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Exíjannos honestidad, veracidad y eficiencia

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 16 de febrero de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Mucha gente nos exige favores personales. Incluso delictivos. Me refiero – por ejemplo – a ciertos políticos de alto rango que nos exigen puestos de favor para sus allegados. Los típicos recomendados que – una vez que ingresan al Estado – se convierten en ahijados que se la deben a sus padrinos… de por vida.

De acuerdo a mi experiencia como Gobernador Regional, los Congresistas son los peores. En realidad, fueron los peores porque valgan verdades – gracias a estos “periodicazos” – se les ha bajado el moño. Sin embargo, al comienzo de mi gestión… ¡qué manera de pretender favorecer a sus ahijados o – lo que es lo mismo – exigir la salida de funcionarios que les resultaban incómodos!

¿Cómo será el acoso de estos malos congresistas en las demás instituciones públicas? ¿Cómo meterán a sus ahijados en la policía, universidades estatales, beneficencias, y / o municipios? Debe ser atroz. El hecho es que cualquiera sea el padrino que beneficie indebidamente a un allegado con un puesto en el Estado, tiene – para toda la vida – a un infiltrado que se la debe. Un topo dispuesto a retribuir – como sea – el favor concedido. Un ahijado cuya única camiseta es la de su padrino. ¡Cero camisetas del Perú! Y de allí siguen los demás favores indebidos. Uno tras otro… hasta nunca acabar.

Efectivamente, después del puesto de favor viene la adjudicación de las obras para beneficiar a constructoras con quienes – esos padrinos y sus ahijados – tienen arreglos soterrados. Viene – también – la adjudicación de compras de equipos, materiales y / o servicios… todo sobrevalorado. Todo adjudicado a proveedores con quienes se comparten subrepticiamente las ganancias del negocio. Y ¡qué me dicen de la mafia de consultores! Así le roban al Estado estos sinvergüenzas. Repito. Todo empieza con el puesto de favor.

Nuestros antepasados – los Incas – valoraron mucho la honestidad. “Ama Sua” (no seas ladrón) fue el primero de los tres preceptos morales del extraordinario y sencillísimo código de moral Inca que forjó la grandeza del Imperio del Tahuantinsuyo. Ser honestos. Así de sencillo. Pero de verdad.

El Papa Francisco – también – es muy sencillo respecto a la corrupción. “Pecados sí; corrupción no”. El Contralor de la República Nelson Shack – igual – es muy elocuente. Cuando vino a Ica – hace poco – nos dijo; “Uno puede meter la pata, pero no la mano”. ¿Más claro? Ni el agua.

El problema es que ser honesto en nuestro país no es “así de sencillo”. O mejor dicho… es sencillo decirlo, pero difícil serlo. La cantidad de ahijados – improductivos, ociosos, maltratadores, corruptos – que ingresaron al Estado por influencia de algún congresista – u otro político clientelista – es colosal.

La semana pasada estuvo en Ica el Ministro Carlos Bruce, y conversando al respecto me contó que cuando dejó el Ministerio de Vivienda en el 2005 habían 300 trabajadores. Ahora – al asumir nuevamente el cargo – encontró 3,000. ¡Diez veces más!

El Ministro de Educación Idel Vexler y el ex Premier Fernando Zavala encontraron la misma situación. Ambos – al igual que “Techito” – fueron ministros o vice ministros hace unos 10 años. Y los tres se sorprendieron del explosivo incremento de la burocracia estatal… sobre todo en la última década. Y algunos congresistas insisten en meter más ahijados al Estado. ¡Patético!

Pues bien, exactamente lo mismo ha sucedido en TODAS las instituciones públicas del país. TODAS están atiborradas de burócratas. Por eso – aparte de la corrupción – no hay plata para hacer obras. Y menos para aumentarle a los servidores públicos de verdad. La planilla de remuneraciones del Estado está volando por las nubes. Excepto en el Gobierno Regional de Ica. Efectivamente, en diciembre nos vamos y dejaremos MENOS burocracia de la que encontramos cuando asumimos el Gobierno de Ica en el 2015.

¿Cómo lo hacemos? Ama Sua: fuera los corruptos Ama Lulla: fuera los mentirosos. Ama Quella: fuera los ociosos. Exíjannos honestidad, veracidad y eficiencia. No favores personales.

¡Grandiosos Manco Cápac y Mama Ocllo! ¡Qué orgullo para los peruanos poder compartir nuestra nacionalidad con un Taita y una Mamacha tan grandes como ustedes! Lampadia