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Inversiones protegidas

Inversiones protegidas

Por César Azabache Caracciolo
Para Lampadia

Queda un asunto confuso en la historia de la demanda de los US$ 1,200 millones que requiere explicación.

La primera reacción del Fiscal Vela y del gobierno cuando apareció el anuncio de la demanda de Odebrecht fue sostener que el caso ante el CIADI era inviable porque Odebrecht había entregado a la fiscalía una carta sobre el gasoducto aceptando ser responsable al menos de los pagos indebidos efectuados a un representante de su competencia y a un abogado externo asesor de Proinversión durante el proceso previo a la firma del contrato. Odebrecht ha reconocido que la carta existe. Sin embargo ha declarado que esa carta no le impide proceder. Desde su narrativa el caso del gasoducto no ha sido afectado por prácticas de corrupción.

En realidad Odebrecht hizo más que sobornar a las dos personas a las que se refiere la carta. Filtró fondos a la campaña de los dos candidatos a la presidencia que pasaron a segunda vuelta en el período en que se debía resolver la viabilidad del proceso y ocultó su relación con Graña y Montero para no incomodar a la señora Heredia, cuando el señor Humala era ya presidente de la República. La Fiscalía tiene testimonios que indican que esa intención de “no incomodar” a la señora Heredia podía tener relación con la forma en que ella misma estaba promoviendo su propuesta. Según diversos testimonios que la fiscalía tendría ya en su poder la señora Heredia impulsó, dirigió o intervino activamente en reuniones oficiales en la que se discutía el proyecto. La fiscalía investiga ahora mismo el sentido exacto de su intervención en esas reuniones, en dirección a probar que quien recibió los US$ 3 millones que Odebrecht entregó entre los años 2010 y 2011 interpuso luego sus influencias a favor de su propuesta.

Entonces desde más de un punto de vista esta es también una historia sobre corrupción, aunque las reglas legales aplicables (parece específicamente un caso sobre tráfico de influencias) no sean las mismas que aplican a otros casos.

Pero cuando tomamos esta dirección seguimos admitiendo, de una forma u otra, que la llave para revisar si la demanda de los US$ 1,200 es o no viable depende del sentido que le demos a la construcción “corrupción”.

Pregunté esta semana a varios expertos en arbitrajes sobre esto. Uno de ellos me explicó muy claramente que las competencias de los tribunales arbitrales del CIADI no se organizan conforme a esta construcción, sino por una distinta: “inversiones protegidas”. Este experto me explicó, documentos a la mano, que puede demandarse ante el CIADI protección para una inversión realizada siempre que cumpla dos requisitos: Que el demandante haya respetado las leyes del lugar en que se hizo la inversión y que se haya procedido de buena fe. Filtrar fondos lavados a dos candidatos a la presidencia, ocultar en el proceso la verdadera conformación del consorcio con que se ejecutará las obras, sobornar a un representante de la competencia y a un asesor de la entidad pública a cargo del concurso y obtener la influencia de un personaje tan cercano al gobierno como la señora Heredia son eventos que están muy lejos de permitir que Odebrecht pueda pretender siquiera que su inversión inicial en el gasoducto pueda ser considerada como una de las “inversiones protegidas” bajo las reglas del CIADI. La discusión sobre si estos eventos forman o no un caso de corrupción en algún sentido, entonces, puede no ser siquiera necesaria para estos fines. Hay una construcción distinta, más amplia que la de corrupción, que forma la llave de acceso a estos procesos. Y Odebrecht no puede usarla a su favor.

Por eso uno de los dos expertos que consulté encontró más que sensata la reacción del Ministerio de Economía y de la Comisión Especial al intento de Odebrecht por obtener una prórroga al plazo de la demanda. No tiene sentido discutir una prórroga para un caso que ni siquiera constituye una inversión protegida.

Desde esta lectura Odebrecht no tiene un caso en forma. Tiene una falsa escena construida para ganar las ventajas que le concede el tiempo y el enorme nerviosismo con que se procesan estas cosas entre nosotros.

Y vaya si viene pretendiendo obtener estas ventajas. En medio de la crisis Odebrecht envió una comunicación al Ministerio de Economía anunciando que están dispuestos (¡gracias!) a sostener una reunión para buscar una solución amistosa a sus diferencias con el Estado.

Por supuesto la Comisión Especial les acaba de responder rechazando la reunión y dejando en claro que para ellos, que están encargados del mundo de los arbitrajes y no de los asuntos de política interna, la carta de responsabilidad que entregaron a la fiscalía es una llave maestra que permitirá, temprano o tarde, ganar esa demanda.

Entonces la demanda de Odebrecht podría no generar una situación que nos quite el sueño en el mundo de los arbitrajes internacionales. Pero en el escenario interno, el que se forma por el difícil equilibrio que resulta de la ejecución del acuerdo de colaboración eficaz firmado en el verano de 2019 (el de los S/ 610 millones más intereses) crea una enorme dificultad. Una dificultad parcial porque compete a los aspectos civiles del acuerdo (la reparación a pagar) no a los penales (las evidencias por recibir). Pero un enorme problema. El anuncio del acuerdo ha puesto en evidencia que Odebrecht negoció el acuerdo y negoció la liberación del saldo excedente de la venta de Chaglla ocultando que tenia en cartera una demanda de esta envergadura. Sea viable o no en el mundo arbitral, el anuncio de la demanda que se ocultó rompe el equilibrio de los aspectos civiles del acuerdo y obliga a hacer una revisión al menos del cronograma de pago, de sus garantías y de la cobertura de la reparación acordada para casos como San José de Sisa y las filtraciones a la política, que aún no han sido reparados.

Entonces la mesa correcta para estabilizar este desorden no es la del MEF, sino la que aprobó el acuerdo del verano de 2019 y la liberación de los fondos de Chaglla. El anuncio de la demanda parece, de hecho, tener más efectos en el ambiente interno que rodea los aspectos civiles del acuerdo que en este otro en que se define la suerte de las demandas arbitrales. Lampadia




Realizaciones Empresariales

A principios de marzo pasado escribimos el análisis:  En defensa de las empresas – La inversión privada no es una fuerza invasora, en el que decíamos que:

En el Perú hemos dejado que las prédicas anti inversión privada, distorsionen el sentido común sobre los elementos fundamentales del desarrollo, y en vez de entender la importancia del mercado para el bienestar general (de la ‘mano invisible’ de Adam Smith), nos dejemos llevar por los cantos de sirena del poder del Estado para resolver las necesidades de los ciudadanos a espaldas, y hasta en contra del sector privado. Un nefasto intervencionismo de los políticos, que configura una suerte de ‘mano negra’, que pretende diseñar nuestras vidas.

En Lampadia, estamos comprometidos con: La defensa de la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad, así como con la promoción del Estado de Derecho y la meritocracia de los funcionarios públicos. En general, no nos ocupamos de casos de empresas individuales, pero la situación que estamos viviendo, nos lleva a ampliar nuestra cobertura de análisis. 

Hoy queremos compartir un video sobre Graña y Montero, una empresa que más allá de las investigaciones a las que está sujeta, ha desarrollado, a lo largo de su existencia, innumerables obras de primera calidad. Veamos: 




Dentro del remolino, ya no vemos la realidad

Dentro del remolino, ya no vemos la realidad

Desde hace un año, momento en el cual el gobierno de PPK comete uno de los peores errores de su gobierno, la dación del DU 003, nuestra sociedad se viene hundiendo en un remolino de confusiones, desde el que hemos perdido la capacidad de distinguir qué es bueno y qué es malo para el bienestar nacional.

El DU 003 se dio para manejar el escándalo de corrupción desatado en el Perú por las maniobras intervencionistas del presidente de Brasil, el líder de la izquierda de la región, y sus brazos empresariales, encabezados por Odebrecht.

Como hemos informado anteriormente, la muy incapaz ex ministra de justicia, Marisol Pérez, mal-aconsejó al gobierno de PPK, diseñando un instrumento que no solo ha ido paralizando la economía del país, también ha envenenado el alma de los peruanos, pues con el DU 003 en la mano, estamos culpando a todos, sin respetar la presunción de inocencia, ni las garantías constitucionales.

Solo anoche, la ex procuradora y actual congresista, Yeni Vilcatoma, con Mávila Huertas en Canal N, nos alertaba en términos exaltados, diciendo que estábamos perdiendo la capacidad de cobrar resarcimientos de las empresas corruptas.

Nunca se entendió, que para poder cobrar lo que eventualmente se determine correcto, a las empresas que sean encontradas como culpables en los procesos judiciales, lo último que debemos hacer es destruir la capacidad de generar riqueza de esas empresas, y destruir sus activos. Además, por supuesto, que, para resarcir al Estado de los daños causados, no podíamos destruir la capacidad productiva de una buena parte de las empresas peruanas y dejar sin empleo a cientos de miles de peruanos.

Pero todos estamos dentro del remolino, ya no distinguimos lo correcto ni lo conveniente. Pero alguien que llegó del exterior, descontaminado nos ha hecho reflexionar con mucha sindéresis. Veamos:

El último domingo, el programa ‘Rey con Barba’ invitó al periodista y empresario español, Román Cendoya y a Francisco Tudela, a comentar sobre la situación política y económica que estamos viviendo en el Perú.

Cendoya nos visita después de unos meses, no está dentro del remolino en que estamos todos en el país, libre de ese proceso en el que todos estamos inmersos, y que ya nubla nuestra visión de las cosas, y que nos lleva, poco a poco, a aceptar como normales, anomalías que en otras circunstancias serían rechazadas por todos.

Empezando el programa le preguntan a Cendoya: ¿Cómo has encontrado nuestro país? – “Mal, preocupante”.

Veamos algunos de los comentarios de Cendoya el domingo pasado:

  • Se ha instalado de manera permanente la violación constante de los derechos constitucionales.
  • El DU 003, después de su fecha de caducidad, se va a resolver con un ‘decreto de más urgencia’.
  • El DU 003 ha llevado a la quiebra a 450 empresas que no tenían nada que ver. Se ha roto la cadena de pagos. Tiene unas deficiencias absolutas.
  • ¿La ‘presunción de inocencia’?
  • En el nuevo decreto se establece que [las empresas] tendrán que depositar un fideicomiso (voluntario), si quieren trabajar. Y ¿si son inocentes?
  • La prensa está haciendo una función acrítica.
  • La presunción de inocencia está siendo violentada, el falso ‘club de los constructores’ es peligrosísimo.
  • Un funcionario de Odebrecht, colaborador eficaz, hace una declaración que exime a Odebrecht. Acá hay un club que no se sabe cuál es, ni cómo funciona, ni cuáles son los miembros.
  • Da la lista de 30 socios de Capeco.
  • La Fiscalía convierte a todas [las empresas] en culpables.
  • Es punible que se junten.
  • Y además dictan prisiones preventivas.

Aconsejamos ver el video de Willax:

Esperamos que todavía estemos a tiempo para detener este ‘todos contra todos’, que además de haber malogrado nuestra salud mental, está destruyendo nuestra economía. El remolino en el que todos hemos caído, no nos permite distinguir el camino de la sensatez. Hay tiempo para investigar, y para castigar a quién corresponda, pero no podemos seguir destruyendo todo, como si estuviéramos en una trampa demoníaca.

El Ejecutivo ha diseñado una nueva norma, que es muy superior al DU 003. Pero todavía está imbuida de un espíritu de resarcimiento ciego. Más adelante debiéramos mejorarla, pero hoy día no podemos evitar su implantación, a riesgo de profundizar la quiebra de una buena parte de nuestro sector productivo y condenar al Perú a una absurda recesión. Esperamos de Fuerza Popular un gesto de grandeza que muchas veces les ha sido esquivo.

Reflexionemos sobre las palabras de Román Cendoya. Lampadia

Ver en Lampadia:

DS 003 y PL 1410, despropósitos y pasiones

Y nosotros disparamos fuera del objetivo




DS 003 y PL 1410, despropósitos y pasiones

DS 003 y PL 1410, despropósitos y pasiones

Entre el rosario de errores del gobierno de PPK, destaca con luz propia, el manejo del escándalo de corrupción del Lava Jato, que ha terminado desprestigiando buena parte de nuestra clase política y, paralizando proyectos de inversión y operaciones empresariales, con gran impacto en la economía.

  1. Normativa y su evolución

Cuando estalló el escándalo, a fines de diciembre, 2016, el gobierno peruano entró en shock, sin saber qué hacer. (Ver referencia del despacho del Departamento de Justicia de EEUU). 

https://www.justice.gov/opa/pr/odebrecht-and-braskem-plead-guilty-and-agree-pay-least-35-billion-global-penalties-resolve

Un mes después, hace dos años en estos días (19/1/2016), en Lampadia publicamos, A grandes males, grandes remedios (sin matar al paciente):

“Los circuitos de corrupción empresarial y política organizados por el PT de Lula da Silva, Petrobras y Odebrecht más otras empresas constructoras brasileñas, han llegado a niveles insoportables para una sociedad que debe ir hacia la formación de instituciones sólidas y transparentes”. 

Entonces, nuestra principal recomendación fue “intervenir las empresas brasileñas involucradas en la acusación …”. El propósito era muy claro, velar por que los recursos de las empresas no se sifoneen a los accionistas comprometidos en las acusaciones y, preservar el aporte de trabajadores, proveedores y terceros (inocentes), cuidando la fluidez de la economía en su conjunto. Había que evitar que las eventuales intervenciones desordenadas de la Fiscalía, Poder Judicial, Procuradurías, Sunat, et al (al son de los acordes mediáticos y gritas de políticos fariseos), paralizaran empresas y proyectos.

Pero, el gobierno de PPK, presumiblemente por consejo de la entonces ministra de justicia (MPT), consideró que las intervenciones serían ilegales y diseñó el perjudicial Decreto de Urgencia 003. Este decreto, entre otras cosas, suspendía los pagos del Estado a dichas empresas, con lo cual se podía desequilibrar sus operaciones y proyectos. Un primer paso hacia el peligrosísimo corte de la cadena de pagos.

Sin una estrategia de intervención ordenada, se iniciaron acciones diversas acciones por parte de distintas entidades del Estado, como por parte de la Fiscalía, Sunat y otras, ahondando los impactos sobre la cadena de pagos. Además, se dificultaron las eventuales transferencias de activos y proyectos a empresas que no estuviera implicadas en las acusaciones, dañando el valor de importantes activos, con perjuicio para todas las partes.

Posteriormente, por ímpetus de algunos políticos, especialmente de Fuerza Popular y Acción Popular, se promueve la extensión del DS 003 a las empresas peruanas que se hubieran asociado con Odebrecht. Como resultado de esta iniciativa, en noviembre de 2017, el Congreso termina aprobando el Proyecto de Ley 1410, que modifica el DS 003, incluyendo en sus alcances a las empresas que se hubiesen consorciado con empresas como Odebrecht, con una participación mayor al 5% de los contratos.

Esto, entre una serie de otras disposiciones, impediría que estas empresas participen en proyectos del Estado, (llámese reconstrucción u otros), y también confiscaría las acreencias, que, por todo concepto, tuvieran con el Estado; incapacitándolas.

Lógicamente, el Ejecutivo se vio obligado a observar la ley, cosa que hizo el 18 de diciembre pasado; planteando aspectos constitucionales, legales, tributarios y económicos. Advirtiendo que se generaría la ruptura de la cadena de pagos y la paralización de proyectos de inversión por aproximadamente el 13% del presupuesto de inversiones del país.

El Congreso de la República entró en receso el pasado 12 de enero, sin haber debatido la eventual insistencia para la promulgación de la Ley 1410. Mientras tanto, la vigencia del dispositivo original, el DS 003, vencerá el 13 de febrero próximo. Úrsula Letona, presidenta de la Comisión de Constitución del Congreso, declaró al respecto, “Ojalá que el ejecutivo saque otro decreto de urgencia y modifiq1ue la norma ante la proximidad de su vencimiento y ante su inoperancia”. Por su lado, Víctor Andrés García (AP) y Jorge Castro (FA), propusieron un pleno extraordinario para que sea el Congreso, el que defina el tema.

2. Análisis conceptual

  • Normas Contra-Propósito

Como lamentablemente, se repite una y otra vez en el Perú, las disposiciones de muchas leyes y normas, son contrarias a sus enunciados. Veamos el caso del DS 003, del 11-2-2017:

Artículo 1.- Objeto

El presente Decreto de Urgencia tiene por objeto aprobar medidas que eviten la paralización de la ejecución de obras públicas o asociaciones público privadas y la ruptura de la cadena de pagos que ponen en grave riesgo el desempeño económico del país, (…).

¿Increíble no? El DS 003 originó todo lo contrario de su ‘objeto’.

  • Enfoque de las intervenciones del Estado

El Perú es un país pobre, que no ha podido acumular una masa suficiente de capital, para sustentar un mayor desarrollo.

Por ejemplo, en los procesos concursales ante Indecopi, toda la orientación normativa se dirige a cautelar a los acreedores (pasivos). Un país pobre debiera privilegiar la cautela de los activos, que son el medio para crear riqueza y prosperidad. 

En el caso del escándalo de Lava Jato, debieran, efectivamente, haberse asegurado, las acciones que permitieran la continuidad de operaciones de las empresas y el avance de los proyectos.

  • Cautela efectiva de los intereses del Estado

Un manejo inteligente del caso del Lava Jato, debía identificar la cautela de los siguientes objetivos:

  • Cuidar que los recursos vinculados a eventuales casos delictivos, no puedan ser retirados antes de la finalización de las investigaciones correspondientes y el establecimiento de responsabilidades y penas.
  • Evitar la pérdida de valor económico y/o de la capacidad de crear riqueza de las operaciones vinculadas a las acusaciones.
  • Evitar la pérdida de ingresos de los trabajadores y proveedores peruanos, vinculados a las operaciones en cuestión.
  • El caso del llamado ‘club de constructores’
    Cuidado con repetir los mismos errores. Seguir lineamientos anteriores.

Conclusión

Como recordó Julio Luque, en su artículo, El futuro de Graña y Montero, en marzo 2017, en Alemania, el Reino Unido y EEUU, varias empresas icónicas, como: Siemens, Walmart, Daimler, Glaxo, British Aerospace, Avon, ABB y Alcatel; fueron halladas culpables de corrupción y soborno de funcionarios estatales.

Sin embargo, luego de investigaciones serias, sin escándalos, todas fueron condenadas a pagar lo que establecieron las cortes, sin destruir la operatividad de las empresas.

En el caso que nos ocupa, tal vez podamos aún recuperar el tiempo perdido y enmendar la acción del Estado en sus diferentes estamentos.

Nuestro planteamiento: Cuando las investigaciones judiciales ameriten medidas cautelares y den origen a la apertura de procesos acusatorios, el Estado debe designar interventores en las empresas y proyectos que corresponda.

Función del interventor

Cautelar que los recursos de la empresa y/o proyecto se mantengan en el ámbito de sus operaciones, evitando que se canalicen a los accionistas de la empresas.

Invocación

Invocamos pues, al Estado a abstenerse  de las presiones mediáticas y a repensar la mejor manera de enfrentar los procesos del Lava Jato, vinculados a empresas y proyectos de inversión. Lampadia




Una entrevista que rompe con los mitos sobre los empresarios

Una entrevista que rompe con los mitos sobre los empresarios

Comentario de Lampadia

En el Perú tenemos la vocación de construir mitos y buscar siempre dónde está la trampita. Durante los últimos años ha mejorado mucho la imagen de los empresarios, pero todavía nos falta entender las características y cualidades de los empresarios modernos.

Hemos decidido republicar la entrevista que compartimos líneas abajo, pues Mario Alvarado respira la sencillez de un peruano comprometido con el trabajo que le tocó desempeñar y transmite entusiasmo por la vida y por su gestión.

Seguramente, las décadas de empobrecimiento que vivimos hasta el inicio de los años 90, nos llevaron a los peruanos a creer que la vida y el trabajo era un modelo ‘ganar-perder’. En un ambiente de escasez y de carencia de oportunidades, probablemente fue lógico que nuestro sentido común nos llevara a la desconfianza de los ciudadanos más exitosos.

Felizmente, los últimos 20 años en que aprendimos a crear riqueza y a apostar por el futuro, en que desarrollamos una importante clase media, años en los que no era raro escuchar que lo que sobraba eran recursos, nos hayan hecho entender que la vida es un proceso de suma y, que el modelo mental es más bien uno de ‘ganar-ganar’.

Todavía nos falta entender que en la aventura de la vida y el desarrollo estamos juntos todos los peruanos. Aún necesitamos fortalecer la confianza entre nosotros y en el futuro, creer en nuestras capacidades y, algo muy importante, participar en la vida nacional con sencillez, apertura y transparencia. Ver en Lampadia: Tres caminos al Bienestar General.

Líneas abajo compartimos la entrevista de Portafolio:

“Siempre he sido ejecutivo. Mi reto hoy es ser más pensante”

“No soy usted, soy Mario”, interrumpe el gerente general corporativo de Graña y Montero. Un entrevistado que corre tabla, viaja en metro y aún no termina de aprender cómo usar su Apple Watch.

Entrevista de Gonzalo Carranza a Mario Alvarado

Gerente General Corporativo del Grupo Graña y Montero

El Comercio – Portafolio, 10 de enero de 2016

 

¿Cómo es tu agenda?

Te voy a responder por hoy, que no es lo mismo que hace cuatro o cinco años. Trato –y la palabra ‘trato’ es muy importante porque no siempre puedo– de trabajar una cantidad determinada de horas al día. Antes trabajaba 12 horas diarias, incluso venía los sábados, pero ya no.

Tengo como gerente del grupo 18 años y últimamente ha bajado la cantidad de tiempo que dedico a trabajar. Uno va ganando credibilidad, confían más en uno y necesitas menos esfuerzo para sacar adelante muchas cosas. Entonces, te diría que hoy trabajo menos y también está cambiando el tipo de cosas que hago. La mayor parte del tiempo que paso en la oficina estoy en reunión con alguien, discutiendo cosas. Y ahora leo el periódico en las mañanas, concentrado, después de hacer deporte, en mi casa. Hace un buen tiempo que no lo leo en físico, sino que lo hago en el iPad. Otra cosa que he hecho a propósito es comprarme esta cosa [muestra su Apple Watch], que no me gusta y que tengo que aprender a usarla. ¿Por qué uno se obliga a hacer esto? Porque tiene que estar al día.

¿Cómo es tu relación cotidiana con tus reportes?

Por mail, por WhatsApp, por todas las vías. Es muy importante para eso que el diseño de las oficinas ayude, que haya puntos de reunión.

¿Cuánto tiempo pasas dentro de tu oficina?

Ahora casi todo el tiempo estoy dentro de mi oficina, pero sé que está mal. Estoy tratando de cambiarlo y de salir más. En una remodelación reciente hicimos más chicas las oficinas y las volvimos transparentes.

¿Cómo es tu relación con el directorio actual?

Es buenísima. Hemos tenido una suerte enorme, es un directorio involucrado, fluido y sofisticado. Ir al directorio tiene que ser un reto intelectual.

¿Qué decisión te ha marcado más en estos 18 años al frente de la empresa?

Es una pregunta difícil. La crisis que comenzó en 1999 fue muy dura. Ahí envejecí mucho. Tenía mucho que coordinar con Europa, entonces debía trabajar de día y de noche. La compañía estaba bien, pero cuando las entidades financieras están mal, te cierran todas las líneas [de crédito]. El episodio terminó el 2003, cuando emitimos unos bonos titulizados y comenzamos a crecer muchísimo. Tengo un montón de cicatrices, pero esa es profunda. En el lado positivo, las personas me han marcado mucho. Que sean tan dedicadas, tan ‘camiseta’, te juro que te conmueve.

Y ahora que se vive un momento de austeridad y disciplina, ¿qué es lo que más duele?

Las personas. Es una compañía muy grande y hay áreas que deben reducirse.

¿Quiénes o qué cosas son tus “cables a tierra”?

Lo primero es burlarte de ti mismo. Aquí todo el mundo se burla sin agresividad. Se maneja bien el equipo gerencial. La realidad también te obliga a estar atento, porque te das cuenta de que te descuidas, y te agarra.

El reto para mí ahora es pasar a ser una persona mucho más pensante que actuante. Siempre he sido muy ejecutivo, rápido, agresivo, empujador. Antes tenía arriba de mí, como presidente ejecutivo, a José Graña, que es muy pensante. Pero él ya se jubiló. Entonces mi rol ahora debería ser más pausado.

¿Has tenido mentores en estos años?

Sí, y también –perdona la palabra horrible, pero es la única que hemos encontrado– ‘mentorizados’. El principal mentor es José Graña, y antes que él, mi padre.

¿Trabajaste con tu padre?

Es una historia curiosa. Él tenía una empresa constructora, pero nunca trabajé con él. Entré a Graña y Montero como practicante hace 35 años, porque era considerada la mejor escuela. Y cuando yo ya trabajaba acá, mi padre vendió su compañía. Pasó el tiempo y cuando tenía 29 años –era un chiquillo, pero tenía tiempo trabajando y había manejado la primera parte del proyecto Camisea–, surgió la oportunidad de montar una empresa nueva dentro de Graña y Montero. Le dije a José Graña que quería traer de socio a mi padre y él aceptó. Recién trabajé con él después de todo ese tiempo.

También es curioso que hayas llegado de practicante a gerente general.

Hoy día ya no se puede, pero yo era el último en el colegio y también soy disléxico. No podía con esa disciplina de la enseñanza antigua que te obligaba a que aprendas cosas sin sentido. Hasta que un día cambié, le empecé a encontrar sentido a las cosas y ahora soy completamente al revés: me he vuelto un fanático del conocimiento. Tenemos la academia GyM, por ejemplo. Me encanta que la gente estudie, que aprenda, que lea y que analice.

¿Cómo te relacionas con los más jóvenes, que tienen la tendencia de ir probando diferentes trabajos?

Yo no he cambiado [de trabajo] por una sencilla razón: este ha sido fascinante. Todo lo que hago me apasiona. No solo en esto, también en los deportes y en otras cosas.

¿Qué deportes practicas?

¿Por dónde empiezo? Tabla. También vela y bicicleta de montaña.

¿Hay alguna relación entre esos deportes y tu vida profesional?

Siempre te dan un enfoque diferente. El deporte más bonito que he hecho en mi vida es la tabla. He corrido con mi hijo muchos años hasta que ya no me dio el cuerpo para correr las mismas olas que él. Sigo corriendo, pero ahora también me dedico más a la vela.

¿Qué indicador no puedes dejar de ver diariamente?

Hay uno que veo todos los días: cuántas personas han subido al metro y a cuántas estaciones hemos llegado con alguna impuntualidad. Todos los días recibo un e-mail con ese indicador.

¿Y por qué?

Nosotros tenemos una cultura de cumplimiento y cuando tomamos el metro, que es parte del transporte público donde todo es incumplido, vimos que la puntualidad era muy importante. Tenemos una obsesión con que el metro llegue a cada estación a la hora precisa.

¿Los has usado?

Claro, pero me pasan la voz cuando puedo entrar. Es increíble la cantidad de gente que lo usa, tenemos que aumentar la flota. Pero en mi caso, es horrible subirme, porque apenas lo hago, me ven mayor y me ceden el asiento [risas].

Pensé que veías a diario el precio de la acción.

Pensé que me preguntarías por el precio de la acción.

¿Lo ves?

Sí, también lo veo todos los días, pero lo dijimos cuando salimos a la Bolsa de Nueva York: nuestra visión del negocio es de muy largo plazo.

¿Han pensado en recomprar acciones?

He estudiado el tema y lo he llevado dos veces al directorio. Pero la mejor respuesta es la que da Warren Buffett: necesitas dos condiciones para tomar esta decisión. Una es que tu acción esté muy barata, y la nuestra lo está. Pero la otra es que no necesites el capital para proyectos de mediano plazo, y nosotros sí lo necesitamos. Hoy tenemos muchos proyectos por delante. Lampadia

 

 




Buena señal para recuperar la confianza

Buena señal para recuperar la confianza

Una buena noticia por dónde se la vea: El viernes 12, Perupetro anunció que Graña y Montero Petrolera (GMP) se encargará de las operaciones de los lotes III y IV de Talara por los  próximos 30 años tras adjudicarse la buena pro en el proceso de concesión que se llevó a cabo.

El Gerente general de Graña y Montero, Mario Alvarado y el presidente ejecutivo de GMP, Francisco Dulanto, señalaron que invertirán unos US$ 600 millones para desarrollar estos lotes. Las operaciones comenzaran en abril del 2015, cuando venza la cuestionada ampliación del contrato que Perupetro suscribió con la empresa de capitales noruegos, Interoil.

Esta es una excelente noticia. Primero, porque se empiezan a realizar concesiones en un sector que es vital para el desarrollo del país, a pesar de que los precios del petróleo vienen descendiendo dramáticamente (menos de sesenta dólares el barril). Segundo, porque una empresa peruana (GMP) empieza a destacar en este rubro. Tercero, porque los compromisos asumidos permitirían duplicar la producción de estos lotes. GMP desarrollará 23 pozos anuales a lo largo de 10 años en el lote III  y 33 en el lote IV. Es decir, 560 nuevos pozos en total.

En los próximos días Perupetro anunciará un nuevo proceso para concesionar otros 7 lotes petroleros en la selva. Lampadia