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Después de una mala década

Después de una mala década

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Pienso que los resultados de las elecciones generales requieren de todos nosotros reflexiones serias sobre como reconstruir la confianza en el futuro, salir de la pandemia y recuperar el crecimiento económico, el empleo y la reducción de la pobreza.

Necesitamos diseñar una visión de futuro que nos invite a todos los peruanos a enfrentar juntos la gesta del desarrollo. Más adelante volveré sobre este tema.

Por ahora tenemos que entender que nadie tiene una representación global del electorado. La segunda vuelta tiene que ser enfrentada con humildad, pero sobre todo, recogiendo el voto por el candidato radical, que no necesariamente es un voto que expresa un radicalismo extremo de la población.

El voto por Castillo no es solo un voto de rechazo a un sistema que ven lejano y corrupto, a un estado que no funciona, sino también cosecha la prédica de izquierda contra el sistema, que no ha sido contrapesada por la clase dirigente nacional, que ha abandonado el terreno político e ideológico.

Tenemos que invitar a esos peruanos, que tienen poca información sobre el mundo y el Perú, pero que se sienten auténticamente dolidos, a ser parte de la gesta de su propio desarrollo.

En diciembre del 2017 escribí en Lampadia: En búsqueda del tiempo perdido ¿Y ahora qué le decimos al Perú?

Hace muchos años repito que el Perú es ‘infinito’, que tenemos todos los recursos para ser un país rico. Hace tiempo que podríamos haber transformado nuestro potencial productivo en bienestar general. Esta visión incluye, por supuesto, mi apreciación por la calidad de nuestra gente, como personas trabajadoras, creativas y esencialmente sanas.

Pero como no todo puede ser bueno, tenemos una clase dirigente que, difícilmente, es digna de ser llamada así. La calidad de nuestra clase dirigente ha sido siempre motivo de duras críticas por parte de los peruanistas más destacados, como lo fueron Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y Jorge Basadre. La afectan dos grandes males: la búsqueda del beneficio individual y la falta de compromiso cívico.

Solo así podemos explicarnos que, una y otra vez, transformemos nuestras oportunidades en derrotas.

En diciembre de 2010, escribí en Diario 16: ¡Que buena década! – ¡Queremos otra!

Es hora de mirar el vaso medio lleno. Esta década está terminando de marcar nuestra transición desde una sociedad cerrada, estancada, a una sociedad abierta, de crecimiento. Estamos empezando a dejar atrás las actitudes del modelo mental ganar-perder, la suma cero, y adoptando las del modelo ganar-ganar, la suma positiva. Nuestros ciudadanos están pasando del oportunismo a la confianza en sí mismos, nuestros empresarios están terminando de transitar del mercantilismo a la competencia, y nuestros políticos, hay nuestros políticos, todavía muy pocos se alejan de la demagogia, el populismo, y el cortoplacismo, y pasan a la visión de futuro y la concordancia entre palabra y obra.

Quiero enfatizar que aún estamos lejos de resolver nuestros grandes problemas institucionales, sociales y económicos, pero si antes, la posibilidad de enfrentarlos y resolverlos, era una ilusión, un sueño o una promesa, hoy está en nuestras capacidades, hoy podemos dar un gran salto adelante para superarlos.

Por fin estamos aprendiendo a crear riqueza, base esencial del bienestar, estamos viendo como, con la inversión privada que se multiplica a lo largo y ancho del país, junto con la inversión pública en las regiones, que se hace posible gracias al crecimiento de la economía, se empieza a transformar nuestro perfil, y lo que es más importante, empieza a cambiar el sentimiento nacional.

Pero ¿qué pasó?

¿Cómo pasamos de esa situación a una década muy mala entre el 2011 y el 2020?

Evidentemente, perdimos el rumbo, nuestra clase política se dedicó a las absurdas y derrotistas guerrillas de poder, y nuestros intelectuales, gremios y empresarios, se olvidaron de participar en el debate nacional y de llevar el credo del crecimiento y el bienestar a todos los peruanos.

No entendimos que el desarrollo integral, económico, social e institucional, es tarea de todos. No podemos dejar la construcción del futuro en manos de los políticos y los pobres medios de comunicación. Tenemos que fajarnos por llevar la palabra y los actos pro-desarrollo, a todos los rincones del Perú.

La segunda vuelta tiene que marcar un giro profundo de nuestro compromiso con la patria. Es hora de re enrumbarnos a la gran gesta del desarrollo con humildad y amor por este maravilloso país. Busquemos la concordancia con el espíritu peruanista de nuestros grandes pensadores. Lampadia




Los políticos tendrán que superarse a sí mismos

Los políticos tendrán que superarse a sí mismos

Jaime de Althaus
Para Lampadia

A primera vista sorprenden las disimilitudes entre el simulacro de IPSOS y la encuesta del IEP. Pero en realidad esas diferencias son más aparentes que reales. Ambos ejercicios coinciden en la mayor parte de las tendencias. En ambos los que más suben de lejos son Hernando de Soto y Pedro Castillo; en ambos cae fuertemente Lescano y caen también López Aliaga y Forsyth. Y mejora Keiko Fujimori. La única diferencia es que en Ipsos sube Verónika Mendoza y en IEP cae.

Si Pedro Castillo sigue subiendo podría ocurrir que ni Lescano ni Mendoza pasen a la segunda vuelta que, en ese caso, considerando las tendencias, podría darse entre Hernando de Soto y Keiko Fujimori. Pero estas son solo deducciones. Veremos qué pasa.

En cuanto al Congreso -¡12 bancadas!-, lo que vemos es que las de centro y centro derecha suman un 61% de los votos por los partidos que acceden al Congreso, mientras que las de izquierda -que proponen un cambio de modelo económico- suman un 39%, si consideramos allí al FREPAP. Sin el FREPAP sumarían 33.5%. Aun si al final ganaran la elección Lescano o Mendoza, no tendrían mayoría para aprobar cambios radicales, pero nos encaminaríamos a la confrontación entre poderes porque intentarían imponerlos vía cuestiones de confianza, buscando la disolución del Congreso.

En teoría, De Soto o Fujimori sí podrían forjar una alianza parlamentaria para respaldar un programa económico, pero ese programa económico tendría que ser bastante más reformista que lo que plantean los distintos planes de gobierno si se quiere recuperar tasas de crecimiento que nos devuelvan viabilidad nacional y nos permitan reconstruir los ingresos públicos y reformar el Estado. ¿Podrían conseguir el apoyo de 8 bancadas, unas más indisciplinadas que otras e integradas mayoritariamente por novatos de tercera línea con poca lealtad partidaria y seguramente con inclinaciones populistas?

El problema ya no será el cambio de constitución, o el cambio del capítulo económico, sino la incapacidad de la política para adoptar las decisiones necesarias para recuperar el país. La población está señalando lo que hay que hacer. En la encuesta de Ipsos un porcentaje alto señala que la prioridad del próximo gobierno debe ser “promover la inversión y el empleo”. La campaña de Defensores de la Inversión empezaría a hacer efecto. (Ver los videos en Lampadiahttps://youtube.com/playlist?list=PLpTWOwJMwu3rFCzOpphyl5dMyo2W3A5UU)

Como decíamos en otra columna, se trata de recoger los escombros de la economía desde los escombros de la política. Las reglas de juego de la política que tenemos y que hemos malogrado aún más con reformas nefastas y demagógicas como la no reelección, han entregado el país al desmanejo absoluto. Han hecho que vayamos a tener un congreso híper fragmentado en el que el gobierno carecerá de mayoría e integrado por partidos que no son partidos y por congresistas improvisados y sin verdadera formación política y económica.  

Si las reglas de juego no crean incentivos para la colaboración sino para la confrontación y para la hemorragia populista, solo queda confiar en la capacidad y voluntad política de los actores principales para sobreponerse a los condicionamientos y rivalidades y buscar acuerdos que puedan salvar al país. Los políticos tendrán que superarse a sí mismos. Lampadia




Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

ComexPerú
Febrero 18, 2021

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción nacional creció en diciembre apenas un 0.5%, tras haber registrado resultados negativos durante nueve meses consecutivos. Esto ocasionó que la economía peruana acumulara un retroceso del 11.1% el año pasado, una caída mayor a la esperada para la región, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería del 7.4%. De esta manera, nuestro país se posicionó como uno de los más afectados en América Latina tras contraerse más que México (-8.5%), Colombia (-6.8%), Chile (-6%) y Brasil (-4.4%).

En particular, el desempeño peruano se explicó por la severidad de las restricciones implementadas para la contención de la COVID-19, las cuales también sobresalieron en la región (ver Semanario 1052). Esto afectó a sectores importantes para el país, como el de minería e hidrocarburos, que al tercer trimestre del año pasado contribuyó con el 12.6% del PBI nacional, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), pero acumuló una contracción del 13.6% con respecto a 2019, explicada por la paralización de actividades, aunque también por la menor disponibilidad de fuerza laboral por contagios o restricciones de movilización, según el INEI. Por su parte, la manufactura y el comercio decrecieron un 13.4% y un 11.8%, con lo que acumulan una participación del 11.8% y el 10.1%, respectivamente, que se explica por la menor demanda interna debido a los perjuicios de la crisis económica.

AMENAZANDO LA RECUPERACIÓN

Desafortunadamente, si bien la influencia de la pandemia en los sectores económicos comenzará a disiparse conforme se restablezcan las actividades y progrese el proceso de vacunación, asegurar el crecimiento estimado en enero por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para este año del 10% dependerá de la calidad de las políticas por implementarse. Por ello, resultan preocupantes ciertas propuestas electorales que, contrariamente a sus promesas, únicamente perjudicarían el desarrollo. En particular, tanto el BCRP como el MEF enfatizan en el riesgo que supone una mayor inestabilidad política y la necesidad de mayor inversión privada, pues esta representó un 14.7% del PBI el año pasado, en contraste con la pública, que apenas ascendió al 4.2%, según estimaciones del BCRP.

No obstante, la propuesta de cambiar la Constitución ha sido planteada por varios candidatos a la presidencia, apelando a que ello permitirá incrementar el desarrollo, entre otros aspectos. Lamentablemente, varios de los cambios que se aspira a realizar omiten sus consecuencias, pues la carta magna determina las normas del país y la falta de consistencia de estas amenaza la confianza de los inversionistas privados. Peor aún, inclusive algunos planes de Gobierno recogen propuestas que con certeza atentarían contra ella, como la eliminación de contratos ley que en la práctica operan como garantías de que el Estado no modificará de manera arbitraria los acuerdos establecidos, lo cual también fue propuesto recientemente por el actual Congreso (ver Semanario 1058).

Otra de las propuestas que genera mucha preocupación es la de establecer restricciones al comercio internacional en busca de favorecer a determinados sectores. En particular, el proteccionismo en nuestro país ha demostrado ser inservible, como se aprecia en la industria de calzados que desde hace más de 25 años goza de impuestos a las importaciones provenientes de China, el principal país de origen de dichos productos, y, a pesar de ello, el valor de la producción nacional se mantuvo prácticamente constante entre 2007 y 2018 (ver Semanario 1045), con excepción de la contracción de los dos últimos años, según el INEI. Asimismo, también se considera extender las medidas de protección a sectores como el agrícola o el textil, cuando en realidad estas únicamente se encuentran permitidas por la Organización Mundial del Comercio en caso se determine al menos una amenaza de daño sustancial a las industrias, pero para el primero se registran intenciones de favorecerlo desde hace varios años (ver Semanario 1054) y el segundo no es ajeno a investigaciones para imponer medidas de protección comercial (ver Semanario 1059), ambas sin sustento técnico alguno. 

Inclusive, algunos partidos políticos proponen revisar y modificar todos los tratados de libre comercio de acuerdo con los intereses nacionales para el término de sus mandatos. Ello omitiría que estos se caracterizan por resultar de una negociación entre países o agrupaciones de estos, donde se busca favorecer el desarrollo del comercio de los bienes con mayor potencial de desarrollo en los nuevos socios comerciales y que, además, han permitido un desarrollo considerable de nuestras exportaciones durante la última década, las cuales pasaron de los US$ 35,849 millones a US$ 46,446 millones entre 2010 y 2019, un crecimiento del 29.6% durante dicho periodo. Además, estos beneficios contribuyeron también al progreso de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que incrementaron sus exportaciones en un 14.8%, 14.1% y 42.5% durante el mismo periodo, un desempeño considerable que, si bien podría mejorarse mediante políticas que faciliten el acceso al comercio internacional y cuyo dinamismo resultó perjudicado el año pasado por la presente pandemia, facilitaron su crecimiento y una mayor generación de empleo.

Evidentemente, ningún plan de gobierno será perfecto, pero no por ello deben omitir un análisis técnico en las propuestas que incluyen, sobre todo en un contexto que requiere una gestión ejemplar para recuperarnos de una de las crisis más severas de los últimos años. Por ello, desde ComexPerú, reiteramos nuestra preocupación por la insistencia en políticas que ya han demostrado en el pasado perjudicar el desarrollo de la economía y, con ello, el progreso de la sociedad.




Plan de Forsyth quiere “aclarar” principio de subsidiariedad del Estado

Plan de Forsyth quiere “aclarar” principio de subsidiariedad del Estado

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El Estado peruano no puede cumplir siquiera con la razón de ser de un Estado, que es garantizar el orden y el imperio de la ley, para no hablar de servicios básicos como salud, y al partido Victoria Nacional del candidato puntero George Forsyth no se le ocurre mejor cosa que agregarle más funciones y proponer que se aclare el principio de subsidiariedad del Estado en la Constitución para que pueda asumir funciones que le den viabilidad social a la inversión en recursos naturales. En su página 38 postula lo siguiente:

“…redefiniremos la finalidad del Banco Central de Reserva por la de preservar la estabilidad macroeconómica, incluyendo la estabilidad monetaria, el nivel de actividad económica y de empleo, y aclararemos el principio de subsidiaridad del Estado en las inversiones, para fortalecer la viabilidad social de la inversión en sectores sensibles vinculados al aprovechamiento de recursos naturales, en los que el Estado podría contribuir a generar valor compartido, paz y desarrollo multisectorial en asociación con la inversión privada, a través de la constitución de fondos de fideicomiso”. (p.39)

¿Qué sentido tiene modificar la constitución en el tema definitorio del modelo económico solo para permitir la constitución de fondos de fideicomiso? ¿Acaso se requiere dicha modificación para conformarlos? Más bien esa pueda ser la puerta entreabierta por la cual se cuele el estatismo empresarial. Podríamos terminar regresando al Estado empresario cuando ni siquiera el Estado peruano ha sido capaz de cumplir sus funciones más elementales, salvo la de asegurar la estabilidad macroeconómica, gracias precisamente al capítulo económico de la Constitución.

Pero la propuesta de Victoria Nacional pone en riesgo también ese logro, cuando pretende agregarle al BCR el objetivo de preservar no solo la estabilidad monetaria, sino también el nivel de actividad económica y de empleo. Algo que en la práctica el BCR también hace cuando aplica medidas contracíclicas como las que implementó por medio de los Reactiva en la crisis de la pandemia. Es riesgoso modificar lo que funciona bien.

Sí es correcta, en cambio, esta propuesta:

“También estableceremos como rol del Estado su actuación como facilitador, promotor, fiscalizador y vigilante de la libre competencia, dándole al Indecopi reconocimiento como organismo constitucionalmente autónomo” (p. 38).

Ese es el tipo de función que el Estado debe cumplir: garantizar la libertad económica, la libre competencia, la igualdad de oportunidades. Forma parte esencial de esa función garantizar la seguridad y el orden público. Thomas Hobbes explicó hace cuatro siglos que la razón de ser del Estado es impedir la guerra de todos contra todos, que es lo que ocurre cuando no hay autoridad. Lo vimos en Ica: bastaron 5 días de anarquía, en las que el Estado renunció a existir porque decidió no impedir los bloqueos, para que se desencadenaran ataques a las empresas formales y se derogara por la fuerza una ley que había sido tremendamente benefactora. Un sector se ha arruinado por ausencia del Estado en su función esencial. Por anarquía.

Si Forsyth quiere el desarrollo nacional y recuperar tasas altas de crecimiento, antes que pensar en crear empresas públicas o darle más funciones al Estado, debe empezar por proponer un plan para que el Estado cumpla su principal razón de ser: impedir la guerra de todos contra todos, establecer el imperio de la ley, el estado de derecho y la seguridad jurídica. Sin eso no habrá inversión de ningún tamaño y todo será el robo de unos a otros. Lampadia




Revoluciones productivas en el campo

Revoluciones productivas en el campo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Desde la reforma agraria de 69, se dejó de invertir en el campo y se condenó a la pobreza más abyecta a los campesinos, un inmenso sector de la población del país.

Con el transcurso de los años se dejó el colectivismo impuesto por la dictadura militar y los campesinos pasaron a ser posesionarios de sus tierras a través de minifundios. Pero ellos no pudieron superar la pobreza, pues no tenían capacidad de invertir, no tenían acceso a buenas tecnologías productivas, sembraban mayormente productos de panllevar de poco valor agregado, y no tenían acceso a los mercados. Se mantenían en buena medida en una economía de subsistencia.

Desde el año 2000, se produjeron dos fenómenos muy importantes para el sector agrícola:

  • El establecimiento del régimen de promoción agraria que permitió el desarrollo de la agricultura moderna, inicialmente en terrenos eriazos de la costa peruana, permitiendo el regreso de la inversión privada al campo. El uso de tecnologías modernas, el desarrollo de cultivos de alto valor agregado. Y el acceso a los mercados globales, donde el Perú se enseñoreó mostrando las bondades de nuestras frutas y hortalizas.
    Este régimen no solo ha permitido un crecimiento muy importante de la exportación de frutas y hortalizas frescas a los mercados más exigentes del mundo, también ha permitido que, por primera vez en el Perú, se genere empleo formal con beneficios sociales, en el sector rural.
  • El desarrollo del proyecto de ‘Sierra Productiva’ en los minifundios altoandinos, donde los Yachachiq difundieron tecnologías básicas, pero de alto impacto social y económico.
    Este proyecto fue liderado por Carlos Paredes Gonzales desde la Federación de Campesinos del Cusco, y hoy día, a pesar de la oposición a apoyarlo de todos los gobiernos desde el año 2000, el proyecto llega a unas 60,000 familias.
    Sierra Productiva permite aumentos exponenciales de productividad, multiplicar la variedad de cosechas y producciones, acceso a los mercados regionales y aumento de ingresos y disminución sustancial de la pobreza.

Es muy importante destacar que el crecimiento de las agroexportaciones ha potenciado nuestras capacidades, tanto de climas de contra-estación, como del desarrollo tecnológico que permitió adaptar a nuestras tierras cultivos no tradicionales, y por supuesto, la rápida capacitación de una población previamente desempleada, que se empoderó en trabajadores eficientes.

Este sector encierra un potencial único para el crecimiento de la producción y el empleo. Veamos el siguiente gráfico que muestra la productividad relativa de nuestros productos de exportación:

Este cuadro, desarrollado por Carlos Amat y León, explica como en el Perú, en tan solo 180,000 hectáreas, podemos generar el mismo valor que otros países, con cultivos intensivos, en 2’500,000 hectáreas, unos US$ 2,500 millones en cada caso.

La maravilla del Perú, es que nosotros podemos multiplicar estos sembríos, digamos por dos, en mucho menos tierras, menos uso de agua, agroquímicos y otros, que los que necesitarían los países productores de soya, trigo y maíz amarillo duro.

Como vamos a desperdiciar semejante oportunidad, sobre todo habida cuenta de su gran potencial de desarrollo social a través de la generación de empleo masivo en el campo. Parar el desarrollo agrario sería una traición a todos los peruanos, pero especialmente a los más pobres.

Igual es una traición a los más pobres de los pobres, los pobladores de los minifundios altoandinos, no apoyar la multiplicación de Sierra Productiva, y hasta sabotearla, teniendo los recursos económicos para hacerlo, prefiriendo mantener programas sociales mendicantes, en vez de programas sociales productivos y dignificantes.

Aprovechemos pues esta oportunidad para hacer la verdadera reforma agraria en el Perú, la multiplicación de los esfuerzos productivos agrícolas modernos y en paralelo, incorporemos la sierra alto-andina rural a la economía moderna y sostenible. Lampadia




Resultados de la ley de promoción agraria

Resultados de la ley de promoción agraria

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En los últimos días, a raíz de la asonada contra las agroexportaciones, se han sembrado una serie de mentiras y distorsiones y se han hecho generalizaciones injustas. Entre el Ejecutivo y el Congreso, sin que de su parte haya salido una sola palabra de información objetiva, han terminado cortando los pies de un sector económico que se distingue por grandes niveles de inversión, empleo masivo formal en el área rural, y altos niveles de competitividad en los mercados globales.

En Ica, gracias a las agroexportaciones tenemos pleno empleo, alcanzando incluso a dar trabajo a miles de migrantes temporales de los departamentos vecinos de la sierra. Con ello Ica es el departamento menos pobre del Perú. Mientras la pobreza promedio del Perú llega (pre pandemia) a 20%, la de Ica se ha reducido hasta 3%. Veamos el mapa de la pobreza regional del INEI.

Líneas abajo, compartimos información que permite evaluar el impacto del régimen agrario:

Inversiones

Mucha gente, especialmente los políticos y los periodistas, ignoran lo que hay detrás del desarrollo de las agroexportaciones. Este sector económico es sumamente sofisticado y de alto desarrollo tecnológico. Tiene alta productividad y conlleva altos niveles de inversión y de capacitación laboral.

Veamos, por ejemplo, las inversiones necesarias para desarrollar los campos de palta, uva, arándanos y espárragos.

Para desarrollar estos cultivos de exportación hay que invertir en promedio US$ 63,000 por hectárea. Desde US$ 46,500 para el espárrago hasta US$ 84,000 para el arándano.

Para 200,000 hectáreas, estamos hablando de una inversión de US$ 12,600 millones.

Además, los fundos agroexportadores tienen que invertir en infraestructuras de caminos, electricidad y agua, que en otros sectores no se requieren, y menos en empresas de algunos de nuestros competidores en otros países. 

Pero esto no es suficiente para operar. Además, se requiere invertir en la capacitación de personal y en el mantenimiento anual de los campos. Veamos:

En promedio, para mantener estos mismos cultivos, se tiene que invertir US$ 33,400 anuales por hectárea.

Todo este esfuerzo ha sido posible, justamente por el régimen de promoción agraria. Ese nivel de inversión no viene de inversión extranjera, viene mayormente de la reinversión de los operadores nacionales, facilitada por el 15% del impuesto a la renta establecido por el régimen.

Empleo

Al 2019 las agroexportaciones generaron 880,000 puestos de trabajo formales con todos los beneficios laborales.

Al 2017 las empresas agroexportadoras contribuyeron a que la pobreza bajara en 40%. Los trabajadores de las empresas grandes ganan 1,517 soles mensuales, los de las empresas pequeñas y medianas, ganan unos 1,135 soles, mientras en la informalidad se gana solo 400 soles.

Durante la pandemia, el sector mantuvo el empleo, incluso con un pequeño aumento.

Veamos el siguiente video de Comex:

Exportaciones

La evolución de las agroexportaciones es un caso de éxito indiscutible, tanto por la evolución de los volúmenes exportados, como por la variedad de productos y destinos. Hoy exportamos a los mercados más lejanos y sofisticados, frutas y hortalizas frescas, algo que requiere un desarrollo tecnológico muy avanzado.

Para acceder a estos mercados, los agroexportadores peruanos tienen que operar con los mejores estándares sociales y ambientales del mundo. El cumplimiento de estos estándares es supervisado por empresas especializadas y renqueadas internacionalmente.

En los últimos años, el Perú ha sido uno de los proveedores de frutas y hortalizas frescas más respetados en todo el mundo y hemos tenido una presencia destacada en los mercado y ferias globales.

Hoy somos uno de los mayores exportadores globales de frutas y hortalizas frescas, un verdadero motivo de orgullo. Y este proceso continúa todos los días. El caso del arándano es especialmente notorio. Un producto que supuestamente no se podía producir en el Perú, se ha desarrollado de maravillas, llegando a ser uno de nuestros productos estrella en el mercado global.

La realidad de las agroexportaciones peruanas dista muchísimo de lo que los políticos y los medios de comunicación peruanos han difundido los últimos días. Vergüenza para ellos. Nosotros seguiremos comprometidos con difundir información veraz, sobre todo tratándose de un sector que produce inmensos beneficios sociales y económicos en un país que no puede cejar en su empeño por crecer y generar bienestar general. Lampadia




Un gabinete para otro tiempo

Un gabinete para otro tiempo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El tiempo presente mandaba un gabinete de guerra para derrotar la angustia de la población, la pandemia y la crisis económica y social que ha destruido el empleo, la salud de las empresas y la caja fiscal.

Así lo esperábamos después de escuchar el discurso de investidura de Francisco Sagasti, que ofreció un gabinete pluralista.

Pero en lugar de un gabinete pluralista con capacidades ejecutivas tenemos uno de habilidades discursivas, orientado a los derechos humanos y la igualdad de género, formado por ONGs y reductos universitarios de izquierda como la PUCP y la Universidad del Pacífico.

Para la lucha contra la pandemia necesitábamos un gabinete que recogiera las experiencias internacionales exitosas para el control sanitario, y supiera enmendar los errores del gobierno de Vizcarra, empezando por adoptar el uso de las pruebas moleculares y comprometerse con la estrategia de identificación y seguimiento de los infectados. Pero el gobierno de Sagasti ha preferido mantener en el ministerio de salud a Pilar Mazzeti, que no supo contrarrestar la inclinación política del manejo de la pandemia del gobierno de Vizcarra.

El otro difícil frente que tenemos que enfrentar es el de la crisis económica y de empleo. Para hacerlo se necesitaba una orientación estratégica dirigida a reconstruir la economía. Algo que solo se podía hacer privilegiando el crecimiento del empleo y de la inversión, especialmente la inversión privada. Teníamos que flexibilizar, como mínimo, el empleo temporal, corregir los protocolos obstruccionistas, eliminar los excesos regulatorios e impulsar los grandes proyectos en irrigaciones, minería y comunicaciones.

¿Permite el perfil del gabinete prever un buen manejo de los conflictos sociales vinculados a los proyectos de inversión? ¿O un manejo equilibrado de las protestas, sin validarlas y haciendo uso legítimo de la fuerza pública?

No parece ser el caso. Por ejemplo, el flamante gobierno no ha dado ningún mensaje en cuanto las indebidas presiones contra periodistas, académicos y empresas que no se acomodan a la voluntad de los activistas políticos. Es el caso de los ataques y amenazas a Beto Ortiz, a los auspiciadores de Willax, como Blanca Chávez del Rocoto, a Juan Sheput para que se le corte la cátedra en San Marcos, las críticas absurdas contra Diego Macera, etc. etc.  

La caída de nuestra economía ha sido muy abrupta y profunda. Para recuperarnos tenemos que tratar de hacerlo muy rápido, de lo contrario, la crisis nos puede acompañar por muchos años. La pobreza está creciendo de 20 a 30% de la población. El Perú tiene suficientes recursos y capacidades para volver a crecer rápido y sostenidamente, pero eso requiere una agenda asertiva y enfocarnos en movilizar las inversiones con claridad, liderazgo y comunicaciones inteligentes a la población.

No aprovechar nuestras capacidades es condenar a muchísimos peruanos a una innecesaria pobreza y postración. Repito lo dicho en otras ocasiones, pudiendo hacer las cosas bien y pudiendo superar la pobreza aceleradamente, no hacerlo, es profundamente inmoral. Lampadia




El caviar nunca debe gobernar

El caviar nunca debe gobernar

Juan Llosa Isenrich
Para Lampadia

Hay que reconocer que los caviares más notorios de nuestra sociedad han alcanzado posiciones de gestión, influencia y poder dentro del estado. Se han esforzado por años en hacer notar y hacer valer sus habilidades y conocimientos en diversas materias, tales como la educación, la salud, la filosofía, la sociología, la economía y en muchas otras ramas de las ciencias sociales.

Pero ahora aspiran a más.  Y también nos quieren gobernar poniendo en práctica sus ideas socialistas.

Debemos hacer un esfuerzo para tratar de entender cuál es la causa por la que cuando un caviar gobierna todo sale mal. No parece ser una maldición de dios; debe haber razones para ello.

Si bien en la Unión Soviética no se les llamó caviares a aquellos que tomaron el poder aprovechándose del desorden al final de la primera guerra mundial, fueron sus líderes con la misma mentalidad quienes hicieron la revolución rusa. Felizmente este experimento ya colapsó, luego de un caos en la producción y por el atropello sistemático de los más elementales derechos individuales. Hoy, con la experiencia vivida, podemos afirmar que no tenían ninguna opción de tener éxito.

La revolución china socialista también fracasó, a pesar de la voluntad de Mao y de los importantes esfuerzos desplegados por sus seguidores. Millones de personas murieron en el experimento y la pobreza de la población no se redujo durante todo el proceso.

Muchos otros países socialistas en Asia y en Europa también fracasaron. Hasta los disciplinados, cultos, expertos y comunitarios alemanes de la República Democrática Alemana sucumbieron a las limitaciones de la producción de bienes y servicios y a la ausencia de las mínimas libertades individuales.

Quedan 2 gobiernos socialistas en el mundo y son Cuba y Venezuela. Seguro que por ahí hay algún otro. Su fracaso es solo cuestión de tiempo. Mejor dicho, ya fracasaron, pero nadie logra botarlos a patadas del poder por su incapacidad para producir, reducir la pobreza y mejorar la vida de sus ciudadanos.

Todos estos países que eran socialistas y que han adoptado economías de mercado libre, ahora progresan a alta velocidad. China está por convertirse en la primera potencia mundial, ya es el primer exportador, su tasa de crecimiento anual es extraordinaria y sacaron a cientos de millones de personas de la pobreza.

El caviar es una persona que tiene un candado mental. Este candado instalado misteriosamente en su sistema cognitivo determina que le resulte imposible siquiera analizar algunos aspectos fundamentales de la sociedad humana y de las motivaciones de los individuos.

El caviar no puede entender lo que es una economía de libre mercado, tampoco comprende cual es la importancia de los emprendedores para crear la riqueza de un país. Le resulta imposible listar los derechos individuales de un ciudadano, sin confundirse con temas como el derecho a la educación, al agua potable, a la salud, al internet, etc.

El caviar está convencido de que el gobierno puede crear riqueza para el progreso de la sociedad. Cree firmemente que los funcionarios públicos tienen la voluntad, la motivación, el coraje y  que pueden desplegar el esfuerzo suficiente para crear empresas eficientes y competitivas.

El caviar generalmente es una persona con un cociente intelectual alto, ha estudiado una carrera profesional con esmero y con éxito, es un individuo sensible. No hay ninguna razón para menospreciarlo. Es una tragedia que tenga instalado este candado mental, del cual no es consciente. El caviar puede ser un excelente artista, un muy buen sacerdote, un gran programador de computadoras, y muchas otras cosas más.

Pero los caviares nunca deben gobernar. Cuando lo hacen cometen errores graves y destruyen el tejido productivo de la sociedad. Lo hacen sin querer, involuntariamente, al tomar decisiones que afectan al país sin haber entendido asuntos básicos como qué es una economía de mercado, cómo los consumidores votan todos los días al elegir libremente los productos que consumen y cuál es la importancia de los emprendedores para crear la riqueza de la nación, quienes con voluntad férrea, coraje e innovación  dedican todos sus esfuerzos para servir a los ciudadanos y están permanentemente motivados a hacerlo, ya que de ello dependen sus ganancias e ingresos.

Las políticas y decisiones gubernamentales de los caviares, en los importantes temas de la creación de la riqueza, abastecimiento y servicio a los ciudadanos, desarrollo de la producción, de la innovación, se basan en conceptos totalmente errados y, como consecuencia de ello, los resultados de estas políticas y estas decisiones serán desastrosos para la sociedad.

Soy un convencido de que la mayoría de los caviares son personas con buenas intenciones. Muchos proceden de familias acomodadas y por ello han tenido las mejores oportunidades para educarse. Si ellos pudieran elegir, no serían caviares. El candado cognitivo no lo escogieron ellos, se los instalaron sin pedirles permiso.

Un ambiente familiar donde todas las necesidades básicas están resueltas, con ingresos familiares estables, comida, seguridad, vestido y afecto, es un campo fértil para la instalación del candado mental.

El jefe de familia, empleado de una empresa o funcionario público, que no vive día a día los retos a los que se enfrentan las empresas, no le transmitirá a sus hijos la motivación suficiente para interesarse en ellas y en el mercado.

Cuando la educación es dogmática en una institución religiosa contribuye a la instalación del candado cognitivo. El enfoque de esta institución no es el desarrollo de sus alumnos para competir en un mercado libre, produciendo bienes y servicios cada día con mayor calidad y menor costo, más bien le dará la mayor prioridad a inculcar los valores de justicia, igualdad, compasión, caridad y apoyo social.

Los programas educativos diseñados por el gobierno, contienen poco sobre el desarrollo de la producción y sus dificultades. Muestran a la sociedad como una maquinaria en funcionamiento automático, donde los principales líderes son los gobernantes.  No se analizan las dificultades que existen para crear riqueza, para crear empresas y para producir. Los héroes son únicamente aquellos que de alguna forma murieron en una guerra. Los líderes de la creación de riqueza y empleo quedan en el olvido dentro del contenido escolar y universitario.

Aquel joven que tuvo el privilegio de reciba toda esta educación familiar, escolar y universitaria, es muy posible que termine siendo un caviar y que, involuntariamente, tenga instalado un candado mental que le impida entender la realidad productiva del país y vislumbrar los caminos que hay que seguir para aumentar la producción, el empleo y en general la riqueza de la nación.

Es difícil para un caviar abrir su candado mental. Él ha tenido éxito en todos sus estudios y trabajos, su ambiente familiar y de los amigos lo felicitan por ello y lo impulsan a seguir adelante. Él se siente un triunfador y está convencido de que tiene mucho que aportar para el desarrollo del país y va por más. No tiene motivación alguna para romper su candado, si ni siquiera sabe que lo tiene. No tiene los incentivos para emprender el duro camino de estudiar en profundidad cómo se desarrollaron otras naciones y cuáles son las verdaderas motivaciones de los ciudadanos, para lo que yo le recomendaría, con mucho cariño porque el país lo necesita lúcido, que dedique todo un año a estudiar cuidadosamente lo escrito por el inglés Adam Smith en el siglo 18 sobre el desarrollo económico en Inglaterra y, también, a la rusa nacionalizada norteamericana Ayn Rand en el siglo 20 sobre la ética del capitalismo, al que llamó el ideal desconocido. Seguramente que Angela Merkel, nacida y educada en la Alemania comunista lo hizo en su oportunidad, al igual que Deng Xiaoping y los principales dirigentes del partido comunista chino, los líderes rusos, polacos, etc. y quién sabe hasta Alan García en su largo exilio en Europa. Este tema debería formar parte del contenido de todos los estudios universitarios.

Pero insisto en que un caviar nunca debe gobernar. Los resultados serán desastrosos para cualquier país, pero en especial para un país como el nuestro que necesita aumentar la producción, crear empleo y riqueza. Los caviares traen consigo el colapso de la inversión, la caída de la producción de bienes y servicios y del empleo, así como el aumento de la pobreza, la escasez, la inflación y la delincuencia. Lampadia




¡Con mi plata no te metas!

¡Con mi plata no te metas!

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para
Lampadia

Es curioso observar la avidez con la que los congresistas se agitan por los fondos de pensiones, sus reacciones hepáticas contra las AFPs, el sueño de su propia ONP y el deseo exacerbado por echar mano y entrometerse en el manejo del dinero de los ciudadanos, que deben acumular fondos con fines previsionales para su vejez.

Más curioso aún, que primero, bajo un velo populista, promuevan el retiro de los fondos acumulados, destruyendo la base de acumulación constituida para los momentos más difíciles de la vida, hasta el punto de impactar el valor de las inversiones efectuadas en beneficio de ese futuro, cuando corresponda descansar y no sufrir angustias que, cuando joven, son de menor impacto.

Todos los ciudadanos debemos tener, no sólo el derecho, si no también el deber de conciencia, de generar ese fondo previsional. Deberíamos aportar voluntariamente, pero estaría muy bien que el Estado haga un trabajo educativo en los ciudadanos, haciéndoles ver la importancia de ese esfuerzo e inducirlos a que aporten a un fondo de pensiones, para aumentar el porcentaje de la población que lo haga. Pero debe estar claro para todos, que el fin supremo del aporte periódico de ese “grano de arena”, es que sea debidamente administrado y maximizar su rentabilidad. Cualquier idea diferente, es un atentado contra la propiedad del ciudadano y por lo tanto, tenemos derecho a exigir que ¡con mi plata no te metas!

Ahora “descubren” en el congreso, que menos del 30% de la PEA está afiliado a una AFP o a la ONP. ¡Bingo!, si ese es el porcentaje de actividad formal en el Perú, ¿de dónde van a conseguir más afiliados? La inefable presidente de la comisión multipartidaria del congreso, después de haber promovido el retiro de fondos, so pretexto del COVID-19, ahora dice, que como se viene manejado como un sistema de ahorro y no como uno previsional, ese sistema no es sostenible. Lindos, primero destruyen y después se quejan que no funciona.

Lo mejor de la historia es que, quieren constituir un organismo estatal que centralice el manejo de los fondos previsionales. ¿Nadie le ha dicho a esta gente, que el manejo estatal es absolutamente ineficiente? ¿Adónde han visto a un burócrata tomando decisiones de inversión bajo condiciones de riesgo de mercado? ¿Quién va a alinear sus objetivos con los del futuro pensionista? Para eso existe un número importante de entidades y profesionales que ya lo vienen haciendo, particularmente las AFP.

¿Se habrá enterado esta gente del congreso, que 2,520 entidades del Estado retienen y no han pagado a las AFPs S/.12,912 millones, de los cuales S/.7,753 millones corresponden a obligación del gobierno central y S/.2,505 millones a los gobiernos sub-nacionales? ¿Que descontarle a los trabajadores y no transferirlo a esas entidades es “apropiación ilícita”, léase robo penado teóricamente con pena de cárcel?

En esas condiciones, ¿hay alguna razón para que el Estado, quien ya se está robando cerca de 13 mil millones de soles, ha demostrado ser incapaz para todo, quiera agarrarse nuestro dinero como antaño? Recordemos que, hasta comienzo de los 90s, ese dinero lo recibía el Seguro Social del Perú y lo usaban para hacer cualquier obra sin sentido y sin rentabilidad para el pensionista, dejando que la inflación se comiera los aportes. ¿Quién asumió la responsabilidad de esos fondos “evaporados”? Nadie, pues el Estado es un “perro sin dueño”, en el que los  funcionarios de los niveles más altos de la administración, cambian cada 20 días.

¿Por qué un nuevo cambio ahora? Desde que existía el Seguro Social del Perú, luego Instituto Peruano de Seguridad Social, posteriormente la Oficina Nacional Previsional y la creación de las Administradoras de Fondos de Pensiones, nos han cambiado las normas, porcentaje de aportes, edades de jubilación, tiempo mínimo de aportaciones y ahora discuten que quieren cambiar nuevamente las reglas y condiciones. ¿Nadie va a garantizar la intangibilidad de nuestro fondo de pensiones? ¿Quieren hacer como en Argentina y “cerrar en masa” con los fondos acumulados? ¿Cuándo vendría el siguiente cambio, en 20 años?

Pregunto: ¿Cuántos de los 130 congresistas existentes, cuentan con un fondo previsional en una AFP o están afiliados a la ONP? Puedo asegurar, que ni siquiera la mitad de ellos ha efectuado aportes continuos durante los últimos 5 años. ¿Por qué tienen ahora tanto interés por echar mano del dinero de terceros?

En un país donde menos del 30% tiene empleo formal, la decisión de generar un fondo previsional debe se autónoma, aunque el Estado debe cumplir un rol educativo e inducir a que todos lo tengamos.

Por favor, quienes no están preparados, no se pongan creativos. No generen más incertidumbre en los ciudadanos mayores, que esperan una jubilación sin angustias, ni sobresaltos. Así que ¡con mi plata no te metas! Lampadia




Reactivar con sentido de urgencia supone agilidad administrativa

Reactivar con sentido de urgencia supone agilidad administrativa

Víctor Gobitz
Presidente del IIMP
Para
Lampadia

Distintas entidades con solvencia en tópicos económicos, como el propio Ministerio de Economía y Finanzas, el Consejo Fiscal y el Banco Central de Reserva coinciden en que en este año 2020, experimentaremos la mayor caída del PBI de nuestros últimos 100 años; y recuperar el nivel de producción de bienes y servicios, en términos previos a la pandemia nos tomará, no menos de 3 años. Esta información en términos sencillos significa una crisis de desempleo sin precedentes.

Ante ello, deberíamos cuestionarnos acerca del curso de acción que podríamos adoptar para promover y agilizar las inversiones públicas y privadas; pero, sin variar, es decir, manteniendo las mismas regulaciones y estándares laborales, ambientales y tributarias.

La respuesta está en la agilidad administrativa, entendida por la adopción de una absoluta predictibilidad en los plazos de pronunciamiento u observación.

Esta predictibilidad administrativa férrea se conseguiría con la aplicación de la norma del silencio administrativo positivo; que a la fecha solo se aplica por excepción. La Autoridad tendría un plazo perentorio para pronunciarse y la entidad que promueve la inversión podría cautelar al Estado a través de una caución, lo cual le permitiría a la Autoridad, de manera ex-post; revisar y perfeccionar, pero no detener una inversión.

Este concepto que podría parecer innovador, no es tal; a la fecha la emplean las personas naturales y las empresas privadas para el pago anual del Impuesto a la Renta; pues mediante una Declaración Jurada proceden al pago respectivo y luego la Autoridad, en este caso particular la SUNAT, tiene hasta 4 años para fiscalizar, observar y eventualmente sancionar al contribuyente; si a su criterio, el cálculo del impuesto erró por defecto.

Lo cierto es que ante esta crisis sanitaria, social y económica excepcional y sin precedentes; tenemos que plantear soluciones audaces para atender de manera sostenible (léase sin subsidios), a nuestra población más vulnerable, lo cual supone generar empleo a través de inversiones públicas y privadas. Aún estamos a tiempo. Lampadia




¡Precipicio a la vista!

¡Precipicio a la vista!

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 21 de agosto de 2020
Para Lampadia

El país es un desmadre. Cada uno hace lo que le da la gana. Los contagios y muertes por COVID 19 suben y suben sin parar. La economía… es decir, las ventas de las empresas y el empleo están en caída libre. Cientos de miles de micro y pequeñas empresas han quebrado. Y millones de peruanos – más de 6 millones, dicen algunos – han perdido su trabajo.

La pregunta es ¿alguien gana con todo este desmadre? ¿Cómo podría alguien ganar en medio de esta crisis? Pues bien… la respuesta es que sí hay ganadores.

  • El narcotráfico y la corrupción ganan.
  • Ganan la delincuencia y la agitación social.
  • El terrorismo también gana.
  • Incluso, la burocracia estatal gana. Los burócratas tienen su remuneración asegurada… a pesar de la cuarentena.
  • Y el populismo político… ¡qué quieren que les diga! Los caudillos populistas – los caciques de la política – están en su garbanzal.

Conclusión: no son pocos los que ganan con este desmadre.

Por eso tenemos que ser firmes en nuestras críticas al Gobierno. El manejo gubernamental de la pandemia es un fracaso. Un fracaso sanitario. Un fracaso económico. Y consecuentemente, un fracaso social. Ahora bien… así como debemos ser críticos con el Gobierno por el pésimo manejo de la pandemia, al mismo tiempo debemos estar firmemente comprometidos con la solución de la crisis.

La propuesta de Jaime de Althaus de conformar un comando COVID para Lima va en ese sentido. Pero yo lo extendería a todo el país. La situación de la pandemia en Ica es también dramática. Y lo mismo ocurre en varias otras regiones. Articular – desde la sociedad civil – todos los recursos existentes; públicos, privados, sociales y de la academia. Y coordinar con el Gobierno todo el manejo de la pandemia. Obviamente, previo consentimiento del Gobierno.

A ese respecto, el modelo a seguir es Uruguay. En vez de enfrentamiento políticos inoportunos y absurdos; en Uruguay, todos los actores claves confluyeron para atender y resolver la pandemia de manera integral.

El presidente Lacalle de Uruguay – a diferencia del nuestro – supo rodearse de los más calificados científicos del país… sin afiliaciones políticas partidarias. En Uruguay se produjo un alineamiento sin precedentes entre el Gobierno, el sistema científico, la academia, el empresariado, y la ciudadanía en general. Así fueron capaces de detectar y rastrear el virus como ningún otro país lo pudo hacer.

La educación cívica y la participación ciudadana jugaron un papel clave. La gente se quedó – mayoritariamente – en casa, a pesar de que no hubo cuarentena obligatoria. Los que tenían que trabajar para ganarse el pan del día, lo hicieron… sin sanción alguna de parte de las autoridades. Libertad con responsabilidad… esa fue la clave del éxito uruguayo frente a la pandemia.

Desde que se declaró la emergencia sanitaria el 13 de marzo pasado – hasta el día 22 de agosto – el país sudamericano apenas había registrado 1,485 positivos del virus y 40 muertes. Por otro lado, Uruguay es el primer país latinoamericano en poner en marcha la vuelta a las aulas, pese a la pandemia. ¡Envidiable y admirable!

Y volviendo al tema de los politiqueros, es increíble ver – y escuchar – a algunos atribuir al “modelo neoliberal” el fracaso del Gobierno frente a la pandemia. Expropiar todas las clínicas y farmacias privadas… proponen estos oportunistas de la política. Incluso, llegan a decir que el Gobierno está siendo manejado por grandes grupos empresariales. Y que por eso estamos como estamos.

Así es… aunque parezca mentira. La semana pasada participé en un debate – con Vladimir Cerrón – convocado por un grupo estupendo de estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano en Puno. Y lo vi y oí – vía zoom – con mis propios ojos y oídos. Aparte de las expropiaciones antes indicadas, el susodicho exigió seguir los modelos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

A eso me refiero. Los caudillos populistas – los caciques de la política – están en su garbanzal. Ellos – junto con los corruptos, narcotraficantes, terroristas, agitadores sociales, y todos los demás – ganan con este desmadre.

Es – pues – hora de actuar. Es hora de sumar y colaborar. Es hora de corregir el rumbo. Porque estamos avisados… ¡precipicio a la vista! Lampadia




Estrategia, método y disciplina

Estrategia, método y disciplina

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Ya nadie duda que, aún con los números preliminares del MINSA, el Perú ha alcanzado el lamentable primer puesto a nivel mundial de fallecidos por millón de habitantes por Covid-19, entre los 10 países con más fallecidos. En paralelo, también hemos pasado de ser el caso emblemático de solidez económica a nivel mundial, a convertirnos en el país más impactado en su economía, como producto de esta epidemia, con una caída estimada del PBI para este año de entre 12% y 14%, habiendo tenido meses de hasta -40% y una impresionante pérdida de empleos formales.

Tenemos pues entre manos un problema serio y complejo y me temo que no estamos debidamente entrenados para manejar estos problemas complejos, ni estamos usando las herramientas necesarias para su manejo. A riesgo de ser criticado por los políticos por darle un enfoque empresarial, quisiera que juntos rompamos ese mito y veamos, que para esta, como para cualquier otro “tipo de guerra”, se necesita: estrategia, método y disciplina.

Allá por el año 1990, Robert S. Kaplan y David P. Norton, comenzaron a diseñar lo que en 1992 lanzaron al mundo académico, empresarial y de entidades no lucrativas, con el nombre de “Balanced Scorecard” (BSC), que fue la herramienta preliminar para trabajar y hacer seguimiento al cumplimiento de metas y objetivos de cualquier organización, debidamente alineados al cumplimiento de una estrategia equilibrada o balanceada. En el tiempo, esta herramienta ha sido mejorada y ahora bajo el nombre de “BSC Focusplus”, se trabaja; el diseño de una adecuada Arquitectura Estratégica, el desarrollo del Plan Estratégico y el enfoque que se debe tener para el Gerenciamiento Estratégico usando la Hoja de Ruta correspondientes, para monitorear su ejecución y alcanzar los objetivos trazados, sin privilegiar, ni postergar algunas líneas de acción.

Menciono esto, porque de inmediato apareció la discusión de si de debía privilegiar lo sanitario o lo económico, una discusión bizantina, pues se trata de tener un manejo equilibrado de ambos dominios, ya que no se puede mejorar la salud sin manejar bien lo económico y viceversa.

En primer lugar, es esencial partir de data correcta y por eso se reclama tanto, transparentar los números de contagiados y la cantidad de fallecidos, sin aferrarse a concepciones restrictivas. Fallecidos por COVID-19, no son sólo los que tienen un certificado COVID-19 positivo, sino como explicaba una médica, ex-ministra de Salud, “si camina como pato, tiene plumas como pato, nada como pato y hace cua cua, es pato, aunque no tenga certificado de pato”. Sólo la data sincera, clara y transparente, permitirá un análisis serio y diseño de una estrategia que pueda dar resultados, que a la postre es lo que nos interesa.

Una información clara y descarnada del nivel de contagios, factor R y tasa de letalidad, sería un elemento altamente disuasivo para influir en la población, pues parte de este esfuerzo es contar con una sólida Estrategia de Comunicación. La única consecuencia del ocultamiento o edulcoramiento de la realidad, es generar una sensación de confianza absolutamente falsa, que conduce a bajar la guardia, cuando debiéramos estar en alerta absoluta.

Otro elemento fundamental, es generar condiciones que permitan la higiene necesaria, dando facilidades con instalaciones temporales de agua potable para quienes no lo tienen. Igualmente, replantearnos el transporte público de pasajeros, ampliando la oferta de ómnibus del Metropolitano y líneas alimentadoras, con tarifas subsidiadas, eliminándose la congestión en las estaciones o paraderos y sacando del mercado, por precios, a las “combis” y colectivos, puntos de alta transmisión y diseminación de la enfermedad.

Pensando en el manejo de la salud, la importancia de la data sanitaria mencionada radica en que, sólo contando con ella se puede calcular el real factor R (nivel de contagio) y tasa de Letalidad (porcentaje de fallecidos respecto a los infectados), elementos fundamentales para diseñar la estrategia sanitaria. Estos dos factores nos permiten a su vez, definir cómo actuar en una determinada demarcación territorial si el nivel de contagio es bajo, regular o alto y qué plan y objetivos definir. Del mismo modo, dependiendo del nivel, se determinaría el tipo de herramientas médico-sanitarias a usar; preventivas, procedimiento médico temprano (con medicación), aislamiento con monitoreo médico presencial, telemédico o facilidades UCI.

El manejo de este Plan Estratégico debe ser a tres niveles; una ruta estratégica Nacional conducida por un equipo del gobierno central, quien diseña la estrategia, su arquitectura y el tablero de control, siendo además el responsable de tomar las medidas correctivas ante las desviaciones de este “BSC Focusplus”. Este equipo del gobierno central, de la mano de los responsables de cada región, diseña la ruta estratégica Regional. Igualmente es el equipo regional quien monitorea y reporta el cumplimiento del plan y sus resultados, acorde a la Hoja de Ruta, coordina las acciones tácticas y operativas con el personal sanitario en campo e informa todo lo actuado al gobierno central. Este trabajo de monitoreo de sanos, contagiados y la evolución de la enfermedad de estos hasta su recuperación absoluta (alta médica), debe realizarse con apoyo de geomática usando la telefonía celular de la ciudadanía, capaces de enlazarse a las centrales regionales.

Respecto de la Arquitectura estratégica, se debe clasificar a cada provincia en función del Factor R y de la tasa de letalidad, clasificando si están dentro de los límites inferior o superior de cada categoría (rojo, ámbar o verde) y esta apreciación de las provincias, permitirá definir la situación de la Región y la estrategia a aplicar, tanto en lo sanitario, como en cuanto a la actividad económica.

Ciertamente, el levantamiento inicial data de contagios debe de hacerse con pruebas moleculares, haciendo también el seguimiento de la cadena de contactos, con pruebas moleculares a toda la cadena, poniendo en cuarentena a los contagiados (cerco sanitario). En las localidades donde no se haya desbordado el contagio, sería conveniente “ir a buscar el Covid-19” de casa en casa, tratando de identificar por examen clínico, seguido de prueba molecular confirmatoria y atendiendo estos casos con la medicación temprana conocida (Ivermectina, Azitromicina, Hidroxicloroquina, Paracetamol y Dexametasona), dando seguimiento telefónico de temperatura, presión y nivel de saturación de oxígeno, para apoyar con oxígeno ante una baja de dicho nivel de saturación. Con estos procedimientos del primer nivel médico, que perfectamente lo pueden monitorear; técnicos sanitarios, enfermeros, estudiantes de medicina o miembros capacitados de las fuerzas del orden, se evitaría, en un altísimo porcentaje, llegar a UCI e incluso, en muchísimos casos, el requerimiento de oxígeno.

La reactivación económica es la otra línea de este plan, que requiere también de un análisis cuidadoso. Si bien fue interesante la primera acción encaminada a dar sostenimiento financiero a las personas y empresas, que abruptamente perdieron sus ingresos por ventas o remuneraciones, esta llegó tarde y disminuida (se ha desembolsado un bono calibrado para una quincena, cuando ya llevamos cinco meses de cuarentena). En el caso de las empresas, impedirles romper la cadena de pagos fue una importante solución financiera de corto plazo, pero la “reactivación económica”, léase de activar producción y ventas, debió encararse y aún no se hace.

Para empezar, el MEF debería mostrarnos el impacto a la fecha del COVID-19 sobre; las cuentas nacionales, la caja fiscal, la balanza de pagos y el empleo formal e informal. Con esos datos a la mano, debiera compartir los escenarios de recuperación de esos indicadores y nuestras mejores opciones para realizarlo. No pueden decir, sin demostrarlo cuantitativamente, que con los empleos temporales del programa “Arranca Perú”, algunos proyectos de inversión pública y el financiamiento a las MYPES vamos a recomponer las exportaciones, recuperar la recaudación tributaria y los más de 4 millones de puestos de trabajo formal perdidos a nivel nacional.

Debió diseñarse esta reactivación, considerando lo que debemos calificar como actividades esenciales, sea por que nos proveen el sustento alimentario o porque siendo actividades de exportación, no están sufriendo el impacto negativo de demanda que soporta el mercado de consumo interno.

De la mano de estas actividades esenciales, debieran haberse activado los proveedores de bienes y servicios que, de acuerdo a la tabla insumo/producto de cada una de estas actividades, se requiere para una fluida producción, transporte y comercialización de estas actividades esenciales. El criterio de fases que se aplicó, no contemplaba el carácter sistémico de la actividad económica y por eso fue tan trabado.

El otro factor fundamental a tener en cuenta, es la capacidad de creación de renta, de empleo formal y de aporte tributario, de divisas y generación de estímulo de demanda a otras actividades, pues sin un estímulo a la demanda de consumo interno, las MYPES no tendrán opción de sostenerse.

Considero que si no se diseña una Estrategia, se aplica un Método adecuado y se monitorea con Disciplina, seguiremos siendo el país más golpeado del mundo, en lo sanitario y en lo económico. Lampadia