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EN EL GABINETE o en la CALLE

EN EL GABINETE o en la CALLE

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

En la columna de la semana pasada, advertíamos que [“el elenco rojo” en el gabinete mantenía quieta la calle. La protesta, la movilización, la toma de carreteras y todos los demás mecanismos de extorsión política no eran imprescindibles ya que muchos “camaradas” estaban minando el Estado desde dentro, no hacía falta tirarle piedras desde fuera. Ahora que la cuota roja ha disminuido, que muchos de ellos han salido, los tendremos en la calle, protestando por lo que ellos mismos ocasionaron”]. Lampadia: De la Luz Verde a la Luz Propia.

No creímos que lo harían tan pronto. Actúan rápido. No le dieron a Vizcarra y a Cateriano ni una semana para acomodarse. Le enviaron el mensaje de inmediato: 2 camiones que transportaban minerales fueron incendiados en el corredor minero del Sur y se asaltaron e incendiaron las instalaciones de bombeo de otra mina. Aquí están las consecuencias de tenerlos fuera. La salida del “elenco rojo” tiene precio y había que ponerlo. Ya lo pusieron.

¿Será por eso que Pedro Cateriano dijo en la prensa nacional a Vizcarra: “creo que usted es de centro izquierda, no lo veo como un liberal a ultranza”?  ¿Era acaso el mensaje tranquilizador que tenía que enviar el Primer Ministro al elenco rojo de la política peruana que había salido con los cambios ministeriales, mediante el cual les decía que no se preocupen porque el principal actor forma parte de ese elenco? ¿Una forma cifrada de decirles que no han dejado del todo el gobierno y que mejor no incendien las praderas como lo han hecho ayer en la provincia de Espinar?

Como sucede en todo análisis de coyuntura política, siempre hay un alto porcentaje especulativo, hipotético, que sólo el tiempo y la historia confirman o desestiman. Pero, en este mismo campo, también es cierto que no hay coincidencias, casualidades, ni mensajes sin destinatario y todo lo que vemos son hechos, ante los cuales no somos inmunes: la minería es el principal sector económico atacado por mandato internacional por los grupos de izquierda del país y ha sido el primer en ser atentado luego de que el gobierno da un viraje ideológico ante la catástrofe sanitaria y económica generada por el gabinete Zevallos y su “elenco rojo”.

El problema es que este es sólo el primer mensaje. Vendrán otros.

  • ¿En las minas en Puno?
  • ¿En Tía María ahora que su principal antagonista ha quedado en evidencia como un inepto gobernante regional y no dudará en “hacer fuego” para desviar la atención en Arequipa?
  • ¿En las minas de Apurímac?
  • ¿Cajamarca se quedará quieta?
  • ¿En las empresas donde ha habido suspensiones laborales perfectas, ceses colectivos o despidos?
  • ¿En las calles donde miles de obreros y migrantes se han vuelto vendedores ambulantes por la fatal arrogancia planificadora del gobierno?

Una mirada al Reporte de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo nos puede dar una idea de “por donde” pueden llegar los mensajes.

Sin embargo, todo esto que es puro juego político, acomodo electoral, repartición del poder y acceso a recursos públicos. Eso de lo que muchos ciudadanos estamos hastiados.

A quienes en medio de esta crisis trabajamos, tributamos, defendemos a nuestras familias y a nuestros colaboradores y sólo queremos sobrevivir y salir adelante en esta crisis sin morir en el intento, este juego político nos hastía una vez más. Nos harta ver cómo los políticos en general y en particular la izquierda, destruyen el país desde el lugar en el que se les coloque. Sea en el gabinete donde ocasionaron los cerca de 400,000 contagios y las muertes por la pandemia o en las calles y en las carreteras donde no dudan en atentar contra una de las pocas actividades productivas que nos podría sacar del hoyo al cual ellos mismos nos han llevado.

El mensaje de la izquierda pone a prueba la dimensión del destinatario. O se acomoda al mismo como parece estarlo haciendo con concesiones, o lo confronta valientemente y separa las aguas entre quienes queremos salir adelante en esta crisis con esfuerzo y trabajo y quienes sólo quieren agudizar las contradicciones. Lampadia