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Think Tank chileno por adentro

El Centro de Estudios Públicos (CEP), el think tank más importante de Chile se acomoda a los nuevos tiempos en palabras de su Director, Leonidas Montes.

Como hemos comentado anteriormente, la sociedad chilena apuesta por crear su futuro apoyando el desarrollo de think tanks y centros de difusión de ideas, desde hace muchos años. Por ejemplo, el CEP ya tiene 40 años, y tiene la capacidad de multiplicar sus esfuerzos para, como dice su director: “INFLUIR”.

Este gran desarrollo de nuestros vecinos es una de las grandes carencias del Perú. Acá la clase dirigente se sienta en sus balcones a esperar que las cosas se den solas.

Pero la vida no es así. Una sociedad no puede descuidarse nunca sobre el devenir. El Reino Unido se descuidó, y zas, Brexit. EEUU se descuidó y se ganó con Trump. Hace pocos años Chile se descuidó y tuvieron un desastroso gobierno de Michelle Bachelet.

A nosotros nos pasó lo mismo el 2011, un gran descuido y nos ganamos a Humala con el nacionalismo tibio que inició la reversión de las políticas públicas que nos permitieron pasar de ser un Estado Fallido el 90, a ser una estrella internacional, con menos pobreza, menos desigualdad, crecimiento económico, clase media, inversiones record y la mejora de todos los indicadores sociales.

Lamentablemente, hasta ahora no enmendamos la plana a la mediocridad del gobierno de Humala, y ya nos estamos olvidando que al Perú le puede ir muy bien.

Veamos que hacen en Chile:

CEP renueva equipos y busca “ser un referente para los jóvenes”

Foto: Claudio Cortés

“Apertura” es la palabra clave para el director del centro.

Entrevista de Jéssica Henríquez D. a Leonidas Montes, Director del CEP

¿Tú conoces lo nuevo del CEP?

La pregunta con que Leonidas Montes invita a recorrer los tres pisos y el subterráneo de la casona de Monseñor Sótero Sanz —que alberga al Centro de Estudios Públicos desde hace 14 años— puede ser interpretada de dos maneras: Respecto de la remodelación física de los últimos meses, o por las modificaciones de contenidos y de equipos que vive el think tank, que el próximo año cumplirá 40 años de existencia.

Y son ambas cosas, según lo detalla Montes, quien desde que llegó a dirigir el centro —hace un año y tres meses, luego de la salida de Harald Beyer— busca imprimirle “más transparencia y apertura” al centro de estudios.

Lo primero que hizo fue abrir la fachada. Todo un símbolo. “¿Te acuerdas cómo era la entrada? Sacamos todo el latón negro (que tapaba la vista) y ahora esas puertas (la de entrada y el portón) están siempre abiertas. ¿¡Qué!? ¿Qué puede pasar? ¿Me van a robar un paper?”, pregunta desafiante. “Somos un centro de estudios públicos. Hay que hacer honor al nombre”, agrega.

En diez minutos sube y baja escaleras para mostrar la nueva cara del lugar. La cocina (en el mismo espacio) ahora luce relucientes cerámicas blancas en sus muros y modulares muebles café. El estar, ubicado a la entrada de la casona, fue ampliado y decorado con modernos y amplios sillones negros de cuero que invitan a conversar. En el subterráneo, donde había solo una bodega, hay además una serie de luminosas oficinas y un espacio para tomar café para los investigadores. Y en los estacionamientos se instaló un bicicletero «para gente joven».

“Marcar la agenda no es fácil”

—¿Renovación? 
—Harto cambio, sí. Aunque el CEP no es de muchos cambios. Es que el año pasado se celebraban los 200 años de Marx, entonces había que mejorar las condiciones materiales… Y este año, bueno, la superestructura. Esto tiene un plan estratégico, que responde al desafío de todos los think tanks del mundo: influir.

—¿Y cuánto influye el CEP? ¿Influye más que los otros think tanks chilenos?
—Es difícil dimensionar la influencia. Acabamos de llegar de Londres con Juan Obach (presidente del consejo directivo). Estuvimos visitando cinco días ocho think tanks ingleses para establecer networks y ver cómo ellos están enfrentando los mismos desafíos, cómo adaptarse a los nuevos tiempos. Queremos aprender de distintas estrategias y gobiernos corporativos. Ver cómo lo hacen donde todo, incluyendo la política, es más o menos cuántico. La agenda es muy volátil. Hoy día orientar la discusión pública, que era el objetivo del CEP en el siglo XX, no es tan fácil.

—Antes los políticos marcaban la agenda y ahora tratan de subirse a la agenda. ¿Le pasa también al CEP? 
—No, porque no estamos en la contingencia. Tenemos una mirada más a largo plazo. Nuestros proyectos si se demoran uno o dos años, no nos importa. Medir la influencia es algo con lo cual los centros de estudios no se deben obnubilar, porque muchas veces la influencia es intangible. Y esta discusión también está en los centros de estudios de Estados Unidos, donde pretendemos ir el próximo año a hacer la misma ronda. Desde el mundo de los técnicos o empresarios es difícil entenderlo, porque ellos quieren ver cifras concretas. Recuerda que en noviembre el CEP trajo a Chile a Peter Sloterdijk, uno de los filósofos contemporáneos más importantes. Llegaron más de mil personas a sus actividades. “Para mí es una influencia intangible. Más allá de cuánta gente vino a verlo, ¿fue un gran aporte? Claramente sí. Entonces, ¿cómo medir la influencia del CEP? ¿Por la cantidad de veces que sus investigadores van a una comisión al Congreso? Eso se puede medir, pero no es todo. Es como en la economía: el crecimiento económico no es todo”.

—¿Están satisfechos con el nivel de influencia que tienen? 
—Uno nunca está satisfecho, siempre quiere más. Pero veamos lo que tenemos. La revista Estudios Públicos es influyente. Es notable que desde 1980 se venga publicando rigurosamente cada 3 meses. Tenemos los seminarios. Hacemos 70 al año. Y está la encuesta CEP. Tenemos una institucionalidad muy sólida que nos permite trabajar nuestros proyectos sin premuras, con actitud reflexiva. Pero hay algo más que la participación en la gestión de propuestas de políticas públicas. Dice que lo que ha marcado al CEP “es traer gente que nos hace pensar, que nos provoca. De alguna manera es parte del rol que tiene que tener un centro de estudios públicos”. En agosto traerán a Ha-Joon Chang, “el economista heterodoxo más importante del momento, que es como el ídolo del Frente Amplio. Y va a venir al CEP. Porque ser liberal es ser abierto a distintas ideas. No porque uno piense distinto, no va a poder conversar con ese otro. Ese es nuestro valor”.

Apuntando a los jóvenes

—Han apostado fuerte por las redes sociales, sus conferencias ahora están en streaming , tienen cápsulas promoviendo sus actividades… 
—Todo eso busca que el CEP sea un referente para los jóvenes. En una época la gran ventaja competitiva del CEP era que los jóvenes llegaban acá, y hoy vemos que es más difícil llegar a los jóvenes profesionales, a los universitarios y a los colegiales. Hay que buscar eso. Pero además queremos abrirnos al mundo internacional, tener internship (pasantías), traer buenos investigadores jóvenes del extranjero que pasen un tiempo acá e interactúen con nuestros millennials, que hagan trabajos en conjunto.

—Además están en un trabajo colaborativo con los otros centros de estudio chilenos: Chile 21, Espacio Público y Libertad y Desarrollo. 
—Eso partió por el proyecto de modernización del Estado. Trabajamos de manera consensuada y entregamos las recomendaciones al presidente Piñera. Y para seguir con esa agenda, se necesitaba hacerlo con los otros think tanks. En políticas públicas nunca vamos a estar de acuerdo todos en todo. Es natural que haya que conversar, persuadir y llegar a consensos donde cada uno tiene que renunciar a algo. Si estamos los cuatro think tanks, si está Chile 21, si está Libertad y Desarrollo, si está Espacio Público y estamos nosotros, hay cierta base de consenso técnico que le permite al mundo político decir: «Oye, sabes que esto parece ser sensato». Sobre todo en un escenario en que la política está bastante alejada de la realidad ciudadana y de los consensos.

—Han entrado en temas nuevos: ciudad, inmigración… 
—Tenemos unos seminarios sobre ciudad en conjunto con Arquitectura de la Universidad Católica. Y ahora vamos a empezar a trabajar proyectos relacionados con descentralización fiscal. El año pasado partimos con un proyecto en que el participaron todos los investigadores del CEP sobre inmigración en Chile. Esperamos lanzarlo pronto. Son 10 capítulos.

Glosado

Lampadia




No demos otro cheque en blanco

Hace un año, una vez elegido como Presidente de la República, PPK recibió un amplio apoyo de los analistas económicos, de los representantes del mundo empresarial y de los medios de comunicación de Lima, configurándose la promesa de un gran gobierno.


Fuente: Peru21

Lamentablemente, la dura prueba de la realidad, nos trajo un año de muchos problemas y frustraciones. Ahora, después del discurso del Presidente en el Congreso, se ve otra vez, una tendencia a dar un cheque en blanco al gobierno, cuando lo que debiéramos hacer es comprometernos con una mayor acción cívica, planteando soluciones y criticando desaciertos, como lo ha pedido el propio Presidente: “Confiemos en nuestro futuro. No dejemos de criticar las limitaciones del presente, pero hagámoslo con espíritu constructivo y siempre con propuestas”.

Ese es y siempre ha sido el espíritu de Lampadia. Llámennos la atención, cuando no lo hagamos así.

Nuestra visión del 2016

Entre los temas de mayor impacto tenemos:

  • La ‘mala lectura del gobierno de Humala’ o pésimo diagnóstico de la situación del Perú, después de cinco años del nacionalismo expresado en un proceso de transferencia irresponsable, conducido por Mercedes Araoz, segundo vicepresidente del país. Algo que solo  ahora, a un año de la toma de mando, se reconoce en boca del mismo PPK. La consecuencia más grave de ello, es el haber perdido la oportunidad de explicar a los ciudadanos los errores cometidos y sus consecuencias.
  • El ‘niño costero’, un shock externo, que no fue resultado de una acción del gobierno, que nos trajo terribles desgracias personales e inmensos costos económicos.
  • El escándalo del ‘Lava Jato´; qué si bien apareció como un huracán con las denuncias de corrupción económica y penetración política en la región, por parte de Lula da Silva y sus brazos empresariales (Odebrecht et al); el manejo del tema por parte del gobierno, sin saber cómo reaccionar, ni qué medidas tomar, determinó la parálisis de innumerables proyectos de inversión, empresas y el riesgo de la ruptura de la cadena de pagos en la economía. (Ver en Lampadia: A grandes males, grandes remedios (sin matar al paciente)).
  • El ‘Friaje de Thorne’, de entera responsabilidad del gobierno, como acaba de reconocer Fernando Zavala, “El último trimestre del año pasado, el MEF hizo un ajuste que, viéndolo hacia atrás hoy, no se debió hacer”. Pero que, sin embargo, no reconoce el presidente PPK, como lo expresó con claridad, días antes del discurso del 28. Este recorte fiscal, al inicio de un gobierno, con una economía débil, fue  un error mayúsculo que hizo colapsar la demanda interna.
  • El ‘enfrentamiento político’ entre el Ejecutivo y el Congreso propiciado por el presidente PPK desde el inicio de su gobierno: “Les pido que hagamos una alianza [con los gobiernos regionales y municipales]. Una alianza cuyo eco llegue hasta al Parlamento. Esto por supuesto, originó una reacción equivalente y muchas veces negativa desde el Congreso controlado por Fuerza Popular.

Además de estos sucesos, el primer año de gobierno de PPK estuvo signado por una falta de liderazgo y capacidad de propuestas para enmendar tantos desaciertos acumulados durante los últimos años.

Lo positivo del discurso de PPK

Aspectos que debemos destacar:

  • El homenaje a los sacrificados y efectivos funcionarios del Estado que dieron todo de ellos para paliar la desgracia que nos trajo el ‘niño costero’, y el reconocimiento del apoyo del sector privado. Hace algunos días, describiendo el esfuerzo desplegado en la crisis, el Comandante General de Operaciones del Pacífico, Vice-Almirante de la Marina de Guerra, Fernando Cerdán, dijo: “Por algún tiempo fuimos una Gran Nación”.
  • Las disculpas del presidente por haber subestimado los esfuerzos para superar los problemas que tuvimos que enfrentar.
  • La oferta de promover los proyectos de inversión.
  • Los proyectos de ley para la Autoridad de Transporte, el CNM, obtención de predios para los proyectos, tratamiento de aguas y desechos, etc.
  • El planteamiento de una legislación laboral pro-empleo.
  • El reconocimiento de que en los últimos años “perdimos el camino al progreso”.
  • La explicación de lo que podemos aprender de Canadá, Singapur, Australia y Nueva Zelanda, recientemente invitados como asociados de la Alianza del Pacífico.
  • La contundente condena al régimen chavista de Venezuela y el compromiso del Perú con los venezolanos.
  • La apertura de acciones hacia el Bicentenario.
  • El compromiso con mantener abierto el diálogo político.

Es evidente que en los discursos de Fiestas Patrias no se pueden tocar todos los temas, pero en este caso llama poderosamente la atención, que no se hayan mencionado los conflictos socio-políticos vinculados a la minería y el turismo, ni los desmanes de los huelguistas, hechos en nombre de los maestros y los médicos. Reiteramos nuestra crítica al Ministro del Interior, que ha dejado avanzar la violencia sindical más allá de los límites aceptables.

A pesar del mal primer año de gobierno y de algunas observaciones sobre su enfoque, persistimos en nuestra visión positiva del Perú, que en esencia es prácticamente infinito en posibilidades de desarrollo para todos los peruanos. Lampadia

 




Se acabó la disculpa: La economía mundial se recupera

El mundo ha entrado en un período de mayor incertidumbre política, sin embargo, el impacto en el crecimiento económico global parece estar mejorando. La economía estadounidense probablemente verá un alza moderada en la confianza empresarial y posiblemente algún alivio fiscal en el 2017, pero este no es el único escenario positivo en el panorama. Europa y Japón también están experimentando una dinámica interna de crecimiento más fuerte.

Según un reciente análisis de The Economist (compartido y traducido líneas abajo) y su análisis ’La economía mundial se está recuperando’, los manufactureros a nivel mundial tuvieron su mes más activo en casi seis años, basado en el Índice de gestores de compras de JPMorgan, el nivel más alto en más de seis años.

La importancia de este indicador se debe a que aunque la fabricación representa menos del 20% de la economía en varias economías clave como Estados Unidos y Gran Bretaña, sigue siendo un componente importante y puede a menudo apoyar a las industrias de servicios.

The Economist cita a Manoj Pradhan, de Talking Heads Macro, una firma de investigación, quien afirma que “La amplitud de la mejora (desde Asia hasta Europa y América) hace que haya una mayor probabilidad de un crecimiento sostenido. Una amplia tendencia es un buen indicador de una tendencia establecida”.

En el Perú, en los últimos tiempos, desde que perdimos el impulso hacia el crecimiento el 2011, se le ha echado la culpa de nuestro de menor crecimiento, a la economía global y a la caída de los commodities. Siempre tratamos de contradecir ese relato que tapaba la mediocridad del manejo económico, pero entre políticos, periodistas y economistas, empedraron el camino por el que abandonamos el crecimiento.

Lo precios de la materias primas bajaron, pero el Perú es un productor de costos bajos. La verdad es que el Perú dejo de crecer, en gran medida, por la invasión del aparato estatal por parte de las huestes de las izquierdas que se auparon al gobierno de Humala, bajo la dirección de su primer ministro, el ubicuo Salomón Lerner Ghitis. Sorprendentemente, buena parte de ellos sigue formando parte de la burocracia del Estado, algo especialmente dañino en el actual gobierno, que estaba llamado a corregir los entuertos del anterior.

Además de la ideología, el otro factor que paró el crecimiento del país, fue la parada en seco de la inversión minera, como producto de los conflictos (político) sociales. Ver en Lampadia: Lampadia presentó su primer libro.

Ahora debemos retomar la senda del crecimiento. Necesitamos generar recursos para sobreponernos a las desgracias de los huaycos y cerrar las brechas económicas y sociales que siguen afectando a muchos peruanos. Debemos fomentar la inversión privada en minería, explicando al país los traicioneros infundios con los que se la debilitó. Lampadia

En aumento
La economía mundial disfruta de un repunte sincronizado

La última década ha estado marcada por una serie de falsos amaneceres económicos. Esta vez se siente realmente diferente.
Fuente: The Economist

The Economist
18 de marzo de 2017

Los ciclos económicos y políticos tienen el hábito de estar fuera de sincronía. Simplemente pregúntele a George Bush, quien perdió las elecciones presidenciales en 1992 porque los votantes lo culparon por la recesión. O el canciller Gerhard Schröder, abandonado por los votantes alemanes en 2005 después de imponer reformas dolorosas, sólo para ver a Angela Merkel cosechar los frutos.

Hoy, casi diez años después de la crisis financiera más severa desde la Gran Depresión, por fin está en marcha una amplia expansión económica. En América, Europa, Asia y los mercados emergentes, por primera vez desde un breve repunte en 2010, todos los quemadores están funcionando a la vez.

Pero el humor político es agrio. Una rebelión populista, alimentada por años de lento crecimiento, todavía se está extendiendo. La globalización está en desuso. Un nacionalista económico se sienta en la Casa Blanca. Esta semana todos los ojos estaban en las elecciones holandesas con Geert Wilders, un ideólogo islamofóbico holandés [que perdió las elecciones].

Esta disonancia es peligrosa. Si los políticos populistas ganan el crédito por una economía más floreciente, sus políticas ganarán credibilidad, con efectos potencialmente devastadores. Mientras un esperado repunte eleva los espíritus y extiende la confianza, la gran pregunta es: ¿qué hay detrás de ello?

Todos juntos ahora
La década pasada ha estado marcada por falsos amaneceres, en los que el optimismo al comienzo de un año se ha deshecho –ya sea por la crisis del euro, oscilaciones en los mercados emergentes, el colapso del precio del petróleo o temores de un colapso en China–. La economía de Estados Unidos ha seguido creciendo, pero siempre con vientos en contra. Hace un año, la Reserva Federal esperaba elevar las tasas de interés cuatro veces en 2016. Las debilidades globales lo impidieron.

Ahora las cosas son diferentes. Esta semana, la Fed elevó las tasas por segunda vez en tres meses, gracias en parte al vigor de la economía estadounidense, pero también por el crecimiento en todas partes. Los temores sobre la sobrecapacidad china y la devaluación del yuan han retrocedido. En Japón, en el cuarto trimestre, el gasto de capital creció a su ritmo más rápido en tres años. La zona euro ha cobrado velocidad desde 2015. El índice de confianza económica de la Comisión Europea está en su nivel más alto desde 2011; el desempleo en la zona euro está en su nivel más bajo desde 2009. 

Las campanas de la actividad global se ven también con entusiasmo. En febrero, Corea del Sur, un referente del comercio mundial, registró un crecimiento de las exportaciones superior al 20%. Los fabricantes taiwaneses han registrado 12 meses consecutivos de expansión. Incluso en lugares acostumbrados a la recesión lo peor ha terminado. La economía brasileña ha estado contrayéndose durante ocho trimestres, pero, con las expectativas de inflación domesticadas, las tasas de interés ahora están cayendo. Es probable que Brasil y Rusia añadan crecimiento al PBI mundial este año, en lugar de restarle. El Instituto de Finanzas Internacionales estima que en enero el mundo en desarrollo alcanzó su tasa de crecimiento mensual más rápida desde 2011.

Esto no quiere decir que la economía mundial ha vuelto a la normalidad. Los precios del petróleo cayeron un 10% en la semana hasta el 15 de marzo por renovados temores de exceso de oferta; una caída sostenida perjudicaría las economías de los productores más de lo que beneficiaría a los consumidores. La acumulación de la deuda de China es una preocupación perdurable. El crecimiento de la productividad en el mundo rico sigue siendo débil. Fuera de Estados Unidos, los salarios siguen creciendo lentamente. Y en Estados Unidos, la creciente confianza empresarial aún tiene que traducirse en una creciente inversión.

La apertura de la recuperación exige un acto de equilibrio. A medida que suben las expectativas de inflación, los bancos centrales tendrán que sopesar la presión de endurecer la política contra el riesgo de que, si van demasiado rápido, los mercados de bonos y los prestatarios sufran. Europa es especialmente vulnerable, porque el Banco Central Europeo está alcanzando los límites legales del programa de compra de bonos que ha utilizado para mantener el dinero barato en economías débiles.

El mayor riesgo, sin embargo, son las lecciones políticas. Donald Trump está rezando sus propias alabanzas tras los últimos números de empleos y confianza. Es cierto que el sentimiento bursátil y empresarial se ha disparado por las promesas de desregulación y un impulso fiscal. Pero las afirmaciones de Trump de haber creado mágicamente empleos son pura fanfarronería. La economía estadounidense ha añadido empleos durante 77 meses seguidos.

Sin Keynes no hay ganancias

Lo más importante es que el auge no tiene nada que ver con el nacionalismo económico del “America Primero” de Trump. De todos modos, el auge mundial reivindica a los populistas que hoy los expertos a menudo critican. Los economistas han sostenido durante mucho tiempo que las recuperaciones de las crisis financieras tardan mucho tiempo: las investigaciones sobre 100 crisis bancarias de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff de la Universidad de Harvard sugieren que los ingresos vuelven a los niveles previos a la crisis sólo después de ocho largos años. La mayoría de los economistas también argumentan que la mejor manera de recuperarse después de una crisis de deuda es limpiar los balances rápidamente, mantener la política monetaria suelta y aplicar estímulo fiscal siempre que sea prudentemente posible.

La recuperación de hoy confirma la prescripción. La Fed fijó las tasas de interés en el piso hasta que el pleno empleo estaba a la vista. El programa de compra de bonos del BCE ha mantenido en niveles tolerables los costos de endeudamiento en los países propensos a crisis, aunque el acento de Europa sobre la austeridad, recientemente relajado, hizo que el trabajo fuera más difícil. En Japón, las subidas del IVA han reducido los avances previos; esta vez el gobierno sabiamente ha diferido un aumento hasta por lo menos 2019.

Con todo, un respaldo a políticas económicas populistas favorecería a los partidos insurgentes en países como Francia, donde la líder de extrema derecha Marine Le Pen está en buena posición para ganar la presidencia. También favorecería políticas erróneas. Los recortes de impuestos propuestos por Trump impulsarían a una economía que ahora menos necesita apoyo –y complican la tarea de la Fed–. Fortificados por la creencia errónea en su propia visión del mundo, los proteccionistas de la administración podrían instar a Trump a abandonar la infraestructura de la globalización (eludiendo a la Organización Mundial del Comercio en la persecución de sus quejas contra China), arriesgando una guerra comercial. Un derroche fiscal en el país y un dólar más fuerte ampliaría el déficit comercial de Estados Unidos, lo que podría fortalecer su mano. Los populistas no merecen crédito por la mejora. Pero todavía podrían arrebatárnosla
Lampadia

Para sustentar los mensajes de The Economist, compartimos abajo los cuadros de su segundo artículo ‘La economía mundial se está recuperando’: