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La evaluación de desempeño debería ser permanente, no de una hora

La evaluación de desempeño debería ser permanente, no de una hora

Las “rúbricas” estarían bien hechas y serían relativamente fáciles de aprobar

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

La evaluación de desempeño en el aula es una experiencia nueva y hay, por lo tanto, muchas dudas y desconfianza entre los maestros y la opinión pública acerca de si está bien elaborada, su grado de subjetividad, la imparcialidad de los directores y evaluadores y los criterios mismos de evaluación. Vamos a tratar de responder estas preguntas considerando las explicaciones del ministerio y contrastándolas con lo que está haciendo en las cadenas de colegios privados de avanzada en los sectores C y D.

Fuente: eduglobal.cl

Giuliana Espinoza, Directora de Evaluación Docente del ministerio de Educación (Minedu), nos explica que la evaluación de desempeño en el aula mide cómo el profesor logra motivar a los alumnos (captar su interés, hacerlos participar, ayudarlos a entender), si promueve el razonamiento y la creatividad versus la memorización; si recoge información acerca de lo que están aprendiendo y los retroalimenta; como gestiona el tiempo de la clase; si propicia un ambiente de respeto (si él mismo es respetuoso con los alumnos y si fomenta el respeto entre ellos); y cómo regula el comportamiento (la disciplina) de los chicos, si es por medio de mecanismos positivos o negativos (que no maltrate, humille, insulte, por ejemplo). Los profesores son calificados del 1 al 4 en estas seis habilidades, con criterios objetivos identificados para cada nivel en las rúbricas publicadas en la página web del Minedu. Para pasar la evaluación, el profesor debería alcanzar un promedio mínimo de 2.6.

¿Los profesores conocen la pedagogía activa?

Estamos hablando acá de habilidades que deben tener profesores de inicial, que son los que van a ser evaluados este año. Podemos suponer que parte del temor y desconfianza de los maestros radica en que van a ser evaluados en la manera como ejercen un tipo de pedagogía –constructivista, donde el alumno juega un rol activo- relativamente nueva para muchos de ellos, que no conocen. Pero Giuliana Espinoza, responde que esto no es exacto porque dichas habilidades han sido tomadas del marco de buen desempeño docente y de enfoques generales que han sido incorporados en el Currículo Nacional desde los 90, y aunque es cierto que muchos profesores han sido formados en la escuela “frontal”, vertical, memorística, y tienden a enseñar de la manera en que aprendieron, sí están familiarizados con la nueva pedagogía. Por lo demás, los maestros recibirían una capacitación previa que consistirá en un taller de 1 día en el que los profesores profundizan en los criterios de evaluación descritos en las “rúbricas” o pautas acerca de qué se evalúa y cómo debe manejarse una clase.

De otro lado, el solo hecho de discutir las “rúbricas” o pautas tiene un carácter formativo. También lo tiene la propia evaluación, porque al profesor se le indica cuales son las habilidades en las que tiene que mejorar y cómo. La evaluación es, en ese sentido, un medio para incorporar la nueva pedagogía activa.

Pilotos

León Trahtemberg apunta que la desconfianza de los docentes parte de la experiencia de que en los exámenes que se han hecho la mayor parte desaprueba. Entonces –agrega-  para que la evaluación sea confiable debería hacerse un piloto censal no vinculante, para ver cuántos hubieran aprobado y despejar incógnitas. Ante eso, Espinoza refiere que el año pasado se hizo una evaluación de desempeño piloto con 300 docentes, y un 75% aprobó. De otro lado, en el examen de ingreso a la carrera se presentaron 192,397 maestros y lograron pasar la Prueba Única Nacional (que mide comprensión lectora, razonamiento lógico y conocimientos de la especialidad) solo 23,285 docentes.  Estos pasaron una evaluación de desempeño y aprobó un 90%. Sobre la base de esos antecedentes, Espinoza calcula que en la evaluación que se avecina aprobarán alrededor de un 80%.

Sorprende, realmente, un porcentaje tan alto. Significaría que nuestros maestros son buenos pedagogos. Pero Espinoza nos responde que ese porcentaje es alto porque se ha puesto un puntaje para aprobar bajo, de 2.6 sobre 4. Más adelante se podrá ir elevando los estándares, conforme los maestros se desempeñen mejor en esta pedagogía activa.

Pero lo que queda claro es que definitivamente sí tiene sentido hacer evaluaciones de desempeño.  Jorge Yzusqui, director de la cadena privada Innova Schools, que aplica evaluaciones de desempeño constantes como veremos, piensa que el plan del Ministerio es correcto y está bien pensado en términos generales. Gonzalo Galdos, presidente de la cadena privada de colegios Futura Schools, afirma que la evaluación del desempeño plateada por el Ministerio es positiva pues permitirá el tránsito a la educación moderna basada en una pedagogía activa. En su cadena de colegios, sin embargo, no se aplica evaluaciones de desempeño sino de resultados en el aprendizaje a fin de año a partir de una línea de base de cada alumno construida a principio de año. Pero sí se monitorea permanentemente el desempeño de los profesores en el aula y, además, estos reciben entre 200 y 300 horas de capacitación al año en pedagogía activa, aprendizaje por proyectos, aprendizaje colaborativo, alfabetización digital, etc.

Fuente: andina.com.pe

¿Las “rúbricas” están bien hechas?

¿Están bien elaboradas las “rúbricas” o pautas en las que se explica qué se va a evaluar, cómo debe desempeñarse el maestro, qué habilidades debe mostrar? Trahtemberg opina que algunas son subjetivas y difíciles de aplicar. Pero Jorge Yzusquiafirma que las “rúbricas” están bien hechas, aunque quizá falte precisar más algunos de los criterios. Gonzalo Galdos asegura que las rúbricas están bien elaboradas, tienen un protocolo claro y las conductas de cada uno de los cuatro niveles en las seis habilidades que se van a medir están bien definidas y permiten una evaluación objetiva. Sin duda “permitirán separar a los maestros que han quedado atrapados en el pasado”, anota.

El profesor Hugo Díaz, experto en pedagogía y educación, también considera que en términos generales las seis rúbricas están bien. Sin embargo, refiere que los docentes consideran que los aspectos que ayudan a medir el logro de cada desempeño podrían ser en unos casos subjetivos o poco reales. Por ejemplo, señalan que en niños de 0 a 5 años es muy difícil lograr en 6 minutos que los niños estén atentos durante el resto del tiempo para alcanzar el Nivel IV de desempeño, y 15 minutos para el Nivel III. Sostienen, además, que hacer un registro de tanto indicador en el tiempo fijado de una hora puede ser poco.

Pero Giuliana Espinoza responde que esa crítica es una distorsión que se aclara en los talleres: “no se pide que todos los niños estén atentos 54 minutos, sino que la mayoría del grupo lo esté. Eso está en los manuales. En el pilotaje la gran mayoría de profesores sale bien en esta rúbrica.
No se considera desatención estar moviéndose, sino mostrar desgano sostenido, dormirse, etc. La distracción breve es natural y no se penaliza”.

Respecto de la crítica más general de que en zonas pobres los niños no atienden por anemia o desnutrición, ella comenta lo siguiente: “Lo que se observa es qué hace el profesor con los niños que se distraen, no lo que hacen los estudiantes”. Señala que si hubiese estudiantes que han perdido el interés o que no participan espontáneamente el docente puede alcanzar el nivel IV siempre y cuando sea activo en buscar involucrarlos en la sesión. El principal valor es que las progresiones sean entendidas y los profesores vayan mejorando en sus prácticas”

Lo que podemos inferir de esto es que las rúbricas serían bastante accesibles.

¿Una sola observación de 60 minutos o incorporar evaluación constante?

Siempre subsiste la crítica de que en una hora es difícil evaluar todos los indicadores que se pide y que, como señala Díaz, “se pueden presentar situaciones importantes que en una hora no necesariamente se dan, y el mismo desempeño del profesor durante la hora puede ser atípico, como el de sus niños. Se puede poner nervioso, o se preocuparía durante toda una semana de preparar a sus niños para el momento de la evaluación”. Díaz concluye: “hay que evaluar la posibilidad de tener una evaluación continua durante el año hecha por el director y el coordinador respectivo no solo”.  

León Trahtemberg es de la misma opinión: si es el Director quien va a evaluar, él puede ir haciéndolo a lo largo del año, pues su función es ver cómo enseñan sus profesores. Jorge Yzusqui piensa que lo ideal serían varias horas de observación, pero quizá no sea factible considerando el enorme número de maestros a evaluar. Considera, entonces, que la solución dada es realista. Galdós, por su parte, considera que en 60 minutos sí es posible apreciar cómo dicta un profesor y en qué nivel se encuentra en cada una de las rúbricas.

Yzusqui explica que en Innova Schoolslas evaluaciones de desempeño son constantes.  Los profesores son clasificados en tres niveles, bajo, medio y alto desempeño. Quien está en el nivel bajo, recibe un acompañamiento y monitoreo de parte de un profesor experto o “coach” una vez por semana, quien le indica qué está haciendo mal y en qué debe mejorar en cinco capacidades: la capacidad de motivar a los alumnos, cómo maneja el aula, cómo maneja los conceptos, etc. Si su desempeño es alto, el monitoreo se da cada dos meses. A medio año hay una evaluación de desempeño que incorpora la evaluación de los “coaches” y también una que realiza el Director. A fin de año a estas se suman la evaluación que de cada profesor hacen de los padres de familia, los colegas y los alumnos mayores de 11 años. Todas estas mediante encuestas. El profesor que está en un nivel bajo tiene dos años para mejorar. Si al cabo de esos dos años no sube de nivel, es retirado.

Ahora bien, según Giuliana Espinoza, aparte de la evaluación de desempeño de la que hablamos, el Director monitorea a todo su personal permanentemente con las mismas rúbricas y le indica en qué aspectos debe mejorar. Si eso es así, lo que no se entiende es por qué esa observación permanente no se traduce en una calificación que se incorpore a la evaluación de desempeño, promediándose con el puntaje de la observación formal de los 60 minutos. La propia Espinoza nos responde que lo que pasa es que no todas las instituciones educativas tienen Director capacitado (pero –retrucamos- podría hacerse cuando menos en las 12,000 que ya lo tienen) y otra razón es que “vimos alta consistencia en los resultados de las observaciones a un mismo profesor. Lo probamos en el piloto 2016”.

Pero Giuliana Espinoza insiste en que no es que sólo se evalúe la actuación del docente en una clase modelo: hay otros tres instrumentos que miden su desempeño a lo largo del año. “La encuesta a los padres de familia recoge información obtenida a lo largo del año, lo mismo que el instrumento que valora su responsabilidad y compromiso (cumplimiento de su horario de trabajo, cómo lleva la planificación de enseñanza, y cómo se relaciona con comunidad educativa y si aporta al proyecto educativo de la escuela), así como la gestión del espacio y los materiales, que se recoge en visitas inopinadas (entre 2 y 4). Los cuatro instrumentos en conjunto dan un buen diagnóstico del desempeño del docente”, explica.

¿El Director está preparado para evaluar a sus profesores?

En todo caso, si la observación es una sola, es importante que el evaluador sea óptimo. ¿Quién evalúa? ¿Tiene las capacidades suficientes? Giuliana Espinoza, la directora de Evaluación Docente, nos explica que se forma un Comité de Evaluación conformado por el Director, el Subdirector y un profesor del mismo nivel (inicial en este caso) que no labore en la misma escuela y que sea de igual o superior escala. Pero quien evalúa, quien aplica el instrumento de observación, es el Director. Pero no cualquier Director, sino aquel que haya llevado el diplomado de Gestión Escolar de dos semestres y un taller de observación de aula de una semana, donde se realiza un trabajo en equipo para identificar indicadores de desempeño, se ve videos de clases y los propios Directores califican el desempeño de los profesores del video de 1 a 4 y contrastan su calificación con la del “master”. Y así se desarrollaron las 6 “rúbricas”. Este es el procedimiento de certificación de la Universidad de Virginia, que ha sido adoptado por el Ministerio. Fueran de eso hay videos auto-instructivos y videos con las clases completas.

En la actualidad hay más de 12 mil directores certificados, el 92% de los que siguieron el curso. Y se sigue capacitando y certificando, pues hay 3 mil directores de los 15 mil que accedieron mediante evaluación al cargo de Director que todavía no pasan la certificación mencionada. El próximo año habrá una nueva evaluación de acceso al cargo de director.

Además, el director va a pasar una evaluación de desempeño él mismo, justamente en lo relativo a si ha evaluado y retroalimentado a sus profesores. Será también el 2018. ¿Quién lo evalúa? Pues un “Comité de Evaluación de desempeño de los cargos directivos de la institución educativa” integrado por el Director de la UGEL o el Jefe del Área de Gestión Pedagógica de la UGEL, quien lo preside, el Jefe del Área de Gestión Pedagógica de la UGEL o un Especialista en Educación de la UGEL, y un especialista en Educación de la UGEL, de la misma modalidad y nivel del evaluado.

Todo esto, sin duda, ofrece una garantía. De todos modos, siempre hay la posibilidad de que un Director abuse o desapruebe arbitrariamente a un profesor. En ese sentido, si el docente desaprueba, recibe una segunda visita de dos evaluadores certificados externos. Es decir, tiene una segunda oportunidad dentro de la primera evaluación. Con eso debería disiparse todo temor.

La otra pregunta es por qué la evaluación de desempeño no se junta con la evaluación de ascenso, que incluye exámenes de conocimientos, en una sola. Si hay la posibilidad de ascender, hay más incentivo. Según Espinoza, la evaluación de desempeño no se puede usar como puntaje para evaluación de ascenso porque los Comités de Evaluación pueden tener criterios distintos y las calificaciones que pongan quizá no sean enteramente homologables.

En conclusión, el proceso de evaluación de desempeño parece estar bien diseñado en términos generales, las rúbricas contendrían criterios objetivos, serían relativamente fáciles de aprobary hay 12,000 directores capacitados para aplicarlas. Pero una evaluación de una hora puede ser insuficiente (aunque se complementaría con otros tres instrumentos). Si estos directores monitorean permanentemente a sus profesores en su desempeño en el aula, esa observación permanente debería formar parte de la evaluación de desempeño y no limitarse ésta a una observación de 60 minutos. Y quizá deba fundirse las evaluaciones de desempeño y de ascenso en una sola. Lampadia




Una revolución educativa sin costos adicionales

Una revolución educativa sin costos adicionales

En Lampadia venimos insistiendo en la necesidad de hacer una revolución educativa que nos permita una transformación acelerada la calidad de la enseñanza.

En las últimas semanas hemos presentado:

En nuestros análisis hemos enfatizado que en un país con las deficiencias educativas que tenemos no se puede seguir despreciando el aporte de la educación privada a la mejora de la enseñanza, como hacen el ministro y su sector. La educación privada aporta una inversión del 3% del PBI y está generando experiencias exitosas, muchas de ellas dirigidas a alumnos de familias de ingresos reducidos, como son los casos de Fe y Alegría, Innova Schools y Futura Schools. Además de los desarrollos innovadores y pioneros de centros educativos como el Colegio Áleph, liderado por León Trahtemberg.

Muchas de estas experiencias están creando estrategias y procesos educativos que debieran ser alentados por el Estado y, evaluados de cerca para aprovechar las técnicas que puedan adaptarse y escalarse a nivel nacional en la educación pública.

Como siempre, muchos descuentan esa posibilidad porque sería muy costosa, difícil de lograr con el sindicato único o, imposible por la preparación de los maestros. Sin embargo, todos estos desarrollos educativos contratan a los mismos maestros que trabajan el los colegios públicos. En esencia lo que hacen es inspirarlos, capacitarlos y motivarlos. Nuestra gente puede haber recibido una educación de mala calidad, pero hay muchas experiencias en educación y salud, que demuestran que los peruanos tienen condiciones naturales que les permiten transformarse positivamente con capacitación y ambientes aleccionadores.

Líneas abajo compartimos el video (y su trascripción en español) de TedTalk, en el que Seema Bansal relata la transformación acelerada de la calidad educativa del estado Haryana de India,  que tiene la misma población del Perú. Transformación lograda con elementos al alcance de todos y sin recurrir a grandes inversiones. El siguiente cuadro presenta las cifras de Haryana y el Perú.  

Veamos la presentación de Seema Bansal:

Video emitido en TedTalk

Mayo 2016

Transcrito en inglés por TedTalk

Traducido y glosado por Lampadia

 

0:11 Así que todos tenemos nuestros propios prejuicios. Por ejemplo, algunos de nosotros tendemos a pensar que es muy difícil transformar los sistemas de gobierno fallidos. Cuando pensamos en los sistemas de gobierno, se tiende a pensar que son arcaicos, pegados a sus costumbres y que, tal vez, el sistema de liderazgo es demasiado burocrático como para poder cambiar las cosas. Pues bien, hoy quiero desafiar esa teoría. Quiero contarles una historia de un sistema de gobierno muy grande que no sólo está en camino a reformarse, sino que también ha mostrado resultados bastante espectaculares en menos de tres años.

0:47 Así es como se ve un salón de clases en una escuela pública en la India. Hay 1 millón de escuelas de este tipo en la India. Incluso para mí, que he vivido toda mi vida en la India, es muy doloroso entrar a una de estas escuelas. Cuando los niños tienen 11 años, el 50% de ellos están tan atrasados en su educación que no hay ninguna esperanza de recuperación. Niños de 11 años que no pueden hacer una simple suma, no pueden construir una frase gramaticalmente correcta. Estas son las cosas que ustedes y yo esperaríamos que un niño de 8 años sea capaz de hacer. Cuando los niños tienen 13 o 14, tienden a abandonar la escuela. En la India, las escuelas públicas no sólo ofrecen educación gratuita, también ofrecen cuadernos, libros y comida gratis, a veces incluso becas en efectivo. Y, sin embargo, el 40% de los padres hoy en día están optando por sacar a sus hijos de las escuelas públicas y pagar de sus bolsillos para ponerlos en escuelas privadas. A modo de comparación, en un país mucho más rico, los EEUU, ese número es sólo el 10%. Esa es una gran prueba de que el sistema de educación pública de la India está fallando.

1:58 Dadas estas circunstancias, recibí una llamada en el verano de 2013, de una señora absolutamente brillante llamada Surina Rajan. Ella era, en ese momento, jefa del Departamento de Educación Escolar en un estado llamado Haryana en la India. Así que ella nos dijo: “Mira, yo he estado dirigiendo este departamento durante los últimos dos años. He intentado varias cosas y nada parece funcionar. ¿Podrías ayudarme?”

02:23 Vamos a describir un poco a Haryana primero. Haryana es un estado que cuenta con 30 millones de personas. Tiene 15,000 escuelas públicas y más de 2 millones de niños en dichas escuelas públicas. Así que, básicamente, con esa llamada telefónica, prometí ayudar a transformar a un estado y a un sistema que era tan grande como el Perú o Canadá. A medida que empecé este proyecto, era muy consciente de dos cosas. Uno, que nunca había hecho nada como esto antes. Y dos, muchos otros habían intentado, quizá sin demasiado éxito. A medida que mis colegas y yo analizábamos todo el país y buscábamos en todo el mundo, no pudimos encontrar otro ejemplo que pudiéramos recoger y replicar en Haryana. Sabíamos que teníamos que elaborar nuestro propio proyecto.

Fuente: TedTalk

03:11 Pero de todos modos, nos metimos de lleno en el proyecto y salieron todo tipo de ideas. La gente dijo, “Vamos a cambiar la forma en que contratan a los maestros, vamos a contratar a nuevos directores y formarlos y enviarlos en viajes internacionales de aprendizaje, vamos a poner la tecnología dentro de las aulas.” Hacia el final de la primera semana, teníamos 50 ideas sobre la mesa, todas increíbles, todas parecían correctas. No había manera de que pudiéramos ser capaces de implementar 50 cosas.

03:38 Así que dije: “Espera, detente. Primero vamos a decidir qué es lo que estamos tratando de lograr.” Así que, tras un largo debate, Haryana se fijó un objetivo: Al 2020, queremos que el 80% de nuestros hijos estén nivelados en el conocimiento correspondiente de su grado. Ahora, los detalles de la meta no importan, lo que importa es lo específica que fue la meta. Porque realmente nos permitió tomar todas las ideas que estaban siendo arrojados a nosotros y decir cuáles poner en práctica. ¿Acaso esta idea apoya esta meta? Si es así, vamos a mantenerla. Pero si no lo hace o no estamos seguros, vamos a ponerla a un lado. Tan simple como suena, el tener un objetivo muy específico ha permitido que seamos realmente muy concentrados en nuestro viaje de transformación. Y mirando hacia atrás en los últimos dos años y medio, ha sido un enorme efecto positivo para nosotros.

04:30 Así que ya teníamos la meta y ahora teníamos que averiguar cuáles eran los problemas, lo que no funcionaba. Antes de ir a las escuelas, mucha gente nos dijo que la calidad de la educación era deficiente, ya sea porque los maestros eran perezosos, porque no entraban en las escuelas, o eran incapaces, que en realidad no sabían cómo enseñar. Pues bien, cuando fuimos a las escuelas, encontramos algo completamente diferente. La mayoría del tiempo, casi todos los profesores en realidad estaban dentro de las escuelas. Y cuando hablé con ellos, me di cuenta de que eran perfectamente capaces de dar clases elementales. Pero ellos no estaban enseñando. Fui a una escuela donde los maestros estaban supervisando la construcción de un aula y de un baño. Fui a otra escuela donde dos de los maestros habían ido a una sucursal bancaria cercana a depositar dinero de la beca en las cuentas de los niños. Al mediodía, la mayoría de los maestros estaban gastando todo su tiempo en conseguir que se prepare la comida del mediodía, supervisado ​​y sirviéndoles a los estudiantes.

5:29 Así que les pregunté a los maestros, “¿Qué está pasando, ¿por qué no enseñan?” Y ellos respondieron: “Esto es lo que se espera de nosotros. Cuando un supervisor viene a visitarnos, estos son exactamente las cosas que revisa. ¿Se ha limpiado el inodoro, se ha servido la comida? Cuando mi director va a una reunión en la sede, estas son exactamente las cosas que se discuten”.

05:51 ¿Lo ven? Lo que había sucedido era que, en las últimas dos décadas, la India había estado luchando contra el reto del acceso, tener suficientes escuelas, la matrícula, lograr que los niños asistan a las escuelas. Por lo que el gobierno puso en marcha toda una serie de programas para hacer frente a estos retos y los maestros se convirtieron en los ejecutores implícitos de estos programas. No explícitamente, pero implícitamente. Y ahora, lo que realmente se necesitaba no era capacitar más a los maestros o controlar su asistencia, sino decirles que lo más importante era que vayan a las aulas y enseñen. Tienen que ser monitoreados y medidos sobre la calidad de la enseñanza y no en todo tipo de otras cosas.

06:37 Así que, mientras que avanzábamos a través del sistema educativo, profundizamos cada vez más y encontramos algunas de esas causas fundamentales y determinantes, que fueron dando forma a cómo se comportaba la gente en el sistema. Y nos dimos cuenta de que si no cambiábamos esas cosas concretas, podíamos hacer una serie de otras cosas: podíamos capacitar, podíamos poner la tecnología en las escuelas; pero el sistema no iba a cambiar. Y hacer frente a estas cuestiones fundamentales no evidentes se convirtió en una parte clave del programa.

07:05 Por lo tanto, ya tenemos el objetivo y los problemas, y ahora se necesita averiguar cuáles son las soluciones. Obviamente no queríamos reinventar la rueda, por lo que dijimos: “Vamos a mirar alrededor y ver lo que podemos encontrar.” Y nos encontramos con estos hermosos, pequeños experimentos piloto en todo el país y en todo el mundo. Pequeñas cosas realizadas por las ONGs, por las fundaciones. Pero lo que también fue interesante fue que ninguno de ellos realmente escalaba. Todos ellos se limitaban a 50, 100 o 500 escuelas. Y aquí, buscábamos una solución de 15,000 escuelas.

07:40 Así que buscamos por qué, si estas cosas realmente funcionan, ¿por qué no escalan? Lo que sucede es que cuando una ONG típica entra, no solo trae su experiencia, sino también trae recursos adicionales. Podrían traer dinero, gente o tecnología. Y en las 50 o 100 escuelas que operan, esos recursos adicionales en realidad crean una diferencia. Pero, imaginemos que la cabeza de esta ONG va a la cabeza del Departamento de Educación de las Escuelas y dice: “Oye, ahora vamos a hacer esto para 15,000 escuelas.” ¿De dónde va a encontrar el dinero para escalar esta realidad para 15,000 escuelas? No tiene el dinero adicional, no tiene los recursos. Y por lo tanto, las innovaciones no escalan. Así que desde el principio del proyecto, lo que dije fue: “Todo lo que hagamos tiene que ser escalable, tiene que funcionar en todas las 15,000 escuelas.” Y, por lo tanto, tiene que funcionar dentro de los presupuestos existentes y los recursos del Estado. Mucho más fácil decirlo que hacerlo. (Risa)

08:47 Creo que este fue sin duda el momento en que mi equipo me odiaba. Pasamos largas horas en la oficina, en los cafés, a veces incluso en bares, rascándonos la cabeza y diciendo: “¿Dónde están las soluciones?, ¿cómo vamos a resolver este problema?”

09:03 Al final, creo que encontramos soluciones a muchos de los problemas. Voy a dar un ejemplo. En el contexto de un aprendizaje efectivo, una de las cosas que la gente habla es del aprendizaje práctico. Los niños no deben memorizar las cosas de los libros, deben hacer actividades y eso es una forma más eficaz de aprender. Lo que básicamente significa darle a los estudiantes cosas como cuentas, barras y ábacos. Pero no teníamos los presupuestos para darles eso a 15,000 escuelas, 2 millones de niños. Necesitábamos otra solución. No podíamos pensar en Nada. Un día, uno de nuestros miembros del equipo fue a una escuela y vio a un maestro recoger palos y piedras del jardín exterior y llevarlas al aula y a los estudiantes. Ese fue un gran momento ‘eureka’ para nosotros. Así que, ahora, después de cada concepto en los libros de texto en Haryana hay una pequeña caja con instrucciones para los maestros diciendo, “Para enseñar este concepto, esta es una actividad que se puede hacer. Y, por cierto, con el fin de hacer realidad esta actividad, esto es lo que se puede utilizar en su entorno inmediato, ya sea en el jardín exterior o el interior de la sala de clase, que se puede utilizar como ayuda para el aprendizaje de los niños”. Y vemos a los maestros en todo Haryana usando muchas de estas cosas innovadoras con las que pueden enseñarles a los estudiantes. Así que, lo que hemos diseñado, fuimos capaces de ponerlo en práctica en todas las 15,000 escuelas desde el primer día.

10:31 Ahora, esto me lleva a mi último punto. ¿Cómo se implementa en 15,000 escuelas y 100,000 maestros? El departamento solía tener un proceso que es muy interesante. Me gusta llamarlo “La Cadena de la Esperanza”. Escribirían una carta en la sede y la enviarían al siguiente nivel, que son las oficinas del distrito. Se esperaría que un oficial obtuviera la carta en cada una de estas oficinas de distrito, la abriría, leería y luego la remitiría al siguiente nivel, que es la sede de bloque. Y entonces es de esperar que en la oficina de bloques, otra persona recibiera la carta, la abriría, leería y la remitiría finalmente a los 15,000 directores. Y entonces es de esperar que los directores recibieran la carta, la entendieran y comenzaran a implementarla. Era un poco ridículo. Ahora, sabíamos que la tecnología era la solución, pero también sabíamos que la mayoría de estas escuelas no tienen una computadora o correo electrónico. Sin embargo, lo que los maestros tienen son teléfonos inteligentes. Están constantemente en SMS, en Facebook y en WhatsApp.

11:39 Entonces, lo que sucede ahora en Haryana es que todos los directores y maestros se dividen en cientos de grupos de WhatsApp y cuando algo necesita ser comunicado, se publica en todos grupos. WhatsApp comunica explosivamente. Se puede comprobar inmediatamente que lo ha recibido, que lo ha leído. Los profesores pueden hacer preguntas de aclaración de forma instantánea. Y lo que es interesante es que no sólo la sede responde estas preguntas. Otro maestro de una parte completamente diferente del Estado puede responder. Todos están actuando como grupo de compañeros de todo el mundo, y las cosas están funcionando. Hoy en día, cuando se va a una escuela en Haryana, las cosas se ven diferentes. Los maestros están de vuelta dentro de las aulas, están enseñando. A menudo con técnicas innovadoras. Cuando un supervisor viene a visitar el salón de clase, él o ella no sólo comprueban la construcción del baño, sino también la calidad de la enseñanza. Una vez por trimestre, todos los estudiantes de todo el estado son evaluados con respecto a su aprendizaje y las escuelas que obtienen buenos resultados son recompensadas. Y las escuelas que no lo están haciendo tan bien se ven obligadas a participar de conversaciones difíciles. Por supuesto, también reciben apoyo adicional para poder hacerlo mejor en el futuro. En el contexto de la educación, es muy difícil ver resultados rápidamente.

13:02 Cuando la gente habla de cambios sistémicos a gran escala, hablan de períodos de 7 años y 10 años. Pero no en Haryana. En el último año, se han realizado tres estudios independientes, todos midiendo el aprendizaje, que indica que algo fundamental, algo único, está sucediendo en Haryana. Los niveles de aprendizaje de los niños han dejado de disminuir, y han comenzado a subir. Haryana es uno de los pocos estados en el país que está mostrando una mejora, y ciertamente el que muestra la mayor tasa de mejora. Estos siguen siendo las primeras señales, hay un largo camino por recorrer, pero nos da mucha esperanza para el futuro. Hace poco fui a una escuela, y cuando me iba, me encontré con una señora, su nombre era Parvati, madre de un niño, y ella estaba sonriendo. Y yo dije: “¿Por qué sonríes?, ¿qué está pasando?” Y ella dijo: “No sé lo que está pasando, pero lo que sí sé es que mis hijos están aprendiendo, se divierten, y por el momento, dejaré mi búsqueda de una escuela privada para enviarlos.”

14:08 Así que regreso al punto de partida: ¿Pueden los sistemas de gobierno transformarse? Desde luego que sí. Creo que si se les da las herramientas adecuadas, pueden mover montañas.

14:18 Gracias.

Lampadia




La calidad de los maestros: Clave para la educación escolar

La calidad de los maestros: Clave para la educación escolar

Hace una generación, los maestros podían estar seguros de que lo que le enseñaban a sus alumnos les brindarían las habilidades necesarias para el resto de sus vidas. Hoy en día, los profesores tienen que preparar a los estudiantes para adaptarse a un mundo cambiante, para trabajos que todavía no han sido creados, para utilizar tecnologías que aún no se han inventado y para resolver problemas sociales que no podemos ni imaginar. Y muchas de las dificultades sociales y económicas del mundo también empiezan en las puertas de las escuelas.

Es hora de que los gobiernos, los sindicatos de docentes y los organismos profesionales redefinan el rol de los profesores y creen un sistema que ayude y prepare a los maestros a desarrollarse en sus carreras y satisfacer las necesidades de los estudiantes del siglo XXI.

Lamentablemente, en el Perú seguimos inspirados por las ideas del siglo XX (control central, regimentación y uniformización). Además, la educación pública sigue secuestrada por un sindicato clasista, politizado y reivindicativo que ya no tiene razón de existir desde el punto de vista del reto de mejorar aceleradamente la educación en el Perú. Efectivamente, por décadas hemos maltratado y descuidado al maestro, pero en el futuro necesitamos convertirlo en el punto de apoyo de la palanca que nos permita impulsar una revolución educativa. Una de las piezas centrales del proceso educativo, como lo plantea The Economist, en el ensayo que reproducimos líneas abajo.

Teniendo las necesidades y retos que tenemos, el gobierno sigue desalentando y hasta combatiendo la participación del sector privado en la educación, a pesar de que en los últimos años se han desarrollado experiencias privadas que han producido maestros de excelente calidad de los mismos egresados de las escuelas normales que trabajan en el Estado, solo con buena dirección, sentido de misión y buena capacitación. Los esfuerzos del sector privado han logrado, además, incorporar al proceso educativo los estándares y las tecnologías más avanzadas del mundo, con ofertas de valor cada día más accesibles a las clases menos pudientes.

El Ministerio de Educación, en vez de promover más desarrollos privados y acercarse a los existentes para proyectar estas experiencias exitosas al resto de la sociedad mediante APPs o cualquier otra forma de colaboración, cegados por ideologías decimonónicas o por ‘ideas muertas’, pretenden apagar las únicas luces que hemos producido para marcar el camino de la gran gesta educativa que debemos emprender.

En los últimos días, en Lampadia hemos publicado varios análisis sobre la educación escolar en el Perú. Hemos comparado la visión del actual ministro de educación con la de un experto de Harvard, presentado las ideas de Ken Robinson sobre como preservar la creatividad de los niños y una entrevista de la Hora N a Gonzalo Galdós de Futura Schools. Ver en Lampadia:

La educación está en crisis y nosotros estamos de fiesta

¿Las escuelas matan la creatividad?

Educación para los nuevos tiempos

Ahora presentamos el reciente informe de The Economist sobre la reforma educativa, que pone todo el énfasis en la formación de los maestros. El informe plantea que, hasta ahora, el trabajo del maestro ha sido relativamente descuidado, con todo el foco en los cambios estructurales o de infraestructura. Baja sustancialmente el peso que se pone en el nivel de inversión. Y dice que las inversiones en los sistemas escolares son completamente irrelevantes si no se cambian el ‘cómo’ y ‘qué’ aprenden los niños. Por eso, lo que importa es lo que los profesores hacen y piensan. La respuesta, al final, siempre está dentro de las aulas.

The Economist afirma que el dinero es menos importante de lo que parece. Esto es una gran diferencia con lo afirmado por Saavedra hace tan solo unos días en una entrevista con Semana Económica. El problema, a diferencia de lo indicado por nuestro popular Ministro, no es el dinero. Los maestros en Finlandia, por ejemplo, ganan el sueldo promedio de la OCDE y son el epítome mundial de la buena educación. Lo importante es tener un balance entre horas de trabajo y sueldo; además de una buena preparación académica. En Shanghai, por ejemplo, los maestros no recibirán bonos o un ascenso a menos que puedan demostrar que colaboran entre ellos para mejorar en sus métodos de enseñanza y que además sus estudiantes obtengan mejores rendimientos.

Lo que logremos en educación en los próximos años será determinante de la calidad de vida de nuestros ciudadanos. No dejemos de informarnos y de participar en la formación de una nueva visión sobre el camino que debemos emprender. Lampadia

La reforma educativa

Enseñando a los maestros

La buena enseñanza se ha visto siempre como una habilidad innata. Pero los reformadores están demostrando que los mejores profesores se hacen, no nacen.

Publicado por The Economist

11 de junio de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

A los niños de 11 y 12 años, en su clase de matemáticas, Jimmy Cavanagh parece ser un maestro nato. Es cálido pero firme. Su voz es fuerte. Las respuestas correctas lo hacen sonreír. Y sin embargo, no es su ánimo lo que explica por qué sus alumnos en la North Star Academy en Newark, Nueva Jersey, pueden esperar ir a la universidad, a pesar de que el 80% de sus familias necesitan ayuda para pagar las comidas escolares.

Cavanagh es el producto de una nueva manera de formación de profesores. En lugar de gastar su tiempo reflexionando sobre el significado de la educación, él y sus compañeros se han perfeccionado en el arte de dictar clases. Sus docenas de técnicas perfeccionadas cubren todo, desde la disciplina para asegurarse de que todos los niños piensen arduamente. No se desperdicia ningún segundo. Los maestros de North Star pueden parecer naturales, pero son todo lo contrario.

Son o han sido como muchos de sus colegas de North Star, Cavanagh está inscrito en la Escuela Superior de Educación de Relay. Junto con instituciones similares en todo el mundo, Relay está aplicando las lecciones de la ciencia cognitiva, educación médica y entrenamiento deportivo para el suministro de mejores maestros. Al igual que los médicos en las salas de enseñanza de los hospitales, sus estudiantes a menudo se entrenan en excelentes instituciones y aprenden de compañeros experimentados y de alto calibre. Su técnica se calibra, practica y entrena, y es evaluada sin descanso como con un atleta de alto nivel. Jamey Verrilli, que dirige la rama de Newark del Relay (hay otras siete), afirma que el método enseña la docencia como lo que es: no un don innato, ni un refugio para aquellos que, como el viejo dicho afirma, “no lo pueden hacer”, pero “un arte increíblemente intrincada, compleja y hermosa”.

Hola, Mr. Chips

Hay pocas artes más necesarias. Muchos factores determinan el éxito de un niño, pero en las escuelas, nada importa tanto como la calidad de la enseñanza. En un estudio actualizado el año pasado, John Hattie de la Universidad de Melbourne analizó los resultados de más de 65,000 artículos de investigación sobre los efectos de cientos de intervenciones sobre el aprendizaje de 250,000 alumnos. Él encontró que el hecho de que los padres se preocupen mucho por el tamaño de las clases o uniformes hace poca o ninguna diferencia en el aprendizaje de los niños (ver tabla). Lo que importa es la “experiencia docente”. Las 20 maneras más eficaces identificadas por el estudio para mejorar el período de aprendizaje en las escuelas, dependen de lo que lo hace el  maestro en el aula.

 

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Eric Hanushek, economista de la Universidad de Stanford, ha estimado que durante un año académico los alumnos enseñados por maestros en el percentil 90 por efectividad, aprenden el equivalente de los contenidos de 1.5 años de estudio. Los enseñados por maestros en el percentil 10 aprenden el equivalente de medio año de contenidos. Se han encontrado resultados similares en países desde Gran Bretaña hasta Ecuador. “Ningún otro atributo de las escuelas tiene tanta influencia en el rendimiento de los estudiantes”, dice.

A las familias ricas les resulta más fácil compensar los malos profesores, por lo que una buena enseñanza ayuda mayormente a los niños más pobres. Tener un maestro de alta calidad en la escuela primaria podría “subsanar” el impacto de la pobreza en las calificaciones de la escuela, según el estudio co-escrito por Hanushek. Thomas Kane, de la Universidad de Harvard, estima que si los niños afroamericanos fueran enseñados por el top 25% de los profesores, la brecha entre negros y blancos se cerraría en ocho años. Añade que si el profesor estadounidense promedio fuera tan bueno como los que están en el cuartil superior, la brecha en resultados de las pruebas entre Estados Unidos y los países asiáticos se cerraría en un plazo de cuatro años.

Dichos estudios hacen hincapié en el poder de la buena enseñanza. Sin embargo, una pregunta ha perseguido a los políticos: ¿los buenos maestros nacen o se hacen? Los prejuicios sugieren la primera opción. Los malos maestros son presentados como perezosos y personas que odian a los niños. Los buenos e inspiradores maestros, por su parte, se presentan como dotados con dones sobrenaturales. El 70% de los estadounidenses piensan que la capacidad de enseñar es más el resultado del talento innato que de la formación.

[En el Perú existen experiencias educativas sumamente exitosas. Por ejemplo, hemos dado cuenta de Innova Schools (Ver en LampadiaLa Capacitación produce milagros). Una cadena de 23 colegios privados creada por el Grupo Interbank de Carlos Rodríguez Pastor, la cual ofrece educación de alta calidad (debidamente medida) en las zonas emergentes. Pone a disposición de los alumnos la mejor infraestructura, modelos educativos de avanzada con tecnología de punta, maestros altamente capacitados y énfasis en valores.]

Elizabeth Green, autora de “Construyendo un mejor maestro”, lo llama el “mito del maestro nato”. Esta creencia hace que encontrar un buen maestro sea como buscar oro.

Hay una buena dosis de sentido común en esto. En ciudades como Washington, DC, la remuneración ligada al rendimiento y (más importante) al despedido de los peores maestros ha impulsado mejoras en los resultados de las pruebas. Pero depender de la contratación y el despido sin abordar las formas en que los maestros enseñan es poco probable que funcione. Los ‘expertos’ en política educativa han descuidado lo que uno de ellos llama “la caja negra del proceso de producción” y otros llaman “el aula”. Abrir esa caja negra muestra dos verdades importantes: Un buen trozo de lo que los profesores (y otros) piensan sobre la enseñanza está mal, y las formas de enseñar mejor (a menudo mucho mejor) se pueden aprender.

En 2014, Rob Coe de la Universidad de Durham, Inglaterra, indicó en un informe sobre qué hace que una enseñanza sea buena y porque muchas técnicas de uso común en el aula no funcionan. Alabar sin mérito, agrupar por capacidades y aceptar o fomentar “estilos de aprendizaje” diferentes de los niños son métodos ampliamente utilizados, pero son malas ideas. También lo es la noción de que los alumnos pueden descubrir ideas complejas por sí mismos. Los maestros deben impartir el conocimiento y el pensamiento crítico.

Aquellos que lo hacen, encarnan seis aspectos de una grandiosa enseñanza, como identifica Coe. La primera y la segunda preocupación son sobre sus motivos y sobre cómo seguir adelante con sus compañeros. La tercera y cuarta involucran el buen uso de su tiempo, fomentando el buen comportamiento y altas expectativas. Lo más importante, sin embargo, son el quinto y sexto aspectos, la instrucción de alta calidad y el llamado “conocimiento didáctico del contenido”, una mezcla de conocimiento de la materia y el oficio de enseñanza. Su esencia la define Charles Chew, uno de los “maestros masters principales” de Singapur, un grupo de élite que guía a las escuelas de la isla: “Yo no enseño física; Yo enseño a mis alumnos cómo aprender física”.

Las ramas del árbol de Aprendizaje

Maestros como Chew sondean a todos los estudiantes. Asignan tareas de escritos cortos que fomentan que los niños piensen y permiten que los maestros evalúen el progreso. Sus clases se planifican con un objetivo claro y una estrategia de cómo llegar a él con el liderazgo del maestro, pero interactivamente. Ellos anticipan los errores, tales como la tendencia a mezclar residuos y decimales. Los niños tienden a distraerse, por lo que varían las formas en que practican cosas, ya que la ciencia cognitiva ha demostrado que esto ayuda a la retención a largo plazo.

Estas técnicas funcionan. Un informe de la OCDE publicado en febrero se encontró  que existe una relación entre el uso de este tipo de estrategias de “activación cognitiva” y las altas calificaciones en los países ricos. El uso de memorización o el aprendizaje entre alumnos era común en los alumnos rezagados. Un estudio reciente realizado por David Reynolds compara la enseñanza de matemáticas en Nanjing y Southampton, donde trabaja. Encontró que en China, se utilizó “la interacción de toda la clase” el 72% de las veces, en comparación con sólo el 24% en Inglaterra. Estudios anteriores realizados por James Stigler, psicólogo de la UCLA, encontraron que las aulas estadounidenses estaban llenas de preguntas de “qué”. En Japón, los maestros preguntaron más “por qué” y “cómo”, preguntas que comprueban que los estudiantes entiendan lo que están aprendiendo.

Según Marie Hamer, jefa de la formación del profesorado: “Con demasiada frecuencia, a los maestros se les dice en qué mejorar, pero no se les da una orientación clara sobre cómo hacer el cambio”.

David Steiner, del Instituto Johns Hopkins de Políticas de Educación, en Baltimore, caracteriza a muchas de las instituciones de formación de maestros de Estados Unidos como “esclerótica”. Es más fácil ganar un título de educador, que lograr las notas que las universidades de Estados Unidos les piden a sus atletas. Algunos países son mucho más selectivos. Lograr ser aceptado para un grado de educación en Finlandia es casi tan competitivo como entrar a MIT. Pero incluso en Finlandia, los profesores por lo general no se encuentran en el tercio superior de los graduados en matemáticas o habilidades literarias.

En Estados Unidos y Gran Bretaña, la formación ha sido fuerte en teoría y leve en prácticas en el aula. Rod Lucero de la Asociación Americana de Escuelas de Formación de Profesores (AACTE), admite que las prácticas no están a la altura de la “práctica clínica”.

Esto encaja con un patrón de investigación de Kane, que revela ser “casi constante”: los nuevos maestros carecen de capacidades de manejo de la clase y habilidades para  instruir. “Los cirujanos comienzan en cadáveres, no en pacientes vivos”, señala Kane.

“Hemos pensado mucho acerca de cómo enseñar a jóvenes de 22 años,” dice Scott McCue, que dirige Sposato. Él y sus colegas han organizado una buena enseñanza en una “taxonomía” de cosas de qué hacer y decir. “De las 5,000 o más cosas incluidas en una enseñanza sorprendente”, dice Orin Gutlerner, director fundador de Sposato, “queremos asegurarnos de que puedan hacer las 250 más importantes”.

El plan de estudios de las nuevas escuelas se ve influenciado por gente como Doug Lemov. Un ex profesor de inglés y fundador de una escuela en Boston, Lemov utiliza pruebas de puntuación para identificar algunos de los mejores maestros de América. Después de visitarlos y analizar los videos de sus clases para averiguar exactamente qué hicieron, creó una lista de 62 técnicas. En muchos de ellos, los elementos básicos son la atención de los alumnos. Los “mejores” hacen que los profesores reciban a los alumnos en la puerta; una “voz fuerte” explica que los maestros más eficaces se quedan quietos cuando hablan, utilizan un registro formal, tienen un lenguaje ‘económico’ y no terminan sus frases hasta tener la atención plena en sus clases.

Pero la mayor parte de las técnicas de Lemov tienen el propósito de aumentar el número de alumnos que piensan en una clase y la cantidad de tiempo que lo hacen. Técnicas tales como una  “llamada fría” y “girar y hablar”, donde los alumnos tienen que explicar sus pensamientos rápidamente a un compañero, dan los entrenamientos cognitivos, comunes en las aulas de Shanghai y Singapur, que frecuentemente salen en la mejor posición en las comparaciones internacionales.

Este nuevo enfoque se asemeja en cierto modo al espíritu colectivo de las mejores escuelas de Asia. Pocos profesionales están tan aislados en su trabajo, o tienen tan poca información, como los maestros occidentales. Hoy en día, el 40% de los maestros de la OCDE nunca han enseñado junto a otro maestro, observó un estudio. Simon Burgess, de la Universidad de Bristol, dice que la enseñanza sigue siendo “una profesión a puertas cerradas”, añadiendo que los sindicatos de maestros han hecho que sea difícil para los observadores tomar notas en clase. Como resultado, quienes sufren las consecuencias son los alumnos, dice Pasi Sahlberg, un ex alto funcionario del departamento de educación de Finlandia. Él atribuye gran parte del éxito de su país es la cultura de la colaboración de los docentes finlandés.

Además de permanecer aislados, los profesores carecen de esquemas bien definidos para mejorar. Gutlerner señala que la enseñanza es la única profesión que le exige lo mismo a los novatos como a los veteranos con 20 años de experiencia. Gran parte de lo que pasa por “desarrollo profesional” es muy débil, al igual que los sistemas de evaluación. En 2011 un estudio en Inglaterra encontró que sólo el 1% de los cursos de formación de profesores ayudaba a convertir una mala práctica en la buena enseñanza.

El New Teacher Project sugiere que después de la detonación de mejoras al inicio de sus carreras, los maestros rara vez mejoran. Esto puede ser porque no saben que tienen que mejorar. Tres de cada cinco profesores de bajo rendimiento en los Estados Unidos piensan que están haciendo un gran trabajo. El exceso de confianza es común en otros lugares: nueve de cada diez profesores de la OCDE dicen que están bien preparados.

No tiene porque ser de esta manera. En un amplio estudio publicado en marzo de Roland Fryer de la Universidad de Harvard encontró que “una gestión del desarrollo profesional”, donde los maestros reciben instrucciones precisas, junto con información específica, bajo la tutoría de un profesor líder, tuvo un fuerte efecto positivo.

Tales ambientes están presentes en las escuelas como Match y de North Star- y en áreas tales como Shanghai y Singapur. Los incentivos correctos ayudan. En Shanghai, los maestros no serán promovidos a menos que puedan demostrar que colaboran. Sus mentores no serán promovidos a menos que puedan demostrar que sus estudiantes y maestros mejoran. Es útil tener el tiempo necesario. Los maestros en Shanghai enseñan sólo 10-12 horas a la semana, menos de la mitad del promedio de 27 horas de América.

Sin humor negro

En muchos países, la manera de salir adelante en una escuela es pasar a la gestión. Los superintendentes de distrito ganan más dinero que los maestros, aunque su impacto en la vida de los alumnos es menor. Singapur tiene una trayectoria profesional independiente para los profesores, por lo que los mejores no salen del aula.

 

En la siguiente tabla se pueden apreciar los datos que muestra el gráfico de The Economist para cada país incluido en el gráfico superior, al que hemos agregado la referida al Perú:

Los nuevos modelos de formación de profesores que darán inicio a esas carreras aún tienen que ser evaluados a fondo. La evidencia preliminar es alentadora, sin embargo. Relay y Sposato, ambos han establecido la mejora de los resultados de los estudiantes  como un requisito para la graduación de sus practicantes.

Steiner señala, sin embargo, que aún no está claro si estos nuevos maestros son “a prueba de escuelas”: eficaces en escuelas pero carecen de la intensa cultura de retroalimentación y la práctica de lugares como Match. Esta es una gran advertencia para la OCDE, dos tercios de los profesores creen que sus escuelas son hostiles a la innovación.

De esta manera, los reformadores esperan que finalmente puedan mejorar la educación a gran escala. Hasta ahora, el trabajo del maestro ha sido relativamente descuidado, con todo el foco en los cambios estructurales. Sin embargo, las interrupciones en los sistemas escolares son irrelevantes si no se cambian el cómo y qué aprenden los niños. Por eso, lo que importa es lo que los profesores hacen y piensan. La respuesta, después de todo, está en las aulas.

 

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Olvidémonos de los elegantes uniformes y las clases pequeñas. El secreto de las notas estelares y estudiantes prósperos son los profesores.

Una nueva generación de formadores de maestros está fundando una ciencia rigurosa de la pedagogía. El objetivo es hacer que los profesores ordinarios mejoren, al igual que los entrenadores deportivos ayudan a los atletas de todos los niveles a mejorar su mejor marca personal. Si se hace bien, esto va a revolucionar a las escuelas y cambiar vidas.

Por el contrario, la idea de mejorar el promedio de los maestros podría revolucionar toda la profesión. En todo el mundo, son pocos los maestros lo suficientemente bien preparados para enseñarle a los niños. En los países pobres, muchos casi ni reciben formación de ningún tipo. Un informe reciente encontró que 31 países en los que más de un cuarto de los profesores de colegios de primaria no llegaban a las normas nacionales mínimas.

Lo que los maestros no pueden aprender en las universidades y escuelas normales, rara vez lo aprenden en el trabajo. Se convierten en mejores maestros en sus primeros años al enfrentarse a alumnos reales en aulas reales, pero después las mejoras disminuyen. Esto es en gran parte porque las escuelas descuidan a sus alumnos más importantes: los propios maestros.

Si esto va a cambiar, los maestros necesitan aprender cómo impartir conocimientos y preparar a las mentes jóvenes para recibir y retener información. Los buenos maestros establecen metas claras, hacen cumplir las normas de comportamiento y administran su tiempo sabiamente. Utilizan técnicas de instrucción ya probadas para asegurar que todos los cerebros estén trabajando todo el tiempo, por ejemplo, haciendo preguntas en el aula con “llamadas en frío” en lugar de confiar en los mismos alumnos que levantan siempre la mano.

Inculcar estas técnicas es más fácil de decir que de hacer. La enseñanza, al igual que otras habilidades complejas, la ruta de dominio no es una teoría abstrusa sino una práctica intensa, basada en conocimiento de la materia y métodos pedagógicos. Los alumnos deben pasar más tiempo en el aula. Los lugares donde los alumnos tienen un mejor rendimiento, por ejemplo, en Finlandia, Singapur y Shanghai, ponen a los profesores nuevos a través de un aprendizaje exigente.

Las instituciones de formación de maestros tienen que ser más rigurosas- como cuando hace un siglo las facultades de medicina elevaron el calibre de los médicos mediante la introducción de planes de estudios sistemáticos y proporcionando experiencia clínica.

También se necesitan grandes cambios en las escuelas para asegurar que los maestros mejoren a lo largo de sus carreras. Los mejores instructores afinan su oficio a través de observación y entrenamiento. Ellos aceptan la retroalimentación- algo que los sindicatos no deberían resistir.

El dinero es menos importante de lo que parece. Los maestros en Finlandia, por ejemplo, ganan alrededor el promedio de la OCDE. Pero asegurarse que los mejores se queden en el aula, probablemente, en la mayoría de lugares, significar salarios más altos. Las personas que prosperan con los alumnos no deben tener que convertirse en administradores para obtener un aumento de sueldo. Y una mayor flexibilidad en los salarios haría más fácil atraer a los mejores profesores a las peores escuelas.

La mejora de la calidad del maestro promedio podría aumentar el prestigio de la profesión, la creación de un círculo virtuoso en el que los graduados más talentosos busquen unirse a ella. Sin embargo, las mayores ganancias vendrán de la mejor preparación de los nuevos maestros y la mejora de ellos se verá en las aulas. La lección es clara; ahora sólo necesita ser enseñada.Lampadia

¿Qué fomenta mejores profesores: salarios más altos o menos horas de trabajo?

Publicado por The Economist

11 de junio de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

traer a las personas más brillantes y motivadas a la docencia es una lucha en muchos países. Se culpa, a menudo, la baja remuneración, especialmente cuando se combina con largas jornadas de trabajo. Las dificultades de reclutamiento de maestros es nombrada como un argumento para justificar por qué los alumnos de algunos países tienen malos rendimientos en la escuela. Pero los datos de la OCDE, un club de países ricos (en su mayoría) sugieren que, al menos en lo que respecta a resultados educativos, ni menos horas ni más paga cambia las cosas. Los alumnos japoneses y surcoreanos compiten por los primeros puestos de la clasificación PISA de escritura, cálculo y conocimiento científico de alumnos de 15 años. A sus maestros se les paga casi lo mismo, pero trabajaron horarios muy diferentes: 54 horas por semana en Japón, en comparación con 37 horas en Corea del Sur. Los alumnos de Estonia, que tiene los maestros con los salarios más bajos en el grupo, tienen un mejor performance que los de Holanda, donde los salarios de los maestros son cinco veces más altos y las horas iguales. Incluso cuando se toma en cuenta el PBI por persona, Holanda es inusualmente generosa con los profesores y Estonia inusualmente tacaño.

Entonces, ¿qué deberían hacer los profesores que quieren más tiempo libre y una mejor remuneración? Los profesores de dos tercios de los países del grupo se beneficiarían trasladándose a Holanda (los otros tendrían que trabajar más horas después de migrar). Los profesores portugueses reducirían su jornada de trabajo por más de tres horas si se trasladaran a Italia, mientras que verían recortados sus salarios por un mero 2%. Los profesores británicos que, como la mayoría de sus compatriotas, se resisten a la idea de aprender un nuevo idioma, también tienen opciones. Trasladarse a Canadá les brindaría un aumento salarial de 41%; a Estados Unidos, 29%; o Australia, 19%. Sólo que aquellos que decidieran por Canadá tendrían que trabajar más tiempo por el dinero extra- sólo media hora más al día.

Aclaración: Las horas semanales en la tabla son las horas de trabajo efectivo, reportados por los profesores. Esta información ha sido añadida a la tabla después de ser publicada originalmente.




Hay un sesgo ideológico en contra del sector privado

Hay un sesgo ideológico en contra del sector privado

“Haz mejorado mucho, pero todavía sigues siendo malo”.

Le dijo Gonzalo Galdós a un amigo tenista pero, lo lamentable, es que tenemos que concluir lo mismo sobre la educación escolar en el Perú.

Efectivamente, así lo demostró hace pocos días en Lima, Lant Pritchett, el experto de la Universidad de Harvard que nos comentó que en las evaluaciones PISA estamos 100 puntos por debajo del 10% más atrasado de Dinamarca, el promedio de la OCDE y, que tal como estamos haciendo las cosas, solo mejoramos un punto por año. ¿100 años para nivelarnos? Ver en Lampadia: La educación está en crisis y nosotros estamos de fiesta.

La siguiente entrevista de Jaime de Althaus a Gonzalo Galdós, promotor y presidente Ejecutivo de Futura Schools, una cadena de colegios que “ofrece educación de calidad y pensiones accesibles, para niños de clase media emergente”, nos muestra las limitaciones de la educación en el Perú y las trampas ideológicas que entorpecen su superación.

Galdós nos dice que se siente profundamente decepcionado con la actitud del Ministerio de Educación, pues teniendo un reto tan grande por delante, que requiere la participación de todos los peruanos, tiene un dilema de corte ideológico entre la educación pública y privada.

Además afirma que en el país hay muy buenos profesores, que lo que necesitamos es gestores educativos. También tenemos que liberalizar la educación para que profesionales (no docentes, como un matemático)   puedan enseñar en nuestros colegios.

Igual sucede con la nueva ley universitaria de Mora y Saavedra, por la cual, un profesor de la Universidad de Harvard, tampoco puede enseñar a tiempo completo en el Perú.

“Hay un sesgo ideológico en contra de la participación del sector privado en educación”. Veamos la entrevista:

Con otro enfoque, el de la creatividad, Sir Ken Robinson nos hace notar que la orientación de la educación en el Perú, va en sentido contrario de lo que necesitamos para lograr una educación que empodere a nuestros niños para ese nuevo futuro tan retador e incierto que nos trae la revolución tecnológica en ciernes. Ver en Lampadia: ¿Las escuelas matan la creatividad?.

En contraste con estas visiones, veamos lo que nos dice el popular Ministro Saavedra sobre el rol del sector privado en educación: (Fuente: SEMANAeconómica.com, entrevista de Javier Albán a Jaime Saavedra, Ministro de Educación, 15 de junio, 2016).  

¿Cuál es el rol del sector privado para lograrlo?

Hay varios roles. El más importante es pagar sus impuestos. [INCREÍBLE] Los países que la han hecho son los que han logrado tener un sistema educativo público de alta calidad, gratuito y para todos. La vez pasada decía en el directorio de la Confiep que si esa presentación la estuviese haciendo en Canadá, la diferencia sería que los hijos de todos los empresarios allá estarían en un colegio público. El Perú la va a hacer el día en que cualquier persona rica o pobre decida poner a su hijo en un colegio privado sólo si está más cerca, pero si no es por eso, que pueda ponerlo en uno público y esté muy bien.

El problema que tenemos aquí es que la recaudación es relativamente baja. El Estado es relativamente pequeño, porque existe una informalidad muy grande. No es un asunto de tasas necesariamente, pero hay una informalidad grande. Tenemos que corregir eso como estructura también para tener los recursos necesarios para poder mejorar nuestra educación pública. También hay un rol a través de programas de responsabilidad social de las empresas, con las que hemos trabajado de manera más cercana durante los últimos años. [O sea, ¿el problema es de dinero?].

¿Qué ejemplos de iniciativas privadas destacaría?

El más representativo es el trabajo que hace Empresarios x la Educación, que aglutina recursos de un grupo grande de empresas y hacen distintos tipos de intervenciones en conjuntos de colegios, y está bien coordinado con el trabajo del ministerio. Hay un programa de lectura del BBVA que es interesante también. [El ministro nunca reconoce el aporte del sector privado a la educación, con la cual ya hemos superado una inversión del 6% del PBI en educación. No menciona ni a los excelentes colegios de Fe y Alegría ni a los de Innova Schools o Futura Schools].

Creo que hay un rol adicional para el sector privado. No solamente debe estar preocupado e interesado en que la educación mejore. Eso ya se ha logrado. (…) Necesitamos tener una suerte de obsesión con que el proceso de reforma educativa se consolide y la calidad de la educación [pública] mejore, (…). [De eso se trata, por eso mismo no se debe inhibir el aporte privado].

En otras preguntas de Semana Económica, el ministro enfatiza que en su opinión, tanto para educación escolar y universitaria, lo que necesitamos es poner más dinero. La verdad es que necesitamos mucho más que eso.

En nuestra opinión, lo primero que hay que hacer es lograr que el país tome conciencia de nuestra realidad, del tremendo atraso que llevamos y de las dificultades que tendremos que vencer para superarlas.

En segundo lugar, debe organizarse una gran gesta nacional por la educación, un ‘pacto social por la educación’, que busque el apoyo de la población para emprender una verdadera revolución.

Sobre las metas que debemos ponernos y la orientación estratégica que debemos adoptar, empecemos por recoger las recomendaciones de Lant Pritchett y Ken Robinson, según hemos reseñado líneas arriba.

Sobre los próximos cinco años de gobierno queremos enfatizar que en opinión de Lampadia, el ministro más importante del gabinete debe ser el de educación. La gestión de todos los demás entra, de alguna manera, dentro de rangos previsibles que difícilmente pueden implicar un daño grave a los intereses de largo plazo del Perú. En cambio, un Ministro de Educación inadecuado, sí puede afectar gravemente la estructura del bienestar futuro de nuestra población, especialmente, la de los más pobres. Los daños de una mala gestión educativa en los próximos años pueden ser fatales en el largo plazo.

Por eso, dijimos el 31 de mayo pasado que para hacer la revolución educativa que debemos emprender con urgencia, necesitamos: Una nueva visión, un nuevo ministerio, un nuevo ministro y una clase dirigente más consecuente. 

Lampadia