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¿Hay luz al final del túnel?

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre la perspectiva de la economía y si hay luz al final del túnel.

Participan Elmer Cuba, invitado, director de Macroconsult, Jaime de Althaus, Aldo Defilippi y Gonzalo Prialé

Las opiniones vertidas en este programa no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Algunas frases de Cuba:

Yo no espero mucho de la inversión pública. El 90% del déficit fiscal tiene que ver con la caída de los ingresos. Por lo tanto el próximo año hemos dilapidado las reservas fiscales que tomaron 30 años. Todo para salvar vidas, pero no lo hemos logrado.

La mejor manera de reactivar es dejando que la gente trabaje, por supuesto con los protocolos adecuados. Pero mientras tanto hay que focalizar bien los bonos, hacer un manejo inteligente. El bono universal es mucho para los que tienen trabajo y muy poco para los que lo necesitan de verdad.

En lugar de aprovechar esta crisis para hacer reformas y mejorar, con lo que hace el Congreso se está tomando para empeorar.

Lampadia




La reactivación de la economía

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos nuestro video zoom sobre la reactivación de la economía para salir de la recesión que está causando el coronavirus.

Participan Elmer Cuba, director del BCR como invitado, Aldo Defilippi, Gonzalo Priale y Jaime de Althaus.

Las opiniones vertidas por los participantes  no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




La oportunidad para el gran punto de inflexión

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La confrontación entre el Ejecutivo y el Congreso ha culminado con el otorgamiento de la confianza. Es de esperar, entonces, que en la Comisión de Constitución se alcance un consenso para avanzar en la aprobación de los proyectos de reforma política que, junto con la reforma del sistema judicial, es muy importante para construir una institucionalidad que mejore la gobernabilidad e instaure el Estado de derecho, bases fundamentales de la prosperidad y el crecimiento.

Pero no es necesario esperar hasta el mediano o largo plazo para que esos objetivos se alcancen. El gobierno puede y debe ir avanzando con decisiones cruciales que tendrían un impacto muy grande en el corto plazo para mejorar sustancialmente las condiciones para la inversión, el crecimiento y la generación de empleo formal e inclusivo en el Perú. Y también el Estado de derecho. Se trata de la licencia de construcción de Tía María, que debería darse antes del 31 de julio que vence la vigencia del estudio de impacto ambiental de ese proyecto, y la inclusión en el Plan Nacional de Competitividad de un conjunto potente de reformas laborales y tributarias que permitan incluir en la legalidad formal a muchísimas empresas y trabajadores hoy excluidos y que permitan su crecimiento económico, hoy reprimido.

La primera decisión tendría el valor simbólico de señalar que el Estado peruano se decide a desarrollar el enorme potencial minero que tenemos y que puede convertirnos en un país desarrollado, y que empieza a crear las condiciones para ello. Es decir, que empieza a tener la madurez suficiente para manejar procesos que permitan la inversión asegurando los derechos de todos.

La segunda indicaría que hemos empezado un proceso para cerrar la mayor desigualdad estructural y social existente el país: la que separa a los formales integrados al mundo moderno, de los informales e ilegales arrinconados en los márgenes del desarrollo y la legalidad.

Sobre la decisión de otorgar la licencia de construcción a Tía María ya nos explayamos la semana pasada en este mismo portal. Respecto de lo segundo hay que decir que el Estado peruano ha agotado ya todas las instancias de diálogo en el Consejo Nacional de Trabajo (CNT), y no ha sido posible conseguir la participación ni el aporte de las centrales sindicales, con la CGTP a la cabeza. Por lo tanto, es necesario tomar una decisión ante un tema que tiene que resolverse si queremos volver a crecer con oportunidades para todos.

El proceso comenzó a mediados del año pasado con la pre publicación del “documento de política”. En el Objetivo de Política Nº 5, orientado a “crear las condiciones para un mercado laboral dinámico y competitivo para la generación de empleo formal”, se identificaron con claridad los problemas e implícitamente las soluciones:

  • El Perú es uno de los países con mayor rigidez para contratar y despedir trabajadores.
  • El Perú registra mayores costos laborales no salariales respecto a sus pares de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México): 50.3% respecto al salario mensual neto que recibe el trabajador mientras que Colombia es el 30.4%, Chile el 15.8% y México el 21.1%.
  • En el Perú la indemnización por concepto de despido injustificado es alta si se compara con nuestros pares de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia y México)

Ese documento de política, luego de recibir comentarios, se convirtió en la “Política Nacional de Competitividad y Productividad”, aprobada por decreto supremo el 31 de diciembre del 2018. El problema es que la “Política…” diluyó y relativizó el diagnóstico que estaba en el documento de trabajo llegando a decir que en realidad la solución no pasa por reducir esos costos no salariales porque ya tenemos regímenes especiales menos onerosos y no han resuelto el problema, una falacia que ya desbaratamos en un artículo anterior.  

La CGTP no se presentó

El hecho es que las centrales sindicales, con la CGTP a la cabeza, protestaron porque no habían sido consultadas para la elaboración del Objetivo de Política Nº 5, y se retiraron, una vez más, del Consejo Nacional de Trabajo (CNT), pese a que el mencionado capítulo no contenía propuesta de cambio alguna. El presidente de la República las invitó a Palacio y allí les solicitó que se reincorporen para discutir precisamente ese capítulo, que se decidiría en el CNT, y se dictó un decreto para disponerlo así.

El pasado jueves 30 de mayo se llevó a cabo la reunión del CNT en la que los sindicatos y los gremios empresariales debían presentar sus propuestas finales respecto del Objetivo de Política Nº 5, pero las centrales no se presentaron. Si hubieran tenido propuestas y argumentos, habrían asistido. No lo hicieron. El gobierno, entonces, tiene el camino libre para incorporar en el Plan Nacional de Competitividad que se apruebe próximamente las reformas necesarias para desentrampar el mercado laboral e incorporar a los marginados.

Los gremios empresariales, en cambio, habían unificado posiciones y presentaron un documento completo que incluye no solo propuestas relativas a la regulación de las relaciones laborales sino otras para resolver problemas de desnutrición y anemia, educación, educación tecnológica, condiciones para la inversión y el crecimiento de las Mypes, simplificación administrativa y análisis de impacto regulatorio de las normas que emite el Estado, extensión de régimen agrario y exportador, etc.

La importante propuesta de Macroconsult

Macroconsult, por su parte, con el auspicio de la Cámara de Comercio de Lima, formó un equipo liderado por Elmer Cuba y Claudia Cooper que elaboró una muy bien pensada propuesta de formalización laboral y tributaria que también ha sido elevada al gobierno. Dicha propuesta tiene como concepto central cambiar el paradigma de regímenes especiales para la micro y pequeña empresa (laborales y tributarios) por escalas graduales basadas en el ingreso del trabajador o en las utilidades de la empresa. Esto para evitar los saltos mortales de un régimen al siguiente, que desalientan el crecimiento y fomentan la subdivisión de las empresas o la informalización de los trabajadores, y para facilitar la formalización de las propias empresas.

Así, en lo laboral se plantea un régimen general único basado en una escala gradual de ampliación de beneficios en función del tamaño del sueldo, tal como podemos ver en el siguiente cuadro, que compara al régimen actual de la microempresa con la escala que se propone, hasta llegar al régimen general actual que sería la última escala de un régimen general gradual:

Fuente: “Reforma laboral para la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad (presentación preliminar), Macroconsult, junio 2019

Lo interesante es que la unidad de ampliación de beneficios ya no es la empresa según su número de trabajadores, sino la persona misma, el trabajador, en función del tamaño de su remuneración. Eso implica que en una misma empresa podría haber varios regímenes o escalas o que en una empresa con muy pocos trabajadores pero de servicios profesionales bien remunerados, sus empleados estarían en la escala más alta, por ejemplo.

La propuesta incluye la idea de que cuando el trabajador pasa a la segunda escala (salario entre 1,500 y 2,500 soles), la empresa empieza a pagar a Essalud aunque solo 6%, pero el trabajador no perdería el acceso al SIS, que es más valorado por su prontitud en la atención que Essalud. De esa manera, al mismo tiempo, Essalud tiene un nuevo ingreso sin que tenga que dar el servicio.

La propuesta implica que cuando una empresa crece no pasa de un régimen a otro incrementando sustancialmente los costos no salariales del trabajo, sino que estos se incrementan gradualmente en la medida en que suben las remuneraciones de sus empleados. Pero mejor aún sería plantear una escala de ampliación de beneficios más continua, con rangos más pequeños.  

Evidentemente, sin embargo, el límite al potencial formalizador de esta propuesta y de cualquier otra, está en el nivel relativamente alto del salario mínimo que, según cálculos del IPE, es superior al salario promedio en el sector informal. Se constituye, entonces, en una barrera absoluta a la formalización. Dicho salario no debería ser subido hasta que técnicamente su nivel se adecúe a la realidad del mercado laboral y permita la formalización de los trabajadores sin derechos.

Ahora bien, la propuesta laboral facilitará el crecimiento de las empresas ya constituidas formalmente y evitará la informalización del trabajo dentro de ellas. Pero la gran mayoría de empresas es informal, informal tributariamente, o está en regímenes como el RUS que disfrazan la informalidad o se usan para sacarle la vuelta al fisco. En ese sentido, para facilitar la formalización y el crecimiento de las empresas formales, Macroconsult plantea suprimir los regímenes especiales (parte del RUS, RER, Mype tributario –RMT-, régimen general) y reemplazarlos por un régimen general único gradual y progresivo, algo que siempre hemos demandado en Lampadia. Lo podemos ver en el siguiente cuadro:

Fuente: “Reforma laboral para la reducción de la informalidad y el aumento de la productividad (presentación preliminar), Macroconsult, junio 2019

Esto supone mantener el RUS con un techo más bajo y solo para casos especiales (mercados de abastos y bodegas), que las personas naturales que usan RUS deban migrar hacia el impuesto a la Renta de personas naturales, que las personas con negocios que usan RUS y las que tienen RER y RMT deban migrar al Impuesto a la Renta de tercera categoría progresivo, y que las personas con negocios deben registrarse como persona jurídica. Todos los individuos tendrían que emitir una declaración jurada obligatoria. Por supuesto, la Sunat ayudaría con una contabilidad progresiva.

Nuevamente acá la escala podría ser más continua, para eliminar al máximo los saltos. Y, de hecho, una escala como esta ayudaría a la formalización y el crecimiento  empresarial. La masificación de los comprobantes electrónicos haría todo esto posible.

Las propuestas de Lampadia

Sería conveniente que el gobierno analice esas propuestas y las compatibilice con las que formuló el Consejo Privado de Competitividad en relación al mercado laboral, e incluya también las que hemos discutido en Lampadia en un taller en el que participaron Miguel Jaramillo, Gustavo Yamada, Germán Lora, Jorge Toyama y Pablo Bustamante, que adjuntamos al presente. En dicho taller se elaboró una lista mínima de reformas:

  • Cambio de criterio del Tribunal Constitucional, limitando la posibilidad de reposición a despido nulo, conforme a ley (posición de magistrado Sardón de Taboada). O, en su defecto, modificación de artículo 27 de la Constitución Política de 1993, fijando la indemnización por despido arbitrario como mecanismo protector frente al despido, abriendo la posibilidad de reposición únicamente para despido nulo (hay un proyecto de la congresista Letona en este sentido).
  • Modificación del artículo 8 del Texto Único Ordenado de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, permitiendo pactar la Remuneración Integral Anual (RIA) sin que exista un límite mínimo de remuneración (2 UIT es en la actualidad) para ello (salvo la RMV).
  • Considerar la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) solo como seguro de desempleo. Establecer un tope de 6 sueldos en la cuenta de trabajador. Llegado a dicho tope, el empleador no tiene obligación de seguir haciendo depósitos. Esa cuenta solo podrá ser abierta por el trabajador cuando esté desempleado. No se podrá hacer retiros parciales.
  • Mejorar la regulación del tiempo parcial: aumentar número máximo de horas trabajadas a la semana a 30 horas. Modificar el Decreto Supremo N° 1-96-TR, estableciendo que será trabajo a tiempo parcial el trabajo realizado en menos de 24(30) horas a la semana, independientemente de los días que se labore.
  • Aprobar la ley de empleo juvenil.

Fuera de eso, en Lampadia hemos desarrollado una propuesta clave indispensable para formalizar la economía y el trabajo y resolver el problema pensionario:

  • Que los ciudadanos puedan, desde los 18 años, aportar a su cuenta individual de pensiones una parte del IGV que pagan cuando compran cualquier producto. Esto no solo resolvería el problema pensionario de la población peruana, sino que ayudaría a formalizar la economía vía el pedido de facturas. Esta reforma tiene el potencial incluso para construir gradualmente un sistema de salud universal e integrado.

El gobierno está ante la responsabilidad histórica de incorporar en el Plan Nacional de Competitividad estos y otros cambios orientados a modernizar la legislación laboral, tributaria y social para hacerla más inclusiva y más adaptada a la cuarta revolución industrial que se nos viene, y a la que no podremos sobrevivir si es que no actualizamos nuestro marco regulatorio. De paso propiciaría una gran revolución: la que haga posible reducir sustancialmente la gran desigualdad estructural de nuestro país, que es la que excluye al sector informal emergente de la formalidad y el crecimiento económico. Lampadia




“El Perú es una economía muy dinámica”

“El Perú es una economía muy dinámica”

“El presidente Vizcarra puede ser el gran reformador del Perú”

Elmer Cuba señala que el nuevo gobierno podría llevar a cabo una gran reforma laboral en el país si es que el mandatario así se lo propone

Entrevista a Elmer Cuba, Director del BCR y socio de Macroconsult
Jaime de Althaus
El Comercio, 02 de abril de 2018

En esta entrevista, el director del BCR Elmer Cuba, quien esta semana estuvo voceado como uno de los posibles candidatos al MEF, explica algunos de los retos que tiene en materia económica el nuevo gobierno.

— Podríamos estar creciendo a tasas mucho más altas si no hubiera habido todo ese entrampamiento político que ha detenido al país el último año y medio. ¿Hemos superado este entrampamiento político?

Sí, podríamos estar yendo al doble de velocidad. Hoy día el Perú está yendo a 2,5% de PBI, podíamos estar yendo a 5%. ¿Por qué no hemos ido a 5%? En parte, por toda la crisis política y, en parte también, por el tema Lava Jato, su mal manejo, y, en parte, por errores de política económica. Tampoco se salva Kuczynski en esto. Entonces, ¿qué puede cambiar ahora? Bueno, el choque externo sigue siendo positivo, el tema Lava Jato comienza a desenredarse con la nueva ley que reemplaza al 003, que es una mejora sustancial, y este arreglo político que era lo que todo el Perú esperaba hace año y medio entre dos grandes agrupaciones que pensaban muy parecido en lo económico, a diferencia de la izquierda que tenemos. Uno observa ahora una colaboración entre el Ejecutivo y el Congreso. Ahora falta saber cuáles serán las primeras medidas tributarias y de gasto público del nuevo ministro de Economía.

— Bueno, se dijo que Elmer Cuba iba a ser el ministro de Economía, pero ha sido vetado por Juan Sheput, por Violeta, por sectores antifujimoristas en las redes…

Sí, seguramente… Mira, nunca me llamó nadie del Ejecutivo en verdad, o sea que ha sido una hipótesis manejada por las redes sociales. Es lamentable que el odio sea transitivo: que por haber colaborado en la segunda parte de una campaña política, en la parte económica, la gente ya te comience a golpear más allá de tus propios méritos personales. Pero, desde donde uno esté, tiene que colaborar con ideas.

— ¿Y qué es lo que habría que hacer para recuperar la economía?

La primera medida de política económica no es propiamente macroeconómica, sino simplemente el arreglo entre el Congreso y el Ejecutivo. Esto, por sí solo, ya es positivo, en términos de una paz política por lo menos de 12 a 24 meses antes de la siguiente campaña electoral del 2021. Esto va a hacer que muchos empresarios desempolven sus proyectos que están listos, que los han guardado por esta incertidumbre. Porque el Perú es una economía muy dinámica. Incluso en la desaceleración, le hemos sacado un punto a todos los países. Además, el Perú ha sido capaz de procesar en democracia un cambio de presidente y además está metiendo a otros presidentes presos. Eso no ocurre en México o en Argentina. Eso es algo positivo más bien, nos estamos graduando como un país que es capaz de juzgar a autoridades.

— Pero tenemos un déficit fiscal…

Sí, y hay que atacarlo. Pasivamente no se va a cerrar. Es preocupante porque es un déficit de 3 puntos de producto y el Perú recauda solo 13 puntos de producto. O sea, no es que el Perú recaude 40 puntos de producto como un país europeo que tiene déficit de 3.

— Pero los ingresos fiscales están subiendo de manera sostenida desde octubre…

Han comenzado a subir efectivamente y la buena noticia es que van a ser mayores por el lado de la minería. Las principales empresas mineras han aumentado sus utilidades casi entre 50 y 100%, que no es poco, y eso va a hacer que cuando se regularice, salte la recaudación. Pero aun así no es suficiente, hay que hacer más cosas para controlar la evasión de IGV y renta que en los últimos dos años es mayor que en la década anterior.

— ¿Cómo?

Hay que identificar cuáles son los focos principales de evasión. Yo creo que están básicamente en el Impuesto a la Renta de empresas medianas, que tienen doble contabilidad e informalidad.

— ¿Por qué ha caído la recaudación?

Primero, por el error de bajar las tasas del Impuesto a la Renta a las personas y aumentar la parte no imponible. En el Perú somos 16 millones de trabajadores y solamente declaran impuestos 3 millones, pero pagan 1 millón. Los otros 2 millones son formales, pero no pagan porque están exentos, porque ganan poco. Recién a partir de 20 mil soles al año comienzas a pagar Impuesto a la Renta. Entonces solamente un milloncito paga y a ese milloncito de personas que sí pagan, digamos los profesionales del Perú, les han bajado los impuestos. Una cosa insólita.

— ¿Habría que subirles nuevamente esos impuestos?

Yo creo que sí. Es volver a lo que teníamos en el 2014. Además ocurre que las empresas se mudan a régimen mype para pagar solo 10% de impuestos contra 29,5 del régimen general. Hay que volver a los regímenes de renta previos al 2014.

— En realidad pagan 10% solo por las primeras 15 UIT de utilidad, lo que permite un incremento gradual. ¿Propones eliminar el nuevo régimen mype, que está diseñado precisamente para hacer un tránsito más gradual, sin salto mortal, al régimen general?

Hay que repensarlo antes de saltar al vacío. Habría que optimizar el RER y el RUS.

— Pero, ¿cómo optimizas RER y RUS? Son sistemas para dar apariencia de formalidad a la informalidad. No pagan IGV. No entran a la cadena tributaria. Están hechos para fragmentar empresas y evadir.

Con las tasas y simplicidad. En un híbrido entre la informalidad y la formalidad. La heterogeneidad productiva obliga a eso.

— La ex ministra Cooper propuso simplificar los regímenes tributarios unificándolos en uno solo, eliminando el RUS y el RER, acompañado esto de la digitalización de los comprobantes. Para que todas las empresas ingresen a la cadena tributaria, del IGV…

No hay estudios concluyentes que digan qué método es mejor, porque el aparato privado peruano es muy heterogéneo y quizá habría que mantener regímenes especiales por un buen tiempo, pero que suavicen el paso de un escalón al otro. Un solo régimen general puede ser más bien infranqueable para los informales y ahí sí tendrías dos mundos: informales para siempre y formales para siempre. Muchos informales no podrían sobrevivir frente a los formales si tienen que pagar IGV y renta. Ahora por lo menos están en el borde, pagan un poco…

— No sería infranqueable si la Sunat te hace la liquidación de impuestos, y al deducirte el IGV terminas pagando menos, que es lo que ocurriría según Claudia Cooper…

Ahí actuamos a ciegas, a diferencia, por ejemplo, del Midis, que tiene la Enaho, con la que mapean la pobreza para hacer políticas sociales. Nos falta conocer realmente las mypes, no las hemos censado, no las seguimos con encuestas, no sabemos cómo acumulan, cómo quiebran, cómo se endeudan, cómo pagan impuestos, cómo contratan. El nuevo ministro tendría que hacer una comisión especial en doce meses con los mejores expertos nacionales e internacionales en el tema para resolver este asunto. No podemos enfrentar bien la informalidad en todas sus dimensiones laborales, tributarias y sobre todo del sector, porque no la conocemos bien. No sabemos cuál ha sido su génesis. En cada sector la causa puede ser distinta. De repente la causa de la informalidad en el sector ‘retail’ al por menor, es la ley laboral. Pero la causa de la informalidad minera sería la ley minera que obliga a que el pequeño tenga un EIA o el cierre de impacto ambiental…

— En el tema laboral es fundamental eliminar la estabilidad laboral absoluta…

El tema es más complejo. Somos 16 millones de trabajadores; solamente 3 millones son formales. El TC, con su sentencia del 2001 que restableció la estabilidad absoluta, indujo a que 2 de esos 3 millones pasen a contrato a plazo fijo, y solamente un millón en contrato indefinido, cuando antes de esa sentencia era al revés. Pero ese problema, que hay que resolverlo con el TC o con el Congreso, va a mejorar la vida solamente de los 3 millones de formales que pasarán más fácilmente a contratos indefinidos…

— Pero también es una barrera a la formalización, ¿no? Muchas empresas no formalizan por temor a no poder desvincular cuando es necesario…

Sí, pero en el caso de las pequeñas y medianas no formalizan sobre todo por los sobrecostos laborales, por los mal llamados derechos laborales que encarecen la formalidad. Por eso hay otro milloncito de trabajadores informales en empresas formales. Ya de ahí para abajo, el tema laboral ya no es laboral, es empresarial. Va a ser imposible que una empresa que es informal per se, tenga trabajadores formales. Estamos hablando ya de 3 millones más, que son trabajadores informales en empresas informales. Entonces ahí la respuesta es: primero formalizas la empresa. El tema es más tributario, y más relacionado con la legislación de cada sector: qué se le pide a la señora que hace galletas, por ejemplo. Y, fuera de estos, los que están en la cola ya son otros 3 millones de independientes –una exageración–, que no tienen jefe ni declaran renta: el gasfitero, el taxista, el cuidador del edificio, el limpia autos, el reciclador, el estibador de mercado… Para no hablar del pequeño agricultor altoandino. Lo más fácil, aunque parezca mentira, es cambiar la sentencia del TC. Lo otro es más complejo. Es la gran reforma laboral de este país.

— ¿La podría hacer el presidente Vizcarra?

La puede hacer si la quiere hacer. Tiene todo para hacerlo. Es un cambio de Gobierno, que tiene ciertas ventajas porque tiene una oposición que no puede ser oposición. Él tiene una cosa importante: su poder de renuncia. El presidente Vizcarra puede ser el gran reformador del Perú si quiere hacerlo o simplemente administrar la cosa esperando que pase el tiempo hasta el 2021.

— ¿Qué efecto va a tener esta alza del salario mínimo?

Si tú me dices, “dame una medida para aumentar la informalidad laboral”: sube el mínimo. Si quieres aumentarlo ya con daños severos, mortales, ponlo en 1.500 soles. Ahorita la mediana de ingresos en el Perú es 900 soles, la mediana. De esos 16 millones de trabajadores, la mitad gana menos de 900 y hemos puesto el mínimo en 930. Por encima de la mediana, de locos. El mínimo está totalmente pervertido. Ya no es el mínimo, es la mediana. Es un enemigo de la formalización.

— ¿Debería haber dos salarios mínimos: uno para la micro y mediana empresa y otro para la mediana y grande o no debería haber simplemente salario mínimo?

El mínimo debería ser mínimo. Deberíamos dejarlo ahí que pernocte varios años para que realmente sea mínimo. Una vez que sea mínimo, lo indexamos al IPC y a la productividad de ese segmento de bajos ingresos formales. Lo central acá es la productividad laboral.

— Entonces, ¿cómo haces para subir la productividad laboral?

¿Por qué el ingreso promedio de un chileno es superior al de un peruano, sea este un guachimán, un médico o un taxista? Porque ellos han invertido más en 20 años, tienen más capital por persona. A más intensidad en capital, más salario real. También lo decía Marx. Como esta es una economía subcapitalizada, tenemos que meterle más inversión privada al infinito para que el ratio, el capital, sea mayor.

BENEFICIOS TRIBUTARIOS

“No sería fácil políticamente eliminar las exoneraciones”

Si los cines no pue- den ganar vendiendo canchita, no va a haber más inversión en cines…

Así es. Esos microrretrocesos, si los juntas, son el principal enemigo de la inversión. Es clave pensar que cada movimiento regulatorio puede tener un daño. Si sumas esas pequeñas cosas, los peruanos nos vamos a entrampar y vamos a perder la batalla. Y lo otro son los costos de transacción por el lado legal judicial. Si la justicia es lenta o corrupta, aumenta también el riesgo de invertir, no te devuelven nunca algo. La tasa de interés en el Perú es alta en parte por el riesgo de cobranza a ese señor que te engañó. Y los que recibimos un crédito pagamos ese sobrecosto.

Se estaría trabajan- do con el Congreso la vieja idea de eliminar exoneraciones. Según el MEF, hay 16 mil millones de soles al año de beneficios tributarios…

Mira, para el mismo MEF, de esos 16 mil, solo 11.600 serían factibles en el corto plazo. Pero no sería fácil políticamente eliminarlas. Por ejemplo, la exoneración más grande, de 1.900 millones, es la del IGV a la educación: habría que cobrar IGV en los colegios, en las universidades o en los institutos. La siguiente es la intermediación financiera, es decir, los créditos, exonerados también del IGV, y la tendencia mundial es a no cobrar IGV para eso. El tercero es la exoneración del Impuesto a la Renta natural para la CTS. Debería pagar, pero habría resistencia. También tienes la devolución anticipada de IGV, que tiene sus ventajas. Y el drawback, que es bien ideologizado, pues si no hay aranceles para importar no debería haber drawback (devolución), que es un subsidio a las utilidades de los exportadores no tradicionales. Y, por último, está el sector agropecuario, que paga solo 15% de Impuesto a la Renta contra 29,5% que pagan todos los demás. ¿Ese ‘boom’ agroexportador va a llegar a su fin si pones el impuesto donde debería estar o hay que dejarlo ahí 15 años más? Esas seis son el 80% de las exoneraciones. Lampadia




Una visión positiva en un contexto de incertidumbre

Una visión positiva en un contexto de incertidumbre

En un contexto de incertidumbre tanto política como económica, sumado a las bajas expectativas de crecimiento, se ha creado una gran ‘nube negra’ sobre el futuro de la economía peruana. Luego de un periodo de ligera recuperación en el último semestre del 2017, la baja expansión que registró el PBI en noviembre (tan solo 1.78%, inferior a lo esperado) ha generado que la proyección de crecimiento que el MEF tiene para la economía peruana al cierre del año anterior, situada en 2.7%, se haga cada vez más difícil de alcanzar.

No queda claro si esta ralentización ya termino o si aún podemos marcar un cambio en la tendencia. Ante esta incertidumbre, Elmer Cuba describe un 2018 que vendrá impulsado por un fuerte choque externo positivo. La economía se verá impulsada por el crecimiento de las agroexportaciones, la mejora en los precios de los minerales y por un alto crecimiento en el sector construcción. Se prevé una mejora sustancial en la inversión pública y privada, un robusto crecimiento de la demanda interna y el aprovechamiento de los altos ingresos de capital recibidos en el 2017. Ello, junto con la mejora de competitividad de todo el sector exportador, ayudará a que el 2018 sea mayor que el del 2017.

Sin embargo, Cuba aclara que “Lamentablemente, el mayor crecimiento del PBI no se va a sentir en los bolsillos de la gente. Los que van a jalar el carro (del crecimiento) son la inversión pública y privada.”

Desde el punto de vista político, ya hemos comentado que el nuevo gabinete no parece tener la capacidad para contribuir de manera significativa a reducir la tensión política, y claramente no es el “Gabinete de la reconciliación”. Además, la debilidad de PPK continúa aumentando, lo cual eleva la posibilidad de llegar en cualquier momento a una vacancia.

En Lampadia ya hemos planteado (A mayor crisis mayor tranquilidad, y Salvemos el ‘Proceso’) que, de darse el alejamiento del presidente, debemos apoyar a Martín Vizcarra para que asuma la conducción del Estado hasta el 2021 y terminar así el gobierno elegido el 2016. Además, para evitar prolongar la debilidad e inconsecuencia del gobierno de PPK, Martín Vizcarra tendría que convocar a un Primer Ministro independiente, no partidista, que convoque un gabinete compuesto por independientes y por representantes del Partido de Peruanos por el Kambio y Fuerza Popular; que asuma el compromiso de un ‘Gobierno Programático’ dirigido a recuperar el crecimiento económico y la salud institucional. Lampadia

“Este año el PBI crecerá más que el 2017, pero no se va a sentir en los bolsillos de la gente”

ENTREVISTA Elmer Cuba, economista principal de Macroconsult
Por Luis Hidalgo Suárez
Gestión, 22 de enero de 2018

El peor escenario para la economía peruana sería que el presidente Kuczynski sea vacado o renuncie, asumiendo el cargo el presidente del Congreso, advierte el economista.

Tras los últimos acontecimientos políticos y el escenario incierto que persiste, ¿qué perspectivas hay para la economía?

En el tema político es como que terminó una temporada y empieza otra. Hay un presidente con muy poca credibilidad, no solo ante la opinión pública, sino entre los principales agentes económicos.

Hay Estado, pero también una vacancia implícita, con un Congreso con poca intención de apoyar. Es un Gobierno muy precario.

Entonces la pregunta es: ¿este es el mejor escenario hacia adelante o mejor sería un vicepresidente (que asuma) fortalecido políticamente, con respaldo congresal, que haga reformas y políticas económicas que este Gobierno ya no las va a hacer?

Si asumiera el vicepresidente, ¿contaría con mayoría congresal para llevar adelante las reformas que se requieren?

Lo que veo es que el presidente Kuczynski está muy debilitado y con una agenda de política económica que no existe. La famosa revolución social se ha evaporado.

¿Cuáles serían las ventajas para la economía de un escenario con Vizcarra como presidente?

Primero, que Vizcarra no tiene partido político, es un hombre práctico, y si al presidente Kuczynski lo vacan o renuncia, el Congreso tiene la obligación moral y política de respaldar al vicepresidente. Vizcarra puede hacer lo que hizo Temer en Brasil, es decir, sostener un Gobierno que hace reformas porque no tiene costo político. Lamento decir esto, en enero, pero es ese el escenario que tenemos.

Pero aún el escenario actual es con PPK en funciones y todo el ruido político en su alrededor.

Así es, pero el escenario con Vizcarra se puede gatillar este año en cualquier momento. La probabilidad de que ocurra no es menor.

En el escenario actual, ¿cambian las proyecciones económicas que teníamos?

Es paradójico, porque en el corto plazo estamos a punto de observar una disociación entre la situación presidencial, la situación política y las perspectivas económicas. Algo parecido a lo que se vivió en el 2004 en el gobierno de Toledo: un presidente con baja popularidad en las encuestas, sin credibilidad y, sin embargo, la economía crecía a tasas altas (4.8% en el 2004) por un choque externo (de precios) favorable.

¿Ahora es similar la situación?

Con las distancias del caso, sí. Los términos de intercambio crecieron 20% de enero del 2016 a la fecha. Eso, para que se tenga una idea, es como si las utilidades de una empresa crecieran entre 50% y 100%, ya que un cambio de esa magnitud en los términos de intercambio significa hasta duplicar las utilidades de todas las empresas exportadoras, no solo de las mineras.

Es decir, ¿no solo el precio de exportación de los metales está empujando el crecimiento?

Ese es un factor, otro es la entrada de capitales (más de US$ 5,000 millones en el 2017). Tercero es la posibilidad de que la inversión pública crezca más. Es lamentable que, en el 2017, cuando había en qué invertir, la inversión pública creció casi cero, igual que en el 2016. Y, un cuarto factor son las expectativas económicas que, han caído, pero aún están altas y en tramo positivo. Este último factor no es menor y por ello, espero que la inversión privada crezca este año, al margen de PPK.

Entonces, ¿al margen de lo que ocurra con PPK, crecerá el PBI?

Sí, este año va a crecer más que el año pasado (2.5% según Macroconsult), de todas maneras, a pesar del escenario político.

Y en el verano ¿cuánto crecerá el PBI? LatinFocus estima 3.9%.

Sí, puede ser 3.9% en el primer trimestre, pero será el más alto (de los trimestres) del año porque debe recordarse que en el 2017 hubo los efectos de El Niño y el PBI creció poco. Ahí ya hay un efecto estadístico.

Y este año, ¿cuánto se proyecta?

En Macroconsult esperamos un crecimiento de 3.8% y creemos que es una buena tasa. Además, porque la demanda interna crecerá arriba de 4%, liderada por la inversión privada. Pero también por la inversión pública por las obras de los Panamericanos y otros proyectos puntuales, aparte de un repunte de la inversión de los gobiernos regionales y locales al ser su último año.

Este mayor crecimiento esperado para el año, ¿se va a sentir en los bolsillos? El empleo y los ingresos están estancados.

Es cierto con lo del empleo e ingresos. Lamentablemente, el mayor crecimiento del PBI no se va a sentir en los bolsillos de la gente. Los que van a jalar el carro (del crecimiento) son la inversión pública y privada. Las constructoras principales, que están presuntamente implicadas en el Club de la Construcción, podrían generar fricciones y atrasos en las obras públicas.

Si eso ocurriera, ¿cuánto sería el crecimiento?

Si eso ocurriera habría que bajar la proyección, ya que la construcción es la estrella del crecimiento este año.

Pero la fuerza del choque externo positivo es muy fuerte y aunque el choque político interno tiene signo contrario, no es suficiente para contrarrestar el crecimiento que ocasionará el primer factor.

Además, porque en la economía hay subinversión en todos los sectores que los inversionistas lo identifican muy bien. Hay nichos de inversión que esta crisis política no anula, esa es la maravilla del Perú: falta mucha inversión y, si no fuera por el problema político, la inversión privada estaría boyante.

¿Qué pasaría con la economía bajo un escenario en el que sale PPK y asume el presidente del Congreso, porque los vicepresidentes desisten?

Sería el peor escenario porque se abre una caja de Pandora con la incertidumbre de una nueva elección general y nadie invierte porque espera a ver quién ganará. Es paradójico, pero un escenario con Vizcarra al mando es mejor en términos económicos que con el presidente del Congreso.

¿Cuánto crecería la economía con Vizcarra?

Va a depender. Pero si es con respaldo político no va a ser peor de lo que ya es, sería mejor, no se pararían las inversiones ya programadas. En cambio, con Galarreta se paran las inversiones, entramos a un periodo de suspenso hasta las nuevas elecciones.

Hasta que se sepa quién es el nuevo presidente…

Claro, porque el nuevo presidente asumiría recién en julio del 2019, tendríamos dos años muertos para el repunte del crecimiento.

Inversión

¿Qué tanto afecta la situación política a la reconstrucción?

La reconstrucción está fracasando por una sencilla razón: es un nudo gordiano en las compras estatales.

Un nudo gordiano, ¿por qué?

Hay que reformar todo lo que es la OSCE (Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado), son regímenes muy complejos, no son funcionales al éxito. La mitad del fracaso de la reconstrucción son las compras estatales. La otra mitad es el tema político.

¿Es optimista la proyección oficial de la inversión pública?

Han sido un fiasco. Va a ser lo que más va a jalar el PBI este año, es cierto, pero el 2017 primero dijeron que crecería 15%, sin embargo, entró la ministra Cooper y dijo entre 7% y 7.5%. Pero ha sido cero. Este año no creo que lleguemos a 15%. Con que lleguemos a 7%, ya eso jalaría la economía.

En cuanto a la inversión privada, el BCR proyecta 6.5% de crecimiento para el año. ¿Hay que ajustar con el nuevo escenario político?

Va a depender de cómo influyan los escenarios políticos. Las expectativas (económicas) que cayeron en diciembre deberían subir paulatinamente cada mes. Eso con el escenario de un entorno. Esto tiene un costo en el corto plazo, de algunos puntos del PBI. Pero a la larga es lo mejor, los culpables tendrán que pagar, y los ejecutivos privados y directores en el Estado, que vienen detrás, van a tener cuidado de hacer esas prácticas, eso será tanto en el lado público como en el privado.

El consumo

¿Con la situación política cambian, cuáles son las perspectivas de crecimiento de consumo?

En la época dorada el consumo crecía 6% al año, ahora crece 3%. Y para este año se espera 2.5%. Si alcanza un crecimiento estable de 3%, en buena hora. Está debajo del producto potencial, pero, por ejemplo, 3% más de pollos a la brasa ahora es lo mismo que 6% más de hace 10 años.

¿Qué le diría a la gente que tiene desánimo?

Espero que sea pasajero. Ha sido una gran decepción todo lo que pasa a nivel político. Menos mal que tenemos un choque externo positivo fuerte y va a durar por lo menos un par de años con un precio de cobre alto; además con un boom agroindustrial peruano y un crecimiento importante en telecomunicaciones.

¿Qué tan optimista es?

Tengo optimismo moderado. El 2017 fue malo, pésimo para la demanda interna, que creció 1%. El sentimiento de los negocios es como que el PBI hubiera crecido 1%. En esa medida, el 2018 será moderadamente mejor, pero no en la carrera que teníamos antes, estamos reptando.

¿El actual gobierno es peor que el de Humala?

Es peor. Lo cual es paradójico. El mejor hombre de la derecha es peor que el ‘cuco’ de Humala chavista.

Lampadia




Aumentemos la productividad para ser más ricos

La economía sigue debajo de su ritmo de crecimiento natural. Poco a poco hemos transitado a un plateau de estancamiento relativo. Luego de cinco años de una creciente caída de la inversión privada y pública, en vez de corregir el clima de inversión y apostar a ganador activando los proyectos paralizados, tanto en minería como en infraestructuras, el nuevo gobierno parece contentarse con plantear un crecimiento de 4 a 5% hacia al 2021.

El 2016 cerró mal, con un tercer año de caída de la inversión privada (-5.5%) y de la pública de 0.1% (la inversión privada tuvo una caída acumulada de 11.8% en tres años y la pública de 9.3%), el crecimiento no llegó al 4% y la demanda interna se desbarrancó a menos de 1%. Según el Reporte de Inflación del BCRP, la inversión del sector privado se ha revisado a la baja para este 2017, pasando de 2.5 % a -1.8 %, principalmente por la paralización de obras de infraestructuras y por una caída de la inversión minera.

El Perú necesita un mayor crecimiento para cerrar nuestras brechas sociales y económicas, y para nivelar al paísantes de que el tren de la revolución tecnológica nos deje en una estación del pasado. Hace pocos  días, en el CADE 2017, Liliana Rojas-Suárez, reputada economista peruana, presentó un análisis muy oportuno sobre el ritmo de crecimiento necesario para que el Perú pueda cerrar las brechas de ingresos con respecto a los países más avanzados. Como puede verse en el siguiente cuadro resumen de los escenarios analizados por Rojas-Suárez, al ritmo actual de crecimiento de la economía, de alrededor de 4% anual, necesitaríamos entre 78 y 25 años para nivelarnos con los más avanzados o con los que recién lo lograron, respectivamente. Si crecemos a un 7% anual, necesitaríamos entre 28 y 13 años para nivelarnos.  Ver en Lampadia: ¿Cómo acortamos el tiempo para nivelarnos?

¿Qué tenemos que hacer para crecer sostenidamente?

El crecimiento económico del Perú en la primera década del siglo, es innegable. Nuestro desarrollo se llevó a cabo principalmente por un aumento sostenido en la productividad total de los factores (PTF), la cual contribuyó alrededor de un tercio del crecimiento. Esto se debe principalmente a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Todo esto mejoró la eficiencia en la asignación de recursos y dio lugar a un notorio crecimiento de la productividad. Lo que contradice muchas críticas infundadas sobre el desarrollo de la economía peruana durante los primeros años del nuevo siglo. Ver el siguiente cuadro:

En el CADE, Luis Carranza también afirmó la necesidad de que el gobierno tenga la capacidad técnica de diseñar reformas que aumenten la productividad, afirmando “Todas las experiencias de rápido crecimiento, ya sea en Asia o en la Europa de la posguerra, están basadas en fuertes aumentos de productividad. Eso solo es posible si implementamos reformas estructurales y políticas públicas que faciliten la inversión y promuevan la competencia. Estas medidas no son fáciles de implementar porque afectan intereses creados, de allí que el siguiente gobierno deberá tener la capacidad técnica de diseñar las reformas y la capacidad política de aplicarlas, pero además es indispensable el respaldo político para sostenerlas en el tiempo. Nuestro país no se merece otro gobierno mediocre.”

Diversos reconocidos expertos como Julio Velarde, Liliana Rojas Suarez y Elmer Cuba, entre otros, también concuerdan en la necesidad de aumentar nuestra productividad para poder retomar nuestra senda de crecimiento sostenido.

Pero… ¿qué es la productividad?

La productividad se refiere a qué tan bien las personas combinan recursos para producir bienes y servicios. En términos generales, cuanto mayor es la productividad de un país, mayores son los niveles de vida que puede pagar y más opciones tienen para mejorar el bienestar. El bienestar se puede aumentar con cosas como atención médica de calidad y educación; transporte e infraestructuras; comunidades más seguras; etc.

La productividad es una medida de la eficiencia en el uso de recursos para la producción de un bien o servicio. De esta forma se mide cada factor empleado, por ejemplo, el trabajo de la fuerza laboral o la capacidad de la maquinaria u otros bienes de capital, y los mide en unidades de tiempo. Podemos querer ver la productividad mensual o anual de una economía de esta forma.

Una economía con un aumento en productividad es capaz de producir la misma cantidad de bienes o servicios en una menor cantidad de tiempo. De esta forma se convertirá en más competitiva ya que por lo general mejoras en productividad vienen acompañadas en reducciones de costos. Si una fábrica es capaz de producir el doble de productos en la misma cantidad de tiempo, muchos de sus gastos (supervisores, electricidad, gerencia general, etc.) serán diluidos en una mayor producción. Es fácil entender que una economía con mejoras en productividad es también una economía más competitiva, con mayor crecimiento y mayor bienestar.

¿Cómo se mide?

En simple, la productividad mide la relación entre la producción de cualquier bien o servicio y el esfuerzo requerido para lograr esa producción. La forma de medición de la productividad en el Perú se realiza de por lo menos dos formas, la productividad total de factores y la productividad por trabajador.

La primera se calcula restando la producción de la mano de obra y la del capital (fábricas, maquinaria, etc.) al total producido en el país, es decir, el PBI.

Consideremos la producción total (Y) como una función de los factores capital (K) y trabajo (L), por lo que podemos escribir, en forma (cuasi) lineal:

Donde:

F (.,.) es la función de producción total.

Kappa (.,.), es la participación del capital en la producción total, expresada en tanto por uno.

Lamda(.,.), es la participación del trabajo en la producción total, expresada en tanto por uno.

El segundo método divide el total del producto bruto interno por la fuerza laboral, llegando a una medición de la productividad del trabajo. Su fórmula es:

Donde:

K y L, son las cantidades totales de capital y trabajo usadas en la economía.

Alpha, es la proporción de capital usada en el trabajo.

A, es una función del resto de factores productivos como la tecnología, la cualidad de la mano de obra, etc.

¿Cómo se mejora la productividad?

No hay una fórmula simple. Mejorar la productividad es, en última instancia, el producto de muchas decisiones sobre cómo generar valor. Existen algunas bases generales para mejorar la productividad, como desarrollar un gobierno efectivo y un entorno empresarial atractivo, que incluye un entorno normativo de bajo costo y alta calidad. Estas bases requieren atención y mejora continua. Un gran número de otros factores también importan, como:

  • El grado de apertura y competencia en los mercados, que es importante para incentivar la innovación, mejorar la asignación de recursos y lograr un desempeño más dinámico;
  • Promoción de la Inversión, que dependen de la calidad del gobierno y la gestión;
  • La calidad de la educación y la actitud de los estudiantes hacia el valor del aprendizaje;
  • La calidad de las decisiones del gobierno (en todos los niveles), al establecer políticas y dar forma a los ambientes regulatorios, y al decidir dónde se gasta el dinero público

¿Qué ha pasado últimamente con la productividad en el Perú?

Lamentablemente, como hemos señalado en Lampadia, el 2011 se produjo un punto de inflexión en el crecimiento de la inversión, la anemia infantil y el aumento de la Productividad Total de Factores. (Ver: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo). 

La situación en el Perú viene desmejorando en los últimos años, y ya nos estamos acostumbrado a que los índices muestren un retroceso.

El Perú está creciendo menos. Las proyecciones siguen bajando, al igual que la inversión pública y privada. Así jamás recuperaremos el desarrollo del que tanto nos enorgullecíamos y con el que ganamos el nombre de “la estrella de Latinoamérica”.

De acuerdo a TheConferenceBoard, la Productividad Total de Factores (PTF) del Perú disminuyó en 7.8% entre 2011 y 2014, registrándose su peor caída en el último año (-4.5%), así lo reveló el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).

¿Qué debe hacer el Perú para mejorar su productividad?

El Gobierno debe enfocar sus esfuerzos para concretar las reformas que den un mayor impulso al crecimiento de la productividad. Debiéramos crecer a tasas similares a las de los tigres asiáticos en su larga fase de despegue. En el caso del Perú, para lograr un crecimiento más pronunciado de la productividad, es preciso avanzar en las siguientes reformas:

Estado eficiente: contar con un poder judicial eficaz e independiente, derechos de propiedad bien delimitados, agilidad en los trámites burocráticos.

Infraestructuras: reducir la brecha de en infraestructuras, vía concesiones y Asociaciones Público Privadas (APP). Existe una importante oportunidad de financiamiento externo para este tipo de proyectos.

Educación: mejorar la calidad de la educación. Además, alentar la formación de carreras tecnológicas.

Tecnología: incrementar la colaboración de las empresas y las universidades. Alentar las carreras de ingeniería y ciencias. Generar incentivos para que las empresas incrementen su presupuesto en innovación.

Instituciones: mejorar las reglas de juego para facilitar una mejor convivencia de los ciudadanos, su protección contra el abuso del Estado, el clima de inversión y una mejor gobernanza.

En resumen, tenemos que elevar la productividad, la competitividad y multiplicar nuestros desarrollos productivos. Entre las propuestas de cómo lograrlo se encuentra la promoción de la competencia, la reducción de costos que genera el cumplir con regulación burocráticas anti-propósito, una mayor integración comercial con el resto del mundo, y la creación de un ambiente de inversión que permita transformar nuestras ingentes reservas de recursos en riqueza.

En Lampadia creemos que nada se puede hacer sin explicar y convocar a todos los ciudadanos a la gesta del desarrollo. Para ayudar al entendimiento de la productividad, líneas abajo presentamos tres ejemplos de la vida productiva que conllevan impactos en la productividad:

1. Agricultura

Las tecnologías del Programa Sierra Productiva permiten a los campesinos de los minifundios alto-andinos, dar un tremendo salto productivo instalando riego por aspersión. Por ejemplo, se construyen pequeños reservorios uni-familiares de agua, tubos de PVC y botellas agujereadas. Con ello se pueden retirar los pastos naturales que crecen 5 centímetros al año con el agua de lluvia, y sembrar pastos cultivados que con el riego permanente pueden dar hasta 5 cortes de un metro por año, desatando un salto de producción, que transforma la vida de sus familias.

2. Educación

Los beneficios económicos de la educación para la sociedad en general dependen en gran medida del impacto de la educación en las habilidades y la productividad de los trabajadores. Muchos investigadores han establecido la conexión entre el conocimiento, las habilidades y los hábitos de trabajo adquiridos por los estudiantes en la escuela y el crecimiento económico. Con escuelas sólidas en cada comunidad, podemos proporcionar a todos los niños la educación necesaria para tener éxito en sus vidas y participar activamente en la vida cívica del país. En general, los países con una fuerza laboral mejor educada tienen economías más fuertes y niveles de vida más altos.

3. Tecnología

La introducción de nuevos procesos de producción puede tener efectos dramáticos en la productividad. La mayoría de los aumentos en los niveles de vida humana no provienen de trabajar más horas o de usar más capital u otros recursos, sino que una mejor productividad proviene de la aplicación de nuevas tecnologías y nuevas técnicas de producción. Por ejemplo, el uso de un buen sistema de refrigeración en un restaurante, permite disminuir los desperdicios y aumentar la productividad.

Una de las reformas que más influencia tiene en términos de productividad es la reforma laboral, que tiene efectos contrarios a los nominales, reduciendo la productividad y la generación de riqueza.

Lampadia




¿Cómo concretamos una verdadera revolución social?

Durante el CADE 2017, el economista Elmer Cuba sostuvo en una entrevista con Milagros Leiva que un reto para el actual y los sucesivos Gobiernos será generar oportunidades de desarrollo en las diversas regiones del Perú, de lo contrario existe el riesgo de aumentar las brechas entre el desarrollo alcanzado por la costa, en comparación con la sierra y selva.

Para lograrlo, se debe llevar acabo una verdadera Revolución Social, en la cual se invierta sobretodo en la juventud, que es la masa crítica que luego liderará el país. Es el futuro del Perú.

Veamos la entrevista completa aquí:

Lampadia




Desenfoque político del partido de PPK

Ante el nombramiento de los nuevos directores del BCRP, Elmer Cuba, Rafael Rey y José Chlimper, por parte del Congreso, la primera declaración del Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (la que salía de su propio seno), fue positiva, seria y aprobatoria de los nombramientos. Por ejemplo, sobre Chlimper, dijo: “que está muy calificado para ese cargo”.

Posteriormente, el Presidente fue cambiando de posición, presumiblemente por la música que sus adláteres le tocan al oído. Sin embargo, en su última apreciación del tema, el Presidente, como corresponde, puso los paños fríos, declarando que “estamos haciendo una tormenta en un gotero”.

Fuente: Redes y Poder

Lamentablemente, su primer Vice-Presidente, Martín Vizcarra, sigue echando carbón a la hoguera. Luego de las palabras finales de PPK, Vizcarra volvió a cuestionar la elección de Chlimper al BCRP: “porque carece de independencia política”.

Cada día se hace más evidente que PPK estaría rodeado por gente que tiene otras agendas, no las del gobierno ‘de todos los peruanos’, sino la de las elecciones del 2021. Esto parece muy claro en el caso de los dos vicepresidentes, Martín Vizcarra y Mercedes Aráoz, que junto con los reciclados voceros políticos del partido, Bruce y Sheput, impiden todos los días la convergencia de las fuerzas políticas afines a la economía de mercado. Concretamente, con Fuerza Popular, que ya ha demostrado varias veces su vocación por apoyar el gobierno de PPK. Tampoco se pueden obviar las intervenciones de los halcones de Fuerza Popular, como las de Becerril.

Pero más allá de las posiciones de uno u otro partido en la compulsa política, están las necesidades del país. Que el crecimiento de la economía traiga de regreso la solidez de la caja del Estado para enfrentar las mejoras en educación, salud e infraestructuras y la agenda de reformas, que por ahora parece estar invernando, ante un gobierno que a sus 100 días parece seguir en campaña o en una desenfocada confrontación política con el partido mayoritario del Congreso.

Como dijimos hace 2 semanas, (Coyuntura política y deseable evolución), los ciudadanos optamos –el 10 de abril- por un enfoque de gobierno pro-mercado y pro-reformas modernizantes y de mejora social. Después del deterioro del partido de gobierno y de la pérdida de confianza de ciudadanos y empresarios en el gobierno de PPK, se hace más evidente la necesidad de converger en una suerte de ‘Alianza por el Bicentenario’, en la que las principales fuerzas políticas sean PPK y FP.

Si esta ambiciosa propuesta se hace difícil de manejar, por lo menos debemos exigir que no se sigan abriendo las brechas entre PPK y FP pues, eventualmente, harán inmanejable la gestión de un gobierno exitoso. Vayamos pues singularizando a los halcones de ambas fuerzas que no están jugando el partido del Perú.

El caso de Martín Vizcarra es clamoroso, para afirmar su agenda política personal, habría llevado al Presidente PPK a preferir un disparatado proyecto ferroviario pro-Bolivia, antes que permitir el proyecto peruano que no conllevaba ningún costo, tenía un impacto ambiental mínimo y ofrecía una infraestructura vital para regiones muy importantes para el desarrollo. Asumimos que, además, con este entuerto, se debe haber deteriorado la relación del Perú con China, que el Presidente PPK había declarado como “muy importante”, al punto de marcarla con su primera visita de Estado y el acompañamiento de una delegación que hacían presumir otro desarrollo.

Volviendo al caso de los directores de BCRP, las declaraciones de su Presidente, Julio Velarde, debieron ser suficientes para pasar la página: “El señor Chlimper ya ha sido directores antes, el señor Rey, como otras veces ha sucedido, no es experto en el tema monetario. Si hay alguna pregunta con respecto a que pueda cambiar la política monetaria, esa inquietud no tiene fundamento alguno. ¿Qué peligro puede haber? Ni que fuera una marioneta. Ellos reúnen los requisitos. El señor Chlimper está dejando la direcicón de uno de los bancos más importantes del país”.

Por su lado, el viernes pasado (4 de noviembre), el propio José Chlimper, dio una entrevista televisiva al programa de ‘Redes y Poder’ que conduce Alfonso Baella, en la que aclaró en detalle la estructura del Directorio del BCRP (ya fue director por cinco años), la dinámica de su conducción, reiteró que no manipuló ningún USB, comunicó su alejamiento de la representación política al exterior del partido FP y, mostró su visión de la agenda del país para los próximos años. Sugerimos ver la entrevista que incluimos líneas abajo, por considerarla de interés nacional.

Aprovechamos para reiterar nuestra invocación por la convergencia de las fuerzas políticas pro-mercado y pro-reformas modernizantes y de mejora social. ¡Ahora o Nunca!  Lampadia  




BCR: ‘Isla de Excelencia’ pero no ‘Isla Lejana’

En general hay un buen nivel de consenso sobre la calidad del BCRP (Banco Central de Reserva del Perú) desde la promulgación de la Constitución de 1993 y de su nueva ley orgánica. Desde entonces, ha presidido una de las mayores batallas de la economía peruana, aplacar y eliminar la hiperinflación, el peor flagelo económico que generan los gobiernos ignorantes e irresponsables.

El BCRP actual es el ancla de la estabilidad macroeconómica del Perú, base de la gran recuperación de la economía y progreso social que permitió que nos alejáramos del ‘Estado Fallido’ de 1990 y que 25 años después tengamos un país con la capacidad y el potencial para llegar al desarrollo integral y la superación de la pobreza.

Muchas veces se ha calificado adecuadamente al BCRP como una ‘isla de excelencia’, pero curiosamente, en el reciente debate sobre el nombramiento de los directores del Banco por parte del Congreso, muchos personajes parecen haberse equivocado de isla y creen que el BCRP debe ser una especie de ‘isla alejada’ del país real, en el que solo se pueda respirar teorías y normas monetarias.

El personal del BCRP es altamente especializado y algo importante de entender es que su Directorio es, precisamente, su conexión con el mundo real, siempre ha necesitado y tenido, como ahora, directores de experiencias variadas, de gran capacidad profesional y personal y, con un compromiso por los temas nacionales.

En consecuencia, nuestro primer aporte a la discusión que se está desarrollando, es que el Directorio del BCRP tiene que estar absolutamente conectado al país en términos de su situación económica y social. Para ello, lo ideal, es tener directores que puedan interpretar la realidad del país sin el sesgo profesional de los economistas y menos de especialistas en teoría monetaria. Por ello, la nueva composición del directorio nos parece muy buena. Todos sus miembros son profesionales que pueden complementar sus puntos de vista con experiencias importantes, tanto en el Estado como en el mundo empresarial y académico y, con fojas de servicio muy sólidas, que solo pueden ser observadas por la segazón de la política. Además, a diferencia de otras instituciones del país, la representación del Banco la ejerce su presidente y no se tiene a los directores dando sus versiones personales.

Los siete miembros del nuevo directorio tienen cualidades sobradas para conformar un excelente equipo de trabajo que exprese la calidad del aporte de cada un de ellos. Los cuatro nombrados por el ejecutivo y los tres nombrados por el Congreso conforman un directorio de primer nivel.

Es evidente que por razones políticas se pretende ahora armar una gresca alimentada por todo tipo de comentarios sin fundamento. Elmer Cuba es un magnífico economista con vocación cívica. Rafael Rey ha probado de sobra ser una persona seria, capaz y transparente, que tiene un evidente compromiso con los temas nacionales. Es, sin lugar a dudas una persona que suma.

En el caso de José Chlimper, hasta antes del accidente del ‘audio’ tenia una foja de servicios al país impecable en sus distintos roles, como empresario, Presidente de IPAE, ministro, director del BCRP (hace cinco años) y político. Ésta puede ser contrastada por la orientación de sus ideas políticas, pero nunca por la calidad de sus actos. Para juzgar el tema del USB, un tema que él aclaró, sería interesante preguntarse ¿cuál hubiera sido la reacción mediática si José Chlimper no hubiera sido Secretario de Fuerza Popular y, más bien, hubiera sido el Secretario del Partido de Peruanos por el Kambio (PPK)? ¿Hubieran los medios esgrimido los mismos argumentos? ¿No hubieran validado su prestigio personal y dudado de la autoría de una maniobra indebida?

Los tres directores nombrados por el Congreso han entrado a la vida política, pero no como una fuente de vida y acceso a posiciones de poder, sino fundamentalmente, como actos de compromiso cívico, sin que en el proceso perdieran su naturaleza de profesionales independientes y con pensamiento crítico.

Invocamos pues, más calma y responsabilidad para opinar sobre el nuevo directorio del BCRP. Por nuestra parte, lo saludamos con entusiasmo. Lampadia  




Una Ley Antimonopolio y de Control de Fusiones

En el Perú se ha retomado el debate sobre una ley antimonopolio y control previo de fusiones que buscaría, en teoría, ser un mecanismo regulador de las concentraciones empresariales, proteger al consumidor y promover la competencia. Sorprendentemente (o quizás no), los medios que parecen estar más entusiastas con la eventualidad de su establecimiento son los más alejados de la economía de mercado, como el diario La República, y el promotor de la ley, Yonhy Lescano, autor de innumerables iniciativas populistas. Lo que no se comentan son los costos privados innecesarios que se generarían en trámites burocráticos y riesgos de corruptelas que podrían ir en contra de la eficiencia de los mercados.

Esta no es la primera vez que se propone una ley de este tipo. En el 2012, Gana Perú propuso una ley que obligaba a todas las operaciones en las que el comprador y el vendedor facturen desde 100,000 UIT y 10,000 UIT, respectivamente, a obtener una autorización de Indecopi. Es aleccionador que este proyecto de ley jamás llegara al Pleno del Congreso.

Ahora, la resucitada y mediática ley propone, en simple, regular (mediante un control previo) los procesos de fusión, adquisición o concentración empresarial cuando el grupo resultante tenga el 51% o más de la participación del mercado. El mencionado congresista de Acción Popular propone que “no se autoricen las fusiones, adquisiciones o concentraciones cuando se determine que dichos activos limitan severamente la competencia, o generan o pueden generar abusos de posición dominante”.

Además, el proyecto incluye “como disposición transitoria que todos los procesos producidos con anterioridad a la vigencia de la norma y que resulten comprendidos, deberán adecuarse en un plazo máximo de 60 días”. Esta estúpida disposición  abarcaría todas las compras y fusiones de empresas producidas en la historia del país que cumplan con las condiciones descritas líneas arriba. Esto sería anticonstitucional, empezando por que  la retroactividad de las leyes está expresamente prohibida.

Según Lescano, su propuesta es un proyecto de ley de desarrollo constitucional, basado en el artículo 61 de la Constitución Política del Perú, y su objetivo es “obligar a través de esta ley la posición de una parte del congreso que dice: no señor, ahora se tiene que revisar a todas porque ellos han violado la Constitución del Estado” Sic. 

Esta retroactividad también apuntaría a revisar la fusión de Backus con Inbev, donde la firma resultante en el Perú concentrará el 99% del mercado de cervezas y producirá un 30% de la cerveza que se consume en todo el mundo, con presencia en más de ochenta países y una fuerza laboral conjunta de unas 225,000 personas.

Pues bien, cuando instauramos la economía de mercado, el Perú eligió un sistema muy eficiente para lograr los objetivos aducidos pr el proyecto en cuestión, basado en los siguientes cuatro elementos: economía abierta, eliminación de barreras de acceso, control del abuso de la posición de dominio y regulaciones ad-hoc.

La Constitución del 93, que incluye estos elementos, ha permitido que el Perú pasara de ser prácticamente un ‘Estado Fallido’ en 1990 a una de las estrellas económicas en el mundo, que transformó nuestra economía, redujo la pobreza y la desigualdad, alentó el desarrollo de una importante clase media y la reducción de los precios de los bienes y servicios que se hicieron accesibles a la gran mayoría de la población. Pero, además, de alguna manera, por primera vez en nuestra historia, se desarrolló una institución económica muy importante: el mercado.

El propósito de una ley de fusiones es evitar la concentración de mercado y la creación monopolios, sin embargo, tampoco puede bloquear el crecimiento ni el avance del país. La teoría económica explica claramente los efectos de un mercado monopólico tanto en la producción cómo en los márgenes de las empresas monopólicas. Dentro de un mercado monopólico, si la demanda de un bien o servicio permanece relativamente estable (inelástica), y al no haber competencia ni sustitutos perfectos, la empresa tenderá a aumentar sus márgenes a pesar que ello implique menos demanda y producción ya que la ganancia en el margen por la totalidad de lo vendido superaría con creces la menor producción. El consumidor final tendría que pagar mayores precios de lo que lo haría en un mercado de competencia, y se tendería a tener menor oferta de estos bienes o servicios dentro de la economía, un fenómeno llamado  por los economistas “pérdida de eficiencia social”.

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Fuente: www.2gb.com

Para evitar los daños de un mercados monopólicos, las economías de mercado necesitan contar con un conjunto de reglas que garanticen un funcionamiento balanceado de los mercados. Sin embargo, es importante explicar que existe una diferencia sustancial entre la prohibición de monopolios y el combate de abusos originados por posiciones dominantes . El primero va al hecho per se (el monopolio), el segundo al resultado o efecto del monopolio en la sociedad; lo cual permite la existencia de monopolios, evitando el abuso de la posición de dominio.

En el Perú ya existe una Ley de control de abuso de posición dominante (Ley de Represión de Conductas Anticompetitivas), “que prohíba y sancione el abuso de la posición de dominio y las prácticas colusorias horizontales y verticales fortalecerá sustancialmente el marco regulatorio de defensa de la libre competencia, lo que, a su vez, incentivará la eficiencia económica en los mercados, promoverá la competitividad económica del país y mejorará el bienestar de los consumidores, estableciendo un ambiente apropiado para las inversiones.”

Cuando se debatió la Constitución del 93, se descartó el modelo que ahora se vuelve a proponer, un modelo que requiere la intervención de la burocracia para determinar con antelación de los procesos económicos, si la unión de los unos con los otros es conveniente y si las posiciones dominantes son per se convenientes o inconvenientes.

Es importante resaltar que un requisito muy importante para que ese modelo sea exitoso es un nivel alto de institucionalidad, predictibilidad y moralidad en el sector público. Algo que nosotros adolecemos. El Perú cuenta con una gestión pública e instituciones deficientes, al igual que niveles muy altos de corrupción. Y, lamentablemente, además esta ley maneja conceptos tan amplios que se prestan a la manipulación política de la economía y a lobbies empresariales inconvenientes.

Ian Vásquez, en su reciente columna No a la ley antimonopolio, aborda está preocupación, explicando sus consecuencias en EEUU: “Bajo las leyes antimonopolio en EEUU a las empresas se las acusa de mantener precios muy altos o precios muy bajos. Se ha vuelto imposible predecir si una fusión se aprobará o una acusación de monopolio prevalecerá. Esto crea incertidumbre y un incentivo por parte de las empresas para hacer lobby en vez de enfocarse en su negocio. De hecho, las empresas menos exitosas y otros grupos de interés usan las leyes de fusión y antimonopolio para protegerse de la competencia. Quienes pierden en el mercado competitivo muchas veces ganan al apelar a la ley. El efecto es el de reducir la competencia y la innovación y prevenir que bajen los precios.”

Elmer Cuba (¿Control previo de fusiones?), por su lado, aconseja una mirada a los ejemplos en el exterior: “Las leyes antimonopolios (anti-trust law) han evolucionado en los últimos 100 año. En algunos países hay umbrales muy bajos y el control de fusiones ha devenido en un trámite más, no ha beneficiado ni a los consumidores ni a las firmas, se han perdido recursos públicos y solo han ganado los abogados y economistas. Si queremos tener una ley de este tipo en el país, debemos tomar en cuenta las experiencias de otros países y las mejores prácticas internacionales.”

Además, cabe agregar que este proyecto de ley creará más barreras burocráticas, que van en contra de uno de los objetivos del actual gobierno: eliminar las barreras de acceso. Se suponía que los peruanos habíamos entendido que se necesitaba iniciar un profundo proceso de desregulación, de liberar a los ciudadanos y empresas de la maraña legislativa que impide el normal desarrollo del país. En Lampadia hemos denominado a ese exceso normativo como una ‘urdimbre regulatoria’ (urdimbre = maniobra, intriga, maquinación, enredo, etc.), ver: El Perú sucumbe a la ‘urdimbre regulatoria’. Necesitamos desenredar las trabas burocráticas y liberar a los ciudadanos y empresas para que sus emprendimientos e inversiones nos traigan un mayor crecimiento económico, reducción de la pobreza y recursos fiscales.

En lugar de experimentar con cambios apurados, mal enfocados, en un entorno institucional débil, lo que tenemos que hacer es reforzar los mecanismos actuales y vigilarlos. A los cuatro elementos importantes ya mencionados (economía abierta, eliminación de barreras de acceso, control del abuso de la posición de dominio y regulaciones ad-hoc), se ha agregado ahora un quinto elemento, la dinámica (hasta exacerbada) de las redes sociales, que permite alertas tempranas de abusos y de comportamientos empresariales disfuncionales. Lampadia

 




Curioso negacionismo con la evolución de la Clase Media

Curioso negacionismo con la evolución de la Clase Media

Comentario de Lampadia:

No sabíamos que el director de Gestión dirige ahora la sección Portafolio de El Comercio. Asumimos que esto es así porque la publicación que presentamos más abajo guarda el mismo enfoque, estilo y referencias que el diario Gestión. (Desaceleración económica pone en riesgo consolidación de la clase media – Portafolio, 18 de Junio de 2015).

 

 

Por ejemplo, cuando empezó este debate y Gestión mintió en su primera página diciendo que la clase media en el Perú, según el Banco Mundial, llegaba solo a 20% de la población, y el Banco Mundial afirmaba algo muy distinto que lo publicado por Gestión; dicho diario recurrió a Gustavo Yamada, normalmente un economista muy serio, para que defienda el falso 20%.

A Yamada no se le ocurrió otra cosa que  decir que él podía medir el tamaño de la clase media según el número de familias que tengan lavadoras, argumento evidentemente sin sentido.

Pues hoy, Portafolio incide en Yamada y sus lavadoras e incluye otras referencias negacionistas, sin recurrir ni siquiera al colaborador del mismo diario Rolando Arellano, que tiene una opinión muy distinta, o a Elmer Cuba, colaborador no negacionista de Gestión, y por último al Libro Blanco de la Nueva Clase Media de Lampadia, que contiene todo el debate e información sobre este tema desde el 2013.

Ver en Lampadia:

 

 

 

Periodismo sin rigurosidad

Es lamentable que algunos medios presenten en negativo las informaciones sobre nuestra economía, aun cuando estas son positivas. Por ejemplo, en su edición del miércoles 14 de noviembre, el diario Gestión, aludiendo a los resultados del informe del BM que acabamos de reseñar, titula en portada: “Clase media en Perú es solo 20% de la población” ¿De dónde se sacó esa cifra? ¿Se tomaron el trabajo de leer todo el informe? En todo caso, la cifra correcta, como hemos reseñado, es 28.9% para la clase media consolidada.

No solo llama la atención el manejo de cifras, sino la intención de “bajarle la llanta” a los logros del Perú.

¿No tendríamos, más bien que exaltar y celebrar las buenas noticias?

Lampadia




Alfredo Torres: entre la ficción y la realidad

Alfredo Torres: entre la ficción y la realidad

En Lima no es usual que los líderes de opinión, académicos y medios, se contradigan los unos a los otros. Pero en Lampadia, donde hemos fomentado el debate sobre la Clase Media en el Perú, hemos creado una sección llamada: El Libro Blanco de la Clase Media, hemos tenido que contrastar opiniones en reiterados casos, puesto que por un lado tenemos un compromiso con la rigurosidad, y por otro, el mandato de nuestro objetivo: Empoderar mediante información y análisis a un millón de peruanos”.

Es así, que en esta ocasión tenemos que cuestionar la reciente publicación de Alfredo Torres en El Comercio del 27 de mayo pasado: Clase media: entre la ficción y la realidadAlfredo es un apreciado amigo de esta casa, pero nos parece, que después del largo debate sobre este tema, sus afirmaciones muestran, más que una contribución positiva a la difusión de la realidad, una defensa cerrada de los paradigmas con los que desarrolla su actividad comercial desde hace más de 30 años.

Torres hace las siguientes afirmaciones: “Es tentador entusiasmarse con titulares del tipo: “la clase media se ha quintuplicado en 5 años”, o “la clase media superó el 50% en el 2014”. Pero una cosa es la ficción y otra la dura realidad”. Estas son afirmaciones que acaba de hacer en Lima Fidel Jaramillo, nada menos que el representante del BID en el Perú, que se basan fundamentalmente en el documento firmado por el propio Jaramillo en marzo del 2013: La Clase media en Perú: cuantificación y evolución reciente, que es el último documento que analiza la situación peruana en profundidad.

Alfredo Torres recoge una último ‘documento de trabajo’  de funcionarios del área social del BID, referido a América Latina en conjunto, y que para el Perú se basa en cifras del mismo año de la ‘Nota Técnica’ de Jaramillo, el 2013.

Alfredo se alegra de haber encontrado este documento: “Pobreza, Vulnerabilidad y la Clase Media en América Latina” (marzo, 2015)  que resulta muy ilustrativo de la situación de la región y específicamente del Perú. (…) El BID ha adoptado el criterio prevaleciente entre las empresas de investigación de mercados y opinión pública [si el BID hubiera adoptado esa metodología, su representante en el Perú, nunca hubiera hecho sus últimas declaraciones] según el cual se pueden identificar cinco estratos en la sociedad. El BID los llama: Altos Ingresos, Clase Media, Clase Vulnerable, Pobres Moderados y Pobres Extremos”

“Para el Perú los resultados [del BID] son: altos ingresos: 1%, clase media: 26%, clase vulnerable: 40%, pobres moderados 14% y pobres extremos 19%”.

“La clase media no se ha quintuplicado pero sí ha crecido significativamente. Se puede discutir si esta representa 26%, como afirma el informe del BID,  o 35%, como sostenemos en Ipsos, pero lo que no es razonable afirmar es que esta es mayor al 50% de la población peruana, como sostuvo recientemente un funcionario internacional en el Perú”. [Nada menos que el representante del BID].

Termina Alfredo: “En Lima, prevalece la clase media pero en gran parte del territorio nacional predomina lo que el BID y el Banco Mundial llaman la clase vulnerable”.

Veamos que dice el BID en la Nota Técnica referida al Perú:

El BID presenta cuatro metodologías, cuyos títulos figuranen el cuadro anterior. Contrariamente a la afirmación de Torres, expresa lo siguiente:

“Aunque el BID no tiene una definición oficial de clase media, en esta nota técnica se ha adoptado una definición ecléctica de la clase media como la población ‘no pobre y no rica’.

Continua: “De acuerdo a datos oficiales, en 2011 el27.8% de la población en Perú se encontraba por debajo de la línea de pobreza. Este grupo de familias está de plano fuera de la definición de clase media como familias no pobres-no ricas”.

(…) Utilizando el criterio de no pobres-no ricos, la clase media peruana sería aproximadamente 48,9% de la población”.

(…) “Si aplicamos el concepto de seguridad económica del Banco Mundial, que define a la clase media como las familias con un ingreso entre US$10 per cápita por día y US$50 per cápita por día, ajustado por PPP, la clase media pasó de ser 11.9% en 2005, a ser 40.1% de la población en 2011, con lo cual la clase media se habría más que triplicado en dicho período”.

(…) “Finalmente, utilizando definición ecléctica de la clase media como la población no pobre-no rica, (…) se puede observar que la clase media pasó de ser aproximadamente 25.9% de la población total en 2005, a ser 48.9% de la población en 2011, con lo cual la clase media se habría casi duplicado en el periodo de referencia”.

“En conclusión, más allá de la definición de clase media y su metodología de cálculo, (…) existe fuerte evidencia que el crecimiento económico experimentado por Perú en años recientes tuvo un efecto significativo sobre la clase media. Tal y como se puede observar en la representación gráfica siguiente, (…) se puede afirmar que la clase media en Perú ha experimentado un proceso sostenido de expansión y consolidación en los últimos años”.

                                     Fuente: BID con base en la ENAHO

BID: “Al examinar en detalle los efectos del crecimiento económico sobre los distintos grupos de la población, es posible distinguir si el crecimiento observado ha sido ‘pro-pobre’, y análogamente, si ha sido ‘pro-clase media’. (…) Análogamente, se puede inspeccionar si lo mismo sucede con los deciles intermedios de la distribución, para extrapolar el mismo concepto a una definición de crecimiento ‘pro-clase media’”.

(…) “El gráfico siguiente muestra que entre los años 2005 y 2011 el ingreso per cápita real en Perú aumentó para todos los deciles de la distribución, a una tasa promedio de 9.3%. (…) Asimismo, es posible verificar que el crecimiento observado fue mayor -al promedio- para los deciles más pobres de la distribución.(…) Un patrón similar aparece inspeccionando el cambio porcentual en los ingresos per cápita reales de los hogares entre 2005 y 2011, pero observando la distribución en percentiles”.

                                    Fuente: BID con base en la ENAHO

Continua el BID: “Este resultado sugiere que el crecimiento reciente en el Perú ha resultado pro-pobre según la definición clásica de Ravallion, y también sugeriría que, a nivel agregado, el crecimiento favoreció a los estratos medios de la distribución –crecimiento ‘pro-clase media’“.

“En el caso del Perú, las diferentes metodologías arrojan cuantificaciones que en la actualidad colocan a la clase media entre el 40% y el 50% de la población. (…) Tomando entonces una definición amplia que incluya a esta “clase emergente”, podríamos afirmar que aproximadamente 7 de cada 10 peruanos pertenecen a los estratos más allá de la pobreza”.

(…) “existe fuerte evidencia de (…) que el proceso de crecimiento económico reciente indujo una importante expansión de esta clase media, que pasó de aproximadamente 25.9% de la población total en 2005, a ser 48.9% de la población en 2011 –de acuerdo a nuestra formulación preferida de no ricos-no pobres-“. [Contrario a lo afirmado por Torres].

En sus conclusiones, el BID afirma: El crecimiento económico ha sido pro pobre y ha sido pro clase media. (…) Resulta razonable afirmar que la consolidación del proceso de Perú hacia el desarrollo económico, es en gran parte la consolidación de los niveles de vida de sus estratos medios”.

 

El análisis que hemos reseñado sobre la Nota Técnica, confirmado por Jaramillo en su última presentación pública en el Perú, sobre la base de los datos del mismo año, usado por ambos documentos (2013), es muy minucioso para nuestro país, a diferencia del documento de trabajo de los funcionarios del área social del BID. En consecuencia, al elegir Alfredo referirse únicamente a un documento de menor profundidad de análisis, ha sesgado la interpretación de la realidad peruana, con un aparente propósito de defender sus puntos de vista particulares y presentar, sobre los mismos datos del 2013, una situación mucho más pobre, triste y desalentadora.

No entendemos su afán de hacer un análisis sombrío y brindar a los ciudadanos cifras que reflejan su propio punto de vista, negado por Jaramillo y otros especialistas como  Rodolfo Arellano y Elmer Cuba (seguir los enlaces) que, por ejemplo, hace tiempo presentan la estructura socio-económica del Perú en convergencia con los informes del BID y destacan el perfil de nuestra población como un rombo, y no la terca y paradigmática pirámide de Torres.

Esperamos haber contribuido a esclarecer un tema crucial de nuestra realidad. Sobre todo en estos momentos de desazón y pérdida de confianza en nuestras capacidades. Lampadia