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“Cuando Diego García Sayán nombró cónsul a Michael Karp”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 11 de Mayo del 2023

“Karp se ha ido con por lo menos un par de decenas de millones de dólares en la cartera, así que mal no la va a pasar por más que eso signifique no poder salir de Israel”.

La bruja soez de los cabellos de fuego tomó su escoba y voló a Israel… ¿A alguien le ha sorprendido que Karp haya tomado esa decisión? La única pregunta sobre su tan previsible fuga era si su destino final sería Tel Aviv o Bruselas, pues es bien sabido que ni Israel ni Bélgica suelen extraditar a sus connacionales. Karp se ha ido con por lo menos un par de decenas de millones de dólares en la cartera, así que mal no la va a pasar por más que eso signifique no poder salir de Israel. Me imagino que traerá a su madre de Bélgica a vivir consigo y que su hermano Michael, un abogado financiero al que quiso acreditar como cónsul peruano en Luxemburgo, la visitará también. El buen Michael fue nombrado en ese puesto por su cuñado Toledo y el entonces canciller Diego García Sayán el 18 de marzo de 2002, mediante la Resolución Suprema 115-2002-RE. Como se armó el escándalo, García Sayán dejó sin efecto ese nombramiento el 19 de marzo —o sea, al día siguiente— mediante la Resolución Suprema 125-2002-RE. En un país normal haber avalado ese tremendo acto de nepotismo hubiera significado la renuncia o la dimisión del desvergonzado García Sayán, pero si los caviares son intocables en estos días lo eran mucho más en esa época. Además, a comienzos de 2002 los únicos medios que fiscalizaban a Toledo eran Correo (que había reflotado su edición limeña y era dirigido espectacularmente por Tafur. Yo no quiero nada a Tafur por tronchado y otras cosas, pero no le voy jamás a no reconocer sus grandes condiciones como periodista) y Expreso. El Grupo El Comercio era todavía absolutamente incondicional a Toledo por esas fechas y la TV y radio apenas se metían con él porque quien criticaba era inmediatamente tildado de “fujimontesinista” por el oficialismo y la caviarada. Después ya vino el cargamontón de todos cuando los numerosos errores de Toledo le desprestigiaron completamente y ya no era “políticamente incorrecto” cuestionarlo. Al final, lo robado será disfrutado por la bruja.




Dina Boluarte, presidenta del Perú

Por: Arturo Woodman
Expreso, 9 de Mayo del 2023

La señora Dina Boluarte es la presidenta del Perú por sucesión constitucional, después que el Congreso de la República resolvió vacar al presidente Pedro Castillo, a raíz de su mensaje a la nación dando un golpe de Estado el miércoles 7 de diciembre del año pasado.

La finalidad de Castillo era quedarse en el gobierno con todos los poderes, disolviendo el Congreso de la República y declarando en reorganización el Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional, entre otros poderes del Estado, en un plazo de 180 días.

El Congreso de la República reaccionó convocando a una reunión adelantada para debatir la vacancia presidencial, la misma que se efectúo y fue vacado con 101 votos de aprobación. Mientras tanto, Pedro Castillo salió del palacio acompañado por su asesor el Dr. Aníbal Torres, además de su esposa e hijos rumbo a la Embajada de México a confirmar su asilo político, pero fue interceptado por su propio equipo de seguridad.

El expresidente Castillo fue llevado a la Fiscalía de la Nación, donde después de interrogarlo procedieron a trasladarlo en helicóptero al centro Barbadillo, donde pasaría recluido 18 meses, posteriormente la Fiscalía ratificó los 36 meses de prisión preventiva. A su familia: esposa e hijos, se les concedió asilo político llevándolos a México en avión comercial, viaje que tuvo cobertura mediática al igual que su llegada a ese país. El gobierno mexicano les ha proporcionado una vivienda y un viático mensual.

El presidente mexicano López Obrador ha criticado reiterativamente al gobierno de la señora Boluarte, lo que obligó a nuestra cancillería a pedir el retiro de su embajador, distorsionándose las buenas relaciones que siempre el Perú ha tenido con el gobierno mexicano.

Inclusive, tanto México como Chile, Colombia y Perú tienen un acuerdo comercial de integración y desarrollo especial, pero con los últimos cambios de gobiernos y sus políticas progresistas, dan la impresión de que este interesante acuerdo de la Alianza del Pacífico, logrado por el expresidente Alan García, se está alejando de la posibilidad de éxito.

La presidenta Dina Boluarte no reside en Palacio de Gobierno, vive en su casa ubicada en el distrito de Surco y ella sale de su vivienda a cualquier hora de la mañana, coordinando previamente con su seguridad, quienes calculan el tiempo en llegar a la vía expresa de subida, cerrando el paso por varios minutos a los vehículos que van en ese sentido, generando un innecesario tráfico.

Con otro enfoque, el Patronato pro Bomberos del Perú quiere reiterar su interés en lograr que la unidad siniestrada de los Bomberos, que cuenta con una escalera telescópica de 90 metros de altura y que se encuentra inoperativa después de un accidente, sea cambiada por una nueva, empleando el sistema de OXI (obras por impuestos).

La indicada unidad retornaría a Finlandia para que la reparen; previamente, debemos tener claro que ellos por la diferencia de precios nos propondrían enviar un equipo nuevo, más chico. Dicha unidad será de propiedad de la Municipalidad de San Isidro y podrán tenerla en su poder como complemento de sus unidades operativas.
Finalmente, esperemos que la operación por OXI pueda caminar y que la Municipalidad de San Isidro esté de acuerdo con el canje propuesto, al igual que la presidenta Dina Boluarte.




Mucha mugre debajo de la alfombra

Por: Sergio Bolivar
Expreso, 6 de Mayo del 2023

El expresidente de EE.UU., Abraham Lincoln, dijo la sabia frase: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”… Hasta ahora gran parte del país, incluyendo a los gobernantes, no ha comprendido que la falta de abordar los problemas contribuye a que se agraven. Caemos en el megaengaño al tratar cínicamente de ocultar nuestras imperfecciones metiéndolas debajo de la alfombra. Esto nos viene afectando hace mucho tiempo y terminamos ensuciados con la retórica del golpista. Debemos levantar la alfombra para limpiarnos de la mugre:

Mugre uno; la ideologización e injerencia extranjera que hacen propaganda a favor del adelanto de las elecciones en el Perú y la convocatoria de una Constituyente. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH ha excedido sus atribuciones cuestionándonos políticamente en estos asuntos, e inclusive nos ha exhortado a “abstenernos de adoptar reformas legislativas y constitucionales”. No podrán imponernos ninguna de esas medidas porque violan nuestro ordenamiento constitucional, y así lo establece la Carta de la OEA, la Convención Americana de DDHH y nuestra Constitución Política.

Tal como lo sugirió Renovación Popular, el Gobierno debe denunciar a la CIDH por injerencia a nuestra soberanía de cara a la Convención Americana de DDHH. Del igual manera, esto aplica para cualquier órgano supranacional o país que busque hacerlo. Debajo de la alfombra hay núcleos ideologizados, ONG y movimientos de izquierda que siguen proliferándose en el interior del país y que se han integrado al Estado con el golpista. El Gobierno debe responder rescindiendo los contratos CAS que es el modus operandi del copamiento.

Mugre dos; el incontrolable avance de la minería ilegal y el contrabando, sobre todo en Madre de Dios y Puno; dos regiones sin inversión en infraestructura productiva. Ambas evaden impuestos y destruyen bosques, así como tierras agrícolas. Más del 90% del oro ilegal se vende a Bolivia, un país que no cuenta con producción minera de oro y con un modelo económico fracasado.

Peor aún, el vecino nacionaliza el oro ilegal en sus reservas, y encima se promueve como productor líder de oro en el mundo. Pronto Bolivia acabará con todo dinero de la jubilación que han robado a los aportantes. Si lo dejamos debajo la alfombra, Bolivia seguirá de parásito del Perú. Según la SNI, en los últimos 8 años el Estado dejó de percibir 5 mil millones de dólares por ingreso de productos ilícitos al Perú.

Esta situación solo puede frenarse con interdicción y control territorial en contra del contrabando de alimentos, combustibles, vehículos y maquinarias para la minería ilegal. Para ello, necesitamos de las Fuerzas Armadas y Policiales, tecnología de vigilancia, control fronterizo, inspecciones, sanciones drásticas contra los ilegales, así como la cooperación de las autoridades locales e instituciones para fomentar alternativas económicas sostenibles.

Mugre tres: el fracaso de la regionalización que solo trajo corruptos al poder y más desigualdad. La historia se repite con gobernadores mafiosos que se enriquecen y terminan huyendo de la justicia, abandonando obras y permitiendo el narcotráfico, la tala y minería ilegal, dejando como resultado la pobreza, anemia y desnutrición. Actualmente, más del 80% de estos gobernadores registran delitos y con tristeza vemos como muchos políticos, funcionarios, opinólogos y analistas intentan ocultarlo. Al grano y sin titubeos, la regionalización debe rediseñarse por completo para mejorar el servicio público con meritocracia a favor del desarrollo social y económico de cada región.

La lista de mugres es extensa e incluye la informalidad, la criminalidad, la migración extranjera, la infraestructura deficiente y mucho más. Sin embargo, los peruanos, y también el Gobierno, debemos enfrentar nuestros problemas con determinación, porque más vale confrontar la verdad que ocultarla debajo la alfombra.




Divide y robarás

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 8 de mayo de 2023
Para Lampadia

En realidad, la expresión original es: “divide y vencerás”. Y se trata de una táctica política, muy utilizada a lo largo de la historia por conquistadores y gobernantes despóticos, para dominar a poblaciones numerosas.

Julio César, el emperador romano del Siglo I AC y Napoleón Bonaparte, el emperador francés del Siglo XIX DC, fueron dos conspicuos practicantes de dicha táctica. ¡Y vaya que obtuvieron resultados! Ambos, en su momento, prácticamente lograron subyugar al mundo entero.

En nuestro país, los gobernantes corruptos también aplican la famosa táctica de “divide y vencerás”. El problema es que, como son corruptos, el “vencerás” lo han cambiado por “robarás”, para que quede como “divide y robarás”.

Efectivamente, las instituciones del Estado peruano parecieran haber sido diseñadas exprofesamente por la diosa coima. La proliferación de distritos, provincias y regiones es una prueba palmaria de ello.

Para muestra, un botón. Colombia – un país muy parecido a nosotros – tiene 1,104 distritos. Nosotros, en cambio, tenemos 1,874 distritos. Pero eso no es todo. Poblacionalmente, Colombia es mucho más grande que nosotros. Ellos tienen una población de 52 millones de habitantes. Mientras que nosotros, apenas 33 millones. O sea, en Colombia hay una autoridad distrital por cada 47 mil habitantes. Mientras que nosotros tenemos una autoridad distrital por cada 18 mil habitantes. Divide y robarás.

La regionalización de nuestro país – o, mejor dicho, la gran estafa de la regionalización del Perú – es también otra muestra palmaria del “divide y robarás”.

El gran geógrafo peruano don Javier Pulgar Vidal sentó las bases para la integración departamental del Perú. Él fue el proponente de la demarcación geográfica transversal, sobre la base de 5 regiones, todas con territorios en Costa, Sierra y Selva. Pero ojo… ¡dijo 5 regiones, no 24! Divide y robarás.

Después tenemos la proliferación de ministerios. ¿A santo de qué tenemos 19 ministerios… en vez de 8 ó10, que serían mucho más manejables?

¿Para qué tenemos un Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y un Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social? ¿Acaso no son lo mismo?
¿Para qué tenemos 4 ministerios vinculados a la producción: ¿Agricultura y Riego, Minería, Petróleo y Energía, Producción (que ve industria y pesca) y Comercio Exterior y Turismo? ¿Por qué no un solo ministerio que mate cuatro pájaros de un tiro? Divide y robarás.

Después tenemos la proliferación de Organismos Públicos Descentralizados (OPD´s).

Los más descarados son los 2 PROVIAS: PROVIAS Nacional y PROVIAS Descentralizado. Ambos, hacen lo mismo: carreteras y puentes. Ambos están adscritos al mismo ministerio: el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Precisamente, el ministerio donde estuvieron Martín Vizcarra, Juan Silva, Geiner Alvarado… y otros prontuariados más. Divide y robarás.

Por otro lado, tenemos la exagerada redundancia de instituciones funcionalmente idénticas. Por ejemplo, las numerosas instituciones que están metidas en la colada preferida de la diosa coima: las obras de infraestructura pública.

Veamos. El Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS), el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED), la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (PROINVERSIÓN), las Direcciones Regionales y Locales de Infraestructura que son miles, más las dos PROVIAS antes mencionadas… todas hacen lo mismo: obras de infraestructura.

¿Por qué no tener una sola Autoridad Nacional Autónoma (ANA), apolítica, profesional, meritocrática, descentralizada, súper especializada en obras de infraestructura, en vez de la telaraña existente? Divide y robarás.

Ahora bien, aparte del “divide y robarás”, nuestras autoridades corruptas e inoperantes han acuñado una tercera táctica política, derivada de la anterior: “complica y robarás”. ¿Por qué no digitalizar, transparentar y simplificar radicalmente todos los procesos de compras y contrataciones del Estado? Complica y robarás. ¿Por qué no eliminar aquellos requisitos y procedimientos burocráticos ridículos e inútiles para el otorgamiento de licencias y permisos estatales? Complica y robarás. ¿Por qué no estandarizar todos – o casi todos – los bienes y servicios requeridos por el Estado, para hacerlo más eficiente, tanto en costos como en tiempos? Complica y robarás. ¿Por qué no eliminar totalmente la papelería burocrática estatal y decirles adiós a las firmas, adiós a los sellos, adiós a las colas interminables, y sobre todo, adiós a las coimas? Complica y robarás.

Y así, dividiendo al Estado en miles de instituciones redundantes e innecesarias, complicando procedimientos y trámites absurdos en desmedro de la ciudadanía, y robando y coimeando a diestra y siniestra, el país se degrada y envilece a más no poder. Cuando lo que se requiere es todo lo contrario: integrar en vez de dividir, simplificar en vez de complicar, y servir en vez de robar. Lampadia




“Este gobierno ha pasado de ser un gobierno criminal a uno de centro izquierda”

Entrevista a Alfonso Bustamante Canny
El Comercio, 7 de Mayo del 2023
Por: María Rosa Villalobos

El Perú ya se recupera del deterioro institucional que dejó el gobierno de Pedro Castillo, asegura Bustamante. La Confiep reconoce buenas intenciones en la gestión actual.

“Nos hemos aburguesado como país”, dice el presidente de la Confiep, Alfonso Bustamente en este entrevista, en la que profundiza sobre el impulso a la inversión privada, la generación de confianza, las coordinaciones con el gobierno y el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La inversión privada se contrajo 13% en el primer trimestre. Para este año, la estimación del MEF y el BCR ahora son iguales: una caída de 0,5%. ¿Podría ser mayor dicha caída?

La inversión privada tiene un efecto directo en la confianza del inversionista. No sorprende el retroceso en la inversión privada con los meses y años que hemos tenido, en los que había una política clara anti-empresa. Los efectos que estamos viendo ahora y hacia el final de año obedecen seguramente a decisiones que han sido tomadas el año pasado. Invocamos al gobierno retomar la senda de generar confianza hacia la inversión privada, fuente de empleo.

¿Qué se necesita por parte del Ejecutivo para recuperar esta confianza?

La pacificación del país es muy importante. En eso no solamente debiera trabajar el gobierno. Claramente, estamos poniendo nuestra cuota desde el sector privado. Eso es una cosa buena. Otra cosa buena es la generación de Alianzas Público-Privadas (APP). Hoy el Perú tiene un déficit de infraestructura tremendo, tenemos un Niño [Costero] que se nos avecina y que requiere de inversión en infraestructura pública. El desarrollo de un país debe hacerse a través del concurso entre el sector público y el sector privado. Las APP son una herramienta fundamental para generar crecimiento y alivio a los problemas de la población. Destrabar proyectos emblemáticos que solamente dependen de acciones políticas también serían señales muy importantes. Me refiero específicamente a proyectos como Majes Siguas II y Chavimochic III […] El presupuesto de inversión pública en el Perú a los gobiernos regionales y locales es de un 70%, y son ellos los que evidencian mayor atraso en la ejecución […] La simplificación administrativa es importantísima.

De hecho, en el último pedido de facultades algo se avanzó. ¿Aún falta avanzar en ese sentido?

Sí, claramente.

El Ejecutivo está tratando de impulsar las Obras por Impuestos (OxI), pero hay falta de incentivos para que los gobiernos regionales tomen en cuenta este mecanismo. Es un problema que viene desde hace mucho. ¿Ven las OxI como una alternativa adicional a las APP?

Las OxI son una respuesta. Esta ley [de las OxI] hace es que el empresario pueda dirigir los impuestos que tiene que pagar a ejecutar obras con valor social, y que de otra forma seguramente estarían durmiendo el sueño de los justos y viviendo postergados como casi todo lo que hemos visto en infraestructura. Creo que es una magnífica cosa. En Confiep, hemos hecho una alianza con Aloxi, que es la alianza de las empresas que hacemos OxI , para ver cómo generamos un mayor impacto e identificar de manera conjunta cómo el sector privado puede generar un mayor impacto. Quiero resaltar, por ejemplo, el Puente de Santa Rosa. No es un puente solamente, sino un viaducto que va a conectar Lima con el nuevo terminal del aeropuerto Jorge Chávez […] Estábamos exigiendo al concesionario que cumpla con hacer este terminal de clase mundial, pero no nos ocupamos de la parte fuera del aeropuerto. Como este caso, hay muchísimos otros. Estamos trabajando saneamiento, educación, agua.

Pareciera que ni siquiera llegamos al 2025 con el viaducto.

Dependerá de qué tan rápido puedan sacarse todos los permisos. A eso me refería yo. Las barreras para hacer infraestructura, estén hechas por el sector público o privado, tienen que pasar por el mismo nivel de permisología, la eficiencia, la rapidez y la motivación de la gestión para aprobar los permisos. Si no es rápido, da lo mismo lo que escojamos, porque veremos demorados los procesos […] Cuando el Perú estaba quebrado, lo primero que se hizo fue una simplificación administrativa que lamentablemente no estuvo completa. Hacia mediados de los 90 o 2000, todavía teníamos hambre por captar inversiones. Necesitamos generar inversiones para generar trabajo y riqueza. Hoy día nos hemos aburguesado como país. Imponemos a a los inversionistas potenciales una serie de condiciones con una gestión de trámites que deja mucho que desear. Nuestra ley, que viene del derecho romano, dice que tenemos que hacer todos los pasos previos para que algo se autorice. Nuestra ley no es como la anglosajona, en la que primero haces y sabes que tienes que cumplir con las normas. Acá la ley te dice “prúebame que lo vas a hacer”. Tenemos que estar más alertas para no duplicar o triplicar estos requisitos y ponerles plazo a las respuestas del Ejecutivo. Lo que lo que nos ha impuesto nuestro modelo económico y de gobierno, es que el Estado es el que autoriza todas las acciones. El Estado es el promotor de las inversiones, es el adjudicador, el fiscalizador de las inversiones y el regulador. Los privados somos los administrados. Estamos lejos de los días en que decíamos “que el Estado se vaya de vacaciones para que el país crezca”. Ahora, si el Estado se va de vacaciones nos quedamos estancados. Por lo mismo, necesitamos un Estado ejecutivo y con capacidades para poder atender las necesidades del crecimiento. Y ahí hemos venido fallando, porque además, tercerizamos esas esas funciones (gobiernos regionales y los locales), sin capacitación

¿Esta tramitología que hasta hoy existe refleja desconfianza del Estado hacia el sector privado?

No creo que sea eso. El Estado, como dije, se ha aburguesado. Con cada elección, vemos que la planilla del Estado crece. Se pagan favores electorales con empleo estatal. La Ley de Procedimientos Administrativos del Estado tiene que revisarse profundamente y con un ojo crítico.

Alfonso Bustamante, nuevo presidente de la Confiep.

¿Han tenido ya reuniones con el Ejecutivo?

Estamos teniendo muchas reuniones, no solo con el Ejecutivo, sino con el Legislativo […] La regionalización como fue concebida tiene algunos problemas. Por ejemplo, los períodos gubernamentales de los gobiernos regionales y locales no coinciden con los del gobierno nacional. En esos traslapes, [una autoridad regional o local] se pasa la mitad de su período sin poder ejecutar o volviendo a presentar las cosas que estuvieron mal.

¿Deberían coincidir?

Deberían coincidir para eso. Una de las propuestas que hemos hecho a la Comisión de Constitución y se ha hecho a la Comisión de Descentralización, es esa: que coincidan los períodos gubernamentales.

¿Se han reunido con la presidenta Boluarte?

Hemos tenido reuniones con la presidenta Boluarte en actos protocolares. Tuvo la deferencia de ir al cambio de mando de Confiep. En esa reunión tuve la ocasión de hablar con ella en algunos minutos previos a la ceremonia. Confiep participa también del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico, y hemos tenido dos ceremonias en las que también hemos tenido oportunidad de estar con la presidenta. Sin embargo, nos hace falta con ella una reunión de trabajo, puntualizando estas propuestas que estamos haciendo y que son transversales al gobierno central, al gobierno regional, a los gobiernos distritales. Estamos elaborando una propuesta integral pensando en poner al ciudadano al centro de la agenda nacional. Durante los últimos años hemos estado muy enfocados en peleas políticas, pero a esos que se adjudican ser voceros del pueblo, no les interesa el pueblo. Lo que les interesa es mantener al pueblo descontento y así utilizarlos como herramienta política, ideológica.

¿Está dentro de esta agenda en el corto plazo la restitución del Consejo Nacional de Trabajo (CNT)?

Está dentro de nuestra agenda, claramente. Este espacio se rompió en el periodo del gobierno de Castillo por unas iniciativas que nunca fueron socializadas ni hacia los trabajadores ni hacia los empleadores. Fue unilateral de parte del Estado [la decisión], que terminó afectando a ambas partes (trabajadores y empleadores) y al país. Estoy seguro que esa era la agenda de ese de ese gobierno. Hoy estamos buscando recuperar esos espacios. En esos espacios tienen que darse condiciones mínimas que fueron planteadas tanto por los trabajadores como por los empleadores.

¿Hay una fecha para el regreso del CNT?

No tenemos fecha. Lo que tenemos es un procedimiento, y ya dejamos claro cuáles son los requisitos. El tema de la tercerización, por ejemplo.

¿Debería eliminarse?

Esa, por ejemplo, fue una iniciativa inobservaba. Los primeros en levantarse fueron los trabajadores y después nos levantamos nosotros. No habían condiciones para eso. Creo que tenemos que retomarlo y de no poderlo retomar de manera tripartita, lo haremos bipartitamente con los trabajadores, pero estoy seguro que sí encontraremos ese espacio.

¿Han conversado con gremios como la CGTP?

Soy nuevo en Confiep. Tengo en agenda reunión con la CGTP y la CTP. Tenemos muchos puntos en común.

¿Cree que nos recuperaremos del deterioro institucional causado por Pedro Castillo? ¿Nos tomará un año o dos?

Quiero dar crédito al Ejecutivo en este momento, porque hoy día tenemos interlocutores válidos en todos los ministerios. Me consta que están teniendo que hacer una limpieza de lo que se hizo en el gobierno de Castillo, en el que se puso a cargo de ministerios a personal que no venía a construir, sino más bien a destruir la institucionalidad de estas entidades. Esto, no solamente en ministerios, sino también en organismos administrativos del Estado. Eso toma un tiempo, pero vemos que estamos en recuperación y con franca voluntad [de mejora]. También, sé que no es popular hablar bien del Congreso, pero si sacamos a los “roba sueldos”, el Congreso es un órgano colegiado y dentro de las reuniones durante este último mes y medio que he estado teniendo con miembros del Congreso, también encuentro personas de mucha valía y con intereses legítimos por el Perú. Hay que reconocer que durante el gobierno de Castillo, tuvieron un rol muy importante de cuestionar ministro a ministro para no caer en la trampa de la cuestión de confianza.

Hay también en el Congreso decisiones como la de los retiros de pensiones.

Ahí tenemos a personajes como Sigrid Bazán, que tienen una agenda compleja con el con el tema de las pensiones, que lo que haría es dejar desprotegidos a los pensionistas. Quieren reformas radicales. Es muy apetitoso llevarse los fondos privados de pensiones a una administración para que estos se repartan entre todo el mundo. Lo que no se toma en cuenta es que haría eso respecto a la confianza no solo de los inversionistas, sino de los propios beneficiarios. Se está desbordando la Comisión de Trabajo de iniciativas de ese tipo. Debe haber un espacio para para que los actores podamos discutir esto y medir las consecuencias. Y otra vez, pensar en el ciudadano. El Perú hoy día es un país que tiene recursos suficientes para abordar todos sus problemas. Tenemos un problema serio de gestión y no de recursos. Y, ¿por qué no tenemos un problema de recursos? Porque hemos generado en el pasado la confianza suficiente para captar inversiones. Hemos crecido en los últimos 25 años como país más que nuestros vecinos, más que el promedio mundial. Eso se ha visto reflejado en el ingreso de los ciudadanos. Hemos visto cómo la pobreza monetaria en el Perú bajó de 60% a 20% antes de la pandemia. Esa victoria, que es parcial todavía porque quedaba ese 20% de peruanos fuera de la pobreza monetaria, no cuenta toda la historia. La pobreza no hay que medirla solamente por los ingresos de las personas, […] porque por más que se tenga dinero en el bolsillo, eso no compra agua potable de calidad en casa, por ejemplo. Tenemos que atender esas necesidades. Tampoco es suficiente para atender las necesidades de salud.

¿Es un deber de las empresas buscar el bienestar de la ciudadanía?

Es un deber no solo de las empresas, es un deber de todos los peruanos velar porque el crecimiento sea homogéneo. Es un deber de los líderes empresarial poner foco en que si queremos que el crecimiento del Perú se siga dando, tenemos que ser más inclusivos. Tenemos que velar por que todos los peruanos que han quedado postergados por una u otra razón, se pongan al día. La mejor forma que hemos visto para monitorear eso es la medición de la pobreza multidimensional. La pobreza multidimensional es la que mide no solamente los ingresos, sino la educación, la salud y la vivienda […] Esos son los indicadores que hay que medir y que realmente yo los traduzco en dignidad para las personas […] El Perú tiene los medios para alcanzarlo y lo que no tiene es la capacidad. Lo que no ha hecho hasta ahora es gestionar adecuadamente esos recursos que han sido generados por la actividad económica. Un grupo de radicales de izquierda, que además son muy violentistas, quieren volvernos Bolivia o Venezuela. Ese es el camino que no debemos seguir […] Actualmente, los bolivianos se están refugiando en el sol peruano. La economía boliviana ha entrado en un espiral donde ya están interviniendo los bancos, están en franco deterioro. Les va a pasar lo que nos pasó a nosotros en los 80, cuando se tenía que imprimir dinero para pagar los sueldos del Estado. Argentina va ya por ese camino. La inflación en Argentina es aplastante, igual que en los 80.

¿Cuál es la posición que tiene Confiep respecto a los proyectos del Congreso para imponer cuotas de contenidos a radio y televisión?

Las cuotas de contenido cortan la libertad de los medios y de las personas. Yo como usuario no quisiera que me impongan un contenido. Ahora con el ‘streaming’ puedo elegir qué quiero ver y qué no quiero ver. Es absurdo que en un momento de libertades, estemos pretendiendo legislar como el cangrejo, mirando para atrás. Me parece absurdo.

Sobre el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hecho público, ¿qué posición tiene la Confiep?

Lamento lo que se ha publicado en este informe. Este informe ha consultado con el Gobierno y con los distintos actores de la sociedad y hay comentarios que se han incluido. Esto tiene puntos buenos y tienen puntos malos. Lo más resaltante de esto es que el informe reconoce que ha habido un golpe de Estado por parte de Pedro Castillo y que el gobierno que tenemos ahora es una sucesión legítima y democrática. Además, el informe identifica que ha habido acciones sumamente violentas y dañinas de parte de algunos manifestantes. También, identifica que ha habido como resultado de esta acción violenta, falta de acceso a servicios médicos y bloqueos, fallecimientos […] hemos visto que hay un sesgo ideológico con respecto a unas afirmaciones respecto a fenómenos sociales que según ellos -digo yo-, no tienen sustento, porque se basan en esas entrevistas a una persona, por ejemplo.

El informe dice, por ejemplo, que las protestas fueron el resultado de agravios sociales y rezagos económicos. Realmente sabemos que las propuestas en Puno fueron motivadas políticamente. Nadie pedía mejores servicios, se decía “que se vaya Dina”, “cambio de Constitución”. Nadie pedía los derechos de los ciudadanos y no es casual que esto se haya iniciado en Puno. En el sur vemos que en Puno hay una actividad ilícita de algunos grupos muy fuertes y muy arraigada […] Ese grupo de gente financia una actividad y inutiliza a los pobladores de Puno […]Puno es un pueblo trabajador, aguerrido, empresario, pero […] la falta de gestión para atender los problemas verdaderos de la población genera un gran descontento […] Estas personas han violentado y motivado económicamente [las protestas] […] La toma de Lima fue un fracaso. Sé que están planeando nuevamente una sonada por las mismas causas políticas y tratando esta vez de agraviar al sector privado.

El informe menciona que sí hubo violaciones de los derechos humanos y uso desproporcionado de la fuerza.

Sí, efectivamente, eso lo menciona. El uso excesivo de la fuerza hay que investigarlo hasta el final. Con lo que no estoy de acuerdo son las conclusiones arbitrarias basadas en conversaciones con algunas personas […] Esto no es un tribunal de justicia. Creo que se han cometido una atrocidad al poner en su informe conclusiones que deben deben pasar primero por un tribunal de justicia. Lo único que han desnudado al decir eso, al usar la palabra “ejecuciones” y al renegar de las industrias extractivas diciendo que no han generado ningún beneficio para las poblaciones, es su verdadero sesgo político e ideológico. Eso casi que invalida todos los criterios que no sean objetivos de este informe. Lamento mucho que una institución como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos esté hoy día absolutamente parcializada hacia una ideología que además es destructiva. Realmente va justamente contra los derechos humanos. Esto es informe que no tiene carácter vinculante para el Estado.

¿Considera inválido el informe por esta ideologización?

Creo que este informe está demasiado parcializado […] Yo no soy capaz de distinguir si es que el exceso de fuerza de un policía repeliendo a unos manifestantes obedecían a las órdenes de su superior inmediato o de la presidenta de la República si no vemos realmente a una persona que está haciendo uso excesivo de la fuerza. Llegar a la conclusión de que estas son ejecuciones extrajudiciales desautorizan absolutamente el informe, le quitan veracidad.

¿Sería lo mejor para el país que el Gobierno se quede hasta el 2006?

Lo que es mejor para el país es que las normas se cumplan. Este gobierno se ha convertido de un gobierno criminal dedicado a destruir las instituciones a un gobierno de centro izquierda que lo que quiere es reconstruir. Mientras hayan buenas intenciones y éstas además se puedan concretar en ejecuciones eficientes, nosotros vamos a apoyar las gestiones. Si se queda o no, no depende de nosotros. El período gubernamental del gobierno que hemos elegido acaba el 2026, nos guste o no nos guste. Si hubieran razones para descalificar a la presidenta por incapacidad moral para gobernar, que hasta donde sé no las hay, deberíamos recurrir al mecanismo constitucional. No creo que los peruanos debamos decir “se va el 2023 o el 2024″ o cuando nos provoque. Eso lo que hace es generar desconfianza. Los inversionistas necesitan confianza, paz y tranquilidad. Necesitan orden, democracia y predictibilidad. Sin ellos no tendremos inversiones, sin inversiones no tendremos crecimiento y sin crecimiento nuestros hijos no tendrán puestos de trabajo.




Cómo superar la crisis y salir adelante

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Los peruanos hemos llegado a tener la sensación de que debemos hacer algo importante y trascendental para salir de la crisis profunda en la que hemos caído.

Al respecto, ya hemos comentado anteriormente que una de nuestras principales debilidades es la falta de institucionalidad. Esta falta, se ve a las claras en el irrespeto a las normas que regulan la marcha del país, desde el tránsito hasta las normas tributarias, pasando por todos los campos de la actividad. Pero también se aprecia en la falta de visión de país, misión de los órganos del Estado, planes medibles de trabajo y el “wipe” del que ya hablamos antes.

Dicho esto, me atrevería a decir que, el desorden y sentimiento superlativo de falta de institucionalidad en el Perú, se aprecia en la altísima rotación de las autoridades de gobierno y de ministros de los organismos “pilares” de nuestra gestión gubernamental.

Veamos si no, que entre los años 2013 y 2023 hemos tenido: 22 presidentes del consejo de ministros, 21 ministros de salud, 14 ministros de educación, 15 ministros de vivienda, construcción y saneamiento y 17 ministros de transportes y comunicaciones, y qué decir de 6 presidentes de la república en cuatro años y medio.

¿Qué planes de gobierno de largo plazo se pueden ejecutar, si cada medio año llega alguien nuevo a aprender?
¿Qué planes educativos de valores y de formación para el trabajo se pueden sostener?
¿Qué negociación seria, con organismos internacionales, para desarrollo y financiamiento de grandes proyectos de infraestructura se puede manejar?
¿Qué planes de salud y combate de la anemia, vacunación para la erradicación de ciertas enfermedades se pueden hacer sostenibles?
¿Qué proyectos de infraestructura hidráulica y de saneamiento se pueden coordinar con regiones y municipalidades?
¿Qué infraestructura de prevención de desastres se puede desarrollar?

La respuesta la tenemos a la vista, nada, absolutamente nada.

Ya hemos recibido directamente, la queja de organismos multilaterales por no poder mantener, del lado del gobierno peruano, un equipo de diseño de carreteras (veamos el caso carretera central), planes de infraestructura para el desarrollo, tipo grandes ferrocarriles (seguimos hablando del “Tren Macho”) y menos determinación del alcance y objetivos articulados de tal infraestructura.

Este modelo de gestión en manos de políticos, fracasó estrepitosamente. Y, todo lo dicho, sin incluir el condimento de la regionalización y las autonomías que pretenden estos gobiernos regionales y municipales.

Es clarísimo que el problema peruano no es el modelo económico, ni de carencia de derechos ciudadanos, sino de gestión del Estado.

Ante esto, debemos ver casos de éxito a nivel mundial y hacer nuestro un nuevo diseño y modelo de gestión. Dos países exitosos que en muy corto plazo han podido revertir la situación caótica de sus economías, son Singapur y Nueva Zelanda, el primero con líneas autoritarias de gobierno y el segundo con un gran sentido democrático y republicano.

Por otro lado, tanto Fernando Cillóniz, como Pablo Bustamante, han estado compartiendo artículos sobre las Autoridades Nacionales Autónomas (ANAs) y, me atrevería a decir, que Educación, Salud y Transportes y Comunicaciones, junto con Vivienda, Construcción y Saneamiento (estos dos últimos integrados en “Fomento y Obras Públicas”, deberían ser nuestras primeras ANAs.

Organismos autónomos, altamente profesionalizados, donde prime la meritocracia, sin injerencia política de los gobiernos y que tengan que cumplir grandes objetivos medibles e inobjetables. Estos organismos de alta calidad profesional, con profesionales que ganen su estabilidad a base de cumplimiento de metas, bien remunerados e incorruptibles, es lo que debemos construir y fomentar.

Paralelamente, debemos “barrer” de un plumazo tanta normatividad inútil, creada a base de “consultorías” de ONGs, que se han dedicado a poner trabas que retrasan el desarrollo de nuestros proyectos más emblemáticos.

Mientras no eliminemos la gran mayoría de esas trabas burocráticas, el Perú no dejará de ser el país de las potencialidades e ilusiones perdidas. El país que hubiera podido ser, pero que sigue esperando por su oportunidad.

Me parece que el buen ejemplo a seguir es el de Nueva Zelanda, país que hasta 1984 (aquí nomás), estaba arruinado, sujeto a políticas controlistas, un sinnúmero de empresas estatales, impuestos numerosos y altísimos, de la mano de gran número de subsidios, gran burocracia y “permisología” abundante.

En esas circunstancias, el partido laborista (centro izquierda), tras ganar las elecciones y consciente que eran un país en riesgo, demostró que ser de izquierda, no les impedía usar su sano juicio. Establecieron un plan de gobierno, “Plan para superar la crisis y salir adelante”, el mismo que después fuera acogido y continuado por gobiernos de centro derecha y que consistió en:

    • Guerra a la burocracia. Si algo lo hace mejor el mercado que el Estado, se privatiza.
    • Profesionalización de la gestión pública.
    • Simplificación y eliminación de procesos burocráticos que no crean valor. (Ejemplo: Después de aplicar el programa, en el Dpto. de Transportes, se redujo de 5,600 burócratas a 53, y en el Dpto. Forestal de 17,000 a 17 trabajadores).
    • Reducción del número de impuestos y tasas. Como resultado, se incrementó la recaudación en 20%.
    • Se verificó que, tal como ocurre en el Perú, gran parte del presupuesto en educación no iba a la mejora de calidad y cantidad de maestros y escuelas, sino a agencias de evaluación y consultorías. El control de los colegios pasó a manos de los padres de familia.
    • Los padres pueden escoger el colegio para sus hijos, público o privado, y el Estado paga el mismo importe por alumno.

Este modelo de gestión, le permitió a Nueva Zelanda multiplicar por 7, en dólares constantes, su ingreso per cápita, entre 1984 y el año 2022.

Ya es tiempo que pongamos en marcha un proceso similar al de Nueva Zelanda, que propugnemos un shock de confianza y de atracción de nuevas inversiones, usando paralelamente el concepto de las ANAs. De esta manera, con una nueva cara, facilitaremos el desarrollo de nuevos proyectos, por un lado, mientras le damos continuidad en el tiempo a las tareas de Educación, Salud e Infraestructura, que requieren manejo profesional de excelencia. Ciertamente, estos tres pilares son los urgentes, pero el éxito de su transformación, debe ser seguido por la desburocratización y simplificación de todos los demás sectores.

No debemos permitir que estos pilares de nuestro gobierno y economía, caigan en manos de políticos que sólo buscan beneficiar a sus partidarios y amigos, para, en cambio, brindar los mejores servicios a la ciudadanía, pues para eso se creó el Servicio Público.

¡Dios nos ilumine! Lampadia




“Tanto trabajar y no tener derecho a nada…”

Por: Asociación por Más y Mejores Pensiones
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“Se supone que el Estado debe darnos servicios de calidad.. “

Por: Asociación por Más y Mejores Pensiones
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Receta para una reforma

Por: María Antonieta Merino, experta en reforma normativa
Gestión, 5 de Mayo del 2023

La experiencia de otros países muestra el consenso de tres elementos: política (policy), diseño institucional (procesos, herramientas) y actores.

En un país con tantos problemas como el nuestro, se proponen diferentes medidas que van desde la aprobación de leyes -por ejemplo, la última ley observada de llamadas spam-o la creación de nuevas autoridades -como la Autoridad Nacional de Infraestructura para reemplazar a la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios-.

¿Qué hace que una reforma llegue a ser más exitosa que otra? ¿Acaso hay una receta para el éxito? Los países más avanzados parecen haber encontrado la receta y en todos ellos se aprecia el consenso de tres elementos: política (policy), diseño institucional (procesos, herramientas, sistemas, entre otros) y actores.

El Estado debe tener un objetivo claro de lo que busca conseguir y eso debe estar plasmado a nivel de un documento de política. Harold Lasswell, político americano, definió a la política como “quién consigue qué, cuándo y cómo”. Responder estas preguntas no requieren de documentos complejos e inentendibles. Todo lo contrario, deben ser lo suficientemente claras para atender estas interrogantes. Una deficiencia que generalmente se aprecia es que la mayoría de veces se muestra un desfase entre la teoría y la práctica. O bien presentan escenarios poco realistas o no proporcionan el cómo (medio) necesario para hacer realidad el qué (objetivo). Estos problemas generan un quiebre en el primer elemento.

La sola aprobación de una política no es suficiente. Se necesita de un buen diseño institucional. Frecuentemente el Estado no reflexiona en los procesos que se requieren para implementar su decisión. Tampoco suele considerar si acaso serán necesarias ciertas herramientas para llevar a cabo dicha idea, y si los funcionarios cuentan con las competencias técnicas para entenderlas y aplicarlas. Ni qué decir de los sistemas, es decir, no se reflexiona cómo la nueva medida se inserta en todo lo que ya existe en nuestra abultada y ya compleja estructura gubernamental; ¿estaremos duplicando funciones?, ¿estaremos creando mayores y más complejos procesos para las empresas, los ciudadanos y para el mismo Estado? ¿estaremos incrementando innecesariamente los costos de un Estado que en sí mismo carece de suficientes recursos?, ¿es acaso esta la medida que necesitamos porque es eficaz y eficiente?

Y lo que es más importante, generalmente se excluyen a los propios funcionarios que serán los responsables de la implementación de la nueva medida y que pueden estar en mejor posición de explicar qué fue lo que no funcionó. Ellos saben a menudo lo que deberían hacer, pero tienen dificultades para ponerlo en práctica. Muchos de ellos no tienen ni siquiera la llegada a sus jefes o el respaldo para proponer los cambios. Los más creativos conseguirán soluciones ad hoc e innovadoras para hacer frente a las dificultades en la implementación de la medida, mientras que algunos inescrupulosos aprovecharán las deficiencias para prácticas contrarias a la ley. La omisión de los actores en el diseño de las medidas -funcionarios, así como el sector privado, expertos y la academia- desconoce el hecho de que cualquier reforma se sostiene en todas las partes involucradas en su ejecución y es producto de los esfuerzos conjuntos.

Adaptando una frase del Instituto de Gobierno británico, se puede concluir que la falta de estos elementos deja demasiado en manos del azar, la personalidad y la habilidad individual en la implementación de medidas de reformas.




“Gavin, eres un embajador y no un activista…”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 5 de Mayo del 2023

“El embajador británico en Perú, Gavin Cook, debería concentrarse en explicarnos qué ha pasado con la reconstrucción del norte que su país gestiona o en trabajar de verdad con la Cámara de Comercio Peruano-Británica, en lugar de colgar tantas fotitos laudatorias y demagogas en Twitter (..)”.

-¿Se fijaron en los términos que han inventado los caviares y que nuestra prensa ingenua recoge cándidamente? A la lucha contra el terrorismo le llaman “conflicto armado interno”. Una revuelta, bloqueo o disturbio es “un conflicto social”. Las lamentables muertes de unos manifestantes son “ejecuciones extrajudiciales” dentro de “una masacre”. Como bien anotó George Orwell en 1984, la izquierda inventa un nuevo lenguaje para dominar las mentes. -Nos visita nada menos que el canciller japonés, el más importante personaje internacional que llega a Lima tras la caída de Castillo, y eso apenas significa unas líneas escondidas en nuestra prensa. Pero también eso revela la colosal ineptitud comunicacional del gobierno. -Este domingo, Chile elige a los 50 representantes que decidirán finalmente cómo será su nueva Constitución, pues ellos revisarán el anteproyecto elaborado por expertos. Todo apunta a una severa derrota de Boric y la izquierda. ¡Ojalá! -Ojo que estos temblores bancarios en EE.UU. aún no han acabado, pues varias entidades regionales aún están movidas. -Florida no deja de sorprender con sus medidas de sentido común: ayer una ley estableció que los baños públicos se usan solo en base a tu sexo natural y no a tu supuesta “identidad de género”. Eso es lo cuerdo.

PD: El embajador británico en Perú, Gavin Cook, debería concentrarse en explicarnos qué ha pasado con la reconstrucción del norte que su país gestiona o en trabajar de verdad con la Cámara de Comercio Peruano-Británica, en lugar de colgar tantas fotitos laudatorias y demagogas en Twitter con caviares como Glatzer Tuesta (IDL) o Paola Ugaz, veteranos coleguitas de odios que generan mucho repudio entre quienes no somos izquierdistas. Cook parecía una mejora respecto a su insufrible figuretti antecesora Kate Harrison, pero ha resultado otro obsesionado con lo “políticamente correcto” y la agenda de género. Cook, usted es un embajador y no un activista pontificador. Cíñase a su cargo y no genere rechazos gratuitos.




El Informe de Situación de los Derechos Humanos en el Perú

Humberto Abanto Verástegui
Para Lampadia

I

El Informe de Situación de los Derechos Humanos en Perú en el contexto de las protestas sociales (Informe), elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha despertado polémica. No podía ser de otro modo. La materia que trata es controversial y posee una altísima carga política, por lo que resultaba inevitable que encendiera las pasiones. No obstante, es imprescindible ponerse por encima de ellas y leer detalladamente el documento para apreciar, con la mayor objetividad posible, las luces y las sombras que proyecta.

Cabe señalar, en primer lugar, que la CIDH ubica muy bien, en el tiempo, los sucesos que son objeto de su pronunciamiento. El Informe dice:

El marco temporal de este informe se refiere a los hechos sucedidos entre el 7 de diciembre de 2022 y el 23 de enero de 2023, en virtud de la información recibida en terreno, así como la información completaría recibida con posterioridad a la visita y al constante monitoreo sobre la situación del Perú

En segundo lugar, no hay duda de que el grupo de trabajo tiene clara la cadena de sucesos que llevó a la escalada de violencia que vivió el Perú en el lapso señalado. Leamos la descripción que la CIDH hace:

4. El 7 de diciembre de 2022 el entonces Presidente de la República, Pedro Castillo, tomó la decisión, por fuera de los procedimientos constitucionales, de disolver el Congreso de la República e intervenir en el Poder Judicial y el Ministerio Público con el fin de reorganizarlos. Asimismo, anunció su decisión de gobernar por decreto. Ante ello, la Comisión condenó el rompimiento del orden constitucional y saludó, mediante un comunicado de prensa, la rápida actuación de las diferentes instituciones del Estado para el pronto restablecimiento del orden institucional. En el ámbito interno esa decisión fue denunciada como un golpe de estado por parte de instituciones de los diferentes poderes del Estado y fue objeto de pronunciamientos condenatorios por parte de distintos países de la región.

5. Este hecho dio lugar a la captura en flagrancia e investigación penal en contra del expresidente Castillo, así como a una posterior declaratoria de vacancia presidencial. Según lo establecido en la Constitución del Perú, operó la sucesión presidencial de quien hasta entonces fungía como vicepresidenta electa, Dina Boluarte; razón por la que asumió el cargo de Presidenta Constitucional de Perú. La crisis política desatada por estos hechos dio lugar a masivas protestas en todo el país.

Más aún, el Informe expone la metodología a emplear en su desarrollo:

10. El informe aborda, como primer punto, información general sobre Perú; luego, explica los antecedentes y contexto de la crisis política y social actual. Posteriormente, presenta una cronología de hechos, empezando por la crisis constitucional de 2022 y un registro de los sucesos más relevantes en el marco de las protestas, incluyendo hechos de violencia fuera del derecho de protesta o manifestación pacífica; y la correspondiente respuesta estatal. A continuación, en un capítulo específico, el informe contiene un análisis jurídico sobre presuntas violaciones de derechos humanos y afectaciones derivadas de la violencia; para luego formular conclusiones y recomendaciones dirigidas al Estado.

Hasta aquí las luces.

II

Las sombras caen sobre el Informe cuando los problemas de sesgo aparecen en el planteamiento del problema, como se puede apreciar:

6. Durante el marco de observación de la CIDH, tuvieron lugar numerosas y masivas manifestaciones pacíficas en el país. Además, se registraron complejas situaciones de conflictividad social con un lamentable saldo de decenas de personas fallecidas y cientos heridas. Entre los hechos acaecidos, el presente el informe da cuenta presuntas violaciones de derechos humanos como consecuencia del uso desproporcionado de la fuerza en casos concretos, inclusive de forma indiscriminada contra la población; ataques a periodistas; así como detenciones masivas de personas manifestantes.

7. Al mismo tiempo, sucedieron hechos de violencia y vandalismo por fuera del derecho de protesta, tales como ataques a infraestructura pública y medios de comunicación; quemas de instituciones públicas, inclusive de distintas sedes del Poder Judicial y del Ministerio Público, de inmuebles privados; y saqueos. Adicionalmente, se registraron bloqueos y tomas de infraestructura crítica, que, en determinados eventos, por su extensión en tiempo y escala, provocaron afectaciones en diferentes regiones del Perú, como escasez de alimentos, medicamentos y combustible e inclusive la muerte de personas. En este contexto tuvieron lugar numerosos enfrentamientos con la fuerza pública.

8. La crisis política y el descontento social no son hechos aislados, sino que, según la información recibida por la Comisión durante la visita, guardan estrecha relación con la desigualdad estructural y la discriminación histórica, en particular hacia los pueblos indígenas y las comunidades campesinas de las provincias ubicadas al sur del país. Regiones donde se concentraron la mayor cantidad de protestas, de mensajes estigmatizantes y denuncias de violaciones de derechos humanos, así como de hechos de violencia.

La CIDH tenía el deber de diferenciar las manifestaciones pacíficas -protegidas por el derecho a la libertad de reunión, como bien señala- de las manifestaciones violentas -a las que no protege el mencionado derecho fundamental-. La diferenciación resultaba indispensable, en la medida en que el Informe habla de numerosas y masivas manifestaciones pacíficas en el país, por una parte, y de hechos de violencia y vandalismo por fuera del derecho de protesta, por la otra.

Así, un examen riguroso de los hechos exigía, en primer orden, determinar en cuáles situaciones resultó legítimo el uso de la fuerza e, incluso, el uso de fuerza letal para proteger la vida, la salud o la integridad física de los agentes del orden y las de las personas no participantes de las manifestaciones, entre las que se contaban aquellas emplazadas en la infraestructura pública y privada objeto de ataque violento masivo; y, en segundo orden, para determinar si en la respuesta estatal se detecta «la existencia de “prácticas sistemáticas y masivas”, “patrones” o “políticas estatales” en que los graves hechos se han enmarcado, cuando “la preparación y ejecución” de la violación de derechos humanos de las víctimas fue perpetrada “con el conocimiento u órdenes superiores de altos mandos y autoridades del Estado o con la colaboración, aquiescencia y tolerancia, manifestadas en diversas acciones y omisiones realizadas en forma coordinada o concatenada”, de miembros de diferentes estructuras y órganos estatales», a que hace referencia la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en orden a la determinación de la existencia de graves violaciones de derechos humanos.[1]

No fue lo que la CIDH hizo. Sus miembros optaron por abigarrar todos los acontecimientos en un solo juicio indiferenciado, lo que, lógicamente, facilitó que arribara a conclusiones erróneas y atribuyese -indebidamente, por cierto- responsabilidades estatales, así como oscureciera injustificadamente los actos de violencia generalizada y su impacto en el conjunto de los hechos.

III

Se suma al empleo conceptualmente indisciplinado de la categoría graves violaciones de derechos humanos, que oscurece los razonamientos expuestos en el Informe de la CIDH, una violación directa del principio de igualdad en la aplicación del derecho, en orden a la supuesta violación de los derechos a las libertades de reunión, expresión y asociación, al descalificar el cuestionamiento de las autoridades estatales y de importantes sectores de la sociedad peruana a la plataforma proclamada por los promotores y participantes de las manifestaciones violentas.

El Informe da cuenta de las cinco reclamaciones, a las que denomina consignas, proclamadas y perseguidas por quienes organizaron y participaron en las protestas de diciembre 2022 y enero 2023:

77. La vacancia presidencial por incapacidad moral permanente de Pedro Castillo a consecuencia del rompimiento constitucional y la sucesión de Dina Boluarte, quien en 2021 fue electa como Vicepresidenta de la República, dieron origen, a partir del 7 de diciembre, a una serie de protestas a nivel nacional que tuvieron 5 consignas con diferente nivel de consenso. Las consignas de las protestas eran: i) el adelanto de elecciones generales; ii) el cierre del Congreso; iii) la convocatoria de una asamblea constituyente; iv) la renuncia de la Presidenta Boluarte; y v) la liberación del expresidente Castillo. Estas demandas de índole político fueron variando con el 126 paso del tiempo en intensidad; a la fecha de cierre del informe, los llamados se centraban, principalmente, en el adelanto de elecciones y la renuncia de la Presidenta Dina Boluarte.

Frente a dichos cuestionamientos, la CIDH declara:

Al respecto, la CIDH recuerda que existe una presunción de protección sobre el contenido de todo tipo de expresión en las protestas, salvo la propaganda de la guerra y la apología del odio que constituyen incitación a la violencia, conforme al artículo 13.5 de la CADH. La ciudadanía tiene el derecho de derecho (sic) a elegir el contenido y los mensajes de la protesta y corresponde al Estado mantener neutralidad frente a los contenidos.[2]

Desde el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) y, específicamente, desde la doctrina establecida por el Comité de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas, acerca de los límites de protección del derecho a la libertad de expresión dentro del contexto del ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica, la CIDH olvida que sí se puede juzgar la legitimidad del mensaje de protesta:

49. Las normas aplicables a la libertad de expresión se deberían cumplir en lo que respecta a los elementos expresivos de las reuniones. Por consiguiente, las restricciones a las reuniones pacíficas no se deben utilizar, explícita o implícitamente, para reprimir la expresión de la oposición política a un gobierno, los desafíos a la autoridad, incluidos los llamamientos en favor de cambios democráticos de gobierno, la constitución o el régimen político, o la búsqueda de la libre determinación. No se deberían utilizar para prohibir los insultos al honor y la reputación de los funcionarios o los órganos del Estado.

50. Según el artículo 20 del Pacto, las reuniones pacíficas no se pueden utilizar con fines de propaganda en favor de la guerra (art. 20, párr. 1) o apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia (art. 20, párr. 2). En la medida de lo posible, se deberían adoptar medidas en esos casos contra los autores individuales y no contra la reunión en su conjunto. La participación en reuniones cuyo mensaje dominante incida en el ámbito de aplicación del artículo 20 se debe abordar de conformidad con los requisitos para las restricciones establecidos en los artículos 19 y 21.

No solo eso, la propia CIDH, siguiendo la doctrina de la Corte IDH sobre el derecho a la libertad de asociación que, en el ejercicio del derecho a la libertad de reunión pacífica, dentro cual se verifican las actividades de protesta social, tiene declarado que cabe evaluar la legitimidad de los fines perseguidos en una protesta:

La Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, “Corte Interamericana”) ha señalado que la libertad de asociación “presupone el derecho de reunión y se caracteriza por habilitar a las personas para crear o participar en entidades u organizaciones con el objeto de actuar colectivamente para la consecución de los más diversos fines, siempre y éstos sean legítimos”.[3]

La CIDH no ha sometido las cinco consignas que movieron las manifestaciones violentas a ningún examen de legitimidad convencional, constitucional y democrática. Más bien, sin una premisa que sustente la conclusión de su silogismo, ha enlazado las manifestaciones violentas de diciembre 2022 y enero 2023 -que buscaban trastocar el orden constitucional y, de alguna manera, revivificar el rompimiento del orden constitucional ejecutado por Pedro Castillo Terrones- «con demandas sociales de carácter estructural derivadas de un contexto de discriminación y desigualdad que han generado la exclusión en el acceso a los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA). En particular, hacia los pueblos indígenas y las comunidades campesinas de las provincias ubicadas al sur del país; regiones donde se ha concentrado la mayor cantidad de protestas, de mensajes estigmatizantes y de denuncias de violaciones de derechos humanos, así como hechos de violencia.»[4]

No menos inexplicable es que la CIDH, con inocencia fingida, refiera que «[E]n Lima, se reportaron incidentes de violencia durante la jornada denominada por algunas organizaciones y personas manifestantes como la “Toma de Lima”», sin expresar ningún juicio de valor sobre la legitimidad del objetivo de tomar la ciudad capital de un país con el propósito de que un sector del país imponga a otro las consignas políticas que movían sus manifestaciones violentas.

IV

La oscuridad se hace total cuando la CIDH, excediendo por completo el ámbito de su pronunciamiento y so pretexto de presentar el contexto de los hechos de violencia acontecidos en el Perú después de la debelación del golpe de estado que intentó perpetrar Pedro Castillo Terrones, juzga el modelo económico peruano y presenta conclusiones despojadas de un análisis completo de la data existente:

32. La economía peruana está basada, primordialmente, en un modelo extractivista, cuyas regalías no han contribuido a reducir significativamente la desigualdad ni han traído desarrollo a las regiones donde predominan los pueblos indígenas y las comunidades campesinas. Según la Encuesta Nacional de Percepción de Desigualdades, el 55% de la población considera que Perú es un país económicamente muy desigual, mientras que el 60% estima que la brecha de desigualdad ha aumentado en los últimos dos años. En tal sentido, si bien las protestas que comenzaron el mes de diciembre de 2022 tienen consignas políticas puntuales, en el fondo guardan relación con el modelo social y económico, así como el acceso a derechos en condiciones de igualdad. Máxime cuando, según diversos testimonios recibidos, una de las fuentes de conflictividad social histórica se relaciona con el modelo extractivista que incluye concesiones de largo término con beneficios tributarios.

El concepto extractivismo es una categoría política y no científica económica. Su empleo, por tanto, expresa una proclividad ideológica que oscurece más aún el trabajo de la CIDH. No se trata de que el modelo económico peruano sea ejemplar, perfecto y, consecuentemente, libre de todo cuestionamiento o crítica. Aunque pueda decirse en su favor que tiene un excelente registro de crecimiento económico y reducción de la pobreza que los comisionados soslayan y una solidez monetaria que sorprende a la región.

El asunto es que un juicio como el proferido por los comisionados carece de lugar en el contexto de un examen jurídico sobre el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Perú en materia de derechos humanos y, específicamente, sobre los derechos a las libertades de reunión pacífica, expresión y asociación. Ese sesgo ideológico marca todo el Informe y explica los sesgos lógicos, metodológicos y epistemológicos que experimentan los razonamientos que son expuestos en el Informe.

V

Toda vez que el análisis del Informe se hace desde la doctrina del CDH, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) -condensada en las Directrices sobre el derecho a la libertad de reunión pacífica, preparadas por la Comisión de Venecia para el Consejo de Europa- y la Corte IDH, cabe señalar que no todo el trabajo de la CIDH es desdeñable. Resulta difícil, sino imposible, separarse de su invocación al desarrollo de una investigación exhaustiva, prolija e independiente, sujeta a las garantías del debido proceso, para determinar si se perpetraron delitos y, si se perpetraron, identificar a quienes los perpetraron, satisfaciendo las exigencias derivadas de las obligaciones de prevenir, investigar y sancionar las violaciones de derechos humanos.

El problema es que, mientras recomienda esa investigación exhaustiva, prolija e independiente, a que nos obligan nuestra Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos suscritos y en vigor, la CIDH adelanta conclusiones estridentes que podrían reencender la llama de la violencia en el Perú. Una regla metodológica esencial manda que las conclusiones sucedan a la investigación y no al revés. Sería aconsejable que, en el futuro, los comisionados tuvieran en cuenta la necesidad de ser metodológicamente rigurosos, en lugar de ideológicamente apasionados. Lampadia

[1] Corte IDH, Caso Perozo y otros vs. Venezuela, párrafo (p.) 149.

[2] Informe, párrafo 216, página 79.

[3] CIDH, Protesta social y derechos humanos, 2010, párrafo 20, página 12.

[4] Informe, párrafo 25, página 16.




Los derechos humanos al servicio de una ideología

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre las protestas sociales demanda que se investigue con celeridad las muertes ocurridas durante las movilizaciones de diciembre y enero, como debe ser, pero recoge una narrativa compuesta de falsedades y ausencias notorias que la acercan parcialmente a la narrativa insurreccional.

Para comenzar, no identifica cual fue la idea que impulsó las movilizaciones: que el congreso aliado con los grandes poderes económicos había dado un golpe a Castillo, que es algo que aun cree más de la mitad de la población.

No reconoce que lo que movilizó a muchas personas fue un mito, una mentira infundida por la prensa alternativa de izquierda y las dirigencias radicales, que aprovechaba la identificación de los sectores andinos con un presidente campesino. Una manipulación fraseada en clave de lucha de clases.

El informe más bien se hace eco de aspectos de esa retórica. Señala como telón de fondo de la insurrección que “Las provincias apartadas demandan que se valore la diversidad étnico-racial del país, no ser estigmatizadas, ser consultadas sobre los proyectos extractivos que pueden tener impactos considerables en su territorio, y que la riqueza que éstos generan se distribuya equitativamente”.

Por supuesto que hay racismo y estigmatización, pero no es cierto que las comunidades no sean consultadas sobre los proyectos extractivos y que la riqueza que generan no se distribuya. Hay consulta previa rigurosa y el canon minero, que es el 50% del impuesto a la renta, se distribuye en los distritos, provincias y regiones donde se ubican las operaciones mineras. Lo que debió señalar el documento es que la ejecución de ese canon es pésima y corrupta porque la descentralización no ha funcionado.

El informe recoge sin pudor el relato de la izquierda anti extractivista cuando afirma que

“los pueblos indígenas y las comunidades campesinas también han sido los más afectados por los pasivos ambientales de las industrias extractivas que han impulsado una parte importante del crecimiento económico del país. En este orden de ideas, la Defensoría del Pueblo ha revelado que, de los 211 conflictos sociales activos a septiembre de 2022, 136 estuvieron motivados por causas socioambientales, vinculadas, en el 67% de los casos, con actividades mineras que afectan territorios, ríos y reservas naturales”.

Cuando todo el mundo sabe que la mayor parte de esos conflictos no tienen una motivación ambiental sino rentista, la presión para extraerle a la mina mayores rentas.

El informe recoge desembozadamente el discurso de la izquierda cuando en el punto 32 condena el “modelo extractivista” y concluye que las protestas “en el fondo guardan relación con el modelo social y económico”.

La conclusión 287 señala que “la protesta social y pacífica es un derecho que en contextos de crisis políticas sostenidas puede constituirse como la única vía de participación política para comunidades sobre las que se ejerce discriminación estructural, exclusión política y social”.

Nuevamente, lo que movilizó a la población no fue el modelo económico ni las condiciones sociales o económicas, sino una posverdad, un mito, que llevó a la gente a pensar que le habían robado el voto.

    • La Comisión desconoce que ese modelo que condena ha reducido la pobreza de 60% a 20% (el 2019) y que también redujo la desigualdad social y regional.
    • Seguramente propone el modelo del socialismo del siglo XXI.
    • Richard Webb ha demostrado que el sector rural andino fue el que más incrementó sus ingresos desde los años 90.
    • Un análisis del centro Wiñaq demuestra que las revueltas se produjeron en las regiones en las que mejoró en mayor medida el índice de desarrollo humano en los últimos veinte años.

El problema ha sido la descomposición del Estado y de la política. La burguesía rural que ha emergido en los últimos 30 años ha elevado su nivel de demandas y ve impotente cómo los gobiernos locales y regionales se roban la plata, los servicios no funcionan y las obras se paralizan. Y no puede formalizarse por el costo de las leyes. El gran esfuerzo integrador del estado peruano -la descentralización-, ha fracasado.

Por supuesto, el informe no identifica la participación de dirigencias radicales, incluyendo a las del Fenate-Movadef, ni juzga los niveles de violencia de los ataques a aeropuertos, comisarías, fiscalías, empresas, etc. No menciona cuantos policías heridos hubo. No establece el carácter insurreccional de los hechos.

Si reconoce que en Juliaca las fuerzas de seguridad fueron atacadas con piedras, palos y fuegos pirotécnicos, como avellanas, pero eso no le impide concluir que allí hubo uso excesivo e indiscriminado de la fuerza por parte de agentes del Estado, que habrían resultado en graves violaciones de derechos humanos.

¿Debieron los policías actuar como en Ica, donde se limitaron a recibir piedras, palos y bombardas?

Menos aún identifica la entronización de verdaderas dictaduras locales regidas por esas dirigencias que bloqueaban carreteras, cerraban mercados y tiendas, acallaban periodistas, incendiaban canales de televisión y locales institucionales, azotaban a autoridades que osaban hablar con el Ejecutivo, etc. Es decir, abiertas, flagrantes y continuadas violaciones a los derechos humanos de las personas comunes y corrientes que la Comisión no vio ni reconoció ni condenó.

El país no puede aceptar un informe que pone el importante tema de los derechos humanos al servicio de una causa ideológica profundamente equivocada. Lampadia