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Las vías de desarrollo del Perú

Las vías de desarrollo del Perú

El Perú, como lo indican los resultados de la primera vuelta de las elecciones, elegirá un presidente pro-mercado el 5 de junio. A pesar que la carrera política antes de las elecciones de junio será dura, la posibilidad de se hagan cambios importantes en el panorama económico ha sido aniquilada. Ambos candidatos, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, son partidarios de políticas de libre mercado y se espera que permanezcan en línea con el desarrollo económico del Perú que se basa en las políticas liberales.

Este potencial económico del país también se reflejó en los datos de actividad económica de febrero, que registraron una notable expansión del 6.0% respecto al mismo mes del año pasado. Además, el IPE presentó recientemente  su primera propuesta de políticas públicas sobre el crecimiento y desarrollo del país, titulado “Desarrollo Perú”, el cual propone medidas para mantener el desarrollo sostenido del país, una prioridad para asegurar el crecimiento del país y de esa forma generar mejores empleos.

Fuente: arqhys.com

El informe plantea que el progreso y la mejora del bienestar recién han sido notables desde la década de 1990, principalmente debido a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Ver en Lampadia: Aumentar la productividad para acelerar el crecimiento.

Después, se analiza la productividad total de factores, que es la relación entre la producción final y los insumos o recursos utilizados en el proceso productivo. Un aumento de la productividad significa que se está produciendo más con los mismos recursos. Para ilustrar la productividad en la historia peruana, el IPE utilizó una estimación de Bruno Seminario, profesor de la Universidad del Pacífico, publicada en su último libro “El Desarrollo de la Economía Peruana en la Era Moderna”. 

Esta estimación permite observar que el principal periodo de retroceso de la productividad ocurrió entre 1975 y 1992, periodo durante el cual se sufrió la crisis de la deuda, el terrorismo y la hiperinflación. Luego de esto, la primera generación de reformas estructurales permitió el rebote de la productividad en 1993 y su crecimiento sostenido desde 2001 hasta el 2012. Así, recién en el 2006 se superó la productividad de 1975.

Según el IPE, “en los últimos 25 años, el crecimiento de la productividad peruana ha sido mayor que el del resto de la Alianza del Pacífico, y segunda en el mundo”, lo cual explica el gran crecimiento de la década pasada. Esto se puede observar en el gráfico inferior, el cual muestra un desagregado del crecimiento del Perú en los últimos 50 años, y se ve claramente que la zona gris (la productividad) es la mayor contribución al crecimiento. 

Lo más importante es notar como el crecimiento económico experimentado por el país fue compartido entre sus habitantes. Desde el año 2000, casi una cuarta parte de la población ha logrado salir de la pobreza. A lo largo del país, los hogares de menores ingresos se han beneficiado más del crecimiento que el promedio nacional.

Asimismo, la desigualdad cayó significativamente en el mismo periodo, con uno de los ritmos más rápidos de la región: 12.6% frente a un promedio regional de 5.3%. Ver en Lampadia: Confirmado: solo con crecimiento económico se supera la pobreza y Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento.

El Banco Mundial también lo confirmó, afirmando que “el crecimiento económico fue el principal impulsor de la reducción de la pobreza y la desigualdad a través de un mejorado ingreso laboral más que por medio de políticas de redistribución, que solo explican 15% de la reducción de la pobreza.” Ver en Lampadia: Perú: Crecimiento disminuye la Desigualdad.

El principal componente del crecimiento de la economía es la inversión privada y, como se observa en el gráfico inferior, es mucho mayor a la pública. Sin embargo, gran parte del debate nacional se centra en esta última, cuando debería hacerlo en la privada, que ha representado (en promedio durante el periodo de 1990 – 2014) 16.3% del PBI, mientras que la pública tan solo un 4.4%. Solo en 2015, la privada fue de 19.9% y la pública de 5.8%.

Mientras que la tendencia hasta el 2012 fue al alza, hubo dos momentos claros de caídas antes del 2014. Uno fue en el 2009, fácilmente explicado por la crisis financiera mundial del mismo año. El otro fue en el 2011, año electoral de gran incertidumbre política y el desastre de la suspensión del proyecto minero Conga en Cajamarca, en el cual no sólo se perdió la inversión de US$ 4,000 millones, sino que generó un efecto domino negativo y paulatino en toda la economía peruana y fomentando el discurso anti-minero que solo ahuyenta la inversión extranjera, la cual, en casi 20 años, ha significado en promedio 4.2% del PBI.

Existe una clara relación entre la confianza empresarial y el desempeño de la inversión privada, el crecimiento y el bienestar. En los últimos años, ambos han ido cayendo, reflejando el mal manejo del gobierno. En Lampadia ya veníamos afirmando esto desde hace mucho y se ha analizado que en el 2011, coincidiendo con el inicio del gobierno de la inclusión, se han producido dos puntos de inflexión muy graves, tanto en aspectos sociales como económicos. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Para poder retomar recuperar el crecimiento económico,el principal camino para la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la recaudación fiscal(fuente de la acción redistributiva del Estado) es necesario hacer varias reformas estructurales. Según el IPE, los principales limitantes a la creación y desarrollo de negocios son la Ineficiencia del Estado, la rígida legislación laboral y la corrupción.

Con respecto a la Ineficiencia del Estado, uno de los temas más importantes especialmente en la coyuntura actual, se afirma que la gobernabilidad en el Perú es la más baja de la Alianza del Pacífico, y volvió a retroceder en 2014.

La segunda vuelta electoral entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski se presenta como una extraordinaria oportunidad para que todos vivamos una lección de civismo y un período de aprendizaje y reflexión sobre propuestas serias que nos permitan ponderar las políticas públicas que pueden terminar de llevarnos al desarrollo integral. Aquellas que necesitamos emprender para ocupar nuestro espacio entre los mejores países de la tierra. Ver en el editorial de Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado

Ambos candidatos a la segunda vuelta electoral se distinguen por ser esencialmente propositivos. Como explicamos en nuestro editorial, se nos presenta una gran oportunidad de llevar la contienda de la segunda vuelta a un nivel en que podamos tener un período de aprendizaje de los ciudadanos, si en vez de trifulcas y acusaciones mutuas, contrastamos propuestas, análisis causa-efecto de las alternativas políticas públicas y revisamos nuestra realidad sin apasionamiento político o ideológico. “Si construimos sobre lo avanzado”. Lampadia




El futuro de la Productividad y Competitividad en el Perú

El futuro de la Productividad y Competitividad en el Perú

Continuando nuestra cobertura del evento organizado por la Academia Peruana para presentar propuestas de políticas públicas sobre temas estructurales del país, compartimos con nuestros lectores otro importante aporte: Productividad, Competitividad y Diversificación Productiva (2016-2021), desarrollado por Álvaro Quijandría, economista del Banco Mundial en el Perú.

Los documentos mostrados en el evento corresponden a propuestas de reforma del estado, política económica, inclusión social, políticas de ciencia y educación y desarrollo sostenible y medio ambiente. En este caso, el Documento de Productividad y Competitividad propone la búsqueda de inversión en cadenas de valor globales, la reducción de la rigidez laboral y el fortalecimiento de las habilidades de la fuerza laboral.

El crecimiento económico del Perú en la última década es innegable. Nuestro desarrollo se llevó a cabo principalmente por un aumento sostenido en la productividad total de los factores (PTF), la cual contribuyó alrededor de un tercio del crecimiento. Esto se debe principalmente a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Todo esto mejoró la eficiencia en la asignación de recursos y ha dado lugar a un notorio crecimiento de la productividad. Lo que contradice muchas críticas infundadas sobre el desarrollo de la economía peruana durante los primeros años del nuevo siglo. Ver el siguiente cuadro:

En la década del 2001 al 2014, nuestra economía creció en un promedio de 6.4% anual y duplicó el ingreso per cápita. Comparándolo con el desempeño global, su desempeño ha sido impresionante. Casi una cuarta parte de la población ha logrado salir de la pobreza. A lo largo del país, los hogares de menores ingresos se han beneficiado más del crecimiento que el promedio nacional. Asimismo, la desigualdad cayó significativamente en el mismo periodo, con uno de los ritmos más rápidos de la región: 12.6% frente a un promedio regional de 5.3%.

Sin embargo, según Quijandría, existe una notoria limitación al potencial del comercio debido a las restricciones domésticas generadas por las barreras burocráticas. Estas son las mismas barreras que Lampadia viene criticando arduamente, argumentando que se ha formado un ambiente anti inversión privada mediante todo tipo de trabas burocráticas, permisos ambientales, culturales. Un claro ejemplo es el caso de la minería, donde hemos pasado de dos normas en los 90’s a 201 en la actualidad. (Ver en Lampadia: Hacia una minería más (in)sostenible económicamente) Es justamente esta parálisis en la inversión minera lo que ha terminado desacelerando a una de las economías más dinámicas del mundo.

Otro aspecto crucial para la dinamización de la economía es buscar una regulación laboral más moderna y efectiva en la creación de empleo de calidad, a diferencia de la situación actual que ha venido acumulando regulaciones contra productivas, basadas en análisis populistas que solo terminan por afectar de mayor manera a los trabajadores que pretender proteger. Ver el siguiente cuadro, que muestra el nivel dramático de nuestras regulaciones:

Quijandría propone opciones de política para elevar la productividad, la competitividad y la diversificación productiva. Entre ellas se encuentra la promoción de la competencia, la reducción de costos que genera el cumplir con regulación burocráticas anti-propósito, la ayuda a las empresas en sus retos de innovación, resolver las fallas de mercado para facilitar que continuemos el proceso de diversificación y la búsqueda de inversión en cadenas de valor globales. Para lograr estos objetivos, el autor ha planteado una hoja de ruta en tres tiempos (100 días, 1 año y 5 años), en la que se agregan otras medidas importantes como la reducción de la rigidez laboral y el fortalecimiento de las habilidades o capacidades de la fuerza laboral.

En Lampadia consideramos que este es un gran aporte al debate electoral. Presenta información objetiva que permite una buena evaluación de las opciones de políticas públicas y ayuda a desideologizar el debate. Lampadia