1

¡Fuera Maduro! El grito de los demócratas latinoamericanos

En los últimos 10 días, los partidarios de la oposición venezolana han llevado acabo cuatro  manifestaciones, protestando contra la crisis humanitaria, el colapso económico y la destrucción de la democracia bajo el dictador del chavismo-cubano Nicolás Maduro.

La decisión de la Corte Suprema a fines de marzo de asumir las funciones del congreso (dirigido por la oposición) provocó protestas por parte de una población que ya sufría una inflación de tres dígitos y una escasez generalizada de bienes básicos, como medicinas y alimentos.

Fuente: El Estimulo

Ante las reacciones, el tribunal rectificó la parte más controvertida de su decisión, pero la medida provocó una indignación generalizada en el país y en el extranjero (el gobierno del Perú retiró definitivamente a su Embajador en Caracas, por ejemplo), así como las noticias del viernes de la semana pasada de que la Contraloría Nacional había prohibido al político de oposición, Henrique Capriles, participar en elecciones durante 15 años.

Los manifestantes se reunieron en varias ciudades por la mañana del lunes pasado (10 de abril) para una cuarta ronda de protestas en 10 días, bloqueando la carretera principal de Caracas, hasta que fueron dispersados por la Guardia Nacional.

Fuente: El Universal

Los líderes de la oposición criticaron al gobierno por el uso arbitrario de la fuerza para romper las manifestaciones. Señalaron que el gas lacrimógeno fue disparado a una clínica de Caracas. “Ni siquiera en la guerra hay ataques contra hospitales y centros de salud”, dijo el legislador de oposición José Manuel Olivares en una conferencia de prensa.

Las manifestaciones de los ciudadanos que exigen libertad son pacíficas y multitudinarias. Ver testimonio:

Sin embargo, los funcionarios del gobierno acusaron a los manifestantes de actos de violencia y enviaron imágenes y videos a través de Twitter de manifestantes encapuchados y enmascarados que destruían propiedades públicas, como una parada de autobús. El ministro del Interior, Néstor Reverol, dijo que 18 personas habían sido detenidas durante las protestas.

La oposición exige elecciones

En varias partes de Caracas, pequeños grupos mantuvieron enfrentamientos esporádicos con las tropas, estableciendo barricadas  de neumáticos y basura quemada a lo largo de las calles.

Fuente: Senderos de Apure

El canciller brasileño Aloysio Nunes y el presidente de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, pidieron a Venezuela que restablezca la democracia plena y establezca un calendario para las elecciones, aumentando la presión diplomática sobre Maduro. El Departamento de Estado emitió una declaración expresando la “grave preocupación” por la decisión del viernes de descalificar a Capriles del cargo.

La oposición está exigiendo una fecha para las elecciones, que se suponía se llevarían a cabo el año pasado, así como un cronograma para futuras elecciones incluyendo la votación presidencial, que es constitucionalmente obligatoria a más tardar el 2018. A pesar del aumento de las protestas, muchos venezolanos ven con pesimismo que las marchas logren cambios reales.

Fuente: Hispano Post

El rechazado e impopular gobierno de Maduro acusa a la oposición de fomentar la violencia para sentar las bases de una invasión extranjera. Unos 188 manifestantes, la mayoría estudiantes, fueron arrestados en el período del 4 al 8 de abril y 57 siguen tras las rejas, dijo el lunes el grupo de derechos humanos Foro Penal Venezolano. Nueve personas, entre ellas dos adolescentes, fueron arrestadas por irrumpir en una oficina de la Corte Suprema, y un joven de 19 años fue asesinado a tiros en la violencia desatada en contra de las protestas.

Fuente: Metro Ecuador

El gobierno ha sufrido una creciente presión de los países americanos y europeos que han condenado la violencia en Venezuela y el veto a Capriles. Ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado. Es hora de presionar al gobierno venezolano con todo lo que esté a nuestro alcance para terminar esta tragedia que afecta a nuestros vecinos.

En Lampadia hemos seguido la situación venezolana de cerca, tratando de ilustrar los grandes errores de las “ideas muertas” con que justificaron su toma y las abusivas manipulaciones usadas para mantenerse en el poder. Lo peor es que los problemas venezolanos no solo se han hecho aparentes en lo económico y social. También han llegado a extremos en lo político, pues fueron el ejemplo de la anti-democracia. Ver en Lampadia: ¡Fin a la dictadura en Venezuela!, La intolerable agonía de Venezuela y La dictadura de Maduro lleva a Venezuela al borde del abismo.

Sin embargo, Chávez y Maduro han contado con el padrinazgo brasileño bajo los corruptos Lula y Dilma,  la complicidad de los países del Alba y el vergonzante silencio de la mayoría de países de la región. La dictadura y la pobreza de los venezolanos son una mancha profunda en la historia de Latinoamérica, una gran vergüenza para todos.

Como dijo la señora Lilian Tintori, esposa del injustamente encarcelado Leopoldo López, “ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado”

Fuente: YouTube

Millones de sufridos venezolanos todavía esperan el apoyo de sus hermanos latinoamericanos y de los gobiernos de la región. ¡Exigimos elecciones libres en 2017! Lampadia




¡Fin a la dictadura en Venezuela!

EXIGIMOS ELECCIONES LIBRES EN 2017

La semana pasada, el Tribunal Supremo de Venezuela (TSJ) avanzó un paso más en dirección de la dictadura al asumir las competencias del Parlamento, la única institución dirigida por la oposición, afirmando que “las competencias parlamentarias serán ejercidas directamente” por su Sala Constitucional o por “el órgano que ella disponga”. Por lo tanto, se apoderó de sus poderes y declaró inválido el organismo elegido por votación popular. El fallo de la corte del miércoles pasado fue, en palabras de los legisladores, nada menos que un golpe de Estado. Varios líderes de la oposición pidieron manifestaciones callejeras y otras formas de “resistencia democrática”.

Como informamos el viernes pasado, el gobierno del Perú se enalteció, al retirar definitivamente a su Embajador en Caracas. Acto no imitado, lamentablemente,  por los demás países de la región.

Ante la reacción a tan estúpida medida, el dictador Maduro citó de emergencia al consejo de Estado el viernes en la noche. Después de largas horas de sesión, el TSJ decidió dar marcha atrás. Sin embargo, ya se había roto el último eslabón democrático de Venezuela, su Asamblea Nacional, que ahora recibe la ‘gracia’ para seguir operando en condiciones sumamente precarias.

Ya no se puede parar en la resistencia contra la tiranía del chavismo, soportada por la fuerzas armadas venezolanas y la desproporcionada presencia de Cuba en los asuntos llaneros.

Fuente: La Nación

Veamos como vienen las cosas: Las facciones políticas de Venezuela han estado en desacuerdo desde que los opositores al presidente Nicolás Maduro tomaron el control de la legislatura el año pasado. Desde entonces, la Corte Suprema, en gran parte leal al gobierno de Maduro, ha frenado los poderes del congreso y anulado casi todas las leyes aprobadas. Sin embargo, hasta el miércoles no había ido tan lejos como asumir directamente las funciones del Congreso.

El presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Julio Borges, afirmo que “Esto no tiene otro nombre que un golpe de Estado y dictadura. En Venezuela no hay Constitución, hoy Nicolás Maduro tiene todo el poder que de manera ilegal le otorgó la Sala Constitucional del TSJ”. En la rueda de prensa en el palacio legislativo Borges mostró una copia de la sentencia y la rompió en pedazos. “No la acatamos”, resaltó.

Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, rompe el decreto del Tribunal. Fuente: Univision

Por su parte, el ex candidato presidencial Henrique Capriles dio una conferencia de prensa en Bogotá y pidió que la OEA convoque “de emergencia” a su Consejo Permanente para abordar la situación en Venezuela, donde afirmó que el Tribunal Supremo dio un “golpe de Estado”. Al respecto, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, también consideró un “auto golpe de Estado” lo ocurrido en Venezuela. Afirmó que la decisión del TSJ de asumir las competencias del Parlamento, sumada a la adoptada ayer que retira inmunidad a los legisladores, son “los últimos golpes con que el régimen subvierte el orden constitucional del país y termina con la democracia”. “Aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado”, señaló Almagro, que desde el año pasado encabeza una campaña para aplicar a Caracas la Carta Democrática del organismo.

La situación económica, social y política de Venezuela es verdaderamente catastrófica. El autoritarismo chavista ha devenido en una dictadura abusiva e insensible, que cada día acosa con mayor desparpajo a los opositores políticos y a los pobladores que reclaman una solución al empobrecimiento generalizado que los está llevando a la desesperación.

Todo esto empezó con una serie de medidas económicas heterodoxas que incluyen: la expansión del gasto del gobierno, el control de precios y medidas proteccionistas a la industria nacional, siempre y cuando fuera propiedad de los amigos del régimen. Estatizaciones, confiscaciones y regalos de petróleo y divisas a los países del circuito pro cubano, del llamado socialismo del siglo XXI. Basados en la proverbial riqueza de Venezuela, no midieron las consecuencias y generaron una inflación galopante, escases de divisas y energía, déficit fiscal, el colapso de la industria petrolera, escases de alimentos y divisas y, la entronización de las mafias del narcotráfico y la corrupción en las vísceras del régimen.

Lo que fue una vez una de las potencias económicas latinoamericanas y un peso pesado diplomático regional, ahora ha caído en una de las situaciones más trágicas del mundo. Desde hace mucho tiempo el gobierno ha detenido la publicación periódica de las cifras del PBI, pobreza, inflación y cualquier indicador económico o social que pueda mostrar el verdadero desastre de su manejo político.

El Fondo Monetario Internacional estima una contracción de 10 %, lo que haría de Venezuela la peor economía del mundo el año pasado. Algunos economistas privados son menos conservadores y estiman una caída de hasta 15 %. Los ingresos del petróleo representan el 95% de los ingresos de divisas, y su precio cayó más de tres cuartas partes desde 2014 antes de comenzar a recuperarse moderadamente el año pasado.

La hiperinflación va tomando cuerpo; el Fondo Monetario Internacional estimó que los precios subieron casi un 500% en 2016 de 122% el año pasado. Con la moneda del país cada vez más devaluada, algunas tiendas han empezado a usar la balanza para pesar los billetes en lugar de contarlos.

Fuente: Univision

Los ciudadanos se han visto forzados a esperar en largas colas para encontrar bienes de uso común, alimentos y medicinas esenciales. Los saqueos por alimentos se están convirtiendo en parte de la vida cotidiana de muchos venezolanos. Actualmente hay más de 10 saqueos diarios en el país, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. Y más de una cuarta parte de las protestas en 2016 fueron por comida.

Esta terrible situación económica ha traído un aumento en la criminalidad, llegando a un nivel que se lo podría considerar una crisis humanitaria. Las dimensiones exactas son difíciles de conocer, porque hace más de una década que el gobierno venezolano no publica información sobre la delincuencia.

El Observatorio Venezolano de la Violencia, un grupo no gubernamental, estimó que hubo 27,875 asesinatos en 2015, lo que haría que la tasa de homicidios de Venezuela sea una de las más altas del mundo: 90 homicidios por cada 100,000 habitantes. El grupo encontró que la tasa subió más en 2016, a 92 por 100,000. Uno de los motivos por el aumento en criminalidad es la falta de impunidad: un 92% estimado de homicidios no resultan en una condena.

Y la situación está aumentando la presión sobre el presidente Maduro, con un creciente sentimiento anti-gobierno impulsando los esfuerzos de la oposición para llevar a cabo un referéndum revocatorio. Y ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado. Es hora de presionar al gobierno venezolano con todo lo que esté a nuestro alcance para terminar esta tragedia que afecta a nuestros hermanos.

Como reclaman los líderes de los movimientos civiles, dentro y fuera de Venezuela: ¡Exigimos elecciones libres en 2017! Lampadia




La dictadura de Maduro lleva a Venezuela al borde del abismo

La oposición venezolana organizó una manifestación del 26 de octubre, en protesta por la suspensión del referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro (algo establecido en la constitución), por lo que se le acusa de haber propiciado la ruptura del orden constitucional con un golpe a la voluntad popular.

A demonstration against the government is held last month in San Cristobal.

El líder opositor Henrique Capriles, principal impulsor del referéndum, señaló que “Tenemos que ser fuertes ante el Gobierno”. La denominada ‘Toma de Venezuela’ ha ocurrido en el que debía ser el primero de tres días para la recolección de cuatro millones de firmas (20% del padrón electoral), último paso antes del llamado a referendo. Al cumplir ese requisito, la oposición quería evidenciar el mayoritario rechazo al gobierno. Pero el proceso fue suspendido la semana pasada por tribunales penales regionales digitados por el gobierno cubano-chavista de Maduro, que acogieron denuncias de fraude del oficialismo en una primera etapa de recolección de firmas.

De todas las palabras críticas utilizadas para describir el estado del país que gobierna Nicolás Maduro, “desastre” es la más acertada. Bajo su mandato, la nación ha entrado en una fuerte caída. Enfrenta una crisis humanitaria con una profunda destrucción de la economía y de la calidad de vida de los venezolanos. Maduro ha restringido la publicación de cifras económicas oficiales.

http://www.lampadia.comhttps://www.lampadia.com/assets/uploads_images/images/Venezuela-una-nacion-y-un-estado002.jpg

El pueblo venezolano se encuentra en medio de una aguda crisis económica que ha llevado a una escasez de alimentos y medicinas y una inflación calculada por el FMI en 475% para este año. Como hemos publicado en varias ocasiones en Lampadia, la crisis humanitaria y política a la que se enfrenta Venezuela, ha sido labrada a pulso por los crímenes de ‘leso gobierno’ del chavismo. Además, de destrozar el país, Venezuela se dio el lujo de usar parte importante de sus recursos para mantener la caduca dictadura cubana (sus mentores y protectores), varios pequeños países de Centro América y el Caribe y, de financiar a partidos izquierdistas de la región con sus ínfulas del ‘socialismo del siglo XXI y el albismo. Ver: La intolerable agonía de Venezuela.

El gobierno culpa de la crisis económica a “empresarios de derecha” que buscan desestabilizarlo, pero la oposición responsabiliza al modelo socialista y sostiene que el revocatorio era la última “válvula de escape” de una población hastiada de hacer largas filas para conseguir los pocos productos disponibles a precios subsidiados.

La verdad es que las políticas y discursos populistas, arropadas en promesas redistributivas, más los circuitos de corrupción han llevando a Venezuela una crisis imposible de imaginar. No solo ha colapsado la economía, las condiciones sociales no pueden ser peor.

Todo esto empezó con una serie de medidas económicas heterodoxas que incluyen: la expansión del gasto del gobierno, el control de precios y medidas proteccionistas a la industria nacional, siempre y cuando fuera propiedad de los amigos del régimen. Estatizaciones, confiscaciones y regalos de petróleo y divisas a los países del circuito pro cubano, del llamado socialismo del siglo XXI. Basados en la proverbial riqueza de Venezuela, no midieron las consecuencias y generaron una inflación galopante, escasez de divisas y energía, déficit fiscal, el colapso de la industria petrolera, escasez de alimentos y divisas y, la entronización de las mafias del narcotráfico y la corrupción en el régimen. Además, el chavismo ha creado milicias armadas que recorren el país amenazando y asesinando a ciudadanos desesperados por la tragedia que atraviesan sus familias.

Ahora, la situación ya no da más. Es poco probable que la votación en contra de Maduro liderada por la oposición tenga algún efecto jurídico, ya que Maduro todavía controla otras ramas del gobierno, incluidos los militares y el Tribunal Supremo – que ya han declarado ilegítima la Asamblea Nacional. Pero las tensiones han aumentado a niveles ya insostenibles.

Los legisladores de la oposición argumentan que el líder de Venezuela ha abandonado efectivamente la presidencia al descuidar su trabajo, y varios legisladores cuestionaron si tenía una doble nacionalidad colombiana (y, por lo tanto, no sería elegible para el cargo más alto de Venezuela). No es el mejor de los argumentos, pero si demuestra la reacción y los sentimientos en contra del gobierno y la búsqueda de una solución ante la crisis política y económica de Venezuela.

Sin embargo, es importante notar que, a diferencia de otros países de América Latina como Brasil, (donde se retiró a Dilma Rousseff de la presidencia en agosto), la Asamblea Nacional de Venezuela no puede hacer un ‘impeachment’ al presidente. Esa decisión recae directamente en el Tribunal Supremo, que nunca ha votado en contra de Maduro.

Como dijo la señora Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, “ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado”. Es hora de presionar al gobierno venezolano con todo lo que esté a nuestro alcance para terminar esta tragedia que afecta a nuestros hermanos.

Millones de sufridos venezolanos todavía esperan el apoyo de sus hermanos latinoamericanos y de los gobiernos de la región. Con nuestra inacción, ¿queremos repetir el genocidio de Ruanda en nuestras tierras? #fueraMaduro. Lampadia




Maduro “ganó” elecciones presidenciales del 2013 mediante un masivo fraude electrónico

Maduro “ganó” elecciones presidenciales del 2013 mediante un masivo fraude electrónico

Comentario de Lampadia:

“Bumerán Chávez. Los fraudes que llevaron al colapso de Venezuela” es un libro escrito por el periodista de ABC Emili J. Blasco y que acaba de salir a la venta. En él, como reseña el ABC, se narra descarnadamente como “el colapso institucional, económico y social del país caribeño no es fruto de la dilapidación del legado de Hugo Chávez, sino consecuencia misma de sus políticas. Es el bumerán que, al volver en su vuelo, rompe el espejo en el que se veía a la república bolivariana. Sus páginas aportan nuevas primicias sobre la injerencia de Cuba, el fraude electoral, la corrupción económica, el narcoestado y las relaciones con Hizbolá. También hay revelaciones sobre la protección del chavismo a ETA y su relación con Podemos”.

Líneas abajo reproducimos el extracto publicado y editado por ABC en el que se relata la forma en que se consumó el fraude electoral. Un fraude electrónico, que debe ser una alarma para el Perú. Como hemos señalado repetidamente en Lampadia (Ver: No al voto electrónico y La peligrosa campaña por el voto electrónico), este método permite la manipulación y el secuestro de la voluntad popular. El proyecto del voto electrónico en el Perú debe enterrarse para siempre.

 

Dirigentes chavistas añadieron votos falsos «para robar las elecciones» en 2013

La victoria de Maduro se produjo por un anómalo pico de sufragios hora y media después de la hora oficial de cierre

Emil J. Blasco

ABC de España

20/04/2015 

 

 

Las computadoras secretas de los chavistas lo indicaban bien claro. A las seis de tarde, la hora en que el 14 de abril de 2013 debían cerrar los centros electorales en Venezuela, las presidenciales las había ganado Henrique Capriles Radonski. Suya era la banda tricolor que, no obstante, al final de un proceso amañado, se acabaría poniendo Nicolás Maduro. Un sistema informático paralelo al oficial permitía al chavismo saber en tiempo real a lo largo del día la evolución del voto, así como el número de votos falsos que debía producir para girar el resultado. Eso ocurría en el marco de un proceso completamente electrónico, como es habitual en Venezuela, y con la complicidad del Centro Nacional Electoral (CNE). Gran parte de la trampa se gestionó desde Cuba.

A las diez de la mañana, Diosdado Cabello se personó en la sede del Ayuntamiento de Caracas, en el municipio Libertador. El número dos del régimen acudió con su jefe de seguridad, Leamsy Salazar. Ambos subieron a la planta del despacho del alcalde y se encaminaron a una dependencia próxima. Allí se había instalado una sala de seguimiento informático electoral considerada «top secret». De acceso absolutamente restringido, en ella se dieron cita Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, y Jorge Rodríguez, alcalde caraqueño y gran mago del engaño electoral chavista.

En la sala, dispuestos en forma de U, había veinticuatro monitores, uno por cada estado venezolano, más uno central que totalizaba los datos de todo el país. Testigo ya de unos cuantos secretos del chavismo, Salazar se dio cuenta desde el primer instante de lo irregular de la situación: en las pantallas estaban apareciendo los votos que iban logrando Capriles y Maduro. Eso ni siquiera podía conocerlo el CNE, dado que las máquinas electrónicas de votación solo se conectaban en red al final para transmitir los resultados.

Los centros electorales habían abierto a las seis de la mañana y en pocas horas el candidato de la Mesa de la Unidad (MUD) había cobrado ya buena delantera. «Maldita sea, ¿vamos a permitir que esta mierda de elecciones las gane este “marico” el coño de Capriles?», preguntó Cabello. Salazar cuenta que entonces los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hicieron una reunión de urgencia, a la que luego se sumó el vicepresidente Jorge Arreaza. Hacia las cuatro de la tarde Capriles seguía arriba, según nuestro testigo, por 220.000 votos. Había que romper la baraja.

«Es cuando ese día se cayó el sistema de internet. Al poco salió en público Arreaza anunciando que había habido un problema con internet y que se estaba arreglando. Cuando se restituyó el servicio las pantallas de las computadoras comenzaron a revertir la situación: iban llegando más votos para Maduro». El clima cambió en la sala y los jerarcas chavistas empezaron a reírse cínicamente. «Estabas cagado, ¿verdad?», se tomaban el pelo entre ellos. Al final de la noche, el CNE proclamó vencedor a Maduro por 223.599 votos: le atribuyó 7.587.579 (50,6 por ciento), frente a los 7.363.980 de Capriles (49.1 por ciento). ¿Qué había pasado?

Salazar aduce que la caída de internet fue provocada para descargar el tráfico en la red telefónica y así poder manejar con mayor garantía el complejo volumen de datos que alimentaba el sistema informático paralelo del PSUV. Bajo mano, el CNE había entregado a activistas del partido el mando técnico de las máquinas de votación y de otros procesos clave de la jornada.

Prórroga injustificada

Para esa operación final el chavismo necesitaba tiempo, así que poco antes de las seis de la tarde, cuando debían cerrar los centros electorales, el CNE anunció que prorrogaba el horario hasta las ocho allí donde se necesitara. Los votos para Maduro fueron más abundantes en los centros que demoraron su cierre, con un inexplicable pico, del todo anómalo, especialmente pronunciado entre las 19.30 y las 20.05 horas. Entre las seis y las ocho, Maduro recibió más de seiscientos mil votos, un volumen que materialmente no era posible sumar mediante el procedimiento natural de votación.

Los especialistas en seguridad informática Anthony Daquin y Christopher Bello concluyen que hay 1.878.000 electores falsos (múltiple cedulación). Además, en la auditoría del sistema de votación en la que pudo participar, Bello comprobó que las máquinas de votación tenían cuatro BIOS (Basic Input Output System). Eso facilitaba la comunicación con dispositivos externos y habría hecho posible tanto el conteo del voto como la emisión de voto falso en origen.

El robo electoral fue confirmado confidencialmente a Estados Unidos por algunos de los principales dirigentes chavistas. Desaparecido Chávez, algunos comenzaron a entablar contactos indirectos para limpiar su pasado. Emisarios de Cabello y del nuevo ministro de Interior y Justicia, el general Miguel Rodríguez Torres, reconocieron lo que todo el mundo sospechaba. «-Vale, es verdad. Añadimos trescientos cincuenta mil votos. Las estaciones uno, dos y tres de los centros electorales estaban operados por gente nuestra. -Capriles nos quitó novecientos mil votos, y habrían llegado a ser dos millones si no llega a haber voto asistido y los demás procedimientos».

Puede que las cifras estuvieran redondeadas, y que ese «añadir» se refiriera solo al voto fabricado de forma compulsiva en el último momento. En cualquier caso era una admisión en toda regla de que habían robado la presidencia.