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Macron asume liderazgo global y reforma laboral

El nuevo presidente de Francia pasa de las ofertas electorales y de las palabras en los medios, a la acción, dando un extraordinario ejemplo de liderazgo. A pesar de que en los últimos días registró una fuerte caída de popularidad en las encuestas, reunió a todos sus embajadores para aleccionarlos sobre el nuevo rol de Francia en el mundo y un par de días después presentó su ‘revolución’ laboral.

Los dos anuncios representan cambios revolucionarios.

  • Que Francia se comprometa con el mundialismo, que se anuncie su intención de refundar un orden global estable y justo, ocupando, de algún modo, el espacio político abandonado por el EEUU de Trump y el espacio de políticas públicas abandonado por el Reino Unido, representa un hecho verdaderamente extraordinario.
  • Que Francia, la de las regulaciones laborales ‘pro-trabajador, pero sin-empleo’, que el adalid del socialismo europeo, liberalice su mercado laboral, ha requerido dos condiciones, llegar al fondo del pozo con altísimas tasas de desempleo, y de la emergencia de un líder con visión, sentido de misión y coraje.

Líneas más abajo glosamos dos notas de El País de España, para reseñar ambos hechos. Esperamos que nuestros académicos, políticos y periodistas, tan apegados a las políticas tradicionales de la Francia conservadora, cerrada y estatista, tomen nota de esta ‘nueva revolución francesa’ y se den un baño de modernidadLampadia

Macron se propone “refundar” un orden global “estable y justo”

El presidente fija ante los embajadores franceses la lucha contra el “terrorismo islamista” como prioridad

El País de España
Marc Bassets
París 
30 de agosto, 2017
Glosado por
Lampadia

El presidente Emmanuel Macron habla a los embajadores franceses reunidos en París.

YOAN VALAT (AFP) / VÍDEO: REUTERS-QUALITY

El presidente francés, Emmanuel Macron, se rebela contra la lenta decadencia internacional que los apóstoles del declive atribuyen a Francia. No se resigna. En su primer discurso en la reunión anual de los embajadores franceses en el extranjero, Macron les instó a proyectar a su país como una potencia que debe “mantener su rango en un orden mundial que se tambalea profundamente” y estar en condiciones de impulsar una “refundación” de este orden. En Europa, en Próximo Oriente entre suníes y chiíes o entre israelíes y palestinos, y en África, sobre todo, pero también en Asia y en América, la Francia de Macron quiere contar. La prioridad: la lucha contra el “terrorismo islamista”.

Podría denominarse la doctrina Macron, la visión geopolítica del nuevo presidente francés, su idea del papel de Francia en el mundo. ¿La receta? Un poco de poder militar y mucha diplomacia. Europeísmo y multilateralismo, pero, al mismo tiempo, una reafirmación de la independencia de su país y de su posición central en la mayoría de conflictos. Continuismo respecto a sus antecesores en la V República, pero con un estilo personal —la audacia del novato, en parte— que le lleva a romper inercias. Finalmente, la aspiración a presentar Francia como potencia única, con una misión particular.

“Hoy tenemos el deber de refundar un orden colectivo, estable y justo, con nuestros aliados y todos nuestros socios”, dijo Macron a los embajadores.

Pocos líderes europeos mundiales podrían o querrían pronunciar una frase similar. No la canciller Angela Merkel, cuyo país perdió toda vocación universalista. Ni el Reino Unido, enredado en la madeja del Brexit. Estados Unidos, como Francia, cree que sus valores fundacionales son un mensaje para toda la humanidad, pero con Donald Trump esta idea ha quedado aparcada. Hay un vacío, una ausencia de visiones globales, y Macron está dispuesto a ocuparlo.

Desde su elección en mayo, Macron ha sido hiperactivo en el exterior.

En el discurso ante los embajadores, el presidente fijó como prioridad de su presidencia la lucha contra el “terrorismo islamista”, un término que otros gobernantes, como Barack Obama, evitaban. “Nada sería más absurdo que negar el vínculo entre los actos terroristas que vivimos y una lectura a la vez fundamentalista y política de un cierto islam”, justificó.

La idea de fondo: el orden global está averiado y Francia puede ayudar a repararlo. A Macron le gustaría que su país fuese como los EEUU de los años noventa: ‘la nación indispensable’, en palabras de Bill Clinton. No es el primero en proponer una refundación del sistema internacional. Nicolas Sarkozy propugnó la “refundación del capitalismo”, sin éxito.

Macron explicó a los embajadores que el orden que él pretende reformar “está fundado en la mundialización, que se ha convertido en ultraliberal, y en la hiper-potencia de un solo Estado”. La suya es una diplomacia arraigada en la tradición francesa e inspirada en de Gaulle y Mitterrand, presidentes que buscaron resaltar la autonomía francesa.

Con unos índices de popularidad menguantes, Macron se siente cómodo en la política exterior. Pero sabe que, como decía el político estadounidense Tip O’Neill, “toda política es local”. El jueves su Gobierno presentó su reforma laboral. Es su primera prueba.

Y salió el nuevo Código Laboral

Macron flexibilizará el despido y la contratación para reducir el paro

Ayer, Macron presentó una reforma laboral que flexibilizará la contratación y el despido con el objetivo de atraer nuevas inversiones y reducir un desempleo crónico.

Llega el momento de la verdad: la hora de la reforma, palabra fetiche en un país que, como decía el filósofo Raymond Aron, “de vez en cuando hace una revolución pero nunca reformas”. Quizá por eso Macron dijo hace unos días que “los franceses odian las reformas”, y tituló su libro programático Revolución.

Se fija un techo para las indemnizaciones por despido ‘improcedente’:

  • Hasta diez años de trabajo: un mes de salario por año trabajado
  • De diez a treinta años: un mes y medio por año trabajado (tope de veinte meses)
  • Las indemnizaciones por despido legal, no improcedentes, aumenta un 25%

“Nuestro objetivo es simple: favorecer la creación de empleo aportando mucha más seguridad y visibilidad a los jefes de empresa en la decisión de contratar, y más garantías a los asalariados”, dijo el primer ministro ÉdouardPhilippe.

Este sería el primer capítulo de una serie de reformas, que incluirán el seguro de desempleo y la formación profesional.

El País de España, Marc Bassets, París 31 de agosto, 2017

Lampadia

 




Gates y Bono conversan sobre el mundo de nuestros días

Desde dos perspectivas muy distintas, la informática y la música, Bill Gates y Bono, conversan sobre sus ideas acerca del mundo, los problemas que hay que superar y sus compromisos personales con la superación de la pobreza en las zonas más atrasadas del planeta.

Bono, que en el Perú podría ser calificado como caviar, cuenta de su primer encuentro con el mayor filántropo de la historia moderna (Gates):  “fui a ver a Bill y Melinda intentando conseguir algo de financiación para ONE [su ONG], formalizar nuestra relación y poder así contratar a la gente mejor y más preparada para nuestra tarea. Pero tras la primera entrevista, lo que me quedó grabado fue: ‘¡No, aquí no se trata de dinero! Son estas dos personas las que serán nuestra mayor ventaja’.

En Lampadia estamos empeñados en difundir las voces más auspiciosas del mundo, para que, por lo menos de vez en cuando, los peruanos nos alejemos del ambiente parroquial y su caldera de pasiones que nubla nuestra visión de futuro. Leamos:

BILL GATES Y BONO Copresidente de la Fundación Gates y presidente de la ONE ONE
Fuente: Huffington Post

“Si los Estados frágiles se convierten en fallidos todos tenemos un problema”

El País, 23 de febrero de 2017

M. Calabresi, L.Huete Machado, T.Jungholt

Uno viste traje y corbata, el otro una camiseta y botas negras, pendientes y gafas redondas de cristal azulado. Uno es el empresario estadounidense más rico del mundo; el otro, una superestrella del rock. Uno (1955) es estadounidense, fundador de Microsoft; otro (1960), irlandés, cantante de U2. Bill Gates y Bono acudieron la semana pasada a la Conferencia de Seguridad de Múnich, el foro internacional en el que se juntaron líderes de un mundo ya no tan unido. La sombra de Donald Trump presente en toda reunión o conversación. Orden mundial, ejércitos, terrorismo, vallas, refugiados, Siria, África, fake news, asistencia humanitaria, bioterrorismo y pobreza… palabras repetidas en los grandes discursos. El país anfitrión, Alemania, que da un paso al frente e impulsa un nuevo plan para África, un intento de Africa first, nuevas responsabilidades de política y desarrollo global. Altos cargos estadounidenses que acuden a tranquilizar las aguas revueltas y pedir aumento de inversión militar. Los dos entrevistados son cabeza de dos organizaciones, la Fundación Bill y Melinda Gates y ONE. Están aquí para lanzar un mensaje público y sonoro: la seguridad en salud global y la disminución de la desigualdad en el mundo son armas tan importantes y útiles como las otras. Invertir en ellas debe ser una prioridad. Pensemos, cuentan, en pandemias, en su control, en lo que sucedería si éstas brotan en Estados frágiles, convulsos, empobrecidos, superpoblados; pensemos en lo que ha mejorado el estado del mundo en las últimas décadas con la receta de la colaboración internacional; en lo que vendrá en las próximas gracias a los avances de la tecnología, la ciencia, la conectividad… Y más si política y solidaridad van unidas. Están sentados uno junto al otro y charlan con gusto. Se conocen bien. Frente a ellos, tres periodistas de medios europeos: La Republica, Die Welt y ELPAÍS. Uno es más reservado, discreto, observador y a menudo levanta el brazo derecho como abarcando un mundo pleno de retos e historias esperando ser contadas. “Nosotros amamos los medios”, asegura. El otro, más dicharachero, es activista declarado, un narrador nato. “La pobreza es sexista”, afirma. Bill Gates bebe Coca-Cola Light y Bono un simple vaso de agua. ¿Qué diablos están haciendo juntos?

Fuente: The Guardian

Bill Gates. Nuestra relación se remonta bastante en el tiempo. Nos conocimos en la cumbre de Davos celebrada en Nueva York, justo después del 11-S.

Bono. ¡Sí, tú te estabas comiendo una Big Mac!

BG. Yo convencí a Bono para que aportase su labor y experiencias en África. La fundación estaba entonces en una fase muy inicial; la Alianza GAVI y el Fondo Mundial recién comenzaban, y desde entonces hemos apoyado y amado el trabajo de ONE. Y hemos tenido muy buenos resultados.

B. Tras nuestro primer encuentro… y el consejo dietético (risas), fui a ver a Bill y Melinda intentando conseguir algo de financiación para ONE, formalizar nuestra relación y poder así contratar a la gente mejor y más preparada para nuestra tarea. Pero tras la primera entrevista, lo que me quedó grabado fue: “¡No, aquí no se trata de dinero! Son estas dos personas las que serán nuestra mayor ventaja”.

BG. Bueno, éramos muy ingenuos… En aquel momento nuestra teoría del cambio se basaba principalmente en ayudar a inventar nuevas herramientas, encontrar vacunas y fármacos. No comprendíamos bien entonces cómo suministrarlos, lo difícil que era hacerlos llegar a todos los niños pobres y vacunarlos; cómo había problemas de cobertura, y cuánto dependíamos de la ayuda exterior para obtener las vacunas existentes y las nuevas. Todo ese asunto de la distribución y la ayuda exterior y la necesidad de aliarse con los diferentes Gobiernos se consiguió de hecho en años posteriores. Y lo que hizo ONE fue mostrar dónde iban funcionando las cosas, buscar políticos a los que realmente les interesasen estos temas y darnos la oportunidad de conocerlos. Los dos hemos aprendido mucho a este respecto. Y hay que contar la historia de la salud, que es una historia asombrosa. Hemos conseguido grandes avances en 15 años. Y suponiendo que la generosidad siga siendo fuerte, tendremos otros 15 años buenísimos, porque la ciencia nos lo permitirá. Somos mucho menos ingenuos que cuando nos conocimos respecto a la capacidad de llevar estas cosas a cabo.

B. He repetido a la gente en los últimos días que si los titulares les causan pesimismo, si les deprime el estado del mundo, que lean la carta anual de Bill y Melinda. Es literalmente la mejor noticia del mundo. Es increíble: 122 millones de niños se han salvado desde 1990. Es una locura: creo que son más de 13.000 al día, algo parecido. ¡Es algo tremendo! Y, oye, si tu vida no te parece útil, implicarte en un movimiento como ONE te da una gran sensación de estar haciendo algo, porque realmente tienes impacto. De modo que yo les diría “únete, participa”, porque realmente funciona.

Pregunta. Han asistido a la Conferencia de Seguridad de Munich para concienciar sobre las enfermedades como un riesgo para la seguridad mundial. ¿Están satisfechos con la Conferencia?

BG. Estamos satisfechos, porque la conciencia de la conexión que existe entre prosperidad, desarrollo y seguridad, y la relación entre salud y seguridad, son muy fuertes aquí. Así que calculo que hoy hablaremos mucho de epidemias, y de que es necesario colaborar con los organismos de seguridad y hacer inversiones y estar más preparados. Y la canciller Merkel ha asegurado que, aunque está dispuesta a aumentar los gastos en defensa, siempre hay que pensar conjuntamente en el gasto en desarrollo.

B. Esto es lo extraordinario, que los militares parecen ir a veces por delante de sus jefes en lo referente a la necesidad de invertir en las personas, la necesidad de invertir más en previsión que en intervención. Pienso que probablemente es porque conocen mejor que nadie el precio del conflicto. Y ya no hay nadie en Europa que piense que lo que ocurre en el norte de África carece de importancia. Hace cinco años, era fácil pensar “no me importa, está lejos”, pero ahora sabemos lo cerca que está el continente y yo creo que eso le ha dado prioridad a nuestro trabajo, el que hace la Fundación Gates en relación con la salud, las mejoras agrícolas, y el nuestro, que consiste en alentar a los políticos que están dispuestos a hacer las cosas bien.

P. ¿Qué opinan ustedes acerca de la nueva estrategia de desarrollo del Gobierno alemán, y de su impulso al llamado Plan Marshall para África?

BG. Ahora mismo este Plan no dispone de cifras y forma concretas, pero lo que es fantástico es ver que se está pidiendo la aportación de los africanos. Así que anoche [por el viernes pasado] cené aquí en Múnich con grandes inversores del sector privado en África y estoy aprendiendo de ellos. ¿Qué nos impide invertir más allí? ¿Cuál es el problema? ¿Qué pueden hacer los Gobiernos de países ricos comprometidos en esto como Alemania? ¿Y qué deben hacer los africanos?

B. Vi al ministro Wolfgang Schäuble ayer [por el viernes pasado] y me impresionó la pasión que ponía en este proyecto, el Compacts for Africa del G20 (el Pacto Mundial por África). Mostró mucha pasión al afirmar que Alemania, Europa de hecho, necesitan Estados prósperos, mantener una estrategia de Estados prósperos. Hay también buenas razones para hablar de Estados frágiles, porque los frágiles se convierten en fallidos, y entonces todos tenemos un verdadero problema… No existe nada peor que un espacio sin gobierno; en el caos, el radicalismo se impone. Debemos empezar a mirar a África de otro modo. Hay riesgo, pero es una gran oportunidad. Hemos visto lo que ha sucedido cuando Siria, un país de 22 millones, cae en el olvido… ¿Puede usted imaginarse un país 10 veces más grande? Eso es Nigeria. Es objetivo declarado de Boko Haram que Nigeria falle. No sé si conocen la expresión “zona gris”. ¿Han oído hablar de ella? La zona gris es la zona en la que cristianos y musulmanes se entienden, y de hecho y en general, en Nigeria hay una gran relación. Es una comunidad muy interreligiosa. Eso es lo que se llama la zona gris. Si eres un extremista querrás destruirla. Acabo de estar en Borno, al noreste de Nigeria, y he visto… lo qué es tener más de dos millones de desplazados: es un caos. [Bono participa mañana en la Conferencia de Donantes de Oslo para conseguir fondos y ayudar en la zona del Lago Chad). La idea que hay tras ese pacto mundial por África es que teniendo Estados prósperos, la gente no querrá salir de su país. El año pasado visité campamentos de refugiados en cuatro países. El gran tema de conversación común era “queremos volver a casa”. No quieren subirse a una embarcación para cruzar el mar. Hay que acercarse a las personas, ir donde están y ayudarles a avanzar y prosperar. Y me entusiasma oír hoy a la canciller Merkel hablar de educación, y de la de las niñas en concreto, porque las estadísticas son una locura. Un niño que nace de una madre alfabetizada tendrá un 50% más de probabilidades de superar los cinco años.

P. Y usted mismo le ha dado incluso el programa en su discurso durante esta Conferencia de Seguridad: las tres “es” lo llamó: educación, empleo y empoderamiento…

B. Sí, intentaba apoyarlo. Lo que se está viendo del G20 alemán es en realidad extremadamente estratégico e inteligente. No se trata solo de compasión y ayuda inteligente. Se trata de revisar una relación de tal modo que si hay países dispuestos a enfrentarse a la corrupción, dispuestos a poner a las personas primero, dispuestos a establecer un buen gobierno, nosotros los apoyemos. Nosotros nos ponemos de su lado. Quizá, y Bill es realmente firme en esto, podamos ayudar a acelerar las conexiones.

P. ¿Y qué pasa con su estrategia para los refugiados? Ustedes [la Fundación Gates] empezaron a trabajar el año pasado con la causa de los refugiados, con Siria…

BG. Sí, como parte de nuestras actividades, no es gigantesco. Nuestra principal experiencia es en salud, y, de hecho, en saneamiento y servicios financieros por móvil. Así que dijimos, vale, aportemos lo que sabemos hacer bien y asegurémonos de que los refugiados se benefician. Queremos asegurarnos de que están llegando las vacunas a los campamentos, que disponen de retretes para evitar la difusión de enfermedades y tener una calidad de vida decente.

P. ¿Les preocupa la creciente desconfianza que hay en Occidente hacia la vacunación?

BG. Mire, las vacunas son totalmente seguras. En mi primera reunión con el presidente Trump iba a discutirlo con él. El mensaje caló. Ha habido algunos países ricos en los que las vacunaciones han caído por debajo del umbral de seguridad, y los casos de tosferina y sarampión han llegado incluso a causar muertes… Es realmente trágico. Es cierto que los rumores negativos a veces se mueven mejor que los datos positivos. A los datos positivos les resulta difícil seguir el ritmo de las falsedades. Incluso eso sobre el autismo y la vacunación, que se demostró que era falso hace casi 20 años, ese artículo se retiró pero sigue circulando por ahí. La comunicación es un reto en el que debemos seguir trabajando.

Y por eso, en parte, tenemos tanto cuidado con la seguridad de las vacunas, porque si una vacuna tuviese problemas, perjudicaría a la percepción de la gente sobre todas las demás, de modo que no podemos permitirnos riesgos, porque cualquier error perjudicaría todo el esfuerzo. Por eso la seguridad es tan importante, y esto hace que nos lleve mucho más tiempo obtener la aprobación de las vacunas de lo que se debería, pero esto es algo que apoyamos firmemente.

P. Y si el presidente Trump decide recortar el presupuesto para programas de planificación familiar, de educación… ¿Qué puede ocurrir con África?

BG. Estados Unidos es en conjunto el mayor donante, unos 30.000 millones de dólares al año, y aproximadamente 10.000 millones para temas de salud, entre ellos la malaria y el VIH. El Gobierno de Trump no ha presentado aún su presupuesto, de modo que por ahora no lo ha reducido. Siempre que hay nuevos dirigentes, es imprescindible que la sociedad civil y organizaciones como las nuestras dejen claro que incluso en este contexto de America first, la estabilidad que se consigue, el rol económico que se consigue al evitar una epidemia que podría llegar a nuestras costas, estas son buenas inversiones. Conozco a Rex Tillerson, el nuevo Secretario de Estado, me reuniré con él, en su nueva función, dentro de unas semanas. Va a ser un reto, porque el presupuesto estadounidense está muy ajustado, hay muchas prioridades, de modo que… Y el asunto de la ayuda exterior siempre es duro, porque está lejos, y te llega el cuento de que el 2% no se ha gastado adecuadamente, y eso contamina el otro 98%. Estamos en una época en la que realmente tenemos que hablar de la multitud de beneficios. Por eso estamos aquí.

B. Creo que los estadounidenses se vuelven más patriotas cuando hablan de lo que su Gobierno hace para luchar contra el VIH/sida. Se sienten muy orgullosos, y esta es la mayor intervención sanitaria en la historia de la medicina. Y fue un conservador quien la encabezó, el presidente Bush. Yo estuve en el Despacho Oval y le dije: “Estas pastillas… Puede usted pintarlas de rojo, blanco y azul, señor presidente, y serán la mejor publicidad de Estados Unidos que jamás consiga. Y él se rio, pero llevó adelante el proyecto, y de hecho, la opinión a favor de Estados Unidos es realmente elevada en África. Pienso que mantener esa relación podría ser un imperativo no solo moral, sino también estratégico. Ya veremos…

P. Pero en muchos países occidentales, incluido, por supuesto, Estados Unidos, se están ganando elecciones exigiendo poner su país por delante. También en Europa hay este debate. ¿Piensa usted que esta conducta podría afectar a sus proyectos internacionales, en África, por ejemplo?

BG. Bien… por supuesto, cada país se pone a sí mismo primero. De modo que esas palabras por sí solas no son un problema. La cuestión es si la gente comprende que, después de la Segunda Guerra Mundial, el hecho de que los países colaboren ha sido absolutamente fantástico para la paz y el desarrollo. Mi opinión, por lo tanto, es que sí, en Estados Unidos siempre hemos puesto nuestros intereses por delante y, redunda en nuestro interés ser grandes donantes; la amistad con Europa y la colaboración con Europa han redundado en nuestro interés. Y por lo tanto, creo que el peligro está en que la población se fije exclusivamente en el corto plazo, que no se dé cuenta de lo que se ha avanzado, y eso sí es un reto.

B. Setenta años de paz… mediante la colaboración mundial. Pienso que el recuerdo de un mundo en guerra se ha esfumado, y esa es la razón por la que Roosevelt y otros intentaron re-imaginar un mundo de cooperación. Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, la OTAN… Creo que probablemente es hora de volver a fijarse en ellas, pero fijarse en ellas en el sentido de mejorarlas, si es posible… Tenemos que hacer eso con todo. Y creo que no hay opción, es decir, realmente no hay opción, no se puede mantener esta especie de mentalidad de isla, de izar los puentes levadizos. Las pandemias, las enfermedades, no respetan las órdenes. Esta globalización está con nosotros. Nos hemos convertido en una especie de rey Canuto. ¿Conoce la leyenda? Intentó parar las olas, y ya se sabe que eso es imposible. Tenemos que entender que las poblaciones han sufrido momentos duros. La crisis financiera mató a Irlanda… y muchos estaban furiosos, y sabían que no era culpa suya… pero les tocó llevarse la peor parte. De modo que la gente se enfadó con la globalización, en algunas comunidades sobre todo.

Sabemos que la globalización ha sacado de la pobreza a cientos de millones de personas. Y ha sido buena para la economía en general, pero no para todos. Y pienso que el capitalismo es una especie de bestia y tiene que recibir órdenes sobre cómo comportarse. No podemos dejar que nos diga lo que tenemos que hacer. Y creo que eso es lo que está ocurriendo. Hay un reinicio, y que este es un momento breve. Volveremos a un tiempo en el que las personas confíen unas en otras. La gente habla de posverdad, poshechos… Podríamos estar en el pos confianza y pienso que reconstruirla va a ser muy importante. Y para lograrlo se necesita contar bien las historias.

Fuente: Today News

P. En su opinión, ¿salvará la filantropía el mundo o lo salvará la política?

BG. Bueno, la filantropía es una parte muy pequeña de la economía mundial. Incluso en Estados Unidos, donde tenemos una base muy amplia de todos los niveles, asciende al 2% de la economía. Pero puede influir mucho. A veces, hay problemas que nadie del sector privado puede resolver, como la malaria. A menudo, estos requieren creatividad y aceptación de riesgos, algo para lo que los Gobiernos quizá no sean los mejores. La filantropía puede financiar cosas geniales, como por ejemplo muchas de las nuevas vacunas que están a punto de desarrollarse. Hemos logrado ponernos al frente de eso de un modo que no han conseguido los gobiernos. Pero cuando se trata de otra escala –hablamos de la educación de las niñas, de sistemas agrícolas, de estabilidad, de justicia– dependemos por completo de los Gobiernos. De modo que los grandes actores de este mundo son el sector privado y los Gobiernos. La filantropía, ya sabe, esa es mi vida, pero en el gran guion de las cosas es sólo una nota a pie de página, cuyos proyectos piloto pueden ayudar a los dos grandes sectores a trabajar mejor.

P. Hay quien piensa que usted invierte gran cantidad de dinero en su fundación porque siempre gana algo. ¿Por qué lo hace?

BG. Aparte de creer que todas las vidas tienen el mismo valor, no me imagino otra motivación para financiar vacunas contra la malaria, o fármacos contra la malaria, o para que Melinda viaje a Mali e intente reunirse con madres para saber cuáles son sus necesidades de anticonceptivos, o realmente para mejorar la atención primaria en comunidades rurales del norte de Nigeria. Y así es como gastamos el dinero. Ganamos dinero, ya sabe que Microsoft tuvo mucho éxito y proporcionó aproximadamente la mitad de los recursos de la fundación, y ahora esta es la forma de devolverlo. No hay otro motivo. Es un trabajo muy placentero y va muy bien. Por eso me gusta dedicarle muchas horas, porque estoy entusiasmado con el progreso.

P. Bono, ¿cuál es su motivación personal para luchar en este terreno?

B. Valorar todas las vidas humanas por igual, y ese es el punto de partida. La única razón de que podamos estar viendo cómo el potencial humano se desperdicia y no hagamos nada es creer que esas vidas no son tan valiosas como las nuestras. El hecho de que se esté desperdiciando potencial humano realmente me enloquece. Cuando veo a un sin techo en la calle, pienso que podría ser pintor o jugador de ajedrez; veo personas que por haber recibido una mala educación de sus padres no consiguen ir a la universidad, porque fueron desgraciadas durante la adolescencia… Veo todo esto alrededor. Pienso que la gente lo entenderá de esta forma: debemos verlo pensando que el amor existe, y existe, el amor sirve a la idea del potencial humano. Y sea lo que sea, lo opuesto a eso se regocija desperdiciando el potencial humano.

Es asombroso alinearse con las fuerzas del amor, por ser abstracto, si me lo permite, porque cuando lanzas un puñetazo, es mucho mayor el puñetazo que esta estrellita de rock es capaz de dar, o incluso este gigantesco filántropo es capaz de dar. Te estás alineando con algo más, pienso… ¿Y eso te hace sentir bien? Sí, eso de estar en el lado correcto de la historia. Y lo que hemos aprendido, siento repetirme, es que creíamos que la libertad, la justicia para todos, la igualdad…, creíamos que todas estas cosas nos eran dadas, que eran en cierto modo inevitables. Yo crecí creyendo esto: que cada día era un poco mejor, el respeto mutuo, los derechos de gais, los derechos de las mujeres, todo parecía avanzar hacia delante. Solo recientemente tenemos la sensación de que esto podría estarse ralentizando y uno piensa, vale, tal vez no era algo dado eso de avanzar y ahora tengamos que manifestarnos con mucha fuerza, con independencia de nuestro color político. Ahora es el momento de colocarse donde uno quiere ser en esta conversación, en esta marcha hacia la decencia.

P. ¿Les preocupa el aumento de las noticias falsas?

BG. ¡Por supuesto! No solo la noticias falsas, que son un problema, sino también la idea de un lugar común, donde las personas leen las mismas cosas y ven solo aquello con lo que están de acuerdo. Y mire, esto es una crítica a la libertad digital que en ocasiones permite a algunos aislarse del mundo. Y creo que incluso está forzando a quienes ven la tecnología como algo fenomenal a pensar en cómo afrontarlo. De verdad creo que son sistemas que se corrigen a sí mismos, que los datos falsos conducirán a la la gente a un callejón sin salida y que al final esto no abrumará a la ciudadanía. Pero es interesante que se esté debatiendo tanto.

B. Tiendo a confiar en la dirección que sigue la tecnología de la información: avanza hacia una mejor información. Y ahora mismo estamos atravesando un periodo en el que se puede dar mala información y tal vez carezcamos de un mecanismo corrector. Pienso que se introducirán mecanismos de corrección en los sistemas. Hacer comprobaciones de datos no debería ser tan difícil, de hecho, porque hay verdades empíricas, la verdad es que las hay.

Y hay una reacción ante este tipo de noticias falsas. Estamos viendo ya surgir páginas que hacen comprobaciones. Los ciudadanos empiezan a familiarizarse con esas páginas. El control de la información, sin embargo, es lo que hay que vigilar, porque se puede hacer de dos maneras: impidiendo el acceso –es lo que autócratas y similares intentan hacer– o mediante la desinformación. Eso es lo que tenemos que vigilar, allí donde la verdad pierde credibilidad. Es algo muy, muy peligroso. Pero al final, no creo que el futuro esté en los hombres fuertes, pienso que está en las mujeres instruidas.

P. Una última pregunta, su sueño. ¿Se erradicará la malaria?

BG. Conseguir liberarnos de la polio [la batalla actual, quedan una treintena de casos] será un gran triunfo para la salud mundial, y dará energía y credibilidad a todo lo que hacemos y, creo yo, dará energía en especial a lo que será un esfuerzo de varias décadas para librarnos de la malaria. La primera década de dicho esfuerzo se dedicará a regiones determinadas, Sudamérica, sur de África y sureste de Asia, para demostrar que podemos lograr erradicaciones regionales. Esos lugares no son tan difíciles como África central. Pero si lo logramos en esas zonas y las herramientas y conocimientos siguen mejorando, por fin, en la segunda década, nos centraremos en África ecuatorial, donde la malaria está más extendida. Sí, librarnos de estas enfermedades infecciosas, a eso voy a dedicar el resto de mi vida. No me cansaré de resaltar que la ciencia nos dará cada vez mejores herramientas. Es cierto que debemos hablar de financiación, es importante, pero estaremos mucho mejor armados dentro de cinco, de diez años. Y eso es muy emocionante. Lampadia




¿Renta básica universal para un mundo sin empleos?

A partir del 2017, Finlandia se convertirá en el primer país europeo en aplicar un plan piloto mediante el cual los ciudadanos, empleados o no, recibirán una ‘renta básica mensual’. El piloto se llevará a cabo con 2,000 personas desempleadas, seleccionadas al azar, ellas recibirán 560 € mensuales en lugar de sus actuales pagos de seguridad social.

La renta se seguirá pagando incluso si encuentran trabajo o, más sorprendente para algunos, incluso si deciden no buscar trabajo. El experimento durará dos años y tiene como objetivo reducir los altos niveles de desempleo, producto de los impactos de la automatización.

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Según un estudio de la Universidad de Oxford (citado en el artículo de El País de España, compartido líneas abajo), el 57% de la fuerza de trabajo humana en los países de la OCDE está en riesgo de desaparecer por la automatización y los avances tecnológicos. “Tenemos la necesidad de integrar a toda la gente desocupada en nuestra sociedad y en lugar de subsidios por desempleo, la renta básica suena como una buena idea”, afirma una investigadora del estudio.

En Lampadia, ya anunciamos que los robots y las computadoras “inteligentes” podrían reemplazar hasta la mitad de la fuerza laboral de Estados Unidos en la próxima década o dos, basándonos en un informe de Bloomberg, publicado en 2015. El informe cita otro estudio de la Universidad de Oxford que identificó más de 700 ocupaciones en riesgo de automatización informática. Ver en Lampadia: El futuro del empleo con Robots e ‘Inteligencia Artificial’. En el artículo reseñamos el libro de Martin Ford (The rise of the robots) que sugiere que “una reestructuración fundamental de nuestras reglas económicas” puede ser necesaria para mitigar el impacto del avance de la robótica y la automatización. Él propone una renta básica mínima garantizada – o “Dividendos de Ciudadanos” – como un paliativo al desempleo.

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El punto importante es ver si a través de un mecanismo de ingreso de libre disponibilidad ni rendición de cuentas, se puede promover que los ciudadanos que no tengan empleos tradicionales, empiecen a encontrar otras ocupaciones. Estas pueden ser desde pequeños negocios hasta actividades deportivas o culturales. La idea es que la alta productividad que generaría la ‘cuarta revolución industrial’, permita generar suficientes recursos para financiar programas de este tipo, para que todos los ciudadanos encuentre un sentido de propósito en actividades no tradicionales.

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Más allá de las especulaciones más extremas, es muy claro que la propensión de los diversos sectores de la economía por crear empleo serán sustancialmente disminuidos, y la creación de una renta básica universal o un ‘dividendo o bono ciudadano’ empiezan a ser una realidad en Finlandia, por más que sea tan solo un experimento.

El Perú sufre de muchas brechas y atrasos. En la medida que no seamos capaces de cerrarlas o acortarlas sustancialmente en un plazo corto, podremos quedar desplazados de la vida pos revolución tecnológica. Esto significa que si los peruanos entendemos esta amenaza en su debida proporción, debiéramos nuclearnos alrededor de nuestras agendas pendientes para estar preparados ante este cambio sustancial en nuestras vidas. No cerremos los ojos y cosechemos las oportunidades que esta nueva realidad trae a los pueblos responsables. Lampadia

Finlandia, laboratorio mundial de la ‘renta básica universal’

El país nórdico será el primer país del mundo en experimentar en 2017 esta forma de retribución

El País de España
29 de Diciembre de 2016
Glosado por
Lampadia

La automatización de la fuerza laboral crece a toda velocidad en el siglo XXI. Y la primera consecuencia es dramática: pérdida de empleos tradicionales que ahora, por un coste laboral cero, son desempeñados por máquinas, como por ejemplo los lavacoches o los camareros que toman la orden en un restaurante. Finlandia ha decidido empezar a prepararse para el futuro, experimentando con nuevas redes de seguridad. El país nórdico será en 2017 el laboratorio mundial de lo que se ha bautizado como la renta básica universal. Es decir, recibir una cantidad de dinero al mes porque sí. Se tenga empleo o no. En un programa piloto que durará dos años, 2,000 ciudadanos recibirán a partir de enero 560 euros al mes solo por existir.

“Para revolucionar algo tan grande, tan tradicional y tan fundamental como son las retribuciones hay que experimentar primero”, señala Roope Mokka, cofundador de Demos Helsinki, el primer think tank independiente de los países nórdicos. En un país calvinista en el que la cultura de la responsabilidad se respira en cada esquina, esta remuneración adicional es vista por expertos, políticos y ciudadanos no como un regalo, sino como una oportunidad para engrasar la economía y animar a la población a iniciar negocios, explica este joven finlandés durante una mesa redonda en Slush, un evento que congrega cada año a centenares de start-ups, compañías e inversores mundiales y que se ha convertido en un acontecimiento clave para la economía finlandesa que hoy por hoy continúa luchando por salir de una profunda recesión.

Pero aún con un horizonte difícil —la Comisión Europea le augura un crecimiento del 0.9% del PIB para el año que viene—, el Gobierno conservador finlandés es pionero mundial en implantar la renta básica. “Los análisis más fiables tardarán en llegar al menos seis años más”, predice el experto. En Oakland (EE UU) serán mil familias las que recibirán 500 euros mensuales y Utretch, en Países Bajos, experimentará también ésta fórmula en 2017. Eso sí, Finlandia es de los pocos países en la Unión Europea (UE) que no goza de un salario mínimo interprofesional, al igual que los países escandinavos. Su PIB per cápita, en cambio, es de los más altos de la Unión incluso en tiempos convulsos: 38,200 euros en 2015 (año en el que el déficit alcanzó el 2,8% del PIB) frente a los 23,200 de España, según la página web datosmacro.

Empleos más caros

Para que la idea de renta básica que a muchos les puede parecer utópica se convierta en realidad lo que se necesita es financiación. El experto sostiene que lo primero que las empresas y los Gobiernos deberían hacer es asegurar que “los trabajos se paguen caro”, además de llevar a cabo una reforma en el sistema impositivo que grave aún más a las rentas altas. “La propiedad inutilizada, bienes, deficiencia energética, edificios… hay muchas cosas a las que se le pueden aplicar más impuestos”, enumera Mokka de forma improvisada aunque con un gran conocimiento de lo que habla.

Un estudio de la Universidad de Oxford, de enero  2016, muestra que el 57% de la fuerza de trabajo humana en los países de la OCDE está en riesgo de desaparecer por la automatización y los avances tecnológicos. “Tenemos la necesidad de integrar a toda la gente desocupada en nuestra sociedad y en lugar de subsidios por desempleo, la renta básica suena como una buena idea”, defiende Juhana Aunesluoma, director de investigación de estudios europeos en la Universidad de Helsinki desde una sala en el Ministerio de Exteriores. Algo que no le pareció a Suiza el pasado junio cuando rechazó mediante referéndum esta iniciativa.

Pero los Gobiernos —especialmente los del sur de Europa— están hasta cierto punto “obsesionados”, dice Mokka, con llegar al pleno empleo en detrimento de la búsqueda de alternativas para que el dinero entre en los hogares (y en el sistema) y para que los desempleados por la automatización del trabajo se mantengan ocupados y reinviertan su tiempo. Lampadia




Fallece dictador que dominó Cuba por 50 años

EDITORIAL DE LAMPADIA

Si cuando se dan los hechos que marcan la historia de la humanidad no somos rigurosos, ¿que puede pasar luego, cuando los otoños los ensombrezcan?

La muerte de Fidel Castro está siendo comentada por una gran mayoría de gobernantes con la indulgencia e hipocresía de la diplomacia internacional. Resaltada por muchos medios de comunicación como la pérdida de un líder revolucionario amante de su pueblo y consecuente con sus ideales. CNN lo califica como un gobernante socialista. The Economist, nuestra admirada publicación en Lampadia, le llama “un marxista de conveniencia, un nacionalista cubano de convicción y un caudillo latinoamericano por vocación”. Dice que su gobierno fue represivo pero no especialmente sangriento (habría que preguntarle qué piensa al respecto Camilo Cien Fuegos), que les dio a los cubanos una educación y salud del primer mundo y que evitó el culto a la personalidad.

Como Castro era de izquierda, gozó del favor de muchos intelectuales y escritores. En sus inicios captó la ilusión de Mario Vargas Llosa y de Jorge Edwards, pero ambos supieron ver la realidad detrás de los telones, cosa que no supo hacer Gabriel García Márquez, que era más bien, junto con el dictador de la RDA, Erich Honecker, uno de sus favoritos en sus encerronas en sus yates y playas privadas. No nos olvidemos que muy destacados intelectuales franceses como Jean Paul Sartre, ocultaron los crímenes de Stalin en aras de la ideología marxista.

Tampoco deja de llamar la atención, el doble estándar para juzgar a dictadores de distintas orientaciones. Veamos, por ejemplo, las portadas de El País de España sobre Pinochet y Castro:

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A diferencia de Pinochet, Castro no solo es culpable de la muerte de muchos connacionales, también lleva sobre sus hombros incontables muertes allende sus fronteras, en Latinoamérica y en el África.

En los medios peruanos también se presentan calificativos idílicos sobre el sátrapa cubano, que con la disculpa de una ideología fracasada, la del comunismo, se negó a aceptar la realidad social que ésta produjo en los países que la adoptaron y especialmente en Cuba, donde las condiciones de vida de la población llegan a niveles de miseria que solo produce la esclavitud.

Lo que sí hizo Castro es acomodarse a las cambiantes condiciones políticas globales para seguir inyectando recursos de sus benefactores que nunca mejoraron la suerte de los cubanos, pero que sí le permitió a Castro, formar una monarquía con toda su parentela, que desde su debilitamiento, viene heredando el poder y, por supuesto seguir dominando casi sádicamente a su pueblo. Inicialmente se recostó en la Guerra Fría y vivió del favor del Imperio Soviético, tras su derrumbe, se las ingenió para capturar un país rico sin disparar una sola bala, Venezuela, al cual esquilmó hasta dejarlo en la ruina. Finalmente coquetea con los EEUU de Obama, que solo con el potencial del turismo podría seguir generando recursos a la satrapía, algo que podría interrumpirse con Trump.

Pero algo que el comunismo cubano nunca logró es alterar la naturaleza del pueblo cubano, seguramente uno de los pueblos más maravillosos de la tierra, cálidos, amables, alegres, entusiastas, encantadores; y todo ello a pesar de vivir sometidos a la monarquía castrista, sin libertad y sin calidad de vida.

Distinguiéndose del montón, Andrés Oppenheimer escribe: Fidel Castro fue todo menos un valiente (El Comercio, 28 de noviembre de 2016).

Oppenheimer dice: No es elegante criticar a alguien que acaba de morir, pero viendo los mensajes de jefes de Estado de todo el mundo exaltando la supuesta valentía del recién fallecido gobernante cubano Fidel Castro, hay que decir la verdad: Castro fue todo menos un valiente. Al contrario, fue un cobarde, porque  no permitió una elección libre en 57 años; porque nunca permitió un solo periódico independiente, o estación de radio o televisión no gubernamentales; porque no permitió ningún partido político independiente. Castro fue un cobarde porque nunca permitió a las instituciones financieras internacionales monitorear o verificar las alegres estadísticas económicas de su gobierno; y porque nunca permitió a organizaciones internacionales de derechos humanos llevar a cabo investigaciones in situ sobre los abusos contra los derechos humanos.

Según su hermana Juanita, su epitafio debiera decir: “He never listened” (él nunca escuchaba).

Lampadia

 




¿Será posible construir una nueva Europa?

Europa, más específicamente, la Unión Europea (UE) enfrenta múltiples retos que se han ido sumando, sin resolverse, durante las últimas décadas. Entre ellos tenemos:

  • La crisis financiera del 2008/9
  • La crisis de deuda de los países periféricos de la UE
  • El riesgo de desintegración con el estallido de la crisis griega
  • Los altísimos niveles de desempleo, especialmente del juvenil
  • Los atentados terroristas
  • La dramática migración de refugiados sirios y otros
  • Brexit, el posible retiro de Gran Bretaña
  • La pérdida de competitividad de sus empresas con las de EEUU y Asia
  • La rigidez laboral
  • La sobreregulación que frena el crecimiento económico
  • Los complejos históricos y culturales que los llevan a tapar sus obras de arte y retirar los árboles de navidad para no ‘afectar’ sensibilidades de otras culturas
  • La crisis de confianza en sus políticos
  • La emergencia de movimientos populistas y nacionalistas

 

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Zeus y Europa, Edificio Lipsius, sede del Consejo de la Unión Europea, Bruselas 

Ante esta situación, un grupo de intelectuales europeos ha querido reeditar el ‘Manifiesto del 9 de mayo de 1950’, llamado también la ‘Declaración de Robert Schuman’, que daría origen a la Unión Europea:    

Publicado en El País de España el 9 de mayo pasado. Ver el nuevo manifiesto líneas abajo. Antes, sin embargo, queremos presentar a nuestros lectores, una pequeña reseña histórica del manifiesto auroral:

Manifiesto del 9 de mayo

Declaración de Robert Schuman, 9 de mayo de 1950

Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunció la Declaración que lleva su nombre el 9 de mayo de 1950. En ella proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) cuyos miembros pondrían en común la producción de carbón y de acero.

 

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Robert Schuman en 1949

La CECA (formada en su origen por Francia, Alemania Occidental, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo) fue la primera de una serie de instituciones supranacionales que se convertirían en lo que es hoy la Unión Europea.

En 1950, cinco años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, las naciones europeas todavía estaban luchando para superar sus estragos. Los gobiernos europeos, decididos a evitar otra terrible contienda, llegaron a la conclusión de que, poniendo en común la producción de carbón y acero, la guerra entre Francia y Alemania, rivales históricos, resultaría —en los términos de la declaración— “no sólo impensable, sino materialmente imposible”

Se pensó, acertadamente, que la fusión de los intereses económicos contribuiría a aumentar el nivel de vida y constituiría el primer paso hacia una Europa más unida. La adhesión a la CECA estaba abierta a otros países.

  • “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan.”
  • “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho.”
  • “La puesta en común de las producciones de carbón y de acero (…) cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.”

La Comisión Europea reconoce esta declaración como el nacimiento de la Unión Europea, de Alemania. En la Cumbre de Milán de 1985, el Consejo Europeo decidió declarar el 9 de mayo como Día de Europa en conmemoración de ese discurso.

Ver su texto en:

http://europa.eu/about-eu/basic-information/symbols/europe-day/schuman-declaration/index_es.htm

http://www.fenvac.com/IMG/jpg/orsay.jpg

Ministerio de Asuntos Exteriores en el Quai d’Orsay, cerca del Puente Alejandro III, París, lugar de la declaración

El nuevo manifiesto, a diferencia del primero, tiene una visión más política que económica. La coyuntura de la unión es, efectivamente, más política, sin embargo, las bases de relanzamiento de mediano y largo plazo de Europa, los elementos o estructurales son más económicos. Es evidente que Europa necesita reformas de impacto económico para incentivar la innovación, mayores niveles de inversión o aumentar la productividad y la competitividad; para ello tiene que superar la sobreregulación, reformar su sistema laboral que cuál promueve el desempleo (reforma que ahora pretende el gobierno socialista francés),  y diseñar sistemas de pensiones sotenibles fiscalmente, como el que estamos abandonando en el Perú.

Los retos que enfrenta Europa son verdaderamente colosales, seguramente se necesitarán más llamados, diálogos y decisiones, y sobre todo, el involucramiento de más estamentos de la diversa sociedad europea, pero con una visión del mundo que se perfila desde Sillicon Valley en EEUU y Shanghái, Singapur y  Nueva Delhi en el Asia.

Ver el nuevo manifiesto:

Manifiesto del 9 de Mayo

Al cumplirse 66 años de la Declaración de Schuman, embrión de la UE, un grupo de personalidades europeas propone una hoja de ruta para asegurar el futuro de la Unión

Para una nueva Europa

El País de España

09 de mayo de 2016

Sea cual sea el resultado del referéndum británico, los europeos necesitan ya un nuevo aliento. Es mucho lo que está en juego: evitar la marginación de Europa, no solo desde el punto de vista económico y político, sino también moral y cultural. Nuestro desafío común es reconectar cuanto antes con unos ciudadanos desorientados para volver a crear una Europa influyente, que tenga un proyecto de futuro y de esperanza para todos; en caso contrario, moriremos. Si no damos este nuevo impulso político a nuestros conciudadanos, los demonios populistas que ya casi nos han destruido vencerán. La Historia varía en sus formas, pero el resultado volvería a ser desastroso.

Para lograr una nueva dinámica debemos valorar nuestros éxitos: la Unión Europea es la entidad política, económica y social más solidaria, menos injusta, más democrática, más pacífica y más variada que ha conocido la humanidad, “uno de los mayores triunfos políticos y económicos de la época moderna”, según el presidente Obama. Hacer respetar sus valores y convertirla en un motor de progreso para todos exige adoptar una estrategia de envergadura.

Necesitamos ya, sin falta, una hoja de ruta precisa. Que se pongan manos a la obra las instituciones europeas y todos los Estados miembros, o, por lo menos, un grupo de países dirigido por Francia y Alemania. Para restablecer la confianza y dar nuevo impulso a la dinámica europea proponemos seis iniciativas estratégicas:

1. Es primordial fortalecer la democracia europea. ¿Cómo considerarse europeo sin una cultura ciudadana compartida? Los Estados deben poner en marcha una educación cívica común y comprometerse a que el futuro presidente de la Comisión se elija en función del resultado de las urnas. Además, es necesario aclarar las normas para que los referendos sobre la pertenencia a la UE no se conviertan en mercadeos. Una Europa a la carta no es una opción.

2. Es indispensable una iniciativa estratégica de seguridad y defensa de los ciudadanos de la UE. Los Estados deben cumplir sus compromisos en materia de seguridad interior —intensificar los intercambios policiales (Europol), judiciales (Eurojust) y de información— y, en el plano exterior, poner en práctica una política de fronteras moderna, basada en un cuerpo europeo de policía de fronteras e infraestructuras de control y acogida que respeten nuestros valores. Al mismo tiempo, la Unión debe emprender una política de estabilización de las regiones vecinas en todos los ámbitos: económico, cultural, diplomático y militar.

3. La tercera iniciativa está relacionada con los refugiados. El acuerdo con Turquía no es una solución a largo plazo. El país está desbordado y el tráfico de personas prospera utilizando otras rutas. Europa debe escoger otra vía: acoger, integrar, formar y preparar las condiciones para un regreso de los refugiados a sus países. No se trata de recibir a todos, sino a los que estén dispuestos a integrarse y aceptar nuestros valores. Y los ciudadanos europeos solo aceptarán una política así si se mejora su vida cotidiana.

4. Ese es el reto de la segunda fase del plan Juncker para reimpulsar el crecimiento: invertir en los sectores con más futuro, capaces de promover la creación de empleos de proximidad, modernizar de forma duradera nuestra economía y consolidar nuestra ventaja competitiva. Todo ello, dentro de una política industrial común de ataque que permita recuperar nuestra autonomía. Por ejemplo, un plan de desarrollo y restauración del hábitat, con la utilización de nuevos materiales y tecnologías digitales, transformaría la vida de nuestros conciudadanos y nos otorgaría el liderazgo mundial en el sector. Asimismo, proponemos otros tres planes centrados en el transporte, las energías renovables y las competencias digitales del futuro.

5. En cuanto a la zona euro, hay que reforzar su potencial de crecimiento y su capacidad de hacer frente a choques asimétricos y favorecer la convergencia económica y social. Para ello es necesario asignar nuevas prerrogativas al Mecanismo Europeo de Estabilidad. En concreto, proponemos una competencia presupuestaria para la eurozona y la rápida culminación de la unión bancaria, al mismo tiempo que se corrigen sus defectos.

6. La sexta iniciativa es un Erasmus para alumnos de secundaria. El objetivo es sencillo: democratizar Erasmus y ampliar el horizonte cultural de todos los jóvenes europeos, con el fin de fomentar la igualdad de oportunidades y el sentimiento de pertenencia a un proyecto común.

Estas iniciativas pretenden volver a situar al ciudadano en el centro del proyecto y estimular el crecimiento, el empleo y la innovación. Es posible ponerlas en marcha, si existe la voluntad política necesaria, en los próximos dos años y medio. Roosevelt lo hizo en 1933 con el New Deal. Nuestras economías avanzadas tienen esa capacidad, gracias a los márgenes no utilizados del presupuesto europeo y al empleo de nuevos recursos. Entre las soluciones que hay que contemplar están la disponibilidad de recursos propios y la solicitud de un préstamo al BEI.

A medio plazo, la movilización y la reflexión colectiva de los ciudadanos europeos deben ser las premisas de una nueva conferencia intergubernamental o de un nuevo convenio europeo, para convertir a Europa en una gran potencia democrática, cultural y económica que garantice en su interior la solidaridad y los derechos fundamentales, hoy en peligro, una potencia que se dote de los medios para ejercer su soberanía. El nuevo tratado que pudiera salir de ese debate no se aplicaría más que a los Estados que desearan una mayor integración y estuvieran convencidos de que el interés general europeo no se limita a la suma de los intereses nacionales.

Todo esto solo será posible si las docenas de millones de europeos que creen que nuestro futuro lo escribimos unidos empiezan a movilizarse ya. Únanse a nosotros.

Guillaume Klossa es escritor, impulsor de esta hoja de ruta y fundador de EuropaNova, antiguosherpa del grupo de reflexión sobre el futuro de Europa (Consejo Europeo); László Andor, economista húngaro, excomisario europeo; Lionel Baier, cineasta suizo; Michel Barnier, exministro de Asuntos Exteriores de Francia y exvicepresidente de la Comisión Europea (PPE); Mercedes Bresso, italiana, expresidenta del Comité de las Regiones; Daniel Cohn-Bendit, expresidente del grupo de Los Verdes (Parlamento Europeo); Georgios Dassis, sindicalista griego, presidente del C. Económico y Social; Philippe de Buck, belga, ex director general de Business Europa; Felipe González, expresidente del Gobierno de España y presidente del grupo de reflexión sobre el futuro de Europa; Danuta Hübner, polaca, excomisaria europea; Sofi Oksanen, escritora finlandesa; Maria João Rodrigues, vicepresidenta del grupo de Socialistas y Demócratas (Parlamento Europeo); Robert Menasse, escritor austriaco; Roberto Saviano, escritor italiano;Gesine Schwan, alemana, presidenta de la plataforma Humboldt-Viadrina; Kirsten van den Hul, escritora neerlandesa; Guy Verhofstadt, ex primer ministro de Bélgica, presidente del grupo ADLE (Parlamento Europeo).

Lampadia