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El parlamentarismo es sociológicamente presidencialista

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Respecto del sistema de gobierno, Gonzalo Zegarra apuntaba en El Comercio que mientras el diseño constitucional en nuestra Carta Magna es semi parlamentario, la realidad sociológica es presidencialista. Se desprendería entonces que deberíamos ir a un presidencialismo ortodoxo, eliminando componentes parlamentaristas de nuestra Constitución como la censura de ministros, la cuestión de confianza, y la disolución del congreso, para ajustar nuestro sistema constitucional a la realidad sociológica.

Pero hay aquí una confusión. Cuando decimos que el Perú es sociológicamente presidencialista, estamos diciendo que la población aplaude a un presidente con poder y con capacidad de acción efectiva, y que desaprueba que el Congreso obstruya las decisiones o iniciativas presidenciales. La idea de una separación balance entre poderes, de controles mutuos entre ellos para limitar el poder, no es sociológicamente natural. La gente prefiere alguien que mande, que sea eficaz.

En realidad, la idea de poner límites al poder, que está en la esencia de la democracia liberal, requiere aprendizaje, educación. Es algo que debería aprenderse en buenos cursos de educación cívica en el colegio, que no existen.

Lo paradójico, es que la fórmula constitucional que se acercaría al presidencialismo sociológico no es el presidencialismo constitucional propiamente dicho -eliminado los elementos parlamentaristas que posee en el Perú-, sino el parlamentarismo. En efecto, en un presidencialismo ortodoxo, lo más probable, considerando la cantidad de partidos políticos existente, es que quien resulte elegido presidente, carezca de mayoría parlamentaria. Y aunque con presidencialismo puro el congreso no podría ya censurar ministros ni consejos de ministros, si podrá rechazar las leyes que proponga el poder Ejecutivo, impidiéndole ejecutar su plan de gobierno.

En un sistema parlamentarista, en cambio, el Ejecutivo por definición tiene mayoría en el Congreso, porque nace del Congreso. El jefe de gobierno es el líder de la mayoría del Congreso. El Parlamento ejerce control, por supuesto, pero esencialmente colabora con el Ejecutivo en las leyes que requiere. Por lo tanto, un jefe de gobierno en un sistema parlamentarista suele tener más gobernabilidad y más poder de acción efectiva para ejecutar su plan de gobierno. En ese sentido, es sociológicamente más presidencialista que un régimen legalmente presidencialista.

Es cierto que en un régimen constitucionalmente presidencialista elegimos a un presidente de la república. En un régimen parlamentarista, en cambio, votamos por el Congreso, por nuestro o nuestros representantes al Congreso, dentro de una lista partidaria. Pero se sabe que el líder del partido por el que votamos será el presidente o jefe de gobierno si esa lista consigue mayoría en el congreso. O sea que en el fondo elegimos también a un presidente o jefe de gobierno. El efecto de votar por un líder no se pierde.

El régimen parlamentarista tiene otra ventaja: permite disolver el congreso de manera natural si es que se produce un impasse entre poderes. No hay confrontaciones traumáticas.

Si, además, incluimos un sistema electoral de distritos uni o binominales para elegir a los diputados, colaboraremos a reducir el número de partidos y bancadas, lo que facilitaría la formación de mayorías para gobernar. Bueno, esto es algo que deberíamos hacer incluso con el sistema actual.

Los politólogos Juan Linz y Arturo Valenzuela sostenían que los países de América Latina debían pasar al sistema parlamentarista para evitar las rupturas constitucionales y darles gobernabilidad y viabilidad. A mi juicio, tienen razón. Lampadia




Descalificaciones políticas

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En sentido contrario de lo que se esperaba en la política global y regional, se está produciendo una recuperación de las derechas y centro derechas, y los que ven retroceder sus espacios de poder, las izquierdas de todos los colores, recurren aquí y allá a la descalificación de las fuerzas políticas emergentes.

En Europa, en el Mediterráneo, las derechas están recuperando el poder con mucha fuerza, como se comprueba con los últimos procesos electorales de Grecia, España e Italia. En Chile, la debacle del régimen izquierdista conducido por Boric y Vallejo, han dejado paso, sorprendentemente rápido, a la recuperación de las derechas con Kast y Republicanos.

En todos los casos se recurre al San Benito descalificador de acusarlos de radicales de extrema derecha. En España, en sus estertores políticos, Sánchez, más allá de las nítidas descalificaciones, vaticina terribles desgracias sociales a los españoles.

Igual es en el Perú, donde, por ejemplo, Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga son caricaturizados como de extrema derecha por los caviares y las izquierdas.

Leamos el descargo de Fernando Claro, de la Fundación para el Progreso, sobre Republicanos:

«Republicanos no representa una derecha extrema ni radical»

Fernando Claro
Fundación para el Progreso – Chile
Publicado en El Mercurio
28.05.2023

¿Qué ideas deben reivindicar las derechas?

Las derechas tienen que mantenerse en lo que siempre han sido, por lo cual han sido reconocidas en Chile y en el mundo, que es por el orden y el Estado de Derecho. Y eso implica obviamente la seguridad y el respeto a las reglas, prosperidad y respeto a los otros. Que son las cosas que se han dejado de lado por querer parecer «cool».

¿Son esos principios los que explican el avance de republicanos?

Republicanos no trae nada nuevo, más que un discurso nítido al respeto. Y eso, sumado al completo caos en el que nos tiene sumido el actual Gobierno, obviamente que cunde mucho más. También ha influido que la derecha histórica empezó a enredarse en su discurso y fue poco clara en defender sus principios. La derecha histórica ha sido muy poco clara en transmitir a la ciudadanía quiénes son.

El Partido Republicano viene acompañado de ideas valóricas conservadoras. ¿Cómo lo ve?

Republicanos no representa una derecha «extrema» y/o «radical». Eso es una etiqueta falsa que trata de instaurar la izquierda y la centroizquierda para mantener un enemigo fácil.

Los republicanos no han mostrado ningún hecho ni ideología contraria a la democracia representativa. José Antonio Kast en su historial ha sido muy respetuoso de las elecciones. Y también defienden los derechos fundamentales de una democracia liberal.

La gran novedad dentro de los republicanos es que son cristianos en su ideología. Personalmente y como liberal, soy contrario a eso, pero creo que esas fuerzas siempre van a estar presentes en Chile. El cristianismo es una fuerza importante, que creo que debería aliarse con los liberales, sin que eso impida que los liberales sean igual de claros en cuanto a defender el orden, el Estado de Derecho y la separación de poderes.

Esas etiquetas muchas veces vienen de la propia centroderecha…

Es un error de parte de Chile Vamos atribuirles ese tipo de etiquetas a republicanos. Ellos tienen que ser claros en diferenciarse de republicanos en cuanto a lo que son, pero no darles etiquetas falsas. Demostrar quiénes son de manera positiva, propositiva, de que son liberales, que tienen ciertas ideas en las que se diferencian.

¿Qué está en juego con una nueva Constitución?

Chile se juega la oportunidad de al fin cambiar la Constitución de manera democrática, a pesar de que la Constitución de Lagos esté súper legitimada.

Esperemos que sea una Constitución buena, liberal y que controle fuertemente a quienes busquen destruir la democracia liberal. Es una gran oportunidad de todos los chilenos de salir al fin de este problema y darnos estabilidad de aquí para siempre, y que de aquí en adelante no sean más que reformas. No tiene ningún sentido andar haciendo asambleas constituyentes.

La pelota la tiene el Partido Republicano…

Republicanos tiene todos los incentivos para jugársela y demostrar que pueden gobernar y que pueden entregar una Constitución, mediante la cual conversaron con toda la centroderecha y hacer algo más liberal de lo que ellos representan.

¿Cómo deben convivir las distintas derechas?

Las dos derechas presentes en el Consejo tienen que ponerse de acuerdo e incluso conversar con la centroizquierda extra convencional. Con eso, van a tener una fuerza electoral importante para el plebiscito de salida.

¿Sigue el «malestar silencioso» en Chile?

El malestar existe en el sentido de que hay muchas cosas que los chilenos exigen mejorar de parte del Estado.

Incluso hay más pobreza, mala salud todavía, la educación se destruyó después de la pandemia. Eso no quiere decir que el estallido haya sido representativo de lo que los chilenos pensaban, más aún después de haber visto lo que ha pasado con las elecciones. Lampadia




El sueño perverso

Rafael Venegas
Para Lampadia

Miniserie de cuatro temporadas para Netflix sobre los sucesos de los últimos años en el Perú.

Primera Temporada: “Los años de Bonanza”

Se muestran los grandes logros conseguidos en los veinte años de crecimiento ininterrumpido, incluyendo un episodio dedicado al impresionante fenómeno de la economía emprendedora y otro sobre la dramática reducción de la pobreza.

Una etapa muy positiva, pero que tenía un gran riesgo: la posibilidad de dormirnos en nuestros laureles y dejar la marcha política del país en manos de los más incapaces e inmorales, como en efecto sucedió.

Segunda Temporada: “Se inicia el retroceso”

En ella se relata como la izquierda volvió a ganar protagonismo a través de los intolerantes y soberbios caviares, la mentirosa propaganda política y el venenoso periodismo parcializado.

Se incluyen episodios sobre el destape de la corrupción a gran escala, principalmente en justicia y obras públicas. También sobre la delincuencial corruptela alrededor de la pandemia, así como sobre la crisis política que devino en cuatro presidentes y tres congresos en menos de cuatro años.

Tercera Temporada: “Dormidos en nuestros laureles”

EPISODIO 1: “La irregular toma del poder”.

Aquí se muestra como los malos peruanos enemigos de la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, se aprovecharon de la vulnerabilidad, desinformación y “cojudignidad” de muchos peruanos y apoyándose en un delincuencial sistema electoral, así como en un sucio financiamiento, tomaron el poder en Julio de 2021.

Al final de este episodio, se evidencia que los peruanos que si creemos en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, nos quedamos vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 2: “El descarado saqueo”.

Este capítulo muestra como los nuevos gobernantes, dirigidos por el incapaz de las orejas y uñas largas, se aprovecharon del poder y dieron rienda suelta a la corrupción, tráfico de influencias, copamiento del sector público, luz verde al narcotráfico y la minería ilegal, así como la legalización de sendero luminoso, entre otras barbaridades que apuntan directamente a un narco estado.

Igual que en el primer episodio, queda bastante claro que la gran mayoría de los peruanos que si creen en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, continuaron vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 3: “El milagroso harakiri”.

El tercer episodio muestra el video real de cómo, ante la sorpresa de tirios y troyanos, se produjo un milagro: el corrupto reyezuelo inexplicablemente se hizo el harakiri.

Esta acción dio paso constitucional a un nuevo gobierno improvisado, ambiguo, sin liderazgo y con perfume a caviar, que no ofrece ninguna garantía.

El milagro nos libró temporalmente de muchos de los pecados que se venían cometiendo en la orgía de poder de la primera fase, así como de la vertiginosa velocidad con que nos dirigíamos al abismo rojo.

Sin embargo, se muestra como las instituciones públicas han quedado peligrosamente copadas por incapaces y corruptos, así como también la manera en que el mercantilismo ha hecho perder totalmente la vergüenza y la moral al Congreso.

A pesar de esta fragilidad del sistema, el episodio se cierra dejando una clara sensación de riesgo debido a que la mayoría sigue durmiendo el sueño perverso, creyendo ingenuamente que la pesadilla ya terminó.

Craso error que sirve para crear la expectativa de la siguiente temporada de la serie, al más puro estilo de Netflix.

LA CUARTA TEMPORADA RECIÉN SE DEFINIRÁ Y PRODUCIRÁ EN LOS PRÓXIMOS MESES Y SU CONTENIDO DEPENDERÁ DE QUIEN ESCRIBA EL GUION.

La gran pregunta es: ¿Nos despertaremos y lo escribiremos nosotros o seguiremos dormidos y le cederemos nuevamente la iniciativa a los rojos y sus tontos útiles?

EL PERÚ NO ES COMUNISTA, como lo evidencian los millones de pequeños capitalistas que conforman la sólida base de nuestra economía.

Eso significa que el problema no es de ideología, sino de falta de participación y de información veraz.

Escribamos juntos el guion de la cuarta temporada con patriotismo y valentía. Participemos, cada uno desde nuestras trincheras, en la marcha política del país y sobre todo, informemos y eduquemos con la verdad a la población, utilizando todos los medios que nos sean posibles.

La alarma está sonando: ¡TENEMOS QUE DESPERTAR YA! Lampadia




“ Izquierdas vs. derechas”

Por: Alfredo Torres
Perú21, 28 de Mayo del 2023

“En el Perú, han sido candidatos con propuestas de centroizquierda y centroderecha los que han ganado las elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2021…”.

(Ipsos/Perú21)

La historia es conocida: los orígenes de la división política entre izquierda y la derecha provienen de la manera como se sentaban los constituyentes franceses en la Asamblea de 1789: A la izquierda, los que pedían un cambio radical –en ese entonces, el cambio era hacia una monarquía constitucional–, y a la derecha, los defensores de la monarquía tradicional, la mayoría provenientes de la aristocracia o el clero.

Con el tiempo, los conceptos fueron evolucionando. El socialismo se convirtió en la bandera de la izquierda, mientras que la defensa de la propiedad privada pasó a ser la bandera de la derecha. En el camino fueron apareciendo propuestas más centristas como la socialdemocracia o la economía social de mercado.

En el Perú, han sido candidatos con propuestas de centroizquierda y centroderecha los que han ganado las elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2021, en que por primera vez llegó al poder el candidato de un partido marxista aliado con sectores de la izquierda más extrema. Las protestas que ocurrieron en algunas regiones del país en respaldo de Pedro Castillo luego de su frustrado autogolpe de Estado llevarían a pensar que en el Perú la izquierda radical es muy amplia. No es así.

Para entender hasta dónde llega el apoyo a la izquierda y la derecha, Ipsos llevó a cabo un estudio por encargo de Perú21 Foro, donde aplicó la tradicional escala de 10 puntos donde 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, y encontró que 14% del electorado se identifica con la izquierda (puntajes 1, 2 y 3), 37% con la centroizquierda (puntajes 4 y 5), 11% con la centroderecha (puntajes 6 y 7) y 21% con la derecha (puntajes 8, 9 y 10).

Es decir, la mayor parte del electorado se ubica al centro (48%). Sin embargo, si este espacio se llena con múltiples candidatos poco atractivos, el voto se dispersa y permite que candidatos de los extremos los superen y pasen a la segunda vuelta, donde se produce una polarización. En esas circunstancias es cuando el electorado de centroizquierda puede votar por el candidato de la izquierda radical si el candidato de derecha genera mucho rechazo. Eso fue lo que pasó en 2021 y podría volver a ocurrir en el futuro.

La extrema izquierda que llegó con Castillo al gobierno no estaba dispuesta a dejar el poder y por eso organizó una reacción violenta cuando este fue justificadamente apresado luego de su frustrado autogolpe. Sin embargo, como también reveló el estudio de Ipsos para Perú21 Foro, no todas las personas que votaron por Castillo o salieron a protestar a su caída son de izquierda. El sentimiento de identidad, la esperanza frustrada y la distorsión informativa que prolifera en las redes sociales son algunos de los factores que estuvieron detrás de la participación de diversos ciudadanos en las protestas. En realidad, el voto y la conducta política son el resultado de un conjunto de emociones y razones en el que la ideología es solo una de ellas.




Vuelco electoral en España

Charo Camprubí
Desde España
Para Lampadia

Las elecciones municipales y autonómicas que se han llevado a cabo en España el 28 de abril han sido un tremendo varapalo tanto para el PSOE como para los partidos situados a su izquierda y un éxito rotundo para la derecha española que ha conquistado la mayor parte de las alcaldías y de las Comunidades Autónomas que estaban en juego.

El mapa político español se ha teñido de azul (color del Partido Popular) en su casi totalidad ya que los socialistas pierden al menos 6 Comunidades Autónomas y mucho poder municipal. Madrid se mantiene en manos del Partido Popular, tanto en la alcaldía como la Comunidad Autónoma, solo que esta vez con mayoría absoluta en ambos casos. Los socialistas mejoran en Cataluña y se mantienen en el País Vasco, pero pierden su antiguo feudo, Andalucía, e incluso ciudades emblemáticas como Sevilla. El PP gobernará, solo o en coalición, en Aragón, Baleares, Cantabria, Valencia, Extremadura, la Rioja, Murcia y Madrid.

La respuesta a esta debacle por parte del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, no se ha hecho esperar. Primero declaró que asumía “en primera persona los resultados” para después lanzar una bomba: la del adelanto de las elecciones generales al 23 de julio. La derecha no tendrá tiempo para regocijarse de su victoria porque tendrá que entrar en campaña electoral mañana mismo.

El órdago que ha lanzado Sánchez es muy arriesgado pero ha preferido coger al toro por los cuernos y lanzarse al ruedo en caliente, justo después de la derrota, que terminar los 6 meses que le quedan de mandato. La reacción del líder del PP, Nuñez Feijóo, ante el adelanto electoral ha sido la de decir: “mejor cuanto antes” y la de Vox de celebrar el adelanto electoral.

Si el PP llega al poder es gracias a que la dinámica de bloques le ha sido favorable. Hoy en día ni el PP ni el PSOE pueden gobernar en solitario porque los resultados se miden a nivel de bloque no de partido. Lo primero que jugó a favor del PP fue que consiguió disminuir la dispersión del voto de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) al absorber a Ciudadanos que desaparece del mapa político. Esto le permitió obtener el 31.50 % de los sufragios (3% más que el PSOE) y convertirse en el primer partido con 800,000 votos más que el PSOE.

Lo segundo fue que Vox tuvo unos excelentes resultados. Obtuvo un 7.2% de los votos lo que lo consagra como la tercera fuerza política española. Además, tiene la llave de la gobernabilidad en la mayoría de las alcaldías y Comunidades Autónomas ya que el PP necesita de su apoyo para gobernar.

Frente a un bloque de la derecha cohesionado y potente, el PSOE se encontró con que su bloque estaba debilitado por pugnas y divisiones   internas en los partidos situados a su izquierda, al punto que no siempre consiguieron entrar en los parlamentos autonómicos (por no superar la barrera del 5%.) Además, una parte del electorado del PSOE no se movilizó. El partido perdió 400,000 votos en relación con las elecciones municipales del 2019. División y desmovilización, fueron letales para el PSOE.

La izquierda ha mostrado tener una gran capacidad de autodestrucción. Para Sánchez gobernar con Podemos fue siempre muy complicado. En su afán por desmarcarse del PSOE, criticaban al propio gobierno de coalición como si ellos no fueran parte del gobierno. Además, la iniciativa de Yolanda Díaz (vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo) de crear una plataforma que uniera a los diversos partidos de izquierda llamada Sumar, no hizo sino ahondar las diferencias. Se creó una rivalidad entre Sumar y Podemos que dio una muy mala imagen de esta izquierda.

Sánchez también pagó un alto precio por seguir teniendo el apoyo parlamentario de los independentistas catalanes. No les dio lo que más ansiaban, el referéndum de autodeterminación, pero indultó a los cabecillas del independentismo y modificó la ley sobre sedición y malversación, lo que le acarreó un gran desgaste político. A todo ello se sumó las desavenencias con Podemos por “la ley del sí es sí” cuyos efectos no deseados Podemos se negaba testarudamente a modificar. Y, por último, en la recta final de la campaña, Bildu (que apoya al gobierno) presentó en sus listas ¡a cuarenta ex terroristas! Esto y un escándalo de compras de votos por correo dio la puntilla al bloque de la izquierda.

Ahora Nuñez Feijóo pide “una mayoría clara, incontestable y contundente para iniciar un nuevo rumbo”. Lampadia




Si yo fuera presidente

Jaime Spak
Para Lampadia

En el año 1952 el genial artista mexicano Mario Moreno “Cantinflas“ protagonizó una hilarante película que se titulaba “Si yo Fuera Diputado”.

En esta película hace el papel de un peluquero de barrio que se preocupa por los problemas de su vecindario y es tan hábil para defender varios casos de gente modesta que al final se lanza y sale elegido diputado.

No tenía estudios universitarios, pero si una gran emoción social. Al fin y al cabo, era una ficción.

Haciendo una comparación con el título de este artículo, nos preguntamos:

¿Por qué tantos peruanos quieren ser presidentes?

En el año 1963 hubo solo 4 candidatos, y de allí fueron aumentando, hasta que en el año 2021 se presentaron 18 candidatos.

¿Que tendrán en su mente los que desean ser presidentes?

Lo primero que deben de entender es que son elegidos para administrar el país.

Un primer prerrequisito debería ser experiencia en administrar la cosa privada o pública.

Un buen presidente es el que logra que su equipo trabaje de manera sostenida y el tenga la capacidad de supervisar el trabajo.

Para ser presidente el candidato debe contar en su equipo unas 500 personas honestas para puestos de confianza.

El problema más álgido de los que salen elegidos es que se suben al coche personas inadecuadas, que en su gran mayoría acaban siendo acusados de corrupción.

Entre el año 2006 al 2021 se postularon para presidente 58 personas.

En la última elección salió elegido un candidato totalmente incompetente.

Para colmo, una vez elegido Castillo dijo en una entrevista: “estoy empezando a aprender como gobernar”.

Ya con esa afirmación presagiábamos que su gobierno iba a ser desastroso.

¿Como es posible que una persona que no tiene idea de gobernar un país se lance de candidato?

Vuelvo a preguntar: ¿para qué quieren ser presidentes?

Es una función muy complicada que requiere un trabajo 24/7.

Pero si además de ser un inútil para la cosa pública, se dedica a saquear el erario con ayuda de su esposa, hijos, cuñados, amigotes y hasta delincuentes, entonces el peligro de un gobierno catastrófico es inminente.

Que deberíamos de exigir a los próximos candidatos que se lancen a la presidencia.

  • Por lo menos un CV donde indique su experiencia en administración.
  • Un plan de gobierno claro, en donde haga énfasis en su propuesta de crecimiento económico y lucha contra la pobreza.
  • Que nos demuestre como hará para lograr un crecimiento de al menos 7% del PBI y una reducción de la pobreza de varios puntos anuales.
  • Un examen de IQ.

Obviamente un IQ alto no nos garantiza un gobierno exitoso, basta ver los casos de Alan García en su primer gobierno y PPK en su corto gobierno.

El primero nos llevó a la hiperinflación y el segundo fue el autor pasivo de lo que vino después.

  • Algo utópico sería un examen psicológico para ver sus fortalezas y debilidades, si es una persona equilibrada o si sufre de alguna patología que ponga en peligro la gobernabilidad.
  • Si bien la edad mínima es 35 años, nunca deberíamos de elegir a una persona menor de 50 años, edad en la que ya puede dar un testimonio de vida y saber cómo se ha comportado frente a la sociedad.
  • Una declaración jurada de lo que se propone.

El único candidato que dijo la verdad en su campaña fue Mario Vargas Llosa y fue aniquilado por la propaganda aprista en su contra.

Al salir elegido Fujimori, sin gente que lo respalde lo que hizo fue seguir la política que iba a implementar MVLL y obtuvo muchos logros en sus dos periodos.

¿Pero vuelvo a preguntar para que quieren ser presidentes?

Tendríamos que discernir entre quienes están deseosos del tremendo sacrificio que significa llevarnos por el camino de la prosperidad a los 33 millones de peruanos o seguir el camino de la prosperidad propia y de sus allegados.

Tenemos la urgencia de elegir en el año 2026 a un nuevo presidente y para ello debemos de ser muy exigentes.

No es posible que el Perú tenga el lamentable récord de tres presidentes encarcelados.

Hay otros tres que están en procesos judiciales y por lo menos dos más serán sentenciados.

El poder más importante que tenemos en la actualidad es la prensa y la misión de ella es informar de la manera más objetiva todos los detalles de la vida de las personas que van a postular.

Un país que crece es un país con instituciones independientes y sólidas.

Es urgente que los partidos políticos se consoliden.

No más caudillos que se crean Cantinflas.

Hagamos de la política una palabra que no esté relacionada con la corrupción, sino con el deber de trabajar por los demás.

Seamos muy severos con los próximos candidatos.

Necesitamos menos pobres en un país rico. Lampadia




“La marea azul cubrió España ayer”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 29 de Mayo del 2023

“La ultraizquierda de Podemos ha sido reducida a su mínima expresión y ese desastre llamado Ada Colau no retendrá la alcaldía de Barcelona’’.

Ayer la derecha barrió en España en municipalidades y autonomías (equivalentes a nuestras regiones). Ojo que no es alcalde o gobernante autonómico quien queda primero en votos, sino lo es aquel que logra obtener o armar una mayoría de concejales o consejeros autonómicos (se replica el parlamentarismo).

No solo el Partido Popular arrasó con su marea azul en Madrid y Andalucía con mayoría absoluta, sino que ganó también en Valencia, Sevilla, Baleares y Aragón y en estos momentos está peleando la simbólica Castilla La Mancha, que es otro bastión socialista.

Al verde Vox no le ha ido nada mal, pues ha duplicado sus votos ediles (ha crecido sorprendentemente en Cataluña) y va a cogobernar con el PP en varias localidades. Otras buenas noticias son que la ultraizquierda de Podemos ha sido reducida a su mínima expresión y que ese desastre llamado Ada Colau no retendrá la alcaldía de Barcelona, que se ha deteriorado mucho con su pésima gestión.

Lo que sí preocupa es la buena votación del partido marxista-independentista Bildu, la cara política de los terroristas de ETA, en el País Vasco. Han ganado Vitoria y son segundos en Bilbao y San Sebastián.

La otra elección clave ayer fue Turquía, donde el “electarado” más alejado de su parte europea, moderna y laica (Estambul) ha vuelto a reelegir al matón de Erdogan en una segunda vuelta.

Lamentablemente, Anatolia (que es la parte asiática turca, islámica, conservadora) ha prevalecido. De todas formas, Erdogan ya había retenido la mayoría parlamentaria, por lo que a la oposición —unida solo para las elecciones, pero variopinta— le habría sido muy difícil gobernar.

Lo bueno es que la economía ya está reventando por culpa de las barbaridades de Erdogan y este va a sufrir el inminente colapso económico que se avecina. Porque la izquierda y el populismo destrozan la economía, a la derecha le toca solucionarla y luego le echan la culpa del ajuste necesario a esta última, quedando como la mala de la película ante el “electarado”.




Lasso no pudo desactivar las bombas de tiempo de Correa

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Las bombas de tiempo dejadas por el populismo de izquierda de Rafael Correa siguen estallando. En el trasfondo de la “muerte cruzada” decretada por Guillermo Lasso, están unos desequilibrios engendrados por la “revolución ciudadana” que el presidente Lasso nunca pudo corregir porque el congreso no le aprobó las reformas que ofreció para resolverlos y porque el movimiento Pachacuti se movilizó para impedir la reducción de los subsidios a los combustibles, entre otros cambios.

Recordemos que Correa se benefició del explosivo boom de los precios del petróleo, que usó para generar un incremento desmesurado del gasto público, que pasó de un 26% del PBI en el 2006 a un 47% del PBI en los años 2013-2014.[1] Incrementó subsidios a los combustibles e hizo, sí, obra pública, pero desincentivó la inversión privada, oprimiéndola. Le ocurrió ya a partir del 2015 lo mismo que ahora está sufriendo Bolivia: cuando los precios del petróleo empezaron a caer, ya no había como solventar ese gasto, y la deuda pública empezó a crecer para financiarlo.  Así, el endeudamiento externo pasó de un 15% a un 62% del PBI[2] entre 2010 y 2021. Y el 2022 habría cerrado en un nivel cercano al 70%,[3]  sin contar las ventas anticipadas de petróleo a la China por montos superiores a los 10 mil millones de dólares y el crédito del Banco Central Ecuatoriano al gobierno.

Pese al mayor endeudamiento, el gasto público ha tenido que ir reduciéndose a la mala, bajando de aquel 47% a un 38% el 2021,[4] reduciendo básicamente inversión pública. Ello, sumado a una débil inversión privada, ahogada por regulaciones, rigideces y costos no salariales inducidos también durante el periodo de Correa, determinó que la economía no creciera o creciera muy poco. 

Para corregir esos desequilibrios y volver a crecer a tasas relativamente altas, Guillermo Lasso planteó una serie de reformas tales como la reforma laboral, mayor flexibilidad, facilidades para inversiones, reforma de la seguridad social, concesionar carreteras y la administración de empresas públicas. La asamblea nacional solo le aprobó la reforma tributaria, porque subía los impuestos a los ricos.  Los subsidios a los combustibles, que según el economista Albornóz Guarderas llegan a 4% del PBI, apenas pudo reducirlos en una fracción porque la movilización indígena lo impidió.

De modo que entre un congreso en el que apenas tenía 12 parlamentarios y en el que el correísmo tenía la primera mayoría, y el movimiento indígena Pachacuti, Lasso simplemente no pudo aplicar su programa y por lo tanto no pudo resolver ni el problema fiscal ni tampoco reiniciar una corriente caudalosa de inversión privada. No pudo desactivar las bombas de tiempo que dejara Rafael Correa, que por ahora no puede postular, pero buscará que alguno de sus peones llegue al poder para cosechar los votos de un descontento que él mismo sembró años atrás. Lampadia

[1] Banco Central de Ecuador,Estadísticas

[2] https://datosmacro.expansion.com/deuda/ecuador#:~:text=En%202021%20la%20deuda%20p%C3%BAblica,euros60.471%20millones%20de%20d%C3%B3lares%2C.

[3]  Información del economista Vicente Albornoz Guarderas

[4] Banco Central de Ecuador, Estadísticas




“Ecuador: “Fulano (Cámpora) al gobierno, Correa (Perón) al poder””

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 18 de Mayo del 2023

No han faltado los ignorantes y los malintencionados que han buscado confundir al resto, igualando el fallido intento golpista de Castillo con esta “muerte cruzada” que Lasso ha invocado en Ecuador. Mientras que Castillo pretendía salirse del libreto constitucional para atornillarse en una suerte de dictador, Lasso se ha apegado a su Constitución y más bien va a dejar el poder junto a su Congreso y va a gobernar brevemente de ahora en adelante por decretos controlados por su versión local de nuestro Tribunal Constitucional.

Lasso ha sido víctima de la alianza del correísmo con la izquierda indigenista y una derecha politiquera ciega, además de su ingenuidad e incompetencia. Fue uno más de estos presidentes que son elegidos para gobernar enérgicamente como derechistas y no lo hacen, lo que en España llaman “la derechita cobarde”, esa que termina caviaronoide y débil por acomplejadamente sensible frente a las críticas “progres”’; al final quieren agradar a todos y terminan no agradando a nadie. Aquí tuvimos a PPK como el mejor ejemplo de eso, así como a Piñera y Duque en Chile y Colombia (Bolsonaro o Boris Johnson son distintos. Serían más bien unas derechas que por torpes y no por cobardes no hicieron muchísimo más teniendo la oportunidad).

Sin conocer a fondo la política ecuatoriana, creo que Lasso debió renunciar en favor de su vicepresidente, pues lo que me temo es que estas elecciones le van a abrir las puertas al regreso de Correa al poder, que ya el correísmo acaba de arrasar en las recientes elecciones ediles y regionales, además que hasta la burguesía extraña la estabilidad que les daba el autoritarismo correísta. Si bien Correa tiene varios procesos que le impiden volver y candidatear, lo más probable es que se busque a su Cámpora como hizo Perón en los 70: un candidato fantoche ganador, que vuelve a convocar elecciones para que su jefe vuelva. Parafraseando el slogan argentino de la época, sería otro “Fulano (Cámpora) al gobierno, Perón (Correa) al poder”.




Desmintiendo mitos

Por: Patricia Teullet
Perú21, 15 de Mayo del 2023

“Cuando las personas han asumido información como verdadera, tenderán a bloquear, incluso sin ser conscientes, la nueva información que se les alcanza si es que esta contradice la idea preconcebida”.

Muchas veces nos preguntamos por qué es tan difícil hacer que alguien, una vez que tiene una idea determinada, cambie de opinión. Un ejemplo son las propuestas para convocar a una Asamblea Constituyente para cambiar el capítulo económico de la Constitución de 1993 porque, entre otras, esta incentiva la inversión privada y da al Estado un rol subsidiario o da el mismo tratamiento a la inversión nacional y extranjera. Quienes plantean los cambios proponen, por ejemplo, una mayor intervención empresarial del Estado.

Encontré un “manual para desmentir” ideas erróneas o mitos tomados como ciertos, incluso a pesar de la evidencia en contra de ellos: The Debunking Handbook. Explica que, cuando las personas han asumido información como verdadera, tenderán a bloquear, incluso sin ser conscientes, la nueva información que se les alcanza si es que esta contradice la idea preconcebida. Otra razón es que, para continuar informándose, las personas escogerán fuentes que ratifiquen sus propias ideas e ignorarán las que vayan en contra.

Advierten los autores del manual, John Cook y Stefan Lewandowsky, que, cuando haya intención de hacer un desmentido, se debe tener cuidado al enunciar la idea errónea, pues, al repetirla, puede haber un efecto de reafirmación de la misma.

Para lograr desmentir un mito proponen: primero, focalizarse en los hechos que se quieren comunicar (en nuestro ejemplo, el capítulo económico de la Constitución actual ha sido y es bueno para el país). Segundo, una vez establecido este hecho (gracias a la Constitución se ha atraído la inversión, causado crecimiento y reducido la pobreza), debemos resaltarlo de manera sencilla, idealmente ayudados por gráficos (hay muchos de donde escoger que demuestran la mejora de la economía). Luego se debe advertir sobre la desinformación que se va a citar y, recién en ese momento mencionar, cuál es esta información equivocada (hace falta cambiar el capítulo económico de la Constitución) y las razones por las que está equivocada (en nuestro ejemplo, podría ser la falta de inversión privada y reducción del crecimiento y empleo de calidad, o los déficits e hiperinflación al amparo de otro capítulo económico).

Hay esfuerzos, como el de Lampadia, el IPE o, más recientemente, el de Miguel Palomino con artículos llenos de ejemplos y muy fáciles de entender, pero hace falta más.

Estamos admirados por el resultado de las últimas elecciones en Chile. Pues no ha sido gratis: aunque los malos resultados de Gabriel Boric contribuyeron, ha habido, además, esfuerzo (y financiamiento) para lograrlo.




El vaivén Latinoamericano

Jaime Spak
Para Lampadia

En el Perú estamos viviendo una tensa calma política.

¿La gente ya dejó de preguntarse que vendrá después de este gobierno?

Será porque ya se convenció que el gobierno de Dina Boluarte se quedará hasta el año 2026.

Pero, así como nos hacemos la pregunta sobre el futuro del Perú, si volteamos la mirada a los otros países de Latinoamérica, vemos que las cosas no son tan diferentes.

¿Por qué una región con tantos recursos sigue en el tercer mundo, no podemos crecer adecuadamente y resolver los problemas más importantes en cada país?

Creo que la gran mayoría de países de este continente viven en un péndulo político constante.

No importa de qué tendencia es el gobierno de cada país, la gran mayoría gira en torno a lo opuesto, pasan de derecha a izquierda y al revés.

Si echamos una mirada a nuestros vecinos vemos que a pesar que indiquen que Sudamérica está girando a la izquierda, la verdad es que es una situación que no durará mucho tiempo.

¿Y por qué sucede esto?

Pues cada gobierno que ingresa al poder trata de desandar lo bueno que haya podido hacer el anterior.

Si nos damos una vuelta por nuestros vecinos podemos sacar alguna conclusión.

  • En Chile el joven de 37 años Gabriel Boric, un izquierdista radical asumió la presidencia en marzo del año pasado y seis meses después, se realizó el plebiscito para aprobar una nueva constitución.

Fue rechazado por el 64% de la población.

A pesar de ello insistió en que había que reformar la constitución e hicieron una nueva elección para convocar a 50 personas para que redacte una constitución que reemplace a la que se aprobó en 1980 en época de Pinochet.

La victoria abrumadora de la derecha seguramente hará que la nueva constitución sea tan o más liberal que la actual.
No nos sorprendería que luego del gobierno de Boric, se elija a alguien que sea de la oposición.

  • En Argentina luego del nefasto gobierno de Cristina Kirchner, el nuevo presidente del mismo grupo Alberto Fernández, tendrá que dejar el mando en diciembre de este año y seguramente algún candidato de centro o de derecha será el ganador.
  • En Brasil luego de un gobierno de Derecha de Bolsonaro, ahora está gobernando el dos veces antes presidente Lula Da Silva, el político más hábil de aquel país, quien indicó que al gobierno hay que manejarlo como tocando el violín, se agarra con la izquierda y se toca con la derecha.
  • Colombia, un país con una tradición democrática de larga data ahora es dirigida por un ex militante de la guerrilla del M19 que aún no cumple un año en el gobierno.

Me hace recordar los primeros meses del gobierno de Castillo, se puede ver en los mítines carteles de “No más Petro” y ahora está atravesando una gran crisis política que ha tenido que hacer un cambio radical de gabinete.

A los colombianos no les gustan los presidentes bronqueros.

Su negativa a reconocer al gobierno de Boluarte, ha llevado al retiro del embajador de Perú en el vecino país.

  • En Bolivia luego de la caída de Evo Morales, asumió la presidencia Jeanine Añez, y ahora regresó el partido de Evo con su delfín Luis Arce y la pobre señora Añez la acaban de condenar a 10 años de prisión por incumplir la constitución ¡¿?!!!
  • Quién sabe los países más estables en la región están en la parte sur del hemisferio, tanto Uruguay como Paraguay, que acaba de elegir a Santiago Peña para continuar con la hegemonía del partido colorado.
  • Ecuador también está pasando por una etapa muy complicada.

El presidente Lasso, una persona de una gran fortuna, está ejerciendo el poder, y si progresa el juicio político que acaba de aprobar el congreso impulsado por los simpatizantes del anterior presidente Correa, esto puede generar en el cierre del congreso de su parte o la destitución de Lasso.

  • La crisis de la dictadura venezolana ha generado la más grande diáspora.

Más de 7 millones de habitantes han tenido que abandonar el país.

Dicen que ahora en Venezuela ya se puede caminar tranquilo, porque han exportado a todos los delincuentes.

Nuestro continente no puede crecer porque los gobiernos no ejercen el poder para beneficio de las grandes mayorías, sino para beneficio propio.

Y las personas más lúcidas y decentes no desean ingresar a la política porque acaban chamuscados.

El vaivén de la política es lo que caracteriza a la mayoría de los países de esta parte del continente.

Los que logran llegar al poder son los que tienen en su conciencia la frase que la “política es el arte de ocultar las verdaderas intenciones”.

Una vez que acceden al poder hacen todo lo contrario de lo que ofrecieron.

Así es imposible que nuestra región crezca en beneficio de sus pobladores y seguiremos en una especie de montaña rusa institucional.

Lampadia




Elecciones

Los que no votaban son más desideologizados que de derecha.

 

El Mercurio – Chile
Loreto Cox

El curso de los últimos años, marcados por un estallido social y varios otros electorales, se ha asegurado de refrendar la miopía de quienes creyeron tener todas las respuestas, como si la historia tuviese un sentido cierto. ¿Cómo interpretamos, ahora, el resultado de esta elección?

Algunos dicen que la ciudadanía es un péndulo. Algo de eso hay. Durante la última década, las posiciones ideológicas, por ejemplo, sobre el rol del Estado vs. el individuo en el progreso de las personas, muestran varias oscilaciones: hay como un 10% de la población que se mueve según el momento (Bicentenario 2022). Suena poco, pero es suficiente para dar vuelta una elección y, de hecho, los cambios en este indicador coinciden con los cambios en los vientos electorales.

¿Significa esto que la ciudadanía no es más que un manojo de emociones que se lanza de un polo a otro, sin ninguna racionalidad? En absoluto. Los vaivenes se dan dentro de márgenes de estabilidad y de moderación. Es más, ellos son una respuesta lúcida, sobre todo de personas sin una ideología fuerte, a los cambios del país: cuando un gobierno cree poco en el Estado, pide más Estado, y luego al revés. La última medición de Bicentenario muestra una desvalorización importante del rol del Estado respecto de 2021, el año en que fue elegido Boric. Pero también muestra que esta sigue siendo una cuestión debatida, con una buena masa moderada.

Hay otro ámbito donde el “péndulo” ha sido más fuerte, y es fácil palparlo: la seguridad. Entre el estallido y la última CEP, más de un cuarto de la población se pasó desde una posición pro-libertades o moderada al polo del orden público. La seguridad siempre ha sido prioritaria para la gente (nace de algo tan primigenio como el miedo), pero el devenir reciente la ha puesto en el centro. Sin duda, el Partido Republicano fue el que más creíblemente supo conectar con esa demanda —en parte, por sus posturas, en parte, quizás, por el mero hecho de no haber tenido ocasión de intentarlo y fracasar.

¿Qué rol jugó el voto obligatorio? Contra lo que antes se pensó, hoy se dice que esta regla trajo a las urnas a masas conservadoras que antes se abstenían. Pero las encuestas muestran que quienes usualmente no votaban no son tan distintos ideológicamente de los votantes. Su mayor diferencia es que siguen menos la política y, consecuentemente, son más reacios a tomar posiciones. Por ejemplo, en la CEP de mayo de 2022, entre los que dicen no haber votado en ninguna de las dos vueltas presidenciales (25%), el 42% no se identifica en el eje izquierda-derecha, comparado con 23% entre los que dicen haber votado en ambas (60%). Fuera de eso, la distribución se inclina algo hacia la derecha, pero en el margen: los que no votaban son mucho más desideologizados que de derecha. El voto obligatorio, sobre todo, incorporó masas relativamente moderadas que, por mirar más de lejos la política, están dispuestas a cruzar fronteras para votar por lo que hoy les importa (seguridad).

¿Irá a durar el ímpetu republicano? El partido triunfante tiene hoy la ventaja de, hasta ahora, no haber tenido poder. Pero la ciudadanía de hoy es muy crítica y no va a ser fácil estar a la altura. Por de pronto, cabe recordar que los votos están prestados y que, creo, no habría mayor éxito que una Constitución bien aprobada.