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Derrumbando la ‘Trampa de los ingresos medios’

La denominada “trampa de ingresos medios” todavía genera una gran angustia entre muchos países de ingresos medios. Preocupados por el hecho de que puedan quedar “atrapados” en el nivel de ingresos medios, estos países están buscando un conjunto de políticas que les ayuden a lograr un crecimiento fuerte y sostenido y eventualmente les ayuden a unirse a la liga de los países de altos ingresos.

Un reciente estudio de The Economist trata de analizar este tema. Analicemos primero, la teoría. Los países ricos cuentan con las mejores tecnologías; los países pobres con los salarios más bajos. Los países de ingresos medios no tienen ninguno de los dos. Una visión simple sugiere que deben luchar para competir con los países por encima y por debajo de ellos. Los países pobres también se benefician de trasladar a los trabajadores de las zonas agrícolas a las fábricas, donde son muchas veces más productivos. Pero una o dos décadas de rápido crecimiento vaciará los campos de los trabajadores excedentes, obligando a los países a aumentar la productividad dentro de sus fábricas si quieren seguir avanzando. Sus economías parecen enfrentarse a un salto de un modelo de crecimiento a otro.

Pero esta visión puede ser engañosa. Tanto el salario como la productividad existen a lo largo de una continuidad. Los países pueden seguir siendo “competitivos” en cualquier nivel de salarios y productividad, siempre que uno se mantenga en línea con el otro. La evolución de un modelo de crecimiento a otro es también continua. Las fábricas no esperan hasta que el último trabajador subempleado haya abandonado la zona agrícola para comenzar a mejorar la productividad de los trabajadores que ya han llegado. Además, a medida que la mano de obra urbana crece en tamaño, un flujo constante de recién llegados de las aldeas produce un menor impacto proporcional. 

China es un buen ejemplo para explicarlo mejor. Muchos se preocupan de que ahora ha agotado su mano de obra excedente y se desacelerará bruscamente. Pero según el HSBC, el movimiento de trabajadores entre la agricultura, la industria y los servicios aportó sólo 1.4 puntos porcentuales del crecimiento anual de China de 1995 a 2012.

La verdad es que la trampa de ingresos medios rara vez se define con suficiente claridad como para haberse probado. Algunos de sus defensores argumentan que los países de ingresos medios suelen crecer más lentamente que las economías más ricas y pobres. Eso no es correcto. En realidad, crecen más rápido.

Los autores de la trampa de ingresos medios exploran por qué los países de ingresos medios se desaceleran, pero no analizan si son más propensos a hacerlo que otras economías. Además, como afirma The Economist, ignoran a cualquier país con un ingreso per cápita de menos de US$ 10,000. Dado que los países ricos rara vez sostienen un crecimiento del PBI per cápita de más del 3.5% y los países pobres son excluidos, no es de extrañar que las desaceleraciones resultantes los agrupen en los rangos de ingresos medios.

El desarrollo es un proceso largo y arduo, durante el cual las economías evolucionan continuamente. Las posibles trampas se esconden en todos los niveles de ingresos. Entonces, lo que se tiene que hacer es aplicar las reformas adecuadas que permitan generar un cambio cualitativo en la capacidad de realizar mejoras continuas en la competitividad de la economía, estimulando la productividad de la mano de obra.

En el caso peruano, además de las reformas en educación, salud, infraestructuras, e instituciones, tenemos un elemento adicional para tratar de no caer en un estancamiento futuro: no hemos llegado aún a nuestro potencial productivo. En efecto, dados nuestros enormes recursos minerales, forestales, pesqueros, agrarios y gasíferos; aislados durante largo tiempo de la inversión privada (60s a 80s), el Perú cuenta con un potencial gigante para aumentar su base productiva, generando industrias conexas a nuestros sectores primarios, sin que esto excluya los desarrollos industriales. No obstante, dada la “tramitología”, el ruido político y la ineficiencia del Estado para atraer inversiones, el reto de nuestros economistas sigue siendo cómo hacer que esto no sigamos solo con nuestro potencial, y podamos desarrollarlo sin afectar nuestros equilibrios macroeconómicos. Ver en Lampadia: Trampa del Ingreso Medio: Menor crecimiento por complacencia y falta de reformas.

No caigamos, ni nos amilanemos con los mitos o trampas mentales. Este es el momento de aplicar las medidas que nos permitan dar un gran salto al desarrollo integral y duradero, creciendo alto y sostenido, como lo hemos probado desde los 90s, hasta el punto de inflexión de la segunda década del siglo XXILampadia

Los mitos de ingresos mixtos

Hay poca evidencia detrás de la ‘trampa de ingresos medios’

Los países que no son ni ricos ni pobres pueden mantenerse a sí mismos contra rivales en ambos extremos

Reporte Especial de The Economist
7 de octubre, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Cada cierta cantidad de años, la revista Foreign Affairs, una revista sobre relaciones internacionales, provoca un frenesí sobre la economía internacional. En 1994 publicó un ensayo de Paul Krugman, “El mito del milagro de Asia”, que reexaminó la fuente del éxito de los tigres asiáticos. Luego, después de la crisis financiera asiática, surgió “The Capital Myth” de Jagdish Bhagwati, que reexaminó el caso de los flujos de capital libres, fuente de la humillación de los tigres asiáticos. En 2004, ofreció “Globalization’s Missing Middle” de Geoffrey Garrett, de la Universidad de California, Los Ángeles. Argumentaba que los países de rango medio estaban en una situación difícil, incapaces de competir con la tecnología de vanguardia de las naciones ricas o con los precios bajos de los pobres. “Los países de ingresos medios”, dijo, “no lo han hecho tan bien en los mercados globales como los países más ricos o los más pobres”.

Para demostrar su punto de vista, Garrett clasificó las economías del mundo según el PBI por persona en 1980, dividiéndolas en tres grupos: superior, medio e inferior. Luego comparó su crecimiento con ese indicador en las dos décadas siguientes, encontrando que las economías de rango medio crecieron más lentamente que las de arriba o de abajo. Tres años después, Homi Kharas e Indermit Gill, del Banco Mundial, citaron el ensayo de Garrett en un libro sobre las perspectivas de crecimiento de Asia oriental. Inventaron el término “trampa de ingresos medios”, que posteriormente adquirió vida propia.

La trampa puede ser interpretada en una variedad de maneras, que pueden ser la razón por la que tantas personas creen en ella. Algunos confunden la trampa con la simple lógica del crecimiento. Según esta lógica, los países más pobres pueden crecer más rápido que los más ricos, porque la imitación es más fácil que la innovación y porque el capital gana mayores retornos cuando es escaso. Por la misma lógica, el crecimiento de un país se desacelerará a medida que disminuya la brecha con las principales economías y disminuya el margen de recuperación. Si todo lo demás se mantiene igual, entonces, los países de ingresos medios deberían crecer más lentamente que los países más pobres. Pero Garrett estaba haciendo un argumento más audaz: que los países de ingresos medios tienden a crecer más lentamente que las economías más pobres y ricas.

La noción de una trampa resonó ampliamente entre los responsables políticos, señalan Kharas y Gill, especialmente en países donde el crecimiento había perdido su brillo. Najib Razak, primer ministro de Malasia, comenzó a hablar de ello en 2009. La trampa también separó a los líderes de Vietnam en 2009 y apareció en el plan de desarrollo nacional de Sudáfrica en 2012.

De lejos, el ‘observador de trampas’ más destacado es China, una de las pocas economías de ingresos medios que es más que de tamaño medio. En 2015, Lou Jiwei, entonces ministro de Finanzas de China, dijo que su país tenía un 50% de posibilidades de caer en la trampa en los próximos cinco a diez años. El mismo temor persigue a Liu He, un influyente asesor económico de Xi Jinping, presidente de China. Liu fue uno de los motores de un informe titulado “China 2030”, publicado en 2012 por su Centro de Investigación para el Desarrollo (DRC) y el Banco Mundial. El informe presentó un gráfico que muestra la idea de una trampa de ingresos medios (véase el gráfico). Se demostró que de 101 países que tenían ingresos medios en 1960, sólo 13 habían alcanzado un nivel de ingresos altos para el 2008. El resto pasó los 50 años intermedios atrapados en la mediocridad o peor.

Lento y complicado

La evidencia de la tabla y el ensayo de Garrett eran sugerentes pero apenas sistemáticos. Sin embargo, fue reforzada por un par de estudios más rigurosos de Barry Eichengreen de la Universidad de California, Berkeley, Park Donghyun del Banco Asiático de Desarrollo y Kwanho Shin de la Universidad de Corea, que llegaron a conclusiones similares. Buscaban economías de rápido crecimiento que posteriormente sufrieran una desaceleración sostenida (definiendo un crecimiento rápido como al menos 3.5% por persona y una desaceleración como una caída de dos puntos porcentuales en el crecimiento, ambos promediados en siete años). Su investigación indicó que estas desaceleraciones parecían agruparse a niveles de PBI de US$ 11,000 y US$ 15,000 por persona (convertidos en dólares a paridad del poder adquisitivo).

Tal vez el análisis más sofisticado fue publicado por Shekhar Aiyar y sus colegas en el FMI en 2013. Ellos trataron de distinguir entre las trampas de crecimiento y la desaceleración natural que cualquier país puede esperar, ya que converge con las principales economías. Para ello, primero calcularon la trayectoria de crecimiento esperada para cada país, en función de su ingreso por persona, así como de su capital humano y físico. En segundo lugar, buscaron países que estaban creciendo más rápido o más lentamente de lo esperado, dando lugar a brechas de crecimiento positivas o negativas. En tercer lugar, buscaron una desaceleración inusualmente severa y sostenida. Cuando estas brechas de crecimiento se ampliaron bruscamente, encontraron que los países de ingreso medio eran más propensos a sufrir tales contratiempos, sin importar cómo se definieran los ingresos medios.

El peso combinado de esta evidencia económica y la intuición de los políticos es difícil de ignorar y parece justificar el escepticismo sobre las perspectivas de crecimiento de China, Malasia, Tailandia y muchas otras economías emergentes. Pero ni la intuición ni las cifras son tan convincentes como parecen.

Intuitivamente, parece tener sentido que los países de renta media se vean intimidados entre rivales de alta tecnología y de salarios más bajos de uno y otro lado. Pero esos rivales confían en alta tecnología o bajos salarios por una razón. Las economías ricas necesitan tecnologías avanzadas y habilidades para compensar salarios altos. Los países pobres, por su parte, necesitan salarios bajos para compensar bajos niveles de tecnología y habilidad. La conclusión obvia es que los países de ingresos medios pueden competir con ambos, combinando salarios medianos con niveles medios de habilidad, tecnología y productividad.

Sin duda, esos niveles promedio enmascaran enormes variaciones. La mayoría de las economías tienen una mezcla de impresionantes empresas líderes y de algunos rezagados poco sofisticados. La productividad del top de las empresas estadounidenses es por lo menos 4.86 ​​veces la del grupo inferior, según un estudio de Eric Bartelsman, Jonathan Haskel y Ralf Martin publicado por el Center for Economic Policy Research. En los países en desarrollo las brechas son aún mayores. De hecho, los países de ingresos medios a menudo se describen con más precisión como economías de ingresos mixtos.

En conclusión, hay al menos cuatro posibles fuentes de crecimiento en el PBI por persona.

  • El primero es trasladar a los trabajadores del campo a las fábricas más productivas (transformación estructural).
  • La segunda es agregar más capital, como maquinaria por trabajador (profundización del capital).
  • El tercero es aumentar el capital o el trabajo, haciéndolo más sofisticado, tal vez adoptando técnicas que una empresa, una industria o un país no han adoptado previamente (difusión tecnológica).
  • La fuente final de crecimiento deriva de los avances en la tecnología que introducen algo nuevo en el mundo en general (innovación tecnológica).

Los economistas encuentran útil, en sus mentes, mantener separadas estas fuentes de crecimiento. El error es pensar que estas permanecen separados entre los países. En realidad, en la mayoría de los países, estas fuerzas actúan simultáneamente, a ritmos diferentes y en proporciones variables. Los países no esperan a que el último trabajador excedente haya abandonado los campos para comenzar la profundización del capital. Tampoco esperan hasta que los rendimientos de la acumulación bruta de capital se hayan agotado antes de que comiencen a aumentar la sofisticación de sus técnicas de producción. Por lo tanto, el desarrollo no se da en etapas discretas que requieren un salto a nivel nacional de una etapa a la siguiente. Es más como una carrera de larga distancia, con un grupo líder y muchos rezagados, en el que el resultado es un promedio de todos los tiempos de finalización. Cuantos más rezagados haya en la carrera, existe más espacio para mejorar.

Divisiones positivas

El trabajo estadístico de Eichengreen, Park y Shin muestra que los países de ingresos medios sufren una desaceleración. Pero como sólo se mira a los países con un ingreso por persona de más de 10,000 dólares, no puede decir si son más vulnerables a tales contratiempos que los países pobres. Ésa no era una pregunta que los autores intentaron contestar. Cuando su método se extiende a países más abajo de la escala de ingresos, resulta que las desaceleraciones entre las economías más pobres son al menos tan frecuentes como entre los de ingresos medios.

Los países en el medio se desaceleran con más frecuencia que los países ricos, pero en parte porque las economías ricas rara vez crecen lo suficientemente rápido (3.5% por persona en siete años) para ser elegibles para una desaceleración. Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán han sufrido por lo menos una desaceleración, y ninguno de ellos está atrapado en ingresos medios. El crecimiento del PBI de China por persona también se ha desacelerado, a un 7.6% en los últimos siete años, frente a más del 10% en comparación en los siete anteriores. Esto califica como una fuerte desaceleración por la definición de los autores. Pero China no está atrapada; sigue creciendo más rápido que la mayoría de los países, ricos o pobres.

Aiyar y sus colegas del FMI tienen un problema similar. Para ver por qué, supongamos que una economía milagrosa creciera mucho más rápido de lo que un economista esperaría, dado su nivel de ingresos, educación y capital. Imagine que luego su crecimiento se moderara a un ritmo más normal. Esto podría considerarse como una severa desaceleración por la definición de los autores (ya que la brecha de crecimiento altamente positiva del país se ha reducido a cero), a pesar de que la economía seguía convergiendo en ingresos altos a un ritmo normal.

O supongamos que un país aumentara rápidamente su inversión en educación y capital físico para evitar la trampa de ingresos medios. Si la estrategia tuvo éxito, podría dar lugar a un crecimiento constante. Sin embargo, con el método utilizado por el FMI, este crecimiento constante podría considerarse como una desaceleración severa, ya que, en igualdad de condiciones, su modelo espera una mejora de la educación y un capital más profundo para elevar el ritmo de crecimiento y no simplemente reforzarlo.

Ninguno de estos papers, entonces, demuestra la existencia de una trampa de ingresos medios, como se entiende comúnmente. De hecho, Eichengreen ha dicho que su línea de investigación tenía la intención de explorar diferentes cuestiones. Pero, ¿qué pasa con República Democrática del Congo y el gráfico del Banco Mundialde China 2030?

Sus criterios para ingresos medios son idiosincrásicos. Incluyen cualquier país con un PBI por persona entre 5.2% y 42.75% de EEUU, medido a paridad del poder adquisitivo. La buena noticia es que ocho países de la lista (entre ellos Turquía, Malasia, Omán y Polonia) han escapado desde entonces a la franja de ingresos medios gracias a mejores datos o a un mayor crecimiento. Otros diez, entre ellos la República Eslovaca, también han cruzado ese umbral, pero no se incluyeron en el gráfico porque los datos o los países mismos no existían en 1960.

Pero el gráfico contiene una falla más fundamental. Sus criterios para ingresos medios son demasiado amplios para ser útiles. Por su definición, un país con un PBI de sólo US$ 590 por persona (a precios de 1990) contó como ingreso medio en 1960. Eso incluye países como China en medio de su gran hambruna. En el otro extremo, un país con un PBI por persona de US$ 13,300 en 2008 también contó como ingreso medio. Este umbral superior para 2008 es más de un 2,000% más alto que el más bajo para 1960. No es de extrañar que muchos países permanezcan atrapados entre ellos.

Uno de ellos era China. Su PBI por persona se multiplicó por diez entre 1960 y 2008, a pesar del hambre y de la Revolución Cultural. Pero debido a que ese período comenzó por encima de US$ 590 y terminó por debajo de US$ 13,300, se mantuvo confinado en el cuadrado central de China 2030.

Uno de los funcionarios del Banco Mundial que participan en el informe China 2030 ha coescrito posteriormente un documento que investiga más de cerca la trampa de ingresos medios. No encontró “evidencia de estancamiento [inusual] en ningún nivel particular de ingresos medios”. Más recientemente, la investigación realizada por Xuehui Han del Banco Asiático de Desarrollo y Shang-Jin Wei de Columbia, y por separado por Lant Pritchett y Larry Summers de Harvard, también han puesto en duda la trampa. Otro economista de Harvard, Robert Barro, el decano de los estudios empíricos sobre el crecimiento, piensa que “esta idea es un mito.” La transición del ingreso medio al superior es ciertamente “desafiante”, escribe. Pero no es más difícil que la transición de bajo a medio.

Los mismos Kharas y Gill son agnósticos sobre la definición exacta y la saliencia empírica del término que inventaron. Lo introdujeron “con modestia, porque no habíamos establecido rigurosamente su prevalencia”, escribieron diez años después. Dado que algunos países de ingresos medios han permanecido innegablemente estancados, existen claramente barreras para su crecimiento. Como lo ven Kharas y Gill, lo que importa es si estas amenazas toman una forma distintiva de “ingresos medios”, no si son más comunes o severas que los peligros que enfrentan otras economías.

Agnosticismo trapista

El dúo surgió con el término principalmente porque la profesión de la economía parecía no ofrecer una receta de crecimiento clara o convincente para los países de ingresos medios. En parte como resultado, los políticos se sintieron a menudo atrapados entre dos opciones: o se aferraban a viejas estrategias de crecimiento (como la fabricación de gama baja) por demasiado tiempo, o adoptaban modelos sofisticados (como la “economía del conocimiento”) demasiado pronto. La trampa de ingresos medios es realmente un dilema de ingresos medios.

¿Qué hay del hallazgo original de Garrett en Foreign Affairs, que ayudó a informar el pensamiento de Kharas y Gill? Un esfuerzo para replicar ese ejercicio, con datos más recientes, que abarcan los mismos 20 años, muestra una brecha mucho más estrecha entre el crecimiento de ingresos medios y altos para el período de 1980 a 2000. Y esa brecha casi desaparece si los países se dividen en tres grupos de igual tamaño, en lugar de la versión un poco más arbitraria de Garrett 25% – 45% – 30%.

Más importante aún, los países de ingresos medios, incluso por su definición, crecieron más rápido que sus contrapartes de altos ingresos en las dos décadas de 1990 a 2010, así como de 1995 a 2015. Parece que en los 90s y 2000s, los países de ingresos medios eran claramente capaces de competir con economías de vanguardia. Entonces, ¿qué los hizo tropezar en los 80s? Parte de la respuesta puede estar en la Reserva Federal de Estados UnidosLampadia

 




Consideraciones éticas sobre personas e instituciones

Muchas veces nos sorprendemos cuando ciertas personas, empresas o instituciones desarrollan comportamientos poco éticos o inmorales. Según el interesante artículo del Financial Times que glosamos líneas abajo, es aún más sorprendente que personas o instituciones que se caracterizan por comportamientos éticos, cometan acciones no éticas sin reparar en ellas o que las consideren adecuadas por su auto–apreciación moral, que los llevaría a una suerte de permisivismo, “porque en el fondo, el sujeto es ético”.

Fuente:  www.123rf.com

La corrupción y la falta de ética es una de las peores plagas de la humanidad. Son muy pocos los espacios de la historia o geografías, donde este factor no haya jugado un rol determinante. Ésta es una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad y cada vez que aparece un escándalo, actuamos como en el juego de la ‘gallinita ciega’, dando palazos a ciegas, para luego dar nuevas normas que no resuelven nada.

El artículo citado: Por qué compañías morales hacen cosas inmorales, basado en estudios y encuestas, es una buena reflexión sobre la naturaleza humana vinculada al comportamiento de personas individuales que el autor extiende al de empresas. En Lampadia nos parece que su lectura es oportuna para instalar mejores elementos de juicio sobre el tema.

Algo que tenemos que reconocer, es que ninguna norma evitará que se produzcan esos comportamientos indeseables. Por lo tanto, hay que pensar en qué arreglos permiten mejores controles. Por ejemplo, la corrupción en una empresa pública de servicios de saneamiento, sobre todo si depende de algún alcalde, cuyas decisiones no están sujetas a una segunda instancia, está muy lejos de un arreglo institucional que pueda limitar el daño. Pero si esa misma empresa concesiona sus operaciones al sector privado, tendrá al Estado, en sus distintas instancias, en mejor capacidad de formular metas concretas y transparentes de operación y, por supuesto, de vigilar el comportamiento ético de sus acciones.

Fuente:  eticasos.blogspot

Fuente:  eduteka.icesi.edu

Fuente:  aprendeenlinea.udea.edu

No dejen de darle una mirada a este interesante artículo: 

Por qué compañías morales hacen cosas inmorales

¿Acaso los pecados son más comunes en empresas que creen que encarnan la virtud ética?

Por Michael Skapinker
Financial Times
23 de noviembre de 2016
Traducido y glosado por Lampadia

Muchos de nosotros pensamos que trabajamos más duro, somos más inteligentes y mejores conductores que la persona promedio. También pensamos que somos moralmente superiores. Un estudio de 2014 encontró que incluso los presos condenados pensaban que no solo eran mejores moralmente que el preso promedio, sino que la persona promedio fuera de la cárcel.

El estudio, en una prisión en el sur de Inglaterra, les pidió a los presos que se clasificaran en comparación con el preso promedio y el miembro promedio de la comunidad en temas como la moralidad, la bondad, la honestidad, el autocontrol y la observancia de la ley.

Aunque los condenados cumplían condenas por violencia, delitos de drogas y robo, se consideraban virtuosos. Sólo señalaban solo un rasgo en el que ellos no se consideraban superiores a la media de los no-prisioneros: ser respetuosos de la ley. Ellos sentían que igual de cumplidores con la ley que los ciudadanos promedio.

Ahora, un nuevo estudio en la revista ‘Social Psychological and Personality Science’ ha demostrado que las personas, esta vez en la población no penitenciaria, piensan que son más justas y virtuosas que el promedio. Pero además plantea una pregunta interesante: ¿puede el sentido de superioridad moral de las personas llevarlos a comportarse de manera deshonesta?

Los investigadores, Ben Tappin y Ryan McKay de Royal Holloway, de la Universidad de Londres, dicen que estudios previos ofrecen respuestas sobre este tema. Algunas investigaciones han encontrado que la ilusión de superioridad moral puede conducir a la gente a comportarse mal porque, al igual que los presos en el primer estudio, creen que realmente son, en el fondo, personas buenas. Otras investigaciones demuestran que “en la medida en que las personas valoran la coherencia de la creencia-comportamiento”, las personas que piensan que son honestas se comportan honestamente.

“Se lo dejamos a futuras investigaciones para probar estas hipótesis”, dice el estudio de Royal Holloway. Sin embargo, me sorprendió la primera hipótesis porque pensé que podría explicar un rompecabezas: ¿por qué las empresas que se creen éticamente virtuosas terminan haciendo cosas poco virtuosas?

Dos ejemplos son los bancos HSBC y Wells Fargo, que se han encontrado en problemas. El año pasado, HSBC confesó que el escándalo de la evasión fiscal en su sede de la banca privada suiza era una “fuente de vergüenza”. El escándalo fue aún más sorprendente porque Stephen Green, el anterior jefe de HSBC, había escrito un libro titulado ‘Good Value: Reflections on Money, Morality and a Uncertain World’.

Wells Fargo admitió este año que su personal había tratado de cumplir con sus objetivos de ventas mediante la creación de cuentas para los clientes sin su consentimiento. Warren Buffett, jefe de Berkshire Hathaway, el mayor accionista de Wells Fargo, lo describió como “un gran banco que cometió un terrible error”.

Hay posibles explicaciones para estas decepciones. HSBC había adquirido un banco suizo y no lo había integrado correctamente. Wells Fargo parecía ser un caso clásico de incentivos financieros que distorsionaban el comportamiento de los empleados.

Pero yo me preguntaba sobre la investigación “mejor que el promedio” citada líneas arriba. ¿Podría la ilusión de superioridad moral aplicarse tanto a las organizaciones como a los individuos? ¿Y podrían las compañías creer que eran tan superiores moralmente que el lapso ocasional en la inmoralidad no importaba mucho? Los investigadores de Royal Holloway dijeron que recientemente habían realizado experimentos examinando sólo estas cuestiones y se estaban preparando para publicar los resultados. Ellos encontraron que los grupos políticos con un sentido de superioridad moral se sentían justificados en comportarse agresivamente ante sus opositores. En experimentos, esto significaba negarles un beneficio monetario.

“No es difícil imaginar que surja un escenario similar en un contexto organizacional competitivo. En la medida en que los empleados puedan percibir que su organización es moralmente superior a otras organizaciones, pueden sentirse autorizados a “cortar esquinas” o comportarse de manera poco ética, por ejemplo, para darle a su organización una ventaja competitiva.

“Estos comportamientos pueden ser percibidos como justificados… o incluso éticos, en la medida en que promueven los objetivos de su organización moralmente superior”, me dijeron.

Al explicar su comportamiento, HSBC sugirió que indagar demasiado en los asuntos fiscales de sus clientes podría haber causado que ellos se lleven sus negocios a otro lugar. Los incentivos de Wells Fargo fueron puestos en marcha originalmente para impulsar la apertura de nuevas cuentas, lo que habría dado al banco una ventaja sobre sus competidores.

Lo que ambos casos muestran es que la ilusión de superioridad moral puede ser peligrosa. Una empresa que cree que encarna la virtud ética puede desarrollar ceguera. Puede empezar a pensar que, como es una fuerza para el bien en el mundo, todo lo que hace para avanzar también debe ser bueno.

Cuando sucede que personas ajenas a la empresa, o los reguladores, no lo ven de esa manera, las instituciones y sus partidarios a menudo concluyen que esta es una desviación poco común de la bondad. Puede ser, pero el daño puede ser de largo alcance y de larga duración. Mantener una reputación corporativa es una tarea diaria, sin importar que tan virtuoso consideres que eres.

Lampadia

 




Reforma laboral francesa: flexibilidad o más desempleo

Francia está en búsqueda de una serie de reformas laborales. La ley apodada ‘Loi El- Khomri’, tras el nombre de la ministra del Trabajo, es un intento de hacer frente a un problema estructural con el desempleo y el ridículamente anticuado e inflexible mercado laboral que domina el país, y está contribuyendo a su incapacidad para promover el crecimiento económico mantener a raya la inflación. Desafortunadamente, el gobierno no ha logrado gran avance y en las últimas semanas ha habido muchas huelgas. Cerca de medio millón de personas acudieron a las manifestaciones en toda Francia, según cifras estimadas por varios sindicatos. La CGT afirmó que sólo en París se concentraron 100,000 personas.

Esta revolución que ha planteado el gobierno socialista nos debería hacer reaccionar sobre nuestras políticas laborales, para que permitan facilitar la creación de empleo de calidad y empezar a superar la perniciosa informalidad a la que hemos condenado, sin protección laboral efectiva, a la gran mayoría de nuestros trabajadores. (Ver en Lampadia: El altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’ y Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad). Nuestras regulaciones laborales y sus impactos en el mercado de trabajo son muy similares a las de Francia, quienes ahora consideran indispensable emprender una profunda reforma flexibilizadora.

Así como seguimos a Francia cuando levantamos los muros que desincentivaron la creación de empleo, nos toca ahora, acompañarlos en una reforma efectiva que corrija nuestra rigidez laboral, una de las más extremas del mundo. (Ver en Lampadia: Por décadas, nos equivocamos siguiendo a los franceses). No sigamos promoviendo los malos ejemplos de los opositores a la reforma francesa, liderada por los jóvenes que no tienen empleo, tal como sucedió el año pasado en el Perú con la llamada Ley Pulpín, lo que determinó que los jóvenes se quedaran sin ninguna protección laboral en el mundo de la informalidad.

Los estudiantes marchan cerca de la Place de la Nation, en París, para protestar contra las reformas laborales planteadas por el gobierno. Fuente: RFI France

Existen muchas razones por las que se considera necesaria la reforma. En los últimos años, Francia, con la excepción de España, ha quedado sistemáticamente detrás de sus pares de la zona euro en términos de creación de empleo y tasa de desempleo en Francia, que actualmente es de 10.2%. El mercado laboral está afectando la competitividad y el bienestar de la población.

Revisando un poco de historia, Francia ya ha venido sufriendo este problema desde hace mucho. En 1992 Francois Mitterrand pronunció la célebre frase: “en la lucha contra el desempleo, lo hemos intentado todo”, que resumía el desconcierto de los poderes públicos ante el desarrollo aparentemente ineludible del desempleo masivo a lo largo de los últimos cuarenta años.

Desde entonces, la clase política francesa, ya sea de derecha o izquierda, ha intentado hacer frente al problema número uno del país. Empleos subvencionados, la reducción de tiempo de trabajo, la reducción de impuestos para los empleadores, despidos más fáciles: ninguna de estas medidas ha tenido un impacto sustancial. Más preocupante aún, el desempleo a largo plazo en los jóvenes es particularmente alto, y el problema del mercado laboral es real: el 87 % de las contrataciones son los contratos temporales (al 2015) y, desde el año 2000, su número se ha disparado, mientras que las de los contratos indefinidos se han estancado.

Como afirma un informe de la HSBC: “En nuestra opinión, la falta de reformas en el mercado laboral explican el bajo rendimiento de la economía. El problema más obvio es el alto nivel de los costes laborales, que pueden subdividirse a los siguientes factores.” Esos factores son los altos niveles de impuestos, una falta de incentivo para trabajar y el débil crecimiento salarial.

Como muestra el gráfico inferior, una de las grandes razones por las que el mercado laboral de Francia está fracasando es que, en pocas palabras, muchas personas sin empleo no tienen un incentivo real para trabajar en un trabajo mal pagado. Las cargas fiscales sobre los trabajadores franceses son las más altas de cualquier país de la OCDE.

Además, los salarios en Francia no responden a los cambios en el desempleo y se crea un mercado de trabajo donde los costos son simplemente demasiado altos. Sobre esto, la HSBC afirma que: “El alto costo de la mano de obra está obstaculizando considerablemente la competitividad de la economía francesa. De hecho, a diferencia de varios otros países, Francia no ha frenado significativamente el crecimiento de sus costes laborales unitarios desde el año 2008, lo que ha llevado a una pérdida de competitividad en comparación con muchos de sus principales competidores comerciales.”​

El principal objetivo de la reforma planteada por el gobierno socialista francés para salir de la trampa del desempleo, es dar más espacio para la negociación a nivel de empresa con respecto al tiempo de trabajo e indemnización con el fin de facilitar la adaptación a los nuevos entornos de mercado. La legislación del trabajo y los estándares establecidos a nivel sectorial serían menos importantes. En otras palabras, el proyecto de ley sería un gran avance en la flexibilidad interna de la empresa, en lugar de modificar los parámetros principales de la legislación laboral francesa.

Específicamente, las empresas tendrían la posibilidad de implementar una menor tasa de pago en las horas extras. Hoy en día, las horas extraordinarias tienen un sueldo 25 % mayor por las primeras 8 horas (a la semana) y 50 % más si es por más tiempo

Fuente: WordPress France

El otro aspecto importante de la reforma es facilitar el despido. Hoy en día, los empleados con contrato permanente sólo pueden ser despedidos por razones económicas en caso de quiebra (riesgo) o cambio tecnológico. La ley de El-Khomri ampliaría el alcance de los “despidos económicos frente a cualquier caso de dificultades económicas” probadas (como una disminución sostenida de órdenes de compra o un deterioro del balance general). Por otra parte, una compensación económica por despidos injustos ” sería más estrictamente regulada”.

En un esfuerzo para equilibrar las cosas, se ha añadido una extensión de la “Garantía Juvenil” de 50,000 a 200,000 jóvenes en 2017. La garantía ofrece una red de seguridad financiera y asesoramiento especializado a cualquier persona joven (menor de 26 años) que no esté empleada en formación.

Está comprobado que la sobreregulación afecta el normal desenvolviendo de los mercados y el laboral no es una excepción. Por tanto es urgente que Francia, y el pueblo francés, tomen decisiones drásticas al respecto y realicen las reformas que el país tanto necesita. Lampadia

Ver más artículos de Lampadia al respecto:

Por décadas, nos equivocamos siguiendo a los franceses

Sin flexibilidad laboral perdemos empleo y productividad




Bancos Globales: ¿Están llegando a su final?

Bancos Globales: ¿Están llegando a su final?

Mal administrados y sin ganancias, los bancos globales necesitan un replanteamiento.

The Economist, 07 de marzo 2015

Traducido, glosado y comentado por Lampadia

Los bancos están en problemas una vez más, y no solo los bancos de inversión como Lehman Brothers o especialistas en hipotecas como Northern Rock; un puñado de grandes bancos globales o “redes”. Estos gigantes mamuts de las finanzas, si no pueden mejorar su rendimiento, merecerán el mismo destino.

La presión es intensa. El mes pasado JP Morgan Chase se sintió obligado a explicar a los inversores por qué no deben ser divididos. Citigroup espera sus resultados del examen anual de la Reserva Federal: si falla, como lo hizo el año pasado, sus directivos serán expulsados. Deutsche Bank está replanteando su estrategia, después de años de débil desempeño. HSBC, el banco local del mundo, ha sido golpeado por escándalos fiscales en su operación suiza y a mostrado pobres ganancias.

[Casi todos ellos han tenido que enfrentar altísimas multas por su participación en la crisis financiera. Bank of América pagó una histórica multa de US$ 16.65 mil millones y Citigroup un total de US$ 7 mil millones. Además, se eliminó a toda la dirección y administración de los principales bancos. El dinero que facilitó Estados Unidos para evitar la crisis fue recuperado por el tesoro íntegramente y con utilidades.]

En el papel, los bancos globales tienen sentido. Proporcionan la tubería que permite a las multinacionales mover dinero en efectivo, gestionar el riesgo y la financiación del comercio en todo el mundo. Desde el comienzo de la era moderna de la globalización, en la década de 1990, muchos bancos encontraron seductora la idea de abarcar todo el mundo con sus operaciones.

En la práctica, sin embargo, ha sido una pesadilla hacerlos funcionar. Su expansión sigue siendo enorme. Citi está en 101 países, emplea a 241,000 personas y cuenta con más de 10,000 propiedades. Hablar de las mejores prácticas globales es algo hueco, dados los delitos menores que los bancos han sido acusados de facilitar, incluyendo el lavado de dinero en México (HSBC y Citigroup) y romper sanciones (Standard Chartered y BNP Paribas). Ningún jefe, salvo por Jamie Dimon de JPMorgan Chase, da una impresión convincente de estar en completo control, incluso él sufrió una pérdida de $ 6,000 millones el 2012. Algunos, como el Royal Bank of Scotland (RBS), decidieron  que ya habían sufrido suficiente y anunciaron una retirada de las operaciones globales, y se han comprometido a concentrarse en sus mercados de origen. Otros, como Citi y HSBC, están reduciendo paulatinamente su presencia global.

En parte, el origen de este proceso son las regulaciones creadas después de la crisis financiera. Las reguladoras tuvieron razón cuando decidieron no dividir a los bancos globales inmediatamente después de la crisis financiera de 2007 / 8 a pesar de que Citi y el RBS necesitaban un rescate a gran escala. Las subdivisiones habrían multiplicado en demasía el número de grandes bancos a los cuales vigilar. En cambio, de esta manera, los supervisores los regulan más estrechamente – juntos, JPMorgan Chase, Citi, Deutsche y HSBC tienen ahora un 92% más de capital que el 2007. Los bancos globales probablemente acabarán teniendo que llevar alrededor de un tercio más capital que los nacionales sólo porque, si no lo hacen, las consecuencias seríantremendas. Los reguladores nacionales quieren que las operaciones locales de los bancos sean delimitadas, evitando ciertas ganancias “eficientes”. El costo de cumplir con todas las nuevas reglas es inmenso. El HSBC gastó $ 2.4 mil millones en su cumplimiento el 2014, un aumento de alrededor del 50% en comparación con el año anterior. La discusión de los requerimientos de capital en la última presentación de Citi ante los reguladores ocupa 17 páginas.

En parte como consecuencia de todo esto, los bancos globales están ahora reprobando una prueba diferente: la del valor para los accionistas. La mayoría de estos titanes luchan porlograr una rentabilidad de capital mejor a la de las compañías eléctricas (mucho más seguras). El año pasado, Citi logró un triste 3.4%. JPMorgan Chase estima que su escala añade entre $ 6,000 millones a 7,000 millones al año para lograr sus beneficios. Sin embargo, los costos de capital adicional que deben sobrellevar, y las normas y la complejidad adicionales que conlleva ser globales absorbe una gran parte de eso. (No hay otra empresa que realice estimaciones así de explicitas, presumiblemente porque las cifras no son halagadoras.) Hasta casi la mitad del capital invertido en los grandes bancos mundiales no lograron una rentabilidad sobre recursos propios del 10% o más el año pasado.

Los inversores se preguntan si los costos de su propagación mundial superan los beneficios. Si los bancos como Citi y HSBC no mejoran pronto, serán descuartizados, no por los reguladores, sino por sus propios accionistas.

Los bancos globales insisten en que tienen una ventaja competitiva. Nadie más puede hacer lo que ellos hacen. Una red de alianzas entre cientos de bancos locales sería desvencijada y difícil de controlar; Silicon Valley todavía tiene que inventar un banco internacional virtual; y los contendientes de los mercados emergentes, como el Banco de China, están a una década de distancia de tener huellas globales. Pero las actividades genuinamente globales, tales como el comercio de divisas y la prestación de servicios bancarios transfronterizos a las multinacionales, por lo general, representan sólo una cuarta parte de los ingresos de los grandes bancos.

Es difícil evitar la conclusión de que los bancos globales son, para los estándares de las empresas normales, conglomerados disfuncionales que luchan para asignar bien sus recursos. Sus jefes ahora deben tratar de forjar empresas magras que faciliten el comercio mundial a bajo costo y riesgo. Si los clientes encuentran valiosos estos servicios, los bancos podrán cobrar lo suficiente como para compensar sus enormes gastos generales, y generar un buen retorno para sus accionistas. Si los clientes no lo hacen, el banco global se convertirán en una más de las más grandes ideas fallidas de las finanzas mundiales.




Sobre Riesgos y Oportunidades

Sobre Riesgos y Oportunidades

“La necesidad es la madre de la invención” (Necessity is the mother of invention), dice un antiguo proverbio inglés.

“La necesidad tiene cara de hereje”,  dice un proverbio español.

The Economist – Intelligence Unit (EIU) acaba de publicar un reporte comisionado por el banco HSBC, “Harnessing Risk management in the Service of Innovation” (Haz uso del manejo de riesgos para servir a la innovación). 

Este reporte, referido al mundo empresarial, postula que si los riesgos y las oportunidades se pueden trabajar efectivamente en conjunto, ambos pueden ayudar a “crear organizaciones ágiles que sean capaces de explotar el dinámico clima de negocios de nuestros días”. El EIU agrega que “cuando se trabajan como si fueran partes diferentes de una empresa, los resultados pueden ser catastróficos”.

Efectivamente, en el mundo corporativo se siguen tratando los riesgos por sí mismos, y eso muchas veces paraliza la gestión empresarial y hace perder muchas oportunidades valiosas para los objetivos de los negocios. Se sigue viendo los riesgos como aspectos puramente negativos, oscureciendo la verdadera naturaleza de los mismos, que siempre están asociados a oportunidades y éstas a los procesos de innovación. El documento citado es una excelente reflexión para una gerencia moderna.  Recomendamos leerlo en su versión en inglés que hemos incorporado a la sección “Documentos y Presentaciones” de Lampadia (ver: RISK-INFORMED INNOVATION).

La misma filosofía y conceptos pueden ser usados en el manejo de un país.

Es muy común y muy fácil identificar riesgos, así como destacar permanentemente los aspectos negativos de la vida de una sociedad o una nación. El Perú está sujeto a muchísimos riesgos, tanto a los referidos a la economía y la política, como a los llamados riesgos de Dios, catástrofes naturales, el Niño, las sequías o las inundaciones.

Cotidianamente, el debate nacional está plagado de los problemas que nos acechan, las noticias se concentran fundamentalmente en las desgracias y carencias de la sociedad. Nos hemos acostumbrado a vivir a salto de mata sin dejar suficiente espacio para evaluar las oportunidades que tenemos para enfrentar casi todos los problemas que aún no logramos superar.

Pero el Perú es un país bendito, lleno de oportunidades. El potencial de desarrollo integral, duradero y sostenible que tenemos es casi infinito para el tamaño de nuestra población y la naturaleza de nuestras carencias.

Por ejemplo:

1.     Se viene la tercera revolución industrial con la robotización y digitalización, que tendrá efectos disruptivos muy importantes en la creación de empleos en todos los países de la tierra. Pero el Perú tiene inmensas reservas productivas por desarrollar para crear suficientes empleos en forestería, agroexportaciones, energía, minería, acuicultura, turismo y en negocios basados en la biodiversidad. (Ver en L: Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)).

2.     China reduce su ritmo de crecimiento, lo que se asume como una desgracia para el país. Pero, si analizamos un poco mejor la realidad, nos daremos cuenta que solo un 7% de crecimiento del PBI chino, equivale a 3.2 veces nuestro PBI total. Por lo tanto, si manejamos bien nuestras relaciones con la China, encontraremos, siendo un país pequeño,  que nuestras oportunidades para seguir ampliando las exportaciones o atrayendo inversión no deben afectarse por los necesarios ajustes de la economía china. (Ver en L: ¿Crisis china? ¡Miremos al monstruo sin soponcios!).

3.     Nuestra gente es industriosa, trabajadora y creativa. El que hasta ahora no hayamos podido dar educación de calidad a toda la población, no significa que nuestros ciudadanos no tienen capacidades naturales muy valiosas para la prosperidad. Hace unos meses publicamos un análisis que planteaba que la capacitación puede ayudarnos a nivelar el piso. Esto lo ilustramos con tres ejemplos: en educación con los colegios de Innova Schools, en salud con la calidad de servicio de la Clínica Good Hope, y en la derrota de la pobreza rural con el Programa de Sierra Productiva. (Ver en L: La Capacitación produce milagros).

Tenemos un país único (ver en L: El Perú no es igual a ningún otro país). Otro ejemplo de nuestras capacidades, el 93% de la élite universitaria del país (CADE Universitario 2014) aspira a ser empresario en no más de cinco años. Según el mismo HSBC, creciendo al 5.5% por año, podemos ser la economía número 26 el 2050, con 90% de la población con ingresos superiores a US$ 3,000 anuales por persona.

¡El Perú es infinito!

¡Veamos y aprovechemos nuestras oportunidades!

Nuestro bienestar general solo requiere que hagamos las cosas suficientemente bien. Para ello necesitamos una Visión Positiva de Futuro, buen liderazgo, sentido de pertenencia y buena gobernanza. Lampadia




Visión del Perú al Tercio de Siglo

Visión del Perú al Tercio de Siglo

En Paracas, donde nacieron los CADE, se revisó la visión de futuro del Perú que se planteó originalmente en Arequipa en 1996. En esa ocasión, uno de los invitados a la reunión, Joel Barker, un especialista en la formulación de visiones, nos dijo a los peruanos que: “No hay nada más importante que tener una visión. Antecede al desempeño exitoso, es la fuerza que nos jala, la palanca más potente de la civilización”.

En 1996 había que imaginar el éxito, había que soñar que nos podía ir mejor, ahora se ha replanteado la visión sobre la base de las realizaciones positivas de la primera década de este siglo. En términos prospectivos, tal como se ha comentado en Lampadia (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?, el HSBC analizó las potencialidades del Perú al año 2050 y explicó que si crecíamos, en promedio, un 5.5% por año,llegaríamos a ser la economía número 26 del mundo. Para ello, contaríamos con un bono demográfico muy positivo y con una continuada demanda de commodities por parte del mundo emergente, pero tendríamos que lograr mejoras sustanciales en educación, salud, instituciones e infraestructuras.

VISIÓN DEL PERÚ AL TERCIO DE SIGLO

El Perú será un país democrático y globalizado,
encaminado al desarrollo integral, sostenible y duradero,
con sentimientos de pertenencia y ciudadanía,
en el que se respete la ley.

En la formulación de esta renovada visión se hizo especial énfasis en tres importantes objetivos que no seincluyeron en CADE 96: la necesidad de contar con una buena gobernanza, un servicio civil meritocrático (de alto rendimiento, reconocido por la sociedad y bien remunerado) y, una clase dirigente, especialmente la empresarial, comprometida con el desarrollo del país en un sentido amplio, que sea respetada por la población, que se articule con el mundo académico e intelectual y que tenga presencia mediática.

La nueva visión plantea objetivos, líneas de acción, estrategias de desarrollo integral, sostenible y duradero y, la articulación de las agendas de trabajo:

Objetivos

1. Ser el país latinoamericano más integrado al mundo, en el comercio, la inversión y la tecnología

2. Lograr una democracia avanzada, integrada y plural

3. Superar la extrema pobreza

Líneas de Acción

1. Alcanzar un nivel educativo de excelencia, con capacitación permanente

2. Lograr una competitividad al nivel de los mejores países emergentes

3. Promover un liderazgo empresarial comprometido y respetado

4. Alentar una gobernanza del mejor nivel internacional

5. Formar un servicio civil meritocrático, reconocido y bien remunerado

6. Fomentar un sentimiento de pertenencia y ciudadanía

7. Tener una clase media consolidada y formal que abarque al 70%
de la población, con ingresos de US$ 8 a US$ 40 por persona y por día

Estrategia de Desarrollo Integral (Económico, Social e Institucional), Sostenible y Duradero

1. Económico

Acceso de los pobres a la economía de mercado

Ingreso a la OECD

Orientación global

Promoción de la inversión privada

Desarrollo de las infraestructuras internas

Promoción de la innovación y la competitividad

Desregulación burocrática

2. Social

Revolución educativa

Capacitación permanente

Agua y salud al alcance de todos

Cero desnutrición infantil

Programas sociales esencialmente productivos

3. Institucional

Mejores: Sistema Electoral, Partidos Políticos y Estructura del Estado

Imperio de la Ley y del Estado de Derecho

Seguridad ciudadana

Buena Gobernanza con una mejor regionalización

Servicio Civil Meritocrático

Regulaciones pro-desarrollo e inversión

Estabilidad de las reglas de juego y protección de la  propiedad

Predictibilidad y pre-publicación de normas

4. Sostenibilidad Social y Ambiental

Reforestación masiva

Titulación de propiedad comunal, minifundios, y derechos individuales, con registro público de sus convenios

Asociaciones Comunidad-Privados (ACP)

Tratamiento y reciclaje de desagües

Regulaciones ambientales racionales y balanceadas

Matriz energética que promueva energías limpias

Protección de reservas culturales, ecológicas y sociales

5. Duradero

Orientado al largo plazo y sin caer en la tradicional política pendular

Articulación de las Agendas de Trabajo

Este diagrama explica que en el corazón de las líneas de acción está la necesidad de contar con una clase dirigente comprometida con el largo plazo del país y con un sentimiento de ciudadanía y pertenencia de todos los peruanos. Desde esa perspectiva tendríamos que avanzar en tres agendas:

La del Estado: Buena gobernanza y excelente servicio civil.

La Social: Las mejoras en educación, salud, instituciones e infraestructuras.

La Productiva: La puesta en valor de nuestros recursos en agricultura, minería, acuicultura, energía, forestería, turismo y biodiversidad. El desarrollo de esta agenda debe generar los recursos para financiar la agenda social.

Para darle mayor sustento a la visión se convocó a diez expertos nacionales a que aporten unas reflexiones sobre los aspectos que determinan la naturaleza intrínseca del Perú. (Ver el contenido de esos magníficos documentos en (L): Fundamentos Estructurales del Perú:

1. País Megadiverso con una Geografía Privilegiada, por Carlos Amat y León

2. País Milenario y la trascendencia de la Civilización Caral, por Ruth Shady

3. Cultura con raíces milenarias y futuro enriquecedor, por Armando Andrade y Luis
Eduardo Wuffarden

4.  Capacidades Ideales para Crear Riqueza, por Roberto Abusada

5.  Gente Emprendedora, Creativa, Esforzada y Solidaria, por RolandoArellano

6.  Macroeconomía sólida y políticas públicas débiles, por Elmer Cuba

7.  Reservas Productivas por poner en Valor, por Patricia Teullet

8.  Formalidad Excluyente e Informalidad Limitante, por Jaime de Althaus

9.  Carencias Sociales y Brechas Económicas, por Gianfranco Castagnola

Además de estas reflexiones, se invitó a que, personalmente, un grupo de peruanos nacidos a lo largo de 50 años, diera sus ideas con respecto al futuro del país. Los invitados a este importante ejercicio fueron:

  • Felipe Ortiz de Zevallos, Fundador del Grupo Apoyo
  • Rolando Arellano, Director de Arellano Marketing
  • Juan Infante, Gerente General de Diempresa
  • Manuel Muñoz, estudiante del último año de economía en la UPC
  • Kelly Pérez, estudiante ayacuchana de último año del Colegio Mayor

Nada de lo planteado se podrá lograr sin un crecimiento económico alto y sostenido, que es la fuente de creación de empleo, reducción de la pobreza y generación de los recursos fiscales necesarios para la acción efectiva del Estado. El Perú debe ponerse como meta crecer 7 a 8% por año. Este objetivo debe ser el primer filtro de las políticas públicas y la gestión del Estado: ¿Aporta al crecimiento, o destruye crecimiento? Lampadia




Tenemos un Bono Demográfico que aportará crecimiento por décadas

Tenemos un Bono Demográfico que aportará crecimiento por décadas

El Perú es un país con enorme potencial que a pesar de la debilidad de la economía internacional puede seguir creciendo. Entre sus diversos atributos está su bono demográfico, que impactará positivamente en la creación y distribución de riqueza en el país. En cuanto a la clase media, se proyecta que incluya a más del 40% de la población, principalmente en los países emergentes.

En el Perú, del 2005 a la fecha, la clase media se ha incrementado del 25%  de la población a casi el 60%. Un logro evidente de la expansión económica que ha vivido el país en los últimos años. Por si fuera poco, el MEF, como en su momento lo indicaron el Banco Mundial y el BID, anunció a principios de este año que el ingreso promedio per cápita en el Perú se incrementó en un 36.7% entre el 2004 y el 2012, “lo que refleja la solidez de la economía del país en las últimas dos décadas”.

El Perú todavía es un país emergente. Nos encontramos en una etapa temprana de nuestro desarrollo. Como indicó un informe del banco HSBC: “A medida que sus trabajadores estén cada vez mejor equipados con más maquinaria y tecnología, y su nivel de habilidades se eleve, su productividad [en el Perú] aumentará, el PBI seguirá creciendo y junto a ello los ingresos reales de los trabajadores.” (Ver en Lampadia (L): ¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?)

Según este informe el Perú “puede ser pequeño, pero es la estrella en nuestras proyecciones de América Latina”.  También indica que el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del planeta si mantiene un crecimiento del PBI de 5.5% como promedio anual.  (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?

Según las proyecciones, y como indica dicho informe, se espera que una parte relativamente grande de la población peruana se dirija al grupo de ingresos de la clase media en el 2030. Y para el 2050, habrá un aumento aún mayor de este sector, que seguirá aumentando durante las próximas décadas.

Esta revolución demográfica se debe principalmente a que países emergentes como el Perú tienen una población más joven que en el mundo desarrollado y por lo tanto, su edad promedio es menor. Significa que hay una alta cantidad de personas en el sector de la PEA (Población Económicamente Activa, entre 15 y 65 años), desenvolviéndose en el mundo laboral y generando ingresos. Además es en este sector donde se genera la mayor cantidad de gastos (bienes inmuebles, hogares, entretenimiento, etc.). Es la gente joven, con ingreso elevado, quien va a gastar, no las personas mayores.

Esto ya está sucediendo. La primera señal de una creciente clase media es el aumento del sector de servicios, algo que se puede apreciar con el mayor número de centros comerciales y lugares de entretenimiento y ocio por todo el Perú. La segunda, es que los consumidores empezarán buscando productos de bajo costo, por ejemplo el consumo de los productos chinos. Y tercero, países desarrollados ya vienen tomando interés en el Perú para aprovechar su creciente demanda, y están aumentando sus exportaciones a la región.

De acuerdo a las proyecciones del HSBC, al año 2030 el Perú contará con el 70% de su población ubicada en la clase media consolidada (con ingresos por persona y por día mayores a US$ 8.0), y un 10% en el grupo de altos ingresos, igualando a Chile y superando ampliamente a Colombia, que tendría solo al 50% de su población en los grupos de ingresos medios y altos. (L): Perú: Imparable crecimiento de la clase media.

El tener un bono demográfico alto en nuestro país nos da una gran ventaja competitiva y comparativa con respecto a otros países del mundo, especialmente con los más desarrollados. Mientras que ellos tienen que lidiar con más problemas de pensiones y de falta de mano de obra, nosotros tenemos a la mayor parte de nuestra población en la etapa productiva y de consumo de sus vidas.

Esta ventaja se ve alimentada también por una esperanza de vida que crece más cada día y, gracias al crecimiento económico a nivel mundial y a los saltos exorbitantes de la tecnología moderna, probablemente siga aumentando de la actual de 75 años (Perú, la era solamente 43 años en 1950) a una mayor. Esto alargará el rango de la PEA ya que poco a poco se tendrá que ir considerando a gente mayor a 65 años como población activa (se reconozca oficialmente o no), y un gran grupo de personas que, con el tiempo, serán altamente productivas por varios años más.

Estamos en una etapa crucial de la historia del Perú. Es el episodio con mayor posibilidad de expansión económica de nuestra historia antes de que nuestra población también envejezca. Si al impacto del bono demográfico le sumamos la futura demanda de commodities, como lo dice el mismo HSBC, (ver en (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?), y si nos dedicamos a mejorar la educación, salud, instituciones, infraestructuras, los avances tecnológicos y una mejor y más eficiente gobernanza y un servicio civil meritocrático, nadie nos para. Es por eso que debemos estar preparados y capacitados para aprovechar esta oportunidad de la mejor manera posible. Debemos abordar nuestros retos sin remilgos y trampas ideológicas y lograr que el Perú crezca con todo el potencial que ya tiene. Como comentó Gastón Acurio (ver en (L): Gastón Acurio – Entrevista Iluminadora):

“El otro día estaba reunido en el Colegio Mayor Presidente de la República y los profesores me preguntaron lo siguiente: “¿Cómo has hecho para poner en valor la figura del cocinero como una actividad valiosa, respetable?”. Ellos se sentían frustrados porque la figura del maestro estaba venida a menos. Yo les conté, muy humildemente, lo que había visto desde chiquito en los años 80: un maestro que no hablaba de enseñar, sino de luchas sindicales, que alza el puño en señal de combate, ideologizado completamente”.

Ahora que todos estamos preocupados con el menor crecimiento de nuestra economía y que nuestras autoridades van reconociendo día a día, como declara hoy el ministro de economía, según la portada del diario El Comercio, vamos a tener que ser los ciudadanos los que vayamos viendo un poco más adelante, para proponer correcciones inmediatas. Ver en (L): La situación no está para tafetanes, se requieren acciones inmediatas. Lampadia




2014, un año crucial para el desarrollo integral

2014, un año crucial para el desarrollo integral

El 2014, no es un año cualquiera. El gobierno que preside Ollanta Humala se encuentra a la mitad de su mandato constitucional. Es el último año en que puede emprender las reformas trascendentales que no solo mantengan en ascenso nuestro crecimiento económico, sino que nos permitan dar un salto cualitativo al desarrollo integral. 

Semejante tarea no es responsabilidad exclusiva del gobierno. Es un compromiso que debiera asumir la clase política en su conjunto y claro está, las fuerzas vivas de la sociedad como el empresariado, la intelectualidad, los gremios. No hay más tiempo que perder, el tren del desarrollo no espera.

La responsabilidad del liderazgo nacional, como se ha señalado en Lampadia, debe propiciar la construcción de un Estado que funcione y una economía más competitiva. Se ha citado aquí, la publicación “The World in 2050” (“El mundo en el 2050”) elaborada por el HSBC considera al Perú  como uno de los países de mayor progresión a nivel global. Sostiene, incluso, que si mantiene una tasa de crecimiento de 5,5% podría ubicarse en el puesto 26 de las economías más grandes del planeta.

Una enorme oportunidad que no se puede desaprovechar y que depende de dos factores estructurales y cuatro de coyuntura. Los estructurales escapan a nuestro manejo (el bono demográfico y la demanda de commodities, ambos favorables), y los coyunturales precisan que tomemos medidas adecuadas: la mejora de la educación, el fortalecimiento de nuestras instituciones, el desarrollo de las infraestructuras y generar un buen clima de inversión. Estos cuatro aspectos tienen que estar en la agenda nacional de manera prioritaria para transformar la potencialidad, que nos asigna el HSBC, en bienestar para todos los peruanos. Hace tiempo debimos haber adoptado estos objetivos como una ´Hoja de Ruta´ efectiva y medible de nuestra gesta por el desarrollo.

En Lampadia asumimos el reto de propiciar la discusión y difusión de ideas y políticas que permitan realizar reformas en estos campos cruciales para asegurar el crecimiento del país. (Agenda Pendiente).

Otro tema al que estaremos atentos es a las medidas que desde el Ministerio de Economía se tomen para evitar que la economía siga enfriándose. Los síntomas comienzan a aparecer y hasta el momento no hay esfuerzos importantes y efectivos para  recuperar un clima de inversión positivo. La inacción, la falta de liderazgo, o peor aún, la aplicación de políticas inadecuadas, pueden agravar este problema.

En ese sentido, coincidimos con la preocupación expresada por Confiep en su comunicado del 12 de enero. El Presidente de la República tiene temas más importantes en su agenda, que la de inmiscuirse en la controversia surgida por la supuesta ´concentración´ de medios. En esa misma línea, consideramos inaceptable que se nos pretenda imponer una ley universitaria al caballazo y se mantengan políticas erradas para la regulación del sector pesquero. También coincidimos en la necesidad de lograr mayor efectividad en la culminación de los proyectos de inversión, para lo cual se requiere valentía política y eficacia en el Estado.

Por otra parte, analizaremos las condiciones en las que se encuentran las regiones. Seguiremos con especial detenimiento las campañas electorales tanto municipales como regionales y advertiremos sobre los peligros de posturas o propuestas que afecten el clima de inversión, en especial en las provincias en la que ya se manifiestan los beneficios del modelo económico. Lampadia.