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Acerca de la crisis del Ministerio Público

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de mayo de 2019
Para Lampadia

“El personal trabaja en condiciones inhumanas”. “Se gana lo mismo y se trabaja día y noche”. “El Ejecutivo debe entender el sacrificio y esfuerzo que realizan”. “Nosotros estamos afrontando una crisis porque tenemos una insuficiencia de personal fiscal que no puede abastecerse respecto a las necesidades urgentes de los casos que manejamos”. “El Ministerio Público tiene una serie de restricciones dentro del ejercicio de sus tareas”.

Los entrecomillados del párrafo anterior son expresiones del Fiscal Rafael Vela, coordinador del equipo especial del caso Lava Jato. Más claro… ni el agua. La situación de la Fiscalía es crítica.

No se trata de echar más leña al fuego. Pero en mi opinión, el Ministerio Público es – en parte – responsable de su propia crisis. En Ica – por ejemplo – cualquiera puede denunciar a cualquiera por cualquier motivo. Y la Fiscalía – permisivamente – tramitará todas las denuncias… tengan o no sustento legal.

El problema es que la mayoría de las denuncias que se presentan ante el Ministerio Público no tienen sustento legal. O peor aún, son denuncias maliciosas. Es decir, denotan mala intención de parte de los denunciantes.

Ese es el caso de varias denuncias en mi contra, y otras parecidas contra otros funcionarios probos que colaboraron en mi gestión como Gobernador Regional. El hecho es que las denuncias se están archivando, una a una. La pregunta es ¿por qué la Fiscalía no sanciona a los denunciantes maliciosos?

Todo el mundo lo sabe. El Ministerio Público está atiborrado de ese tipo de denuncias. Denuncias que congestionan innecesariamente el trabajo de los fiscales, y que – tarde o temprano – se van a archivar. O sea, todo por las puras.

Por un lado, necesitamos un Ministerio Público autónomo que defienda la legalidad y los intereses públicos, sin injerencia de ningún otro poder del Estado. Una Fiscalía que combata la corrupción con eficiencia y firmeza. Sin embargo, por otro lado, gente inescrupulosa – muchas veces corrupta también – sobrecarga maliciosamente al Ministerio Público con denuncias que no tienen sustento alguno.

Insisto. ¿Por qué la Fiscalía no denuncia a los denunciantes maliciosos? Más aún, cuando – según el propio Fiscal Vela – “los fiscales están trabajando en condiciones inhumanas”. ¡Quién entiende a la Fiscalía!

Para aquilatar la gravedad del problema, sería bueno que el Ministerio Público informe acerca del número de denuncias sin sustento que hayan sido archivadas en los últimos años. A ese respecto, estoy seguro de que se trata de una cifra enorme. Pues bien, todas esas denuncias nunca debieron llegar a la Fiscalía. O en todo caso, nunca debieron pasar de la mesa de partes. Pero no. La Fiscalía las acogió. Interrogó a denunciantes y denunciados. Gastó tiempo, papel y tinta. Y nada. Todo terminó en un desgastante “¡archívese!”.

¡No hay derecho! De no ser por esas denuncias, los fiscales habrían tenido más tiempo para atender los casos que sí configuran delitos reales. Y habrían trabajado en mejores condiciones.

Propuesta: Toda denuncia archivada debe merecer un resarcimiento pecuniario. Tanto a la Fiscalía por lo gastado en el proceso, como al denunciado por lo gastado en su defensa.

A ver si así se controla la perversa práctica de denunciar por denunciar. Y – más importante aún – a ver si así se alivia la crisis del Ministerio Público. Lampadia




Mesías Guevara desconoce la realidad minera de su región

Mesías Guevara desconoce la realidad minera de su región

Jaime de Althaus
Para Lampadia

En Cajamarca muchos votaron para gobernador regional por el candidato de Acción Popular, Mesías Guevara, pensando que no tendría una posición anti-minera o contraria a proyectos importantes como Conga y otros. Pero lo primero que ha hecho el candidato electo, es desengañar a sus votantes.

Pobladores de las comunidades de la zona de influencia de Conga apoyan el proyecto porque quieren desarrollo

Ver en Lampadia: Comunidades de Cajamarca cercanas a Conga están a favor de la mina – Comuneros de Sorochuco y Huasmín: ¡CONGA VA!

Licencia social

Con los mismos argumentos que usó, sin embargo, debería apoyar ese proyecto, porque la realidad es la opuesta a las afirmaciones que hizo. Declaró, por ejemplo, que Conga seguiría en suspenso y que todavía debe obtener licencia social de su área de influencia. Pero resulta que Conga tiene y siempre tuvo licencia social de las 32 comunidades que conforman su área de influencia. Quienes se oponían eran sectores de poblaciones más lejanas, de las ciudades de Celendín y Bambamarca, por razones políticas e ideológicas. Pero sus alcaldes electos ya no pertenecen a esas corrientes.  

Ecuación Hombre – Agua

Luego explicó que “el partido tiene una conciencia ecológica pues Fernando Belaúnde estableció la ecuación hombre-agua…”. Pero cuando Belaunde habló de dicha ecuación se refería a la necesidad de construir irrigaciones y represar el agua para atender al crecimiento poblacional. Pues resulta que Conga represó la laguna de Chalguagón precisamente para regularla de modo que los campesinos quebrada abajo pudieran tener agua en las épocas de estío. Es decir, creó un activo ambiental e hidráulico contribuyendo a mejorar la ecuación hombre – agua. No solo eso, Yanacocha convirtió un tajo abierto en la gran laguna de San José, que abastece de agua regulada a cientos de familias campesinas.

Compras en la Región

Luego afirmó que “Yanacocha no compra carne ni queso a Cajamarca, ni siquiera un periódico”. Aquí el desconocimiento es monumental. En mi libro “La Revolución Capitalista en el Perú” (FCE, 2007) yo investigué este tema, y me sorprendió encontrar que la minería en Cajamarca ya no era una minería de enclave, sino que estaba muy integrada a la economía regional y nacional. El año anterior la mina había comprado más bienes y servicios en el Perú (516 millones de dólares) que en el extranjero (95 millones). En la región misma había adquirido 103 millones de dólares en bienes y servicios. Esta cifra incluía compras a ferreterías, a empresas constructoras y de movimiento de tierras, a empresas panificadoras y de alimentos, y también la confección de todos los uniformes que se usaban en la mina por un proveedor local, servicios de maestranza, hoteles, bancos, restaurantes, etc.

Las compras de Yanacocha en la región doblaban el monto de todas las compras de leche de Nestlé y Gloria en la cuenca de Cajamarca, que eran del orden de 25 millones de dólares. Existía el caso de un ingeniero cajamarquino que regresó a su tierra, puso una pequeña planta de quesos -la empresa Huacariz-, empezó a venderle a la mina, creció y extendió su mercado a Chiclayo y Trujillo.

Según me informaron luego, hasta el 2016 Yanacocha había destinado más de 2,400 millones de dólares en adquisiciones solo en Cajamarca. Sigue comprando quesos y productos lácteos de empresas cajamarquinas, así como truchas, cuyes, papas, entre otros alimentos. Lo mismo sucede con productos como los relacionados a ferretería o agroquímicos, que en muchos casos no solo se compran, sino que se producen en Cajamarca. 

No solo eso: todos aquellos servicios que pueden ser prestados por empresas locales están 100% contratados en Cajamarca: movimiento de tierras, hotelería, servicios ambientales, limpieza, alimentación, entre otros. Justamente una empresa cajamarquina, Servicios Alimenticios Corporativos (SAC), es la que brinda todos los servicios de alimentación en comedores y campamentos.

Entonces cabe preguntarse cómo es posible que el gobernador electo de Cajamarca, que ha sido congresista y es un hombre culto, esté tan desinformado respecto de las compras de Yanacocha en la región. El volumen de dichas compras es tal que debería llevarlo a pedirle a la empresa que realice la inversión en Conga a fin de favorecer aún más la economía Cajamarquina. Lampadia




Amansador de Mulas

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 15 de junio de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra, y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa – efectivamente – omití consignar en mi Hoja de Vida mi oficio de Amansador de Mulas entre los años 1966 y 1978.

Me refiero a las Hojas de Vida que todos los candidatos debemos presentar al JNE para participar en cualquier proceso electoral a nivel nacional. Si… aquellas en las que algunas congresistas mintieron acerca de sus estudios. Las mismas en las que otros congresistas omitieron consignar sus prontuarios delincuenciales.

Ahora que me pongo a pensar… ¡yo debo estar en las mismas! En mi Hoja de Vida para las elecciones regionales pasadas, consigné mis estudios escolares en el Inmaculado Corazón y Santa María; mis estudios de ingeniería en la UNI; y mi MBA en la Escuela de Graduados de Wharton en EEUU. Pero ¿Amansador de Mulas?… ni una sola mención.

Ahora – a los 67 – ya no amanso mulas. Pero que he amansado mulas mañosas… tengo testigos de ello. Chun – un negro chinchano sensacional – fue mi gran maestro mulero. Mi cumpa Eduardo Peschiera fue mi más fiel compañero amansa-mulas. Ambos… que en paz descansen. Pero ahí están – vivitos y coleando – mis acompañantes de mil aventuras Ava Gutiérrez, José Miguel Devéscovi y Víctor Haaker con quienes cabalgábamos días enteros – con sus noches – amansando mulas.

Pero… ¿qué tiene que ver mi oficio de domador, con mi cargo actual? Pues mucho. Tanto que – para gobernar – más me sirve mi experiencia mulera, que todos los diplomas obtenidos a lo largo de mi vida. Paciencia, buen humor, don de mando, fortaleza, fe en Dios… y en la Virgencita del Carmen, tolerancia cero con la mañosería… todo eso se aprende cuando se es Amansador de Mulas. Y muy importante… ¡en qué momento meter las espuelas… y dónde meterlas! ¡Cómo que amansar mulas no sirve para la política!

Veamos. Siendo Gobernador Regional he conocido a gente que se parece mucho a las mulas que amansé durante mi juventud. Incluso, hay un caso – muy curioso – de homonimia. Me refiero a una mula vieja y pellejuda – recontra mañosa – que se llamaba Nora. Y que pateaba duro cuando le ponía la baticola. Luego – ya montado sobre ella – le metía las espuelas bien atrás… donde más le dolía. Así – poco a poco – la vieja Nora dejó de respingar, y terminamos siendo buenos amigos. Ojo. Cualquier similitud con algún personaje de la vida real, es mera coincidencia.

También amansé a un burdégano. (Los burdéganos son cruces de potro con burra. Las mulas son cruces de burro con yegua.) El caso es que, para ensillar a mi burdégano, había que chantajearlo con un poco de chala verde. Si no le daba chala verde, no se quedaba tranquilo. Mi burdégano me hace acordar a los periodistas chantajistas de Ica. Si no les das su marmaja, tampoco se quedan tranquilos.

Tuve – también – una mula que se escapaba del corral para comerse el maíz de las gallinas. Era una ladrona. Y otra que mordía a todo aquel que se le cruzara por delante. A la mordelona le quité la maña cuando un día hice que mordiera un rocoto picante. ¡Santo remedio!

Mañosas, respingonas, convenidas, ladronas, mordelonas… ¡qué parecidas eran mis mulas a algunos personajes de la política local! Aunque valgan verdades – una vez amansadas – ¡que animales tan nobles e inteligentes! No hay como una buena mula para cabalgar por caminos escarpados… como los escarpados caminos de la política peruana.

Total… confieso haber sido Amansador de Mulas. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante los Consejeros Regionales para que no me vaquen por haber omitido mi oficio de Amansador de Mulas en mi Hoja de Vida. ¡Amén! Lampadia