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Educación: El ejemplo mexicano

Educación: El ejemplo mexicano

México le acaba de dar el ejemplo al Perú. Ha enfrentado al poder sindical corrupto que, durante décadas, gobernó de facto la educación pública mexicana, y lo ha arrancado de raíz, como primer paso ineludible para llevar adelante una reforma educativa basada en el mérito y la alta calificación profesional.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, le ha quebrado el espinazo al sindicato magisterial más poderoso del mundo, que impuso su dictadura sobre la educación pública mexicana, que decidía quienes debían ocupar las plazas de directores, maestros y funcionarios, y cuánto debían ganar.¿Qué nos dice esto de la educación pública peruana?

 

Para avanzar con la reforma, los mexicanos construyeron un consenso político. Acá el gobierno aprista, a capela, trató de impulsar una reforma que tenía el mismo espíritu que la mexicana, le dobló el brazo al Sutep, enemigo declarado de la meritocracia,  pero ese esfuerzo no llegó a alcanzar masa crítica y posteriormente terminó yéndose al agua, porque la actual administración prefirió congraciarse con el sindicato marxista, que sigue planteándose la lucha de clases en vez de pensar en propuestas pedagógicas.

Los más importantes especialistas en educación coinciden en que el único camino para que el Perú salga de los últimos lugares del mundo en calidad de la educación pública es lograr que los maestros sean profesionales competentes y bien preparados, lo cual hace necesario que ejerzan el magisterio solo quienes están calificados. A esto se opone el Sutep en defensa de sus intereses particulares, aunque se perjudiquen los hijos de los pobres (ver artículo Una impostergable revolución educativa).

México ha decido reformar su educación porque en las últimas evaluaciones de calidad educativa (2012) el 75% de sus maestros fue desaprobado, y siete de cada diez alumnos de sus escuelas públicas registraron un bajo rendimiento en comprensión de lectura y razonamiento matemático.

Siendo la reforma mexicana, una noticia tan importante para el Perú, sorprende que este tema no haya ha sido recogido por los medios locales, solo se ha destacado lo vinculado a la detención de la secretaria general del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mexicano (SNTE), Elba Esther Gordillo, por graves actos de corrupción.

Más allá de éste episodio, que ha remecido a México, la reforma educativa decretada se sostiene sobre cinco pilares:

  • Se crea el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación que se encargará de evaluar el desempeño y los resultados del nuevo Sistema Educativo Nacional, y de hacer otros cambios que vaya requiriendo éste, con autonomía constitucional.
  • Se crea el Sistema del Servicio Profesional Docente, que se basa en la evaluación obligatoria para todos los maestros. Aquellos que reprueben serán apartados del magisterio.
  • Se asigna a cada escuela pública los recursos necesarios para que cada director haga las mejoras que se necesiten en infraestructura, equipamiento, material didáctico, etc.
  • Se establece un sistema de suministro de alimentos nutritivos para los alumnos y se prohíbe el consumo de “comida chatarra” en las escuelas públicas.
  • Se establece un censo nacional obligatorio de escuelas públicas, de maestros y alumnos. Aunque parezca increíble, el estado no tenía cifras al respecto.

México ha iniciado así una reforma ambiciosa que sin duda lo convertirá en el mediano plazo en un líder de América Latina en calidad educativa.En el Perú, en cambio, estamos de retroceso. Reflexionemos sobre la reforma mexicana, ya es hora de tomar el toro por las hastas.




Una impostergable revolución educativa

Una impostergable revolución educativa

En el Perú todos sabemos que tenemos uno de los peores niveles de educación escolar del mundo. Como referencia objetiva de esta afirmación están las pruebas Pisa y las del Laboratorio Latinoamericano de Calidad de Enseñanza, en las que ocupamos los últimos lugares.

La sociedad aparenta ser consciente y que reacciona a esta situación.Todos los movimientos políticos, intelectuales y medios coinciden en repetir una y otra vez el diagnóstico de nuestras falencias, sin embargo, cuando pasamos a las propuestas, nos presentamos con un matamoscas para enfrentar a una fiera.

La mala educación ha sido siempre un problema muy grave, pero en el mundo de hoy, en la sociedad del conocimiento, en la que los ciudadanos del mundo se benefician de la democratización de la tecnología moderna, la mala educación es una tragedia,  condena a nuestros niños a una condición sub-humana, equivale a cortarles las manos y las piernas para que enfrenten su futuro en condición de minusválidos.

Durante los últimos años se planteó llevar el presupuesto de educación al 6% del PBI.Desde el 2000 el presupuesto público se ha triplicado, hoy llega al 3% con un millón menos de alumnos que han migrado a la educación privada que ya gasta otro 3% del PBI, pero la calidad de la educación no ha mejorado.

Se planteó aumentar el sueldo de los maestros, se ha más que duplicado, y la educación sigue igual. Se mejoró la infraestructura, pero nada cambió. Se pretendió establecer la meritocracia como principio rector de la gestión pedagógica, el sindicato de maestros se resistió y la ministra Salas terminó cediendo, ahora estamos de regreso a lo de siempre.

Es hora de enfrentar el tema con valentía y de corregir lo que sea necesario para salir de esta situación. Esto implica (1) enfrentar al sindicato de maestrosy (2) empoderar a los padres de familia para que controlen la educación de sus hijos.

  • La educación pública está secuestrada por el Sutep, un sindicato ideologizado, de manifiesta orientación marxista, que sigue comprometido con la lucha de clases (ver nota de su estatuto más abajo), que no tiene propuestas pedagógicas, que se opone a todas las reformas y específicamente a la meritocracia, que está controlado políticamente por el Partido Comunista del Perú – Patria Roja, que con la Derrama Magisterial controla un patrimonio de más de 800 millones de dólares.

    Si queremos que la educación deje de ser un lastre social y un freno al desarrollo económico para convertirse más bien en una palanca de desarrollo, no queda otra alternativa más que terminar con la presencia del Sutep en la educación pública.Es el momento de iniciar una verdadera revolución educativa, buscando una mejora sustancial y continua de la calidad, universalidad de acceso, innovación, competitividad y dignificación del maestro. Tarea imposible, probadamente, con el Sutep. Esto no significa rechazar la representación sindical en el magisterio, pero ésta no puede estar orientada a la política partidaria, a la lucha de clases, y no responder a una representación moderna y orientada al quehacer pedagógico.

  • Establecer el sistema de vouchers educativos. Tal como lo propuso Milton Friedman hace más de 60 años y es usado hoy en países como Suecia y Chile. Los vouchers permiten que los padres de familia elijan la escuela dónde se eduquen sus hijos, incentivando a los maestros y escuelas a mejorar su calidad para no perder ingresos, producto del canje de los vouchers.

    Este sistema promueve la competencia, innovación y medición continua de resultados. Permitiría, además, transferir el control de la educación a directorios de padres de familia en cada colegio, no a gremios de ellos, ni como ahora, a los municipios, que en esencia desarrollan una gestión política de corto plazo. Así, los directamente interesados tendrán que asumir la responsabilidad de velar por la calidad educativa de sus hijos y resistir las presiones políticas de todo orden.

Lo que tenemos que enfrentar es muy duro, pero no podemos condenar a nuestros niños a la condición de ciudadanos marginales del mundo global. Acá es preciso afirmar: Más vale un momento colorado, que cien amarillos.

Estatuto de SUTEP: … La ideológica del capitalismo neoliberal busca enajenar al trabajador y su clase, convertirlos en mediocres, erradicar su perfil clasista, con el propósito de perennizar su expoliación y explotación. La clase trabajadora debe responder el reto de enfrentar el neoliberalismo, salir airoso, retomando la iniciativa en la lucha de clases…

Declaración de Principios: … En razón de todo ello, el Sindicato unitario de los trabajadores de la educación del Perú (SUTEP) reconoce, se orienta por, y basasu práctica en el Principio universal de la lucha de clases…

http://es.scribd.com/doc/98069433/Estatuto-SUTEP-1