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Resurge la educación privada en el mundo

Resurge la educación privada en el mundo

“La educación privada está resurgiendo en el mundo”. Este es uno de los principales mensajes que deja un reciente artículo de The Economist (ver artículo líneas abajo), que es parte de un extenso reporte que estudia las posibles sinergias que pueden generarse entre sector privado y sector público en el mercado educativo, centrándose en los atributos que ofrece el empresariado en dicha materia, llámese diseño de currículos y de procesos de aprendizaje innovadores, financiamiento de la infraestructura, herramientas TIC, entre otros.

Así el presente artículo ofrece un panorama global sobre cómo la educación privada está tomando mayor protagonismo en los países en vías de desarrollo, frente a los países  desarrollados, a partir del análisis de ciertos indicadores como es el gasto en educación y la tasa de matrícula.

Asimismo, destaca 4 posibles razones por las cuales se estaría observando esta tendencia en el comportamiento de los consumidores:

  • Un incremento de los ingresos, en particular, de la clase media-alta.
  • Una mayor presencia de capital productivo que requiere empleos más calificados y/o educados.
  • Los buenos resultados educativos provistos por el sector privado atraen a las siguientes generaciones, lo cual motiva también la ampliación de la oferta docente.
  • Una mayor demanda por nuevas capacidades arraigadas a la tecnología, que el sector privado aborda de mejor manera frente al público.

En este contexto, es importante destacar el caso de nuestra región, América Latina, porque se observa un agravante adicional que estaría incrementando la preferencia por la educación privada, en particular, en el nivel escolar: la mala calidad de la educación estatal.

Y en el Perú, este no es un tema menor. Como escribimos en nuestro ‘Pacto Social por la Educación’, nuestro país es un vivo reflejo de tal problema, al tener nuestras escuelas públicas enquistadas en paradigmas obsoletos, con metodologías de enseñanza cuyos orígenes se remontan a la primera revolución industrial, y con programas curriculares más ideológicos que académicos. Todo ello con el agravante de contar con un Ejecutivo que ignora los sendos aportes que viene realizando el empresariado en el sector además de mostrar poca iniciativa para empujar asociaciones público-privadas en la construcción de instituciones educativas.

Por ejemplo, Innova Schools del Grupo Intercorp, dirigido por Jorge Yzusqui, se constituye como uno de los casos de éxito más emblemáticos del sector privado educativo al ya contar a la fecha con 54 colegios y 46,000 alumnos a lo largo del territorio nacional (ver  Lampadia: El liderazgo de Innova Schools). Veamos algunos de sus logros:

  • Con una inversión anual por alumno de secundaria similar a la dedicada en el sector público, ha alcanzado resultados superiores (más del doble en matemáticas y doble en comunicación) que el promedio nacional.
  • Cuenta con un 84% de egresados que siguen estudios superiores.
  • Nombramientos entre las escuelas y empresas más innovadoras en varias revistas especializadas de prestigio internacional (Ej: Fortune, Business Insider).

Experiencias como estas son las que deben ser replicadas en las escuelas del sector público. No se debe propalar mayor animadversión hacia las buenas prácticas del sector privado, máxime si nos encontramos frente a un sistema de educación público que ha probado ser ineficaz e ineficiente innumerables veces para con nuestros niños y adolescentes. Nuestras puntuaciones en las pruebas internacionales han sido enfáticas en señalar esta crisis.

Se debe señalar que el país invierte 7.5% del PBI en educación. Según el INEI, en el año 2017 el gasto público en educación fue de 3.5 % y en el gasto privado se invirtió el 4.0% del PBI nominal. Ambas cifras consideran los gastos de capital, lo que nos da un gasto total de 7.5%. Entonces, no es correcto decir que como país solo invertimos en educación 3.5% de nuestro PBI. Ver en Lampadia: ¿Cuál es la real inversión en educación en el Perú?.

Un sector en el que la educación pública cuenta con 400,000 colaboradores y 50,000 sucursales, debería ser mandatorio generar una reforma con apoyo de la iniciativa privada que vaya hacia un uso eficiente de tales recursos, de manera que mejoren los resultados de nuestros estudiantes y puedan encarar con éxito un mercado laboral cada vez más competitivo y enmarcado en la 4ta Revolución Industrial.

Tal como concluye The Economist, inclusive en los países desarrollados, en donde existe una mayor preferencia por la educación pública, los estados también necesitan del sector educativo privado “por lo que trabajan con él, canalizando sus habilidades, inventiva y capital y vertiendo el dinero de los contribuyentes en él”. Lampadia

REPORTE ESPECIAL: EDUCACIÓN PRIVADA
Una clase aparte

La educación privada está en auge en nuevos mercados y nuevas formas
Los gobiernos deberían apoyarla, no suprimirla, dice Emma Duncan

The Economist
11 de abril, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La educación solía ser proporcionada por empresarios y organizaciones religiosas, pero a partir de Prusia en el siglo XVIII, los gobiernos comenzaron a tomar el control. En años más recientes, el estado ha dominado la educación en el mundo rico, con el sector privado restringido a la élite y los muy devotos. También en el mundo en desarrollo, los nuevos estados creados a partir de imperios desmoronados estaban dispuestos a proporcionar (y controlar) la educación, tanto para responder a las ambiciones de su gente como para moldear las mentes de la próxima generación.

Pero ahora el sector privado está disfrutando de un resurgimiento. La inscripción en escuelas privadas ha aumentado a nivel mundial en los últimos 15 años, del 10 al 17% en el nivel primario y del 19 al 27% en el nivel secundario; los aumentos se están produciendo no tanto en el mundo rico como en los países de ingresos bajos y medios. Las personas están invirtiendo dinero en la educación, la matrícula y la educación superior (ver gráfico).

Cuatro factores están impulsando el aumento. Primero, los ingresos están aumentando, especialmente entre los más acomodados. Dado que las tasas de natalidad están disminuyendo, la cantidad de dinero disponible para cada niño está aumentando incluso más rápido que los ingresos. En China, la política de un solo hijo ha significado que en muchas familias seis personas (cuatro abuelos y dos padres) estén preparadas para invertir en la educación de un solo hijo.

En segundo lugar, gracias a la relativa disminución y al aumento de la intensidad de capital de la fabricación, las oportunidades de empleo para los menos educados se están reduciendo. Incluso los buenos trabajos de fábrica requieren calificaciones. Los retornos a la educación han aumentado a pesar del aumento en la oferta de personas bien educadas. En los países en desarrollo, que tienen menos de ellos, los retornos son mayores que en el mundo rico, lo que hace que sea aún más importante para los jóvenes que asisten a la escuela.

En tercer lugar, el resultado de la educación también proporciona parte de la información: a mayor número de niños educados, más maestros estarán disponibles para atraer al próximo lote. Esto es especialmente cierto en países en los que las oportunidades de trabajo para las mujeres son limitadas: muchas mujeres educadas se traducen en una oferta disponible de docentes baratos.

Cuarto, la tecnología está creando una demanda de nuevas habilidades que el sector privado parece ofrecer mejor. También está abriendo nuevos mercados, ya que Internet permite que las personas se eduquen de diferentes maneras y en diferentes momentos de sus vidas.

La línea divisoria entre lo privado y lo público a menudo no está clara: muchos países tienen escuelas públicas financiadas en parte con fondos privados, por ejemplo, y escuelas privadas con financiamiento público, y el tamaño y el crecimiento del sector privado varían de un país a otro. En general, cuanto más desarrollado está el país, más pequeño es el rol del sector privado. En Haití, alrededor del 80% de los alumnos de la escuela primaria reciben educación privada; En Alemania, solo el 5%. En la Europa continental, la calidad de la educación estatal es generalmente alta, por lo que el sector privado tiende a desempeñar un papel muy pequeño, aunque hay excepciones. Por ejemplo, una historia de divisiones religiosas en los Países Bajos ha significado que tres cuartas partes de los alumnos asistan a escuelas privadas, la mayoría de ellas financiadas con fondos públicos; en Suecia, el 10% lo hace. En EEUU y el Reino Unido, la calidad de las escuelas públicas es variable, lo que explica el considerable sector privado de la élite y un número creciente de escuelas administradas por el sector privado, financiadas con fondos públicos: “charters” en los EEUU, “academias” en el Reino Unido. En el sector terciario, las instituciones privadas tienen un papel importante en EEUU, tanto en la parte superior como en la inferior del mercado; en Gran Bretaña, el sector terciario ahora está financiado en gran parte de forma privada.

En América Latina, el gran papel de la iglesia católica en la educación, la baja calidad de la provisión estatal y el rápido crecimiento de la demanda de educación terciaria han contribuido a un gran papel para el sector privado. En gran parte del sur de Asia y África, la pobreza, la migración y el crecimiento de la población dificultan que los gobiernos proporcionen educación en muchas ciudades, por lo que el sector privado es grande y está creciendo rápidamente. Las elites ya han abandonado los sistemas públicos, y muchas personas de clase media y más pobres están siguiendo.

Al igual que Europa, el este de Asia tiene una provisión estatal generosa y en su mayoría buena, pero a diferencia de Europa también tiene un sector privado de rápido crecimiento. Vietnam tiene el mejor sistema de escuelas públicas en un país de bajos ingresos y, probablemente, el sector de escuelas privadas de más rápido crecimiento en el mundo. La capitalización de mercado de las empresas educativas chinas, más grande que la de cualquier otro país, sugiere que los inversores lo ven como una oportunidad de oro.

El estado chino está restringiendo el papel del sector privado entre los 6 y los 16 años, pero todavía hay espacio para el crecimiento. Si el niño va a una guardería privada y a una universidad privada, y recibe dos horas de clases privadas en cada día escolar y ocho en los fines de semana, con un campamento de matemáticas de verano – una rutina bastante estándar para un niño de profesionales chinos – él o ella pasará tanto tiempo en el sector privado como en el estatal.

Todo esto hace que la educación sea atractiva para los inversionistas, dice Ashwin Assomull de L.E.K. Consultante. La demanda está creciendo más rápido que los ingresos y se mantiene bien en las recesiones económicas. La tecnología está creando nuevos mercados. La escolarización está fragmentada, pero existen grandes y crecientes cadenas, como GEMS Education, una empresa con sede en Dubai con 47 escuelas, principalmente en el Medio Oriente; Cognita, una compañía británica con 73 escuelas en ocho países; Beaconhouse School Systems, una compañía pakistaní con 200 escuelas en siete países e Innova Schools con 54 escuelas en Perú.

El principal inconveniente es la sensibilidad política del sector. La inversión privada en educación incomoda a los gobiernos porque enfrentan un bien privado contra uno social. Los gobiernos, como los padres, quieren que los niños aprendan, pero también quieren maximizar la movilidad social y minimizar la desigualdad, mientras que los padres simplemente quieren asegurarse de que sus hijos se desempeñen mejor que los demás.

Estos objetivos inevitablemente entran en conflicto, por lo que los gobiernos regulan y restringen el sector privado, controlan lo que se enseña, prohíben las ganancias, prohíben la selección, reducen las tarifas y generalmente hacen que el negocio no sea atractivo para los inversores. Sin embargo, también lo necesitan, por lo que trabajan con él, canalizando sus habilidades, inventiva y capital y vertiendo el dinero de los contribuyentes en él. Lampadia