elecciones, fracasó abyectamente porque innumerables personas cumplieron con su deber.

Como resultado, el principal daño que la política de identidad le hace a EEUU proviene de la animosidad y el estancamiento. Se supone que la política resuelve los conflictos de la sociedad, pero la democracia los está generando. En parte porque las tribus viven en universos de información diferentes, cuestiones de hecho como el uso de máscaras y el cambio climático se transforman en disputas sobre el modo de vida de las personas. El resultado es que la política estadounidense ha vuelto a dejar de responder. Enciende tanto a la gente que obstruye los compromisos necesarios para que la sociedad avance.

Vote por el cambio

Algunos advierten que el descontento que esto crea provocará la muerte de las democracias, un resultado que sus enemigos, defendido por Vladimir Putin, han planeado lograr. Y, sin embargo, hay muchas razones para tener esperanza. Una de las fortalezas de la democracia es que promete muchas oportunidades para comenzar de nuevo. Mientras se celebren elecciones, siempre existe la posibilidad de echar a patadas a los sinvergüenzas incluso en lugares donde los gobiernos apilan el voto. En las ciudades de Hungría y Polonia, los votantes han comenzado a rechazar la represión y el amiguismo. En las elecciones de la UE el año pasado, los populistas obtuvieron peores resultados de lo esperado. Quizás el péndulo ya ha comenzado a oscilar. India es demasiado vasta y diversa para que un solo partido gobierne por sí solo.

La democracia también es adaptable. En la elección de EEUU, los republicanos obtuvieron votos hispanos y negros; y en Gran Bretaña el año pasado, el gobernante Partido Conservador ganó escaños laboristas en Midlands. Esa mezcla es justo lo que necesita la política en ambos países, porque anima a los partidos de izquierda y derecha a salir de sus reductos tribales y a inclinar la balanza del esfuerzo político lejos de la identidad y hacia los resultados.

La democracia está, para bien o para mal, también vinculada a la suerte de la superpotencia que está más estrechamente vinculada a ella. EEUU apoya la democracia en parte a través del ejemplo y la promoción. En casa, Biden intentará restaurar normas como la independencia del Departamento de Justicia. En el extranjero, no complacerá a los autócratas y a los tiranos tanto como Trump. Y EEUU podría impulsar la democracia a través de políticas de poder. Si Biden quiere crear una alianza para ayudar a EEUU a mantenerse a la cabeza en la carrera contra China por el dominio tecnológico, la democracia ayudará a definirla.

Sobre todo, la democracia es algo por lo que la gente lucha. Cada fin de semana, los bielorrusos arriesgan su libertad y su vida saliendo a las calles a desafiar al dictador que les niega el derecho a elegir quién debe gobernarlos, tal como lo han hecho los hongkoneses, sudaneses y tailandeses. Es una inspiración que los votantes de todas partes deben llevar consigo a las urnas. Lampadia




Olvidando la agenda prioritaria de la India

Olvidando la agenda prioritaria de la India

La pésima gestión económica del primer ministro de la India, Narendra Mohdi, ya empieza a verse reflejada en una creciente desaceleración de las cifras de crecimiento del mencionado país asiático. Ello complica la alta dinámica y absorción del mercado laboral de una economía emergente como la India, cuyo bono demográfico aún se mantiene presto a explotarse, y que es además considerado su principal determinante para asentarse como país líder del crecimiento económico en los próximos años.

Como escribimos en Lampadia: Crisis democrática en la India , la obsesión de Modi por el tema cultural y su deseo nacionalista de desterrar a los que él considera como los “viejos enemigos” de la República India, lo ha desenfocado por completo de lo que debiera ser su principal objetivo: profundizar en las reformas de mercado que emprendió en su primer gobierno y soltar todo el potencial de un país, cuyo capital humano le ha permitido establecerse como referente en sectores altamente complejos como es el de la industria de las TIC.

En un reciente artículo publicado por The Economist y que compartimos líneas abajo, se comparten propuestas muy audaces para apuntalar el crecimiento de la India, atacando la médula del problema financiero de dicho país: el sobreendeudamiento de la banca estatal.

Una inyección de liquidez en el corto plazo y una senda privatización en el mediano-largo, permitiría levantar el sistema financiero indio a la vez que corregiría los descalabros fiscales que subyacen en las cuentas del gobierno, que, en las actuales condiciones, imposibilitan realizar política contracíclica para arreglar las insuficiencias de demanda de esta economía.

Esperamos que Modi tome en cuenta estos planteamientos y no deje que su populismo nacionalista termine carcomiendo sus deseos de retomar el desarrollo de la India, que esperamos siga siendo su más grande anhelo. Lampadia

El embrollo que Modi hizo
Narendra Modi está dañando la economía y la democracia de la India

El país finalmente tiene un líder con el poder y los incentivos para impulsar grandes reformas. Pero no está actuando

The Economist
26 de octubre, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Las historias de la represión en Jammu y Cachemira y la amenaza de despojar de la ciudadanía a millones de personas pobres y en su mayoría musulmanas en Assam, una forma de limpieza étnica por parte de la burocracia, se han infiltrado en la conciencia del mundo, pero muchos empresarios occidentales todavía están inclinados a defender el primer ministro indio. Incluso si Narendra Modi es malo para la democracia, dicen, su filosofía favorable a los negocios es buena para la economía. Pero, como demuestra nuestro informe especial de esta semana, ese argumento ya no funciona. La economía de la India se maneja de manera incompetente y va mal.

El crecimiento cayó del 8% a mediados del año pasado al 5% interanual en el trimestre más reciente. Puede que eso no suene tan mal, y otras economías emergentes también están sufriendo, pero India necesita crecer rápidamente solo para mantener a su vasta fuerza laboral totalmente empleada. Peor aún, la desaceleración parece menos un chapuzón que una ducha fría prolongada.

Algunos bancos y muchos otros prestamistas están en crisis, con una montaña de deudas incobrables de US$ 200,000 millones. En los seis meses que terminaron en septiembre, el flujo total de financiamiento a las empresas cayó un 88%. Cinco recortes sucesivos de las tasas por parte del Banco de la Reserva de la India, el banco central, no han logrado reducir las tasas de préstamos comerciales, y en cualquier caso las empresas no están invirtiendo. La demanda del consumidor también se ha estabilizado o disminuido. Las ventas de automóviles y motocicletas han caído un 20% o más. Y con el déficit fiscal combinado del gobierno federal y los estados que ya se acerca al 9% del PBI, más los ingresos fiscales cayendo muy por debajo de las expectativas, hay poco margen para el estímulo.

Cuando tomó el poder por primera vez en 2014, el gobierno de Modi heredó una economía con muchos problemas, pero hizo muy poco al respecto. La última frenada continúa ese patrón decepcionante. Con la excepción de un fuerte recorte en los impuestos corporativos a principios de este mes, al 25%, que pone a la India en línea con otros países de la región, la respuesta oficial ha sido dispersa y tímida. Esto, dicen los críticos, refleja tanto una escasez inusual de experiencia en el gobierno de Modi como puntos de vista conflictivos en su círculo, ya que los grupos de interés en competencia compiten por su oído. Sin embargo, las líneas generales de lo que hay que hacer son claras.

Para comenzar, Modi debería reclutar un equipo económico que se base en la competencia y la experiencia en lugar de la afinidad por la ideología hindú-nacionalista del Partido Bharatiya Janata. Debe abordar tanto la crisis financiera como la caída de la demanda. Para arreglar el sistema bancario, los bancos y los bancos en la sombra, ligeramente regulados que recientemente han estado prestando mucho necesitan ser sometidos a pruebas de resistencia y, cuando sea necesario, y los bancos recapitalizados. Eventualmente, los bancos estatales podrían privatizarse y los bancos en la sombra sometidos a las mismas regulaciones prudenciales de otros prestamistas.

Un programa de privatización más amplio le daría al gobierno el dinero que necesita para satisfacer la demanda. Debería hacer uso de palancas como el esquema nacional de empleo rural para llevar dinero al interior en dificultades. A largo plazo, el sistema tributario, las leyes laborales, la regulación de la propiedad de la tierra y los aranceles fiduciarios y proteccionistas deberían recibir una revisión exhaustiva.

Muchos de estos elementos han estado en la lista de tareas pendientes de todos los gobiernos indios durante décadas. Pero la larga historia de estasis solo fortalece el caso para el cambio. Y en Modi, con su control del parlamento, su reputación como amigo de los negocios y su necesidad de enderezar una economía en decadencia, India finalmente tiene un líder con el poder y los incentivos para impulsar grandes reformas.

El temor es que, en lugar de enfrentarse con la economía, Modi deje de hacerse pasar por un reformador y abrace completamente su alter ego, como un nacionalista hindú que golpea el pecho. Apenas unos meses después de su segundo mandato, ya ha abolido el único estado de mayoría musulmana de India y está amenazando con expandir al resto del país su plan para perseguir a supuestos intrusos extranjeros en Assam. Ante los crecientes problemas económicos de la India, el enfoque de Modi en los agravios comunales parece aún más censurable. Por desgracia, aún puede sacar la conclusión opuesta. Lampadia




Crisis democrática en la India

Crisis democrática en la India

La derecha política sigue degenerándose a nivel global con sus prácticas antidemocráticas y su desenfrenado populismo; cuya fuerza se alimenta principalmente de un rampante nacionalismo, el cual resulta muy atractivo hacia las grandes masas de los votantes que han sido engañadas por los supuestos males de la globalización y el libre comercio (ver Lampadia: El nuevo conservadurismo).

Ahora no solo es Occidente, con los movimientos euroescépticos, entre los cuales se destaca el Partido Conservador de Gran Bretaña liderado por Boris Johnson (ver Lampadia: ¿Qué futuro le depara a Gran Bretaña con Boris Johnson?) y en EEUU con el Partido Republicano del presidente Donald Trump. Inclusive en importantes países asiáticos – que justamente son de los que más han aprovechado las oportunidades de un mundo más integrado e interconectado – esta peligrosa ola de pensamiento político está que se apodera de las mentes de la clase política dominante. Este es el caso de la India.

Narenhdra Modi, de quien hemos escrito extensamente en anteriores oportunidades (ver Lampadia: Narendra Modi se perfila para un segundo mandado en la India, La admirable evolución de la India) prometía mucho en términos del bienestar para los habitantes de la India, por su clara visión respecto del rol fundamental que tiene el sector privado en el desarrollo de las economías.

Lamentablemente, sus primeros cien días de su segundo gobierno han dejado mucho que desear. Ello lo pone en evidencia un reciente artículo publicado por la revista Project Syndicate, y que compartimos líneas abajo.

No solo la economía india se encuentra de capa caída, sino que además Modi, como todo político populista, ha empezado a asaltar las instituciones vigentes, para satisfacer el clamor popular. Así, sus operadores políticos ya se encuentran atentando contra la libertad religiosa y personal de los hogares; a la vez que explotan los prejuicios de la población india hacia la población musulmana, acrecentando el conflicto en las relaciones comunitarias.

Lo más lamentable es que, a pesar de estos desaciertos, el mencionado primer ministro aún cuenta con amplio apoyo popular, el cual podría capitalizar para profundizar en las reformas de mercado emprendidas en el 2014, por su mandato, y así posicionar a un país que tiene todo liderar el crecimiento económico global de las próximas décadas, inclusive con mejores prospectos que China. Sin embargo, esto no parecería estar en la agenda de Modi.

Esperamos que Modi en los próximos meses pueda retomar la agenda prioritaria de desarrollo de la India, que de lejos debe ser la económica, y no se obsesione con el tema cultural, que lo único que ha hecho con ello ha sido profundizar la xenofobia entre grupos de orígenes distintos que han compartido muchos años juntos un país que les ha provisto de una mejora de calidad de vida notable. Lampadia

Una dictadura democrática en la India

Shashi Tharoor
Project Syndicate
13 de setiembre, 2019
Glosado por Lampadia

NUEVA DELHI –El gobierno del primer ministro indio Narendra Modi ha completado cien días de su segundo mandato, con bombos y platillos. Pese al deficiente desempeño de su gobierno, Modi en persona sigue siendo inmensamente popular. Esto no presagia nada bueno para la democracia india.

Los simpatizantes del gobierno de Modi aclaman una andanada de nuevas leyes represivas (entre ellas, la criminalización de la práctica musulmana de “divorcio instantáneo” llamada talaq-e-biddat) como muestra de determinación. En tanto, la reciente derogación del estatuto especial de Jammu y Cachemira (garantizado por el artículo 370 de la Constitución de la India) se llevó a cabo en un contexto de fuertes medidas restrictivas en toda la región; dirigentes políticos fueron arrestados y se interrumpieron las comunicaciones telefónicas y por Internet. Cuando se levante la tapa de la olla a presión, no hay modo de saber lo que sucederá; pero la mayoría de los indios siguen apoyando al gobierno sin vacilaciones.

Pero los partidarios de Modi pasan por alto temas como la economía, que está en caída libre, y las relaciones interreligiosas, tensas como nunca habían estado. (La misión no tripulada a la Luna de la que esperaban alardear fracasó cuando el robot explorador se estrelló contra la superficie lunar, en vísperas de la celebración de los cien días de gobierno.)

Para los críticos de Modi, la persistencia de su popularidad es difícil de explicar. La mayor parte de las recetas que aplicó hicieron más mal que bien. Por ejemplo, es probable que el desastroso intento que hizo en 2016 el gobierno de retirar de circulación el 86% del papel moneda de la India haya sido el peor golpe que sufrió la economía del país desde la independencia, con un costo de millones de puestos de trabajo y pérdida de crecimiento. Pero no parece que eso sea un obstáculo para la mayoría de los votantes, que ven en Modi a un líder decidido y práctico, dispuesto a romper con la tradición y probar soluciones audaces para los intratables problemas de la India.

Esta reacción ha dejado a muchos en la India perplejos. He aquí un primer ministro que echó por tierra casi todas las convenciones de la política india civilizada. Envió a la policía a detener a dirigentes opositores bajo acusaciones infundadas, ascendió a ministros que con su retórica divisiva generaron temor en los musulmanes y en otras minorías, e intimidó a los medios, al punto que la cobertura de prensa de su administración es una vergüenza para la cultura democrática de la India.

Además, el gobierno de Modi abandonó (por primera vez en la historia de las comisiones permanentes del Parlamento de la India) la tradición bipartidaria que adjudicaba la presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores (posición que yo ocupaba) a una figura del principal partido de oposición: ahora el Partido Popular Indio (Bharatiya Janata Party, BJP) de Modi decidió que se encargará de controlar a su propio gobierno.

Para muchos de los admiradores de Modi, semejantes muestras de autoritarismo no tienen la menor importancia. Consideran que tras décadas de una democracia demasiado “bondadosa” y de negociar con coaliciones de gobierno, la India necesitaba un líder “duro”. Quienes teníamos una fe absoluta en el sistema democrático de la India ahora nos encontramos con la triste realidad de que tal vez sus raíces no eran tan profundas como pensábamos.

La India se encuentra ahora en manos de un nacionalismo enfervorizado que exalta cada logro indio (real o imaginario) y califica de “antinacional” y hasta “sedicioso” cualquier desacuerdo político o protesta por insignificante que sean. Casi todas las instituciones independientes han sido vaciadas y convertidas en instrumentos del avasallante poder del gobierno.

Que se usen de tal modo las autoridades tributarias no sorprende tanto. Pero ahora hasta los organismos responsables de las investigaciones financieras, la policía y el aparato de inteligencia del gobierno, e incluso entidades manifiestamente autónomas como la Comisión Electoral y el sistema judicial, son parte de esta problemática.

Bajo Modi, la libertad política ya no se considera una virtud. La nueva norma del orden social es el control (por parte de las autoridades) y la conformidad (para todos los demás). Como señaló hace poco el académico y comentarista Pratap Bhanu Mehta, “es difícil recordar un tiempo” en el que “se alentara tanto la adecuación del discurso público y profesional a los deseos del Estado”.

Previsiblemente, bajo el gobierno del BJP, las relaciones intercomunitarias han empeorado drásticamente. La marginación de la comunidad musulmana de la India es tan grave que incluso algunos de los más firmes defensores del gobierno la reconocieron. La India fue durante tres mil años un refugio para los perseguidos de todas las naciones y creencias. Hoy rechaza a los refugiados musulmanes rohinyás de Myanmar y publicó un Registro Nacional de Ciudadanos que excluye a millones de personas (mayoritariamente musulmanas) que tuvieron que refugiarse en la India después de 1971, y con ellas a sus hijos nacidos en la India. También hay rumores de un nuevo intento de eliminar las leyes que permiten a las comunidades minoritarias mantener sus prácticas en lo referido a cuestiones de familia, y de sancionar otras con el objetivo de limitar las actividades de proselitismo religioso.

Ante nuestros ojos, un gobierno al que no le interesan las instituciones, las convenciones y las prácticas mantenidas desde la independencia está transformando el carácter mismo de la India. Parece que la “audacia” lo justifica todo.

Lo que preocupa cada vez más a demócratas liberales como yo es que esto pueda ser lo que la población india (medianamente educada y confundida por la habilidosa propaganda del BJP) realmente quiera. Como se pregunta Mehta: “¿Será que de algún modo esta exaltación del poder, del control y del nacionalismo es la satisfacción de nuestros propios deseos más profundos?”.

En cualquier caso, si estos primeros cien días del segundo quinquenio de gobierno de Modi sirven de indicación, es muy posible que pronto la India deje de ser el país por cuya libertad luchó Mahatma Gandhi. Lampadia

Traducción: Esteban Flamini

Shashi Tharoor, ex subsecretario general de las Naciones Unidas y ex ministro de Estado de Asuntos Exteriores de la India y ministro de Estado para el Desarrollo de Recursos Humanos, es miembro parlamentario del Congreso Nacional de India. Es autor de Pax Indica: India and the World of the 21st Century.




Narendra Modi se perfila para un segundo mandato en la India

Narendra Modi se perfila para un segundo mandato en la India

En pleno proceso electoral, el escenario político de la India refleja un sinfín de ataques mediáticos entre los principales líderes de los partidos con mayor simpatía entre los votantes, incluido, el del actual Primer Ministro, Narendra Modi – quien busca la reelección y de quien hemos escrito extensamente en anteriores oportunidades, por su constante énfasis respecto del rol fundamental que tiene el sector privado en el desarrollo del mencionado país asiático (ver Lampadia: Perspectivas sobre las reformas en la India, La admirable evolución de la India, En defensa de la globalización y la integración).

En un reciente artículo escrito por The Economist (ver artículo líneas abajo) se explica cómo la débil institucionalidad que rige el gasto en campañas en India, así como la mismas reglas asociadas a su sistema de voto de mayoría simple, no solo incitan a que surjan acusaciones de toda índole entre los contendientes políticos (robo, traición, intolerancia, apoyo al terrorismo, etc.); la presencia de los altos costes a la entrada de partidos fomentan la aparición de personalidades políticas populistas de sospechosa procedencia, un fenómeno del que lamentablemente también son víctimas muchos países de nuestra región, incluido el Perú.

A pesar de contar con el respaldo en las encuestas y el consenso de los analistas políticos respecto de su probable victoria, Modi y en particular su partido Bharatiya Janata Party (en adelante, BJP), tampoco fueron ajenos a estos ataques que se vieron amplificados por alianzas entre partidos rivales y grupos sociales no minoritarios, lo cual generó que su popularidad se viera ligeramente mermada como constataron los resultados electorales locales de algunos estados a inicios de año que les daban la victoria al partido opositor, Congress.

Sin embargo, recientes sucesos asociados al terrorismo en Pakistán han generado un renacimiento de Narendra Modi, como el líder político que empezó el verdadero cambio de la India – allá por el 2014 – profundizando las reformas de apertura económica y de libre mercado existentes, pero sobretodo ungiendo un cambio positivo en la percepción ciudadana hacia el sector privado, tan estigmatizado por sus exorbitantes deudas tomadas con los bancos del sector público (ver Lampadia: La admirable evolución de la India).

En este contexto, queremos reafirmar nuestro apoyo a Narendra Modi porque creemos que ha sido uno de los pocos gobernantes indios de los últimos años que ha tenido clara cuál debería ser la visión de desarrollo de un país tan difícil de gobernar – por su multiculturalidad, su compleja burocracia y su diversidad religiosa -, cuyo capital humano ha demostrado tener el potencial para competir en industrias tan complejas como la de las TIC y cuyo desempeño macroeconómico la sitúan como una de las economías candidatas a liderar el crecimiento a nivel mundial  en los próximos años. Lampadia

Los misiles hacen al hombre
Es probable que el fervor nacionalista asegure un segundo mandato para Narendra Modi

Sus encuestas mejoraron después de que lanzó un bombardeo en Pakistán

The Economist
2 de mayo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La dimensión de una elección general india puede ser difícil de comprender. Con cerca de 900 millones de votantes registrados y 1 millón de colegios electorales, es como si todos los países de la Unión Europea, además de Estados Unidos, Canadá y México, así como Japón y Corea del Sur, votaran juntos. Sin embargo, el proceso generalmente funciona sin problemas. La votación esta vez comenzó el 11 de abril y se divide en siete fases, para reducir la carga del personal electoral y la policía. El uso de cerca de 4 millones de máquinas de votación portátiles que funcionan con baterías permitirá contar todos los votos en un solo día, el 23 de mayo.

El conteo puede ejecutarse con precisión sinfónica, pero el resto de los procedimientos son pura cacofonía. Con 8,000 candidatos de más de 2,000 partidos compitiendo por asientos en Lok Sabha, la cámara baja del parlamento, esto es menos una elección nacional que 543 batallas separadas. Las reglas sobre los gastos electorales son imprecisas y, a menudo, no se cumplen. Las estimaciones del costo de las elecciones de este año son tan altas como US$ 10 mil millones. Desde mediados de marzo, la Comisión Electoral ha incautado unos US$ 500 millones de efectivo, oro, drogas y alcohol que sospecha que estaban destinados a sobornar a los votantes.

El enorme costo de la entrada les da a los candidatos con perfiles altos o bolsillos profundos una ventaja. No es de extrañar que tantos son ex estrellas de cine y del deporte, mafiosos, ricachones o dinastas. El costo de impugnar también infla las esperanzas entre los votantes pobres: en un estado del sur, los aldeanos recientemente sitiaron una oficina del partido, furiosos porque un intermediario que había “vendido” sus votos les pagó solo 500 rupias (US$ 7) de las 2,000 que había embolsado el candidato para cada voto. Los altos costos también pueden servir para elevar la presión: en las últimas semanas, los candidatos se han acusado mutuamente de robo, traición, intolerancia, apoyo al terrorismo y muchos otros pecados.

Junto con la dimensión y la intensidad, esta elección acumula suspenso. El sistema de mayoría simple de la India permite obtener un escaño con menos de la mitad de los votos, siempre que otros candidatos lo hagan aún menos.

Exceptuando a los astrólogos, los indios, comprensiblemente, tienden a desconfiar de las predicciones políticas. En las últimas tres elecciones generales, las encuestadoras profesionales han caído en picada. Aun así, hay consenso sobre los resultados más amplios del concurso. Nadie espera que las estrellas se alineen tan perfectamente para Narendra Modi, el primer ministro, como lo hicieron en 2014, cuando el BJP ganó 282 asientos por sí solo. Todos esperan que su rival, Congress, el único otro partido verdaderamente nacional, se levante de sus pésimos 44 escaños, pero que siga siendo un segundo distante. La mayoría espera que los partidos regionales, incluidos BSP y SP, ocupen aproximadamente un tercio de los asientos.

Dadas las ventajas que disfruta, Modi está ampliamente inclinado a ganar. El propio primer ministro es un activista talentoso e incansable, que entrega incesantemente en su mensaje, ráfagas de refuerzo mezcladas con golpes de fuego a sus enemigos. Otra de sus ventajas proviene de tener mucho más dinero. Algo de esto es incomprensible, pero una medida es el valor de las donaciones a través de “bonos electorales”. Dado que este vehículo para regalos políticos anónimos fue creado por el BJP en nombre de la “transparencia” el año pasado, alrededor del 95% de todos los bonos se han destinado al partido gobernante.

Estar en el poder también ayuda. A medida que se acercaban las elecciones, los opositores de Modi se vieron atacados por las redadas impositivas o investigaciones policiales. A mitad de la votación, el Ministerio del Interior decidió repentinamente responder a una consulta pública, que data de 2015, cuestionando la ciudadanía de Rahul Gandhi, cuya familia ha liderado el Partido del Congreso durante cinco generaciones y la India durante gran parte del tiempo desde la independencia. Mientras tanto, un programa gubernamental para compensar a los pequeños agricultores, presentado en febrero, colocó milagrosamente el dinero en efectivo en sus cuentas a tiempo para la votación. Para ser justos, otros partidos han sido igual de groseros: West Bengal, dirigido por el feroz anti-BJP Trinamool Congress, ha impedido a los líderes del partido rival aterrizar helicópteros en “su” territorio.

A pesar de tener tantas cartas, Modi había comenzado a parecer vulnerable a principios de este año. Congress pareció resucitar de entre los muertos en diciembre, derrocando a los gobiernos de BJP en elecciones locales en tres estados del centro de la India. La fatiga con Modi estaba creciendo, así como la ira entre grupos tan importantes como los agricultores, los pequeños comerciantes, las minorías y los más educados. Los medios de comunicación encubridores se volvieron notablemente menos aduladores. Se habló de que los partidos de la oposición se unieron bajo Gandhi en un intento por vencer al BJP.

Pero los vientos volvieron a cambiar, esta vez a favor de Modi. El 14 de febrero, Adil Ahmad Dar, de 20 años, lanzó su coche cargado de bombas en un convoy de policías paramilitares en el estado de disputa de Jammu y Cachemira, matando a 40 de ellos. El ataque, reclamado por un grupo terrorista con base en Pakistán, generó una oleada de emoción nacional que se manifestó dos semanas después, cuando Modi ordenó el bombardeo de represalia de una presunta base terrorista en el interior de Pakistán.

Modi ha ordeñado sin piedad el sentimiento nacionalista, amenazando con lanzar misiles sobre el enemigo en una “noche de asesinatos” y despreciando a sus oponentes como derrotistas temblorosos. Aunque muchos indios, especialmente los que se encuentran lejos de la frontera con Pakistán, consideran que los problemas locales son más apremiantes, el implacable bombardeo ha desconcertado a los oponentes de Modi. En lugar de unirse, se han separado. Si el BJP y sus aliados más cercanos no logran ganar la mayoría, es casi seguro que estará en mejor posición que Gandhi para cortejar a un grupo de partidos regionales para formar una coalición. “Si esta elección fuera sobre los fundamentos, Modi y el BJP estarían en un aprieto”, dice Milan Vaishnav de Carnegie, un think tank. “Pero dada la popularidad de Modi, la dimensión de seguridad y las debilidades de la oposición, mi opinión es que el BJP ha encontrado una manera de hacer limonada con limones”. Lampadia




La divergencia del ‘nuevo orden global’

La divergencia del ‘nuevo orden global’

Es evidente que el mundo ha cambiado sustancialmente en los últimos dos siglos. El capitalismo ha generado tal crecimiento en los ingresos de los países que, al día de hoy, la clase media asciende a la mitad de la población mundial y la pobreza ha bajado a menos del 10%. Sin embargo, hay dos hechos que caracterizan la economía mundial de hoy, que son relativamente recientes y que juegan un rol fundamental en la geopolítica actual: la composición de la riqueza mundial ha cambiado y los motores de crecimiento han hecho lo propio. Mahbubani, autor del libro ‘Has the West Lost it?”: A provocation’ (‘¿Ha perdido Occidente?’), ilustra estos fenómenos.

Mahbubani es el mejor intérprete de la realidad del Asia, y por sus experiencias en occidente, un excelente analista de la evolución de la geopolítica global. Él es un impulsor de la ‘convergencia’ entre occidente y el nuevo mundo emergente liderado por China e India, algo que expresó en su libro ‘The Great Convergence: Asia, the West and the Logic of One World’ (‘La Gran Convergencia: Asia, Occidente y la Lógica de un Único Mundo’)

Como bien señala este autor, la evolución de la economía mundial se puede explicar en tres grandes períodos. El período que comprende los años 1 a 1820 dominado por India y China, el período 1820 hasta la década de los noventas en que Occidente lidera el desempeño económico; y finalmente un período más reciente que ocupa las últimas 3 décadas en el que Occidente pierde peso en la economía mundial y nuevamente los países emergentes llegan a liderar el crecimiento.

Participación en el PBI global
Fuente: ¿Ha perdido Occidente?: Una provocación Cap. 1 – Kishore Mahbubani (2018)

Es en este último período en el que autor centra la discusión puesto que, tal como se aprecia en el gráfico, la tendencia es que Occidente siga perdiendo hegemonía en la economía mundial y que los países emergentes, liderados por China e India, sigan aumentando la suya. En este sentido, ¿Qué políticas deben emprender los líderes occidentales para asumir esta realidad en un tono de convergencia conducente a una estrategia ganar-ganar?

La solución propuesta por Mahbubani para los líderes occidentales es la adopción del verdadero pensamiento de Maquiavelo, en el sentido de optar por una moral pragmática y no idealista o dogmática. En este sentido, el interés colectivo que domina el pensamiento antiglobalización de los movimientos populistas y nacionalistas como el Brexit y el gobierno de Trump, que propugnan la protección de las industrias en el comercio y las restricciones a la inmigración no es la manera correcta de abordar el problema de Occidente. Al contrario, tal como indica el autor, ahora que “el Resto [refiriéndose a los países emergentes] está proporcionando la locomotora, las sociedades occidentales pueden ofrecer crecimiento económico a sus poblaciones al enganchar sus carros al Resto”, es decir, deben fortalecerse las alianzas económicas entre los países de primer mundo y aquellos en vías de desarrollo para que las poblaciones ‘vulnerables’, que han visto estancados sus ingresos y por ende, su bienestar, se vean beneficiadas.

Otro punto importante que debe ser parte de las políticas de los gobiernos occidentales, que además resalta Mahbubani, es la difusión de los beneficios que ha permitido la convergencia del ingreso a nivel mundial, por parte de los países emergentes, en los países desarrollados. El gran paso que dieron muchos países en vías de desarrollo hacia modelos capitalistas con apertura comercial al mundo y en donde la iniciativa privada fue y sigue siendo uno de los motores principales en su desarrollo ha permitido que se produzcan múltiples mejoras en una serie de indicadores sociales que van desde una reducción nunca antes vista de la pobreza extrema mundial, una mejora notable en los índices de alfabetización y una reducción también del trabajo infantil.  

Estos hechos empíricos que se derivan de la simple observación de los datos es un tema que los líderes occidentales no han sabido comunicar y que han podido aprovechar para defender la economía de libre mercado, de tal manera de sopesar el pesimismo aún latente de grandes segmentos de la población en sus países. Lampadia

¿HA PERDIDO OCCIDENTE? UNA PROVOCACIÓN

Kishore Mahbubani
Penguin Random House, UK
Traducido y glosado por Lampadia

Un Nuevo orden de cosas

 

…no hay nada más difícil de tomar en cuenta, más peligroso de conducir, o más incierto en su éxito, que tomar el liderazgo en la introducción de un nuevo orden de cosas.
Nicolás Machiavello, El Príncipe, capítulo VI

¿Por qué Occidente se siente perdido? La respuesta es simple. A principios del siglo XXI, la historia hizo un giro, quizás el giro más importante que la humanidad vivió, sin embargo, Occidente se niega a aceptar o adaptarse a esta nueva era histórica.

¿Cuál es este gran giro que ha tomado la historia? Una breve comparación de los últimos 200 años con los 1800 años previos proporcionará la respuesta. Desde el año 1 después de Cristo hasta 1820, las dos economías más grandes fueron siempre China e India. Sólo después de ese período, despegó Europa, seguida por América. Visto en el contexto de los últimos 1800 años, el período reciente de desempeño sin precedentes de Occidente frente a otras civilizaciones es una aberración histórica importante. Todas estas aberraciones llegan a un final natural, y eso está sucediendo ahora.

Entonces, ¿Cuál es el problema? Es importante entender la naturaleza de nuestros tiempos. El estratega Maquiavelo enfatizó esto cuando dijo: “El príncipe que depende completamente de la fortuna se pierde cuando esta cambia. También creo que este tendrá éxito cuando dirija sus acciones de acuerdo con el espíritu de los tiempos, y aquellos cuyas acciones no concuerden con los tiempos, no tendrán éxito”.

Sin embargo, a pesar de que el espíritu de los tiempos ha cambiado, y aunque Occidente inevitablemente tendrá que hacer ajustes importantes para adaptarse a esta nueva era, ninguna figura occidental importante ha tenido el coraje de declarar la verdad definitiva de nuestros tiempos: El ciclo de dominación occidental del mundo está llegando a su fin natural. Sus poblaciones, por otro lado, pueden sentir estos grandes cambios en sus huesos y en los mercados de trabajo. Esto, en parte explica supuesta y políticamente eventos aberrantes como Trump y el Brexit, al menos para las élites.

Para revelar a su gente la escala y la velocidad de los cambios, los líderes occidentales deben mostrar simultáneamente los dos cuadros mostrados a continuación.

  • El gráfico de McKinsey que se cita con frecuencia muestra por cuánto tiempo China y la India fueron las economías más grandes del mundo, así como su repentina caída precipitada después de 1820.
Gráfico 1. Participación en el PBI global
  • El segundo gráfico, destacado por el comentarista Martin Wolf, muestra cómo China y la India han recuperado su participación natural a medida que las participaciones de América y Europa han comenzado a disminuir.
Gráfico 2. La forma cambiante de la economía mundial

La participación de Occidente en la economía mundial continuará reduciéndose. Esto es inevitable e imparable, ya que otras sociedades han aprendido a emular las mejores prácticas occidentales. ¿Significa esto que los medios de vida occidentales están destinados a empeorar? El reciente estancamiento de los ingresos y la creciente pérdida de empleos entre las clases trabajadoras en Estados Unidos y en otros lugares parece sugerir que se avecinan tiempos difíciles. R. W. Johnson describe bien cómo se han estancado los salarios:

Entre 1948 y 1973, la productividad aumentó en un 96.7 por ciento y los salarios reales en un 91.3 por ciento, casi exactamente al mismo ritmo. Esos eran los días de abundantes trabajos duros en las industrias de acero y automotriz, cuando los trabajadores podían permitirse enviar a sus hijos a la universidad y verlos subir a la clase media. Pero desde 1973 hasta 2015 – la era de la globalización, cuando muchos de esos empleos desaparecieron en el extranjero – la productividad aumentó un 73,4%, mientras que los salarios aumentaron solo un 11,1%.

Él también escribió: “En promedio, en 1965, un CEO estadounidense ganaba 20 veces lo que un trabajador. Para 2013, en promedio, el número era 296 veces”.

Los ingresos de muchas poblaciones occidentales de clase media también se han estancado en las últimas décadas. Esto es innegable. Pero esta tendencia puede revertirse. Los líderes occidentales deben hacer un nuevo cálculo del nuevo orden económico global y buscar nuevas oportunidades para los trabajadores occidentales. Como advirtió Maquiavelo, “no hay nada más difícil… que tomar la iniciativa en la introducción de un nuevo orden de cosas”.

La buena noticia para Occidente es que el pye económico mundial no se está reduciendo. De hecho, está creciendo constantemente y probablemente continuará creciendo, con algunos cambios significativos. Hasta hace poco, gran parte del crecimiento mundial provenía de las economías del G7, no de las economías del E7.

(G7 = Grupo de los 7: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y los EEUU.

E7 = Grupo de los 7 Emergentes: China, India, Brasil, México, Rusia, Indonesia y Turquía).

Esto se ha invertido bruscamente en las últimas dos décadas. En el 2015, por ejemplo, el G7 aportó el 31.5 por ciento y el E7 el 36.3 por ciento del crecimiento mundial.

En resumen, hasta ahora Occidente ha proporcionado la locomotora que impulsa el crecimiento económico global, y el Resto enganchó sus vagones al tren. El crecimiento explosivo de China en las últimas décadas fue impulsado por las exportaciones a EEUU. Ahora, el Resto está proporcionando la locomotora, y las sociedades occidentales pueden ofrecer crecimiento económico a sus poblaciones al enganchar sus carros al Resto.

Esto suena simple en teoría. En la práctica, podría ser difícil. Occidente ha estado a la vanguardia de la historia mundial durante casi 200 años. Ahora tiene que aprender a compartir, incluso a abandonar, esa posición y adaptarse a un mundo que ya no puede dominar. ¿Es posible hacer esto? Hasta ahora, Occidente no ha logrado producir una estrategia global coherente y competitiva para enfrentar la nueva situación. En su lugar, se está agitando, atacando a Irak, bombardeando a Siria, sancionando a Rusia y atacando a China. Todo esto se suma a una sensación de turbulencia global.

El mensaje clave de este libro es que hay una mejor opción para Occidente, ayudado por el análisis y el asesoramiento, ofrecido en amistad, por el Resto. Un cálculo frío, cuidadoso y completo de cómo han cambiado los intereses occidentales junto con un realismo despiadado, de hecho – una dosis de Maquiavelo – es lo que necesita Occidente. Sin embargo, Maquiavelo sigue siendo una de las figuras más incomprendidas de nuestro tiempo. Muchos en Occidente consideran a Maquiavelo como la encarnación del mal. Leo Strauss, el famoso científico político estadounidense de la década de 1950, lo llamó “maestro del mal”. De hecho, como el gran filósofo británico Isaiah Berlin nos recordó en su ensayo seminal “La cuestión de Maquiavelo”, “los valores de Maquiavelo…no son instrumentales, sino morales y definitivos, y pide grandes sacrificios en su nombre”. Berlin enfatizó que la burla de Occidente de Maquiavelo se deriva de un “malentendido profundo pero característico de la tesis de Maquiavelo”. Como él explica, Maquiavelo entiende que “la vida pública tiene su propia moralidad”. En otras palabras, Maquiavelo defiende que un líder, que se hace a sí mismo “responsable de las vidas de los demás”, debe colocar primero su bienestar. Por lo tanto, un líder maquiavélico debe elegir siempre la moral pragmática sobre la idealista o dogmática.

Felizmente, Occidente no necesita hacer “grandes sacrificios” hoy, porque el estado de la humanidad es mucho mejor que en la Italia del siglo XVI. Aunque las poblaciones occidentales han estado lidiando recientemente con el pesimismo, un nuevo amanecer ha estallado en el resto del mundo. Paradójicamente, gran parte de esto ha sucedido como resultado de que Occidente ha compartido su sabiduría con el resto.

Lamentablemente, Occidente permanece notablemente mal informado sobre la mejora masiva de la condición humana.

Imagine un mundo donde virtualmente ningún ser humano se acueste con hambre. O donde la pobreza absoluta casi ha desaparecido. Donde cada niño se vacune y va a la escuela. Donde cada hogar tenga electricidad. Donde cada ser humano lleve algún tipo de teléfono inteligente, que le brinda acceso ininterrumpido a tesoros globales de información que alguna vez fueron el dominio exclusivo de las pequeñas élites. Pero más importante aún, imagine un mundo donde las perspectivas de una gran guerra mundial sean prácticamente nulas.

La mayoría de las personas sensatas describirían este mundo como algo que limita con la utopía. Sorprendentemente, pocas personas sensatas son conscientes de que vivimos en un mundo donde la humanidad está a punto de lograr tal utopía. Es la verdad más grande de nuestro tiempo: en términos objetivos, la condición humana nunca ha sido mejor.

La violencia ha caído dramáticamente:

  • Steven Pinker, de Harvard, observa que “… hoy estamos viviendo en el momento más pacífico de nuestra especie en el mundo”, él agrega: “La violencia mundial ha disminuido constantemente desde mediados del siglo XX”.
  • Según the Human Security Brief 2006, el número de muertes en combate en las guerras interestatales ha disminuido de más de 65,000 por año en la década de 1950 a menos de 2,000 por año en esta década.

Del mismo modo, la pobreza también ha disminuido dramáticamente:

  • Max Roser de Oxford dice: “En 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en la pobreza extrema; En 1981 seguía siendo el 44 por ciento. Para el año pasado [2016], la investigación sugiere que la participación en la pobreza extrema ha caído por debajo del 10 por ciento”.
  • Sobre alfabetización, dice: “En 1800 había 120 millones de personas en el mundo que podían leer y escribir; hoy hay 6.2 billones con la misma habilidad “.
  • El Dr. Peter Diamandis, cofundador de la Singularity University de Silicon Valley, concluyó:” ¡Realmente estamos viviendo el momento más emocionante para estar vivo!” ¿Por qué?
    • Él documenta cómo la pobreza absoluta está desapareciendo
    • El trabajo infantil está disminuyendo
    • Las tasas de mortalidad infantil están disminuyendo
    • Las tasas de homicidios están disminuyendo y
    • Las tasas medias de educación y alfabetización están explotando en todo el mundo.

Johan Norberg, del Instituto Cato, señala: “Si alguien te hubiera dicho en 1990 que en los próximos veinticinco años el hambre en el mundo disminuiría en un 40 por ciento, la mortalidad infantil se reduciría a la mitad y la pobreza extrema en tres cuartas partes, les hubieras dicho que eran unos tontos ingenuos. Pero los tontos tenían razón. Esto es realmente lo que ha sucedido”.

Habiendo experimentado la pobreza en el Tercer Mundo cuando era niño, sé que nada arrastra el espíritu humano más que un sentimiento de impotencia, incertidumbre y temor al futuro. Un pequeño ingreso regular y el acceso a bienes básicos como televisores y refrigeradores también mejoran la sensación de bienestar. En resumen, la erradicación de la pobreza es espiritualmente edificante. El mundo debería regocijarse con este cambio. Lampadia




Perspectivas sobre las reformas en la India

Desde la postulación de Narendra Modi, hemos seguido el desarrollo de India que, dados sus antecedentes y planteamientos, nos hacían prever un giro sustancial hacia la economía de mercado con especial énfasis en el sector privado. Bastaba ver su lema: “No red tape, only red carpet for investors” (nada de tramitología, solo alfombras rojas para los inversionistas). Ver en LampadiaLa visión de país y reformas que el Perú necesita.

Ahora, en menos de un año, el primer ministro indio Narendra Modi, llamado ‘modifier’ por su afán reformista, buscará la reelección. Si bien su gobierno se atribuye el mérito de que India sea la principal economía de más rápido crecimiento del mundo, la percepción de los votantes no es tan optimista.

Sus reformas y su lucha contra la corrupción, especialmente el desbarajuste que se produjo con el retiro del 86% de los billetes, para detener el dinero negro, han originado que cada vez más indios sienten que la economía ha empeorado, según los resultados de una encuesta del Banco de la Reserva de la India (RBI). Los resultados de la encuesta mostraron que la opinión pública sobre el empleo también se ha debilitado desde hace tres meses. Y el aumento de los precios está aumentando sus problemas. “… los sentimientos sobre la situación económica general del período actual empeoraron con respecto a la ronda anterior, ya que el 48% de los encuestados consideró que la situación se había deteriorado”, dijo el RBI en su informe publicado el 6 de junio.

Modi siempre se ha presentado como un hombre que quiere hacer negocios. “ustedes saben los cambios que hemos realizado y la mejora en nuestras calificaciones soberanas. Más valioso que estos números es el hecho de que el pueblo indio ha acogido con satisfacción las reformas del gobierno “, dijo Modi en enero de 2018, dirigiéndose a los líderes mundiales en el Foro Económico Mundial.

Desde entonces, los inversionistas extranjeros han retirado más dinero que en el año de la última crisis financiera mundial, la rupia se ha devaluado y, recientemente, la agencia calificadora Moody’s advirtió sobre una rebaja si las finanzas de la India se extienden más allá de su objetivo.

La verdad es que la India es la mayor democracia del mundo y, probablemente, el país más difícil de gobernar. Con mayor razón, las dificultades del gobierno para implantar reformas, constituyen un reto de proporciones inmensas. Modi busca impulsar la competitividad de un país que tiene una población del mismo tamaño que la China y que por décadas ha sufrido por ser muy proteccionista, estar plagado de procesos burocráticos asfixiantes, con problemas religiosos, étnicos y políticos, que ningún gobernante quisiera enfrentar.

Sin embargo, las dificultades para avanzar y validar el proceso parecen estar acumulándose. El mundo necesita que la India pueda consolidar su proceso de crecimiento. El artículo que compartimos líneas abajo del Financial Times describe las dificultades, que esperamos puedan superarse.

Modi ahora tendrá que duplicar los esfuerzos para garantizar que los votantes compren su narrativa antes de las elecciones del próximo año. Una gran batalla de percepción se avecina. Lampadia

India: Narendra Modi busca más ‘potencia de fuego’ económico

El crecimiento es sólido, pero se necesitarán más reformas para producir los resultados prometidos por un gobierno que espera reelegirse el próximo año.

Amy Kazmin en Nueva Delhi
Financial Times
24 de junio, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Un empresario que dice que los negocios están en su sangre, Ajay Gandhi, de 61 años, no piensa muy bien del establishment político de la India. Él lo culpa de las regulaciones bizantinas y una burocracia intrusiva que deja a las empresas privadas frente a lo que él dice que son “obstáculos inimaginables en cualquier [otra] parte del mundo”.

La desilusión del contador con base en Hyderabad es aún más profunda porque pensó que India estaba en la cúspide del cambio en mayo de 2014, cuando Narendra Modi llegó al poder respaldado por una comunidad empresarial harta de la parálisis política de la anterior administración dirigida por el Congreso. El premier tenía una reputación, construida durante la presidencia de Gujarat, por crear un clima acogedor para la inversión privada. Su abrumador mandato nacional generó esperanzas de una serie de reformas favorables al mercado.

“Está identificado estrechamente con la comunidad comercial y empresarial: son sus principales partidarios”, dice Gandhi, que emplea a unas 270 personas en sus compañías de software y contabilidad. “No son de una ideología izquierdista… Pensé que entenderían las áreas con cuello de botella para los negocios y los abordarían”.

Después de cuatro años turbulentos, Gandhi se siente decepcionado. El año pasado, India subió 30 puntos en el informe de Ease of Doing Business del Banco Mundial al rango 100 de 190 países.

“Me demostraron que estaba equivocado”, dice. “Hay 1,000 factores irritantes que enfrenta todo negocio que solo se puede ver a nivel del suelo. Pero ellos [el gobierno de Modi] no tienen oído para eso, y no tienen un ojo para eso. Solo están mirando los titulares”.

El debate sobre el récord económico de Modi promete intensificarse a medida que el primer ministro, que subió al poder con promesas de más empleos y oportunidades, postule para un segundo mandato en las elecciones nacionales que ahora están a menos de 12 meses de distancia.

Lo que no está claro es si su historial económico ayudará u obstaculizará sus perspectivas. India se está recuperando de los embates de su prohibición draconiana de efectivo y una transición difícil a un nuevo sistema impositivo. Ahora que está recuperando algo del impulso perdido, la economía enfrenta una nueva amenaza de la turbulencia global.

Modi mismo estableció expectativas muy altas. Los votantes se preguntarán sí ha cumplido.

En los últimos cuatro años, la administración de Narendra Modi ha invertido en programas de infraestructura y bienestar social © AFP

La pregunta puede parecer extraña para los de afuera. India es la economía más grande y de más rápido crecimiento en el mundo con un producto bruto interno que crece un 7.7 % en el primer trimestre de 2018.

En los últimos cuatro años, la administración ha impulsado una nueva declaración de bancarrota, reordenó el régimen impositivo previamente intrincado y fortaleció su marco de política monetaria. Ha invertido en carreteras y ferrocarriles e intentado hacer que los planes de bienestar social sean más eficientes. Los partidarios del gobierno dicen que estos esfuerzos han puesto a India en camino para un crecimiento estable y acelerado.

“Llevamos a cabo las reformas estructurales que han establecido el escenario para un alto crecimiento sostenido en el futuro para que podamos crecer durante décadas sin ciclos de auge y caída”, dice Jayant Sinha, el ex viceministro de Finanzas, quien dirigió el ahora abandonado esfuerzo por privatizar la transportista estatal Air India. “No hay otro gobierno en los últimos cuatro años en ninguna parte que haya intentado una agenda de reformas que sea tan radical, [o] impactante, como la de la India”.

Hace apenas dos años, Arvind Subramanian, el principal asesor económico del gobierno, pronosticaba con un fuerte optimismo que la India estaba preparada para un crecimiento del PBI de entre el 8 % y el 10 %. Ese es el rango, según la mayoría de los economistas, necesario para generar suficientes puestos de trabajo para su joven población, y para alcanzar el status de renta media-alta en las próximas décadas.

Pero en lugar de reformar los mercados de trabajo y tierras altamente regulados de la India, o privatizar empresas estatales ineficientes, el tiempo y la energía se desviaron hacia la caprichosa prohibición de efectivo de Modi, cuando el 86 % de los billetes se cancelaron abruptamente en un intento de erradicar el dinero negro. Los críticos argumentan que la administración también fue lenta en hacer frente a la gravedad de la crisis de la deuda mala de la India, un gran lastre para el crecimiento.

Arvind Subramanian, el principal asesor económico, © AFP

Ahora, el FMI y Moody’s, la agencia de calificación, pronostican que la India crecerá entre un 7% y un 8% este año y el próximo. Eso es saludable para los estándares mundiales pero muy lejos del crecimiento de dos dígitos necesario en los próximos años para que Nueva Delhi eleve su ingreso per cápita (sólo fue de US$ 1,709 el año pasado según el Banco Mundial) más cerca de los US$ 8,123 de China.

Yashwant Sinha, padre de Jayant, que fue ministro de Finanzas, “dejamos pasar el 2014, el 2015. El 2016, llegamos con el martilleo de la desmonetización y el martillo de un impuesto a los bienes y servicios fallidos. Ahora estamos viendo una tasa de crecimiento tibia de poco más del 7 %”.

TN Ninan, presidente del periódico Business Standard, “en este nivel de ingreso per cápita, crecer un 7 % no es algo súper impresionante”, dice. “Si estuvieras haciendo algo bien, deberías estar creciendo a un 9% o 10 %”.

Ahora un clima económico mundial más volátil con precios del petróleo en alza, amenazas de guerras comerciales e inestabilidad del mercado financiero ha expuesto las vulnerabilidades macroeconómicas de la India, en particular sus frágiles finanzas públicas y el creciente déficit en cuenta corriente.

Jahangir Aziz, jefe de investigación de mercados emergentes en JPMorgan: “El déficit fiscal se está ampliando y no hay una potencia de fuego adicional dentro de la política fiscal o monetaria para proteger a la economía”.

Como reflejo del nuevo nerviosismo, los inversores de carteras extranjeras retiraron 6,700 millones de dólares de los mercados de la India entre el 1 de abril y el 4 de junio, como parte de un cambio cada vez mayor desde los mercados emergentes hacia los EEUU.

Adi Godrej, presidente del grupo de bienes de consumo del mismo nombre:
“En India, si haces demasiado, desestabilizas las cosas” © AFP

Modi llegó al poder con la primera mayoría de partido único de cualquier gobierno indio en 30 años. “Pudo haber hecho lo que quisiera, nadie lo debatía”, dice Gandhi.

Pero el primer ministro tenía poco apetito por las reformas que podrían erosionar su popularidad. Un intento inicial de revisar la controvertida ley de adquisición de tierras de 2013 en la India, que según los negocios hace que sea demasiado caro obtener tierras para la industria, fue abandonado luego de una protesta de los agricultores.

La India atrajo US$ 40 mil millones en IED en 2017 según la ONU, pero como porcentaje del PBI es aún más bajo que en su punto más alto hace una década, mientras que el crecimiento del empleo es lento. Mientras tanto, montones de deudas incobrables en los bancos estatales han sido olvidadas. Se cree que los préstamos incobrables llegaron a su punto máximo, pero la limpieza llevará años.

Las esperanzas se desvanecieron para una revisión de las leyes laborales que hacen que sea casi imposible para las grandes empresas despedir a los empleados, reglas que los economistas dicen que han impedido la creación de empleos y la manufactura a gran escala.

El movimiento más audaz de Modi hasta ahora también es quizás el más extraño: la prohibición de efectivo de noviembre de 2016. Con la gran economía informal severamente perturbada, los empleos perdidos y el crecimiento afectado, los indios todavía debaten si los beneficios superan los dolorosos costos.

India en números

7.7%: Aumento del PBI en el 1T de 2018, menor que lo previsto

US$ 40 mil millones: IED atraída en 2017

US$ 1,709: El ingreso per cápita de la India (China US$ 8,123)

Modi cedió ante las quejas de las pequeñas empresas y redujo muchos requisitos para las empresas con ingresos de menos de US$ 300,000.

Rajiv Kumar, vicepresidente del grupo de expertos del gobierno NITI Aayog, insiste en que las acciones de Modi darán frutos. Lampadia




China teje su dominio desde el Asia

En los últimos días, hemos publicado varios análisis sobre la evolución de la geopolítica y del tránsito hacia una lamentable Segunda Guerra Fría. Ver:

En esta ocasión repasaremos los pasos de China para consolidar su dominio, para lo cual, líneas abajo, compartimos, con nuestros lectores la publicación al respecto del New York Times.

China ha pasado muy rápido, de ser un país pobre y atrasado en todo sentido, a una posición de liderazgo en los asuntos mundiales. Este año se convertirá en el segundo mayor productor de bienes y servicios, algo que se proyectó que ocurriría en 2020. China está claramente en camino de recuperar su posición histórica como la economía más grande del mundo, desplazando a los Estados Unidos (dado el rápido crecimiento continuo de la economía china, el lento crecimiento en otros países y la revalorización del yuan, esto podría suceder mucho antes de lo que muchos esperan).

La perspectiva de una riqueza y poder chinos trascendentes, incluyendo un importante desarrollo militar, junto con el prestigio de su economía ha llevado a una creciente especulación sobre el surgimiento de China como una hegemonía mundial para rivalizar y, tal vez con el tiempo, superar a los Estados Unidos.

No hace mucho tiempo, en la Guerra Fría, el orden mundial estaba definido por la relación entre la Unión Soviética y EEUU como los líderes supremos de los bloques rivales de naciones. Recordando esto, algunos expertos prevén el resurgimiento de un mundo bipolar en el que Estados Unidos y China ejercen un liderazgo conjunto o que sean eternos rivales al estilo de una Segunda Guerra Fría, con Rusia intentando terciar.

The Economist afirmó recientemente que “El pasado fin de semana China pasó de la autocracia a la dictadura”, y que occidente (incluido The Economist) fracasamos en nuestra esperanza de que China pasara, desde su integración a la economía global, a la democracia.

Incluso antes del anuncio de que podría gobernar indefinidamente, Xi había ordenado al ejército chino que contrarrestara al Pentágono con su propia modernización aérea, marítima, espacial y de armas cibernéticas, en parte en respuesta a los planes de Trump para revitalizar las fuerzas nucleares estadounidenses.

Además, por supuesto, está el tremendo desarrollo de infraestructuras de China en todo el mundo, pero especialmente en el Asia. Para ello cuenta con la experiencia de su propio desarrollo y con el financiamiento de sus brazos financieros.

Parece que Xi gobernará con nueva autoridad para seguir su agenda de convertir a China en una potencia global, incluso si se arriesga a poner a Pekín en conflicto con Washington.

De ello, solo podemos concluir, que el escenario geopolítico global ha cambiado para peor, sin aparentes posibilidades de que se corrija. Si sumamos el nuevo liderazgo chino, la cada vez más amenazante conducción de Rusia por Putin, y el estilo y acciones de Trump, desde EEUU, tenemos que entender que estamos en los albores de un mundo nuevo, con grandes incertidumbres sobre su evolución, y que nadie esperaba para el siglo XXI. Lampadia

Cómo China desafía la dominación estadounidense en Asia

Por Max Fisher y Audrey Carlsen
The New York Times
9 de marzo, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

A medida que China se vuelve más poderosa, está desplazando la preeminencia estadounidense de hace décadas en partes de Asia. La rivalidad entre ambos está definiendo el futuro del continente.

Le preguntamos a un panel de expertos cómo piensan que el poder ha cambiado en los últimos cinco años:

La semana pasada, un grupo de 11 naciones [incluido el Perú], firmó un acuerdo comercial que originalmente había sido concebido como un contrapeso dirigido por Estados Unidos a China, pero luego de que el presidente Trump se retirara, el pacto siguió adelante sin Estados Unidos. Fue el último giro en la transición gradual del dominio estadounidense hacia algo mucho más fluido con Asia.

Lo que está en juego difícilmente podría ser más importante: las dos potencias están tratando de remodelar, a su propia imagen, las economías y los sistemas políticos de la región más poblada del mundo.

La capacidad militar de EEUU todavía domina Asia. Pero China ha comenzado a mostrar un mayor poder militar y su influencia económica para reordenar la región, acercando a antiguos aliados estadounidenses, como Filipinas e Indonesia.

El cambio puede acelerarse bajo el presidente Trump, cuya volátil política exterior y el rechazo de los acuerdos comerciales ya están forzando a las naciones asiáticas a reconsiderar sus estrategias.

El acuerdo comercial alcanzado la semana pasada es una poderosa señal de cómo países como Australia y Japón están avanzando sin el liderazgo estadounidense. El acuerdo reemplaza a la Asociación Transpacífica, que Trump efectivamente asesinó.

Todos los países asiáticos ahora comercian más con China, a menudo por un factor de dos a uno, un desequilibrio que solo está creciendo a medida que el crecimiento económico de China supera al de Estados Unidos.

Cómo el comercio se ha desplazado hacia China

El comercio se mide como la diferencia entre exportaciones e importaciones (como porcentaje del PBI) con China y EEUU. Fuentes: Banco Mundial, Ministerio de Finanzas de Bhután, Ministerio de Finanzas de Taiwán y Fondo Monetario Internacional. La información más reciente de Vietnam, Tailandia, Nepal y Bangladesh es de 2015.

Los líderes asiáticos saben que sus economías -y, por lo tanto, las políticas domésticas- dependen de Pekín, que ha demostrado que ofrecerá inversiones a amigos y castigará económicamente a quienes no le agraden.

Pero otra medida de gran influencia de poder, la venta de armas, muestra el alcance perdurable de los Estados Unidos.

Las ventas de armas en los Estados Unidos aún dominan los mercados asiáticos

Datos del Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés). Las cifras son estimaciones de SIPRI, de los costos totales de producción de 2011 a 2016.

Los países que compran armas estadounidenses atan sus fuerzas militares y sus políticas exteriores a Estados Unidos. El desequilibrio refleja el alcance de las relaciones militares estadounidenses en Asia, que se remontan a la Segunda Guerra Mundial.

Muchos de los 20 países atrapados entre Beijing y Washington se enfrentan a una elección imposible entre la riqueza china y la seguridad estadounidense.

“Estos países no quieren tener que elegir bandos”, dijo Tanvi Madan, especialista de Asia en Brookings Institution.

Entonces no lo están haciendo. En su lugar, la mayoría está buscando estrategias destinadas a sacar el máximo beneficio de ambas potencias, minimizar los riesgos de enojar y preservar su independencia.

El resultado probablemente será algo muy diferente de la era de la Guerra Fría en Europa, que se dividió limpiamente entre dos lados. En cambio, el continente se fracturará a lo largo de muchos límites al mismo tiempo, ya que los países aceptan, rechazan o administran la creciente influencia de China.

Cada estrategia implica compromisos difíciles y proporciona un modelo de cómo otros en Asia, y tal vez un día a nivel mundial, enfrentarán un mundo chino-estadounidense.

Japón desequilibra a China: 

Aunque el mundo está cambiando a favor de Beijing, Japón es un recordatorio de que China aún está lejos de convertirse en una potencia de estilo estadounidense. Y proporciona una plantilla para contrarrestar a China.

Japón está igualando el aumento de China con su propio resurgimiento, aprovechando su economía -la tercera más grande del mundo- para construir un ejército independiente y poderoso y un conjunto de relaciones diplomáticas. Está intentando reconstituir una alianza informal e implícitamente anti-china, conocida como “el quad”, que incluye India, Australia y los Estados Unidos.

El “quad” sigue siendo en su mayoría aspiracional, y sus miembros hasta ahora ejercen solo una fracción de la influencia económica y militar de China en la región.

Aun así, Japón representa ‘los vientos en contra’ que enfrenta Beijing. Las economías más grandes de Asia y sus principales democracias, en lugar de inclinarse ante el poder chino, lo están contrarrestando.

La mayoría de los países carecen del poder económico de Japón, pero aún pueden seguir su ejemplo. En lugar de aceptar dócilmente la retirada estadounidense, Japón muestra cómo los países pueden compensarla.

La región tiene más malas noticias para China. Incluso su único aliado, Corea del Norte, es cada vez más independiente. Sus pruebas nucleares y de misiles a menudo parecen sincronizadas para humillar a Pekín y dar a los adversarios de China (como Japón) una excusa para construir sus ejércitos. Aparentemente, Corea del Norte espera llegar a un acuerdo con Washington, lo que le permitirá salir de medio siglo de dominio chino. Si Beijing no puede mantener incluso a Corea del Norte como un ‘estado cliente’, tendrá problemas para cultivar otros.

Alineación con China: Sri Lanka

Sri Lanka podría no parecer un referente geopolítico. Pero los observadores de Asia han estado pegados a los desarrollos aquí desde 2014, cuando un submarino chino navegó hacia un puerto construido con inversión china. Marcó una nueva era, en la que China está convirtiendo su poder económico en poder militar y, en las democracias más pobres, en influencia política.

Desde entonces, China ha desarrollado más proyectos de infraestructura en toda Asia, particularmente en puertos estratégicamente vitales y corredores de tránsito. Esos proyectos comienzan como desarrollos conjuntos pero pueden terminar en manos de los chinos. En diciembre, Sri Lanka, incapaz de pagar deudas por la construcción del puerto, otorgó a China un contrato de arrendamiento de 99 años.

“Los chinos están utilizando su abundancia de mano de obra, capital y mano de obra para proyectar su influencia”, dijo Mira Rapp-Hooper, un estudioso de los problemas de seguridad asiáticos en la Facultad de Derecho de Yale. Agregó que “se está llevando a cabo principalmente en países donde EEUU no tiene mucha influencia ni dan mucha ayuda”.

Este es un modelo prometedor para China, cuyas fortalezas económicas se ajustan naturalmente a las necesidades de los pequeños países en desarrollo. Incluso está presionando en países donde Estados Unidos ha gastado mucho, como Pakistán. Y está extendiendo lentamente este modelo más allá de Asia, dándole los contornos de lo que algún día podría ser una red global.

Pero los aliados pequeños y pobres son menos poderosos que los ricos, tienden a ser proamericanos, y Pekín puede ser torpe al tratar con las democracias.

Aun así, el éxito de China en el sur de Asia muestra que puede ser un adversario poderoso. Está aprovechando el comercio y la inversión para construir lazos con cada país en la frontera de la India. Objetivo no declarado de Beijing: rodear a India antes de que pueda rivalizar con el poder chino. Mientras que India está tomando una línea más dura contra China, tiene menos práctica en la construcción de alianzas regionales y se ha retrasado.

Cobertura entre los poderes: Filipinas

Muchos líderes asiáticos están eludiendo a las grandes potencias. Pocos lo han hecho tan creativa y descaradamente como el presidente Rodrigo Duterte de Filipinas.

Al asumir el cargo en 2016, Duterte sugirió que podría finalizar la alianza de 65 años de su país con los Estados Unidos. Corrió a Beijing, prometió cooperación con China y, como para indicar que no había marcha atrás, insultó al entonces presidente Barack Obama.

Duterte terminó recabando concesiones de ambos poderes. Los estadounidenses redujeron las obligaciones de Duterte hacia la alianza mientras continuaban garantizando la defensa de su país. Los chinos le ofrecieron a Duterte términos favorables sobre disputas marítimas y posibles acuerdos de inversión.

Él nunca cambió de bando.

Tales historias han sucedido en todo el sudeste asiático, donde China ha estado en su mayor confrontación. Pekín esperaba que pudiera obligar a los países más pequeños a aceptar su dominio. Washington pensó que podría galvanizar un bloque anti chino. Casi todos los países han encontrado un camino intermedio.

Incluso Vietnam, un adversario chino tradicional, se ha resistido tanto a la influencia china como a las propuestas estadounidenses. Casi dos años después de que el presidente Obama levantara el embargo de armas de su país a Vietnam, con la esperanza de llevarlo al redil estadounidense, todavía compra la mayoría de sus armas de Rusia.

Pero la influencia de China en la región solo puede crecer, particularmente si Estados Unidos continúa retirándose. Rapp-Hooper llamó la atención sobre los crecientes escándalos en Australia y Nueva Zelanda sobre la compra de influencia china.

“Estos países no podrían estar más alineados con nuestros intereses, pero todavía hay una gran incomodidad al alejarse del dinero chino”, dijo. “Esas son pruebas de lo que enfrentamos”.

Este es otro posible futuro: países sujetos a la influencia de ambas potencias, con manos estadounidenses y chinas en sus economías y política. Es un futuro que es tanto estadounidense como chino, y las naciones del medio no son totalmente independientes ni están claramente alineadas. Lampadia

 




La India continúa su marcha a la modernidad

India sigue siendo la economía grande con mayor crecimiento en el mundo, logrando un crecimiento de 7 % anual, y encaminándose a convertirse en la tercera economía más grande del mundo para 2027. Esto ha convertido a la India en un destino favorito de las empresas más grandes del mundo, pero como explica The Economist, el mercado de eventuales consumidores es muy pequeño, y en esencia, a diferencia de China, adolece de la ausencia de una clase media.

Por lo que su desarrollo es una de los objetivos más importantes del gobierno. El enfoque del gobierno de Narendra Modi es expandir la clase media de la India, para lo cual busca que la economía del país continúe creciendo consistentemente durante las próximas dos décadas, como afirma el artículo de The Economist líneas abajo.

El ministro de Finanzas de la India, Arun Jaitley, en una reunión de líderes e inversionistas empresariales estadounidenses, dijo que “la India tiene una de las economías más abiertas del mundo. Estamos ascendiendo en la clasificación de facilidad de hacer negocios todos los años. Los permisos que solían tomar años ahora son rutinarios, y no es necesario presionarlos”. Jaitley agregó, “Pero también nos damos cuenta de que abrirles la puerta no es suficiente. Tenemos que crear una atmósfera acogedora y eso es lo que está haciendo el gobierno”.

Además, Modi está buscando incentivar a la gente a salir de la informalidad. En este propósito, la India ha tenido tremendos fracasos, como la desmonetización, y aciertos, como la bancarización y digitalización. “Un esquema del gobierno para proporcionar cuentas bancarias a todos los ciudadanos, y tenerlos vinculados a teléfonos móviles e identificaciones nacionales biométricas, y pagos digitales. Los trámites con las autoridades se realizan cada vez más en línea, donde es más difícil hacer sobornos. Eso hace que la perspectiva de ser un negocio formal sea menos aterradora”, según The Economist.

Muy buenas lecciones para el Perú, donde más allá de la retórica, no hemos avanzado ni un milímetro en el objetivo de formalizar la economía, una de las principales promesas de PPK.

En Lampadia seguimos a Narendra Modi desde su postulación a asumir uno de los gobiernos más difíciles y complejos de la tierra. Los mensajes de Modi, después de décadas de un socialismo improductivo, y una pérdida de desarrollo relativo con su inmenso vecino, la China, hacían prever un giro sustancial hacia la economía de mercado y el impulso de la inversión privada, el único sistema económico y político que ha probado crear riqueza y prosperidad. Bastaba ver su lema: “No red tape, only red carpet for investors” (nada de tramitología, solo alfombra roja para los inversionistas). Ver: La visión de país y reformas que el Perú necesita.

A medida que la India consolida el crecimiento de su economía, aumenta su importancia global y se constituye como un balance en el desarrollo geopolítico global.  Especialmente en días en que el escenario geopolítico global ha cambiado para peor, con “una China en dictadura”, Rusia en manos de Putin, y el estilo y acciones de Trump. Ver en Lampadia: Los albores de un nuevo mundo signado por divergencias. Tan es así, que uno de los líderes políticos más comprometidos con la globalización, Emmanuel Macron, de Francia, acaba de firmar un acuerdo de cooperación militar con la India, para cuidar la influencia de China en el océano Índico. 

Lo cierto es que en la India parece estar instalándose una nueva idea de cómo deben hacerse las cosas en el plano económico. Sus repercusiones se sentirán seguramente en todo el mundo, y esperamos que se aquilaten debidamente en el Perú. La aceleración de su ritmo de crecimiento puede ser enormemente favorable para nuestra economía, abriéndose un mercado prácticamente virgen para nuestras exportaciones. Miremos más de cerca de la India y a Modi, también llamado como el ‘modifier’ (modificador). Lampadia

El medio que falta en India

India tiene un vacío donde debería estar su clase media

Algo que debería preocupar al gobierno y a las empresas

The Economist
13 de enero, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

¿Dónde después de China? En las últimas dos décadas, el país más poblado del mundo se ha convertido en el objetivo de mercado de casi todas las empresas globales que buscan crecimiento. A medida que su economía se desacelera, las empresas buscan el siguiente grupo de consumidores para continuar su desarrollo.

Para muchos, India se siente como el aparente heredero. Y muchos piensan que su clase media se encuentra en las primeras etapas del camino hacia la prosperidad que creó cientos de millones de consumidores chinos.

Sin embargo, la clase media india apenas existe. Las empresas se dirigen a una parte minúscula de la población.

  • El 1% superior de los adultos de la India, un rico enclave de 8 millones de habitantes que gana al menos US$ 20,000 al año, equivale aproximadamente a Hong Kong en términos de población e ingreso promedio.
  • El siguiente 9% se asemeja a Europa central, en el medio de la riqueza global.
  • El siguiente 40% de la población vive en las condiciones de sus vecinos pobres del sur de Asia, Bangladesh y Pakistán.
  • Los quinientos millones restantes, están a la par de las zonas más pobres de África.

Alejándonos del centro

Peor aún, las posibilidades de que India desarrolle una clase media que coincida con la del Reino Medio (China), están cayendo debido a la creciente desigualdad. India ha hecho un buen trabajo al conseguir que los que ganan menos de US$ 2 por día (a paridad de poder adquisitivo) aumenten a US$ 3, pero no ha coincidido con los registros de otros países en conseguir que esos US$ 3 al día suban a US$ 5, y que los que ganan US$ 5 suban a US$ 10, y así sucesivamente. Las personas de ingresos medios en países en la etapa de desarrollo de la India normalmente obtienen más beneficios del crecimiento.

Las razones de este fracaso no son misteriosas. Décadas de intervención estatal significó que cuando algo de liberalización llegó a principios de la década de 1990, solo unos pocos pudieron beneficiarse. La mano de obra es lamentablemente improductiva, lo cual no es sorprendente dado el estado abismal del sistema educativo de la India, que genera millones de adultos equipados solo para el trabajo de mando bajo. Sus graduados continúan trabajando en pequeñas empresas o microempresas, que operan informalmente; estos “emplean” al 93% de todos los indios. El hecho de que apenas una cuarta parte de las mujeres trabaje, una participación que ha experimentado un precipitado declive en la última década, solo empeora las cosas.

Una buena política puede hacer mucho para mejorar las perspectivas. Sin embargo, la esperanza debe ser atemperada por el realismo. La India está bendecida con un sistema democrático profundamente arraigado, pero eso no es un escudo contra las malas decisiones. La repentina y brutal “desmonetización” de la economía en 2016 tenía como objetivo los peces gordos, pero terminó lastimando a todos. Y el camino hacia la prosperidad caminado por China, donde la manufactura produjo los empleos que aumentaron los ingresos, se está reduciendo a medida que la automatización limita las oportunidades para el trabajo en las fábricas.

Todo esto significa que las empresas deben lidiar con la India que existe hoy en lugar de la que desean que surja. Una estrategia es esperar a que los indios desarrollen el gusto por los productos que la clase media mundial disfruta -los automóviles, vacaciones en el extranjero- puede llevar a décadas de frustración.

Gran mercado, menores oportunidades

Las empresas harían mejor en “indianizar” sus negocios, por ejemplo, vendiendo mercancías utilizando los idiomas regionales preferidos por cientos de millones de indios. El precio importa. Los servicios ofrecidos al mismo precio en India que Indiana atraerán a millones, no a mil millones.

Las empresas más inteligentes entienden qué tipo de “habilitadores” permitirán a los indios obtener acceso a nuevos productos. La electrificación impulsa la demanda de refrigeradores. Los datos móviles baratos (India se encuentra en medio de una guerra de precios de datos que ha beneficiado enormemente a los consumidores) son una bendición para los servicios de transmisión. Un aumento en el financiamiento al consumo ha puesto los productos pequeños y deseables al alcance de más indios.

La tarea de crear una clase de consumidores es responsabilidad de los políticos, y los sucesivos gobiernos han fracasado en gran medida. Las empresas que esperan que la clase media de la India les brinde crecimiento no deben ilusionarse, tendrán que trabajar muy duro para convertir el potencial en ganancias.

Más allá de una formalidad

Las lecciones del intento de Modi por formalizar la economía india

La mejor manera de sacar a las empresas de la informalidad es promover el crecimiento económico

The Economist
1 de marzo de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Para la descomunal burocracia, esto es un gesto reflexivo. Cada año, el presidente de la Junta Central de Impuestos Directos de la India envía un “Certificado de Agradecimiento” a cada residente que ha pagado más de 100,000 rupias (US$ 1,500) en impuestos. Incluso hay instrucciones útiles sobre la mejor manera de imprimir este “reconocimiento de su contribución a la construcción de nuestra gran nación”, en caso de que uno quiera enmarcarlo.

En un país de 1,300 millones de personas, menos de 400,000 de estos preciosos certificados fueron otorgados en la última entrega. No muchos indios ganan suficiente como para pagar ese tipo de impuesto y muchos de los que sí lo hacen, no lo pagan. Quizás la mitad de la actividad económica de la India implica eludir los impuestos. Es por eso que Narendra Modi, el primer ministro, se ha propuesto formalizar la economía.

Tener una economía más formal tiene sentido. Los impuestos pagan por los servicios públicos. La desenfrenada informalidad de la India es una de las razones por las cuales su relación entre impuestos y PBI se ha estancado en un mísero 15% durante décadas, lo que obstaculiza la educación y la atención médica. Los empleos formales pagan hasta 20 veces más que los informales, según un cálculo del gobierno, y las empresas formales tienen más probabilidades para innovar, crecer y exportar. Tener a personas y empresas operando al margen de las normas, es una afrenta a la idea de una sociedad justa. 

Pero es fácil equivocarse con la formalidad. Pero plantearlo como un fetiche puede confundir los medios con los fines. Los países tienden a volverse más formales a medida que se hacen más ricos porque las empresas formales se expanden para desplazar a las informales. De hecho, las políticas draconianas para expandir la recaudación de impuestos a menudo obstaculizan el crecimiento que las genera.

La principal política de formalización de Modi fue la “desmonetización” de la mayoría de los billetes en 2016. Su costo: varios trimestres de crecimiento por debajo del promedio. Causó tal dislocación que es difícil ver que otros lo emulen (incluso los planificadores centrales de la pantomima de Venezuela regresaron después de anunciar que eliminarían sus propios billetes). La mayoría de los indios trabajarían en el sector formal si pudieran, pero los empleos son escasos.

Un mejor enfoque es tentar a la gente a salir de la informalización. Un esquema del gobierno para proporcionar cuentas bancarias a todos los ciudadanos, y tenerlos vinculados a teléfonos móviles con identificaciones nacionales biométricas, a multiplicado los pagos digitales, que son más fáciles de rastrear e imponer. Los trámites con las autoridades se realizan cada vez más en línea, donde es más difícil hacer sobornos. Eso hace que la perspectiva de ser un negocio formal sea menos aterradora. Un nuevo impuesto sobre bienes y servicios da derecho a las empresas formales a reembolsos que no están disponibles en la economía informal. El número de empresas registradas ha aumentado en un 50%.

Incentivemos a las personas, no las coaccionemos

Los mejores resultados son aquellos que conducen a la formalización como un subproducto de la elaboración de reglas sensatas. Las pequeñas empresas no se convierten en grandes (generalmente formales) porque cientos de leyes laborales no reformadas hacen que hacer negocios sea legítimamente una pesadilla. Los tribunales en los que confían las empresas formales a menudo no ayudan. Modi tiene razón en que una economía más formal es algo bueno, pero ha pasado por alto las soluciones más efectivas.

Lampadia




La admirable evolución de la India

A medida que la India consolida el crecimiento de su economía, aumentando su  importancia global y se constituye como un balance en los desarrollos geopolíticos del Asia.

En Lampadia hemos seguido a Narendra Modi desde su postulación a uno de los gobiernos más difíciles y complejos de la tierra. Los mensajes de Modi, nos hacían prever un giro sustancial hacia la economía de mercado, con especial énfasis en el sector privado. Bastaba ver su lema: “No red tape, only red carpet for investors” (nada de tramitología, solo alfombra roja para los inversionistas). Ver: La visión de país y reformas que el Perú necesita.

Hoy queremos difundir un reciente artículo de Arvind Subramanian, asesor económico en jefe del gobierno, quien después de publicar el Estudio Económico de la India del 2018, dio a conocer cómo ha cambiado la actitud y la percepción de la opinión pública sobre el sector privado, que ha transitado del “socialismo de compinches” al “capitalismo estigmatizado”.

En el artículo, explica cómo la India está llevando a cabo su transformación, con una serie de medidas audaces hacia la apertura económica y el libre mercado. Esta compleja democracia, que abarca diferentes razas, religiones y castas, gracias a su rápido crecimiento, pronto será el país más poblado del mundo, con un auspicioso modelo de desarrollo, en democracia. Un desarrollo que todos observan.

El Gobierno de Narendra Modi, en el poder desde mayo de 2014, ha marcado una decisiva diferencia en la trayectoria económica de India. Sin embargo, fue tras la crisis de divisas de 1991, que se produjo el cambio más decisivo en las políticas económicas y en el rendimiento de India. La versión india de la ‘reforma y apertura’ elevó el crecimiento medio del PBI per cápita a cerca del 5% anual entre 1992 y 2017, con picos de hasta 7.2%.

El análisis de la Encuesta Económica recientemente publicada en la India, indica que es importante avanzar en la reducción de los costos de hacer negocios, ‘creando un entorno regulatorio y fiscal claro, transparente y estable’, lo cual resalta Subramanian, instando a limpiar los balances no saludables (algo que ya está en marcha). Modi, en su discurso del mes pasado en la reunión del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en Davos,  reafirmó su determinación de implementar vitales reformas estructurales.

Su agenda es impresionante y amplia. La Encuesta Económica sostiene que la desaceleración de la economía india en 2016 y a principios de 2017 ya se ha revertido: actualmente está avanzando a toda velocidad. Sin embargo, basado en lo que ha sucedido hasta ahora, una apuesta razonable pudiera ser que el crecimiento se estabilice en algún punto entre el 7 y el 8% anual, siempre y cuando el entorno siga siendo favorable.

Considerando todo, India debería recuperar de China, este año, el título de ’gran economía de más rápido crecimiento en el mundo’.

Subramanian señala obstáculos como la actual reacción negativa en contra de la globalización en los países más ricos, la cual pudiera desacelerar el crecimiento de las exportaciones; la tendencia del crecimiento de la industria a alcanzar un pico cada vez más tempranamente en el proceso de desarrollo, o ‘desindustrialización prematura’, en cuanto a su impacto en la creación de empleo; el reto de actualizar las capacidades de sus recursos humanos; y el impacto negativo del cambio climático sobre la productividad agrícola.

Lo cierto es que en la India parece estar instalándose una nueva idea de cómo deben hacerse las cosas en el plano económico. Sus repercusiones se sentirán seguramente en todo el mundo, y esperamos que se aquilaten debidamente en el Perú. La aceleración de su ritmo de crecimiento puede ser enormemente favorable para nuestra economía, abriéndose un mercado prácticamente virgen para nuestras exportaciones. Miremos más de cerca de la India y a Modi, también llamado como el ‘modifier’ (modificador). Lampadia

El recorrido de la India del socialismo de compinches al capitalismo estigmatizado

8 de febrero, 2018 
ARVIND SUBRAMANIAN
Asesor Económico en Jefe del Gobierno de India
Project Syndicate
Glosado por Lampadia

Este comentario está basado en la reciente Encuesta económica de la India

NUEVA DEHLI – ¿La India está a punto de recuperar su magia? Mientras las exportaciones del país se aceleran gracias a la expansión económica global simultánea de hoy, los efectos negativos de la desmonetización de noviembre de 2016 de los billetes de alto valor y la implementación el pasado julio de un nuevo impuesto sobre los bienes y servicios (IBS) están esfumándose. En tanto se puedan contener las presiones macroeconómicas de los precios altos del petróleo, y se puedan manejar las fuertes correcciones de los precios de activos elevados, la India va camino a recuperar su condición de economía principal de más rápido crecimiento del mundo.

Pero los esfuerzos en curso por parte del gobierno serán esenciales para reanimar la inversión privada y sustentar un crecimiento a mediano plazo. Específicamente, los responsables de las políticas económicas deben abordar el problema de larga data de empresas excesivamente endeudadas y bancos públicos descapitalizados -el llamado “problema de los balances mellizos”.

Para tal fin, muchas empresas en problemas se han visto obligadas a limpiar sus balances según un nuevo código de quiebras que fue adoptado en diciembre de 2016, y es probable que más compañías hagan lo mismo este año. Mientras tanto, el gobierno también ha anunciado un gran paquete de recapitalización (aproximadamente 1,2% del PIB) para apuntalar a los bancos del sector público, para que puedan amortizar sus activos en riesgo.

Mientras estas reformas se afianzan, las empresas indias finalmente deberían poder reanudar el gasto, y los bancos una vez más podrán prestar a los sectores de infraestructura e industria actualmente endeudados. La implementación de las reformas económicas de la India ha llevado mucho tiempo. Pero si éstas siguen siendo exitosas, ofrecerán lecciones valiosas para los futuros líderes sobre el papel apropiado del sector privado no sólo en la India sino en todo el mundo.

En la India, el sector privado -y el capitalismo en general- evocan sentimientos de profunda ambivalencia. Esto tiene razón de ser, dado que el sector privado de la India todavía lleva sobre sus hombros el estigma de haber nacido bajo el sistema “License Raj” anterior a los años 1990 -una era recordada por su burocracia y corrupción-. Hasta hoy, se cree que algunos de los legendarios emprendedores de la India han construido un imperio simplemente dominando las minucias de los códigos arancelarios e impositivos de la India, y luego manipulándolos descaradamente a su favor.

Parte del estigma del sector privado se limpió gracias al auge de la tecnología de la información y las comunicaciones que comenzó en los años 1990. El sector de TIC se había desarrollado en virtud de su distancia del gobierno, más que de su proximidad. Las empresas de TIC indias adoptaron estándares de gobernancia ejemplares, empezaron a cotizar en las bolsas internacionales y prosperaron en el mercado global. Y, por extensión, mejoraron el prestigio del capital indio.

Pero después de esa era de capitalismo bueno el estigma regresó. Durante el boom de la infraestructura de mediados a fines de los años 2000, los recursos públicos fueron capturados bajo un “Rent Raj”, que puso a disposición las rentas terrestres (tierra y permisos ambientales), las rentas subterráneas (carbón) y hasta las rentas etéreas (espectro). Es más, las inversiones en infraestructura de este período estuvieron financiadas por un préstamo descuidado e imprudente de bancos del sector público, que muchas veces canalizaban recursos a prestatarios de alto riesgo con conexiones políticas.

En consecuencia, la población india concluyó que los accionistas mayoritarios (“promotores”) arriesgaban poco y que la “responsabilidad limitada” en verdad significaba que no existía ninguna responsabilidad. Y ahora que el cambio tecnológico rápido está amenazando el modelo comercial del sector de TIC -al ofrecer servicios de programación de bajo costo a clientes extranjeros- hasta la industria capitalista “más limpia” de la India enfrenta retos de gobernancia.

En términos más generales, se podría decir que la India ha pasado de un “socialismo de compinches” a un “capitalismo estigmatizado”. Y en el capitalismo estigmatizado, el espíritu prevaleciente ha perjudicado los esfuerzos de los responsables de las políticas por ocuparse del problema heredado de los balances mellizos que, a su vez, ha limitado el crecimiento.  

Por cierto, la simple idea de que las deudas de los accionistas principales serían perdonadas a expensas de los contribuyentes ha creado una parálisis política durante años. Después de todo, ¿por qué la gente común y corriente debería asumir la carga de los peces gordos que se van riendo de camino al banco?

En este contexto, es más fácil entender por qué se ha tardado tanto tiempo en adoptar las reformas económicas de la India, y por qué han sido tan difíciles de implementar. Al mismo tiempo que el gobierno ha tenido que resolver el problema de los balances mellizos, ha tenido que garantizar que los promotores no puedan volver a ganar acceso a sus activos, elevando los costos fiscales. 

La experiencia temprana de la India con el capitalismo tiene lecciones que otros países deberían atender en una era de crecientes gigantes tecnológicos. El modelo indio, por el cual los bancos públicos le prestaron a empresas privadas, demostró ser tan tóxico y difícil de reemplazar que la propiedad de bancos públicos ha perdido gran parte de su atractivo socialista tradicional. La ironía es que después de una experiencia larga y traumática con el capitalismo de compinches, lo mejor para la India ahora podría ser más capitalismo, empezando por el sector financiero. Lampadia




En defensa de la globalización y la integración

En defensa de la globalización y la integración

El discurso del primer ministro Narendra Modi en Davos 2018 ha sido aclamado por muchos. Modi parecía más un vendedor que un político en el escenario mundial, explicándoles a los grandes líderes políticos y empresariales los cambios que su gobierno había provocado en los últimos tres años y medio para hacer de la India el mejor destino de negocios. 

Dijo que un entorno democrático libre, en contraste con una cultura totalitaria cerrada, es más propicio para el crecimiento empresarial. Modi enfatizó que está eliminado la burocracia y, en su lugar, ha desplegado la alfombra roja para los grandes negocios. Explicó cómo ha abolido cientos de leyes arcaicas y, como defensor de la causa ambiental, ha fortalecido los procesos legales e institucionales para garantizar que el desarrollo y la protección del medio ambiente vayan de la mano.

Modi hizo hincapié en la necesidad de estar abierto a los mercados extranjeros y las diferentes culturas y dijo que la India estaba abierta para los negocios, pero advirtió que el proteccionismo estaba ganando terreno, mientras que la globalización estaba perdiendo atractivo. Un ejemplo importante fue cuando citó un incidente de la vida de Mahatma Gandhi: “No quiero que las ventanas de mi casa estén cerradas en todas las direcciones. Quiero que los vientos de las culturas de todos los países entren en mi casa con aplomo y también salgan”.

Habló de lo aterrador de las fracturas que nos acechan, al nivel de las relaciones humanas, dentro de las naciones y, entre las naciones.

Dijo que el mundo debe unirse para resolver estos problemas y que la India podría mostrar el camino, refiriéndose con frecuencia al antiguo pensamiento indio y las escrituras que piden armonía entre los humanos y la naturaleza y se refieren al mundo como familia. Lampadia

Discurso del Primer Ministro de India, Narendra Modi en Davos

Modi habló sobre las graves preocupaciones que enfrenta el mundo, incluido el terrorismo y el cambio climático.

Transcripción por Express Web Desk, Nueva Delhi
24 de enero de 2018
Traducido y glosado por
Lampadia

WEF, Davos: el Primer Ministro Narendra Modi habla durante una sesión plenaria en el Palacio de Congresos el día de apertura de la 48ª Reunión Anual del Foro Económico Mundial, Suiza. (Laurent Gillieron / Keystone vía AP)

(…)

El tema del Foro Económico Mundial de este año es muy relevante. Coloca la atención en los desafíos que enfrenta la humanidad. El sonido y significado de la palabra ‘Fractura’ es tal que asusta. Y la situación global es realmente aterradora. Esta fractura se puede ver en varios niveles en varias facetas. Solo mencionaré algunas:

  • Fractura en las relaciones humanas, a nivel de individuos

En las épocas actuales, parece que los medios; especialmente las redes sociales nos están conectando. Sin embargo, solo nos está conectando; no integrando. Estamos hablando principalmente. ¡No escuchando! Compartimos noticias y puntos de vista, pero no compartimos una visión.

  • Fractura dentro de las naciones

Falta de entendimiento entre los grupos de interés y las comunidades. Hay desigualdades obvias en los ingresos y las oportunidades. Existen disparidades y divisiones en la distribución de activos y recursos. Pero la paciencia ha cedido el paso a la pasión. Todo el mundo está tratando de superar y dominar a los demás al reclamar prestaciones y derechos.

  • Fractura a nivel internacional

  En mi opinión, actualmente ha adquirido una dimensión muy seria.

También hay una fractura entre el presente y el futuro. Existe una división entre los requisitos de hoy y las necesidades de conservación para el futuro.

Los desafíos son multifacéticos. La única esperanza es que todos querramos abordarlos. Queremos ver un mundo cooperativo, armonioso y solidario. De hecho, aquí es donde radica la esperanza.

Pero, desafortunadamente, parte de la vida humana es que permitimos que las cosas se rompan. En el ámbito internacional, hoy en día existen muchas situaciones en las que no sabemos qué hacer.

¡Amigos! Abordar la fractura a nivel individual es más crítico y más difícil. La fractura o ruptura ocurre primero en la mente y el corazón. Puedo decir con plena responsabilidad que India ha aprendido a trabajar en el nivel de la mente. En nuestra cultura, se acepta que (“जहाँ सुमति न ननननाना. जहाँ कुमति न नबिपतिाना”), los buenos pensamientos producen buenos resultados; los malos pensamientos dan malos resultados. India es la tierra que tiene la solución para este problema omnipresente de fractura.

Siempre hemos creído que la victoria sobre uno mismo es la mayor victoria. Lo primero y más importante en esto es la victoria sobre la mente; control sobre la mente Este es nuestro poder blando; de hecho, nuestro verdadero poder. Ahora, el mundo entero ha comenzado a reconocerlo.

De hecho, India también ha creído en Samagrata o Purnata, que es la totalidad, que significa que el universo y toda su creación y sus seres son siempre completos en sí mismos. Porque representan al todopoderoso que siempre está completo.

Para nosotros, la realidad es una; solo sus descripciones son numerosas.

El sentimiento de unidad existía. El espíritu de convivencia fue lo suficientemente fuerte como para superar cualquier barrera de conocimiento o distancia. La búsqueda de la paz en el universo fue primordial. Esta es la razón por la cual nuestras oraciones sagradas siempre terminan con una oración por la paz.

Es por eso que India siempre ha visto lo doméstico y lo global como partes que se refuerzan mutuamente e inseparables del mismo arreglo orgánico.

Daré algunos ejemplos más específicos.

Desde generaciones, hemos creído que todos los recursos y todas las riquezas pertenecen a la Naturaleza y al Todopoderoso. Los Presidentes y Primeros Ministros; los reyes y las reinas son solo los fideicomisarios o administradores de esta riqueza. El mayor defensor reciente de esta filosofía de administración fiduciaria fue Mahatma Gandhi. Gandhi Ji también solía decir que hay suficiente en la Naturaleza para cubrir nuestras necesidades; pero no nuestra codicia.

Hemos aprendido a vivir de una manera que conduce a la existencia, tanto del hombre como de la naturaleza; que conduce a las necesidades de hoy y de las próximas generaciones. Si los males llegan a nuestras mentes, hay formas y procesos para deshacerse de ellos y purificar la mente y el alma humana.

Ahora, llegaré a las fracturas dentro de los territorios de las naciones. Nuestro sistema de creencias también da lugar a los principios y prácticas que son necesarios para una existencia humana feliz y armoniosa. Me enorgullece decir que las tradiciones democráticas de la India y las instituciones de hoy en día son solo una derivación de este sistema de creencias. Hoy, India es la democracia más grande del planeta tierra. Al mismo tiempo, la gente de la India, en los últimos meses, también ha demostrado que a pesar de ser una organización política democrática y federal; una vasta geografía y una sociedad diversa, es una democracia muy dinámica y decisiva.

Es posible que haya visto en el pasado reciente que más de 1,250 millones de indios aceptaron con una sola voz y se movieron hacia una sociedad menos lucrativa y un sistema impositivo unificado en forma de GST.

Es una gran satisfacción para nosotros que:

  • La mayor democracia de la tierra es también la economía grande, de más rápido crecimiento;
  • La sociedad más diversa también asume políticas decisivas.

Una sexta parte de la comunidad global vive en la India y es una sociedad muy diversa que tiene una visión común; para un futuro compartido. Esta es nuestra verdadera fortaleza. Estamos tratando de aprovecharlo y fortalecerlo aún más.

La unidad en la diversidad es nuestro viejo orden. Sabka saath sabka vikas es nuestra práctica actual.

Con esto, puedo decir con confianza que las democracias pueden, quieren y deben funcionar en los años y décadas por venir.

¡Damas y caballeros!

Permítanme ahora llegar al nivel internacional donde las fracturas y las fallas son realmente aterradoras.

Los principales motivos de fractura a nivel internacional son: Control de territorios: directos e indirectos; y control de transacciones: incluido el comercio transfronterizo y el movimiento de personas.

El primero nos concierne a los políticos y el otro concierne a la comunidad empresarial. Pero ambos afectan al hombre y la mujer comunes. Y ambos son solo para adquirir cada vez más poder y recursos. Todo esto surge del ego o la codicia. Todo esto todavía era comprensible y ha estado sucediendo a lo largo de la historia humana moderna. Pero hoy, el ego y la codicia están siendo envueltos en una buena envoltura de los llamados principios de fe o credo.

Sin embargo, para nosotros en India, nuestro mismo sistema de creencias, de coexistencia, se refleja en nuestro enfoque hacia muchos de los problemas globales. Me gustaría mencionar dos cuestiones apremiantes que tienen la capacidad no solo de fracturar sino también de frustrar muchas cosas buenas que la raza humana ha logrado.

El primero es Terrorismo. Debido a nuestra creencia en la coexistencia de razas y religiones; y debido a nuestra creencia en la no violencia, siempre nos hemos opuesto al terrorismo. Digo con plena convicción que el terrorismo es malo en todas sus formas y facetas. Es malo independientemente de su territorio de origen u objetivo de operación. Todos debemos unirnos en la lucha contra el terrorismo. La India se mantiene firme con todas esas fuerzas. También debo aprovechar la oportunidad para hacer un llamamiento a todos ustedes para que vean que esos grupos no reciban dinero, armas y municiones. No puede ser bueno hacer negocios con tales elementos. Todos sabemos que, sin paz, el progreso y la prosperidad no son posibles.

El segundo desafío global es el problema del cambio climático. En nuestra cultura, tratamos a la naturaleza como madre. También creemos que el hombre solo tiene derecho a ordeñarlo; no destruirlo. Es por eso que, a través del Acuerdo de París, le hemos asegurado a la comunidad mundial que nuestro proceso de desarrollo estaría completamente en línea con nuestro ethos cultural hacia las salvaguardias ambientales. De hecho, no solo somos conscientes de nuestras responsabilidades hacia el cambio climático; estamos dispuestos a tomar la iniciativa para mitigar sus efectos.

Para demostrar la sostenibilidad de nuestro proceso de desarrollo, hemos realizado importantes compromisos y logros en energías renovables. Hemos planeado extraer 175 GW de energía de fuentes renovables para 2022. Ya somos el quinto mayor productor de energía solar en el mundo.

Con nuestros esfuerzos, una organización basada en tratados internacionales, llamada Alianza Solar Internacional, ha tomado forma. El ISA (por sus siglas en inglés) se concibió como una coalición de países ricos en radiación solar.

Si realmente queremos seriamente fortalecer la cooperación y la satisfacción en la comunidad global; necesitamos abordar los problemas que enfrentan los jóvenes. El rápido aumento y la expansión del radicalismo entre los jóvenes en diferentes sociedades están poniendo en peligro la seguridad y la estabilidad de muchas regiones. Las personas sentadas aquí pueden ayudar mucho. Pueden crear y facilitar el empleo y la participación remunerada para los jóvenes. Debemos demostrar que las nuevas tecnologías no eliminarán empleos. Por el contrario, crearán nuevos puestos de trabajo en nuevas áreas.

Necesitamos crear una sociedad solidaria y preocupada. Tenemos que pensar en las formas en que la configuración comercial se puede utilizar para crear una civilización considerada no solo corporaciones competitivas. La responsabilidad social corporativa es una palabra antigua. Pero tratemos de darle un nuevo significado; intentemos dar un nuevo mensaje a través de ella. Voy a repetir lo que he estado diciendo desde hace mucho tiempo.

Estoy seguro de que ya saben mucho sobre nosotros. Existen suficientes razones para que India sea conocida globalmente. En los últimos años, hemos tratado de fortalecer y desarrollar aún más los fundamentos de la India.

Nuestra agenda de desarrollo actual se basa en CINCO PILARES.

  • En primer lugar, nuestros sistemas necesitan cambiar. Estamos persistiendo en reformas estructurales de largo alcance. Por lo tanto, nuestro primer pilar es nuestro mantra de reformar, realizar y transformar.

Esto incluye: formalizar la economía a través de desmonetización y transacciones digitales, reformas fiscales directas y expansión de la base tributaria, reformas bancarias, DBT a través de UID y cuentas bancarias, minimizando la discreción, combatiendo la corrupción y controlando la inflación. Además, hemos reducido consistentemente el déficit fiscal y el déficit en cuenta corriente.

Otro buen elemento de esta reforma es que los Estados han comenzado a competir por hacerlo cada vez mejor. “Federalismo competitivo”.

En esta dirección, también hemos emprendido reformas de IED audaces. Más del 90% de las aprobaciones de FDI se han incluido en la ruta de aprobación automática.

  • En segundo lugar, estamos utilizando la tecnología para transformar la gobernanza y brindar derechos y servicios públicos. He estado diciendo que el gobierno electrónico es una gobernanza fácil y efectiva.
     
  • Tercero, es la mejora significativa de la infraestructura física, incluidas las carreteras, los ferrocarriles, los puertos aéreos y marítimos. La escala y el alcance de esta tarea son inmensas.
     
  • En cuarto lugar, también somos conscientes de la necesidad urgente de mejorar las normas que rigen la actividad económica. Necesitamos estar completamente integrados con el mundo en las principales áreas de política.
  • El quinto pilar es el desarrollo económico inclusivo. Como dije, la mayor razón de la fractura dentro de los países es la desigualdad y la disparidad que conducen a la división y la desconfianza.

Hemos tratado a nuestra manera de reducir la brecha de ingresos y oportunidades. Por ejemplo:

  • Cuando facilitamos la industria y los servicios al crear facilidad de negocios; se facilita la creación de empleo para millones de nuestros jóvenes;
  • Cuando anunciamos y trabajamos en Make in India y aspiramos a hacer de India un centro de fabricación global; es para crear oportunidades de trabajo para millones de trabajadores;
  • Cuando implementamos el programa Digital India; es para salvar la brecha digital que se ha convertido en una consideración importante en esta era;
  • Cuando trabajamos en el programa de habilidades para la India; es para proporcionar habilidades a la fuerza de trabajo no calificada y semi-calificada que es una fuente de división en la sociedad;
  • Si desatamos una ola de start-ups; es para crear empleadores junto con el empleo;
  • Si abrimos cuentas bancarias de 310 millones de personas no bancarizadas; es para llevarlos a la fuente financiera principal;
  • Si desplegamos tecnología para la focalización de los beneficiarios y la transferencia directa de beneficios; es eliminar intermediarios del sistema de subsidios del gobierno;
  • Si hacemos un llamamiento al bien para hacer que la gente que tiene mejores condiciones, renuncie a usar gas subsidiado para cocinar; es para apoyar a aquellos que no tienen conexiones de gas para cocinar;
  • Si decidimos electrificar a todos los pueblos y hogares restantes: es ver que la calidad de sus vidas cambia para siempre.

Para cerrar el desequilibrio y las divisiones, tenemos que hacer mucho y tenemos que hacerlo rápido. Para darle algunos ejemplos:

  • Tenemos que construir 50 millones de casas;
  • Tenemos que construir sistemas ferroviarios de metro en más de cincuenta ciudades;
    • Tenemos que ir tanto horizontal como verticalmente:
      desde la distribución de bombillas LED hasta el tendido de líneas de transmisión pesadas;
    • Desde el grifo de agua en los hogares hasta las vías fluviales y las tuberías;
    • Desde las carreteras en las aldeas hasta la red de carreteras de Bharatmala;
    • Desde el tendido y la electrificación de los ferrocarriles a la construcción de municipios modernos más de 400 estaciones.
  • El consumo de acero de la India es de 60 kg por persona, frente a un promedio mundial de 218 kg por persona.
  • El consumo de electricidad per cápita de la India a 1100 kWh es el más bajo entre las naciones BRICS y es solo 1/3 del promedio mundial.
  • Del mismo modo, en India, los vehículos por cada 1000 habitantes son 25 contra alrededor de 500 de los países europeos. (134º lugar en el mundo y el más bajo en los 10 mejores países que fabrican automóviles)

Pensemos en el efecto revolucionario que tendrá la industria si 1,250 millones de personas comienzan a consumir a la par o más cerca del promedio mundial en algunos de estos sectores.

La India ofrece un gran alcance y oportunidad para que prosperen todo tipo de ideas y conceptos e inversiones.

Nuestras agencias gubernamentales están encontrando formas innovadoras de crear un entorno favorable para las empresas.

¡Damas y caballeros! India es una inversión en el futuro. Estarás de acuerdo conmigo si digo eso:
Somos una sociedad vibrante y joven que avanza hacia una economía basada en el conocimiento;
India alberga una gran cantidad de mano de obra de tecnología, instituciones y centros de I + D;
Estamos avanzando para convertirnos en una economía de cinco mil millones de dólares estadounidenses para 2025;
Nos convertiremos en el tercer mercado de consumo más grande del mundo para 2025;
Según el Banco Mundial y el FMI, nuestra tasa de crecimiento será constante y alta;
India ocupó el 3er lugar en la lista de gobiernos más confiables del WEF en 2017;
Somos una democracia profundamente arraigada; se garantiza la apertura, la previsibilidad de las políticas y el estado de derecho;
Moody’s mejoró la calificación de la India a causa de sus reformas económicas;

Estamos construyendo una NUEVA INDIA en la que un sexto de la humanidad se combina y se compromete a obtener una buena administración y mejores servicios para una mejor calidad de vida.

Espere. ¡Una cosa más! El sistema de la Familia de la India y nuestras tradiciones de Guru-Shishya son los mayores ejemplos de plenitud e integridad. Mantienen nuestra cultura de visión compartida, corazones sanadores y comunidad solidaria.

India te ofrece todo lo que buscas de y para tu vida.

Si quieres riqueza con bienestar, trabaja en India;

Si quieres Paz con Prosperidad, vive en India;

Si quieres salud con vidas plenas, anda a la India.

Y nuestra promesa es que tu agenda será parte de nuestro destino. Ambos tendremos un futuro compartido y exitoso.

¡Gracias!

Lampadia




Países de mayor crecimiento y mayor contracción

Países de mayor crecimiento y mayor contracción

El 2018 se presenta como un año en que casi todos los países crecerán. Un caso notorio es la recuperación de los países más ricos, que después de la crisis de hace una década, se alinean para crecer. El perfil de crecimiento, como se aprecia en el gráfico.

Entre los países que más crecerán el 2018, está India con un 7.7%, bajo el liderazgo reformador de Narendra Modi. La China sigue creciendo alto, se estima un 5.8%. Por el lado de los países que decrecerán, destaca Venezuela, que caería un 11.9%. 

Un caso muy lamentable, es el del Perú, que viene desperdiciando condiciones muy favorables para crecer. Un mundo que demandará más de todos nuestros productos y un aumento sustancial de los precios del cobre y el zinc. Desafortunadamente, hemos pasado del gobierno de la parálisis de las inversiones (Humala y el nacionalismo), a un gobierno que no tiene ninguna capacidad de enrutar al país en la recuperación del crecimiento.

Más allá de la pésima gestión general del gobierno de PPK, ahora estamos atrapados en una crisis política que no termina. El presidente ha perdido casi toda capacidad de liderazgo, su repitente primera ministra, a cargo del gabinete de la ‘reconciliación, ha sido uno de los personajes más agresivos con Fuerza Popular, incluso desde el premierato durante los aciagos días de la vacancia y el indulto. ¿Qué se viene, reconciliación o más enfrentamientos suicidas?

Es pues difícil que, en esta situación, el gobierno de PPK pueda emprender reformas y recuperar el crecimiento que el Perú tiene capacidad de sustentar. Un tremendo pecado que será reclamado por nuestros ciudadanos y puede costarnos muy caro. Lampadia

Gráfico del día: Las economías de más rápido crecimiento y de mayor contracción en 2018

The Economist
5 de enero, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Desde que la economía mundial completó su repunte de la crisis financiera de 2008, ha crecido a un ritmo moderado pero constante. Es probable que esta tendencia continúe en 2018: según la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU), se espera que el PBI mundial aumente un 2.7% este año, apenas un poco menos que el 2.9% registrado en 2017.

Una vez más, el mayor contribuyente será China. La segunda economía más grande del mundo crecerá un 5.8% este año, lo que representa aproximadamente un tercio de la expansión mundial total. Sin embargo, esta tasa sigue siendo un punto porcentual menos que el crecimiento que obtuvo China el año pasado. Xi Jinping, el presidente de China, está tratando de frenar el crecimiento del crédito, desacelerando su economía. Eso deja a India como la economía grande de más rápido crecimiento del mundo, con un rápido aumento proyectado en el PBI del 7.8%. También se espera que el sudeste asiático tenga un buen desempeño: Vietnam, Camboya, Myanmar y Laos están programados para superar el 6%.

Los países más ricos no pueden esperar competir con tasas de crecimiento tan altas. Sin embargo, la mayoría de los países desarrollados deberían acercarse al menos a un saludable 2%, e incluso se prevé que la moribunda Italia alcanzará un respetable 1.4%. Quizás el indicador más alentador es la proyección de expansión. La EIU solo espera que cuatro economías se contraigan en 2018. Las heridas en Venezuela, que probablemente sean las de peor desempeño con una pérdida del 11.9%, se autoinfligieron, con una mala administración que ha llevado a la hiperinflación y a un incumplimiento de la deuda soberana, que se avecina rápidamente. Corea del Norte también está pagando el precio de sus políticas; se enfrenta a sanciones internacionales cada vez más estrictas en respuesta al crecimiento de su programa de armas nucleares. Y se pronostica que la economía de Puerto Rico, técnicamente un territorio de ultramar de los Estados Unidos, se reducirá en un 8%, como consecuencia de un devastador huracán que ha dejado a gran parte de la isla sin electricidad. Lampadia




China e India, un liderazgo global con baches

Hasta hace poco, cuando se hablaba de la relación del Asia con occidente, o de China con EEUU, ésta se refería al crecimiento de China y su eventual primer lugar en la economía global. A esos pensamientos y análisis, hay que sumarle ahora la emergencia de la India y la regresión de los EEUU.

Dado que parece que el liderazgo económico y político se mueve hacia el Asia, en Lampadia consideramos que debemos escuchar a sus líderes intelectuales, como a Kishore Mahbubani, a quién volvemos a citar líneas abajo, es uno de los intelectuales más representativos del pensamiento asiático.

Fuente: economist.com

Mahbubani siempre ha mantenido su posición de sumar y de tener una mayor sensatez en el manejo de decisiones que tengan impacto global, abogando por la necesidad de que la geopolítica global vaya tendiendo hacia la convergencia entre occidente y oriente, tema que analizó a fondo en sus libros “The New AsianHemisphere” (El Nuevo Hemisferio Asiático) y The Great Convergence (La Gran Convergencia). Ver en Lampadia: EEUU se encierra y China se postula al libre comercio, EEUU debería aliarse con China y China-India-América (CIA) ¿Oportunidad geopolítica?.

Ante todo, Mahbubani defiende los beneficios de la globalización: “La globalización no ha fallado. Todas las discusiones sobre la globalización están distorsionadas porque los analistas occidentales se centran en aproximadamente el 15 % de la población mundial que vive en Occidente. Ignoran el 85 % que son el resto. Los últimos 30 años de la historia humana han sido los mejores 30 años que los demás han disfrutado”.

Fuente: www.esan.edu.pe 

Ahora pregunta: ¿Pueden China y la India pueden colaborar en la gobernanza mundial? Según el líder singapurense, dada la masiva reacción populista anti globalización tanto en EEUU como en Europa, es hora de que China e India emerjan como nuevos líderes de la globalización y el libre comercio. Y recuerda una cita del presidente Xi Jinping en Davos(enero 2017), “debemos adaptarnos y guiar la globalización económica, amortiguar su impacto negativo y ofrecer sus beneficios a todos los países y naciones”.

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Fuente: apnagujarat.com

“Por lo tanto, la opción de cara a China e India es clara. Si ambos quieren disfrutar plenamente de las ricas oportunidades que fluyen en su camino, es probable que estas lleguen más pronto si pueden superar sus diferencias bilaterales y cooperar y colaborar en los desafíos de la gobernanza mundial”. Lamentablemente, por disputas fronterizas menores, hace pocos meses se avivaron las brechas entre ambos, que ya han inhibido la concreción de importantes reuniones bilaterales.

El mayor desafío de liderazgo que enfrentan Xi y Modi es si podrán unir a China y la India para colaborar en los desafíos mundiales de la gobernanza. Lampadia

¿Pueden China y la India pueden colaborar en la gobernanza mundial?

Kishore Mahbubani
Global Policy Journal en Durham, Inglaterra
28 de julio de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Can China and India Collaborate in Global Governance?

Fuente:.ifitshipitshere.com

Kishore Mahbubani explora las perspectivas de la defensa conjunta de China e India de la globalización.

La mayor contradicción en la gobernanza global puede ser descrita sucintamente como: Vivimos en tiempos de cambios masivos, con enormes cambios de poder. Sin embargo, nuestras Instituciones de Gobernanza Mundial (GGI, por sus siglas en inglés) siguen prácticamente congeladas, resistentes al cambio. No hace falta un genio político para predecir que las explosiones políticas vendrán en el ámbito de la gobernanza global.

Con una perspectiva histórica corta se entiende la escala y la velocidad del cambio. Desde el año 1 hasta 1820, las dos economías más grandes fueron siempre las de China e India. Hace sólo 200 años fue que Europa tomó el poder económico, seguido por EEUU. China e India,  inevitablemente volverán a sus posiciones número uno y dos. PWC (PriceWaterhouseCoopers) predice que esto ocurrirá en 2050. China ya superó a Estados Unidos como la mayor economía del mundo en términos de PPP en 2014.

Desafortunadamente, la mayoría de nuestras GGIs fueron creadas en la década de 1950 en torno al punto más bajo de la fortuna económica de China y la India. De una participación combinada de alrededor del 50% de la economía mundial en 1820, se habían reducido a menos del 5% en 1950.Todo esto se está revirtiendo con fuerza, como se demuestra en el cuadro inferior. Sin embargo, ninguna de los GGI parece estar lista para lidiar con estas nuevas realidades económicas y políticas.

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En teoría, las dos GGI económicos más poderosas, el FMI y el Banco Mundial (BM), deberían ser los más fáciles en ser reformados, ya que los votos para la toma de decisiones deben reflejar la participación de los países a nivel global. En la práctica, sin embargo, el cambio es difícil. Incluso después de que el Directorio Ejecutivo del FMI acordara asignar a China una mayor participación de 2.928% a 6.068% en 2008, el Congreso de Estados Unidos suspendió la ratificación por 8 años, a pesar de que Estados Unidos no tenía nada que perder con esa nueva fórmula. Tal es la irracionalidad en el discurso sobre las cuestiones de gobernanza global. Para empeorar las cosas, a pesar de que la reunión del G20 en abril de 2009 en Londres acordó que los líderes del FMI y el Banco Mundial debían ser elegidos por mérito y no por nacionalidad, los nombramientos posteriores a estos puestos reflejaban los viejos patrones de asignación de posiciones a europeos y estadounidenses respectivamente. Incluso hoy día, es incierto que un chino o indio vaya a ser elegido alguna vez para dirigir estas instituciones.

China y la India eran percibidas como negativos para gobernanza mundial. Se consideraba que eran obstruccionistas en los procesos de negociación global. En el debate sobre el cambio climático (Copenhague 2009), China e India se negaron a abandonar su posición sobre quienes deberían afrontar los costos de hacerle frente.

En Ginebra (enero de 2018) el Presidente Xi Jinping dijo: “Hasta hoy, la Tierra sigue siendo el único hogar de la humanidad, por lo tanto, cuidarla es la única opción para nosotros, la humanidad.” Y el PM Modi citó un famoso dicho sánscrito: “Es mío, es tuyo, sólo las personas de mente mezquina sacan la cuenta de esta manera. Para los generosos, el mundo entero es una familia”.

A diferencia del retroceso de Estados Unidos, Europa mantiene su rumbo sobre el cambio climático. De hecho, Merkel ha respondido al giro de Donald Trump diciendo: “Los europeos tenemos que tomar nuestro destino en nuestras propias manos”. Una buena oportunidad para que Europa, China e India puedan liderar los desafíos mundiales. China y la India tienen la bendición de tener líderes excepcionalmente fuertes, Xi Jinping y Narendra Modi, en un momento crucial de su histórico retorno a la grandeza. Todo indicaba que Xi y Modi cooperarían y colaborarían. Pero, ha habido una falla política, en parte desencadenada por un pequeño enfrentamiento militar sobre la frontera de Sikkim. Como resultado, Xi y Modi no pudieron tener una reunión bilateral oficial al margen de la reunión del G-20 en Hamburgo en julio de 2017.

Esta desaceleración en las relaciones China-India no podría haber llegado en peor momento para hacer frente a los crecientes desafíos mundiales. Dada la masiva reacción contra la globalización tanto en EEUU como en Europa y mientras China e India emergen como nuevos ganadores de la globalización en su viaje de regreso al número uno y dos, este sería un momento perfectamente natural para que China e India colaboren fuertemente y prediquen, en su propio interés, las virtudes de la globalización. Como dijo el presidente Xi Jinping en Davos en enero de 2017, “debemos adaptarnos y guiar la globalización económica, amortiguar su impacto negativo y ofrecer sus beneficios a todos los países y naciones”.

Si China lanzara una defensa masiva de la globalización por sí sola, el impacto, especialmente en Occidente, sería limitado. La confianza occidental en China es limitada, pero su confianza en la India es mayor. Por lo tanto, una defensa conjunta chino-india de la globalización naturalmente funcionaría mejor. Al mismo tiempo, las crecientes divisiones entre China e India también significarían que cualquier esfuerzo significativo para reformar las GGI se estancaría. El viejo orden seguirá por más tiempo.

Por lo tanto, las opciones de cara a China e India son claras. Si ambos quieren disfrutar plenamente de las oportunidades que pasan por su camino, estas se aprovecharían más pronto si ambos superan sus diferencias. Este es probablemente el mayor desafío de liderazgo que enfrentan Xi y Modi: ¿podrán unir a China y la India para colaborar en los desafíos mundiales de la gobernanza? Lampadia