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La verdadera naturaleza de la dictadura chavista

“La crisis de Venezuela está lejos de terminar” es la frase con la que termina un reciente artículo publicado por The Economist (ver líneas abajo) en el que se reseña a detalle, el contexto en el que se dio la incineración de 2 camiones cargados con 20 toneladas de ayuda humanitaria (alimentos, suministros médicos, entre otros) cada uno hacia Venezuela, hecho acontecido el pasado 23 de febrero en la frontera con Colombia.

Y es que el evento en cuestión puso una vez más en evidencia lo que ya veníamos advirtiendo previamente en Lampadia: La clave del éxito de Guaidó: la firme lealtad que mantienen las fuerzas armadas y la policía con el régimen de Maduro, la cual es determinante para una mayor prolongación de la crisis humanitaria que aqueja a nuestro país vecino. Así, según el servicio de migración de Colombia, apenas 60 miembros de las fuerzas armadas y la policía desertaron, los cuales apenas representa apenas una ínfima facción en relación al ejército al mando de la dictadura bolivariana.

Tras los sucesos de este terrible hecho, Guaidó, el ahora presidente interino de Venezuela, ya no escatima la posibilidad – como ha dejado entrever a través de su cuenta de Twitter – de una intervención militar, apoyada por la comunidad internacional, en particular, de EEUU.

Pero el lunes pasado, el Grupo de Lima reafirmó su opción pacifista como el camino para enfrentar a Maduro.

Sin embargo, de darse la posibilidad de un conflicto armado, y suponiendo el éxito de dicha operación, nuestros lectores podrían encontrar relevante realizarse la siguiente pregunta:

¿Qué implicaría derrocar el régimen chavista de Nicolás Maduro, a la luz de las fuerzas políticas que confluyen alrededor de su círculo de poder?

En apariencia, la respuesta parecería ser “el fin de una dictadura” seguida de “la implementación de un programa de estabilización económica que permita reducir los enormes déficits fiscales, y con ello, darle fin a la hiperinflación”. Sin embargo, la verdad se torna mucho más perversa conforme analizamos la verdadera naturaleza de la crisis a la que nos referimos.

En realidad, no estamos solo hablando solo del “derrocamiento de un dictador”-como otrora sucedería con Pérez Jimenez en 1958 – y de “acabar con la hiperinflación”. De lo que estamos hablando es de una salida de una dictadura mezclada con un emporio del narcotráfico, terrorismo y delincuencia internacional que quizás por primera vez en la historia, ha usado los enormes recursos de todo el Estado, de un país rico en recursos naturales y con una posición geopolítica privilegiada, para expandir enormemente sus operaciones internacionales.

Esta suerte de invasión encubierta fomentada por el propio gobierno chavista ha estado enquistada en territorio venezolano durante 20 años y puede dividirse en tres “ejércitos”, altamente peligrosos por sus nexos con la dictadura castrista, el narcotráfico y el terrorismo. Según trascendidos:

  • 22,000 cubanos que arribaron a Venezuela para controlar el país con el argumento de la “Anuencia Chavista”.
  • 20,000 miembros de las FARC y del ELN de Colombia – ubicados en la zona de los Llanos – que no desean salir de Venezuela, pues el ejército colombiano los espera en la frontera con dicho país.
  • Un número grande aunque incierto de terroristas de Hezbolá – ubicados en el oriente del país – que tampoco tienen forma inmediata de salir de forma segura.

Según Moisés Naim, la cantidad de cubanos en Venezuela ascendería a unos 30,000 ‘supuestos médicos’, pero en el mejor de los casos, todavía habría 15,000 cubanos colaborando en otras áreas, notarías, registros públicos, instalaciones militares, servicios de inteligencia, etc.

Así, el derrocamiento de tal dictadura sería histórico ya que sería un golpe demoledor para el narcotráfico y el terrorismo hemisférico e internacional. No se trata pues del derrocamiento de una dictadura convencional.

Afortunadamente, la cooperación internacional ha ofrecido su ayuda humanitaria a Venezuela, como una suerte de médico que atiende a un  paciente con un cáncer que lo ha estado invadiendo durante 20 años y cuyo estatus de salud actual, presenta una metástasis generalizada.

La operación será larga y lenta… ya que implica remover todos los daños generados por esta enfermedad durante estos últimos 20 años… Pero confiamos en que será certera. Lampadia

Guaidó v Maduro, el siguiente capítulo
Después de un día de drama, un estancamiento por la ayuda a Venezuela

¿Es la intervención militar el siguiente paso?

The Economist
24 de febrero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

CARACAS Y CÚCUTA. Aproximadamente a las 11 a.m. del 23 de febrero, cuatro camiones, cada uno cargado con 20 toneladas de alimentos, suministros médicos y artículos de tocador, habían llegado a los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que unen la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta con Venezuela. En el cruce de Simón Bolívar al sur de la ciudad, utilizado por miles de personas en un día normal, la policía colombiana abrió una barricada de metal que habían erigido y miles de venezolanos acudieron, con la esperanza de despejar un pasaje para que los suministros ingresaran a Venezuela. Cantando “libertad”, se dirigieron hacia la policía antidisturbios, que se habían colocado detrás de escudos transparentes en el lado venezolano del puente. Minutos después, la primera granada de gas lacrimógeno cayó sobre los venezolanos que avanzaban. Huyeron. Muchos resultaron heridos en la estampida.

El intento de entregar ayuda humanitaria a Venezuela, orquestado por Juan Guaidó, quien es reconocido como el presidente interino del país por su legislatura controlada por la oposición y por la mayoría de las democracias occidentales y latinoamericanas, tenía tres objetivos. El primero fue públicamente avergonzar al régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Su corrupción e incompetencia han infligido años de dificultades a los venezolanos. El segundo fue aliviar esa dificultad mediante la entrega de unas 600 toneladas de ayuda, la mayor parte proporcionada por los Estados Unidos. El tercero y más importante fue derribar al régimen al abrir una brecha entre sus líderes y las diversas fuerzas armadas que lo mantienen en el poder. La operación tuvo éxito en su primer objetivo, pero hasta ahora no ha logrado los otros dos.

Comenzó el día anterior con un concierto estilo Live-Aid en Cúcuta, en escena por Richard Branson, un empresario británico. Maduro respondió con su propio espectáculo con poca asistencia al otro lado de la frontera. La gente del público dice que fueron transportados allí y recompensados con arroz y frijoles por presentarse. En el mismo día de la entrega de la ayuda, los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay se unieron a Guaidó, quien tiene prohibido formalmente salir de Venezuela. (Los peces gordos pasaron el día monitoreando los eventos desde un edificio cerca del puente Tienditas no utilizado, entre los otros dos cruces). Cientos de periodistas vinieron a ver los eventos desarrollarse. Un mes después de asumir el cargo de presidente interino de Venezuela en un mitin en Caracas, Guaidó volvió a llamar la atención del mundo.

Pero poca ayuda, si es que alguna, llegó. Hubo informes de que algunos suministros llegaron a Venezuela a través de la frontera sur con Brasil, donde también se ha acumulado ayuda. La mayoría no ha avanzado más allá de un punto de control aduanero en el lado venezolano. En la frontera colombiana, las fuerzas venezolanas repelieron las entregas. Dos camiones lograron ingresar a Venezuela a través del puente Francisco de Paula Santander, pero fueron detenidos en el extremo venezolano. Algo, tal vez una granada de gas lacrimógeno, les prendió fuego. Los partidarios del gobierno afirman que los manifestantes fueron los responsables.

Después de que los guardias nacionales en la frontera dispararan los primeros botes de gas lacrimógeno, algunos manifestantes corrieron hacia el río Táchira, el cual se ha secado en gran parte, y les arrojaron piedras. Más gas lacrimógeno aterrizó. La mayoría de los manifestantes se retiraron, pero unos cientos siguieron arrojando piedras a los guardias venezolanos, que luego fueron reemplazados por la policía nacional.

Poco después de la retirada de los manifestantes, las fuerzas venezolanas comenzaron a disparar gases lacrimógenos al territorio colombiano, expulsando a manifestantes, periodistas y observadores de la Organización de los Estados Americanos que creían que estaban a salvo. Los manifestantes que habían avanzado más cerca de Venezuela fueron recibidos con balas de goma y municiones reales. Dicen que fueron despedidos por colectivos, grupos paramilitares leales al régimen, y no por la policía antidisturbios, que no portaban armas. La policía colombiana, los paramédicos y los médicos atendieron a las víctimas en el puente Simón Bolívar y en tiendas de campaña médicas bien instaladas. Los doctores confirmaron que a algunos les habían disparado con munición real. Los heridos más graves fueron trasladados a hospitales. En total, cerca de 300 personas resultaron heridas en los cruces de Cúcuta. Según informes, cuatro personas murieron en la frontera de Venezuela con Brasil.

The Economist vio a cuatro miembros de las fuerzas armadas venezolanas cruzando el puente Simón Bolívar y el propio río para unirse al gobierno interino de Guaidó. Fueron recibidos como héroes y la policía los llevó apresuradamente. Al final del día, más de 60 miembros de las fuerzas armadas y la policía habían desertado, según el servicio de migración de Colombia.

Pero eran excepciones. La mayoría se mantuvo leal al régimen de Maduro. Los colectivos parecen ser los más comprometidos, y los más peligrosos. Víctor Navas, un manifestante, dijo que cuando los manifestantes desafiaron a la policía antidisturbios, los colectivos estacionados en el lado venezolano del río lanzaron gases lacrimógenos y munición real. Un desertor que cruza el puente Francisco de Paula Santander dijo que el gobierno había ordenado a los colectivos “masacrar a la gente”. Los habitantes de San Antonio de Táchira, en el lado venezolano del río, dicen que los colectivos atacaron a los manifestantes allí y se rompieron en apartamentos. Hay informes no confirmados de que han tomado como rehenes a las familias de algunos desertores.

En Caracas, la capital de Venezuela, Maduro no daba señales de rendirse. En una manifestación a favor del régimen, el 23 de febrero, se presentó en salsa con su esposa, Cilia Flores, e insistió repetidamente en que sigue siendo el presidente “legítimo” de Venezuela. La mayoría de los observadores independientes piensan que su reelección en mayo pasado fue fraudulenta. El único indicio que podría mostrar su preocupación era el chaleco antibalas que parecía llevar debajo de su cavernosa camisa roja.

Venezuela ahora ha roto relaciones diplomáticas con Colombia. Ha cerrado sus fronteras con Colombia y Brasil y su frontera marítima con tres islas del Caribe, incluida Curaçao, donde se encuentra otra reserva de ayuda. Venezuela ha roto así sus principales conexiones de transporte de superficie con sus vecinos.

Guaidó y la oposición dicen que continuarán buscando formas de obtener la ayuda. Se necesitará más cuando las sanciones impuestas por los Estados Unidos al petróleo de Venezuela, su principal fuente de divisas, comiencen a morder. Guaidó respalda las sanciones como una forma de forzar el régimen. Hasta ahora, han tenido poco efecto visible. Pero se espera que empeoren una situación ya desesperada. “Si estas sanciones se implementan en su forma actual, estamos ante la inanición”, dijo al New York Times, Francisco Rodríguez de Torino Capital, un banco de inversiones.

Con pocas señales de que el régimen esté preparado para ceder, la especulación es cada vez mayor de que la oposición de Venezuela y Estados Unidos tomarán medidas más drásticas. Guaidó tuiteó que, después de los eventos del 23 de febrero, “propondrá formalmente a la comunidad internacional que se deben mantener todas las opciones abiertas” para liberar a Venezuela. Marco Rubio, un senador estadounidense que influye en la configuración de la política de los Estados Unidos hacia Venezuela, tuiteó en respuesta que “los graves crímenes cometidos hoy por el régimen de Maduro han abierto la puerta a varias acciones multilaterales potenciales que no estaban sobre la mesa hace apenas 24 horas”.

Estas parecen amenazas a respaldar algún tipo de intervención militar en Venezuela, una opción que el presidente Donald Trump se ha negado repetidamente a descartar. El hashtag “Intervención Militar YA” está en tendencia en Twitter. Eso sería una medida altamente arriesgada. Muchos venezolanos podrían ver como libertadores a los soldados extranjeros que reciben ayuda y la promesa de una democracia restaurada. Pero muchos otros seguramente considerarán su llegada como una confirmación de la afirmación de Maduro de que la oferta de ayuda es una cobertura para un complot “imperialista” contra el país. La crisis de Venezuela está lejos de terminar. Lampadia




Necesitamos un Acuerdo Político además de un nuevo Gabinete Ministerial

Fausto Salinas Lovón
Cusco, 03 de abril de 2018
Para Lampadia

Quienes crean que la crisis política se superará con un nuevo Gabinete Ministerial y designando ministros que “salgan a la calle”, que “no sean de San Isidro” o que “tengan mejor comunicación política”, se equivocan y parecen no haber entendido lo que sucede hace dos años en el Perú.

La caída de PPK no es atribuible únicamente a sus antiguos conflictos de intereses durante el Gobierno de Toledo y a sus graves errores políticos.  Es la obvia y advertida consecuencia de la incapacidad de los vencedores de las elecciones del 2016 (Fuerza Popular y Peruanos por el Cambio) de arribar a un punto de encuentro político y, haber permitido que la estupidez política de uno y otro lado agudice el conflicto y los dañe a ambos, en distinta medida.

LAMPADIA ha sido el medio más definido en favor de un acuerdo político por el Perú y quien escribe este artículo ha abogado junto con otros peruanos por la necesidad del mismo para dar sentido a los resultados electorales del 2016, donde el país optó por la economía de mercado y el modelo de crecimiento económico que el señor Humala estancó (El Perú no necesita una segunda vuelta – 14.04.2016, ¿Acabará la estupidez política peruana? – 15.12.2016, Vayamos a un acuerdo político de coincidencias básicas – 27.04.2017, No basta el diálogo, se requiere un acuerdo político inmediato – 06.07.2017).

Ni el claro mandato electoral del 2016, ni las lecciones de la historia política peruana que mostraban que ningún gobierno constitucional sin mayoría parlamentaria concluyó su mandato democráticamente (Bustamante 1948, Belaunde 1968 y Fujimori 1992), fueron suficientes. Los intereses domésticos de ambas fuerzas políticas hicieron que la lección de la historia no se tome en cuenta, impidieron el acuerdo (más allá de que la responsabilidad de unos sea mayor que la de los otros) y nos llevaron a la crisis pasada, cuya factura para el país es incalculable.

Felizmente, el Presidente Vizcarra, en su discurso inaugural ha dado a entender que tiene una mejor lectura de lo que sucede y ha hablado de la necesidad de poner un “punto final a la política de odio y confrontación que ha causado daño a paísy ha propuesto a todas las fuerzas políticas “un pacto social”.  

Sin embargo, bastará que el nuevo Presidente comprenda el problema y la necesidad del Acuerdo Político? ¿Será suficiente que Fuerza Popular entienda también esta necesidad por su propia supervivencia y a pesar de los intereses subalternos y menores de algunos de sus miembros?

Me temo que no.

Hay demasiados “radicales libres” o actores sueltos en la política nacional que no entienden la necesidad de este consenso político mínimo o no lo desean por sus intereses particulares o porque apuestan por el ‘reset’ político, que incluye nuevas censuras ministeriales, investigaciones, vacancias y como no, nuevas elecciones. Y estos actores sueltos se hallan en uno y otro bando y en todos los sectores políticos y pueden echarse abajo el Gabinete Villanueva, en menos de lo que todos deseamos. Por ello, lo que menos importa hoy día es saber si los nuevos ministros, muchos de ellos respetables e idóneos, saldrán a las calles a gobernar o comunicarán mejor su gestión. Lo que importa es que haya un acuerdo político que garantice la gobernabilidad y viabilidad de la segunda etapa de este gobierno.

Para algunos este acuerdo debe existir, pero puede ser tácito. Para otros, entre quienes me cuento, debería ser explícito y quienes llevaron al país al borde de la ingobernabilidad, debieran asumir la tarea de co-gobernar, como necesaria expiación política que demuestre que no solo obstruyen sino también edifican y que su mayoría parlamentaria no sólo está conformada por Bienvenidos, Mamanis o Becerriles, sino también por personas capaces de poner el hombre para reconstruir el país.  El acuerdo tácito puede crear la coartada de que no se asumirá el obvio desgaste político de todo gobierno; pero a mi juicio será insuficiente para reconstruir un caudal político destruido por acto propio. Sólo la redención de una buena gestión gubernativa compartida puede hacer que el Fujimorismo purgue los pecados cometidos y tenga alguna viabilidad futura. Asimismo, es necesario que Mercedes Aráoz, Juan Sheput y los izquierdistas más responsables, aplaquen sus dolores y dejen de jugar a la desestabilización del nuevo gobierno. 

¿En este acuerdo político hay lugar para otros sectores políticos? Yo creo que sí.

Todos aquellos que quieran sumar a la gobernabilidad y el desarrollo deben ser bienvenidos, en la medida en que respeten el claro mandato de las ánforas de abril del 2016, que son las que mandan, antes que los gritos en la calle de algunos profesionales del desorden o los alaridos anónimos e inorgánicos de otros en las redes sociales.

Por ello, no debemos creer que baste un nuevo Gabinete Ministerial. Es imprescindible un Acuerdo Político que evite mayores desgracias a nuestro país. Lampadia




Fake News o Rumores Insidiosos

Fake News o Rumores Insidiosos

Sebastiao Mendonça Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

A propósito de las últimas elecciones americanas el concepto de Fake News se ha puesto de moda. Sin embargo, el uso de Fake News, o noticias falsas, en español, es un recurso usado por los manipuladores desde hace muchos siglos, sólo que hoy las redes sociales y los celulares han hecho más fácil su propagación.

En 1475, en la ciudad de Trento, el cura Bernadino Feltre en un sermón acusó a la comunidad judía del asesinato de un niño desaparecido. Ello desencadenó una ola de violencia y saqueo en contra de los judíos. La ola se propagó por la región durante semanas a pesar de los esfuerzos de los gobernantes para frenarla. A lo largo de todo el medievo los rumores fueron responsables del asesinato de miles de personas acusadas por plagas, terremotos, brujerías, herejías, etc.

En la edad moderna, , o rumores insidiosos, se han vuelto importantes instrumentos de actores políticos, especialmente de los grupos anti-sistema, como un mecanismo para generar actos de protesta o descalificar a personas e instituciones. Actualmente, las Fake News son extensamente utilizadas por las fuerzas políticas que buscan movilizar a la población en base a sus sentimientos, temores y resentimientos, con el propósito de lograr objetivos que no serían posibles si la toma de decisiones de la población se diera sobre informaciones verdaderas. Pasaremos a describir un caso de la aplicación de Fake News en el contexto de las industrias extractivas en Perú.

Mercurio en los caños de Cajamarca

Después del derrame de mercurio en Choropampa (2 de junio del 2000), la población de Cajamarca quedó muy temerosa de que el problema de intoxicación ocurrido en la carretera se repitiera en la ciudad. El accidente asoció la actividad productiva de la empresa Yanacocha con el mercurio, dando la impresión (falsa) de que Minera Yanacocha utilizaría el mercurio en sus procesos productivos como lo hace la minería aurífera artesanal.[i]El razonamiento tácito que se generó a partir de esa impresión fue: Si Yanacocha utiliza agua y mercurio, entonces el agua de la ciudad puede estar contaminada con mercurio.

En los meses que siguieron al accidente de Choropampa se propagó,en la ciudad de Cajamarca y en sus alrededores,una ola de rumores acerca de aguas contaminadas por mercurio metálico: muerte de truchas en la Posada del Puruay, agua con mercurio en la cuadra 8 del Jirón José Sabogal, una profesora de la urbanización Horacio Zeballos que dijo haber encontrado mercurio en el lavadero de su cocina, un profesor universitario en la Urbanización Amauta que afirmó que el agua de su casa salía con mercurio, etc.[ii][iii]Un ex-trabajador de Yanacocha llegó a afirmar que tosía mercurio, aún sin tener idea de cómo el mercurio, en su forma metálica y líquida, podría haber llegado en su garganta.[iv]

Análisis químicos y toxicológicos posteriores negaron todos esos rumores, pero la falta de evidencias fácticas ha sido presentada por las organizaciones hostiles a la minería como prueba de la parcialización de las instituciones públicas hacia la empresa. La táctica de los promotores de noticias falsas es clara: si una institución técnica la descalifica, hay que descalificar la institución y mantener la vigencia de la insidia.

Con el tiempo, el temor fue bajando y la ola de rumores sobre hallazgos de mercurio en el agua ha ido disminuyendo.[v] Sin embargo, la idea de la contaminación ha quedado grabada en la mente de la población, y una encuesta del 2016 encontró que no menos del 60% de la población de la ciudad de Cajamarca creía que su agua estaba contaminada por la minería. El hecho que la empresa de agua de la ciudad realice un monitoreo permanente de la calidad del agua que distribuye, y asegure que no existe tal contaminación, no revierte el impacto de los rumores insidiosos de los años anteriores.

Los rumores insidiosos y su propagación

Estos rumores no son hechos aleatorios, provienen de una acción realizada con una intención expresa. Es un evento mediático creado por alguién y para algo. Estos surgen de una persona o una organización interesada en afectar la imagen de una empresa, gobierno o personalidad. Puede originarse en una mala interpretación de un hecho o ser la invención de una historia.

Sin embargo, para propagarse el rumor insidioso necesita estar en sintonía con los temores y sentimientos de la población. Para poder propagarse, tiene además que basarse en las creencias de la población, tiene que activar estereotipos preexistentes en la mente de las personas, y tiene que conectar esas creencias y estereotipos por medio de la imaginación. 

Los rumores insidiosos no necesitan pruebas, necesitan indicios que los hagan creíbles. Nadie ha confirmado que el ex-trabajador de Yanacocha tosía mercurio metálico (si se hubiera confirmado el hecho, sería algo tan excepcional que volvería noticia en las publicaciones científicas de todo el mundo), pero si alguén lo dice en primera persona ello se vuelve creíble. La clave para el éxito de un rumor no es basarse en hechos sino en tener elementos de credibilidad. Si un periódicou ONG anti-minera lo publica, se le hace aún más creíble.

Para gravarse en la memoria, el rumor insidioso necesita ser parte de una narrativa. Para que funcione, necesita contar una historia que suene conocida y creíble. Para que sea creíble que el mercurio esté saliendo por los caños de agua de la ciudad, tiene que existir, en la mente de la poblacion, una empresa minera que usa mercurio, que no se interesa por la calidad del agua de los cajamarquinos y que, por ganarse unos dólares más, estédispuesta a violar sus protocolos ambientales. Se necesita además que la empresa de agua, SEDACAJ S.A., sea produndamante incompetente y/o corrupta, incapaz de detectar el mercurio metálico en el agua, y dispuesta a falsificar la información brindada a la ciudadanía y a los órganos públicos. No se necesita mucha imaginación para inventar esas historias, si uno ingresa a los sites de las ONG anti-mineras va encontrar esta narrativa desarrollada en detalle. En realidad, ellas difunden rumores insidiosos (fake news) en sus páginas como parte de sus actividades regulares.

Para propagarse, la noticia falsa necesita replicadores, es decir, necesita medios, organizaciones, periodistas y “expertos” que lo difundan como verdadero. Esos replicadores funcionan además como fedatarios de las ‘verdades mentirosas’, de que las versiones creadas en base a la fantasía son más reales que los hechos mismos. Si esas organizaciones y personas se presentan como ambientalistas, la propagación del rumor adquiere la aparencias de seruna acción de significado ético y hasta valiente.Si además los propagadores de los rumores reciben donaciones de los grupos de la cooperación contrarios al desarrollo del Perú, la propagación de rumores se vuelve una actividad económica rentable. Muchos de los reportes técnicos y reportajes elaboradas por ONG anti-mineras buscan dar credibilidad a rumores (intoxicación con metales pesados, intoxicación por polvo de camiones, etc.). Estos replicadores generan una oferta de rumores para la sociedad.

Sin embargo, el eslabón más importante de la cadena de propagación de rumores es el público, es decir, la demanda. Para que el público propague una noticia falsa, esta tiene que apoyarse en actitudes y emociones preexsitentes en dicho publico. Los sentimientos y resentimientos acumulados son el combustible de los rumores.Si esos sentimientos y resentimientos son suficientemente fuertes, la presentación de evidencias en contra del rumor no es suficiente para revertir ni frenar su propagación.

Las noticias falsasproducidas por la anti-minería tienen dos funciones principales: inducir a la población a involucrarse en conflictos, y servir de prueba de que su narrativa contraria a la minería tiene elementos de verdad. Una tercera función, no descartable, es inducir a la población a votar por candidatos anti-mineros para que los “protejan” de las empresas mineras y la minería. Los rumores anti-mineros pueden elegir alcaldes, gobernadores y hasta congresistas. En el Perú, producir rumores insidiosos es una actividad políticamente rentable.

La neutralización de los rumores

Como los rumores se propagan en consonancia con los sentimientos, estereotipos y creencias de la población, puede ser muy difícil su neutralización. Probar que el rumor es falso no es suficiente, se requiere una reinterpretación del problema y una nueva historia.

Huang (2014),[vi] basado en la experiencia china, sugiere que las respuestas deben ser ágiles, tener evidencias vivas, ofrecer una explicación alterna y convincente y, en lo posible, basarse en una fuente independiente y creíble. Además, no deben responder solo al rumor sino también a los sentimientos, temores y prejuicios que están subyacentes al él.

Analizando el uso de Fake News en la política americana, Berinsky (2012) del MIT, confirma muchas de las ideas de Huang, pero además alerta que en algunos casos, los intentos de corregir los rumores terminan por reforzarlos. Lacoff (2015)[vii]razona en la misma línea y considera que la neutralización de una narrativa requiere una reinterpretación del problema (reframing), una forma distinta de entender el problema, y el desplazamiento de la agenda hacia otros temas. Es decir, para neutralizar un rumor no es suficiente brindar información que muestra su falsedad, es necesariosalir de la lógica del rumory desplazar el debate hacialos temas que los rumores buscan ocultar.

La capacidad de las personas para cuestionar un rumor insidioso depende mucho de la complejidad que tiene la explicación alternativa. Para que una explicación funcione ella no debe superar el nivel de complejidad que cada segmento del público esté familiarizado y debe basarse en los conocimientos e informaciones con que las personas dispongan con anterioridad. No puede basarse en muchos nuevosconocimientos, sino básicamente reinterpretar lo que la población ya conoce. En la lucha contra los rumores, las explicaciones simples y directas ganan sobre los razonamientos largos y complejos.

En el Perú, los anti-mineros ya tienen una extensa batería de rumores insidiosos que utilizan en forma sistemática para desencadenar conflictos: aparecimiento de aguas blancas en los manantiales, contaminación de aguas por metales pesados, contaminación por nitratos, muerte de truchas, muerte o enfermedad de animales, intoxicación por polvo de camiones, etc. Todos ellos se basan en algún hecho que haya ocurrido alguna vez,en cualquier contexto, en alguna actividad minera en el país, y por ello son creíbles. Los rumores contra la minería constituyen una especie de arsenal mediático que despliegan cuando las circunstancias lo permitan.

La propagación de rumores es un componente fundamental de la tecnología de conflicto de los grupos anti-mineros. En todas las zonas mineras del país, cada vez que alguien desea desgastar una empresa minera, dañar su legitimidad, o promover un conflicto echa mano de algunos de los rumores insidiosos de su batería.

Es común que, en los noticieros que cubren los conflictos mineros, escuchemos cómo, esos rumores se propalan en la forma de explicaciones de los conflictos. Hasta en libros de conocidas instituciones de investigación social encontramos la dificultad de sus autores para filtrar los rumores y trabajar solamente con hechos verificables.

No debemos subestimar el poder destructivo de los rumores insidiosos por más ridículos que puedan parecer. Tampoco debemos aceptar que la población rural sea manipulada por grupos ideologizados ni por emprendedores destructivos. Quienes realmente deseen que la minería sea uno de los motores del desarrollo regional y que la institucionalidad democrática prevalezca, necesitan conocer los rumores que están siendo propalados en sus regiones y desarrollar mecanismos ágiles y efectivos de respuestaLampadia

[i] Los problemas de intoxicación con vapor de mercurio en la minería aurífera artesanal son graves, y conocidos en la cultura popular. Ese conocimiento, en forma analógica, reforzó la asociación entre la minería aurífera moderna y el mercurio.

[ii]Por tener una densidad muy alta, 13.6, casi el doble de la densidad del hiero (7.9), el mercurio no podría flotar en los métodos conocidos de procesamiento de agua potable y quedaría retenido en las pozas, debajo incluso de la arena de los desarenadores, ni puede ser conducido en tuberías de distribución. Sin embargo, los rumores sobre el mercurio en los caños domésticos fueron difundidos sin poner atención a esos “detalles” físicos.

[v]A diferencia de los métodos artesanales de la minería informal, el procesamiento de óxidos de oro de la minería moderna, como en Cajamarca, no utiliza el mercurio, sino el cianuro.El mercurio no es un insumo, sino un subproducto. Pero los difusores de los rumores tampoco se interesaron por esos hechos.

[vi]Huang, H. (2014). A war of (mis)information: The political effects of rumors and rumor rebuttals in an authoritarian country. British Journal of Political Sciences: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2131538

[vii]Lakoff, G. (2014). Don’t think of an elaphant. White River Junction, VT: Chelsea Green Publishing.