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Cuidado con el embuste de las imágenes

Cuidado con el embuste de las imágenes

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Defender ideas, posiciones políticas, opciones ideológicas o causas contra-mayoritarias como el trato a la migración venezolana, no es algo que esté bien visto en estos tiempos o por lo menos, no es algo que atraiga en la “sociedad del espectáculo” de la que habla MVLL. Esta sociedad prefiere fotos en Instagram, likes, tweets de 140 caracteres y tik toks.

Algunos simplemente no leen, prefieren que una foto defina sus preferencias políticas y su voto. Otros descalifican al mensajero, sin leer el mensaje. Algunos comparten mecánicamente y hay, lamentablemente muchos, que dejan de seguir porque no les interesa confrontar su punto de vista, no quieren salir de su zona de confort creada por unos cuantos mensajes que las ideas, los pos-provocadores, los artículos de opinión o los debates de ideas ponen en discusión y tela de juicio. Estos prefieren rechazar la discusión política e impulsan el debate de imágenes, frente al debate de ideas.

¿Vale tener una interacción digital tan amplia, masiva, igualitaria, donde todos pueden enviar post, tweets y escribir sus puntos de vista si se renuncia al análisis y la discusión de ideas, opciones, conceptos y causas?

La interacción digital vacua, de imágenes sin ideas, de fotos sin conceptos, de políticos sin política, no le sirve de nada a la política, ni a la democracia, ni a la sociedad. Sólo engendra Guzmanes o Forsyths para la presidencia y muchos otros para el Congreso. Engendra imágenes, no liderazgos.

También sirve (y sobre todo), para eludir el debate. Sirve para enmascarar candidaturas. Sirve para el embuste político más artero. Repeler el debate de ideas por considerarlo políticamente incorrecto, obsoleto o poco atractivo es una coartada, no una realidad que tengamos que aceptar.

¿Cuales son las consecuencias de una discusión sin debates de ideas, planteamientos y propuestas?

Las consecuencias son muchas. Veamos algunas de ellas:

  • La irresponsabilidad del elector por el voto emitido. Basta ver la cantidad de personas que impulsaron la disolución del Congreso anterior y no asumen las consecuencias del que engendraron.
  • La ignorancia de la política y su lógica. Exhibir que somos un país que no entiende la diferencia entre ideas de izquierda o derecha es simplemente no saber quien pagará aquello por lo que votas.
  • La fragilidad de la legitimidad democrática del elegido. Si el elegido lo fue por su mejor foto, cuando le tomen otra haciendo muecas o rechazando un chicharrón, dejará de ser el elegido y habrá otro que lo reemplace. La convicción proviene de la adhesión a ideas, propuestas y visiones, no de la simpatía por las imágenes

Cuidémonos del embuste de las imágenes. Exijamos un debate político de ideas, opiniones, visiones y causas. Solamente un debate de ideas y propuestas permitirá conocer en profundidad las opciones electorales, sus beneficios y sus riesgos. No seamos cómplices de la banalización de la política. Lampadia




50 años de una mala idea en la minería

50 años de una mala idea en la minería

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Las ideas siempre tienen consecuencias. El problema es que no lo recordamos o no lo creemos.

Desde 1948, Richard M. Weaver, en su célebre ensayo que lleva el mismo nombre[i] nos muestra que “lo que ocurre no es producto de la necesidad sino de decisiones poco sabias.”

En el Perú, si hay ejemplo de ello es la regulación minera. Hace exactamente 50 años, el Perú dio un viraje significativo en su política minera. El Estado sustituyó a los privados en el sector y, mediante Ley 18433 (15.10.1970) creó el Consejo Público de Empresas de Energía y Minas para el manejo de la actividad. Esta norma estuvo precedida y complementada por un conjunto de normas como estas:

  • Ley 17792 que exigía a los concesionarios mineros iniciar operaciones y financiarlas en medio de un gobierno que había expropiado el petróleo y las haciendas. Algo así como pedirle en estos días a los trabajadores que aporten más dinero a sus AFPs al mismo tiempo que la congresista Omonte propone entregar esos fondos al Estado.
  • Ley 17793 que modificó el Código de Minería
  • La Ley 18368 que reguló los planes mineros menores y ratificó la causal de caducidad de las concesiones que no operan
  • La Ley 1880, Ley General de Minería, que estableció, por ley, que “la actividad empresarial del Estado es factor fundamental en el desarrollo de la industria minera.”
  • Ley 20492, de expropiación de las minas de Cerro de Pasco

Debido a este viraje, en el Perú la inversión minera privada se contrajo por más de 20 años, se estancó la producción minera nacional, se perdieron los puestos de vanguardia que se tuvieron en algunos minerales, disminuyo por 30 años el aporte de la minería al PBI nacional y, lo que es más grave, se redujo la recaudación estatal de la minería. Para dar un ejemplo: CENTROMIN PERU y MINERO PERU, en el quinquenio 1985-1990 generaron utilidades por apenas 26 millones de dólares, (54 millones a valor del 2019), que equivalen al 5.6% del canon minero aportado por las empresas mineras privadas el 2018. (Lampadia: Justicia en déficit. 14.06.2019) Las ideas tuvieron consecuencias.

Los cambios legales de 1991 y 1992, con el D.Leg. 708 y la nueva Ley de Minería, volvieron a poner al sector privado al frente de la actividad y sacaron al Estado deficitario del sector. Esta vez las ideas tuvieron también consecuencias, pero consecuencias positivas. El Perú volvió a ser un país atractivo para la inversión minera, la inversión minera generó empleo, canon, regalías y articulaciones productivas de manera descentralizada, el aporte del sector al PBI creció y la recaudación estatal se multiplicó. Sólo un dato al respecto:  a octubre de 2020, el aporte de la minería en la última década, solamente por concepto de canon y regalías al Estado (es decir sin considerar el aporte al PBI, al empleo, a la balanza comercial, entre otros) supera los 39,000 millones de soles, equivalentes a US$ 10,800 millones de dólares. Una cifra muy distante de lo que aportaban las mineras estatales e impensable en un contexto legal como el de 1970.

Olvidar entonces que las ideas tienen consecuencias nos puede llevar a repetir los errores de hace 50 años o aquellos de más atrás. Olvidar las consecuencias de las malas ideas puede ser conveniente para algunos, pero no es bueno para el país. Recordarlas es tarea de quienes no buscamos el voto o el aplauso sino la coincidencia racional y la suma de voluntades para el bien del país.

Sólo se trata de buscar las ideas correctas y repeler las malas, las que nos traen consecuencias nefastas.

Las buenas ideas en materia de minería no se inventaron en 1991 con la reforma de estímulo minero. Nuestra historia también tuvo buenas ideas en esta materia y es necesario recordarlas. Aquí un par de ellas:

  • En 1901 el primer Código de Minería de nuestra historia, dictado bajo la presidencia de López de Romaña, con las mismas ideas de Turgot, estableció que el dueño del suelo era a la vez dueño de los minerales y que no había distinción entre la propiedad del suelo y el subsuelo minero. Una norma de estas, actualmente, convertiría en hombres prósperos a los comuneros campesinos, los haría aliados o socios de la inversión privada, los convertiría en los principales contribuyentes del país y no en mendigos de la dádiva estatal y, sin duda, haría innecesario el rol de traficantes, asesores y ONGs.  Cuanta conflictividad social terminaría si el Perú fuera realmente liberal en esta materia y el Estado no tuviera el dominio que tiene de la riqueza minera desde 1931.
  • Entre 1791 y 1794, Baquijano y Carrillo, que es considerado uno de los padres del pensamiento económico del país y fue prócer de nuestra independencia, ya había dicho en su famosa “Disertación Histórica y Política sobre el Comercio en el Perú” publicada en el Mercurio Peruano del cual era editor, que “las provincias del Perú han de buscar las riquezas en el seno y no en la superficie de sus tierras. Todas las que puede producir el reino mineral se hallan en abundancia…”

Buscar buenas ideas en nuestra historia para tener buenas consecuencias es una tarea esencial, sobre todo en tiempos donde personas con pocas o malas ideas piensan gobernarnos. Lampadia

[i] Las Ideas tienen consecuencias. Rihard M. Weaver. Traducción Ana Nuño Lopez. Madrid 2011.




La batalla de las ideas

La batalla de las ideas

Líneas abajo reproducimos el pedido del Instituto Mises de apoyo financiero para poder mantenerse en el campo de batalla de las ideas en Estados Unidos.

Mises es una institución que se sustenta con el apoyo de personas independientes, y que comulgan con sus ideales.

Guardando las distancias, Lampadia, en pequeño, tiene objetivos similares:

Igual que en el caso del Instituto Mises, nosotros también nos financiamos con aportes individuales, no gubernamentales. Pero cada día es más difícil conseguir apoyo. Por ello aprovechamos la publicación de Mises Wire, para reiterar nuestro pedido de apoyo.

Las personas interesadas en apoyar, por favor, lo podrán hacer con depósito en el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia, 

Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)

Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

Enviar copia del voucher de depósito y número de DNI a: lampadia@lampadia.com para poder emitir el “Comprobante de Recepción de Donaciones” respectivo.

 

La batalla en la guerra de ideas

MISES WIRE

26 de diciembre, 2019
Jeff Deist

El año 2020 está a la vuelta de la esquina y promete ser un año brutal de política y propuestas económicas enloquecidas. Los candidatos prometerán las estrellas y la luna, todo con su dinero. Varios se autodenominan abiertamente socialistas. No hablarán de la Reserva Federal, ni de guerras interminables, ni de deudas y derechos. Pero sugerirán más impuestos sobre sus ingresos y su riqueza. Y sugerirán más y más control estatal sobre la economía, y sobre usted.

Todos podemos luchar en la guerra de ideas, y debemos hacerlo. Un siglo después de que Mises derribara los argumentos a favor del socialismo, todavía no podemos descansar. Por eso necesitamos su apoyo.

El Día de Acción de Gracias y la Navidad nos recuerdan lo que tenemos – familia, sustento material y esperanza de un mundo mejor. Es un momento para la gratitud y la reflexión. Todos heredamos una sociedad construida por las generaciones anteriores, una sociedad moldeada por la receta de Mises para el liberalismo real. El Instituto Mises existe para promover su visión de la civilización misma: propiedad, dinero sano, mercados, economía real, libertad política y paz.

La batalla en la guerra de ideas

Pero corremos el riesgo de perder terreno en 2020. Por eso necesitamos su ayuda para seguir luchando contra las malas ideas del estatismo y la pseudo-economía. Por favor, tómese el tiempo hoy, si no lo ha hecho ya, para hacer una donación de fin de año.

¿Posees las acciones, bienes raíces, criptodivisas, metales preciosos u otros activos que se han revalorizado desde que los compró? Por favor, considera la posibilidad de donar dichos activos al Instituto. Las reglas de impuestos generalmente te permiten deducir el valor actual de mercado de su donación, y no pagará impuestos de ganancias de capital al Tío Sam o a ¡las arcas de su estado! ¡Esta es una gran manera de apoyar al Instituto y frustrar al hombre de los impuestos al mismo tiempo!

Apreciamos profundamente tu apoyo. Nuestra misión está financiada en su totalidad por personas como tú, no por subvenciones del Estado ni por multimillonarios o fundaciones con su propia agenda.

Si aún no has tenido la oportunidad de donar, por favor haz tu más generosa contribución hoy. Vaya a mises.org/2019give, o puedes donar enviando un cheque (a nombre del Instituto Mises) a: Mises Institute Matching, 518 West Magnolia Ave, Auburn, AL 36832. O, siempre puede llamarnos para donar al 1-800-OF-MISES. Nuestros amigos internacionales deben usar el 1-334-321-2100.

En nombre de todos en el Instituto Mises, Lew Rockwell y yo queremos agradecerte por tu apoyo. Les deseamos a ti y a tus familias la buena nueva, Feliz Navidad, Feliz Jánuca y los mejores deseos de salud y prosperidad para el año 2020.

Lampadia




Solución a la guerra contra el terrorismo

“Las ideologías subyacen las estructuras que poseen los individuos para explicar el mundo que los rodea. Las ideologías contienen un elemento normativo esencial; es decir, explican tanto cómo es el mundo y cómo debiera ser. Mientras que los modelos subjetivos suelen ser una combinación de creencias, dogmas, teorías cuerdas y mitos, usualmente contienen también elementos de una estructura organizada que los hacen mecanismos económicos para recibir e interpretar información”

“Instituciones, ideología y desempeño económico” (2003)
– Douglass North, Premio Nobel de Economía 1993

Como dejan entrever las palabras del célebre economista Douglass North, las ideas son importantes no solo porque moldean las instituciones de las sociedades sino porque impulsan la movilización de las personas, grupos sociales e incluso Estados a determinadas políticas que bien pueden promover el desarrollo y el bienestar del ser humano o bien provocar su atraso e incluso autodestrucción, a través de la violencia o medios coercitivos. Ejemplos de esto último por ejemplo se dio con las ideas del comunismo marxista, cuya puesta en práctica no solo llevo al colapso político, económico y social de la Unión Soviética, sino que además se cargó con la vida de más de 100 millones de personas alrededor del mundo en el que se implementó. En nuestra región, estas ideas están tomando forma con el ‘socialismo del siglo XXI’ que desquició Venezuela.

Otro ejemplo, que será tema central del presente artículo, lo representan las ideologías jihadistas radicales islámicas que confluyen en torno al movimiento denominado “wahabismo”, promovido por Arabia Saudita, y que ha sido, en mayor y menor medida, responsable de los más grandes atentados terroristas en los últimos años, como el acontecido recientemente en Sri Lanka, los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, DC y el asedio de Mumbai en 2008.

Curiosamente en la lucha contra el terrorismo emprendida por EEUU ni si quiera se le ha prestado la debida atención a prohibir dicho movimiento – dejando que se enquiste en varias partes del mundo – dirigiendo más bien ingentes recursos hacia la lucha armada contra Al Qaeda y el Estado Islámico, sin considerar a Arabia Saudita entre los principales impulsores del terrorismo.

A continuación, compartimos un reciente artículo publicado en la revista Foreign Policy (ver artículo líneas abajo) que ofrece propuestas de solución para lidiar con este desenfoque en el que se ha imbuido el gobierno de EEUU, en una lucha que ha demostrado no tener mucho éxito a la luz de los recientes ataques subversivos acontecidos en varias regiones del mundo. Lampadia

La guerra global contra el terrorismo ha fracasado. Aquí está cómo ganarla.

Los ataques contra los terroristas y sus redes solo tienen éxito temporal, pero la estrategia a largo plazo debe centrarse en desacreditar las ideologías que atraen a los atacantes.

Un soldado de Sri Lanka monta guardia frente al Santuario de San Antonio en Colombo el 5 de mayo, dos semanas
después de una serie de explosiones de bombas en iglesias y hoteles de lujo que mataron a 257 personas.
LAKRUWAN WANNIARACHCHI / AFP / GETTY IMAGES

Brahma Chellaney
Foreign Policy
11 de mayo, 2019
Traducido y glosado por
Lampadia

Los bombardeos jihadistas en Sri Lanka el domingo de Pascua son el último recordatorio de que el terrorismo no es impulsado por la privación o la ignorancia. Al igual que con el ataque de café de 2016 a los extranjeros en Dhaka, Bangladesh, la matanza de los feligreses y los huéspedes de hoteles en Sri Lanka fue llevada a cabo por educados islamistas de familias ricas. Dos de los ocho terroristas suicidas de Sri Lanka eran hijos de uno de los hombres de negocios más ricos del país. Varios de los atacantes tenían los medios para estudiar en el extranjero.

Una razón por la que estos ataques siguen ocurriendo es que la guerra mundial contra el terrorismo liderada por EEUU ha fracasado, y se debe a que se ha centrado en eliminar a los terroristas y sus redes, no en derrotar la ideología jihadista que inspira los ataques suicidas en todo el mundo. Los atentados con explosivos en un lugar tan poco probable como Sri Lanka, un país sin antecedentes de terrorismo islamista radical, ponen de relieve hasta dónde puede extenderse la teología militarista y por qué el mundo necesita enfrentarlo desde sus raíces.

Cuando se trata del terrorismo islamista radical, las raíces ideológicas se remontan a menudo al wahabismo, una forma extrema del Islam sunita promovido por Arabia Saudita. El wahabismo legitima el jihad violento con su llamado a una guerra contra los “infieles”. Según el erudito musulmán saudí Ali al-Ahmed, aboga por que los no creyentes sean “odiados, perseguidos, incluso asesinados”. Tal es el poder de esta ideología insidiosa que los dos hijos de un magnate de las especias de Sri Lanka, Mohammad Yusuf Ibrahim, eligieron el martirio en lugar de una vida de confort y lujo, incluida la vida en una villa palaciega y el viaje en caros autos con chofer.

No se equivoquen: la idea falsa del wahabismo de un paraíso lleno de placeres sensuales para los mártires fomenta los asesinatos suicidas. Los supuestos beneficios que propugna hacen que un posible atacante crea que le serán entregadas 72 vírgenes en el cielo. (Esta afirmación no encuentra ninguna mención en el Corán, pero se encuentra en un supuesto hadiz del siglo IX, un registro de las tradiciones o dichos del profeta Muhammad).

Fundada en el siglo XVIII por el clérigo Muhammad ibn Abd al-Wahhab, el wahabismo siguió siendo una forma marginal del Islam hasta los albores del auge de los precios del petróleo en los años setenta. Rebosante de fondos, Arabia Saudita ha gastado US$ 200,000 millones para financiar las madrassas de Wahabi (seminarios religiosos), mezquitas, clérigos y libros para promover su forma de Islam y ganar influencia geopolítica. Pero el auge de los precios del petróleo no fue el único factor que contribuyó a la rápida expansión del wahabismo. La exportación de esta ideología de fomento de la jihad también fue promovida por los EEUU y sus aliados para frenar, por ejemplo, la amenaza del comunismo soviético: la CIA, según el autor Robert F. Kennedy Jr. (el sobrino del ex presidente de EEUU John F. Kennedy), “alimentó el yihadismo violento como un arma de la Guerra Fría”.

Poco a poco, el wahabismo ha ido apagando las diversas tradiciones islámicas más liberales en los países no árabes con grandes comunidades musulmanas y ha creado un entorno tóxico en el que el extremismo puede prosperar.

Las interpretaciones pluralistas del Islam se están reprimiendo, de modo que esta tensión de línea dura se abre camino. Al promover el fundamentalismo islámico militante, Arabia Saudita y sus socios ideológicos han promovido efectivamente el terrorismo islamista moderno. El patrocinio del extremismo ha fomentado el odio, la misoginia y la violencia, y ha profundizado las diferencias entre los sunitas y los chiítas. Y esa división, a su vez, ha afectado a la geopolítica regional e incitado a los ataques anti-chiítas en países predominantemente sunitas como Arabia Saudita y Pakistán.

En este contexto, ya es hora de reorientar la guerra mundial contra el terrorismo. La política antiterrorista de los EEUU debe centrarse no solo en enemigos como el Estado Islámico y Al Qaeda, sino también en los amigos monarcas árabes que impulsan una agenda jihadista, entre otros medios, haciendo la vista gorda a las organizaciones benéficas en sus países que financian la militancia islamista en todo el mundo. A pesar de las medidas tomadas por Arabia Saudita y otros países de la región para interrumpir el financiamiento del terrorismo, las organizaciones benéficas con sede en el Golfo Pérsico, como reconocen los informes anuales sobre el terrorismo del Departamento de Estado de los EEUU, continúan desempeñando un papel en el patrocinio de grupos terroristas.

Arabia Saudita – quizás el mayor patrocinador del Islam radical y uno de los estados más represivos del mundo – ha enfrentado poca presión internacional incluso sobre los derechos humanos.

De hecho, la prohibición total a las exportaciones de petróleo iraní ordenada por el gobierno del presidente de los EEUU, Donald Trump, a partir del 3 de mayo recompensará financieramente a Arabia Saudita y a los otros países que financian la jihad. Irán, sin duda, es una fuerza regional desestabilizadora. Pero ciertamente no es “el principal patrocinador estatal del terrorismo”, como lo llama la administración Trump. Los actos más grandes de terrorismo internacional, incluidos los recientes atentados con bombas en Sri Lanka, los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, DC y el asedio de Mumbai en 2008, fueron llevados a cabo por organizaciones sunitas brutales con conexiones al wahabismo patrocinado por Arabia Saudita, pero ninguno por Irán. De hecho, todas las principales organizaciones terroristas islamistas, a pesar de sus diferentes filosofías y objetivos jihadistas, obtienen su sustento ideológico del wahabismo, la fuente de la jihad sunita moderna.

EEUU enumera a Irán, Sudán, Siria y Corea del Norte como patrocinadores estatales del terrorismo, pero no a Arabia Saudita, a pesar de que Trump califica al país como “el mayor financiador de terrorismo del mundo”. Recientemente, la administración de Trump agregó a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán a su Lista de organizaciones terroristas extranjeras. Pero todavía falta en esa lista una de las principales fuerzas exportadoras de terrorismo —el ejército de Pakistán— que mantiene lazos con los grupos terroristas transnacionales, incluido el proporcionar, como Trump ha reconocido, “un refugio seguro para los terroristas que cazamos en Afganistán”.

La politización de la guerra global contra el terrorismo debe terminar para que pueda comenzar un ataque internacional concertado y sostenido contra la ideología pervertida del Islam radical. Tal ofensiva es esencial porque, mientras el violento jihadismo sea percibido como una ideología creíble, los terroristas suicidas estarán motivados para llevar a cabo ataques horribles.

De hecho, la única manera de derrotar a un enemigo impulsado por una ideología perniciosa es desacreditar esa ideología. Occidente ganó la Guerra Fría no tanto por medios militares sino por difundir las ideas de la libertad y del capitalismo que ayudaron a absorber el elemento vital del llamamiento internacional del comunismo, por lo que es incapaz de satisfacer el anhelo popular generalizado por una vida mejor y más abierta. Lampadia




Opiniones versus ideas

Opiniones versus ideas

En nuestro mundo, hay que celebrar cuando una idea se destaca en los mares de opiniones que nos abruman.

Nuevamente, la sabiduría de Sergio Melnick, nos permite entender el ambiente en el que hoy, muchas opiniones  terminan formando las guías de acción de la sociedad, pero, como explica Melnick:

“Las opiniones por su parte son solo eso: opiniones. Pueden ser aisladas, no requieren fundamentos sólidos, son personales, no pertenecen a un cuerpo de conocimiento que es cultivado por académicos e intelectuales de verdad.

  • Son fáciles de transformar en eslóganes atractivos.
  • Son pasto seco para el fuego de la ignorancia.
  • Es el paraíso del populismo.

Lo grave es cuando las políticas públicas son hechas en base a opiniones en vez de ideas”.

En cambio, “las ideas tienen historia, están todas interrelacionadas, pertenecen al mundo de la consciencia, y junto a la pregunta, son un matrimonio inseparable”.

Este es pues, otro llamado a nuestras clases dirigentes a analizar y comunicar ideas basadas en estructuras de pensamiento, que puedan iluminar el camino de los millones de peruanos que trabajan arduamente.

Ver video sobre la historia de una idea de Google: 

Aportar ideas sustentables, es parte de la educación, que debe ser el objetivo más importante para la construcción de nuestra nación. Leamos a Melnick:

Opiniones versus ideas

Sergio L. Melnick
La Tercera de Chile
6 de mayo de 2018

En nuestro país todos hablan con pachorra de sus “ideas” cuando en lo concreto en la mayoría de los casos son apenas opiniones. Las ideas tienen historia, están todas interrelacionadas, pertenecen al mundo de la consciencia, y junto a la pregunta, son un matrimonio inseparable. La paradoja en la era del conocimiento, es que las preguntas crecen más rápido que las respuestas. Tener ideas es tener dudas, más que certezas. Esa brecha que crece se llama en la literatura el “gap de la ignorancia”. Es decir, nos hacemos cada vez más ignorantes en términos relativos, en otras palabras, en relación a lo que se conoce o se puede conocer.

No existen las ideas aisladas; todas pertenecen a modelos de realidad, que requieren la prueba lógica de la coherencia, y la evidencia de la consistencia. Las ideas son parte de teorías, y éstas están basadas en el conocimiento, experiencia, y los test de realidad. Pero la teoría no es la realidad, eso es fundamental de reconocer, y que los ignorantes jamás entienden. Es un error típico de la juventud que al encontrarse con las primeras ideas las confunden con la realidad y empiezan a sostener que “las cosas son así”. Se hicieron dueños de la verdad, olvidaron las preguntas.

Las religiones sin duda tienen ideas, pero no necesariamente evidencia empírica que las sustenten, por más que traten de documentar los milagros, que los hay, los hay. Las religiones se basan en dogmas esenciales, a partir de los cuales se van deduciendo silogísticamente las nuevas ideas. Por cierto, muchos religiosos se vuelven fundamentalistas también.

La crítica cartesiana del siglo 17 apunta justo a ese aspecto: si los dogmas (o supuestos) son incorrectos todo lo que se deduce coherentemente a partir de ellos no es válido.

Las opiniones por su parte son solo eso: opiniones. Pueden ser aisladas, no requieren fundamentos sólidos, son personales, no pertenecen a un cuerpo de conocimiento que es cultivado por académicos e intelectuales de verdad.

  • Son fáciles de transformar en eslóganes atractivos.
  • Son pasto seco para el fuego de la ignorancia.
  • Es el paraíso del populismo.

Lo grave es cuando las políticas públicas son hechas en base a opiniones en vez de ideas.

Los ejemplos son recurrentes. Por ejemplo, cuando se habla de la justicia, la educación, la salud, la economía, etc. “Yo considero que esto es injusto y debe ser reparado”, escuchamos a diario. El tema de la justicia, que no es lo mismo que el derecho, no es cosa de simples opiniones. Las raíces de esa idea son muy profundas. Hemos visto una discusión pública sobre el tema de la filosofía en la educación media. Puras opiniones, poco fundamento.

El siglo 21 es cada vez más complejo, más tecnológico, más rápido. Los problemas cotidianos como el tráfico, el crecimiento económico, los sistemas de pensiones, la salud, las telecomunicaciones, no se mejoran con opiniones y menos voluntaristas. Las soluciones modernas pasan por la inteligencia artificial, los complejos mercados financieros globales, los sistemas satelitales, el manejo ecológico global, y tantos otros.

Pero es cada día más difícil el análisis de esos temas en tiempos de Twitter, Facebook, y de cuñas de TV. Los intelectuales no tienen espacio relevante en los medios de comunicación.

En este marco, la política toma cada vez peores decisiones como bonos al por mayor, aumento de parlamentarios, regulaciones cada vez más absurdas, y tantas otras propias del populismo. Por eso el sistema va a colapsar de una u otra manera.

El único camino posible es entrar a picar a fondo en el tema de la calidad de la educación en el siglo 21. Basta de eslóganes añejos del siglo pasado, empecemos a mirar al futuro. Lampadia




Consejos para pensar y discutir mejor

En la vida, la perspectiva es esencial; es el marco de referencia de lo que uno piensa; tiene la capacidad de definir los elementos más importantes con los que tomamos decisiones y actuamos en el día a día. En el video que compartimos lectores líneas abajo, Julia Galef, cofundadora de Centro de Racionalidad Aplicada y experta en la investigación de cómo y por qué los seres humanos cambiamos de opinión, narra de qué se trata el razonamiento motivado. 

“Es el fenómeno en el que nuestras motivaciones inconscientes, deseos y miedos, le dan forma a la manera en la que interpretamos la información. A partir de eso, algunas ideas se convierten en nuestras aliadas, ya que queremos defenderlas para que ‘ganen’. La otra información corresponde a las ideas del enemigo, las que queremos derribar”, explica.

Y puede sonar a convicción, pero en realidad, este tipo de razonamiento va más allá y se transforma prácticamente en ceguera. Según Galef, este fenómeno puede llegar a ser aterrador si consideramos lo inconsciente que es. “Podemos pensar que estamos siendo objetivos y parciales, pero aun así podríamos llegar a destruirle la vida a una persona inocente”, plantea, revisando el famoso caso de Dreyfus.

Fuente: resourceaholic.com

¿Quién era Dreyfus? Lo que le pasó a Alfred Dreyfus fue considerado como un hito del antisemitismo en la historia. A fines del siglo XIX, el entonces capitán del ejército francés (pero de origen judío), fue acusado de espionaje y traición a la patria. Todo comenzó cuando se divulgó la noticia de que habían hallado una serie de fragmentos de papel en los que, si se reunían, se podía ver que había información confidencial que estaba siendo entregada al enemigo, Alemania.

Para dar con el autor del crimen, se llevaron a cabo pruebas caligráficas dentro de un amplio grupo de personas y así ver si la escritura a mano coincidía. A pesar de que los estudios arrojaron que, por ejemplo, la letra de Dreyfus no calzaba con la del manuscrito, fue acusado de todas formas de ser el culpable.

A pesar que todas las pruebas mostraban que no había sido él, fue finalmente sentenciado a cadena perpetua, ¿Cuál fue la razón entonces? El antisemitismo imperante en esa sociedad, hizo que todos se convencieran que él era el que había estado entregando información. Eso le nubló la vista a todos los antisemitas, quienes terminaron juzgando debido a una idea preconcebida y no a propósito de la evidencia. Un ejemplo claro del razonamiento motivado.

A partir de este fenómeno, Julia divide los tipos de pensamientos en dos: soldados y exploradores. El primero corresponden a lo que describimos anteriormente, como razonamiento motivado. Es decir, los soldados basan sus emociones como el tribalismo (sentirse muy ligado al grupo al que se pertenece e ignorar los demás) y una actitud, por lo  general, más defensiva.

En ese escenario, todo lo que se piensa está fuertemente influido por lo que en realidad se quiere creer. Por otro lado, está el pensamiento de los exploradores. Galef los define como el pensamiento de aquellos que no tienen interés en hacer que una idea gane o pierda, sino más bien en buscar qué es lo más preciso y honesto posible, incluso si no les es agradable o conveniente. Este tipo de raciocinio es el que define a aquellas personas que son capaces de superar sus prejuicios e inclinaciones, para ver la evidencia de la manera más objetiva.

Fuente: psychologytoday.com

¿Cómo es un “explorador”? Así como los soldados sienten que están encargados de luchar y ganar, los exploradores deben buscar, identificar y aclarar. Por eso, según Julia, las personas que piensan como un explorador son generalmente más curiosas y tienden a sentir placer cuando aprenden más sobre algún tema o, por ejemplo, resuelven un rompecabezas. También están más inclinados a sentirse intrigados cuando encuentran algo que contradice sus expectativas y tienen una serie de valores distintos a los del soldado.

Al final, lo más importante de todo esto, es entender que deberíamos estar dispuestos a cambiar nuestro modo de pensar si es que las evidencias nos muestran que podemos estar equivocados. Y es que es necesario comprender que no tenemos por qué sentirnos avergonzados si nos damos cuenta que estuvimos mal respecto a algo durante todo el tiempo. En cambio, deberíamos sentirnos orgullosos de poder aprender y que, aparentemente, luego estamos en lo correcto, pero siempre estando abiertos a replanteárnoslo si fuera necesario.

Es decir, de alguna manera, debemos discutir, no para ganar, sino que para ver qué es lo que está bien. Para eso, es fundamental tener una actitud curiosa y no defensiva. Así que seamos más exploradores y menos soldados cuando estemos discutiendo sobre algún tema que cuestione lo que creemos que es correcto.

Además, otro aspecto muy importante, es que cuando discutimos debemos separar a la persona de sus ideas, se puede combatir y discutir las ideas, pero no desvalorizar ni dañar a las personas en su esencia.

Para esto, debemos aprender a escuchar y a entender lo que dice el otro, no debemos dejarnos atrapar por el odio ni el desprecio, entregar buenos ejemplos y ser capaz de negociar una salida que beneficie a todas las personas. 

Lampadia




Las tecnologías permiten saltos cuánticos a los pobres

Compartimos las reflexiones de Tony Blair, ex Primer Ministro Laborista del Reino Unido sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el despegue de los países pobres del África. 

Además del tema tecnológico que revisaremos líneas abajo, el otro desarrollo espectacular en el África es el de la introducción de vacunas, medicinas, control de la malaria y el SIDA, con un apoyo muy importante de los nuevos filántropos. El siguiente cuadro de Bill Gates muestra el gran éxito que se está teniendo con la erradicación de la polio. Ver en Lampadia: Las buenas noticias de Bill Gates.

Tony Blair: Por qué la revolución digital de África será impulsada por las asociaciones

Fuente: REUTERS / Afolabi Sotunde

Por Tony Blair, representante del Cuarteto para Oriente Medio

Publicado por el Foro Económico Mundial

10 de mayo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

La génesis intelectual de la revolución digital fue la colaboración; personas que trabajan juntas para liderar los primeros avances tecnológicos que les ha permitido nutrir su propia imaginación y aliarse creativamente con los demás.

Los elementos más importantes provienen de una combinación público privada, humanidades y la ciencia pura, aficionados y académicos; diferentes elementos de la sociedad que buscan hacer frente a los mismos problemas, y en el proceso crean un acceso sin precedentes a ideas y conocimiento y un potencial inigualable para la innovación. Actualmente, este mismo espíritu de cooperación se plantea la posibilidad de viajes a las estrellas y la existencia de múltiples planetas. Más cerca de casa, ofrece algo más simple pero igual de importante: una oportunidad para que el mundo en desarrollo de un salto hacia adelante.

Esto está sucediendo con la tecnología móvil. Al otro lado del mundo hemos adoptado, y luego adaptado, esta tecnología por lo que es mucho más que un simple dispositivo de comunicaciones. Es casi seguro que va a ser el primer producto de tecnología universal del mundo. En el África subsahariana, el crecimiento móvil es tan fuerte que la construcción de la red fija ya no es necesaria. Con uno de cada cinco cuentas también conectadas al dinero móvil – la mitad del PBI de Kenia se maneja a través de él – está ayudando a descomponer los modelos convencionales de la banca y mantener el dinero en efectivo fuera de las manos de los militantes, estafadores y los corruptos.

En un lugar donde el acceso a la banca es baja, la tecnología móvil ha revolucionado el comercio local. Pero los países africanos también tienen la posibilidad de utilizar la última tecnología en el desarrollo de los sectores financieros de manera más amplia.

También tiene potencial en áreas como la emisión de pasaportes, la recaudación de impuestos y el cotejo de las listas electorales. El punto de partida para los países en desarrollo es el siguiente: en la construcción de nuevos sectores y sistemas, pueden utilizar las últimas innovaciones, asociándose con empresas de tecnología y naciones occidentales, en lugar de tener que empezar de abajo hacia arriba.

Ruanda ya ha comenzado a avanzar por este camino: la red 4G se puso en marcha hace dos años a través de un joint venture. El país ahora se ha asociado con la Universidad Carnegie Mellon para establecer un campus para enseñar grados técnicos. Y, junto con los arquitectos y universidades internacionales, un nuevo proyecto construirá el primer puerto de drones del mundo en Kigali, para apoyar en la distribución de medicamentos y suministros médicos urgentes a áreas remotas, superando las brechas de infraestructura que han impedido el desarrollo .

El país también está construyendo escuelas que se centran en la programación de computadoras. Un ejemplo es la Academia Gashora de niñas, que enseña la codificación y empodera a las mujeres jóvenes a asumir funciones de alta tecnología después de graduarse.

Estos son prometedores comienzos. Sin embargo, aprovechando el potencial de la tecnología para mejorar la vida y las perspectivas de todo el continente requiere una nueva forma de trabajar juntos.

Después de mi desempeño como primer ministro de Gran Bretaña, instauré la Iniciativa de Gobierno de África con la creencia de que la vieja manera de fomentar el desarrollo, en el que el mundo rico da y el mundo pobre recibe pasivamente, es obsoleto. Los países africanos deben liderar su propio desarrollo, estableciendo prioridades y tomando decisiones. Y lo que Occidente debe hacer es asegurarse de que nuestros conocimientos – las firmas tecnológicas, inversionistas, así como apoyo y desarrollo – estén disponibles para cualquier gobierno que lo desee.

Primero y ante todo, esto es necesario para ayudar a las naciones a desarrollar su infraestructura tecnológica básica.

En Occidente, se trata de servidores y de datos; el tráfico de Internet se reducirá significativamente si una web tarda más de dos segundos en cargar. Pero para muchos en África, trata simplemente de tener una fuente de energía. Actualmente, sólo uno de cada cuatro africanos tiene acceso a la electricidad. Y todos los presidentes con  los que trabajo consideran el acceso a la electricidad como una de las principales prioridades.

Esto es extraordinario si se considera que en 1940, casi el 100% de los hogares urbanos de Estados Unidos tenía electricidad. Una vez más la tecnología ofrece soluciones. Incluso en una era de petróleo barato, la energía renovable continúa expandiéndose rápidamente.

En segundo lugar, para fomentar este tipo de innovación, así como asegurar que se dé  una capacidad empresarial colectiva, también tenemos que seguir trabajando con los países africanos para promover el buen gobierno, asegurándonos de que hay un fuerte estado de derecho y sistemas establecidos para que los gobiernos puedan cambiar las plantas de energía a las centrales eléctricas.

En tercer lugar, en un momento en que los populistas de la izquierda y la derecha generan la ira pública en Occidente, no debemos perder de vista el hecho de que el éxito en la era moderna requiere estar abierto al mundo; la construcción de alianzas, la integración de las ideas y la garantía de que atraviese fronteras de naciones o culturas.

La colaboración, la apertura, la circulación del conocimiento, la investigación y la información han ayudado a fundar la era digital. También serán las bases para seguir el progreso de hoy. En África, hay una nueva generación de líderes, que está empujando hacia delante el continente, confiando en su futuro. Este optimismo los ha visto adoptar la tecnología y lo utilizan como una fuerza para el bien. Esto es correcto, porque si la historia nos ha enseñado algo, es que los pesimistas tienden a ser pobres guías para el futuro.

Lampadia




Ideas: Todas. Contrabando: Ninguno

Ideas: Todas. Contrabando: Ninguno

No podemos dejar de destacar algunas de las aseveraciones más desafortunadas de los candidatos que ya no saben qué hacer para ganar notoriedad, y que encierran falsedades abiertas o políticas fracasadas estrepitosamente, no en Mongolia, sino en el Perú.

Veamos algunos apuntes:

  • Verónika Mendoza ofrece ‘plan heterodoxo de García I’

La candidata y su postulante a la segunda vicepresidencia, el profesor de economía de la PUCP, Alan Fairlie, le ofrecen al país un programa de reactivación económica sacado de nuestra nefasta historia económica pre Constitución de 1993: del plan ‘García-Carbonetto’, que terminó de hundirnos en la más espantosa hiperinflación y empobrecimiento.

Fairlie aseguró que “el sueldo mínimo vital planteado por Verónika Mendoza permitirá la reactivación de la economía pues implica más capacidad de gasto”.

Pensión 65: “vamos a duplicar la cobertura y el monto que se les paga”.

¡Nuestros jóvenes no merecen vivir los mismo que nosotros los mayores!

  • Mendoza y Tierra y Libertad ofrecen ‘un nuevo Perú’

“Un nuevo Perú se levanta”.

Esta política refundacional, parecida a la del Chile actual con Bachelet, nos lleva a citar unas líneas del muy interesante y relevante “Diálogo de Conversos” de los chilenos Roberto Ampuero y Mauricio Rojas, que publicamos en Lampadia el 5 de enero pasado:

  • Ante la ofensiva socialista y el espíritu refundacional del gobierno de Bachelet, nuestros relatos de ex soñadores con el comunismo, se hacen relevantes para los jóvenes de ideas liberales que ven como resurge con fuerza una amenaza que parecía relegada a los museos.
  • ¿Echamos abajo todo lo que hemos edificado para construir desde el Estado algo que promete ser perfecto y maravilloso o reconocemos las deficiencias que obviamente tiene el modelo y lo vamos reparando, ajustando y perfeccionando, eliminando lo que no funciona y renovando en lo que amerita ser conservado?
  • La verdad es que la izquierda de hoy es más un ‘antialgo’ –el capitalismo, la globalización, el neoliberalismo, el materialismo, el comercialismo, etcétera- que un ‘por algo’.
  • Hay países que aprovecharán la globalización y otros no. Hay países que aprenden de sus errores e historia y otros no. Unos irán para arriba, otros para abajo y algunos tropezarán dos veces con la misma piedra.
  • Me preocupa que la democracia pueda ser usada contra la libertad, llevándonos a esa tiranía de la mayoría. Lo planteo a la luz de los recientes llamados a refundar la legalidad chilena por medio de una asamblea constituyente.
  • La forma más radical de este tipo de ideas es la propuesta de una asamblea constituyente, donde todo el poder estaría concentrado y Chile sería refundado de acuerdo a los humores de la mayoría que se diese en ese momento.
  • Guzmán lleva ‘dinosaurio’ a educación

Julio Guzmán se la pasa insultando a todos sus contendores, a los que califica de dinosaurios por, supuestamente representar, ideas de ayer.

Sin embargo, para un tema clave para el país, el de la educación, que además es calificado por el propio Guzmán como la base de su programa de gobierno, el ex (efímero) viceministro del gobierno del nacionalismo, ha invitado al ex general Mora para el tema de educación.

Mora presidió la comisión de educación del Congreso, desde la que a punta de insultos (¿coincidencia?) y prepotencia sacó la nueva ley universitaria, cuya filosofía es controlista, reguladora, unificadora, centralizadora y metete; todo lo contrario de la filosofía de la educación moderna que se va abriendo paso por el mundo. Un mundo en procesos de cambios profundos, con una revolución industrial que requiere mucha agilidad y libertad. Si Guzmán aborrece a los dinosaurios debiera haber calificado a Mora como uno de ellos, a no ser que, de repente, Guzmán sea, efectivamente, un topo del gobierno nacionalista (ya fue su viceministro dos veces).

  • Otra perla de Guzmán: “conoce mucho de Tía María”

Esta mañana en RPP, Guzmán dijo que conocía mucho de Tía María, que apoyaba el proyecto, pero que no podía ser que “de las más de 130 observaciones de las Naciones Unidas al EIA, no se hubiera levantado ninguna”. ¿O sea que esta ‘novedad’ en la política no solo se estira y pone un tonito forzado de mandón cuando habla, sino que además miente y desinforma descaradamente?

  • Más de Guzmán

Destaca [en RPP] que la educación infantil debe estar en manos de ‘profesionales’ del Estado. Lo mismo que la ley universitaria que impediría que en el Perú, un Vargas Llosa o Bill Gates, puedan tener una cátedra.

Guzmán se jacta de conocer el Estado pues en los vice ministerios en que estuvo, (Producción y PCM, por pocos meses) “conoció 400 y 600 personas” respectivamente. ¿Se la pasó saludando?

Lampadia

 




Sacudiéndonos el 2014

Sacudiéndonos el 2014

Un año más se nos va. Un año 2014 difícil, en el que habríamos podido hacer mucho más como país para alcanzar nuestros objetivos de crear riqueza y oportunidades para todos si es que cada uno en su trinchera –políticos, trabajadores, intelectuales, empresarios– nos hubiéramos mantenido enfocados en dicho objetivo en vez de distraernos en batallas efímeras que solo nos llenaron de dudas y desconfianzas que, al final, terminaron pasándonos la factura.

El tema es que, tal como van las cosas, es posible que, si no hacemos una honda reflexión autocrítica en ese sentido, el próximo año puede ser similar o incluso peor. Y es que todo indica que, el próximo año, la política ocupará nuestras vidas mucho más de lo deseable y necesario. Tal parece que los escándalos políticos se incrementarán, lo cual sin duda afectará aún más a la ya escasa confianza del ciudadano hacia el político, y abrirán con ello una peligrosa puerta a discursos extremistas que siempre están allí agazapados, esperando su hora.

Tal parece que la cercanía de las elecciones del 2016 no hará del 2015 un año en el que se debatirán ideas, visiones, estrategias o metas acerca de cómo caminar hacia el 2021 todos unidos en un objetivo común, sino, más bien, seremos meros espectadores de efímeros combates cargados de golpes bajos que buscarán, por encima del Perú y su destino, destruir la imagen y reputación de adversarios políticos a los que, en un país donde todos deberíamos ser aliados, se les verá absurdamente como enemigos.

Ahora bien, ¿podemos hacer algo al respecto? ¿Podemos evitar, por ejemplo, que sigan los escándalos políticos? Todo indica que no, que están allí y que su destape en algunos casos será inminente. ¿Y podremos evitar un 2015 de batallas políticas por el poder, efímeras y sin sustancia? Pues parecería que tampoco. Pareciera que, por más que pidamos más ideas y menos insultos, menos palabras y más acción, nuestros políticos seguirán enfrascados en su mundo y batallas.

¿Y, entonces, hay algo que podamos hacer para evitar que escándalos y golpes bajos terminen afectando a la economía de todos los peruanos? Pues sí que lo hay. Los ciudadanos tenemos un arma infalible, con la que, en la medida que la usemos, podremos no solo evitar que la mala política dañe nuestras vidas, sino que incluso podremos influir positivamente sobre ella para que siga el paso y ritmo de los ciudadanos a los que debe servir. Un arma que en los últimos 20 años nos ha venido acompañando fielmente, en las buenas y en las malas, y que ha sido la que, sin duda, ha construido todo lo bueno que el Perú hoy puede mostrar al mundo. Un arma poderosa e indestructible, que no sabe de insultos, miedos o incertidumbres. Un arma que nos ha demostrado ser aliada incondicional de nuestro destino: el trabajo. Sí. Sí podemos vencer la incertidumbre política que parece querer amenazar nuestra economía el próximo año. Y podemos hacerlo como siempre lo hemos hecho los ciudadanos del Perú: trabajando. Desde el pequeño empresario que trabaja de sol a sol para sacar adelante su sueño hasta el trabajador que está a su lado, soñando con un día independizarse y ser como él. Desde el pequeño agricultor en el campo que, como nunca antes, ve una luz para sus productos hasta el empresario exportador que ve cómo el Perú y sus productos son cada día más reconocidos. Desde el intelectual o el científico que investiga en silencio fórmulas para poner en valor lo nuestro hasta las compañías peruanas que empiezan a aplicar la teoría del valor compartido para toda la cadena en la que participan. Desde el profesor universitario o de escuela, que poco a poco va recuperando el reconocimiento a su labor por parte de la sociedad, hasta el estudiante que, por encima de ideologías, ocupa su corazón y mente con ideas y proyectos para su futuro y el de su país. Todos unidos, trabajando por objetivos personales que se entrelazan con el gran objetivo común, el Perú como nuestro hogar, como la tierra de la cual nuestros hijos nunca más tendrán que partir. Si, como ciudadanos que nos levantamos muy temprano a trabajar, somos capaces de unirnos y situarnos por encima de insultos y escandaletes políticos, entonces podremos evitar que estos afecten nuestro ánimo y confianza en el mañana; podremos evitar que se despierte ese yo cortoplacista que habita dormido en quienes nos tocó vivir aquellos tiempos de Sendero o hiperinflación; podremos mantener ese espíritu que nos hace levantarnos día tras día con ganas de querer aprender, estudiar, crear, hacer, avanzar. Sí. Sí es posible que la economía del Perú no se vea afectada por las señales inciertas de la política. Depende de nosotros y de lo único que nos haga grandes y libres. Nuestro trabajo.