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¿Afán por la educación o afán de figuración?

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 18 de agosto de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

Los maestros de Ica quieren el respaldo del Gobierno Regional… pues lo tienen. Y no solo tienen nuestro respaldo… también tienen nuestra gratitud y reconocimiento. ¡Cómo no agradecer y reconocer la fuerza educadora de más de 15,000 maestros que – con gran esmero y paciencia – vienen educando a cerca de 250,000 estudiantes en 2,400 escuelas ubicadas a lo largo y ancho de Ica!  

Fuente:  americatv.com.pe

La mayoría de nuestros educandos son niños y jóvenes que reciben Educación Básica Regular… Inicial, Primaria y Secundaria. Pero también tenemos jóvenes y adultos que reciben Educación Básica Alternativa, Básica Especial, y Técnico – Productiva. Inclusive, tenemos Educación Superior No Universitaria… tanto Pedagógica, como Tecnológica, y Artística. Ese es el ámbito de acción del magisterio iqueño, con resultados – todos – positivos.

Efectivamente, la educación en Ica denota orden, progreso, y entusiasmo. A este respecto, es menester destacar el liderazgo de nuestra Directora Regional de Educación – Lic. María Victoria Madrid Mendoza – y su equipo directivo, quienes conjuntamente con nuestros directores, docentes, personal administrativo, y padres de familia están logrando mejoras significativas en todos los niveles de aprendizaje de nuestros estudiantes. Está comprobado… la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE), denota una mejora sostenida de los aprendizajes de nuestros niños y jóvenes escolares, tanto en Comprensión Lectora, como en Razonamiento Matemático.

Y para complementar la función educativa, hay que destacar el notable trabajo que viene realizando nuestro magisterio en programas como el Plan de Estímulos a Deportistas Escolares, que premia a nuestros campeones nacionales con viajes a ciudades como Río de Janeiro, Buenos Aires, y Miami; el Coro SINFÓNICA, dirigido por Sinfonía por el Perú de Juan Diego Flórez; el Taller de Hip Hop dirigido por la Asociación Cultural D1 de Vania Masías; el Proyecto Atlético “En Busca de la Bala Chinchana” dirigido por el Instituto Peruano del Deporte; el Centro de Alto Rendimiento de Fútbol Escolar, dirigido por la Federación Peruana de Fútbol; y el Proyecto TECNOLÓGICA que hemos puesto en funcionamiento con Fundación Telefónica y el BID para fomentar la innovación y emprendimiento de nuestros jóvenes.

El programa de educación intergeneracional El Gran Amauta, que todas las tardes reúne – con todo respeto – a viejos y viejas, con niños y jóvenes escolares para intercambiar experiencias y saberes, es un éxito del magisterio regional. Y la educación “sobre ruedas” es otro exitazo. Me refiero a la Biblioteca Escolar Itinerante, la Escuela de Padres y Familias Prosperas, el Escarabajo de Orientación Vocacional y el Bus ACADÉMICA que recorren la región de arriba abajo llevando ciencia, cultura y arte a todas las plazas públicas.  

¡Cómo no reconocer a Fundación Telefónica por las 15,000 tablets donadas para que nuestros docentes y estudiantes crezcan de la mano de la tecnología, y nuestros escolares hospitalizados no pierdan clases, gracias al Aula Hospitalaria – High Tech – implementada en el Hospital del Socorro! Y qué decir del programa “Aprender para Crecer” y “Comunidad Digital” de Empresarios por la Educación… el mejor socio educacional del Gobierno regional.

Pues bien… todo lo anterior se ha vista interrumpido – abruptamente – a partir del 9 de agosto pasado. Es verdad que la huelga magisterial en las demás regiones lleva mucho más tiempo que en Ica. Pero mal de muchos… consuelo de tontos. La reciente huelga magisterial de Ica es una lástima. No porque nuestros maestros no tengan motivos para protestar, porque ciertamente los tienen. Sus remuneraciones son paupérrimas; la deuda social se paga… tarde, mal y nunca; y la capacitación de docentes deja mucho que desear. En ese sentido, la protesta magisterial tiene fundamento, y por ello tienen nuestro respaldo. Pero lo que no respalda el Gobierno Regional es la huelga. Sencillamente, porque los paganos son los – indefensos – estudiantes.

Mucho afán de figuración… y muy poco afán por la educación. Eso es lo que veo detrás de la huelga magisterial. Lampadia

 

 




Ica… 10 años después

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 11 de agosto de 2017
Para Correo Ica y Lampadia

Este 15 de agosto es el décimo aniversario del terremoto de 7.9 grados, que a las 6:40 de la tarde de aquel fatídico día del 2007, devastó las provincias de Pisco, Chincha e Ica; al igual que Cañete y Yauyos en la Región Lima; y Castrovirreyna y Huaytará en la Región Huancavelica.

Las cifras de daños fueron de horror… 600 muertos, 1,300 heridos, 400 mil damnificados, y 90 mil viviendas inhabitables. Hospitales, escuelas, cárceles, fábricas, redes de agua, líneas de trasmisión de energía, canales de riego, iglesias, municipios, estadios, mercados, carreteras y puentes, muelles y puertos… todo quedó destruido en cuestión de segundos. ¡Una catástrofe!

La noche aquella fue eterna. Cuando recién empezaba – de buenas a primera – todo se transformó en ruinas. Se cortaron los servicios de agua y luz. La telefonía se saturó… y colapsó en cuestión de minutos. El transporte vehicular – tanto para carga como para pasajeros – se hizo imposible. Personas muertas y heridas yacían bajo los escombros. Todo era destrucción, oscuridad, frío, alaridos… y muerte. 

En ese estado de devastación, la ayuda demoró días enteros en llegar a las zonas afectadas, lo cual – para los damnificados – resultó una eternidad. Y cuando empezó a llegar – simplemente – era insuficiente para atender tamaño desastre. Por ello, el aeropuerto de Pisco resultó providencial para los fines del caso, y la Fuerza Aérea del Perú fue la gran protagonista de los primeros auxilios.

Ahora bien, como suele ocurrir en ese tipo de ocasiones – apenas ocurrió el desastre – salieron del submundo los buitres y carroñeros de siempre. Saqueadores, asaltantes, estafadores… hubo de todo en medio de la tragedia. También aparecieron – ¿cuándo no? – los periodistas y políticos que no hacían nada… excepto criticar al Estado y alarmar a la población. Inclusive estuvieron los que le aumentaron grados de intensidad al terremoto, como si ellos fueran el Servicio Sismológico Nacional.

Para reconstruir las zonas afectadas se creó el FORSUR – el Fondo de Reconstrucción de las Zonas Afectadas por el Sismo – el cual dejó mucho que desear. Al final, 140 autoridades fueron denunciadas por irregularidades en el manejo de los fondos, entre los cuales había funcionarios de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), del Instituto de Defensa Civil (INDECI), y – por supuesto – alcaldes y funcionarios corruptos que se apropiaron de parte de las donaciones y fondos para la reconstrucción. Además, 400 personas fueron denunciadas por simular ser damnificados, y cobrar ayuda humanitaria del Estado… sin merecerla. Todo eso pasó. Corrupción por aquí, indolencia por allá, e ineficiencia por todos lados. Como diría el gran Basadre… ¡Podridos!

Pero – como en todos los ámbitos del quehacer nacional – así como hubo bajezas, también hubo grandezas… y de las inmensas. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional fueron determinantes en la remoción de escombros y en la rehabilitación del tránsito vehicular. La Iglesia fue un complemento perfecto para la distribución de la ayuda humanitaria. Las empresas iqueñas – y peruanas en general – cargaron sobre sus hombros gran parte de la tarea de reconstrucción.

El voluntariado nacional e internacional fue súper generoso y efectivo. Recuerdo a un grupo de jóvenes que se instaló en Pisco – mejor dicho… en los escombros de Pisco – para dar clases de danza al aire libre y distraer así a la pobre gente que lo había perdido todo. ¡Maravilloso!

En fin… hubo muchas acciones de grandeza que permitieron que hoy – 10 años después – Ica sea la gran región que somos. En el balance, la década post terremoto ha sido un período extraordinario en materia de reconstrucción y progreso para la región. Y el proceso de inversión y desarrollo continúa a ritmo acelerado.

Ahora nuestra mayor carencia es el agua. Entonces digo… si nos pudimos recuperar del terrible terremoto del 2007 ¿cómo no vamos a lograr el desafío de tener agua todo el año? Obviamente… ¡lo vamos a lograr! Lampadia




Jugando con fuego

Jugando con fuego

Los peruanos hemos malogrado nuestra economía. Todos: gobierno, oposición, gremios, académicos, medios y por supuesto, los radicales anti-prosperidad. Unos por acción y otros por omisión. Unos por tomar decisiones equivocadas, otros por elegir autoridades inadecuadas y/o permitir que el país se encamine por la senda del error sin participar de la vida nacional y otros, notoriamente, por propiciar el descalabro detrás de sus ‘ideas muertas’.

Nuestro ‘ciclo virtuoso de crecimiento’ con reducción de la pobreza, la desigualdad y la mejora de todos los indicadores sociales, ya terminó (por ahora). Es muy difícil que en lo que queda de este gobierno se puedan enmendar entuertos y recuperar la confianza en las autoridades, recuperar el crecimiento y mejorar el ambiente político. Esa parece ser la batalla que habrá que desarrollar después del 28 de julio de 2016.

Ahora ha surgido una más urgente e importante: salvar a nuestra democracia del mismo descalabro que hemos labrado en la economía.

 

 

Es casi increíble ver cómo todos los días, desde el propio gobierno y, suicidamente desde la oposición de los partidos políticos tradicionales, desde la prédica y acción política de las izquierdas decididas a imponernos el pos-extractivismo y desde la opinión de muchas ‘gentes desconcertadas’, se está socavando la democracia.

Seguramente algunos lo hacen adrede, pero muchos otros no parecen darse cuenta del momento que vivimos. Hasta los agentes venezolanos, como la indeseable Virly Torres (ex aliada de Humala), están atacando al Presidente de la República, vendiendo la posibilidad de una vacancia presidencial o de un gobierno de transición y, en el camino, propiciando otra vertiente de la interrupción de nuestra democracia, una reacción defensiva u ofensiva, del propio Presidente de la República y/o de algunos de los halcones de su entorno.

El éxito del Perú solo puede basarse en la conjugación de una democracia sólida y una economía de mercado que termine de  igualarnos con los países más avanzados. La ‘Democracia y Mercado’, es nuestro camino a la prosperidad y bienestar general, como ya ha sido para muchos otros países.

La batalla por mantener una economía de mercado briosa, que continúe trayendo modernidad y progreso ha entrado involuntariamente para la gran mayoría de peruanos, en una fase de hibernación. Mientras tanto no podemos alentar ni permitir la destrucción de la democracia, venga de donde venga.

Eso no significa que no debemos seguir criticando los errores, o persiguiendo la corrupción, pero no podemos ser los tontos útiles de quienes tienen una agenda distinta ala del binomio de la prosperidad: Democracia y Mercado.

Estamos a tiempo de reflexionar, no volvamos a cometer los errores de la vieja política que solo busca llegar al poder, sin importar los medios. El fin no justifica los medios.

 

 

Propiciemos las siguientes acciones:

  1. Compromiso absoluto por defender la democracia. Cuidemos que el cambio de posta se de sin contratiempos el 28 de julio de 2016.
  2. Aprovechemos este período para tomar conciencia de la realidad global: de las políticas que han permitido que mil millones de personas hayan salido de la pobreza durante los últimos 30 años, de la tercera revolución industrial que con sus tecnologías exponenciales se presenta como disruptiva del empleo y la industrialización y, de la necesidad de construir una nueva gobernanza global, en la que no podemos dejar de participar.
  3. Evaluemos nuestra evolución económica, social e institucional de los últimos 25 años, sustentemos nuestro análisis en cifras serias y tratemos de establecer las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que favorecieron y debilitaron los grandes objetivos nacionales, vinculados a la reducción de la pobreza y la desigualdad, la disminución de la mortalidad infantil y la desnutrición, la inversión y el crecimiento de la economía, la mejora de la educación y la salud, el desarrollo de nuestras infraestructuras e instituciones, nuestras capacidades productivas y de generación de empleo y, la necesidad de contar con un Estado meritocrático, eficiente y alejado de la corrupción.
  4. Comuniquemos a los ciudadanos las evaluaciones y análisis y promovamos debates serios sobre nuestras posibilidades de desarrollo integral y sostenible.
  5. Revaloremos los beneficios que nos ofrece el binomio de la prosperidad: Democracia y Mercado.

Somos muchos los ciudadanos que estamos observando los acontecimientos, solo falta que levantemos la voz para exigir un mejor liderazgo en medio de las aguas turbulentas que hemos querido atravesar. Este no es un momento para la pequeñez. ¡Es un momento para la Grandeza! Lampadia