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… Tarde Piache

… Tarde Piache

“Es el colmo que se liberen terroristas sin que paguen las reparaciones civiles”.
“¿Por qué liberan terroristas sin limitar sus acciones?”
“No nos parecen bien las preguntas sobre etnicidad del censo”.
“Se promulgó ley (Arana) sobre cabeceras de cuenca”.
“Este no es un censo, es una base de datos, un empadronamiento”.​

Preguntas y afirmaciones como las glosadas, se repiten estos días en todos los medios, cuando ya todo se refiere a hechos consumados.

Fuente: La Reserva

Esta es pues, otra muestra de debilidad de nuestra clase dirigente. Otra ausencia del mundo académico, más allá de sus paredes. Otro síntoma de la evaporación de la presencia de los partidos políticos, en el quehacer de la sociedad. Un ejemplo palpable, de la falta de consecuencia y capacidad de los gremios empresariales, para intermediar entre la formación de políticas públicas y la ciudadanía.

Hace algo más de un año. En abril 2016, nuestra población votó aproximadamente en un 80%, por dar mayor sustento a nuestra economía de mercado y por fortalecer nuestra democracia. Prácticamente, ese 80% de ciudadanos, adolece de una orfandad institucional, no tienen organizaciones los representen.

Tampoco tenemos thinktanks que, en sus análisis y propuestas de políticas públicas, asuman la representación de ese 80% de ciudadanos pro-mercado y pro-democracia. Los que representan esas ideas tienen que hacer consultoría para mantener su economía, están sub-financiados. Los que tienen más financiamiento, están en las antípodas de encarnar la visión de sociedades modernas y globalizadas.

Los medios de comunicación más serios, los periódicos de circulación nacional, son normalmente un bastión intelectual y de compromiso pro-mercado y pro-democracia, pero la efectividad de su comunicación se debilita por la menor lectoría de periódicos de nuestros tiempos, especialmente por parte de los jóvenes; y cuando los medios optan más, por opciones partidistas, que por sistemas de pensamiento.

La televisión nacional fue supliendo esta carencia y se desarrollaron varios programas donde se entrevistaba a representantes de ese pensamiento de sociedades abiertas. Lamentablemente, durante los últimos tiempos, todos esos programas han ido cerrándose, cómo, por ejemplo, sucedió con la desaparición de los programas de Willax TV que manejaba Cecilia Valenzuela, Redes y Poder, de Alfonso Baella, y recientemente, La Hora N con Jaime de Althaus, que marcó la apertura de la televisión después de los escándalos de compra de medios de fines de los años 90. La Hora N era un filtro de análisis y debate, sobre esa visión de una sociedad abierta, que representa a la gran mayoría de ciudadanos, traía aire fresco a los medios, capturados por los escándalos, las desgracias, el populismo, y las cajas registradoras del rating.

Hoy los programas televisivos nocturnos, se dan vueltas con ese ‘inbreeding’ intelectual que representa más bien, el pensamiento de sociedades parroquianas, antes que abiertas. En otras palabras, se podría decir, que dichos programas acogen, en gran mayoría, a lo que peyorativamente se conoce como rojos, caviares y social confusos.

Ahora solo tenemos el desarrollo de las redes sociales, donde aún, “muchos opinan y pocos analizan”Pero, es el espacio que hay que seguir y fortalecer, si queremos mantener unos hilos de conexión con el pensamiento de las sociedades abiertas.

Evitemos el tener que llorar por la leche derramada. Estemos atentos al quehacer nacional, no abandonemos la construcción de nuestro país, en manos de políticos desencaminados ni en personajes mediáticos que no representan el pensamiento de las sociedades abiertas, por el que votaron los peruanos, que creen en el mercado y la democraciaLampadia